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Datos de catalogación bibliográfica
MAIETTI, Flaminia
Derechos Humanos y Derecho Comunitario: manual autoformativo
interactivo / Flaminia Maietti. -- Huancayo: Universidad Continental,
2018
De esta edición
© Universidad Continental
Av. San Carlos 1980, Huancayo-Perú
Teléfono: (51 64) 481-430 anexo 7361
Correo electrónico: recursosucvirtual@continental.edu.pe
http://www.continental.edu.pe/
Versión e-book
Disponible en http://repositorio.continental.edu.pe/
ISBN electrónico N.° 978-612-4196-
Todos los derechos reservados. Cada autor es responsable del contenido de su propio texto.
Este manual autoformativo no puede ser reproducido, total ni parcialmente, ni registrado en o transmitido
por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, foto-
químico, electrónico, magnético, electro-óptico, por fotocopia, o cualquier otro medio, sin el permiso previo
de la Universidad Continental.
ÍNDICE
Introducción 7
Organización de la asignatura 9
Unidades didácticas 9
U-I
FUNDAMENTOS TERMINOLÓGICOS Y DOCTRINARIOS DE LOS
DERECHOS HUMANOS 11
Tema n.° 1: Los conceptos básicos y los elementos definitorios del derecho
internacional de los derechos humanos 12
Actividad n.° 1 31
Glosario de la Unidad I 32
Bibliografía de la Unidad I 34
Autoevaluación n.° 1 36
Actividad n.° 2 68
Glosario de la Unidad II 70
Bibliografía de la Unidad II 72
Autoevaluación n.° 2 76
Anexos 136
INTRODUCCIÓN
E
l curso de Derechos Humanos de planteamientos y del desarrollo de
y Derecho Comunitario tiene el actividades aplicativas por cada tema
propósito de desarrollar en el presentado. Además, se utilizará una
estudiante la capacidad de analizar estrategia metodológica que implica
la naturaleza y el conjunto de derechos desarrollar la capacidad de análisis de
humanos reconocidos a nivel universal y textos legislativos internacionales en materia
regional, a través del estudio de la doctrina de derechos humanos y su incorporación
internacional, el análisis de los principales en el sistema nacional, así como una
tratados internacionales en la materia comparación y análisis del sistema nacional
y el conocimiento del Sistema Universal respecto a los estándares internacionales
de Protección de los Derechos Humanos de protección de los derechos humanos.
establecido en el ámbito de las Naciones
Unidas y los sistemas regionales.
Las actividades lectivas pretenden
resaltar la necesidad de la protección
La asignatura se estructura en dos partes de los derechos del ser humano dentro
principales: el estudio de los fundamentos de un Estado democrático de derecho y
del derecho internacional de los derechos la importancia del derecho comunitario
humanos y el estudio del ordenamiento como herramienta de integración en los
jurídico comunitario, con enfoque particular aspectos económicos, políticos y sociales
en el ordenamiento andino. de los países que conforman la Comunidad
Andina. Asimismo, se busca formar en los
estudiantes un nivel elevado de conciencia
El curso corresponde al área de estudios respecto al sentido histórico y social de los
de especialidad y es de naturaleza derechos humanos, y la importancia de
teórico-práctica. La estrategia didáctica la integración comunitaria de los países
tendrá un enfoque dinámico a través andinos.
La autora
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
ORGANIZACIÓN DE LA ASIGNATURA
Unidades didácticas
UNIDAD I UNIDAD II UNIDAD III UNIDAD IV
El Sistema Universal de
Fundamentos terminológicos Derecho comunitario:
La protección internacional Protección de los Derechos
y doctrinarios de los derechos Fundamentos normativos y
de los derechos humanos Humanos y los sistemas
humanos estructurales
regionales
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MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
UNIDAD I
FUNDAMENTOS TERMINOLÓGICOS Y
DOCTRINARIOS DE LOS DERECHOS HUMANOS
DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD I
Autoevaluación n.° 1
11
Fundamentos terminológicos y doctrinarios de los derechos humanos
Tema n.° 1
Para iniciar el presente tema, se debe tener en cuenta que el conocimiento de los fundamentos
terminológicos y doctrinarios de la disciplina del derecho internacional de los derechos humanos es
básico para poder aplicar esta rama del derecho internacional a la práctica jurídica. Por lo tanto, nos
enfocaremos en el análisis de algunas definiciones de los derechos humanos que se han propuesto
en el curso de la historia; asimismo, analizaremos las fundamentaciones sobre los derechos humanos
aportadas por las varias escuelas de pensamiento, y, por último, estudiaremos los principios básicos y
los caracteres de los derechos humanos.
Para empezar con el estudio de la disciplina del derecho internacional de los derechos humanos,
es esencial enfocar nuestra atención en los elementos definitorios de los derechos humanos; saber
qué cosa es un derecho humano y por qué nace en un determinado momento histórico es básico
para nuestra materia.
La investigación acerca del fundamento de los derechos humanos tiene como objetivo encontrar
una explicación racional a la existencia de los mismos. El concepto de derechos humanos va ínti-
mamente relacionado con lo que consideremos como su fundamento, ya que el concepto que
manejemos de derechos humanos dependerá de la fundamentación que aceptemos.
En el curso de los años, se han presentado varios tipos de justificaciones del nacimiento de los
derechos humanos a nivel universal, que han sido desarrollados en verdaderas corrientes de pen-
samiento con sus propios padres fundadores. Abajo trataré de hacer una breve síntesis de las tres
principales corrientes de pensamiento.
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MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
- Corriente ética: Los éticos fundamentan la existencia de los derechos humanos a través de
la referencia a la moral. Estos pensadores consideran que los derechos humanos deben
ser considerados como derechos morales o valores que se fundan en el concepto de dig-
nidad del hombre. La fundamentación de los derechos humanos no está en la moral parti-
cular de cada quien, sino en la moralidad colectiva, constituida por las normas morales de
la sociedad de cada época; sin embargo, la objeción a este punto de vista estriba en que
la moralidad en una sociedad es tan variada y conflictiva, en la que además confluyen
diversos criterios morales, por lo que se carecería de un fundamento. Entre los principales
teóricos de esta corriente podemos mencionar a Eusebio Fernández. (Moreno, 2007)
Pasamos ahora a analizar algunas definiciones dadas por la doctrina acerca del concepto de
derechos humanos. Entre las definiciones de derechos humanos más relevantes podemos incluir
las siguientes:
A. Definición tautológica
“Los derechos del hombre son los que corresponden al hombre por el hecho de ser hom-
bre”. Esta definición no aporta ningún elemento nuevo que permita caracterizar tales de-
rechos y es muy utilizada en la doctrina. Se considera una definición tautológica por el
hecho que constituye una afirmación redundante. El término tautología deriva de una
palabra griega que significa “decir lo mismo”.
B. Definición formal
“Los derechos del hombre son aquellos que pertenecen y deben pertenecer a todos los
hombres, y de los que ningún hombre puede ser privado”. Esta definición no especifica el
contenido de los derechos.
C. Definición teleológica
“Los derechos del hombre son aquellos que son imprescindibles para el perfeccionamiento
de la persona humana, para el progreso social, o para el desarrollo de la civilización”. Esta
definición apela a ciertos valores susceptibles de diversas interpretaciones (Moreno, 2007).
Una definición se denomina teleológica cuando explica la razón de algo en función de su
fin, y efectivamente esta definición explica la razón de los derechos humanos en función
de sus fines, que vendrían a ser el perfeccionamiento del ser humano, el progreso social y
el desarrollo de la civilización.
Una definición que ha sido aceptada por la doctrina es la de Pérez Luño, destacado jurista
y filósofo del derecho español, la cual establece lo siguiente: “Los Derechos Humanos son
un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histórico, concretan las
exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humana, las cuales deben ser recono-
cidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional” (Pérez
13
Luño, 1995, p. 48). Esta definición es descriptiva, aunque siga teniendo una fuerte carga
teleológica porque también explica la razón de los derechos humanos en función de su
fin, como vimos anteriormente.
Una definición reconocida hoy en día por la mayoría de la doctrina y por la comunidad
internacional en general es la propuesta por la Oficina del Alto Comisionado para los De-
rechos Humanos de las Naciones Unidas (ACNUDH):
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin
distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional
o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los
mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son inte-
rrelacionados, interdependientes e indivisibles.
Esta es una definición fuertemente descriptiva, que menciona los caracteres principales de
los derechos humanos y los principios inspiradores de toda la disciplina del derecho inter-
nacional público y del derecho internacional de los derechos humanos. Esta definición se
basa en un principio que es uno de los pilares de nuestra área de estudio: el principio de no
discriminación, que nos acompañará en el curso de todas estas cuatro unidades.
Los derechos humanos se caracterizan por unos elementos distintivos que nos ayudan en el estu-
dio y la interpretación de la disciplina; son unos principios fundamentales y unas características
básicas que nos ayudarán a entender los principales instrumentos jurídicos internacionales para la
protección de los derechos humanos, así como el funcionamiento de los sistemas y mecanismos
de protección de los mismos. Los derechos humanos tienen unos principios y caracteres propios, los
cuales permean toda la disciplina del derecho internacional de los derechos humanos. Entre los
principios de los derechos humanos podemos mencionar el principio de universalidad, el principio
de inalienabilidad, el principio de imprescriptibilidad, el principio de inviolabilidad, el principio de
interdependencia e indivisibilidad, el principio de igualdad, el principio de corresponsabilidad y el
de transcendencia a la norma positiva. Ahora pasaremos a analizar en detalle cada uno de estos
principios tratando de relacionarlos a la realidad y a la práctica jurídica.
A. Principio de universalidad
El principio de universalidad de los derechos humanos es uno de los principios fundamen-
tales del derecho internacional de los derechos humanos, que encontraremos en varias
páginas de este manual. Según este principio, todos los Estados de la comunidad interna-
cional tienen el deber de promover y proteger todos los derechos humanos y las liberta-
des fundamentales de los individuos. Por lo tanto, podemos decir que la promoción y la
protección de los derechos humanos es un asunto universal, propio de toda la comunidad
internacional. Esto está confirmado por el hecho de que la mayoría de los Estados del
mundo han ratificado por lo menos dos de los instrumentos jurídicos marco en materia de
protección de los derechos humanos.
B. Principio de inalienabilidad
Los derechos humanos no deben suprimirse, no es posible renunciar a ellos, salvo en deter-
minadas situaciones y según las debidas garantías procesales. Como veremos más ade-
lante, hay algunos derechos que no pueden suspenderse bajo ninguna circunstancia y
otros que pueden suspenderse en caso de guerra, tanto conflicto armado interno como
internacional, emergencia o catástrofe natural (terremoto, inundación, tsunami, etc.).
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
C. Principio de imprescriptibilidad
Los derechos humanos tendrán vigencia en tanto existan los seres humanos, por ende, su
existencia no ha de extinguirse nunca; por lo menos hasta la extinción de la raza humana.
En ese sentido, un acto delictivo contra los derechos humanos, como por ejemplo un cri-
men atentatorio de la dignidad del ser humano y su integridad, no puede prescribir, o sea
no pierde vigencia en el tiempo y, por lo tanto, no puede considerarse inválido.
D. Principio de inviolabilidad
Los derechos humanos deben ser protegidos en toda circunstancia y en todo momento
por cada uno de nosotros. La particular condición de un Estado, circunstancias de emer-
gencias como catástrofes naturales, por ejemplo, no pueden ser invocadas por este para
poder suspender de manera inmediata los derechos humanos en el territorio bajo su juris-
dicción. En el caso de que haya algunas restricciones de normas generales, estas deben
ser notificadas a organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas,
o sea deben ser hechas públicas.
F. Principio de igualdad
Los derechos humanos protegen de igual manera a todos los seres humanos, sin distinción
alguna. Este principio, enunciado negativamente, es el principio de no discriminación. La
no discriminación es un principio transversal en el derecho internacional de derechos hu-
manos. Está presente en todos los principales tratados de derechos humanos y constituye
el tema central de algunas convenciones internacionales como la Convención Interna-
cional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial y la Convención
sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
G. Principio de corresponsabilidad
Según este principio, todos somos responsables de forma individual y colectivamente de
que a cada individuo se le garanticen sus derechos humanos. Si se viola un derecho hu-
mano de una persona, la responsabilidad cae sobre la comunidad internacional entera
y, por ende, sobre cada uno de nosotros. Todos somos responsables de que los derechos
humanos sean reconocidos y garantizados para todos los seres humanos a nivel global; las
violaciones de derechos humanos generan responsabilidades penales individuales para
sus autores.
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En cuanto a los caracteres de los derechos humanos, podemos mencionar el carácter de no
inmutabilidad de los derechos, el histórico, el no taxativo, el procesal, el absoluto, el sistémico, el
dialéctico y el expansivo. Pasamos ahora a analizarlos individualmente.
A. Carácter de no inmutabilidad
No podemos individuar un catálogo específico y cerrado de derechos humanos que ten-
ga validez general a pesar del momento histórico.
B. Carácter histórico
El concepto de los derechos humanos está en continuo desarrollo, nunca se detiene, sino
que se desarrolla en las diferentes épocas históricas. No podemos decir que exista un con-
cepto apriorístico de los derechos humanos.
C. Carácter no taxativo
Los derechos humanos no pueden ser incluidos en un catálogo definitivo, sino que la exis-
tencia de estos depende de otros factores, como las fuentes de poder, las necesidades
de los seres humanos en los diferentes momentos históricos, la interpretación dada de los
derechos humanos por las ideologías dominantes, las diferentes formas de organización
social, política y económica de la sociedad. Por eso, a la hora de garantizar los derechos
humanos, muchas constituciones nacionales, como las de Venezuela, Bolivia y Argentina,
establecen un numerus apertus de derechos, afirmando que el enunciado de los derechos
no debe entenderse como negación de otros que no figuren expresamente en ellas.
D. Carácter procesal
Deriva del proceso de evolución de los mismos, por eso se habla de tres generaciones de
derechos. Puede ser un proceso de evolución, pero también un proceso de involución,
como el que se registró en la historia con las dictaduras militares en América Latina, por
ejemplo. Los derechos humanos son parte de un proceso de evolución que se implementa
acorde con las necesidades del ser humano.
