Sunteți pe pagina 1din 2

MATERIA: RAZÓN, RELIGIÓN Y FE CRISTIANA

PROFESSOR: D. CÉSAR IZQUIERDO


ALUMNO: FR. RAYMUND FAJARDO ALCANTARA
FECHA: 21 OCTUBRE 2019

LA FE CRISTIANA SEGÚN BENEDICTO XVI EN SU CATEQUESIS DURANTE EL AÑO


DE FE.

Consciente de que hoy vivimos en una sociedad profundamente cambiada el Papa emérito ofrece una
reflexión teológica sobre la fe y sobre algunas verdades de la doctrina cristiana. Frente de una
mentalidad y un modo de vivir influido por el relativismo, individualismo, secularismo y una cultura
nihilista él dio una serie de catequesis para renovar el entusiasmo de creer en Jesucristo, reavivar la
alegría de caminar por su camino y testimoniar la fuerza transformadora de la fe. De su catequesis se
pueden sacar varios puntos teológicos que tiene que ver con la vida y doctrina cristiana. Sin embargo,
quiero detenerme en los puntos esenciales sobre la fe que él ha desarrollado

La fe como don sobrenatural es una de las propiedades de fe que Benedicto XVI ha subrayado. Ante
un mundo de cálculo exacto, él presenta la noción de fe como don de Dios. Es un don sobrenatural en
cuanto que Dios “se acerca a nosotros y nos toca, porque el Espíritu Santo, don del Resucitado, nos
hace capaces de acoger al Dios viviente”. De ahí, “creer en Cristo presupone un encuentro no con una
idea, sino con una persona”. La fe es don de Dios, pero también él ha subrayado que es un acto
profundamente libre y humano. Es don sobrenatural ya que solo es posible creer por la gracia y los
auxilios interiores del Espíritu Santo. Es un acto auténticamente humano ya que no es contrario ni a la
libertad ni a la inteligencia del hombre. Creer en Cristo, sin embargo, no sólo presupone nuestra
inteligencia y voluntad, sino que también y sobre todo presupone un cambio que involucra nuestra
vida: sentimiento, corazón, corporeidad y relaciones humanas. Pues bien, la fe en Cristo es
verdaderamente la fuerza transformadora de nuestra vida. Y para que la fe, no sea algo ajeno o
separado de la vida concreta Benedicto XVI subraya que es necesario que las fórmulas esenciales de
la Fe sean mejor renovadas, comprendidas y oradas.

Otro punto esencial que Benedicto XVI ha subrayado es el carácter eclesial de la fe. El afirma que
“nuestra fe es verdaderamente personal sólo si es también comunitaria: puede ser mi fe sólo si se vive
y se mueve en el «nosotros» de la Iglesia, sólo si es nuestra fe, la fe común de la única Iglesia.” Él
quiere subrayar que “es en la comunidad eclesial donde la fe personal crece y madura”. Por eso la
Iglesia “desde el principio es el lugar de la fe”, y “el lugar de la transmisión de la fe” y “relegar la fe a
la esfera de lo privado contradice su naturaleza misma”.

El Papa ha subrayado también la racionalidad de la fe en Dios. Él afirma que el conocimiento de la fe


no va contra la recta razón. Por eso “es falso el prejuicio de algunos pensadores modernos, según los
cuales la razón humana estaría bloqueada por los dogmas de la fe”. La fe es un verdadero
conocimiento irreductible a cualquier otra forma de conocer como la ciencia o la opinión. En cuanto
que la fe es conocimiento, el que cree, sabe, y accede a la verdad no por sí mismo, sino mediante el
testimonio de quien conoce directamente. “Dios, con su gracia, ilumina la razón, abre nuevos
horizontes, inconmensurables e infinitos. Por eso, la fe es un fuerte incentivo para buscar siempre, a
no detenerse nunca y a no evadir nunca el descubrimiento inagotable de la verdad y de la realidad”.
Para Benedicto XVI “intelecto y fe, de frente a la revelación divina no son extraños o antagonistas,
sino son las dos condiciones para comprender el significado, para acoger el mensaje auténtico,
acercándose al umbral del misterio”. De ahí, es razonable creer y “vale la pena gastarse por Cristo,
sólo Él satisface los deseos de verdad arraigados en el alma de cada hombre: ahora, en el tiempo que
pasa, y en el día sin fin de la beata Eternidad”.

Benedicto XVI ha desarrollado finalmente una rica reflexión sobre la fe de María a partir del gran
misterio de la Anunciación. La fe de María se demuestra de modo especial cuando ella “confía
plenamente en la palabra que le anuncia el mensajero de Dios”. Y de ahí, se convierte en un modelo y
madre de todos los creyentes. Un aspecto importante sobre la fe que el Papa hace hincapié es el
elemento de la oscuridad. Él afirma que “la apertura del alma a Dios y a su acción en la fe, también
incluye el elemento de la oscuridad”. Así lo podemos ver en la vida de María, “su fe vive la alegría de
la Anunciación, pero también pasa a través de la oscuridad de la crucifixión del Hijo, a fin de llegar
hasta la luz de la Resurrección. El "sí" de María a la voluntad de Dios, en la obediencia de la fe, se
repite a lo largo de toda su vida, hasta el momento más difícil, el de la Cruz”. Para Benedicto XVI “es
por su fe que todas las generaciones la llamarán bienaventurada”.

S-ar putea să vă placă și