Resolución Situación Procesal Guerrieri III

Poder Judicial de la Nación
JUZGADO FEDERAL DE ROSARIO 4

FRO 43000367/2003
Objeto 7
Rosario, 9 de septiembre de 2014.
VISTOS: los autos “Guerrieri,
Pascual Oscar y Otros s/ privación ilegal de la
libertad, amenazas, tormentos y desaparición
física”, expte. N° FRO 43000367/2003 y acumulados,
en trámite ante este Juzgado Federal N° 4 de
Rosario, Secretaría de Derechos Humanos.
DE LOS QUE RESULTA QUE:
Vienen los autos a despacho a
fin de resolver sobre la situación procesal de Ariel
Antonio López (indagado a fs. 12.436/12.465), Ariel
Zenón Porra (indagado a fs. 12.492/12.516), Eduardo
Rodolfo Costanzo (indagado a fs. 12.778/12.806),
Enrique Andrés López (indagado a fs. 12.600/12.611),
Federico Almeder (indagado a fs. 12.612/12.623),
Francisco José Scilabra (indagado a fs.
12.689/12.713), Tomás Joaquín Gurrera (indagado a
fs. 12.669/12.677), Jorge Alberto Fariña (indagado a
fs. 12.517/12.545), Juan Andrés Cabrera (indagado a
fs. 12.629/12.660), Juan Carlos Faccendini (indagado
a fs. 12.139/12.151), Juan Daniel Amelong (indagado
a fs. 12.572/12.599), Juan Félix Retamozo (indagado
a fs. 12.211/12.223), Luis Paulino Coronel (indagado
a fs. 12.346/12.358), Marino Héctor González
(indagado a fs. 12.546/12.571), Pablo Raúl Vera
(indagado a fs. 12.271/12.306), Pascual Oscar
Guerrieri (indagado a fs. 12.953/12.983), René Juan
Langlois (indagado a fs. 12.359/12.372), Roberto
José Mónaco (indagado a fs. 12.235/12.247), Rodolfo
Daniel Isach (indagado a fs. 12.381/12.414) y Walter
Fecha de firma: 09/09/2014

Firmado por: MARCELO MARTIN BAILAQUE, JUEZ FEDERAL
Firmado(ante mi) por: ROMAN PABLO LANZON, SECRETARIO DE JUZGADO
1
Salvador Dionisio Pagano (indagado a fs.
12.467/12.491).
Roberto Raúl Squiro fue indagado
a fs. 12.173/12.184 pero actualmente se encuentra
prófugo por lo cual fue declarado rebelde por
resolución de fecha 19.6.14.Vienen los autos a
despacho a fin de resolver la situación procesal de
Francisco José Scilabra (indagado a fs.
10.058/10.067).
Y CONSIDERANDO QUE:
I. MATERIALIDAD
1) Del marco histórico
En primer lugar, es necesario
dejar sentado que los hechos atribuidos reconocen
-como referencia general- el contexto de lo
acontecido en la República Argentina entre los años
1976/1983, lo que fuera profundamente debatido y
tratado en reiterados pronunciamientos de este
juzgado y que ha quedado acreditado con el grado de
certeza propio de una sentencia judicial en la causa
N° 13/84, originariamente instruida por el Consejo
Supremo de las Fuerzas Armadas en virtud del decreto
presidencial N° 158/83 y luego resuelta por la
Cámara Nacional Criminal y Correccional Federal de
Buenos Aires.
También en la resolución n° 249
de fecha 14/06/04 dictada en el marco de la presente
causa (fs. 1296/1332) se ha hecho referencia al
contexto histórico en el cual los hechos fueron
ejecutados. Entre las resoluciones confirmatorias de
la C.F.A.R. cabe destacar –por ser la primera- el

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Acuerdo N° 169/05. En este sentido, el análisis del

ámbito histórico e institucional del país en que
sucedieron los hechos investigados, han quedado
demostrados a través de la jerarquización y modo de
valoración de los distintos elementos de prueba que
se efectuó en dicho Acuerdo. También cabe remitirse
al mencionado acuerdo respecto al tratamiento en él
realizado de los obstáculos legales que pudieren
erigirse al progreso de este proceso (como ser las
cuestiones relativas a la prescripción de la acción
penal anudada a la calificación de lesa humanidad de
los hechos o a la incidencia de las llamadas leyes
de “obediencia debida” y “punto final”), a lo que
concretamente habrá de estarse a lo expuesto por
aquel Tribunal en los considerandos 4°, 5°, 6° y 8°
del mismo (los que a su vez remiten a fallos de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación que
definieron algunas de esas cuestiones) dándolos por
reproducidos aquí en orden a la brevedad.
Más recientemente el Tribunal
Oral en lo Criminal Federal n° 1 de esta ciudad, al
condenar a cinco coimputados en el marco de esta
causa (la cual ya ha sido parcialmente elevada),
también ha dejado contextualizado el momento
histórico en que los sucesos se han desarrollado.
2) De los hechos en particular
2.1) Hechos ya tratados
anteriormente
Debido a que en los presentes se
está juzgando la situación procesal de personas que
se encuentran imputadas en la presente causa por

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primera vez, corresponde hacer una referencia en
relación a los hechos que ya se han tenido por
probados en anteriores resoluciones.
Puntualmente Pablo Raúl Vera fue
indagado por hechos que ya han sido tratados por
resolutorios dictados en el marco de la presente
causa y sus acumulados. En tal situación se
encuentran los hechos que en la indagatoria de Pablo
Vera fueron imputados con los números 1) a 22).
Por resolución n° 97/DH de fecha
29.12.2010 se tuvieron por probados (con el alcance
allí establecido) los hechos padecidos por las
siguientes víctimas: Luis Alberto Megías y Viviana
Adela Nardoni (punto n° 1 de la declaración
indagatoria de fs. 12.271/12.306), Elena Sarnari
(punto n° 5), Francisca Domínguez (punto n° 7),
Guillermo White (punto 9), María Amelia González y
Ernesto Víctor Enrique Traverso (punto 10), María
Luis Rubinelli y Aníbal Morcabel (punto n° 11),
Jorge Luis Ruffa (punto n° 13), Diego Aníbal Walter
Fuhr, Daniel Ángel Luis Fuhr, Carmen Cantalejo y
Patricia Beatriz Coria (punto n° 14), Juan Carlos
Gesualdo (punto n° 15), Laura Esther Repetti y Rubén
Daniel Flores (punto n° 16), Eduardo Francisco
Ferreyra (punto n° 17), Alberto Barber Caixal (punto
n° 19), Héctor A. Larrosa (punto n° 20). Por lo
tanto me remito en cuanto al tratamiento de la
materialidad de estos hechos a lo dicho en ese
resolutorio (ver fs. 7922/7998).
En cuanto a la existencia,
lugar, modo, duración y extensión de los hechos

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padecidos por: Rafael Bielsa (punto n° 2 de la

declaración indagatoria de fs. 10.058/10.067),
Mercedes Domínguez (punto n° 3), Adriana Cuaranta
(punto n° 4), Susana Zitta (punto n° 5), Graciela
Zitta (punto n° 6), Emma Buna (punto n° 8), Carlos
Novillo y Alejandro Novillo (punto n° 12); los
mismos fueron tratados por resolución n° 249,
dictada por el entonces Juez titular de este
Juzgado, Dr. Omar Digerónimo, de fecha 14.06.2004
(ver fs. 1296/1332), y a su vez por la Cámara
Federal de Apelaciones de esta ciudad mediante
acuerdo n° 169/05 de fecha 29.12.2005 (ver fs.
2369/2385). Estas resoluciones deben ser
complementadas por la n° 97/DH del 29.12.2010 donde
volví a tratar la materialidad de estos hechos (fs.
7922/7998).
En cuanto a la existencia,
lugar, modo, duración y extensión de los hechos
imputados en el punto n° 18 de la declaración
indagatoria de fs. 12.271/12.306, relativos a
Fernando Rubén Messiez, ya me he referido en la
resolución n° 17/B del 17.03.2008, como en las
números 86/B del 17.11.2008 y 34/B del 06.05.2009
(todas del acumulado n° 38/04) siendo que estas dos
últimas fueron confirmadas parcialmente por acuerdo
n° 170/09 del 29.10.2009 de la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad. En ese pronunciamiento
revocó lo dicho por este Juzgado respecto a la
producción de las torturas cometidas en perjuicio de
la víctima, estableciendo que no existía evidencia
clara en autos de que dichos tormentos hayan

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realmente ocurrido. Teniendo en cuenta ello, de la
lectura de las resoluciones indicadas se concluye
que lo que se tiene por acreditado en autos es la
existencia de la privación ilegítima de la libertad
agravada y la posterior desaparición física de
Messiez.
Los hechos enunciados en el
punto n° 21 de la declaración indagatoria de fs.
12.271/12.306, se encuentran debidamente acreditadas
en los distintos resolutorios dictados por este
juzgado, a saber: Auto N° 249 del 14.6.2004 (fs.
1296/1332); Auto N° 270 del 2.9.2004 (fs. 1707/1718)
y Auto N° 9/B del 15.5.2006 (fs. 2623/2634), y en
los que me he pronunciado, a saber: Auto N° 33/B del
21.5.2008 (fs. 4517/4527); Auto N° 50/B del
22.8.2008 (fs. 4852/4862), Auto N° 25/B del
15.4.2009 (fs. 5283/5293) y Auto N° 70/B del
6.10.2009 (fs. 6052/6067). El tratamiento de la
materialidad de los hechos contemplados en este
punto se completa por resolución n° 97/DH del
29.12.2010 donde se tuvo por probado el homicidio de
Raquel Negro y la privación ilegítima de la libertad
agravada, tormentos y homicidio de Fernando Agüero.
Finalmente los hechos
contemplados en el punto n° 22) de la declaración
indagatoria de fs. 12.271/12.306, se encuentran
debidamente acreditados en los distintos
resolutorios dictados por este juzgado, a saber:
Auto N° 256 de fecha 17.6.2004 (fs. 339/360 del
acumulado n° 581/03); N° 273 de fecha 6.9.2004 (fs.
621/630 del acumulado n° 581/03); N° 25/B de fecha

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31.7.2006 (fs. 1065/1079 del acumulado n° 581/03);

N° 27/B de fecha 6.7.2007 (fs. 1598/1614 del
acumulado n° 581/03), N° 34/B de fecha 21.5.2008
(fs. 2915/2925 del acumulado n° 581/03), N° 70/B del
06.10.2009 (fs. 6052/6067). Entre las resoluciones
confirmatorias de la C.F.A.R., cabe destacar –por
ser la primera- el acuerdo N° 170/05 (por el que se
confirmó parcialmente la resolución de esta
instancia N° 256 del 17.6.2004 de fs. 339/360)
2.2) Hechos imputados por
primera vez.
Antes de ingresar al tratamiento
y análisis particular de cada uno de los casos, me
permito efectuar un mínimo desarrollo respecto del
esquema que se tiene en cuenta para ponderar tanto
los extremos que hacen a la materialidad misma, como
así también a aspectos que atañen a la
participación.
Caso 1. María Teresa Quintana.
Su privación ilegítima de la
libertad se encuentra acreditada, entre otras
pruebas, por el legajo Conadep nº 6808, que en
versión digitalizada fuera acompañado por la Unidad
Fiscal como Anexo I en el escrito de fs.
10.331/10.396; allí se establece que fue secuestrada
el 27 de noviembre de 1976 en horas de la tarde en
su domicilio laboral de calle Urquiza 111 de Rosario
por ocho hombres que vestían de civil y se
trasladaban en dos automóviles marca Ford Falcon.
Desde esa fecha permanece

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desaparecida, circunstancia que fue judicialmente
declarada el 26.08.1996 mediante sentencia de
ausencia por desaparición forzada que en copia
digitalizada se encuentra en el legajo Conadep ya
citado (ver páginas 8/9).
Esta versión de los hechos se ve
corroborada por las actuaciones labradas en el
expediente nº 31.968 del Juzgado Federal nº 2 de
Rosario caratulado “Quintana, María Teresa S/ Habeas
Corpus”, en el cual la madre de la víctima presentó
dicho recurso aportando los datos que tenía en aquel
entonces sobre la desaparición de su hija. El mismo
fue rechazado conforme surge de la sentencia
agregada a fs. 11 vta.
Del material acompañado por la
Comisión Provincial por la Memoria de la Provincia
de Buenos Aires surge que esta víctima ya había sido
detenida por su supuesta “actividad subversiva”.
Asimismo se encontraba registrada en los archivos de
inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos
Aires en fecha 13 de junio de 1975 (ver información
de fs. 11.950/11.978 y Sobre III que contiene
información sobre Quintana).
En efecto, de fs. 4 a 10 del
material reservado en secretaría, figura que había
sido detenida en el marco de un “procedimiento
contrasubversivo” contra el E.R.P. en su domicilio
de calle Alem nº 465 de la localidad de Zárate,
lugar donde vivía en aquel entonces.
Teniendo en cuenta el contexto

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FRO 43000367/2003
histórico y la información precedente, la conclusión

acerca de los motivos por los cuales María Teresa
Quintana fue secuestrada deviene evidente.
Las circunstancias descriptas de
tiempo, modo y lugar en que ocurrieron los hechos
confirman que fue víctima del accionar ilegítimo
instaurado por el gobierno de facto en aquel
entonces.
A ello hay que agregar lo que ha
dicho la Cámara Federal de Apelaciones de esta
ciudad y que es plena aplicación para todas aquellas
personas que han desaparecido de este modo: “a la
luz de las reglas de la sana crítica racional con
que deben evaluarse las pruebas recogidas, que
existen elementos de convicción suficientes para
fundar con el grado de provisoriedad que la etapa
del proceso requiere, que las personas detenidas
cuyo destino final se desconoce y es objeto de
investigación, hayan sido asesinadas, no resultando
óbice a tal conclusión que sus cuerpos hasta el
momento no han aparecido o la inexistencia de
testigos directos de los presuntos homicidios…El
hecho que ninguna de aquellas personas haya
aparecido o sido vista con vida desde dicha época,
hace probable en el marco fáctico referencial
apuntado con anterioridad, que no hayan sobrevivido
a sus privaciones ilegales de la libertad” (Cámara
Federal de Apelaciones en Pleno de Rosario, expte.
N° 501–P: “Feced, Agustín y otros s/ Homicidio,
Violación y Torturas”, Resolución N° 83/06 del
3/11/06; expte. N° 293-P: “Guerrieri, Pascual y

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otros s/ Privación ilegal de la libertad, amenazas,
tormentos y desaparición física”, Resolución N°
169/05 del 29/12/05).
Caso 2. Segismundo Martínez.
En declaración testimonial
prestada en esta sede a fs. 11.206/11.207, su hijo
de nombre Segismundo Edgardo Martínez manifestó que
se enteró el día 2 de diciembre de 1976 a través de
una empleada de su padre que éste había sido
secuestrado. El hecho había tenido lugar en el
Pasaje Espora nº 55 de esta ciudad donde Segismundo
Martínez padre, tenía su negocio que consistía en
venta de café en grano. El testigo agregó que de
acuerdo a lo manifestado por vecinos, a su padre lo
encapucharon, lo metieron adentro de un automóvil,
amenazaron a vecinos para que no salieran y se lo
llevaron.
Posteriormente Segismundo
Martínez hijo volvió al lugar de trabajo de su padre
y pudo notar que se habían llevado todos los muebles
del mismo. Según le dijeron vino gente en un camión
que fue la que hizo ese trabajo.
El testigo aclaró que consultó a
un abogado, que presentó un habeas corpus y también
agregó que “…en 2 oportunidades tuve que ir
personalmente, una vez a la Jefatura de Policía que
me trataron pésimo, sólo estuve 4 o 5 horas y
después llegó alguien que me rompió la nota en la
cara y otra vez me fui al 121, también con otra
nota, ahí también esperé varias horas y me dijeron
que no estaba en ningún lado que no había nada (…)”.

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Efectivamente el relato del

testigo es respaldado por el habeas corpus que él
mismo había presentado ante el Juzgado Federal nº 2
de esta ciudad que lleva el nº 31.941 caratulado:
“Segismundo Martínez S/ Habeas corpus”
Otro elemento probatorio que
acredita también la privación ilegítima de la
libertad y posterior desaparición de la víctima es
el expediente del Consufa nº 88.173 reservado en
Secretaría que contiene copia de su legajo Conadep
nº 8092. Allí el relato de los hechos, efectuado
también por Segismundo Edgardo Martínez, es
coincidente con lo declarado en esta sede. De este
expediente se puede agregar como datos relevantes
para la causa que el hijo de la víctima intentó
hacer la denuncia en la seccional 2da de la UR. II
pero que la misma fue tomada como que su padre “…no
había regresado al hogar sin causa aparente, ya que
para acentar (sic) lo realmente sucedido me exigían
testigos presenciales del secuestro….” Más adelante
en el mismo documento agregó que “a las 11 hs.
habían entrado al negocio un grupo de personas
esgrimiendo armas de distintos tipos (largas y
cortas), en un total aproximado de 4, otro grupo se
apostó en la vereda, y otro entró por una ventana,
forzándola, al interior de una casa que daba a los
fondos del negocio, quienes intimidaron con amenazas
a los ocupantes de la vivienda, estos elementos
vestían de civil y algunos llevaban consigo equipos
de transmisión portátiles…”.
Este caso tiene relación con el

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caso de Bernardo Depetris (el cual será tratado
posteriormente), ello así no sólo porque los hechos
son contemporáneos (Depetris desaparece el 1º de
diciembre del mismo año), sino porque su esposa
manifestó al denunciar el hecho que la última
noticia que tenía de su esposo es que iría a buscar
una moto y posteriormente pasaría por un lugar de
venta de café que quedaba en una zona céntrica.
Entiendo que con lo dicho arriba este lugar era
justamente el negocio del Sr. Segismundo Martínez.
El caso de Depetris será
analizado posteriormente pero adelanto que en el
mismo se encuentra acreditada la intervención del
Destacamento de Inteligencia 121, por lo que
teniendo relación con este caso, cabe entender que
esa Unidad también participó en el hecho aquí
tratado.
Caso 3. José Carlos Prat.
José Carlos Prat se encontraba
realizando la conscripción en el Batallón de
Arsenales 121 de Fray Luis Beltrán al momento de su
desaparición ocurrida entre el 1º y el 2 de enero de
1977.
Conforme a la denuncia efectuada
por el padre de la víctima en el marco del acumulado
nº 116/05 caratulado “Prat, Carlos S/ solicita
investigación verdad histórica” (fs. 2/10), salió de
dicha Unidad Militar el 31 de diciembre de 1976 por
habérsele otorgado franco con motivo de las fiestas
de fin de año. El día 1º de enero de 1977 quien por

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FRO 43000367/2003
entonces fuera Segundo Jefe del Batallón Virgilio

Román Pérez lo llama para que se presente en la
unidad de inmediato, cosa que José Carlos Prat hace.
La madre de Prat, en declaración
prestada ante Conadep, manifestó que al llegar su
hijo en esa oportunidad al Batallón, el mismo
Virgilio Pérez le dijo a él que le daba nuevamente
franco hasta el 3 de enero de 1977 (ver fs. 4 de las
copias certificadas del legajo Conadep nº 2293).
Agregó que esta circunstancia la conoce porque el
citado militar se lo reconoció a la declarante. Lo
concreto es que desde el día en que fue a
presentarse al Batallón (1.1.1977), su familia no
tuvo más contacto con él.
Asimismo, el día 2 de enero de
ese año, fueron a la casa de los padres de Prat
cinco personas vestidas de civil que se presentaron
como Policías (pero sin exhibir ninguna credencial),
y encerraron a ambos (María Josefa Salvucci y Carlos
Prat) en el baño del domicilio. Estas personas
ingresaron en el dormitorio de su hijo, revolvieron
todo y robaron el dinero que encontraron.
Agregó la Sra. Salvucci que
fueron con su marido a la Seccional Quinta de
Policía para hacer la denuncia, donde no fueron
atendidos por lo que se apersonaron al Batallón
donde su hijo realizaba el servicio militar. Allí
les informaron que José Carlos no estaba porque
tenía franco.
En virtud de ello se dirigieron

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a la casa del suboficial Argarañaz, a quienes ellos
no conocían pero José se los nombraba porque les
habría dado clases a los hijos del mismo. La esposa
de este suboficial llamó al Mayor Virgilio Pérez,
quien allí le manifestó que le había dado franco,
agregando en tono de burla que “se habrá ido con los
guerrilleros”.
Salvucci ya había declarado con
anterioridad ante la Justicia Federal sobre los
hechos que damnificaron a su hijo, puntualmente el
día 29.11.1977 en el marco de una presentación que
ella misma había efectuado por su desaparición y que
llevó el nº 33.062 del Juzgado Federal nº 2 de esta
ciudad (que en copia certificada corre por cuerda al
acumulado nº 116/05).
Los hechos allí relatados tanto
en la presentación de fs. 1/2 y lo declarado a fs. 4
coinciden en líneas generales con lo expuesto
precedentemente, con la salvedad que en aquella
oportunidad no mencionó al Mayor Virgilio Pérez. Sí
lo hizo en declaración posterior de fecha
22.03.1978, del mismo expediente en copia donde ya
había dado la misma versión expuesta en los párrafos
precedentes, aclarando: “Que además el mayor Perez
le manifestó que el mismo día 1º, le había dado
nuevamente franco a su hijo. Que desde ese día, 1º
de enero de 1977 a las 19.30 hs., no tiene noticias
de su hijo…” (ver fs. 29).”
Este relato se encuentra avalado
por la documentación obrante a fs. 63/64 del
acumulado nº 116/05 acompañada por la U.R. II de la

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Policía de la Provincia de Santa Fe, donde consta

que José Carlos Prat, se encuentra identificado con
Prio. 993.157 y registraba las siguientes capturas:
“1) Rosario año ’77, Expte nro. 3030 Desertor,
solicita Batallón Arsenales 121 de San Lorenzo. 2)
Rosario año ’77, Expte. nro. 3030 Desertor,
solicitada II Cuerpo de Ejército.”
Por otra parte el imputado
Eduardo Costanzo en el marco de la presente causa al
ampliar su declaración indagatoria en fecha
14.02.2006, en momentos en que se refería a un
enterramiento clandestino en “La Calamita” de una
persona de nombre Remo, a quien horas antes personal
del Destacamento de Inteligencia le habría dado
muerte, dijo: “así fue que fuimos a cavar el pozo, y
yendo me dice el Crio. Gral. Rodolfo Isaac, cavemos
un poco más acá porque ahí (señalando un lugar) está
enterrado el soldado Prat (que es un soldado que yo
supe o me dijeron que habían matado antes, que era
asistente del mayor Perez, y que según comentaban lo
habían matado porque quería entregar al mayor)…”.
En consecuencia, debido a las
circunstancias en las cuales se produjo su
desaparición, el allanamiento ilegítimo que
sufrieron los padres de Prat, el destino ilegítimo
dado a al predio conocido como “La Calamita” y su
dependencia del Destacamento 121 del Ejército
Argentino (ya acreditado en otras resoluciones), me
llevan a concluir que José Carlos Prat fue una
víctima más dentro del plan sistemático referido en
la presente causa.

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Caso 4. Daniel Adolfo Trípodi y
Miriam Edith Necioni.
Conforme surge de la causa
acumulada “Sumario Averiguación Violación a los
Derechos Humanos (Casos: Tripodi, Daniel Adolfo y
Nencioni, Miriam Edith)”, expte n° 533/2009, la
noche del viernes 31 de diciembre de 1976 Daniel
Tripodi estaba en su lugar de residencia sito en
calle 24 de Septiembre 1757 de esta ciudad, junto a
su esposa Miriam Edith Nencioni y sus 2 hijos
menores de edad.
Al llegar las fuerzas
policiales, ordenaron que salga del domicilio un
matrimonio con dos hijos. Tripodi salió por la
puerta del frente y Nencioni salió por los techos,
quedando los menores en el interior del domicilio.
Tripodi fue ultimado en el mismo
momento, mientras que su cónyuge pudo escapar por
los techos de la casa, y con posterioridad a ello
mandó una carta relatando parte de los hechos. En la
misma mencionó, entre otras cosas, que su esposo fue
golpeado y matado por un “cana”.
El último contacto que la
familia tuvo con Miriam Nencioni es una carta que le
llegó a sus suegros el día lunes 10 de enero de
1977, sin volver a tener noticias de ella.
Los diarios de aquel entonces
reflejaron lo sucedido. En el diario La Capital se
publicó “COMUNICADO OFICIAL Para informar la opinión
pública acerca de los exitosos operativos cumplidos,

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FRO 43000367/2003
el Comando del Cuerpo del Ejército II dio a conocer

el mismo viernes, el siguiente comunicado: “El
Comando del II Cuerpo de Ejército informa a la
población que el día 31 de diciembre tuvieron lugar
los siguientes procedimientos antisubversivos en el
Área 211 Rosario:…2) A la 0.30 tuvo lugar un
enfrentamiento con delincuentes subversivos en la
calle España y 24 de Septiembre. En el lugar fue
abatido un delincuente de sexo masculino y un
femenino que lo acompañaba logró fugarse…” (artículo
del Diario La Capital, de fecha 02.01.1977
trascripto por la Secretaría de Derechos Humanos de
la Provincia de Santa Fe).
Por su parte, en las copias
certificadas de la causa “ARNOLD, Carina Eva;
ARNOLD, Juan Pablo, Causa: Situación. Hoy Tripodi -
Karina Eva Josefina, Juan Pablo s/ Tenencia” n°3/77
obra agregado un informe de la División
Informaciones del cual surge que la fuerza que
intervino en el procedimiento llevado a cabo en el
domicilio sito en calle 24 de septiembre nº 1757 fue
la Unidad Regional II bajo el control operacional
del Comando del II Cuerpo del Ejército.
De la declaración testimonial
prestada por Karina Trípodi (hija de Daniel Trípodi
y Miriam Edith Nencioni) se desprende que fue la
policía la que llevó a cabo el procedimiento antes
señalado. (ver fs. 36/37 del expte. nº 533/09)
Inicialmente el cuerpo de
Tripodi ingresó en el Cementerio La Piedad de
Rosario como NN, bajo acta n°41 B año 1977 la que da

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cuenta del fallecimiento de un NN masculino como
consecuencia de muerte violenta. En dicha acta se
indica “...con motivo del presente asiento el Sub.
Jefe de la Com. 15 de Rosario comunica que el
causante falleció el 31 de diciembre de 1976, luego
de ser abatido por las fuerzas del orden en la finca
de calle 24 de Septiembre 1757, no habiéndose sido
identificado”.
Fue ingresado, conforme las
constancias obrantes en el Cementerio La Piedad en
la sepultura n°237 del Solar n°75, bajo el boleto
n°54.814, Serie C, en fecha 04 de enero de 1977.
Recién en el año 1979 se permite
a su padre Hipólito Ángel Trípodi el retiro de los
restos y su reconocimiento bajo dichas condiciones y
su posterior traslado e inhumación en el Cementerio
de la localidad de Pavón Arriba. Los trabajos
periciales realizados dentro del expte. nro
n°533/2009, permitieron determinar que esos restos
óseos trasladados en 1979 a la localidad de Pavón
Arriba correspondían en realidad a Leonardo
Bettanín.
Del denominado “Informe Sotera”,
el cual consiste en documentación acompañada por
Adolfo Rubén Salman, quien se había desempeñado como
Policía de la Provincia de Santa Fe y que en el
curso de sus funciones tuvo oportunidad de obtener
un informe confidencial elaborado por el entonces
Jefe del Destacamento de Inteligencia 121, Coronel
Alfredo Sotera, se hace un análisis de la
organización “Montoneros” en la zona Rosario se

18
FRO 43000367/2003
puede leer el nombre de Daniel Tripodi (a) “Pacuca”

o “Sergio”.
En relación a Tripodi, puedo
concluir que habría sido asesinado en el momento de
llevarse a cabo el procedimiento antes mencionado, y
en lo que respecta a Nencioni, la privación de la
libertad habría comenzado entre el 31.12.1976 y el
10.1.1977 y hasta el día de la fecha se encuentra
desaparecida, por lo que siguiendo la jurisprudencia
de la Cámara Federal de Apelaciones de esta ciudad,
que se transcribiera y a la cual me remito por
razones de brevedad, cabe presumir que fue
asesinada.
confirman que fueron víctimas del accionar ilegítimo
entonces.
Caso 5. Carlos Néstor Ponce.
Conforme surge del legajo

Conadep nº 851 Carlos Néstor Ponce nació en fecha
31.8.1945, trabajaba en ACINDAR y se domiciliaba en
calle Urquiza 1167 de Villa Constitución.
El día 6.1.77 salió de la

fábrica a las 22 horas, se dirigió a su domicilio,
luego de cenar anunció a sus familiares que se
dirigía a la Sociedad Española de calle San Martín
al 1100. Fue visto por última vez la madrugada del
día 7 de enero de 1977 en los alrededores de la
plaza de Villa Constitución acompañado por dos

19
hombres, perdiéndose después todo rastro de su
persona. Ante tal suceso se efectuaron numerosas
denuncias (ante la Comisaría de Villa Constitución,
el Ejército Argentino, y en la sede de Derechos
Humanos), un petitorio dirigido a Eduardo Emilio
Masera y además en fecha 11.1.77 Olga Negri de Ponce
(madre de Carlos Néstor Ponce) presentó un recurso
de Hábeas Corpus en el Juzgado Federal N° 2 de
Rosario, el que se caratuló “Ponce, Carlos Néstor
por Habeas Corpus”, expte. nro. 32.031, el cual fue
rechazado mediante resolución nº 46 de fecha 7.2.77.
En dicho Habeas Corpus

presentado por la madre de Ponce, consta que: “…el
día jueves 6 del corriente mes el mencionado hijo
salió del domicilio encontrándose con unos amigos a
quienes les manifestó que se dirigía a ésta ciudad
de Rosario, y lo vieron en la parada de omnibús, que
luego de ellos no se tiene más noticias sobre el
paradero del mismo.-
Que sin tener responsabilidad

alguna que la dicente conozca en hechos delictivos o
subversivos ya que el mismo no tiene actividad
gremial o política considera que se debe hallar
detenido.” Este recurso fue rechazado por resolución
nº 46 del 07.02.1977.
Actualmente Carlos Néstor Ponce

se encuentra desaparecido. Las circunstancias
descriptas de tiempo, modo y lugar en que ocurrió el
hecho confirman que fue víctima del accionar

20
FRO 43000367/2003
ilegítimo instaurado por el gobierno de facto en

aquel entonces.
Caso 6. Graciela Elina Teresa Lo

Tuffo.
Conforme al relato de los hechos
efectuado por la hermana de la víctima en la
denuncia efectuada el 2 de abril de 1984 ante la
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
(denuncia que consta en el legajo Conadep nº 6936
cuya copia se encuentra reservada en Secretaría),
Graciela fue secuestrada el día 14 de abril de 1977
en el domicilio de calle Dorrego 878 de Rosario, por
un grupo de cinco a siete personas, vestidas en
traje de “fajina” y portando armas largas, quienes
se identifican como policías.
Allí la separaron de su familia,
la llevaron a la cocina de la casa donde la
interrogaron y posteriormente se la llevaron
alegando que había una denuncia en su contra, no sin
antes amenazar a la familia a fin de que nadie se
moviera.
A los pocos minutos de esto,
llegó a la vivienda personal del Comando
Radioeléctrico quienes alegaron estar ahí por el
llamado de un vecino. Estas personas les dijeron a
la familia de Graciela que hicieran la denuncia
porque no había orden de allanar ningún domicilio.
Cosa que hicieron en la Comisaría 2º de esta ciudad.

21
También presentaron Habeas
Corpus, mandaron cartas a Galtieri y al Obispado de
Rosario.
Ello se ve reflejado en la
propia actividad de la comunidad de inteligencia la
cual respecto de los presentes hechos señaló: “Parte
N° 3298 del 14.04.1977. “(...) El 14Abr77, ante un
llamado telefónico a la Seccional 2ª de Policía de
la ciudad de Rosario, personal de ésa se constituyó
en la finca de calle Dorrego 878, siendo atendido
por el propietario de la misma, Sr. LILIO DOMINGO LO
TUFO, arg., 66 años, casado, quien manifiesta que
siendo aproximadamente las 03.00 horas, se hicieron
presente cinco (5) masculinos armados, los que le
preguntaron por su hija GRACIELA ELENA LO TUFO,
arg., 26 años, soltera, procediendo a llevársela con
ellos, desconociendo destino.”
El relato efectuado en la
mencionada denuncia es coincidente con las
constancias obrantes en el Habeas Corpus iniciado en
el año 1977, autos caratulados: “LO TUFO, Graciela
Elina Teresa s/ Habeas Corpus”, Expte. 29.290 de
entrada ante el Juzgado Federal nº 1 de Rosario (que
en copia certificada se encuentra reservado en
Secretaría). En dicho recurso presentado por el
padre de la víctima, agregó que su hija era docente
y que había tenido actuación gremial en docentes
privados.
En declaración testimonial
prestada por Mariana Irene Carmen Lo Tuffo, hermana
de Graciela, ante este Juzgado (ver fs.

22
FRO 43000367/2003
11.204/11.205) realizó un relato similar al

efectuado, sólo es destacable agregar a lo dicho que
ante la pregunta efectuada por el Sr. Fiscal en
relación a si cuando se retiraron los secuestradores
en sus automóviles los vecinos les dijeron algo,
respondió: “Que eran autos de la Policía, eran dos y
por eso mis padres fueron primero a la Policía a
preguntar…”.
Esto es coincidente con lo que
consta en la denuncia ante la Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos cuando se afirma que el
personal que irrumpió en la vivienda se identificó
como perteneciente a la Policía.
Actualmente Graciela Elina
Teresa Lo Tuffo se encuentra desaparecida. Las
circunstancias descriptas de tiempo, modo y lugar en
que ocurrieron los hechos confirman que fue víctima
del accionar ilegítimo instaurado por el gobierno de
facto en aquel entonces y que la misma habría sido
asesinada.
Caso 7. Carlos Roberto Gallegos.
Conforme la denuncia presentada
por Alicia Nélida Gallegos (hermana de Carlos
Roberto Gallegos) ante el local de Familiares de
Detenidos-Desaparecidos y de la Asamblea Permanente
de los Derechos Humanos (legajo Conadep nº 6935),
Gallegos era estudiante de la carrera de
veterinaria, de apodo “Caly”, trabajaba como
carpintero, estaba en pareja con una mujer de nombre
Olga.
En esa denuncia dijo que “…la

23
última vez que fue visto por mis padres Julio César
Gallegos y Nélida Amelia Maselli y por mi hermano
Eduardo Luis Gallegos, en un bar de la ciudad de
Rosario, a raíz de una visita que mi hermano Carlos,
apodado familiarmente ‘Caly’, realizó desde la
ciudad de Rafaela, el 2 de mayo de 1977. En esa
oportunidad comentó temer por su seguridad debido a
la cantidad de desapariciones que se registraban
permanentemente e indicó que sí no se conectaba
nuevamente con ellos el 31 de julio de 1977 hicieran
mis padres las denuncias correspondientes a la Cruz
Roja Internacional y Amnesty Internacional, las que
no fueron hechas por mis padres porque pensaron que
podían con ellas complicar aun más su situación.
Hasta esa fecha sabíamos que
vivía en Rafaela y que se hallaba prófugo de la
justicia por no haberse presentado a un juicio en
que se fallaría respecto de su presunta complicidad
en el asesinato de un policía de la ciudad de
Corrientes ocurrido en septiembre de 1973, al día
siguiente de la muerte Ignacio Rucci. El motivo de
su inasistencia al juicio fue la falta de confianza
en la justicia ya que cuando había sido encarcelado
había sido torturado con picana eléctrica.”
A partir del año 1983 su familia
presentó recursos de habeas corpus en los tribunales
federales y provinciales.
Actualmente Carlos Roberto
Gallegos se encuentra desaparecido. Las
circunstancias descriptas de tiempo, modo y lugar en
que ocurrió el hecho confirman que fue víctima del

24
FRO 43000367/2003
accionar ilegítimo instaurado por el gobierno de

facto en aquel entonces.
Caso 8. Marta Susana Diez y

Jorge Barrantes
Marta Susana Diez y su novio
Jorge Barrantes el 15 de mayo de 1977 se encontraban
en un auto Citroën color gris patente S 135167 -
propiedad del Sr. Pedro Diez, papá de Marta- siendo
un día domingo a la noche en la puerta de la pensión
situada en Suipacha 150 de Rosario, lugar de
residencia de Jorge Barrantes. Ahí lo esperaban un
grupo de personas armadas vestidos de civil y
algunos uniformados -uniformes de policía-, a la
dueña de la pensión –María Mercedes Porcarelli de
Bartolone- le exhibieron los carnets.
Barrantes al descender del
vehículo, fue golpeado por la policía, él se
defendió de los golpes, lo que generó que las
personas armadas solicitaran refuerzos. Fue
trasladado a la pieza que ocupaba en la pensión,
donde lo golpearon nuevamente, para posteriormente
salir del lugar envuelto en una sábana blanca
llevado por dos o tres hombres que lo subieron a un
vehículo Ford o Torino.
Marta Susana Diez fue llevada
por uno de los intervinientes en el operativo
descripto, en el automóvil marca Citroën propiedad
del Sr. Pedro Diez, papá de Marta.
Los relatos que brindaron de los
hechos Graciela Raquel Diez –hermana de Marta Susana

25
Diez- (v. fs. 9/10), y Florinda Diez Vda. De Acuña y
Matilde Diez de Mazzucelli –tías de las nombradas-
(v. fs. 34/36), es coincidente con el desarrollado
precedente.
Como dato relevante de dichos
testimonios de fecha 25 de julio de 1984 prestado
ante la Delegación Santa Fe de la Comisión Nacional
sobre Desaparición de Personas, cabe resaltar que
dijeron que el papá de Marta –Pedro Diez ya
fallecido-, les comentó que un amigo de él le había
dicho que su hija había estado dos días detenida en
Jefatura y que ahí la interrogaron. Las declarantes
manifestaron que a los 8 días del procedimiento
salió una noticia en los diarios que refería a un
enfrentamiento en el cual se habría incendiado un
coche Citroën y en el cual habrían muerto dos
hombres y una mujer. Agregaron que el hecho ocurrió
el 21.5.1977 y que el padre de Diez concurrió a la
morgue pero no pudo reconocer el cuerpo ya que era
presumiblemente de una persona más bien corpulenta
mientras que Marta Susana Diez era delgada.
Efectivamente los relatos de los
testigos son respaldados por las copias certificadas
del legajo de Conadep agregadas a fs. 83/118.
De la lectura de la denuncia de
Florinda Diez de Acuña obrante a fs. 84/85 se
aprecia que el padre de Marta Susana Diez fue al día
siguiente del secuestro de su hija a la Jefatura de
Policía de Rosario para hacer la denuncia y allí un
soldado que estaba de guardia le informo que la
noche anterior habían llevado allí a una pareja pero

26
FRO 43000367/2003
luego cuando fue atendido por personal de la

jefatura no le dieron ese dato.
En lo que respecta a Marta
Susana Diez y Jorge Barrantes y siguiendo la
jurisprudencia de la Cámara Federal de Apelaciones
de esta ciudad, que se transcribiera y a la cual me
remito por razones de brevedad, cabe presumir que
los nombrados fueron asesinados.
confirman que fueron víctimas del accionar ilegítimo
entonces.
Se puede tener por acreditado
cuando habría comenzado la privación ilegítima de la
libertad de Diez y Barrantes pero no podemos saber
con precisión el lugar en que habrían pasado sus
últimos días estas víctimas, ni la fecha en que se
les dio muerte, ni el destino final.
La Fiscalía concluye que es
altamente probable que el automóvil Citroën sea
aquel que aparece en el supuesto enfrentamiento –
reflejado por los diarios de la época y también en
el Memorandum nº 120 y 121 obrante a fs. 438/439 de
la División Informaciones UR II-, debido a la
proximidad de las fechas, el color gris del auto y
que el supuesto enfrentamiento está marcado por una
evidente ilegalidad.
Pero lo señalado hasta ahora me
lleva a descartar esta hipótesis esbozada por el
Ministerio Público Fiscal, ya que conforme surge de

27
lo dicho precedentemente el padre de Diez cuando
concurrió a la morgue no pudo reconocer el cuerpo
exhibido como el de su hija debido a que era una
persona más bien corpulenta mientras que Marta
Susana Diez era delgada, y tampoco resulta menor el
dato de que no se sabe que se hizo con los restos
del auto marca Citroën.
Caso 9. Raúl Luis Bustos
Fue secuestrado en la ciudad de

Campana (provincia de Buenos Aires). Si bien del
material probatorio incorporado no consta con
precisión la fecha en que el hecho habría ocurrido,
de lo declarado por la hermana de la víctima –
Graciela Bustos-, se infiere que habría sido en el
mes de mayo del año 1977. De lo que tenemos certeza
es que Bustos fue asesinado, y que el Ejército
intentó hacer pasar la muerte como ocurrida en un
enfrentamiento de fecha 21 de mayo de 1977 con
fuerzas de seguridad en Av. Godoy al 5200.
De este supuesto enfrentamiento
dieron cuenta los diarios de la época (ver fs. 3 a 9
del legajo Redefa nº 194 que en copias certificadas
se reservó en Secretaría) y los Memorandum de
Inteligencia I.D nro. 120 y 121 que en copia
certificada se encuentran agregados como anexo III
del Bibliorato acompañado por la Unidad Fiscal a fs.
10329/10.396.
En efecto, el mencionado
memorándum nº 120 consigna que: “El Comandante del
Segundo Cuerpo de Ejército Tte. Gral. Juan Carlos

28
FRO 43000367/2003
Sánchez, comunica a la población que en el día de la

fecha siendo aproximadamente las 01.00 y en
cumplimiento de tareas de seguridad, se desplazaban
fuerzas legales por Avenida Godoy al 5200. En dicha
oportunidad observan el desplazamiento sospechoso de
un automóvil CITROEN sin chapa identificatoria,
color gris claro con dos masculinos y un femenino en
su interior. Al dárseles la voz de alto para
proceder a su identificación y reconocimiento,
detienen el móvil sobre una calle de tierra,
descendiendo del mismo un masculino armado con una
escopeta con la cual abre el fuego contra las
fuerzas del orden, respondiendo estas de inmediato
sucediéndose entonces un corto pero nutrido
tiroteo.- En dichas circunstancias, es herido de
muerte el delincuente produciéndose casi en forma
instantánea el estallido e incendio del automotor
con el restante masculino y el femenino, que se
encontraban en el interior”.
Por su parte el Memorandum D.I.
nº 121 de la U.R. II del 23.05.1977 estableció que
habían sido identificados “dos de los tres
subversivos abatidos aquí, el sábado…”. El mismo
establece que uno de ellos era Pedro Héctor Retamar
(a) “Norberto” o “El Tío” y el otro era justamente
“BUSTOS, RAUL LUIS, (a) ‘PEPO’ o ‘MARCOS’,
catalogado como uno de los más importante activistas
de la U.E.S. (UNION DE ESTUDIANTES SECUNDARIOS),
colateral de la banda Montoneros…”.
La forma en que habría muerto
Bustos relatada por los citados Memorandum, no

29
coincide con los dichos de Graciela Bustos, quien en
declaración testimonial prestada en el acumulado nº
575/03 dijo: “Este otro hermano mío llamado Raúl
Bustos militaba en la agrupación Montoneros; fue
catalogado en esa época, según los diarios, como
suboficial de Montoneros. En la misma época que los
secuestran a mis padres y a Oscar, que fueron entre
ocho y diez días, a Raúl, por lo que sé, lo agarran
en Campana, provincia de Buenos Aires, donde él
vivía (trabajaba en Techint) y luego nunca supimos
cómo ni dónde muere y ahí es donde los largan a mis
padres y a Oscar y nos entregan el cuerpo de mi
hermano y lo velamos y todo. Los diarios de esa
época decían que había habido un enfrentamiento pero
yo y mi familia sabemos que no fue así porque como
dije lo agarraron en Campana (provincia de Buenos
Aires) y no podía ser entonces que aparezca muerto
en un enfrentamiento en Rosario…”
La falsedad de la versión
oficial del enfrentamiento al que hace referencia la
Sra. Bustos, se puede corroborar con la lectura de
la sentencia nº 3/2010 dictada por el Tribunal Oral
en lo Criminal Federal nº 1 de Rosario, en la cual
quedó acreditado que Héctor Retamar no falleció en
dicho enfrentamiento sino que se lo mantuvo privado
de su libertad pasando por distintos centros
clandestinos de detención hasta ser asesinado en “La
Intermedia” en el año 1978.
Esta falsedad del enfrentamiento
ya había sido tenida en cuenta por la entonces
Subsecretaria de Derechos Humanos de la Nación al

30
FRO 43000367/2003
declarar que la muerte de Raúl Luis Bustos fue

causada por el accionar de las Fuerzas Armadas en
los términos de la ley 24.411. Así el dictamen
agregado a fs. 31/33 del mencionado legajo
estableció que “Esta ausencia de datos oficiales,
más allá de los comunicados seguramente originados
en el II Cuerpo … no implica que no puedan
establecerse varios extremos, a saber: a) que BUSTOS
fue muerto por el accionar militar en el marco de la
lucha denominada ‘antisubversiva’, b) que se
trataron de ocultar las verdaderas circunstancias en
que ello ocurrió, dado que no se labraron
actuaciones, si se hubieran labrado, el Ejército, o
la Policía o la Justicia tendrían datos, c) que era
usual que las fuerzas armadas fraguaran supuestos
enfrentamientos para cohonestar sus crímenes, d) que
es irracional pensar que un hombre haya hecho frente
a una patrulla militar con una escopeta, provocando
un tiroteo, en lugar de tratar de huir en el
vehículo en que se desplazaba o bien tratar de fugar
a pie, dispersándose los tres supuestos
‘subversivos’ en diferentes direcciones para hacer
más difícil su aprehensión y e) que no se sabe qué
se hizo con los restos del automotor en que viajaban
las víctimas, no aparece el secuestro del arma que
habrían empleado y tampoco el de las granadas de
fabricación casera que se dice llevaban en un
bolso…” .
También se encuentra corroborado
que Raúl Bustos se encontraba sindicado por la
Fuerzas de Seguridad como integrante de alguna

31
fuerza tildada de “subversiva”. Así puede leerse a
fs. 21 del citado legajo Redefa que la Unidad
Regional II de la policía de esta provincia informó
que registraba en el prontuario de la víctima los
siguientes antecedentes: “6-6-77: Se informó
antecedentes a la delegación Rosario de la Policía
Federal. Captura – Rosario – 1976 – Folio 225 –
Organización subversiva – Cdo. Cpo. II Ejército…”.
Esta última anotación y el
memorándum transcripto (junto con los comunicados
del Ejército efectuado a través de los informes
periodísticos ya citados), permiten también tener
por acreditada la participación del Ejército en el
hecho.
Puntualmente esta intervención
está enmarcada en la actuación del Destacamento de
Inteligencia 121 del Ejército. Esta conclusión es
posible si tenemos en cuenta los citados memorándum
de la Policía de la Provincia de Santa Fe, los
cuales asocian los hechos de Bustos a los padecidos
por Héctor Retamar cuyo derrotero ha quedado
acreditado en los distintos autos de méritos
dictados por este Juzgado y por la sentencia nº
3/2010 ya mencionada; dejándose claramente
establecido en las mismas que Retamar pasó por
varios centros clandestinos de detención controlados
por la citada Unidad militar.
Además de lo consignado en los
comunicados y los memorándum ya citados (cuya
parcial falsedad ya tuve por comprobada
precedentemente), la muerte de Raúl Luis Bustos se

32
FRO 43000367/2003
encuentra acreditada con las copias certificadas de

los autos “Legajo de investigación- Legajo Separado
nº 34- Prontuario Masculino 15.213 F- Víctima
Bustos, Raúl Luis” expte. FRO 43000053/2011/3
acompañado por la Unidad Fiscal a fs. 11.928. Allí
obra la resolución nº 49/DH del 26/08/2013 en la
cual se declaró que “…los dactilogramas obrantes en
la ficha decadactilar dactiloscópica agregada al
Prontuario NN Nº 15.213 F se corresponden con sus
iguales dígitos impresos en formulario nº 1 aportado
por el Registro Nacional de las Personas a nombre de
Raúl Luis Bustos D.N.I. Nº 12.523.414, nacido el 12
de noviembre de 1956 en la ciudad de Rosario,
departamento del mismo nombre, hijo de Marcos Luis y
de Victoria Pelliza.” Cabe aclarar que el prontuario
15.213 F es el que labró la U.R. II de la Policía de
la Provincia de Santa Fe a fin de identificar a 4
cadáveres resultantes del supuesto enfrentamiento
con Fuerzas de Seguridad en Avda. Godoy al 5700 en
fecha 21.05.1977. Con esto queda claro que este
supuesto enfrentamiento tuvo involucrado a esta
víctima.
Otra indicio que contribuye a
determinar que la muerte de Raúl Bustos fue violenta
y enmarcada en el plan sistemático de persecución,
es que según el acta de defunción nº 1087 A del
27.05.1977 (que se encuentra reservada en Secretaría
entre documentación remitida por la Secretaría de
Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe a fs.
11.772), el médico que expidió el certificado médico
de defunción fue el Dr. Luis Juarez, quien conforme

33
consta en el legajo Redefa nº 194 de Bustos, era
numerario de la U.R. II de la Policía de la
Provincia.
Más allá de tener por acreditada
la intervención del Destacamento de Inteligencia
121, no puedo afirmar que esta víctima haya sido
mantenida en cautiverio en alguno de los centros
clandestino de detención dependiente de esa Unidad.
Esto así teniendo en cuenta la reciente declaración
testimonial brindada por su madre, quien fue
secuestrada y llevada al centro clandestino de
detención Servicio de Informaciones el mismo mes de
mayo de 1977 donde compartió cautiverio con su
esposo y su otro hijo Oscar.
En dicho lugar la interrogaron
sobre el paradero de su hijo Raúl y agregó: “…Antes
de recuperar la libertad, mi esposo pide de ir al
baño, también paso por esos pasillos, y escucho la
voz de Raúl que estaba declarando y se puso feliz
porque estaba vivo todavía y estaba declarando y
pensó que no lo van a matar…” (ver declaración
testimonial de fs. 13.090.13.095). Esto hace
probable que Raúl Bustos haya permaneció cautivo en
el Servicio de Informaciones de la Policía de la
Provincia de Santa antes de ser asesinado.
Caso 10. Eustaquio Ozuna
Conforme surge de la denuncia
presentada ante Conadep por su esposa Ramona
Riquelme, los hechos que perjudicaron a Ozuna
tuvieron comienzo el día 15 de junio de 1977 a las

34
FRO 43000367/2003
doce horas cuando llegaron a su domicilio sito en

calle Carbonell del Barrio Industrial de la
localidad de Villa Constitución, cinco hombres
vestidos con vaqueros y camperas, fuertemente
armados, con chalecos antibalas e intercomunicadores
que habían descendido de tres automóviles, quienes
sin mostrar identificación alguna, preguntaron por
la víctima y dijeron ser “de las Fuerzas Conjuntas”.
Como Eustaquio Ozuna no se
encontraba en su domicilio porque estaba trabajando,
revisaron toda la casa, encerraron a la familia en
un dormitorio y esperaron su llegada, que se
produciría cerca de las 14:30 horas, ya que salía de
la fábrica a las 14 horas.
Cuando arribó a la vivienda, los
secuestradores -que se encontraban apostados tras
las ventanas, los patios y sectores linderos- lo
aprehendieron y ordenaron a su esposa que proveyera
a su marido de ropa interior y una frazada,
llevándoselo junto con su automóvil. Todos los
hombres que entraron a la casa para secuestrarlo,
según Ramona, eran de contextura física grande menos
uno que era petiso, todos habrían tenido en aquel
entonces alrededor de 30 años. En la denuncia la
señora Riquelme agregó que los secuestradores:
“Hablaban todo el tiempo por radio. Por lo que
decían, eran o hablaban de un pueblo en Buenos
Aires: Pacheco. Cada uno tenía una radio en la
cintura”.
También se llevaron a su hijo
Osvaldo, de 14 años, a quien “le dieron un par de

35
trompadas” y lo llevaron a dar una vuelta por el
centro. El chico luego le contó a su madre que vio
que el auto donde lo llevaron tenía perforaciones de
balas y cartuchos en el piso, y que hablaban por
radio y les decían “dale una vuelta más”, luego
cuando llegaron a su casa le dijeron “bajate, con
vos ya terminamos”.
En la denuncia la esposa aclaró
que quince días antes del secuestro Eustaquio le
había dicho que los compañeros lo querían elegir
delegado en la fábrica y que él se había negado por
ser peligroso. Y más adelante agrega que: “En ese
tiempo, y desde la huelga grande, pasaban por el
barrio tipos encapuchados en autos sin patentes y
decían que eran de la Policía Federal”.
Por su parte Carlos Alberto
Ozuna (hijo de la víctima), cuya declaración consta
en el mismo legajo Consufa (nº 88.162) señala que al
poco tiempo que se llevaron a su padre fue a
preguntar a la Jefatura de Rosario, entró por calle
San Lorenzo, lo atendió un joven de 24 o 25 años,
flaquito y de bigotes que tenía 2 estrellitas en la
ropa. Ese hombre miró en un libro y dijo que estaba
ahí pero que volviera el miércoles porque era ese el
día de visitas, que llevara ropa, comida y
cigarrillos.
Cuando volvió el miércoles lo
atendió el mismo hombre, quien le dijo que su padre
allí no estaba; el denunciante le preguntó porque le
había manifestado lo contrario antes y el policía le
contestó que debió haber cometido un error.

36
FRO 43000367/2003
Luego del secuestro de Eustaquio

Ozuna su familia no tuvo más noticias sobre su
paradero pese a las gestiones realizadas entre las
cuales constan averiguaciones a la Comisaría de
Villa Constitución, Jefatura de Policía de Rosario y
Comando del Segundo Cuerpo del Ejército.
confirman que fue víctima del accionar ilegítimo
entonces y que habría sido asesinado.
Caso 11. Jorge Ramón Fabián
Peralta.
De acuerdo a la denuncia presentada
por el padre de la víctima, Jorge G. Peralta ante la
Conadep (conforme surge del legajo Consufa nº 88.165
reservado en Secretaría), habría sido detenido en fecha
19 de junio de 1977 en el domicilio de calle Comodoro
Rivadavia nº 1036 de Villa Constitución. En el hecho
habrían intervenido personas fuertemente armadas,
vestidas de civil, que se movilizaban en un automóvil
marca Ford Falcon. Según el denunciante, quien habría
sido testigo del hecho es Tomás Boceto, propietario por
aquel entonces de la casa donde vivía Peralta, quién le
habría dado aviso al empleador de este último de nombre
Armando Berdini.
En la presentación el Sr. Peralta
agregó que “…a ninguna de las dos personas el Comisario
le negó la detención de mi hijo pero se le dijo que no
pregunten más por él, a los dos días se hizo presente en
el mismo domicilio una camioneta retirando todas las
pertenencias y diciéndole al dueño de la casa que

37
disponga del inmueble, desde tal día mi hijo se encuentra
desaparecido…”. Las dos personas a la que se refirió eran
justamente los Sres. Boceto y Berdini y el domicilio es
aquel en el cual vivía la víctima al momento del hecho.
Otro dato relevante aportado por el
presentante es que su hijo ya se encontraba prófugo, ya
que el día 22.02.1977 habían allanado su casa en Santa Fe
y fue detenida la esposa del mismo quien después de tres
años de detención habría sido liberada.
A fs. 2/4 del legajo mencionado, se
encuentran agregadas copias del Habeas Corpus presentado
por el padre también. De su lectura se puede aclarar, con
respecto a lo dicho en los párrafos anteriores, que luego
de secuestrado, Peralta habría sido trasladado a la
Jefatura de Villa Constitución, donde luego habrían
negado haber detenido a su hijo.
También consta en el mismo

legajo Consufa (a fs. 8) un informe elaborado por la
Jefatura del Area 121 que informó que Jorge Fabián
Peralta no registraba antecedentes de detención en
la jurisdicción del Area 121.
Desde esa fecha y hasta la
actualidad el mismo permanece desaparecido.
Los datos que surgen de esta
denuncias son coincidentes con los que obran en la
documental acompañada por la Secretaría de Derechos
Humanos de la provincia de Santa Fe a fs. 11.877.
Allí del folio 100 al 109 contiene fragmentos del
libro “Historias de Vida. Homenaje a militantes
santafesinos.”, puntualmente las páginas 328 a 331
del tomo II. De su lectura surge -además de
información personal de Jorge Peralta aportada por

38
FRO 43000367/2003
sus compañeros y amigos- que es coincidente con el

relato precedente las circunstancias de causas,
tiempo, modo y lugar su desaparición.
En la página 328 puede leerse
que “En 1977, a pesar de la terrible represión del
’75, continuaban los problemas y la resistencia de
los metalúrgicos en Villa Constitución. Junto a un
grupo de militante de la JP apoya con volantes la
protesta de los obreros por mejores condiciones de
trabajo y contra la amenaza de cesantías. En esas
circunstancias, un 17 de julio es cercado por
patrulleros policiales y se convierte en uno de los
tantos desaparecidos que la dictadura militar acumula en
su haber…”.
Asimismo en la página 331 del

mismo libro consta que: “A fines de 1975, buscándolo
detienen a su compañera que estaba embarazada. Su
hijo Gustavo nació en prisión. Pascual logró escapar
y marchó hacia el sur de la provincia, a la zona
fabril de Villa Constitución”.
Esta última información puede
ser corroborada con la lectura de las
transcripciones agregadas a continuación de la misma
documentación a la que me estoy refiriendo. En
efecto consta transcripción del Libro Dirección
Orden Público Unidad Regional I donde textualmente
se hace constar lo siguiente: “Foja 28 vuelta –
29/02/76. Seccional 3ra. 13.25hs. El oficial
Fernandez comunica que hace momentos el Señor Jorge
Graciano Peralta, art. 44 años, ferroviario, con
domicilio en San Cristobal denunció que por medio de

39
vecinos ha tenido conocimiento que en fecha 27 del
cte en horas de la madrugada se hicieron presentes
individuos vestidos de civil en el domicilio de
calle Las Heras Nº 3186 de esta ciudad donde vive su
hijo Jorge Ramón Fabián Peralta, arg de 25 años,
casado, empleado, quien juntamente con su esposa
María del Carmen Barbaglia de 21 años, fueron
llevado por dichas personas, quedando la hijita de
ambos María Soledad de 3 meses de vida en casa de un
vecino…”.
Esta circunstancia hace
altamente probable que tanto Peralta como su mujer
ya en esa época se encontraban siendo perseguidos
por su militancia política por las fuerzas
encargadas de llevar adelante la represión.
Caso 12. Gustavo Guillermo López
Torres y Graciela Susana Capoccetti.
Surge de la prueba mencionada en

las respectivas declaraciones indagatorias a los
imputados relacionada con estos casos que el 18 de
agosto de 1977 Guillermo López Torres, salió de su
domicilio cerca de las 7 de la mañana en bicicleta
para dirigirse a su trabajo y cuando estaba
transitando por la Av. Francia y las vías del
Ferrocarril lo interceptó un grupo de personas –
aparentemente del ejército-.
Según afirmaciones de algunos
vecinos testigos de lo ocurrido, le dispararon y lo
mataron en ese lugar. Con posterioridad, se
dirigieron a la vivienda situada en Bv. Seguí 3198
de la ciudad de Rosario donde se hallaban su esposa

40
FRO 43000367/2003
Susana Graciela Capocetti quien se encontraba

embarazada de aproximadamente 3 meses (ver. informe
agregado a fs. 108 del expte. nº 182/04) y sus dos
hijos Gustavo Guillermo y Diego Facundo, a quienes
luego de mantenerlos encerrados los trasladan en un
auto. Con posterioridad estas personas regresaron a
dicho domicilio y los vecinos pudieron ver como se
llevaban cosas de la casa que las cargaron en
camiones (ver declaraciones testimoniales de María
Inés Forletta a fs. 73, Hugo Reynoso a fs. 74 y
Mirta Alicia Abrego a fs. 99, todas del expte. nº
182/04 ).
Los menores habrían sido
alojados en la Sección femenina de las dependencias
de la Policía Menores y días después fueron
separados, Gustavo fue llevado a la casa de María
Teresa Pascual de Ciriotti y su hermano Diego a la
casa de Adriana Chiaro. Los niños se encontraron
separados de su familia aproximadamente siete meses
y finalmente fueron entregados a sus abuelos
paternos (ver declaraciones testimoniales de María
Teresita Pascual Ciriotti a fs. 157/160 y Adriana
Chiaro fs. 303/304).
María Teresa Pascual Ciriotti al
prestar declaración testimonial sostuvo que mientras
se encontraba trabajando como celadora de las
mujeres en la policía de menores vio en la
habitación de mujeres a dos nenes pequeños, que sus
compañeros de trabajo le dijeron que habían llegado
como consecuencia de un allanamiento (fs. 157/160
del expte. nº 182/04). Por su parte, prestó

41
declaración testimonial Adriana Chiaro, quien
trabajaba en la Policía de Menores Femenina y
manifestó:”…Yo recuerdo que una vez llevaron a dos
hermanos, uno era Diego y otro no recuerdo su nombre
pero eran dos nenes chiquitos y rubios y mi jefa, la
señora Beltrán hizo sacar fotos de los chicos para
pasarlo por televisión y para que salgan en el
diario para que vayan familiares a retirarlos…Los
chicos estuvieron varios meses allí, más o menos
siete meses, en Policía de Menores Femenina que
quedaba en Cafferatta 345 o 347, arriba de la
Comisaría 7ma. Luego aparecieron unos familiares de
Santa Fe, fueron al Juzgado con todos los papeles y
el Juzgado les entregó a los dos menores…Lo que
recuerdo es que la Jefa nos decía que eran hijos de
subversivos, pero de los padres nunca nos dijo nada
de ninguno…” A la pregunta para que diga si tuvo en
guarda al menor que nombró como Diego, respondió:
”Sí, me daba permiso el Juez de Menores que tenía la
causa de ellos de sacarlo el sábado y lo devolvía el
lunes, porque el sábado no trabajaba…”.(fs. 303 del
expte. nº 182/04).
de Buenos Aires surge del parte nº 1037 de fecha
3.9.1975 lo siguiente:”…DE: JEFE DE POLICÍA PCIA. DE
ENTRE RÍOS. PARA: JEFE DE POLICÍA DE LA PCIA. DE:
CORRIENTES – MISIONES – JUJUY – SALTA – CATAMARCA -
TUCUMAN – FORMOSA –SGO. DEL ESTERO – CHACO - LA
RIOJA – SAN JUAN – CORDOBA - STA FE- MENDOZA – SAN
LUIS – LA PAMPA – RIO NEGRO – CHUBUT - SANTA CRUZ –

42
FRO 43000367/2003
TIERRA DEL FUEGO –NEUQUEN- TEXTO: PARA VUESTRO

CONOCIMIENTO, SE DETALLA NOMINA DE ACTIVOS
MILITANTES ‘MONTONEROS’, QUE SE HALLA PROFUGOS DE
ESTA PCIA., LOS CUALES PODRÍAN ESTAR ACTUANDO EN
ESA:…5 CAPOCETTI, GRACIELA SUSANA: HIJA DE HUMBERTO
Y GUADALUPE PALLACIOS NACIDA EN STA FE…DOMICILIADA
EN SGO. DE CHILE 1784-CIUDAD DE STA FE…6 LOPEZ-
TORRES, GUILLERMO ANGEL: HIJO DE GUILLERMO ANGEL
LOPEZ Y MARA MARIA TORRES, NACIDO EN MENDOZA…
DOMICILIADO EN SGO. DE CHILE 1784, CIUDAD DE STA.
FE…” (Sobre reservado a fs. 11.950/11.978 del expte.
nº 43000367/2003).
Del expediente N° 199/86
“Palacios Capoccetti, Guadalupe s/ su denuncia” se
desprende que Guadalupe Palacios –madre de Graciela
Susana Capoccetti- en la presentación efectuada en
la Comisión Nacional sobre la Desaparición de
Personas a fs. 1, manifestó que se encontró con la
Sra. Guadalupe Gladis Cicarelli de Rodríguez quien
le comentó que había observado a Susana Capocetti en
la cárcel de Villa Devoto y que posteriormente no
tuvo más noticias de ella. Asimismo manifestó que
alrededor del 9 de septiembre de 1977 recibió una
carta de su hija por medio de una persona
desconocida en la que le solicitaba el cuidado de
sus hijos (ver presentación efectuada antes Comisión
Nacional sobre la Desaparición de Personas a fs. 1
del expte.nº 199/86).
Por su lado, es coincidente con
ello lo manifestado por Gustavo Guillermo López
Torres en su declaración testimonial obrante a fs.