E. Carácter de absolutos
No pueden ser infringidos justificadamente y tienen que ser satisfechos sin ninguna excep-
ción; tienen prevalencia frente a decisiones políticas y normas jurídicas que no preserven
valores recogidos en la Constitución; son extra-patrimoniales porque no pueden ser redu-
cidos a una mera valoración económica; son originarios o innatos. Los derechos humanos
imponen una obligación concreta a las personas y al Estado de respetarlos, aunque no
haya una ley que así lo establezca. (Martínez de Vallejo, 1992, p. 50)
F. Carácter sistémico
Los derechos humanos constituyen un sistema bien estructurado, por lo tanto, podemos
también decir que son interdependientes entre ellos. Cuando uno de los derechos huma-
nos es vulnerado, automáticamente los demás empiezan a ser vulnerados. Por ejemplo,
si se vulnera el derecho a la libertad de expresión, los derechos políticos serán también
vulnerados, ya que no seríamos libres de manifestar nuestras ideas políticas. Consideran-
do la perspectiva opuesta, podemos decir que la protección de un derecho específico
produce un efecto en cadena que garantiza la protección de los demás derechos. Si
protegemos los derechos básicos como el derecho a la vida y el derecho a la integridad
personal, obviamente podemos llegar a proteger mucho más fácilmente también los de-
rechos económicos, sociales y culturales.
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
G. Carácter expansivo
Relacionado al carácter histórico. Se manifiesta en el surgimiento de tres sucesivas gene-
raciones de derechos, la concreción de nuevos derechos, la universalización de los dere-
chos humanos en el plano mundial, tanto en relación a los derechos como a sus garantías,
y la translación de los derechos humanos y sus garantías desde un sistema jurídico a otro, y
desde unas culturas a otras. (Gros, 1988, p. 327)
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Fundamentos doctrinarios del derecho internacional de los derechos humanos
Tema n.° 2
Para iniciar el presente tema, se debe considerar que el conocimiento de las fuentes de la disciplina
objeto de nuestro estudio es esencial para poder aplicar la doctrina a la práctica jurídica. Asimismo,
es necesario comprender los criterios de interpretación utilizados por el derecho internacional de los
derechos humanos para lograr aplicarlos a casos concretos y saber interpretar las normas internacio-
nales y domésticas sobre derechos humanos de la manera correcta.
Para establecer los primeros fundamentos doctrinarios de nuestra disciplina, o sea el derecho in-
ternacional de los derechos humanos, sugiero empezar por una definición específica y muy deta-
llada de la materia propuesta por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
humanos (ACNUDH), que señala:
El derecho internacional de los derechos humanos establece las obligaciones que tie-
nen los gobiernos de tomar medidas en determinadas situaciones, o de abstenerse
de actuar de determinada forma en otras, a fin de promover y proteger los derechos
humanos y las libertades fundamentales de los individuos o grupos. (párr. 2)
Dada esta definición, entonces necesitamos preguntarnos: ¿quiénes son los sujetos de los dere-
chos humanos en el ordenamiento internacional? y ¿cómo podemos clasificar a estos sujetos?
Podemos identificar como sujetos o titulares de los derechos humanos y de las libertades funda-
mentales en el ordenamiento internacional a los siguientes individuos/grupos:
¾¾ El individuo
El ser humano, como sujeto individual, es titular de los derechos humanos por excelencia.
¾¾ Los pueblos
Los pueblos sometidos a dominación colonial han pasado a obtener una subjetividad en
el derecho internacional a partir de la afirmación del derecho a la autodeterminación o
libre determinación de los pueblos. Entre otros derechos que se les atribuyen a los pueblos,
podemos mencionar el derecho al desarrollo económico y social, el derecho a la paz, el
derecho de protección al medio ambiente y el derecho de protección a los bienes consi-
derados como patrimonio común de la humanidad.
Hasta antes de la Segunda Guerra Mundial, los sujetos de derecho internacional se encontraban
estrictamente determinados. Los Estados soberanos eran los únicos sujetos de derecho interna-
cional, o sea los únicos que tenían derechos y obligaciones que la comunidad internacional re-
conocía. En consecuencia, un individuo no podía iniciar una acción en un tribunal internacional,
a menos que el Estado del cual era nacional o agente decidiese presentar la reclamación en su
nombre. En las últimas décadas, el derecho internacional ha sufrido diversas transformaciones,
muchas de las cuales han creado condiciones para el reconocimiento del individuo como un su-
jeto de derecho en el plano internacional. Esta situación coincide con la segunda mitad del siglo
XX, cuando el Estado cometió, a través de sus agentes, una serie de excesos y atrocidades justi-
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ficadas en ese momento por el conflicto mundial; pero al terminar este, se evidenció el descuido
de la comunidad internacional frente a su quizá mayor compromiso: la dignidad humana. En este
contexto, el individuo se presenta como sujeto de derecho internacional históricamente reciente.
Su inclusión se encuentra indisociablemente ligada al movimiento de los derechos humanos y a
la necesidad de plasmar en el ámbito internacional la protección de los mismos. En esta lógica,
la personalidad jurídica del ser humano se limita al ámbito de los derechos humanos, en el que
no solo disfruta del reconocimiento de tales derechos, sino que también se le atribuye un rol en el
sistema de control del respeto y protección de los mismos. (Camarillo, 2016, pp. 151-172).
La persona humana, como sujeto individual, es titular de los derechos humanos por excelencia.
Hay que considerar la doble posición, activa y pasiva, que puede adoptar el sujeto de derecho
en relación a los derechos humanos.
Para determinar cuáles son estas fuentes, es necesario determinar si el derecho internacional de
los derechos humanos y el derecho interno son sistemas jurídicos separados, distintos o indepen-
dientes entre sí. Las dos principales teorías acerca de la relación entre los dos ordenamientos jurídi-
cos son la teoría dualista y la teoría monista. El debate entre la posición de los teóricos monistas y
la de los teóricos dualistas empezó en 1899, cuando fue publicada la obra de Triepel, Volkerrecht
und Landdesrecht, que podemos traducir al español como Derecho internacional y derecho in-
terno, que justamente colocaba al tema en el centro del debate.
¾¾ Teoría dualista
Según los teóricos de la corriente dualista, existen dos ordenamientos jurídicos distintos y
separados: el nacional y el internacional. Ambos ordenamientos tienen fuentes distintas;
el derecho internacional regula las relaciones entre Estados, y el derecho interno, las que
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se presentan entre personas o entre el Estado y sus súbditos. Por lo tanto, como el Estado
es soberano, la validez del orden constitucional es independiente de su conformidad o no
con el derecho internacional. Además, tratándose de dos sistemas autónomos, entre los
cuales no existe relación de dependencia o subordinación, la norma internacional, para
ser aplicada en el ordenamiento interno, necesita ser trasformada o incorporada a este
mediante acto de voluntad del legislador nacional.
Según Bobbio (1991), las fuentes se pueden definir como “aquellos hechos o aquellos actos de los
cuales el ordenamiento jurídico hace defender la producción de normas jurídicas” (p. 154).
Pasamos ahora a enfocarnos en las fuentes del derecho internacional público general reconoci-
das por la doctrina, que constituyen también el fundamento legal de los derechos humanos. Estas
son:
I. Los tratados internacionales, que son expresiones formales de voluntad suscrita entre dos o
más Estados u otros entes de derecho internacional mediante los cuales se crea, modifica
o extingue entre ellos una relación jurídica determinada.
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MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
III. Las decisiones judiciales de las distintas naciones, que comprenden principalmente a la
jurisprudencia internacional, comunitaria o nacional.
IV. Principios generales de derecho, aceptados por los Estados y susceptibles de aplicación
internacional. Estos se ven reflejados principalmente en la actividad judicial y la diploma-
cia normativa de los Estados; se encuentran entre ellos, el principio de igualdad soberana,
la prohibición de la amenaza y del uso de la fuerza, el pacta sunt servanda. No dependen
de la práctica, la cual de hecho le da más fuerza.
Como soporte de esta clasificación de las fuentes del derecho internacional, sugiero revisar el ar-
tículo 38.1 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. Este artículo representa un catálogo
abierto de fuentes; por ejemplo, falta mencionar los actos unilaterales y las resoluciones del Con-
sejo de Seguridad de la ONU.
Los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales ratificados por el Estado en-
tran automáticamente en el ordenamiento interno del mismo, según la teoría monista y teniendo
en cuenta que estos derechos son considerados como normas de jus cogens por la doctrina y la
jurisprudencia y, por lo tanto, no pueden ser suspendidos en ningún caso. Para una definición de
jus cogens, sugiero revisar el art. 53 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados,
que da una definición detallada de la materia y es la referencia jurídica por excelencia sobre el
tema.
Según la doctrina, hay un grupo de derechos humanos que deben ser considerados como normas
de jus cogens, es decir, normas que no pueden ser derogadas sino por otras normas del mismo
rango. La doctrina se refiere a estos derechos como núcleo duro de los derechos humanos. El nú-
cleo duro o common hard core de los derechos humanos es un grupo de derechos básicos que
no pueden ser suspendidos en ningún caso. Estos son mencionados en muchos tratados tanto de
derecho internacional de los derechos humanos como de derecho internacional humanitario, así
como en la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia. Estos derechos son: el derecho
a la vida, el derecho a no ser sometido a tortura o a esclavitud, el derecho a no ser culpable en
aplicación retroactiva de penas (principio nullum crimen, nulla poena sine lege), el derecho a la
integridad física, mental y moral, la prohibición del genocidio y de las desapariciones forzadas.
Las garantías de los derechos humanos pueden ser definidas como “el conjunto de instrumentos
y acciones –jurídicos y extrajurídicos– que, en cuanto forma de poder social, tienden a reforzar la
vigencia, o reconocimiento normativo, de los derechos humanos y a asegurar su eficacia, o sea el
cumplimiento social efectivo de los mismos” (Carruitero, 2002, p. 82)
Ahora podemos pasar a establecer cuáles son estas garantías de los derechos humanos. Ellas se
clasifican en:
- Garantías institucionales
Todos aquellos mecanismos de protección y tutela de los derechos encomendados a ór-
ganos institucionales como el gobierno y órganos administrativos.
- Garantías políticas
Consisten en normas y actos que los órganos legislativos y ejecutivos adoptan en tutela de
los derechos.
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- Garantías jurisdiccionales
La vulneración, por acción u omisión, de las garantías políticas, puede ser impugnada ante
un órgano de tipo jurisdiccional, como un tribunal independiente e imparcial (Wilhelmi y
Pisarello, 2006).
Todos los derechos fundamentales nacen limitados porque se ejercen dentro del marco de la so-
ciedad. Las diferentes situaciones de derechos deben necesariamente limitarse recíprocamente
a fin de que puedan coexistir en una comunidad civil bien organizada. Los derechos fundamenta-
les, en determinadas circunstancias, pueden verse limitados, ya sea de manera general, o respec-
to de algún derecho en particular. Por ejemplo, no es posible invocar la libertad de tránsito para
justificar una colisión contra otro vehículo. En cambio, las limitaciones son límites al ejercicio del
derecho que impone el ordenamiento en forma general para todos. Las limitaciones son:
A. El orden público
Es el conjunto de condiciones que aseguran el funcionamiento armónico y normal de ins-
tituciones sobre la base de un sistema coherente de valores y principios. Tales valores y
principios se encuentran vinculados con el estándar o parámetro de una sociedad de-
mocrática y no pueden afectar el contenido o núcleo esencial de derecho asegurado y
protegido.
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
lísima, cuando esta es el único medio para atender situaciones de emergencia pública y
preservar los valores superiores de la sociedad democrática. Así lo determinó la CIDH en su
opinión consultiva 8/87 del 30 de enero de 1987.
Los estados de excepción están sometidos a un conjunto de condiciones que deben ser
cumplidas por los Estados y controladas por el sistema internacional de protección de los
derechos humanos. Entre ellas podemos mencionar a las siguientes:
b) Proporcionalidad: solo pueden suspender las garantías que guarden estricta rela-
ción con las medidas excepcionales para atender la emergencia.
d) Existe un núcleo esencial de derechos que nunca puede ser suspendido bajo nin-
guna circunstancia, aun así, desaparezca o se desintegre un Estado.
Pasamos ahora a analizar los diferentes criterios que podemos utilizar en la interpretación de las
normas de derecho internacional de los derechos humanos.
Para el destacado jurista peruano Edgar Carpio Marcos, el principio pro homine tiene dos
variantes principales:
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2. Principio pro libertate: Los derechos humanos deben interpretarse del modo más amplio
posible, es decir, extensivamente, todo lo que favorezca la libertad y, restrictivamente,
todo lo que la limite. En caso de duda, siempre se deberá favorecer la cláusula de la liber-
tad.
3. La posición preferente de los derechos: Los derechos humanos gozan de una posición pre-
ferente dentro del ordenamiento jurídico e impregnan el contenido material de las restan-
tes normas del ordenamiento. A veces hay derechos fundamentales que son axiológica-
mente más valiosos que otros, como el derecho a la vida, y en un conflicto, el juez debería
optar por proteger el derecho de mayor valor.
Diversos pactos internacionales de derechos humanos tienen normas que explicitan el prin-
cipio de progresividad o integridad maximizada de los derechos. Así, por ejemplo, la Con-
vención Americana de Derechos Humanos, en su artículo 29, literal b, señala:
6. Interpretación constructiva: Según este principio, la normativa nacional debe ser interpre-
tada en la medida de lo posible en armonía con los alcances y el mismo significado que
tales derechos tienen en el ámbito internacional. Este principio permite integrar y armonizar
las disposiciones internas sobre derechos humanos con las consagradas en instrumentos
internacionales. Es decir, en vez de que el juez nacional presuma en compatibilidades o
confronte ambos derechos, este principio permite que los considere como un solo sistema
de derechos que debe ser armonizado e integrado. Este principio de interpretación cons-
tructiva permite que los tribunales constitucionales acojan la doctrina y las interpretaciones
de los tribunales internacionales especializados en la materia, como la Corte Interameri-
cana de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y de organismos
internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Con-
sejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. (Carpio, 2004)
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Las generaciones de los Derechos Humanos
Tema n.° 3
Para iniciar el presente tema, hemos de tener en cuenta que el conocimiento y manejo de los dife-
rentes derechos es esencial para poder reconocer una situación jurídica de violación de derechos
humanos y aplicar la teoría del derecho internacional de los derechos humanos a un caso concreto
para buscar una posible solución.
