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APUNTES NOCIONES DE TRIBUTACION DERECHO 2019

PROF: EDUARDO MONTESINOS PALACIOS

CAPÍTULO PRIMERO: LOS TRIBUTOS Y SU CLASIFICACIÓN

1. Concepto y Características.

1.1. Concepto.

“El Tributo consiste en una prestación obligatoria, comúnmente en


dinero, que el Estado, en el ejercicio de su potestad de imperio exige,
con el objeto de obtener recursos para el cumplimiento de sus fines.”
(Radovic 1998, 43)

1.2. Características.

a) Ingreso Público.

El Tributo se caracteriza por ser un ingreso público, representando generalmente una de


las partidas más trascendentes del total de los ingresos públicos de la Nación.

b) Se aplican Coactivamente.

El Tributo encuentra su fuente formal en la Ley y de ésta nace su obligatoriedad. Se


aplican coactivamente por cuanto han sido creados por la voluntad soberana del Estado y
no de la manifestación de la voluntariedad del contribuyente. Por consiguiente, el Estado
puede hacerla exigible mediante la fuerza jurídicamente organizada.

c) Capacidad Económica.

La capacidad económica del contribuyente debe ser el hecho generador de la obligación


tributaria. Es decir, el legislador deberá considerar para gravar con un tributo
determinada conducta o acto, la aptitud de cierto contribuyente de contribuir en virtud de
la renta que posee.

d) Objetivo Contributivo.

Esta característica pone de relieve el nexo entre los ingresos y el gasto público. Es decir,
se obtienen recursos a través de los tributos con el fin de aplicarlos a los fines públicos.

No obstante lo anterior y sin perder de vista su principal objetivo, los Tributos pueden
ser un medio eficaz para obtener ciertos fines de política económica, se pueden
transformar en una importante herramienta de la política económica, produciéndose
generalmente en este caso un desmedro en los fines recaudatorios (normas de incentivos
a ciertas zonas geográficas pueden producir una menor recaudación fiscal en éstas.)

2. Clasificación de los Tributos

I.1. Impuestos

“Son Tributos establecidos en la Ley para financiar servicios de interés


general, de carácter indivisible, independientes de toda actividad
estatal relativa al contribuyente” (Radovic 1998, 49)

1
Se caracteriza por no existir una contraprestación específica a favor del
contribuyente. Es decir, no hay dependencia entre la suma pagada por el impuesto
y la actividad desarrollada por el Estado con dicha cantidad.

Sus objetivos son, la obtención de recursos para el financiamiento del gasto público; ser
utilizado como una eficaz herramienta para la implementación de la política económica
del momento, a través de regímenes de incentivos y franquicias o desalentando
determinadas actividades; y servir como medio para lograr una adecuada redistribución
del ingreso y de la riqueza generalmente mediante el establecimiento de impuestos
progresivos.

I.2. Contribuciones.

Esta especie de Tributo se caracteriza por ser un gravamen impuesto a un contribuyente


que ve incrementado su patrimonio con ocasión de la actividad del Estado, generalmente
con la realización de una obra pública.

Lo anterior implica el desarrollo por parte del Estado, de una actuación que se expresa
en el mejoramiento de la situación patrimonial de cierta persona, lo que lo diferencia del
impuesto que no esta asociado a una retribución individual hacia el contribuyente.

En Chile se denomina contribución al Impuesto Territorial, lo que es técnicamente


erróneo.

2.3. La Tasa.

Lo que diferencia a la Tasa dentro del género Tributo, es la existencia de una


contraprestación por parte del Estado por la suma que éste recibe.

Se puede definir como “una contraprestación del particular al Estado cuando éste le
presta un servicio público general o especial” (Zavala 1998, 11).

Se da como ejemplo de Tasa, el dinero pagado en el Registro Civil para la obtención de


un documento o certificado.

Se advierte que no se debe confundir a la Tasa como una especie de


Tributo, con uno de los elementos del impuesto, también denominado
de la misma forma, y cuya definición veremos más adelante.

2.4. Derechos Habilitantes.

Este tipo de tributos se caracteriza por constituir un gravamen que se exige a


determinada persona como condición para desarrollar una actividad determinada.

Se da como ejemplo de este tipo de Tributo las patentes comerciales, de alcoholes y


profesionales, cuya obtención y pago es un requisito indispensable para desarrollar la
actividad respectiva.

3. El Impuesto

Sin duda que entre los diferentes tipos de tributos, el impuesto es el que reviste mayor
importancia, siendo además el más común.

3.1. Clasificación de los Impuestos

2
Las principales clasificaciones de los impuestos son:

3.1.1. Atendiendo al lugar en que se generan las actividades que se gravan:

a) Impuestos Internos.

Son aquellos que gravan actividades o actos que tienen su origen en el país. Éstos a su
vez, dependiendo del sujeto activo de la obligación tributaria se clasifican en:

i) Fiscales, que tienen como sujeto activo al fisco.


ii) Municipales, que tienen como sujeto activo a la municipalidad respectiva.

b) Impuestos Externos.

Son aquellos que tienen su origen en el comercio externo de mercaderías. Se denominan


también derechos aduaneros.

La importancia de esta clasificación se encuentra en que ellos delimitan la


competencia de los dos grandes servicios fiscalizadores: Servicio de Impuestos Internos
y Servicio de Aduanas (ver artículo 1° del Código Tributario).

3.1.2. Atendiendo a quien sufre el impacto económico del impuesto:

a) Impuestos Directos.

Siguiendo el criterio de recaudación, son directos aquellos impuestos que se recaudan


mediante sistemas de roles, conociéndose de forma precisa a la persona del
contribuyente.

Bajo el criterio de la incidencia del impuesto, serán directos aquellos en que la carga
tributaria incide en el patrimonio del contribuyente, sin que ésta pueda ser trasladada a
un tercero. Ejemplo: Impuesto a la Renta Primera Categoría.

b) Impuestos Indirectos.

De acuerdo con el criterio de recaudación, son indirectos aquellos impuestos que se


aplican a ciertos actos o contratos independientemente de quienes los ejecuten.

Bajo el criterio de la incidencia, son indirectos aquellos impuestos que permiten


trasladar la carga impositiva a un tercero, el que en definitiva va a soportar en su
patrimonio el gravamen. Ejemplo: I.V.A.

3.1.3. Atendiendo a la Etapa de Comercialización en que se Gravan.

a) Monofásico o de Etapa Única.

En este tipo de impuesto, la Ley grava una sola etapa dentro de la cadena de producción
y distribución de determinado bien.

b) Plurifásico o de Etapa Múltiples.

Se caracteriza porque la Ley grava dos, varias o todas las etapas de producción y
comercialización de un determinado bien o servicio.
Este tipo de impuesto se subclasifica en:

i) Acumulativo o en Cascada.

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Que es aquél que considera como parte de la base imponible el precio total del producto,
incluyendo los impuestos pagados en etapas anteriores de la producción o
comercialización.

Esta característica acumulativa de este tipo de impuesto, produce una mayor incidencia
tributaria en el precio final del producto o servicio, porque a mayor número de etapas
mayor es la cantidad de impuestos que pasa a formar parte de la base imponible,
teniendo en consecuencia un efecto precio superior al impuesto no acumulativo.

ii) No Acumulativo o el Valor Agregado.