43
24/25 del expte. nº 182/04 donde expuso que “...mi
abuela materna recibió una carta de una persona que
en la actualidad es muy viejo y mi abuela luego de
leerla la rompió…Aparentemente la carta era de mi
madre y le decía que nos cuide mucho que ya iba a
regresar…”.
En este orden de ideas, debe
ponerse de resalto que esta mecánica era utilizada
por el Destacamento de Inteligencia 121 del Ejército
para que las personas secuestradas se comuniquen con
el exterior, me refiero al envío de cartas a sus
allegados para que cuiden de sus hijos.
Así puede nombrarse el caso del
hijo de Carlos Laluf y Marta María Benassi (véase
sentencia nº 3/2010 de fecha 14.6.10 del Tribunal
Oral en lo Criminal Federal nº 1 de Rosario) y
también lo ocurrido en relación a la hija del
matrimonio conformado por Carlos Alberto Bosso y
María Isabel Salinas (cuya materialidad será tratada
en la presente resolución). Esto no ocurría en el
centro clandestino de detención que funcionaba en el
Servicio de Informaciones, lo cual me hace presumir
que la madre de los menores estaba cautiva en algún
lugar a disposición del mencionado Destacamento de
Inteligencia 121.
Es dable presumir también que
Capoccetti permaneció cautiva en el centro
clandestino de detención “La Calamita” dependiente
del mencionado Destacamento, ello porque las
características de los hechos son similares a otros
que también han pasado por dicho lugar, pero sobre

44
FRO 43000367/2003
esto volveré más adelante ya que le dedicaré un

punto específico sobre la relación de algunos casos
aquí tratados que me llevarán a una conclusión
común.
En lo que respecta al destino de
Guillermo López Torres y de Susana Capoccetti,
teniendo en cuenta el relato expuesto, el contexto
histórico en que el hecho ocurrió, la circunstancia
que hasta el día de hoy los nombrados continúan
desaparecidos y la jurisprudencia de la Cámara
Federal de Apelaciones de esta ciudad que he citado
ut supra, cabe entender que ambos fueron asesinados.
Pero debo hacer una aclaración
respecto a López Torres, ya que la forma en que di
por configurada la materialidad de los hechos me
hacen suponer que fue ultimado en el mismo lugar en
que fue encontrado; y es así como surge de la
declaración testimonial de María Inés Forletta,
quien afirma que “… vi que López Torres salió
corriendo y lo mataron a las dos cuadras …” (fs. 73
del expte, acumulado 182/04). Por lo que no puede
sostenerse con grado probable la privación ilegal de
la libertad que eventualmente podría padecido el
nombrado y que les fuera imputada a varios de los
encausados.
Caso 13. Ricardo Alberto MASSA y
Susana Beatriz BECKER
De las pruebas obrantes en el

acumulado nº 336/07 y demás elementos de convicción
agregados en la presente, que se le hicieran conocer
a los imputados en sus declaraciones indagatorias,

45
se puede establecer el siguiente relato de los
hechos:
Ricardo Massa y Susana Becker
eran médicos, con especialización en patología y
mantenían al momento en que fueron secuestrados una
relación sentimental, conviviendo en la localidad de
Rufino. Ambos eran militantes de la organización
Montoneros.
En relación a los
acontecimientos que tuvieran como víctima a Massa,
cabe mencionar que tienen como antecedente el hecho
del 29 de enero de 1976 ocurrido en calle Paraguay
1806 de Rosario (casa de los padres del nombrado)
cuando fuerzas militares y policiales irrumpieron en
la vivienda, donde también vivía Ricardo,
preguntando por él -quien en esos momentos se
hallaba ausente-. Estas personas encerraron a los
padres en el baño, saquearon la casa y, antes de
retirarse, dejaron una bomba que estalló ocasionando
grandes daños materiales.
Esto se puede corroborar con la
lectura de los diarios de la época (ver recorte de
diario La Capital, edición del día 30 de enero de
1976, agregada a fs. 22/23 del acumulado nº 336/07).
La comunidad de inteligencia
también informó respecto de este acontecimiento:
“Parte N° 2973 – 29/01/1976 “Un grupo de
desconocidos procedió a desalojar la finca ubicada
en calle Paraguay Nº 1801, una vez afuera colocaron
un artefacto explosivo. La voladura del inmueble no

46
FRO 43000367/2003
causó víctimas fatales.”

Fue a raíz de estos hechos que
Ricardo Alberto Massa decidió, por cuestiones de
seguridad, dejar de concurrir a su lugar de trabajo
y mudarse a la localidad de Rufino, con su
compañera.
Posteriormente el día 26 de
agosto de 1977 en Rosario, en momento en que la
pareja se encontraba en la casa de los padres de
Becker sita en calle San Martín nº 1380, fueron
secuestrados. Massa se había retirado en horas de la
mañana y nunca volvió a la vivienda. Esa fue la
última vez que lo vieron, desde ese momento y hasta
la fecha se encuentra desaparecido (ver fs.23/27
denuncia presentada por la Sra. Elsa Pozzi, madre de
Massa en los autos nº 336/07 acumulados al
presente).
Esto es coincidente con el
relato efectuado en declaración testimonial prestada
por la Sra. Pozzi a fs. 122/123 de los mismos autos,
donde a lo expuesto agregó que el último contacto
que había tenido con su hijo databa del 23.08.1977,
cuando él la llamó telefónicamente para saludarla
por su cumpleaños desconociendo ella donde se
encontraba.
Ricardo Massa había sido
detenido en el año 1974, por infracción a la Ley
20.840, formándose causa judicial, con instrucción
de la Policía Federal (ver. fs.234 vta. anotación en
el prontuario de Massa) la que se encuentra
reservada (fs. 221). El procedimiento por el cual se

47
lo detiene a Massa fue iniciado por el Comando
Radioeléctrico de la Policía de la Provincia de
Santa Fe pero luego pasa a instruirlo la Delegación
Local de la Policía Federal (ver fs. 8 del
expediente nº 26.505 del Juzgado Federal nº 1 de
Rosario). Esto no es un dato menor si tenemos en
cuenta el relato que a continuación haré de los
hechos padecidos por Becker, ya que la persona que
la secuestró se identificó como Policía Federal. Por
lo que cabe presumir que esta fuerza ya tenía
identificado por lo menos a Massa.
Respecto a Susana Becker,
alrededor de las 19 horas del mismo día, en el
domicilio de sus padres se presentó una persona que
fue atendida por la propia Becker. El padre de esta,
Juan Becker Amelong, fue al vestíbulo de la vivienda
donde se encontraba su hija con este hombre. Ante
ello Susana le solicitó a su padre que le alcanzara
la cartera, porque tenía que acompañar al señor, que
era de la Policía Federal, para un procedimiento de
identificación de rutina. Ante ello, el Sr. Becker
interrogó al desconocido sobre el procedimiento,
quien le contestó que era un procedimiento de rutina
y que se apurara en traer la cartera tomando
fuertemente del brazo a Susana al tiempo que agregó
que se debían apurar porque no podían perder más
tiempo. El Sr. Becker solicitó acompañar a su hija y
al supuesto policía, pero este se negó en forma
amenazante y aclaró que si no se quedaba tranquilo
tendría que llamar a sus acompañantes que estaban en

48
FRO 43000367/2003
el coche en la puerta de la casa, por lo que el

procedimiento se tornaría violento.
Tomada fuertemente del brazo,
Susana bajó las escaleras con el desconocido rumbo a
la calle, luego la subieron a un automóvil, en el
cual había otros sujetos. Al día siguiente, el padre
de Susana y su hermano Juan Eduardo Becker, fueron
a la Jefatura de Policía, a la Policía Federal y al
Comando del Segundo Cuerpo del Ejército, sin obtener
noticias sobre su paradero.
El día 3 de septiembre de 1977
Susana Beatriz Becker se comunicó telefónicamente
con su madre, quien percibió su preocupación y
angustia y le pidió encarecidamente que cuiden a su
hija Mariana y no la entregaran a nadie bajo ningún
concepto. Así consta en la denuncia que se encuentra
agregada a fs. 52/56 de los autos nº 336/07 por el
hermano de la víctima Juan Eduardo Becker.
Un relato similar de lo
acontecido ya había sido formulado por el padre de
Susana al presentar oportunamente un habeas corpus
en su favor al momento en que acontecieron los
hechos (ver copia de la presentación indicada a fs.
38/39 del citado acumulado).
Juan Eduardo Becker también
prestó declaración testimonial ante este Juzgado
(ver fs. 251/253), y el relato que brindó de los
hechos, es coincidente con el desarrollado
precedentemente. Respecto a la llamada telefónica
agregó, en relación a lo dicho que ellos dedujeron
que su hermana estaba secuestrada y amenazada. Su

49
esposa Rosalía Ferreiro declaró a fs. 404/406 del
acumulado nº 336/07 confirmando la versión de los
hechos ya expuesta.
Además de las declaraciones
mencionadas, la desaparición de ambas víctimas se
encuentra acreditada con la existencia de sus
respectivos legajos Conadep nº 7127 respecto a Massa
(fs. 96/102 del acumulado) y nº 004752 de Susana
Becker los que se encuentran reservados en copia en
Secretaría. En relación a Massa, a fs. 8 del
mencionado acumulado obra agregada copia certificada
de la resolución nº 1635 de fecha 05.10.1995 dictada
por la justicia provincial por la cual se lo declaró
ausente por desaparición forzada.
La posibilidad de comunicarse
con el exterior una vez secuestrado, era propia de
aquellas personas que se encontraban cautivas a
disposición del Destacamento de Inteligencia 121, y
no de aquellas personas que han permanecido en el
centro clandestino de detención conocido como
“Servicio de Informaciones” dependiente de la
Policía de la Provincia de Santa Fe.
Esta comunicación podía ser
mediante carta (como lo expliqué al tratar el caso
precedente) o telefónicamente. En la sentencia nº
3/2010 del Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 1
de Rosario, quedó acreditado que Fernando Dante
Dussex, encontrándose ya privado ilegítimamente de
su libertad, estableció comunicaciones telefónicas
con su cuñada María Eulalia Nazabal con quien
concertaron encontrarse.

50
FRO 43000367/2003
Esta circunstancia, unida a la

militancia de las víctimas y la fecha en que
ocurrieron los hechos me llevan a entender que en
este caso tuvo intervención el Destacamento de
Inteligencia 121.
Esto se ve corroborado por la
documentación acompañada por la Comisión Provincial
por la Memoria de Buenos Aires que se encuentra
agregada a fs. 660/684 del acumulado nº 336/07. A
fs. 667/671 consta copia de un Memorandum elaborado
la Prefectura Naval Argentina (Servicio de
Inteligencia) donde se acompaña una nómina y
fotografías de “ELEMENTOS PERTENECIENTES A LA BDS
MONTONEROS”. Entre esa nómina puede leerse con el
número 09 “’MASSA, RICARDO’ (a) ‘NIPUR’ o ‘TINO’;
Arg. M.I. 6.072.189; Org. Montoneros, Jefe
Logística. En Río de Janeiro.”
Otro dato relevante es que con
el número 05 en la misma nómina aparece “DE LUISE
ROBERTO MARIO” como integrante de la misma
organización. Recuerdo aquí que ya en la resolución
nº 97/DH del 29.12.2010 di por probado que esta
persona era buscada por el Destacamento de
Inteligencia 121, de hecho varias personas habían
sido interrogadas (algunas de ellas bajo tormentos)
en procura de información que les permitiera a los
captores llegar al nombrado De Luise.
Esto permite inferir también que
la información que figura en este listado, teniendo
en cuenta que ambos eran rosarinos y militantes de

51
la misma organización, provenía de la misma fuente,
es decir del Destacamento de Inteligencia 121.
estas víctimas hayan permanecido cautivas en el
centro clandestino de detención “La Calamita”
dependiente del mencionado Destacamento, ello porque
las características de los hechos son similares a
otros que también han pasado por dicho lugar, pero
sobre esto volveré más adelante ya que le dedicaré
un punto específico al respecto.
Caso 14. Clara Ruth Argento
Fontaine y Abel Eduardo Argento Fontaine.
Estos dos hermanos eran oriundos
de la ciudad de Santa Fe y fueron secuestrados en el
mes de septiembre en el domicilio de calle Piazza nº
650 de la ciudad de Villa Diego donde convivían.
Según los informes acompañados por la Comisión
Provincial de la Memoria de la Provincia de Buenos
Aires en contestación al oficio nº 396/DH de 4.10.13
(sobre I), Clara Argento figuraba en los archivos de
la Central Nacional de Inteligencia, puntualmente en
los antecedentes de Jorge Obeid donde consta que
Clara Argento integraba una cédula de Montoneros.
Asimismo en el en informe
ampliatorio remitido por la Secretaría de Derechos
Humanos de Santa Fe de fs. 11.877, surge información
de estos hermanos proveniente del libro Historias de
Vida -ya citado precedentemente- donde consta que
ambos eran militantes de la organización Montoneros
(ver fs. 72/77 de la carpeta remitida reservada en
Secretaría).

52
FRO 43000367/2003
Sus desapariciones se pueden dar

por comprobadas con la existencia del legajo Conadep
n° 2828, que se encuentra agregado como Anexo
documental nº IV del bibliorato reservado en
Secretaría y acompañado por la Unidad Fiscal
oportunamente por escrito de fs. 10329/10.396.
No constan mayores datos en la
causa respecto al procedimiento que culminó con sus
respectivas detenciones. Solo se desprende del
expediente 2 J 54382/818, “Abel ARGENTO ARGUELLES
denuncia la desaparición de Abel Eduardo ARGENTO
FONTAINE y Clara Ruth ARGENTO FONTAINE” lo
manifestado por el padre de ambos quien, en escrito
agregado a fs. 3 de los citados autos, afirmó que se
enteró por un médico de nombre Federico Milia que
sus hijos se encontraban detenidos en Rosario.
Ante ello, el Sr. Argento
concurrió a la casa donde vivían sus dos hijos la
cual se encontraba deshabitada, quedando solo los
muebles grandes y aparentemente había sido saqueada.
Agregó que por comentarios de vecinos del lugar supo
que, a los quince días de estar deshabitado el
inmueble, había llegado un camión del Ejército cuyos
ocupantes realizaron una inspección.
El Sr. Argento realizó diversas
presentaciones ante autoridades estatales a fin de
conocer el paradero de sus hijos, todas con
resultados negativos, como era de estilo en la época
(ver fs. 11 a 24 del citado expediente militar).
Si bien no hay mayores datos en
relación al momento de detención de los hermanos

53
Argento, de las constancias obrantes en los autos se
puede determinar cuál ha sido el destino posterior
al secuestro desde su domicilio.
En la resolución nº 97/DH del
29/12/2010 al efectuar un análisis sobre los hechos
cometidos en perjuicio de Alberto Barber Caixal –
también víctima en esta causa-, hice referencia a
Abel Argento cuando textualmente establecí que:
“(…)Gladis Noemí Gaziano de Barber –esposa de
Alberto Barber Caixal- denunció ante la Comisión
Nacional sobre Desaparición de Personas que, el 14
de septiembre de 1976, en la vivienda que la
declarante y su esposo ocupaban en la ciudad de
Rosario junto a sus tres hijos, recibieron la visita
de un amigo de su esposo. Alrededor de las 18.00
horas Alberto salió de ese domicilio manifestando
que debía encontrarse con una persona y que volvería
enseguida.
Transcurridas tres horas
aproximadamente de su partida, el amigo que se
encontraba en la casa se retiró de la misma y su
esposa escuchó a los pocos minutos disparos de armas
de fuego. Ello sumado a la tardanza de su esposo le
produjo una gran inquietud. Al salir de la casa con
sus hijos, se encontró en la puerta con un grupo de
tres personas, vestidas de civil, con armas largas,
que la encañonaron. El grupo se identificó como
perteneciente a una rama del Ejército que se
dedicaba a regenerar “subversivos” y estaba dirigido
por Hugo Cardozo, a quien ella conocía. La tomaron
del brazo y la introdujeron en el interior de su

54
FRO 43000367/2003
vivienda diciéndole que tenían en su poder a su

esposo y que ya lo traerían. Inmediatamente a ello,
se detuvo un coche particular en el que iban tres
personas y su esposo, el que se encontraba golpeado
en la cabeza y sangraba, e ingresaron todos a la
vivienda. Mientras dicho grupo realizaba un
procedimiento en el interior de la misma, Alberto
pidió hablar con su esposa a solas. En dicha
conversación Alberto le dijo a ella que lo habían
detenido en un bar donde había ido con la persona
que se encontró previamente, que lo estaban
esperando adentro y allí lo golpearon con la culata
de un arma, lo encapucharon y lo metieron en el piso
de un auto, de allí lo llevaron a un lugar llamado
la “Quinta”, que fue después de dar varias vueltas y
salir a la ruta, no muy lejos de la ciudad. En ese
lugar vio a varias personas conocidas: un joven
llamado “Jesús” de la ciudad de Rosario, Héctor
Larrosa, Abel Argento y una chica ‘Estela’ de San
Carlos Norte, provincia de Santa Fe, conocida como
‘la gorda’…”
Esto permite tener por
comprobado que Alberto Barber Caixal y Abel Argento
compartieron cautiverio y por lo tanto estuvieron
secuestrados por las mismas personas. En la
mencionada resolución concluí también que Barber
Caixal fue llevado y permaneció cautivo en los
centros “La Calamita” y “Quinta de Funes” o en, al
menos, alguno de ellos los cuales -ya ha quedado
establecido en distintos resolutorios de mérito
dictados por este Juzgado y por la Cámara Federal de

55
Apelaciones de Rosario- eran manejados por los
integrantes del Destacamento de Inteligencia 121.
Esto se ve reforzado por la
fecha en que fueron secuestrados los hermanos
Argento, que como ya lo indiqué fue en septiembre de
1977 mientras que Barber Caixal lo fue el
14.09.1977, lo cual hace más que probable lo dicho.
En fecha 02.07.1985 el padre de
las víctimas, Sr. Abel Argento Arguelles ya había
declarado en sede castrense donde también aportó
estos datos en relación a lo declarado por la esposa
de Barber Caixal. Así dijo que “logró contacto
también, luego de muchas averiguaciones, con la
señora de ALBERTO BARBER CAXAL… y le manifestó al
dicente que había recibido varios llamados
telefónicos de su esposo, donde le contaba que
estaba detenido, que no la pasaba muy mal y hacía
referencias de que habían unas piletas… y entre
otras personas que le decía que estaban con él, lo
nombraban al hijo del dicente, ABEL EDUARDO…” (ver
copias del expediente 2j 5 4382/818 fs. 33/38 que se
encuentran en el citado anexo IV).
A su vez el hecho de que los
hermanos hayan sido secuestrados juntos me llevan a
concluir que Clara Argento también siguió los pasos
de su hermano.
Las declaraciones testimoniales
de Hugo Courault y María Margarita Gasparotti –
quienes fueran respectivamente cónyuges de Clara y
Abel Argento- dan cuenta de las desapariciones, como
también ponen de manifiesto que quien tenía mayor

56
FRO 43000367/2003
conocimiento de lo que les pudo haber sucedido a

ambos era su padre el abogado Abel Argento.
Además de los elementos
probatorios mencionados los hechos se encuentran
corroborados por: 1) el habeas corpus presentado por
el padre ante el Juzgado Federal nº 1 de Santa Fe
expediente nº 248-1978 que en copia se encuentra
reservado en Secretaría y 2) la copia del Legajo
CONADEP Nº 2828 correspondiente a Clara Argento
Fontaine remitido por el Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos de la Nación (acompañado a
fs.10.957/10.966).
Por su parte, por la fecha en
que fueron secuestrados, es altamente probable que
los hermanos Argento hayan pasado por el centro
clandestino de detención “La Calamita”. En efecto,
en la resolución nº 97/DH, dediqué un punto a la
existencia de “La Calamita” como centro clandestino
de detención y su dependencia del Destacamento de
Inteligencia 121 donde establecí que este funcionó
aproximadamente hasta septiembre de 1977 y que en
octubre habría tenido comienzo el centro clandestino
de detención “Quinta de Funes”.
Por lo demás -como quedara
sentando anteriormente-, el tiempo y las
circunstancias en que ambos desaparecieron me llevan
a la convicción de que han sido asesinados. Si bien
no podemos tener precisión aun en cuanto al lugar y
tiempo en que habrían pasado sus últimos días estas
víctimas, ni la forma en que se les dio muerte, ni
el destino final de sus restos, lo cierto es que

57
estuvieron en alguno de esos centros clandestinos de
detención ya mencionados.
Relacionado con esto último, sí
podemos afirmar que en diciembre de 1977 estos dos
hermanos no se encontraban detenidos en “Quinta de
Funes”, ya que el testigo y víctima en esta causa,
Jaime Dri, fue llevado al centro clandestino de
detención “Quinta de Funes” en esa fecha donde se
encontró con varios detenidos-desaparecidos –tal
cual lo ha declarado en esta instancia y en el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 1 de
Rosario- y no mencionó a ninguno de los hermano
Argento. Sin embargo estamos en condiciones de
establecer que a principios de septiembre de ese año
eran mantenidos cautivos por el Destacamento de
Inteligencia 121 y que desde esa fecha no se tuvo
más noticias de ellos.
Caso 15. Roberto Miguel Valetto
y María de los Ángeles Castillo.
De los elementos de convicción
hechos:
Roberto Miguel Valetto vivía en
la ciudad de Santa Fe, pero al momento de los hechos
se encontraba residiendo en Rosario y en pareja con
María de los Ángeles Castillo quien a su vez era
madre de una menor de nombre María de los Angeles
Lozano, fruto de una relación anterior a la
entablada con Valetto (ver: legajos SDH nº 3045 de

58
FRO 43000367/2003
Castillo y expediente Consufa nº 88.184 donde consta

copia del legajo Conadep nº 798 de Valetto, e
informe ampliatorio remitido por la Secretaría de
Derechos Humanos de Santa Fe a fs. 11.877 en Carpeta
negra puntualmente en el folio 110 a 116 consta
fragmento del libro Historias de Vida -ya citado
precedentemente- con información sobre Roberto
Miguel Valetto.)
Según consta en las copias del
legajo SDH n º 3045 de María de los Angeles
Castillo, remitidas por la Secretaría de Derechos
Humanos de la Nación, el secuestro de esta pareja
habría tenido lugar el día 15 de agosto de 1977
junto con la menor mencionada, que por otra parte es
quien formuló la denuncia en el mencionado legajo
(ver denuncia de María de los Angeles Lozano). Allí
también agrega que tanto Castillo como Valetto eran
militantes de la organización Montoneros y que el
apodo de la primera era “Malena”.
Si bien en la presentación
mencionada que consta en el Legajo SDH, no surge
exactamente la causa por la cual se ubica como fecha
de secuestro el 15 de agosto de 1977, contamos con
una fecha cierta que se infiere de la declaración
testimonial prestada por exhorto por María Esther
Olivari de Valetto, madre de Valetto (ver fs.
11.383/11.385) asociada al hecho padecido por Carlos
Laluf. Así, la Sra. Olivari describió las
circunstancias en que se enteró del secuestro de su
hijo: “El Sr. Don Laluf se presentó en mi casa con
María de los Ángeles Lozano, aproximadamente a las

59
22.00 horas y le comentó a mi esposo que su hijo se
encontraba desaparecido, que había recibido una
llamada telefónica donde le indicaban que debía
recibir a su nieto y a un nena en la Plaza de las
Banderas de aquí, de Santa Fe y que debía
entregársela a su parientes cercanos. Cuando recibí
a la nena esta se encontraba en condiciones
impresionantes de abandono…”.
Es evidente la relación entre
estos hechos y los que tuvieron como víctima a
Carlos Ignacio Laluf, y se desprende del análisis
del caso de este último que cuando la Sra Olivari se
refiere al Sr. Laluf, está hablando del padre de
quien se encuentra desaparecido según consta en la
presente causa.
En este sentido la sentencia nº
3/2010 del Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 1
de Rosario al tratar los hechos padecidos por Carlos
Laluf y Marta María Benassi sostuvo: “…Puede
establecerse aproximadamente la fecha de sus
secuestros entre el día 17 de agosto (fecha en que
la pareja estuvo junto a su hijo en la ciudad de
Buenos Aires festejando el cumpleaños del menor en
casa de sus abuelos paternos) y el 4 de septiembre
de 1977, pues ese día el hijo de ambos, Carlos
Ignacio Laluf, fue dejado en una plaza de la ciudad
de Santa Fe conjuntamente con la menor María de los
Ángeles Lozano (hija de Roberto Miguel Bálteo y de
María de los Ángeles Castillo), conforme consta en
los legajos de la CONADEP 2791/2790 expediente n°
88222 (Marta María Benassi), expediente n° 50235

60
FRO 43000367/2003
(Carlos Laluf) y en el correspondiente a Roberto

Bálteo (expediente n° 88184), quien luego fue
encontrado por sus abuelos paternos, en la ciudad de
Santa Fe…”.
También declaró la que en aquel
entonces era la menor entregada, María de los
Angeles Lozano (ver fs. 11.638/11.639), quien luego
de aclarar que por obvias razones cronológicas su
relató se basa en lo que le han transmitido sus
familiares, dio una versión de los hechos similar a
la aportada por María Esther Olivari. Como dato
relevante se puede agregar que su familia materna
fue en aquel entonces secuestrada: su abuela, sus
tías y posteriormente su tío, todo ello en virtud de
que estaban buscando a su madre.
Con lo expuesto, podemos
concluir que Valetto y Castillo fueron secuestrados
con anterioridad al 4 de septiembre de 1977, que
estuvieron secuestrados junto con Carlos Laluf y por
lo tanto con intervención del Destacamento de
Inteligencia 121.
En efecto, en la presente causa
y en la sentencia nº 3/2010 ya citada quedó
acreditado que Carlos Laluf perteneció al grupo de
detenidos que pasó por el circuito de centros
clandestinos de detención “La Calamita”, “Quinta de
Funes”, “Escuela Magnasco” y finalmente “La
Intermedia” donde habría sido asesinado junto con
sus compañeros de cautiverio.
Si bien la pareja Castillo-
Valetto no continuó el mismo circuito, ya que en

61
diciembre de 1977 el testigo y víctima en la causa
Jaime Dri fue llevado al centro clandestino de
detención “Quinta de Funes” donde –tal cual lo ha
declarado en esta instancia y en el Tribunal Oral en
lo Criminal Federal nº 1 de Rosario- se encontró
entre otras personas con Carlos Laluf pero no
mencionó ni a Castillo ni a Valetto, sí estamos en
condiciones de establecer que a principios de
septiembre de ese año eran mantenidos cautivos por
el Destacamento de Inteligencia 121 junto con Laluf
y que desde esa fecha no se tuvo más noticias de la
pareja.
Por lo demás -como quedara
sentando anteriormente-, el tiempo y las
circunstancias en que ambos desaparecieron me llevan
a la convicción de que han sido asesinados. Si bien
no podemos tener precisión aun en cuanto al lugar y
tiempo en que habrían pasado sus últimos días estas
víctimas –ya que pudieron haber pasado solo por “La
Calamita” o por esta y “Quinta de Funes”
sucesivamente o por algún otro centro clandestino de
detención- ni la forma en que se les dio muerte, ni
el destino final de sus restos, lo cierto es que
estuvieron en alguno de esos centros clandestinos de
detención ya mencionados y por lo tanto a
disposición del Destacamento de Inteligencia 121.
Conforme al relato efectuado por
la Unidad Fiscal en su escrito de fs. 10329/10.396,
consta en el legajo Conadep de Valetto que la
Policía Federal Argentina habría tenido
participación en el hecho, ya que que el 21 de

62
FRO 43000367/2003
septiembre de 1977 a las 9 de la noche dos hombres

de civil que se identifican como de la Policía
Federal, fueron a la casa del padre de Roberto
(Miguel Roberto Valetto) y le pidieron documentación
por la camioneta, lo llevaron detenido y se llevaron
la camioneta, dejándola en la puerta de la Policía
Federal de calle 9 de Julio de esta ciudad de
Rosario. El señor Valetto (padre) quedó detenido 5
meses, estuvo 3 meses de un lugar a otro sin que la
familia sepa nada. Finalmente lo ubicaron en Tiro
Federal en la ciudad de Santa Fe, donde el Ejército
tenía gente detenida. A los 4 o 5 meses fue
trasladado a la comisaría 4ta de Santa Fe donde la
familia le hace llegar los medicamentos. El coronel
que estaba a cargo del Liceo General Belgrano, Seré,
era quien la atendía a la madre de Roberto cuando
averiguaba por su esposo y su hijo. Un tal PERESOTI,
posiblemente militar, estaba a cargo de los
detenidos. “En la 4ta le hacen firmar que la
camioneta había sido comprado con plata de la
subversión” y le dan la libertad condicional. El
padre no vio a nadie (ni víctimas ni represores)
porque lo interrogaban encapuchado.
Caso 16. Arturo Ángel
Avellaneda.
hechos:

63
Arturo Angel Avellaneda (titular
del documento nº 7.376.977), estaba en pareja con
María Lidia Ledesma, era jornalero y obrero de la
construcción. Habría militado en el Partido
Peronista Auténtico y en “Montoneros”.
Sobre las circunstancias de su
desaparición no constan mayores datos. Según el
citado expediente Consufa, habría desaparecido el
día 10 de septiembre de 1977 en momentos en que se
encontraba residiendo en esta ciudad y salió de su
casa a las once de mañana rumbo al trabajo sin que
se volviera a tener información alguna sobre su
paradero. Su caso fue recogido en los Anexos de la
CONADEP, figurando el mismo como víctima de
desaparición forzada ocurrida en la ciudad de
Rosario en fecha 10.09.1977.
Sí podemos inferir los motivos y
la fuerza que pudo haber intervenido en el hecho,
esto se desprende de la información con que este
Juzgado cuenta y que fuera solicitada a la Comisión
Provincial de la Memoria de la Provincia de Buenos
Aires (sobre I de los cuatro sobres de papel madera
acompañados). Esta documentación consiste en
antecedentes que tenía la Dirección de Inteligencia
de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en
relación a Avellaneda.
Por su trascendencia habré de
transcribir algunos de los párrafos que surgen de
las copias acompañadas. Así, a de fs. 20 a 23 de la
documentación indicada, con el título “Antecedentes

64
FRO 43000367/2003
C.A.A.”, además de figurar sus datos personales

constan las siguientes anotaciones de interés:
“CONCLUSION: “REGISTRA
ANTECEDENTES IDEOLOGICOS MARXISTAS QUE HACEN
ACONSEJABLE SU NO INGRESO Y/O PERMANENCIA EN LA
ADMINISTRACION PUBLICA, NO SE LE PROPORCIONE
COLABORACION, SEA AUSPICIADO POR EL ESTADO, ETC.”
1º.- Año 1.973: Se tienen
conocimiento que el causante habría empezado su
accionar en la J.T.P. hasta fines del citado año.
Dentro de ese período habría desarrollado trabajos
en barrios, haciendo viviendas para obreros.-
Origen: Batallón de Inteligencia 601(…)
8º).- Año 1.977: Por
declaraciones de delincuentes terroristas detenidos,
se toma conocimiento que el causante se encontraría
en Rosario (Provincia de Santa Fé), encuadrado en el
taller de explosivos.- Origen: Batallón de
Inteligencia 601.-
9º).- Septiembre 1.977: Se
encuentra desaparecido de la jurisdicción,
ignorándose su situación dentro de la B.D.T.M.
“MONTONEROS”.- Origen: Batallón de Inteligencia
601.-
10º).- 22-06-1978: Figura nómina
de personas con pedido de captura por desarrollar
actividades subversivas.- Origen: D.G.I.P.B.A.-” (…)
Con lo expuesto queda claro que
la comunidad informativa tenía conocimiento de las
actividades políticas de Arturo Avellaneda y de su
última radicación que era justamente Rosario.

65
Además, el origen de toda la
información transcripta era el Destacamento de
Inteligencia 601, que tenía en cierto modo conexión
con el Destacamento de Inteligencia 121, en el
sentido de que ambas son unidades del Ejército
Argentino y por otro lado tenían en aquel entonces
dependencia del Departamento II del Estado Mayor del
Ejército. En la resolución nº 97/DH ya mencionada,
cité expresamente un punto del Reglamento
identificado como RC-9-1 “Operaciones contra
elementos subversivos” donde se expuso la
importancia de la integración de la comunidad
informativa, lo cual me lleva en este caso a
determinar que esta información con que contaba el
Destacamento de Inteligencia 601 era conocida con
seguridad por 121.
La frase “…por declaraciones de
delincuentes terroristas detenidos…”, arriba
transcripta me remite a la mecánica, explicitada en
reiteradas resoluciones dictadas por este Juzgado,
puesta en funcionamiento por el gobierno de facto
consistente en: detención, obtención de información
bajo tormentos y nueva detención.
Si tenemos en cuenta la gran
cantidad de desapariciones de militantes montoneros
ocurridas a fines del mes de agosto y durante todo
el mes de septiembre de 1977, se impone tener
comprobado que el secuestro de Avellaneda sea
consecuencia de esta sistemática.
Caso 17. María Isabel Salinas de
Bosso y Carlos Alberto Bosso.

66
FRO 43000367/2003

hechos:
Carlos Alberto Bosso y María
Isabel Salinas eran cónyuges, se habían conocido en
la ciudad de Santa Fe –donde ambos residían y
estudiaban- realizando trabajos comunitarios.
Posteriormente se trasladaron a esta ciudad junto
con su pequeña hija Mariana.
En la denuncia radicada ante
Conadep por Carlos Alberto Caberiso, primo de Carlos
y por la hermana de María Isabel, Liliana Haydee,
consta que fueron secuestrados el 17 de septiembre
de 1977 sin aclarar los pormenores de dicha
detención.
Pero surge también de los
elementos probatorios que el día 18 de septiembre de
1977, dos hombres tocaron el portero del hermano de
Carlos y le entregaron a Mariana con algo de ropa y
una carta firmada por María Isabel Salinas,
posteriormente la familia recibió otra carta; en
ambas (que en copia se encuentran agregadas en el
legajo Consufa nº 88.226), les solicitaban a sus
familiares que cuidaran de la pequeña.
En el presente caso se aprecia
una mecánica similar a la tratada en el caso de la
pareja Valleto-Castillo en cuanto a la entrega del
menor, cuyos padres fueron secuestrados por

67
desconocidos (allí también me referí al caso del
menor Laluf).
Más de treinta años después de
aquel hecho, podemos contar con otro elemento
probatorio relevante que surge de la causa:
“Integrantes de la Casa de Derechos Humanos de Santa
Fe y otros s/ su denuncia”, expediente N° 137/07 que
se tramita ante la Secretaría en lo Penal N° 1 del
Juzgado Federal N° 2 de la ciudad de Santa Fe, donde
a raíz de la investigación allí desarrollada se
logró el hallazgo de una fosa de enterramientos
clandestinos en el Campo San Pedro cercano a dicha
ciudad de donde fueron exhumados ocho cuerpos.
La primera en ser identificada
fue María Ester Ravelo de Vega, secuestrada en esta
ciudad el sábado 17 de septiembre de 1977. El
segundo fue Gustavo Adolfo Pon, secuestrado en esta
ciudad el día 21 de agosto del mismo año.
La tercera fue María Isabel
Salinas de Bosso y el cuarto Carlos Alberto Bosso,
matrimonio secuestrado el mismo día que la primera
también en la ciudad de Rosario.
La identificación de los mismos
fue dada a conocer en los medios periodísticos,
conforme consta en el Anexo documental V del
bibliorato acompañado por la Unidad Fiscal a fs.
10329/10396 donde obra copia simple de los artículos
de fecha 04.02.2011 y 13.03.2011 del Diario “Rosario
12”, artículos titulados “Identificaron otro cuerpo”
y “Otro desaparecido que recobra su nombre”

68
FRO 43000367/2003
referidos a las identificaciones de las víctimas

cuyo caso se reseña en el presente apartado.
Por su parte se encuentran
agregadas las resoluciones del Juez a cargo de la
citada causa que declaró que los restos SF-CSP-FS 8,
los cuales fueron exhumados en el citado campo,
pertenecen a quién en vida fuera Carlos Alberto
Bosso (ver fs. 10.745/10.746) y que los restos
identificados como SF-CSP-FS 1, exhumados del mismo
lugar, pertenecen a quién en vida fuera María Isabel
Salinas de Bosso.
En las mismas actuaciones obran
los distintos análisis periciales que llevaron al
juez a tomar la citada resolución (ver fs.
10.701/10.748).
Estos elementos probatorios
deben ser aunados a la versión que prestara Eduardo
Rodolfo Costanzo en el marco de la presente causa en
fecha 15/02/2006 donde dijo: “En el año 1977 de La
Calamita transportaron 27 detenidos en un camión
Mercedes Benz 1114 que tenía el Ejército que no era
de su propiedad y los llevaron hasta un chalet de
Monje que yo ya había escuchado que lo usaba el
Ejército, pero nunca fui, ni lo conozco, no sé en
que lugar está. Sé que es propiedad o lo alquila
Ricardo Rodríguez, alias “patilla”, que en los años
1977 y 1978 tenía una wiskería muy grande en el
centro donde iba toda la patota (yo nunca fui). EN
el chalet de Monje cuando llegaron (también me
entero de esto en noviembre de 2005, cuando me
visita Hugo Cardozo) ahí los mataron, a los 27, con

69
una inyección. Hugo Cardozo fue. En mi casa Cardozo
me cuenta esto y me dice que llevaron los cadáveres
de Monje a un campo. Yo ahí le digo, le pregunto si
no era un campo que quedaba por Los Aromos o Laguna
Paiva (porque yo había escuchado eso) y él me
contesta que sí por ahí, por esa zona; entonces yo
le digo ‘ya sé, por el campo de Reuteman’, y él me
dice ‘no, en el campo del Coronel Rolón’”.
Posteriormente al prestar
declaración indagatoria en la audiencia pública
llevada a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal
Federal nº 1 de Rosario dio más precisiones sobre
este hecho, agregando que entre esas veintisiete
personas habría estado la “ciega de calle Santiago
2815” (ver al respecto transcripción de su
declaración indagatoria que obra en los presentes a
fs. 6268/6288); con estas palabras se refería a
Ester Ravelo de Vega, cuyo caso será analizado más
adelante, pero que se encuentra íntimamente
vinculado al presente debido a que fueron
secuestrados contemporáneamente y además, como ya lo
adelantara anteriormente, los cuerpos de esta mujer
y los del matrimonio Bosso-Salinas fueron
encontrados en el campo propiedad del Ejército en la
misma fosa clandestina de enterramientos.
Como corolario entonces, el
destino de este matrimonio estuvo unido al de María
Ester Ravelo, y que por lo tanto estuvieron
detenidos en “La Calamita”, se les dio muerte y
posteriormente fueron enterrados en el Campo San

70
FRO 43000367/2003
Pedro propiedad del Ejército Argentino ubicado en la

localidad de Campo Andino.
Además cabe tener por probado
que en sus respectivos destinos finales tuvieron
intervención integrantes del Destacamento de
Inteligencia 121.
Caso 18. Olga Beatriz Ruiz de
Bordesio y Mario Eduardo Bordesio.
hechos:
Olga Beatriz Ruiz era estudiante
de psicología y estaba casada con Mario Bordesio
quien era técnico antropólogo, y director de una
escuela técnica. Los nombrados tenían un hijo al
momento de desaparecer.
María Delia Bordesio –madre de
Mario Eduardo- denunció que en el mes de julio de
1976 allanaron la casa del matrimonio –mientras
ellos no se encontraban allí- y les sustrajeron
todos los muebles, hasta mosaicos de los pisos. En
ese momento, Olga Beatriz Ruíz estaba embarazada de
cinco meses. A partir de ese momento la familia los
vio en dos o tres oportunidades, y así pudieron
conocer al hijo de ambos de escasos meses.
El matrimonio y su hijo fueron
privados de la libertad en el mes de septiembre de
1977, aproximadamente el 20 de septiembre de ese
año. Asimismo, en dicho mes el hermano mayor de

71
Mario recibió un llamado telefónico del nombrado
para que recibiera a su sobrino. Posteriormente 3
hombres desconocidos le hicieron entrega del niño.
La posibilidad de comunicarse
con el exterior una vez secuestrado, era propia de
aquellas personas que se encontraban cautivas a
disposición del Destacamento de Inteligencia 121, y
no de aquellos que han permanecido en el centro
clandestino de detención conocido como “Servicio de
Informaciones” dependiente de la Policía de la
Provincia de Santa Fe.
Esto ya lo dije al tratar entre
otros el caso nº 13, al cual me remito. También hice
referencia al tratar el caso nº 12, 15 y 17 sobre la
modalidad de entrega de aquellos niños a familiares
cuyos padres habían sido secuestrados.
Luego de dichos sucesos los
familiares de ambos no tuvieron más noticias de
Mario Eduardo y de Olga Beatriz, quienes a la fecha
se encuentran desaparecidos.
Por otro lado, de la documental
acompañada por la Secretaría de Derechos Humanos de
la provincia de Santa Fe relativa a Olga Beatriz
Ruíz (folio 134) surge:” Prontuario Nº 952.349 IG
(Índice General)…En la sección ‘Motivo de Prontuario
y Otros Antecedentes’: 05/05/1977: Se solicita
captura por circ. interna Nº 255/76. 04/10/1977: Se
informó al Ministerio del Interior lo solicitado por
Expte. 34224/79 girado a Seguridad Personal (SP), la
causante registra captura: Rosario año 1976. F. 255
por pertenecer a la organización subversiva

72
FRO 43000367/2003
Montoneros. Comando II Cuerpo de Ejército…”. En lo

que respecta a Mario Eduardo Bordesio (folio 136) se
desprende lo siguiente: ”Prontuario Nº 941.207 IG
(Índice General)…En la sección ‘Motivo de Prontuario
y otros Antecedentes’…04/10/1979: Se informa al
Ministerio del Interior solicitado por Expte.
34226/79 girado a SP, el causante registra Captura
Rosario año 1976, F 255 por pertenecer a la
organización subversiva Montoneros. Comando II
Cuerpo del Ejército…”
Asimismo del denominado “Informe
Sotera” se puede leer el nombre de Mario Bordesio
(a) “Lucho” el cual se encuentra tachado con una
cruz.
La forma en que fue entregado el
menor hijo de este matrimonio, la militancia
política de las víctimas -una de las cuales
justamente figuraba en el denominado informe
Sotera-, la fecha en que ocurrieron los hechos me
llevan a entender que en este caso tuvo intervención
el Destacamento de Inteligencia 121.
han permanecido cautivos en el centro clandestino de
detención “La Calamita” dependiente del mencionado
Destacamento, ello porque las características de los
hechos son similares a otros que también han pasado
por dicho lugar, pero sobre esto volveré más
adelante ya que le dedicaré un punto específico al
respecto.
Caso 19. Norma Horizontina
Coutada Rosés.

73
Del análisis de los elementos
probatorios obrantes en los autos: “Sumario
Averiguación Violación a los Derechos Humanos
(Víctima: COUTADA ROSÉS, Norma Horizontina” (Expte.
1/11 DH) se puede concluir lo siguiente:
Norma Horizontina Coutada Roses,
tenía 21 años de edad en el año 1977, nacida en la
provincia de Corrientes, vivía en la ciudad de
Rosario donde trabajaba y estudiaba arquitectura,
además militaba en la juventud peronista, en el área
de la Facultad de Arquitectura, y su apodo era
“Lluvia”.
Los primeros años vivió en un
departamento junto a su hermana Mabel Rosa Coutada y
otras chicas, y después se fue a vivir a otro
departamento junto a dos personas, quienes eran
compañeras de arquitectura; a una de ellas la
mataron, se apodada “Vicky” quien militaba junto a
Norma Coutada, y a la otra compañera le decían
“Pete”.
Cabe destacar que su otra
hermana Miryam Susana Coutada fue privada de la
libertad en abril de 1976 en la localidad de Zárate
y permanece aún desaparecida.
En el mes de setiembre de 1977
mantuvo el último contacto con su hermano Guido
Coutada –quien en aquél entonces era el único
contacto con la familia- y le manifestó que había
tomado la decisión junto a otras personas de irse
del país para protegerse, prometió contactarse desde
el exterior, lo que nunca sucedió. A partir de esa

74
FRO 43000367/2003
fecha no tuvieron más contacto con ella y se

desconoce qué le sucedió.
La persecución que ella sufría
surge del contenido del Memorandum D.I Nro. 108 de
fecha 7 de mayo de 1977 el que da cuenta que
personal de la Unidad Regional II de Policía de
Rosario, precedió a intervenir la finca de calle 9
de julio Nro. 2289 piso 4to. Dpto A de esta ciudad,
donde se secuestró documentación relacionada con el
funcionamiento de la J.U.M.M. Juventud Universitaria
del Movimiento Montoneros. Según el mencionado
informe, allí habrían vivido hasta principios del
año 1977 una mujer llamada Sonia Kimelinsky y en la
misma habitación habría vivido otra, una tal
“Lluvia” aspirante en la Organización Montoneros del
Área de Arquitectura.
En el mes de septiembre de 1977,
Norma se dirigió al lugar de trabajo de su hermano
para despedirse y le dijo que con un grupo de
personas habían decidido dejar el país, que tenían
arreglados los papeles, prometió enviar
correspondencia desde el exterior. A partir de esa
fecha no se tuvo más noticias de ella, quien hasta
el día de la fecha se encuentra desaparecida.
A fs. 111 de la causa obra copia
certificada de la partida de Defunción de Norma
Horizontina Coutada, siendo la causa de la
defunción, la “Ausencia por Desaparición forzada”.
20. Mario Eduardo Menéndez.
probatorios obrantes en los autos: “Srio Av.

75
Derechos Humanos. Caso: Menéndez, Mario Eduardo.”
Expediente nº 806/07 se puede concluir lo siguiente:
De la denuncia efectuada por
Griselda María Luz Pierola (fs. 1/2 del expte.
806/07) surge que en febrero de 1977 vivía junto a
su pareja Mario Eduardo Menéndez en las afueras de
Concordia, provincia de Entre Ríos.
La noche del 25.2.77 fuerzas
conjuntas de seguridad irrumpieron en el domicilio
en el que se encontraba con Beatriz Pfeiffer –quien
vivía con ellos desde hace algunas semanas-, las
encapucharon y las pusieron contra paredes
enfrentadas, en tales circunstancias les preguntaron
por Mario Menéndez, quien había viajado a Paraná a
reunirse con Gustavo Hennekens, luego las
arrastraron hasta diferentes autos y las llevaron al
Regimiento Blandengue de Concordia.
Según sus dichos en ese lugar
Pierola fue violada y torturada durante toda la
noche con el objeto de que brinde información de
Mario Menéndez. Al día siguiente ambas fueron
nuevamente trasladadas a un centro clandestino en
Paraná, y luego a los cuarteles del Ejército. Tiempo
después, en fecha 8.3.1977 las legalizaron en la
Unidad Penal Nro. 6 de Paraná donde permanecieron
detenidas.
De la denuncia antes mencionada
también se desprende que ella y su pareja militaban
en Montoneros, y que luego de su detención,
Menéndez se refugió en Capital Federal primero y
luego en el mes de marzo de 1977 decidió irse a

76
FRO 43000367/2003
Rosario, lugar donde se instaló. El día 9.9.1977,

Mario Menéndez acordó con Gustavo Piérola (hermano
de Griselda María Luz Pierola) y Amanda Mayor (madre
de Griselda María Luz Pierola) encontrarse en fecha
12.9.1977, pero aquél no fue a la reunión, por lo
que presumen que su desaparición se produjo entre
dichas fechas.
A fs. 15/26 del acumulado nº
806/07 se encuentra agregado el legajo CONADEP nº
3314 relativo a Mario Menéndez. Cabe aclarar que la
fecha y el lugar de detención consignado en el mismo
se corresponderían con el de la detención de su
pareja Griselda Pierola, y no con la de aquél,
conforme lo aclara la nombrada en la denuncia
obrante a fs. 1/2 del citado acumulado nº 806/07.
Además es coincidente con ello
lo manifestado por Dora Beatriz Genolet de Menéndez
en su presentación efectuada ante la comisión de
Derechos Humanos, donde manifestó que recibió una
llamada anónima en septiembre por la que se le
comunicó que su hijo había sido detenido en la
ciudad de Rosario (fs. 18 expte. nro. 806/07). Lo
mismo se extrae de la declaración testimonial de
Matías Escolástico Menéndez (fs. 57/58 expte. nro.
806/07) en la que manifestó que su esposa –Dora
Beatríz Genolet- recibió llamado telefónico anónimo
donde se le informaba que su hijo se encontraba
detenido en Rosario.
En dicha declaración testimonial
también el nombrado manifestó “Que aproximadamente
en el mes de febrero de año 1977, se hizo presente

77
en su domicilio de Jubileo, donde reside, una
comisión integrada por personal policial de la
Provincia y personal uniformado del Ejército
preguntado por el paradero de su hijo Mario, a lo
que él declarante contestó que no se encontraba
allí, que creía que se encontraba en Rosario (Pcia.
de Santa Fe). Que personal policial se encontraba de
civil pudiendo identificar a uno de ellos, como un
Oficial de apellido Martínez. Que en la breve
entrevista que tuvo con los nombrados fue informado
de que su hijo estaba trabajando en una Compañía
Constructora y que se lo creía vinculado a
Organizaciones Subversivas, razón ésta por la cual
se lo buscaba. Que el tal Martínez, le manifestó que
por unas cuantas horas no iban a hacer nada al
respecto, dándole tiempo para que se comunicara con
sus familiares al respecto, cosa que el declarante
hizo hablando al Paraná, a la casa donde residía su
esposa. Que posteriormente se trasladó a la Ciudad
de Paraná, cuando llegó a ésta su hijo ya no estaba,
enterándose que se había despedido de su madre, sin
hacerle saber su destino,-Que posteriormente estuvo
en la ciudad de Concordia, siendo acompañado por los
compañeros de trabajo de su hijo, hasta la vivienda
que éste habitara, circunstancia en la que pudo
constatar que la misma tenía las puertas abiertas y
que habían desaparecido los objetos existentes como
muebles, heladera, y ropas, presumiblemente en el
operativo en que detuvieran a la concubina de Mario,
de apellido Pierola-…que en realidad tenía cifradas
esperanzas de obtener información sobre su hijo de

78
FRO 43000367/2003
un Oficial de Instigaciones (Jefe) de apellido

Espinoza Héctor que ocupaba ese cargo en esta
ciudad, el que cree era oriundo de Villaguay, y se
encuentra actualmente retirado, y al que conocía por
haber sido Sub-Alterno suyo. Que el citado Espinoza,
le aportó el dato de que existía un listado de
integrantes de las Organizaciones Subversivas que se
encontraban en la clandestinidad, del que se iban
eliminando los que eran detenidos o morían en
enfrentamiento, y el nombre de su hijo figuraba en
esa lista como en la clandestinidad…”.
A fs. 28 de la causa
caratulada: “Fiscal General solicita desarchivo de
causas que tramitan por art. 10 Ley 23.049” Expte.
N° 7824 prestó declaración Beatriz Genolet de
Menéndez en la cual manifestó que a mediados del 76
estando Mario en su domicilio se enteró por medio de
sus padres que tres de sus íntimos amigos habían
sido detenidos, y ante esa circunstancia Mario se
fue de la casa repentinamente y sin decir a dónde, y
nunca más supieron de él. Que ese mismo día se
presentaron en la casa de su papá en la localidad
de Jubileo – departamento Villaguay- policía y
personal militar solicitando el paradero de su hijo.
Días después se presentó en casa de su madre
personal policial a solicitar una foto de su hijo
por haberse requerido su captura. En el mes de
septiembre recibió una llamada anónima donde le
comunicaron que lo habían detenido en Rosario.
Asimismo en su declaración que
obra a fs. 17/18 del Expte. N° 7824 manifestó que

79
durante los meses de junio y julio del 77 recibió
varias cartas de su hijo por medio de personas
anónimas. Que el 30 de septiembre de 1977 recibió
una llamada anónima, en la que se le comunicaba que
su hijo había sido detenido en la ciudad de Rosario.
Agregó que los nombres de las personas que habían
sido detenidas amigos de su hijo eran Horacio Noro,
Mayn y Molinelli.
La persecución política de
Menéndez se afirma también con lo expuesto por
Esteban Molinelli quien declaró que estando detenido
en los cuarteles de Paraná lo interrogaban sobre su
vinculación con Menéndez y Hennekens (fs. 62/63 del
Expte. N° 7824).
Horacio José Noro prestó
declaración testimonial a fs. 64/65 del Expte. N°
7824 y manifestó que mientras estuvo detenido, entre
otras cosas, le preguntaron si conocía y sabía dónde
estaba Menéndez.
Que los hechos relatados se
afirman con la declaración de Amanda Regina Mayor –
madre de María Luz Pierola- (fs. 71/73 del expte. nº
7824) quien refirió lo siguiente, al preguntársele
por la fecha de la desaparición de Mario Menéndez:
“Que no puedo precisar la fecha, pero sí un período
de sospecha del cual pudo ser la misma, desde el mes
de agosto del 77 hasta el 12 de septiembre que era
su cumpleaños”…”Que en circunstancias de viajar la
declarante a la ciudad de Buenos Aires, en ómnibus,
durante el trayecto y en una parada que hace el
micro en Rosario en la Terminal advirtió que viajaba

80
FRO 43000367/2003
con ella Mario Menéndez, con quien mantuvo una breve

conversación y combinó para encontrarse en esa el
día 12 de setiembre que era su cumpleaños, pasar el
día con él, y llevarle una torta de regalo”. A la
pregunta en relación al aspecto físico que tenía en
esos momentos Mario Menéndez y si en la conversación
que hizo referencia él le mencionó donde se
encontraba en el tiempo durante el cual no se habían
visto, y que actividad desarrollaba, la nombrada
contestó: ”Que se encontraba con buen aspecto
físico, bien arreglado, aunque muy sencillo, porque
era un muchacho humilde, le dijo que se encontraba
en la ciudad de Rosario, que estaba trabajando,
aunque no recuerda en que lugar, y que pensaba
seguir estudiando”…”Que quedaron de acuerdo de
encontrarse el día indicado en un bar cerca de la
terminal de Omnibus, a la hora que no recuerda en
este momento, y que incluso le manifestó que de allí
la iba a llevar a la pensión donde estaba viviendo
para que dejara sus pertenecías y salir a
pasear”…”Que concurrió a la hora indicada, el día
indicado y que aguardó mucho tiempo, sin que se
hiciera presente Mario”… Asimismo al preguntársele
que actividades desarrolló luego del encuentro
fallido del 12 de septiembre, manifestó que: “Vino a
Paraná, y fue al Comando a hablar con el Gral.
Trimarco, relacionado con las gestiones que venía
efectuando para obtener la liberación de su hija.
Que en anteriores entrevistas con el Comandante éste
le había manifestado que se quedara tranquila que
era bien tratada, y que era conveniente que

81
permaneciera detenida por su seguridad dado las
circunstancias del momento, que si salía en libertad
su hija, podría encontrarse con Menéndez, y éste la
podría llevar por el mal camino, y en ese caso las
consecuencias para su hija serían fatales. Que en
ocasión de su entrevista al regreso de Rosario, de
la fallida entrevista con Mario, el tono de la
conversación con el Gral. Trimarco, cambió, ya que
éste no le repitió los conceptos de las anteriores,
sino que le manifestó que la situación había
cambiado, que había posibilidades, de que liberaran
a su hija, lo que creo la convicción en la
declarante, de que Mario, había sido detenido ello a
pesar de que en ningún momento en la conversación se
lo mencionó, ésta entrevista y la convicción de que
había sido detenido la condujeron a pedirle a la
madre, dado que había confirmado sus sospechas con
un llamado telefónico a una persona de su
conocimiento allegada a las Fuerzas de Seguridad,
más concretamente a una Oficial de la Policía
Federal de apellido Conde…”.
El tiempo y las circunstancias
en que desapareció me llevan a la convicción de que
ha sido asesinado (ello conforme a jurisprudencia de
la C.F.A.R. ya transcripta en el presente
decisorio). Las mismas circunstancias narradas y el
hecho de que Amanda Regina Mayor oportunamente se
entrevistara en Paraná con el Gral. Trimarco, quien
estaba perfectamente al tanto de la situación de
Menéndez y Pierola, me hace presumir que el ejército
tuvo intervención directa en la persecución y

82
FRO 43000367/2003
posterior desaparición de Menéndez en la ciudad de

Rosario. Lo dicho por la nombrada en relación a
Trimarco se encuentra corroborado por los registros
documentales reservados en este Juzgado, de donde
surge que para el año 1980 Juan Carlos Ricardo
Trimarco ostentaba la jerarquía de Grl. Div del
Comando del II Cuerpo del Ejército.
Dado que dentro del esquema del
Ejército en la llamada “lucha antisubversiva”,
refiriéndome a esta Jurisdicción, se llevó a cabo
con intervención del Destacamento de Inteligencia
121, corresponde concluir afirmativamente en cuando
a la participación de esta Unidad Militar en este
hecho.
Caso 21. Miguel Ángel D’Andrea.
Miguel Angel D’ Andrea vivía en
Rosario al momento en que fue secuestrado, según las
fuerzas de seguridad registraba domicilio en calle
San Luis nº 5386 de Rosario y militaba en la
organización Montoneros.
Conforme lo manifestado por la
Unidad Fiscal, de acuerdo a la presentación
efectuada por Haydee Gladys Fernández de D’ Andrea,
madre de Miguel Ángel, la última vez que la familia
tuvo contacto con él fue el día 17 de septiembre de
1977, en un bar, tenía el aspecto físico cambiado y
utilizaba dos nombres, “Miguel Ángel Quevedo” o
“Roberto Carlos Monti”, cuando les dijo que por un
tiempo debían dejar de verlo porque “corría peligro”
y que ese tiempo “sería muy largo”.

83
El mismo escrito presentado por
la Unidad Fiscal a fs. 10.329/10.396 da cuenta que
la madre de la víctima señaló en la denuncia que el
día 26 de agosto de 1976, en horas de la madrugada,
personal del Ejército se presentó en su casa
preguntando por Miguel Ángel, pero él no se
encontraba y luego de allanar la casa le
manifestaron que su hijo “debía presentarse en el
Ejército”.
Por su parte existe el
memorándum de la División Informaciones del 23 de
agosto de 1977 que en copia certificada fuera
acompañado por la Secretaría de Derechos Humanos de
la Provincia de Santa Fe en una carpeta negra a fs.
11.877. En el mismo, si bien no resulta del todo
legible, se deja constancia que fue allanada una
vivienda que habría sido habitada hasta el día
anterior por “elementos subversivos”. Al nombrar
dichos “elementos” se menciona a Miguel Angel
D’Andrea con todos sus datos personales y el cargo
que habría ocupado en la agrupación Montoneros.
La Unidad Fiscal sostuvo en el
mencionado escrito, al tratar el presente caso
(punto III.a.21), que D’ Andrea permanecía en
cautiverio ya desde principios de 1977. Ello en
virtud de lo declarado por María Amelia González al
realizar el reconocimiento del centro clandestino de
detención “La Calamita”, momento en el cual
manifestó que había una persona de nombre Miguel
quien habría estado “cooptado” por las personas que
la tenían cautiva y que según sus propias

84
FRO 43000367/2003
conclusiones este sería justamente Miguel Angel D’

Andrea.
Puede afirmarse de todo lo dicho
que es altamente probable que haya sido secuestrado
en la fecha en que se indica que fue allanada la
propiedad que él habitaba. Ello así, ya que no sería
el primer informe o actuación policial que consigna
hechos falsos junto con otros verdaderos, todo con
el objeto de darle un viso de legalidad a la
actuación oficial.
Esto ya lo traté oportunamente
en la resolución nº 100/B de fecha 29.12.2008
dictada en los autos “Díaz Bessone, Ramón Genaro y
otros (caso Klotzman) S/ homicidio calificado por el
conc. de dos o más personas y otros” expte. nº FRO
43000021/2006, al referirme al procedimiento llevado
a cabo en el domicilio de calle Necochea nº 2050 de
Rosario, del cual un Memorandum de la Policía
Federal daba cuenta estableciendo que se habrían
fugado algunos “subversivos”; lo cual contrastaba
palmariamente con el caudal probatorio obrante en
los citados autos. Este razonamiento también fue
seguido por la Cámara Federal de Apelaciones de esta
ciudad al confirmar dicho auto por acuerdo nº 140/09
de fecha 16.09.2009.
Más allá de esto, se establece
mayor grado de probabilidad en la afirmación que al
17 de septiembre del citado año, Miguel Angel D’
Andrea ya se encontraba secuestrado por el mismo
grupo que mantuvo cautivo a Tonioli. A esta última
conclusión arribo en virtud de lo manifestado por la

85
Sra. Ester Ilarione, quien fuera esposa de Mario
Ramos (secuestrado el 17/09/1977 y cuyo caso será
analizado más adelante) quien aseguró que Miguel
Angel D’ Andrea fue a su casa el mismo día en que su
esposo fue secuestrado.
En esa fecha sí podemos sostener
que esta víctima ya se encontraba secuestrada
porque, según la declaración testimonial citada
precedentemente, quien acompañaba a D’ Andrea cuando
fue a la casa de Ramos el día en que lo
secuestraron, era Tonioli respecto a quien sí se
puede afirmar que en esa fecha ya se encontraba a
disposición del Destacamento de Inteligencia 121,
habiendo transitado por los distintos centros
clandestinos de detención dependientes de esta
Unidad Militar (“La Calamita”, “Quinta de Funes”,
“Escuela Magnasco” y “La intermedia”)
El destino final de Miguel Angel
D’ Andrea está claro, fue asesinado y su cuerpo
enterrado en una fosa clandestina común en el Campo
San Pedro propiedad del Ejército Argentino ubicado
en la localidad de Campo Andino (ver al respecto
acta de excavación realizada por el Juzgado Federal
nº 2 de Santa Fe agregada en copia a fs.
11.979/11.980 e informe antropológico realizado por
el Equipo Argentino de Antropología Forense de fs.
11.981/11.999). De hecho se encuentra agregada copia
certificada de la resolución nº 226/13 del Juzgado
Federal nº 2 de Santa Fe por la cual se declaró que
“…los restos esquelitizados identificados como CASO

86
FRO 43000367/2003
SF-CSP-FA#4 pertenecieron a quién en vida fue MIGUEL

ANGEL D’ANDREA…” (ver fs. 12.001/12.002).
El momento preciso de su muerte
no lo podemos determinar fehacientemente, pero hay
elementos probatorios suficientes como para concluir
que la misma habría ocurrido entre la fecha que
indiqué arriba en que habría sido secuestrado y
aquella en que Jaime Dri arribó secuestrado al
centro clandestino de detención conocido como
“Quinta de Funes”, lugar en el cual compartió
cautiverio con varias personas que aún se encuentran
desaparecidas -entre ellas justamente Eduardo
Toniolli- pero no con D’Andrea.
Teniendo en cuenta que los
restos de esta persona aparecieron en una fosa común
junto con el matrimonio Bosso-Salinas y con el de
Ester Ravelo, su muerte esta inescindiblemente
ligada a la de estas personas y por lo tanto vale lo
dicho al tratar el caso del mencionado matrimonio en
cuanto hice referencia a lo declarado por Eduardo
Costanzo sobre el lugar donde habrían estado
detenidas estas personas y el posterior relato de
sus respectivas muertes.
Sin embargo aquí debo hacer una
salvedad en relación al modo en que se le habría
dado muerte a D’Andrea. Al respecto debo tener en
cuenta el informe agregado en copias a fs.
11.068/11.074 realizado por el Dr. Norberto M. López
Ramos, Médico Forense de la Corte Suprema de
Justicia Nacional, que en sus conclusiones establece
que: “El estudio de los restos óseos identificados

87
como pertenecientes a quien en vida fuera Miguel
Angel D’Andrea permiten establecer, como causa de
muerte: lesiones por proyectil de arma de fuego en
cráneo. Las restantes lesiones perimortem
descriptas, habrían contribuido a su deceso.”
Conforme la transcripción que
hice al tratar el caso de Bosso y Salinas, Eduardo
Costanzo dijo que la muerte de las veintisiete
personas que se encontraban en La Calamita (entre
los que entiendo que también estaba D’Andrea),
habría tenido lugar mediante una inyección. Sin
embargo, esto no desvirtúa todo lo declarado por
Costanzo, cuya verosimilitud se vio confirmada por
el hallazgo de la fosa de entierros clandestina y la
identificación posterior de los restos. Esta
imprecisión en cuanto a la forma en que habría
muerto D’Andrea se puede deber a muchos factores
como que el imputado no recuerde exactamente como se
les dio muerte (es más puede ser que efectivamente
se les haya aplicado una inyección que los adormeció
y luego se los ejecutó mediante un disparo de arma
de fuego), o que su relato haya sido brindado por un
tercero –tal como él afirma en la citada declaración
indagatoria que sería Hugo Cardozo- quien no le
habría dado las presiones exactas del caso, etc.
Dicho esto se puede concluir que
Miguel Angel D’Andrea estuvo secuestrado en “La
Calamita” a disposición del Destacamento de
Inteligencia 121, el cual también participó de su
trágico destino final.
Caso 22. Mario Alberto Ramos

88
FRO 43000367/2003

hechos:
Mario Alberto Ramos, se
encontraba casado con Ester Ilarione, y tenían al
momento de desaparecer cuatro hijos: Mario David,
Nahuel Martín, Laura Ester y Miriam Inés con quienes
vivía en Granadero Baigorria. Era militante de la
organización Montoneros.
El 15 de septiembre de 1977
había nacido Miriam Inés y en fecha 17 llevó a su
esposa desde el Hospital hacia su casa. Al llegar le
dijo que saldría a encontrarse con un compañero en
cercanías de la terminal de ómnibus de esta ciudad y
que si no volvía en el lapso de dos horas debía
agarrar todas las cosas y retirarse con los chicos.
Si bien Ramos no volvió, la Sra.
Ilarione no se retiró de su casa como le había
aconsejado su esposo sino que se quedó
aproximadamente una semana más. Fue durante el
transcurso de esta, que arribaron a su domicilio dos
personas a las que ella identificó como Toniolli y
D’Andrea, quienes ingresaron al hogar con una
llavecita que habría pertenecido a Ramos, abrieron
con esa llave un mueble del cual sacaron un
revolver, una granada de manos y unos panfletos.
Asimismo se llevaron una motocicleta que utilizaba
la víctima.

89
Ilarione les preguntó si sabían
algo de su marido a lo que estos les contestaron que
se había ido a Buenos Aires y que ya iba a regresar.
Desde ese momento la familia no
tuvo más noticias de Mario Ramos quien hasta el día
de la fecha continúa desaparecido.
Sin embargo, de lo dicho
precedentemente se puede establecer cuál ha sido el
destino del mismo: es evidente que este caso está
relacionado con los de Eduardo Toniolli y Miguel
D’Andrea. Como ya lo he dicho, Toniolli siguió el
circuito de los distintos centros clandestinos de
detención del Destacamento de Inteligencia 121 (“La
Calamita”, “Quinta de Funes”, etc); mientras que
D’Andrea estuvo secuestrado muy probablemente en “La
Calamita”. Por ello es que entiendo que Ramos ha
estado privado ilegítimamente de su libertad en el
mismo lugar. Más aun, es dable entender de las
constancias de autos que el encuentro de su marido
en la terminal de ómnibus, al que hizo referencia la
Sra. Ilarione al prestar declaración testimonial en
esta sede, se trataba en realidad de lo que se
conocía como una “cita envenenada” con Tonioli y
D’Andrea que ya se encontraban privados
ilegítimamente de su libertad y amenazados por
quienes los tenían cautivos.
No podemos saber si luego ha
sido trasladado a otro centro clandestino. Sí
podemos determinar que, al igual que el matrimonio
Valetto-Castillo y el caso D’Andrea -y a diferencia
de lo ocurrido con Tonioli-, Ramos no fue visto por

90
FRO 43000367/2003
Jaime Dri en el centro clandestino de detención

conocido como “Quinta de Funes”.
El tiempo y las circunstancias
en que desapareció me llevan a la convicción de que
ha sido asesinado. Como dije, si bien no podemos
tener precisión aun en cuanto al lugar en que habría
pasado sus últimos días esta víctima –pudo haber
pasado solo por “La Calamita” o por esta y “Quinta
de Funes” sucesivamente o por algún otro centro
clandestino de detención-, ni la fecha y la forma en
que se le dio muerte - seguramente fue entre su
detención el 17 de septiembre y la fecha en que Dri
arribó a “Quinta de Funes” ya que no figura entre
las víctimas que este testigo vio-, ni el destino
final de sus restos, lo cierto es que en los hechos
estuvo a disposición del Destacamento de
Inteligencia 121.
Caso 23. Guillermo Fernando
Godoy.
probatorios obrantes en los autos: -“GODOY, Luis
Roberto s/ solicita investigación histórica”, Expte.
Nº 175/05 se puede concluir lo siguiente:
Guillermo Fernando Godoy era
obrero metalúrgico, vivía en la ciudad de Rosario en
el domicilio de calle Caferatta 3695 y trabajaba en
la empresa G.E.P.A.S.A ubicada en Avenida Francia nº
1653 y estaba de novio con Graciela Cossetti.
Antes de residir en calle
Caferatta, lo había hecho en calle Callao nº 573
junto a Luis Alberto Esteban, quien se encuentra

91
desaparecido, y Gerardo Campora.
Primero militó en la Juventud
Peronista y luego en Montoneros, y realizado
trabajos sociales en villas de emergencia.
Fue privado de la libertad el
día 19 de septiembre de 1977 en horas de la
madrugada por un grupo de tres personas, quienes a
pesar de que habrían sido vistos por unos compañeros
de la fábrica, se lo llevaron sin conocerse hasta el
momento sobre su paradero. Esto sucedió en ocasión
de dirigirse desde su domicilio hacia su trabajo en
la empresa metalúrgica antes mencionada.
Pese a las innumerables
gestiones realizadas por su familia (oriunda de
Paraná, Entre Ríos), que incluyeron entrevistas con
autoridades eclesiásticos, presentaciones de hábeas
corpus, denuncias ante la Conadep, no volvieron a
tener noticias del mismo.
En lo que respecta al destino de
Godoy, teniendo en cuenta el momento, las
circunstancias y la forma en que desapareció como
también el tiempo transcurrido sin que se tengan
noticias de su paradero, cabe concluir que el
nombrado fue asesinado (ver al respecto la
jurisprudencia de la Cámara Federal de Apelaciones
de esta ciudad citada ut supra).
Caso 24. Bernardo Alfredo
Depetris y Carlos Schreiber.
De la prueba que se encuentra
incorporada a la causa “Sumario Averiguación
violación a los Derechos Humanos (víctimas:

92
FRO 43000367/2003
Depetris, Bernardo Alfredo; Schreiber, Carlos)” y

que les fuera mencionada a los imputados en su
declaración indagatoria concluyo que:
Bernardo Alfredo Depetris
militaba en el ERP, estaba casado con Emma Elide
Angelina de Benedetti y vivía en Rosario al momento
de ser secuestrado.
El 1º de diciembre 1976 salió de
su domicilio a fin de recuperar una moto que había
dejado en arreglo y después pasaría por un lugar de
venta de café que quedaba en el centro en el cual
recibiría periódicos del partido en el cual
militaba. Dicho negocio era atendido por una persona
mayor a quien le decían “el viejo”. Esta persona,
como ya lo indiqué ut supra, no era otro que
Segismundo Martínez quien fue secuestrado por esa
fecha.
Como no regresó a su casa, la
Sra. Emma de Benedetti le dio aviso a los padres. El
padre recorrió distintos lugares en Rosario
(Jefatura y cuarteles), donde le informaron que no
lo tenían detenido.
El día 16 de diciembre de ese
año aparece su cuerpo asesinado a la vera de la Ruta
16 a la altura del Km.2, junto al cadáver de Carlos
Martín Schreiber.
Por su parte, según la denuncia
presentada en Conadep por la esposa de este último,
María Rosa Tripolote, Schreiber desapareció el 4 de
diciembre de 1976, era camionero, su ayudante quedó
en el camión, y no regresó.