Los derechos de primera generación pueden ser definidos como aquellos que se atribuyen a las
personas por su condición de tales, así como por ser ciudadanos pertenecientes a un determi-
nado Estado. Estos derechos suponen una serie de barreras y de exigencias frente al poder y la
autonomía del Estado o de otra autoridad. Estos derechos aparecen en la Edad Moderna y se re-
fieren a los derechos civiles y políticos, que consagran las libertades individuales propias de cada
ciudadano. Surgieron como respuesta a los reclamos que motivaron los principales movimientos
revolucionarios de finales del siglo XVIII en Occidente. El Estado debe garantizar el libre goce de
estos derechos, organizando la fuerza pública y creando mecanismos judiciales que los protejan.
Solo pueden ser limitados en los casos y las condiciones previstas por la constitución. (Carruitero,
2002, pp. 71-77)
¾¾ Los derechos civiles suponen la exigencia de los particulares frente al poder del Estado de
la exclusión de su actuación. Por ello se habla de derechos de autonomía.
El sujeto activo de estos derechos es la persona individual, considerada como un todo absoluto y
aislado. Por eso se les denomina, muchas veces, derechos individuales. El sujeto pasivo está cons-
tituido por los poderes de los Estados. Estos derechos los encontramos en las modernas declara-
ciones de derechos, como la declaración americana de 1776 y la declaración francesa de 1789.
Su consagración más encumbrada se encuentra en los artículos 3-21 de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos de 1948.
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2. Derecho de reunión
6. Derecho de petición
Los derechos de segunda generación son los derechos económicos, sociales y culturales. Consti-
tuyen el conjunto de derechos que consiste en especificar aquellas pretensiones de las personas
y de los pueblos respecto a la obtención de prestaciones de cosas o de actividades, dentro del
ámbito económico-social, frente a las personas y grupos que detentan el poder del Estado y
frente a los grupos sociales dominantes. Son derechos de contenido social para procurar mejores
condiciones de vida. (Carruitero, 2002, pp. 77-80)
27
¾¾ Amplían la esfera de responsabilidad del Estado. Imponen un “deber hacer” positivo por
parte del Estado, que tiene que satisfacer las necesidades y brindar servicios.
En los primeros textos americanos y franceses no encontramos referencia a estos derechos. Uno
de los primeros textos en el que se reconocen es la Constitución francesa de 1791, título I, que pro-
clama la educación pública y un sistema de beneficencia pública. La Constitución francesa de
1973 hace referencia a beneficencia pública e instrucción, y la de 1848, refiere algunos derechos
relativos al trabajo, la asistencia y la educación. En el siglo XIX podemos situar las primeras reivin-
dicaciones de los derechos económicos, sociales y culturales con la aparición del proletariado
y debido al proceso de industrialización. Las consecuencias de la Revolución Industrial habían
dado lugar a condiciones de trabajo muy duras y a la necesidad de garantizar los derechos de
los trabajadores. Estos derechos son consecuencia de la idea de igualdad universal nacida del
pensamiento humanista y socialista del siglo XIX, sustitutiva del Estado liberal por el social de dere-
cho. Se consagran en los artículos 22-27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de
1948. A partir de ese momento, en los diferentes países, se empieza a tomar conciencia de estos
derechos. En el ámbito internacional, con la creación de la OIT (Organización Internacional del
Trabajo), aparece la necesidad de concretar los derechos económicos y sociales en las normas
internacionales.
Actualmente, los derechos humanos de segunda generación tienen una doble dimensión: obje-
tiva y subjetiva. En el sentido objetivo, pueden entenderse como el conjunto de normas a través
de las cuales el Estado lleva a cabo su función equilibradora de las desigualdades sociales. En el
sentido subjetivo, se perciben como las facultades de los individuos y de los grupos a participar
de los beneficios de la vida social, lo que se traduce en determinados derechos y prestaciones,
directas o indirectas, por parte de los poderes públicos. (Carruitero, 2002, pp. 77-80)
1. El derecho al trabajo
4. El derecho a la alimentación
6. El derecho a la salud
7. El derecho a la educación
Los derechos de tercera generación son los surgidos en la época contemporánea como respuesta
a las nuevas necesidades del ser humano y que se fundan en el valor solidaridad. Se habla tam-
bién de derechos de solidaridad, de derechos de los pueblos, de derechos de cooperación y de
nuevos derechos humanos. Pero la denominación aceptada por la doctrina es la de derechos
humanos de tercera generación. Esta generación es consecuencia de una fraternal respuesta a
factores discriminatorios o necesidades futuras en riesgo de grupos humanos motivados por una
exigencia común: actuar impulsados por el valor solidaridad.
28
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
A partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de los dos pactos de derechos
civiles y políticos y de derechos económicos, sociales y culturales de 1966, es que empiezan a
emerger los pueblos como sujetos de los derechos humanos y no solo los Estados.
Tampoco para los derechos humanos de tercera generación la doctrina alcanzó un acuerdo de
clasificación. De todas formas, podemos considerar como derechos de tercera generación los
siguientes:
4. Derecho a la paz
En estos últimos años, la doctrina está debatiendo sobre si existe o no una cuarta generación de
derechos humanos. En la actualidad, varios juristas han teorizado y fundamentado la existencia
de un nuevo grupo de derechos humanos relacionados con la sociedad de la información y las
nuevas tecnologías que configurarían una cuarta generación de los derechos humanos. Aquí se
plantean dos clases de derechos:
(i) Varios derechos que ya han logrado el reconocimiento en muchos países, como la liber-
tad de expresión, el derecho a la protección de los datos sensibles, a la privacidad, al
secreto de las comunicaciones, entre otros.
(ii) Otros derechos de nueva data que recién están naciendo como los derechos del ciber-
nauta en el mundo digital, y los derechos relacionados a la medicina genética. (Riofrío,
2014, p.16)
A inicios del siglo XXI, el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información ha planteado
nuevas problemáticas y ha hecho surgir la necesidad de nuevos derechos. Se crean situaciones
jurídicas que muy difícilmente pueden ser reguladas por tratados y normas preexistentes y que con
toda probabilidad deben ser reguladas por instrumentos jurídicos nuevos creados ad hoc. Estos
derechos no encajarían en la tercera generación de los derechos humanos de la cual hablamos
líneas arriba. Están relacionados, más bien, a los desarrollos de la ciencia, de la matemática apli-
cada, de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) y la genética. Estos ám-
bitos han penetrado nuestras relaciones sociales de un modo tan acelerado que han producido
una auténtica revolución de la información y han expuesto a los seres humanos en la sociedad,
29
volviéndolos más frágiles y, de alguna manera, más vulnerables en comparación a unas cuantas
décadas atrás. Pensemos, por ejemplo, en la Internet (International network of computer), a través
de la cual cada uno de nosotros puede acceder a cualquier tipo de información, puede realizar
distintas clases de acciones, como transacciones bancarias, operaciones comerciales, reservas,
etc. Internet conecta a millones de personas, empresas e instituciones públicas en el mundo, sin
importar la distancia entre ellas. Es indudable que Internet representa un instrumento importante
para mejorar la condición humana, la igualdad, la libertad de los seres humanos. A pesar de estas
ventajas, en los últimos años, la Internet ha generado varios tipos de problemas y ha incrementa-
do las formas de criminalidad existentes: prostitución infantil, pornografía infantil, peligros para los
datos personales, difusión de virus, etc. Todo esto obviamente implica un efecto multiplicador de
los atentados contra derechos, bienes e intereses jurídicos. El hecho de que sea un instrumento in-
ternacional hace aún más difícil descubrir estas conductas y castigarlas, ya que muchas veces es
imposible encontrar a los perpetradores. Otro problema es sobre quién debe recaer la responsa-
bilidad: sobre quien ha difundido este contenido o sobre quien ha accedido a él; esto dependerá
de las legislaciones nacionales de cada Estado. (Pérez Luño, 2011, p. 294).
Hoy somos testigos de la aparición de nuevas estructuras sociales, de nuevas formas de interrela-
ción humana, de nuevas comunidades virtuales; piensen, por ejemplo, en el mundo de las redes
sociales; todas estas estructuras no se basan en la comunicación directa y visual en el territorio pro-
piamente dicho, sino en un nuevo modelo de comunicación no presencial y visual, la cual hace
a los seres humanos mucho más vulnerables, ya que pueden aparecer otras formas de agresión
y violación al sistema de derechos humanos. Piensen en el principio de privacidad y de cuántas
maneras diferentes puede ser afectado cotidianamente a través de los varios medios de comu-
nicación. Por lo tanto, también se exige una respuesta nueva por parte del orden jurídico a este
tipo de violaciones, y la disciplina del derecho internacional de los derechos humanos debería
enfocarse en esta nueva área también. (Bustamante, 2010, p.2).
Otra parte de la doctrina sostiene que la clasificación de la cuarta generación de derechos hu-
manos es una amenaza a la existencia legal de los Estados porque debilita su autoridad. Además,
el reconocimiento de estos derechos crearía problemas de ineficiencia para otros, como el dere-
cho a una comunicación libre; asimismo, se crearían conflictos entre las diferentes generaciones
de derechos humanos para proteger al individuo de las agresiones/violaciones generadas por
el desarrollo de la sociedad moderna. Por ejemplo, el derecho a la educación y a la libertad de
investigación científica estaría en conflicto con el área de la manipulación genética. Si tengo la
libertad de investigar, ¿por qué deberían limitar mi investigación? Corresponde al Estado organizar
el balance por el ejercicio de estos derechos y regularlos internamente a través de leyes específi-
cas que estén en línea con los estándares dictados a nivel internacional. Para esta otra parte de la
doctrina, estos derechos son todos nuevas manifestaciones de los derechos de primera, segunda
y tercera generaciones; básicamente, son los mismos pero en nuevos entornos, pues la sociedad
ha evolucionado. Si empezamos a considerar cada nueva manifestación de amenaza a los dere-
chos humanos de las tres primeras generaciones para ir creando nuevas generaciones con base
en ellas, el futuro ira cargándose de nuevas generaciones y esto repercutirá y debilitará las tres
primeras generaciones. (Ortega, 2004)
30
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Bustamante, J. (2010). La cuarta generación de derechos humanos en las redes digitales. Telos.
Cuadernos de Comunicación e Innovación. Disponible en https://goo.gl/RabBKX
Actividad n.° 1
Foro de discusión sobre la existencia de una cuarta generación de los derechos humanos.
Instrucciones
● Ingrese al foro y participe con comentarios críticos y analíticos sobre el tema: ¿Existe una cuar-
ta generación de derechos humanos?
¿Cuáles son las posiciones de la doctrina acerca de la existencia de una cuarta generación
de los derechos humanos? ¿Cuál es su posición al respecto? Argumente y fundamente su
respuesta.
Nota importante: Si reporta doctrina o fuentes de Internet debe citarlas en su intervención y comen-
tario.
31
Glosario de la Unidad I
C
Se entiende por tratado al acuerdo internacional celebrado entre Estados y regido por el derecho
internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cual-
quiera que sea su denominación particular. (ONU, Convencion de Viena sobre el Derecho de los
Tratados, 1969, art. 2)
Costumbre
Práctica generalmente aceptada como derecho (art. 38, literal b, del Estatuto de la Corte Inter-
nacional de Justicia). Esta compuesta por un elemento material (diuturnitas) y un elemento espiri-
tual (opinio juris). La diuturnitas es la repeticion de precedentes que consituyen un uso continuo y
general; la opinio juris es la conviccion por parte de los Estados que actuan de cumplir con ello un
deber juridico. Es el derecho no escrito. (Cassese, 2013)
Declaracion internacional
Derecho convencional
Tiene su fundamento en los tratados internacionales que establecen las reglas expresamente re-
conocidas por los Estados litigantes. Es el derecho escrito (Estatuto de la Corte Internacional de
Justicia, art. 38).
Iusnaturalismo
El derecho natural, que los escritores llaman comúnmente jus naturale, es la libertad que tiene
cada hombre de usar su propio poder según le plazca, para la preservación de su propia natura-
leza, esto es, de su propia vida; y, consecuentemente de hacer cualquier cosa que, conforme a
su juicio y razón, se conciba la más apta para alcanzar ese fin. (Escohotado, 1980)
Jus cogens
Es una norma de carácter imperativo que no puede ser derogada sino por una norma del mismo
rango. Son normas inderogables que no admiten acuerdo en contrario (ONU, Convención de Vie-
na sobre el Derecho de los Tratados, 1969, art. 53)
32
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Positivismo jurídico
Es el nombre que damos a la teoría jurídica que concibe únicamente como «derecho» al derecho
positivo, esto es, al derecho producido por actos de voluntad del hombre. (Kelsen, 1982)
Este principio es uno de los pilares del derecho internacional y es fundamental porque nos permite
lograr la seguridad jurídica. La locución latina se podría traducir en español como “lo pactado
obliga”, o sea todos los tratados deben ser fielmente cumplidos por los Estados partes que lo han
firmado y ratificado.
33
Bibliografía de la Unidad I
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. (s. f.). ¿Qué son los dere-
chos humanos? Disponible en https://goo.gl/ebtUQ
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Bustamante, J. (2010). La cuarta generación de derechos humanos en las redes digitales. Telos.
Cuadernos de Comunicación e Innovación. Disponible en https://goo.gl/RabBKX
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34
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
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Perez Luño, A. (2011). Internet y los Derechos Humanos. En Anuario de Derechos Humanos. Nueva
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Polo, L. F. (1964). Fundamentos filosóficos de los derechos humanos. Guatemala: Universidad Ra-
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Wilhelmi, M. A., y Pisarello, G. (2008). Los Derechos Humanos y sus garantías: nociones básicas.
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Instrumentos jurídicos
Convencion de Viena sobre el Derecho de los Tratados. (23 de mayo de 1969). Tratado de las
Naciones Unidas. Disponible en https://goo.gl/3FDwR5
35
Autoevaluación n.o 1
1. ¿Qué cosa es el ACNUDH?
2. Según el texto, marcar la alternativa que no se relaciona a los derechos humanos de tercera
generación.