Este tipo de impuesto es una modalidad de recaudación del impuesto a las ventas y
servicios, en cuya virtud el monto del gravamen se determina en base a la plusvalía o
mayor valor que se produce en cada fase de la etapa de producción y distribución.

En Chile se logra esta característica en el IVA a través del mecanismo del crédito y
débito fiscal.

Desde un punto de vista económico este tipo de impuesto tiene menor incidencia en el
precio final del bien o servicio(efecto precio menor).
3.1.4. Atendiendo a la tasa del impuesto se distingue en:

a) Impuesto de tasa fija:

Aquellos en que su monto está fijado por la ley y se mantienen invariables


independientemente de los aumentos o disminuciones de la base imponible.

Ejemplo: Históricamente el Impuesto al cheque

b) Impuestos proporcionales:

Aquellos en que la tasa no varía no obstante las variaciones que experimente la base
Ejemplo: el IVA

c) Impuestos progresivos:

Aquellos en que la tasa aumenta en la medida que la base imponible igualmente


aumenta.
Ejemplo: Impuesto Global Complementario, Impuesto único a los Trabajadores
Dependientes.
Ejemplo Tabla Global Complementario AT 2018.

RENTA IMPONIBLE
N° DE CANTIDAD A
VIGENCIA MENSUAL DESDE FACTOR
TRAMOS REBAJAR
(1) HASTA (4)
(2) (5)
(3)

RIGE A CONTAR 1 0 UTM 13,5 UTA 0% 0 UTA


DEL AÑO
TRIBUTARIO 2018, 2 13,5 “ 30 “ 4% 0,54 “
SEGÚN N° 32 DEL
ARTÍCULO 1° LEY 3 30 “ 50 “ 8% 1,74 “
N° 20.780/2014 E
4 50 “ 70 “ 13,5% 4,49 “

4
5 70 “ 90 “ 23% 11,14 “

6 90 “ 120 “ 30,4% 17,80 “


INCISO 1°
ARTÍCULO 1° 7 120 “ Y más “ 35% 23,32 “
TRANSITORIO DE
Pueden ser de dos tipos:
c. 1.- Progresivos globales.
Se aplica al total de la base imponible la tasa del tramo respectivo.
c. 2.- Progresivos graduados.
La base se descompone de tal forma que se aplica la tasa que corresponde a cada tramo,
lo que produce una menor carga impositiva. Ej. Global complementario e Impuesto
único.

c) Regresivos:

Son aquellos en que la tasa disminuye en la medida que la base imponible aumenta. Se
traduce en la máxima “a mayor renta menor impuesto”.

CAPITULO SEGUNDO: FUENTES DEL DERECHO TRIBUTARIO

Las fuentes del derecho tributario no escapan a las propias del derecho en general.
Encontramos a:

1. La Constitución.

La Constitución en su carácter de norma fundamental de los Estados de Derecho, es la


que consagra los pilares de la institucionalidad y por cierto, las garantías individuales
que la sociedad estima fundamentales.

El derecho tributario encuentra en sus normas una trascendental fuente, ya que este
cuerpo normativa consagra los principios dentro del los cuales el Estado debe ejercer la
potestad tributaria.

2. La ley.

Como consecuencia del principio constitucional de la legalidad del tributo o reserva


legal, la ley es sin duda la principal fuente del derecho tributario. Sólo el legislador esta
Dentro del concepto ley se debe incluir los Decretos Leyes, cuerpos normativos propios
de regímenes de facto, cuya validez no se discute por un principio básico de certeza y
seguridad jurídica.

Lo anterior es especialmente patente en materia tributaria, dado que los principales


cuerpos normativos que regulan la materia se expresan a través de Decretos Leyes, V.g.
Código Tributario, D.L. 830; Ley de la Renta, D.L. 824; Impuesto al Valor Agregado,
D.L. 825, entre otros.

3. Decretos Supremos y reglamentos

La potestad reglamentaria, que consagra nuestra Constitución en el artículo 32 N° 8,


faculta al Presidente de la República para dictar los denominados reglamentos de
ejecución, los cuales tienen como objeto lograr la aplicación de las leyes. Entre los más

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importantes reglamentos dentro de esta materia encontramos el Reglamento del D.L.
825, Impuesto al Valor Agregado.

4. Resoluciones.

Dentro de las facultades que la ley otorga al Servicio de Impuestos Internos se encuentra
la de interpretar administrativamente las normas tributarias, impartir normas e
instrucciones tendientes a la aplicación y fiscalización de los impuestos sometidos a la
competencia de dicho servicio. Esta facultad se ejerce formalmente a través de las
llamadas resoluciones.

5. La jurisprudencia.

En el ámbito tributario la jurisprudencia puede ser de índole judicial o administrativa.

5.1. Judicial.
Es aquella que tiene su origen en controversias de índole tributario que son resueltas por
el Director Regional, en ejercicio de sus facultades jurisdiccionales o por los Tribunales
Superiores de Justicia (Cortes de Apelaciones o Corte Suprema). Ver nuevos Tribunales
Tributarios y Aduaneros.

En la medida que las referidas resoluciones o fallos sustentan posiciones definidas y


uniformes, van formando “jurisprudencia” respecto de determinada interpretación o
alcance de una norma tributaria.

5.2. Administrativa.

Tiene su origen en la facultad que le entrega la normativa vigente a ciertas autoridades u


organismos del Estado, para interpretar las normas tributarias.

En nuestro ordenamiento jurídico, el artículo 6 del Código Tributario consagra esta


facultad otorgada al Director Nacional de Servicio y a los Directores Regionales.

Es importante ahora establecer la obligatoriedad que puede tener tanto la jurisprudencia


administrativa como la judicial.

Tanto en el ámbito del derecho en general como en el tributario, la jurisprudencia


administrativa y judicial, en general, no es obligatoria. Sin embargo, no deja de tener
transcendencia invocar en un proceso determinado los criterios sustentados en forma
reiterada por los Tribunales Superiores de Justicia o por la propia administración.

Valga decir que no obstante lo expresado precedentemente, que las instrucciones


impartidas por el Servicio si son obligatorias para los funcionarios de dicho servicio,
quedando sometidos a responsabilidad administrativa si no son acatadas por estos.

No obstante lo dicho respecto a la obligatoriedad de la interpretación administrativa, el


contribuyente puede optar por acogerse a determinada posición sustentada por el
Servicio. De esta forma queda amparado en los términos del artículo 26 del C.T.

“No procederá el cobro con efecto retroactivo cuando el contribuyente se haya ajustado
de buena fe a una determinada interpretación de las Leyes Tributarias sustentadas por la
Dirección o por las Direcciones Regionales en circulares, dictámenes informes u otros
documentos oficiales destinados a impartir instrucciones a los funcionarios del Servicio
o a ser conocidos de los contribuyentes en general o de uno o más de éstos en
particular”.
Ver actual 26 bis.

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Ejemplo: Si el contribuyente tiene dudas respecto a sí su actividad está
gravada con I.V.A. puede solicitar al servicio un dictamen en tal sentido, el
cual en la medida que se ha cumplido por el contribuyente, lo ampara de
cualquier cobro retroactivo de impuestos, si este criterio es cambiado con
posterioridad.

