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ESTUDIOS

La estructura de la acción humana


Daniel GONZALEZ LAGIER

1. INTRODUCCION dor un análisis de la acción humana que sortee en


la medida de lo posible el problema conceptual y
1.1. Existe una teoría de la acción de los filósofos se aproxime a ella a través del análisis de ciertos
y una teoría de la acción de los juristas (especial- elementos que, directa o indirectamente, se rela-
mente de los penalistas). Ambas se enfrentan a cionan con la acción. De manera que en este tra-
problemas semejantes y son en gran medida para- bajo quisiera analizar algunos de los elementos
lelas, pero se han desarrollado, al menos en la tra- comunes que podemos distinguir en un buen nú-
dición jurídica continental, de manera independiente mero de acciones (aunque quizá no en todas),
y sin contacto entre sí. Esta situación contrasta con como cerrar una ventana, disparar, matar, otorgar
lo que ocurre en el ámbito anglosajón, donde no es testamento, etc.
extraño encontrar filósofos interesados por los pro-
blemas que la teoría de la acción plantea a los pe- 1.3. Nuestro punto de partida, que espero que
nalistas y penalistas que recurren a las teorías de la suscite suficiente acuerdo, puede ser la siguiente
acción de los filósofos. Una buena muestra de esta constatación: El hombre puede interferir en el cur-
actitud la encontramos en un jurista como George so de la naturaleza, haciendo que tengan lugar
Fletcher, quien ha dicho que el Derecho Penal es acontecimientos que no se hubieran producido sin
"un tipo de filosofía jurídica y social". Con este tra- su intervención o evitando que tengan lugar acon-
bajo quisiera contribuir a acercar la teoría de la ac- tecimientos que hubieran acaecido sin la interfe-
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ción de los filósofos a quienes se ocupan de estas rencia humana • Muchas de estas interferencias en
cuestiones desde el lado del Derecho. el mundo se adaptan al siguiente esquema: En
primer lugar, el agente se forma la intención de
1.2. Si se repasa la literatura que se ha ocupado del producir un determinado cambio en el mundo; esta
concepto de acción (tanto desde la perspectiva filosó- intención es llevada a la práctica por el agente a
fica como desde la dogmática jurídico-penal) es fácil través de movimientos de su cuerpo: de alguna
advertir la dificultad que entraña llegar a un acuerdo manera, la intención pone en marcha el cuerpo del
acerca de cómo definir la acción humana. Probable- agente, que realiza ciertos movimientos que sabe
mente, muchos de los desacuerdos entre las distintas que se conectan (causalmente o de alguna otra
concepciones de la acción tiene lugar por el distinto forma) con el cambio pretendido, esto es, que son
peso que se otorga a los elementos relacionados con suficientes para producir el cambio en circunstan-
este concepto. Por ejemplo, la teoría causal de la ac- cias normales. Por ejemplo, el agente tiene la in-
ción, sostenida por algunos penalistas, al igual que la tención de abrir una ventana, por lo que realiza
teoría de la individualización de acciones de filósofos ciertos movimientos de su cuerpo (girar la mano,
como Elizabeth Anscombe o de Donald Davidson, presionar la manija de la ventana, etc.) que produ-
parece asumir una perspectiva naturalística, desde la cen la apertura de la misma.
que el elemento que aparece con mayor peso es la Pero es posible que la intención del agente no
secuencia de movimientos corporales o sus efectos fuera simplemente la de abrir la ventana, sino la de
causales. Para la teoría final de la acción de Welzel y ventilar la habitación abriendo la ventana. Entonces,
sus seguidores, o para la teoría del filósofo finlandés el cambio en el mundo consistente en la apertura
G.H. von Wright, que adoptan una perspectiva subje- de la ventana es un requisito causal del cambio pre-
tivista, el elemento central en el concepto de acción tendido por el agente: ventilar la habitación. Esto
es el de intención. Por último, para la teoría social de muestra que nuestros movimientos corporales pue-
la acción penal, o para la filosofía de la acción de au- den poner en marcha una cadena de cambios o
tores como Hart o Feinberg, el acento se pone en la consecuencias, algunas queridas y previstas, pero
dimensión social de la acción y en su "significado" a es posible que otras no (al abrir la ventana y venti-
la luz de reglas y convenciones '. larse la habitación, puede que baje demasiado la
Ante estas dificultades, quizá sea más promete- temperatura de la habitación, o que se desordenen
los papeles que hay sobre la mesa). Probablemente
1 Para una comparación de estas concepciones en el campo de la fi-
siempre que actuamos iniciamos una cadena de
losofía de la acción y de la dogmática jurídico-penal y una propuesta de
integración entre ellas puede verse Daniel González Lagier, Diez tesis
sobre la acción humana, en Isonomía, México, núm. 10, 1999 Y Las 2 No me voy a ocupar aquí de las omisiones, aunque algunas
paradojas de la acción, Universidad de Alicante, Alicante, 2001. de las ideas que se presentan pueden extenderse a ellas.