93
El hecho que aquí se trata fue
reflejado por los diarios de la época que
difundieron un comunicado del Comandante del II
Cuerpo de Ejército que dio cuenta de un presunto
enfrentamiento entre estas dos personas con Fuerzas
Conjuntas del cual habría resultado la muerte de
estos últimos.
A este supuesto operativo
también hizo referencia el Memorandum nº 283 de
fecha 16.12.1976 de la División Informaciones, en el
cual se agrega que las Fuerzas Conjuntas estaban
integradas por personal de la Policía Federal y del
Destacamento de Inteligencia Militar nº 121.
Resulta claro que este
enfrentamiento fue fraguado ya que ambos se
encontraban desaparecidos: Depetris desde el 1º de
diciembre de 1976 y Schreiber desde el 4 de
diciembre del mismo año.
La falsedad del enfrentamiento
también surge de la contradicción entre la fecha del
hecho consignada en el Comunicado y el Memorandum y
la fecha de muerte de ambos que obra en las
respectivas partidas de defunción. Mientras que los
primeros hablan de que el hecho ocurrió el
16.12.1976 a las 2.40 horas, en el acta consta como
fecha de defunción el 15.12.1976 a las 3.00 horas.
Como ya lo he sostenido en otras
resoluciones estos documentos contenían muchos datos
falsos pero algunos de ellos eran ciertos, como por
ejemplo el personal que participaba en los mismos.

94
FRO 43000367/2003
De hecho la participación del

Ejército se ve ratificada porque el comunicado al
que ya hice referencia antes es justamente del
Comandante del II Cuerpo del Ejército. Por su parte
la participación de la Policía Federal Argentina se
ve corroborada por lo declarado por el hermano de
Depetris, Pablo Daniel, quien a fs. 366/368 dijo que
fue a la Delegación Local de la Policía Federal
(sita en calle 9 de julio de esta ciudad) para que
le entreguen el cuerpo de su hermano, donde le
dijeron primero que volviera otro día, y luego le
informaron dónde debía ir a buscarlo (también le
agregaron allí que no podían velar a su hermano ni
abrir el cajón)
Por lo tanto, si bien aún no se
ha podido determinar donde permanecieron cautivos
durante el tiempo en que fueron privados
ilegítimamente de la libertad, sí podemos afirmar
que en los hechos tuvieron participación tanto
personal de la mencionada unidad militar como de la
nombrada fuerza de seguridad.
Caso 25. Isabel Soto de Cian y
Héctor Cian.
De la documentación que se
encuentra agregada en los autos caratulados:
“Sumario Av. Violación a los Derechos Humanos
(Víctimas: Isabel Soto de Cian y Héctor de Cian)”
expediente nº 273/09 que les fuera informada a los
imputados en sus respectivas declaraciones
indagatorias; se puede concluir lo siguiente:

95
Isabel Soto de Cian y Héctor
José Cian estaban casados, ambos vivían en calle
Dorrego nº 4771 de Rosario junto con su hijo de
nombre Daniel Ernesto. Isabel se encontraba cursando
el octavo mes de embarazo de su segundo hijo.
El 10 de diciembre de 1976 en el
citado domicilio se efectúa un procedimiento por
parte de fuerzas de la Policía Federal Delegación
Rosario y del Destacamento de Inteligencia 121 de
Rosario, resultando del mismo asesinados Isabel Soto
de Cian y Héctor Cian.
El hijo mayor del matrimonio
Daniel Ernesto Cian, fue retirado del lugar por
personal de la Policía Federal y depositado en un
hogar-escuela denominado Nuestro Hogar de calle
Saguier 170 de la ciudad de Rosario.
A consecuencia de este
procedimiento la Policía Federal Delegación Rosario,
labró actuaciones por Infracción a la ley 21.272,
‘Atentado y Resistencia a la Autoridad y Homicidio,
Acusado Héctor Cian e Isabel Soto de Cian’; las que
fueron elevadas al Juzgado de Instrucción Militar
del 2º cuerpo de Ejército a cargo del Tte. Coronel
Alberto Casals, el 23 de diciembre de 1976. Al
respecto la Delegación informa que en esa
oportunidad se produjo un “enfrentamiento” del que
participaron fuerzas pertenecientes al Área Militar
121, teniendo a su cargo la Dependencia Policial la
instrucción de las actuaciones correspondientes,
hechos de los cuales habrían resultado víctimas
policías y miembros del Batallón de Inteligencia 121

96
FRO 43000367/2003
y acusados Cian y su esposa, quienes habrían sido

abatidos en Dorrego 4771 de Rosario (fs. 78 del
sumario nro. 273/09). En la actualidad, se
encuentran en trámite el pedido de dichas
actuaciones (fs. 469 de autos) las que no han podido
localizarse.
No surge de la prueba
recolectada relacionada a Héctor José Cian que la
defunción del mismo haya sido registrada; ello así,
a pesar de las referencias que hizo la Policía
Federal al respecto. El ejército no ha hallado las
actuaciones que la Policía Federal dice que se
labraron, y la Policía, a su vez, ha informado que
no guardó ningún antecedente porque esas eran las
órdenes de las fuerzas armadas: no dejar nada
documentado. La sospechosa desaparición de todos los
elementos documentales que permitirían establecer
las circunstancias de los hechos, es decir si fueron
cometidos en un marco legítimo o ilegítimo; como la
irregularidad de no haberse inscripto la defunción
de Cian; no haber constancia de los supuestos
efectivos policiales o militares heridos o
fallecidos en dicho enfrentamiento, nos lleva a la
conclusión de que no se trató de un enfrentamiento,
sino de una ejecución. Y que toda la información
volcada en los informes y comunicados oficiales no
son más que el mecanismo utilizado para darle un
marco de formalidad al sistema ilegal y clandestino
por entonces imperante.
ya había sido tenida en cuenta por la Subsecretaría

97
de Derechos Humanos de la Nación al declarar que la
muerte de Héctor José Cian fue causada por el
accionar de las Fuerzas Armadas en los términos de
la ley 24.411.
Resultan determinantes las
constancias obrantes en el Expte. nro. 295-año 1977
de la Policía Federal Argentina (documentación que
fue acompañada por la Unidad Fiscal en el Anexo VI
del bibliorato ofrecido como prueba en el escrito de
fs. 10.329/10.396), para reafirmar que estos
procedimientos fueron realizados en forma conjunta
por personal de la Delegación Local de la Policía
Federal Argentina, bajo jurisdicción del Segundo
Cuerpo del Ejército y tomó intervención el
Destacamento de Inteligencia 121.
Puntualmente relata el supuesto
‘enfrentamiento’ de los miembros del Destacamento de
Inteligencia 121 y de la Policía Federal con
Ferreyra y Bravo el 7 de enero de 1977 en horas de
la madrugada, entre los cuales se menciona “un
procedimiento anterior” donde fueron abatidos dos
subversivos Soto y Cian realizado el 10 de diciembre
de 1976.
Más allá de algunos datos falsos
que este tipo de expedientes pueda contener,
labrados a los fines de obtener las recompensas y
ascensos para los agentes de la policía federal,
constituyen un elemento de prueba fundamental de la
participación, en cuanto esos datos falsos sobre el
procedimiento propiamente dicho responde a que “los
informes y comunicados efectuados en aquella época,

98
FRO 43000367/2003
constituyen el mecanismo utilizado para darle

legalidad al sistema ilegal y clandestino por
entonces imperante”
La denuncia de los homicidios de
Isabel Soto y de Héctor Cian, se encuentran
registradas bajo Legajos Conadep REDEFA Nro. 629 y
Nro. 630, cuyas copias obran agregadas en el
mencionado sumario.
A fs. 17/18 se encuentra
agregada copia de la partida de Defunción de Isabel
Soto, Nro. 38 E año 1977 en donde consta que en
fecha 11 de enero de 1977 se inscribe la defunción
de Isabel Soto y se agrega una anotación que
expresa: “Con motivo del presente asiento el Sub
Comisario de la Delegación Local de la Policía
Federal Argentina comunica que la occisa falleció el
10 de diciembre de 1976 en un enfrentamiento con las
fuerzas del orden ignorándose los datos no
consignados”.
Dentro de los autos principales
se formó legajo separado en relación a la inhumación
de Isabel Soto de Cian en el Cementerio la Piedad de
Rosario. Formulada la pericia antropológica sobre la
sepultura se recuperaron restos óseos de interés los
que fueron oportunamente identificados como
pertenecientes a la nombrada.
A fs. 117/18 del mismo sumario
se encuentra agregada copia de la partida de
Defunción de Héctor José Cian de fecha 1 de junio de
1998, Tomo: III Acta 833 B año: 1998. Respecto del

99
mismo puede señalarse que permanece desaparecido
hasta el día de la fecha.
Cabe destacar que en el
denominado “informe Sotera” se identifica a Héctor
J. Cian (a) como “Guillermo” A (lo que significa
asesinado), dato inserto en el diagrama OPM
Montoneros Sec. Combate de la Sec. Militar Zonal.
Teniendo en cuenta que el origen de dicho informe
era justamente el Destacamento de Inteligencia 121
(ya apuntado al tratar otros casos), se refuerza la
hipótesis de que Héctor Cian era buscado por la
mencionada Unidad Militar por lo que queda claro que
la misma no sólo recolecto la información que
permitió hallarlo sino también en el procedimiento
que desembocó en la muerte del mismo.
Además conforme lo detallara el
mismo Salman (persona que aportó oportunamente este
informe a la Conadep), los operativos utilizados
para la llamada “lucha antisubversiva” eran aquellos
denominados por izquierda, lo que me permite inferir
que la información con la que llegaron a Héctor Cian
fue obtenida justamente de ese modo, que no era otro
que la confesión mediante la imposición de
tormentos.
Con la evidencia mencionada
encuentro acreditada la existencia de los hechos
imputados y la participación tanto de miembros del
Destacamento de Inteligencia 121 como de la
Delegación Local de la Policía Federal.
Caso 26. María Irma Ferreyra y

100
FRO 43000367/2003
Omar Fernando Bravo.

De la documentación que se
encuentra agregada en los autos caratulados:
“Ferreyra, María Susana s/ su presentación respecto
a María Irma Ferreyra y Omar Fernando Bravo”
expediente nº 573/03 que les fuera informada a los
indagatorias, se puede concluir lo siguiente:
María Irma Ferreyra y Omar
Fernando Bravo, eran pareja y vivían junto a su hijo
Martín de meses de edad, en el domicilio de calle
Cullen 1617 de la ciudad de Rosario.
El día viernes 7 de enero de
1977 a las 5 de la madrugada, aproximadamente, un
grupo fuertemente armado integrado por policías y
militares irrumpen en dicho domicilio. Del violento
operativo resultaron muertos María Irma Ferreyra y
Omar Fernando Bravo. El hijo de ambos posteriormente
fue recuperado por su familia materna que al
enterarse por los diarios fueron a buscar los
cuerpos y al niño.
Oportunamente en el sumario
mencionado se ordenó la exhumación del cuerpo de
Omar Fernando Bravo, la cual fue practicada por
personal del Cuerpo Médico Forense de la Justicia
Nacional, doctor Luis Alberto Bossio y el Equipo
Argentino de Antropología Forense por intermedio de
Miguel Nieva. Ese informe luce agregado a fs.145/159
indicando en sus conclusiones “la causa de muerte,
del cuerpo identificado como perteneciente a quien

101
en vida fuera Omar Fernando Bravo, fue: Lesiones
múltiples por proyectiles de arma de fuego en cráneo
y tronco. Hemorragia interna y externa”.
A fs. 93 y 194 de la causa obran
las Actas de defunción de las dos víctimas, donde
surge como causa de la defunción “muerte violenta”.
Resulta de vital importancia las
constancias obrantes en el Expte. nro. 295-año 1977
de la Policía Federal Argentina (documentación que
fue acompañada por la Unidad Fiscal en el Anexo VI
del bibliorato ofrecido como prueba en el escrito de
fs. 10.329/10.396), en donde se describe
detalladamente el procedimiento en cual resultaran
muertos Ferreyra y Bravo. Ese expediente se tramitó
en el año 1977 a los fines indicados por el artículo
60 de la Ley Orgánica de la Policía Federal
Argentina, en donde consta la solicitud de
“recompensas” en virtud de la actuación de los
miembros de la delegación Rosario en distintos
procedimientos subversivos, puntualmente se relata
el “supuesto” enfrentamiento de los miembros del
Destacamento de Inteligencia 121 y la Policía
Federal con Ferreyra y Bravo el 07 de enero de 1977
en horas de la madrugada, entre los cuales se
menciona “un procedimiento anterior” donde fueron
abatidos dos subversivos Soto y Cian realizado el 10
de diciembre de 1976.
Al respecto la Delegación
informa en el parte sumarial que “… del hecho
ocurrido el día 7 de enero de 1977 horas 5.00, en el
cual resultan partes damnificadas Personal de ésta

102
FRO 43000367/2003
Delegación, Personal del II Cuerpo de Ejército y

acusados dos delincuentes subversivos abatidos Oscar
Fernando Bravo (N.G.) ‘Perro’ responsable de la
estructura militar de la Op. M. Montoneros de la
Regional Rosario y su esposa María Irma Ferreyra
(N.G.) ‘La negra’ la cual secundaba a su esposo en
la misma estructura, habiéndose constatado
fehacientemente que el ‘perro’ fue el planificador y
ejecutor del atentado al Micro de la Policía de la
Pcia. de Santa Fe (Rosario) en el mes de Noviembre
de 1976, evento donde perdieran la vida 11 policías
de Rosario y dos civiles y además responsable de la
colocación de una bomba tipo vietnamita en el local
de la Secretaría de Informaciones de Estado de
Rosario en el mes de Diciembre de 1976; además se
adjunta plano y gráfico del operativo realizado;
siendo el Juez Interventor de la presente causa el
señor Juez Militar de turno de Rosario del II cuerpo
de Ejército de Rosario, Teniente Coronel D. Alberto
Salvador Casals, por ante la Secretaría del
Suboficial Mayor Ignacio Corradori, siendo las
actuaciones incoadas en esta Delegación…”.
De este supuesto enfrentamiento
dio cuenta también el matutino “El Diario” de esta
ciudad edición del sábado 8 de enero de 1977
agregado a fs. 16 del presente sumario que publicó:
“Una pareja de extremistas de la organización
declarada ilegal en 1975 fue abatida esta madrugada,
durante un procedimiento realizado por fuerzas
legales en una finca de esta ciudad según se informó
oficialmente. El documento militar expresa

103
textualmente: ‘El comandante del Segundo Cuerpo de
Ejército informa a la población que elementos
dependientes de la jefatura de área 211 realizaron a
las cinco del día de la fecha un procedimiento en la
finca ubicada en calle Cullen número 1617 de esta
ciudad. Al arribar las fuerzas legales al lugar e
intimar rendición a los ocupantes de la vivienda
estos respondieron con disparos de armas automáticas
y lanzaron varias granadas de mano. Repelida la
agresión fueron abatidos Oscar Fernando Bravo (a)
‘Perro’ y María Irma Ferreira (a) ‘La Negra’, ambos
pertenecientes a la banda de delincuentes
subversivos autodenominados Montoneros. En la
vivienda se secuestró armamento, granadas de mano,
munición y documentación de la ya referida banda.”
Además de la expresa mención que
las fuerzas intervinientes documentaron en el
clandestino “operativo” de que el matrimonio
pertenecía a “Montoneros”, la inclusión de Omar
Fernando Bravo en el informe ‘Sotera’ no deja dudas
de la persecución desatada en su contra por el
En dicho Informe Sotera, aparece
Omar F. Bravo (a) “Perro” A (lo que significa
asesinado). Correspondiendo en su diagrama a OPM
Montoneros Sec. Combate de la Sec. Militar Zonal,
mientras que CIAN aparece como responsable de Bravo
dentro de la organización Montoneros. La relación
entre los hechos es indiscutible, ambos son de
idéntica militancia, primero cae Cian y su esposa y
a los pocos días, Bravo y su esposa, ambos hechos

104
FRO 43000367/2003
fueron cometidos con la misma modalidad criminal,

por fuerzas militares y de la Policía Federal.
Esta relación entre los hechos
me llevan a realizar la misma reflexión que hiciera
al tratar el caso anterior (de Soto y Cian) en
cuanto a la ilegitimidad de la información obtenida
y volcada en el mencionado informe Sotera, que
permitió al personal actuante la realización del
primer hecho y luego de este en forma concatenada.
Lo que queda claro de la lectura
de las mencionadas pruebas es que: este
procedimiento fue realizado en forma conjunta por
personal de la Delegación Local de la Policía
Federal Argentina, bajo jurisdicción del Segundo
Cuerpo del Ejército tomando intervención el
Destacamento de Inteligencia 121 y que los informes
y comunicados efectuados en aquella época,
entonces imperante.
Caso 27. José Alejandro Ruggero,
Marta del Pilar Luque, Irma Edith Parra Yakin.
De acuerdo a los elementos
probatorios relacionados con esta causa entiendo
que:
José Alejandro Ruggero y Marta
del Pilar Luque, eran esposos y tenían dos hijos
menores de edad. El día 4 de noviembre de 1976, a
las 22 horas, en la ciudad de Rosario, Provincia de
Santa Fe en las calles Rodríguez y Tupungato se
produce un operativo conjunto de las fuerzas

105
policiales y militares el cual tuvo como resultado
la muerte de dicha pareja como así también de una
tercera persona llamada Irma Edith Parra Yakin,
resultando ilesos los hijos menores del matrimonio.
El hecho que aquí se trata fue
reflejado por los diarios de la época que
difundieron un comunicado del Comando del II Cuerpo
de Ejército que dio cuenta de lo ocurrido en la
noche de 4 de noviembre de 1976.
El diario cordobés “La voz del
interior”, en su edición del 6 de noviembre de 1976,
pag. 8 (acompañado en copia por la Unidad Fiscal en
el Anexo VII del bibliorato ofrecido como prueba en
el escrito de fs. 10.329/10.396) publicó “…Fuerzas
conjuntas realizaron en la noche del 4 al 5 de
noviembre un reconocimiento operativo en las calles
Rodríguez y Tupungato, en la zona sur de Rosario. Al
abordar la zona próxima a dicho lugar las fuerzas
fueron recibidas con disparos de armas de fuego y
lanzamiento de granadas de mano. Al mismo tiempo se
observó el desplazamiento de varias personas
armadas. De inmediato fue cercado el lugar y a viva
fuerza fue ocupada una vivienda con el máximo de
precaución dado que dos criaturas de tres a cuatro
años de edad que resultaron ilesas, eran utilizadas
por parte de estos delincuentes como cobertura
personal. En este enfrentamiento resultaron muertos
un hombre y dos mujeres, se realizaron diligencias
para su identificación. En el lugar se encontraron
elementos que las sindicarían como integrantes de
una organización declarada ilegal en 1975. Dos

106
FRO 43000367/2003
miembros de la fuerzas que participaron recibieron

impactos de arma, al parecer de calibre 9 mm y
esquirlas de granadas de mano, siendo las heridas
leves y no revistiendo gravedad…”
Sumado a ello el diario La
Capital de esta ciudad, en su edición de fecha 6 de
noviembre de 1976, también publicó “Operativos
locales contra la Sedición” con un comunicado
similar al antes mencionado, y por último el diario
“La tribuna” de fecha 5 de noviembre de 1976 publicó
“Abatieron en Rosario a numerosos sediciosos” con un
comunicado también de similares características.
Estos dos últimos recortes periodísticos se
encuentran acompañados en copia como prueba
documental, por la Secretaría de Derechos Humanos de
la Provincia de Santa Fe en el escrito de fs.
11.762/11.772.
A este supuesto “enfrentamiento”
también hizo referencia el expediente nº 295-año
1977 de la Policía Federal Argentina (documentación
que fue acompañada por la Unidad Fiscal en el Anexo
VI del bibliorato ofrecido como prueba en el escrito
de fs. 10.329/10.396), en dicho expediente se
mencionan una cadena de procedimientos entre ellos
el sucedido el 04 de noviembre de 1976 en calle
Tupungato y Rodríguez de Rosario “lugar donde fueron
abatidos luego de un intenso tiroteo el secretario
de Organización de la O.P.M. Montoneros (n.g.)
“ANDRES” su esposa (n.g.) “RAQUEL” y un miembro de
la organización con (n.g.) “NEGRITA” (ver fs.3 del
documento referido)…”.

107
Este expediente que ya he citado
en los dos casos anteriores es el que me permitió
establecer la íntima vinculación entre los tres
casos (el número 25, 26 y el presente) y afirmar que
en los mismos ha participado tanto personal de la
Delegación Local de la Policía Federal como del
Respecto a la dirección que
refieren tanto los medios periodísticos como el
expediente nro. 295 de la Policía Federal antes
mencionado, podemos observar que la misma difiere de
la que figura en los legajos REDEFA y en las
respectivas actas de defunciones.
Más allá de algunos datos falsos
o contradictorios que este tipo de expedientes o
comunicados del Ejército puedan contener, o como en
este caso que no coincide la dirección respecto de
donde se cometieron los hechos por algunas cuadras
de diferencia, de la que figura en las respectivas
actas de defunciones constituyen un elemento de
prueba fundamental de la participación aludida. Como
ya lo dijera al tratar los dos casos anteriores
-vinculados al presente- esos datos falsos sobre el
procedimiento propiamente dicho responde a que “los
informes y comunicados efectuados en aquella época,
entonces imperante” (conforme el criterio
desarrollado en las Resoluciones 100/B del
29.12.2008 y reiterado entre otras en la Resolución
70/DH del 04.11.2011 y 88/DH del 29.12.2011).

108
FRO 43000367/2003
Cabe destacar que Marta del

Pilar Luque figura en los Anexos de la Conadep bajo
el Legajo REDEFA n°6494 y José Alejandro Ruggero del
número 1260, ambos víctimas de ejecución sumaria
sucedida en la ciudad de Rosario en fecha 04 de
noviembre de 1976.
Dichos legajos fueron
acompañados por la Unidad Fiscal a los presentes
autos como Anexo Documental N° VII en el bibliorato
junto con el escrito de fs. 10.329/10.396.
La información que surge del
expediente interno de la Policía Federal antes
mencionado debe ser completada con aquella que surge
de los legajos Conadep referidos, así Ruggero y
Luque figuran como víctimas de ejecución sumaria en
la fecha indicada junto a otra NN., a raíz de un
procedimiento conjunto de las fuerzas de seguridad.
Los fallecimientos de Ruggero y
Luque fueron inscriptos como NN habiéndose
rectificado con posterioridad esas partidas a nombre
de los fallecidos, las mismas originariamente
contaban con una inscripción que expresa “fue muerto
en un enfrentamiento armado contra fuerzas de
seguridad” (copia de la partida de defunción n°1387-
E año 1977, fs.2 del legajo REDEFA de Ruggero) y
“fue abatido en un enfrentamiento armado con fuerzas
de seguridad” (fs.4 del expediente correspondiente a
Luque).
Respecto a la NN femenina que no
se identifica al momento de los hechos podemos
presumir que se trata de Irma Edith Parra Yakin, en

109
base a los datos aportados principalmente por la
Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de
Santa Fe. Entre los cuales se puede destacar que la
única persona de sexo femenino que se registró en
las listas de personas desaparecidas en el mes de
noviembre de 1976, en la Provincia de Santa Fe era
Irma Edith Parra Yakin. Como así también se tuvo en
cuenta que en el acta de defunción Nº 1389 E consta
que la identidad fue justificada con fichas
dactiloscópicas, las cuales fueron remitidas al
Registro Nacional de la personas en la fecha en que
se realizo la inscripción de la defunción. Constando
también que provenía de un enfrentamiento en las
calles Anchorena e Italia, siendo esta la misma
dirección que figura en las actas de defunciones
realizadas el mismo día de los hechos respecto de
Ruggero y Luque.
Lo que queda claro de la lectura
de toda la prueba recabada es que este procedimiento
fue realizado en forma conjunta por personal de la
Delegación Local de la Policía Federal Argentina,
bajo jurisdicción del Segundo cuerpo del Ejército.
ya había sido tenida en cuenta por la entonces
Subsecretaria de Derechos Humanos de la Nación al
declarar que la muerte de José Alejandro Ruggero fue
causada por el accionar de fuerzas conjuntas en las
circunstancias previstas por la ley 24.411. Así el
dictamen agregado a fs. 135/137 del legajo REDEFA
nro. 1260 estableció que: “…La lectura atenta del
comunicado militar demuestra la falsedad de su

110
FRO 43000367/2003
contenido, incluso cuando hace aparecer a los hijos

de la pareja –que naturalmente estaban con sus
padres- como siendo utilizados como ‘cobertura
personal’; pero, además, no es seriamente admisible
que hayan sido vistas personas armadas en la vía
pública y hayan disparado contra el comando, para
luego alcanzar a refugiarse en la vivienda y ser,
entonces, muertos y menos creíble aún es que haya
habido dos efectivos militares heridos, cuando no
hay ni siquiera un información sumaria castrense que
así lo acredite… Por lo demás está firmemente
establecido que era práctica habitual de las fuerzas
armadas fraguar enfrentamientos para cohonestar
asesinatos…”.
Otro dato importante a tener en
cuenta es el Album de prófugos de la OPM Montoneros
hasta Noviembre de 1976, aportada como prueba por la
Unidad Fiscal en el Anexo VII del bibliorato ya
mencionado, donde figuran los nombres y datos
personales de Ruggero y Luque, esta circunstancia
deja en evidencia la situación de que tanto Ruggero
como su mujer Luque en esa época se encontraban
siendo perseguidos por su militancia política por
las fuerzas encargadas de llevar adelante la
represión.
Caso 28. Juan Carlos Amador,
María Esther Ravelo y Emilio Etelvino Vega.
De la evidencia agregada en el
acumulado “Srio. VEGA, EMILIO ETELVINO; RAVELO,
MARIA ESTER S/ SUS DESAPARICIONES”, expte. N° 233/07

111
y la obrante en la presente relacionada con este
caso, concluyo que:
María Ester Ravelo y Emilio
Etelvino Vega estaban casados, ambos vivían en calle
Santiago nº 2815 de Rosario junto con su hijo de
nombre Iván Alejandro. Con anterioridad habían
vivido en Santa Fe, lugar donde nació Iván
Alejandro.
La noche del 16 al 17 de
septiembre de 1977 en el citado domicilio se
encontraba la familia Ravelo-Vega junto con Juan
Carlos Amador e irrumpió en la misma un grupo
armado.
En el lugar se habría producido
un tiroteo que terminó con la vida de Amador quien
habría quedado en el domicilio en una bañera durante
varios días (ver al respecto declaración de
Alejandra Fernández, madre de Ravelo, prestada ante
la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
agregada a fs. 66 del acumulado). De hecho, el
anterior dueño de la vivienda fue llevado por el
Ejército a fin de que identifique el cuerpo que allí
se encontraba.
La muerte de Amador se encuentra
comprobada con la partida de defunción del mismo
cuya copia consta agregada en el Legajo Redefa nº
955 (ver fs. 8323). Asimismo la participación en el
hecho de las Fuerzas Armadas fue declarada, en las
condiciones previstas por la ley 24.411, por la
entonces Subsecretaria de Derechos Humanos de la
Nación (ver copia de la resolución a fs. 8364).

112
FRO 43000367/2003
Por su parte, de acuerdo a la

declaración prestada por Eduardo Rodolfo Constanzo
en la audiencia pública llevada a cabo en el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 1 de Rosario
el día 21.09.2009, Emilio Vega habría sido herido de
gravedad y llevado a un nosocomio donde habría
fallecido. Al día de hoy Vega continúa desaparecido
contando con el Legajo Conadep nº 4372.
El hijo del matrimonio fue
entregado posteriormente por unos jóvenes que
viajaban en un automóvil color blanco, a un amigo de
la familia de nombre Agustín Simonsini. Varios días
después llegó al domicilio un camión del Ejército
que desvalijó la casa, la cual a su vez fue
apropiada por las fuerzas de seguridad durante
muchos años hasta que a mediados de la década del
90’ fue recuperada por Iván Alejandro Vega.
El destino de Esther Ravelo fue
otro, al respecto me remito a lo dicho al tratar el
caso del matrimonio Salinas-Bosso, en el cual
transcribí la declaración de Eduardo Rodolfo
Costanzo y concluí que esta mujer fue llevada al
centro clandestino de detención conocido como “La
Calamita”, posteriormente se le dio muerte y sus
restos fueron inhumados clandestinamente en el Campo
San Pedro propiedad del Ejército Argentino ubicado
en la localidad de Campo Andino (ver al respecto
acta de excavación realizada por el Juzgado Federal
nº 2 de Santa Fe agregada en copia a fs.
11.979/11.980 e informe antropológico realizado por

113
el Equipo Argentino de Antropología Forense de fs.
11.981/11.999).
También dije allí que lo dicho
por Costanzo fue ratificado por el hallazgo y
posterior identificación de los restos de Ravelo en
el marco de la causa que tramitara en el Juzgado
Federal nº 2 de Santa Fe. De hecho se encuentra
agregada copia certificada de la resolución de fecha
10.12.2010 del Juzgado Federal nº 2 de Santa Fe por
la cual se declaró que “…los restos esquelitizados
correspondientes a la identificación SF-CSP-FA-#3
pertenecieron a quién en vida fuera María Esther
RAVELO de VEGA …” (ver fs. 7882/7883).
Como dije también al tratar el
caso de D’Andrea, los restos de este último
aparecieron junto con los de Ravelo en la misma fosa
de enterramientos clandestinos. Esto refuerza aun
más lo dicho por Eduardo Constanzo en torno a la
participación del Destacamento de Inteligencia 121
en estos hechos, ya que –como lo dijera al tratar el
caso de Ramos- D’Andrea fue visto por la Sra.
Ilarione junto con Tonioli a mediados de septiembre
del año 1977, momento en el cual –como ya ha quedado
acreditado en esta causa- este último ya se
encontraba detenido clandestinamente por el
mencionado Destacamento.
El momento preciso de la muerte
de Ravelo no lo podemos determinar fehacientemente,
pero hay indicios suficientes como para concluir que
la misma habría ocurrido entre la fecha que indiqué
arriba en que había sido secuestrada y aquella en

114
FRO 43000367/2003
que Jaime Dri arribó al centro clandestino de

detención conocido como “Quinta de Funes”, lugar en
el cual compartió cautiverio con varias personas que
aun se encuentran desaparecidas -y que estuvieron
detenidos clandestinamente en distintos centros de
detención dependientes del Destacamento de
Inteligencia 121- pero no con Ravelo.
Este hecho, es decir la muerte e
inhumación clandestina de Ester Ravelo, me exime de
mayores comentarios en torno al carácter del
homicidio de Amador en cuanto a su inserción en el
marco del plan criminal implementado por la última
dictadura militar.
Por otro lado, respecto la
desaparición de Vega, el tiempo y las circunstancias
apuntadas me llevan a la convicción de que ha sido
asesinado. Si bien no podemos tener precisión aun en
cuanto al lugar y tiempo preciso en que habrían
pasado sus últimos días esta víctima, ni la forma en
que se le dio muerte –más allá de lo dicho por
Costanzo en relación a esta víctima que hice
referencia en este punto-, ni el destino final de
sus restos lo cierto es que, conforme lo detallado
anteriormente, estuvo en los hechos a disposición
del Destacamento de Inteligencia 121.
Caso 29. Víctor Jorge Lowe.
Conforme surge de las
constancias reunidas en autos el domicilio sito en
calle J.B. Justo 1143 de Rosario fue allanado el 15
de septiembre de 1977 y habría resultado muerto
Víctor Jorge Lowe.

115
De la copia certificada del
Memorandum nº 216 de fecha 19.9.1977 surge: “FACTOR
SUBVERSIVO:15-09-77= 23,00 – El Cdo. Cpo. Ejército,
dio a conocer un comunicado que expresa en su
artículo 2º lo siguiente: Que el 15 de setiembre,
como resultado de la eficiente actividad de
inteligencia de las fuerzas legales, se logró ubicar
una finca sita en calle Juan B. Justo nº 1143, que
servía de cuartel a la banda de delincuentes
subversivos OCPO (ORGANIZACIÓN COMUNISTA PODER
OBRERO). Siendo las 23 del citado día, personal de
las fuerzas legales se aproximaban al inmueble para
su registro, siendo recibidos con disparos de armas
de fuego, generándose, en consecuencia, un breve
tiroteo al término del cual se comprobó la muerte
del habitante de la finca, quién resulto ser el
delincuente subversivo marxista-leninista JORGE
VICTOR LOWE (a) ‘GORDO’, ‘GORDO DEL IMAF’, ‘GORDO
LOWE’, ‘GORDO ALBERTO’ que actuaba como secretario
general de la Regional Rosario (OCPO). El
delincuente subversivo en cuestión se inició a fines
de 1973 en ‘EL OBRERO’, activando posteriormente en
el Frente Estudiantil de Córdoba, desde el Instituto
de Matemática, Astronomía y Física. A fines de 1975
pasa a desempeñarse como secretario de Organización
de la Regional Córdoba, pasando en junio de 1976 a
Rosario como secretario de Prensa, con
responsabilidad de propaganda y agitación, ocupando
a fines del mismo año el puesto de Secretario
Político Regional Rosario. En el interior del
inmueble se comprobó que el delincuente subversivo

116
FRO 43000367/2003
reunía abundante material quirúrgico, armamentos,

explosivos, munición y modernos equipos de imprenta
que iban y van quedando luego de las presurosas
huidas de las bandas de delincuentes subversivos,
como consecuencia de la exitosa persecución de las
fuerzas legales. El punto primero de dicho
comunicado se refiere al atentado de que fuera
objeto el 14/9/77 un personal policial adscripto al
Batallón de Guardia de Infantería, segunda compañía,
hecho en el que resultó herido una menor de 11 años,
y del que diéramos cuenta en nuestro memorándum nº
214 del 15-09-77…”.
Los diarios de aquel entonces
reflejaron, también lo que le sucedió a Víctor Jorge
Lowe.
En el diario La Tribuna se
publicó “...de acuerdo a versiones de numerosos
vecinos anoche en la avenida Juan B. Justo, entre
las calles Silva y Leguizamón, de nuestra ciudad, un
subversivo fue abatido por fuerzas de seguridad””
(edición del 16.09.1977, obrante a fs. 11.632).
Por su parte el diario La
Capital, en su edición de fecha 18.09.1977 reflejó
también el suceso: “IMPORTANTE ACCIÓN ANTISUBVERSIVA
LOCAL. El Comando del Segundo Cuerpo de Ejército
informó anoche, a través de un comunicado, sobre un
procedimiento efectuado en una finca de Juan B.
Justo 1143, donde fue abatido un delincuente
subversivo. Asimismo, se procedió al secuestro de
armamento, munición de guerra máquinas de imprenta y
material quirúrgico. El texto del informe oficial

117
dice así: ‘El Comando del II Cuerpo de Ejército
‘Teniente General ‘Juan Carlos Sánchez’ comunica a
la población: ‘1º) ... ‘2) Que el 15 de septiembre,
como resultado de la eficiente actividad de
inteligencia de las Fuerzas Legales, se logró ubicar
una finca ubicada en Juan B. Justo 1143, que servía
de cuartel a la banda de delincuentes subversivos
OCPO (organización comunista poder obrero). Siendo
las 23 del citado día, personal de las fuerzas
legales se aproximaban al inmueble para su registro,
siendo recibidos con disparos de armas de fuego,
generándose en consecuencia un breve tiroteo al
término del cual, se comprobó la muerte del
habitante de la finca, quien resultó ser el
delincuente subversivo marxista leninista Jorge
Víctor Lowe (a) ‘Gordo’, ‘Gordo del Imaf’, ‘Gordo
Lowe’, ‘Gordo Alberto’, que actuaba como secretario
general de la regional Rosario (OCPO). El
delincuente subversivo en cuestión se inició a fines
de 1973 en ‘El Obrero’, activando posteriormente en
el frente estudiantil de Córdoba, desde el Instituto
de Matemática, Astronomía y Física. ‘A fines de 1975
pasa a desempeñarse como secretario de organización
de la regional Córdoba, pasando en junio de 1976 a
Rosario como secretario de prensa, con
responsabilidad de propaganda y agitación, ocupando
a fines del mismo año el puesto de secretario
político de la regional Rosario. ‘En el interior del
inmueble se comprobó que el delincuente subversivo
reunía abundante material quirúrgico, armamentos,
explosivos, munición y modernos equipos de imprenta

118
FRO 43000367/2003
y que iban y van quedando luego de las presurosas

huidas de las bandas de delincuentes subversivos,
como consecuencia de la exitosa persecución de las
FFLL”.
de Buenos Aires surge que esta víctima tenía pedido
de captura por “actividad subversiva”. Se encontraba
registrada en los archivos de inteligencia Naval en
fecha 20 de junio octubre de 1977 (ver Sobre IV que
contiene información sobre Lowe).
En los autos “Sumario
Averiguación violación a los Derechos Humanos
(Denuncia de la Subsecretaría de Derechos Humanos de
Santa Fe s/ Actas de defunción”, causa n°53/11 DH,
se ordenó la formación del Legajo Separado n°1
tendiente a la identificación dactiloscópica del
masculino NN correspondiente al prontuario n°15.282.
El prontuario mencionado tuvo su
origen en fecha 21.09.1977 a raíz del fallecimiento
de un NN masculino por muerte violenta en fecha
16.09.1977.
Dentro del mismo se procedió a
tomar huellas dactiloscópicas al cadáver a los fines
de su identificación. En la parte respectiva
referida a “Motivo del Prontuario y otros
antecedentes” puede leerse “13.10.77) se formuló
Prio y Plan. Pront. a nota n°613 por muerte violenta
a la Sec Judicial” y otra nota que dice “Se afectó
la nota al prio 1127567 de Amador J. Carlos”.

119
Oportunamente dentro de los
autos principales se formuló consulta al Equipo
Argentino de Antropología Forense a los fines que
indique el temperamento a seguir en relación a las
huellas dactilares.
El mencionado Equipo aconsejó
ordenar la comparación de dichas impresiones con las
del ciudadano Víctor Jorge Lowe.
Recibido el prontuario en
original y formado el legajo separado
correspondiente se dispuso que por intermedio del
perito Pedro Augusto Sala del Departamento
Científico Pericial de la Prefectura Naval Argentina
se lleve adelante la comparación decadactilar entre
las fichas obrantes en el “Prontuario NN (Masculino)
n°15.282 F” y las de Víctor Lowe.
El perito procedió a practicar
el examen pericial ordenado bajo el número 5.644/11;
y de cuyas conclusiones surge: “VII.CONCLUSIONES
“ACORDE LO MENCIONADO PRECEDENTEMENTE EN PUNTOS a),
b), c) y d) de III) OPERACIONES REALIZADAS, (B),
ESTUDIOS REALIZADOS, SE DETERMINA EN FORMA
IRREFUTABLE QUE: LOS DACTILOGRAMAS OBRANTES EN FICHA
DECADACTILAR DACTILOSCOPICA OBTENIDOS A UN CADAVER
NN SEXO MASCULINO PRONTUARIO FALLECIDO N° 15.282
(REGISTRO DUBITADO), SE CORRESPONDEN CON SUS IGUALES
DIGITOS EXISTENTES EN INDIVIDUAL DACTILOSCOPICA
CONCEDIDA POR EL REGISTRO NACIONAL DE LAS PERSONAS,
A NOMBRE DE VICTOR JORGE LOWE D.N.I. N°11.052.467
(REGISTRO INDUBITADO); POR CONSIGUIENTE LAS FICHAS
CONFRONTADAS FUERON IMPRESAS POR UNA MISMA Y UNICA

120
FRO 43000367/2003
PERSONA FISICA”.-
Asimismo y del informe actuarial
agregado al legajo se pudo establecer que del
listado de inhumaciones del expediente “Petición
Fiscal sobre Cadáveres NN Cementerio La Piedad
(fotoc.certif.expte.599/84 JUZG.INSTR.9°NOM.)”
agregado por cuerda a los autos “Petición Fiscal
sobre cadáveres NN Cementerio La Piedad”, causa
n°29/2007 correspondientes al período 1975-1983
surge la inscripción de una inhumación realizada en
fecha 27 de septiembre de 1977 con Boleto de
Inhumación n°63.284, de dicho boleto surge la
inscripción de una inhumación el 27.09.1977
proveniente del Hospital Central División Judicial
de NN Masculino edad 25 años aproximadamente causa
muerte violenta con fecha de fallecimiento
16.09.1977 inhumado en el Cementerio La Piedad, Acta
del Registro Civil n°1755-serie C año 1977,
correspondiente a la Sepultura 218 solar 74,
inscripción formulada por el Agente Carlos Luise de
la División Judiciales (Agente Chapa n°2226).
Asimismo se encuentra agregada la licencia de
inhumación GRATIS correspondiente al año 1977
n°1755-C, licencia expedida por Lía Marta R. de
Montes, 2do.Jefe Registro Civil, Sección
4ta.Rosario.
Dentro del expediente “Petición
Fiscal sobre cadáveres NN Cementerio La Piedad”,
causa n°29/2007, se formularon trabajos periciales
sobre una serie de sepulturas entre las cuales se
encuentra incluida la n°218 del Solar 74 (en dicha

121
causa se registró el Legajo Separado “Petición
Fiscal sobre cadáveres NN `Cementerio La Piedad´”,
n°29-2007.-Legajo Separado n°59 “Trabajos Periciales
Solar n°74- Sepultura n°218 -Cementerio La Piedad
(Rosario)”.
Mediante resolución n°40/DH de
fecha 27.04.2012 y su ampliatoria n°54/DH del
19.06.2012 se estableció que los dactilogramas
obrantes en la ficha decadactilar dactiloscópica
obtenida a un cadáver NN no identificado de sexo
masculino en el Prontuario n°15.282 Fallecido,
formado en fecha 21 de septiembre de 1977 con motivo
del fallecimiento por muerte violenta el 16 de
septiembre de 1977, se corresponden con las huellas
dactiloscópicas de Víctor Jorge Lowe quien había
sido inhumado en el Cementerio La Piedad de la
Ciudad de Rosario en la sepultura n°218 del Solar
n°74.
El memorándum transcripto (junto
con los comunicados del Ejército efectuado a través
de los informes periodísticos ya citados), permiten
tener por acreditada la participación del Ejército
en el hecho.
En virtud de lo expuesto, puede
concluirse que Lowe fue asesinado entre las fechas
15 y 16 de septiembre del año 1977 y que pese a ser
identificado, sus ejecutores le dieron sepultura
como “NN” en el Cementerio La Piedad de Rosario como
parte de la mecánica utilizada en el marco del plan
criminal implementado por el último gobierno de
facto.

122
FRO 43000367/2003
Caso 30. Daniel Héctor Querol

Del legajo Conadep nº 6988 que
en copia se encuentra agregado al expediente Consufa
nº 88.181 reservado para la causa nº 588/03 surge
que fue secuestrado el día 6 de febrero de 1977
alrededor de las 2 de la mañana, 5 o 6 personas de
civil quienes entraron a su domicilio de calle
Montevideo 1050 7° “C” de esta ciudad.
Entraron todos con capuchas, con
armas largas y cortas, lo tiraron al suelo y lo
interrogaron por Juan Carlos Vicario de quién era
amigo. Allí permaneció en el piso con una toalla en
el cuello y en la boca y con la 45 apuntándole a la
cabeza. En la misma habitación estaba su esposa
embarazada y su hijo de 3 años.
De su domicilio se lo llevaron
en automóvil en el piso y luego de realizar un
trayecto que, según su percepción porque seguía con
los ojos vendados, no fue largo, lo bajaron
acostándolo en una “parrilla”.
Entre las personas que lo
secuestraron se dispensaban un trato militar ya que
escuchó que decían: “allí viene el Capitán” -que
era quien lo interrogaba-. Asimismo escuchó que a
otro de sus captores lo llamaban “Hugo”. En el mismo
lugar escuchó que interrogaban a una persona de
nombre Julio, que según lo declarado por Querol en
el mencionado Legajo sería un cura chileno del
tercer mundo, que habría sido vicedirector del
Colegio La Salle, y a una mujer llamada Adriana

123
Rodríguez (otra también sería amiga de Juan Carlos
Vicario).
El 12 de febrero de 1977 a las 3
horas lo hicieron vestir y lo llevaron a su casa.
De lo relatado entiendo que
existen elementos que permiten vincularlo al
circuito clandestino del Destacamento de
Inteligencia 121.
Ello atento la mención de uno de
los miembros del grupo represivo con una jerarquía
militar “Capitán”, no pudiéndose descartar que se
trate de Jorge Alberto Fariña, miembro del
mencionado Destacamento. Más teniendo en cuenta que
justamente en aquel entonces Fariña ostentaba ese
cargo y que más de una víctima en cautiverio lo
conoció como “Capitán”, “Comandante” o “Sebastián”.
La fecha en que se llevó a cabo
el hecho es coincidente con la fecha en que habría
comenzado a funcionar “La Calamita” como centro
clandestino de detención, que a su vez concuerda con
la creación de la conocida Sección Operaciones
Especiales de Inteligencia dentro del Destacamento
de Inteligencia 121 (01.02.1977 conforme el legajo
de los encausados que fueron destinados a dicha
sección). Lo dicho hace más que probable que Querol
haya permanecido secuestrado en el citado centro
clandestino de detención.
Caso 31. Sonia Rosa Kindrasiuk;
Gregorio Larrosa; Nelly Elma Balestrini de Larrosa.
Nelly Balestrini y Gregorio
Larrosa, estaban casados, vivían en Rosario y tenían

124
FRO 43000367/2003
una hija que había sido asesinada por la última

dictadura.
Sonia Kindrasiuk era militante
de Montoneros, estaba casada con Carlos Legaz con
quien se habían conocido en la ciudad de Santa Fe
donde ambos se encontraban estudiando. Tenía una
hija de nombre Patricia que estaba con ella al
momento de ser secuestrada. Legaz militaba también
en Montoneros.
El día 7 de agosto de 1977 se
encontraban la Sra. Balestrini, el Sr. Larrosa, la
Sra. Kindrasiuk y la pequeña hija de esta última en
el auto de Larrosa. Venían circulando por calle
Mitre de esta ciudad y al llegar a la intersección
con calle Santa Fe los detuvo el semáforo. Al dar la
luz verde cruzan la calle y en ese momento,
transitando en el automóvil, al dar la luz fueron
rodeados por alrededor de quince o veinte personas
armadas vestidas de civil.
Allí sacaron violentamente del
automóvil al Sr. Larrosa y lo palparon en busca de
armas, asimismo sacaron de la parte trasera del
vehículo a la Sra. Kindrasuik.
Posteriormente, en el piso de la
parte trasera de su propio automóvil fue llevado,
junto a su esposa –ambos vendados- y la menor
Patricia Legas rumbo al centro clandestino de
detención “La Calamita” sito en la localidad de
Granadero Baigorria.
Si bien de las respectivas
declaraciones testimoniales prestadas en el año 1986

125
por el matrimonio en el marco de la antigua causa
“Feced…” (actualmente nº FRO 43000130/2004), no
establecieron que estuvieron detenidos en dicho
lugar, por la descripción del trayecto recorrido y
del inmueble que hacen en sus relatos, hoy se puede
establecer que ese era el centro clandestino de
detención donde fueron llevados.
En la actualidad esto cobra aun
más convicción por la propia declaración prestada
por la Sra. Balestrini en el marco del acumulado nº
575/03 caratulado “Srio. Av. Violación a los
Derechos Humanos en La Calamita” y el reconocimiento
que efectuara en el sindicado predio en fecha
15.02.2007 (ver al respecto fs. 366/368 y fs.
1556/1560 del citado expediente).
Además, su estadía en “La
Calamita” se desprende de las citadas declaraciones
testimoniales, en las que ambos hicieron referencia
a que en dicho lugar compartieron cautiverio con una
familia apellido Huerta. Antonio Horacio Huerta
declaró haber compartido cautiverio con Gustavo Pon
(ver fs. 35/38 del acumulado nº 53/06) quien voy
adelantando, -si bien su caso lo trataré
posteriormente- estuvo cautivo en “La Calamita” y
una vez asesinado fue enterrado en el Campo “San
Pedro” del Ejército Argentino al que ya he hecho
referencia en este pronunciamiento. En efecto,
recientemente fueron identificados los restos óseos
de esta persona, los cuales estaban con otros que
fueron identificados como Ravelo, Bosso, Salinas y
D’Andrea; respecto a quienes ya tuve por acreditado

126
FRO 43000367/2003
su paso por el mencionado centro clandestino de

detención.
Volviendo al relato de lo
ocurrido con el matrimonio y la menor, cabe agregar
que mientras eran llevados al citado centro
clandestino de detención, los captores solicitaron
una ambulancia que debía estar cerca del acceso al
túnel. Una vez en el inmueble fueron separados, por
un lado el Sr. Larrosa quien permaneció esposado, y
por otro la Sra. Balestrini con la menor. Allí ambos
sufrieron distintas clases de malos tratos: a
Larrosa por ejemplo lo llevaban vendado de un lugar
a otro sin avisarle que en su paso se encontraba una
escalera, lo cual hacía que se golpeara, por su
parte Balestrini sufrió mayormente maltrato
psicológico ya que sus captores le decían que a su
marido “lo estaban velando”, también le dijeron que
cuando fuera al baño y “apretara el botón” la iban a
electrocutar y que a la “vieja” (en referencia a
ella) la iban a “liquidar en frío”.
El 12 de agosto del mismo año,
los tres (es decir el matrimonio y la menor) fueron
subidos a un automóvil –los mayores con los ojos
vendados- y dejados en la banquina de una ruta.
Allí, los subieron a otro vehículo que los trasladó
al Servicio de Informaciones de la Policía de la
Provincia de Santa Fe sita en calle Dorrego y San
Lorenzo de esta ciudad.
La reconstrucción de lo sucedido
con Sonia Kindrasiuk luego de que el grupo armado
interceptara el automóvil, no resulta fácil y hay

127
que recurrir a tal fin a los distintos elementos
probatorios arrimados a la causa.
Por un lado, existe el Informe
de Inteligencia Diario nº 3383/77 de la Policía de
la Provincia de Santa Fe (que en copia fue
acompañado por la Secretaría de Derechos Humanos de
la Provincia de Santa Fe a fs. 11.877 en Carpeta
negra puntualmente en el folio 35) establece: “1.
FACTOR SUBVERSIVO: a. UNIDAD REGIONAL II (ROSARIO):
1) IDENTIFICACION: a) El 12ago77, comunica el Jefe
de Informaciones de U.R. II que fue identificada la
mujer que el día 07 del corriente ingiriera una
cápsula de ‘cianuro de sodio’ en circunstancias en
que iba a ser aprehendida, a consecuencia de lo cual
falleciera horas después en el Hospital Centenario.-
Se trata de SONIA KINGRASUCK, of. II de la b. d. s.
montoneros, esposa del sedicioso CARLOS ALBERTO
LEGAZ, con último domicilio registrado en calle
Ricardo Aldao 1526 de la ciudad de Santa FE.-”.
El acta de defunción que consta
digitalizada en el Legajo REDERA nº 1254 de
Kindrasiuk reservado en copia digitalizada en
Secretaría, estableció que la fecha de defunción de
esta víctima fue el 14 de agosto de 1977, que la
identidad fue justificada con LC 5.699.302 y fichas
dactiloscópicas y la causa de muerte fue
“enfermedad”. El certificado médico fue suscripto
por el Dr. Luis L. Bello, quien según consta en el
mismo legajo se desempeñó como médico de la Policía
de la Provincia de Santa Fe.

128
FRO 43000367/2003
Entre estos documentos (me

refiero al informe de inteligencia ut supra
transcripto y al acta de defunción) puede notarse
una incongruencia manifiesta: en primer lugar en
cuanto a la fecha del fallecimiento, ya que el
informe de inteligencia establece que fue el
7.08.1977 y el acta afirma que fue el 12.08.1977; en
segundo lugar en cuanto a que uno -el informe-
establece que habría muerto por la ingesta de una
capsula de cianuro y la otra -acta de defunción-
indica que fue a causa de una enfermedad.
Como ya lo he dicho en otras
resoluciones y también lo ha establecido la Cámara
Federal de Apelaciones de esta ciudad, la
contradicción entre documentos oficiales no hace más
que demostrar el ocultamiento del hecho en el marco
de un plan clandestino ya descripto oportunamente
por la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional
Federal en el citado fallo de la causa nº 13/84 (ver
verbigracia acuerdo nº 140/09 Penal del 16.09.2009).
Lo cierto es que esta mujer era
buscada desde hacía años tanto por el Ejército, como
por la Policía de la Provincia de Santa Fe y que la
comunidad de inteligencia tenía abundante
información sobre sus actividades en la organización
Montoneros. Prueba de esto es la documentación que
acompañó la Secretaría de Derechos Humanos de Santa
Fe en la carpeta reservada en Secretaría y a la cual
ya hice referencia presentemente. Allí se menciona a
muchos militantes de la organización que vivían o
habían vivido en la ciudad de Santa Fe, y además se

129
ponía de manifiesto el conocimiento que tenían sobre
las actividades y relaciones de los mismos inclusive
bastante tiempo antes de la llegada de la Junta
Militar al Gobierno ya que el informe data del 8 de
agosto de 1970 (ver folios 36 a 68). Es dable
destacar que muchos de esos compañeros o amigos
fueron secuestrados, asesinados o desaparecidos en
el marco del plan clandestino ideado por el último
gobierno de facto (la documentación se refiere,
verbigracia a: “ESTELA HILBRAN” (sic), “HECTOR LA
ROSA” (sic) y “SUSANA MARÍA BUSANICHE”, para
mencionar algunos que son víctimas en la presente
causa).
Por su parte Kindrasiuk estaba
en los archivos del Destacamento de Inteligencia
121, ya que surge del denominado “Informe Sotera”
(el cual consiste en documentación acompañada por
Adolfo Rubén Salman, quien se había desempeñado como
Policía de la Provincia de Santa Fe y que en el
curso de sus funciones tuvo oportunidad de obtener
un informe confidencial elaborado por el entonces
Jefe del Destacamento de Inteligencia 121, Coronel
Alfredo Sotera) que se habría desempeñado en la
agrupación “Montoneros” con el nombre de guerra
“Bety” como Oficial en la Secretaría de Información
e Inteligencia de la Secretaría Militar Zonal
dependiendo jerárquicamente de su esposo Carlos
Legaz (fs. 7885/7921).
A los hechos tratados en este
punto hizo referencia Gustavo Francisco Bueno (ex
personal civil de inteligencia del Destacamento 121)

130
FRO 43000367/2003
en declaración prestada ante el CELS –cuya copia se

encuentra reservada en Secretaría-, en la que sitúa
el hecho como ocurrido el “día de San Cayetano”.
Aunque equivoca el año (ya que hace habla de 1978)
no quedan dudas que se está refiriendo a este caso.
Allí dijo que: “…fue un traslado, de una chica que
fue de la calle Mitre y Santa Fe… o sea andaba por
la calle Sebastián en un auto, el Barba en otro
auto, Pepe en otro auto, Daniel en otro auto, fue
para el día de San Cayetano, ahora me acuerdo,
estaba la procesión, me acuerdo porque las radios
andaban a las puteadas porque a Pepe se le cruzó
toda la procesión y quedó en el auto parado,
tuvieron que esperar no sé qué cantidad de horas…”
Recapitulando lo dicho respecto
a Kindruasik, tenemos que: según los testimonios la
víctima fue vista por última vez el 7 de agosto de
1977 por Nelly Balestrini y Gregorio Larrosa en
momentos en que era aprehendida por miembros del
Destacamento de Inteligencia 121. Luego de ello
existe un acta de defunción que establece que la
muerte fue en fecha 14 de agosto de 1977 por
enfermedad (esto según certificado médico expedido
por un profesional que se desempeñaba en una Fuerza
de Seguridad) y un parte de inteligencia que indica
como fecha de muerte el 7 de ese mismo mes y año y
el motivo sería la ingesta de una capsula de
cianuro.
Todo esto, más allá de lo que se
dirá al tratar la participación de cada uno de los

131
imputados, me lleva a hacer responsable de la muerte
de Kindrasiuk al grupo que la secuestró aquel día.
Caso 32. Susana Busaniche,
Graciela Busaniche y Pedro Delgado.
De la documentación relacionada
con estos casos, agregada a la presente causa y al
acumulado nº 76/06, y que les fuera informada a los
indagatorias, concluyo que:
Graciela María Busaniche y Pedro
Delgado, estaban en pareja. Ella estaba embarazada
de varios meses y ambos eran militantes Montoneros.
Al momento de sus secuestros vivían en la zona oeste
de Rosario. La última vez que la familia Busaniche
vio a Graciela y a Pedro Delgado fue con motivo de
una fiesta familiar, el día 19 de agosto de 1977 en
la ciudad de Céres (provincia de Santa Fe).
La familia de Delgado había
sufrido un allanamiento en la casa donde vivían sus
padres, algunos hermanos y su ex esposa con su hijo
a fines de 1976 –momento en el cual, de acuerdo a lo
declarado por sus hermanos ya se encontraba en la
clandestinidad- por personas vestidas de civil.
Susana María Busaniche también
vivía en Rosario al momento de ser secuestrada y era
militante de Montoneros. Su militancia política era
bien conocida por la comunidad de inteligencia que
ya la tenía “apuntada” como montonera inclusive
antes de la llegada del golpe militar (ver al
respecto los antecedentes acompañados por la
Comisión Provincial de la Memoria de la provincia de

132
FRO 43000367/2003
Buenos Aires a fs. 9651/9700). El Destacamento de

Inteligencia también participaba de lo que se
conocía como comunidad de inteligencia, de hecho
esta víctima figura en el conocido “informe Sotera”,
confeccionado justamente por las autoridades de
dicho Destacamento, pero sobre esto dedicaré unos
párrafos más adelante.
Graciela y Susana eran oriundas
de Santa Fe. La última vez que la familia tuvo
contacto personal con Susana fue para el mismo
evento familiar al que hice referencia
precedentemente, con la diferencia que esta última
se quedó una semana más en la casa de una de las
hermanas de la familia.
Se aprecia entonces que los tres
vivían en la casa de calle Pasaje Garmendia nº 419
bis de esta ciudad al momento de ser secuestrados.
Eso se puede desprender del Memorandum DI nº 205 que
dice: “Se procedió a intervenir la finca de calle
Pje. GARMENDIA 419 (bis), jurisdicción Sec. 11ª., en
base a distintos elementos de juicio que hacían
presumir que en dicho lugar quedaría un
‘aguantadero’ de elementos subversivos…”
Posteriormente se detallan elementos que habrían
sido secuestrados de la mencionada vivienda, entre
los que se habrían encontrado armas y dos
duplicadores manuales para la “impresión de
panfletos insurgentes de la B.D.S.D. MONTONEROS”.
Establecía el citado memorándum que la vivienda
objeto del allanamiento se encontraba deshabitada en
el momento del procedimiento, que el “morador legal”

133
habría sido una persona cuyo alias sería “VIEJO
LUIS” y que en la misma vivienda se habrían ocultado
durante algún tiempo los “sediciosos” Graciela
Busaniche y Pedro Pablo Delgado (cabe aclarar que
los menciona por sus alias pero la fotocopia resulta
poco legible –ver fs. 276/277 del acumulado nº
76/05-).
Como ya he señalado en esta
resolución (y en otras también), estas actuaciones
policiales de la época (al igual que los comunicados
del Ejército), solían tener datos reales junto con
otros falsos. Es altamente probable que en dicho
domicilio efectivamente hayan vivido los nombrados
(ello seguramente basado en información obtenida
bajo el sistema de secuestro y posterior tortura
impetrado por el gobierno de facto), lo que resulta
poco creíble es que en la misma no hayan sido
encontrados los moradores, ya que justamente desde
esa fecha los familiares no tuvieron más noticias de
las hermanas Busaniche.
Además esta práctica también fue
implementada en otros casos aquí tratados, como por
ejemplo al referirme a la materialidad de los
hechos padecidos por Miguel Angel D’ Andrea, donde
también por un Memorandum la División Informaciones
daba cuenta del allanamiento de un domicilio en el
cual habría vivido el nombrado, pero se consignaba
que no había sido localizado (ver caso 21).
Por su parte, de acuerdo a
algunos testimonios agregados a la causa
-fundamentalmente el de Lucía Massa-, debo arribar a

134
FRO 43000367/2003
la conclusión de que Pedro Delgado no fue

secuestrado en la mencionada vivienda, sino que lo
fueron a buscar a la casa de Lucía Massa el día 5 de
septiembre de 1977, luego de haber allanado la
vivienda de Pasaje Garmendia y haberse llevado a las
hermanas Busaniche.
Respecto al destino de estas
tres víctimas obra evidencia que me llevan a
presumir que fueron trasladados a un centro
clandestino de detención, probablemente a “La
Calamita” el cual se encontraba en funcionamiento en
aquella época.
Esto en virtud de que existen
indicios probatorios agregados a la causa que
permiten relacionar los hechos de estas víctimas con
otras que pasaron por el circuito clandestino
diagramado por el Destacamento de Inteligencia 121
que se investiga en esto autos.
Así, por ejemplo, el caso de
Carlos Laluf quien, al igual que las hermanas
Busaniche había vivido en la ciudad de Santa Fe, y
conforme al mencionado “Informe Sotera” era jefe en
la estructura de Montoneros de “Colo” que era
justamente Susana Busaniche (eso de acuerdo a su
legajo Conadep). Además el denunciante José Eduardo
Busaniche en declaración testimonial de fs. 333/337
dijo que él conoció personalmente a “Nacho” Laluf y
que creía probable que su hermana haya sido
“entregada” por él.
Como lo señala la Fiscalía,
resulta significativo que el día en que allanaron el

135
domicilio de Busaniche y Delgado, fue entregado el
hijo de Laluf y su esposa (Marta María Benassi) al
padre del primero (ver lo dicho al respecto al
tratar los casos de Valeto y Casitillo). Es de
mencionar que justamente Delgado figura en ese
informe Sotera como integrante de la “SEC
ORGANIZACION DE LA SECR ZONAL” de Montoneros bajo el
apodo de “YACO”.
Su pareja Graciela Busaniche era
conocida por la familia de Delgado como “Sara”, que
por otro lado era el nombre con la cual se la
conocía dentro de Montoneros y así la tenía
registrada el Destacamento de Inteligencia 121 en el
mencionado “informe Sotera”.
En el citado informe además,
“YACO” figura tachado con una cruz y debajo del
casillero con su nombre se encuentra la inscripción
“(C)”.
Al tratar el caso de Sonia
Kindrasiuk también puse de resalto la relación que
esta tenía con la Susana Busaniche. Teniendo en
cuenta que los hechos que padeció Kindrariuk fueron
ejecutados unos días antes y, como ya lo dije,
participaron en los mismos miembros del Destacamento
de Inteligencia 121 del Ejército, esto configura un
importante indicio para entender que el mismo
Destacamento tuvo intervención en los hechos de
Susana.
También la vinculación del
secuestro de estas víctimas con la caída de Carlos
Laluf se puede inducir de la declaración de Estela

136
FRO 43000367/2003
María Avalos (fs. 534/535 del acumulado nº 76/05)

quien afirmó haber visto a Graciela Busaniche el 7
de agosto de 1977 (el día de San Cayetano y,
recordemos, día en que ocurrieron los hechos
padecidos por Sonia Kindrasiuk quien a su vez era
amiga de Susana Busaniche). Por su parte, el esposo
de Avalos, Eduardo Candioti desapareció el 8 de
octubre de 1977 y según la denuncia formulada por la
misma esposa ante Conadep, Candioti fue secuestrado
en un bar de Rosario en momento en que se tenía que
encontrar justamente con su amigo Laluf (recordemos
que este último para aquella época ya se encontraba
detenido clandestinamente en manos del Destacamento
de Inteligencia 121).
En la misma declaración ante
Conadep -que en copia obra agregada a fs. 483/485
del citado acumulado- Avalos dijo que ese día en que
secuestraron a su esposo de ese bar, luego fue
trasladado por los captores al domicilio conyugal
sito en Villa Gobernador Gálvez, donde ingreso una
persona de apellido Barber a quien le decían el
gallego. Evidentemente se refería a Barber Caixal
quien también ya por aquel entonces se encontraba
secuestrado por el Destacamento de Inteligencia 121
(al respecto me remito a lo dicho en la presente
resolución y a lo oportunamente detallado en la
resolución nº 97/DH de fecha 29.12.2010 al tratar el
caso de esta víctima).
La declaración de la testigo
Avalos no hace más que ratificar lo que vengo
sosteniendo en cuanto a la relación entre las

137
víctimas tratadas en este punto y lo ocurrido con
Carlos Laluf y Sonia Kindrasiuk, entre otras
personas.
Por su parte, el conocimiento
que del hecho tenía el Comando del Segundo Cuerpo
del Ejército (del cual el Destacamento mencionado
dependía), se desprende de la declaración
testimonial de Patricio Delgado (fs. 21/22) quien
dijo que entre los trámites realizados para dar con
el paradero de su hermano concurrió a la sede del
Comando, donde se entrevistó con un Mayor de
apellido Aguilera quien le dijo que “el caso estaba
cerrado” y que nunca iba a saber dónde estaba su
cuerpo.
Caso 33. Adriana Elsa Tasada y
Hugo Alberto Megna.
La materialidad de los hechos
padecidos por Adriana Elsa Tasada y Hugo Alberto
Megna, fue tratada por la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad en el acuerdo n° 83/06
dentro del expte. nro. FRO 43000130/2004 al resolver
sobre la situación procesal de Carlos Alberto
Ramírez. Sobre el particular, sostuvo que:
“21) Respecto a Adriana Elsa
Tasada y Hugo Alberto Megna: A fs. 1021 obra
declaración testimonial de Laura Fernández de
Tasada, madre de Adriana Elsa Tasada de Megna, quien
manifiesta que su hija fue detenida el 4/9/77, junto
con su esposo Hugo Alberto Megna y que se encuentra
desaparecida. Que interpuso Habeas Corpus con
resultado negativo.

138
FRO 43000367/2003
A fs. 1044 obra el informe de la

U. R. II donde se destaca que los mismos se
encuentran prófugos; sin perjuicio de resaltarse que
el 4/9/77 se realizó un procedimiento en su búsqueda
en una finca sita en calle San Diego 1861 de Villa
Gdor. Gálvez de donde habrían fugado. Se menciona
que el morador de esa finca llamado Rafael Benito
Moreno (si bien el apellido correcto de esta persona
es Romero, tal como surge de su declaración firmada
a la que nos referimos más adelante) manifestó que
momentos previos al procedimiento una pareja que
habría estado almorzando con ellos partió del lugar
dejando una criatura a su cuidado.
A fs. 1626 figura otro informe
relatando los mismos sucesos respecto de Hugo
Alberto Megna.
Sin embargo, a fs. 1032/1034,
obra fotocopia certificada de la declaración
testimonial prestada por Rafael Benito Romero, L.E.
4.905.137, domiciliado en calle San Diego 1861 de
Villa Gdor. Gálvez. El dicente sostiene que trabó
una relación de amistad con un compañero de trabajo,
que decía llamarse Rubén Urcade; al que
oportunamente brindó hospedaje por unos días junto a
la esposa y a una hija de ambos. Manifiesta que se
produjo un procedimiento policial el día 4/9/77, en
el cual efectivos policiales allanaron su domicilio.
Dice que uno de los policías reconoció a la mujer de
Urcade y entonces se llevaron a la pareja, dejándole
a la criatura; sostiene que nunca preguntó el nombre
de la esposa de quien se hacía llamar Urcade.

