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JORDI SERRA I FABRA ​ESCRITOR, PROTAGONISTA DEL

VÍDEO VIRAL “APRENDEMOS JUNTOS”

“Tener sueños y creer en mí mismo


me hizo superar muchas cosas”
El escritor barcelonés es protagonista de un inspirador vídeo con
su historia de superación personal a través de las letras

​ RANCESC GÓMEZ
Planea visitar varios faros gallegos para inspirarse.​ F

MÓNICA P. VILAR
REDACCIÓN / LA VOZ

Es uno de los autores más prolíficos de España, con más de 500 libros publicados. Ha
tocado todos los palos: ensayo, novela, poesía, biografías... Opta por tercera vez al Premio
Andersen, considerado el Nobel de la literatura juvenil. Pero en las últimas semanas, Jordi
Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) se ha convertido en un auténtico fenómeno en la Red. El
culpable: un ​vídeo del proyecto ​Aprendemos Juntos​ del BBVA en el que cuenta cómo leer le
“salvó la vida” y cómo su sueño de ser escritor le permitió superar las palizas y vejaciones
que sufría en la escuela por su condición de tartamudo.

‒Escritor desde niño, con miles de páginas a sus espaldas y ahora en boca de todos
por un vídeo...
‒¡Es increíble! Amigos míos me dicen, Jordi, llevas 40 años diciendo lo mismo, y ahora de
repente sale un vídeo y lo han visto 20 millones de personas. Y voy por la calle y la gente
me reconoce: “Mira, hija, es el señor del vídeo de ayer”. Y yo que de la fama huyo, que
apesta, que quiero ser un tío discreto... Espero que sea algo pasajero. La fama, a mis años,
por algo que es lo que siempre he dicho, es increíble.
‒Pero es que su historia impresiona...
‒​¿Pero por qué impresiona? ¿Sabes cuánta gente ha sufrido bullying en la escuela como
yo? Soy tartamudo, vale, lo superé, lo normal. ¿Sabes cuánta gente ha luchado contra un
padre que no quería que su hijo fuera tal o cuál? No creo que yo sea diferente, pero como
soy escritor y llego a mucha gente joven, me toman como referente.
‒Su historia puede ser tristemente común, pero su reacción de agarrarse a la
literatura como salvavidas es inspiradora.
‒​Eso sí es cierto. Mucha gente ha vivido sintiéndose inferior sin ser capaz de reaccionar. Y
si estoy orgulloso de mí mismo es porque cada golpe que recibí me hizo más fuerte. Tenía
un sueño, ser escritor, y me aferraba a esto de una forma brutal. Para mí era la vida, y
recibía golpes y decía, sí vale, me estás pegando porque eres idiota pero yo seré escritor.
Me aferraba a ese sueño. Tener sueños, ir a por ellos, defenderlos, creer en mí mismo, todo
eso me hizo superar muchas cosas. Llámame tozudo, pero creo que la cultura que tenía fue
la clave de todo. Pero no creo en la cultura de ir a la escuela y aprender para pasar un
curso, creo en la cultura de la vida, y para mí leer es fundamental. Aprendes más leyendo
que estudiando. Defiendo leer un libro al día, a la semana, absorber. Siempre digo que leer
me salvó la vida.

“Aprendes más leyendo que estudiando. A mí leer me salvó la vida”

‒¿Es usted más compulsivo como lector o como escritor?


‒​Como escritor. Sigo leyendo, ahora no un libro al día, sino uno a la semana. Pero como
escritor soy una bestia cuando me lanzo sobre la máquina. Lo que me cuesta es el guion
previo. Si hay que viajar al lugar donde transcurre el libro, viajo, y paso unos días. No me
sirve Googlemaps. Ahí ves una ciudad pero no la sientes, no oyes los ruidos, las voces, no
captas los sentimientos de la gente. Por eso ahora en Galicia voy a estar un par de días
recorriendo los faros, porque es un tema que me interesa mucho para una novela. Y cuando
planifico una novela, según de qué sea, he de viajar, he de aprender, he de leer, ese
proceso es muy largo. Pero luego a la hora de escribirla la hago en una semana, 10 días...
Ahí sí que soy compulsivo.
‒¿Se va a colar entonces Galicia en una de sus novelas?
‒​Pues mira, a Galicia últimamente vengo una vez al año por lo menos, porque se están
publicando muchos libros míos en gallego, tanto en Galaxia como en Kalandraka. He visto
las últimas pelis de Tosar rodadas en ciudades gallegas. He estado por aquí, he recorrido
las rías... y reconozco que es la zona de España con más posibilidades para hacer películas
y novelas, y espero escribir algún día una ambientada enteramente en Galicia. Pero como
soy muy joven, tengo tiempo (ríe).
‒Para un escritor compulsivo como usted, 140 caracteres de un tuit deben sonar
como una condena...
‒​Hace unos años en México, en directo en una televisión, una periodista me preguntó:
“Señor Sierra i Fabra, no tiene usted redes sociales ¿por qué no tiene Twitter?” Y le dije:
“Mira, querida, para un tipo como yo, compulsivo, escribir algo en 140 caracteres es como
pedirle a alguien que haga el amor en dos minutos, cinco segundos y ocho décimas, ¡no se
puede!” No me gustan las redes sociales, para mí es un ruido increíble y el ruido me
molesta.