4. Según el texto, marcar la alternativa que no se relaciona a los derechos humanos de primera
generación.
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
7. Según el texto, ¿cuál de los siguientes no puede ser considerado como un derecho de tercera
generación?
a) Derecho al agua
b) Derecho a una vivienda
c) Derecho a la autodeterminación de los pueblos
d) Derecho a la paz
e) Derecho al desarrollo
8. Según el texto, ¿cuál de los siguientes no puede ser considerado como una fuente de los de-
rechos humanos?
a) Tratado internacional
b) Declaraciones internacionales
c) Principios generales de derecho
d) Jurisprudencia
e) Doctrina
9. Según el texto, ¿cuál de los siguientes derechos no se puede considerar como un derecho de
primera generación?
10. Según el texto, ¿cuál de las siguientes corrientes de juristas teoriza la existencia de un único
ordenamiento jurídico en el que el derecho internacional prevalece sobre el derecho nacio-
nal?
a) Dualismo
b) Iusnaturalismo
c) Monismo con prevalencia del derecho internacional
d) Positivismo
e) Monismo con prevalencia del derecho nacional
37
38
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
UNIDAD II
LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS
DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD II
AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÍA
Autoevaluación n.° 2
39
Instrumentos jurídicos fundamentales del derecho internacional de los derechos
humanos
Tema n.° 1
Para iniciar el presente tema, es necesario un análisis de los principales instrumentos jurídicos del dere-
cho internacional de los derechos humanos, o sea la Declaración Universal de Derechos Humanos de
1948 y los dos pactos internacionales de 1966. Estos instrumentos jurídicos constituyen la base de todos
los instrumentos jurídicos redactados e implementados posteriormente, por ende, es fundamental te-
ner una idea de sus principios inspiradores y de los derechos que garantizan.
Después de la aprobación y la entrada en vigor en 1945 de la Carta de San Francisco, que institu-
ye la Organización de las Naciones Unidas, los Estados miembros de la más importante organiza-
ción internacional entendieron que para alcanzar el respeto universal de los derechos humanos se
necesitaba implementar dos proyectos adicionales y complementarios:
2. Instituir una comisión de derechos humanos encargada de promover esos derechos y re-
dactar los primeros tratados internacionales en materia de protección de los derechos
humanos.
Según el artículo 68 de la Carta de San Francisco, el Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas (ECOSOC) tiene la facultad de establecer comisiones en campos económicos y sociales
para la promoción de los derechos humanos. El artículo 68 de la Carta de la ONU establece lo
siguiente: “El Consejo Económico y Social establecerá comisiones de orden económico y social y
para la promoción de los derechos humanos, así como las demás comisiones necesarias para el
desempeño de sus funciones” (Naciones Unidas, Carta de San Francisco). En virtud de esta norma,
el ECOSOC instituyó la Comisión de Derechos Humanos, que como encargo fundamental tenía
la redacción de un instrumento jurídico de alcance global para la protección de los derechos
humanos. Su presidenta, la estadounidense Eleanor Roosevelt, se encargó junto con otros juristas
internacionales, como el francés Cassin, del proceso de redacción de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos. La Declaración fue redactada por representantes de todas las regiones
del mundo y abarca todas las tradiciones jurídicas, pero cabe resaltar que, sin duda, Eleanor Roo-
sevelt fue la gran impulsora de este instrumento jurídico que podemos considerar como el instru-
mento marco de nuestra disciplina. Desde el comienzo de los trabajos de la Comisión, se generó
un fuerte debate acerca de la naturaleza jurídica de este instrumento. De una parte, había un
grupo de juristas que consideraban conveniente que este instrumento jurídico utilizara el formato
de un pacto, tratado o acuerdo internacional, y de otra parte, se colocaba un grupo de juristas
que se conformaban con una simple declaración, o sea una enunciación de principios. Por lo tan-
to, se terminó preparando dos documentos diferentes: una declaración más completa y general,
y un pacto o tratado que se enfocaba en unos derechos específicos que se podían considerar
idóneos para crear obligaciones formales para los Estados partes. Los que anhelaban un instru-
mento declaratorio fundamentaban su tesis en el hecho de que hubiera sido mucho más fácil y
rápido el proceso de aprobación y entrada en vigor del documento, ya que, dado su carácter no
vinculante, más Estados hubieran querido firmarlo. Esto, considerando que el tema objeto de este
instrumento jurídico, la protección de los derechos humanos, era bastante sensible, pues hacía
poco que había terminado la Segunda Guerra Mundial y las brutalidades que se habían perpe-
trado durante este periodo. En consecuencia, muchos Estados no hubieran tenido la voluntad
de vincularse jurídicamente a un tratado internacional en materia de protección de los derechos
40
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
humanos, porque esto hubiera sido arriesgado para ellos. Finalmente, se optó por un instrumento
declaratorio. El primer proyecto de la Declaración se propuso en setiembre de 1948, y más de 50
Estados miembros participaron en la redacción final. La Asamblea General, con su Resolución 217
A (III) del 10 de diciembre de 1948, aprobó el documento en París con 48 votos a favor. Ocho Es-
tados se abstuvieron de votar, pero ninguno votó en contra. Los Estados que se abstuvieron fueron
la URSS, Bielorrusia, Ucrania, Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia, Sudáfrica y Arabia Saudí.
La Declaración Universal de Derechos Humanos tiene gran autoridad moral y política, es el más
conocido de todos los instrumentos internacionales contemporáneos. La podemos considerar
como una respuesta a las más profundas aspiraciones del hombre. Su autoridad aumenta con
los años y para algunos juristas representa la realización más grande de la Organización de las
Naciones Unidas. Como se refirió antes, el documento ha inspirado un conjunto de instrumentos in-
ternacionales en materia de derechos humanos, así como las legislaciones nacionales de muchos
países, algunos de los cuales han incluido a la letra sus preceptos en sus constituciones.
La Declaración incluye dos categorías de derechos: derechos civiles y políticos y derechos econó-
micos, sociales y culturales. Entre los derechos civiles y políticos reconocidos podemos mencionar
el derecho a la vida, derecho a la seguridad personal, prohibición de la esclavitud, prohibición de
la tortura y de tratamiento inhumano o degradante, derecho a no ser objeto de arresto, detención
o exilio arbitrario, derecho al debido proceso en materia civil criminal, derecho a la presunción
de inocencia, derecho de pedir gozar de asilo en otro país, derecho a la nacionalidad. Entre los
derechos económicos, sociales y culturales podemos mencionar el derecho al trabajo, derecho
a la protección contra el desempleo, derecho a un salario igual por trabajo igual, derecho a una
remuneración justa, derecho a la educación. (Carruitero, 2002, pp. 254-255)
Este tema ha generado un intenso debate en la doctrina acerca del valor jurídico de la Declara-
ción Universal de los Derechos Humanos. En primer lugar, cabe decir que existen dos posiciones
principales en relación a la naturaleza jurídica de la Declaración: la de los partidarios y la de los
detractores. Los partidarios sostienen que dicho instrumento tiene un carácter vinculante, que
es una norma consuetudinaria, e incluso hay quien la eleva a rango de norma de jus cogens,
o sea derecho inderogable. De otro lado se encuentran los detractores, que consideran que la
Declaración Universal es una mera declaración de la Asamblea de las Naciones Unidas y no tiene
fuerza vinculante. Por lo tanto, sería simplemente un instrumento de soft law, es decir, le faltaría
naturaleza de normas imperativas y vinculantes, ya que solo establece principios y no derechos.
41
No se adoptó la forma de tratado porque, en aquella época, muchos Estados rechazaban la
posibilidad de asumir obligaciones precisas en la materia. Los detractores se basan en los artículos
del 10 al 17 de la Carta de la ONU que se refieren a las funciones de la Asamblea General para
fundamentar su posición. Pero podemos decir que en la Declaración Universal de Derechos Hu-
manos, la enunciación de los derechos humanos no es la expresión de un ideal, sino el punto de
partida para la creación de un verdadero sistema de derechos universales que deben ser prote-
gidos. El artículo 10 de la Carta de San Francisco establece expresamente la función que tiene la
Asamblea General de hacer recomendaciones a los Estados miembros de las Naciones Unidas:
Pasamos ahora a ver cómo fundamentan su posición los partidarios. Estos juristas basan su posi-
ción en varios elementos. En primer lugar, la Declaración Universal de los Derechos Humanos no
se podría considerar un instrumento separado de la Carta de las Naciones Unidas, ya que no crea
nuevas obligaciones, sino que ayuda a determinar más detalladamente las obligaciones estable-
cidas en la Carta. Sería un instrumento de interpretación de la Carta de San Francisco y, por lo
tanto, tendría su mismo valor jurídico. De esta manera, se aceptaría que todos los preceptos de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos se hayan convertido en derecho positivo. Ade-
más, esta postura se fundamenta en la idea de que este instrumento jurídico contiene principios
generales de derecho internacional de los derechos humanos que, a su vez, se han convertido
en costumbre y sostienen el carácter obligatorio de solo algunas de sus disposiciones, específica-
mente de las relacionadas con el núcleo duro de los derechos humanos que hemos mencionado
en la Unidad I. En cambio, otros derechos, como el derecho a la nacionalidad o la libertad de
circulación, no podrían ser considerados obligatorios de manera universal, dado que los Estados
no han manifestado su voluntad política en este sentido. La Declaración Universal de los Dere-
chos Humanos incluye diversas normas jurídicas, algunas de construcción consuetudinaria, como
la contemplada en el artículo 3 (el derecho a la vida), e incluso algunos principios generales de
derecho reconocidos por las naciones civilizadas, como la disposición contemplada en el artículo
9 (la prohibición de detención arbitraria). Finalmente, los partidarios fundamentan su teoría en el
hecho de que muchos países la han citado o han incluido sus disposiciones en sus constituciones
y leyes domésticas, y muchos tratados de derechos humanos se han fundamentado en sus prin-
cipios. Podemos mencionar, por ejemplo, la Proclamación de Teherán de mayo de 1968, en la
que se establece lo siguiente: “La Declaración Universal de Derechos Humanos enuncia una con-
cepción común a todos los pueblos de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros
de la familia humana y la declara obligatoria para la Comunidad Internacional”. Esta se adoptó
durante la Conferencia Internacional de Derechos Humanos en Teherán, donde se reunieron los
expertos para analizar los progresos logrados en los veinte años trascurridos desde la aprobación
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. (Acosta, 2008, pp. 22-24)
42
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Estos tratados fueron adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1966 con
el objeto de reforzar la Declaración Universal de los Derechos Humanos y dar valor jurídico a los
derechos contenidos en ella. La Comisión de Derechos Humanos, después de la elaboración de
la Declaración, se dedicó a la formulación de un tratado acerca de los puntos que podían ser ob-
jeto de obligaciones formales y vinculantes para los Estados parte. Se optó para dos instrumentos
separados: uno para los derechos civiles y políticos y otro para los derechos económicos, sociales
y culturales. La Comisión de Derechos Humanos presentó dos proyectos a la Asamblea General en
1954 y ambos fueron aprobados en 1966.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) fue aprobado por la Asamblea Ge-
neral de las Naciones Unidas a través de su Resolución 2200 A (XXI) del 16 de diciembre de 1966
y entró en vigor el 23 de marzo de 1976, luego del depósito del trigésimo quinto instrumento de
ratificación. Fue aprobado por el Perú a través del Decreto Ley N.o 22128 del 28 de marzo de 1978
y entró en vigor el 28 de julio del mismo año.
Las obligaciones establecidas por el PIDCP son de carácter inmediato. Esto significa que el Estado
que ratifica este instrumento jurídico internacional se compromete a respetar y promover todos
los derechos establecidos en él desde el momento de la entrada en vigor del tratado, o sea de
inmediato. El art. 2 del Pacto establece que “cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto
se compromete a respetar y a garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio
y estén sujetos a su jurisdicción los derechos reconocidos en el presente Pacto […]”. Asimismo, se
establece que “toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto ha-
yan sido violados podrá interponer un recurso efectivo […]” (Naciones Unidas, Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, 1976), o sea, ante la violación de cualquiera de los derechos de
naturaleza civil o política incluidos en el Pacto, cualquier persona podrá acudir a los tribunales
para denunciar dicha violación.
43
nerales que considere apropiados a los Estados Partes, y desempeña ciertas funciones con vistas
a arreglar controversias entre estos en relación a la aplicación del Pacto, siempre y cuando esas
partes le hayan reconocido competencia en tal sentido. También, cuando sea necesario, podrá
establecer una comisión conciliadora ad hoc para proporcionar sus buenos oficios a los Estados
partes en controversias relativas a la aplicación del Pacto. (Heller, 1986)
a) Informes periódicos
Los Estados parte del Pacto tienen que presentar al Comité de Derechos Humanos infor-
mes sobre las disposiciones adoptadas para implementar el Pacto mismo en el territorio
bajo su jurisdicción y los avances registrados en el disfrute de los derechos garantizados en
el Pacto. Después de haber analizado estos informes, el Comité transmite a cada Estado
sus comentarios y observaciones para un mejor cumplimiento del Pacto (artículo 40). Los
Estados deben tomar en cuenta estas observaciones del Comité de Derechos Humanos y
deben responder a las mismas en el siguiente informe que se presentará al Comité.
b) Comunicaciones interestatales
Un Estado parte del PIDCP, que considera que otro Estado Parte no esté cumpliendo con
las disposiciones del Pacto, puede presentar al Comité de Derechos Humanos una co-
municación interestatal, para que este órgano analice la situación. Sin embargo, por las
implicaciones políticas que puede tener que un Estado denuncie a otro, todavía no ha
sido utilizado en el marco del PIDCP. Según el artículo 41 del PIDCP, este es un mecanismo
opcional que presupone que un Estado parte haga una declaración explícita de acepta-
ción del mismo. Este mecanismo se puede aplicar solo si ambos Estados interesados han
aceptado la competencia del Comité de Derechos Humanos de manera expresa, obvia-
mente no se puede utilizar contra Estados que no han aceptado el mecanismo.
c) Comunicaciones individuales
Este mecanismo no está incluido en el Pacto mismo, sino que fue establecido en su proto-
colo facultativo adoptado también en 1966. Según el mecanismo de las comunicaciones
individuales, un individuo ciudadano de uno de los Estados miembros del Pacto y del pro-
tocolo puede presentar al Comité de Derechos Humanos una comunicación si alega ser
víctima de una violación de uno de los derechos consagrados en el PIDCP. Esta comunica-
ción debe pasar por un examen de admisibilidad para establecer si cumple con algunos
criterios, como el haber agotado antes todos los recursos legales existentes en su país, por
ejemplo. Después de haber analizado la comunicación, el Comité de Derechos Humanos
presenta sus observaciones al Estado en cuestión, las cuales no son vinculantes, pero los
Estados deben darle alta consideración. Se prefirió poner el mecanismo de las comunica-
ciones individuales en un protocolo aparte porque este hubiera podido frenar el proceso
de ratificación y entrada en vigor del PIDCP, ya que no todos los Estados demostraron la
voluntad de aceptar este mecanismo de control.
