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Si bien
implico muchos cambios en mi vida, me hizo crecer como persona y como siempre digo, me
hizo lo que soy hoy.
Yo soy de Venado Tuerto una ciudad que está a 160 km de Rosario. Es la ciudad en la que nací,
en la que transité mi infancia y adolescencia. Vivía con mi mama y su marido e iba al colegio de
monjas “Nuestra señora de la Misericordia” donde hice de salita de 2 hasta 5to año del
secundario y el que me dio las amigas que tengo hasta el día de hoy. Ese era mi TERRITORIO:
territorio como noción que se le escapa a la geografía y etnología, sino sinónimo de
apreciación, conjunto de representaciones los cuales desembocan una serie de
comportamientos. Mucho más que una cosa u objeto, es un acto, un ritmo, un movimiento
que se repite y sobre el cual se ejercer un control.
Como sabemos los seres se organizan según el territorio que ellos delimitan. El territorio es el
espacio vivido, como el sistema percibido. Es una construcción social y un ejercicio de
relaciones de poder. Al mismo tiempo, por definición crea AGENCIAMIENTOS. Desde mi
nacimiento presento determinados AGENCIAMIENTOS, es decir que hablo, pienso y acciono
desde un agenciamiento.
La manera más simple de verlo es al repasar las adaptaciones que las personas hacen en su
vida diaria, la manera que arreglan sus vidas, sus interacciones con otras personas, con la
cuidad, cada una de estas se convierte en una forma de agenciamiento.
Para mí el cambio, no solo de venir a vivir a Rosario sino también el de comenzar la facultad
fue muy chocante ya que toda mi vida había ido a un colegio muy estricto y clasista, un colegio
con una ESTRUCTURA ARBOREA, la cual se caracterizaba por ser ordenada, homogénea,
estática y centraba la fuerza en un punto, en este caso mis maestros y directores. Era una
INSTITUCION en la que no era posible cuestionar lo INSTITUIDO, el orden establecido, los
valores, normas y sistemas culturales ya existentes dentro del colegio. Muchas veces intente
cuestionar (INSTITUYENTE) el accionar de la institución, principalmente la religión, institución
de la cual siempre he estado en contra (iglesia como institución).
Tanto yo como mis amigas de toda la vida, con las que compartí el colegio se vinieron a
estudiar y a vivir a Rosario por lo que estuve acompañada y el cambio fue más fácil, más que
nada los findes que no volvíamos o los domingos que siempre fueron los más tristes. En esta
nueva dinámica de vida, no hubo puntos o posiciones entre nosotras como una estructura
arbórea, sino que solo hubo líneas, y cada una de nosotras era la principal, llevando así
adelante el termino de RIZOMA. Nos apoyamos mutuamente, una a la otra siempre para que
le cambio sea más fácil de llevar.
La facultad me resulto muy distinta al colegio al que asistí siempre, más flexible, donde pude
expresar mis inquietudes, hacer cuestionamientos, generar conocimientos nuevos y sobre
todo materias como Institución y sociedad, estratégica 1 y 2, seminarios y electivas para mi
fueron LINEAS DE FUGA, para romper con los esquemas dados por la enseñanza profesor –
alumno y poder aprender desde otro punto de vista, generar nuevos agenciamientos que
cambien los míos.
Este es el ACONTECIMIENTO (algo que hace emerger nuevas posibilidades de vida, genera un
antes y un después) que me atravesó a nivel personal y emocional, el cual da lugar a la
producción de LINEAS DE FUGA (los acontecimientos constituyen líneas de fuga) llevando
adelante una DESTERRITORIALIZACION RELATIVA (hace referencia al abandono de territorios
adecuados en las sociedades y su concomitante reterritorializacion.