CAPITULO TERCERO: CONCEPTOS Y PRINCIPIOS DE LA POTESTAD


TRIBUTARIA

1. Concepto

La potestad tributaria se define como “una parte de la potestad administrativa del


estado que comprende el conjunto de poderes atribuidos a la administración
Tributaria, con el fin de que se aplique los tributos, mediante la constitución,
modificación o exención de relaciones jurídicas con los obligados tributarios.”
(Radovic 1998, 10).

En términos más simples se puede sostener que la potestad tributaria es la facultad del
Estado para fijar, regular, modificar o eximir tributos ejercida con el fin de obtener
recursos para solventar el gasto público.

Esta facultad la ejerce el Estado en tres ámbitos: Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y
Poder Judicial.

En el legislativo se traduce en el principio de la legalidad del tributo o reserva legal que


veremos más adelante.

En el ámbito del Poder Ejecutivo se vincula a través de la esfera de atribuciones de la


administración que permite la administración y fiscalización de las normas impositivas
y, eventualmente, la de dirimir controversias entre el contribuyente y la administración.

Por último, se ejerce la potestad tributaria a través del Poder Judicial, en la medida que
este poder del Estado es el llamado a dirimir las controversias entre el contribuyente y la
administración o entre aquel y el poder legislativo en relación con la constitucionalidad
de sus actos.

El fundamento de la potestad tributaria se encuentra en el poder de imperio del Estado


en virtud del cual se encuentra en posición de imponer el pago forzado de ciertas sumas
de dinero, no sólo con el fin de procurar recursos (objetivo principal), sino también
como medio o herramienta para la implementación de la política económica del
momento.

2. Principios de la Potestad Tributaria

Sin duda que tan importante facultad del Estado, la cual le permite imponer
coercitivamente el pago de una suma de dinero a los contribuyentes, en forma unilateral
y bajo pena de sanciones en caso de incumplimiento, debe estar enmarcada dentro de
ciertos límites o principios que tienen su fundamento tanto en la constitución como la
ley. Estos principios no son más que la expresión de la existencia de un Estado de
Derecho, al cual debe someterse los distintos poderes.

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2.1. Principio de la legalidad del tributo o de reserva legal.

Nuestro sistema jurídico concibe como único medio de creación, modificación,


supresión y exención de tributos, a la ley.

El legislador es el llamado a establecer los elementos del tributo y sus respectivas


modificaciones o supresión, como asimismo, es el único autorizado para eximir
determinado acto o contrato de la obligación principal que emana de todo tributo, esta
es, la de pagar una suma de dinero.

Este principio tiene consagración constitucional.

La afirmación anterior se deriva de concordar las siguientes normas constitucionales:

Artículo 60 (hoy 63), Constitución Política del Estado.


“Sólo son materias de ley”
Nº 14, “las demás que la Constitución señala como leyes de iniciativa
exclusiva del Presidente de la República”

Artículo 62(hoy 65), Constitución Política del Estado.

“Corresponderá asimismo al Presidente de la República la iniciativa exclusiva para:

Nº 1. Imponer, suprimir, reducir o condonar tributos de cualquier clase o naturaleza,


establecer exenciones o modificar las existentes, y determinar su forma,
proporcionalidad o progresión”

En consecuencia, de estas dos normar constitucionales fluye el rango constitucional del


principio en estudio, toda vez que el Estado sólo puede ejercer su potestad tributaria a
través de una ley. Más aún, la iniciativa legislativa en esta materia le corresponde en
forma exclusiva al Presidente de la República de tal forma que si éste no envía el
proyecto respectivo, no es posible obtener una ley al respecto.

Por su parte, por disposición constitucional, artículo 62 inciso segundo, la ley respectiva
debe tener su origen en la Cámara de Diputados.

“Las leyes sobre tributos de cualquier naturaleza que sean, sobre los presupuestos de
la administración pública y sobre reclutamiento, sólo pueden tener su origen en la
Cámara de Diputados”.

Importancia del principio y su rango constitucional.

Este principio sin duda es uno de los de mayor relevancia dentro del contexto de un
Estado de Derecho, ya que asegura a los particulares que toda decisión en la creación,
modificación, supresión o establecimiento de exenciones de tributos, debe
necesariamente ser materia de una ley. Lo anterior evita que cualquier funcionario
público o ente de la administración arbitrariamente disponga el establecimiento de un
gravamen a los particulares a través de una acto administrativo cualquiera, como ser un
Decreto Supremo u otro de igual o menor jerarquía.

Es el Presidente de la República el que debe tomar la iniciativa en esta materia, la cual


debe necesariamente transformarse en una ley de la república para que sea obligatoria
para el contribuyente.

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El constituyente, a la luz de la importancia de este principio lo consideró con rango
constitucional, lo cual asegura que una simple ley no puede modificarlo, como podría
ocurrir si sólo tuviera rango legal (la nueva ley prima sobre la antigua).
De esta forma, si una nueva ley altera este principio, estableciendo por ejemplo, que
determinado tributo lo puede fijar cierto funcionario público a través de un decreto
supremo, ésta sería inconstitucional.

La constitucionalidad de una ley o de alguna de sus normas es resguardada, por una


parte, por el Tribunal Constitucional, y por la otra, a través del recurso de Inaplicabilidad
por Inconstitucionalidad que conoce la Corte Suprema.

2.2. Principio de la igualdad.

La Constitución del 80, en su artículo 19 Nº 20, asegura a todas las personas:

“La igual repartición de los tributos en proporción a las rentas o en la progresión o


forma que fije la ley, y la igual repartición de las demás cargas públicas”

La historia fidedigna de esta norma, permite asegurar que la igualdad tributaria no es


más que una especie dentro del género de la igualdad ante la ley establecida en el Nº2
del artículo 19 de la Constitución. En esta última, todas las personas son iguales, en
cambio para la ley tributaria tal igualdad no es absoluta sino relativa, dado que la propia
ley puede establecer discriminaciones en virtud a las distintas capacidades contributivas
de las personas.

En consecuencia, la igualdad exigida por el constituyente implica que la ley


tributaria debe ser igual ante personas con una misma capacidad contributiva
prohibiéndose toda discriminación arbitraria al respecto.

Por lo anterior, el propio número 20 del artículo 19 entrega ciertos criterios al legislador
para establecer las discriminaciones que miran a la referida capacidad contributiva,
como son: la renta y modalidad de cálculo de ésta (proporcionalidad y progresión).

Se debe destacar, que siendo este un principio de rango constitucional, le es vedado al


legislador y a la administración dictar normas o actos administrativos que atenten contra
dicho principio.

2.3. Principio de la No Afectación.

La constitución ha establecido como principio de la potestad tributaria la no afectación,


el cual se traduce en que el destino de los tributos debe ser el patrimonio del Estado,
prohibiéndose de esta forma condicionar un gasto a una determinada recaudación
tributaria. Su fundamento se encuentra en que de permitirse tal afectación, no se podría
evaluar anualmente la conveniencia de su mantenimiento dado que las circunstancia que
pudieron justificar su establecimiento pudiesen haber cambiado.