El protocolo facultativo al PIDPC fue aprobado por el Perú mediante Decreto Ley N.o 22128 del 28
de marzo de 1978 y ratificado constitucionalmente por la XVI disposición general y transitoria del
título VII de la Constitución de 1979.
44
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) fue adoptado por
la Asamblea General a través de su Resolución 2200 A (XXI) del 16 de diciembre de 1966 y entró
en vigor el 3 de enero de 1976. Fue aprobado por el Perú a través del Decreto Ley N.o 22129 del 28
de marzo de 1978 y entró en vigor en el país el 28 de julio del mismo año.
Este Pacto consagra los derechos económicos, sociales y culturales y establece las obligaciones
de los Estados partes. El Pacto incluye un mayor número de derechos respecto a los contenidos
en la Declaración Universal de Derechos Humanos, los describe de manera muy detallada indi-
cando también los pasos que se deben de tomar para lograr su realización plena. Se establece
el compromiso de los Estados partes de adoptar medidas, tanto por separado como mediante la
cooperación internacional, para lograr la plena efectividad de estos derechos.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales reconoce los siguientes de-
rechos: derecho a trabajar y a gozar de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias, de-
recho de sindicalización y de ejercicio de las organizaciones laborales, derecho a la seguridad
social; el derecho de la familia, de las madres, de los niños y de los jóvenes a la protección y a la
ayuda más amplia posible; el derecho a un nivel de vida adecuado para todos los ciudadanos,
derecho al disfrute del nivel más elevado de salud física y mental, el derecho a la educación, de-
recho a beneficiarse y participar de la vida cultural y el progreso científico. (Heller, 1986)
Las obligaciones que emanan del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Cultu-
rales son obligaciones de carácter gradual y progresivo. En su artículo 2, establece:
Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a adoptar me-
didas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación internacio-
nales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que
disponga, para lograr progresivamente […] la plena efectividad de los derechos aquí
reconocidos” (Naciones Unidas, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Socia-
les y Culturales, 1976).
Como vemos, los Estados ya no se comprometen a “respetar y garantizar” los derechos, como
ocurría en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, sino que tan solo asumen la res-
ponsabilidad de tomar medidas para buscar una satisfacción paulatina de esos derechos so-
cioeconómicos en función de los recursos del Estado, dado que suele tratarse de derechos que
conllevan políticas con un alto coste presupuestario. Además, dada la escasez de medios de
muchos países para la satisfacción de estos derechos humanos, se atribuye un papel importante
a la cooperación internacional. (Heller, 1986).
Cabe resaltar que los derechos económicos, sociales y culturales cuentan con un mecanismo de
protección mucho más débil respecto a lo instituido para los derechos civiles y políticos. El Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales no estableció un órgano específico
como se hizo para el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que instituye el Comité de
Derechos Humanos, órgano encargado de supervisar la realización de los derechos consagrados
en el tratado mismo. Hasta el año 1985, el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas
(ECOSOC) estaba encargado de llevar a cabo dicha tarea. En 1985, se procedió a la creación
del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que se encarga del control de la im-
plementación del Pacto a través de la revisión de los informes periódicos que los Estados partes le
deben presentar acerca de las medidas adoptadas para garantizar los derechos contemplados
en este tratado. Después de haber recibido y analizado el informe periódico, el Comité puede
presentar al Estado en cuestión sus observaciones; de todas formas, cabe marcar una vez más
que este es un mecanismo de control más débil respecto a lo establecido en el Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos.
45
Para tratar de fortalecer la protección de los derechos de segunda generación, desde 1995 se
discutió la posibilidad de adoptar un protocolo facultativo al Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales que instituya un procedimiento de control adicional para la
protección de los derechos económicos, sociales y culturales. Justamente, se pensó en la inclu-
sión de un procedimiento de comunicaciones individuales, para dar la posibilidad al individuo de
acudir al Comité en caso de violación de uno de los derechos incluidos en el PIDESC. El protocolo
facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales fue aprobado
por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante resolución 63/117 del 10 de diciembre
de 2008.
A. Las comunicaciones entre Estados, que se dan cuando un Estado considera que otro no
está cumpliendo con las obligaciones que derivan del Pacto. El Estado que realice la co-
municación debe hacerla del conocimiento del Estado cuestionado y luego puede infor-
mar el Comité. Pasados tres meses, el Estado receptor de la comunicación debe enviar al
otro una explicación o informe en el que aclare una situación. Si después de seis meses el
asunto no se ha resuelto a satisfacción de las partes, pueden remitirlo al Comité que inter-
viene como mediador con la intención de llegar a una solución amigable.
B. Las comunicaciones individuales o grupales, que se dan cuando una persona o un gru-
po de personas que consideran haber sido víctimas de violaciones por parte del Estado
presentan peticiones al Comité. El requisito principal para que el Comité examine las co-
municaciones es el agotamiento de los recursos internos, salvo que su trámite se haya pro-
longado injustificadamente. Son inadmisibles las comunicaciones presentadas después de
un año que se hayan agotado los recursos internos, las referidas a hechos anteriores a la
entrada en vigor del Protocolo, las que se refieren a cuestiones ya examinadas por el Co-
mité o en otros procedimientos internacionales, las incompatibles con las disposiciones del
Pacto, las infundadas o no basadas en hechos concretos y probados, las que constituyen
un abuso de derecho, las anónimas o no presentadas por escrito.
Acosta J. I. y Duque, A. M. (2008). Declaración Universal de Derechos Humanos: ¿Norma de ius co-
gens? International Law. Revista Colombiana de Derecho Internacional, 6(12), p. 13-24. Dis-
ponible en http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/internationallaw/article/view/13917
46
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Para iniciar el presente tema, hemos de considerar que las violaciones de derechos humanos come-
tidas por agentes del Estado son hoy en día siempre más frecuentes, y como profesionales del Dere-
cho, necesitamos los instrumentos básicos para poder reconocer estos tipos de violaciones y actuar y
hacerles frente a estos. La clave es que estos tipos de violaciones no se queden impunes en los varios
ordenamientos domésticos. En esta parte de la Unidad II, nos enfocaremos en el delito de tortura, en
el delito de genocidio y en las desapariciones forzadas que, en la mayoría de los casos, son crímenes
perpetrados por agentes del Estado.
A partir de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los Estados de la comunidad in-
ternacional han buscado la manera de prohibir y erradicar la tortura, una de las prácticas más
lacerantes para la humanidad, que lamentablemente sigue siendo a menudo perpetrada. La
Convención contra la Tortura (UNCAT) fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas a través de su Resolución 39/46 del 10 de diciembre de 1984 y entró en vigor el 26 de junio
de 1987, después de que la hubieron ratificado 20 Estados. El Perú aprobó la UNCAT mediante
Resolución Legislativa N.° 24815 del 12 de mayo de 1988.
La UNCAT fue el resultado de muchos años de trabajo, iniciado poco después de la aprobación
de la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra la Tortura y Otros Tratos o Pe-
nas Crueles, Inhumanos o Degradantes el 9 de diciembre de 1975 por la Asamblea General de
las Naciones Unidas. Dos años después, el 8 de diciembre de 1977, la Asamblea General pidió a
la Comisión de Derechos Humanos que preparara un proyecto de convención contra la tortura
y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, vinculantes para los Estados que la hu-
bieran ratificado. La Comisión de Derechos Humanos empezó a trabajar en ese tema en 1978.
(Danelius, 2009)
La UNCAT está constituida por 33 artículos que podemos dividir en tres partes principales. La pri-
mera parte se enfoca en la definición de tortura, jurisdicción y extradición del delito de tortura; la
investigación de las acusaciones de tortura, la formación profesional del personal encargado de
la aplicación de la ley, la reparación del daño a la víctima y su derecho a una indemnización justa
y adecuada. En la segunda parte, se establece la creación del Comité contra la Tortura como ór-
gano de control de la aplicación de este tratado, al cual todos los Estados parte deben presentar
informes periódicos sobre las medidas adoptadas en relación a las obligaciones creadas por el
tratado. En la última parte encontramos normas más técnicas que detallan los mecanismos para
firmas, ratificaciones y adhesiones a la UNCAT.
Todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos
graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero infor-
mación o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche
que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier
razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimien-
tos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones
públicas, a instigación suya, o con su consentimiento. No se considerarán torturas los
dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o
que sean inherentes o incidentales a éstas. (Naciones Unidas, Convención contra la
Tortura).
47
Esta es una definición más elaborada y compleja de tortura, respecto a la incluida en la Declara-
ción de 1975.
Según la definición que acabamos de citar, las finalidades del delito de tortura son:
2. Castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que haya cometido.
3. Intimidar o coaccionar a esta persona o a otras. Los agentes son los funcionarios públicos
u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya o con su consenti-
miento o aquiescencia.
Este tratado internacional tiene el objetivo principal de prohibir y castigar cualquier acto de tortu-
ra cometido por funcionarios públicos o por quien actúa con carácter oficial. El tratado establece
que no existe ninguna circunstancia excluyente de responsabilidad que pueda justificar la tortura
y que se aplica el principio de derecho internacional de la “responsabilidad del mando”, según
el cual, ninguna orden proveniente de funcionarios superiores o autoridades oficiales puede ser
invocada para justificar un acto de tortura.
a. Adoptar medidas legislativas, administrativas, judiciales o de otra índole, eficaces para im-
pedir los actos de tortura en todo territorio que esté bajo su jurisdicción (artículo 1).
b. No expulsar, devolver o extraditar a una persona a otro Estado cuando haya razones fun-
dadas para creer que estará en peligro de ser sometida a tortura (artículo 3).
c. Tipificar los actos de tortura como delitos en su legislación penal y castigar esos delitos con
penas adecuadas (artículo 4).
d. Proceder a la detención de toda persona respecto de la cual se suponga que haya co-
metido actos de tortura y efectuar una investigación preliminar de los hechos (artículo 6).
e. Extraditar a toda persona respecto de la cual se suponga que haya cometido actos de tor-
tura, o bien someter el caso a sus autoridades competentes a efecto de su enjuiciamiento
(artículo 7).
f. Velar por que, siempre que haya motivo razonable para creer que se ha cometido un acto
de tortura, las autoridades competentes procedan una investigación (artículo 12).
g. Velar por que toda persona que alegue haber sido sometida a tortura tenga derecho a
que su caso sea imparcialmente examinado por las autoridades competentes (artículo
13).
h. Velar por que su legislación garantice a las víctimas, o a las personas a su cargo, el dere-
cho a su rehabilitación y a una indemnización justa y adecuada (artículo 14).
48
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Es importante señalar que la Convención contra la Tortura establece obligaciones para los Estados
parte y no para los individuos.
Todo Estado Parte tomará asimismo las medidas necesarias para establecer su jurisdic-
ción sobre estos delitos en los casos en que el presunto delincuente se halle en cual-
quier territorio bajo su jurisdicción y dicho Estado no conceda la extradición, con arre-
glo al artículo 8, a ninguno de los Estados previstos en el párrafo 1 del presente artículo.
Según este principio, cada Estado debe asumir jurisdicción no solo en razón del territorio y la nacio-
nalidad del infractor, sino también con respecto a actos de tortura cometidos fuera de su territorio
por individuos que no sean ciudadanos de ese país.
La UNCAT establece un órgano de control en su artículo 17: el Comité contra la Tortura. El Comi-
té contra la Tortura está encargado de velar por la aplicación y la observancia del tratado por
parte de los Estados miembros. Este órgano de control está compuesto por 10 expertos de gran
integridad moral y reconocida competencia en materia de derechos humanos, elegidos por un
mandato de 4 años; tiene su propio reglamento y los Estados parte se comprometen a cubrir los
gastos de su funcionamiento. El Comité celebra dos periodos de sesiones al año. (García de Alba,
2012, p. 29)
1. Recibir y estudiar los informes periódicos de los Estados partes sobre las medidas adopta-
das para dar efectividad a los compromisos contraídos en virtud de la UNCAT, y formular
observaciones con respecto a estos informes.
4. Recibir y analizar las comunicaciones individuales, o sea las enviadas por personas que
aleguen ser víctimas de una violación de las disposiciones de la UNCAT por parte de uno
de los Estados parte del tratado mismo.
49
La UNCAT también prevé la posibilidad para el Comité de emprender investigaciones por iniciati-
va propia si recibe información fiable que contenga indicios fundamentados de tortura o maltra-
to. Es fundamental el elemento de la sistematicidad para que el Comité empiece la investigación.
Esta competencia que se atribuye al Comité es facultativa porque en el momento de ratificar este
instrumento jurídico, el Estado puede hacer una declaración para explicar que no se adhiere a
esta norma específica. Si un Estado no acepta esta norma, el Comité no podrá iniciar una investi-
gación en su territorio.
El objetivo del Protocolo es “prevenir la tortura” a través del mecanismo de visitas, que tienen que
ser regulares y que se pueden realizar sin previo aviso. Tiene, por lo tanto, un enfoque preventivo,
o sea de actuación antes de la producción de los hechos, y no reactivo, o sea una vez ocurridas
las violaciones. El Protocolo adopta una definición amplia de lugar donde se encuentren personas
privadas de su libertad. Esta definición no se limita a establecimientos penitenciarios, sino que se
extiende a hospitales psiquiátricos, establecimientos policiales, centros de detención para inmi-
grantes, centros de menores, zonas de espera o tránsito entre otros. La protección de las personas
privadas de su libertad se logra mediante un proceso de diálogo y colaboración entre las auto-
ridades competentes y los expertos que realizan las visitas. Después de las visitas, los mecanismos
nacionales emiten una serie de recomendaciones precisas, basadas en la observación de la rea-
lidad, para lograr mejoras en el trato y en las condiciones de las personas privadas de su libertad.