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consecuencias más o menos relevantes, aunque no vantes • Esta última categoría podría ampliarse (pa-
siempre somos conscientes de ello. ra dar cuenta de todas las acciones institucionales,
Ahora bien, rara vez hacemos referencia directa- esto es, de las acciones que producen determina-
mente a los movimientos corporales. Normalmente dos efectos porque tales acciones y tales efectos
interpretamos esos movimientos corporales a la están previstos en reglas), hablando de movimien-
luz de los cambios a los que han dado lugar: no de- tos corporales convencionalmente relevantes.
cimos que el asesino flexionó su dedo sobre un ga-
tillo, sino que mató a su víctima; ni decimos que Pe- 2.2. ¿Qué "cantidad" de movimientos corporales,
dro emitió ciertos sonidos delante de Juan, sino que por decirlo de una forma gráfica, forman parte de
le insultó. Esto es, nuestras descripciones de accio- una determinada acción? Puesto que normalmente
nes alcanzan cierto nivel de abstracción y tienen en realizamos una acción tras otra, y es posible que
cuenta los efectos de los movimientos corporales y incluso varias acciones en una misma ocasión (co-
el contexto en que tuvieron lugar. mo cuando voy andando y cantando al mismo tiem-
En definitiva, si tenemos en mente este esquema, po), es necesario introducir un criterio para selec-
cuando actuamos podemos distinguir, al menos en cionar qué movimientos corporales son los que
muchos casos, los siguientes elementos: tienen relación con una determinada acción (por
1) Una secuencia de movimientos corporales. ejemplo, poner un pie delante de otro es parte de la
2) Un efecto o cambio en el mundo producido por acción de andar, pero no de cantar). Creo que un
los movimientos corporales. criterio adecuado puede ser el siguiente: forman
3) Un vínculo entre la secuencia de movimientos parte de una acción todos aquellos movimientos
corporales y el cambio en el mundo (o entre un corporales que son condición suficiente de la pro-
cambio y otro). ducción del cambio interno a la acción, esto es, del
4) Una intención. cambio que define a la acción (véase el siguiente
5) La interpretación o significado de la acción. apartado). Así, la acción de abrir una ventana, por
En los apartados siguientes analizaré cada uno ejemplo, se compone de todos los movimientos
de estos elementos. corporales que son condición suficiente de abrir la
ventana. Si mientras abrimos la ventana estamos al
mismo tiempo sosteniendo un libro con la otra ma-
2. LA SECUENCIA DE MOVIMIENTOS no, los movimientos corporales involucrados en esta
CORPORALES segunda acción no forman parten de la primera. Y si
inmediatamente después de abrir la ventana ando
2.1. Los movimientos corporales son el sustrato a hacia el sofá, esta última secuencia de movimientos
través del cual las acciones "entran" en el mundo y lo corporales tampoco forman parte de la acción de
que excluye que sean entidades puramente concep- abrir la ventana.
tuales. Esto quiere decir al menos dos cosas: por un
lado, desde el punto de vista de los observadores, lo
único que en realidad vemos cuando un agente actúa 3. EL CAMBIO EN EL MUNDO
es una secuencia de movimientos de su cuerpo, que
nosotros interpretamos de una u otra forma. Por otro 3.1. El segundo elemento de las acciones que in-
lado, desde el punto de vista del agente, los movi- teresa analizar es precisamente el cambio en el
mientos corporales son el único medio que éste tiene mundo. De entrada, este elemento plantea el proble-
para generar acciones: realizar una acción consiste ma de si puede afirmarse que todas las acciones
muchas veces en realizar una acción distinta que ge- producen un cambio. Esta es, en realidad, una cues-
nera la primera acción. Enfrío la habitación al abrir la tión que depende en gran medida de qué se entienda
ventana, y abro la ventana al mover la manija. El pri- por "cambio". Hay un sentido débil en el que la res-
mer elemento de este proceso externo al agente (ex- puesta es trivialmente afirmativa: si todas las accio-
terno por contraposición a los sucesos mentales) son nes presuponen un movimiento de nuestro cuerpo y
los movimientos corporales. nuestro cuerpo pertenece al mundo, cada vez que
Cualquier acción ha de tener por tanto un aspecto realizamos una acción ocurre un cambio en el mun-
observable. Adoptar esta perspectiva implica dejar do. Muchas veces nos encontramos con que no po-
fuera de nuestro análisis a las acciones mentales demos describir el cambio producido por una acción
(que, en todo caso, son tan radicalmente diferentes con independencia de la descripción misma de los
de las acciones externas que merecen un análisis movimientos corporales que dan lugar a dicha acción.
separado) y a las omisiones (las cuales, aunque Esto es lo que ocurre cuando nos preguntamos cuál
guardan con las acciones positivas mayor parecido es el cambio de acciones como "flexionar un dedo" o
que las acciones mentales, también requieren un "correr": la respuesta suele ser que tales cambios son
análisis específico, del que no me ocuparé en este los de "haber flexionado un dedo" o "haber corrido".
trabajo), pero no a las acciones linguísticas, que, en En estos casos hacemos referencia a cambios en un
última instancia, consisten en la emisión de ciertos sentido débil. Pero nuestros movimientos corporales
sonidos, para lo que resulta necesario realizar mo- pueden producir otros cambios. Pueden provocar, por
vimientos corporales (movimientos de la laringe, de ejemplo, que una puerta se cierre, que un jarrón se
la boca, de los labios, ...). Así, Habermas habla de rompa, que un hombre o una mujer muera, que un
movimientos corporales causal mente relevantes y
de movimientos corporales semántica mente rele- 3 J(jrgen Habermas. Teoría de la acción comunicativa. Ed.
Taurus. 1987, pág. 140.

