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Para referirse a esta obra de la colecta, Pablo utiliza diversos términos: th.n
ca,rin kai. th.n koinwni,an th/j diakoni,aj “gracia”, “comunión”, “servicio” (8,4); th.n
ca,rin “gracia” (8,6); th/| ca,riti tau,th| th/| diakonoume,nh| “gracia de servicio” (8,19);
euvlogi,an “don generoso” (9,5 - 2x); diakoni,a th/j leitourgi,aj “servicio litúrgico”
(9,12); diakoni,aj “servicio” (9,13).
Toda esta terminología pone de manifiesto que la colecta posee una dimensión
social, pero, sobre todo, sitúa la colecta en un contexto teológico y eclesial. Es
por esto por lo que en este capítulo nos disponemos a aproximarnos a estos
términos más significativos, situándolos en el transfondo de la teología paulina.
1
J.GNILKA., Pablo de Tarso, [Herder: Barcelona 1998], 154.
1
Primeramente haremos una distinción del término “ptwco,j” y “pe,nhj”, ambos
referidos a la pobreza, ya que en último termino es la situación que la colecta
pretende socorrer, tomando su sentido material, tanto en las comunidades
paulinas que fueron las benefactoras, como en la comunidad de Jerusalén que
era la solicitante2, pero también, y de una manera más especial dentro de este
capítulo, su sentido teológico- espiritual, pues toda obra emprendida por Pablo
tiene detrás una intencionalidad teológica o catequética- evangelizadora.
Para llegar a comprender qué entiende Pablo por “pobre” y “pobreza” en sus
escritos, especialmente en las cuatro cartas que hacen mención a esta
situación referida en la colecta, comenzaremos por hacer un recorrido por los
significados que se han dado a lo largo del tiempo a estos dos términos
“ptwco,j” y “pe,nhj” y a la situación socio-económica que ambos encierran.
2
Aunque es importante aclarar que esta aproximación a la pobreza material ya se hizo en el primer
capítulo, abarcando tanto la situación de la Judea del s. I como las comunidades paulinas en general.
2
1.1. Pobre y pobreza en el contexto histórico y social contemporáneo al
Nuevo Testamento.
3
B.J. MALINA., “El mundo del Nuevo Testamento. Perspectivas desde la antropología cultural”, en
Ágora I (1995), 114.
4
B.J. MALINA., “Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea del siglo I”, en Ágora II (1996),
146.
5
H. ESSER., “Pobre”, 381.
3
Estas ideas reflejan la mentalidad griega. Los griegos llamaban “ptwco,j” al que
sufría una completa indigencia que forzaba a buscar ayuda de otros por la
medicidad:
significado griego fundamental del vocablo (2Sam 12,1.3.4; Eclo 4,14; 5,7; Sal
81,3), pero por lo general pe,nhj designa a los oprimidos y marginados desde el
punto de vista económico y jurídico y en este caso reemplaza 29 veces a !Ay=b.a,,
12 veces a ynI©[' y 9 a lD".ª Dado que todas estas palabras se traducen también
por ptwco,j, sobre todo ynI©[' y lD"ª, pero también 11 veces !Ay=b.a, queda
6
B.J. MALINA., “Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea del siglo I”, 147. Estos dos
términos serán retomados más adelante.
4
injusticia y, por consiguiente, en las faltas de la comunidad y en la
desobediencia a Dios7.
7
L. COENEN., “Pobre”, en Diccionario Teológico del Nuevo Testamento III, [Sígueme: Salamanca
1986], 380.
8
HOMERO, Odisea XVII, 10-13-18S.
9
Probablemente el origen del valor meritorio de las obras de beneficencia se encuentre en la exigencia
profética de hacer prevalecer la misericordia a los sacrificios.
10
L. COENEN., “Pobre”, 381.
5
Lucas (Hch 4,37; 5,2; 6,1-6), que explica la beneficencia a los pobres en la
comunidad cristiana, existía ya un sistema organizado similar en el judaísmo.
La Misná menciona primero una ayuda para los pobres, distribuida diariamente
a los pobres de paso, especialmente alimentos; luego habla de un reparto
semanal de alimentos y vestidos a los pobres de la ciudad. Este autor atribuye
a la primera el servicio de las mesas, según Hch 6,2, y a la segunda el servicio
de las viudas11.