Los Estados parte del Protocolo Facultativo de la UNCAT deben proporcionar a los órganos esta-
blecidos por este instrumento jurídico algunas garantías para que puedan ejercer plenamente sus
funciones. Estas se establecen en el art. 14 del Protocolo:
50
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
a. El acceso sin restricciones a toda la información acerca del número de personas privadas
de su libertad, así como el número y tipo de lugares de detención y sus ubicaciones.
b. El acceso sin restricciones a toda la información relativa al trato de las personas privadas
de su libertad y a sus condiciones de detención.
c. El acceso sin restricciones a todos los lugares de detención y a sus instalaciones y servicios.
d. La posibilidad de entrevistarse con las personas privadas de su libertad sin testigos y con
cualquier otra persona de su elección.
e. La libertad de seleccionar los lugares de detención que deseen visitar y las personas que
deseen entrevistar.
f. La posibilidad de efectuar visitas a todos los lugares de detención sin previo aviso. (GTCT -
Grupo de Trabajo sobre la Convención contra la Tortura, 2013, p. 5)
Como se mencionó antes, el Estado peruano es parte de la Convención contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y del Protocolo Facultativo a la UNCAT, de la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, así como del Estatuto de Roma
de la Corte Penal Internacional. Es importante mencionar que un Estado debe ser parte de la UN-
CAT para poder ser parte del Protocolo Facultativo a la UNCAT, y que un Estado parte de la UNCAT
no necesariamente debe ratificar también el Protocolo Facultativo. Los instrumentos jurídicos que
se acaba de mencionar constituyen el marco normativo de referencia sobre el tema de la tortura
y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Puesto que el Estado peruano es parte
de estos instrumentos, tiene la obligación internacional de implementar medidas concretas de
tipo administrativo, político y jurídico para cumplir con las obligaciones establecidas por dichos
instrumentos jurídicos.
En el artículo 28.2 del Protocolo Facultativo se señala el momento de su entrada en vigor para los
Estados partes. Este artículo establece lo siguiente: “Para cada Estado que ratifique el Presente
Protocolo [...] entrará en vigor el trigésimo día a partir de la fecha en que ese Estado haya depo-
sitado su instrumento de ratificación o de adhesión”. De conformidad a lo anterior, tenemos que
el Protocolo Facultativo está vigente en el Perú desde el 14 de octubre de 2006. (GTCT, 2013, p. 1)
El Protocolo Facultativo, en su artículo 3, establece que cada Estado parte: “[…] establecerá,
designará o mantendrá, a nivel nacional, uno o varios órganos de visitas para la prevención de la
tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes [en adelante mecanismo nacio-
nal de prevención] […]”. A su vez, el artículo 17 del Protocolo Facultativo se refiere al plazo para la
creación de tal mecanismo, señala que “cada Estado parte […] mantendrá, designará o creará,
a más tardar un año después de la entrada en vigor del presente Protocolo o de su ratificación o
adhesión, uno o varios mecanismos nacionales independientes para la prevención de la tortura a
51
nivel nacional”. Por ende, el Estado peruano contaba con un plazo máximo de un año para esta-
blecer el mecanismo nacional de prevención, o sea hasta el 14 de octubre de 2007. En la realidad,
el Estado peruano logró promulgar la ley solo en 2015; esto significa que tuvo más de ocho años
de retraso de acuerdo a lo establecido en la UNCAT. (GTCT, 2013, pp. 1-2)
En diciembre de 2015, el Congreso Peruano promulgó la Ley N.o 30394 por la que se designa a la
Defensoría del Pueblo como Mecanismo Nacional de Prevención. La nueva ley, que amplía los
poderes de la Defensoría del Pueblo, otorga al mecanismo el mandato de llevar a cabo visitas
no anunciadas a los lugares de privación de libertad en el Perú. El cometido es examinar el trato
que se brinda a las personas privadas de su libertad y utilizar los resultados de las visitas para for-
mular recomendaciones dirigidas a las autoridades pertinentes. De conformidad con el Protocolo
Facultativo, las autoridades tienen la obligación de conceder a la institución un acceso sin restric-
ciones a todos los lugares de privación de libertad y deben permitir las entrevistas en privado con
las y los reclusos. Sin embargo, la nueva ley no prevé conceder recursos adicionales para que la
Defensoría del Pueblo pueda cumplir su mandato como MNP, requisito previsto por el Protocolo
Facultativo. (APT – Asociación para la Prevención de la Tortura, 2016)
Procedemos ahora a analizar el texto de la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito
de Genocidio. El Preámbulo del tratado hace referencia a la ya mencionada Resolución 96 de la
Asamblea General de las Naciones Unidas y reafirma que “el genocidio es un delito de derecho
internacional contrario al espíritu y a los fines de las Naciones Unidas y que el mundo civilizado con-
dena”. Además, declara que en todos los periodos de la historia el genocidio ha infligido grandes
pérdidas a la humanidad y que “para liberar a la humanidad de un flagelo tan odioso se necesita
la cooperación internacional”.
52
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Esta definición no cambió en el tiempo, a pesar de las exhortaciones a ampliarla, y ha sido utiliza-
da también en otros instrumentos jurídicos sucesivos como el Estatuto del Tribunal Penal Internacio-
nal para la ex Yugoslavia, el Estatuto del Tribunal Penal Internacional para Ruanda y el Estatuto de
Roma que instituye la Corte Penal Internacional. (Schabas, 2008, pp. 2-3)
De acuerdo con esta definición, los actos de genocidio, conspiración de cometer genocidio, in-
citación directa y pública a cometer genocidio, tentativa de cometer genocidio y complicidad
en el genocidio son punibles. Los individuos o grupos que cometan estos actos serán castigados,
independientemente de su situación, es decir, tanto si se trata de gobernantes, funcionarios o
particulares. El acto de genocidio contiene dos elementos: el requisito de la intención, expresado
en la cláusula inicial del artículo antes citado, y el acto prohibido, que puede ser cualquiera de
los delitos referidos. El primer elemento, es decir, la intención específica de destruir total o parcial-
mente a un determinado grupo, es la característica distintiva de este crimen y su elemento más
crítico (mens rea). En otras palabras, no basta la intención general de cometer alguno de los actos
enumerados para que exista el crimen de genocidio, sino que es necesaria la intención de destruir
total o parcialmente el grupo, se consiga o no finalmente. En este sentido, por ejemplo, la imposi-
ción de esterilizaciones forzadas en países como China e India en los años 60 y 70 no constituyeron
actos de genocidio, pues el objetivo era reducir el número de integrantes del grupo, no destruirlo
como tal. Por el contrario, sí lo fue el genocidio nazi contra los judíos y gitanos, por cuanto se quiso
destruir a estos grupos parcial o totalmente. Además, la intención debe ser destruir un grupo como
tal, como entidad específica, y no simplemente una o más personas integrantes del mismo (actus
reus). Por lo tanto, la muerte de un individuo particular debe enmarcarse dentro del deseo de
destrucción total o parcial del grupo al cual el individuo pertenece.
53
Conforme a la Convención, solamente son competentes para juzgar a las personas acusadas de
genocidio, los tribunales del Estado en cuyo territorio se cometió el acto. No obstante, ha surgido
paralelamente un derecho consuetudinario por el que los tribunales de cualquier Estado podrían
juzgar casos de genocidio, aunque fueran cometidos por no nacionales y fuera de su territorio.
También la Corte Penal Internacional puede conocer de este delito, siempre y cuando el Estado
en cuestión haya reconocido su jurisdicción. Los Estados partes se comprometen a castigar a los
autores de actos de genocidio que se encuentren en su territorio, fuese cual fuese su nacionali-
dad y el lugar donde el crimen ha sido cometido, en virtud del principio de la universalidad de la
jurisdicción. Los Estados partes tienen la obligación de prevenir y sancionar los actos de genocidio,
así hayan sido cometidos en tiempo de paz o en tiempo de guerra, y “de adoptar las medidas
legislativas necesarias para asegurar la aplicación de las disposiciones de la Convención, y es-
pecialmente a establecer sanciones penales eficaces para castigar a las personas culpables de
genocidio o de cualquier otro de los actos enumerados en el artículo 3” (Naciones Unidas, Con-
vención sobre la Prevención y la Sanción del Crimen de Genocidio, artículo 5).
El artículo 8 declara que los Estados partes pueden recurrir a los órganos competentes de las
Naciones Unidas a fin de que estos tomen medidas conforme a la Carta. Esta disposición ha sido
invocada solo una vez por los Estados Unidos de América en 2004. El artículo 9 otorga a la Corte
Internacional de Justicia competencia respecto de las controversias relativas a la interpretación,
aplicación o ejecución de la Convención, siempre y cuando su jurisdicción haya sido reconocida
por el Estado parte.
54
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
La desaparición forzada constituye una violación de derechos humanos especialmente cruel que
afecta tanto a la persona desaparecida como a sus familiares y amigos; es, por lo tanto, un crimen
doblemente paralizante. Consiste, por un lado, en el secuestro de una persona y su traslado a un
centro de detención, donde es sometida a varios actos de tortura, y, por otro lado, en la falta to-
tal de información a los familiares sobre su destino y suerte. Esta práctica es violatoria de múltiples
derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948,
entre ellos, el derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica, el derecho a la seguridad y a
la dignidad personal, el derecho a la identidad, el derecho a no sufrir tortura o trato o pena cruel,
inhumano o degradante, el derecho a unas condiciones humanas de reclusión, el derecho a una
personalidad jurídica, el derecho a un juicio justo, el derecho a la vida familiar y el derecho a la
vida, cuando la persona desaparecida sea asesinada, y el derecho a conocer la verdad sobre las
circunstancias de la desaparición. Si la persona no es asesinada y finalmente es puesta en libertad,
puede seguir sufriendo el resto de su vida las secuelas físicas y psicológicas de esta práctica des-
humana. Además, una desaparición forzada puede tener efectos especialmente nocivos para
los derechos económicos, sociales y culturales de los familiares de la persona desaparecida; por
ejemplo, la falta del sostén económico, que brindaba a su familia el desaparecido, puede dejar
a esta en una situación socioeconómica desesperante. (ACNUDH, 2009)
El 18 de diciembre de 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba a través de Re-
solución 47/133 la Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desaparicio-
nes Forzadas. En el preámbulo de la Declaración se afirma que los actos de desaparición forzada
constituyen una violación de las prohibiciones que figuran en otros instrumentos internacionales de
protección de los derechos humanos, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. De
acuerdo a la Declaración, esta práctica se da cuando:
Se arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que éstas resulten
privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cual-
quier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre
del gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y
que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer
que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley. (Nacio-
nes Unidas, Declaración sobre la Protección de Todas las Personas contra las Desapa-
riciones Forzadas).
La Declaración, por cuanto fue adoptado posteriormente un tratado internacional, sigue siendo
un documento fundamental en la lucha contra las desapariciones forzadas, y en ella se estable-
ce un conjunto mínimo de normas que todos los Estados miembros de las Naciones Unidas están
llamados a aplicar sin que sea necesario el requisito de la ratificación. En 2003, la Comisión de
Derechos Humanos decidió empezar la redacción de un tratado internacional en materia de
desapariciones forzadas y en este proceso participaron más de 70 Estados, ONG y organizaciones
de familiares de desaparecidos.
55
a. Disposiciones sustantivas y obligaciones de los Estados partes de prevenir y sancionar este
delito.
Son tres los elementos relevantes de esta definición: 1) la privación de la libertad de una persona
por agentes del gobierno o particulares apoyados por este; 2) la negativa a revelar la suerte o el
paradero de la persona retenida o a reconocer la privación de la libertad, con lo que se confi-
guraría el ocultamiento; 3) la sustracción de la víctima del amparo legal. (Córdova, 2002, p. 154)
Calificar este delito como crimen de lesa humanidad otorga al mismo una serie de características
(Brijaldo y Londoño, 2004, pp. 24-26):
c) No es posible otorgar el asilo político. Los responsables de esos crímenes no pueden bene-
ficiarse por el asilo político en otros países dada la gravedad de la conducta.
d) No puede considerarse como un delito político, o sea como un simple atentado a un régi-
men político imperante en determinado momento y sitio geográfico, sino como un delito
que por su gravedad afecta a toda la humanidad.
56
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Una innovación de la Convención es su artículo 24, que define la víctima de desaparición forza-
da. Para la Convención, víctima no es solo la persona desaparecida, sino también toda persona
física que haya sufrido un perjuicio directo como consecuencia de una desaparición forzada, por
ejemplo, los familiares del desaparecido. En este artículo se establece también el derecho a cono-
cer la verdad “sobre las circunstancias de la desaparición forzada, la evolución y resultados de la
investigación y la suerte de la persona desaparecida” ... Además, se establece en este artículo el
derecho a obtener una reparación que comprenda todos los daños materiales y morales e inclu-
ya la restitución, la rehabilitación, la satisfacción y garantías de no repetición. Asimismo, se exige
a los Estados partes que adopten las medidas necesarias en relación con la situación jurídica de
las personas desaparecidas, especialmente en materia de protección social, cuestiones econó-
micas, el derecho de familia y los derechos de propiedad.
I. Examinar los informes periódicos presentados por los Estados partes acerca de las medidas
adoptadas para dar efecto a sus obligaciones frente a la Convención.
II. Enviar comunicaciones urgentes al Estado solicitándole que adopte todas las medidas
necesarias, incluidas medidas cautelares, para localizar y proteger a una persona desa-
parecida. Se trata de la primera vez que se confiere un mandato de esa naturaleza a un
órgano de supervisión de un tratado.
III. Recibir y examinar las comunicaciones presentadas por personas que aleguen ser víctimas
de violaciones de las disposiciones de la Convención por un Estado parte.
IV. Recibir y examinar las comunicaciones en las que un Estado parte alegue que otro Estado
parte no cumple con las obligaciones que le impone la Convención.