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bosque se incendie, que estalle una guerra. No me normativas (en última instancia consistentes en el
parece claro que pueda afirmarse que todas las ac- surgimiento de nuevas reglas, derechos y deberes),
ciones produzcan un cambio en este sentido más por lo que tales cambios pueden describirse a la luz
fuerte; al menos, no está claro que todas las accio- de dichas consecuencias.
nes produzcan un cambio relevante, distinto de los
movimientos corporales. 3.4. No todos los cambios naturales que ocurren
en el mundo pueden formar parte de las acciones:
3.2. A la vista de lo anterior, podemos afirmar que sólo aquéllos que, en última instancia, podemos
todas las acciones se relacionan conceptual mente producir por medio de movimientos corporales. Pero
con un cambio (en sentido fuerte o, al menos, débil) la expresión "poder producir", aun cuando la enten-
en el mundo. Llamaré a este cambio el "cambio in- damos en su sentido fáctico (y no en sentido nor-
terno a la acción". La relación entre una acción y su mativo), es demasiado vaga, y quizá convengan al-
"cambio interno" es conceptual, porque sólo deci- gunas observaciones para tratar de precisarla.
mos que la acción ha tenido lugar si dicho cambio La distinción entre lo que podemos y lo que no
se ha producido. Esto es, el "cambio interno" es el podemos hacer es demasiado tajante. En su lugar,
que da nombre a la acción (para que se haya reali- propongo que distingamos entre cambios (razona-
zado la acción de abrir la ventana, la ventana se blemente) dentro del control del agente (como ce-
debe haber abierto; para que se haya realizado la rrar una puerta), cambios fuera del control del
acción de matar a Pedro, Pedro debe haber muerto agente (como provocar que llueva mañana) y
por mi causa). Dicho de otra manera: identificamos cambios parcialmente dentro (o fuera) del control
las acciones y las distinguimos unas de otras aten- del agente (como hacer que aumente la esperanza
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diendo al cambio al que dan lugar • de vida o sacar un doce con los dadost Un cam-
bio está dentro del control de un agente cuando
3.3. En una teoría de la acción que resulte adecua- puede realizarse una acción que constituye una
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da para el Derecho es conveniente distinguir entre condición razonablemente suficiente del cambi0 •
cambios naturales y cambios o efectos institucionales Un cambio está totalmente fuera del control del
que, por decirlo así, se producen en dos "mundos" agente cuando no puede realizarse ni una condi-
distintos: el "mundo natural" o el "mundo normativo". ción suficiente ni siquiera una condición que, sin
Los cambios naturales son aquellos que se producen ser suficiente, contribuya a ese cambio. Y un cam-
con independencia de la existencia de reglas; los bio está parcialmente dentro del control del agente
cambios o efectos institucionales son aquellos cuya cuando sólo pueden realizarse condiciones que
producción depende de la existencia de una regla. contribuyen al cambio, pero no condiciones sufi-
Esta última afirmación no debe entenderse en ningún cientes del mismo.
sentido metafísico: cuando se dice que una norma Está claro que los cambios razonablemente dentro
constituye un cambio o una acción, hay que entender del control del agente pueden formar parte de las
esta afirmación en el sentido de que las normas ofre- acciones, mientras que no pueden hacerlo los cam-
cen nuevos esquemas de interpretación del cambio bios totalmente fuera del control del agente; pero
natural o la acción natural correspondiente. La muerte nos podemos preguntar qué ocurre con los cambios
de una persona es un cambio natural, porque es in- parcialmente dentro del control del agente. ¿Es una
dependiente de las reglas; éstas pueden prohibir dar acción producir un cambio de este tipo, o sólo con-
lugar a ese cambio, pero el cambio puede producirse secuencia en última instancia de nuestros movi-
con independencia de ellas. Ahora bien, matar a una mientos corporales, pero fuera del ámbito de lo que
persona en determinadas circunstancias constituye llamamos acciones? ¿Existe una acción de "aumen-
(esto es, puede interpretarse como) un homicidio o tar el nivel de vida", o de "sacar doce a los dados"?
un asesinato. Haber cometido homicidio o asesinato La respuesta no es nada obvia, y lo único que pue-
es un cambio institucional, al igual que haber contra- de decirse con seguridad es que nos encontramos
ido matrimonio o promulgado una ley. Una vez produ- en una zona de penumbra del concepto de "acción",
cido un cambio institucional, éste se caracteriza por porque serán circunstancias como los usos lingOís-
desencadenar una serie de consecuencias ticos o la mayor o menor influencia del azar en cada
caso concreto lo que nos lleve a una conclusión u

, La noción de cambio interno es fuertemente heredera de la 5 A su vez, podemos entender la expresión "dentro/fuera del
noción de van Wright de "resultado de una acción". La diferencia control del agente" como referida a un agente cualquiera en
es que para van Wright el resultado de una acción (que tiene condiciones normales o como relativa a un agente determinado.
una relación conceptual con ella) es el cambio pretendido por el 6 La noción lógica de condición suficiente es excesivamente
agente (mientras que las consecuencias son los cambios no fuerte para la teoría de la acción, porque nunca podemos estar
queridos relacionados causal mente con el resultado), por lo que seguros de que un movimiento corporal será realmente suficien-
no puede hablarse del resultado de acciones no intencional es. A te para producir un cambio (distinto al mero movimiento corpo-
diferencia de éste, el "cambio interno" es independiente de la ral). Esto es así al menos por dos razones: la primera, el carác-
intención del agente, por lo que así se puede dar cuenta tanto ter inductivo de nuestro conocimiento de las relaciones
de las acciones intencional es como de las acciones no inten- causales; la segunda, el hecho de que nunca podemos estar
cionales. Tanto unas como otras se definen a partir de un cam- absolutamente seguros de que el contexto causal en un deter-
bio, que hemos seleccionado entre la cadena de cambios que minado momento sea exactamente el adecuado para producir el
puede iniciar un movimiento corporal bien porque es el cambio cambio que pretendemos, porque sus variables escapan a nues-
pretendido por el agente (acción intencional), bien porque es un tra capacidad de análisis. Por ello, puede ser conveniente hablar
cambio relevante de acuerdo con principios o convenciones so- de condiciones razonablemente (a la vista de lo que sabemos y
ciales (acción no intencional). lo que creemos poder hacer) suficientes. Véase Daniel González
Sobre la distinción entre resultado y consecuencia véase G.H. Lagier, Cómo hacer cosas con acciones. Sobre las reglas de
van Wright, Norma y acción, Ed. Tecnos, Madrid, 1970. acción y las reglas de fin, en Doxa, Alicante, núm. 20, 1997.