139
Se deja constancia que mediante
Acuerdo n° 5/86 de fecha 31/10/86, este Tribunal
dispuso acumular a las presentes actuaciones, el
expte. N° 49182 caratulado “Fernández de Tasada,
Laura Elsa s/ su denuncia”. En estas actuaciones la
madre de una de las víctimas en trato refirió haber
sufrido un allanamiento en su domicilio, sobre fines
de 1975, por parte de policías provinciales de Santa
Fe.
Ambas víctimas presuntas constan
en el Anexo del informe de la CONADEP: Tasada bajo
el número 5038 en la página 443 y Megna con el
número 3274 en la página 290.
De modo que relacionando lo
afirmado por la madre de Tasada, lo informado por la
División Informaciones y lo declarado por el testigo
Romero, se infiere que el referido como “Urcade” era
en realidad Megna y la esposa de éste Tasada.
Con lo que hasta aquí se ha
reseñado basta para tener por acreditado con el
grado de probabilidad que se requiere, los hechos de
los cuales habrían sido víctimas y que intervino en
su privación ilegítima de libertad personal de la
Policía de la Provincia no volviéndose a tener
noticias de ellos desde aquel momento,
correspondiendo confirmar el procesamiento, incluido
el presunto homicidio de ambos”.
Por resolución nº 46/DH de
fecha 22.5.12 dictada dentro del expte. nro. 76/05
caratulado: “Busaniche, José Eduardo S/ su
denuncia”, dispuse acumular a estos últimos los

140
FRO 43000367/2003
autos “Tasada, Adriana Elsa – Megna, Hugo Alberto s/

Averiguación verdad histórica sobre sus
desapariciones”, expte. n° 431/99 y a su vez el
número 76/05 a este expediente nº FRO 43000367/2003.
Para decidir de ese modo sostuve que “En efecto, de
la documentación acompañada por la Unidad Fiscal y
agregada a fs. 275/280 surge que tanto Adriana Elsa
Tasada y Hugo Alberto Megna por un lado y Susana
Busaniche y César Delgado por el otro, militaban en
Montoneros, y además que habrían participado de la
misma columna, y que sus desapariciones se
produjeron en una misma fecha.”
Entendiendo que debían
acumularse ambas causas a la presente ya que podría
haber actuado el Destacamento de Inteligencia 121 en
ambos casos. Si bien esa hipótesis la di por
corroborada en el punto precedente en relación a los
hechos de Graciela Busaniche y Pedro Delgado, no
entiendo lo mismo respecto a los hechos de Megna y
Tasada.
En efecto el razonamiento
seguido oportunamente por la Fiscalía por el cual
sostuvo la íntima relación de este caso con el de
Busaniche-Delgado, se ve desvirtuado por el relato
de los hechos que hiciera la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad en el acuerdo n° 83/06,
cuya parte pertinente transcribí precedentemente.
El indicio que significaba la
pertenencia de ambas parejas a la misma columna de
Montoneros, contrasta con la afirmación del testigo
Rafael Benito Romero en cuanto afirma que en el

141
procedimiento del cual resultaron detenidos Tasada y
Megna fue efectuado por la Policía de la Provincia
de Santa Fe; y no permite avanzar con el grado de
convicción requerido en esta etapa procesal en la
dirección tomada al acumular la causa nº 431/99 a la
nº 76/05. Circunstancia esta última que es a su vez
coincidente con el Memorandum nº 205 del 05.09.1977
citado por la propia Unidad Fiscal al solicitar la
acumulación ya referida.
Además esa misma afirmación de
que ambas parejas habrían militado en la misma
columna (sostenida por la Fiscalía y basada en los
datos brindados por el citado Memorandum) no se ve
reflejada en el denominado “Informe Sotera” que, por
lo que se puede leer del mismo, coloca por ejemplo a
Adriana Tasada en la JUP MONTONEROS, lugar en donde
no se encuentra Pedro Delgado (al respecto debo
recordar que ya transcribí arriba lo que consigna el
mencionado informe).
Casos 34, 35 y 50. Eduardo
Héctor Garat, Santiago Mac Guire y Roberto
Pistacchia.
De la siguiente prueba: a)
declaraciones testimoniales de Elsa María Martín,
María Magdalena Carey y Roberto Vicente Pistacchia;
b) copias certificadas de los autos: “Garat,
Eduardo Héctor s/ Habeas Corpus”, expte. 32.939,
“Mac Guire, Santiago Raúl s/ Habeas Corpus” expte.
32.965, ambos del Juzgado Federal nº 2 de Rosario y
“Garat, Eduardo Héctor” expte. nº 429/1979 que
tramitaran ante el Juzgado de Primera Instancia de

142
FRO 43000367/2003
Instrucción nº 1 de Rosario –todos reservados en

Secretaría-; c) el sobre VI de los cuatro sobres de
papel madera acompañados por la Comisión Provincial
de la Memoria del la Provincia de Buenos Aires en
contestación al oficio nº 396/DH de 4.10.13 que
contiene información (entre otras personas) sobre
esta víctima; d) legajo Conadep nº 7078 de Eduardo
Héctor Garat y e) la información aportada por la
Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de
Santa Fe en carpeta negra a fs. 11.877; concluyo lo
siguiente:
34. Eduardo Garat era abogado,
al momento de su secuestro estaba casado con Elsa
Martín con quien tenía dos hijos Florencia y
Santiago. Militaba en la agrupación Montoneros.
Estuvo detenido con anterioridad al golpe de Estado
por la llamada ley antisubversiva nº 20.840 junto
con Ricardo Massa conforme surge del expediente nº
26.505 del Juzgado Federal nº 1 de Rosario.
Es claro que el motivo de su
desaparición fue su militancia a dicha agrupación;
el Ejército ya lo tenía identificado como Montonero,
tal como se puede leer de las copias certificadas en
el expediente nº 429/1979 del Juzgado de Instrucción
de la Primera Nominación de Rosario caratulado
“Garat, Eduardo Héctor S/ Su desaparición”, donde
consta un informe elaborado por personal de la U.R.
II de la Policía de la Provincia de Santa FE en el
cual se da cuenta que “EDUARDO HECTOR GARAT, se
halla identificado con el Prio. 887.122 I.G. y
registra las siguientes capturas: Formosa año 1977

143
Folio 235- MONTONERO a solicitud del Jefe Area 212
Sta. Fe.- Rosario año 1978 Folio 45 Solicita Jefe D-
3 Operación de Santa Fe.-…” (ver fs. 16 de los autos
mencionados).
Se desprende también de la
documentación que fuera remitida por la Comisión
Provincial por la Memoria de la Provincia de Buenos
Aires que la comunidad de inteligencia tenía
información sobre esta víctima. Así a fs. 29/31 del
sobre IV se encuentra agregada copia de una nota de
fecha 4.07.1978 que el Capitán de Navío de la Armada
Eduardo Invierno, le remitiera al Jefe del Servicio
de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires, con
un listado actualizado en el que figuraban personas
buscadas como consecuencia de realizar actividades
“subversivas” entre las que figura Eduardo Héctor
Garat (cabe mencionar que la distribución de dicho
listado se hizo entre distintas jefaturas de
inteligencia tanto de Fuerzas de Seguridad como
Armadas).
Fue secuestrado el 13 de abril
de 1978 en momento en que había ido a la casa de una
amiga de nombre Adriana Altieri que se iba a vivir a
Europa.
Esta mujer vivía en calle España
entre Urquiza y San Lorenzo, y con otra amiga de
nombre Graciela Brebbia bajaron para conseguir un
taxi a fin de que Altieri pudiera ir a la Estación
de Trenes para luego ir a Buenos Aires. Se
dividieron, Garat fue a esperar un taxi a la esquina

144
FRO 43000367/2003
de Santa Fe y España mientras que Brebbia quedó en

la esquina de San Lorenzo y España.
Esta última escuchó el ruido de
una puerta de un automóvil que se cerraba y perdió
contacto visual con Eduardo Garat que estaba en la
otra cuadra. Pensó que había conseguido un taxi pero
no fue así, desde aquel entonces Garat permanece
desaparecido.
Su esposa presentó recursos de
Habeas Corpus, tanto en este fuero como en los
Tribunales Provinciales, los cuales fueron
rechazados (ver al respecto declaración testimonial
de Elsa María Martín y copia certificada del
expediente nº 429/1979 caratulado: “Garat, Eduardo
Héctor S/ Habeas Corpus”). También recorrió, como
era costumbre en aquella época, distintas
reparticiones militares siempre con resultados
negativos.
Sin embargo, por testimonios
posteriores podemos conocer el probable destino que
tuvo Garat luego de su secuestro. Su esposa dijo:
“(…) Al tiempo de esto Mac Guire aparece en la
cárcel y la mujer ya puede ir a visitarlo. Ahí viene
otro mensaje, y ahí sí yo la conozco a la mujer de
Mac Guire de nombre María Carey. El mensaje era que
mientras lo torturaban a Mac Guire le dijeron que
firmara la confesión ‘no como Garat que se negó y lo
hicimos boleta’. Este mensaje me llega luego de
pasado unos seis meses de la desaparición de
Eduardo. De allí, al momento en que lo liberan a Mac
Guire que fue con Alfonsín, yo voy a hablar con él,

145
me sacó volando, me dijo que no se acordaba de nada,
que la cárcel había sido terrible y que él no quería
hablar. Volví a hablar con María Carey, que a esa
altura ya no era la esposa de Mac Guire, y ella me
ratificó lo que me había dicho, me dijo que para qué
iba a inventar una cosa tan seria y me agregó que
Santiago estaba muy mal”.
Esto coincide con lo declarado
por María Carey, quien dijo que le preguntó a Mac
Guire, una vez que este se encontraba detenido en el
Batallón 121, si Garat había estado secuestrado con
él, y le contestó que creía que sí.
Roberto Pistacchia declaró en la
presente causa en fecha 26.11.2013, en la misma
confirmó que Eduardo Garat estuvo alojado, junto con
él y Santiago Mac Guire, en un centro clandestino de
detención que estaría en las afueras de Rosario,
puntualmente en el barrio Fisherton o en la
localidad de Funes. Dijo en la citada testimonial:
“…me doy cuenta que no estoy solo, era una celda
chiquita y que a la otra persona le hacen lo mismo
que a mí, era sin preguntar nada, era como una
‘bienvenida’, en uno de los silencios puedo hablar
con la otra persona que era Santiago Mac Guire.
Entre la gente que nos cuidaba no se decían nombres,
nos tapaban los ojos, de vez en cuando aparecía un
señor bien hablado, que era el que mandaba, el que
daba las órdenes era él. Después aparece una tercera
persona que se identifica como Eduardo Garat, a los
2 o 3 días, escucho que dicen, se nos va, se nos
muere, yo no sabía de quien se trataba y después me

146
FRO 43000367/2003
quedo con Santiago, así que era Garat, que nunca

supe nada más de él…” (ver fs. 11.779/11.784).
Esto me lleva a determinar que
Garat a los pocos días de ser trasladado al citado
centro clandestino de detención (el cual aun no ha
sido identificado), fue asesinado en el mismo lugar
por el grupo que lo mantenía cautivo.
Resulta llamativa la copia de la
resolución nº 130 de mayo de 1978 dictada en el
marco de uno de los recursos de habeas corpus
interpuesto en favor de Garat que se encuentra
agregada en su legajo Conadep nº 7078 (ver fs. 4 del
expediente Consufa nº 88.199 reservado en
Secretaría), mediante la cual se rechazó la acción
porque constaba que registraba captura del área 211
y Jefe de Operaciones de Santa Fe. Es claro que ese
pedido de captura funcionaba como un intento de
darle un marco de legalidad a la clandestina
detención y posterior desaparición del nombrado,
quien ya había sido detenido en fecha 13.04.1978.
35. Santiago Mac Guire fue
sacerdote pero al momento de ser secuestrado había
renunciado al ministerio y estaba casado con María
Magdalena Carey con quien tenía cuatro hijos. Formó
parte del movimiento denominado “Sacerdotes del
Tercer Mundo”. Los organismos de seguridad tenían
registrado este dato y no me caben dudas que este
fue el motivo que llevó a su detención y posteriores
tormentos que son objeto de investigación en la
presente.

147
De hecho, ya había sido detenido
por este motivo mucho antes del golpe de Estado
conforme surge de las actuaciones que fueron
acompañadas por la Secretaría de Derechos Humanos de
la provincia de Santa Fe en carpeta negra a fs.
11.877 (ver al respecto ficha agregada a fs. 201,
copia del memorándum de fecha 25.09.1971 agregado en
el folio 202 de la mencionada carpeta y distintos
informes agregados de fs. 203 a 299).
El día 18 de abril de 1978,
siendo aproximadamente las 16.50 horas fue
secuestrado en calle La Paz entre San Martín y
Sarmiento de esta ciudad (cerca de su domicilio) en
momento en que circulaba en una bicicleta con su
hijo Lucas. Desde un coche salieron cinco personas
vestidas de civil y armadas que lo pusieron
violentamente en el piso del automóvil y lo llevaron
a un centro clandestino de detención que la víctima
identificó como “Ceferino Namuncurá” que quedaría en
la localidad de Funes y que habría pertenecido a los
Salesianos (ver al respecto declaración de la
víctima en su legajo Conadep que se encuentra
agregada a al expediente Consufa nº 88.197 reservado
en Secretaría). Allí habría compartido cautiverio
con Roberto Pistacchia y Eduardo Garat.
Según su declaración ante
Conadep, Mac Guire permaneció en dicho lugar siempre
encapuchado y habría sido interrogado varias veces
al día. Si relacionamos esta declaración a la más
extensa brindada en esta sede por quien fuera su
mujer y por Roberto Pistacchia (ver respectivamente

148
FRO 43000367/2003
fs. 11.880/11.884 y fs. 11.779/11.784), Mac Guire

fue torturado reiteradamente durante los mentados
interrogatorios.
Luego de doce días de estar
detenido-desaparecido en dicho lugar fue trasladado
al Batallón 121 de Rosario. Allí dos suboficiales
uno de apellido Gauna y otro Berra le confirmaron a
Mac Guire el lugar donde había estado detenido
clandestinamente con anterioridad.
En el Batallón 121 fue
“blanqueado”, se le hizo un Consejo de Guerra en lo
que era la sede del Comando del Segundo Cuerpo del
Ejército. Por el mismo fue condenado a quince años
de prisión y trasladado a distintas unidades
carcelarias (algunas de esta provincia y otras en
distintos lugares del país).
La existencia de este Consejo de
Guerra se ve corroborada por la documentación en
copia que se encuentra en la documental acompañada
por la Secretaría de Derechos Humanos de la
Provincia de Santa Fe a la que ya hice referencia,
consistente en el Legajo del Instituto Correccional
Modelo de Coronda correspondiente a Mac Guire. En
esa documentación consta que ingresó a la mencionada
Unidad Carcelaria el 13.06.1978 procedente del Area
211 y que había sido detenido el 18.04.1978
La ilegitimada y clandestinidad
del procedimiento que derivó en su detención y su
posterior cautiverio se ven corroboradas, cuando
comparamos esa fecha de detención, con los datos
obrantes en el Habeas Corpus interpuesto en su favor

149
que se encuentra reservado en Secretaría y que lleva
el número 32.965 de Juzgado Federal nº 2 de Rosario.
En efecto, en la ficha a la que hice referencia en
el párrafo precedente consta que fue detenido el
18.04.1978 y su procedencia era el Area 211; sin
embargo en el mentado expediente se encuentra
agregado un informe de fecha 28.04.1978 suscripto
por Enrique Hernán González Roulet, teniente Coronel
del Comando II Cuerpo del Ejército Argentino que
daba cuenta al Juez actuante en el recurso
interpuesto que Santiago Mac Guire “no se encuentra
detenido a disposición de este Comando de Cuerpo”.
50. Roberto Pistacchia fue
secuestrado el mismo 18 de abril de 1978 en momento
en que salía de su hogar en calle Entre Ríos y 9 de
julio de Rosario. Fue abordado por personas vestidas
de civil que le pusieron una bolsa en la cabeza y lo
metieron dentro del baúl de un automóvil.
En primer lugar habría pasado
por Jefatura y luego habría sido trasladado a un
centro clandestino de detención ubicado en las
afueras de Rosario (según el testigo pudo haber sido
Fisherton o Funes), justamente el mismo al que fue
llevado en primer instancia Mac Guiere ya que allí
es donde, según el mismo Pistacchia, ve a esta
víctima y también a Garat.
En ese lugar permaneció esposado
y fue torturado de diferentes formas (golpes, le
arrojaban agua fría y caliente, simulacros de
fusilamiento). Estuvo alojado varios días hasta que
fue trasladado al Batallón sito en calle Ayacucho

150
FRO 43000367/2003
(zona sur) de esta ciudad. Al igual que Mac Guire

posteriormente lo llevaron a la sede del Comando del
Segundo Cuerpo donde fue sometido a un Consejo de
Guerra.
Esto se ve corroborado por el
Legajo del Instituto Correccional Modelo de Coronda
de Mac Guire, al que ya hice referencia, ya que el
pedido efectuado por González Roulet también fue
hecho en relación a Pistacchia quien evidentemente
fue coimputado en el mismo proceso.
El motivo por el cual fueron
sacados de la clandestinidad y enjuiciados tanto Mac
Guire como Pistacchia, puede inferirse de la
declaración testimonial de la Sra. Carey y de la
declaración del mismo Pistacchia. Dijo la primera:
“(…) Ahí ya me plantee de ir a verlo a Bolatti, que
era el único que creía que lo podía salvar. Fui al
obispado con mis hijos y a pedirle que por favor
hiciera algo y le dije que Santiago había dado todo
por la iglesia, como para conmocionarlo un poco.
Pero esta persona era muy fría. Después a los dos o
tres días volví, porque él había quedado que me iba
a averiguar algo. Allí, nada, que estaba hablando
con todo el mundo pero que muchos consideraban –me
dijo- que por ahí había sido secuestrado por algún
compañero, que era lo que se decía en ese momento,
pero que por ahora no me podía dar ningún dato.” Más
adelante declaró que su esposo le dijo que había
visto a Bolatti cuando estuvo en el Batallón 121.
Concordantemente con esto
declaró Roberto Pistacchia y dijo: “…me trasladan al

151
comando 121 en la calle Ayacucho. Estoy en
enfermería, me curan y me trasladan a un pabellón
sanitario de ellos esposado a la cama, en un
momento aparece una comitiva encabezada por
Jáuregui, Monseñor Bolatti unos señores de civil que
no sé quiénes eran y varios militares atrás, cuando
llega al lado mío, Jáuregui le dice a Bolatti,
‘hemos cumplido, aquí esta Santiago Mac Guire’
Bolatti me mira y dice este señor no es Santiago Mac
Guire. Inmediatamente Jáuregui le da orden a los
milicos que traigan a Mac Guire y lo mandan a
buscar, y siguen hablando entre ellos que a mí me
trasladen, y Monseñor dice ‘me imagino que este
señor queda acá’ así que Jáuregui da la orden que
quede ahí y llaman a mi señora”
No quedan dudas que el centro
clandestino de detención en el cual permanecieron
secuestradas estas tres víctimas (que estaría
ubicado en la localidad de Funes) estaba en manos
del Ejército. Esto se puede determinar con la
declaración tanto de Mac Guire ante Conadep; como la
prestada por Pistacchia en sede judicial ya que
ambos coinciden en la presencia en el lugar de quien
fuera por aquel entonces segundo comandante del
Segundo Cuerpo del Ejército Luciano Adolfo Jáuregui.
Esta forma de proceder tiene
relación con otros casos tratados en los presentes;
por ejemplo: Arce, Verón, Rivero y Moyano estuvieron
en el centro clandestino de detención conocido como
“Fábrica Militar de Armas Domingo Matheu”, el cual
estaba a cargo del Destacamento de Inteligencia 121,

152
FRO 43000367/2003
y de allí fueron llevados al Batallón de

Comunicaciones 121. La presencia de Luciano Adolfo
Jáuregui también es coincidente con lo acontecido en
“Quinta de Funes”, centro clandestino que también
habría sido visitado por el entonces Segundo
Comandante del Segundo Cuerpo del Ejército (ver al
respecto acuerdo nº 36/07 de fecha 19.04.2007 de la
C.F.A.R.).
Caso 36. José Enrique Nelio
Animendi.
Esta víctima cuyo caso se trata
era militante de la U.E.L en un primer momento y
luego del Peronismo de Base y vivía en Rosario al
momento en que ocurrieron los hechos.
Se encuentra probado que José
Animendi fue privado ilegítimamente de su libertad
el día 4 de mayo de 1977 siendo aproximadamente las
18.00 horas en momentos en que circulaba en un
ómnibus por calle Ov. Lagos a la altura catastral
del 4000.
En esa oportunidad lo hicieron
descender del vehículo, lo llevaron hasta un
automóvil Ford Falcon, lo esposaron. Las personas
que lo detuvieron estaban todas vestidas de civil,
le solicitaron los documentos y se lo llevaron sin
darle ningún tipo de explicación sobre la detención
a pesar de sus requerimientos en tal sentido.
En el automóvil iba agachado y
con un trapo en la cabeza. Luego de un viaje de unos
40 minutos de duración fue llevado a un centro

153
clandestino de detención que quedaba en una zona que
no era urbana.
Hoy podemos determinar que ese
lugar era el centro clandestino de detención
conocido como “La Calamita” sito en la localidad de
Granadero Baigorria. Esto así, por las
características del lugar descriptas en su primer
declaración testimonial ante la justicia provincial,
pero también y fundamentalmente porque más
recientemente el mismo practicó reconocimiento
judicial en el citado predio y lo señaló como aquel
en el cual estuvo privado de su libertad (ver fs.
7549/7550).
En el lugar fue primero
interrogado acerca de su militancia política,
posteriormente le aplicaron picana eléctrica
mientras le seguían haciendo preguntas sobre sus
amistades, gente con la que había vivido, etc.
Luego lo llevaron a una pieza
donde permaneció varios días, donde no sufrió nuevos
tormentos pero continuó siendo indagado sobre los
mismos puntos.
En la declaración testimonial de
fecha 12.01.1984 prestada en el marco del expediente
nº 135/84 de registro del Juzgado de Instrucción de
la Sexta Nominación de Rosario que en copia se
encuentra reservada en Secretaría, dijo Animendi
que: “el primer día llegó una persona al lugar a
quienes le decían ‘El Comandante’ quién al ver que
del interrogatorio no surgía nada, dijo que tenían
que buscar por los organigramas.” Agregó también que

154
FRO 43000367/2003
su voz la escuchó todos los días y que la misma

provenía de la habitación contigua a la que él se
encontraba detenido.
A la semana de haber sido
secuestrado esta persona le dijo que habían revisado
el organigrama y que lo iban a liberar, “…esto era
una guerra, y que en la misma se comenten errores y
aciertos, y que si el enemigo era irregular también
había métodos combativos irregulares, y que en casos
como el mío trataban de salvar el error, pero que no
se me ocurriese investigar, ni hacer denuncia
alguna…”.
También manifestó que: “…se
sentían voces de lo que podía ser la cocina bien
cerca, y además porque escuchaba conversaciones de
alguien a quién le llamaban ‘Tigre’…”
El viernes 13 de mayo de ese
mismo, el “Comandante” volvió a conversar con
Animendi y le dijo que lo iban a liberar, cosa que
ocurrió a la noche, lo subieron a un automóvil,
siempre vendado, y lo soltaron en la intersección de
Avenida Circunvalación y Baigorria de esta ciudad.
Caso 37. Gustavo Adrián
Rodríguez y Olga Lilian Vaccarini.
probatorios obrantes en los autos caratulados:
“Sumario Averiguación Violación a los Derechos
Humanos. Víctima: Gustavo Adrián Rodríguez”,
expediente n°43/12 que les fuera informada a los
indagatorias surge que:

155
Gustavo A. Rodríguez se
desempeñaba como obrero ferroviario en el sector de
fundición de los Talleres Mitre de la ciudad de
Pérez y se encontraba casado con Olga Lilian
Vaccarini, quien era estudiante de bioquímica, ambos
vivían en el domicilio de calle Pedro Lino Funes nº
1369 de Rosario.
En fecha 10 de mayo de 1977
Gustavo Adrián Rodríguez había sido internado en el
Hospital Ferroviario de Rosario siendo intervenido
quirúrgicamente en fecha 11 de mayo de 1977 por una
hernia inguinal, debiendo permanecer en tal lugar
hasta lograr su recuperación. Por tal motivo, su
esposa para no quedarse sola se trasladó a la casa
de sus suegros que quedaba a escasos pasos de su
domicilio de calle Pedro Lino Funes nº 1409.
Entre los días 16 y 17 de mayo
de 1977, cerca de la 1.30 horas se presentaron en
el domicilio de los padres de Gustavo Adrián
Rodríguez tres personas vestidas de civil que
dijeron ser policías y que llevaban consigo armas de
gran calibre, quienes ingresaron a la vivienda y
preguntaron a los padres de Rodríguez por la
vinculación entre esa casa y la de la esquina
(refiriéndose a la casa de su hijo). Ellos les
informaron que se trataba de la casa de su hijo, y
que se encontraba internado aportándoles los datos
del lugar, piso y cama donde se hallaba. Los
“supuestos agentes policiales” manifestaron que lo
buscaban porque existía la posibilidad que fuera
adepto a las drogas ya que habían encontrado en su

156
FRO 43000367/2003
casa unas jeringas pero que podía ser una confusión

y que necesitaban hacerle algunas preguntas.
La madre de Rodríguez –Ada
Violeta Suppo- se tomó un taxi inmediatamente y al
llegar al Hospital Ferroviario se encontró con las
personas que habían estado minutos antes en su casa,
quienes le manifestaron que se quedara tranquila que
efectivamente estaba allí su hijo, que estaba
dormido. Le preguntaron por su nuera y ella
respondió que se encontraba pasando la noche en su
casa. La madre de Rodríguez intento subir para ver a
su hijo pero el médico de guardia –Dr. Guberti- le
dijo que no era horario de visita por lo que se
retiró del lugar.
Al regresar Ada Violeta Suppo a
su casa, su marido –Florentino Rodríguez- le
comunicó que se habían llevado a su nuera, y le dijo
que a él lo golpearon y lo tiraron al suelo,
amenazándolo además de que volverían a buscarlo a
él.
A la 6 de la mañana fue su
marido al referido nosocomio y se encontró con que a
su hijo se lo habían llevado del Hospital
aproximadamente a las 3 de la mañana. Ocurrió que
volvieron los sujetos antes referidos, siendo en
este caso cuatro, algunos de ellos subieron hasta la
sala donde se hallaba Gustavo Adrián Rodríguez,
mientras otros se quedaron vigilando al empleado de
portería del Hospital –Ángel Atilio Leiva-, bajaron
a Rodríguez en una silla de ruedas y lo subieron a
un auto Ford Falcon de color borra vino. Previo a

157
ello le dijeron al personal del Hospital que eran
empleados de la Policía Federal de la Sección
Toxicomanía y mostraron una credencial que era
plastificada de color celeste y tenía un circulo en
el centro de color negro y dentro de ese círculo las
siglas CONATON y del otro lado decía Sección
Toxicomanía.
De la ampliación de la
declaración de Ada Violeta Suppo ante la justicia
provincial de fecha 12.01.1984, surge que entre los
vehículos que rodeaban la casa se encontraba un
camión con la leyenda de “Ginebra Bols”, que dicho
vehículo también fue visto por ella en el Hospital
Ferroviario donde se encontraba internado su hijo,
que estaba sucio, descuidado y era de color oscuro
pero se notaba bien la leyenda y una imagen de una
botella similar a las de ginebra en color claro.
Que tomó conocimiento en los
diarios que gente había visto ese mismo camión ir y
venir muchas veces por la zona de Granadero
Baigorria, presumiendo entonces que a su hijo y su
nuera los llevaron allí con ese mismo vehículo.
(Anexo Feced, pág. 119/120, ANEXO DOCUMENTAL I).
Por su parte de la denuncia
efectuada por la nombrada ante la comisión Nacional
sobre la Desaparición de Personas en fecha
27.1.1984 manifestó que: “…El grupo supuestamente
policial estaba integrado por siete personas, de los
cuales puede describir a tres. Uno con cabello
ondulado, cutis blando, bigote bien recortado, un
aspecto general de suma pulcritud en su persona,

158
FRO 43000367/2003
usaba sobretodo espigado y calzaba botas marrones y

quería ocultar constantemente con el sobretodo las
ropas que utilizaba debajo. Otro era un pelirrojo,
alto, de barba, con el cutis con marca de acné,
nariz aguileña, mucho más alto que el anterior que
tenía una estatura mediana, ambos aparentaban unos
treinta y cinco años de edad, el pelirrojo usaba
campera de corderoy. El tercero era de baja
estatura, ojos grandes, cutis blanco, el cabello
negro muy lacio y muy peinado, y usaba saco azul. El
que comandaba la comisión era el primero, el de
bigotitos…Su hijo había sido delegado gremial en la
fábrica de cocinas ubicada en la localidad
santafecina de Pérez…El 29 de agosto de 1977,
después de concurrir todos los días al comando del
2º cuerpo del ejército, por indicación del mismo
hombre de bigotitos que comandara la comisión que
detuvo a su hijo y a su nuera, ve llegar dos
camiones celulares de la policía provincial y ve al
hombre de bigotito vestido con vaquero y campera
vaquera en la puerta del comando. Bajan a los
detenidos del camión celular y al incorporarse ve la
cara de su hijo al que asimismo reconoce
inmediatamente por su elevada estatura-1m. 97…el día
que vio entrar a su hijo al comando, un sargento,
morocho de bigotes, alto, muy apaisanado, que
siempre estaba ahí, les dijo a todos los familiares
reunidos que iba a haber un consejo de guerra y que
se fueran…Que en el segundo celular bajo su nuera
como única pasajera el mismo día que vio a su
hijo…”. Asimismo manifestó:”…Que se presentó a hacer

159
la denuncia en la Curia eclesiástica…y le dieron una
carta para el oficial de la policía Guzmán Alfaro a
quién se la entregó, en el servicio de Informaciones
de la Prefectura de Policía, quien leyó la carta y
le dijo que ellos no habían sido, que había sido el
Ejército…Agregó Guzmán Alfaro que posiblemente lo
tuvieran en la secreta…”(Anexo Feced, pág. 127/128,
ANEXO DOCUMENTAL I).
A fs. 208/210 de las copias
certificadas del expte. 135/84 que tramitara en el
Juzgado de Instrucción 6ta. de Rosario, obra agrega
la declaración ante la Conadep de Oscar Quinto
Lorenzoni de fecha 27.1.1984 en relación al centro
de detención denominado “La Calamita” en la que
manifestó:”…Que recuerda el testimoniante los
habituales viajes que periódicamente realizaba un
camión marca Chevrolet con caja madera y toldo de
lona verde, pintado de color crema, con una leyenda
en sus costados que decía Ginebra Bols, que entraba
y salía a la finca, tres o cuatro veces por semana;
que presume transportaba gente. El testimoniante
reconoce haber visto transitar y permanecer
libremente en el campo de detención, pero en calidad
de detenido, a un joven cuya fotografía acompañamos,
llamado Gustavo Adrián Rodríguez, nacido el 17 de
marzo de 1957, casado con Olga Lilian Vacarini,
nacida el 26 de octubre de 1954, ambos secuestrados
en la madrugada del 16 de mayo de 1977 y
transportados-según testimonio de la señora Ada
Violeta Suppo de Rodríguez, madre de Gustavo- en un
camión color crema con la leyenda Ginebra Bols…”

160
FRO 43000367/2003
(ver anexo documental III).

Teniendo en
cuenta el tiempo y las circunstancias en que ambos
desaparecieron me llevan a la convicción de que han
sido asesinados. Si bien no podemos tener precisión
aun en cuanto al lugar y tiempo preciso en que
habrían pasado sus últimos días estas víctimas, ni
la forma en que se les dio muerte, ni el destino
final de sus restos, los indicios indican que la
última vez que habría sido visto con vida -al menos
Rodríguez- fue en centro clandestino de detención
“La Calamita”, y por lo tanto a disposición en los
hechos del Destacamento de Inteligencia 121.
Caso 38. Gustavo Adolfo Pon.
Caso 39. Antonio Huerta y su hijo Antonio Horacio.
De las pruebas que se encuentran
agregadas al acumulado caratulado “Pon, Gustavo
Adolfo s/ su desaparición” Nº 53/06 que se les
hicieran conocer a los imputados en sus respectivas
indagatorias y del informe acompañado por la
Comisión Provincial de la Memoria de la Provincia de
Buenos Aires en contestación al oficio nº 396/DH de
4.10.13, sobres I y II, que contiene información
(entre otras personas) sobre estas víctimas, se
puede concluir lo siguiente:
38. Gustavo Pon, de acuerdo a la
denuncia efectuada ante la Asamblea Permanente por
los Derechos Humanos de fecha 24.09.1984 por su
hermano (conforme consta en su legajo Conadep que en
copia está agregada a fs. 2), el último domicilio
registrado que tenía era el de calle Francia nº 4973

161
de la ciudad de Santa Fe donde convivió con su
esposa e hijo hasta los primeros meses del año 1976.
Ocupó el cargo de Subsecretario de Cultura de la
Municipalidad de Santa Fe durante los años 1973/1974
y en octubre de 1975 fue víctima de un allanamiento
por parte del personal policial y militar.
Al momento en que fue
secuestrado vivía en calle Lavalle nº 3719 de esta
ciudad. Esto ocurrió el día 21 de agosto de 1977 en
las inmediaciones de esa vivienda. Fue trasladado a
la casa de la familia Huerta, sita en calle 24 de
septiembre 2079 de Rosario; Pon era socio del Sr.
Antonio Huerta. Allí llevaron a este último, a su
esposa y a su hijo.
Todos fueron trasladados a un
centro clandestino de detención a las afueras de la
ciudad que al día de hoy podemos determinar que es
“La Calamita”. Esto ya lo dije al tratar el caso de
Nelly Balestrini y Gregorio Larrosa, con quien tanto
la familia Huerta como Pon compartieron cautiverio.
Allí también dije que, a diferencia de los Huerta y
el matrimonio Larrosa-Ballestrini, Pon fue asesinado
y enterrado en el Campo “San Pedro” del Ejército
Argentino al que ya he hecho referencia varias veces
a lo largo de este auto.
Agregué que los restos de Pon
fueron exhumados de una fosa común junto con los de
otras personas de las cuales ya se han identificado
a Ravelo, Bosso, Salinas y D’Andrea (ver al respecto
acta de exhumación de fs. 113/114, informe
arqueológico de fs. 121/125 e informe antropológico

162
FRO 43000367/2003
forense de fs. 141/161 todos en copia agregados al

acumulado nº 53/06). Respecto estas últimas
personas, ya tuve por acreditado su paso por el
mencionado centro clandestino de detención.
Teniendo en cuenta esto último,
la muerte de esta víctima se encuentra
inescindiblemente ligada a la de estas personas y
por lo tanto vale lo dicho al tratar dichos casos en
cuanto hice referencia a lo declarado por Eduardo
Costanzo sobre el lugar donde habrían estado
detenidas estas personas, el momento de su muerte y
la forma en que esta habría ocurrido.
Justamente en relación a esto
último corresponde transcribir el informe realizado
por el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en cuanto a las causas del
deceso de Pon que consta a fs. 166/169 del acumulado
nº 53/06 y que dice: “El estudio de los restos óseos
identificados como pertenecientes a quien en vida
fuera Gustavo Adolfo Pon permiten establecer que las
lesiones sufridas en el cráneo, tienen idoneidad
suficiente para haber producido su muerte.” Con
anterioridad justamente describió el perito dichas
lesiones en el cráneo y dijo: “Las lesiones
descriptas serían compatibles con las producidas en
la caja craneana por proyectiles de arma de fuego.
39. Antonio Huerta y su hijo
Antonio Horacio, vivían en el domicilio indicado ut
supra, fueron secuestrados desde su domicilios en
las circunstancias antes descriptas. Antonio Horacio
tenía al momento de ser secuestrado 15 años. A ambos

163
les vendaron los ojos, les ataron las manos con
alambre y los subieron a un automóvil.
Conforme lo ya dicho fueron
trasladados al centro clandestino de detención
conocido como “La Calamita” (lugar donde también
fueron vistos por el matrimonio conformado por Nelly
Balestrini y Gregorio Larrosa). Allí, conforme la
declaración formulada ante esta sede por Antonio
Horacio Huerta, fueron alojados en un sótano. Un día
bajaron allí una o dos personas junto con “toti”
(apodo con el cual conocía a Gustavo Pon) y le
hicieron un interrogatorio en el cual él y su padre
fueron golpeados.
Una noche les comunicaron que
los iban a liberar los sacaron del lugar tabicados,
les ataron las muñecas con alambre, los subieron a
una camioneta y los dejaron en la banquina de una
ruta. Pero una vez allí llegó un vehículo que los
subió y los trasladó a la Jefatura de la Policía de
la Provincia de Santa Fe. Allí estuvieron
aproximadamente cuatro meses y luego los llevaron a
la cárcel de Coronda. En la misma declaración afirmó
que estuvo detenido a disposición del Poder
Ejecutivo Nacional, cosa que se ve confirmada por la
información remitida por la Comisión Provincial de
la Memoria de Buenos Aires (sobre II), donde están
sus nombres en un listado detenidos a disposición
del P.E.N., la fecha sería desde el 02.11.1977 y
como causa de detención figura “Colab. Mont- partic.
Panfleteadas”. La solicitud de detención, según el

164
FRO 43000367/2003
mismo listado, habría sido efectuada por el Ejército

(ver fs. 6 del citado sobre).
Con lo dicho podemos concluir
que estas tres víctimas estuvieron secuestradas en
“La Calamita”, por lo tanto en los hechos a
disposición del Destacamento de Inteligencia 121, el
cual también participó en el destino final de
Gustavo Pon.
Casos 40, 41, 42, 43, 44, 45,
46, 47, 48 y 49. Mónica Marta Cappelli; Irma Elena
Montenegro; Eduardo Luis Franco; Domingo Laborde;
Hilda Elena Miekle Rivas; José Alberto Madeo;
Alberto Corazza; Alberto Galarza; Susana Elena Díaz
y 49) María Graciela Eier, respectivamente.
probatorios obrantes en los autos caratulados:
Cappelli, Mónica María Marta s/ su desaparición”
Expte. 98/06 y su acumulado “Sumario Averiguación
Violación a los Derechos Humanos-Casos: Montenegro,
Irma Elena; Franco, Eduardo Luis; Laborde, Domingo;
Miekle Rivas, Hilda Elena; Madeo, Jorge Alberto;
Corazza, Alberto” causa n°329-2008 que les fuera
informada a los imputados en sus respectivas
declaraciones indagatorias se puede concluir que los
hechos que damnificaron a estas personas habrían
ocurrido del siguiente modo:
Mónica Marta María Capelli
Era militante del Partido
Revolucionario de los trabajadores (PRT).
El día 16 de mayo de 1977 llegó
de su trabajo aproximadamente a las 16 hs, a la

165
vivienda de calle Paraguay 4170 casa nº 5 de
Rosario, donde alquilaba una habitación, y luego se
retiró del domicilio mencionado junto a su hija
María Carina Tumini. Se dirigió a la Estación
Terminal a buscar una encomienda que sus familiares
le habían remitido de Córdoba.
Aproximadamente a las 20 hs.
apareció en la vivienda, por la puerta trasera, un
hombre joven llevando en brazos a la pequeña hija de
Mónica Capelli y la dejó.
Luego la dueña de la mencionada
casa, a quien le decían Coca, llamó a la madre de
Capelli a Córdoba para que la busque a María Carina
de dos años de edad. Sus abuelos la fueron a buscar el
día 20 y a partir de allí iniciaron la búsqueda de Mónica
Capelli sin resultados.
Ante tal suceso se efectuaron

innumerables gestiones realizadas por su familia
(oriunda de Córdoba), que incluyeron entrevistas con
autoridades eclesiásticos, presentaciones de hábeas
corpus, denuncias ante la Conadep.
Esta versión de los hechos se ve
corroborada con la copia del escrito de presentación de
Habeas Corpus por parte de Elfidio Capelli ante el
Juzgado Federal nº 2 de Rosario y con copia del Habeas
Corpus presentado por la madre Marta Elena Zeballos de
Capelli ante el Juzgado Federal nº 1 de Rosario (v. fs.
2; 4/6 del expte. nº 98/06 y acum.).
Esto es coincidente con la
declaración testimonial prestada por la Sra. Noemí Elsa
Silvano ante la Fiscalía Federal nº 1 de Rosario (v. fs.

166
FRO 43000367/2003
90/91 del expte. nº 98/06 y acum.) quien agregó que eran

dos personas jóvenes de sexo masculino, vestidos de civil
quienes habían dejado a la hija de Mónica.
María Carina Tumini prestó
declaración testimonial a fs. 216/219 del expte. nº 98/06
ante el Fiscal a cargo de la Unidad de Asistencia de
Derechos Humanos en la jurisdicción de la Cámara Federal
de Rosario donde expuso que “…a raíz de conversaciones
con el ‘Indio’ Rivero y con el ‘Gato’ Verón que ellos
tuvieron contacto con mi madre y conmigo durante el año
1977, que también conocían a Doña ‘Coca’ y a José
MORILLA, ya que este hombre era un obrero de fábrica John
DEERE y estos dos militantes, VERÓN y RIVERO, junto con
mi madre, formaban parte de un “Frente Amplio” sindical
en la John DEERE. No recuerdo para más precisiones si
ellos le piden a MORILLA que hospede a mi mamá o el
propio MORILLA les cuenta que la ha hospedado. …”.
Declaró que tomó conocimiento por comentarios que en la
tapa de ‘Rosario 12’ se publica un listado de persona
civil de inteligencia entre los cuales se encontraba el
nombre de José Elvio Morilla.
Manifestó que “… Me llama por
teléfono Adriana ARCE muy indignada ya que este grupo de
militantes que formaba parte del ‘Frente Amplio’ había
compartido asados, cuidado de los niños, con el
matrimonio y específicamente con José MORILLA. Todos
ellos, fueron detenidos y llevados a centros clandestinos
de detención y mi madre desaparecida. …”. “… Volviendo a
mayo de 1977, otros datos relevantes al respecto, hace
unos años me entrevisto con ‘Lila’, esposa de Carlos
FUHR, quien me enteré que murió hace poco, quien me
relata que mi mamá militó con ella durante un período,
luego yo me entero que los cuñados de esta persona
estuvieron detenidos en ‘La Calamita’ en la misma fecha

167
de desaparición de mi mamá. Las distintas entrevistas y
reconstrucciones me han ido permitiendo observar cómo los
militantes de Rosario se fueron cruzando y encontrando
año tras año. Cabe destacar al respecto que VACCARINI y
RODRIGUEZ desaparecen el mismo día que mi mamá, ambos
eran oriundos de Córdoba como ella. Él trabajaba o tenía
militancia en ferroviarios y según OROPEL en un momento
en el año 1976 mi madre estuvo vinculada, sea
directamente o vía propaganda con el sector ferroviario.
A su vez, las personas que menciona la noticia del diario
tenían todas altas responsabilidades dentro del Partido
Revolucionario de los Trabajadores en Rosario y, en
función de mis reconstrucciones para el año 1977 mi madre
también estaba en esas condiciones en el Partido, con lo
que infiero que todos ellos compartían la conducción.
Además, en el caso de MIEKLES distintos testimonios la
mencionan militando en el año 1975 en los mismos lugares
y con las mismas personas que mi madre…. Respecto de
Montenegro también me mencionaron que durante el año 1976
estuvo cercana a las personas que estaban con mi madre.
…”.
Alberto Corazza
Era abogado, trabajaba como
empleado en un estudio jurídico del Dr. Nelson
Benedetto. Tenía una militancia política, además era
defensor de presos políticos, primero en la Gremial
de Abogados de Buenos Aires y luego en Rosario.
Estaba casado con Marta Ángela Pugliese de Corazza y
tenía un hijo de cinco años de edad al momento de su
desaparición.
Su privación ilegítima comenzó
entre los días 17 y 18 de mayo de 1977 cuando salió

168
FRO 43000367/2003
de su domicilio sito en calle Libertad 1668 de

Rosario para ir a trabajar a las 9 o 9.30 hs. Esto
conforme lo declarado por Marta Ángela Pugliese de
Corazza a fs. 94/97 del acumulado nº 329/09 ante la
Fiscalía Federal de la ciudad de Santa Fe. También
declaró que Corazza padecía de una hemiplejia del
lado izquierdo severa, caminaba con dificultad y con
bastón, por lo que pensó que le había sucedido algo.
Como era habitual comenzó el
camino de todos los familiares de desaparecidos
realizando distintos trámites a fin de poder
localizar a su esposo (cartas al Ministerio de
Justicia de la Provincia de Santa Fe, al Presidente
de facto de la República, al Ministerio del Interior
y presentó también un Habeas Corpus ante Juzgado
Federal en turno); lo busco en Sanatorios y
hospitales Públicos y también fue al departamento de
Policía para averiguar sobre la desaparición de su
marido.
Posteriormente el 23 de junio de
1977 leyó en los diarios una noticia que daba cuenta
de un enfrentamiento en el cual habían muerto 11
“subversivos” del PRT-ERP. El Segundo Cuerpo de
Ejército dio la nómina de los muertos y entre ellos
se encontraba Alberto Corazza.
Marta Ángela Pugliese de Corazza
al prestar declaración testimonial ante la Fiscalía
Federal nº 2 de Santa Fe en fecha 16 de diciembre de
2009 manifestó: “… el 2 de julio de 1977 en todos
los medios, diarios, radio, televisión, aparece el
comunicado del segundo cuerpo de ejercito de Rosario

169
donde da la nómina de los muertos de la noche del 22
al 23 de junio de y ahí aparece Alberto y las otras
personas con todos los datos de filiación …”. (SIC)
La testigo declaró que fue al
Segundo Cuerpo del Ejército y que la llevaron a una
oficina, aparece un señor grandote con ropa de
militar que dijo ser Galtieri, quien le manifestó
que Corazza era subversivo, que era un militante del
ERP. Y cuando la mujer de Corazza le preguntó dónde
estaba el cuerpo de su marido para darle cristiana
sepultura, este le dijo que iba a tener que ir a la
policía porque “nosotros solo hacemos la acción, la
policía se encarga de los otros menesteres”. Cree
que esa conversación fue grabada.
Siguiendo con el relato señaló
que le dijeron que “… tenía que comprar el cajón y
que a las 6,30 de la tarde tenía que ir a la Escuela
de Policía, porqué ahí está la morgue y reconocer el
cuerpo que estaba como N.N.. A ese lugar voy con mi
hermano y mi cuñado, nos hicieron pasar, había una
antesala, con una planilla y cuando llegué no me
dejaron pasar por el estado avanzado de mi embarazo,
entonces el cadáver lo reconoció mi cuñado Simón,
que me acompañaba. Cuando salió el policía le
pregunta si la persona identificada era su hermano,
a lo cual el le responde creo que sí. Ante esto
requiero que ingrese nuevamente a reconocerlo, cosa
que realiza y vuelve confirmando que era Alberto,
aclarando que está con una barba tupida y en malas
condiciones. Al día siguiente, la empresa fúnebre
pasa a retirar el cuerpo, con una foto de Alberto

170
FRO 43000367/2003
que yo le di, solicitando además que revisara el

cuerpo …”. (v. fs. 96 y vta. del expte. nº329/08).
Eduardo Luis Franco.
Ramón María Franco y Jorgelina
Gonzalez Alfonso de Franco -padres de Eduardo Luis
Franco- presentaron un recurso de Hábeas Corpus en
fecha 23 de mayo de 1977.
De las actuaciones obrantes en
el expediente nº 32.196 del Juzgado Federal nº 2 de
Rosario caratulado “FRANCO, Ricardo Luis S/ Habeas
Corpus surge que su privación ilegítima de la
libertad, comenzó el 15 de mayo de 1977
aproximadamente a las 19 horas, cuando se
apersonaron tres individuos vestidos de civil a la
Parroquia Nuestra Señora de Lourdes de Rosario, sita
calle Santiago de esta ciudad.
Conforme el testimonio de
personas que se encontraban en el citado templo,
como así también del cura párroco, procedieron a
llevárselo por la fuerza en un automóvil marca “Ford
Falcon” (ver fs. 1 del citado expediente).
Interpuesto el recurso de Hábeas
Corpus se ofició a la Jefatura de Policía de esta
ciudad (Unidad Regional II) y a la Delegación local
de la Policía Federal para que “informen al Juzgado
Federal en el término de 24 horas, si el nombrado se
encuentra detenido en dependencias de esas
reparticiones y, en su caso, por qué causa, por
orden quién, en virtud de qué norma legal y a
disposición de qué autoridad competente se

171
encuentran; como así también sobre los demás puntos
a que se refiere el artículo 630 del Código de
Procedimientos en lo Criminal de la Nación.”(v. fs.
2 del expte. nº 32.196).
Con los mismos fines se ofició
en fecha 06.06.1977, una vez obtenidas las
respuestas de las dos reparticiones policiales, al
Comandante del Cuerpo de Ejército II. A pesar de
tratarse de un recurso de Habeas Corpus la respuesta
a dicho requerimiento fue dada recién el 15.06.1977
y obviamente fue negativa.
Con estas respuestas, el Juzgado
actuante mediante resolución de fecha 30 de junio de
1977, resolvió “No hacer lugar al recurso de habeas
corpus interpuesto en favor de RICARDO LUIS FRANCO,
con costas…”.-
En fecha 15 de agosto de 1977
Ramón María Franco –padre de Ricardo Luis- envió una
carta al Juzgado Federal nº 2 de Rosario donde
expuso que “…con respecto a la desaparición de mi
hijo, Ricardo Luis, Expediente Nº 32196, ha perdido
para nosotros, todo interés pues las autoridades
policiales de Rosario, me han entregado el cuerpo de
mi hijo el 25 de julio, después que el Comando del
2º Cuerpo de Ejército, comunicara al Regimiento 5 de
Infantería de Paso de los Libres, en un
radiodespacho de fecha 24 de julio, que el cadáver
de mi hijo había sido identificado y llamándome a
retirarlo….” (v. última foja del Hábeas Corpus
iniciado en fecha 23.05.1977).

172
FRO 43000367/2003
Graciela María Eier.

Su privación ilegítima de la
libertad se encuentra acreditada en el legajo
Conadep nº 4379, según denuncia realizada
oportunamente por su padre Anselmo Nildo Eier y
Clorinda Paulina Burgi. Allí, surge que Graciela
María de 22 años de edad, de profesión empleada –
enfermera en el Hospital Italiano de Rosario-, el
día 19 de mayo de 1977 salió aproximadamente a las
9.00 hs de su domicilio en calle L. Paganini nº 451
de Granadero Baigorria hacia su trabajo, indicando
que volvería a almorzar.
Posteriormente alrededor de las
18.00 sus padres atento a que Graciela María no
regresó, se dirigieron al Hospital Italiano donde
ella realizaba trabajos de enfermería. En ese lugar
se les informó que ese día “no había concurrido a
cumplir con sus tareas, sin efectuar ningún aviso”.
A fs. 12/14 del legajo
mencionado, se encuentran agregadas copias del
Habeas Corpus presentado por Anselmo Nildo Eier ante
el Juzgado Federal nº2 de Rosario que corrobora los
hechos precedentemente detallados y de su lectura
surge que “… siendo las 0,30 hs. del día de hoy 20
de mayo, se hacen presente en mi domicilio un
conjunto de hombres encapuchados, quienes expresaron
ser integrantes de una comisión policía. Dicha
brigada, requisó nuestra finca llevándose dos
maletines y demás enseres…”.
Alberto Galarza

173
Conforme la denuncia presentada
ante Conadep por su hermana Ermelinda Galarza de
Velasquez, surge que Galarza desapareció en la
ciudad de Rosario el día 22 de mayo de 1977 en horas
del mediodía en la zona sureste de Rosario, cerca de
una iglesia mientras trabajaba como albañil en la
construcción de un barrio, bajo las órdenes de un
hombre de apellido Cisneros, quien era un especie de
contratista.
La hermana de Galarza manifestó
que: “…Cisneros es interrogado por la policía, en el
mismo día, o al siguiente, tratando de saber más
datos del desaparecido, y éste así como un cura les
comentan, que era un muchacho del norte, muy
trabajador, y Cisnero, firma un formulario policial
sobre la requisa de los bienes muebles del
desaparecido, pues los familiares del mismo, no eran
fácilmente hubicables. A fines del mes de mayo, un
día sábado, del mismo año, una comisión policial
encabezada por el oficial Nikis, realizaron un
procedimiento en el domicilio del denunciante,
buscando al ‘indio’, alias del desaparecido.
Pidieron fotos del mismo, y solicitaban por
separados a los habitantes de la casa allanada,
detalles sobre la ultima vez que lo vieron, fecha de
la ultima carta etc.…”. (SIC) (ver expediente
Consfua nº 88200 que donde consta fotocopia del
legajo Conadep nº 7517).
Susana Elena Díaz.
De su legajo Conadep puede
leerse que Francisco Rafael Díaz –padre- denuncia

174
FRO 43000367/2003
que Susana Elena fue secuestrada en la ciudad de

Córdoba entre los meses de mayo y junio de 1976. Ana
María Medina –madre de Susana Elena- el 13.09.1994
solicitó certificado Ley 24.321 e indicó que “se
desconoce el momento de la desaparición pero afirma
que fue en la ciudad de Rosario, Santa Fe en el año
77”.
Por lo tanto, aunque no existen
datos exactos del año y lugar en que fue
secuestrada, sí podemos determinar cuál ha sido el
destino posterior al secuestro.
En relación a las siguientes
personas: Domingo Laborde; Irma Elena Montenegro;
Hilda Elena Meikle Rivas y Jorge Alberto Madeo, no
constan elementos probatorios en la causa que
permitan tener precisión sobre el lugar y momento en
que fueron secuestrados.
Sin embargo, tanto en relación a
los mencionados en este último párrafo, como a las
seis víctimas apuntadas precedentemente, sí se puede
establecer, conforme a la evidencia obrante en la
causa, que permanecieron cautivos en el centro
clandestino de detención conocido como “La Calamita”
donde fueron asesinados y posteriormente se intentó
simular dicha muerte como ocurrida en un
enfrentamiento.
A los fines de una mayor
claridad en la exposición resulta necesario reseñar
los comunicados oficiales emitidos oportunamente por
el Comando 2do. Cuerpo de Ejército, que dio a
conocer el hecho que aquí se trata: en la noche de

175
22/23 de junio de 1977 ocurrió un presunto
enfrentamiento entre “delincuentes subversivos” del
“PRT ERP” con Fuerzas Conjuntas en la localidad de
Granadero Baigorria, del cual habría resultado que
en el mismo perdieron la vida nueve extremistas y en
el que se habrían secuestrado armas, explosivos y
documentación.
Con posterioridad el Ejército

dio a conocer la identidad de seis de los nueve
“extremistas abatidos” mediante otro comunicado que
fue publicado por el diario “La Capital”, en su
edición del viernes 1 de julio de 1977: “El comando
del Segundo Cuerpo de Ejército informó ayer, a
través de un comunicado, sobre la identidad de seis
de los nueve delincuentes – subversivos abatidos en
un reciente enfrentamiento registrado en la vecina
población de Granadero Baigorria. Su texto es el
siguiente: `Con relación al hecho ocurrido en la
noche del 22 23 de junio de 1977, en oportunidad de
producirse un enfrentamiento con un grupo de
‘delincuentes subversivos’ de la organización ‘PRT-
ERP’, el comandante del 2do Cuerpo del Ejército Tte.
Gral. Juan Carlos Sánchez, comunica a la población
que hasta el momento han podido ser identificados
seis de los nueve delincuentes abatidos en esa
oportunidad y cuya nómina es la siguiente:
Eduardo Luis Franco, (a)

‘Lucho’, argentino, de profesión arquitecto (…).

176
FRO 43000367/2003
Domingo Laborde, (a) ‘Vicente’,

argentino, de profesión tornero (…).
Irma Elena Montenegro (a)

‘Negra’, ‘Eva’ o ‘Celia’, argentina, estudiante de
psicología, domiciliada en José C. Paz 2872 de la
ciudad de Rosario (…).
Hilda Elena Meikle Rivas, (a)

‘Kiti’, de nacionalidad uruguaya, ex religiosa, de
profesión enfermera, domiciliada en calle San
Lorenzo 1624 de la ciudad de Rosario (…).
Alberto Corazza (a) ‘Beto’,

argentino, doctor en jurisprudencia, domiciliado en
Libertad 1668 de la ciudad de Rosario (…).
Jorge Alberto Madeo (a) ‘Simón’,

argentino de profesión electricista, domiciliado en
la calle Rodríguez 835 de Rosario (…).
Asimismo por la documentación

secuestrada, se ha podido constatar que entre los DS
que habrían fugado del lugar se encontraba (a)
‘Paula’, Mónica Marta María Capelli, que milita en
la Organización desde julio 73 desempeñándose
actualmente en el Frente John Deere” (ver fs. 47/48
que en copia se agregó al expediente nº 98/06).
Según la versión dada por el

Ministerio Público Fiscal en el requerimiento de
instrucción de fecha 27.03.2013, de los trabajos
desarrollados en diversas causas en trámite se puede
afirmar hoy que las personas que faltaban

177
identificar son Graciela María Eier, Alberto Galarza
y Susana Elena Díaz.
A este supuesto operativo

también hizo referencia el Memorandum nº 146 de
fecha 23.06.1977 de la División Informaciones UR II
Rosario que dice: “el Comandante del II Cpo. de
Ejército Tte. Gral. Juan Carlos Sánchez comunica a
la población que como resultado de prolongadas
investigaciones practicadas, se logró determinar la
realización de una importante reunión del secretario
Regional de la Banda de Delincuentes Subversivos
Marxistas ‘PRT-ERP’.- Se tuvo conocimiento de
movimientos extraños de vehículos y personas ajenas
al lugar, en una finca que aparentemente se
encontraba vacía en los últimos días, cuestión que
alarmó a ciertos vecinos (trabajadores en general)
que alertaron a las fuerzas legales. En la noche del
22/23 de junio se constató la veracidad de la
información, lo que determinó que se ordenara un
vasto operativo militar.- Al parecer, la casa fue
ocupada durante esa noche en forma momentánea.-
Efectuado el cerco a la misma y al ser intimada la
rendición de sus ocupantes, los delincuentes
subversivos respondieron con un nutrido fuero de
armas de distintos calibres.- Luego de un prolongado
intercambio de disparos que duró aproximadamente una
hora, se logró penetrar al inmueble comprobándose
que en su interior se encontraban sin vida cinco
delincuentes del sexo masculino y cuatro del
femenino, además de armas, explosivos y

178
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documentación de la banda autodenominada E.R.P.- Se

aprecia que habrían podido fugar del lugar de los
acontecimientos, un grupo de cuatro a cinco
delincuentes que se desempeñaban como seguridad
exterior, quienes aprovecharon el despliegue inicial
de las fuerzas legales para concretar sus
propósitos.- Un vasto operativo militar se
desarrolla en la zona para detectar los prófugos del
enfrentamiento.- En las fuerzas legales resultaron
heridos de poca consideración un oficial, un
suboficial y soldado.- Se procura la identificación
de los delincuentes subversivos.”. (v. copia de
fs. 176/177 del expediente nº 98/06 y acum.).
Las fechas de secuestro de

algunas de las personas que en este comunicado el
Ejército quiso hacer pasar como muertas en un
enfrentamiento, junto con los demás elementos
probatorios que luego se analizarán, demuestran la
falsedad del mismo, ya que: Cappelli, Corazza,
Franco, Eier y Galarza habían sido privados
ilegítimamente de la libertad por lo menos un mes
antes de este falso tiroteo.
La versión prestada por Daniel

Ángel Luis Fuhr, en declaraciones testimoniales
cuyas copias se encuentran agregadas a fs. 106/112 y
a fs. 117/120 del expte. nº 329/08, de donde se
desprende que los hermanos Fuhr estuvieron en el
centro clandestino de detención “La Calamita” desde
el 09.04.77 a junio del mismo año, como se
acreditara en la resolución nº 97/DH ya citada,

179
resulta de fundamental importancia para determinar
que el procedimiento tal como fue expuesto en su
época por las comunicaciones oficiales no existió,
sino que fue una puesta en escena para enmascarar
los hechos tal como fueron en el marco de la
represión ilegítima ejercida.
A fs. 106/112 del acumulado

329/08 se encuentra agregada copia del acta de la
declaración testimonial de Daniel Fuhr en la que
afirmó: “…. Mientras me golpeaban me preguntaron por
personas que ahora no recuerdo los nombres, todo el
interrogatorio era sobre dónde estaba tal o cual
persona. … Ellos lo único que me decían es que yo
tenía que saber e insistían sobre eso…”. También
dijo: “(…)porque yo ese día le pregunté a Sebastián
por qué a partir de ese día íbamos a poder empezar a
salir, y el me contesta que yo lea los diarios al
otro día e iba a entender porque. Al otro día compro
el diario, y parece que esa gente que había estado
con nosotros en Baigorria, que algunos los habían
traído de Córdoba, habían muerto en un
enfrentamiento, eran como nueve personas las que
figuraban como muertas, de esas personas que
figuraban en el artículo del diario, conocía a una
persona de apellido Montenegro, que yo la conocía
por mi hermana Alicia Gladis Noemí que desapareció
en el 74, porque era amiga de ella y Montenegro aún
después de la desaparición de mi hermana seguía
visitándonos, es por eso que nosotros pensamos tal
vez que nos secuestraron.”.

180
FRO 43000367/2003
En otra declaración prestada por

el mismo testigo en el marco de esta causa y cuya
acta en copia certificada obra a fs. 117/120 del
acumulado nº 329/08 agregó: “lo que yo me juego la
cabeza que ahí estaba detenida la ‘negra’ Montenegro
porque ellos, los represores, me decían tenemos a la
‘negra’ acá y después al mes y medio que yo salgo
sale una nota en el diario de que ella habría muerto
en un enfrentamiento y que en ese enfrentamiento
había terminado toda la cúpula del ERP”.
A fs. 121/123 se encuentra

también copia del acta de la declaración testimonial
prestada por Diego Aníbal W. Fuhr, de la que se
desprende que en el interrogatorio practicado bajo
tormentos, los miembros del grupo lo inquirieron
sobre: “la negra MONTENEGRO”, acerca de donde se
encontraba la misma, si tenía alguna información.
Supone que “la negra MONTENEGRO” ya estaba detenida,
debido a que ella era la única que conocía la casa
donde residía la familia.
Por lo tanto, considero que se

puede relacionar los dichos de Daniel Fuhr con la
declaración testimonial de María Carina Tumini
obrante a fs. 216/219 del expte. nº 98/06 cuya parte
pertinente fue transcripta anteriormente, tornando
verosímil como se afirmó precedentemente, que tanto
Capelli como las demás personas mencionadas en el
presente relato y los Fuhr estuvieron secuestrados
en la misma época en el centro clandestino “La
Calamita”.

181
También contribuye a construir
los fundamentos que sostienen la afirmación de que
el procedimiento en la versión oficial de ese
entonces fue falso, la declaración testimonial
prestada por Marta Ángela Pugliese de Corazza a fs.
94/97 del expte. nº 329/08, quien manifestó que
personal de la empresa fúnebre que pasó a retirar el
cuerpo de Corazza vio qué tipo de heridas tenía.
Luego esa misma gente, le informó que esta víctima
tenía un balazo en la tetilla izquierda y en los
muslos, pero la ropa estaba intacta lo cual resulta
llamativo. La conclusión que se extrae es que
Corazza, como el resto de las personas, ya se
encontraban detenidos ilegalmente, probablemente
asesinados estando sin ropas y luego vestidos y
llevado los cadáveres al lugar donde se montó el
hecho fraguado.
Continuando con elementos

valiosos aportados en la testimonial prestada por
Marta Ángela Pugliese de Corazza, conforme los
párrafos citados anteriormente, se tiene que
destacar que el cuerpo de Corazza se encontraba
identificado como NN, lo que genera una
contradicción ya que su nombre apareció en los
diarios y los medios proporcionaron todos sus datos
personales.
Otro dato relevante, que pone de
manifiesto la falsedad del enfrentamiento, surge de
la contradicción entre la fecha del hecho consignada
en el Comunicado y la fecha de muerte de Jorge

182
FRO 43000367/2003
Alberto Madeo que obra en su partida de defunción.

Mientras que los primeros hablan de que el hecho
ocurrió en la noche del 22 al 23 de junio de 1977,
en el acta consta como fecha de defunción el 29 de
junio de 1977 a las 0.45 horas. (ver prueba
reservada: sobre 3 que contiene fotocopias que
refieren a José Alberto Madeo en 30 fs.).
Así es que, se puede presumir

fundadamente que la información militar fue
totalmente falsa, como por otra parte habitualmente
lo era en la época, ya que parte de la metodología
criminal de las fuerzas armadas en la llamada “lucha
antisubversiva” incluía simular enfrentamientos para
cohonestar asesinatos. (v. prueba reservada: sobre
5).
Como ya lo he dicho en otras

resoluciones, y también lo ha establecido la Cámara
Federal de Apelaciones de esta ciudad, la
contradicción entre documentos oficiales no hace más
que demostrar el ocultamiento del hecho en el marco
de un plan clandestino ya descripto oportunamente
por la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional
Federal en el citado fallo de la causa nº 13/84 (ver
verbigracia acuerdo nº 140/09 Penal del 16.09.2009).
La muerte de estas víctimas se
ve ratificada por su identificación dactiloscópica.
Así es que mediante resoluciones nro. 35/DH de fecha
29.07.2013; 125/DH de fecha 07.12.2012; 121/DH de
fecha 06.12.2012; 51/DH de fecha 30.08.2013; 119/DH
de fecha 06.12.2012; 120/DH de fecha 06.12.2012 y

183
124/DH de fecha 07.12.2012 se resolvió declarar que
los dactilogramas obrantes en la ficha decadactilar
dactiloscópica agregada a los prontuarios nro.
15.235 F; 15.236 F; 15.237 F; 15.238 F; 15.239 F;
15.240 F y 15.241 F corresponden con sus iguales
dígitos de quienes en vida fueran: Jorge Alberto
Madeo; Alberto Galarza; Graciela María Eier; Hilda
Elena Meikle Rivas; Alberto Corazza; Susana Elena
Díaz y a Eduardo Luis Franco respectivamente. Es
importante destacar que se labraron los prontuarios
nro. 15.242 F y 15.245 F pertenecientes a Irma Elena
Montenegro y a Domingo Laborde quienes fueron
identificados en su oportunidad.
Esta reconstrucción de la
realidad de los hechos que se efectúa a partir de
datos obtenidos de las declaraciones de las víctimas
que sobrevivieron o de familiares de las fallecidas,
como de otros obtenidos a partir de la
identificación de cadáveres son confirmados y dan a
su vez un marco de verosimilitud a las
manifestaciones dadas por uno de los integrantes del
grupo represor. Durante el transcurso del debate del
juicio de la causa “Guerrieri, Pascual Oscar y
otros” expediente nº expte: 131/07 y acum., tramitado
ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 1 de
Rosario, el coimputado Eduardo Constanzo afirmó:
“JORGE PEREZ BLANCO ALIAS DOBLE VE, JORGE PEREZ
BLANCO ALIAS DOBLE VE JUNTO CON SU SECRETARIO Y
CHOFER DE APELLIDO TRONCOSO, APELLIDO LEGAL, ALIAS
EL NEGRITO TORRES, GUSTAVO BUENO Y REVECH (FONÉTICO)

184
FRO 43000367/2003
SON QUIENES DETIENEN A UNA TAL NEGRA INTEGRANTE DEL

EJERCITO REPUBLICANO DEL PUEBLO Y LUEGO CON LA
PATOTA DETIENEN A DIEZ PERSONAS Y TOTALIZAN ONCE LOS
DETENIDOS, RECUERDO QUE ENTRE ELLOS HABIA UN TAL
DOCTOR DE APELLIDO CORAZA (FONÉTICO), LO MATAN A
TODO EN LA CALAMITA LUEGO LO LLEVAN A UNA CASA
UBICADA EN UNA ESQUINA, CREO QUE ERA EN CAPITÁN
BERMUDEZ O CERCA DE LA CALAMITA DONDE ANTES HABÍA
SIDO OCUPADA POR LOS MONTONEROS O ALGUNA
ORGANIZACIÓN SUBVERSIVA Y QUE HABÍA QUEDADO
ABANDONADA, LO DIVIDEN A LOS MUERTOS EN DIFERENTES
HABITACIONES Y QUEDA AMELON Y SU GENTE DENTRO DE LA
CASA Y DESDE AFUERA GUERRIERI CON OTRO GRUPO DE
GENTE Y CON MEGÁFONO EN MANO LE GRITABAN QUE SE
RINDE Y QUE ESTABAN RODEADOS, SE PRODUCE UN
SIMULACRO DE TIROTEO PARA QUE LOS VECINOS CREYERAN
QUE ERA DE VERDAD, AFUERA HABÍA ESTACIONADO UN FORD
FALCON VERDE VIEJO QUE LO HABÍAN ESTACIONADO A
PROPÓSITO, RODOLFO ISAC LE PRENDE FUEGO. SEÑOR
PRESIDENTE HABRÍA QUE PREGUNTAR A JORGE PÉREZ
BLANCO, AL TENIENTE CORONEL GERRIERO, GERRIERI Y AL
TENIENTE AMELON QUE FUE DE LOS MUERTOS (Declaración
indagatoria de Eduardo Rodolfo Constanzo en
audiencia de fecha 21.09.2009 cuya desgravación se
encuentra agregada a la causa 329/2008 v. fs. 169
vuelta).
En el mismo juicio amplió

declaración el mismo imputado en fecha 09.11.2009 –
ver copia de la desgravación agregada a fs. 186 del
expte. nº 329/08- donde dijo: “… CUANDO DENUNCIO EL

185
ASESINATO Y DESPARICIÓN DE 11 PERSONAS DETENIDAS POR
EL JEFE DE SECCIÓN CALLE, JORGE PERES BLANCO,
TRASLADADAS HASTA LA CALAMITA Y LUEGO HASTA UNA CASA
VACÍA EN GRANADERO BAIGORRIA, QUE SI NO ESTOY
EQUIVOCADO ESTÁ EN LA CALLE VERENA (FONÉTICO),
ESQUINA 9 DE JULIO, DONDE SIMULARON UN
ENFRENTAMIENTO Y LOS MATARON DENTRO DE LA CASA SI EL
SEÑOR AMELON ME DEMUESTA Y HACE APARECER CON VIDA AL
DOCTOR –INAUDIBLE- ALIAS – INAUDIBLE-, ENTONCES YO
SOY UN MENTIROSO…”.
Mención aparte es el caso de

Mónica Marta María Cappelli, siendo su destino hasta
la fecha desconocido, pese a las gestiones
realizadas por sus familiares, es así que, con lo
narrado y siguiendo la jurisprudencia de la Cámara
Federal de Apelaciones de esta ciudad, que se
transcribiera y a la cual me remito por razones de
brevedad, cabe entender que Mónica Marta María
Cappelli fue muerta luego de haber sido secuestrada
por personal del Destacamento de Inteligencia 121
que la tuvo cautiva en “La Calamita”; intentando
simular que se habría fugado en un tiroteo.
Por lo tanto, estas muertes no
pueden entenderse -como intentó hacer creer los
distintos comunicados de prensa del Ejército
agregados a la causa- una consecuencia del accionar
legítimo de las Fuerzas actuantes y en respuesta a
un presunto ataque por parte de los ocupantes de la
casa.