V. Visitar un Estado parte, tras consultar con el Estado interesado, si llega a su conocimiento
información que indique que ese Estado está cometiendo graves violaciones de las dispo-
siciones de la Convención.
57
La protección de los derechos humanos de los grupos vulnerables
Tema n.° 3
Para el desarrollo del presente tema, nos enfocaremos en el estudio de la protección de los derechos
humanos de los grupos vulnerables, con particular atención a la situación de las mujeres y de los niños.
Empezaremos analizando una definición de grupo vulnerable y las características propias de ese tipo
de grupo, sobre todo respecto a la protección de los derechos humanos. Entre los grupos vulnerables,
a parte de las mujeres y los niños, podemos también incluir a las personas mayores, las personas con
discapacidad, los refugiados, entre otros.
Un grupo vulnerable se define como aquel grupo de personas que, por sus características econó-
micas, étnicas, estado de salud, edad, género o discapacidad, se encuentran en una situación
de mayor vulnerabilidad de sus derechos fundamentales. Estas personas se encuentran en un
riesgo mayor de que sus derechos sean violados de manera frecuente en la vida cotidiana. Por
esta condición peculiar, los grupos vulnerables han adquirido un lugar importante en las agendas
políticas nacionales y en la agenda política internacional y, por lo tanto, en el curso de los años
se han adoptado diferentes instrumentos jurídicos que protegen de manera explícita los derechos
humanos de estos grupos.
Entre los grupos vulnerables podemos identificar a las mujeres y a los niños, en los cuales nos enfo-
caremos en esta parte del manual autoformativo; pero también podemos mencionar a los adultos
mayores, a las personas con discapacidad, a los miembros de los pueblos indígenas y originarios,
a los miembros de la comunidad LGTBI, entre otros.
Entre las características específicas de estos grupos vulnerables podemos encontrar las siguientes:
- Generalmente no gozan de igualdad de oportunidades respecto a las que gozan los de-
más individuos;
- Existencia de barreras para que puedan acceder de manera normal a los servicios públi-
cos (educación, salud, etc.);
Por su condición especial y por el gran riesgo de exposición a violaciones de derechos humanos
en el que viven estos grupos vulnerables, necesitan de instrumentos jurídicos vinculantes específi-
cos que insten y obliguen a los Estados de la comunidad internacional a garantizar sus derechos.
Solo de esta manera podemos lograr que estos grupos de personas puedan vivir en una situación
de equidad respecto a todos los demás seres humanos en la sociedad.
La Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CE-
DAW) es un instrumento jurídico internacional ratificado por 187 Estados, uno de los más ratificados
de la historia. Es el resultado del trabajo de más de 30 años de la Comisión de la Condición Jurídica
58
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
y Social de la Mujer, que fue creada en 1946 por el Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas (ECOSOC) para seguir de cerca la situación de la mujer y promover los derechos de las
mujeres a nivel global. La CEDAW fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas
a través de Resolución 34/180 del 18 de diciembre de 1979. Fue aprobada con 130 votos a favor,
ninguno en contra y 11 abstenciones. Algunos Estados la ratificaron con reservas. El tratado entró
en vigor el 3 de setiembre de 1981. El Estado peruano la aprobó a través de la Resolución Legisla-
tiva N.o 23432 del 5 de junio de 1982 y entró en vigor sin reserva legal alguna. El antecedente de la
CEDAW es la Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, proclamada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 2263 (XXII) del 7 de noviembre
de 1967, la cual, dado su carácter declarativo, no tenía fuerza vinculante para los Estados partes.
La CEDAW está compuesta por un preámbulo y 30 artículos, en los cuales se define lo que constitu-
ye la discriminación contra las mujeres y se establece una agenda para que las administraciones
nacionales terminen con dicha discriminación. Los Estados partes se comprometen a consagrar
en sus constituciones nacionales y en cualquier otra legislación aprobada a nivel doméstico, el
principio de igualdad del hombre y de la mujer y asegurar por ley u otros medios apropiados, la
realización práctica de este principio. La CEDAW empieza con la definición de discriminación
contra las mujeres en su artículo 1:
Toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por
resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, inde-
pendientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y de la
mujer, de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en las esferas políti-
ca, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.
a) La discriminación es entendida como resultado, no solo como propósito, de tal forma que
una acción, ley o política sin intención de discriminar puede ser discriminatoria si ese fuese
su efecto. Por ende, una política que no nace con el objetivo de discriminar, una vez im-
plementada, puede generar una discriminación de género.
b) Esta definición se incorpora de manera literal a la legislación interna de los países que la
han ratificado.
La CEDAW incluye principios claves para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres y una serie
de medidas que los Estados deben tener en cuenta al elaborar sus agendas nacionales y sus nor-
mas internas. Entre los principios claves podemos mencionar los siguientes:
59
b) El principio de no discriminación
La discriminación debe ser entendida en su sentido más amplio. Este principio se establece
claramente en el art. 1 que hemos analizado.
Una vez que los Estados hayan aceptado la Convención, se comprometen a adoptar una serie
de medidas tendentes a eliminar toda forma de discriminación contra la mujer frente a toda la
comunidad internacional; tienen un compromiso a nivel internacional. Este compromiso incluye:
- Garantizar la eliminación de todos los actos de discriminación contra las mujeres por parte
de terceros, o sea personas, organizaciones o empresas.
En resumen, el Estado parte de la CEDAW debe legislar, crear organismos y emprender acciones
destinadas a prevenir estas violaciones, auxiliar a las víctimas, castigar a los culpables y resarcir el
daño. Asimismo, deberá asegurarse de que no existan leyes y políticas discriminatorias hacia las
mujeres y que se adopten las leyes necesarias para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres
en todas las áreas de la vida. Los Estados son los responsables por las violaciones a la CEDAW co-
metidas en su territorio, por esta razón, es indispensable que las legislaciones y políticas públicas de
los diferentes niveles de gobierno sean congruentes con lo estipulado en la CEDAW. (ONU Mujeres,
SRE - Secretaría de Relaciones Exteriores de México y PNUD, 2003)
Entre las novedades introducidas por la CEDAW podemos mencionar las siguientes:
- Prohíbe todas las formas de trata de las mujeres y la explotación de la prostitución de las
mismas, tanto adultas como niñas y adolescentes. (Naciones Unidas, CEDAW, artículo 6)
- Se hace referencia también a la condición especial vivida por las mujeres en las zonas ru-
rales y obliga a adoptar medidas para asegurar que se respeten sus derechos.
- Es el único tratado de derechos humanos que afirma los derechos de reproducción de las
mujeres y señala la cultura y tradición como las fuerzas influyentes que moldean los roles de
género y las relaciones familiares.
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
- Derecho a la no discriminación.
- Derecho a la salud.
El Comité tiene la facultad de vigilar y evaluar la correcta aplicación de la CEDAW y debe co-
laborar con los Estados partes para alcanzar el objetivo último de este tratado internacional, o
sea la eliminación de la discriminación contra las mujeres. Para que el Comité pueda ejercer su
función, los Estados partes envían informes cada 4 años o cuando el Comité lo solicite, donde se
detallan las medidas legislativas, judiciales, administrativas o de otra índole que han adoptado en
cumplimiento de la CEDAW, así como los progresos realizados. El mecanismo del informe perió-
dico permite al Comité CEDAW evaluar la situación de los derechos humanos garantizados en la
Convención en cada Estado parte. El plazo de entrega del primer informe es de un año después
de la entrada en vigor de la Convención en el país. El Comité se reúne dos veces al año para revi-
sar los informes. Después de haber evaluado un informe, el Comité elabora unas observaciones y
recomendaciones finales que remite al país subrayando aspectos positivos del informe del Estado
y señalando las principales áreas que suscitan su preocupación. El Estado está obligado a tomar
en cuenta estas observaciones y recomendaciones y responder en el siguiente informe (proce-
dimiento de informes). La intención de fondo del procedimiento de informes es mantener a los
Estados partes atentos a que tienen que rendir cuentas de sus obligaciones internacionales en ma-
teria de no discriminación contra la mujer, dar publicidad a las violaciones de derechos humanos
y presionar a los gobiernos y a otros responsables de violaciones para que cambien sus prácticas.
(IIDH – Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 2004, pp. 100-101). Además, en virtud del
art. 29 de la CEDAW, dos o más Estados partes pueden someter sus litigios sobre la interpretación y
aplicación de la CEDAW a arbitraje, y si el litigio no se resuelve, puede ser sometido al Tribunal In-
ternacional de Justicia. Este procedimiento no se ha llegado a utilizar jamás y está sujeto a un gran
número de reservas por parte de los Estados partes (procedimiento de comunicación interestatal).
61
La aprobación de la CEDAW constituyó, sin duda, un paso importante hacia la reivindicación de
los derechos humanos de las mujeres. Sin embargo, era necesario brindar a las mujeres un instru-
mento adicional para que estas pudieran disfrutar plenamente de los derechos garantizados en el
tratado, en condiciones de igualdad con los hombres. Aun cuando durante el proceso de elabo-
ración de la Convención se propuso incluir una disposición que consagrara el derecho de comuni-
cación, es decir, la posibilidad de que el Comité recibiera y examinara denuncias por violaciones
a las disposiciones de la Convención, esa propuesta no fue aprobada. No obstante, como es por
todos conocido, al inicio de la década de los 90, esta cuestión fue abordada por varias organiza-
ciones no gubernamentales, que señalaron la “falta de atención suficiente a las violaciones que
se cometen contra el principio de no discriminación por motivos de sexo”. Por ello, el 12 de marzo
de 1999, la Comisión sobre la Condición de la Mujer aportó un anexo a la Convención de la Mujer
para ponerla en condición de igualdad con otros tratados de derechos humanos y para mejorar
su implementación. La Asamblea General adoptó el 6 de octubre de 1999 el Protocolo Facultativo
de la CEDAW, a través de su Resolución A/54/4, que entró en vigor el 22 de diciembre de 2000. El
Protocolo introduce el mecanismo de las comunicaciones individuales, brindando a las personas
o grupos de personas la facultad de denunciar violaciones o solicitar investigaciones por la viola-
ción grave o sistemática de derechos en la que haya incurrido un Estado parte. De esta manera,
este instrumento jurídico vinculante para los Estados partes fortalece los mecanismos de vigilancia
y supervisión previstos en la CEDAW. El Protocolo ha sido ratificado por el Estado peruano el 9 de
abril de 2001. (González, 2002)
Al recibir una denuncia, el Comité tendrá que evaluarla y determinar si esta es admisible. La de-
nuncia es admisible si es presentada por escrito, no sea anónima y solo pueden ser presentadas
por personas que se encuentren bajo la jurisdicción de un Estado parte del Protocolo. Además,
se considera admisible si se han agotado todos los recursos de la jurisdicción interna, salvo en los
casos en los que la tramitación de estos recursos se prolongue de manera injustificada o cuando
es improbable que se brinde un remedio efectivo al caso. Si la comunicación resulta admisible, el
Comité debe poner en conocimiento del Estado parte de forma confidencial la comunicación
recibida. En un plazo de seis meses, el Estado parte deberá presentar una explicación escrita
aclarando la cuestión e indicando las medidas correctivas que hubiere adoptado. Una vez que se
haya recibido toda la información pertinente, el Comité la analizará a la luz de la comunicación
recibida en sesiones privadas. Tras examinar una comunicación, el Comité de la CEDAW hará lle-
gar sus opiniones a las partes interesadas. Si considera que el Estado parte estuvo involucrado en
las violaciones que se alegan en la comunicación, hará recomendaciones al mismo con respecto
a sus obligaciones para remediarlas. El Estado parte tendrá que responder a estas observaciones
en un plazo de seis meses. (ONU Mujeres, 2006, pp. 32-33)
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
al territorio del Estado parte. Terminado el proceso de investigación, los miembros del Comité le
presentarán un informe. Después de examinar este informe, el Comité presentará sus observa-
ciones al Estado interesado. Luego de presentadas las observaciones, el Estado parte tiene que
responder en un plazo de seis meses a estas observaciones explicando cuáles son las medidas que
ha adoptado. Este procedimiento, que es de carácter confidencial, permite al Comité responder
más oportunamente a violaciones de los derechos de la mujer que se produzcan en el territorio de
un Estado parte. (ONU Mujeres, 2006, p. 32)
3. La protección de los derechos de los niños: La Convención sobre los Derechos del
Niño y sus protocolos adicionales
Hasta el final de la Edad Media, no parece haber ninguna conciencia social de la infancia como
una categoría diferente ni como un fenómeno social distinto. En el siglo XVI, se empezó a mostrar
interés por la infancia en general y los niños de clase alta empezaron a ser escolarizados. La prime-
ra legislación propiamente dicha sobre los niños apareció en Occidente entre el final del siglo XIX
y principios del siglo XX. Se introdujeron legislaciones sobre la escolaridad obligatoria, debido a la
conciencia creciente de la importancia del desarrollo de los niños, así como legislaciones sobre la
prohibición del trabajo infantil. El siglo XX fue sin duda el siglo del niño, al que se le asigna un nuevo
estatus en la sociedad, perteneciente a un grupo específico.
Los derechos de los niños están plenamente estipulados en la Convención sobre los Derechos del
Niño, elaborada en un periodo de tiempo de aproximadamente 10 años, gracias a los aportes de
representantes de diversas sociedades, culturas y religiones. En ese momento se entendió que una
Convención sobre los derechos del niño era necesaria porque aun cuando muchos países tenían
leyes que protegían a la infancia, algunos no las respetaban, y esto ocasionaba problemas como
el abandono, acceso desigual a la educación y pobreza. Los dirigentes mundiales decidieron así
que los niños y niñas debían tener una Convención específica para ellos, porque los menores ne-
cesitan de cuidado y protección que los adultos no necesitan. El mundo tenía que reconocer que
también los niños y las niñas tenían derechos humanos. (Unicef, 2006)
La Convención fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución
44/25 del 20 de noviembre de 1989 y entró en vigor el 2 de setiembre de 1990. A la fecha, es
aceptada por casi todos los Estados de la comunidad internacional, con excepción de Estados
Unidos y Somalia. El Perú la ratificó el 4 de setiembre de 1990. La podemos considerar el tratado
internacional en materia de protección de derechos humanos que ha tenido el mayor número de
ratificaciones por parte de los Estados de la comunidad internacional hasta el momento.