“Los tributos que se recauden, cualquiera que sea su naturaleza, ingresarán al patrimonio
de la Nación y no podrán estar afectos a un destino determinado”(art.19Nº20)

Este principio tiene como excepción los casos señalados por la propia constitución: “Sin
embargo, la ley podrá autorizar que determinados tributos puedan estar afectados
a fines propios de la defensa nacional. Asimismo, podrá autorizar que los que
gravan actividades o bienes que tengan una clara identificación regional o local,
puedan ser aplicados , dentro de los marcos que la mismas ley señale, por las
autoridades regionales o comunales para el financiamiento de obras de desarrollo”.

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2.4. Principio de respeto a la propiedad privada.

Nuestra constitución asegura el respeto a la propiedad privada en sus diferentes formas.


La potestad tributaria no es ajena a este principio desde el momento que el Estado en
ejercicio de tal potestad no puede amagar o perturbar el derecho de dominio del
contribuyente.

Este principio se expresa a través de tres ámbitos, algunos con rango constitucional,
otros meramente legales:

a) Irretroactividad de la ley tributaria.

Es una norma de carácter general del derecho que la ley produce sus efectos hacia el
futuro no pudiendo afectar hechos o actos ocurridos o celebrados con anterioridad a su
vigencia.

Nuestro Código Civil en su artículo 9 inciso 1° establece “La ley puede sólo disponer
para lo futuro, y no tendrá jamás efecto retroactivo.”

Por su parte el artículo 7° del Código citado nos indica, “La publicación de la ley se hará
mediante su inserción en el Diario Oficial, y desde la fecha de éste se entenderá
conocida de todos y será obligatoria.”

Este mismo principio es consagrado en el Código Tributario en su artículo 3°.

Como este principio sólo tiene rango legal, nada impide que el legislador dicte leyes que
tengan efecto retroactivo, dado que la nueva ley prima sobre la antigua. Esta afirmación
es valedera también en materia tributaria, teniendo no obstante como límite el respeto a
la propiedad privada.

Ello es así en virtud que la amplia protección al derecho de dominio que contempla
nuestra constitución en el artículo 19 N° 24 hace improcedente la dictación de una ley
con efecto retroactivo que implique el menoscabo de un derecho legalmente adquirido.

b). La No Confiscatoriedad.

Nuestra constitución el artículo 19 N° 20 establece el principio de la no confiscatoriedad


impositiva señalando que:

“En ningún caso la ley podrá establecer tributos manifiestamente desproporcionados o


injustos.”

Un tributo será confiscatorio cuando lesiona el derecho de propiedad, y lo lesiona


cuando el monto de su tasa es irrazonable, lo que origina un cercenamiento del derecho
mismo o de cualquiera de sus atributos. Ello ocurre por ejemplo cuando el tributo
equivale a una parte significativa del capital, renta o utilidad.

La ley incurre en este vicio cuando establece una carga impositiva notoriamente
desproporcionada en razón del valor del bien respectivo o de la utilidad que éste le
reporta al contribuyente. Será necesario determinar en cada caso particular si la ley
reviste el carácter de confiscatoria o no.

c). Respeto a los contratos leyes.

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Este subprincipio se refiere a aquellos casos en que el Estado ha celebrado un contrato
con un particular en materias de índole económica, como por ejemplo en virtud de lo
dispuesto en DL 600 de 1964, llamado Estatuto de la Inversión Extranjera.

De esta forma, del respectivo convenio celebrado entre el Estado y el particular, nacen
derechos para este último que deben ser respetados por el primero.

Nota:
El 1 de enero 2016 entró en vigencia la Ley N° 20.848 que fija un nuevo marco legal
para la inversión extranjera directa en Chile (la “Nueva Ley”) y regula los efectos de los
contratos celebrados durante la vigencia del decreto con fuerza de ley Nº 523, de 1993,
del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, que fijó el texto refundido,
coordinado y sistematizado del Decreto Ley N° 600 de 1974 (“DL 600”), de forma de
asegurar la plena vigencia de los derechos y deberes que hayan adquirido los
inversionistas extranjeros bajo ese régimen legal.
Los inversionistas extranjeros que tengan vigente un contrato de inversión extranjera
suscrito con el Estado de Chile bajo el alero del DL 600 conservarán íntegramente los
derechos y obligaciones contemplados en dichos contratos, en la medida que éstos hayan
sido suscritos con anterioridad al 1 de enero del año 2016.

CAPITULO CUARTO: VIGENCIA DE LA LEY TRIBUTARIA

Nuestro sistema jurídico establece que la entrada en vigencia de la ley ocurre con su
promulgación y publicación en el diario oficial. A contar de ese momento la ley cobra
fuerza obligatoria y se presume conocida por todos.

Lo normal será entonces, que la nueva ley rija hacia el futuro, no pudiendo esta afectar
hechos a circunstancias ocurridos con anterioridad a su dictación.

Lo anterior no obsta a que la nueva ley establezca una entrada en vigencia distinta a la
regla general antes indicada, dado que el principio de la irretroactividad de la ley sólo
tiene un rango legal.

Por lo anterior, siempre será necesario examinar que nos dice la nueva ley respecto de su
entrada en vigencia, especialmente en sus normas transitorias.

Si nada dice aplicaremos las normas generales establecidas en el Código Civil y en


nuestra materia, las contempladas en el artículo 3º del Código Tributario.

Análisis del artículo 3º del Código Tributario.

Si la nueva ley nada dice sobre su entrada en vigencia y esta establece normas de índole
tributaria, debemos recurrir a la normativa especial que prima sobre la establecida en el
Código Civil.

Así, el artículo 3º del Código Tributario distingue:

1.- Regla general.

“En general, la Ley que modifique una norma impositiva, establezca nuevos
impuestos o suprima uno existente, regirá desde el día primero del mes siguiente al
de su publicación. En consecuencia, sólo los hechos ocurridos a contar de dicha
fecha estarán sujetos a la nueva disposición...”(art.3º primera parte).

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Aplicando las reglas generales, se debe complementar la referencia a la publicación, con
lo dispuesto en el Código Civil. Por lo anterior, el plazo se cuenta desde su publicación
en el Diario Oficial.

En consecuencia, si la nueva ley impositiva es publicada en el Diario Oficial con fecha


20 de mayo de un año cualquiera, ésta regirá a contar del primero de junio de ese mismo
año.

2.- Reglas especiales.

2.1.- Impuestos anuales.

“La ley que modifique la tasa de los impuestos anuales o los elementos que sirven
para determinar la base de ellos, entrará en vigencia el día primero de enero del
año siguiente al de su publicación, y los impuestos que deban pagarse a contar de
esa fecha quedarán afectos a la nueva Ley”.(art.3º inciso segundo)

Por lo tanto, si una nueva ley modifica, por ejemplo la tasa del impuesto a la renta,
primera categoría, subiéndola de un 17% a un 20%, y es publicada en el Diario Oficial
con fecha 20 de mayo de un año cualquiera, ésta empezará a regir a contar del primero
de enero del año siguiente.
Si se crea un nuevo impuesto anual, se sostiene que no estaría regulado por este inciso
del artículo 3ro, dado que sólo se refiere a la “modificación”. En este caso, se aplicaría la
regla general establecida en el referido artículo 3ro.

