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El estudio del delincuente como individuo fue introducido por un libro memorable, El
INFRACTOR
infractor.
pasado a un segundo plano, como consecuencia del giro sociológico experimentado por
Pero más significado es la imagen que profesa del hombre delincuente; con qué
del universo, como dueño y señor absoluto de sí mismo, de sus actos. El dogma de la
liberta en el esquema clásico, hace iguales a todos los hombres (no hay diferencias
consecuencia del mal uso de la libertad en una concreta situación, no a pulsiones internas
enigma. Para los clásicos el delincuente es un pecador que opto por el mal pudiendo y
su cetro y reinado, al negar el libérrimo control del mismo sobre sus actos y su
es el rey de la creación, como la tierra no es el centro del universo, sino una combinación
transitoria, infinitesimal de la vida… una combinación química que puede lanzar rayos de
locura y de criminalidad que puede dar la irradiación de la virtud, de la piedad, del genio,
causas y efectos que rige el mundo natural o el mundo social; en una cadena de estímulos y
da paso a una imagen materializada y concreta de hombre semejante a una ecuación, una
formula, una reacción química; y el principio de la equipotencialidad, al de la diversidad
del hombre delincuente sujetos cualitativamente distintos del honrado que cumple las leyes.
los demás, que mira al pasado y sabe, fatalmente escrito en su futuro: un animal salvaje y
peligroso.
incapaz de dirigir por sí mismo libremente su vida, cuya débil voluntad requiere de la eficaz
económicas, de suerte que el infractor deviene mera víctima inocente y fungible de aquellas
la culpable es la sociedad.
En esta obra parto de la normalidad del delito y el delincuente, postulado que trate
de razonar en otro lugar y que difiere sustancialmente de las cuatro tesis expuestas. A mi
único que le permite la búsqueda serena y reflexiva de una respuesta científica al problema
interactiva del ser humano que aportan disciplinas empíricas como la Psicología, las
enfrenta con su libertad existencial, sin condicionamientos, sin historia (tesis de los
reflejos y hábitos, preso de su código biológico y genético (tesis positivista) que solo mira
al pasado; ni una pieza insignificante en el engranaje del universo social, mero observador
pasivo del devenir histórico o víctimas de las estructuras que él mismo se dio. Antes bien,
condicionado (por sí mismo, por los demás, por el medio) pero con asombrosa capacidad
para transformar y trascender el legado que recibió, y, sobre todo, solidario del presente y
con la mirada en el futuro propio y ajeno. Ese hombre que cumple las leyes o las infringe,
radical reforma de las estructuras de aquellas, como proclaman las tesis marxistas. Es el
hombre real e histórico de nuestro tiempo, puede acatar leyes o incumplirlas por razones no
siempre asequibles a nuestra mente, un ser enigmático, complejo, torpe o genial, héroe o
razón última del comportamiento criminal es una vieja estrategia tranquilizadora. Estrategia
o coartada, que, por otra parte carece de apoyo real, pues son tantos los sujetos anormales
Difícilmente cabe afirmar ya hoy que solo un ser patológico puede atreverse a
contrario; que cada vez son más los individuos normales que delinquen. La criminalidad
evidencia.
hechas de las numerosas variables de tiempo y lugar, produce una tasa inevitable de crimen.