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los eventos no pueden aplicarse a las voliciones, que --como los de la ciencia física- se refieren só-
hasta el punto de que el lenguaje común carece de lo a las propiedades, observables objetivamente, de
términos para referirse a ellas. los objetos materiales. Los objetos materiales que
b) No podemos llegar a conocer directamente las les interesan son, naturalmente, los cuerpos de la
voliciones de otro, por lo que toda valoración o ex- gente; los caracteres, entre otros, son los compor-
plicación que presuponga tales voliciones se basa tamientos observables de esos cuerpos en ciertas
en meras conjeturas. codiciones y en determinados ambientes. Todos los
e) La naturaleza de las relaciones causales entre términos mentales que caracterizan a las acciones,
voliciones y movimientos corporales no puede ser tales como 'propósito' y 'pensamiento' son, en esta
explicada, dado que unas y otros tienen un tipo dife- posición, eliminables mediante definiciones que
rente de existencia. empleen únicamente términos no-mentalistas"'".
d) Si las voliciones se introducen para distinguir
las acciones voluntarias de las involuntarias, enton- Seguramente, el principal enemigo que tiene el
ces cabe preguntarse si ellas mismas son acciones conductismo (en la medida en que se tome como
voluntarias o involuntarias. Si se responde que son algo más que una propuesta metodológica) es el
acciones voluntarias, ello nos lleva a un regreso al sentido común, pues niega algo que parece intuiti-
infinito. Si se responde que son involuntarias, la res- vamente evidente: yo tengo intenciones, creencias,
puesta parece absurda. dolores, tristezas, deseos, miedos y esperanzas y
Otros autores, como A.1. Melden o H.L.A. Hart se tengo una experiencia de ellos que resulta muy ex-
han sumado a este tipo de críticas. Ahora bien, el traño explicar en términos de propensiones a actuar
principal problema de estos críticos es el de presen- de una u otra manera. Pero los conductistas exclu-
tar una propuesta alternativa satisfactoria al "mito de yen la posibilidad de que yo pueda acceder a mis
las voliciones". Así, Ryle -inspirándose en el se- estados mentales, salvo por la observación externa
gundo Wittgenstein- sostiene que muchas de las (e incluso que tales estados existan). Esta tesis fue
expresiones que hacen referencia a sucesos menta- ridiculizada con algunos chistes, como el siguiente:
les (y así ocurre según él también en el caso parti- El conductista 1 le dijo a la conductista 2 después
cular de las voliciones) denotan simplemente dispo- de hacer el amor: "Fue estupendo para ti, ¿qué tal
siciones de comportamiento, esto es, sirven para me fue a mí?",g. En definitiva, en palabras de Searle:
hablar de cómo se comporta alguien o cómo es po-
sible que se comporte. Por ejemplo, podemos expli- "Aunque quizás la mayoría de las polémicas en
car qué quiere decir que alguien cree que lloverá las publicaciones filosóficas tratan de las objeciones
haciendo referencia a diversas propensiones de 'técnicas', de hecho, son las objeciones de sentido
conducta, como coger un paraguas, cancelar los común las más embarazosas. El absurdo del con-
planes para una comida campestre, etc.l? A esta ductismo radica en el hecho de que niega la exis-
concepción se le conoce como conductismo filosófi- tencia de los estados mentales internos como algo
co o conductismo lógico. El siguiente párrafo de May adicional a la conducta externa. Y, como sabemos,
Brodbeck, que relaciona esta concepción de los es- esto va frontal mente en contra de nuestras expe-
tados mentales con la polémica acerca del método riencias ordinarias de lo que se siente siendo un ser
adecuado para las ciencias del hombre, puede con- humano"2o.
tribuir a aclarar esta postura:
Algunos de los autores más destacados de la filo-
"Los estados mentales de los demás, sus pensa- sofía de la acción, como Davidson y Goldman, han
mientos, sentimientos, deseos y esperanzas no son construido sus teorías de la acción desde una pos-
directamente accesibles a la inspección pública. tura volicionista (para ellos las voliciones son una
Tampoco podemos comprobar las inferencias coti- combinación de deseos y creencias conectados
dianas que hacemos acerca de ellos, con base en causalmente con las acciones), sin comprometerse
lo que observamos, en la forma en que sí nos es con los aspectos más conflictivos del dualismo.
posible comprobar independientemente una infe- En definitiva, parece haber buenas razones para
rencia acerca de la acidez de un líquido a partir de sostener que lo que diferencia a las acciones del
un cambio observado en un pedazo de papel torna- resto de movimientos corporales que no constituyen
sol. Aun cuando podamos acertar con frecuencia en acciones es que las primeras proceden de un esta-
nuestras inferencias cotidianas sobre los estados de do mental que, genéricamente, podemos llamar vo-
los demás partiendo de su comportamiento, todo lo luntad o volición. A estas acciones que proceden de
que tenemos para continuar es lo que la gente quie- la voluntad, para recalcar sus diferencias frente a
ra decimos o su conducta observable. Como no hay los actos reflejos, se les llama a veces "acciones vo-
manera de comprobar, de manera independiente, la luntarias". Pero éste es sólo uno de los sentidos de
aparición de estos criterios y la utilidad de los mis- esta expresión, como ya he señalado.
mos, quienes proponen una ciencia del hombre evi-
tan toda mención de los estados mentales. Ellos 5.4. ¿Qué estados mentales son los que llama-
sostienen, sin embargo, que puede darse, en prin- mos "voliciones"? Parece que con esta expresión se
cipio, una descripción completa y una explicación
causal de los actos humanos mediante términos " May Brobdeck, El significado y la acción, en P.H. Nidditch
(comp.). Filosofía de la ciencia. FCE. México. 1975, pág. 176.
"John Searle, El redescubrimiento de la mente, Ed. Critica,
Barcelona, 1996, pág. 49.
"William Bechtel, Filosofía de la mente, pág. 122. 20 John Searle, El redes cubrimiento de la mente, pág. 49.