186
FRO 43000367/2003
Por todo lo dicho es que tengo

por comprobado que Eduardo Luis Franco; Domingo
Laborde; Irma Elena Montenegro; Hilda Elena Meikle
Rivas; Alberto Corazza; Jorge Alberto Madeo; Mónica
Marta María Capelli; Graciela María Eier; Alberto
Galarza y Susana Elena Díaz compartieron cautiverio
en el centro clandestino “La Calamita” donde fueron
asesinados, estando siempre a disposición de los
miembros del Destacamento de Inteligencia 121.
2.3) Relación entre alguno de
los hechos desarrollados.
Precedentemente traté la
materialidad de los hechos imputados estableciendo
que varios de ellos ocurrieron en “La Calamita”. A
esa conclusión arribé por elementos de pruebas
agregados a la causa que directamente me llevaron a
vincular el hecho con ese centro clandestino de
detención.
Hay una serie de casos
analizados que reúnen elementos comunes con otros
hechos cuyo acaecimiento en el mencionado centro
clandestino di por probado que permiten de tal modo
incluirlos en esa categoría.
Estas características similares
son:
a) El espacio temporal en que
acaecieron, me refiero a aquellos que se
desarrollaron entre mediados del mes de agosto hasta
mediados del mes de septiembre aproximadamente. Allí
puede constatarse una gran cantidad de casos, cuya
existencia tuve por probada en la presente

187
resolución y en otras pretéritas dictadas también en
esta causa, que hacen suponer que una “caída” fue
llevando a la otra en una clara puesta en marcha del
sistema clandestino de secuestro traslado en este
caso a “La Calamita”, imposición de torturas en
procura de información que posibilite una nueva
privación ilegítima de la libertad y así
sucesivamente.
b) La pertenencia a “Montoneros”
de las víctimas y su vinculación con otra que haya
estado secuestrada en “La Calamita” durante ese
período de tiempo. Esta vinculación en numerosos
casos analizados venía dada porque eran oriundos o
habían vivido en la ciudad de Santa Fe, de hecho
muchas de las víctimas se conocían de esa localidad.
c) En dicha fecha se encontraba
en funcionamiento el mencionado centro clandestino
de detención, el que habría dejado de funcionar
justamente en septiembre de 1977 (conforme ya lo he
establecido en la resolución nº 97/DH del
29.12.2010).
d) También resulta llamativo
que de las personas secuestradas en ese lapso de
tiempo prácticamente no haya sobrevivientes. En
efecto, de los casos aquí imputados solo consta que
han sido liberados: el matrimonio Larrosa-
Ballestrini (secuestrados el 7.08.1977) y la familia
Huerta (secuestrados el 21.08.1977). Esta
característica común de los hechos, unido a lo dicho
en el párrafo precedente en cuanto al pleno
funcionamiento de “La Calamita”, hacen presumir el

188
FRO 43000367/2003
paso de este conjunto de víctimas por dicho centro

clandestino.
En primer lugar porque no fueron
vistos en el centro clandestino “Servicio de
Informaciones”, el cual ha registrado
proporcionalmente mayor porcentaje de
sobrevivientes, lo que a su vez permite inferir que,
de haber pasado estas víctimas por ahí, habrían
contado con mayores posibilidades de ser vistas por
alguno de ellos. Esto porque el sistema de represión
establecido en el “Servicio de Informaciones”
contemplaba la posibilidad del detenido-desaparecido
de ser “blanqueado”.
Esta afirmación –me refiero a
que de haber pasado por el Servicio de Informaciones
habría más posibilidades de haber sido vistos- cobra
más firmeza si tenemos en cuenta las condiciones de
cautiverio que eran más estrictas en aquellos
lugares a cargo del Destacamento de Inteligencia 121
(cuando digo condiciones más estrictas de detención
estoy haciendo referencia al tabicamiento de los
detenidos, posibilidades de comunicación entre los
secuestrados, etc.).
Lo dicho también se ve
respaldado justamente porque los únicos
sobrevivientes de este grupo al que me estoy
refiriendo en este apartado fueron blanqueados
cuando pasaron a estar detenidos en el “Servicio de
Informaciones”. En efecto, como lo desarrollé al
tratar la materialidad de los casos de Nelly
Balestrini, Gregorio Larrosa, Antonio Huerta y su

189
hijo Antonio Horacio, pasaron primero por “La
Calamita”, luego les dijeron que los iban a liberar
y los dejaron en un lugar en el cual fueron
nuevamente apresados, pero en este caso ya por
miembros de la Policía de la Provincia que los
trasladó al Servicio de Informaciones donde fueron
“blanqueados”.
De la lectura de sus respectivas
declaraciones testimoniales se aprecia que sus
condiciones de detención, en relación al primer
lugar de cautiverio, fueron menos estrictas lo cual
les posibilitó tomar mayor contacto con detenidos y
captores.
Por otra parte, como lo afirmara
el Ministerio Público Fiscal a fs. 281/287 del
acumulado nº 76/05, resulta relevante que no se
registran sobrevivientes de “La Calamita” que hayan
sido detenidos en septiembre (de hecho los últimos
fueron los de agosto que mencioné precedentemente).
Es dable entender que justamente
el hecho de tener que abandonar “La Calamita” (por
los motivos que expuse oportunamente en la
resolución n º 97/DH) habría llevado a quienes
manejaban el CCD a tomar la decisión de asesinar a
muchos de los que se encontraban allí cautivos.
Entiendo que en ese momento es que se produce el
“traslado” de veintisiete personas al que hizo
referencia en su declaración indagatoria Eduardo
Costanzo ante el Tribunal Oral en lo Criminal
Federal nº 1 de Rosario entre quienes se habría
encontrado “la ciega de calle Santiago” que, como ya

190
FRO 43000367/2003
quedara sentado al tratar la materialidad, se trata

de María Ester Ravelo.
Justamente de los nueve cuerpos
encontrados en la fosa clandestina hallada en el
campo del Ejército conocido con el nombre de “San
Pedro” sito en la localidad de Campo Andino ya
fueron identificados, además de Ravelo, Miguel Angel
D’Andrea, Gustavo Adolfo Pon, María Isabel Salinas
de Bosso y Carlos Alberto Bosso.
Todas estas personas fueron
secuestradas en el período de tiempo al que estoy
haciendo referencia en este punto (fines de agosto
hasta mediados de septiembre de 1977); lo que
refuerza la hipótesis aquí sostenida en cuanto a que
aquellos desaparecidos en ese período de tiempo –
cuyos casos aquí se tratan- y que no fueron vistos
en el “Servicio de Informaciones”, estuvieron
secuestradas en “La Calamita” y posteriormente
fueron asesinadas.
Bien entendido que por el solo
hecho de que una víctima haya desaparecido en esa
fecha no habré de considerar que estuvo secuestrada
en “La Calamita”, sino que a eso se le deben unir
algunas de las características comunes a las que ya
hice mención en este punto.
En base a lo expuesto, puede
afirmarse lo siguiente:
Casos nº 12, 13, 18 y 32
entiendo que reúnen varias de las características
descriptas en este punto por lo que cabe entender

191
que las víctimas allí tratadas han estado cautivas
en el centro clandestino de detención “La Calamita”.
Casos nº 2, 16, 20, 24, 34, 35 y
50: si bien establecí como probable la intervención
del Destacamento de Inteligencia 121 en estos casos,
no puede afirmarse que estas víctimas hayan pasado
por el centro clandestino de detención “La Calamita”
por no reunir los requisitos establecidos en los
párrafos precedentes.
Respecto al caso nº 16 es de
destacar que se cuentan con pocos datos respecto al
momento y lugar preciso de detención. Además no
existen elementos probatorios que permitan asociar
su hecho con otro caso de militantes montoneros. Es
más del relato hecho al tratar la materialidad surge
que esta víctima habría arribado a Rosario recién en
el año 1977 lo cual hace difícil probar si tenía
alguna vinculación con las víctimas que pasaron por
“La Calamita” en el mes de septiembre.
Otro tanto puedo decir del caso
nº 20 ya que del relato realizado al tratar la
materialidad de los hechos padecidos por Mario
Eduardo Menéndez tampoco surgen precisiones sobre el
momento, ni el lugar en que comenzó su privación
ilegítima de la libertad y mucho menos en su caso en
qué centro clandestino de detención pudo haber
continuado. Al igual que en el caso anterior llevaba
poco tiempo en esta ciudad y su caso aparece
relacionado al de quien era en aquel entonces su
mujer, quien fue privada de su libertad en un centro
clandestino de detención de Paraná. Por lo tanto de

192
FRO 43000367/2003
lo dicho concluyo que Menéndez no entró en el

circuito de centros clandestinos de detención
dependientes del Destacamento de Inteligencia 121,
sino que es probable que quienes manejaban esta
unidad hayan brindado los medios necesarios a sus
pares paranaenses lograran la captura y posterior
eliminación física del nombrado.
II. PARTICIPACIÓN
1) De los miembros del
Destacamento De Inteligencia 121 Del Ejército
Argentino.
1.1) Consideraciones generales
En la resolución n° 97/DH del
29.12.2010 dediqué dos puntos específicos a fin de
referirme a la importancia de las tareas de
inteligencia y al rol desempeñado por el
Destacamento de Inteligencia 121 en el marco de la
denominada “lucha antisubversiva”.
Teniendo en cuenta que trataré a
continuación la participación de imputados que
formaron parte por aquel entonces del Destacamento
de Inteligencia 121, por cuestiones de brevedad me
remito a lo dicho en aquella oportunidad para así
tener una cabal noción de la actividad que realizaba
la Unidad Militar que los encausados integraban.
Más allá de esta remisión
genérica al citado resolutorio me tomaré unos
párrafos a fin de establecer el rol que le cupo a
cada agencia que en ese momento estuvo encargada de
la represión ilegal en nuestro país. Corresponde

193
analizar de manera muy sesuda en base ahora a los
distintos hechos que ya se han juzgado y que han
demostrado características que los hacen
particulares pero que a partir de ellos permiten
hacer conclusiones de carácter general.
Como una especie de norma, en la
ciudad de Rosario específicamente se ha dado una
coexistencia entre distintas fuerzas ya sea el
Ejército, la Policía Federal o la Policía Provincial
quien ejecutaba los distintos hechos y siempre bajo
el control operativo del Comando del Segundo Cuerpo
del Ejército.
Hecha la aclaración, más allá de
que el juzgamiento de distintos hechos derivó en la
necesidad de acumular por motivos de comunidad
probatoria su investigación respetando distintos
ejes como por ejemplo agrupar distintos casos que
correspondían a personas que estuvieron privadas de
libertad en el Servicio de Informaciones de la
Policía de la Provincia o que indudablemente hubo
intervención de fuerzas policiales de la provincia
(causa “Feced”), como también aquella que encontró
como un hilo conductor común la persecución
específica de personas que integraban o eran
sospechadas de integrar el ERP (causa “Klotzman”) o
como en los presentes que luego de una secuencia se
fueron acumulando distintos expedientes bajo la
lógica de la conexidad que se apreciaba en relación
a distintos centros ilegales de detención, lo cierto
es que la cúpula del Ejército Argentino en especial
referencia a la ciudad de Rosario y el apoyo del

194
FRO 43000367/2003
Servicio de Inteligencia que había para lograr ese

fin no era ajeno a ninguno.
A modo de ejemplo, cito el caso
de Arturo Avellaneda en relación a quien se obtuvo
información y que ella provenía del Destacamento de
Inteligencia 601 y como lo señalé anteriormente
había una comunidad y un compartir de información en
los distintos Destacamentos de Inteligencia del país
que operaban bajo la dependencia del Departamento II
del Estado Mayor del Ejército.
Ese compartir de información se
aprecia en mayor grado en aquellos casos en los
cuales las víctimas tuvieron distinta territorial,
en especial a aquellos que eran originarios o que
tenían domicilios anteriores en la ciudad de Santa
Fe y que luego vinieron a residir a la ciudad de
Rosario. Además de esos casos también engloba a los
del sur provincial refiriéndome a los de Villa
Constitución, justamente porque el área de
competencia del Destacamento incluía también esa
zona territorial más allá de que puntualmente alguno
de sus agentes haya concurrido personalmente a
realizar tareas de inteligencia.
En consecuencia, el avance de
las investigaciones de todos los hechos por graves
violaciones a los Derechos Humanos, el paulatino
agrupamiento en causas que permitan basarse en una
comunidad probatoria que permita tener por probados
hechos que tal vez aisladamente no hubieran podido
comprobarse de manera forense y el análisis que
puede efectuarse ahora que se cuenta con un mayor

195
grado de conocimiento documentado sobre los hechos
que se investigan, nos lleva a la conclusión de que
el Destacamento de Inteligencia 121 tuvo una
participación preponderante en la represión ilegal
que se encontraba estructurada con el Comando del
Ejército como responsable por ser la cabeza bajo la
cual se ejercía el control operacional de las
fuerzas, de modo tal que si bien pudieron haber
intervenido como ejecutores de distintos hechos
miembros del Ejército, miembros de la Policía
Provincial o miembros de fuerzas de seguridad
nacional, se presenta en todos los casos un
denominador común, integrado al menos y en base a la
prueba colectada con las jefaturas del Comando de
Cuerpo y del Destacamento de Inteligencia.
Es preciso también recordar, lo
que dijo Cámara Federal de Apelaciones de esta
ciudad (y que he reiterado en numerosos
pronunciamientos): “(…) en el ámbito del
Destacamento de Inteligencia 121 del Ejército
Argentino se conformó, durante aquellos años, un
grupo de personas integrados por miembros de dicha
fuerza, sea como personal militar o civil, que
intervino tanto en los hechos investigados en la
presente causa, como así también en los investigados
en los autos “JORDANA TESTONI”, es decir en los
centros clandestinos de detención denominados “La
Calamita”, “Quinta de Funes”, “Escuela Magnasco” y
“La Intermedia”, por un lado, y “Fábrica de Armas”,
por el otro, una asociación ilícita conformada por
miembros de la mencionada repartición militar, tanto

196
FRO 43000367/2003
civiles como militares, quienes desplegaron su

actividad ilícita en distintos Centros Clandestinos
de Detención cuya investigación conforma el objeto
procesal de la presente causa y su recientemente
acumulada, a saber: “La Calamita”, “Quinta de
Funes”, “Escuela Magnasco”, “La Intermedia” y
“Fábrica de Armas”.
Esto supone un significativo
indicio de que aquellos miembros de la citada
repartición que actuaron en el centro clandestino de
detención “Fábrica de Armas”, probablemente lo
hicieron también en otros lugares semejantes que
funcionaron durante aquellos años en la órbita del
citado destacamento.
Tal hipótesis se ve robustecida
por el hecho de que esté acreditada la coincidencia
subjetiva entre los protagonistas de los hechos
presuntamente acaecidos en todos los centros
clandestinos de detención antes mencionados,
habiéndose confirmado los respectivos procesamientos
de Jorge A. Fariña, Pascual O. Guerrieri, Juan D.
Amelong, Eduardo R. Costanzo, Walter S. D. Pagano,
Alberto E. Pelliza, Marino H. González y Ariel Z.
Porra en las causas “JORDANA TESTONI” y “GUERRIERI”
(Acuerdos n° 169/05, 170/05, 81/06, 51/07, 16/09,
17/09, 71/09 y 79/09)”, (Acuerdo n° 124/09 de fecha
24.08.09 dictado en los autos “Guerrieri, Pascual y
otros S/ Privación ilegítima de la libertad,
tormentos y desaparición física” expte. n° 293-B de
entrada ante la Cámara).
Este indicio lleva

197
indefectiblemente a otro: es altamente probable que
aquella víctima que haya permanecido cautiva en
alguno de los centros clandestinos de detención
mencionados en los párrafos precedentes haya estado
a disposición de las personas cuya presencia física
en dichos lugares haya quedado acreditada. Y vale la
pena recordar que la permanencia de todos los
encausados cuya situación estoy resolviendo en el
presente auto ya ha quedado probada en los distintos
procesamientos dictados por este Juzgado, como así
también por las sentencias condenatorias que han
recaído respecto a la gran mayoría de ellos en los
respectivos juicios llevados a cabo todos ante el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 1 de esta
ciudad (excepción hecha de Pablo Vera quien ingresó
al proceso recientemente luego de que se le
recibiera declaración indagatoria en fecha
17.02.2014, Rodolfo Isach respecto a quien se elevó
la causa recientemente y Francisco Scilabra en
relación a quien todavía se encuentra en
instrucción).
Esto así, más allá del cargo o
lugar que hayan ocupado jerárquicamente cada uno de
los imputados dentro del Destacamento, como también
con independencia de que hayan o no sido
identificados (ya sea por su apodo o por su nombre
real) por alguna de las víctimas tratadas en este
resolutorio o sus ocasionales compañeros de
cautiverio.
Es decir, el lugar de tareas –o
al menos uno de los lugares - de los miembros del

198
FRO 43000367/2003
Destacamento de Inteligencia 121 en aquel entonces,

eran estos centros clandestinos de detención, por lo
tanto debo concluir que las víctimas que han pasado
por ellos, no han escapado al accionar de los
miembros del Destacamento cuya situación procesal
aquí se resuelve.
Cabe recordar al respecto lo
dicho por Eduardo Costanzo en la inspección
realizada en el marco de la causa n° 131/07 del
Tribunal Oral en la Criminal Federal N° 1 de esta
ciudad (cuya acta en copia certificada se encuentra
agregada a fs. 7088/7090), donde mencionó a
Guerrieri, Fariña, Amelong, Marino González, el
sargento Mario Vera, Pagano, Armando, el “Pancho”
Silabra, “Aldo” -Ariel López-, el “Puma”, Juan
Carlos Bozzi, Carlitos y Rodolfo Isach como aquellos
que habrían trasladado detenidos y agregó que “…
todos, porque todos éramos un conjunto que estábamos
juntos, desde que nació esto, yo me integré a ellos
que ya estaban armados, de ‘Calamita’ pasamos todos,
todos, los detenidos y nosotros a ‘Funes’, de
‘Funes’ pasamos todos acá (refiriendo a la Escuela
‘Magnasco’), de acá pasamos todos a ‘la Intermedia’,
pasamos todos a Fábrica de Armas, nadie quedó afuera
éramos todo el conjunto ese”. En cuanto a las
jerarquías de este grupo, en su declaración
indagatoria prestada ante dicho tribunal sostuvo que
“(…) Sargento Mario Vera, el Sargento Mario Veras
era el encargado directo de la patota siempre bajo
las órdenes del Coronel Gerrieri, Teniente Coronel
Fariña y el Teniente Coronel Amelon…” (ver

199
transcripción de su declaración indagatoria prestada
ante el Tribunal Oral N° 1 agregada a fs.
6268/6288).
En la sentencia n° 3/2010, el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de esta
ciudad dijo: “(…) De los testimonios brindados por
las víctimas mantenidas en cautiverio en el centro
clandestino de detención conocido como ‘La Calamita’
surge que Guerrieri, Fariña, Amelong, Pagano y
Costanzo tenían –entre otros- el control operacional
del mismo y un total dominio de los hechos que allí
ocurrían. Es claro también que el mismo grupo que
operó en la ‘Quinta de Funes’, brevemente en la
Escuela ‘Magnasco’, en ‘La Intermedia’ y luego en
‘Fábrica de Armas’, lo hizo primero en ‘La
Calamita’, basta recordar las palabras de Costanzo
cuando dice que antes de ingresar formalmente al
Destacamento de Inteligencia 121, lo llevan a ‘La
Calamita’ –que era el centro que funcionaba en ese
momento- y trabajó durante un período a prueba,
conociendo y aprendiendo sobre cual sería luego su
trabajo (…)”.
Esto último ratifica lo que dije
ut supra, en cuanto a que estos centros clandestinos
de detención eran el lugar de trabajo de los
miembros del Destacamento de Inteligencia 121
recientemente indagados.
Esto tiene aún más sentido si se
observa las fechas en que ocurrieron los hechos por
los cuales los imputados fueron procesados o en su
caso condenados en esta causa y sus acumuladas que

200
FRO 43000367/2003
van desde inicios de 1977 hasta aproximadamente

junio de 1978. Es decir, en relación a hechos
ilícitos ocurridos en el circuito de centros
clandestinos cuya existencia ya ha sido acreditada
que arrancó con “La Calamita”, continuó con “Quinta
de Funes”, “Escuela Magnasco”, “La intermedia y
terminó en “Fábrica de Armas”; todos los imputados
miembros del Destacamento de Inteligencia 121 cuya
situación procesal aquí se resuelve han sido
procesados o condenados (excepto Pablo Vera quien
fue indagado este año y cuya situación procesal se
resuelve por primera vez en esta causa y Gurrera
quien solo fue sometido a juicio por los hechos
ocurridos en “Fábrica de Armas” y absuelto por el
por sentencia nº 25/13) por hechos ocurridos en esos
centros clandestinos de detención, lo que demuestra
una permanencia en el tiempo y reafirma que el
“trabajo” de los encausados se desarrollaba en esos
lugares.
Entonces, para concluir,
respecto a las víctimas que al tratar la
materialidad de los hechos tuve por acreditado que
sus privaciones ilegítimas de la libertad
transcurrieron en alguno de los centros clandestinos
de detención dependientes del Destacamento de
Inteligencia 121, configura esto por sí solo un
elemento de convicción suficiente para tener por
acreditada la participación en el hecho de aquellas
personas que se desempeñaron en el Destacamento y
cuya presencia en los respectivos centros

201
clandestinos se encuentre comprobada o, en el caso
de Pablo Vera, se compruebe con los elementos
probatorios valorados en el presente auto.
A todo lo expuesto, se debe
sumar lo que ha dicho la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad y también he reiterado en
los distintos pronunciamiento que he realizado en la
presente causa desde la resolución 97/DH del
29.12.2010 hasta la fecha, relacionada a la
participación de los encausados en las
desapariciones y homicidios que se les imputaran,
respecto a la cual cabe también efectuar una
consideración general válida para todos. El
pronunciamiento fue hecho en el marco de la causa
“Cabrera, Juan Andrés y otros s/ Privación ilegítima
de la libertad, amenazas, tormentos y desaparición
física” expte. N° 38/04 y acum. N° 175/03 de entrada
ante este Juzgado (N° 1984-P de la Cámara) mediante
acuerdo N° 170/09 de fecha 29/10/09 donde se
estableció que “(…) no puede soslayarse en el caso
que, según el testimonio de Eduardo Costanzo, la
última vez que se lo vio con vida a Messiez éste se
encontraba con quienes lo habrían privado
ilegítimamente de su libertad, es decir Carlos
Antonio Sfulcini, Ariel Zenón Porra y Juan Andrés
Cabrera.
Y que, según el mismo testimonio
el mismo habría sido interrogado por Juan Andrés
Cabrera en el centro clandestino de detención ilegal
de La Calamita toda la tarde del día que fuera
privado ilegítimamente de su libertad, luego de lo

202
FRO 43000367/2003
cual nunca se supo más nada de la víctima (fs.

347/352), encontrándose desaparecido desde esa
época.
Resulta indicativo además el
hecho de que el aparente destino de Messiez –
desaparición forzada- es el mismo que siguieron
numerosas personas en manos de miembros de las
fuerzas armadas y de seguridad, en una modalidad
comitiva prácticamente idéntica a la del caso en
estudio.
En tal sentido, al fallar en la
causa n° 13/84 la Cámara Nacional en lo Criminal y
Correccional Federal expresó que ‘Con el
advenimiento del gobierno militar se produjo en
forma generalizada en el territorio de la Nación, un
aumento significativo en el número de desapariciones
de personas (…) resultan de significativa
importancia los numerosos hechos denunciados (…) que
consisten en la detención de personas por grupos de
individuos fuertemente armados invocando casi
siempre pertenecer a fuerzas de seguridad con la
posterior desaparición de aquéllas y lo infructuoso
de las tentativas para lograr su paradero, y el
consiguiente resultado negativo de los recursos
presentados ante los organismos oficiales. Ello
conforma un cuadro presuncional grave, preciso y
concordante que demuestra el importante aumento en
el número de personas privadas clandestinamente de
su libertad, en todo el país, a partir del 24 de
marzo de 1976.’
En tales condiciones cabe

203
estimar, en grado probable, que quienes secuestraran
a la víctima –integrantes, como antes se expresara,
de un grupo de personas formado por miembros del
Ejército Argentino, sea como personal militar o
civil, que tuvo como finalidad de su obrar la
comisión de una serie indeterminada de delitos,
básicamente privaciones ilegítimas de libertad,
tormentos y homicidios, entre otros lugares en el
centro de detención ilegal de La Calamita- no podían
de manera alguna desconocer el destino que tenía
todo aquel que era privado ilegítimamente de su
libertad en ese contexto.
Por lo cual cabe considerar que
todos los secuestradores de Messiez habrían tenido
intervención en el hecho, no pudiendo sustraerse,
por ello, de la responsabilidad que le cabe a cada
uno de ellos en los términos del art. 45 del Código
Penal.”
Entiendo que será distinto el
caso de aquellas víctimas que conforme el relato
efectuado al desarrollar la materialidad de los
casos, no se haya podido comprobar que su último
paso haya sido algún centro clandestino de detención
dependiente del Destacamento de Inteligencia 121. En
base a este distingo habrá un diferente grado de
responsabilidad según el lugar que ocupara cada
miembro del citado destacamento.
Esta discriminación la hago
teniendo en cuenta lo que ha dicho la Cámara Federal
de Apelaciones de esta ciudad mediante acuerdo nº
041/12 de fecha 28.05.2012 que confirmó parcialmente

204
FRO 43000367/2003
la resolución nº 97/DH del 29.12.2010, pero que

distinguió las distintas responsabilidades de
algunos de los integrantes de la citada Unidad
Militar. En efecto, al tratar la participación de
estos en el homicidio de Raquel Carolina Ángela
Negro estableció la Cámara que: “Como se observa, si
bien no se puede determinar con exactitud el lugar
en que fue ultimada la víctima, los elementos
mencionados, valorados a la luz de las reglas de la
sana crítica racional, permiten concluir –con el
grado de probabilidad que exige esta etapa- que su
destino estaba decidido de antemano por quienes
dirigían el Destacamento de Inteligencia 121. Una
vez que diera a luz debía correr la misma suerte que
quienes se encontraban detenidos en “La intermedia”,
por lo que corresponde confirmar los procesamientos
dictados respecto de Guerrieri y Fariña, pero
modificando su responsabilidad, la que será en
carácter de partícipes necesarios, ya que los
imputados brindaron el plan intelectual (dando
órdenes o transmitiendo las que recibían, y
asegurando su cumplimiento) y facilitando elementos
materiales imprescindibles (en cuanto al aporte de
medios para llevar adelante las misiones
encomendadas de modo tal de lograr los objetivos
trazados), para que los subordinados consumaran las
acciones constitutivas del tipo penal en cuestión,
lo que surge de sus desempeños activos y de las
circunstancias que objetivamente demuestran los
roles que ejercieron y el real acaecimiento de los
hechos.

205
Respecto a los demás imputados,
es importante aclarar que no resulta aplicable al
caso lo resuelto en el Acuerdo nº 170/09, ya que no
son asimilables las circunstancias en que acaecieron
los hechos padecidos por Raquel Negro a los
padecidos por Rubén Messiez, ya que éste fue visto
con vida por última vez en un CCD dependiente del
Destacamento de Inteligencia 121, mientras que
aquellas lo fue en Paraná.
Por ello, y al no contarse en
este caso con elementos probatorios mínimamente
objetivos y verificables, fuera de las declaraciones
de Costanzo, que señalen el lugar del hecho o los
posibles autores, no se alcanza el grado de
probabilidad exigido para el dictado de un
procesamiento…”
En base a lo dicho trataré la
participación de los miembros del Destacamento de
Inteligencia 121 en grupos de acuerdo a la
importancia que tenían en la estructura ilícita
diagramada, teniendo en cuenta que conforme surge de
la transcripción precedente la Cámara Federal le
adjudicó un papel preponderante a Guerrieri y Fariña
en relación al resto de los imputados.
Por otro lado, teniendo en
cuenta esta resolución de la Cámara será importante
remitirse a la materialidad de los hechos para
verificar en qué lugar y por lo tanto a disposición
de qué fuerza ha estado cada víctima al momento de
desaparecer; pues ello implicará que sea aplicable o
no la doctrina sentada en el acuerdo nº 170/09 y

206
FRO 43000367/2003
permitirá por lo tanto que se extienda sobre la

desaparición física u homicidio una probada
responsabilidad sobre la privación ilegítima de la
libertad.
Previamente haré una
consideración general que corresponde a aquellos
imputados que ya han sido procesados o condenados en
la presente causa y la voy a hacer en esta instancia
a fin de evitar repeticiones en cada uno de los
puntos que dedicaré a los imputados.
Al tratar la materialidad de los
hechos, detecté varias vinculaciones entre hechos
que se imputan por primera vez a los encausados con
otros que ya han sido materia de distintos
resolutorios. Estas vinculaciones son:
a) los hechos de los hermanos
Argento (Clara y Abel) que se encuentran vinculados
a los que padeciera Alberto Barber Caixal;
b) el de Roberto Miguel Valetto
y María de los Ángeles Castillo, que tendría
relación con los sufridos por Carlos Laluf y Marta
María Benassi;
c) lo ocurrido con Miguel Angel
D’Andrea y Mario Alberto Ramos guardan conexión con
los hechos de los que fuera víctima Eduardo
Toniolli;
d) por otra parte dije que los
hechos padecidos María Esther Ravelo (que también
están relacionados con los que sufrió Emilio
Etelvino Vega y Juan Carlos Amador) están

207
relacionados con los padecidos por Miguel D’Andrea
los cuales a su vez tienen relación con Tonioli.
e) los hechos ocurridos en
relación a Mónica Marta Cappelli, Irma Elena
Montenegro, Eduardo Luis Franco, Domingo Laborde,
Hilda Elena Miekle Rivas, José Alberto Madeo,
Alberto Corazza, Alberto Galarza, Susana Elena Díaz
y María Graciela Eier; sostuve que guardan relación
con los que sufrieran los hermanos Fuhr.
Ahora bien corresponde recordar
que: Pascual Oscar Guerrieri, Jorge Alberto Fariña,
Juan Daniel Amelong, Marino Héctor González, Ariel
Zenón Porra, Juan Andrés Cabrera, Ariel López,
Walter Salvador Dionisio Pagano y Eduardo Rodolfo
Costanzo fueron condenados por los delitos que
tuvieran como víctima Carlos Laluf, Marta María
Benassi y Eduardo Toniolli. También fueron todos
procesados por los acontecimientos que tuvieran como
víctima a Alberto Barber Caixal (ver auto nº 97/DH
del 29.12.2010 el cual fue confirmado por acuerdo de
la Cámara Federal de Apelaciones nº 41/12 de fecha
28.05.2012).
Esto implica un significativo
indicio que estos imputados han participados en los
casos que les fueran imputados en sus últimas
declaraciones indagatorias y que guardan relación
con estos hechos por los cuales ya fueron condenados
o procesados.
1.2) Sobre la participación del
personal militar.

208
FRO 43000367/2003
Jorge Alberto Fariña Y Pascual

Oscar Guerrieri.
Estos dos imputados responden a
características similares en cuanto al lugar
preponderante que ocupaban dentro del esquema del
Destacamento de Inteligencia 121, por lo cual
comenzaré extrayendo una conclusión que resulta
común a ambos, continuaré señalando circunstancias
individuales de cada uno de ellos en los que
destacaré aspectos que se vinculan con los hechos
imputados.
La transcripción del acuerdo nº
041 del 28.05.2012 de la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad que hice en el punto
anterior en cuanto se los procesó a estos dos
imputados como participes del homicidio de una
persona (Raquel Negro) que fue vista por última vez
en Paraná, y no en un centro clandestino de
detención que formara parte del circuito de la
Unidad Militar que ellos integraban, confirma el
importante lugar que le asignó ese Tribunal a estos
dos encausados en relación a los demás a quienes se
les dictó la falta de mérito en ese caso.
Por ello es que, más allá de que
se tenga por acreditado o no el paso de alguna de
las víctimas por el un centro clandestino de
detención dependiente del Destacamento de
Inteligencia 121, o en su caso la presencia en el
lugar de los hechos de estos dos jefes, siempre que
haya tenido por probada la participación del
mencionado Destacamento o en su caso del Ejército en

209
alguno de los hechos, tendré por probada la
intervención de Guerrieri y Fariña en los mismos.
Esta equiparación entre
intervención del Destacamento y del Ejército es
porque justamente este último actuaba, en lo que se
dio en llamar “guerra contra la subversión”, a
través de esa Unidad Militar. Para ello cabe
recordar la importancia de la actividad de
inteligencia a la que hice referencia al iniciar
este acápite sobre participación remitiéndome a lo
dicho en el auto nº 97/DH reiteradamente citado en
este pronunciamiento.
La Cámara, por medio de los
argumentos expuestos en el citado acuerdo nº 041/12-
DH y lo establecido en el acuerdo nº 140/13D.H del
06.12.2013, por el cual confirmó la resolución nº
70/DH del 04.11.2011 en el expediente Nº FRO
43000021/2006 en cuanto había procesado a Alfredo
Sotera como Jefe del citado Destacamento de
Inteligencia 121, en cierto modo anuncia este
criterio que se adopta en el presente.
En ese acuerdo la Cámara
transcribió lo que había ya sentado en su resolución
nº 22/12 en el marco de la causa “Feced”, donde
dijo: “ (…) A resultas de lo expuesto corresponde
considerar acreditado, con el relativo rigor en la
valoración de la prueba que exige el art. 306 del
CPPN, que mientras se desempeñó como Jefe del
Destacamento de Inteligencia 121, Sotera participó
de la comisión de los hechos que se detallaron en su
indagatoria, con la única excepción del caso del

210
FRO 43000367/2003
detenido Enrique, que se analizará más adelante. Por

otra parte, el elemento subjetivo que requiere esa
intervención del imputado, que se tradujo en dar las
órdenes, facilitar los medios, y coordinar la tarea
entre sus hombres y con la Policía, es el dolo, que
se explica como saber lo que estaba realizando y
haber querido hacerlo. Por ese motivo, dadas las
circunstancias de realización de tales hechos, de
acuerdo a las reglas de la sana crítica debe
considerárselo demostrado en grado probable y con
ello desechar el respectivo agravio de la
defensa...”
Una vez transcripta la parte
pertinente de esa resolución nº 22/12 la Cámara
agregó: “Los fundamentos vertidos y las probanzas
analizadas en los Acuerdos mencionados ut supra son
plenamente aplicables al expediente que hoy se
analiza, dada la intervención de fuerzas que se
encontraban bajo el control operacional del
Ejército, además de personal militar perteneciente
al Destacamento de Inteligencia 121, por lo que
corresponde remitirse a ellos por razones de
economía y celeridad, y en virtud de ello tener por
acreditada la intervención de estos dos imputados en
carácter de partícipes necesarios de los hechos
reprochados.”
A la deducción invocada llego
porque en los casos imputados en ese expediente no
estaba acreditada la presencia de Sotera en el lugar
de los hechos (ya sean estos supuestos
enfrentamientos que finalizaban con homicidios o

211
privaciones ilegítimas de la libertad en centros
clandestinos de detención que finalizaban con la
desaparición física del aprehendido); sin embargo,
como sí estaba comprobada la intervención del
Ejército a través del Destacamento de Inteligencia
121, la Cámara confirmó el procesamiento dictado en
esta instancia debido al lugar que el imputado
ocupaba dentro de la estructura del Destacamento.
Lo mismo podemos concluir en
relación a Guerrieri y Fariña, que si bien no eran
los Jefes de la mencionada Unidad Militar, ocupaban
cargos importantes siendo Guerrieri el segundo jefe
y Fariña Jefe de Actividades Especiales de
Inteligencia y posteriormente Jefe de la Sección
Operaciones Especiales de Inteligencia.
Esto más aun teniendo en cuenta
que el Jefe del Destacamento a partir del 23.12.1976
pasó a ser Juvenal Pozzi (ver libros históricos del
Destacamento de Inteligencia 121 reservados en copia
certificada en Secretaría), quien si bien tuvo
intervención en la llamada “guerra contra la
subversión”, los elementos probatorios de la causa
indicarían que delegó la mayor parte del trabajo,
incluidas la toma de decisiones, en sus inferiores.
Esto último surge de la citada
sentencia nº 3/2010 del Tribunal Oral en lo Criminal
Federal nº 1 de esta ciudad, en la cual se dijo:
“Al ser preguntado sobre quiénes eran los
responsables de cada uno de los centros clandestinos
de detención, Costanzo respondió: ‘… siempre,
Guerrieri, Fariña y Amelong, prácticamente el

212
FRO 43000367/2003
Coronel Pozzi, no existía…’”. También se dijo en ese

pronunciamiento que “…Guerrieri a la fecha de los
acontecimientos aquí juzgados, tenía el pleno
ejercicio del mando del Destacamento 121 en su
carácter de Teniente Coronel y por ello, la
posibilidad de emitir órdenes dentro del marco de
operaciones destinadas a combatir la denominada
subversión. Especialmente en lo relacionado con los
centros clandestinos de detención, debido a que su
superior, el Coronel Pozzi, no concurría asiduamente
a los lugares de detención ilegal, conforme lo
manifestado por el coimputado Costanzo y lo
declarado por las víctimas.”
Este criterio que vengo
sosteniendo, se ve reforzado por lo resuelto por la
Cámara Federal de Apelaciones en el acuerdo nº
167/11 al confirmar el procesamiento de un imputado
por delitos de lesa humanidad en el marco de los
autos caratulados "Saint Amant, Manuel F. y otros s/
privación ilegítima de la libertad y torturas
(víctimas Montalvo, Ricardo y otros) s/ apelación
procesamientos Quintana y Bossié, falta de mérito de
Landa y sobreseimiento de Mac Tier", expte. n° 49/11
de trámite ante el Juzgado Federal N° 2 de la ciudad
de San Nicolás. Allí dijo la Cámara: “La defensa
controvierte los indicios de vinculación entre el
procesado y el delito imputado, criticando la
omisión de establecer el grado de participación de
Bossié en los hechos que se dan por probablemente
ciertos.

213
Respecto de la responsabilidad
que les cupo por ese desempeño a quienes en aquella
época cumplieron funciones al frente de ‘áreas de
defensa’ resultan aplicables en líneas generales
(sin perjuicio del más acotado ámbito territorial de
actuación) los términos en que la CSJN se pronunció
sobre la que les correspondió a los Comandantes en
Jefe en el caso del ‘Juicio a las Juntas’ ya
referenciado en este mismo considerando.
El razonamiento efectuado
entonces por el Máximo Tribunal queda sintetizado
cuando se expresa que ‘…en las circunstancias
fácticas que se han dado por probadas, el dominio
mental del hecho y la realización de acciones
extratípicas encaminadas con abuso de poder hacia la
ejecución colectiva por otros, no puede representar
otra cosa que la cooperación intelectual y material
para que los subordinados realizaran las
características de los tipos de homicidios,
privaciones ilegítimas de la libertad, tormentos y
demás delitos investigados; es decir que tal como
sucedió en el caso, los que impartieron las órdenes
y brindaron los medios materiales para realizar los
hechos ilícitos analizados son partícipes como
cooperadores necesarios, y no autores en los
términos del art. 45 del Código Penal, porque éstos
están en el campo de la ejecución en cuanto al
principio de ejecución (art. 43 del Código Penal) y
consumación (art. 45)’ (Fallos, 309, II, 1704,
considerando 23).

214
FRO 43000367/2003
Por las mismas razones, en

Acuerdo nro. 171/05 este Tribunal consideró en un
caso análogo (“MARCELLINI”, Expte. Nro. 711-P) que
la calificación apropiada en supuestos como el de
autos es la de partícipe necesario, en los términos
del art. 45 del C.P. y no la de autor mediato.
Examinada la concreta situación
de Bossié a la luz de los conceptos vertidos en los
párrafos precedentes, surge que a la fecha de los
hechos se encontraba desempeñando un cargo de alto
rango dentro del Área Militar nro. 132 (con asiento
en la ciudad de San Nicolás y jurisdicción sobre las
localidades de Baradero, San Pedro y Pergamino entre
otras), concretamente como Mayor, con cargo de
Agente S2 (Oficial de Inteligencia) y S3 (Oficial de
Operaciones), por lo cual, teniendo presente su
asignación funcional específica puede tenerse por
acreditada su actuación en este caso de acuerdo al
plan que se ha tenido por probado por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en Fallos 309.”
De acuerdo a la transcripción
hecha, este imputado tenía un grado menor que
Guerrieri y casi el mismo que Fariña (de hecho, como
lo señalaré posteriormente el 31.12.1977 fue
ascendido al mismo grado que el imputado mencionado
en la cita precedente). Además cabe resalta en
relación a Fariña que durante el año 1977 realizó un
curso de inteligencia para Jefes. Por todo esto es
considero asimilables las situaciones de estos dos
jefes (Guerrieri y Fariña) con la de Bossié y por lo
tanto aplicable la jurisprudencia citada en los

215
párrafos precedentes.
De acuerdo a este criterio que
vengo sosteniendo (y que se encuentra avalado por la
jurisprudencia transcripta), cuando al tratar la
materialidad de cada caso haya tenido por comprobada
la estadía de una víctima en un centro clandestino
de detención en el cual la presencia de Guerrieri y
Fariña haya quedado acreditada en alguno de los
resolutorios dictados en el marco de la presente
causa, los consideraré coautores de ese hecho
imputado; mientras que cuando no haya elementos para
acreditar la estadía de la víctima en alguno de esos
centros clandestinos, serán procesados como
partícipe necesario de los hechos.
Pascual Oscar Guerrieri
a. Según su legajo personal
reservado en Secretaría, se desempeñó desde el
6.12.1976 hasta el 27.10.1978 en el Cuerpo Comando
del Destacamento del II Cuerpo de Inteligencia 121
del II Cuerpo del Ejército.
En fecha 23.12.1976 asumió la
Segunda Jefatura del Departamento de Inteligencia
121 siendo ascendido, a Teniente Coronel el
31.12.1976 (antes revistaba el grado de Mayor).
De su legajo personal surge que
los superiores que lo calificaron durante el período
en que se desarrollaron los hechos que motivaron la
formación de la presente causa (años 1977/1978),
fueron el coronel Edgardo Alcides Juvenal Pozzi y el
general de brigada Luciano Adolfo Jáuregui.

216
FRO 43000367/2003
Con anterioridad a su desempeño

en el Destacamento 121, durante los años 1973 y 1974
prestó servicios en el Destacamento de Inteligencia
183 –Río Gallegos- (Jefe de sección), en fecha 4 de
marzo de 1968 inició un Curso Técnico de
Inteligencia-Oficiales (BRE 4207) en Campo de Mayo,
habiendo finalizado el mismo en el mes de octubre de
ese mismo año. Continuó sus servicios en el Batallón
de Inteligencia Militar 601.
Guerrieri fue procesado por
resoluciones números: 249 del 14.06.04 (confirmado
por acuerdo nº 169 del 29.12.2005 de la CFAR), 9/B
del 15.05.2005 (confirmado por acuerdo nº 51/07 del
30.05.2007 de la CFAR) y 97/DH del 29.12.2010
dictada en los presentes (confirmado por acuerdo nº
41/12 del 28.05.2012) y N° 27/B de fecha 06.07.2007
dictada en el marco de la causa “Jordana Testoni…”
(confirmado por acuerdo nº 130/07 del 20.12.2007 de
la CFAR). Asimismo fue condenado por el Tribunal
Oral en lo Criminal Federal nº 1 de Rosario por
hechos contenidos en esos autos (excepto en el auto
97/DH, por los cuales se elevó recientemente la
causa a juicio) mediante sentencia nº 3/2010 de
fecha 14.06.2010. Asimismo fue condenado por el
delito de asociación ilícita por sentencia nº
25/2013 del 24.02.2014 del mencionado tribunal.
En estos resolutorios ha quedado
acreditada también la participación del imputado en
hechos ilícitos que acaecieron en los distintos
centros clandestinos de detención que dependieron
del Destacamento de Inteligencia 121 a los cuales ya

217
hice reiteradamente referencia.
En la resolución nº 97/DH en el
punto denominado “De la existencia de ‘La Calamita’
como centro clandestino de detención y de su
dependencia del Destacamento de Inteligencia 121”,
he señalado su pertenencia y jerarquía dentro del
grupo que se desempeñó en los distintos centros
clandestinos de detención. Esa jerarquía que tenía
en la asociación ilícita es compatible con el cargo
que formalmente ostentaba según su legajo personal.
De hecho, ha calificado prácticamente a todos sus
consortes procesales –me refiero a aquellos que se
desempeñaron en el Destacamento de Inteligencia 121-
durante el período en que ocurrieron estos hechos
(no afirmo que todos porque algunos legajos
contienen partes ilegibles).
Respecto a la importancia de
este imputado dentro del esquema represivo
instaurado en el Destacamento, cabe citar también lo
dicho por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal n°
1 de esta ciudad mediante sentencia n° 3/2010
“(…)Que a cargo del Área de Inteligencia Especial
durante la época de los hechos, estaba el Coronel
Oscar Pascual Guerrieri (2do. Jefe de Inteligencia),
con absoluto dominio de la puesta en marcha de los
operativos, sobre las líneas concretas que debía
seguir la inteligencia represiva, sobre la
‘evaluación’ de los secuestrados y su permanencia en
los CCD, sobre la metodología y lugar de cautiverio
y, en definitiva, sobre el destino final de las
víctimas. Durante la audiencia, Jaime Dri declaró

218
FRO 43000367/2003
que en unos de sus discursos, Jorge les dice a los

cautivos ‘Los que tienen ratoncitos en la cabeza
como Dri, que sepan que aquí nosotros podemos
decidir y podemos matarlos…’”.
También sobre la presencia del
encausado en los distintos centros clandestinos de
detención, dijo dicho Tribunal que “En este sentido,
y a modo de ejemplo, fueron esclarecedores los
testimonios de Jaime Feliciano Dri cuando menciona
que fue ‘Jorge’ –a quien en la audiencia de debate
individualizó como Oscar Pascual Guerrieri-, uno de
quienes fueron a buscarlo a Buenos Aires para
traerlo ‘tabicado’ hasta Rosario, o quien atendió la
llamada del diario ‘Uno más uno’ de México en la
Quinta de Funes después de la fallida ‘Operación
México’; cuestiones éstas, que demuestran el papel
activo del mismo Guerrieri, incluso más allá de
cuestiones ‘organizativas’, ya sea en el traslado,
de forma inhumana, de detenidos ilegales o el
conocimiento y contacto permanente, que mantenía
éste con las personas ilegítimamente privadas de su
libertad.”
b.1. Respecto a los casos

tratados en la materialidad con los números: 4)
Daniel Adolfo Trípodi –excepción hecha de la
privación ilegítima de la libertad agravada que se
le imputara, la cual no ha quedado acreditada
conforme lo establecido al tratar la materilidad del
caso- y Miriam Edith Necioni; 5) Carlos Néstor
Ponce; 6) Graciela Elina Lo Tuffo; 7) Carlos Roberto
Gallegos; 8) Marta Susana Diez y Jorge Barrantes; 9)

219
Raúl Luis Bustos; 10) Eustaquio Ozuna; 11) Jorge
Ramón Fabián Peralta; 16) Arturo Avellaneda; 19)
Norma Horizontina Coutada Rosés; 20) Mario Eduardo
Menéndez; 23) Guillermo Fernando Godoy; 29) Víctor
Jorge Lowe; 33) Adriana Elsa Tasada y Hugo Alberto
Megna; 34) Eduardo Garat; 35) Santiago Mac Guire y
50) Roberto Pistacchia; teniendo en cuenta lo dicho
en el punto “A) Consideraciones generales” de esta
parte atinente a la participación y lo establecido
en el punto B) al hacer consideraciones generales
sobre el grado de participación de este imputado y
Fariña es que entiendo que corresponde procesarlo
como partícipe necesario de los hechos enumerados en
este párrafo.
b.2. Caso 24) Bernardo Alfredo

Depetris y Carlos Schreiber, en relación a estos
hechos entiendo que no existe mérito suficiente para
procesar a Guerrieri. Esto último debido a que los
hechos de los cuales fueran víctimas Bernardo
Alfredo Depetris y Carlos Schreiber habrían
comenzaron respectivamente el 1.12.76 y el 4.12.76,
fechas en las cuales el imputado aun no se
encontraba cumpliendo funciones en el Destacamento
de Inteligencia 121 (ya que como lo dije ut supra
ingresó el 06.12.1976).
Más allá de que estas dos

víctimas hayan aparecido luego ejecutadas el 16 de
diciembre de ese mismo año, fecha en la cual
Guerrieri ya se encontraba prestando servicios en el
Destacamento de Inteligencia 121, entiendo que desde

220
FRO 43000367/2003
el 6.12.1976 al 23.12.1976 no tenemos aun claro qué

función desempeñó el encausado en el Destacamento,
sí surge de su legajo que en esta última fecha
asumió ya la segunda jefatura de la citada unidad
militar.
Tampoco nos encontramos ante la

certeza negativa requerida para el dictado del
sobreseimiento por este caso, por lo que ante el
estado de duda generado se impone el dictado de la
falta de mérito.
b.3. Caso 25) correspondiente a

Isabel Soto de Cian y Héctor Cian: a la misma
conclusión debo arribar en relación al hecho
imputado. En efecto este ocurrió el día 10 de
diciembre de 1976, por lo que cabe hacer las mismas
consideraciones hechas en el caso anterior y dictar
la falta de mérito de Guerrieri.
b.4. Caso nº 26) María Irma

Ferreyra y Omar Fernando Bravo: de los elementos
probatorios tenidos en cuenta al analizar la
materialidad de los hechos, especialmente el Expte.
N.R. nro. 295-año 1977 de la Policía Federal
Argentina, ya citado en reiteradas oportunidades, se
desprende la presencia del imputado en cuestión en
dicho procedimiento. En tal expediente se lo
menciona al imputado como parte integrante del Grupo
1 (de asalto). Si bien no se hace referencia al
nombre y apellido del mismo, se menciona como parte
de este grupo de asalto al Segundo Jefe del
Destacamento de Inteligencia 121 del Ejército, es

221
sabido a través del legajo personal de Pascual Oscar
Guerrieri, que él poseía dicho cargo al momento del
hecho en cuestión.
La presencia del imputado en el

lugar de los hechos, lo hace responsable de lo allí
sucedido, por lo tanto corresponde procesarlo como
coautor de los ilícitos antes descriptos.
b.5. Casos números: 40) al 49);

me remito a lo dicho al tratar la materialidad de
estos casos, en la cual transcribí lo declarado por
Eduardo Costanzo en el juicio desarrollado ante el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 1 de
Rosario, quien específicamente nombró a Pascual
Oscar Guerrieri como una de las personas que tomó
activa participación en este hecho.
b.6 Al prestar declaración

indagatoria (ver acta de fs. Fs. 12.953/12.983) el
imputado manifestó entre otras cosas que “…Hablan de
tropas de verde, los de inteligencia no vestimos de
verde, así que tampoco reconozco de ningún
operativo, el area de inteligencia no opera…”.
Comparó dicha área con el trabajo de un médico que
solo hace un diagnóstico pero no opera. Corresponde
recordar aquí que ya ha quedado suficientemente
acreditado en las resoluciones citadas
precedentemente por las cuales se procesó -y también
se condenó a Guerrieri- que sus funciones no eran
meramente de diagnóstico, sino que el encausado tuvo
una activa participación en las actividades ilícitas
que se llevaron a cabo en los distintos centros

222
FRO 43000367/2003
clandestino de detención que dependía de la Unidad

Militar de la cual él era segundo jefe, por lo que
me remito a aquellos argumentos a fin de evitar
innecesarias repeticiones.
También dijo en su defensa que:

“…Aclaro lo siguiente uds hablan de operativos
conjuntos cuando yo hablé con Galtieri me contó del
76 algunas cosas que no estuve de acuerdo y yo
prohibí el contacto del Destacamento con la policía
federal con la provincia de santa fe, jamás lo
autoricé porque no es la misma preparación que tiene
la policía federal que la que le tiene el
destacamento de inteligencia…”. Esto choca con el
material probatorio reseñado a lo largo de este
resolutorio en el cual ha quedado acreditado que más
de un caso ha sido desarrollado por lo que se daba
en llamar Fuerzas Conjuntas. Como ejemplo cabe
recordar lo que dije precedentemente en relación a
la presencia del imputado en el procedimiento que
terminara con la vida del matrimonio Ferreyra y
Bravo.
Por lo tanto lo declarado por

Guerrieri debe entenderse como un legítimo intento
por mejorar su situación procesal pero que no es
suficiente frente a la contundente prueba ya
mencionada.
c.1. En base a todo lo dicho

corresponde ordenar el procesamiento de Guerrieri
por los casos números: 3) José Carlos Prat; 4)
Daniel Adolfo Trípodi –excepción hecha de la

223
le imputara, la cual no ha quedado acreditada
conforme lo establecido al tratar la materilidad del
caso- y Miriam Edith Necioni–como partícipe
necesario-; 5) Carlos Néstor Ponce –como partícipe
necesario-; 6) Graciela Elina Lo Tuffo –como
partícipe necesario-; 7) Carlos Roberto Gallegos –
como partícipe necesario-; 8) Marta Susana Diez y
Jorge Barrantes –como partícipe necesario-; 9) Raúl
Luis Bustos –como partícipe necesario-; 10)
Eustaquio Ozuna –como partícipe necesario-; 11)
Jorge Ramón Fabián Peralta –como partícipe
necesario-; 12) Gustavo Guillermo López Torres y
Graciela Susana Capoccetti con excepción de la
privación ilegítima de la libertad de López Torres
conforme lo dicho al tratar la materialidad; 13)
Ricardo Massa y Susana Becker; 14) de Clara Ruth
Argento Fontaine y Abel Argento Fontaine; 15) de
María de los Ángeles Castillo Cano y de Roberto
Miguel Valleto Olivari; 16) de Arturo Avellaneda –
como partícipe necesario-; 17) María Isabel Salinas
de Bosso y Carlos Alberto Bosso; 18) Olga Beatriz
Ruiz de Bordesio y Mario Eduardo Bordesio; 19) Norma
Horizontina Coutada Rosés -como partícipe
necesario-; 20) Mario Eduardo Menéndez -como
partícipe necesario-; 21) Miguel Ángel D’Andrea;
22) Mario Alberto Ramos; 23) Guillermo Fernando Godoy
-como partícipe necesario-; 26) María Irma Ferreyra
y Omar Fernando Bravo; 28) Juan Carlos Amador, María
Esther Ravelo y Emilio Etelvino Vega; 29) Víctor
Jorge Lowe -como partícipe necesario-; 30) Daniel

224
FRO 43000367/2003
Héctor Querol; 31) Sonia Rosa Kindrasiuk, Gregorio

Larrosa y Nelly Elma Ballestrini de Larrosa; 32)
Susana Busaniche, Graciela Busaniche y Pedro
Delgado; 33) Adriana Elsa Tasada y Hugo Alberto
Megna -como partícipe necesario-; 34) Eduardo Garat
-como partícipe necesario-; 35) Santiago Mac Guire
-como partícipe necesario-; 36) José Enrique Nelio
Animendi; 37) Gustavo Adrián Rodríguez y Olga Lilian
Vaccarini; 38) Gustavo Adolfo Pon; 39) Antonio Huerta
y su hijo Antonio Horacio; 40) Mónica Marta
Cappelli; 41) Irma Elena Montenegro; 42) Eduardo
Luis Franco; 43) Domingo Laborde; 44) Hilda Elena
Miekle Rivas; 45) José Alberto Madeo; 46) Alberto
Corazza; 47) Alberto Galarza; 48) Susana Elena Díaz;
49) María Graciela Eier y 50) Roberto Pistacchia
-como partícipe necesario-.
c.2. Disponer la falta de

mérito en relación a los casos: 4) Daniel Adolfo
Trípodi respecto a la imputación relativa a la
privación ilegítima de libertad agravada; 12)
Gustavo Guillermo López Torres en cuanto a la
imputación relativa a la privación ilegítima de
libertad agravada, 24) Bernardo Alfredo Depetris y
Carlos Schreiber y 25) correspondiente a Isabel Soto
de Cian y Héctor Cian (conf. art. 309 del Código
Procesal Penal de la Nación).
Jorge Alberto Fariña
a. En el legajo personal militar

de Jorge Alberto Fariña se observa que sus
principales antecedentes son en el área de

225
Inteligencia. En el año 1972 realizó el curso de
Técnico en Inteligencia.
El 16-10-1973 comenzó a prestar
servicios en el Destacamento de Inteligencia 121. En
fecha 19-12-1973 fue ascendido de Teniente Primero a
Capitán. El 1-02-1977 continúa en dicho Destacamento
cumpliendo funciones de J. AEI (Jefe Actividades
Especiales de Inteligencia), siendo calificado por
el 2do. Jefe de Destacamento Pascual Oscar Guerrieri
y por el Jefe del Destacamento Edgardo Alcides
Juvenal Pozzi. En fecha 16-10-1977 revistó funciones
como Jefe de Sección de Operaciones Especiales de
Inteligencia (J. Sec. OEI). El 31-12-77 ascendió al
grado de Mayor.
Durante todo este lapso continuó
siendo calificado por Guerrieri y Pozzi. El 16-10-78
fue nombrado Jefe de la Sección Inteligencia del
Destacamento de Inteligencia 124 “Posadas” (ver
legajo identificado como “Mayor Fariña Jorge A.”).
De sus antecedentes se advierte
que durante el mes de marzo de 1972 hasta diciembre
de 1972 realizó un curso de “Técnico en
Inteligencia” y desde el 14-03-77 hasta el 28-10-77
un curso de Inteligencia para Jefes.
Fariña fue procesado por
30.05.2007 de la CFAR) y 97/DH del 29.12.2010

226
FRO 43000367/2003
41/12 del 28.05.2012) y N° 27/B de fecha 06.07.2007

fecha 14.06.2010 y nº 25 del 24.02.2014.
En todos estos resolutorios ha
quedado acreditado también la presencia del imputado
en los distintos centros clandestinos de detención
que dependieron del Destacamento de Inteligencia 121
a los cuales ya hice reiteradamente referencia.
También en esos decisorios ha
quedado acreditado que los hechos eran realizados
procurando la impunidad de sus partícipes y esto
incluía, entre otras cosas, hacerse conocer ante las
víctimas con apodos, alias o seudónimos (de hecho
cada Agente “S” contaba con un seudónimo como surge
de los legajos personales reservados en Secretaría).
Si bien al personal militar, como en este caso, no
se le asignaba seudónimos, sí actuaban con apodos.
En este sentido el apodo bajo el cual operaba Jorge
Alberto Fariña era “Sebastián”.
La sentencia N° 3/2010 ya citada
del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de
esta ciudad estableció que bajo ese apodo actuó en
el centro clandestino de detención “Quinta de Funes”
y “Fábrica Militar de Armas”. Fundamental para
llegar a esa conclusión fue el testimonio de Jaime

227
Feliciano Dri, quien además, en la audiencia pública
señaló a Fariña como a quien él había conocido bajo
el nombre de “Sebastián”. Dijo también que su
función era la de jefe operativo del centro
clandestino.
El mismo Tribunal dijo que
“(…)Los testimonios son coincidentes en que quien
estaba a cargo del centro clandestino “La Calamita”
era Jorge Alberto Fariña, “Sebastián” (…)”.
En momento de realizar la
inspección al centro clandestino de detención
conocido como “La Calamita” en el marco de la causa
n° 131/07 ya citada (cuya acta en copia certificada
se encuentra agregada a fs. 7088/7090), Eduardo
Costanzo indicó la habitación donde el imputado
tenía su oficina y agregó que “Fariña le hablaba al
detenido diciéndole que no le iba a pasar nada y que
no lo iba a llevar a la máquina y luego los
enfrentaba entre ellos y si se mantenían en
negativos pasaba lo que tenía que pasar”. El mismo
coimputado en su declaración indagatoria ante dicho
Tribunal, cuya copia transcripta se encuentra
agregada a fs. 6268/6288, dijo que “…el que algunas
veces usaba la picana eléctrica era el teniente
coronel Fariña alias Sebastián(…)”.
Adunando a lo dicho, existe una
coincidencia entre el lugar en que Costanzo
manifestó que Fariña tenía su oficina y aquel que
José Nelio Animendi reconoció como el que se
encontraba el despacho de quien él conoció como “el
Comandante” (a este lugar hice referencia al tratar

228
FRO 43000367/2003
la materialidad de los hechos padecidos por

Animendi). Este “Comandante” entiendo que es Fariña,
esto porque: el mismo testigo le otorgaba un papel
preponderante dentro del lugar de detención, por la
coincidencia recién señalada en cuanto al lugar
donde tenía su oficina el imputado y finalmente ha
quedado acreditado en la resolución nº 97/DH del
29.12.2010 que Fariña además de su apodo
“Sebastián”, también se lo conocía en La Calamita
como el “Comandante” o directamente como “Comandante
Sebastián”.
En la mencionada resolución nº
97/DH del 29.12.2010 también tuve por acreditado que
Jorge Fariña era quien actuaba como jefe en los
distintos centros clandestinos de detención, al
menos por “La Calamita”, “Quinta de Funes”, “Escuela
Magnasco”, “La intermedia” y “Fábrica de Armas”.
Entonces, conforme lo dicho al
iniciar el punto de la participación, tengo por
acreditada la participación de Fariña en relación a
aquellas víctimas cuyo paso por alguno de estos
centros clandestino tuve por comprobada al tratar la
materialidad de los hechos.
b.1. En relación a los
siguientes casos: 16) Arturo Avellaneda; 20) Mario
Eduardo Menéndez; 26) María Irma Ferreyra y Omar
Fernando Bravo; 34) Eduardo Garat; 35) Santiago Mac
Guire y 50) Roberto Pistacchia; teniendo en cuenta
lo dicho al tratar la materialidad de estos hechos y
lo establecido en el punto “1.1) Consideraciones
generales” de esta parte atinente a la participación

229
y lo establecido en el punto 1.2) al hacer
consideraciones generales sobre el grado de
participación de este imputado y Guerrieri entiendo
que corresponde procesarlo como partícipe necesario
del delito imputado.
Respecto a los casos tratados en
la materialidad con los números: 1) María Teresa
Quintana; 2) Segismundo Martínez; 4) Daniel Adolfo
Trípodi –excepción hecha de la privación ilegítima
de la libertad agravada que se le imputara, la cual
no ha quedado acreditada conforme lo establecido al
tratar la materilidad del caso- y Miriam Edith
Necioni; 5) Carlos Néstor Ponce; 6) Graciela Elina
Lo Tuffo; 7) Carlos Roberto Gallegos; 8) Marta
Susana Diez y Jorge Barrantes; 9) Raúl Luis Bustos;
10) Eustaquio Ozuna; 11) Jorge Ramón Fabián Peralta;
16) Arturo Avellaneda; 19) Norma Horizontina Coutada
Rosés; 20) Mario Eduardo Menéndez; 23) Guillermo
Fernando Godoy; 24) Bernardo Alfredo Depetris y
Carlos Schreiber; 25) Isabel Soto de Cian y Héctor
Cian; 26) María Irma Ferreyra y Omar Fernando Bravo;
27) José Alejandro Ruggero, Marta del Pilar Luque,
Irma Edith Parra Yakin; 29) Víctor Jorge Lowe; 33)
Adriana Elsa Tasada y Hugo Alberto Megna; 34)
Eduardo Garat y 35) Santiago Mac Guire; teniendo en
cuenta lo dicho en el punto “1.1) Consideraciones
generales” de esta parte atinente a la participación
y lo establecido en el punto 1.2) al hacer
consideraciones generales sobre el grado de
participación de este imputado y Guerrieri es que
entiendo que corresponde procesarlo como partícipe

230
FRO 43000367/2003
necesario de los hechos enumerados en este párrafo.
b.2 Respecto al caso nº 30)

referente a Querol al tratar la materialidad del
hecho tuve como probable que la persona que la
víctima conoció como el Capitán era justamente
Fariña.
b.3. En el caso nº 31) al tratar
la materialidad también transcribí parte de la
declaración de Gustavo Bueno ante el CELS en la que
menciona al imputado por su apodo “Sebastián”
participando del procedimiento que derivó en la
detención de las víctimas allí tratadas. A su vez,
como quedara señalado al tratar la materialidad,
este hecho guarda relación con los casos 38) Gustavo
Adolfo Pon y 39) Antonio Huerta y su hijo Antonio
Horacio. Por último el caso Pon también está
vinculado con los hechos de Ravelo, Bosso, Salinas y
D’Andrea ya que sus restos fueron recuperados de una
fosa clandestina común (ver al respecto cada caso
tratado en la Materialidad de este resolutorio).
b.4. En los casos 40) a 49)
transcribí la declaración testimonial de Daniel
Fuhr, en la cual menciona a “Sebastián” como
partícipe de los hechos tratados en ese caso. Vale
la pena aclarar además que por resolución nº 97/Dh
del 29/10/2010 procesé a Jorge Alberto Fariña
justamente por los ilícitos padecidos por el testigo
Daniel Fuhr.
corresponde ordenar el procesamiento de Fariña por

231
los casos números: 1) María Teresa Quintana –como
partícipe necesario-; 2) Segismundo Martínez –como
partícipe necesario-; 3) José Carlos Prat; 4) Daniel
Adolfo Trípodi –excepción hecha de la privación
ilegítima de la libertad agravada que se le
imputara, la cual no ha quedado acreditada conforme
lo establecido al tratar la materilidad del caso- y
Miriam Edith Necioni –como partícipe necesario-; 5)
Carlos Néstor Ponce –como partícipe necesario-; 6)
Graciela Elina Lo Tuffo –como partícipe necesario-;
7) Carlos Roberto Gallegos –como partícipe
necesario-; 8) Marta Susana Diez y Jorge Barrantes –
como partícipe necesario-; 9) Raúl Luis Bustos –
como partícipe necesario-; 10) Eustaquio Ozuna –como
partícipe necesario-; 11) Jorge Ramón Fabián Peralta
–como partícipe necesario-; 12) Gustavo Guillermo
López Torres y Graciela Susana Capoccetti con
excepción de la privación ilegítima de la libertad
de López Torres conforme lo dicho al tratar la
materialidad; 13) Ricardo Massa y Susana Becker; 14)
de Clara Ruth Argento Fontaine y Abel Argento
Fontaine; 15) de María de los Ángeles Castillo Cano
y de Roberto Miguel Valleto Olivari; 16) de Arturo
Avellaneda –como partícipe necesario-; 17) María
Isabel Salinas de Bosso y Carlos Alberto Bosso; 18)
Olga Beatriz Ruiz de Bordesio y Mario Eduardo
Bordesio; 19) Norma Horizontina Coutada Rosés -como
partícipe necesario-; 20) Mario Eduardo Menéndez
-como partícipe necesario-; 21) Miguel Ángel
D’Andrea; 22) Mario Alberto Ramos; 23) Guillermo
Fernando Godoy -como partícipe necesario-; 24)

232
FRO 43000367/2003
Bernardo Alfredo Depetris y Carlos Schreiber –como

partícipe necesario-; 25) Isabel Soto de Cian y
Héctor Cian –como partícipe necesario-; 26) María
Irma Ferreyra y Omar Fernando Bravo; 27) José
Alejandro Ruggero, Marta del Pilar Luque, Irma Edith
Parra Yakin –como partícipe necesario-; 28) Juan
Carlos Amador, María Esther Ravelo y Emilio Etelvino
Vega; 29) Víctor Jorge Lowe -como partícipe
necesario-; 30) Daniel Héctor Querol; 31) Sonia Rosa
Kindrasiuk, Gregorio Larrosa y Nelly Elma
Ballestrini de Larrosa; 32) Susana Busaniche,
Graciela Busaniche y Pedro Delgado; 33) Adriana Elsa
Tasada y Hugo Alberto Megna -como partícipe
necesario-; 34) Eduardo Garat -como partícipe
necesario-; 35) Santiago Mac Guire -como partícipe
necesario-; 36) José Enrique Nelio Animendi; 37)
Gustavo Adrián Rodríguez y Olga Lilian Vaccarini; 38)
Gustavo Adolfo Pon; 39) Antonio Huerta y su hijo
Antonio Horacio; 40) Mónica Marta Cappelli; 41) Irma
Elena Montenegro; 42) Eduardo Luis Franco; 43)
Domingo Laborde; 44) Hilda Elena Miekle Rivas; 45)
José Alberto Madeo; 46) Alberto Corazza; 47) Alberto
Galarza; 48) Susana Elena Díaz y 49) María Graciela
Eier.
c.2. Disponer la falta de mérito

en relación a los casos: 4) Daniel Adolfo Trípodi
respecto a la la privación ilegítima de libertad
agravada que se le imputara y 12) Gustavo Guillermo
López Torres en cuanto a la imputación relativa a la
privación ilegítima de libertad agravada (conf. art.
309 del Código Procesal Penal de la Nación).