diagnóstico, por tanto, objetivo, sereno, apasionado y diseñar una política criminal
NO DELINCUENTES
Consideramos que puede ser oportuno más de alguna aclaración, en relación con las
críticas que venimos aludiendo y sobre el error, voluntario o involuntario, cometido por
ENCUADRAMIENTOS O SERIACIONES
Cuando tales criticas decían, o continúan diciendo, que no puede concederse valor a
tal o cual anomalía o a tal o cual carácter encontrado en los delincuentes, desde el momento
también entre los normales, o, mejor dicho, entre los no delincuentes (critica a que se
refiere el numero 1) notado en el capítulo anterior) demuestran que ignoran por completo
los métodos de comparación usados, sobre todo en los tiempos últimos, para esta clase de
estudios; métodos que aseguran la validez de las conclusiones. Como dijimos hace poco, se
trata del método del “encuadramiento” o “seriación” de los sujetos examinados, seriación o
encuadramiento que debe hacerse en función con la intensidad creciente del rasgo de que se
trate. Cuando, por ejemplo se decía que (y todavía se dice de un modo elíptico), que los
hombres tienen la mandíbula de un ancho superior a las de los no homicidas, los críticos a
quienes aludimos creen o fingen creer, que el estómago criminalista ha sentenciado que
todos los homicidas tienen una mandíbula más anchas de los no homicidas, siendo así que
aquella observación es sencillamente la indignación compleja llevada a cabo mediante el
homicidas como en los no homicidas, a medida que van presentados mandíbulas cada vez
más anchas, el número de individuos, escaso al principio, va aumentado hasta cierto punto,
más allá del cual va disminuyendo, hasta el grupo escasísimo y extremo, que presenta
vale tanto para los unos (homicidas) como para los otros (no homicidas). Pero al mismo
tiempo sé que ve 2) el número de los que presentan mandíbula estrecha es mayor en los no
homicidas que en los homicidas 3) que el número que presentan mandíbula anchísima es
mayor en los homicidas que en los no homicidas, 4) que el grupo más frecuente entre los
homicidas examinados de este modo, o sea dispuesto en seriación desde las mandíbulas
más que corresponde al grupo más frecuente de la distribución de los homicidas. Es decir,
que entre los homicidas se encuentran también mandíbulas estrechas y mandíbulas anchas
comprende que siendo así las cosas, la anchura medio de la mandíbula e los homicidas
resulte mayor que las de otros; pero resulta asimismo que la conclusión y las
comparaciones descansan, no ya sobre simple media sino sobre operaciones que, en verdad,
por los que llegaron después, imponiéndose cierta especie de revisión de la antropología
criminal, precisamente para tratar con el método de las seriaciones el material
delincuentes y tendremos ocasión de volver sobre ello al examinar la fase interna o psíquica
del delincuente; pero desde ahora mismo bueno será que el lector tome conocimiento de tal
método.
aun tratándose solo (y difícilmente podría ser de otro modo) de delincuentes de las cárceles.
Este examen solo podrá servir como una primera aproximación, pero será preciso distinguir
luego las distintas categorías de delincuente. ¿Pero bastara sencillamente, como han hecho
muchos, referirse a la clasificación del código penal? Es decir, separar los homicidas, los
lesionadores, los ladrones, los depredadores, los estafadores, los estupradores. No siempre;
porque, refiriéndonos tan solo a los homicidas, existen tantas variedades de ellos que lo que
podría valer en cuanto a caracteres somáticos, funcionales y psíquicos para una de ellas no
podría valer para otras. Así, por ejemplo, tenemos el homicida de perversidad instintiva con
homicida por pasión o por ímpetu, el homicida por celos y hasta, como algunos han dicho,
el homicida por altruismo, por piedad, puesto en el umbral de las ideas delirantes, sin contar
con el homicida político, movido también, a veces por móviles altruistas o pesado altruistas
que disfrazan más o menos, en ciertos, casos, los profundos instintos, ultra egoísta. Por
las categorías en cuestión pudiendo decirte otro tanto de los ladrones, sin excluir el examen
conducido según la clasificación usual, de índole penal. Pero también pudiera aconsejarse
recurrir a una clasificación más difícil fundada en los motivos que impulsaron al delito:
amor, venganza, codicia, disolución, pasión religiosa o política, perversidad brutal, etc.
No obstante las bizantinas y más sofisticada críticas de los que anticipan por una parte,
añaden, por otra parte, que fijar “tipos” distintos y bien estables de hombres, es crear
simplemente fantasmas abstracto creemos que esto pueda ser bastante a nuestro objeto. Sin
embargo, en cuanto al primero de estos puntos, hace siglo que se dice y repite lo que sigue:
modo que las categorías no son más que aspectos de nuestro pensamiento
razonar o en el comprender?
2) En cuanto al segundo punto, o sea el pretendido carácter abstracto de los “tipos”, no
es posible ignorar que todo grupo que forma categorías de individuos ejemplares
se presentan de tal modo que los ejemplares más numerosos el mismo constituyen,
por decirlo así, el tipo, modelo o centro del blanco, alrededor del cual se disponen
los apartamientos o desviaciones del tipo mismo, del modelo, del centro, tanto
menos numerosos cuanto más se alejan de él. Por consiguiente, cuando se dice
hechas en contra de la inexistencia del tipo, puesto que, a cada paso, tenemos
clasificaciones. Con razón, nuestro del Groco criticaba a esta clase de conceptos relativos a
atipia de los criminales, recordando que es deber nuestro remontarnos desde la casuística
individual a la investigación de los tipos. Verdad es también que este autor añadía lo que
sigue: “El tipo jamás se adapta a la realidad que lo rodea, ni puede adecuarse, porque es una
imagen genérica, en abstracción”, pero también es verdad, decimos nosotros, que, como ya
hemos indicado el tipo puede responder al grupo concreto que forma el centro de gravedad,
cuyo alrededor se reparte las desviaciones y apartamientos del tipo mismo, pero no sin
tomar parte de las desviaciones y apartamientos del tipo mismo, pero no si formar parte del
grupo en cuestión.
