Historia de la Iglesia en América – La Iglesia y los negros
En la lectura sobre el papel que la Iglesia en Hispanoamérica tuvo con los
negros es importante señalar las relaciones con Europa y específicamente con España, pues solo así es posible comprender la actuación de la Iglesia en el Nuevo Mundo. Se dice que hacia el año 1575 se calculaban en España no menos de 50.000 negros. La llegada de los negros al Nuevo Mundo vino con el proceso de su esclavización. Se echó mano de ellos para los trabajos más duros. El trafico negrero era una gran fuente de ingresos, dato por el cual la Corona Española tuvo que tomar cartas en el asunto, empleando diversos sistemas para su control.
La Iglesia tuvo un papel importante en esta situación, para ello el autor
propone un recorrido por los diversos documentos de los Papas que abordan la trata negrera. A modo de general se logra observar como la Iglesia va adquiriendo conciencia de que la esclavitud es negativa y contraria al plan divino. Es cierto que el silencio por pare de la autoridad de la Iglesia es una grave falta, sin embargo, la situación histórica y la comprensión de los derechos humanos no ha sido el mismo durante toda la historia de la humanidad.
Algunos teólogos y juristas, como Juan Ginés de Sepúlveda, mantenían
vigente la doctrina aristotélica sobre la esclavitud, afirmando que los negros e indios eran esclavos por naturaleza. Otros justificaban la esclavitud basados en la guerra justa o por castigos.
Surgieron algunas voces de protesta hacia una corriente liberadora. Por
ejemplo, Bartolomé de las Casa que en un primer momento apoyaba la esclavitud de los negros, rectificó afirmando que el cautiverio de los negros era tan injusto como el de los indios. Es también digna de mencionar la profética homilía del padre Luis de Frías: “un bofetón a un moreno es darlo a una imagen viva de Dios”.
Por parte de la Corona la legislación nunca prohibió la esclavitud de los
negros. En cambio, los concilios provinciales y los sínodos se centraron más en el especto catequético y sacramental para instruir a los negros, pero ninguno de ellos se atrevió a poner em tela de juicio la licitud de la trata de negros. Por parte de la Iglesia fueron evangelizados y se les administraban los sacramentos, excepto el orden sacerdotal.