233
Juan Daniel Amelong y Marino
González.
En cuanto al lugar e importancia
que tenían estos imputados en el accionar represivo
del Destacamento de Inteligencia 121, debo recordar
la transcripción del acuerdo nº 041/12 de la Cámara
Federal de Apelaciones de esta ciudad que hice al
iniciar este punto relativo a la Participación. Esto
genera un cambio con respecto a la tesitura seguida
en la resolución nº 97/DH, en la cual consideré a
los imputados coautores funcionales de los hechos
más allá de la jerarquía que ostentaran dentro de la
citada Unidad Militar.
Por ello dediqué el punto
anterior a tratar la participación de Guerrieri y
Fariña, y la distinguí de los restantes miembros del
Destacamento. En base a ello es que -más allá de mi
posición al respecto y a fin de evitar un
innecesario desgaste jurisdiccional- en aquellos
casos en que al tratar la materialidad no se haya
comprobado la permanencia o el paso de las víctimas
por alguno de los centros clandestinos de detención
cuya existencia y dependencia del Destacamento ya
haya quedado probada en el marco de esta causa (a
saber: “La Calamita”, “Quinta de Funes”, “Escuela
Magnasco”, “La Intermedia” y “Fábrica Militar de
Armas”); corresponderá el dictado de un auto de
falta de mérito (cfr. art. 309 C.P.P.N.). Ellos así
más allá de que la participación del Ejército a
través del Destacamento de Inteligencia 121 haya
quedado comprobada y esto siempre por el criterio

234
FRO 43000367/2003
sentado en el citado acuerdo nº 041/12 de la

C.F.A.R.
Juan Daniel Amelong.
a. Surge de su legajo militar
reservado en Secretaría que durante los años 1975 y
1976 estuvo destinado, con el grado de subteniente
en el Batallón de Ingenieros 121 (Santo Tomé). El
31/12/75 ascendió al grado de Teniente.
El 06/01/76 pasó a desempeñarse
en el Destacamento de Inteligencia Militar 121. El
01/02/77 integró la Sección Operaciones Especiales
de Inteligencia, siendo calificado durante los años
1976/1977 por el Jefe de Sección de Operaciones
Especiales, el capitán Jorge Alberto Fariña, el 2do.
jefe del Destacamento teniente coronel Pascual Oscar
Guerrieri y por el Jefe del Destacamento coronel
Edgardo A. J. Pozzi.
El 16/10/77 fue designado en el
Destacamento como 2do. jefe de O.E.I (Operaciones
Especiales de Inteligencia).
Amelong fue procesado por
30.05.2007 de la CFAR) y 97/DH del 29.12.2010
41/12 del 28.05.2012) y N° 256 de fecha 17.06.2004

235
fecha 14.06.2010 y nº 25 del 24.02.2014.
En todos estos resolutorios ha
quedado acreditado también la presencia y funciones
del imputado en los distintos centros clandestinos
de detención que dependieron del Destacamento de
Inteligencia 121 a los cuales ya hice reiteradamente
referencia.
Como ya lo he dicho, todos los
hechos aquí investigados eran realizados procurando
la impunidad de sus partícipes y esto incluía, entre
otras cosas, hacerse conocer ante las víctimas con
apodos. Se encuentra ya comprobado en esta causa que
el apodo bajo el cual actuaba Juan Daniel Amelong
era “Daniel”.
También la sentencia N° 3/2010
ya citada del Tribunal Oral en lo Criminal Federal
N° 1 de esta ciudad estableció que bajo ese apodo
actuó en los hechos que se juzgaron en ese plenario
ocurridos en los centros clandestinos de detención
conocidos como “Quinta de Funes”, “Escuela
Armas”. Fundamental para llegar a esa conclusión fue
el testimonio de Jaime Feliciano Dri, quien además
en la audiencia señaló a Amelong como a quien él
había conocido bajo el nombre de “Daniel”. También
lo ubicó como uno de los integrantes de la “patota”,
en el tercer escalón por debajo de Guerrieri y de

236
FRO 43000367/2003
Fariña, circunstancia que en la ya citada sentencia

N° 3/2010 el Tribunal resaltó por su coincidencia
con el contenido de los legajos personales de los
imputados, como así también con lo expuesto en el
listado de oficiales del II Cuerpo del Ejército
(Destacamento de Inteligencia 121).
Comparto las conclusiones a las
que arribaron esos decisorios y me remito a sus
fundamentos, los cuales también hago míos, no sólo
en cuanto al apodo que utilizaba el imputado
Amelong, sino también a su presencia, funciones y
participación en los ilícitos que allí se cometieron
dentro de los distintos centros clandestinos de
detención. Esto con la salvedad que hice en cuanto a
su jerarquía dentro de la estructura represiva,
aspecto este en el que como ya lo dije haré
aplicable la doctrina sentada en el acuerdo nº
041/2012 de la Cámara Federal de Apelaciones de esta
ciudad.
Antes de analizar algunos casos
en particular debo recordar lo que ya anuncié: en
aquellos casos en los cuales tuve por probado el
cautiverio en algún centro clandestino de detención
en los que Amelong haya actuado (conforme las
resoluciones ya citadas), consideraré acreditada su
participación en los ilícitos a los que esas
víctimas hayan sido sometidas.
b.1 En relación los casos
números: 1) María Teresa Quintana; 2) Segismundo
Martínez; 4) Daniel Adolfo Trípodi y Miriam Edith

237
Eduardo Garat y 35) Santiago Mac Guire -conforme lo
dijera al iniciar la participación de este imputado
y la de Marino González- la falta de indicios
probatorios que permitan determinar si las víctimas
pasaron por algún centro clandestino de detención en
el cual el encausado haya tenido actuación me llevan
a disponer su falta de mérito (conf. Art. 309 del
C.P.P.N.).
b.2. En los casos 40) a 49)
transcribí parte de la declaración indagatoria
prestada por Eduardo Rodolfo Constanzo en el marco
del juicio de la causa “Guerrieri, Pascual Oscar y
otros” expediente nº 131/07 y acum. en trámite ante
el Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 1 de
Rosario, en la cual este coimputado mencionó
específicamente a Amelong actuando en el fraguado
procedimiento por el cual se intentó fingir un
enfrentamiento con las víctimas mencionadas en esos
casos.
b.3. Al prestar declaración

238
FRO 43000367/2003
indagatoria el imputado realizó una serie de

consideraciones que trataré en este punto.
En primer lugar afirmó que: “…
recién tuve la aptitud de inteligencia a fines del
año 1980 por lo cual mi actividad durante los años
77 y 78 que revisté en el destacamento 121 no se
relacionaba con actividades de inteligencia sino con
actividades eminentemente logísticas y en particular
con el mantenimiento de automotores…”. Esta defensa
ya había sido ensayada por este imputado en esta
causa en otras oportunidades. Corresponde recordar
aquí que ya ha quedado suficientemente acreditado en
las resoluciones citadas precedentemente por las
cuales se procesó -y también se condenó a Amelong-
que sus funciones no eran meramente administrativas,
sino que el encausado tuvo una activa presencia en
los distintos centros clandestinos de detención
donde se desarrollaron gran parte de los hechos
investigados en la presente causa por lo que me
remito a aquellos argumentos.
Luego dijo: “…hubo otro caso en
el que se me leyó y que hay incongruencias entre la
supuesta fecha de detención y lo que se manifestó
respecto a un enfrentamiento en la ruta 16, atento a
que si no tomé mal la nota, debido a como dije a la
imposibilidad de entender con claridad la veloz
lectura, ese supuesto hecho de enfrentamiento donde
se atribuye la muerte de algunas personas no pudo
haber sido anterior a su detención. Como cuestión
lógica, nada más…”; entiendo que el imputado se
refirió al caso nº 24) que tiene como víctimas a

239
Bernardo Alfredo Depetris y Carlos Schreiber. En
este sentido la imputación es clara, estas personas
fueron secuestradas respectivamente el 1º de
diciembre de 1976 y el 4 del mismo mes y año, luego
asesinados intentando simular esa muerte como
ocurrida en un supuesto enfrentamiento ocurrido en
la ruta 16 a la altura del km 2 el día 16 de
diciembre de 1976, con lo cual el argumento de
Amelong carece de sustento. Sin perjuicio de ello y
como ya lo adelanté precedentemente por estos hechos
habré de dictar la falta de mérito del encausado por
los argumentos expuestos precedentemente.
También al ejercer su defensa
material el imputado se refirió al caso nº 37)
relacionado con Rodríguez y Vaccarini del siguiente
modo: “… Porque en algún momento se me dijo que
había uno de los hechos supuestamente sucedido el 17
de marzo 1977 relacionado con una persona Rodríguez
algo de un hospital ferroviario, no entendí bien por
la velocidad de la lectura, que se había llevado a
cabo con la utilización de un Falcon color borra
vino, a eso sí me puedo referir porque de los
inventarios del destacamento 121 se podrá comprobar
que para esa fecha no había en el cargo de la unidad
ningún Falcon de ese color….” Esto resulta
insuficiente para desacreditar los elementos
probatorios detallados al desarrollar el mencionado,
ya que la mayoría de estos procedimientos
clandestinos eran llevados a cabo por autos no
identificables (en su gran mayoría sin chapa
patente) por lo que resulta lógico que el hecho se

240
FRO 43000367/2003
haya cometido con automóvil que no formara parte (al

menos formalmente) del inventario del Destacamento
de Inteligencia 121.
Por último, y en relación al
pedido de nulidad de la declaración indagatoria
efectuado sin argumentación pues dejó subordinado el
mismo a la fundamentación que haga su defensa
técnica, quien estaba presente en la audiencia
respectiva, se tuvo presente en la inteligencia de
que la estrategia procesal contemplaba la
posibilidad de articularla según su conveniencia.
corresponde ordenar el procesamiento de Amelong por
los casos números: 3) José Carlos Prat; 12) Gustavo
Guillermo López Torres y Graciela Susana Capoccetti
con excepción de la privación ilegítima de la
libertad de López Torres conforme lo dicho al tratar
la materialidad; 13) Ricardo Massa y Susana Becker;
14) de Clara Ruth Argento Fontaine y Abel Argento
y de Roberto Miguel Valleto Olivari; 17) María
Bordesio; 21) Miguel Ángel D’Andrea; 22) Mario
Alberto Ramos; 28) Juan Carlos Amador, María Esther
Ravelo y Emilio Etelvino Vega; 30) Daniel Héctor
Querol; 31) Sonia Rosa Kindrasiuk; Gregorio Larrosa;
Nelly Elma Ballestrini de Larrosa; 32) Susana
Busaniche, Graciela Busaniche y Pedro Delgado; 36)
José Enrique Nelio Animendi; 37) Gustavo Adrián
Rodríguez y Olga Lilian Vaccarini; 38) Gustavo Adolfo

241
Pon; 39) Antonio Huerta y Antonio Horacio Huerta;
40) Mónica Marta Cappelli; 41) Irma Elena
Montenegro; 42) Eduardo Luis Franco; 43) Domingo
Laborde; 44) Hilda Elena Miekle Rivas; 45) José
Alberto Madeo; 46) Alberto Corazza; 47) Alberto
Eier.

para los siguientes casos: 1) María Teresa Quintana;
2) Segismundo Martínez; 4) Daniel Adolfo Trípodi y
Miriam Edith Necioni; 5) Carlos Néstor Ponce; 6)
Graciela Elina Lo Tuffo; 7) Carlos Roberto Gallegos;
8) Marta Susana Diez y Jorge Barrantes; 9) Raúl
Luis Bustos; 10) Eustaquio Ozuna; 11) Jorge Ramón
Fabián Peralta; 16) Arturo Avellaneda; 19) Norma
Horizontina Coutada Rosés; 20) Mario Eduardo
Menéndez; 23) Guillermo Fernando Godoy; 24) Bernardo
Alfredo Depetris y Carlos Schreiber; 25) Isabel
Soto de Cian y Héctor Cian; 26) María Irma Ferreyra
y Omar Fernando Bravo; 27) José Alejandro Ruggero,
Marta del Pilar Luque, Irma Edith Parra Yakin; 29)
Víctor Jorge Lowe; 33) Adriana Elsa Tasada y Hugo
Alberto Megna; 34) Eduardo Garat y 35) Santiago Mac
Guire (conf. art. 309 del Código Procesal Penal de
la Nación).
Marino Héctor González

a. Según su legajo personal
ingresó al Destacamento de Inteligencia 121 en fecha
13/12/74 con el grado de teniente primero y allí se
desempeñó hasta el 21/02/79 en la que pasó a prestar

242
FRO 43000367/2003
servicio en la Escuela Superior de Guerra “Tte Gral.

Luis M. Campos”. Consta también que el 13/12/74
aprobó el curso Nro. 10 “Técnico de Inteligencia”.
El 31/12/76 ascendió al grado de
Capitán y el 01/02/77 fue nombrado como jefe de
A.E.I. dentro del mismo Destacamento de Inteligencia
121, cargo que desempeñó hasta el 21/02/79 en que
dejó de prestar servicios en el Destacamento.
Ya dije en la resolución n 97/DH
que lo que se conocía vulgarmente como la “patota”
del Destacamento 121 estaba conformada por
integrantes de la Sección Operaciones Especiales de
Inteligencia y de la Actividad Especiales de
Inteligencia. Como lo dije en el párrafo precedente,
Marino González era justamente el Jefe de esta
última.
Los superiores que calificaron
al nombrado durante el período en que se
desarrollaron los hechos que motivaron la formación
de la presente causa (años 1977/1978), fueron el
teniente coronel Pascual Oscar Guerrieri y el
coronel Edgardo Alcides Juvenal Pozzi.
Marino González fue procesado
por resoluciones números: n° 50/B de fecha 22.08.08
(confirmado por acuerdo nº N° 17/09 del 2.3.2009 de
la CFAR) y 97/DH del 29.12.2010 dictada en los
presentes (confirmado por acuerdo nº 41/12 del
28.05.2012) y N° 49/B de fecha 20.08.08 dictada en
el marco de la causa “Jordana Testoni…” (confirmado
por acuerdo nº 16/09 del 2.3.2009 de la CFAR).

243
Asimismo fue condenado por el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal nº 1 de Rosario por hechos
contenidos en esos autos (excepto en el auto 97/DH,
por los cuales se elevó recientemente la causa a
juicio) mediante sentencia nº 25/13 del 24.02.2014.
En todos estos resolutorios no
sólo ha quedado acreditada la participación, sino
también la presencia y funciones del imputado en los
distintos centros clandestinos de detención que
dependieron del Destacamento de Inteligencia 121 a
los cuales ya hice reiteradamente referencia.
la impunidad de sus participes y esto incluía, entre
el apodo bajo el cual actuaba Marino Héctor González
era “Pepe”.
Armas”.
en cuanto al apodo que utilizaba el imputado

244
FRO 43000367/2003
González, sino también a su presencia, funciones y

ciudad.
Antes de analizar algunos casos
en particular debo recordar lo que ya anuncié: en
aquellos casos en los cuales tuve por probado el
en los que González haya actuado (conforme las
resoluciones ya citadas), consideraré acreditada su
participación en los ilícitos a los que esas
b.1 En relación los casos

245
Eduardo Garat y 35) Santiago Mac Guire -conforme lo
dijera al iniciar la participación de este imputado
y la de Juan Daniel Amelong - la falta de indicios
C.P.P.N.).
b.2. En relación al caso nº 3)
José Carlos Prat, conforme lo expuesto al tratar la
materialidad, el hecho habría comenzado a ejecutarse
entre el 1º y 2 de enero de 1977. Del legajo del
imputado surge que a partir del 1º de enero de ese
mismo año se habría tomado treinta días de licencia
ordinaria y que el lugar donde transcurrió la misma
fue en la ciudad de Santa Fe (ver informe de
calificación año 1976/77).
Respecto al tema de las
licencias concedidas en el período en que se haya
desarrollado algún ilícito, ha tenido oportunidad de
expedirse la Cámara Federal de Apelaciones de esta
ciudad en el acuerdo nº 170/13 dictado en el marco
del expediente nº 43000021/2006 de entrada ante este
Juzgado. En ese acuerdo, en oportunidad de expedirse
sobre la responsabilidad de este mismo imputado en
los hechos, estableció la Cámara: “(…) Antes que
nada, corresponde aclarar, en virtud de lo señalado
ut supra, que si bien es posible concluir que los
delitos que se imputan fueron resultado inmediato
del accionar de las fuerzas de seguridad en dichos

246
FRO 43000367/2003
operativos, González no estuvo en pleno ejercicio de

sus funciones durante todo el período en que se
desarrollaron, por lo que no puede considerarse
demostrada como probable su intervención en los
episodios sucedidos durante el período que se
encontraba de licencia, ello sin perjuicio de que
con el devenir del proceso, pudieran aparecer
distintas probanzas que acrediten su participación
(similar criterio al sostenido por la mayoría de
este Tribunal en el Acuerdo nº 167/11).” En virtud
de este párrafo transcripto dispuso revocar el
procesamiento que yo había dispuesto por resolución
nº 70/DH de fecha 04.11.2011.
En realidad, este criterio ya lo
había sentado dicho tribunal en el acuerdo 167/11 en
el marco de la causa "Saint Amant, Manuel F. y
otros s/ privación ilegítima de la libertad y
torturas (víctimas Montalvo, Ricardo y otros) s/
apelación procesamientos Quintana y Bossié, falta de
mérito de Landa y sobreseimiento de Mac Tier",
expte. n° 49/11 de trámite ante el Juzgado Federal
N° 2 de la ciudad de San Nicolás.
Por lo expuesto, y más allá del
criterio personal al respecto, entiendo que
corresponde el dictado de un auto de falta de mérito
en relación a este hecho imputado.
Lo mismo cabe decir respecto al
caso nº 12) Gustavo Guillermo López Torres y
Graciela Susana Capoccetti, hecho que habría
comenzado el 18.08.1977 ya que consta en el mismo
informe de calificación que el día 15 de agosto de

247
ese mismo año se le habría concedido licencia
especial por diez días la que habría tomado en la
localidad de La Falda, provincia de Córdoba.
b.3. En el caso nº 38) Gustavo
Adolfo Pon y 39) Antonio Huerta y Antonio Horacio
Huerta, los hechos comenzaron el 21 de agosto de
1977, fecha en la que González se habría encontrado
de licencia (conforme lo dicho en el párrafo
precedente) pero tanto el caso nº 38) como el 39) se
prorrogaron en el tiempo. Eso surge del relato
efectuado al tratar la materialidad de los mismos:
a) los restos de Pon fueron identificados
recientemente en una fosa clandestina común junto
con otros cuerpo de personas ya identificadas cuyas
privaciones ilegítimas de la libertad comenzaron en
septiembre de ese año por lo que cabe entender que
su privación ilegítima de la libertad se extendió al
menos hasta esas fechas y b) el caso de la familia
Huerta estuvo secuestrada en “La Calamita” durante
siete días contados desde ese 21 de agosto, por lo
cual cabe presumir que González se reintegró a su
trabajo con anterioridad a que estas víctimas sean
trasladadas al Servicio de Informaciones.
Por ello es que en este caso no
es aplicable el criterio seguido por la Cámara
Federal de Apelaciones arriba transcripto.
menciona al imputado por su apodo “Pepe”

248
FRO 43000367/2003

corresponde ordenar el procesamiento de Marino
González por los casos números: 13) Ricardo Massa y
Susana Becker; 14) de Clara Ruth Argento Fontaine y
Abel Argento Fontaine; 15) de María de los Ángeles
Castillo Cano y de Roberto Miguel Valleto Olivari;
17) María Isabel Salinas de Bosso y Carlos Alberto
Bosso; 18) Olga Beatriz Ruiz de Bordesio y Mario
Eduardo Bordesio; 21) Miguel Ángel D’Andrea; 22)
Mario Alberto Ramos; 28) Juan Carlos Amador, María
Esther Ravelo y Emilio Etelvino Vega; 30) Daniel
Héctor Querol; 31) Sonia Rosa Kindrasiuk; Gregorio
Larrosa; Nelly Elma Ballestrini de Larrosa; 32)
Delgado; 36) José Enrique Nelio Animendi; 37)
Gustavo Adolfo Pon; 39) Antonio Huerta y Antonio
Horacio Huerta; 40) Mónica Marta Cappelli; 41) Irma

249
Eier.

para los siguientes casos: 1) María Teresa Quintana;
2) Segismundo Martínez; 3) José Carlos Prat; 4)
Daniel Adolfo Trípodi y Miriam Edith Necioni; 5)
Carlos Néstor Ponce; 6) Graciela Elina Lo Tuffo; 7)
Carlos Roberto Gallegos; 8) Marta Susana Diez y
Jorge Barrantes; 9) Raúl Luis Bustos; 10) Eustaquio
Ozuna; 11) Jorge Ramón Fabián Peralta; 12) Gustavo
Guillermo López Torres y Graciela Susana Capoccetti;
Eduardo Garat y 35) Santiago Mac Guire (conf. art.
Joaquín Tomás Gurrera.
Se encuentra acreditado que

Joaquín Tomás Gurrera se desempeñaba como Jefe de la
Sección Operaciones Especiales de Inteligencia del
Destacamento de Inteligencia 121, ostentando el
grado de capitán, en el momento en que ocurrieron
los hechos endilgados. Ello surge de su legajo
personal.
En dicho legajo, puede leerse

que el nombrado ingresó al Ejército Argentino el

250
FRO 43000367/2003
20.1.1964. El 22.12.1977, con el grado de Teniente

Primero, continuó sus servicios en el Destacamento
de Inteligencia 121 en la ciudad de Rosario,
provincia de Santa Fe (OD 47/77). El 30.11.1977 se
le otorgó la “Aptitud Especial de Inteligencia” que
establece el BPE 3805 (BRE 4748) (OD 52/77) y el
30.12.1977 hace su presentación en la Unidad del
Destacamento de Inteligencia 121 (OD 1/78),
ascendiendo el 31 del mismo mes y año al grado de
Capitán (BPE 4179) (OD N° 1/78). El 1.3.1978 se lo
designa Jefe de la Sección Operaciones Especiales de
Inteligencia dentro del Destacamento 121 (OD N°
8/78), hasta el 16.10.1979, fecha en la cual pasa a
continuar sus servicios en la Escuela Superior de
Guerra “Tte. Gral. Luis María Campos”, como cursante
del curso RC-010 “Básico de Comando”, en la
provincia de Buenos Aires.
Oportunamente al procesar a
Gurrera mediante resolución nº 70/B de fecha
06.10.2009 dictada en la presente causa sostuve que:
“(…) Se desprende también, de un análisis
pormenorizado de la prueba obrante en autos, que en
el marco de esa asociación ilícita, quien se
desempeñaba formalmente como Jefe de la Sección
Operaciones Especiales de Inteligencia, dentro del
Destacamento de Inteligencia 121, tenía entre sus
tareas ilícitas, dentro del aparato represivo y
secreto instaurado, la dirección de los distintos
centros clandestinos de detención. Así, en el libro
“Recuerdo de la Muerte”, cuyo contenido fue
ratificado por el testigo Jaime Dri en esta sede, se

251
afirmó que: ‘…En aquel momento no podía asociarla a
un rostro, ahora se vinculaba a las facciones
despejadas e inteligentes de Sebastián, el oficial
de Ejército que conducía el chupadero…” (pag.168).
No debemos olvidar que, como ya ha quedado
establecido en los autos de procesamiento dictados
en el marco de la presente y su acumulada n° 581/03,
‘Sebastián’ era el apodo con el cual se conocía a
Jorge Alberto Fariña, Capitán por aquél entonces y
Jefe de la Sección Operaciones Especiales de
Inteligencia.
Con esto, si quien ocupó el
cargo de Jorge Alberto Fariña como Jefe de la
Sección Operaciones Especiales de Inteligencia fue
Joaquín Tomás Gurrera –ello conforme a su legajo
personal reservado en Secretaría- cabe entender que
se hizo responsable de todas las funciones que este
desempeñaba, tanto lícitas como ilícitas y entre
éstas, la conducción del centro clandestino de
detención…” Ello es concordante con lo consignado en
el libro de mención en el cual se afirma que: ‘…La
propuesta brasileña había seducido a Emilio, el
nuevo responsable del chupadero. Un correntino
taimado, morocho y de poblado bigotazos, que
reemplazaba a Sebastián.’ (véase página 281).
Por su parte, el mismo Jaime
Feliciano Dri en su primer declaración testimonial
prestada en esta sede señaló que: ‘(…) ya en la
intermedia conocí a Juan que era Capitán y a Emilio
que entiendo que era correntino que reemplazó a
Sebastián. (…).’; ‘(…) preguntado por el Teniente

252
FRO 43000367/2003
Juan me parece que era el Capitán Juan el fungió el

papel de oficial responsable en la intermedia que
después se concreta con la venida de Emilio que es
quien reemplaza a Sebastián, (…).’ (fs. 333/337).”
Por fundamentos expresados en
ese mismo resolutorio concluí que “Emilio” era en
realidad Joaquín Gurrera. Debo aclarar que dicho
resolutorio fue revocado parcialmente por la Cámara
Federal de Apelaciones justamente respecto a los
hechos que tuvieron desenlace en el centro
clandestino de detención conocido como “La
intermedia” por acuerdo nº 61/10 en el cual ese
Tribunal consideró que no había elementos para
relacionar a “Emilio” con el imputado.
Sin embargo, ese mismo acuerdo
confirmó el procesamiento por los hechos acaecidos
en el centro clandestino de detención “Fábrica de
Armas”. Por estos últimos ilícitos el procesado fue
sometido a juicio en el cual el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal nº 1 de Rosario dictó su absolución
por sentencia nº 25/13, condenándolo sólo por el
delito de asociación ilícita.
Como ya lo adelantara, el
encausado se desempeñó en la estructura del
Destacamento el mismo lugar que ocupaba Jorge
Alberto Fariña y en virtud de ello es dable presumir
que, en el sistema clandestino de represión
instaurado el 24 de marzo de 1976 en el cual las
órdenes ilícitas se entremezclaron dentro de la
estructura legal, Gurrera reemplazó a su antecesor
tanto en las funciones públicas, formales y legales

253
como en aquellas secretas, clandestinas e ilícitas.
La ubicación que le asigné a
Fariña al tratar su participación en los hechos
(citando a tal fin el acuerdo nº 041/12 de la CFAR),
ha sido la de un jefe y en virtud de ello es que aun
en aquellos casos en que no haya sido acreditada su
presencia en el lugar en que se desarrollaron los
ilícitos, su participación en los mismos se
desprende de su ubicación en la cadenas de mandos.
Esto así, ya que no cabe duda de que hubo quienes
por su ubicación en la misma conocieron la ilicitud
del sistema, y hubo también quienes ejecutaron sin
miramientos estos ilícitos.
Es por este motivo que en
aquellos casos en que no se ha comprobado la
participación de Fariña como ejecutor de los hechos,
es que ha respondido igualmente como partícipe de
los mismos.
Ello porque entendí que la
responsabilidad que le cupo a quien en aquella época
era jefe de la Sección Operaciones Especiales de
Inteligencia del Destacamento de Inteligencia 121 le
resultaban aplicables en líneas generales los
términos en que la CSJN se pronunció sobre la que
les correspondió a los Comandantes en Jefe en el
caso del “Juicio a las Juntas” (me remito a tal fin
al tratar la participación de Jorge Alberto Fariña).
Por lo dicho, es que si bien no
se puede tener por probada la presencia del imputado
en el centro clandestino de detención en el que
permanecieron cautivos Garat, Mac Guire y Pistacchia

254
FRO 43000367/2003
(en relación a quienes ha quedado acreditado -al

tratar la materialidad- que estuvieron cautivas en
un centro clandestino de detención dependiente del
Destacamento de Inteligencia 121), sí debe responder
como partícipe necesario (art. 45 del C.P.) ya que
ha prestado la cooperación intelectual y material
demás delitos investigados.
Por lo expuesto es que
corresponde procesar a Joaquín Tomás Gurrera como
partícipe necesario (art. 45 del C.P.) por los casos
números: 34) Eduardo Héctor Garat, 35) Santiago Mac
Guire y 50) Roberto Pistacchia.
Pablo Raúl Vera.
a. En el legajo personal militar
del imputado que en copia digitalizada se encuentra
reservado en Secretaría se observa que al momento de
los hechos se desempeñaba con el cargo de Sargento
en el Destacamento de Inteligencia 121.
Del informe de calificación del
año 1975/1976 se aprecia que ya con el grado de
Sargento el 16.12.1975 pasó a prestar servicios en
la Escuela de Inteligencia y el 26.12.1975 comenzó
como alumno del Curso Técnico de Inteligencia, el
cual aprobó conforme constancia de fecha 30.11.1976
convirtiéndose así en Técnico de Inteligencia –
Personal Subalterno-. Posteriormente realizó un
curso de perfeccionamiento de Auxiliar de
Inteligencia (ver fs. 74 del legajo)

255
En el informe de calificación
del año 1976/1977 es donde consta que el 20.12.1976
comenzó a prestar servicios en el Destacamento de
Inteligencia 121. Allí también se asentó que el
01.02.1977 comenzó a desempeñarse en dicho
destacamento como Auxiliar en la Sección Operaciones
Especiales de Inteligencia.
No es casual entonces que se
encuentre imputado en esta causa, ya que como lo he
reiterado en esta y otras resoluciones esa sección
conformaba el grupo operativo del Destacamento, y
era la encargada de desplegar el accionar ilegítimo
o para decirlo como vulgarmente se la conocía “la
patota del Destacamento 121”.
Todos sus coimputados que se
desempeñaron en el Destacamento ya sean militares o
personal civil de inteligencia pertenecieron a esa
sección o a la conocida como Actividad Especial de
Inteligencia.
Desde diciembre de 1976 a
octubre de 1977 fue calificado por Jorge Alberto
Fariña, Pascual Oscar Guerrieri y Edgardo Alcides
Juvenal Pozzi. Cabe señalar que los dos primeros son
coimputados en esta causa, encontrándose inclusive
condenados por algunos de los hechos por los que se
está resolviendo la situación procesal de Vera.
El informe de calificación del
año 1977/1978 da cuenta que continuó en el mismo
destino y con el mismo grado de Sargento hasta el
31.12.1978 en que fue ascendido de grado y pasó a

256
FRO 43000367/2003
ser Sargento Primero. Los superiores que lo

calificaron en ese período fueron los mismos que en
el anterior.
La pertenencia a este grupo cuyo
accionar se investiga en la presente causa y que
operó en los distintos centros clandestinos de
detención ya mencionados, se encuentra acreditada
desde lo formal con las referencias a su legajo
hechas en los párrafos precedentes y configuran un
importante indicio en relación a que el encausado
habría tomado parte en aquellos hechos por los
cuales sus coimputados ya fueron condenados y/o
procesados.
Sin perjuicio de ello, existe en
forma independiente un importante caudal probatorio
que demuestra no sólo la presencia de Vera en el
lugar en que ocurrieron los hechos (centros
clandestinos de detención), sino también el
desarrollo de concretas actividades ilícitas de su
parte.
Antes de remitirme a las
distintas declaraciones (tanto testimoniales como
indagatorias) que apuntan concretamente hacia la
responsabilidad de Vera en varios de los hechos
imputados, voy realizar una aclaración en relación
al apodo que el mismo habría utilizado durante su
accionar delictivo.
Como ha quedado acreditado en
las distintas resoluciones de mérito dictadas en
todas las causas referentes a violaciones a los

257
derechos humanos en el último gobierno de facto,
todos los hechos eran realizados procurando la
impunidad de sus participes y esto incluía, entre
apodos, alias o seudónimos (de hecho cada Agente “S”
contaba con un seudónimo como surge de los legajos
personales reservados en Secretaría). Si bien al
personal militar, como en este caso, no se le
asignaba seudónimos, sí actuaban con apodos.
Entiendo que existe evidencia
suficiente en autos para tener por comprobado que el
apodo bajo el cual actuaba este imputado era
“Mario”.
Ya en el 21 de mayo de 1984
María Amelia González, testigo y víctima en la
presente causa, había prestado declaración
testimonial (cuya copia certificada se encuentra
agregada a fs. 2200/2207 del acumulado n° 575/03) en
la que afirmó refiriéndose a las personas que la
mantuvieron cautiva que: “(…) Entre los oficiales
había uno que le decían Mario, del interior de la
pcia. de Chaco, por el acento me di cuenta…”. El
dato que aporta la testigo en relación a que “Mario”
era del interior de Chaco, es coincidente con los
registros de su legajo personal en el cual consta un
certificado de nacimiento del imputado que acredita
que nació en La Leonesa- Las Palmas- Chaco (lo cual
a su vez concuerda con los datos aportados por el
propio imputado en su declaración indagatoria al ser
preguntado en los términos del art. 297 del CPPN).
El único imputado en esta causa

258
FRO 43000367/2003
nacido en la provincia de Chaco, es justamente Pablo

Vera lo que configura un importante indicio que
permite relacionar ese apodo con el nombrado.
A lo dicho se debe agregar lo
que ha manifestado Eduardo Rodolfo Constanzo en
ampliación de declaración indagatoria brindada en
esta causa el 14.02.2006, donde dijo: “…A las 18:00,
hacía ya mucho, mucho frío, vino un sargento que era
el encargado de la patota, que se llama Mario Vera
(que también ahora que recuerdo fue con todos al
procedimiento en busca del negro julio), y nos dice
‘a ver Tucu, Agustín (por Rodolfo Isaac), Carlitos
Isaac, Gustavo Bueno, Walter Pagano, y Ruscoe (es el
apellido real, de nombre trucho “Rios o barbeta”,
que también había estado en el procedimiento del
negro julio)’ , nos dice a todos (a los seis) este
Mario Vera que decía el comandante (refiriéndose a
Fariña) que tienen que cavar el pozo para enterrar a
Remo”
En ampliación de declaración
indagatoria más reciente el mismo imputado sostuvo:
“…Con respecto a la hija de Barber, cuando me
hablaba de España y me preguntaba sobre el destino
de su padre, le contesté que hablara con el señor
juez Marcelo Bailaque para que lo citaran al
sargento Mario Vera, alias el “chaqueño” del cual yo
dejé fotografía…” (ampliación de declaración
indagatoria de Costanzo de fecha 17.02.2011)”.
Las constancias agregadas en el
legajo (ya citadas), lo dicho por la testigo María
Amelia González y por último esta declaración de

259
Costanzo permiten concluir que Mario Vera es en
realidad Pablo Raúl Vera. Sólo que el coimputado
Costanzo confundió el apodo que utilizó en aquel
entonces para desarrollar las actividades
clandestinas con su apellido real.
Esto así porque: 1- es
coincidente con las constancias del legajo de Vera
el grado que Costanzo manifestó que ostentaba en
aquel entonces (Sargento), 2- como ya lo señalé
ambos se desempeñaban en la Sección Operaciones
Especiales de Inteligencia lo que hace creíble que
ambos se conocieran, 3- no surge de los registros
históricos del Destacamento de Inteligencia 121 la
existencia de otra persona con el grado de Sargento
y de apellido Vera, 4- la afirmación de Costanzo en
relación a que Vera sería chaqueño, coincide con los
registros de su legajo personal en el cual consta un
certificado de nacimiento del imputado que acredita
que nació en La Leonesa- Las Palmas- Chaco.
En virtud de lo dicho es que
entenderé que cuando una víctima se haya referido en
una declaración testimonial a “Mario”, está hablando
de Pablo Vera.
Al indicio que implica haber
pertenecido en aquel entonces al Destacamento de
Inteligencia 121 y puntualmente a la Sección
Operaciones Especiales de Inteligencia, debe
agregarse lo que ha dicho también el propio Costanzo
en relación a la presencia de Vera en los distintos
centros clandestinos de detención y también a la
jerarquía y funciones dentro del grupo represivo.

260
FRO 43000367/2003
En efecto, de la inspección
realizada en el marco de la causa n° 131/07 del
Tribunal Oral en la Criminal Federal N° 1 de esta
ciudad (cuya acta en copia certificada se encuentra
agregada a fs. 7088/7090), que Costanzo mencionó a
Guerrieri, Fariña, Amelong, Marino González, el
sargento Mario Vera, Pagano, Armando, el “Pancho”
Silabra, “Aldo” -Ariel López-, el “Puma”, Juan
Carlos Bozzi, Carlitos y Rodolfo Isach como aquellos
que habrían trasladado detenidos y agregó que “…
todos, porque todos éramos un conjunto que estábamos
juntos, desde que nació esto, yo me integré a ellos
que ya estaban armados, de ‘Calamita’ pasamos todos,
todos, los detenidos y nosotros a ‘Funes’, de
‘Funes’ pasamos todos acá (refiriendo a la Escuela
‘Magnasco’), de acá pasamos todos a ‘la Intermedia’,
pasamos todos a Fábrica de Armas, nadie quedó afuera
éramos todo el conjunto ese”. En cuanto a las
jerarquías de este grupo, en su declaración
indagatoria prestada ante dicho tribunal sostuvo que
“(…) Sargento Mario Vera, el Sargento Mario Veras
era el encargado directo de la patota siempre bajo
las órdenes del Coronel Gerrieri, Teniente Coronel
Fariña y el Teniente Coronel Amelon…” (ver
transcripción de su declaración indagatoria prestada
ante el Tribunal Oral N° 1 agregada a fs.
6268/6288).
Esto ya lo había dicho en la
97/DH del 29.12.2010, en la que también cité parte
de la declaración testimonial prestada por Eduardo
Costanzo dentro del acumulado N° 38/04 caratulado

261
“Cabrera, Juan Andrés y otros S/ privación ilegitima
de la libertad, amenazas, torturas y desaparición”;
en la que hizo referencia a las personas que se
encontraban al mando de los distintos centros
clandestinos de detención: “…pero quien manejaba la
‘Calamita’, ‘Quinta de Funes’, ‘Escuela Magnasco’,
‘Intermedia’ y ‘Fábrica de Armas’, voy a empezar por
el primero, el Coronel Guerrieri, el Teniente
Coronel Fariña, el Teniente Coronel Amelong, el
Teniente Coronel Marino González, y el Sargento
Mario Vera que era el encargado de los civiles, de
la patota (…)”.
A todo lo establecido se debe
agregar un indicio más, la entrevista prestada por
Gustavo Francisco Bueno, quien se desempeñaba en la
época de los hechos como personal civil de
inteligencia del Destacamento de Inteligencia 121,
en la que afirmó: “… Granadero Baigorria. Bueno en
ese lugar… bajo el comando del entonces teniente
coronel Oscar Pascual Guerrieri se estructura un
lugar de detención. A cargo de la sección operativa
estaba el mayor Fariña, alias Sebastián. Del manejo
de ese lugar estaba también a cargo del sargento
ayudante Vera, en las funciones o sea de
administración, la parte logística en sí, problemas
domésticos, como se les llamaba. Luego… bueno en ese
lugar, empezaron a llevar personas que procedían de
diferentes lugares e inclusive eran… enviadas por la
policía de la provincia, la policía de Rosario…”.
Esto no sólo es coincidente con
las pruebas ya mencionadas, sino también con las

262
FRO 43000367/2003
constancias obrantes en los legajos de Fariña y

Vera, cuyas partes ya transcribí ut supra y de los
que se desprende que en febrero de 1977 pasaron a
integrar la Sección Operaciones Especiales de
Inteligencia. Esa fecha también concuerda con los
primeros cautiverios en el centro clandestino de
detención “La Calamita” que por el momento se
encuentran acreditados en estos autos. Lo dicho es
sin perjuicio de que existe la posibilidad de que
los cautiverios en esa fecha podrían haber comenzado
con anterioridad (como el caso del soldad José
Carlos Prat que ya fue tratado), tal como ya lo he
señalado en la resolución nº 97/DH porque el
contrato de locación que habría marcado la era del
destino ilícito del inmueble data de noviembre de
1976.
En la misma entrevista vuelve
mencionar como parte del grupo represivo (los nombra
junto a varios aquí coimputados) y consta que: “ Y
ellos salían divididos, por ejemplo, salía un auto
con el sargento Vera y dos o tres de ellos; otro
auto salía a lo mejor con Sergio Paz, Walter Pagano…
uno, por ejemplo, o sino lo dividían a la mitad,
salía Daniel Amelon a cargo de una mitad y otro de
ellos a cargo de la otra…” . A la pregunta acerca de
las actividades que ese grupo desarrollaba contestó
Bueno: “Las tareas de ellos eran directamente en
base a la información que elaboraba el Barba primero
Sebastián traía la información, de dónde la traía
nadie nunca lo supo; en base a la información esa se
organizaba el trabajo, entonces salían a hacer

263
allanamientos, mejor dicho operaciones y traían los
detenidos. Ellos mismos los interrogaban…”.
Es de destacar que Gustavo
Francisco Bueno prestó declaración testimonial en la
ciudad de Belem, Estado de Pará, en la República
Federativa de Brasil, en el marco de la causa N°
131/07 de entrada ante el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal N° 1 de esta ciudad -cuya copia
certificada se encuentra agregada a fs. 6835/6845 de
los presentes-, en la cual ratificó el contenido de
dicha entrevista.
Toda esta evidencia, unida a la
presunción a la que arribara la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad por Acuerdo n° 124/09 de
fecha 24.08.09 (cuya parte transcribí al iniciar el
punto sobre participación en este resolutorio)
imponen tener por acreditado que Pablo Vera ha
estado presente y ha tomado parte en las actividades
ilícitas, teniendo jefatura sobre el personal civil
de inteligencia, que se han desarrollado en los
distintos centros clandestinos de detención del
Destacamento de Inteligencia 121: “La Calamita”,
“Quinta de Funes”, “Escuela Magnasco”, “La
Intermedia” y “Fábrica Militar de Armas”.
Sin perjuicio de ello trataré a
continuación algunos hechos puntuales que robustecen
esta última afirmación y que para su mejor
exposición dividiré entre aquellos hechos cuya
materialidad ya ha sido tratada en otras
resoluciones y aquellos que se han tratado por
primera vez en estos.

264
FRO 43000367/2003
Dentro de la primera categoría

podemos agrupar a los siguientes hechos.
a.1. Hechos que en su
declaración indagatoria le fueran imputado con los
números 8) a 13):
En la resolución nº 97/DH cité
parte de la declaración de María Luisa Rubinelli
prestada en el marco de la presente causa, en la que
había dicho: “… de cuando estuve secuestrada,
recuerdo varios nombres: Agustín, Armando, Ángel,
Mario, Miguel, Jacinto, Puma, al Comandante le
decían Sebastián, a la que se ocupaba de la cocina
le decían María y a un médico que me atendió en una
oportunidad, Alejandro…”.
Corresponde aclarar que
Rubinelli ya había prestado testimonio en el legajo
CONADEP de Aníbal Morcabel (quien al momento de los
hechos era su cónyuge y fue secuestrado junto con
ella) donde dijo que entre los nombres o
sobrenombres utilizados por sus captores estaba el
de “Mario” (ver fs. 2187/2191 del acumulado N°
575/03). En forma concordante declaró vía exhorto
librado en los autos “Díaz Bessone… (víctima:
Fernando Brarda…)”, expte. N° 588/03 cuya acta en
copia certificada se encuentra agregada a fs.
2193/2195 del acumulado N° 575/03.
A esto debo recordar la
declaración de fecha 21 de mayo de 1984 de María
Amelia González cuya transcripción efectué
precedentemente. La misma testigo en fecha

265
07.08.2006 declaró por exhorto en la ciudad de Bella
Vista –Pcia. de Corrientes- y reiteró que entre sus
secuestradores estaba “Mario” (ver copia certificada
agregada a fs. 2198 del acumulado nº 575/03).
En la resolución nº 97/DH del
29.12.2010 quedó acreditada la relación entre los
hechos padecidos por las víctimas cuyos testimonios
referí en los párrafos precedentes y Ernesto Víctor
Enrique Traverso, Emma Buna, Guillermo White, Aníbal
Morcabel, Carlos Alberto Novillo, Alejandro Luis
Novillo y Jorge Luis Ruffa. No debe olvidarse que si
bien el caso de Jorge Novillo no lo traté en dicho
resolutorio, ha quedado demostrado que el mismo fue
secuestrado junto con sus hermanos, con lo cual este
caso también guarda relación los anteriores.
declaración indagatoria le fueran imputado con los
números 22):
El testigo y víctima Juan
Antonio Rivero relató ante el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal nº 1 de esta ciudad en el marco de
la audiencia del debate oral llevado a cabo en el
marco de causa N° 131/07 ya citada que una vez
secuestrado y llevado al centro clandestino de
detención conocido como Fábrica Militar de Armas
“Domingo Matheu”, lo recibió un tal “Mario” que era
el jefe de ese lugar.
Este testigo ya había afirmado,
al momento de declarar en instrucción en el marco
del acumulado nº 581/03 caratulado “Jordana

266
FRO 43000367/2003
Testoni…”, la presencia de la persona que se diera a

conocer como “Mario” en el centro clandestino de
detención quien habría sido el jefe en el lugar (ver
fs. 114/121).
Por su parte Ramón Aquiles
Veron, en su declaración testimonial cuya acta obra
a fs. 129/134 del acumulado nº 581/03, dijo que
“Mario” estaba entre los captores que se encontraban
en el centro clandestino de detención.
También Olga Moyano en
declaración prestada en fecha 11.04.2008 en el marco
del acumulado nº 581/03 (ver fs.2521/2527) dijo que:
“Aparentemente en ese lugar vivía una de estas
personas que se llamaba Mario porque salían a la
noche y comentaban donde iban a ir o que iban a
hacer.” El señalamiento de “Mario” como uno de los
captores ha sido sostenido en el tiempo por esta
víctima ya que también lo mencionó al prestar
declaración testimonial en el año 1984 en el marco
de la causa n° 49531 de entrada ante la CFAR
caratulada: “Verón, Ramón Aquiles S/ Denuncia
desaparición de Hilda Yolanda Cardozo” (ver fs.
156/159 de los citados autos).
Adriana Arce prestó declaración
testimonial en reiteradas ocasiones en instrucción
en el citado acumulado y apuntó a “Mario el Capitán”
como uno de sus captores en el centro clandestino de
detención “Fábrica Militar de Armas” (ver fs.
1035/1040 del acumulado nº 581/03).
En el caso de esta testigo, si

267
bien no se corresponde el grado militar de Pablo
Vera, con el que ella le adjudicó; le otorga al
imputado cierto mando lo cual es coincidente con lo
que ha afirmado Costanzo en cuanto a que el
encausado era el jefe del Personal Civil de
Inteligencia.
Por otro lado, relacionado con
esto debo aclarar que oportunamente por resolución
nº 70/DH de fecha 06.10.2009 dictada en el acumulado
nº 581/03 al tratar los casos de estas víctimas
sostuve que: “…no se puede descartar que en ‘Fábrica
Militar’, Gurrera haya sido quien las víctimas
identificaban como ‘Mario’ ya que en su mayoría
fueron coincidentes en afirmar que el mismo era uno
de los jefes del lugar…”. La evidencia reseñada
precedentemente me lleva a cambiar de criterio al
respecto y sostener que “Mario” era justamente Pablo
Raúl Vera.
Este cambio se encuentra
respaldado por la sentencia nº 25/13 del Tribunal
Oral en lo Criminal Federal nº 1 de esta ciudad que
justamente juzgó la conducta de Gurrera. Allí dijo
el Tribunal: “Por otro lado lo menciona como
“Capitan Mario” pero hete aquí que tal apelativo no
es mencionado por sus compañeros de detención, que
mencionan a un tal “Mario” pero lo ubican con una
jerarquía inferior a la de “Sebastian” y “Daniel”,
lo que no se condice con su estatus militar de ese
enconces (sic).
También le asiste razón al
imputado cuando sostiene que el Fiscal en la

268
FRO 43000367/2003
Indagatoria le asigna el apodo ”Emilio”, Constanzo

sostiene que Porra le puso el de “Burro” porque no
hablaba. Y como si esto fuera poco para crear
incetidumbre (sic) respecto de la asociación “Mario”
o “Capitan Mario” con la persona de Gurrera,
Constanzo sustuvo (sic) que en la “fábrica” vivía un
tal “Mario Vera” con grado de sargento que era el
que mandaba en lugar, y dormia (sic) en una pieza
cercana al lugar donde estuvo detenida Moyano.
En definitiva afirmamos que no
existe certeza de la presencia y accionar ilícito de
Gurrera en la “Fabrica” en orden a la privación
ilegítima de la libertad de los ciudadanos antes
mencionados (Rivero, Verón, Arce, Moyano,Cardozo,y
en el homicidio de Miranda y Morandi, que permita su
condena como autor responsable. Es por todo ello que
corresponde disponer su absolución por esos cargos.”
Además, esta conclusión resulta
verosímil si tenemos en cuenta que los testigos le
asignan a “Mario” cierta jefatura lo cual es
coincidente con la posición que le asignó a Vera
Eduardo Constanzo en declaraciones que ya he citado.
Con lo dicho queda acreditada la
participación del imputado en los hechos que
padecieron: Adriana Elba Arce, Juan Antonio Rivero,
Ramón Aquiles Verón, Olga Regina Moyano, Hilda
Yolanda Cardozo, Susana Miranda y Ariel Morandi.
declaración indagatoria le fueran imputado con el
número 21):

269
El Tribunal Oral en lo Criminal
Federal nº 1 de esta ciudad dijo en la sentencia nº
3/2010: “Se halla acreditado que los homicidios
acaecidos en el Centro Clandestino de Detención “La
Intermedia”, fueron ejecutados en una construcción
contigua a la casa en donde se alojaban los
detenidos, y en presencia de Guerrieri, Amelong y
Fariña, que todos los integrantes del grupo de
tareas que se encontraban en ese lugar, envolvieron
los cuerpos y los cargaron en un camión con destino
al aeropuerto. Que las personas que integraron el
grupo de tareas, que se encontraban en el lugar, al
momento de cometerse los homicidios, y -además de
los condenados en a presente causa- fueron: Marino
González “Pepe”, el Sgto. Mario Vera –chaqueño-,
“Armando” o “Craneo” Juan Andrés, “El Pancho”
Silabra, “Aldo” –Ariel López-, “El Puma” -Ariel
Zenón Porra- Juan Carlos Bozzi, Carlos Isach y
Rodolfo Isach, identificados por el imputado Eduardo
Rodolfo Costanzo. Afirma dicho imputado que las
ejecuciones estuvieron a cargo de Rodolfo Isach.”
Este relato efectuado por el
Tribunal está avalado por el caudal probatorio
rendido en el marco del debate de la audiencia
pública.
Respecto a la desaparición
física de Raquel Negro que se le imputara en su
indagatoria a Pablo Vera, más allá de mi convicción
sobre la forma en que considero que ocurrieron los
hechos (ya desarrollada en la resolución nº 97/DH
del 29/12/2012 y mantenida en la resolución 28/DH

270
FRO 43000367/2003
del 30/03/2012), debo tener en cuenta lo dispuesto

por la Cámara Federal de Apelaciones de esta ciudad
mediante acuerdo nº 41/12-DH de fecha 28/05/2012, en
el cual se confirmó el procesamiento por este hecho
en relación a quienes dirigían el Destacamento de
Inteligencia 121 en aquel entonces (Guerrieri y
Fariña), pero se dictó la falta de mérito respecto a
los restantes coencausados a los cuales se les había
imputado también ese hecho, ello así por entender
que no resultaba aplicable en esos casos lo resuelto
en el acuerdo nº 170/09 de esa Cámara, ya que no
eran asimilables las circunstancias en que
acaecieron los hechos padecidos por Raquel Negro a
los padecidos por Rubén Messiez.
En razón de lo expuesto y a fin
de evitar un innecesario dispendio jurisdiccional es
que corresponde dictar la falta de mérito en los
términos del art. 309 del C.P.P.N. respecto a la
desaparición física de Raquel Ángela Carolina Negro
que se le imputara a Vera en su declaración
indagatoria.
a.4. Respecto a los hechos que
le fueron imputados en su declaración indagatoria a
Vera con los números: 1) a 7) y 14) a 17), debo
recordar que los mismos quedaron oportunamente
acreditados en las resoluciones a las que ya me he
remitido al tratar en el punto atinente a la
materialidad. En las mismas se comprobó el
cautiverio de las víctimas en el centro clandestino
de detención “La Calamita” y por lo tanto la
participación de integrantes del Destacamento de

271
Inteligencia 121 en los hechos.
Al iniciar el punto sobre
participación sostuve que en aquellos casos en los
cuales tuve por probado el cautiverio en algún
centro clandestino de detención en los que Vera haya
actuado, consideraré acreditada su participación en
los ilícitos a los que esas víctimas hayan sido
sometidas por lo que adelanto que dispondré su
procesamiento en relación a todos estos hechos.
a.5. El Dr. Julio Agnoli,
defensor ad hoc del imputado, presentó un escrito
que se encuentra agregado a fs. 13.055/13.060 en el
cual solicitó el sobreseimiento parcial de su pupilo
fundado en que entre el 16.08.1977 y el 30.09.1977,
su defendido habría estado afectado al Curso “CSM
403 de Perfeccionamiento Auxiliar de Inteligencia –
BRE 4689”. En esa presentación detalla los casos de
la letra a) a la u) los casos respecto de los cuales
pretende el sobreseimiento de Vera.
Como en este punto estoy
tratando la participación del encausado en relación
a hechos cuya materialidad ha sido detallada y
probada en otros resolutorios y no en este, me voy a
referir en este punto a esos casos.
Le asiste razón a la defensa en
cuanto consta en el legajo personal del encausado
que en esas fechas habría realizado el mencionado
curso. A fs. 250 del legajo se consta la siguiente
anotación: “16 Ago 77 Concurre a Es Icia para
realizar Curso CSM- 403 de perfeccionamiento Aux

272
FRO 43000367/2003
Icia- BRE 4689- OD 40/77” y a renglón seguido esta

otra: “03 Oct 77 Regresa de Curso CSM – 403 – OD
40/77”. A fs. 74/76 del legajo se encuentra agregada
las constancias del curso realizado, con la nota y
el promedio obtenido, el lugar y fecha: “BUENOS
AIRES, 30 de Septiembre de 1977”.
Siguiendo el criterio adoptado
en esta resolución en relación a las licencias
tomadas por otros imputados, que se ha basado en la
última jurisprudencia de la Cámara Federal de
Apelaciones a la que ya hice referencia (acuerdo nº
170/13) es que habré de disponer la falta de mérito
del imputado en los siguientes hechos (conforme a la
numeración dada en su declaración indagatoria): 18)
Fernando Rubén Messiez, 19) Alberto Barber Caixal y
20) Héctor A. Larrosa.
Si bien el caso no es
exactamente igual a los tratados anteriormente, ya
que aquí no existe propiamente una licencia sino un
alejamiento del imputado del lugar donde estaba
destinado a fin de realizar el mentado curso; los
términos de las constancias de su legajo que he
transcripto genera una duda razonable sobre si Vera
se encontraba durante ese período en esta ciudad.
Esta misma duda es la que
inhabilita por el momento el dictado de un auto de
sobreseimiento que pretende la defensa, ya que se
puede incorporar nuevos elementos probatorios a la
causa que prueben por ejemplo que el encausado
realizaba el curso algunos días en Buenos Aires pero
luego retornaba a esta ciudad a tomar participación

273
en alguno de los hechos señalados.
Ingresando ahora al tratamiento
referido a la segunda categoría enunciada
anteriormente, es decir, aquellos relativos a los
hechos tratados por primera vez en la presente, se
puede establecer lo siguiente.
a.6. Ya di por acreditada la
presencia del imputado en los distintos centros
clandestinos de detención. Ahora reitero lo que
anuncié en forma general para todos los imputados:
en aquellos casos en los cuales tuve por probado el
en los que el encausado haya actuado, consideraré
acreditada su participación en los ilícitos a los
que esas víctimas hayan sido sometidas.
b. En este punto analizaré
algunos casos puntuales:
b.1. En relación a los casos:
12) Gustavo Guillermo López Torres y Graciela Susana
Capoccetti; 13) Ricardo Massa y Susana Becker; 14)
de Clara Ruth Argento Fontaine y Abel Argento
Ravelo y Emilio Etelvino Vega; 32) Susana Busaniche,
Graciela Busaniche y Pedro Delgado; 38) Gustavo
Adolfo Pon y 39) Antonio Huerta y Antonio Horacio

274
FRO 43000367/2003
Huerta; teniendo en cuenta que ya di por probado que

el imputado se encontraba en esas fechas realizando
un curso en la ciudad de Buenos Aires (16.08.1977 al
03.10.1977), por los argumentos ya expresados es que
entiendo que corresponde el dictado de la falta de
mérito (art. 309 del C.P.P.N.)
b.2. En relación los casos
números: 5) Carlos Néstor Ponce;6) Graciela Elina Lo
Tuffo; 7) Carlos Roberto Gallegos; 8) Marta Susana
Diez y Jorge Barrantes; 9) Raúl Luis Bustos; 10)
Eustaquio Ozuna; 11) Jorge Ramón Fabián Peralta; 16)
Arturo Avellaneda; 19) Norma Horizontina Coutada
Fernando Godoy; 29) Víctor Jorge Lowe; 33) Adriana
Elsa Tasada y Hugo Alberto Megna; 34) Eduardo Héctor
Garat y 35) Santiago Raúl Mac Guire conforme lo
dicho en el punto atinente a consideraciones
generales al iniciar este acápite sobre
participación (en el cual cité la resolución 041/12
de la CFAR), como también la falta de indicios
C.P.P.N.).
A lo dicho en este último
párrafo, debo agregar que noto que en la fecha en
que se llevó a cabo el caso número 5) Carlos Néstor
Ponce, surge del informe de calificación
correspondiente a los años 1976/1977 que el imputado
se encontraba de licencia en la ciudad de Buenos

275
Aires (30 días tomados desde el 05.01.1977); por lo
que, conforme lo dicho al tratar otros casos en los
que me remití a la resolución nº 170/13 de la
Cámara, esta sola circunstancia habilita el dictado
del auto de falta de mérito. Lo mismo vale decir en
relación a la fecha de los casos: 16) Arturo Ángel
Avellaneda; 19) Norma Horizontina Coutada Rosés; 20)
Mario Eduardo Menéndez; 23) Guillermo Fernando
Godoy; 29) Víctor Jorge Lowe y 33) Adriana Elsa
Tasada y Hugo Alberto Megna en los que Vera se
encontraba realizando el citado curso en Buenos
Aires (del 16.08.1977 al 03.10.1977).

corresponde ordenar el procesamiento de Pablo Vera:
30) Daniel Héctor Querol; 31) Sonia Rosa Kindrasiuk;
Gregorio Larrosa; Nelly Elma Ballestrini de Larrosa;
36) José Enrique Nelio Animendi; 37) Gustavo Adrián
Rodríguez y Olga Lilian Vaccarini; 40) Mónica Marta
Cappelli; 41) Irma Elena Montenegro; 42) Eduardo
Luis Franco; 43) Domingo Laborde; 44) Hilda Elena
Miekle Rivas; 45) José Alberto Madeo; 46) Alberto
Corazza; 47) Alberto Galarza; 48) Susana Elena Díaz
y 49) María Graciela Eier.

del imputado en relación a los siguientes casos: 5)
Carlos Néstor Ponce;6) Graciela Elina Lo Tuffo; 7)
Guillermo López Torres y Graciela Susana Capoccetti;

276
FRO 43000367/2003
13) Ricardo Massa y Susana Becker; 14) de Clara Ruth

Miguel Valleto Olivari; 16) Arturo Avellaneda; 17)
María Isabel Salinas de Bosso y Carlos Alberto
Eduardo Bordesio; 19) Norma Horizontina Coutada
Rosés; 20) Mario Eduardo Menéndez; 21) Miguel Ángel
D’Andrea; 22) Mario Alberto Ramos; 23) Guillermo
Fernando Godoy; 28) Juan Carlos Amador, María Esther
Ravelo y Emilio Etelvino Vega; 29) Víctor Jorge
Lowe; 32) Susana Busaniche, Graciela Busaniche y
Pedro Delgado; 33) Adriana Elsa Tasada y Hugo
Alberto Megna; 34) Eduardo Héctor Garat; 35)
Santiago Raúl Mac Guire; 38) Gustavo Adolfo Pon y
39) Antonio Huerta y Antonio Horacio Huerta (conf.
art. 309 del Código Procesal Penal de la Nación).
1.3) Sobre la participación del

Personal Civil de Inteligencia.
Como dato común a todos y cada

uno de los imputados cuya situación se analizará a
continuación, corresponde señalar que en aquellos
casos en los cuales tuve por probado el cautiverio
de una víctima determinada en algún centro
clandestino de detención en los que alguno de los
encausados haya actuado (conforme a la resolución ya
citada, acuerdo nº 041/2012 de la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad), consideraré acreditada
su participación en los ilícitos a los que esas

277
Ariel Antonio López.
Se encuentra acreditado que
Ariel Antonio López era Personal Civil de
Inteligencia (PCI) del Destacamento de Inteligencia
121 en el momento en que ocurrieron los hechos
endilgados. Ello surge de su legajo personal
reservado en Secretaría para los presentes.
que el nombrado fue designado en carácter
condicional como personal civil de inteligencia el
1.04.77, como In 14 dentro del Cuadro “C”, subcuadro
“C-2”, como agente “S” dentro del mencionado
Destacamento de Inteligencia 121 (ver fs.45). Según
consta en su foja de calificación al tiempo en que
ocurrieron los hechos que se le imputaran (período
01.04.77 al 31.10.78 -ver fs. 49 del legajo-) se
desempeñó en la categoría y cargos ya mencionados y
su destino interno era la Sección OEI. Esta sigla
era la correspondiente a Operaciones Especiales de
Inteligencia cuya importancia dentro del
Destacamento de Inteligencia 121 dentro del plan
sistemático ilegal y clandestino de represión
instaurado durante el último gobierno de facto ya he
hecho referencia en reiterados pronunciamientos
(incluido el presente al tratar la participación de
Marino González).
Quienes lo calificaron durante
el mencionado período fueron en primera instancia
Jorge Alberto Fariña y en segunda Pascual Oscar
Guerrieri.

278
FRO 43000367/2003
Ariel López fue procesado por

resoluciones números: n° 70/B de fecha 06.10.2009
(confirmado por acuerdo nº 61/10 de fecha 06.8.2010
de la CFAR) y 97/DH del 29.12.2010 dictada en los
presentes (confirmado por acuerdo nº 41/12 del
28.05.2012). Asimismo fue condenado por el Tribunal
hechos contenidos en el auto 70/B mediante sentencia
nº 25 del 24.02.2014.
En todos estos resolutorios no
sólo ha quedado acreditada la participación, sino
también la presencia y funciones del imputado en los
distintos centros clandestinos de detención que
dependieron del Destacamento de Inteligencia 121 a
los cuales ya hice reiteradamente referencia.
la impunidad de sus partícipes y esto incluía, entre
el apodo bajo el cual actuaba Ariel López era “Aldo”
(de hecho así figura en su legajo personal).
Armas”.

279
en cuanto al apodo que utilizaba el imputado López,
sino también a su presencia, funciones y
ciudad.
En relación los casos números:
6) Graciela Elina Lo Tuffo; 7) Carlos Roberto
Menéndez; 23) Guillermo Fernando Godoy; 33) Adriana
Elsa Tasada y Hugo Alberto Megna, conforme lo dicho
en el punto atinente a consideraciones generales al
iniciar este acápite sobre participación y lo
expuesto al tratar la participación de dos militares
como Marino González y Juan Daniel Amelong (quienes
tenían por ello mayor responsabilidad jerárquica que
López), teniendo en cuenta la falta de indicios
probatorios que permitan determinar si estas
víctimas pasaron por algún centro clandestino de
detención en el cual el encausado haya tenido
actuación, es que entiendo que corresponde disponer

280
FRO 43000367/2003
su falta de mérito (conf. Art. 309 del C.P.P.N.).

corresponde ordenar el procesamiento de Ariel
Antonio López por los casos números: 12) Gustavo
Ravelo y Emilio Etelvino Vega; 31) Sonia Rosa
Kindrasiuk; Gregorio Larrosa; Nelly Elma Ballestrini
de Larrosa; 32) Susana Busaniche, Graciela Busaniche
y Pedro Delgado; 36) José Enrique Nelio Animendi;
37) Gustavo Adrián Rodríguez y Olga Lilian
y Antonio Horacio Huerta; 40) Mónica Marta Cappelli;
41) Irma Elena Montenegro; 42) Eduardo Luis Franco;
43) Domingo Laborde; 44) Hilda Elena Miekle Rivas;
45) José Alberto Madeo; 46) Alberto Corazza; 47)
Alberto Galarza; 48) Susana Elena Díaz y 49) María
Graciela Eier.

para los siguientes casos: 6) Graciela Elina Lo

281
respecto a la privación ilegítima de la libertad
agravada de Gustavo Guillermo López Torres que se le
imputara; 16) Arturo Avellaneda; 19) Norma
Menéndez; 23) Guillermo Fernando Godoy y 33) Adriana
Elsa Tasada y Hugo Alberto Megna (conf. art. 309 del
Código Procesal Penal de la Nación).
Ariel Zenón Porra

De la documentación reservada en
Secretaría surge que se desempeñó como agente de
policía dentro de la delegación Rosario de la
Policía Federal Argentina, siendo su fecha de alta
el 12/01/76 y la de baja el 20/03/79. En fecha
01/11/77 ingresó como Personal Civil de Inteligencia
del Ejército en el Destacamento de Inteligencia 121,
en carácter condicional, en el cuadro “C” -
subcuadro “C-2” – In 14 como Agente “S”. Quien
presentó a Porra ante el Destacamento (según surge
de fs. 1 de su legajo personal como PCI que en copia
se encuentra reservado en Secretaría) fue el
entonces capitán Jorge Alberto Fariña. Asimismo a
fs. 7 del mencionado legajo consta que otra persona
que avaló sus antecedes morales fue Juan Daniel
Amelong.
Durante el período del 01/11/77
al 31/08/78 fue calificado por Jorge Alberto Fariña
y Pascual Oscar Guerrieri, siendo su destino interno
la Sección Operaciones Especiales de Inteligencia.
El 21/08/78, según su legajo, concurrió a realizar

282
FRO 43000367/2003
el curso de AEI.
Fue procesado por resoluciones
números: n° 33/B de fecha 21.05.2008 (confirmado por
acuerdo nº 71/09 de fecha 14.05.09 de la CFAR) y
97/DH del 29.12.2010 dictada en los presentes
(confirmado por acuerdo nº 41/12 del 28.05.2012) y
n° 34/B de fecha 21.05.2008 dictada en el marco de
la causa “Jordana Testoni…” (confirmado por acuerdo
nº 79/09 del 28.05.2009 de la CFAR). Asimismo fue
condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal
Federal nº 1 de Rosario por hechos contenidos en los
autos números 33/B y 34/B mediante sentencia nº 25
del 24.02.2014.
Como ya lo he consignado, todos
los hechos eran realizados procurando la impunidad
de sus partícipes y esto incluía, entre otras cosas,
hacerse conocer ante las víctimas por apodos, alias
o seudónimos (de hecho cada Agente “S” contaba con
un seudónimo como surge de los legajos personales
reservados en Secretaría). El alias de Ariel Zenón
Porra era “Alberto Portelas”, pero el apodo con el
cual el nombrado actuó, conforme se le hizo saber en
su declaración indagatoria, era el de “Puma”. Ello
es lógico porque, tal como se le comunicara en su
declaración indagatoria, él tomó participación en
los hechos primero como agente de la Policía Federal
Argentina y luego, como PCI del Destacamento de
Inteligencia al ser designado como tal, con lo cual
al principio no contaba con un seudónimo otorgado
formalmente por el Servicio de Inteligencia.