TIPOS DE DELINCUENTES
1) EL CRIMINAL NATO:
traducciones malas y personas que no aceptan reconocer las verdades y aciertos de sus
estudios. Ciertamente la teoría referida tiene sus aspectos criticables, pero se debe de
criminológica.
Lombroso a estudiar en especial a los criminales de su época. Trato con enfermos mentales
y elaboró una serie de notas de las que extrajo entre otras cuestiones, las características de
antropológicos y psicológicos.
En 1871 un acontecimiento viene a producir un cambio radical en la vida de Lombroso
(Villella), observo una serie de anomalías que le hacen pensar que el criminal lo es por
tipo particular, es la historia natural del hombre alienado , el criminal según Lombroso
Lombrosio. Lombroso al investigar dice que el criminal nato, idéntico al loco moral, con
De aquí pasa a el estudio del delito y la prostitución entre los salvajes , dice que se
prostituyen con mayor facilidad , que viven en la promiscuidad , que cometen fácilmente
homicidio , matando niños , viejos, mujeres, y enfermos, que roban y cuyas penas son
Compara como muchas de estas actitudes son comunes al tipo del delincuente nato,
comparando a este con un salvaje, al cual le gusta tatuarse es supersticioso, le gustan los
Después habla de la teoría del niño que tiene que ver mucho con esta del delincuente nato,
lo cual destruye el concepto del niño como una blanca paloma, al que después se le llamara
Cólera, venganza, celos, mentira falta de sentido moral, escasa efectividad, crueldad, ocio y
En algunos casos se han encontrado los caracteres comunes del hombre criminal
general.
Se rehúsa a utilizar un tatuaje ya que son astutos y saben que es una aplicación
criminal.
sanguínea.
Son personas antipáticas que no conviven casi con nadie, odian con o sin motivos.
Es excesivamente egoísta pero a pesar de eso es altruista, aunque solo sea una forma
Es muy vanidoso, es propia de los criminales natos como de los locos morales,
Se dice por varios autores que es inteligente ya que todos sus delitos puede
justificarlos.
Este tipo de homicidas tiene reacciones violentísimas, en la que después de haber cometido
el delito quedan tranquilos y sin aparentes remordimientos, dice que sienten vértigos en la
Ahora Lombrosio encuentra una tercera forma de criminalidad, y hace la analogía del
Sonambulismos.
Destructividad.
Canibalismo
Vanidad
Grafomanía.
Tendencia al suicidio
Tatuajes
Junto con los locos morales son los únicos que se asocian.
Simulación de locura o ataque epiléptico
Cambios de humor
Amnesia
Auras
Epilepsia Real.− es aquella en la que hay ataques , el sujeto cae al suelo , echa espuma por
Epilepsia Larvada.− es aquella en la que se presentan los mismos sucesos aunque sin
ataque, estos criminales son más peligroso que los locos morales.
Lombroso hace una diferencia entre los delincuentes locos y los locos delincuentes, siendo
los locos delincuentes los enfermos dementes, sin capacidad de entender o de querer, que
cometen algún crimen sin saber lo que hacen, en cambio el delincuente loco es el sujeto que
Dice Lombroso que además los jueces que dictan las sentencias no conocen nada de
psiquiatría , y son llamados en una idea general como locos criminales , esta es la puerta ir
Lombroso toma en consideración como casos especiales, tres tipos de delincuente loco: el
narcotiza, los sentimientos más nobles, y transforma aun el cerebro más sano.
frecuentemente los adquiridos no solo escasean los caracteres degenerativos, sino ofrecen
La embriaguez aguda, aislada da lugar por sí sola, al delito, porque arma el brazo, enciende
Tiende al cinismo humorístico y fuertes tendencias el robo, estupro aunque después de esto
llegan a un profundo sueño y quizás hasta la amnesia que si es peor aún puede realizarse un
Como nos hemos podido dar cuente en el presente trabajo, hemos visto los tipos de
delincuente que según cada autor son diferentes, algunos los separan por clásicos y
suerte que el infractor deviene mera víctima inocente y fungible de aquellas la culpable es
la sociedad.
pasado a un segundo plano, como consecuencia del giro sociológico experimentado por
politicocriminale
BIBLIOGRAFIA
Criminología, Manzanera Rodríguez Luis, 3era Ed. 1992, Ed. Purrúa, pg.213
Lecciones de Derecho Penal, parte general, José Saiz Cantero, 3era Ed. Bosch, casa Ed.