2.2.- Materia Infraccional.

Las normas tributarias infraccionales tendrán la vigencia que señale la nueva ley. Si esta
nada dice y en virtud de no ser una norma impositiva, debe aplicarse el Código Civil,
como lo dispone el artículo 2° del Código Tributario, es decir, rige a contar de su
publicación en el Diario Oficial.

Pero si la nueva ley de carácter infraccional es más favorable al contribuyente, ésta tiene
efecto retroactivo por expresa disposición legal.

“Con todo, tratándose de normas sobre infracciones y sanciones, se aplicará la nueva ley
a hechos ocurridos antes de su vigencia, cuando dicha ley exima tales hechos de toda
pena o les aplique una menos rigurosa.” Inciso primero, segunda parte del artículo 3° del
C.T.

2.3.- Interés moratorio.

El pago de un tributo fuera del plazo legal, trae como consecuencia la aplicación de un
interés por la mora o retardo. El artículo 3° inciso final regula cual es la tasa aplicable en
caso de cambio de legislación entre la fecha en que se debió efectuar el pago y la fecha
del mismo.

“La tasa de interés moratorio será la que rija al momento del pago de la deuda a que
ellos accedan, cualquiera que fuere la fecha en que hubieren ocurrido los hechos
gravados”.

En consecuencia, si a la fecha en que debió efectuarse el pago la tasa era de un 1%


mensual y al momento del pago es de un 1,5%, se debe aplicar esta última tasa por todo
el periodo.

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Se debe tener presente que la norma antes referida no nos dice cuando entre en vigencia
la ley que establece el interés moratorio, lo que implica que deberemos nuevamente
aplicar las normas generales, si nada dice la nueva ley sobre su entrada en vigencia.

El análisis anterior, se funda en el concepto restringido de ley impositiva (sólo lo


referente a los elementos del impuesto). Existe una tendencia doctrinaria importante que
sostienen que 2impositivo” implica todo lo referente a lo tributario, lo que implica que la
aplicación de las normas generales sería restringida.

Principios consagrados en el artículo 3°.

a.- Se consagra el principio de la irretroactividad de la ley tributaria.


“…En consecuencia, sólo los hechos ocurridos a contar de dicha fecha estarán
sujetos a la nueva disposición…”

b.- Se establece el principio “pro contribuyente”, el que se expresa a través de la


facultad otorgada por la ley de aplicar con efecto retroactivo la normativa de carácter
infraccional que sea más favorable al contribuyente.

CAPITULO QUINTO: CONCEPTO, ELEMENTOS Y CLASIFICACIÓN DE


LA OBLIGACION TRIBUTARIA

1. CONCEPTO.

Nuestra legislación no define que debemos entender por obligación tributaria, como lo
hacen distintos cuerpos legislativos de otros países, como Perú. Sin embargo, nuestra
doctrina la ha definido como:

“El vínculo jurídico cuya fuente es la ley, que nace en virtud de la ocurrencia de ciertos
hechos que en la misma ley se designan y, por el cual (vínculo), ciertas personas se
encuentran en la necesidad jurídica de entregar al Estado u otro ente público, cierta
cantidad de dinero para la satisfacción de las necesidades públicas”. (Zavala 1998, 48)

2. ELEMENTOS.

SUJETOS
OBJETO
CAUSA

2.1.-SUJETOS:

La obligación tributaria se caracteriza por ser un vínculo jurídico entre dos sujetos, uno
llamado acreedor y otro deudor, de suerte que este último se encuentra en la necesidad
jurídica de dar a aquel una cantidad de dinero.

2.1.1.- Sujeto activo o acreedor.

El Fisco, en ejercicio de su potestad tributaria es el ente facultado para establecer los


supuestos de hecho en virtud de cuya ocurrencia nace para el particular que los realiza,
la

2.1.2.- Sujeto pasivo o deudor.

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El sujeto pasivo o deudor es sobre quien pesa la carga de cumplir el objeto de la
obligación tributaria, esto es, la de dar una suma de dinero. Se le conoce también como
contribuyente.

En esta materia es necesario hacer ciertas distinciones, a saber:

a) Sujeto pasivo propiamente tal o contribuyente.

Es la persona natural o jurídica que incurrió en el hecho gravado, de tal forma que ella
debe soportar en su patrimonio el impacto del tributo respectivo. También la doctrina lo
denomina como “obligado por deuda propia”. Ejemplo. Profesional que tributa por sus
rentas de su actividad(42 N°2 de la Ley de la Renta)

b). Sujeto pasivo retenedor o sustituto.

Se define como “Aquella persona que por disposición de la ley está obligada a cumplir
las obligaciones materiales y formales de la obligación tributaria en reemplazo del
contribuyente”. (Radovic 1998, 222)

Se caracteriza por no soportar el impuesto en su patrimonio, sino que utiliza fondos


ajenos, los del sujeto pasivo propiamente tal.

Ejemplo: en I.V.A. a las ventas, el vendedor es por regla general el sujeto pasivo
sustituto y el “consumidor final” el contribuyente que en definitiva soporta el gravamen
en su patrimonio”.

c). Sujeto pasivo tercero responsable.

Es aquella persona que sin ser sujeto pasivo propiamente tal o retenedor, se ve obligado
a soportar un tributo en el cual él no incurrió, dado que la ley le impone esta obligación,
sea subsidiariamente o solidariamente con el obligado principal.

Se da como ejemplo de este tipo de sujeto, la situación contemplada en el artículo 69 del


Código Tributario, norma que referida al término de giro, que en la parte pertinente
indica:

“…Sin embargo, no será necesario dar aviso de término de giro en los casos de
empresas individuales que se conviertan en sociedades de cualquier naturaleza, cuando
la sociedad que se crea se haga responsable solidariamente en la respectiva escritura
social de los impuestos que se adeudaren por la empresa individual, relativos al giro o
actividad respectiva…”

2.2. EL OBJETO DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA.

Conforme a las normas del derecho común, el objeto de la obligación puede consistir en
una prestación de dar, hacer o no hacer.

En materia, la obligación tributaria implica para el sujeto pasivo de la misma, una


prestación de dar una suma de dinero.

En definitiva, el objeto de la obligación tributaria se confunde con el impuesto mismo, lo


cual nos lleva al estudio de sus elementos.

2.2.1. Elementos del Impuesto.


a). Hecho gravado.
b). Base imponible.

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c). Tasa.

a). El hecho gravado se define como la hipótesis de hecho descrita por el legislador,
cuya ocurrencia produce el nacimiento de la obligación tributaria respecto de la persona
que realiza la conducta descrita en la ley.
En virtud del principio de la reserva legal, sólo al legislador le corresponde establecer el
o los supuestos que pueden consistir en determinado hecho, la celebración de cierto acto
o contrato, naciendo la obligación tributaria para el particular que encuadra su conducta
a dicho presupuesto legal.

Si la ley grava con impuesto, por ejemplo, el aumento de patrimonio o la utilidad


percibida, mientras determinada persona no percibe rentas no nace para él la obligación
tributaria. Ello ocurrirá sólo cuando perciba una renta y se encuadre de esta forma en la
hipótesis legal.

