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TRABAJO PRÁCTICO

Negligencia

Instituto Superior de Formación Docente n°3 Dr. Julio Cesar Avanza


Profesorado de Ingles
Materia: Perspectivas Acerca de los Sujetos de la educación
Negligencia, puede definirse como desprotección, descuido y/o abandono.
El primer paso para ayudar a los niños que han sido maltratados o descuidados es
aprender a reconocer los indicios de maltrato. La presencia de un solo indicio no significa
necesariamente que el maltrato de menores esté ocurriendo en una familia. Sin embargo,
es posible que se deba examinar la situación con más detalle cuando estos indicios
aparecen repetidamente o en combinación.

Abordamos el tema Negligencia a través de la publicación realizada por el Ministerio de


Cultura y Educación de la Nación “Qué puede y debe hacer la escuela frente al maltrato
infantil”.
En la práctica escolar es posible detectar distintas situaciones de violencia que ocurren
dentro de este ámbito o fuera de él. Es por ello que la tarea docente requiere de la
sensibilidad del mismo para detectar este tipo de situaciones y actuar en la prevención.
El maltrato a los niños y niñas es un grave problema social, con raíces culturales y
psicológicas, que puede producirse en familias de cualquier nivel económico y educativo.
El maltrato vulnera derechos fundamentales de los niños y niñas y por lo tanto, debe ser
detenido. Es por ello que es fundamental el rol del docente y de la institución.
Todas las formas de maltrato producen efectos en el desarrollo integral de los niños.

Si existe posibilidad de que un niño en la escuela, pueda estar sufriendo negligencia. Es


fundamental hacerse las siguientes preguntas, para su posterior detección:

 ¿Es habitual que el niño tenga necesidades materiales no atendidas?


 ¿Está el niño robando o acumulando comida consistente u ocasionalmente?
 La forma en la que están cuidando al niño, ¿es culturalmente aceptable, una forma
diferente de vida o un caso de negligencia?
 ¿Describe el niño una conducta parental que podría indicar abuso de drogas o
sustancias?
 ¿El niño falta mucho a clase?
 ¿Tiene dificultades para mantenerse despierto en clase?
 ¿Está vestido de manera inapropiada para las condiciones del tiempo?
 ¿Exhibe de manera consistente cuidados higiénicos insuficientes?

El hecho de que el personal escolar identifique y notifique situaciones de desprotección


infantil es una forma de prevención, ya que evita que el problema persista o se agrave.
Las escuelas pueden ayudar a prevenir la desprotección infantil a través del desarrollo de
programas, específicos o integrados en los contenidos curriculares, dirigidos a los niños y
adolescentes. Las acciones que debe realizar la escuela para detener estas situaciones
son:

 Realizar actividades de prevención con los niños y las familias.


 Identificar los casos de maltrato
 Realizar intervenciones preliminares en las situaciones detectadas, a través del
gabinete o de docentes sensibles y capacitados para abordar el tema, o derivando
y/o denunciando los casos de maltrato a los organismos pertinentes.

Estos programas pueden abordar los siguientes contenidos:

Habilidades de socialización

Pretenden que los niños aprendan a relacionarse adecuadamente con sus iguales. Los
conocimientos actualmente disponibles muestran que hay cuatro habilidades básicas que
los niños necesitan aprender para relacionarse apropiadamente con los demás:

• Aprender a expresar sus necesidades y pedir ayuda.

• Aprender cómo expresar los sentimientos de forma apropiada.

• Aprender a asumir la responsabilidad de las propias acciones.

• Aprender a tomar decisiones y resolver problemas.

Los niños tienen que aprender cómo hacer frente a las dificultades y los problemas. De
esta manera, tendrán mayor control sobre sus vidas, se sentirán menos vulnerables y
tendrán menos posibilidades de ser agredidos por otras personas. Por lo tanto, también
necesitan desarrollar una imagen positiva de sí mismos y sentirse valiosos y capaces.

