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Segundo tiempo
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Ingeniería y reciclaje
1 La técnica publicitaria «below the line» —que significa literalmente en castellano: bajo la línea— más
conocida por su sigla BTL, consiste en el empleo de formas no masivas de comunicación para mercadeo
dirigidas a segmentos de mercado específicos. La promoción de productos o servicios, en la teoría se
lleva a cabo mediante acciones que se caracterizan por el empleo de altas dosis de creatividad, sorpresa
y sentido de la oportunidad; lo cual crearía novedosos canales para comunicar mensajes publicitarios.
Tomado de Wikipedia.
les acerca una plataforma con ruedas cargando un recipiente hondo lleno de hielo y
botellas de agua. El logo de Bancolombia está en la etiqueta de las botellas que
cogen las tres mujeres, se las beben de un solo trago y su temperatura corporal baja
varios grados. La ansiedad se calma, vuelven a hablar, regresa la emoción. Se
toman una foto con el robot del agua, se ríen, la montan a Facebook. La tarde se
salva y, unas horas más tarde, ellas disfrutan del mejor concierto de sus vidas.
RICARDO ROBOT
«¡RICARDO ROBOT!»
Ya antes había tenido que decir que no a una campaña en la que le pedían 20
robots, pero ahora, ahora estaba listo. Sería debut en primera con estadio lleno. Ese
día era diferente porque había avanzado lo suficiente, tenía los aprendizajes
necesarios y sabía que estaba a su alcance. Dijo que sí, que de una, cuadraron
detalles mientras se tomaban un capuccino en Juan Valdez, se despidieron
efusivamente y, en ese mismo momento, Ricardo llamó a su papá y a su hermano
para decirles que necesitaban tantos millones de pesos. Y que para ayer. La
campaña se hizo a nivel nacional y con mucho éxito.
Hoy, hay que ir con cuidado al meterse en problemas con TGM. Ese es mi
consejo. No todo el mundo tiene un pequeño batallón de 15 robots para defenderse.
La verdad es que exagero, los robots son para fines publicitarios y claramente no
causan daño a nadie, pero no deja de ser un descreste el crecimiento del batallón
electromecánico de Agudelo.
VIDEOMATCH presenta: El peor día de mi vida
Para este momento, estoy seguro que el lector habrá descubierto en este
truco literario, un poco barato por demás, que el gerente de la agencia de BTL es
Ricardo Agudelo, alias Ricardo Robot, y que, como organizador del evento, aprieta
todo en su cuerpo, mientras oye esas palabras. No ha sido su culpa. Él dijo cuándo
se debía hacer el pedido a China. Él contaba con esto, él advirtió que si no pagaban
cuando correspondía, los chinos no enviarían los productos a tiempo. Él no tenía
plata para hacer el pedido, ya había empeñado hasta los calzoncillos. Los suyos, los
de su hermano, los de su papá, los de todo el mundo. Necesitaba que el encargado
dentro de la empresa patrocinadora hiciera ese pedido. Pero no, no lo hicieron. Y
ahora era él el que estaba ahí, en esa sala, sudando un mar, solo. La persona que no
hizo el pedido, su cliente, su contacto con el patrocinador, perdido. Estaba sobre la
cuerda floja, tambaleante. Había que salvar la situación sin perder el cliente y sin
quedar mal. Alguien más interviene:
Ese día, Ricardo, que consideraba que el tema de la logística era sencillo, que
organizar eventos y ser una agencia era simple, comprendió que estaba equivocado.
Supo también que podía resistir el estrés, que podía superar situaciones límite.
Sabía que esa no sería la última.
TODO
El susto pasó y Agudelo pudo, por fin, dormir una noche completa. Llevaba
meses durmiendo poco, comiendo mal, con una tremenda acidez estomacal,
dedicándoles muy poco tiempo a su familia y amigos, en fin, consumido
absolutamente con Campus Party, su primer gran evento. Y para rematar lo de las
carpas justo el día en que más cansado estaba, el día en que creía que podría
disfrutar de su trabajo, sacar pecho por su obra. Estaba destrozado. Pero habiendo
solucionado todo, descansado, con cada cosa en su lugar, caminaba por el centro de
convenciones livianito, como si le hubieran bajado a la fuerza de gravedad. Se
acercó al stand de TIGO y saludó:
– ¡Hola Juanita!
–Hola Ricky, ¡tiempo sin verte!
– ¿Cierto? No sabía que ya no trabajabas en la Fábrica de Licores ¿Desde
cuándo estás con TIGO?
–Uy, ya hace ratico. Súper contenta. Y tú, ¿cómo vas? ¿Cómo vas con las
peceras?