Siendo el tributo un gravamen, la interpretación de su alcance debe ser siempre


restrictiva, lo que impide extender por analogía su campo de aplicación.

b). La base imponible, en términos simples, se define como la cuantificación del hecho
gravado.

El hecho gravado describe una conducta o acción en la cual debe incurrir el particular
para que nazca la obligación tributaria, luego se hace necesario darle un valor en alguna
unidad física o monetaria a la referida conducta o acción, lo que permitirá en definitiva
aplicar la tasa correspondiente, lo que nos dará como resultado el impuesto determinado.

Una de las clasificaciones más trascendentes de base imponible es la que distingue entre
base real y base presunta:

i) Base real es la regla general en nuestro sistema y consiste en la cuantificación del


hecho gravado, en base a antecedentes ciertos y demostrables, lo que conlleva
generalmente al cumplimiento de ciertas obligaciones accesorias por parte del
contribuyente como es el llevar contabilidad.

Se puede dar como ejemplo de base real la determinación del impuesto al trabajo
dependiente del artículo 42 N° 1 de la ley de la renta, en que la base imponible está
determinada por la remuneración efectiva que perciba el trabajador con ciertas
deducciones legales.

ii). Base presunta. En este caso no se conoce con exactitud el valor real que se le debe
asignar al hecho gravado por lo cual el legislador infiere o deduce de cierto hecho
conocido su monto.

Generalmente esta presunción de base imponible es de derecho, es decir, no admite


prueba en contrario.

En nuestra legislación positiva encontramos como ejemplo de base presunta la


contemplada en el artículo 20 N° 1 letra b) de la Ley de la Renta, que establece: “Los
contribuyentes propietarios o usufructuarios de bienes raíces agrícolas, que no sean
sociedades anónimas y que cumplan los requisitos que se indican más adelante, pagarán
el impuesto de esta categoría sobre la base de la renta de dichos predios agrícolas la que
se presume de derecho es igual al 10% del avalúo fiscal de los predios…”.

Así un agricultor que cumpla los requisitos para tributar en base a renta presunta y
teniendo su predio un avalúo fiscal de 10 millones, se le presumirá una base imponible o

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renta ascendente a 1 millón de pesos. A esta base se le aplicará la tasa, que hoy es de un
25%.

En este sistema de determinación de la base imponible y existiendo una presunción de


derecho, si el contribuyente en la realidad obtiene rentas inferiores a la presumida
legalmente, no puede pretender éste tributar en base a una renta inferior. De esta misma
forma, si ha obtenido rentas superiores, la diferencia no tributa.

Actualmente la tendencia legislativa es ir restringiendo paulatinamente el campo de


aplicación de la renta presunta en favor de la efectiva, lo cual a nuestro juicio se acerca a
una mayor justicia tributaria.
Ver artículos 70 y 71 de la Ley de la Renta, referidos a la justificación de
inversiones que obliga a los contribuyentes de renta presunta a llevar contabilidad
fidedigna.

c). La tasa se puede conceptualizar como el porcentaje o parte alícuota que se aplica a
la base imponible dando como resultado el impuesto a pagar.

Ejemplos: en el impuesto al valor agregado (IVA) la tasa es del 19%, en la renta de


primera categoría es 17%.

Clasificación de las Tasas:

i). Tasa Fija: es aquella en que la ley determina en forma precisa el monto del impuesto.
En este caso el legislador ha optado por no considerar en absoluto la base del
impuesto, ejemplo el impuesto de la Ley de Timbres y Estampillas en relación
al cheque, en que el contribuyente paga una suma fija a título de impuesto
independientemente del monto del cheque (eventual base imponible).

ii). Tasa Variable:

Es aquella que parte del supuesto de la existencia de la base imponible, por lo que se
vincula directamente con ella.

Se pueden distinguir los siguientes tipos de tasas variables.

Proporcional:

Es aquella en que la tasa no varia no obstante las variaciones de la base imponible.

El impuesto determinado aumenta o disminuye en razón del aumento o disminución de


la base imponible, pero no como consecuencia de la variación de la tasa aplicada a la
misma.

Así, en el impuesto a la renta, Primera Categoría, la tasa a aplicar es de un 15% sobre la


Renta Líquida Imponible. La tasa no varía no obstante que la base sea mil o un millón.

 Progresiva:

Es aquella en que la tasa aplicable va aumentando en la medida que también lo hace la


base imponible. Se traduce en la máxima “a mayor renta mayor impuesto”.

Ejemplo de este tipo de tasa es el Impuesto Global Complementario, el que aplica una
tabla de tasas con diversos tramos conforme al artículo 52 de la Ley de la Renta.

d) Regresiva:

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Es aquella en que la tasa disminuye en la medida que la base imponible aumenta. Se
traduce en la máxima “a mayor renta menor impuesto”.

Doctrinariamente se critica la existencia de este tipo de impuesto dada su injusticia


evidente.

2.3. CAUSA.

Se distingue entre una causa próxima e inmediata y una mediata.

2.3.1. La causa inmediata de la obligación de dar una cantidad de dinero al Estado a


título de tributo se encuentra en la verificación del hecho gravado por parte del obligado
al pago.

2.3.2. La causa mediata o lejana se encuentra en la ley, fuente formal del derecho
tributario.

3. CLASIFICACION DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA

 Obligación Tributaria Principal


 Obligaciones Tributarias Accesorias

3.1. Obligación Tributaria Principal:

Consiste en el cumplimiento del objeto de la obligación tributaria, esto es, el dar una
cantidad de dinero.

3.2. Obligaciones Tributarias Accesorias:

Son un conjunto de normas que se traducen en la imposición de ciertos deberes u


obligaciones para el contribuyente o terceros que miran a la fiscalización del
cumplimiento de la obligación principal. Así por ejemplo nuestra normativa vigente,
especialmente el Código Tributario establece:

- Obligación de inscribirse en el Rol Unico Tributario


- Obligación de dar aviso de iniciación de actividades (art.68 C.T.)
- Obligación de dar ciertos avisos que implican una modificación de ciertos datos o
antecedentes (cambio de domicilio, representante legal, disminución de capital, etc.)
- Obligación de llevar contabilidad, completa o simplificada.
- Obligación de efectuar declaraciones de impuesto en las oportunidades legales.
- Obligación de emitir ciertos documentos (boleta honorario, facturas, guías de
despacho, etc.)
- Obligación de aviso de término de giro (art. 69 del C.T.)

CAPITULO SEXTO: DETERMINACION DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA

Ya hemos visto que la obligación tributaria supone la existencia de un hecho gravado


que ha sido verificado por un particular, su cuantificación y aplicación a ésta de la tasa
que establece la ley.

Una vez que nace la obligación tributaria con la verificación del hecho gravado, es
necesario determinarla, es decir, “Declarar que se generó la obligación tributaria y
concretarla en sus elementos” (Zavala 1998, 65)

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La determinación de la obligación tributaria la puede efectuar:

1. El propio contribuyente:

Nuestro sistema tributario consagra el principio de la autodeterminación del tributo, de


suerte que es el propio deudor quien acepta la circunstancia de haber incurrido en el
hecho gravado, establece la base imponible que estima aplicable y su tasa. En definitiva
el impuesto a pagar.