11
J. JEREMIAS., Jerusalén en tiempos de Jesús. Estudio económico y social del mundo del Nuevo
Testamento [Ediciones Cristiandad: Madrid 2000], 181-183.
12
K. F. NICKLE., The Collection. A Study in Paul’s Strategy [SCM PRESS: London 1962], 94
6
diáspora ciertos mecanismos de acogida a los peregrinos, a los pobres judíos,
a los que pertenecen a la fe de Israel13.
Pero, hay que tener en cuenta que la colecta Paulina es totalmente diferente de
las prácticas judías. El rico significado teológico que Pablo atribuye a su colecta
sólo puede brotar de un contexto cristiano14.
Según C. Gil, tenemos indicios de que los primeros cristianos ejercieron una
hospitalidad asumiendo la institución del hospitium15. En varias ocasiones las
cartas de Pablo sirvieron como cartas de recomendación para acoger a algún
hermano en la comunidad destinataria (cf. Rom 16,1-2; 2Cor 3,1; 8,16ss; Flp
2,19). En estas ocasiones Pablo se esforzó para que el hermano acogido fuese
considerado como propio hermano. El acogido era considerado en su entorno
un “extraño”, un “extranjero”, de ahí que en Rom 12,13, la hospitalidad es
concebida como “filoxeni,a”, como “amor al extraño”. En Rom 16,23, Gayo es
presentado como anfitrión de Pablo y de toda la comunidad utilizando la misma
raíz: xenoj. En Flm 1,22 Pablo pide hospedaje a Filemón en los mismos
términos16.
Estos ejemplos nos revelan cómo penetró en las comunidades paulinas una
consideración positiva del “extraño” a través del hospitium o xeni,a. La necesidad
de generar una conciencia de comunidad, más allá de las fronteras de la
asamblea local, llevó a Pablo a establecer una red de hospitalidad por la que se
asumió al “extraño” como un signo de universalidad de la Iglesia de Dios. En
este contexto se entiende mejor la colecta como un vínculo de carácter
universal, además del evidente sentido económico y de la ayuda que suponía
13
F. D. NOEL, (ed), “Poor” – “Poverty”, 167.
14
G. PANIKULAM., Koinonia in the New Testament. A dynamic expression of Christian life [Biblical
Institute Press: Rome 1979], 38.
15
Se trata de una institución indígena que pervivió en época romana. Consistía en que un individuo o
grupo familiar se aseguraba un movimiento fuera del territorio propio con los menores riesgos posibles.
Estos pactos de hospitalidad entrañaban una serie de derechos y obligaciones mutuos destinados a
garantizar a los hospes de las dos comunidades firmantes del pacto el disfrute del mismo régimen de
hospitalidad en sus territorios. Los pactos podían establecerse entre ciudades, grupos gentilicios o
individuos. Cronológicamente los testimonios sobre el hospitium van desde el s. II a. C (texto de
Diodoro) hasta la primera mitad del s. I d. C. E. PERALTA LABRADOR, Los Cántabros antes de Roma,
[Real Academia de la Historia: Madrid 2003], 142.
16
C. GIL., “Extranjero y hermano: el otro en las comunidades paulinas”, en Reseña Bíblica Nº 46
(2005), 29-36.
7
para los destinatarios. Este gesto de solidaridad, que para Pablo significará
además un gesto de comunión (cf. Rom 15,30-32), es un ejemplo de los
mecanismos que Pablo desarrollará para que el universalismo de la Iglesia de
Dios sea real en la vida de cada creyente17.
Según las ideas del Antiguo Testamento y del oriente antiguo, el pobre se halla
bajo la especial protección de la deidad. El pobre (ptwco,j) es aquel que se ha
visto privado de sus derechos hereditarios (de la tierra). Puesto que la tierra es
propiedad de Yahvé y ha sido dada por él al pueblo entero, no tiene que existir
en Israel la pobreza permanente (Código de la Alianza). El Deuteronomio,
según el cual no tendría por qué haber pobres en Israel, contiene extensas
disposiciones de protección a favor de éstos. En la literatura rabínica los
enfoques de una ideología de los pobres siguen siendo también un fenómeno
marginal. No obstante, la beneficencia a favor de los pobres ocupa un lugar
importante19.