–Súper Juanita, las peceras ya son sólo un producto de nuestro portafolio,
imagínate que ya somos una agencia de BTL.
– ¿En serio Ricky? Me alegra muchísimo, ¡ahí estás pintado, siempre para
adelante! Pero, ¿qué haces aquí en este evento?
–Aquí, TODO
– ¿Todo? ¿Cómo así?
–Como lo oyes, TODO. Nosotros organizamos el evento. Somos una de las
agencias de UNE –responde Ricardo con cara de felicidad y satisfacción al ver la
sorpresa de Juanita.
– ¿Cómoooo? Ah no Ricky, estás re-teso, y yo que te iba a mostrar mi
standcito, más bien mostrame vos esto tan bacano ¿Vamos?
–Ya casi abren las convocatorias para las agencias de TIGO, te deberías
presentar, ¿no?
–Claro, de una, ¿qué hay que hacer? ¿Me mandas la información?
–Inmediatamente, dame tu correo –Dice Juanita mientras abre en su
teléfono inteligente la aplicación de correo.
Otro tipo de estrés
Luis Fernando, el papá de Ricardo, que se había jubilado el año anterior tras
una exitosa carrera en una de las más grandes empresas de logística del país,
comenzó a trabajar en TGM para ayudarle a su hijo con el vertiginoso crecimiento
de la empresa. Quería liberar a Ricky –como le gusta llamarlo desde pequeño– de
las labores administrativas, aportarle su experiencia y permitirle tener más tiempo
para desarrollar las tareas en las que sobresale. El primero de marzo de 2014, como
lo hacían usualmente cada primero del mes, se reunieron en la oficina de Luis para
ver los resultados. Abrieron el cuadro de Excel y vieron, inquietos, que al final de
las celditas ordenadas sólo había números rojos. Enero, rojo, febrero, rojo.
Comenzaba marzo y la preocupación era ahora manifiesta. ¿Hasta cuándo
aguantar? ¿Dónde recortar costos para que esos números antecedidos del signo
negativo (–) no fueran más grandes? ¿Qué les pongo a hacer a mis empleados? ¿A
mis proveedores? Esas fueron algunas de las preguntas que pasaron esa noche por
la cabeza de Ricardo. Hasta que al fin llegó la solución, igual que el problema, vía
correo electrónico:
Señor: Ricardo Agudelo,
TGM
Gracias,
Bogotá
Productos V. 2.0
–Ricardo, tengo en mente un evento brutal, ¿será que nos le medimos? Nos
toca negociar la franquicia con los gringos, pero te digo que si The Color Run fue un
éxito… esto va a ser una locura –dice José David, el socio de Ricardo en SHAKE,
mientras se dirigen a reunirse con el presidente del Deportivo Independiente
Medellín.
– ¿En serio José? La pregunta no es si nos le medimos o no, sino ¿por qué
no me habías dicho antes? Contá, contá.
–Se llama Slide The City y no te había dicho nada porque quería tener un
contacto inicial con ellos y me acaban de responder. Están interesados en traer el
evento a Colombia, papá.
–No jodás, ya tenés adelantado algo y todo, ¡qué bien! Hagámosle de una,
salimos de aquí a aterrizar un poquito la cosa, pero, ¿de qué se trata el evento?
–Imagináte varias pistas jabonosas
muy largas que se instalan en la calle, miles de
personas tirándose, comida, música, marcas,
una fiesta completa. Esperá te muestro fotos –
responde José muy contento viendo la buena
reacción de Ricardo a la idea, saca su teléfono
inteligente y en la carpeta de descargas, abre
la colección de fotos de Slide The City que ha
estado guardando durante días y se las
muestra a Agudelo.
–Uy hermano, eso se ve buenísimo, de una, vamos a camellarle –finaliza
Agudelo, mientras ingresan al ascensor de las oficinas del Independiente Medellín.
TIGO Nacional
–Eh Ricardo, ¡vos sí sos más cansón que perro chiquito! –Dice entre risas el
jefe de Trade Marketing de TIGO en Antioquia, mientras abre el calendario de su
computador portátil–, mirá, el 22 de junio hay un lanzamiento de Trade3 y la gente
que maneja nacional viene para Medellín, te puedo conseguir una hora con ellos,
un desayuno o algo, eso sería lo máximo que te puedo ofrecer.
–Lo que sea, yo vendo nuestro trabajo rapidito –replica feliz y decidido
Ricardo– ¿A qué hora para programarme de una vez?