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hace referencia fundamentalmente a los deseos y a ción de hacer B y no tener la intención de hacer A.
las intenciones de los agentes. Aunque muchas ve- Es fácil ver que estos principios no son aplicables a
ces no se distingue entre unos y otras (ni en el los deseos.
lenguaje ordinario ni en trabajos especializados), los f) Las intenciones de un agente son autorreferen-
dos estados tienen características distintas. En opi- tes, en el sentido de que genuinamente sólo puedo
nión de Carlos Moya, una definición de intención tener la intención de hacer algo por mí mismo (decir
debería tener en cuenta las siguientes diferencias que tengo la intención de que x haga algo es una
entre deseos e intenciones21: manera indirecta de decir que tengo la intención de
a) Las intenciones tienen como objeto una acción, hacer por mí mismo que x haga algo). En cambio,
son intenciones de hacer x o de hacer y; aun en el puedo tener genuinos deseos de que x haga algo.
caso de que intentemos conseguir un determinado A estas diferencias señaladas por Carlos J. Moya
estado de cosas, el objeto directo de la intención es se podría añadir una en la que este autor hace es-
la acción con la que conseguir dicho estado de co- pecial hincapie, convirtiéndola en el núcleo de su
sas. Por el contrario, los deseos pueden tener como noción de intención:
contenido a cosas, personas o estados de cosas, g) La intención compromete a actuar de una ma-
además de acciones. Por ejemplo, yo puedo desear nera más fuerte que los deseos. "Al tener una inten-
un coche, desear ser alto y desear hacer un viaje; y ción me comprometo a mí mismo a hacer (si creo
puedo tener la intención de hacer un viaje, pero no que seré capaz) o intentar hacer (si no creo que se-
tiene sentido decir que tengo la intención de un co- ré capaz) su contenido verdad"24.
che o de ser alto. Una manera de entender qué es tener una inten-
b) Mientras que las intenciones afectan o no a la ción que permite explicar algunas de las diferencias
acción en su conjunto, se puede sentir deseo y entre intenciones y deseos (por lo menos los rasgos
aversión hacia la misma acción, en función de dis- b, c, d, e y f señalados anteriormente) es la que
tintos aspectos de la misma. "Se puede -escribe aporta Donald Davidson en su artículo "Tener la in-
Moya- adoptar actitudes contrarias, en particular tención". Para este autor, una intención es querer
deseos y aversiones, hacia la misma cosa, persona, realizar una acción que se distingue del resto de
estado de cosas o acción, en razón de sus diferen- deseos relativos a acciones porque implica un juicio
tes aspectos, pero no ocurre nada similar con la in- global -y no meramente prima facie- de que, a la
tención: es incoherente tener y no tener la intención luz de todas las razones, tal acción es deseable.
de hacer una y la misma acción'J22. Podríamos decir que una intención es un deseo de
c) Las intenciones son ''todo o nada", mientras actuar all thing considered:
que los deseos son graduables: Podemos sentir de-
seos más o menos fuertes, pero no intenciones "Pues un juicio de que algo que pienso que puedo
más o menos fuertes. A veces, decimos que tene- hacer y que pienso que veo claro el camino para
mos una intención más firme que otra, pero en opi- hacerla, un juicio de que tal acción es desable no
nión de Moya se trata de un sentido distinto de sólo por una u otra razón, sino a la luz de todas mis
"fuerza", con el que hacemos referencia a nuestra razones: un juicio como éste no es un mero deseo.
mayor o menor disposición a cambiar de intención: Es una intención"25.
"Si tengo la intención de hacer A, y no B o C, no "(oo.) tener la intención y querer pertenecen al
pretendo hacer A más de lo que pretendo hacer B o mismo género de actitudes favorables expresadas
C: no tengo la intención de hacer B o C en absoluto. por juicios de valor. El querer, los deseos, principios,
Pero es perfectamente natural decir que deseamos prejuicios, deberes arraigados y obligaciones, pro-
algo más de lo que deseamos otra cosa,,23. porcionan razones para las acciones y las intencio-
d) Mientras que puedo desear algo que sé que es nes y se expresan mediante juicios prima facie; las
imposible de conseguir, no puedo tener la intención intenciones y los juicios que acompañan a las ac-
de hacer algo que sé que es totalmente imposible ciones intencionales se distinguen por su forma glo-
hacer (se requiere al menos un mínimo de esperan- bal o incondicional"26.
za, y aun así mi intención se describiría mejor como
la intención de intentar hacer tal cosa). Pero esta caracterización de las intenciones plan-
e) La "lógica" de las intenciones difiere de la "lógi- tea un problema, porque parece sugerir que las in-
ca" de los deseos. Así, por ejemplo, no puedo tener tenciones son el resultado de un proceso de delibe-
racionalmente la intención de hacer dos acciones ración y balance de razones y creencias que el
que sé que son incompatibles; si la acción B se si- agente realiza conscientemente y previamente a la
gue de la acción A y soy consciente de ello, no pue- acción, y esto no parece ser el caso para todas las
do tener la intención de hacer A sin la intención de acciones que llamamos intencionales.
hacer B; si tengo la intención de hacer B y sé que A
es el único medio para ello, no puedo tener la inten- 5.5. No todo lo que hacemos intencional mente lo
hacemos tras un proceso de decisión o balance de
razones; muchas acciones que llamamos intencio-
" Carlos J. Moya, The Philosophy of Action, An Introduction,
Polity Press, Cambridge, 1990, pág. 136 Y 137.
nales no son acciones premeditadas. Cuando pa-
22 Carlos J. Moya, The Philosophy of Action, pág. 136.
23 Carlos J. Moya, The Philosophy of Action, pág. 137. No obs-
tante, esta característica me parece más controvertible, porque 24 Carlos J. Moya, The Philosophy of Action, pág. 138.
la mayor o menor disposición a cambiar de intención puede ver- 25 Donald Davidson, Tener la intención, en Ensayos sobre ac-
se como un indicador (entre otras cosas) de la intensidad de mi ciones y sucesos, Ed. Crítica, Barcelona, 1995, pág. 128.
intención de hacer algo. 26 Donald Davidson, Tener la intención, pág. 129.