283
en cuanto al apodo que utilizaba el imputado, sino
también a su presencia, funciones y participación en
los ilícitos que allí se cometieron dentro de los
distintos centros clandestinos de detención. Esto
con la salvedad que hice en cuanto a su jerarquía
dentro de la estructura represiva, aspecto este en
el que como ya lo dije haré aplicable la doctrina
sentada en el acuerdo nº 041/2012 de la Cámara
Federal de Apelaciones de esta ciudad.
1) María Teresa Quintana; 2) Segismundo Martínez; 4)
Ozuna; 11) Jorge Ramón Fabián Peralta; 16) Arturo
Godoy; 24) Bernardo Alfredo Depetris y Carlos
Schreiber; 33) Adriana Elsa Tasada y Hugo Alberto
Megna; 34) Eduardo Héctor Garat y 35) Santiago Raúl
Mac Guire, conforme lo dicho en el punto atinente a
consideraciones generales al iniciar este acápite
sobre participación (en el cual cité la resolución
041/12 de la CFAR), como también la falta de
indicios probatorios que permitan determinar si las
actuación me llevan a disponer su falta de mérito

284
FRO 43000367/2003
(conf. Art. 309 del C.P.P.N.)

En base a todo lo dicho
corresponde ordenar el procesamiento de Ariel Zenón
Porra por los casos números: 3) José Carlos Prat;
Capoccetti con excepción de la privación ilegítima
de la libertad de López Torres conforme lo dicho al
tratar la materialidad; 13) Ricardo Massa y Susana
Becker; 14) de Clara Ruth Argento Fontaine y Abel
Argento Fontaine; 15) de María de los Ángeles
Eier.
Disponer la falta de mérito del

imputado en relación a los siguientes casos: 1)
María Teresa Quintana; 2) Segismundo Martínez; 4)

285
Mac Guire (conf. art. 309 del Código Procesal Penal
de la Nación).
Francisco José Scilabra.

a. Del legajo personal de
Francisco José Scilabra como Personal Civil del
Destacamento de Inteligencia 121, surge que fue
designado como agente “S” en el cuadro “C”,
subcuadro “C-2”, In 14 en fecha 1° de abril de 1977.
Desde el 1/04/1977 hasta el 31/01/1978 su destino
interno fue la Sección Operaciones Especiales de
Inteligencia y desde el 1º/02/1978 hasta el
15/10/1978 el destino interno fue la 2da. Sec. Ejec.
Quien presentó al imputado
oportunamente ante el Destacamento en fecha 11 de
marzo de 1977 fue uno de los coimputados Marino
Héctor González (ver fs. 94 del legajo reservado en
Secretaría), quien además dio el aval moral
ideológico para su ingreso (ver fs. 91 del legajo).
Es un elemento trascendente que haya sido Marino
González quien presentó al Destacamento a Scilabra,

286
FRO 43000367/2003
más si tenemos en cuenta que por aquel entonces, el

primero era, con el grado de capitán, jefe de
Actividad Especial de Inteligencia (AEI), una de las
secciones del Destacamento que, junto con la Sección
Operaciones Especiales de Inteligencia (OEI),
integraba el grupo operativo del mismo.
Ya dije precedentemente que la
asociación ilícita que se conformó en el marco del
Destacamento de Inteligencia en aquel entonces se
encontraba compuesta, entre otros, por la mayoría de
los integrantes de la Sección Operaciones de
Inteligencia junto con los de la Actividad Especial
de Inteligencia. Era lo que podríamos designar como
“el grupo de tareas” del Destacamento de
Inteligencia 121.
Por lo tanto, el hecho de que el
imputado haya integrado aquella sección ya configura
por sí mismo un indicio a tener en cuenta en
relación a su presencia en los distintos centros
clandestinos de detención mencionados en el párrafo
precedente y en definitiva en su participación en
los hechos.
Francisco José Scilabra fue
procesado por resolución número 130/DH del
19.12.2012 (confirmado por acuerdo nº 081/13 de
fecha 15.08.2013 de la CFAR).
En ese resolutorio no sólo ha
quedado acreditada la participación, sino también la
presencia y funciones del imputado en los distintos
centros clandestinos de detención que dependieron
del Destacamento de Inteligencia 121 a los cuales ya

287
hice reiteradamente referencia.
la impunidad de sus participes y esto incluía, entre
apodos. El seudónimo bajo el cual actuaba en aquella
época este agente “S” era, según surge de su legajo,
Federico Silver. En la citada resolución agregué
además que este imputado tenía ese seudónimo formal
pero que también se hacía conocer en los distintos
centros clandestinos de detención como “Pancho” o
“Paco”.
Me remito a sus fundamentos
dados en el citado resolutorio nº 130/DH, no sólo en
cuanto al apodo que utilizaba el imputado, sino
6) Graciela Elina Lo Tuffo; 7) Carlos Roberto

288
FRO 43000367/2003
Garat; 35) Santiago Raúl Mac Guire y 50) Roberto

Vicente Pistacchia, conforme lo dicho en el punto
atinente a consideraciones generales al iniciar este
acápite sobre participación (en el cual cité la
resolución 041/12 de la CFAR), como también la falta
de indicios probatorios que permitan determinar si
las víctimas pasaron por algún centro clandestino de
(conf. Art. 309 del C.P.P.N.).
b.2. En su declaración
indagatoria el imputado afirmó que: “…se me imputan
delitos del 76 al 77 durante esos meses que me
leyeron, yo entré en el destacamento de inteligencia
el 3.04.77 por lo tanto no tengo absolutamente nada
que ver con esos delitos.” De la lectura del acta de
declaración indagatoria de Scilabra surge que los
hechos que se le endilgaron son aquellos cometidos
con posterioridad a su ingreso al Destacamento de
Inteligencia 121, por lo que este argumento esbozado
en su defensa carece de fundamento.
Respecto a las funciones que el
imputado alegó desarrollar en el Destacamento, debo
recordar que ya ha quedado suficientemente
acreditado en la resolución nº 130/DH del 19.12.2012
(confirmada por acuerdo nº 081/13 de fecha
15.08.2013 de la CFAR) que las mismas no eran
meramente administrativas, sino que Scilabra tuvo
una activa presencia en los distintos centros
clandestinos de detención donde se desarrollaron
gran parte de los hechos investigados en la presente

289
causa por lo que me remito a aquellos argumentos.
corresponde ordenar el procesamiento de Francisco
Scilabra por los casos números: 12) Gustavo
Ravelo y Emilio Etelvino Vega; 31) Sonia Rosa
Kindrasiuk; Gregorio Larrosa; Nelly Elma Ballestrini
de Larrosa; 32) Susana Busaniche, Graciela Busaniche
y Pedro Delgado; 36) José Enrique Nelio Animendi;
37) Gustavo Adrián Rodríguez y Olga Lilian
y Antonio Horacio Huerta; 40) Mónica Marta Cappelli;
41) Irma Elena Montenegro; 42) Eduardo Luis Franco;
43) Domingo Laborde; 44) Hilda Elena Miekle Rivas;
45) José Alberto Madeo; 46) Alberto Corazza; 47)
Alberto Galarza; 48) Susana Elena Díaz y 49) María
Graciela Eier.


290
FRO 43000367/2003

Garat; 35) Santiago Raúl Mac Guire y 50) Roberto
Vicente Pistacchia (conf. art. 309 del Código
Juan Andrés Cabrera.

a. Se encuentra acreditado que
Juan Andrés Cabrera era Personal Civil de
Inteligencia (PCI) del Destacamento de Inteligencia
121 en el momento en que ocurrieron los hechos
endilgados. Ello surge de su legajo personal
reservado en Secretaría para los presentes.
que el nombrado fue designado como personal civil de
inteligencia el 1.07.78, como In 14 dentro del
Cuadro “C”, subcuadro “C-3”, dentro del mencionado
Destacamento de Inteligencia 121 (ver fs.25/26).
Si bien con anterioridad a esa
fecha el legajo dice que Cabrera prestaba funciones
laborales en el Cuadro “A”, subcuadro “A-2”, esto
es, en tareas administrativas propias de su presunta
especialidad (ver fs. 1 y 23 del mismo), lo cierto
es que ya con anterioridad al 1 de julio de 1978
Juan Andrés Cabrera actuaba como agente de
inteligencia en la faz operativa. Ello se desprende
también de dicho legajo en la nota remitida a la
superioridad por el jefe del Destacamento de
Inteligencia 121, Edgardo Alcides Juvenal Pozzi.

291
En esa nota -de fecha 24 de
abril de 1978- se solicita al Comandante en Jefe del
Ejército se contemple la posibilidad de cambiar del
Cuadro “A”, subcuadro “A-2” al Cuadro “C”, subcuadro
“C-3” del In 15 a Juan Andrés Cabrera por las
razones allí expuestas. Entre las razones expuestas
(conf. fs. 133), debo mencionar en lo que aquí
interesa la siguiente: “a) El causante por reunir
condiciones y ante necesidades del servicio, se está
desempeñando desde hace aproximadamente dos años en
la Sección OEI de esta Unidad…”.
números: n° 25/B de fecha 15.04.2009 (confirmado por
nº 123/09 de fecha 24.08.2009 del 28.05.2009 de la
CFAR). Asimismo, por resolución n° 34/B de fecha
06.05.2009 dictada dentro del acumulado n° 38/04
(resolución que fue parcialmente confirmada por
acuerdo n° 170/09 de fecha 29.10.2009 de la Cámara
Federal de Apelaciones de esta ciudad). Finalmente,
fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal
Federal nº 1 de Rosario por hechos contenidos y
confirmados en esos resolutorios (excepción hecha de
los aquellos que conformaron la resolución nº 97/DH
respecto a los cuales aun no se ha desarrollado el
juicio).

292
FRO 43000367/2003

de sus participes y esto incluía, entre otras cosas,
reservados en Secretaría). En los citados autos
quedó establecido que el apodo de Cabrera era
“Barba”.
en cuanto al apodo que utilizaba el imputado, sino
b.1. En relación los casos
Necioni; 5) Carlos Néstor Ponce;6) Graciela Elina Lo
Carlos Schreiber; 33) Adriana Elsa Tasada y Hugo

293
Santiago Raúl Mac Guire y 50) Roberto Vicente
Pistacchia conforme lo dicho en el punto atinente a
consideraciones generales al iniciar este acápite
sobre participación (en el cual cité la resolución
041/12 de la CFAR), como también la falta de
indicios probatorios que permitan determinar si las
(conf. Art. 309 del C.P.P.N.).
menciona al imputado por su apodo “Barba”
indagatoria, a fin de desvincularse de los hechos,
el imputado alegó desarrollar en el Destacamento en
cual trabajaba solamente funciones administrativas,
debo recordar que ya ha quedado suficientemente
acreditado en las distintas resoluciones dictadas en

294
FRO 43000367/2003
relación al encausado que sus funciones excedían las

meramente administrativas, ya que Cabrera tuvo una
activa presencia en los distintos centros
clandestinos de detención donde se desarrollaron
gran parte de los hechos investigados en la presente
causa por lo que me remito a aquellos argumentos
(ver resoluciones dictadas por este juzgado en
relación a Cabrera a las que me referí
precedentemente en el punto a).
corresponde ordenar el procesamiento de Juan Andrés
Cabrera por los casos números: 3) José Carlos Prat;

295
Eier.

Megna; 34) Eduardo Héctor Garat; 35) Santiago Raúl
Mac Guire y 50) Roberto Vicente Pistacchia (conf.
Rodolfo Daniel Isach.
a. Del legajo personal de

Rodolfo Daniel Isach como Personal Civil del
Destacamento de Inteligencia 121, surge que fue
designado como agente “S” en el cuadro “C”,
subcuadro “C-2”, In 14 en fecha 1° de diciembre de
1976. Desde el 1/12/1976 hasta el 22/12/1976 su
destino interno fue la actividad especial de
Inteligencia y a partir de esa fecha hasta el
30/09/1977 pasó a integrar la Sección Operaciones

296
FRO 43000367/2003
Especiales de Inteligencia. Asimismo se desprende

que en fecha 15 de diciembre de 1977 presentó su
renuncia, disponiéndose el 1° de enero de 1978 su
cese.
Quien avaló moral e

ideológicamente a Isach para su ingreso al
Destacamento fue el Mayor Alberto Scunio.
En la presente causa fue

procesado por resolución número n° 28/DH de fecha
30.03.2012 (que fue confirmada por acuerdo nº081/12-
DH del 06.09.2012 de la CFAR). En la misma
resolución dicté la falta de mérito del imputado
respecto a los hechos acaecidos en el centro
clandestino de detención conocido como “Fábrica
Militar de Armas”.

de sus participes y esto incluía, entre otras cosas,
reservados en Secretaría). El seudónimo bajo el cual
actuaba en aquella época este agente “S” era, según
surge de su legajo, Ricardo Infante. Sin embargo, en
el citado resolutorio quedó establecido que el apodo
con el cual este imputado también se hizo conocer en
los centros clandestinos de detención donde actuó
era “Agustín”.
Me remito a los fundamentos

dados en aquel resolutorio, no sólo en cuanto al

297
apodo que utilizaba el imputado, sino también a su
presencia, funciones y participación en los ilícitos
que se cometieron dentro de los distintos centros
clandestinos de detención. Esto con la salvedad que
hice en cuanto a su jerarquía dentro de la
estructura represiva, aspecto este en el que como ya
lo dije haré aplicable la doctrina sentada en el
acuerdo nº 041/2012 de la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad.
b. 1. En relación los casos

números: 2) Segismundo Martínez; 4) Daniel Adolfo
Trípodi y Miriam Edith Necioni; 5) Carlos Néstor
Ponce;6) Graciela Elina Lo Tuffo; 7) Carlos Roberto
Alfredo Depetris y Carlos Schreiber; 33) Adriana
Elsa Tasada y Hugo Alberto Megna conforme lo dicho
en el punto atinente a consideraciones generales al
iniciar este acápite sobre participación (en el cual
cité la resolución 041/12 de la CFAR), como también
la falta de indicios probatorios que permitan
determinar si las víctimas pasaron por algún centro
clandestino de detención en el cual el encausado
haya tenido actuación me llevan a disponer su falta
de mérito (conf. Art. 309 del C.P.P.N.).
b. 2. Al tratar la materialidad
del caso nº 3) José Carlos Prat, transcribí la
declaración indagatoria en fecha 14.02.2006 prestada

298
FRO 43000367/2003
en esta causa por el coimputado Eduardo Rodolfo

Costanzo en la que dijo que el mismo Rodolfo Isach
le informó que está víctima habría sido enterrada en
“La Calamita”, lo cual muestra el conocimiento que
tenía sobre lo acontecido. Conocimiento este que,
teniendo en cuenta que ya se encontraba cumpliendo
funciones en el Destacamento de Inteligencia, es más
que probable que lo haya obtenido por su
participación en el hecho.
b. 3. Al tratar la materialidad
de los casos 40) a 47), cité la declaración del
coimputado Eduardo Rodolfo Costanzo ante el Tribunal
Oral en lo Criminal Federal nº 1 de Rosario en la
que mencionó a Rodolfo Isach como partícipe del
fingido enfrentamiento con esas víctimas a fin de
darle un marco de legalidad a la muerte de las
mismas -que ya se había efectuado en el centro
clandestino de detención “La Calamita”-. Esto
demuestra la participación que ha tomado el imputado
en los hechos, la cual de por sí ya tendría por
acreditada debido a que este grupo pasó por “La
Calamita”, lugar en el que Isach, entre otros
desplegaba su actividad ilícita.
b.4. En su declaración
indagatoria (ver acta de fs. 12.381/12.400) el
imputado manifestó que no perteneció a ningún
Destacamento de Inteligencia. La prueba ya reseñada
al tratar en este punto la participación de Rodolfo
Isach, me permiten afirmar todo lo contrario. Por lo
demás me remito a la resolución por la cual ya fue
procesado en el marco de esta causa, en la que quedó

299
demostrado que pertenecía a lo que se conocía como
la “patota” del Destacamento de Inteligencia 121.
También dijo en su defensa que
“La relación con el ejército nunca fue buena y lo
que no entiendo cuál es el problema, si es una
persecución al apellido, dado que mi hermano si
perteneció a inteligencia y se jubiló y la amistad
con él no fue buena por cuestiones de ideas”.
Efectivamente el hermano del encausado cumplió
funciones en el Destacamento de Inteligencia 121 y
habría tenido participación en ilícitos que se
investigan en la presente causa (de hecho se
encuentra prófugo), pero esto no le quita
responsabilidad a Rodolfo Isach por la actuación que
el tuvo como personal de inteligencia del
Destacamento ya que a esta altura de la instrucción
se encuentra comprobado que ambos hermanos actuaron
en la misma Unidad Militar.
Isach debe entenderse como un legítimo intento por
mejorar su situación procesal pero que no es
mencionada.

corresponde procesar a Rodolfo Daniel Isach por los
casos números: 3) José Carlos Prat; 12) Gustavo

300
FRO 43000367/2003

Ravelo y Emilio Etelvino Vega; 30) Daniel Héctor
Querol; 31) Sonia Rosa Kindrasiuk; Gregorio Larrosa;
José Enrique Nelio Animendi; 37) Gustavo Adrián
Rodríguez y Olga Lilian Vaccarini; 38) Gustavo Adolfo
Pon; 39) Antonio Huerta y Antonio Horacio Huerta;
40) Mónica Marta Cappelli; 41) Irma Elena
Eier.

Segismundo Martínez; 4) Daniel Adolfo Trípodi y
Miriam Edith Necioni; 5) Carlos Néstor Ponce;6)
Alfredo Depetris y Carlos Schreiber y 33) Adriana
Elsa Tasada y Hugo Alberto Megna (conf. art. 309 del

301
Walter Salvador Dionisio Pagano.
a. Surge de su legajo como

Personal Civil de Inteligencia del Ejército que
Walter Salvador Dionisio Pagano revistió en ese
carácter en la Jefatura II del Ejército Argentino
desde el 1° de enero de 1976 hasta el 31 de mayo del
año 2000.
En el período comprendido entre
el 23.12.1976 hasta el 15.10.1977 se desempeñó en el
Destacamento de Inteligencia 121, dentro del
Subcuadro C-2, en la categoría IN 14, siendo su
destino interno la Actividad Especial de
Inteligencia. Quien lo calificó en primera instancia
en ese período fue el capitán (y jefe de la Sección
Actividad Especial de Inteligencia) Marino Héctor
González. Posteriormente desde el 16.10.1977 al
15.10.1978 pasó al cuadro c-3 y su destino interno
fue la Sección Operaciones Especiales de
Inteligencia. En ese período fue calificado por el
jefe de esa sección, el entonces capitán, Jorge
Alberto Fariña y por el segundo jefe del
Destacamento Oscar Pascual Guerrieri.
números: N° 9/B de fecha 15.05.2006 (confirmado por

302
FRO 43000367/2003
nº 81/06 de fecha 24.10.2006 de la CFAR).

Finalmente, fue condenado por el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal nº 1 de Rosario por hechos
contenidos y confirmados en esos resolutorios
(excepción hecha de los aquellos que conformaron la
resolución nº 97/DH respecto a los cuales aun no se
ha desarrollado el juicio).
También fue condenado por
sentencia nº 25/13 de fecha 24.02.2014 del mismo
Tribunal Oral por el delito de asociación ilícita.
dados en aquellos resolutorios, no sólo en cuanto al

Necioni; 5) Carlos Néstor Ponce;6) Graciela Elina Lo

303
Carlos Schreiber; 33) Adriana Elsa Tasada y Hugo
Alberto Megna; 34) Eduardo Héctor Garat y 35)
Santiago Raúl Mac Guire conforme lo dicho en el
punto atinente a consideraciones generales al
iniciar este acápite sobre participación (en el cual
cité la resolución 041/12 de la CFAR), como también
la falta de indicios probatorios que permitan
determinar si las víctimas pasaron por algún centro
clandestino de detención en el cual el encausado
haya tenido actuación me llevan a disponer su falta
de mérito (conf. Art. 309 del C.P.P.N.).
corresponde procesar a Walter Salvador Dionisio
Pagano por los casos números: 3) José Carlos Prat;

304
FRO 43000367/2003

Eier.

Mac Guire (conf. art. 309 del Código Procesal Penal
de la Nación).
Eduardo Rodolfo Costanzo.
a. El acusado revistó –según su

legajo- como Personal Civil de Inteligencia (PCI)
desde el 16 de julio de 1977 hasta el 1° de enero de
1980, siendo su único destino el Destacamento de
Inteligencia 121. Durante los años 1977 y 1978 se
desempeñó dentro de la Sección Operaciones
Especiales de Inteligencia. Más allá que dicho

305
legajo resulta en algunas partes ilegibles, de la
lectura de otros legajos reservados en Secretaría,
se desprende que la firma de la 2° instancia de
calificación es la Oscar Pascual Guerrieri, mientras
que de la tercera instancia corresponde a Edgardo
Juvenal Pozzi.
números: N° 249 de fecha 14.06.2004 (confirmada por
acuerdo 165/09 de fecha 29.12.2005 de la CFAR) y N°
9/B del 15.05.2006 (confirmado por acuerdo nº 51/07
de fecha 30.05.2007 de la CFAR) y 97/DH del
29.12.2010 dictada en los presentes (confirmado por
acuerdo nº 41/12 del 28.05.2012) y n° 25/B de fecha
31.07.2006 dictada en el marco de la causa “Jordana
Testoni…” (confirmado por acuerdo nº 81/06 de fecha
24.10.2006 de la CFAR).
Finalmente, fue condenado por el
por hechos contenidos y confirmados en esos
resolutorios (excepción hecha de los aquellos que
conformaron la resolución nº 97/DH respecto a los
cuales aun no se ha desarrollado el juicio). También
fue condenado por sentencia nº 25/13 de fecha
24.02.2014 del mismo Tribunal Oral por el delito de
asociación ilícita.
El seudónimo bajo el cual
actuaba el mismo en aquella época este agente “S”
era Ernesto Castro, aunque el apodo con el cual era
conocido, conforme se le hizo saber en su
declaración indagatoria, era el de “Tucu” o
“Tucumano”.

306
FRO 43000367/2003

dados en aquellos resolutorios, no sólo en cuanto al

números: 11) Jorge Ramón Fabián Peralta; 16) Arturo
Godoy; 33) Adriana Elsa Tasada y Hugo Alberto Megna;
34) Eduardo Héctor Garat; 35) Santiago Raúl Mac
Guire y 50) Roberto Vicente Pistacchia, conforme lo
dicho en el punto atinente a consideraciones
generales al iniciar este acápite sobre
participación (en el cual cité la resolución 041/12
de la CFAR), como también la falta de indicios
C.P.P.N.).
indagatoria (ver acta de Fs. 12.778/12.800) Costanzo
afirmó que no tenía nada que ver con estos hechos
porque “…en casi todas esas causas yo no trabajaba

307
en el Ejército y les voy a dejar una copia de la
foja de servicio para la justicia…”. Justamente de
esta foja de servicio que el mismo imputado
acompañó, y también de su legajo como personal civil
de inteligencia que en copia se encuentra reservado
en Secretaría, surge que prácticamente todos los
hechos que le fueron imputados sucedieron mientras
prestaba servicio en el Destacamento de Inteligencia
121. El único que no ocurrió en ese período fue el
que tuviera como víctima a Jorge Ramón Fabián
Peralta, hecho por el cual –conforme ya lo adelanté-
a Costanzo se le dictara auto de falta de mérito.
Aclaro que no corresponde el dictado de un auto de
sobreseimiento porque la fecha de secuestro de esta
persona es muy cercana a la fecha de inicio de
servicios de Costanzo en el Destacamento, y ya ha
quedado demostrado en distintos autos de mérito
dictados en esta causa (ver verbigracia auto nº
97/DH del 29.12.2010), que el personal civil de
inteligencia comenzaba a actuar en los distintos
centros clandestinos de detención con anterioridad a
su nombramiento formal en la Unidad Militar (de
hecho el mismo Costanzo afirmó esto en declaración
indagatoria prestada ante el Tribunal Oral en lo
Criminal Federal nº 1 de Rosario cuya transcripción
se encuentra agregada a fs. 6268/6288).

Costanzo debe entenderse como un legítimo intento
por mejorar su situación procesal pero que no es
mencionada.

308
FRO 43000367/2003

corresponde procesar a Eduardo Rodolfo Costanzo por
los casos números: 12) Gustavo Guillermo López
Torres y Graciela Susana Capoccetti con excepción de
la privación ilegítima de la libertad de López
Torres conforme lo dicho al tratar la materialidad;
13) Ricardo Massa y Susana Becker; 14) de Clara Ruth
Miguel Valleto Olivari; 17) María Isabel Salinas de
Bosso y Carlos Alberto Bosso; 18) Olga Beatriz Ruiz
de Bordesio y Mario Eduardo Bordesio; 21) Miguel
Ángel D’Andrea; 22) Mario Alberto Ramos; 28) Juan
Carlos Amador, María Esther Ravelo y Emilio Etelvino
Vega; 31) Sonia Rosa Kindrasiuk, Gregorio Larrosa,
Gustavo Adolfo Pon y 39) Antonio Huerta y Antonio
Horacio Huerta.

Jorge Ramón Fabián Peralta; 16) Arturo Avellaneda;
19) Norma Horizontina Coutada Rosés; 20) Mario
Eduardo Menéndez; 23) Guillermo Fernando Godoy; 33)
Eduardo Héctor Garat; 35) Santiago Raúl Mac Guire y
50) Roberto Vicente Pistacchia (conf. art. 309 del
2) De personal de la Delegación
Rosario de la Policía Federal Argentina

309
2.1) Consideraciones Generales.
Del análisis de los casos 13),
15), 25), 26) y 27) surgen elementos probatorios que
vinculan de manera directa al personal de la Policía
Federal Argentina en distintos operativos realizados
en forma conjunta con el Ejército Argentino.
Del Expte. N.R. nro. 295-año
1977 de la Policía Federal Argentina -tramitado a
los fines indicados por el artículo 60 de la Ley
Orgánica de la Policía Federal Argentina- surge que,
debido a la actuación de los miembros de la
delegación Rosario en distintos procedimientos, les
fueron otorgadas –en algunos casos- una
“recompensa”, mientras que, en otros supuestos, si
bien ésta no les fue finalmente adjudicada, sí
quedaron consignadas las respectivas solicitudes en
tal sentido a favor de los agentes de la citada
fuerza. Así, por ejemplo, es dable tener presente el
“memorando de consulta” que expresamente refiere a
los sumarios que poseían algunos de los imputados
(conf. Anexo Documental VI del bibliorato
acompañado por la Unidad Fiscal para causas por
violación a los Derechos Humanos a fs. 10329/10396)
y que les impidieron obtener estas “recomensas” por
su accionar.
Del citado expediente, surge la
intervención de personal de esta fuerza en el
procedimiento de calle Cullen nº 1618 y, también se
hace mención a dos procedimientos anteriores -el de
calle Dorrego nº 4717 y el de calle Tupungato y
Rodríguez todos de la ciudad de Rosario- de los que

310
FRO 43000367/2003
resultaran víctimas: María Irma Ferreyra y Omar

Fernando Bravo; Isabel Soto de Cian y Héctor Cian; y
José Alejandro Ruggero, Marta del Pilar Luque e Irma
Edith Parra Yakin, respectivamente.
En los tres casos, la
intervención de la Policía Federal Argentina se
desprende también de la documentación que fue
acompañada por la Unidad Fiscal en el mediante el
escrito agregrado a fs. 10.329/10.396. En efecto, se
encuentran reservados en secretaría copias de los
artículos periodísticos de la época publicados por
los distintos medios de comunicación gráfica.
El informe de la comunidad de
inteligencia “Parte Nº 2973- 29/05/76”, citado al
tratar los casos de Ricardo Alberto Massa y Susana
Beatriz Becker como el expediente nro. 26.505 del
Juzgado Federal nro. 1 de Rosario, también pone de
manifiesto la intervención de personal de dicha
fuerza en los hechos padecidos por las citadas
víctimas.
En el caso de Roberto Miguel
Valetto y María de los Angeles Castillo, la
actuación de la Policía Federal Argentina surge del
legajo de Conadep de Valetto. Allí consta que el día
21 de septiembre de 1977 a las 9 de la noche dos
hombres de civil que se identificaron como de la
Policía Federal, fueron a la casa del padre de
Roberto (Miguel Roberto VALETTO) y le pidieron
documentación por la camioneta, lo llevaron detenido
y se llevaron la camioneta, dejándola en la puerta
de la delegación de la Policía Federal de calle 9 de

311
Julio de esta ciudad de Rosario.
El análisis probatorio
desarrollado en base a esos casos particulares, hay
que compaginarlo con las características de los
procedimientos llevados a cabo que tenían una
finalidad, en este caso muy específica, que era la
persecución de integrantes de la Organización
Peronista Montoneros o de personas sospechadas de
integrar la organización o participar, de algún
modo, en ella para su aniquilamiento.
2.2) Sobre la participación de
cada imputado.
Roberto José Mónaco.
a. Se desempeñó en el cargo
Comisario, destino Jefe Delegación Rosario desde el
20 de diciembre de 1976 hasta el 1º de diciembre de
1978, tal como surge de la copia certificada de su
legajo personal reservado en Secretaría.
La participación de la
Delegación, de la cual el encausado era jefe, en los
hechos que le fueran enrostrados ya la di por
acreditada en el punto III) A, relativo a la
participación de este resolutorio.
b.1. Respecto al caso 26) María
Irma Ferreyra y Omar Fernando Bravo, debo resaltar
que el expediente N.R. nro. 295-año 1977 de la
Policía Federal Argentina que tramitó a los fines
indicados por el artículo 60 de la Ley Orgánica de
la Policía Federal Argentina, fue suscripto por él,
en donde deja sentado haber actuado en el

312
FRO 43000367/2003
procedimiento llevado a cabo en calle Cullen nº 1618

el 7 de enero de 1977, lugar en donde ocurre la
muerte del matrimonio Ferreyra-Bravo.
Lo expuesto es coindiente,
además, con las constancias obrantes en su legajo
personal a fs. 47; concretamente, bajo el título
“Actos destacados del Servicio – Referencias” figura
con fecha 25/04/77 ‘Recomendado en el art. 253 inc.
1º de la R.L.O.P.F. por Inf. Ley 21.272 y atent. y
Resist. Autoridad y Homicidio en Sección Delegación
Rosario Expte. Letra DGI nro. 251/77.’
Precisamente, el expediente
“Letra DGI nro. 251/77” es aquel en el cual consta
la resolución de fecha 25/04/77 mediante la cual se
resolvió encuadrar la conducta del imputado antes
nombrado en los alcances del inciso 1º del art. 253
de la Reglamentación de la Ley Orgánica de la
Policía Federal (ver anexo VI de los biblioratos
acompañados por la Unidad Fiscal para causas por
violación a los Derechos Humanos a fs. 10329/10396)
Sobre las falsedades que constan
en dicho expediente N.R. nro. 295-año 1977 y la
ilegalidad del procedimiento me he referido al
tratar la materialidad del caso nº 26). Lo expuesto
previsamente, me permiten tener por acreditada la
actuación del imputado en los hechos de referencia.
Con relación al grado de
participación que corresponde asignarle a Roberto
José Mónaco, teniendo en cuenta que se encuentra
acreditada su presencia en el lugar en que

313
ocurrieron los hechos, habiendo tomado intervención
activa durante su ejecución, es que debe responder
como coautor del homicidio de María Irma Ferreyra y
Omar Fernando Bravo (cfe. art. 45 del Código Penal).
Así, se presentaría un supuesto de coautoría por
reparto funcional con relación a sus consortes
procesales (cfe. Eugenio Zaffaroni, “Derecho Penal.
Parte General”, Ed. Ediar, pág.745).
b.2. Con respecto a los casos
13) y 15) que tuvieron como víctimas a Ricardo
Alberto Massa y Susana Beatriz Becker, por un lado,
y que daminificaron a María de los Ángeles Castillo
Cano y Roberto Miguel Valleto Olivari, por el otro,
no hay elementos de convicción que indiquen que
Roberto José Mónaco tuvo participación directa
durante la ejecución de tales hechos. Sin embargo,
el lugar que el encausado ocupaba en aquel entonces,
siendo nada menos que el jefe de la mencionada
Delegación, le torna aplicable en líneas generales
(sin perjuicio del más acotado ámbito territorial de
actuación) los términos en que la C.S.J.N. se
pronunció sobre la responsabilidad que les cupo a
los Comandantes en Jefe en el caso del “Juicio a las
Juntas”.
El razonamiento efectuado
entonces por el Máximo Tribunal quedó sintetizado
cuando se expresó que “…en las circunstancias
fácticas que se han dado por probadas, el dominio
mental del hecho y la realización de acciones
extratípicas encaminadas con abuso de poder hacia la
ejecución colectiva por otros, no puede representar

314
FRO 43000367/2003
otra cosa que la cooperación intelectual y material

demás delitos investigados; es decir que tal como
sucedió en el caso, los que impartieron las órdenes
y brindaron los medios materiales para realizar los
hechos ilícitos analizados son partícipes como
cooperadores necesarios, y no autores en los
términos del art. 45 del Código Penal, porque éstos
están en el campo de la ejecución en cuanto al
principio de ejecución (art. 43 del Código Penal) y
consumación (art. 45)” (Fallos, 309, II, 1704,
considerando 23).”
Por lo expuesto, existen
elementos de criterio concordantes y suficientes,
sobre de la intervención necesaria del imputado en
los hechos perpetrados, aún cuando no existan
evidencias de su actuación “de propia mano” en la
ejecución de los hechos ilícitos.
Por otra parte, el elemento
subjetivo que se requiere para tener por probada la
intervención del imputado, surge sin hesitaciones de
la circunstancia de haber dado las órdenes,
facilitar los medios y coordinar la tarea entre sus
hombres y el personal del Destacamento de
Inteligencia 121 (cuya respectivas participaciones
en estos hechos también está acreditada).
c. Por lo tanto será procesado
por los hechos que les fueran imputados, de la
siguiente forma: como coautor en relación al caso nº

315
26) María Irma Ferreyra y Omar Fernando Bravo; y
como partícipe necesario en relación a los casos 13)
Ricardo Alberto Massa y Susana Beatriz Becker y 15)
Roberto Miguel Valetto y María de los Ángeles
Castillo.
Federico Almeder
a. Se desempeñó en la época que
ocurrieron los hechos identificados como los casos
25), 26) y 27) con el cargo de Subinspector en la
Delegación Rosario de la Policía Federal Argentina,
tal como surge de la copia certificada del legajo
personal.
Según surge de su legajo
personal, el imputado estaba abocado a combatir lo
que se denominaban la “lucha contra la subversión”.
Ello se desprende, además, de las acciones
desarrolladas contra integrantes del E.R.P. Este
esquema de razonamiento se completa con el hecho de
que, por el citado accionar, Almeder fue recomendado
por distintos superiores mientras cumplió funciones
en la Delegación Local de la Policía Federal.
Por ejemplo, el 23 de octubre de
1976 fue distinguido con una recomendación en virtud
de lo dispuesto por el art. 253 inc. 1° del
R.L.O.P.F. Dicha recomendación fue efectuada por el
Comandante Principal Mario Ruax y la causa de la
misma –según reza textualmente- es por: “Abatir
Extremistas (ERP)”. Otra recomendación data del 1 de
marzo de 1977, por haber participado en un
“operativo antisubversivo”.

316
FRO 43000367/2003
b. En el Expte. nro. 295-año

1977 de la Policía Federal Argentina que tramitó a
los fines indicados por el artículo 60 de la Ley
Orgánica de la Policía Federal Argentina y respecto
del cual se hizo referencia anteriormente, se relata
el supuesto enfrentamiento entre los miembros del
Destacamento de Inteligencia 121 y de la Policía
Federal con Ferreyra y Bravo el día 7 de enero de
1977, en horas de la madrugada, donde se consigna
expresamente entre las personas que se encontraban
al momento de realizar el procedimiento de calle
Cullen nº 1618 de la ciudad de Rosario, al Sub-
Inspector Federico Almeder, puntualmente dentro del
denominado Grupo 4 (Apoyo).
Se impone reiterar, que en el
citado expediente también se detallan –como se dijo-
otros dos procedimientos anteriores, en donde fueron
abatidos, en el primero, Soto y Cian -el 10 de
diciembre de 1976- y, en el segundo, Ruggero, Luque
y una mujer -que según la conclusión a la que arribé
al tratar la materialidad sería Parra Yakin, el 4 de
noviembre de 1976-.
Debido a la conexión existente
entre estos tres procedimientos descriptos, aspectos
que ya fueron abordados al tratar la materialidad en
este resolutorio, me llevan a la conclusión de que
Almeder tuvo intervención en todos los hechos que le
fueron endilgados.
En su declaración indagatoria el
imputado en cuestión manifestó que era inocente, y
específicamente, se refirió al caso de Ferreyra y

317
Bravo, señalando que “…el 7 de enero no presentaba
mas servicios en la delegación y por este hecho
concreto yo ya no estaba en la delegación y fui
destinado a Buenos Aires, y por los demás hechos no
puedo aportar ningún dato. Quería agregar que en las
fechas anteriores en los otros casos yo cumplía
funciones de oficial de guardias internas en la
delegación”.
Si bien de su legajo personal,
en la parte donde se inscriben las altas y pases, se
desprende que el encausado el día 3 de enero de 1977
-con el cargo de subinspector- se habría desempeñado
en la División Racionamiento Central, esto no es
óbice para entender que haya estado presente el día
en que ocurrieron los hechos que tuvieran como
víctima al mencionado matrimonio, ya que aparece su
nombre en el expediente nro. 295-año 1977 de la
Policía Federal Argentina, al identificar al
personal que actuó en dicho procedimiento.
Como ya fue señalado más arriba,
en el Anexo VI del Bibliorato acompañado por la
Unidad Fiscal (donde constan las copias del mentado
expediente administrativo) figura un Memorandum de
Consulta en relación a Almeder (y a otros
imputados), tendiente a determinar si se le debía o
no otorgar la “recompensa” que preveía el art. 253
inciso 1º de la Ley Orgánica de la Policía Federal
Argentina por dicha intervención (recompensa que, a
la postre, sí le fue otorgada a otros oficiales que
participaron en aquél). El motivo de esta consulta
era que Almeder se encontraba en “Disp. Art. 47

318
FRO 43000367/2003
inciso 1º” del Reglamento de la Ley Orgánica de la

Policía Federal, ya que había sido procesado por los
delitos de “Extorsión, Privación Ilegal de la
libertad y Lesiones”.
Respecto a este hecho -por el
cual fue pasado a disponibilidad establecida por
aquel entonces en el mencionado art. 47 inciso 1º de
la Ley Orgánica de la Policía Federal- existe en su
legajo personal (reservado en copia en Secretaría)
un memorándum de fecha 13 de marzo de 1977 de la
División Defraudaciones y Estafas de la Policía
Federal Argentina que da cuenta de que se
encontraban instruyendo actuaciones en tal sentido
con intervención del Juzgado Nacional de Primera
Instancia en lo Criminal y Correccional Federal de
Buenos Aires, Secretaría nº 9.
Asimismo, señaba dicho
Memorandum que resultaron imputados: el Principal
Mario Ruax, el Inspector Enrique Andrés López,
Inspector Roberto Giai, el Sargento 1º Luis Paulino
Coronel, el Sargento Juan Carlos Faccendini -todos
pertenecientes a la Delegación Rosario de la Policía
Federal Argentina- y, finalmente, el Subinspector
Federal Almeder, de la División Racionamiento.
Si bien este memorándum es
coincidente con las constancias de su legajo en
cuanto al destino que tenía Almeder en aquel
entonces, la circunstancia de que todos los co-
imputados de este hecho (que, según el citado
memorándum habría ocurrido en marzo de 1977) fueran
miembros de la Delegación Rosario de la Policía

319
Federal Argentina demuestra que el encausado seguía
en contacto con sus compañeros de Rosario. Esto, a
su vez, hace probable que no obstante que en su
legajo personal figura que el 3.01.1977 el imputado
habría sido asignado a la División Racionamiento, el
día 7.01.1977 en que ocurrieron los hechos que
damnificaron a Ferreyra y Bravo, Federico Almeder se
encontrara en Rosario, tal como surge del ya citado
expediente nº 295-año 1977 de la Policía Federal
Argentina.
Por lo expuesto es que los
dichos del imputado no alcanzan a desvirtuar la
evidencia detallada, la cual es concluyente en
relación a la presencia de Almeder en el lugar en
que ocurrieron los hechos padecidos por el
matrimonio Bravo-Ferreyra y que les fueron imputados
en su declaración indagatoria.
c. Con relación al grado de
participación que corresponde asignarle a Federico
Almeder, atendiendo a las circunstancias de tiempo,
modo y lugar en que los mismos se perpetraron, es
que debe responder como coautor de los ilícitos
antes descriptos –casos 25, 26, 27- (cfe. art. 45
del Código Penal). Así, se presentaría un supuesto
de coautoría por reparto funcional con relación a
sus consortes procesales (cfe. Eugenio Zaffaroni,
“Derecho Penal. Parte General”, Ed. Ediar, pág.745).
Juan Carlos Faccendini
a. Juan Carlos Faccendini
ingresó a la Policía Federal Argentina el día 1 de

320
FRO 43000367/2003
agosto de 1967. Se desempeñó -en la época en que

ocurrieron los hechos aquí investigados- con el
cargo Sargento nº 12.145 en la Delegación Rosario de
la Policía Federal Argentina, tal como surge de la
copia certificada del legajo personal reservado en
Secretaría.
b.1. En el Expte. nro. 295-año
1977 de la Policía Federal Argentina, ya mencionado,
en donde puntualmente se relata el “supuesto”
enfrentamiento de los miembros del Destacamento de
Inteligencia 121 y la Policía Federal con Ferreyra y
Bravo el 7 de enero de 1977 en horas de la
madrugada, se consigna expresamente entre las
personas que se encontraban al momento de realizar
el procedimiento al Sargento Juan Carlos Faccendini
dentro del Grupo 2 (Apoyo).
En ese mismo expediente se hizo
referencia a otros dos procedimientos anteriores:
uno donde fueron abatidos José Alejandro Ruggero,
Marta del Pilar Luque y una mujer -que según la
conclusión a la que arribé al tratar la materialidad
sería Parra Yakin- realizado el 4 de noviembre de
1976 y otro en el cual resultaran víctimas Soto y
Cian realizado de fecha 10 de diciembre de 1976.
A esto debe agregarse que a fs.
9 de dicho expediente bajo el título de Memorando
Consulta, se aclara que a Juan Carlos Faccendini,
entre otros, se lo recompensó de acuerdo a memorando
adjunto reservándose la recomendación del nombrado
“ut supra” por hallarse procesado por “Extorsión,
Privación Ilegal de la Libertad Lesiones”. El

321
causante se encontraba en Disp. Art. 47 inciso 1 de
la R.L.O.P.F.
casos 25), 26) y 27) destaqué la relación existente
entre ellos y, sobre el particular, también me
referí a las falsedades que constan en el citado
expediente y la ilegalidad de los procedimientos
allí descriptos. De allí que, la presencia del
imputado en uno de ellos (caso 26) acredita su
intervención no sólo en ese hecho descripto, sino
también en los otros dos restantes, dada la
vinculación existente entre ellos.
b.2. No obstante lo dicho, surge
del legajo personal de Juan Carlos Faccendini, a fs.
12/vta. que el mismo estuvo de licencia anual, por
el término de veinticinco días, desde el 07-12-1976
(situación ésta que fue manifestada por la defensa
del imputado mediante escrito que se encuentra
agregado a fs. 13.055/13.060).
Se observa que en ese lapso de
licencia se habría llevado a cabo el procedimiento
identificado como el caso nº 25) ocurrido en fecha
10 de diciembre de 1976; por lo que al no existir
elementos probatorios que acrediten la intervención
del encausado (al menos con el probabilidad exigido
en esta etapa procesal), ni tampoco la certeza
negativa requerida para el dictado de un auto de
sobreseimiento al respecto (como pretende la
defensa), corresponde dictar la falta de mérito del
imputado por los hechos que tuvieron como víctimas a
Isabel Soto de Cian y a Héctor Cian. Por una

322
FRO 43000367/2003
cuestión de brevedad me remito a lo ya dicho por la

Cámara Federal de Apelaciones de Rosario en el
acuerdo 140/13 respecto a este tema.
participación que corresponde asignarle al encausado
y atendiendo a las circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que los mismos se perpetraron, es que debe
responder como coautor de los ilícitos antes
descriptos –casos 26 y 27- (cfe. art. 45 del Código
Penal). Así, se presentaría un supuesto de coautoría
por reparto funcional con relación a sus consortes
procesales (cfe. Eugenio Zaffaroni, “Derecho Penal.
Parte General”, Ed. Ediar, pág.745).
Juan Felix Retamozo
a. Conforme a su legajo personal
Juan Félix Retamozo ingresó a la Policía Federal
Argentina el 21 de marzo de 1964; y, en el citado
cuerpo policial, se desempeñó en la época en que
ocurrieron los hechos que le fueran imputados con el
cargo de cabo 6933 en la Delegación Rosario de la
Policía Federal Argentina.
b. De los elementos probatorios
tenidos en cuenta al analizar la materialidad de los
hechos cometidos en perjuicio de José Alejandro
Ruggero, Marta del Pilar Luque, Irma Edith Parra
Yakin, Isabel Soto de Cian, Hector Cian, María Irma
Ferreyra y Omar Fernando Bravo, especialmente el
Expte. N.R. nro. 295-año 1977 de la Policía Federal
Argentina, se desprende la presencia del imputado en
dichos procedimientos.

323
En ese expediente se lo menciona
como parte integrante del Grupo 2 (Apoyo), quienes
“coparon la finca sita en calle Cullen 1617 de la
ciudad de Rosario frente al blanco, sobre el ángulo
noroeste, teniendo excelentes posiciones de tiro de
armas largas y fuego graneado”, procedimiento
llevado a cabo el 7 de enero de 1977 y donde pierden
la vida María Irma Ferreyra y su marido Fernando
Bravo.
Esto se ve plasmado en su legajo
personal en la parte de “Actos Meritorios –
Recomendaciones” en donde figura con fecha 25/04/77
‘Recomendado en el art. 253 inc. 1º de la R.L.O.P.F.
con motivo de la actuación que cupo en un
procedimiento, Expte. SSF “DGI 251/77 agregado al
L.P. del Crio. Roberto José Mónaco.”, haciendo
referencia al procedimiento descripto en el Expte.
nro. 295-año 1977 de la Policía Federal Argentina.
La evidencia antes señalada,
relacionada de la manera en que se hizo al tratar la
situación de los co-imputados, y aunada a la
descripta al tratar la participación de personal de
la Policía Federal Argentina en general, me llevan a
tener por probada la intervención del imputado en
los hechos endilgados.
participación que corresponde asignarle a Juan Felix
Retamozo, atendiendo a las circunstancias de tiempo,
modo y lugar en que los mismos se perpetraron, es
que debe responder como coautor de los ilícitos
antes descriptos (cfe. art. 45 del Código Penal).

324
FRO 43000367/2003
Así –como en los casos anteriores- se presentaría un

supuesto de coautoría por reparto funcional con
relación a sus consortes procesales (cfe. Eugenio
Zaffaroni, “Derecho Penal. Parte General”, Ed.
Ediar, pág.745).
René Juan Langlois
Según su legajo personal era
Auxiliar 6º de Informaciones “A” en la Delegación
Rosario de la Policía Federal Argentina y el 1 de
enero de 1977, lo ascienden a auxiliar 5º de
Informaciones “A” Delegación Rosario.
Más allá de que estas víctimas
hayan sido asesinadas en fecha en la cual Langlois
ya se encontraba prestando servicios en la Policía
Federal Delegación Rosario, no tenemos aún en claro
si realmente participó de los tres procedimientos de
fecha 4 de noviembre de 1976, 10 diciembre de 1976 y
del 7 de enero de 1977, si bien surge de su legajo
que en esta última fecha, más precisamente el 1º de
enero de 1977 ascendió como Auxiliar de 5ta de la
Delegación Rosario, por Resolución “S” nro. 253/76
en la cual figura que es debido a méritos
extraordinarios, sin publicación en la orden del
día, dado el carácter secreto del personal del
cuerpo de informaciones. De allí que no pueda
afirmarse que dichos “méritos” se hayan debido a su
participación en los procedimientos de los días
4/11/76 y 10/12/76.
Más dudas me produce la
intervención de Langlois en tales hechos, al no ser

325
nombrado directamente en el expte. nro. 295 que
tramitó a los fines indicados por el artículo 60 de
la Ley Orgánica de la Policía Federal Argentina, ya
mencionado en reiteradas oportunidades.
La única mención que encontramos
en dicho expediente -que nos hace presumir que se
trata del imputado en cuestión- es cuando se hace
referencia al procedimiento de Soto de Cian y Cian y
se destaca el trabajo realizado entre otros por el
“Auxiliar de 5ta de Inteligencia de la Delegación
Rosario”, cargo que ocupaba René Langlois al momento
de redactarse dicho informe, no así al momento de
producirse el hecho en fecha 10 de diciembre de 1976
cuando todavía tenía el cargo de Auxiliar de 6ta de
Inteligencia de la Delegación Rosario.
Podemos observar que tampoco
surge de la lectura de la nómina del personal que se
desempeñó durante los años 1976/1983 en la
Delegación Rosario de la Policía Federal Argentina,
agregado a fs. 1811/1826 del expte. nro.
43000021/2006 “Díaz Bessone, Ramón Genaro (Caso
Klotzman)…”, que René Langlois ocupara el cargo de
Auxiliar de 5ta. de Inteligencia de la Delegación
Rosario de la Policía Federal Argentina.
No ostante lo expuesto
precedentemetne, tampoco nos encontramos ante la
certeza negativa requerida para el dictado del
sobreseimiento, que desvincule al imputado del
proceso por tales hechos, motivo por el cual y ante
el estado de duda generado, se impone el dictado de
la falta de mérito de René Langlois respecto a los

326
FRO 43000367/2003
tres hechos en cuestión; concretamente, los casos

identificados con los nº 25), 26) y 27).
Luis Paulino Coronel y Enrique
Andres López
a. Seguidamente, se tratará la
situación de Luis Paulino Coronel, quien revistaba
la calidad de Sargento en la Delegación Local de la
Policía Federal, según surge de su legajo personal
(fs. 3 y 11vta.). Allí, se observa que en fecha
17.08.1976 fue ascendido por mérito al grado
inmediato superior, conforme al expediente P-205603.
También se analizará conjuntamente la situación
particular de Enrique Andrés López, quien revistaba
con el grado de Inspector en la Delegación Rosario
de la Policía Federal al momento en que ocurrieron
los hechos en cuestión (casos nº 25, 26 y 27).
b. En el Expte. N.R. nro. 295-
año 1977 de la Policía Federal Argentina que tramitó
a los fines indicados por el artículo 60 de la Ley
Orgánica de la Policía Federal Argentina, ya
mencionado, consta la solicitud de “recompensas” en
virtud de la actuación de los miembros de la
Delegación Rosario en distintos procedimientos
“subversivos”; puntualmente se relata el supuesto
enfrentamiento de los miembros del Destacamento de
Inteligencia 121 y la Policía Federal con Ferreyra y
Bravo el día 7 de enero de 1977 en horas de la
madrugada, como así también los dos procedimientos
anteriores donde fueron abatidos Ruggero, Luque y
una mujer -que según la conclusión a la que arribé
al tratar la materialidad sería Parra Yakin-

327
realizado el 4 de noviembre de 1976 y el de Soto de
Cian y Cian de fecha 10 de diciembre de 1976. En el
citado expediente, se consigna expresamente, entre
las personas que se encontraban al momento de
realizar el procedimiento de fecha 7 de enero de
1977, a Luis Paulino Coronel y a Enrique Andrés
López.
Concretamente, se los menciona a
ambos como partes integrantes del Grupo 2 (Apoyo),
quienes “coparon la finca sita en calle Cullen 1618
de la ciudad de Rosario frente al blanco, sobre el
ángulo noroeste, teniendo excelentes posiciones de
tiro de armas largas y fuego graneado”.
casos nº 25), 26) y 27) destaqué la relación entre
estos tres casos, me referí a las falsedades que
constan en el citado expediente y la ilegalidad de
los procedimientos allí descriptos. Por lo tanto,
como sostuve anteriormente al resolver sobre la
participación de los otros consortes procesales, la
presencia de estos imputados en uno de ellos (caso
nº 26), permite tener por acreditada sus respectivas
intervenciones en los otros dos procedimientos
restantes.
Luis Paulino Coronel afirmó -al
prestar declaración indagatoria- que sus funciones
en aquella época eran de custodia de distintos
funcionarios públicos (jueces, decanos, etc.). Esta
afirmación no alcanza a desvirtuar la irrefutable
prueba que implica la aparición de su nombre en el
expediente nº 295/77 de la Policía Federal, al cual

328
FRO 43000367/2003
ya hice referencia. Además, debo recordar que en el

marco de la causa nº 43000021/2006 este imputado ha
sido procesado por resolución nº 51/DH del
28.05.2012 (confirmada parcialmente por acuerdo nº
140/13 de la C.F.A.R.), en la cual también quedò
demostrado que las actividades de Coronel no eran
las que él alega en su acto de defensa material.
Por lo que debe entenderse que, sus dichos,
constituyen un legítimo intento por mejorar su
situación procesal, pero que no es suficiente frente
a la prueba antes mencionada.
La evidencia previamente
detallada, aunada con las consideraciones generales
vertidas al inicio de este apartado -vinculada al
tratar la participación de- personal de la Policía
Federal Argentina en general- me llevan a concluir
que ambos imputados tuvieron intervención en los
hechos que le fueron endilgados.
participación que corresponde asignarle a Luis
Paulino Coronel y a Enrique Andrés López y
atendiendo a las circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que los mismos se perpetraron, es que deben
responder como coautores de los ilícitos antes
descriptos (cfe. art. 45 del Código Penal). Así,
como se dijo al tratar otros casos simulares, se
presentaría un supuesto de coautoría por reparto
funcional con relación a sus consortes procesales
(cfe. Eugenio Zaffaroni, “Derecho Penal. Parte
General”, Ed. Ediar, pág.745).

329
3) Situación de Rodolfo Enrique
Riegé.
En su escrito de fs.
10.329/10.396 la Unidad Fiscal solicitó que se
revoqué la falta de mérito del imputado Rodolfo
Enrique Riegé que fuera dictada por resolución nº
74/B del 03.11.2008 en virtud de los argumentos que
obran en el punto IV.2 denominado “El Area 211” de
dicho escrito a los que me remito por razones de
brevedad.
Rodolfo Riegé fue indagado

oportunamente a fs. 3167/3168 del acumulado nº
581/03 y se le imputó: “haber intervenido bajo el
grado de Mayor, siendo usted auxiliar del Área
táctica 211- Centro de Operaciones Tácticas del
Departamento III del Comando del II Cuerpo del
Ejército Argentino a cuyo cargo se encontraba el
control operacional de la Zona II del Estado
Argentino en la época de la dictadura militar
instaurada a través del llamado “Proceso de
Reorganización Nacional” (24/3/76 al 10/12/83)- en
la privación ilegítima de la libertad, mediando
violencias, amenazas y tormentos de: 1- Olga Regina
Moyano, 2- Susana Miranda y 3- Ariel Morandi,
quienes luego fueron entregados a personal del
Destacamento de Inteligencia 121 del Comando del
Segundo Cuerpo del Ejército y llevados a la Fábrica
de Armas Portátiles Domingo Matheu sita en esta
ciudad de Rosario; hechos todos ocurridos en el mes
de mayo del año 1978 en el inmueble donde funcionara

330
FRO 43000367/2003
la Jefatura de la Unidad Regional II, sita en calle

San Lorenzo entre Dorrego y Moreno de esta ciudad”.
Al resolver su situación
procesal, en la citada resolución nº 74/B, sostuve
que los elementos de cargo reunidos hasta aquel
entonces, si bien habían fundado su citación a
prestar declaración indagatoria, no alcanzaban para
el dictado de un auto de procesamiento. Dichos
elementos de cargo eran las declaraciones del
coimputado Eduardo Costanzo que en copia obran
agregadas a fs 844/850 de los mencionados
acumulados.
En aquel momento, sostuve en

relación a esos dichos que: “…En efecto, la
declaración de Constanzo ha sido un elemento
determinante para la convocatoria de Riegé debido a
que es la única persona que lo vincula al hecho; sin
embargo, a diferencia de lo que ocurre con otros
imputados en la causa, se plasma una situación
distinta derivada de una alegada relación entre
ambos. Para ello se tiene en cuenta que conforme lo
invoca en sus descargos de fs. 3259/3263 y de fs.
3319 y en su declaración indagatoria de fs.
3311/3315, se aprecia la existencia de una causal de
enemistad entre ambos. En este caso puntual, el
argumento utilizado por el imputado respecto de la
existencia de una enemistad - fundada en que Riegé
en momentos en que se desempeñaba como Subsecretario
de Seguridad de la Provincia de Santa Fe no dio
curso a un pedido de traslado formulado por Eduardo

331
Costanzo en relación a su hijo quien pertenecía a la
policía de la provincia- y que apoya con la
documentación periodística que acompaña, se revela
como pública, manifiesta y de larga data,
revistiendo de tal modo un grado de verosimilitud
tal por el cual es aceptable admitir que Riegé quede
excluido, o al menos haya dudas sobre el punto, en
relación a las conductas atribuidas. Es por tal
motivo particular que en este caso el valor
probatorio de los dichos de Costanzo se encuentra
mitigado.
Tampoco debe soslayarse que

según el informe de la U.R. II de la Policía
Provincial que en copia se encuentra agregado a fs.
3309, la operacionalidad de la Policía provincial
pasó a depender de las órdenes de la Jefatura del
Area Táctica 211 y, conforme surge de su legajo,
Riegé lejos estaba de ser Jefe del área ya que
cumplía funciones de auxiliar en la misma. Esto
sumado a la circunstancia de que la única
sobreviviente de las tres personas que estuvieron
secuestradas previamente en el Servicio de
Informaciones de la Policía de la Provincia, Olga
Moyano, manifestó (ante la pregunta relativa a si
pudo identificar ya sea por haberlos observado o por
haber escuchado sus nombres o apodos, a alguno de
sus captores en el momento de su secuestro como
asimismo durante el cautiverio en el primer lugar en
que estuvo detenida) que: ‘…No pude identificar a
ninguno de los captores, como ya lo dije en mi

332
FRO 43000367/2003
anterior declaración a mi me llevan a este lugar en

auto y apenas me detienen me vendan y luego llego a
ese lugar donde me suben a unas escaleras, y estuve
siempre vendada…’; me llevan a la conclusión
anticipada en el primer párrafo de este punto
tocante a la participación.”
Desde el dictado de aquel auto

hasta el día de la fecha no se ha incorporado a la
causa ningún elemento probatorio que me hagan
apartar de lo decido en aquella oportunidad. Más
aun, en el marco de los autos “Díaz Bessone, Ramón
Genaro y otros…(víctima: Klotzman,…)” expediente nº
FRO 43000021/2006 y acumulados, dicté el auto nº
70/DH del 04.11.2011, en el cual me referí a la
responsabilidad que le cupo a varios integrantes del
denominado Centro de Operaciones Tácticas, lugar que
también integraba Riegé (tal como le fuera imputado
en su declaración indagatoria prestada oportunamente
en el acumulado n 581/03), y dije: “(…) Por ello, si
bien no puede descartarse de manera absoluta que los
integrantes del COT hayan tenido algún tipo de
intervención en los hechos aquí investigados, no
existen en la causa –al menos hasta el momento-
elementos probatorios que permitan establecer, con
el grado de convicción requerido para este estadio
procesal, cuál fue precisamente dicha intervención.
Es decir, qué rol cumplía el Centro de Operaciones
Tácticas en el caso en que los procedimientos eran
desarrollados por el Destacamento de Inteligencia
121…”.

333
Lo mismo puede decirse en
relación a los hechos investigados en la presente
causa, más teniendo en cuenta que por ejemplo
Horacio Canestro, a quien por la citada resolución
nº 70/DH le dicté falta de mérito, tenía el mismo
grado militar que Riegé.
Por lo expuesto, y teniendo en

cuenta que tampoco existe la certeza negativa
necesaria para el dictado de un auto de
sobreseimiento a favor del imputado, es que habré de
mantener el auto de falta de mérito de Rodolfo
Enrique Riegé en los términos del art. 309 CPPN
oportunamente dictada.
III. ASOCIACIÓN ILÍCITA

MATERIALIDAD - PARTICIPACIÓN
1) Como y lo he señalado, el
hecho atribuido reconoce -como referencia general-,
el contexto de lo acontecido en la República
Argentina entre 1976/1983, que fuera debatido y
tratado en la conocida causa 13/84 (originariamente
instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas
Armadas en virtud del decreto presidencial n° 158/83
y luego resuelta por la Cámara Nacional Criminal y
Correccional Federal de Buenos Aires).
Por otro lado, se vincula de
manera inmediata y directa, con los delitos
concretos e independientes cometidos en ese período
y en los que habrían participado los imputados en el
marco de la represión de la llamada actividad
subversiva desatada en aquellos años.

