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Para los incas, la música, la danza y el canto se definían con el término taki. La música
incaica fue pentatónica, combinando las notas re, fa, sol, la y do para crear
composiciones que podían ser de carácter religioso, guerrero o profano.1 La danza,
música y canto estaban presentes en todas las actividades comunales o rituales,
documentándose la existencia de las siguientes danzas:
Uno de los primeros en fusionar los ritmos europeos con el folclore de la población de
origen africano es el presbítero Juan Araujo en el villancico Los negritos, incluyendo
aquí el particular estilo del español hablado por las comunidades de negros.2
En cuanto a la danza durante la colonia se distinguen dos periodos según las dinastías
reinantes en la Metrópoli; el primero de influencia de la Casa de Austria (siglos XVI y
XVII) y el segundo de influencia borbónica (siglos XVIII y XIX). En la primera
ingresa la música flamenca, italiana y alemana, mientras que en la segunda ingresan
los modelos franceses. Adjunto al ingreso de estos estilos se inicia una evolución de la
música criolla todavía primitiva y los ritmos africanos.2
El totarque
El puertorrico
La chacona
La valona
La churumba
La gallarda
La pavana
La alemanda
La cadeneta
La zarabanda
La courante
El minuet
La gavota
El zapateo andaluz
La diversidad musical fue documentada en los últimos años de la colonia en los
códices de Martínez Compañón, en acuarelas en las que se observan danzas, como
La degollación del Inga o Los diablos; además de verse plasmados gran cantidad de
instrumentos como las zampoñas, clarines, guitarras, marimbas y quijadas. Los
ritmos que estuvieron de moda a fines del siglo XVIII e inicios del XIX fueron los
yaravíes, cascabelillos, cachuas y negritos.3
Durante el gobierno del virrey Abascal, la ópera italiana tuvo mucha popularidad en
Lima, este virrey además trató de imponer los estilos de Andrés Bolognesi, Cimarosa,
Paisiello y Rossini. Luego de la independencia y posterior a un breve periodo en el
cual estuvo de moda la música local, Rossini volvió a acaparar los gustos de los
limeños.3
Hacia fines del siglo XVIII los profesores de danza eran en su mayoría negros, pero en
1790 se les prohibió esta actividad acusando a los profesores negros de inventar y
modificar los pasos legítimos de las danzas. A causa de esta prohibición empezaron a
proliferar las escuelas de bailes con docentes extranjeros.3
Época republicana
En los inicios del Perú republicano debió existir mucha música local pero las
partituras que se han conservado, en su mayoría, son de música española. Las iglesias
concentraron gran parte de la música, tanto religiosa como profana. Las catedrales
más importantes contaron con orquestas propias, otras iglesias contrataban músicos
para sus fiestas y procesiones, en Lima se documenta la Orquesta de Indios del
Cercado, con gran convocatoria sobre los pueblos de Lima.3
Luego de la independencia los peruanos mostraron una gran predilección por los
ritmos musicales locales, prefiriendo a los músicos nacionales; durante 1820 y 1830
estuvieron de moda algunas tonadillas del músico mulato José Bernardo Alcedo
(autor del himno nacional del Perú), tales como Los indios y el corregidor o Los
negritos; a su vez las comedias musicales peruanas tuvieron la predilección de los
peruanos, en este periodo tienen éxito las obras musicales El mágico peruano, La cora
y La chicha. Estos gustos fueron cambiando y las preferencias por los ritmos
musicales europeos y las óperas desplazaron a los ritmos nacionales en las urbes
peruanas.3
Los instrumentos preferidos durante este periodo fueron las guitarras, órganos,
clavelines, salterios, vihuelas, arpas y pianos; el Perú fabricaba estos instrumentos e
incluso se documentan exportaciones hacia Guayaquil y Guatemala, en el caso de las
guitarras; y Santiago de Chile, en el caso de los salterios.3
Los gustos musicales en cuanto a música europea se volcaron hacia Rossini, quien se
convirtió en el compositor preferido durante los años 1940 del siglo XIX. Durante este
periodo el público autodenominado «culto» mostró un desprecio hacia la música
nacional. Este apego hacia la música europea no se debió por la ausencia de músicos
locales (pues existieron muchos en las clases populares), sinó más bien por una
cuestión de prestigio. Además de Rossini, las obras de Donizetti y Verdi opacaron la
música peruana entre las élites y las clases medias.3
Música andina
A lo largo de los Andes peruanos, en cada pueblo, existe una gran variedad de cantos
y bailes que, como lo consignan numerosos cronistas, son juzgados de «infinitos» por
su diversidad. En la época incaica, se usaba la palabra taki para referirse
simultáneamente tanto al canto como al baile, pues ambas actividades no estaban
separadas una de la otra. Con la llegada de los españoles se producen varios procesos
de mestizaje musical, desapareciendo algunos takis y transformándose otros. La
música andina actual es toda mestiza, pues no existe pueblo que no haya sido tocado
por dicho proceso. Incluso, la mayoría de instrumentos de uso en el área andina es
mestizo. En Arequipa y los Andes del Sur se ha difundido grandemente el yaraví, un
estilo melancólico de canto, que es uno de los tipos más difundidos de canto. La
canción de origen andino peruano más conocida es El cóndor pasa, una canción
tradicional compuesta por el compositor peruano Daniel Alomía Robles, quien la
incluyó en una zarzuela homónima, y que fue popularizada en los Estados Unidos por
el dúo Simon & Garfunkel. La composición original consiste en un himno al sol, lento,
seguido de una kashwa y una fuga de huayno.
