LO PÚBLICO EN LA GLOBALIZACIÓN

Perdiendo la línea de lo público y lo privado

La globalización ha sido un fenómeno que se ha encargado de revolucionar todos

los sectores de la sociedad, desde la economía, hasta la forma y concepción de la
calidad de vida de las personas. Ésta expansión de globalización ha sido
caracterizada por ocasionar cambios notables en las estructuras estatales de los
países. Sin ningún control, las influencias internacionales tienen la facultad de
poder influir en las decisiones y configuraciones de los sectores públicos y
privados del Estado, desvaneciendo las fronteras y facultades que existen entre lo
público y lo privado, reconfigurando el significado de lo público en la globalización.
Es imperante analizar el crecimiento y construcción de una sociedad mundial
pensada dentro de las “lógicas” del proceso de globalización, pues éste proceso
cambia toda la organización de gobierno, debido a que prima lo económico y se
restringen libertades, perdiendo la línea entre lo público y lo privado.

Según Jorge Coronel (2008) el concepto de lo público es una creación moderna,

por el modo de organización de la sociedad en torno a los Estados-Nación.
Históricamente, existe una doble noción de lo público. Mientras que para los
griegos, lo público, era aquel lugar donde el hombre se hacía libre y defendía su
libertad por medio de las palabras, los romanos, dieron origen a la diferencia entre
la cosa pública (res pública) y la ciudad (civitas), entendiendo la primera como esa
nueva esfera social, y la segunda, como un espacio donde el individuo realiza
transacciones comerciales.

Con la inclusión del Estado como principal actor en las relaciones internacionales,
y por consecuente, en la globalización, ha generado que ésta figura organizacional
pierda cierta capacidad de representación y de respuesta a las demandas
sociales, ello, de acuerdo a que el Estado debe aceptar las exigencias, políticas,
pautas y todas las reglas que el ambiente internacional está requiriendo, que
frecuentemente, se interpretan en esfuerzos, en austeridad y grandes sacrificios
de los ciudadanos y además recortes en el presupuesto público.

La globalización se ha encargado de suscitar una crisis social evidente, “los

Estados han delegado parte de sus responsabilidades sociales a nuevos actores
privados, quienes al ingresar al espacio de lo público, actúan dentro de sus lógicas
de rendimiento, eficiencia y eficacia” (Coronel, 2008). Analizando lo expuesto por
Jorge Coronel, el permitir la entrada de estos nuevos actores al campo de acción
de los mercados locales, es ceder parte de la soberanía y hasta de la
gobernabilidad del estado, pues generalmente, no existen marcos definidos que
regulen este tipo de intervenciones de actores internacionales al territorio nacional.
Estos actores privados que entran en el marco nacional y público, se convierten en
foco principal, tanto que estas organizaciones privadas terminan influyendo sobre
las decisiones estatales, en las decisiones políticas, económicas, sociales y
culturales pues se posicionan como una fuente financiera fija, que les conviene a
ciertos mandatarios.

A manera de crítica, es necesario que el Estado, trace una línea clara entre las
acciones públicas y privadas, pues el estado llega a perder credibilidad y
autonomía frente a la sociedad, y los intereses privados empiezan a imponerse
sobre los intereses comunes, causando una crisis social, una pérdida de control
frente a las problemáticas comunitarias, afectando así las estructuras de
gobernabilidad y fortaleciendo políticas de interdependencia y hegemonía por
parte de las potencias hacia los demás países.

En conclusión, es incuestionable que en el transcurso de la globalización no sólo

ha producido cambios en lo administrativo, gubernamental y público, al determinar
la introducción de nuevos actores, sino que aun, con estos cambios, no se han
puesto en el trabajo de atender y solucionar las demandas sociales locales y, al
contrario, se han acentuado las diferencias y desigualdades en la sociedad.