Auto-protección

Estos son importantes para que los niños aprendan a defenderse de las agresiones de
otras personas, sobre todo para evitar los abusos sexuales.

La influencia positiva que el personal escolar puede tener en los niños y en sus padres es
muy importante. Por una parte, los profesores pueden ayudar a los padres a enfrentarse y
manejar de forma adecuada determinadas conductas de los niños, y pueden ayudarles a
darse cuenta de los aspectos positivos de sus hijos, haciendo que construyan una imagen
de ellos como seres capaces de los que sus padres pueden sentirse orgullosos. Cuando los
padres sientan que pueden confiar en los profesores, acudirán a ellos en busca de
asesoramiento y apoyo ante situaciones de dificultad.
Los profesores pueden ser también un modelo positivo para los padres, a través de su
ejemplo.
Los profesores pueden orientar a los padres a otros servicios comunitarios cuando
identifican problemas que no pueden abordarse desde la escuela.

Cuando se encuentren con familias en las que hay problemas de desprotección o están en
situación de alto-riesgo, es importante que el personal escolar:

• Tenga contactos más frecuentes con estos padres para hablar sobre la situación y los
progresos de los niños.

• Se centre en los aspectos positivos de la familia y de los niños, sin obviar hablar sobre
sus dificultades.

• Centre sus conversaciones con los padres en el futuro, no en el pasado.

• Ayude a los padres a anticipar problemas.

• Ayude a los padres a conocer mejor a sus hijos hablándoles de las cosas que los niños
hacen en el colegio y de sus logros.

• Disponga de documentos y materiales que puedan prestar a los padres.

Para poder proteger a un niño o adolescente, minimizar los efectos del maltrato y poderle
aportar las condiciones de cuidados psíquicos y físicos adecuados, es necesario en primer
lugar conocer que ese niño está en situación de desprotección, es decir, detectar el
problema.

Los niños o adolescentes que han sufrido abandono o maltrato pueden presentar algunas
de las siguientes características: baja autoestima, conductas negativas, retraimiento,
incapacidad para confiar o amar a otros, conducta agresiva, problemas de disciplina,
coraje y rabia, pasividad, miedo a establecer relaciones nuevas, entre otras.

A continuación, proponemos un procedimiento general del profesor para actuar en esta


fase de identificación del maltrato:

• Comunicarlo al tutor, si lo ha detectado otro profesional.


• Observar sistemáticamente al alumno en diferentes espacios y momentos: recreo,
clase, interacciones con otros adultos y niños y en los contactos con la familia.

• Obtener información a través de otros profesores o profesionales que conozcan al


menor, a través de una entrevista a la familia y, en su caso entrevista con el niño o
adolescente.

• Informar al equipo directivo del centro.

• Acordar, si es posible, algunas actuaciones conjuntas que puedan llevar a mejorar la


situación del alumno. En ocasiones una orientación a la familia puede detener el
problema.

• Si se considera necesario, acudir a servicios de apoyo especializados (Equipo de


Orientación Educativa y Psicopedagógica o Departamento de Orientación), que pueden
realizar una valoración más exhaustiva y que ayudarán a marcar un plan de actuación
conjunta con el tutor. En ocasiones el maltrato puede deberse a problemas que pueden
abordarse desde el centro.

• Si fuese necesario intervenir en el ámbito familiar, se notificará a los Servicios Sociales

• Si la situación detectada se valorara de alto riesgo para el menor, grave y urgente, se


derivará inmediatamente a Servicios Sanitarios (si se trata de un daño físico), Servicios
Sociales o Comisión de Tutela o Policía.

En caso de la existencia de algún indicador, para ampliar la información que nos permita
valorar la situación de riesgo, recurriremos a:

1-. La observación

2-. La información. Nos la pueden aportar otros profesores o profesionales que tengan o
hayan tenido contacto con el niño o con el entorno familiar.

3-. Entrevistas a la familia

4-. Entrevistas al niño o adolescente. La entrevista con el alumno dependerá de la edad.