Por otro lado está el huaylas, un alegre ritmo de los Andes centrales. Este es otro tipo
muy difundido de canto y danza. En Áncash se cultivan los ritmos del huayño, la
chuscada, el pasacalle y la cashua gracias al aporte de músicos prolíficos como Víctor
Cordero Gonzales quien a pesar de haber fallecido en 1949 aún inspira a los músicos
ancashinos del siglo XXI. El [huayno] es el género de música andina peruana más
popular, aunque su origen no se puede rastrear hasta la época incaica, por lo que
parece ser una creación netamente mestiza. Se cultiva con distintas variantes en toda
la serranía peruana. Un género similar es el tondero de la costa norte peruana.
Canción criolla
La costa, más influida por la cultura española, combina ritmos tradicionales europeos
como el vals y la polca con ritmos diversos, sobre todo, de origen africano. No en vano,
en la Lima colonial, la población de esclavos negros era la mitad de la población total
de la ciudad. La música criolla actual surge a fines del siglo XIX como parte del
proceso de transformación social que sufre la ciudad de Lima, recorriendo diferentes
estados hasta la actualidad. El estilo limeño más conocido es el vals peruano,
popularizado por importantes compositores como Carlos A. Saco, Aarón Landa,
Felipe Salaverry y Chabuca Granda quienes son considerados los principales
compositores de la música criolla, con canciones como Rosa Elvira, El plebeyo, El
huerto de mi amada, El canillita, La flor de la canela, Fina estampa y José Antonio.
Otras canciones conocidas de este género son: Alma, A la Huacachina, corazón y vida,
Madre, Odiame, Mi propiedad privada y El rosario de mi madre. Además del vals o
valse, la música criolla incluye los géneros de la polca(estos géneros de origen polaco
llegaron a Sudamérica en la segunda mitad del siglo XIX junto con el Schotich, la
mazurka y el paso doble español) y la marinera, esta última, con origen en la antigua
zamacueca. La marinera es la danza nacional del Perú, nombrada por el literato
Abelardo Gamarra en honor de los marinos que lucharon en contra del ejército de
Chile en la Guerra del Pacífico.
Rock
El rock y sus primeras expresiones se iniciaron en Perú en la década de 1950, debido a
la influencia de músicos británicos y estadounidenses de aquel entonces. Al igual que
en otros países de Sudamérica, con el tiempo llegaron a calar las distintas corrientes
del rock: alternativo, pop, hard rock, metal y punk.
En los años 1980 surgieron bandas como Frágil (con su álbum debut Avenida Larco),
Leusemia (sic, por Leucemia), Narcosis, Arena Hash, Río y Miki González.
Los años 1990 fueron dominados por Líbido (sic, por Libido), Rafo Ráez, Mar de
Copas, Dolores Delirio, Los Mojarras, Los Nosequién y los Nosecuántos, Electro Z, y
El Aire, entre otros.
Rap peruano
En el rap peruano destacaron: Arturo Pomar Jr., Clan Urbano, Comité Pokoflo,
Deep, Django, Droopy G, El Kasike, El Paria, Fucking Clan, Helios, Homiecidio
Bando, La Raza, Las Damas, Luifer, Naysha, Pedro Mo, Radikal People, Dartan &
Ricki.C, Rapper School, Ozak Damn, Rapuk, Sky Sapiens, Terco92, Umano, Wason
MC, La Mente, Menores (de Edad), La Torita, Mordekai, Ator Untela, entre otros.
Música académica
El Perú poseía durante el período colonial una gran actividad musical, con centros
importantes en la Ciudad de los Reyes (Lima), Cusco y Potosí. Desde la llegada de los
españoles se produjo un sincretismo cultural, se compusieron obras religiosas en texto
quechua con armonía del renacimiento italiano y español, claro ejemplo son las obras
de los religiosos Juan Pérez Bocanegra (Hanac Pachap) y Luis Gerónimo de Oré. En
el Perú se compuso la primera ópera del continente americano, La Púrpura de la Rosa
estrenada en 1701, obra del español Tomás de Torrejón y Velasco, sobre texto de
Calderón de la Barca. Otros compositores peruanos del período colonial son: Rocco
Cerutti y Domenico Zipoli (nacidos en Italia), Juan de Araujo ―nacido en España,
que compuso obras policorales a 11 voces y dirigía una orquesta de 50 músicos en
Potosí―, y el compositor más importante del Perú virreinal, José de Orejón y
Aparicio (nacido en Huacho).
Tras la independencia de España (1821), José Bernardo Alcedo gana el concurso para
crear la Marcha Nacional y compone el actual Himno Nacional (que fuera luego
restaurado por el compositor italo-peruano Claudio Rebagliati en 1869). El resto del
siglo XIX presenta un gran número de compositores de canciones patrióticas. A
mediados del siglo llega un gran número de músicos extranjeros, sobre todo italianos,
como Carlo Enrico Pasta, Francesco Francia, Antonio Neumane Marno (autor de la
música del Himno ecuatoriano), Benedeto Vincenti (autor de la Música del Himno
boliviano) y Oreste Síndici (autor del Himno Colombiano) y el sueco Carlos J.
Ecklund. Algunos de ellos se quedan en el país, impulsando una actividad musical
orientada a la música romántica europea, creando diversas Sociedades Filarmónicas.
Desde fines del siglo XIX (desde la guerra con Chile) y durante las primeras décadas
del siglo XX, la música peruana denota la influencia de la música andina, en lo que se
ha denominado indigenismo musical a la par con la literatura, la pintura y
movimientos sociales y políticos como el anarquismo, aprismo y socialismo.