Veamos con más detalle cómo el libro de la Alianza (Ex 20,22-23,19) hace
referencia a esta situación:
17
C. GIL., “Extranjero y hermano”, 33.
18
J. L. SICRE DÍAZ, “La Torá y la preocupación por los pobres”, en Reseña Bíblica Nº 29 (2001), 5-12.
19
H. MERKLEIN, “Ptwco,j”, en Diccionario exegético del Nuevo Testamento II, [Sígueme: Salamanca
1998], 1260.
8
Ex 21.2: El israelita que, como consecuencia de sus apuros económicos, se ha
visto obligado a venderse como esclavo, deberá recobrar su dignidad en el año
sabático.
Ex 22,22-26: La explotación y la opresión de los pobres está prohibida.
Ex 22,27b: El mismo Yahvé se proclama a sí mismo protector de los pobres.
Ex 23,6s: No deben pisotearse los derechos del pobre.
Ex 23,10s: En el año sabático, el año en el que se deja la tierra baldía, el
producto de la misma pertenece a los pobres.
20
H. ESSER., “Pobre”- “pobreza”, en Diccionario Teológico del Nuevo Testamento III, [Sígueme:
Salamanca 1986], 381382.
21
En el primer capítulo se ha comentado el sustento de los levitas.
9
obliga a celebrar las fiestas e invitar a participar de ella a los más humildes (Dt
16,11.14).
Los libros del Nuevo Testamento reflejan la pobreza de las masas oprimidas,
primero por Herodes y luego por la administración romana. “Ésta es una de las
22
F. D. NOEL, (ed), “Poor” – “Poverty”, en The Anchor Bible Dictionary [ Doubleday: New York
1997], 167. 164.
23
L. COENEN., “Pobre”, 382.
10
razones por las cuales Pablo debe consagrar parte de su actividad a la colecta
para la comunidad cristiana de Jerusalén”24.
De 1Cor 16, 1-4, donde se dice que la colecta debe hacerse poco a poco,
semana a semana, se deduce una economía de gentes modestas, no
indigentes, pero que tampoco disponen de un capital.
24
É. LIPÍNSKI., “Pobreza”, en Diccionario Enciclopédico de la Biblia, [Herder: Barcelona 1993], 1228.
25
H. MERKLEIN., “Ptwco,j”, 1265
26
Aunque en Rom 15,26 aparece “los pobres de los santos en Jerusalén” es difícil decidir claramente si se
trata de un genitivo epexegético o de un genitivo partitivo, sin embargo el uso absoluto de los pobres en
Gál 2,10 permite deducir que se trata de una denominación con que los miembros de la comunidad de
Jerusalén se conocían a sí mismos. H. ESSER., “Pobre” 384.
27
H. MERKLEIN., “Ptwco,j”, 1265.
11
pobreza de Jesús (cf. Lc 2,7; Mt 8,20), a quien los evangelios presentan
siempre atento al destino y cuidado de los pobres (Mc 12,41-44; Lc 16, 19-31;
18,22; 21,1-4; Jn 13,29)28.
Lo que es claro es que Pablo tiene una gran preocupación por la colecta para
ayudar a los pobres de Jerusalén y con este motivo recurre a los principios
básicos de la tradición cristiana: en la generosidad económica “se prueba la
sinceridad de la caridad” (2Cor 8,8); entre hermanos debe reinar la solidaridad
y la igualdad (2Cor 8,13-14); la fundamentación está en el ejemplo de Cristo
(2Cor 8,9)33.
28
É. LIPÍNSKI., “Pobreza”, 1228.
29
Para profundizar en la cristología paulina que brota como consecuencia de este recurso: J. BECKER,
Pablo el Apóstol de los paganos [Sígueme: Salamanca 1996], 152-153.
30
J.J. O’ROURKE., “Segunda carta a los Corintios”, en Comentario Bíblico “San Jerónimo” IV,
[Ediciones Cristiandad: Madrid 1972], 85.
31
Para ampliar el tema de la división en Corinto G. THEISSEN, Estudios de sociología del cristianismo
primitivo, [Sígueme: Salamanca 1985], 235-257.
32
Sobre este punto J. JEREMIAS., Jerusalén en tiempos de Jesús, 182.
33
R. AGUIRRE MONASTERIO., “Pobres y ricos en el cristianismo primitivo”, en Reseña Bíblica Nº 29
(2001), 38.
12