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seamos, por ejemplo, no siempre hemos decidido mos de una intención previa que el agente actúa de
previamente qué camino tomar, pero paseamos in- acuerdo con su intención, o que intenta lIevarla a
tencionalmente; cuando mantenemos una conver- cabo; pero en general no podemos decir tales cosas
sación, no siempre hemos decidido previamente de la intención en la acción, porque la intención en
qué vamos a decir, pero lo decimos intencionalmen- la acción es precisamente el contenido Intencional
te; cuando alguien nos insulta y le golpeamos, le de la acción; la acción y la intención son insepara-
hemos golpeado intencionalmente, pero es posible bles"30.
que no nos hubiéramos formado la intención de
golpearle en el caso de que nos insultara. Ahora bien, la pregunta que queda en el aire es la
Searle señala dos tipos de acciones intencionales siguiente: ¿son las intenciones en la acción un es-
que hacemos sin haber forjado previamente la in- tado mental? ¿Están en la mente?
tención de hacerlas (aunque pueden plantearse du-
das acerca de que las acciones del segundo tipo 5.6. Quizá el problema que plantean las intencio-
sean realmente intencionales): 1) Aquellas que for- nes en la acción muestra que, aunque escojamos la
man parte de un plan preconcebido, esto es, accio- alternativa volicionista para construir la noción de
nes subsidiarias que dependen de una acción glo- "intención", necesitamos también un concepto de
bal realizada con una intención previa: por ejemplo, "intención" deudor de los no mentalistas.
"supongamos que tengo la intención previa de ir Recordemos que, de acuerdo con los propios vo-
conduciendo mi coche hacia mi despacho, y supon- licionistas, las intenciones (y los estados mentales,
gamos que estoy llevando a cabo esa intención pre- en general), son estrictamente privadas, en el senti-
via y cambio de la segunda velocidad a la tercera do de que no tenemos posibilidad de acceder a las
velocidad. Ahora bien, no he formado ninguna in- intenciones de los demás; a lo sumo, podemos infe-
tención previa para cambiar de la segunda a la ter- rir a partir de su comportamiento, contrastándolo
cera. Cuando formé mi intención de ir conduciendo con nuestras máximas de experiencia, cuáles pare-
mi coche hacia el despacho nunca la formulé en un cen ser sus intenciones. Ni siquiera preguntando al
pensamiento. No obstante, mi acción de cambiar de agente podemos averiguar más allá de toda duda
velocidad era intencional"27. 2) Aquellas que no for- sus intenciones, porque su respuesta es también
man parte de una acción realizada con una inten- una acción respecto de la cual podemos preguntar-
ción previa o de un plan de vida. Por ejemplo: "su- nos de nuevo con qué intención fue realizada.
pongamos que estoy sentado en una silla El hecho de que atribuir a un agente una determi-
reflexionando sobre un problema filosófico, y de re- nada intención sea el resultado de una inferencia a
pente me levanto y comienzo a pasearme con as- partir de la observación de su conducta, puede
pecto preocupado por la habitación. Mi levantarme y hacer pensar que el concepto de intención que nos
pasear con aspecto preocupado son claramente interesa no es el que toma como referencia un es-
acciones intencionales, pero para hacerlas no ne- tado mental del individuo: la intención no está en la
cesito formar una intención de hacerlas antes de mente del individuo, sino que es algo que está en la
hacerlas"28. acción (más concretamente, en las circunstancias y
Algunos autores tratan de dar cuenta del carácter el contexto de la acción) y me permite realizar esa
intencional de estas acciones afirmando que la in- inferencia (o bien es el resultado de esa inferencia,
tención de realizar estas acciones es una intención esto es, lo que en el próximo apartado llamaré la
inconsciente. Así, para Carlos J. Moya, por ejemplo, interpretación intencional de la acción). Esta es una
las intenciones de realizar una acción futura no son manera de entender el concepto de intención cer-
31
necesariamente "episodios mentales conscientes"29. cana a la de los conductistas . En este sentido, al-
Pero parece haber algo extraño en la idea de una gunos autores se han planteado la posibilidad de
intención inconsciente (aunque es probable que que existan dos modelos de intención: "en uno hay
haya distintos grados de consciencia de nuestras un elemento psicológico interno que un ángel podría
intenciones). Otros autores introducen una distin- descubrir y en otro un esquema coherente de con-
ción entre dos tipos de intenciones. Por ejemplo, ducta externa"32. Podemos hablar de "intención in-
Searle distingue entre intenciones previas a la ac- terna" e "intención externa" o de "intención en senti-
ción e intenciones en la acción. Cuando afirmamos do subjetivo" e "intención en sentido objetivo". Pues
que hemos golpeado a alguien intencionalmente, bien, lo que quiero sugerir es que la noción de
pero sin haber formado la intención de hacerlo, que- Searle de "intención en la acción" puede entenderse
remos decir que no teníamos la intención previa de como "intención externa". Cuando hablamos de ac-
hacerlo, pero la intención sí estaba en la acción. ciones intencionales realizadas sin una intención
Searle da el siguiente criterio para distinguir ambos previa, lo que probablemente queremos decir es
tipos de intenciones: que esa acción es explicable en términos teleológi-
cos y que, aunque de hecho no la realizamos tras
"La forma lingOística característica de expresión una deliberación, la habríamos realizado igualmente
de una intención previa es 'Yo haré A' o 'Voy a hacer si hubiéramos sopesado nuestras razones para ac-
A'. La forma característica de la expresión de una
intención en la acción es 'Estoy haciendo A'. Dire- " John Searle, Intencionalidad, pág 96.
" Y que sería la noción que subyace a la teoría social de la
acción de la dogmática penal.
27 John Searle, Intencionalidad, pág. 96. " AJan R. White, Grounds of Liability, Clarendon Press, Ox-
" John Searle, Intencionalidad, pág. 96. ford, 1985, pág. 72. El autor menciona esta tesis, pero no la
'" Carlos J. Moya, The Philosophy of Action, pág. 132. asume.