Sierra i Fabra protagonizó este lunes un encuentro literario en la librería Moito Conto de A
Coruña, con motivo de la traducción al gallego de la segunda de sus novelas sobre la joven
detective Berta Mir, publicada por la Editorial Galaxia.

‒Los libros de Berta Mir se apoyan en dos elementos muy en boga: la novela negra y
un personaje femenino fuerte.
‒​Más que novela negra, es novela policíaca. Y respecto a lo otro, muchos críticos literarios
suelen coincidir en que mis personajes femeninos son más fuertes que los masculinos. Se
ve que mi tanto por ciento femenino es muy elevado porque entiendo muy bien a las
mujeres, y cuando las retrato en una novela todo el mundo me dice que son muy fuertes,
muy intensas.
‒Usted ha escrito libros para niños, para jóvenes, para adultos... ¿Es más difícil
escribir para alguno de esos públicos?
‒​No, yo hago novelas, nunca me he preocupado de quien va a leerlas. Eso de juvenil es
una etiqueta inventada. Lo que pasa es que la gente piensa que si el protagonista tiene 18
años, ya es un libro para chavales. Pero yo no escribo para jóvenes, escribo de jóvenes,
que es muy distinto. Para mí solo hay dos categorías: niños y el resto. Porque cuando
escribo para niños hago un cuento con un tema infantil, con menos páginas... Pero ojo,
tampoco bajo el nivel del lenguaje.
‒Y ahora intenta transmitir a los más jóvenes ese amor a las letras a través de una
fundación.
‒​Tengo dos, una en España y otra en Colombia. Y un premio literario para menores de 18
años que ha descubierto un montón de autores. Y una revista online gratuita y trimestral
donde se enseña a escribir y escritores explican cómo trabajan ellos... No soy millonario
pero creo que en este mundo egoísta, materialista, si algo te sobra, tienes que compartirlo.
No te lo quedes en el banco porque te vas a morir y se va a quedar ahí. Como dice
Jodorowski, si la vida te ha dado un don, devuélvele a la vida un diez por ciento, y es lo que
hago. Si yo fuera Bill Gates, Steve Jobs o mi querido Amancio Ortega ¡tendría una
fundación Sierra i Fabra en cada lugar del mundo! Pero con lo que tengo, hago lo que
puedo, y la fundación es el legado que espero dejar.

Volcado profesionalmente en la literatura, Jordi Sierra i Fabra fue también un afamado


crítico musical en los años 70, fundador de varias revistas, incluido el fenómeno juvenil
Súper Pop.​

‒Profesionalmente la música quedó relegada pero en lo personal, ¿qué papel sigue


jugando en su vida?
‒​Pues verás. Te estoy hablando en mi despacho. Tengo delante de mí fotos en las que
estoy con Freddie Mercury, Leonard Cohen, Frank Zappa, Serrat, sentado en la mesa de los
Beatles de Apple Records... Solo hay una fotografía con un escritor, que es Gabriel García
Márquez. Y por detrás de mí tengo 30.000 discos, así que en mi despacho no hay libros,
hay música.
Dejé la música porque quería ser escritor, quería hacer novelas. Y vivía demasiado bien. Iba
a Nueva York en Concord, me ponían helicóptero, limusina, era un VIP, estaba todo el día
rodeado de estrellas, de giras, entrevistas... Y yo quería irme a América Latina, y a África, y
a Asia, quería vivir como un escritor, sentir cosas, que me pasaran cosas, absorber la vida.
Y si vives demasiado bien estás viviendo en una nube irreal. Así que un día, con dos hijos
pequeños le dije a mi mujer lo dejo todo. Y lo dejé todo para hacer novelas. Pero la música
sigue siendo mi energía. Viajar, la música, el cine y escribir, esa es mi vida. La música sería
mi segunda gran pasión pero nunca llegará a tanto como escribir.
‒¿Algo que musicalmente le haya sorprendido últimamente?
‒​No, ya nada me sorprende, querida. Las he visto de todos los colores, de todos los tipos.
Quizás lo que sí me sorprende es haya tantas chicas que les guste el reguetón. Yo no
podría bailar una cosa que me estuviera llamando perra, zorra, no sé qué... no podría. Así
que me sorprende que guste tanto un género musical que denigra tanto a la mujer.

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