El medio a través del cual el deudor expresa esta determinación de la obligación, es a


través de la respectiva declaración de impuestos. En consecuencia la referida
declaración, es un verdadero reconocimiento o confesión por parte del deudor que
respecto de él ha nacido la obligación tributaria y de la estimación que él hace del monto
del gravamen que debe soportar.

Esta autodeterminación del impuesto implica una fiscalización del ente respectivo a
posteriori, debiendo acreditar en tal caso el deudor la efectividad de los antecedentes que
tuvo en cuenta para efectuar su declaración.

2. El contribuyente junto con el fisco:

En este caso es el deudor quien entrega los antecedentes que sirven de base para la
determinación del impuesto al ente estatal que le corresponde tal función y este último
legalmente facultado es el que determina en forma definitiva la obligación tributaria.

3. El juez:

Este tipo de determinación de la obligación tributaria es considerada excepcional en


nuestro sistema, pudiéndose dar como ejemplo el Impuesto a las Herencias,
Asignaciones y Donaciones, contemplado en la ley 16.271, en la cual es el juez que
conoce de una posesión efectiva o del trámite de la insinuación en las donaciones, en el
que determina, previo informe del Servicio de Impuestos Internos, si determinada
herencia, asignación o donación está exento o no de impuesto o fija su monto. Hoy los
jueces sólo conocen de las posesiones efectivas testadas.

4. Servicio de Impuestos Internos:

Como hemos señalado con anterioridad, el ejercicio del principio de la


autodeterminación del impuesto implica una actuación posterior de un ente con
facultades fiscalizadoras. De esta forma puede ocurrir, especialmente en países con poca
cultura cívica-tributaria, que el deudor declare una base imponible inferior a la real con
el objeto de obtener una carga impositiva menor. Más aún sencillamente puede omitir
una declaración que le es obligatoria.

En este contexto, el Servicio de Impuestos Internos aparece como el ente fiscalizador,


que con amplias facultades puede cuestionar lo declarado por el contribuyente o estimar
que determinada persona se encontraba en la obligación jurídica de declarar sin haberlo
efectuado.

Como consecuencia de lo anterior surge el acto administrativo denominado


“liquidación”.

La liquidación se define como el acto administrativo en virtud del cual el Servicio de


Impuestos Internos determina un tributo adeudado por un contribuyente en virtud de que

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éste no ha declarado impuesto alguno o el declarado tiene una cuantificación inferior a la
estimada por el servicio.

En consecuencia procede que se liquide un impuesto cuando:

- El contribuyente ha incurrido en un hecho gravado y ha omitido la declaración


respectiva que le es obligatoria.
- El Servicio estima, en base a los antecedentes en su poder y a la fiscalización
realizada, que la base imponible declarada por el contribuyente, no se ajusta a la
estimación que dicho organismo considera correcta, en base a los referidos
antecedentes.

En todo caso, el contribuyente que ha sido afectado por una liquidación, tiene el derecho
a reclamar contra tal acto administrativo dentro del plazo de 90 días hábiles contados de
la notificación de la misma, iniciándose de esta forma un procedimiento contencioso
(art.123 y siguientes del Código Tributario).

Por su parte la reliquidación del impuesto no es otra cosa que el acto administrativo por
el cual el propio servicio vuelve a liquidar un impuesto de períodos anteriores,
previamente liquidados.

Esta facultad tiene por límite temporal el plazo de prescripción que contempla la ley o en
la existencia de una sentencia definitiva en el juicio de reclamación correspondiente.

Una vez determinada la obligación tributaria procede un acto administrativo


denominado “giro”.

Se define “como la orden competente en que se impone al contribuyente el deber de


enterar en arcas fiscales un determinado valor, ya sea en virtud de una liquidación
de impuestos que preceda o bien en virtud de la aplicación de normas legales y
reglamentarias” (Zavala 1998, 71)

CAPITULO SEPTIMO: EXTINCION DE LA OBLIGACION TRIBUTARIA

En esta parte nos referiremos a la extinción de la obligación principal, esto es, a la de dar
una cantidad de dinero.

Esto nos lleva al estudio de los modos de extinguir la obligación.

Nuestro Código Civil enumera en su artículo 1567 los modos de extinguir: resciliación,
solución o pago efectivo, novación, transacción, remisión, compensación, confusión,
pérdida de la cosa que se debe, declaración de nulidad o rescisión, por el evento de la
condición resolutoria y prescripción.

En materia tributaria sólo algunos de los medios señalados tienen aplicación. De esta
forma analizaremos los más trascendentes:

1. EL PAGO:

Desde un punto de vista teórico y también fáctico es el medio normal de extinguir una
obligación. Ello es así dado que por definición el pago es la prestación de lo que se debe,
lo que se traduce en materia tributaria que el contribuyente o deudor extingue su

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obligación dando la cantidad de dinero que resulta de la determinación de la obligación
tributaria.

El artículo 38 y sgtes. del CT establece diversas normas que se refieren a cómo se debe
efectuar el pago y quién se encuentra legalmente autorizado para recibirlo.

En general estas normas le confieren atribuciones al Servicio de Tesorerías para recibir


el pago y establecer medios alternativos que permitan este objetivo como ser autorizar el
uso de tarjetas de crédito o débito. Igualmente, como actualmente ocurre, el Tesorero
General de la República puede facultar a las instituciones bancarias o entidades
financieras para recibir en pago de cualquier tipo de impuesto.

1.1. Pago fuera de plazo.

El pago de un impuesto fuera de la oportunidad legal produce ciertas consecuencias


jurídicas que redundan en la aplicación de reajustes, intereses y multas.

Si se paga con retardo se produce una desvalorización de la suma respectiva, por lo cual
se debe corregir monetariamente dicha cantidad, para lo cual se recurre al artículo 53 del
C.T. que señala “Todo impuesto o contribución que no se pague dentro del plazo legal se
reajustará en el mismo porcentaje de aumento que haya experimentado el índice de
precios al consumidor en el período comprendido entre el último día del segundo mes
que precede al de su vencimiento y el último día del segundo mes que precede al de su
pago.” Si el impuesto es pagado dentro del mismo mes en que se debió efectuar el pago
no es objeto de reajuste.

Si por ejemplo, un contribuyente de renta de primera categoría debió pagar dicho tributo
el 30 de abril de un año cualquiera y en definitiva lo hace con fecha 04 de agosto de ese
mismo año cualquiera, se debe calcular la variación del IPC entre el 28 de Febrero y el
30 de junio del mismo año.

Por su parte la misma norma citada precedentemente establece que la mora en el pago
produce el efecto de generar un interés penal “el contribuyente estará afecto, además, a
un interés penal de uno y medio porciento mensual por cada mes o fracción de mes, en
caso de mora en el pago de todo o de la parte que adeudare de cualquier clase de
impuestos y contribuciones. Este interés se calculará sobre los valores reajustados en la
forma señalada en el inciso 1°.”

En este caso, al contrario de lo que ocurre con el reajuste, si se paga fuera de plazo pero
dentro del mismo mes, de todas formas se aplica el interés moratorio.

De lo expuesto se desprende que previamente se debe reajustar el impuesto adeudado y


luego se procede a aplicar el interés moratorio vigente al momento del pago (recordar
artículo 3° del CT).