334
FRO 43000367/2003
La Cámara Nacional Criminal y

Correccional Federal de Buenos Aires se pronunció
respecto al origen y características del plan
clandestino y sistemático de represión desarrollado
en esa época en el país por los entonces jefes de
las Fuerzas Armadas y ejecutado por personas que
revestían o estaban incorporadas en ellas o que lo
hacían en fuerzas de seguridad, y lo hizo en
términos tales que sus consideraciones y
conclusiones han sido cita obligada en la mayoría de
las resoluciones dictadas en las distintas causas
por violaciones a los Derechos Humanos en trámite en
el país, por tal motivo, cabe estar y remitirse a
tales consideraciones.
Asimismo, no se debe soslayar
que en el delito de asociación ilícita “la prueba
del acuerdo criminoso del art.210 del Código Penal,
se realiza a través del método inductivo, es decir
partiendo desde los casos delictivos realizados
hacia atrás, donde se encuentra la faz ideológica de
esos planes individualmente considerados. La “marca”
o las “señas” de la o las asociaciones quedarán
puestas en evidencia en la medida que se analice su
modo de operar y la dirección hacia la que apuntan
sus fines, los cuales lógicamente persiguen la
comisión de ilícitos determinados, ya que de lo
contrario no tendría razón de existir la propia
asociación” (Cámara Nacional Criminal y
Correccional, Sala VI, en autos “C.,J.L.”, citado
por la Cámara Nacional Criminal y Correccional
Federal de la ciudad de Buenos Aires, Sala II, en

335
autos “Incidente de apelación en autos Scagliusi,
Claudio Gustavo por privación ilegal de la
libertad”, causa n° 19580).
2) Dicho esto, cabe señalar que
la materialidad del hecho imputado está
suficientemente acreditada con el plexo probatorio
valorado en reiterados pronunciamientos de este
juzgado federal en el marco de la causa n° 20/07
acumulado a la presente causa (véanse autos n° 45/B
de fecha 24.10.07, fs.301/316; n° 43/B de fecha
30/06/08, fs.393/399; n° 52/B de fecha 1/09/08,
fs.596/602 y n° 31/B de fecha 28/04/09, fs. 887/892)
motivo por el cual corresponde estar a lo expuesto
en tales resoluciones a fin de evitar un inútil
dispendio jurisdiccional.
Puntualmente en el primero de
los acuerdos mencionados –n° 51/08 confirmatorio del
auto n° 45/B de fecha 24/10/07 dictado en el marco
del acumulado n° 20/07- dijo la Cámara: “(…)conforme
a la enunciación de pruebas sobre los distintos
delitos en particular que hizo este tribunal en las
resoluciones mencionadas en el punto anterior
(reseñada en los párrafos precedentes de este
acuerdo), puede concluirse con el grado de
probabilidad que es propio de este estado del
juicio, que en el ámbito del Destacamento de
Inteligencia 121 de Rosario se conformó un grupo de
personas integrado -entre otros- por Guerrieri,
Amelong, Fariña, Costanzo y Pagano (todos ellos
pertenecientes al Ejército Argentino, sea como
personal militar o civil), que tuvo como finalidad

336
FRO 43000367/2003
de su obrar la comisión de una serie indeterminada

de delitos, básicamente privaciones ilegítimas de
libertad, tormentos y homicidios. Los mismos
elementos de criterio referidos en el punto
precedente evidencian el número de los
intervinientes en ese grupo y en los hechos que a
través del mismo se habrían realizado. Basta como
ejemplo la larga serie de cautiverios, tormentos y
homicidios que se detalló más arriba y por otro
lado, la concordancia de las manifestaciones de
testigos y denunciantes en cuanto a la identidad de
los captores, carceleros y torturadores” (conf.
Cámara Federal de Apelaciones de Rosario, en autos
caratulados “GUERRIERI, Pascual Oscar y otros s/
Asociación Ilícita”, acuerdo n° 51/08-P, de fecha
30.05.08, expediente n° 1759–P).
Por lo tanto, surge que el fin
de la asociación en la que participaron los
imputados -conjuntamente con otras personas, muchas
de las cuales fueron procesadas por el delito de
asociación ilícita - fue un modo criminal de lucha o
represión, constituida por la persecución,
secuestro, tortura y desaparición física (homicidio)
de personas que integraban movimientos o
agrupaciones tildadas de realizar actividad
subversiva; y si bien algunas características de la
asociación imputada reconocen un patrón común,
derivado o emparentado de la acción u omisión de los
entonces comandantes en jefes de las Fuerzas
Armadas, la particular concreción o manifestación de
la asociación -atendiendo a las modalidades de los

337
independientes delitos cometidos por ella- la
singulariza en cada jurisdicción en que se llevaron
a cabo.
3) Los hechos reveladores de la
organización o asociación que se comprobó que los
imputados formaron junto con otras personas lo
evidencian sus respectivas actuaciones en las
distintas reparticiones que integraron. Así, por un
lado Pablo Vera como integrante del Destacamento de
Inteligencia 121 y Juan Carlos Faccendini, Juan
Felix Retamozo y Roberto José Mónaco como
integrantes de la Delegación Local de la Policía
Federal Argentina. Concretamente los hechos cuya
participación ya tuve por acreditados en los
considerandos del presente auto.
Todo lo consignado sobre la
actuación que le correspondió a las reparticiones
que cada uno de los imputados integraba
(Destacamento de Inteligencia 121 y Delegación Local
de la Policía Federal Argentina) y puntualmente a
sus respectivas situaciones procesales, si bien
refiere a hechos ilícitos que constituyen delitos
particulares y concretos no impide que sean
nuevamente considerados en esta oportunidad, ya que
aparecen como reveladores de un puntual y concreto
acuerdo acerca de cómo se llevó adelante localmente
la referida represión ilegal, destacándose en tal
sentido (atendiendo al modo de ejecución de las
torturas y privaciones de la libertad sufridas por
las víctimas) la semejanza en el modus operandi
empleado en cada uno de los casos, según el plexo

338
FRO 43000367/2003
probatorio incorporado.
En los casos en que participaron
los integrantes de la Delegación Local de la Policía
Federal (particularmente los casos números 25, 26 y
27); los hechos reveladores revistieron ciertas
características propias que hacen aún más evidente
la existencia de un acuerdo previo en la forma en
que se iban a desarrollar. Estas cualidades ya las
he apuntado: fueron operativos conjuntos
desarrollados por el Destacamento de Inteligencia
121 y la Delegación Local de la Policía Federal y en
todos los casos culminaron con los homicidios de las
víctimas tratadas.
Los imputados participaron en la
conformación de una asociación o acuerdo particular
ejecutado en el marco de un plan sistemático de
represión clandestina, cuya ubicación temporal si
bien se sitúa con independencia y anterioridad a las
concretas privaciones ilegales de la libertad y
demás delitos que les fueron atribuidos, su
consideración de que fue conformada y, en
definitiva, el alcance de ella se produce con
posterioridad e indefectiblemente infiriéndosela de
esos ilícitos concretos.
En efecto, aún cuando sea en el
marco de este plan clandestino sistemático que se
viene caracterizando, es desde los delitos concretos
aludidos que se advierte que existió un grupo
operativo organizado que se hizo cargo del
secuestro, tortura, desapariciones físicas y muertes
de personas –tal como fuera ya señalado- que eran

339
alojadas en centros clandestinos de detención según
dan cuenta las probanzas que están incorporadas a
esta causa, sus acumulados.
En relación a Mario Vera, único
integrante del Destacamento de Inteligencia al cual
se le imputara esta figura, las características de
los hechos cuya responsabilidad quedó acreditada su
participación hacen palmaria la existencia de un
plan con las características descriptas en el
párrafo precedente.
Mientras que en el el caso de
los integrantes de la Delegación Local de la Policía
Federal, los hechos trasuntaron directamente en
homicidios ocurridos en el marco de presuntos
“procedimientos legales conjuntos” llevados a cabo
entre esa fuerza y el Destacamento de Inteligencia
121 (con excepción del imputado Mónaco a quien como
Jefe de la Delegación en aquél entonces se le
imputaron los casos número 13 y 15 en los cuales
hubo privaciones ilegítimas de la libertad en
centros clandestinos de detención que dependían de
la citada Unidad Militar). Este modo ilícito de
actuar, con estas particularidades, también está
enmarcado dentro del plan sistemático general.
4) Con relación al tipo de
participación lato sensu (esto es, autor, coautor,
cómplices en sus distintos niveles, o instigador,
etc.) que corresponde asignarles a los imputados,
atendiendo a la conclusión que se ha venido
adelantando en este auto, en cuanto a que se
encuentra acreditada la integración de estos a una

340
FRO 43000367/2003
asociación ilícita, se estima que deben responder

como ejecutores del ilícito descripto (conf. art.45
del Código Penal).
Este ha sido el temperamento
adoptado en las distintas resoluciones de mérito
dictadas en el marco de la causa n° 20/07
caratulada: “Guerrieri, Pascual Oscar y otros S/
Asociación ilícita” actualmente acumulada a la n°
367/03. Así, resoluciones números 45/B de fecha
24/10/07; 52/B de fecha 01/09/08, 43/B de fecha
30/06/08 y 74/B de fecha 21/10/09 entre otras, a
cuyas consideraciones me remito en este punto en
mérito a la brevedad, las cuales fueron confirmadas
la primera por acuerdo n° 51/08 de fecha 30/05/08 y
las dos últimas por acuerdo n° 103/09 de fecha
03/07/09.
En síntesis, en base a lo hasta
aquí expuesto, cabe considerar que los imputados
resultan ser prima facie coautores del hecho ilícito
que se le imputó y cuya participación se trata en
este punto.
Por todo lo expuesto corresponde
procesar a Juan Carlos Faccendini, Juan Felix
Retamozo, Roberto José Mónaco y Pablo Raúl Vera como
coautores del delito de asociación ilícita que se
les imputara (en el art. 210 del Código Penal).
IV.- CALIFICACIÓN LEGAL
a. Privaciones ilegítimas de la
libertad, mediando violencias y amenazas.
Los hechos que conforman el
objeto procesal de estos autos se hallan legislados

341
desde antaño por nuestro propio ordenamiento legal.
Sobre el particular, ha
sostenido este Juzgado Federal que “esta subsunción
en tipos penales locales de ningún modo contraría ni
elimina el carácter de crímenes contra la humanidad
de las conductas en análisis (cuestión que establece
el derecho de gentes a través de normas ius cogens)
ni impide aplicarles las reglas y las consecuencias
jurídicas que les cabe por tratarse de crímenes
contra el derecho de gentes… la punibilidad de las
conductas con base exclusiva en el derecho de gentes
no es una exigencia del derecho penal internacional
sino una regla que cobra sentido, más bien, en casos
donde la ley penal de un estado no considera
punibles a esas conductas. Cuando ese no sea el caso
y los tipos penales vigentes en la ley local capten
las conductas que son delictivas a la luz del
derecho de gentes, lo natural es que los hechos se
subsuman en esos tipos penales y se apliquen las
penas que tienen previstas. Ello no sólo no
contradice ningún principio del derecho
internacional sino que, por el contrario, permite
cumplir acabadamente sus fines, al hacer posible el
juzgamiento y la sanción punitiva de los
responsables de los crímenes contra la humanidad”
(Juzgado Federal N° 4 de Rosario, en autos “Sonia
Beatriz González s/ su desaparición” recaratulado:
“Díaz Bessone, Ramón Genaro; Gazari Barroso, Julián
s/ privación ilegal de la libertad, violencia,
amenazas y homicidio (Víctima: Sonia Beatriz
González”, expte. N° 162/04, Resolución N° 35 del

342
FRO 43000367/2003
15/3/05).
En lo que se refiere a las
privaciones ilegales de la libertad agravadas que se
le imputan, dicha figura resulta acertada como
adecuación típica de la conducta imputada, en los
términos reglados por el art. 144 bis del Código
Penal, texto según Ley 14.616 (actualmente vigente
por Ley 23.077), que reprime la conducta del
funcionario público que, con abuso de sus funciones
o sin las formalidades prescriptas por la ley,
privase a alguien de su libertad personal. A su vez,
la referencia al art. 142, inciso 1° (al que remite
el último párrafo del art. 144 bis), corresponde a
la agravante de la privación de libertad cuando ella
se cometiera con violencia o amenazas, y debe ser
entendida de acuerdo al texto de la Ley 20.642,
también vigente por Ley 23.077.
El art. 144 bis, en su inciso
1°, del Código Penal, reprime la privación de la
libertad ejecutada por funcionarios públicos con
abuso de sus funciones o sin las formalidades
prescriptas por la ley. El artículo en cuestión ha
permanecido invariable desde su creación por la Ley
14.616, salvo la inclusión del inc. 6° dentro de los
supuestos del último párrafo -por Ley 21.336- y que
fuera éste nuevamente eliminado por Ley 23.077.
Respecto del tipo objetivo
previsto por el art. 144 bis del Código Penal,
corresponde destacar que la calidad de funcionarios
públicos detentada por los encausados los hace
autores del ilícito de mención en su modalidad

343
agravada.
Asimismo, de las agravantes
previstas en el art. 144 bis, último párrafo, del
código de fondo, corresponde encuadrar la figura en
estudio en la del inciso 1° -hecho cometido con
violencia o amenazas o con fines religiosos,
raciales o de venganza- a tenor de la forma en que
se sucedieron los hechos mencionados
precedentemente.
b. Tormentos
Los tormentos imputados deben
ser calificados en el art. 144 ter primer párrafo
del Código Penal (texto conforme ley 14.616), según
lo he expuesto en reiteradas oportunidades en
decisiones análogas adoptadas en esta instancia
(vgr. auto n° 28/DH de fecha 30.03.12, de los
presentes autos).
Según Carlos Creus el tormento
es un intenso dolor físico o moral (conf. Creus,
Carlos, Derecho Penal Parte Especial, tomo I, pag.
325, 3ª edición actualizada, Ed. Astrea, Buenos
Aires). Al respecto, señala el citado autor que
“[l]a intensidad del sufrimiento de la víctima es
una de las características de la tortura, que la
distingue objetivamente de las que pueden ser
simples severidades o vejaciones”. Además otra
característica que la diferencia es que el tormento
se aplica sobre una persona privada de su libertad
(ya sea legítima o ilegítimamente) mientras que este
requisito no es necesario en los apremios (conf.
auto n° 70/DH de fecha 4.11.11, en autos “Díaz

344
FRO 43000367/2003
Bessone, Ramón Genaro y otros S/ Priv. Ileg. de la

libertad, violencia, amenazas, torturas y
desaparición física (caso: Klotzman, Ricardo H. y
otros)”, expte. n° 21/06 y acumulados).
c. Desapariciones físicas
En relación a las desapariciones
físicas de personas que fueran atribuidas a los
imputados en cada caso, la Cámara Federal de
Apelaciones de esta ciudad ha sostenido que “debe
tenerse presente el particular marco en que
sucedieron los hechos, esto es, dentro de un plan
sistemático de persecución de personas sospechadas
de realizar actividades subversivas, y que se
caracterizaba por el secuestro de los sospechosos,
su tortura en pos de conseguir información, y en
muchos casos, la muerte de los cautivos y la
desaparición de los rastros materiales, todo llevado
a cabo por miembros de las fuerzas armadas o de
seguridad” (cfe. Cámara Federal de Apelaciones en
Pleno de Rosario, expte. N° 501–P: “Feced, Agustín y
otros s/ Homicidio, Violación y Torturas”,
Resolución N° 83/06 del 3/11/06; expte. N° 293-P:
“Guerrieri, Pascual y otros s/ Privación ilegal de
la libertad, amenazas, tormentos y desaparición
física”, Resolución N° 169/05 del 29/12/05).
La misma Cámara finalmente
concluyó que: “a la luz de las reglas de la sana
crítica racional con que deben evaluarse las pruebas
recogidas, que existen elementos de convicción
suficientes para fundar con el grado de
provisoriedad que la etapa del proceso requiere, que

345
las personas detenidas cuyo destino final se
desconoce y es objeto de investigación, hayan sido
asesinadas, no resultando óbice a tal conclusión que
sus cuerpos hasta el momento no han aparecido o la
inexistencia de testigos directos de los presuntos
homicidios…El hecho que ninguna de aquellas personas
haya aparecido o sido vista con vida desde dicha
época, hace probable en el marco fáctico referencial
apuntado con anterioridad, que no hayan sobrevivido
a sus privaciones ilegales de la libertad” (Cámara
Federal de Apelaciones en Pleno de Rosario, expte.
N° 501–P: “Feced, Agustín y otros s/ Homicidio,
Violación y Torturas”, Resolución N° 83/06 del
3/11/06; expte. N° 293-P: “Guerrieri, Pascual y
otros s/ Privación ilegal de la libertad, amenazas,
tormentos y desaparición física”, Resolución N°
169/05 de fecha 29.12.05).
Teniendo en cuenta ello, habré
de calificar las desapariciones físicas endilgadas a
los imputados en la figura de homicidio calificado
(art. 80 inc. 6 del Código Penal).
En efecto, del contexto en que
se produjeron las distintas desapariciones físicas,
surge que éstas fueron llevadas a cabo con el
concurso premeditado de más de dos personas. Ya me
explayé sobre el tema al tratar la cuestión tanto en
la materialidad como así también en la
participación, basta aquí con señalar que semejante
empresa criminal necesariamente debió llevarse a
cabo con el concurso de más personas que las
imputadas hasta el momento. Acerca de la

346
FRO 43000367/2003
premeditación hay que recordar que estos hechos

fueron realizados en cumplimiento del plan de
persecución y desaparición de personas tildadas de
“subversivos”.
El homicidio calificado por
pluralidad de agentes y premeditación (art. 80 inc.
6 del Código Penal) supone desde el punto de vista
material que el autor principal actúe con el
concurso de dos o más personas y que esta últimas
intervengan en la ejecución del hecho. Si bien en
algunos casos no puede conocerse con certeza la
forma en que se produjeron las muertes o
desapariciones de las víctimas mencionadas a lo
largo de este decisorio, no caben dudas que éstas
ocurrieron con la intervención de más de una persona
en función de la forma en que se produjeron los
“procedimientos” y, también, en los diferentes
lugares donde aquéllas fueron alojadas en forma
clandestina.
La figura jurídica en trato
exige, además, desde el punto de vista subjetivo,
que el concurso premeditado responda a una
convergencia previa de voluntades, donde la acción
de los intervinientes no aparece como una simple
reunión ocasional. La modalidad en que se cometieron
estos hechos -en el marco de un acuerdo ilegítimo
perpetrado a nivel nacional- me exime de mayores
precisiones al respecto, pudiendo concluirse que
todas estas muertes o desapariciones se produjeron
en el contexto señalado, tanto desde el punto de
vista objetivo como subjetivo.

347
Finalmente, el art. 80 inc. 6
del código de fondo se ha mantenido invariable en el
tiempo, de forma tal que resulta aplicable a estos
hechos ocurridos hace más de treinta años.
d. Asociación ilícita
Respecto a la asociación ilícita
imputada corresponde calificar la conducta conforme
al tipo penal previsto en el art. 210 del Código
Penal. En un caso asimilable con el de autos, la
Cámara Federal de Apelaciones de esta ciudad
modificó la calificación legal provisoria que en
primera instancia se había realizado optando por el
art. 210 bis del Código Penal según ley 23.077, y en
su lugar seleccionó el que aquí se considera
(concretamente en el acuerdo n° 26/07 del 28 de
marzo de 2007 dictado en los autos “Feced…”,
expediente n° 130/04 de trámite por ante este
Juzgado Federal).
V.- PRISIÓN PREVENTIVA
1. Situación de aquellas
personas que ya han sido sometidas a juicio en el
marco de la presente causa.
En relación a los imputados: 1-
Pascual Oscar Guerrieri, 2- Jorge Alberto Fariña, 3-
Juan Daniel Amelong, 4- Walter Salvador Dionisio
Pagano, 5- Eduardo Rodolfo Costanzo, 6- Ariel
Antonio López, 7- Ariel Zenón Porra, 8- Juan Andrés
Cabrera, 9- Marino Héctor González y 10- Joaquín
Tomás Gurrera debo tener en cuenta que todos se
encuentran detenidos a disposición del Tribunal Oral
en lo Criminal Federal Nº1 de esta ciudad por hechos

348
FRO 43000367/2003
investigados en la presente causa. Los cinco

primeros por haber sido condenados a la pena de
prisión perpetua mediante sentencia Nº 3/10 de fecha
14.06.2010 en la causa Nº expte. N° 131/07 y acum.
N° 42/09 caratulada “Guerrieri, Pascual Oscar y
Otros s/ privación ilegal de la libertad, amenazas,
tormentos y desaparición física” por la cual los
imputados se encuentran cumpliendo pena. Por su
parte los últimos cinco fueron condenados por
sentencia nº 25/13 del 24.02.2014 en el marco de la
causa “Porra Ariel Zenón y otros s/ privación ilegal
de la libertad, amenazas, tormentos y desaparición
física” expediente nº FRO 81000095/2010 y
acumulados. Las condenas fueron las siguientes:
González a pena de prisión perpetua, Porra y Cabrera
a la pena de veinticinco años de prisión, López a
pena de dieciséis años de prisión y Gurrera a la
pena de ocho años de prisión. Este resolutorio aún
no se encuentra firme por lo que los imputados se
encuentran cumpliendo prisión preventiva a
disposición del mencionado Tribunal.
Analizada la situación y
comprobando las penas que les fueron impuestas a
cada uno de los imputados referidos corresponde
hacer una segunda distinción consistente en un grupo
integrado por aquellos sobre los que han recaído
penas particularmente graves, de aquel quien, no
obstante haber recibido una pena grave, es muy
inferior a las del resto de sus consortes procesales
y me estoy refiriendo a Gurrera.
Entiendo que estos imputados,

349
los nueve mencionados en primer término, están
suficientemente cautelados con las respectivas penas
de prisión que se encuentran cumpliendo los cinco
primeros, y la prisión preventiva que pesa sobre los
restantes. El objetivo del encarcelamiento
preventivo es evitar que el imputado eluda la acción
de la justicia o entorpezca las investigaciones
(cfr. art. 319 del C.P.P.N.), pues bien esto se
aprecia como improbable en el caso de estos
encausados por las circunstancias apuntadas en los
párrafos precedentes. Esto además se ve reforzado
por la gravedad de las penas que les fueran
impuestas.
Además en aquellos casos en que
los imputados aún se encuentran cumpliendo prisión
preventiva (porque la condena no se encuentra
firme), entiendo que el Tribunal que los condenó,
está en una situación preponderante para resolver
sobre la situación derivada del encarcelamiento
preventivo.
Me permito citar aquí la
resolución nº 45/DH del 15.05.2012 que dicté en
autos 69/11 DH “Feced… s/ solicitud de detención
domiciliaria de Scortechini, José”, la cual si bien
estaba referida a la modalidad en que se cumplía el
encierro preventivo (ya que se trataba de una
solicitud de detención domiciliaria de un imputado)
es pertinente para argumentar la solución que vengo
sosteniendo: “Para resolver la cuestión propuesta
tengo en cuenta en principio el régimen consagrado
en la ley 24.390 que regula la duración de la

350
FRO 43000367/2003
prisión preventiva debido a la diferencia que

realiza con respecto a las personas que se
encuentran encarceladas de manera preventiva se haya
dictado sentencia o no. Afirmo esto porque la
rigurosidad en la exigencia de los requisitos de
mantenimiento del encarcelamiento preventivo es
mayor en los casos de los presos que se encuentran
sin condena, de aquellos que ya están condenados,
más allá de que la misma no haya adquirido aún
firmeza.
En esa línea de razonamiento, el
Tribunal que emite la condena tiene mayores
atribuciones para decidir sobre tal situación
cautelar, pues justamente no se encuentra frente a
la valla del cumplimiento temporal de la medida, que
sí la tenemos quienes nos encontramos en la etapa
jurisdiccional correspondiente a la investigación.”
La solución que propugno cobra
aún más sentido si tenemos en cuenta que las
condenas fueron pronunciadas en virtud de juicios
desarrollados por elevaciones parciales de la
presente causa, con lo cual se evita duplicar la
prisión preventiva dentro de un mismo expediente.
Distinta solución corresponde
adoptar en relación a Joaquín Tommás Gurrera quien,
ante la pena impuesta y la posibilidad de que
recupere la libertad de manera anticipada, permiten
suponer ciertamente un riesgo a los fines de la
presente investigación que se podría ver frustrada,
ello en virtud de los argumentos que se detallarán
en relación a los demás coimputados.

351
2. Situación de aquellas
personas que no han sido juzgadas aún en debate oral
y público.
En estos casos particulares,
debido a la penalidad con que se encuentran
conminados en abstracto los delitos por los que se
dicta auto de mérito a los encausados, la gravedad y
especial naturaleza de “lesa humanidad” de ellos, el
tiempo transcurrido desde su comisión y las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que los
mismos acaecieron, me imponen transformar en prisión
preventiva la detención que los imputados vienen
cumpliendo 1- Juan Carlo Faccendini desde el
14.2.14, 2-Pablo Raúl Vera desde el 13.2.14, 3-
Roberto José Mónaco desde el 13.2.14 y 4-Juan Felix
Retamozo desde el 14.2.14.
Por su parte,
dispongo dictar junto con el procesamiento la
prisión preventiva de: 1- Enrique Andrés López, 2-
Federico Almeder, 3- Luis Paulino Coronel, 4-Rodolfo
Isach, 5- Francisco José Scilabra y 6- Joaquín Tomás
Gurrera por los argumentos dados en el último
párrafo del punto precedente.
Al disponer la prisión
preventiva en estos casos, tengo presente el
plenario de la Cámara Nacional de Casación Penal
(Acuerdo N° 1/08 – Plenario N° 13) por el cual se
resuelve declarar como doctrina plenaria que no
basta en materia de excarcelación o eximición de
prisión para su denegación la imposibilidad de
futura condena de ejecución condicional o que

352
FRO 43000367/2003
pudiere corresponderle al imputado una pena

privativa de la libertad superior a ocho años (arts.
316 y 317 del C.P.P.N.), sino que deben valorarse en
forma conjunta con otros parámetros tales como los
establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual
a los fines de determinar la existencia de riesgo
procesal.
Es criterio de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, la gravedad de
los delitos imputados y la severidad de la pena con
la que se conmina la infracción es un parámetro
razonable y válido para establecer, en principio,
que los imputados podrían intentar eludir la acción
de la justicia; y ello es así, por cuanto la
posibilidad de ser sometidos a una pena de una
magnitud importante sin lugar a dudas puede
significar en el ánimo de los justiciables un motivo
suficiente (y humanamente comprensible) para
sustraerse del accionar jurisdiccional (cfe.
Resolución de la Cámara Nacional de Casación Penal,
Sala III, en autos “Chabán, Omar Emir s/ recurso de
casación”, del 24/11/05).
A su vez, dada la cualidad de
delitos de lesa humanidad que han merecido los
hechos que se le han atribuido en este resolutorio
(en función del criterio sentado por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en autos “Recurso
de hecho deducido por la defensa de Julio Héctor
Simón en la causa Simón, Julio Héctor y otros s/
privación ilegítima de la libertad, etc. –causa n°
17.768” (S. 1767. XXXVIII)”, entre otros), lleva a

353
considerarlos como especialmente graves, pero por
sobre todas las cosas, lo que pesa en este aspecto
al momento de decidir la procedencia de la prisión
preventiva del imputado, es la particular
característica que asumió la modalidad comisiva de
los hechos atribuidos: esto es, su ejecución en la
clandestinidad y en procura de impunidad.
Estas características se
proyectan a la necesaria evaluación de la
peligrosidad procesal de los nombrados (en cuanto a
entorpecer o no el normal progreso del proceso y el
esclarecimiento de los hechos en él investigados), y
va de suyo, que lo hace negativamente, al menos al
momento del dictado de esta resolución en función
del concreto estado de la causa. Dicho lo que
antecede, es claro que la apreciación de tal
gravedad no resulta ligada únicamente a la pena que
el código de fondo amenaza en abstracto para los
delitos que motivan su encausamiento, sino que
obedece específicamente a sus circunstancias y
modalidades concretas (cfe. C.F.A.R., Sala “A”, en
Autos N° 69.858: “Leyva, Ramón Ignacio s/ solicita
su excarcelación en causa n° 1080/99 – Personal
Policial”, Acuerdo N° 161/03-P).
En síntesis, la especial
naturaleza de los delitos atribuidos a los
imputados, el tiempo transcurrido desde su comisión,
las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que
los mismos acaecieron, son aspectos que sin lugar a
dudas influyen en la necesidad de dictar la prisión
preventiva de los imputados. Por otra parte, y dada

354
FRO 43000367/2003
la gravedad de la sanción en abstracto prevista para

tales conductas por el Código Penal, no se aprecian
circunstancias que modifiquen la presunción
contemplada en la ley en cuanto a la peligrosidad
procesal que una escala penal de tal magnitud
importa.
Por lo demás, -con relativa
actualidad- el Máximo Tribunal Nacional, al resolver
sobre la situación de libertad de una persona que
resultaba imputada por delitos de lesa humanidad y
que se encontraba cumpliendo arresto domiciliario
desde el año 2003, implícitamente aceptó el criterio
esbozado al sostener, remitiéndose a las
conclusiones del dictamen del Procurador General,
que “teniendo en cuenta las graves transgresiones a
los derechos humanos que se le atribuyen al
imputado, no parece violatorio de sus garantías
fundamentales, que continúe cumpliendo prisión
preventiva en su domicilio particular”, razón por la
cual rechazó la queja por denegatoria del recurso
extraordinario intentado por la defensa del imputado
(Corte Suprema de Justicia de la Nación, en autos
"Recurso de hecho deducido por el defensor oficial
de Carlos Alberto Mulhall en la causa Mulhall,
Carlos Alberto s/ excarcelación causa N° 350/06C",
de fecha 18/12/07).
VI.- EMBARGO
En función de las conclusiones
anticipadas, corresponde ordenar de conformidad y a
los fines del art.518 del Código Procesal Penal de
la Nación, la traba de embargo sobre los bienes de

355
todos los imputados, hasta cubrir las siguientes
sumas: a) Pascual Oscar Guerrieri: ocho millones
cuatrocientos mil pesos ($ 8.400.000); b) Jorge
Alberto Fariña: nueve millones cuatrocientos
cincuenta mil pesos ($ 9.450.000); c) Juan Daniel
Amelong: cinco millones cuatrocientos cincuenta mil
pesos ($ 5.450.000); d) Marino Héctor González:
cinco millones cincuenta mil pesos ($ 5.050.000); e)
Joaquín Tomas Gurrera: doscientos cincuenta mil
pesos ($ 250.000); f) Pablo Raúl Vera: seis millones
cuatrocientos cincuenta mil pesos ($ 6.450.000); g)
Ariel Antonio López: cinco millones doscientos
cincuenta mil pesos ($ 5.250.000); h) Ariel Zenón
Porra: cinco millones cuatrocientos cincuenta mil
pesos ($ 5.450.000); i) Francisco José Scilabra:
cinco millones doscientos cincuenta mil pesos ($
5.250.000); j) Juan Andrés Cabrera: cinco millones
cuatrocientos cincuenta mil pesos ($ 5.450.000); k)
Rodolfo Daniel Isach: cinco millones cuatrocientos
cincuenta mil pesos ($ 5.450.000); l) Walter
Salvador Dionisio Pagano: cinco millones
cuatrocientos cincuenta mil pesos ($ 5.450.000); ll)
Eduardo Rodolfo Costanzo: tres millones
cuatrocientos mil pesos ($ 3.400.000); m) Roberto
José Mónaco: ochocientos mil pesos ($ 800.000); n)
Federico Almeder: setecientos mil pesos ($ 700.000);
ñ) Juan Carlos Faccendini: quinientos mil pesos ($
500.000); o) Juan Félix Retamozo: setecientos mil
pesos ($ 700.000); p) Luis Paulino Coronel:
setecientos mil pesos ($ 700.000); y q) Enrique
Andrés López: setecientos mil pesos ($ 700.000).

356
FRO 43000367/2003
En el caso de que no ofrezcan

bienes –en el plazo de cinco días de notificados los
imputados- para su debida efectivización,
corresponde anotar sus respectivas inhibiciones
generales para disponer de ellos. Ello, en el
entendimiento de que los montos antes enunciado
resultan ser los necesarios para asegurar las
eventuales penas pecuniarias y costas del proceso.
Cada uno de los montos de
mención se fija en virtud de los daños causados por
la presunta comisión de los hechos ilícitos –
ubicados sistemáticamente como delitos contra la
vida, la integridad física de las personas y el
orden público- de considerable importancia para la
convivencia pacífica y el orden social. Se tiene en
cuenta, además, la utilización por parte de los
imputados del aparato estatal para perpetrar los
delitos de mención, lo que le otorga un mayor
contenido de injusto penal a sus respectivas
conductas.
Se considera, también, el futuro
resarcimiento civil, aun cuando al día de la fecha
no se haya materializado una petición en tal
sentido, toda vez que se pretende proteger el
potencial ejercicio de los derechos de los
perjudicados civilmente (conf. Navarro, Guillermo y
Daray, Roberto, “Código Procesal Penal de la Nación.
Análisis doctrinal y jurisprudencial”, Tomo 2, 2da
Edición, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 2006,
pág.1371).
Por lo expuesto, RESUELVO:

357
I.a. Ordenar el procesamiento de
Pascual Oscar Guerrieri (D.N.I. N° 4.146.061) en
orden a la presunta comisión, en carácter de
coautor, de los delitos de: a) privación ilegal de
la libertad –abusando de su carácter de funcionario
público- agravada, por mediar violencia y amenazas
(art.144 bis. inc. 1 y último párrafo –ley 14.616-,
en función del art.142 inc. 1 –ley 20.642- todos del
Código Penal) en concurso real (art. 55 del Código
Penal) con el delito de tormentos (art. 144 ter,
párrafo 1°, -ley 14.616- del Código Penal), que
damnificaron a: 1) Daniel Héctor Querol; 2) Nelly
Balestrini de Larrosa; 3)Gregorio Larrosa; 4) José
Enrique Nelio Animendi; 5) Antonio Huerta y 6)
Horacio Huerta; b) en concurso real (art. 55 C.P.)
con el delito de privación ilegal de la libertad,
agravada por mediar violencia y amenazas (art.144
bis, inc. 1° y último párrafo –ley 14.616- en
función del art.142 inc. 1° -ley 20.642- del Código
Penal) en concurso real (art. 55 del Código Penal)
con el delito de homicidio agravado por el concurso
premeditado de dos o más personas (art. 80, inc. 6°
del Código Penal), que damnificaron a: 1) José
Carlos Prat; 2) Graciela Susana Capoccetti; 3)
Ricardo Alberto Massa; 4)Susana Beatriz Becker; 5)
Abel Argento; 6) Clara Ruth Argento Fontaine;
7)María De Los Ángeles Castillo Cano; 8) Roberto
Miguel Valleto Olivari; 9) Olga Beatriz Ruiz De
Bordesio; 10) Mario Eduardo Bordesio; 11) Mario
Alberto Ramos; 12)Emilio Etelvino Vega; 13) Susana
Busaniche; 14) Graciela Busaniche; 15)Pedro Pablo

358
FRO 43000367/2003
Delgado; 16) Gustavo Adrián Rodriguez; 17) Olga

Lilian Vaccarini; 18) Mónica Marta Cappelli; 19)
María Isabel Salinas De Bosso; 20) Carlos Alberto
Bosso; 21) Miguel Ángel D’ Andrea; 22) María Ester
Ravelo; 23) Sonia Kindrasiuk; 24) Gustavo Adolfo
Pon; 25) Irma Elena Montenegro; 26) Eduardo Luis
Franco; 27) Domingo Laborde; 28) Hilda Elena Miekle
Rivas; 29) José Alberto Madeo; 30) Alberto Corazza;
31) Alberto Galarza; 32) Susana Elena Díaz; 33)
María Graciela Eier; y c) en concurso real con el
delito de homicidio agravado por el concurso
del Código Penal) que tuvieran como víctimas a:
1)Gustavo Guillermo López Torres; 2) María Irma
Ferreyra; 3) Omar Fernando Bravo y 4) Juan Carlos
Amador; y en orden a la presunta comisión, en
carácter de partícipe necesario, de los delitos de:
a) privación ilegal de la libertad –abusando de su
carácter de funcionario público- agravada, por
mediar violencia y amenazas (art.144 bis. inc. 1 y
último párrafo –ley 14.616-, en función del art.142
inc. 1 –ley 20.642- todos del Código Penal) y
tormentos (art. 144 ter, párrafo 1°, -ley 14.616-
del Código Penal), que damnificaron a: 1) Santiago
Mac Guire y 2) Roberto Vicente Pistacchia; b)
privación ilegal de la libertad, agravada por mediar
violencia y amenazas (art.144 bis, inc. 1° y último
párrafo –ley 14.616- en función del art.142 inc. 1°
-ley 20.642- del Código Penal) y homicidio agravado
por el concurso premeditado de dos o más personas
(art. 80, inc. 6° del Código Penal), que

359
damnificaron a: 1) Miriam Edith Necioni; 2) Carlos
Néstor Ponce; 3) Graciela Elina Lo Tuffo; 4) Carlos
Roberto Gallegos; 5) Marta Susana Diez; 6) Jorge
Barrantes; 7) Eustaquio Ozuna; 8) Jorge Ramón Fabián
Peralta; 9) Arturo Avellaneda; 10) Norma Horizontina
Coutada Rosés; 11) Mario Eduardo Menéndez; 12)
Guillermo Fernando Godoy; 13) Adriana Elsa Tasada;
14) Hugo Alberto Megna; 15) Eduardo Garat y 16) Raúl
Luis Bustos y c) homicidio agravado por el concurso
del Código Penal) que tuviera como víctima a: 1)
Daniel Adolfo Trípodi y 2) Víctor Jorge Lowe (todo
en función del art. 306 del Código Procesal Penal de
la Nación). Todos ellos en concurso real en función
de lo dispuesto en el art. 55 del Código Penal.
I.b. Dictar la falta de mérito a
Pascual Oscar Guerrieri, filiado en autos, en
relación a los hechos padecidos por: 1) Daniel
Adolfo Trípodi en relación a la privación ilegítima
de la libertad agravada que se le imputara; 2)
Gustavo Guillermo López Torres en relación a la
le imputara; 3) Bernardo Alfredo Depetris; 4) Carlos
Schreiber; 5) Isabel Soto de Cian y 6) Héctor Cian
(conf. art. 309 del Código Procesal Penal de la
Nación).
II.a. Ordenar el procesamiento
de Jorge Alberto Fariña (D.N.I. N° 4.390.959) en

360
FRO 43000367/2003

Código Penal) y tormentos (art. 144 ter, párrafo 1°,
-ley 14.616- del Código Penal), que damnificaron a:
1) Daniel Héctor Querol; 2) Nelly Balestrini de
Larrosa; 3)Gregorio Larrosa; 4) José Enrique Nelio
Animendi; 5) Antonio Huerta y 6) Horacio Huerta; b)
-ley 20.642- del Código Penal) y homicidios
agravados por el concurso premeditado de dos o más
personas (art. 80, inc. 6° del Código Penal), que
damnificaron a: 1) José Carlos Prat; 2) Graciela
Susana Capoccetti; 3) Ricardo Alberto Massa;
4)Susana Beatriz Becker; 5) Abel Argento; 6) Clara
Ruth Argento Fontaine; 7) María De Los Ángeles
Castillo Cano; 8) Roberto Miguel Valleto Olivari; 9)
Olga Beatriz Ruiz De Bordesio; 10) Mario Eduardo
Bordesio; 11) Mario Alberto Ramos; 12) Emilio
Etelvino Vega; 13) Susana Busaniche; 14) Graciela
Busaniche; 15) Pedro Pablo Delgado; 16) Gustavo
Adrián Rodriguez; 17) Olga Lilian Vaccarini; 18)
Mónica Marta Cappelli; 19) María Isabel Salinas De
Bosso; 20) Carlos Alberto Bosso; 21) Miguel Ángel D’
Andrea; 22) María Ester Ravelo; 23) Sonia
Kindrasiuk; 24) Gustavo Adolfo Pon; 25) Irma Elena
Alberto Madeo; 30) Alberto Corazza; 31)Alberto

361
Eier; y c) homicidio agravado por el concurso
del Código Penal) que tuvieran como víctimas a: 1)
Gustavo Guillermo López Torres y 2) Juan Carlos
Amador; y en orden a la presunta comisión, en
del Código Penal), que damnificó a: 1) Santiago Mac
Guire; b) privación ilegal de la libertad, agravada
por mediar violencia y amenazas (art.144 bis, inc.
1° y último párrafo –ley 14.616- en función del
art.142 inc. 1° -ley 20.642- del Código Penal) y
homicidios agravados por el concurso premeditado de
dos o más personas (art. 80, inc. 6° del Código
Penal), que damnificaron a: 1) María Teresa
Quintana; 2) Segismundo Martínez; 3) Miriam Edith
Susana Diez; 8) Jorge Barrantes; 9) Eustaquio Ozuna;
10) Jorge Ramón Fabián Peralta; 11) Arturo
Godoy; 15) Adriana Elsa Tasada; 16) Hugo Alberto
Megna; 17) Eduardo Garat; 18) Raúl Luis Bustos; 19)
Bernardo Alfredo Depetris y 20) Carlos Schreiber; y

362
FRO 43000367/2003
c) homicidio agravado por el concurso premeditado de

Penal) que tuvieran como víctimas a: 1) Daniel
Adolfo Trípodi; 2) Isabel Soto de Cian; 3) Héctor
Cian; 4) María Irma Ferreyra; 5) Omar Fernando
Bravo; 6) José Alejandro Ruggero; 7) Marta del Pilar
Luque; 8) Irma Edith Parra Yakin y 9) Víctor Jorge
Lowe (todo en función del art. 306 del Código
Procesal Penal de la Nación). Todos ellos en
concurso real en función de lo dispuesto en el art.
55 del Código Penal.
II.b. Dictar la falta de mérito
a Jorge Alberto Fariña, filiado en autos, en
relación a los hechos padecidos por: 1) Daniel
Adolfo Trípodi en relación a la privación ilegítima
de la libertad agravada que se le imputara y 2)
le imputara (conf. art. 309 del Código Procesal
Penal de la Nación).
III.a. Ordenar el procesamiento
de Juan Daniel Amelong (D.N.I. N° 10.151.496) en

363
Animendi; 5) Antonio Huerta; 6) Horacio Huerta; b)
Susana Capoccetti; 3) Ricardo Alberto Massa; 4)
Susana Beatriz Becker; 5) Abel Argento; 6) Clara
Olga Beatriz Ruiz De Bordesio; 10)Mario Eduardo
Kindrasiuk; 24)Gustavo Adolfo Pon; 25)Irma Elena
Montenegro; 26) Eduardo Luis Franco; 27)Domingo
Alberto Madeo; 30) Alberto Corazza; 31)Alberto
Galarza; 32)Susana Elena Díaz; 33) María Graciela
Juan Carlos Amador y 2) Gustavo Guillermo López
Torres (todo en función del art. 306 Código Procesal

364
FRO 43000367/2003
Penal de la Nación). Todos ellos en concurso real en

función de lo dispuesto en el art. 55 del Código
Penal.
III.b. Disponer la falta de
mérito para procesar o sobreseer de Juan Daniel
Amelong, filiado en autos, en relación a los hechos
que tuvieran como víctimas a: 1) Gustavo Guillermo
López Torres en relación a la privación ilegítima de
la libertad agravada que se le imputara; 2) Santiago
Mac Guire; 3) María Teresa Quintana; 4) Segismundo
Martínez; 5) Daniel Adolfo Trípodi; 6) Miriam Edith
Susana Diez; 11) Jorge Barrantes; 12) Eustaquio
Godoy; 18) Adriana Elsa Tasada; 19) Hugo Alberto
Megna; 20) Eduardo Garat; 21) Raúl Luis Bustos; 22)
Bernardo Alfredo Depetris; 23) Carlos Schreiber; 24)
Isabel Soto de Cian; 25) Héctor Cian; 26) María Irma
Ferreyra; 27) Omar Fernando Bravo; 28) José
Alejandro Ruggero; 29) Marta del Pilar Luque; 30)
Irma Edith Parra Yakin y 31) Víctor Jorge Lowe
Nación).
IV.a. Ordenar el procesamiento
de Marino Héctor González (LE: 6.062.716) en orden a
la presunta comisión, en carácter de coautor, de los
delitos de: a) privación ilegal de la libertad –
abusando de su carácter de funcionario público-

365
agravada, por mediar violencia y amenazas (art.144
bis. inc. 1 y último párrafo –ley 14.616-, en
función del art.142 inc. 1 –ley 20.642- todos del
1)Daniel Héctor Querol; 2)Nelly Balestrini de
Animendi; 5)Antonio Huerta y 6) Horacio Huerta; b)
damnificaron a: 1) Ricardo Alberto Massa; 2)Susana
Beatriz Becker; 3) Abel Argento; 4) Clara Ruth
Argento Fontaine; 5)María De Los Ángeles Castillo
Cano; 6)Roberto Miguel Valleto Olivari; 7) Olga
Beatriz Ruiz De Bordesio; 8) Mario Eduardo
Kindrasiuk; 22) Gustavo Adolfo Pon; 23) Irma Elena
Galarza; 30) Susana Elena Díaz; 31) María Graciela

366
FRO 43000367/2003

Juan Carlos Amador (todo en función del art. 306
Código Procesal Penal de la Nación). Todos ellos en
IV.b. Disponer la falta de
mérito para procesar o sobreseer de Marino Héctor
González, filiado en autos, en relación a los hechos
que tuvieran como víctimas a: 1) María Teresa
Quintana; 2) Segismundo Martínez; 3) José Carlos
Prat; 4) Daniel Adolfo Trípodi; 5) Miriam Edith
Susana Diez; 10) Jorge Barrantes; 11) Raúl Luis
Bustos; 12) Eustaquio Ozuna; 13) Jorge Ramón Fabián
Peralta; 14) Gustavo Guillermo López Torres; 15)
Graciela Susana Capoccetti; 16) Arturo Avellaneda;
17) Norma Horizontina Coutada Rosés; 18) Mario
Eduardo Menéndez; 19) Guillermo Fernando Godoy; 20)
Bernardo Alfredo Depetris; 21) Carlos Schreiber; 22)
Isabel Soto de Cian; 23) Héctor Cian; 24) María Irma
Ferreyra; 25) Omar Fernando Bravo; 26) José
Alejandro Ruggero; 27) Marta del Pilar Luque; 28)
Adriana Elsa Tasada; 31) Hugo Alberto Megna; 32)
Eduardo Garat y 33) Santiago Mac Guire (conf. art.
V. Ordenar el procesamiento con
prisión preventiva de Joaquín Tomas Gurrera (D.N.I.

367
nº 5.671.100) en orden a la presunta comisión, en
del Código Penal), que damnificaron a: 1) Santiago
Raúl Mac Guire y 2) Roberto Vicente Pistacchia y b)
(art. 80, inc. 6° del Código Penal), que damnificó
a: 1) Eduardo Héctor Garat (todo en función de los
arts. 306 y 312 del Código Procesal Penal de la
Nación). Todos ellos en concurso real en función de
lo dispuesto en el art. 55 del Código Penal.
VI.a. Ordenar el procesamiento
con prisión preventiva de Pablo Raúl Vera (DNI
n°7.678.029), en orden a la presunta comisión, en
carácter de coautor de los delitos de: a) privación
ilegal de la libertad –abusando de su carácter de
funcionario público- agravada, por mediar violencia
y amenazas (art.144 bis. inc. 1 y último párrafo –
ley 14.616-, en función del art.142 inc. 1 –ley
20.642- todos del Código Penal) en perjuicio de: 1)
Adriana Cuaranta; 2) Elena Sarnari; 3) Susana Zitta;
4) Francisca Daniela Domínguez; 5) María Amelia

368
FRO 43000367/2003
González; 6) María Luisa Rubinelli; 7) Carlos

Novillo; 8) Alejandro Novillo; 9) Carmen Cantelejo;
10) Patricia Coria; 11) Laura Esther Repetti y 12)
Eduardo Francisco Ferreyra; b) privación ilegal de
1) Luis Alberto Megías; 2) Viviana Adela Nardoni; 3)
Rafael Bielsa; 4) Mercedes Domínguez; 5) Graciela
Zitta; 6) Emma Buna; 7) Diego Aníbal Walter Fuhr; 8)
Daniel Ángel Luis Fuhr; 9) Jaime Feliciano Dri; 10)
Tulio Valenzuela; 11) Raquel Carolina Ángela Negro;
12) Adriana Elba Arce; 13) Juan Antonio Rivero; 14)
Ramón Aquiles Verón; 15) Olga Regina Moyano; 16)
Hilda Cardozo; 17) Daniel Héctor Querol; 18) Nelly
Balestrini de Larrosa; 19) Gregorio Larrosa y 20)
José Enrique Nelio Animendi; c) privación ilegal de
la libertad, agravada por mediar violencia y
amenazas (art.144 bis, inc. 1° y último párrafo –ley
14.616- en función del art.142 inc. 1° -ley 20.642-
del Código Penal) y homicidio agravado por el
concurso premeditado de dos o más personas (art. 80,
inc. 6° del Código Penal) que damnificaron a: 1)
Guillermo White; 2) Jorge Luis Ruffa; 3) Juan Carlos
Gesualdo; 4) Sonia Kindrasiuk; 5) Gustavo Adrián
Rodríguez; 6) Olga Lilian Vaccarini; 7) Mónica Marta
Cappelli; 8) Irma Elena Montenegro; 9) Eduardo Luis
Franco; 10) Domingo Laborde; 11) Hilda Elena Miekle

369
Rivas; 12) José Alberto Madeo; 13) Alberto Corazza;
14) Alberto Galarza; 15) Susana Elena Díaz y 16)
María Graciela Eier; d) privación ilegal de la
libertad –abusando de su carácter de funcionario
Código Penal), tormentos (art. 144 ter, párrafo 1°,
damnificaron a: 1) Ernesto Víctor Enrique Traverso;
2) Aníbal Morcabel; 3) Rubén Daniel Flores; 4) Marta
María Benassi; 5) Daniel Oscar Capella; 6) Fernando
Dante Dussex; 7) Ana María Gurmendi; 8) Stella
Hildbrand de Del Rosso; 9) Carlos Laluf; 10) María
Adela Reyna Lloveras; 11) Jorge Novillo; 12) Pedro
Retamar; 13) Teresa Soria de Sklate; 14) Eduardo
José Toniolli; 15) Miguel Ángel Tossetti; 16) María
Marta Forestello; 17) Liliana Nahs de Bruzone; 18)
Fernando Félix Agüero; 19) Susana Miranda y 20)
Ariel Morandi; y e) asociación ilícita (art. 210 del
C.P.). Todos los delitos en concurso real (art. 55
C.P.) y en función de los arts. 306 y 312 del Código
Procesal Penal de la Nación.
VI. b. Disponer la falta de

mérito para procesar o sobreseer de Pablo Raúl Vera,
filiado en autos, en relación a los hechos que
tuvieran como víctimas a: 1) Fernando Rubén Messiez;
2) Alberto Barber Caixal; 3) Héctor A. Larrosa; 4)
Raquel Ángela Carolina Negro sólo en relación a la

370
FRO 43000367/2003
desaparición física que fuera imputada; 5) Carlos

Néstor Ponce; 6) Elina Teresa Lo Tuffo; 7) Carlos
Roberto Gallegos; 8) Marta Susana Diez; 9) Jorge
Barrantes; 10) Raúl Luis Bustos; 11) Eustaquio
Guillermo López Torres; 14) Graciela Susana
Capoccetti; 15) Ricardo Massa; 16) Susana Becker;
17) Clara Ruth Argento Fontaine; 18) Abel Argento
Fontaine; 19) María de los Ángeles Castillo Cano;
20) Roberto Miguel Valleto Olivari; 21) Arturo
Avellaneda; 22) María Isabel Salinas de Bosso; 23)
Carlos Alberto Bosso; 24) Olga Beatriz Ruiz de
Bordesio; 25) Mario Eduardo Bordesio; 26) Norma
Menéndez; 28) Miguel Ángel D’Andrea; 29) Mario
Alberto Ramos; 30) Guillermo Fernando Godoy; 31)
Juan Carlos Amador; 32) María Esther Ravelo; 33)
Emilio Etelvino Vega; 34) Víctor Jorge Lowe; 35)
Susana Busaniche; 36) Graciela Busaniche; 37) Pedro
Delgado; 38) Adriana Elsa Tasada; 39) Hugo Alberto
Megna; 40) Eduardo Héctor Garat; 41) Santiago Raúl
Mac Guire; 42) Gustavo Adolfo Pon; 43) Antonio
Huerta y 44) Antonio Horacio Huerta (conf. art. 309
del Código Procesal Penal de la Nación).
VII.a. Ordenar el procesamiento
de Ariel Antonio López (D.N.I. nº 6.078.183) en

371
1) Nelly Balestrini de Larrosa; 2) Gregorio Larrosa;
3) José Enrique Nelio Animendi; 4) Antonio Huerta y
5) Horacio Huerta; b) privación ilegal de la
libertad, agravada por mediar violencia y amenazas
(art.144 bis, inc. 1° y último párrafo –ley 14.616-
en función del art.142 inc. 1° -ley 20.642- del
Código Penal) y homicidio agravado por el concurso
del Código Penal) que damnificaron a: 1) Griselda
María Isabel Salinas De Bosso; 9)Carlos Alberto
Bosso; 10) Olga Beatriz Ruiz De Bordesio; 11) Mario
Eduardo Bordesio; 12) Miguel Ángel D’ Andrea; 13)
Mario Alberto Ramos; 14) Emilio Etelvino Vega; 15)
María Ester Ravelo; 16) Sonia Kindrasiuk; 17) Susana
Busaniche; 18) Graciela Busaniche; 19) Pedro Pablo
Lilian Vaccarini; 22) Gustavo Adolfo Pon; 23) Mónica
Marta Cappelli; 24) Irma Elena Montenegro; 25)
Eduardo Luis Franco; 26) Domingo Laborde; 27) Hilda
Elena Miekle Rivas; 28) José Alberto Madeo; 29)
Alberto Corazza; 30) Alberto Galarza; 31) Susana
Elena Díaz y 32) María Graciela Eier; y c)

372
FRO 43000367/2003
Penal) que tuvieran como víctimas a: 1) Gustavo

Guillermo López Torres y 2) Juan Carlos Amador (todo
en función del art. 306 Código Procesal Penal de la
VII. b. Disponer la falta de
mérito para procesar o sobreseer a Ariel Antonio
López, filiado en autos, en relación a los hechos
que tuvieran como víctimas a: 1) Graciela Elina Lo
Diez; 4) Jorge Barrantes; 5) Raúl Luis Bustos; 6)
privación ilegítima de la libertad que se le
Elsa Tasada y 14) Hugo Alberto Megna (conf. art. 309
VIII.a. Ordenar el procesamiento
de Ariel Zenón Porra (D.N.I. N°11.125.618) en orden
a la presunta comisión, en carácter de coautor, de
los delitos de: a) privación ilegal de la libertad –

373
la privación ilegal de la libertad, agravada por
mediar violencia y amenazas (art.144 bis, inc. 1° y
último párrafo –ley 14.616- en función del art.142
inc. 1° -ley 20.642- del Código Penal) y los
Penal), que damnificaron a: 1) José Carlos Prat; 2)
Graciela Susana Capoccetti; 3) Ricardo Alberto
Massa; 4) Susana Beatriz Becker; 5) Abel Argento; 6)
Clara Ruth Argento Fontaine; 7) María De Los
Ángeles Castillo Cano; 8) Roberto Miguel Valleto
Olivari; 9) María Isabel Salinas De Bosso; 10)
Carlos Alberto Bosso; 11) Olga Beatriz Ruiz De
Bordesio; 12) Mario Eduardo Bordesio; 13) Miguel
Ángel D’ Andrea; 14) Mario Alberto Ramos; 15) Emilio
Etelvino Vega; 16) María Ester Ravelo; 17) Sonia
Kindrasiuk; 18) Susana Busaniche; 19) Graciela
Gustavo Adolfo Pon; 24) Mónica Marta Cappelli; 25)
Irma Elena Montenegro; 26) Eduardo Luis Franco; 27)
Galarza; 32) Susana Elena Díaz; 33) María Graciela
Juan Carlos Amador y 2) Gustavo Guillermo López
Torres (todo en función del art. 306 Código Procesal

374
FRO 43000367/2003

Penal.
VIII.b. Disponer la falta de
mérito para procesar o sobreseer a Ariel Zenón
Porra, filiado en autos, en relación a los hechos
que tuvieran como víctimas a: 1) María Teresa
Trípodi; 4) Miriam Edith Necioni; 5) Carlos Néstor
Gallegos; 8) Marta Susana Diez; 9) Jorge Barrantes;
10) Raúl Luis Bustos; 11) Eustaquio Ozuna; 12) Jorge
Ramón Fabián Peralta; 13) Gustavo Guillermo López
Torres en relación a la privación ilegítima agravada
que se le imputara; 14) Arturo Avellaneda; 15) Norma
Alfredo Depetris; 19) Carlos Schreiber; 20) Adriana
Elsa Tasada; 21) Hugo Alberto Megna; 22) Eduardo
Héctor Garat y 23) Santiago Raúl Mac Guire (conf.
IX.a. Ordenar el procesamiento

con prisión preventiva de Francisco José Scilabra
(D.N.I. N° 7.841.112) en orden a la presunta
comisión, en carácter de coautor, de los delitos de:
del Código Penal), que damnificaron a: 1) Nelly

375
Balestrini de Larrosa; 2)Gregorio Larrosa; 3) José
Enrique Nelio Animendi; 4) Antonio Huerta y 5)
Horacio Huerta; b) privación ilegal de la libertad,
Penal) y homicidio agravado por el concurso
del Código Penal), que damnificaron a: 1) Graciela
Mario Alberto Ramos; 14)Emilio Etelvino Vega; 15)
Elena Díaz y 32) María Graciela Eier; y c) homicidio
agravado por el concurso premeditado de dos o más
personas (art. 80, inc. 6° del Código Penal) que
tuvieran como víctimas a: 1) Gustavo Guillermo López
Torres y 2) Juan Carlos Amador (todo en función del
art. 306 y 312 del Código Procesal Penal de la

376
FRO 43000367/2003

IX.b. Disponer la falta de

mérito para procesar o sobreseer a Francisco José
Scilabra, filiado en autos, en relación a los hechos
que tuvieran como víctimas a: 1) Graciela Elina Lo
Diez; 4) Jorge Barrantes; 5) Raúl Luis Bustos; 6)
privación ilegítima agravada que se le imputara; 9)
Fernando Godoy; 13) Adriana Elsa Tasada; 14) Hugo
Pistacchia (conf. art. 309 del Código Procesal Penal
de la Nación).
X.a. Ordenar el procesamiento de

Juan Andrés Cabrera (D.N.I. N° 8.374.434) en orden a
la presunta comisión, en carácter de coautor, de los
delitos de: a) privación ilegal de la libertad –

377
Elena Díaz y 33) María Graciela Eier y c) el
homicidios agravado por el concurso premeditado de
Penal) que tuviera como víctimas a: 1) Gustavo
Guillermo López Torres y 2) Juan Carlos Amador (todo
en función del art. 306 Código Procesal Penal de la

378
FRO 43000367/2003
X.b. Disponer la falta de mérito

para procesar o sobreseer a Juan Andrés Cabrera,
filiado en autos, en relación a los hechos que
tuvieran como víctimas a: 1) María Teresa Quintana;
2) Segismundo Martínez; 3) Daniel Adolfo Trípodi; 4)
Miriam Edith Necioni; 5) Carlos Néstor Ponce; 6)
8) Marta Susana Diez; 9) Jorge Barrantes; 10) Raúl
Fabián Peralta; 13) Gustavo Guillermo López Torres
en relación a la privación ilegítima agravada que se
le imputara; 14) Arturo Avellaneda; 15) Norma
Héctor Garat; 23) Santiago Raúl Mac Guire y 24)
Roberto Vicente Pistacchia (conf. art. 309 del
XI.a. Ordenar el procesamiento

con prisión preventiva de Rodolfo Daniel Isach (L.E.
n° 6.072.848) en orden a la presunta comisión, en
carácter de coautor, de los delitos de: a) privación
20.642- todos del Código Penal) y tormentos (art.
144 ter, párrafo 1°, -ley 14.616- del Código Penal),

379
que damnificaron a: 1) Daniel Héctor Querol; 2)
Nelly Balestrini de Larrosa; 3)Gregorio Larrosa; 4)
José Enrique Nelio Animendi; 5) Antonio Huerta y 6)
Ricardo Alberto Massa; 4) Susana Beatriz Becker; 5)
Miguel Valleto Olivari; 9) María Isabel Salinas De
Bosso; 10) Carlos Alberto Bosso; 11) Olga Beatriz
Ruiz De Bordesio; 12) Mario Eduardo Bordesio; 13)
Miguel Ángel D’ Andrea; 14) Mario Alberto Ramos; 15)
Emilio Etelvino Vega; 16) María Ester Ravelo; 17)
Sonia Kindrasiuk; 18) Susana Busaniche; 19) Graciela
Eier y c) homicidio agravado por el concurso
del Código Penal) que tuviera como víctimas a: 1)

380
FRO 43000367/2003
Amador (todo en función de los art. 306 y 312 Código

Procesal Penal de la Nación). Todos ellos en
XI.b. Disponer la falta de

mérito para procesar o sobreseer a Rodolfo Daniel
Isach, filiado en autos, en relación a los hechos
que tuvieran como víctimas a: 1) Segismundo
Martínez; 2) Daniel Adolfo Trípodi; 3) Miriam Edith
Susana Diez; 8) Jorge Barrantes; 9) Raúl Luis
Bustos; 10) Eustaquio Ozuna; 11) Jorge Ramón Fabián
Peralta; 12) Gustavo Guillermo López Torres en
relación a la privación ilegítima agravada que se le
Elsa Tasada y 20) Hugo Alberto Megna (conf. art. 309
XII.a. Ordenar el procesamiento

de Walter Salvador Dionisio Pagano (D.N.I. N°
6.066.338) en orden a la presunta comisión, en
carácter de coautor, de los delitos de: a) privación
20.642- todos del Código Penal) y tormentos (art.

381
144 ter, párrafo 1°, -ley 14.616- del Código Penal),
que damnificaron a: 1) Daniel Héctor Querol; 2)
Nelly Balestrini de Larrosa; 3) Gregorio Larrosa; 4)
José Enrique Nelio Animendi; 5) Antonio Huerta y 6)
Ricardo Alberto Massa; 4) Susana Beatriz Becker; 5)
Miguel Valleto Olivari; 9) María Isabel Salinas De
Bosso; 10) Carlos Alberto Bosso; 11) Olga Beatriz
Ruiz De Bordesio; 12) Mario Eduardo Bordesio; 13)
Miguel Ángel D’ Andrea; 14) Mario Alberto Ramos; 15)
Emilio Etelvino Vega; 16) María Ester Ravelo; 17)
Sonia Kindrasiuk; 18) Susana Busaniche; 19) Graciela
Eier y c) homicidio agravado por el concurso

382
FRO 43000367/2003

Amador (todo en función del art. 306 Código Procesal
Penal.
XII.b. Disponer la falta de

mérito para procesar o sobreseer a Walter Salvador
Dionisio Pagano, filiado en autos, en relación a los
hechos que tuvieran como víctimas a: 1) María Teresa
Trípodi; 4) Miriam Edith Necioni; 5) Carlos Néstor
Gallegos; 8) Marta Susana Diez; 9) Jorge Barrantes;
10) Raúl Luis Bustos; 11) Eustaquio Ozuna; 12) Jorge
Ramón Fabián Peralta; 13) Gustavo Guillermo López
Torres en relación a la privación ilegítima agravada
que se le imputara; 14) Arturo Avellaneda; 15) Norma
Héctor Garat y 23) Santiago Raúl Mac Guire (conf.
XIII.a. Ordenar el procesamiento

de Eduardo Rodolfo Costanzo (D.N.I. N° 7.055.729) en

383
1) Nelly Balestrini de Larrosa; 2) Gregorio Larrosa;
3) Antonio Huerta y 4) Horacio Huerta; b) privación
ilegal de la libertad, agravada por mediar violencia
y amenazas (art.144 bis, inc. 1° y último párrafo –
ley 14.616- en función del art.142 inc. 1° -ley
20.642- del Código Penal) y homicidio agravado por
el concurso premeditado de dos o más personas (art.
80, inc. 6° del Código Penal), que damnificaron a:
1) Graciela Susana Capoccetti; 2) Ricardo Alberto
Massa; 3) Susana Beatriz Becker; 4) Abel Argento; 5)
Clara Ruth Argento Fontaine; 6)María De Los Ángeles
Delgado; 20) Gustavo Adolfo Pon y c) homicidio
tuvieran como víctimas a: 1) Gustavo Guillermo López
Torres y 2) Juan Carlos Amador (todo en función del
art. 306 Código Procesal Penal de la Nación).
XIII.b. Disponer la falta de

mérito para procesar o sobreseer a Eduardo Rodolfo
Costanzo, filiado en autos, en relación a los hechos
que tuvieran como víctimas a: 1) Jorge Ramón Fabián

384
FRO 43000367/2003
Peralta; 2) Gustavo Guillermo López Torres en

relación a la privación ilegítima agravada que se le
imputara; 3) Arturo Avellaneda; 4) Norma Horizontina
Coutada Rosés; 5) Mario Eduardo Menéndez; 6)
Guillermo Fernando Godoy; 7) Adriana Elsa Tasada; 8)
Hugo Alberto Megna; 9) Eduardo Héctor Garat; 10)
Pistacchia (conf. art. 309 del Código Procesal Penal
de la Nación).
XIV. Ordenar el procesamiento

con prisión preventiva de Roberto José Mónaco
(D.N.I. nº 5.581.218), en orden a la presunta
comisión, en carácter de partícipe necesario de los
delitos de: a) privación ilegal de la libertad,
Penal) en concurso real con el delito de homicidio
damnificaron a: 1) Ricardo Alberto Massa; 2) Susana
Beatriz Becker; 3) María de los Angeles Castillo
Cano y 4) Roberto Miguel Valleto Olivari; b) en
concurso real con la presunta comisión, en carácter
de coautor de los delitos de: I) homicidio agravado
(art. 80, inc. 6° del Código Penal) que tuviera como
víctimas a: 1) María Irma Ferreyra y 2) Omar
Fernando Bravo y II) asociación ilícita (art. 210
del C.P.) (todo en función del art. 306 y 312 del
Código Procesal Penal de la Nación). Todos ellos en

385
XV. Ordenar el procesamiento con
prisión preventiva de Federico Almeder (D.N.I. nº
8.340.642), en orden a la presunta comisión, en
carácter de coautor de los delitos de homicidio
tuvieran como víctimas a: 1) Isabel Soto de Cian; 2)
Héctor Cian; 3) María Irma Ferreyra; 4) Omar
Fernando Bravo; 5) José Alejandro Ruggero; 6) Marta
del Pilar Luque y 7) Irma Edith Parra Yakin (todos
y concurso real –art. 55 del C.P. – y en función del
Nación).
XVI.a. Ordenar el procesamiento
con prisión preventiva de Juan Carlos Faccendini
comisión, en carácter de coautor de los delitos de:
a) homicidio agravado por el concurso premeditado de
Penal) que tuvieran como víctimas a: 1) María Irma
Ferreyra; 2) Omar Fernando Bravo; 3) José Alejandro
Ruggero; 4) Marta del Pilar Luque y 5) Irma Edith
Parra Yakin y b) asociación ilícita (art. 210 del
C.P.). Todo ello en concurso real (art. 55 del C.P.)
y en función del art. 306 y 312 del Código Procesal
Penal de la Nación.
XVI.b. Disponer la falta de
mérito para procesar o sobreseer a Juan Carlos
Faccendini, filiado en autos, en relación a los

386
FRO 43000367/2003
hechos que tuvieran como víctimas a: 1) Isabel Soto

de Cian; 2) Héctor Cian (conf. art. 309 del Código
XVII. Ordenar el procesamiento
con prisión preventiva de Juan Félix Retamozo
comisión, en carácter de coautor, de los delitos de:
a) homicidio agravado por el concurso premeditado de
Penal) que tuvieran como víctimas a: 1) Isabel Soto
de Cian; 2) Héctor Cian; 3) María Irma Ferreyra; 4)
Omar Fernando Bravo; 5) José Alejandro Ruggero; 6)
Marta del Pilar Luque y 7) Irma Edith Parra Yakin y
b) asociación ilícita (art. 210 del C.P.). Todo ello
en concurso real (art. 55 del C.P.) y en función del
Nación.
XVIII. Disponer la falta de
mérito para procesar o sobreseer a René Juan
Langlois (D.N.I. nº 7.774.024) en relación a los
hechos que tuvieran como víctimas a: 1) Isabel Soto
Marta del Pilar Luque y 7) Irma Edith Parra Yakin
Nación).
XIX. Ordenar el procesamiento
con prisión preventiva de Luis Paulino Coronel
comisión, en carácter de coautor de los delitos de
homicidio agravado por el concurso premeditado de

387
Penal) que tuvieran como víctimas a: 1) Isabel Soto
Marta del Pilar Luque y 7) Irma Edith Parra Yakin
(todos y concurso real –art. 55 del C.P. – y en
función del art. 306 y 312 del Código Procesal Penal
de la Nación).
XX. Ordenar el procesamiento con
prisión preventiva de Enrique Andrés López (D.N.I.
nº 7.691.745), en orden a la presunta comisión, en
carácter de coautor de los delitos de homicidio
tuvieran como víctimas a: 1) Isabel Soto de Cian; 2)
Héctor Cian; 3) María Irma Ferreyra; 4) Omar
Fernando Bravo; 5) José Alejandro Ruggero; 6) Marta
del Pilar Luque y 7) Irma Edith Parra Yakin (todos
y concurso real –art. 55 del C.P. – y en función del
Nación).
XXI. Mantener el auto de falta
de mérito dictado oportunamente a Rodolfo Enrique
Riegé (D.N.I. n° M4.840.867) por resolución nº 74/B
de fecha 03.11.2008 (cfr. art. 309 CPPN).
XXII. Las prisiones preventivas

dictadas en el presente resolutorio se cumplirán en
los lugares y bajo las modalidades que se encuentran
detenidos los imputados al momento del dictado de
esta resolución debiendo comunicarse las mismas a

388
FRO 43000367/2003
los institutos penitenciarios donde se encuentren

alojados los detenidos y al Tribunal Oral en lo
Criminal Federal nº 1 de Rosario respecto a aquellos
imputados que también se encuentren detenidos a su
disposición.
XXIII. Trabar embargo sobre los
bienes de los nombrados hasta cubrir las siguientes
sumas: a) Pascual Oscar Guerrieri: ocho millones
cuatrocientos mil pesos ($ 8.400.000); b) Jorge
Alberto Fariña: nueve millones cuatrocientos
cincuenta mil pesos ($ 9.450.000); c) Juan Daniel
Amelong: cinco millones cuatrocientos cincuenta mil
pesos ($ 5.450.000); d) Marino Héctor González:
cinco millones cincuenta mil pesos ($ 5.050.000); e)
Joaquín Tomas Gurrera: doscientos cincuenta mil
pesos ($ 250.000); f) Pablo Raúl Vera: seis millones
cuatrocientos cincuenta mil pesos ($ 6.450.000); g)
Ariel Antonio López: cinco millones doscientos
cincuenta mil pesos ($ 5.250.000); h) Ariel Zenón
Porra: cinco millones cuatrocientos cincuenta mil
pesos ($ 5.450.000); i) Francisco José Scilabra:
cinco millones doscientos cincuenta mil pesos ($
5.250.000); j) Juan Andrés Cabrera: cinco millones
cuatrocientos cincuenta mil pesos ($ 5.450.000); k)
Rodolfo Daniel Isach: cinco millones cuatrocientos
cincuenta mil pesos ($ 5.450.000); l) Walter
Salvador Dionisio Pagano: cinco millones
cuatrocientos cincuenta mil pesos ($ 5.450.000); ll)
Eduardo Rodolfo Costanzo: tres millones
cuatrocientos mil pesos ($ 3.400.000); m) Roberto
José Mónaco: ochocientos mil pesos ($ 800.000); n)

389
Federico Almeder: setecientos mil pesos ($ 700.000);
ñ) Juan Carlos Faccendini: quinientos mil pesos ($
500.000); o) Juan Félix Retamozo: setecientos mil
pesos ($ 700.000); p) Luis Paulino Coronel:
setecientos mil pesos ($ 700.000); y q) Enrique
Andrés López: setecientos mil pesos ($ 700.000); y,
en el caso de que no ofrezcan bienes –en el plazo de
cinco días de notificados- para su debida
efectivización, anotar sus respectivas inhibiciones
generales para disponer de ellos (conf. art.518 del
XXIV.- Insertar y hacer saber.-
FDO: MARCELO MARTÍN BAILAQUE, JUEZ FEDERAL. ANTE MI:
ROMÁN PABLO LANZÓN, SECRETARIO FEDERAL.
ES COPIA FIEL DE SU ORIGINAL. DOY FE.-

390

Resolución Situación Procesal Guerrieri III

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Poder Judicial de la Nación

JUZGADO FEDERAL DE ROSARIO 4

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

Acuerdo N° 169/05. En este sentido, el análisis del

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

padecidos por: Rafael Bielsa (punto n° 2 de la

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

31.7.2006 (fs. 1065/1079 del acumulado n° 581/03);

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

histórico y la información precedente, la conclusión

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

Efectivamente el relato del

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

entonces fuera Segundo Jefe del Batallón Virgilio

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

Policía de la Provincia de Santa Fe, donde consta

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

el Comando del Cuerpo del Ejército II dio a conocer

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

puede leer el nombre de Daniel Tripodi (a) “Pacuca”

Conforme surge del legajo

El día 6.1.77 salió de la

Fecha de firma: 09/09/2014

En dicho Habeas Corpus

Que sin tener responsabilidad

Actualmente Carlos Néstor Ponce

Fecha de firma: 09/09/2014

ilegítimo instaurado por el gobierno de facto en

Caso 6. Graciela Elina Teresa Lo

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

11.204/11.205) realizó un relato similar al

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

accionar ilegítimo instaurado por el gobierno de

Caso 8. Marta Susana Diez y

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

luego cuando fue atendido por personal de la

Fecha de firma: 09/09/2014

Fue secuestrado en la ciudad de

Fecha de firma: 09/09/2014

Sánchez, comunica a la población que en el día de la

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

declarar que la muerte de Raúl Luis Bustos fue

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

encuentra acreditada con las copias certificadas de

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

doce horas cuando llegaron a su domicilio sito en

Fecha de firma: 09/09/2014

Fecha de firma: 09/09/2014

Luego del secuestro de Eustaquio