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Principales Zonas de Fractura

Zona de Fractura de Charlie – Gibbs


La Zona de Fractura Charlie-Gibbs es una estructura tectónica constituida por dos zonas de
fractura paralelas ubicadas en la parte central de la cuenca del Atlántico Norte, cerca de los 53 o
de latitud Norte, considerada la más prominente de las interrupciones de la alineación general de
la Dorsal Media Atlántica Azores e Islandia. La estructura puede ser detectada en el relieve
submarino a lo largo de más de 2000 km, desde el noreste de la Tierra Nueva al suroeste de
Irlanda. Se estima que habrá tardado más de 90 millones de años para que el movimiento de las
placas tectónicas llevar a la creación de una estructura con esa longitud.
La estructura resultó de la acción diferencial de dos fallas transformadoras, la cual llevó al
desplazamiento del eje de la Dorsal Media Atlántica para el este y el oeste en relación a su
progreso general en esa región, creando una discontinuidad lateral.
Zona de Fractura de Kurchatov
La sección activa de la zona de fractura se caracteriza por una depresión profunda de 55° de
tendencia, que se cree que representa un centro de expansión oblicuo. No hay indicación de la
presencia de una falla de transformación. Las fallas oblicuas observadas dentro de la zona de
fractura probablemente se produjeron por cizallamiento repetido y curación del fondo del mar
dentro de la sección activa y pueden controlar la tendencia del centro de expansión oblicuo.
Movimientos verticales posteriores a lo largo de algunas de estas fallas oblicuas han producido
paredes dentadas espectaculares para el valle de la zona de fractura. La persistencia de la
topografía de la zona de fractura requiere que los dos lados de la fractura se suelden juntos después
de abandonar la sección activa.
Zona de Fractura entre la zona de Kane y Atlantis
Entre las zonas de fractura de Kane y de Atlantis es una dorsal de tipo lento con un tasa de
expansión media entre 10 y 14 mm/a; interrumpida por 17 discontinuidades de segundo y tercer
orden. Estas discontinuidades delimitan diversos segmentos con longitudes que oscilan entre 20
y 85 km. Todo el tramo presenta numerosas fallas normales asociadas al proceso de extensión,
que controlan la morfología del valle (graben) axial.
La zona de fractura de Atlantis, localizada en el extremo norte (30°N), es un valle transformante
subperpendicular al eje de la dorsal. Las máximas profundidades del área son de 5.200 m se
localizan precisamente en las cuencas nodales que se forman en la intersección entre el valle
transformante y el valle interno de la dorsal.
A lo largo de la dorsal son apreciables los cambios de orientación y los desplazamientos laterales
del valle axial, evidenciando la naturaleza discontinua y segmentada del eje de la dorsal.
El valle axial se encuentra flanqueado por escarpes de falla que conforman las denominadas
paredes internas. Estas paredes internas no son continuas, si- no que se encuentran interrumpidas
a lo largo de la dorsal por diversas cuencas extensionales y colinas abisales elongadas y
subparalelas al eje de la dorsal.
Zona de fractura de Vema
La fractura consiste en un canal alargado, en forma de paralelogramo, bordeado al norte y al sur
por paredes estrechas y altas. El suelo del valle en tendencia W-E está segmentado por crestas y
canales del sótano que tienen una tendencia W10 ° N y están profundamente enterrados por los
sedimentos. El flujo uniforme de calor alto caracteriza el área del valle. Los valles sísmicamente
inactivos al sur de la fractura Vema, también con tendencia W10 ° N, se interpretan como zonas
de fracturas relictas. Explicamos el alto flujo de calor y la forma de la fractura de Vema como
resultado de la propagación secundaria del lecho marino producida por una reorientación de la
dirección del lecho marino que se extiende desde W10 ° N al oeste-este. Esta reorientación
probablemente comenzó hace aproximadamente 10 millones de años.
Zona de fractura de Romanche
La zona de fractura de Romanche cuyo segmento activo desplaza la dorsal medioatlántica, con
un sentido de este-oeste, tiene una longitud próxima a los 1000 kilómetros y se distribuyen cerca
del ecuador. Esto explica el encaje casi perfecto que se distingue entre el saliente de la costa
nororiental de Brasil, en Sudamérica, y el entrante del golfo de Guinea en África.

Ilustración 1 Separación de las placas euroasiática con la norteamericana

La dorsal Mesoatlántica es la zona de rift por dónde se separan la placa tectónica euroasiática y
la placa norteamericana y que se sitúa en el centro del océano Atlántico. El magma va saliendo
por las fisuras y solidificando formando nuevo suelo oceánico. La velocidad de salida de magma
y de separación de las placas determina cuánto magma se va acumulando en altura. En las zonas
más activas, llamadas puntos calientes, la acumulación de magma forma montañas que pueden
llegar a superar el nivel del mar y formar islas, como Islandia.
La continua salida de magma en estos puntos calientes crea estructuras características, como
los volcanes en escudo. Estos volcanes son de grandes dimensiones y pendiente suave al formarse
durante muchos años por capas sucesivas de magma basáltico fluido. Algunos de los ejemplos
más destacados son el volcán Mauna Loa, en Hawái, o el volcán Skjaldbreidur, en Islandia (su
forma dio origen al nombre de volcán en escudo).
Ilustración 2 Origen de apertura de las dorsales oceánicas

La parte más profunda y grande de la dorsal se explaya a 3.000 a 5.000 m por debajo de la
superficie del océano y sus montañas tienen una altura que va desde los 1.000 y unos 3.000 m.
Tiene 10 km de espesor y sus paredes 3 metros de altura, y según la teoría de la tectónica de
placas, esta cordillera distancia dos placas opuestas del océano en donde el lecho marino se abre.
En su parte media muestra una hendidura de entre 20 a 50 km y sumamente profunda que se abre
3 cm por año, la que se conoce como fisura atlántica. El movimiento de esta genera el
desplazamiento de los sectores que delimita generando como consecuencia de movimientos
sísmicos.
En la superficie de la Dorsal Medio Atlántica se puede percibir la existencia de lavas en
almohada, las cuales solo se pueden forman cuando el magma fluido proveniente del centro del
globo se desliza de forma brusca hacia las aguas. Esto demuestra que es una zona de ascensión
de los materiales provenientes del centro del planeta. Si bien todas las dorsales oceánicas se
caracterizan por la gran actividad sísmica y volcánica, en la dorsal medio-atlántica tienen foco
el 80 % de los terremotos del océano Atlántico.

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