Las culturas precolombinas en Mesoamérica
A lo largo de los períodos Preclásico y Clásico, las civilizacio-
nes mesoamericanas construyeron centros políticos, econó-
micos, religiosos y administrativos. Allí convivieron grandes
conglomerados humanos divididos en grupos sociales. Entre
los grupos más destacados se encuentran los olmecas y
teotihuacanos.
Olmecas: la cultura madre
A esta civilización se deben muchos logros del México prehis-
pánico; por ello, los historiadores la denominan cultura
madre. Los olmecas ejercieron una marcada influencia sobre
los pueblos asentados en la zona Maya, la región de Oaxaca y
el actual Estado de Guerrero, al sur, y en el centro de México.
Esta influencia se manifiesta en la gran cantidad de piezas
olmecas halladas en estas regiones. Aún se desconoce la
procedencia y origen de l os olmecas, pero se sabe que entre
1200 y 600 a.C. construyeron sus principales núcleos de
población en una comarca de terrenos pantanosos.
Los principales vestigios arqueológicos de la civilización
olmeca se encuentran en La Venta, al occidente del estado
de Tabasco, en San Lorenzo Tenochtitlán y en Tres Zapotes,
en el sur del estado de Veracruz.
Los olmecas construyeron los primeros centros ceremoniales;
practicaron el juego de pelota; se destacaron como esculto-
res de obras monumentales y como talladores de pequeñas
piezas de piedra; dominaron disciplinas como la astronomía
y las matemáticas; inventaron el calendario; emplearon un
sistema de numeración vigesimal y establecieron los princi-
pios de la escritura mesoamericana.
Teotihuacán: el lugar donde fueron hechos
los dioses
La civilización teotihuacana, considerada la más represen-
tativa del período Clásico, se prolongó durante aproximada-
mente diez siglos y floreció plenamente entre los años 300
y 600. Esta civilización influyo de manera decisiva en todo el
territorio mesoamericano y aun fuera de este; las evidencias
de esta influencia pueden identificarse en los abundantes
rasgos culturales encontrados en los actuales estados de
Nayarit, Durango, Zacatecas y Chihuahua. Su principal ciudad
fue Teotihuacán, que en lengua náhualt traduce “el lugar
donde fueron hechos los dioses”.
Ruinas arqueológicas de la ciudad de Teotihuacán, México.
Actividades Productivas
Las principales actividades de los teotihuacanos fueron la
agricultura y el comercio. Emplearon novedosas técnicas agrí-
colas como la irrigación por medio de canales, la construcción
de terrazas en los cerros y las chinampas. Las manifestacio-
nes culturales de los teotihuacanos son muy diversas: obras
arquitectónicas, pictóricas y artesanales, entre estas últimas
se destacan los textiles y la cerámica. También construyeron
templos dedicados al culto y magníficos palacios para los
sacerdotes y funcionarios. En la escultura sobresale el gran
monolito de Chalchiuhtlicue, diosa del agua, y las esculturas
y relieves que adornan la fachada de la pirámide de Quetzal-
cóatl.
El fin de la ciudad de los dioses
Tenochtitlán fue invadida y parcialmente destruida en el
año 750; los estudiosos suponen que se debió a la pérdida
de control del grupo dirigente sobre los gobernados, por las
invasiones de grupos guerreros del norte, la sublevación de
poblaciones tributarias, una crisis agrícola o la deforestación
del valle por la gran demanda de madera. Tras la invasión
y destrucción de Tenochtitlán, una parte de la población
emigró a otras regiones de Mesoamérica, donde difundieron
su cultura y contribuyeron a la formación de diversos pueblos.
Muchos rasgos culturales, políticos, económicos y religiosos
de los teotihuacanos fueron adoptados por culturas poste-
riores.