Con los más pequeños se puede recabar información a través de juegos, dibujos, cuentos,
etc.

• Deben hacerla sólo profesionales en los que el niño confíe


. • Asegurarse de que el profesional es el más adecuado, se ha de valorar en equipo y, si es
necesario, pedir asesoramiento.

• Utilizar un lugar tranquilo y privado.

• Sentarse al lado del niño, no enfrente, y con algo en medio a modo de barrera, como la
mesa.

• Decirle al niño que la conversación es privada y qué es lo que debemos contar de ella, a
quién y las razones.

• Utilizar un lenguaje comprensible para el niño o adolescente.

• Informar de las acciones futuras

Formas de intervención

Frente al problema de la violencia familiar, existen distintas formas de intervención que se


pueden encarar desde la escuela. Algunas son de carácter general y no dependen de la
presencia de situaciones específicas de violencia, tales como:

§ Estar actualizado respecto del enfoque de derechos en materia de infancia y


adolescencia, las normativas vigentes acordes a la Convención sobre los Derechos del
Niño, las problemáticas de la violencia, el maltrato intrafamiliar y las formas pacíficas de
resolución de conflictos.

§ Estar atento a las señales físicas o de conducta de los estudiantes que nos pueden
indicar que nos encontramos frente a una situación de abuso o maltrato.

§ Trabajar estos temas en el aula como contenidos.

§ Realizar talleres y grupos de reflexión entre los integrantes de la comunidad educativa


para abordar la problemática.

Caso de negligencia en una institución escolar

Reciente fallo español que indemniza por daños a una familia por la negligencia de una
institución educativa especializada en el proceso educativo de un niño con autismo. Un
caso novedoso y relevante de responsabilidad patrimonial del Estado por falta de atención
educativa de un niño con Trastorno del espectro autista

En la sentencia que comentamos se condena a la Xunta de Galicia a pagar 6.000 euros, en


concepto de daños, a una familia por el comportamiento negligente de un colegio público
de la Coruña en la atención y contención de un niño con autismo.

Como sostuvo el Tribunal, el establecimiento al que concurría un niño era un centro de


atención preferente a niños con necesidades educativas especiales, lo que agrava la
negligencia omisiva.

El problema: Al producirse el cambio de curso producto de un nuevo año lectivo el niño X


se encontró que en su clase ya no estaban sus anteriores tutora y pedagoga terapeuta
(PT), por un concurso de traslados, pero, sobre todo, en el aula no se habían colocado los
pictogramas y apoyos visuales que sirven para la comunicación del niño, que tiene una
minusvalía del 65 % que le afecta especialmente el área del lenguaje.

Esto generó en el niño, según cuenta la sentencia, un comportamiento disruptivo durante


el curso, alterándose constantemente, por el notorio cambio de ambiente escolar y la
pérdida de sus apoyos en el aula. «Cuando suprimen apoyos visuales que resultan
imprescindibles para que al menor le resulten previsibles las tareas» y que además «se
utilizaron en cursos anteriores y entendemos también que en los posteriores». También
los cambios de tutora y pedagoga terapeuta, con las cuales el niño había construido una
relación empática y de confianza, influyeron en su comportamiento. Esto es considerado
negligencia.

Los cambios producidos con un nuevo ciclo lectivo significaron, por la modificación
sustancial de los apoyos del niño en materia escolar, un retroceso en el proceso de su
tratamiento, que no afecta solamente el aspecto educativo, sino que influye en su salud
general, en sus posibilidades de progreso y desarrollo.
Bibliografía

https://www.academia.edu/32367671/Protocolo_de_acci%C3%B3n_docente_ante_situac
iones_de_Maltrato_Infantil

https://www.pensamientocivil.com.ar/doctrina/3284-comportamiento-negligente-un-
colegio-publico-negligencia-omisiva

http://www.madrid.org/dat_norte/WEBDATMARCOS/supe/convivencia/materiales/guia_
protocolo_maltrato.pdf

http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL003091.pdf

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