3 A partir de este momento, señor lector, encontrará en el texto un montón de palabras en un idioma
extraño. El idioma del mercadeo de grandes ligas. Pero no se preocupe, desde la cabina de narración
trataremos de definirlas de manera sencilla y clara. Trade Marketing: Actividades comerciales
conjuntas y en colaboración entre fabricantes, proveedores y distribuidores. Tomado de:
http://mglobalmarketing.es/
Hacía tiempo venía masticando esa idea, insistiendo con ella. Quería ser una
agencia nacional. Ya manejaban perfectamente el alcance regional y quería meterse
en las grandes ligas, pero no lograba encontrar el resquicio para entrar. Le dieron
una hora, por lo que tenía que ser contundente. Llevó ideas, ejemplos de sus
trabajos, se fue muy preparado, pero el detonante del éxito de la reunión fue
inmediato.
4Una reunión donde van todos los interesados en algún proyecto a recibir la información del mismo.
5Es LA AGENCIA de BTL de Colombia, la primera en hacer publicidad no tradicional, la más grande del
país.
Bogotá, 30 de junio, 10am, en las afueras de las oficinas de Sístole.
– ¿Vos entendiste? –le dice Lucho a Ricardo, con una sonrisa de “en qué nos
metimos”.
–Hombre Lucho, ¿Qué te dijera? Algo…
–Nespresso, ¿viste? Eso sí me gustó. Qué gigante hermano, nos metimos con
Goliat.
–Uy, sí, ese Nespresso estaba buenísimo. Y, ¿qué tal esa sala de juntas?
–Uff, y ese enredo para hablar, eso es puro idioma mercadeo, yo no cogí la
mitad de las cosas, que el advertising, que el benchmarking, el target, qué manera
de inventarse palabras…
–No, tranquilo que yo sí entendí un poquito más, no le parés bolas a esos
términos que es el idioma de ellos, nosotros seguimos haciendo las cosas a nuestra
manera. El resumen es claro, evento para 3000 personas, con cantante a bordo,
logísticos y nuestro toque creativo. Citemos a todo el equipo a una sesión de
creatividad mañana, hagamos una propuesta y la mandamos, lo máximo que
perdemos ahí es una semanita de trabajo.
TGM hizo ese lanzamiento. Ganaron. Se midieron contra los grandes y los
vencieron. Y desde ese momento TIGO–UNE ha hecho 5 lanzamientos, de los
cuales, TGM ha hecho 3. Son un éxito total porque dejan de lado el acartonamiento
y las convenciones de la industria de la publicidad, porque son cercanos y
originales. Llevan donas, crispetas, gaseosa, malabaristas, lo que sea necesario para
ganarse la atención de sus clientes y mostrarles, de una vez y no en una
presentación de PowerPoint, lo que proponen para los eventos. Cuando TGM entra
a la sala, el cliente sonríe, porque como ellos mismos lo dicen: “llega la alegría”.
Bob Esponja
No puede evitar pensar en “La Mega”. Ese objetivo a largo plazo, casi
imposible, retador, que les pidieron formular en una actividad a la que los invitaron
junto a los emprendedores en un nivel de ventas determinado de la ciudad, para
catapultarlos hacia el futuro. “La Mega” de TGM fue facturar 25 mil millones y
estar en 5 países para el año 2020. Era un reto inmenso y llevaban unos meses
trabajando en los cambios y las estrategias necesarias para lograrlo. Con paciencia,
trabajo constante, estaba seguro que lo lograrían, pero se veía lejano, sinceramente.
Sin embargo, el panorama cambió después de esa llamada. Después de ir a Miami y
cerrar el negocio por una cifra considerable, y mientras viaja de vuelta a Colombia,
Ricardo está planteándose una Mega aún más ambiciosa. Al parecer, no hay reto
suficientemente grande para la creatividad, capacidad de trabajo y de relacionarse
de Agudelo. Piensa en la distribuidora de dulces, en las veces en que el criadero de
peces se lo llevó alguna creciente. Piensa en su hermano y la confianza que siempre
le ha tenido. Piensa en ese maldito 4 que tenía malo el teléfono de las peceras que
dejó en Unicentro un año entero. Piensa en las carpas, en los robots, en todas las
ideas que tiene para el futuro. Es que está en un punto más que emocionante,
porque de aquí en adelante es crecer o crecer. Desarrollar, en otras personas, las
aptitudes que lo han llevado al punto en que está, una cultura empresarial que
permita a la organización ser un reflejo de su creador, y sobre todo, seguir
sonriendo como sonríe el hombre cuando nos muestra sus proyectos, su nueva
oficina, sus empleados. Esa energía sabrosa y cálida que hace que confiés en él y su
empresa sin ninguna duda.
¿Es posible que haya un tercer tiempo? Nos preguntamos con ansias desde
la cabina de narración. Esperamos que los lectores se hagan la misma pregunta.