Por su parte, la ley también contempla en los artículos 97 N°s 2 y 11 multas por el
retardo en el pago de un tributo.

2. LA COMPENSACION:

La compensación está contemplada en el Código Civil en los artículos 1655 y siguientes


y se puede definir como un modo de extinguir una obligación que opera cuando dos
personas son deudoras una de la otra, de modo que las deudas se extinguen

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recíprocamente hasta la concurrencia de sus valores subsistiendo por la diferencia si la
hubiere.

Es una figura muy utilizada en el derecho tributario y que opera en diferentes ámbitos,
sea que se le denomine compensación o imputación. Así el DFL N° 1 de 1994 artículo 6°
faculta al Tesorero General de la República para compensar deudas de contribuyentes
con créditos contra el fisco.

Ejemplo las multas aplicadas por la Dirección del Trabajo son compensadas de las
devoluciones o valores que tiene derecho a exigir el contribuyente al fisco, como por
ejemplo devolución de remanente de impuesto originado a consecuencia de una
operación de renta determinada.

La figura de la compensación también opera en forma importante en el mecanismo del


crédito y débito fiscal contemplado en el DL 825 Impuesto al Valor Agregado, donde
mensualmente se debe compensar el débito fiscal del mes con el crédito fiscal del mismo
período.

Otra norma de interés en la materia es el artículo 51 del Código Tributario que regula
dos situaciones en que opera el derecho del constituyente para imputar ciertas sumas en
los casos y condiciones que señala dicha norma.

3. LA PRESCRIPCION:

Si bien es cierto no existe duda que el valor más trascendente del derecho es lograr la
justicia, resulta claro que junto a esta aspiración se encuentra la búsqueda de la certeza
jurídica. En este contexto surge la institución de la prescripción extintiva, que permite
que las acciones no ejercidas dentro de la oportunidad legal se extingan, constituyendo
una verdadera sanción al acreedor negligente que ha permanecido pasivo dentro de
determinado plazo.

Se define como modo de extinguir las acciones y derechos ajenos por no haberse
ejercido dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo y concurriendo los
demás requisitos legales.

En materia tributaria los artículos 200 y 201 abordan a la prescripción, distinguiéndose


entre la prescripción de la acción fiscalizadora, es decir, de la facultad que tiene el
servicio para fiscalizar el cumplimiento de la obligación tributaria (art. 200) y la
prescripción de la acción de cobro, que algunos autores llaman prescripción propiamente
tal.(art.201)

Requisitos:

a.- Inactividad del acreedor (Fisco)


b.- Declaración judicial.
c.- Que la prescripción no se haya interrumpido.
d.- Que la prescripción no se haya suspendido.
e.- Transcurso íntegro del plazo establecido en la ley.

a). Se debe recordar que la prescripción es una sanción para el acreedor negligente.
Pues bien, para que opere la prescripción el Fisco debe permanecer inactivo, sin liquidar,
girar o accionar para obtener el pago de un tributo adeudado.

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b). La prescripción no opera de pleno derecho. Esto significa que es necesario obtener
una declaración judicial que declare que determinada acción se ha extinguido por la
prescripción extintiva.

Lo anterior se traduce en que el contribuyente deberá reclamar en contra de la


liquidación que se le practique, alegando la prescripción de la acción fiscalizadora, o en
el proceso ejecutivo iniciado por Tesorería, oponer la excepción de prescripción
correspondiente.

c). La interrupción de la prescripción se define como la concurrencia de un hecho o


acto al que la ley le atribuye la virtud de poner término al plazo de prescripción que
había empezado a correr a favor del deudor.

Esta institución es consecuencia de la circunstancia que el acreedor ha salido de su


inactividad, ejerciendo sus derechos con las herramientas que la ley le franquea.
Igualmente puede tener su origen en la propia actividad del deudor, como
demostraremos mas adelante.

Casos en que se produce la interrupción.

El artículo 201 del C.T. nos señala:

i) Desde que intervenga reconocimiento u obligación escrita.

En esta hipótesis, es el deudor quien sale de su pasividad y no obstante que lo favorece


la prescripción, reconoce la deuda. Ejemplo. Un deudor de Impuesto Territorial
(contribuciones de bienes raíces), solicita condonación de multa e intereses y plazo para
pagar.

ii). Desde que intervenga notificación administrativa de un giro o liquidación.

En este caso, el Fisco, Servicio de Impuestos Internos, sale de su inactividad, a través de


los actos administrativos propios de su facultades fiscalizadoras. En todo caso, sólo se
interrumpirá la prescripción, cuando el giro o liquidación sean notificados validamente.

iii). Desde que intervenga requerimiento judicial.

En este caso, el ente fiscal encargado de cobrar los impuestos adeudados, Servicio de
Tesorerías, sale de su inactividad, iniciando el procedimiento de cobro. (Art.168 y
siguientes del C.T.)

d). La suspensión de la prescripción se define como el hecho o circunstancia que


conforme a la ley, deja en suspenso el plazo que ya se ha iniciado, mientras no cese el
impedimento legal. Se caracteriza por no producir el efecto de perder el plazo que ha
transcurrido, el cual continua corriendo, una vez que desaparece el impedimento.

La ley contempla las siguientes situaciones:

- Artículo 201 inciso final, “Los plazos establecidos en el presente artículo y en el que
antecede se suspenderán durante el periodo en que el Servicio esté impedido, de
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 2° del artículo 24, de girar la totalidad o parte de
los impuestos comprendidos en una liquidación cuyas partidas o elementos hayan
sido objeto de una reclamación tributaria”.

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- Artículo 97 N° 16 inciso 5to, “En todo caso, la pérdida o inutilización de los libros
de contabilidad suspenderán la prescripción establecida en el artículo 200, hasta la
fecha en que los libros legalmente reconstituidos queden a disposición del Servicio.”

- Artículo 103 inciso 3ro de la Ley de la Renta, “ La prescripción de las acciones del
Fisco por impuestos se suspende en caso que el contribuyente se ausente del país por
el tiempo que dure la ausencia.”

e). El plazo de prescripción de la acción fiscalizadora como de la acción de cobro están


establecidos en el artículo 200 del C.T.

Conforme a la norma citada por regla general el servicio tiene el plazo de 3 años,
contados desde el vencimiento legal de la fecha en que debió efectuarse el pago para
revisar, liquidar y girar un impuesto, y Tesorería, para accionar con el objeto de obtener
el pago de un tributo adeudado.
Este plazo de amplía a 6 años en los siguientes casos:

- Cuando un contribuyente obligado a declarar no lo ha hecho.


- Cuando el contribuyente ha declarado, pero esta declaración sea maliciosamente
falsa.

Ambos plazos se amplían en 3 meses más cuando el Servicio, antes del vencimiento de
dichos términos, ha procedido a citar al contribuyente, es decir, le ha pedido que dentro
del plazo de un mes proceda a presentar una declaración que no ha hecho o rectifique,
aclare, amplíe o confirme una presentada con anterioridad.

El contribuyente ante la citación puede solicitar una ampliación del plazo de un mes para
contestar, la cual puede ser concedida hasta por un mes más, en cuyo caso la
prescripción se prorroga por el mismo término.

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