50
tuar. Lo que queremos decir es que la observación c) Por último, a veces identificamos voluntariedad
de esa acción permite inferir una intención, aunque e intención y decimos de una acción que es volunta-
no haya habido realmente una intención previa, esto ria cuando es plenamente intencional, y que es in-
es, que cabe hacer una interpretación intencional voluntaria cuando es una consecuencia no querida
de esa acción a la luz de las circunstancias y nues- de nuestros movimientos corporales. Por ejemplo
tro conocimiento del mundo. Por ello decimos que cuando digo "mi acción de alertar al enemigo no fue
se trata de una intención en la acción. voluntaria, yo sólo quería fumar y por ello encendí
Ahora bien, creo que el sentido externo u objetivo un cigarrillo"
de intención es secundario respecto del interno o
subjetivo. Como hemos visto, el sentido externo de
intención, esto es, la interpretación intencional de la 6. LA INTERPRETACION O EL SIGNIFICADO
acción, puede acompañar tanto a las acciones rea- DE LA ACCiÓN
lizadas con una intención previa como a acciones
realizadas sin intención previa. En el primer caso, 6.1. Un pasaje de Wittgenstein que parece inelu-
depende de la intención previa: si pudiéramos cono- dible citar en cualquier trabajo sobre teoría de la ac-
cer exactamente la intención entendida como esta- ción (y con esto cumplo con esa tradición) es el si-
do mental de un agente, nuestra interpretación in- guiente: "¿Qué es lo que resta cuando del hecho de
tencional de su conducta no debería diferir en que levanto el brazo sustraigo el que mi brazo se
principio de la suya. Dicho de otra manera, lo que levante?,,33. Muchos filósofos han pensado que la
tratamos de inferir a partir de la observación de su respuesta correcta, esto es, "lo que queda" cuando
conducta es cuál es su intención interna o previa a a una acción le quitamos el movimiento corporal, es
la acción. En el segundo caso, cuando no existe una el significado de ese movimiento. Esta es una de las
intención previa (esto es, cuando se trata de una cuestiones sobre las que ha gravitado parte de la
acción que llamamos intencional pero que hemos discusión acerca de la distinción entre las ciencias
hecho sin deliberación), la interpretación intencio- de la naturaleza y las ciencias humanas. Se ha di-
nal, o intención en la acción, o intención exterior, cho que lo que es característico de las ciencias
depende de la intención previa que hubiera tenido el humanas es precisamente el estudio de fenómenos
agente si se hubiera detenido a deliberar antes de que poseen un sentido o un significado, lo que impi-
actuar, de la explicación que éste pueda dar de su de que pueda darse de ellos una explicación mera-
conducta (y, por tanto, está subordinada a un punto mente causal. La polémica acerca del método pro-
de vista interno). pio de las ciencias humanas y su delimitación frente
a las ciencias de la naturaleza puede verse -como
5.7. Para concluir estas precisiones conceptuales sugiere von Wright- como la continuación de dos
sobre la noción de intención puede ser conveniente tradiciones distintas acerca del modelo de explica-
tratar de aclarar las relaciones entre las acciones ción en las ciencias: la tradición galileana (que en-
voluntarias y las acciones intencionales. tiende la tarea de la ciencia como explicación cau-
a) En ocasiones "acción voluntaria" significa la sal) y la tradición aristotélica (que la entiende como
existencia de una relación causal entre una volición explicación teleológica).
del agente y sus movimientos corporales. Este es el Un análisis de la tradición aristotélica y sus diver-
sentido de "voluntariedad" que usamos cuando de- sas versiones a lo largo de la historia sugiere que
cimos que lo que diferencia a las acciones de los hay básicamente dos candidatos posibles en lo que
meros movimientos corporales es su voluntariedad puede consistir "el significado de una acción". Una
(a veces, se usa intencionalidad también en este posibilidad es relacionar la cuestión del significado
sentido). Una acción involuntaria, es por el contrario, de una acción con su explicación teleológica, esto
aquella en la que falta la volición o la conexión cau- es, entendemos una acción cuando podemos res-
sal. Entonces el movimiento corporal puede haberse ponder a la pregunta "¿Por qué o para qué x hizo
producido a causa de alguna fuerza física exterior y?"; otra posibilidad es afirmar que entendemos una
(como cuando alguien levanta mi brazo) o psíquica acción o conocemos su significado cuando pode-
(distinta de la voluntad), o en estado de inconscien- mos responder a la pregunta "¿Qué es y?". Estas
cia. A veces se dice que estos supuestos no son dos preguntas apuntan a la distinción entre explicar
casos de acciones en sentido propio. y comprender una conducta34.
b) En otras ocasiones "acción voluntaria" puede Si se sostiene que el significado de las acciones
ser equivalente a acción intencional libre, realizada es lo que las explica como racionales, esto es, el
sin coerción de ningún tipo. En este sentido, una ac- propósito perseguido por ellas (o, más exactamente,
ción es involuntaria cuando es intencional pero nos
hemos visto forzados a realizarla, por ejemplo por-
3J Ludwig Wittgenstein, Investigaciones filosóficas, Ed. Crítica,
que es obligatoria jurídicamente o porque ha sido
Barcelona, 1988, § 621.
realizada bajo amenazas o algún tipo de coerción, o 34 Esta distinción entre explicar y comprender suele trazarse
en estado de necesidad, o sin que hubiera otro cur- en términos más sugerentes, pero, a la vez, más vagos. Aquí
so de acción alternativo. Estas acciones son, sin tomo la distinción tal como la traza Georg Henrik von Wright.
Para este autor, la contraposición entre ciencias de uno u otro
embargo, voluntarias en el primer sentido (proceden tipo no debería entenderse como una contraposición entre "ex-
de una volición), y son también intencionales (en el picar" y "comprender", sino entre la explicación intencional o te-
leológica y la comprensión, por el lado de las ciencias humanas,
sentido de que son interpretadas conforme a la in- y la explicación causal o funcional, por el lado de las ciencias de
tención del agente). la naturaleza. Véase G.H. von Wright, Explicación y compren-
sión, especialmente el último capítulo.

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el propósito que el agente persigue con ellas), nos 6.2.2. La anterior inferencia interpretativa se apo-
topamos con el inconveniente de que no podemos ya (entre otros) en los siguientes factores:
hablar del significado de las acciones no intenciona- a) El conocimiento de ciertas relaciones causales,
les. Estas se muestran como un sinsentido. Por el esto es, de los medios causales adecuados para
contrario, entender que el significado de la acción alcanzar ciertos fines naturales.
es lo que permite clasificar/as o comprenderlas co- b) El conocimiento de las reglas constitutivas, esto
mo una acción de un tipo u otro es "un significado es, de los medios convencionales adecuados para
más amplio de significado" (porque abarca también alcanzar ciertos fines institucionales.
a las acciones no intencionales). De manera que c) El conocimiento de los hábitos sociales de con-
esto último es la que entenderé por el "significado ducta y reglas de carácter regulativo que acepta el
de una acción". Y hablaré de interpretar una acción agente.
como el proceso de búsqueda de su significado, es- d) El conocimiento del carácter y la personalidad
to es, el proceso de subsunción de la misma en una del agente.
u otra clase de acciones. La "interpretación de una Así mismo, hay una serie de principios sobre la in-
acción" puede hacer referencia a ese mismo proce- tención que pueden guiarnos en la interpretación
so o al resultado del mismo. intencional de una acción:
¿Qué es lo que hace que subsumamos un movi- a) Si tengo la intención de hacer A y B es incom-
miento corporal en una u otra clase de acciones? patible con A, no tengo la intención de hacer B.
Creo que la respuesta, en la mayoría de los casos, b) Si la acción B se sigue evidentemente de la ac-
es la siguiente: clasificamos a los movimientos cor- ción A. no puedo tener la intención de hacer A sin la
porales como una acción de dar lugar a uno u otro intención de hacer B.
cambio (en sentido fuerte o débil y natural o institu- c) Si tengo la intención de hacer B y sé que A es
cional). La clase de acciones bajo la que subsumi- el único medio para ello, no puedo tener la intención
mos el movimiento corporal depende de dicho cam- de hacer B y no tener la intención de hacer A.
bio. Por lo tanto, el proceso de interpretación de las Ahora bien, creo que la naturaleza de los anterio-
acciones puede verse como el proceso de selección res principios no es el de tratarse de descripciones
del "cambio interno a la acción", dentro de la cade- de características necesarias de la intención, sino
na de cambios a la que se haya dado lugar. Y los que constituyen presunciones35 revocables acerca
criterios que usamos para seleccionar este cambio de la intención de los sujetos en determinadas cir-
son distintos en función de que hagamos una inter- cunstancias. Ayudan al observador a ponerse en el
pretación intencional o no intencional de la acción. lugar del agente e interpretar su acción, pero no ga-
rantizan la corrección de tal interpretación. La inter-
6.2. La interpretación intencional de los movimien- pretación intencional que un observador realiza de
tos corporales. los movimientos corporales de otro agente no coin-
6.2.1. Interpretar intencionalmente una acción cide necesariamente con la intención del agente,
requiere "ponerse en el lugar' del agente y realizar aunque debe aspirar a hacerlo en la mayor medida
una inferencia a partir de sus movimientos corporales posible.
y de las circunstancias del contexto. Este inferencia
es en cierta manera "el espejo" de la inferencia que 6.3. La interpretación no intencional de los movi-
realiza el agente para determinar cuál deben ser sus mientos corporales.
movimientos corporales si quiere dar lugar a cierto La interpretación no intencional de los movimien-
cambio. Partamos de los siguientes puntos: tos corporales está guiada por ciertos criterios cuya
a) El agente quiere dar lugar al cambio x (natural función es doble: por un lado, estos criterios nos
o institucional), que constituirá el resultado de su "autorizan" a pasar de la interpretación intencional a
acción. una interpretación de los movimientos corporales
b) Para ello pone en juego su conocimiento del que no tenga en cuenta la intención del agente; por
conjunto de reglas técnicas naturales (basadas en otro lado, nos permiten determinar en qué conse-
leyes causales) y/o institucionales (basadas en con- cuencia de la cadena de cambios iniciada por los
venciones de carácter constitutivo) que le permiten movimientos corporales podemos apoyarnos para
dar lugar a dicho cambio. atribuir al agente una acción no intencional.
c) Utiliza esas reglas técnicas de forma relativa a Como señala Ricardo Guibourg36, los criterios pa-
su conocimiento del contexto en que va a realizar la ra la individualización de acciones son muy difíciles
acción. de tipificar y no hacen que la individualización sea
La inferencia que realiza el agente sería: "Si quie- decidible, sino que sólo actúan como motivaciones
ro producir el resultado x (esto es, hacer la acción de fuerza variable y que hay que contrapesar entre
x), entonces, dado C, debo hacer los movimientos sí. Como señala este autor, los más evidentes
corporales z"; y la inferencia de un observador in- (además de la intención) son los siguientes:
térprete: "Si ha hecho los movimientos corporales z,
entonces, dado C, tenía la intención de (hacer la
3S La plausibilidad de estas presunciones deriva, por un lado,
acción de) dar lugar a x". La primera parte de la in-
de nuestra experiencia (tienen, por tanto, una fundamentación
tención para inferir qué movimientos corporales de- inductiva) y, por otro, de la noción de intención (de la misma
ben hacerse; la segunda parte de los movimientos manera que, de acuerdo con van Wright, el hecho de que la in-
corporales realizados para determinar cuál era la tención implique un compromiso con la acción se debe al propio
concepto de intención).
intención con la que se hicieron. 36 Ricardo Guibourg, El fenómeno normativo, Ed. Astrea, Bue-
nos Aires, 1987, págs. 49 y ss.

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a) La longitud de la cadena de efectos: cuanto más nes. Si efectivamente éste es un elemento central-
alejada esté la consecuencia del movimiento corpo- mente vinculado con la noción de acción (esto es, si
ral, menor será nuestra disposición a identificar esa no podemos -o no resulta interesante- referimos
consecuencia con una acción atribuible al agente. a la mayoría de acciones de una manera aséptica,
b) La previsibilidad de la consecuencia: cuanto sin atribuirles algún significado), entonces resulta
más previsible es (o debía ser) para el agente la urgente ponemos de acuerdo acerca de qué crite-
consecuencia, más dispuestos estaremos a atribuir- rios debemos usar para interpretarlas. Sólo median-
la la acción correspondiente. te un análisis y explicitación de estos criterios po-
c) Interposición de algún suceso que refuerza la dremos evitar la arbitrariedad o subjetividad en esta
cadena de consecuencias: "Si entre el Primer Acon- interpretación. Piénsese, por ejemplo, en el proble-
tecimiento [los movimientos corporales] y el Segun- ma que esto plantea para la teoría de la prueba ju-
do Acontecimiento [la consecuencia] aparece otro dicial de los hechos: no basta con probar que el
hecho susceptible de ser identificado como Primer agente realizó ciertos movimientos corporales.
Acontecimiento distinto del primero, tendemos a in- Habrá que probar también que la interpretación (in-
terrumpir la cadena causal en homenaje a la doctri- tencional o no) que hacemos de esos movimientos
na del libre albedrío"". como una acción de hacer talo de hacer cual es co-
d) La importancia social de la consecuencia: rrecta. Y para ello debemos esforzamos en explicitar
cuanta más relevancia tiene la consecuencia consi- cuáles son esos criterios de corrección. Interpretar
derada, estamos dispuestos a aceptar mayor exten- acciones tiene cierto parecido con la interpretación
sión en la cadena. La relevancia social de la conse- linguística: atribuir significado a una acción es como
cuencia es relativa a un sistema de reglas. atribuir significado a un texto. Ambas actividades
dependen de una gramática (entendida en sentido
Para finalizar, cabe hacer una reflexión a propósi- amplio), pero todavía no nos hemos ocupado sufi-
to de la interpretación o el significado de las accio- cientemente de la "gramática de las acciones".

" Ricardo Guibourg, El fenómeno normativo, pág. 53.

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