La Convención sobre los Derechos del Niño define a este en su artículo 1 como “todo ser humano
menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya al-
canzado antes la mayoría de edad”.
Entre los derechos establecidos por la Convención podemos mencionar: el derecho a la super-
vivencia y al desarrollo pleno, a la protección contra los malos tratos y la explotación, a la plena
participación en la vida familiar, cultural y social. El derecho a la supervivencia y al desarrollo ple-
63
no incluye el derecho a recibir una alimentación adecuada, a la vivienda, a la educación, a la
atención primaria de la salud, al tiempo libre y recreación, y estos derechos exigen no solamente
que existan los medios para lograr que se cumplan, sino también el acceso a ellos. Además, hay
una serie de artículos específicos que se refieren a las necesidades de los niños y niñas refugiados,
los niños y niñas con discapacidades y los niños y niñas de los grupos minoritarios o indígenas. El
derecho a la protección contra los malos tratos incluye la protección contra todo tipo de malos
tratos, abandono, explotación y crueldad, e incluso el derecho a una protección especial en
tiempos de guerra y protección contra los abusos del sistema de justicia criminal. El derecho a la
participación incluye el derecho a emitir sus propias opiniones y a que se les escuche, el derecho
a la información y a la libertad de asociación.
Este instrumento, como se establece en el preámbulo, se inspira en los principios básicos incluidos
en la Carta de las Naciones Unidas de 1948 y se propone crear un régimen de protección especial
para los niños y adolescentes, haciendo mención a varios instrumentos adoptados anteriormente
en materia de derechos humanos de los niños y las niñas, como la Declaración de Ginebra sobre
los Derechos del Niño de 1924, la Declaración de los Derechos del niño adoptada por la Asamblea
General de la ONU el 20 de noviembre de 1959 y otros instrumentos internacionales que inspiran
el principio de interés superior del niño, como los dos pactos internacionales de 1966 que hemos
analizado anteriormente. Además, el preámbulo reafirma la necesidad de proporcionar a los ni-
ños cuidado y asistencias especiales en razón de su vulnerabilidad; subraya la responsabilidad
primordial de la familia por lo que respecta a la protección y la asistencia; la necesidad de una
protección jurídica del niño antes y después del nacimiento; la importancia del respeto de los
valores culturales de la comunidad del niño y el papel crucial de la cooperación para que los
derechos del niño se hagan realidad. (Unicef, 2006, p. 8)
Pasamos ahora a hacer un breve análisis de este instrumento jurídico y de sus artículos principales.
Merece especial mención el artículo 2.2 del tratado, en el que se establece la doctrina de aten-
ción integral y el principio de no discriminación:
Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño
se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por causa de la con-
dición, las actividades, las opiniones expresadas o las creencias de sus padres, o sus
tutores o de sus familiares. (Naciones Unidas, Convención sobre los Derechos del Niño).
Además, merece especial referencia el artículo 3.1, que establece el principio del interés superior
del niño y el adolescente: “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las institu-
ciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los
órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño.” (Naciones Unidas, Convención sobre los Derechos del Niño). Es decir, que cuando las auto-
ridades o los adultos adopten decisiones que tengan que ver con los niños deberán hacer aquello
que sea mejor para su desarrollo y bienestar. Corresponde al Estado asegurar una adecuada
protección y cuidado cuando los padres y madres, u otras personas responsables, no tienen ca-
pacidad para hacerlo. Este principio tiene su origen en el derecho común, donde sirve para la
solución de conflictos de interés entre un niño y otra persona; es básicamente un principio de
naturaleza garantista. Esencialmente, el concepto significa que cuando se presentan conflictos
de este orden, como en el caso de la disolución de un matrimonio, por ejemplo, los intereses del
niño priman sobre los de otras personas o instituciones. El concepto de los intereses superiores del
64
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
niño ya estaba presente en la Declaración sobre los Derechos del Niño de 1959, el antecedente
jurídico de la Convención objeto de estudio. Este principio se puede considerar sin duda como un
principio básico de toda la Convención sobre los derechos del Niño, el cual es fundamental para
la interpretación de todo el texto de la Convención.
Los Estados parte de la Convención están obligados a estipular y llevar a cabo todas las medidas
y políticas necesarias para proteger el interés superior del niño. Entre las obligaciones más impor-
tantes es necesario mencionar:
• Respetar las responsabilidades y los derechos de los padres y madres, así como de los fami-
liares, de impartir al niño orientación apropiada a la evolución de sus capacidades.
• Velar por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de estos, excepto
cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades determinen, de conformidad con la
ley, que esta separación sea necesaria.
• Adoptar las medidas necesarias para luchar contra los traslados ilícitos y la retención ilícita
de niños en el extranjero, ya sea por su madre o su padre, ya sea por una tercera persona.
• Tomar medidas de promoción de material de interés social y cultural para el niño a través
de los medios de comunicación y proteger al niño contra toda información y material per-
judicial para su bienestar.
• Proteger a los niños de todas las formas de malos tratos perpetradas por padres, madres o
cualquier otra persona responsable de su cuidado y establecer medidas preventivas y de
tratamiento al respecto.
• Proteger de manera especial a los niños refugiados o que soliciten el estatuto de refugiado.
• Proteger al niño contra el desempeño de cualquier trabajo nocivo para su salud, educa-
ción o desarrollo.
• Tomar las medidas necesarias para prevenir la venta, el tráfico y la trata de niños. (Nacio-
nes Unidas, Convención sobre los Derechos del Niño)
La Convención sobre los Derechos del Niño establece en su artículo 43 el Comité sobre los Dere-
chos del Niño, que es el órgano de expertos independientes encargado de supervisar la aplica-
ción de la Convención por los Estados partes. El Comité está integrado por 18 miembros elegidos
por los Estados partes, los cuales ejercen sus funciones a título personal. Este órgano de control
supervisa también la aplicación de los tres protocolos facultativos a la Convención sobre los Dere-
chos del Niño. Todos los Estados partes tienen que presentar informes periódicos al Comité sobre
la manera en que se garantizan y protegen los derechos establecidos en la Convención. Inicial-
mente, los Estados deben presentar un informe dos años después de su adhesión a la Convención
y luego cada cinco años. Además, el Comité puede requerir de manera extraordinaria que los
Estados presenten un informe cuando haya circunstancias que ameriten ser averiguadas e inves-
tigadas. El Comité examina los informes presentados por los Estados partes, expresa sus preocu-
paciones y hace recomendaciones al Estado parte, que se denominan “observaciones finales”.
Como ya mencionamos, el Comité sobre los Derechos del Niño también examina los informes
65
periódicos de aquellos Estados que han ratificado los tres protocolos facultativos. El procedimiento
de informe periódico es el único mecanismo de control establecido por la Convención sobre los
Derechos del Niño. Hasta el 2014, año de entrada en vigor del Protocolo Facultativo relativo a un
Procedimiento de Comunicaciones Individuales, el Comité no podía examinar denuncias de los
particulares en ningún caso. Por lo tanto, para desviar este obstáculo, las cuestiones relacionadas
con los derechos del niño se podían presentar ante otros comités con competencia para exami-
nar las comunicaciones individuales.
Pasamos ahora a analizar los tres protocolos facultativos a la Convención sobre los Derechos del
Niño.
Se calcula que en todo el mundo más de 300 000 niños y niñas participan en conflictos armados. A
menudo se les recluta a la fuerza o se les secuestra para que se unan a grupos armados. Algunos
tienen menos de 10 años y muchos han sido testigos de terribles actos de violencia, o han partici-
pado en ellos, en ocasiones contra sus propias familias o comunidades. Este protocolo fortalece
la protección jurídica de los niños y las niñas y contribuye a impedir su utilización en los conflictos
armados. Se aumenta a 18 la edad mínima para la participación directa en las hostilidades, en
comparación con la establecida en la Convención que era 15 años. El tratado prohíbe que las
fuerzas armadas gubernamentales recluten obligatoriamente a cualquier persona menor de 18
años e insta a los Estados partes a aumentar la edad mínima para el reclutamiento voluntario por
encima de los 15 años. En el caso de grupo armado no estatal se prohíbe todo tipo de recluta-
miento de menores de 18 años, voluntario y obligatorio.
El objetivo del protocolo es poner fin al reclutamiento y a la utilización de niños y niñas como
soldados. Para lograr este objetivo, son fundamentales varios elementos: verificación y presen-
tación de informes sobre el cumplimiento del protocolo por parte de los Estados, capacidad de
liderazgo político y centrarse en los derechos de los niños y las niñas no solo durante el conflicto,
sino también una vez que este termine. En el momento en el que los Estados ratifican el protocolo
deben preparar una declaración relacionada con la edad a la que las fuerzas armadas nacio-
nales permiten el reclutamiento voluntario, así como las medidas que los Estados tomarán para
asegurar que no se ejerza la fuerza o la coerción en este tipo de reclutamiento. Este requisito es
especialmente importante porque el protocolo facultativo no establece los 18 años como edad
mínima para el reclutamiento voluntario en las fuerzas armadas, sino solamente para la participa-
ción directa en un conflicto armado.
El Comité de los Derechos del Niño tiene también la función de monitorear y controlar la aplica-
ción de este instrumento jurídico, por lo tanto, después de dos años de la entrada en vigor del
protocolo, todos los Estados partes tienen que someter un informe inicial al Comité y, posteriormen-
te, informes de seguimiento acerca de las medidas implementadas para prevenir y proteger las
violaciones de los derechos establecidos en el Protocolo. (Unicef, 2004, p. 4)
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Para contribuir a eliminar los abusos y la explotación cada vez mayores de los niños y niñas en todo
el mundo, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en 2000 el protocolo facultativo
de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil
y la utilización de niños en la pornografía, a través de Resolución 54/263 y entró en vigor el 18 de
enero de 2002. El Perú lo ratificó el 8 de marzo de 2002. Hoy en día, más de 100 países han firmado
y ratificado este protocolo. Este instrumento llama especialmente la atención hacia la criminaliza-
ción de estas graves violaciones de los derechos de la infancia y hace hincapié en la importancia
que tiene fomentar una mayor concienciación pública y cooperación internacional en las activi-
dades para combatirlas.
Pasamos ahora a hablar del último protocolo facultativo a la Convención sobre los Derechos del
Niño, o sea el protocolo relativo a un procedimiento de comunicaciones individuales aprobado a
través de Resolución 66/138 de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 19 de diciembre
de 2011, y que entró en vigor el 14 de abril de 2014. El Perú lo ratificó el 6 de enero de 2016. Este
protocolo establece un mecanismo que permite la presentación de comunicaciones individuales
ante el Comité de los Derechos del Niño, o sea las presentadas por, o en nombre de, personas
o grupos de personas sujetas a la jurisdicción de un Estado parte del protocolo que aleguen ser
víctimas de una violación de uno de los derechos incluidos en la Convención sobre los Derechos
del Niño y sus dos protocolos facultativos. Estas comunicaciones deben pasar por un examen de
admisibilidad que se hace teniendo presentes algunos criterios específicos para ser admitidas:
- Estas comunicaciones no pueden referirse a una cuestión que ya haya sido examinada por
el Comité mismo o esté siendo examinada ahora por el Comité o haya sido examinada por
otro Comité u otra instancia internacional;
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- Deben haber sido agotados todos los recursos de la jurisdicción interna, salvo que la trami-
tación de esos recursos se prolongue de manera injustificada o que sea improbable que
con ellos se logre una reparación efectiva;
- No deben referirse a hechos ocurridos antes de la entrada en vigor del protocolo para el
Estado en cuestión;
Danelius, H. (2009). Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes. Recuperado del sitio en Internet de la United Nations Audiovisual Library of
International Law: http://legal.un.org/avl/pdf/ha/catcidtp/catcidtp_s.pdf
Actividad n. º 2
Análisis crítico del documental “Cicatrices del engaño”.
Instrucciones: El alumno debe mirar con atención el documental periodístico “Cicatrices del enga-
ño”, hacer una reflexión crítica y presentarla a través del foro de discusión.
1. Contexto
El gobierno de Alberto Fujimori usó las esterilizaciones forzadas como método de reducción
de pobreza. En los años 90, el Perú se encontraba en una grave situación económica y social.
Fujimori se estrena en el ámbito económico adoptando las reformas neoliberales, siguiendo el
programa del Consenso de Washington, impuesto por el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional. En el marco de este proceso de ajuste estructural, decide poner en marcha el
Programa de Planificación Familiar.
Datos relevantes:
- El Plan de Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria, como fue denominada la política esta-
tal de esterilizaciones, alcanzó a casi 300 000 mujeres y 22 000 varones.
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MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
2. Actividades previas
Glosario de términos (significado de palabra o conceptos o definiciones que el estudiante
debe saber antes de observar el video):
a. Esterilización forzada
c. Derechos reproductivos
d. Enfoque de género
3. Actividades durante
4. Actividades posteriores
1. Los alumnos deberán analizar la frase “Un país que olvida su historia está
condenado a repetirla” en relación al documental proyectado.
69
Glosario de la Unidad II
C
Crimen internacional
Infracción de una norma penal internacional que protege bienes jurídicos pertenecientes al orden
internacional y que acarrean responsabilidad penal derivada directamente de la norma interna-
cional (Cabezudo, 2002).
Extradición
Institución del derecho internacional por la cual un Estado que no posee jurisdicción sobre una
persona o que esté imposibilitado para procesar a una persona porque los medios de prueba se
encuentran fuera del país, procede a extraditar a la misma para que pueda ser juzgada por el
país que lo requiere. (Gómez-Robledo, 2000)
Género
Conjunto de características, roles, actitudes, valores y símbolos que conforman el deber ser de
cada hombre y de cada mujer, impuestos dicotómicamente a cada sexo mediante el proceso
de socialización y que hacen aparecer a los sexos como diametralmente opuestos por naturaleza.
Ser hombre o mujer puede ser diferente de una cultura a otra o de una época histórica a otra,
pero en todas las culturas se subordina a las mujeres. Es decir, ser mujer u hombre es una condición
social y cultural construida históricamente. En la mayoría de nuestras sociedades, el deber ser de
hombres y mujeres está predeterminado por su cultura. (ONU Mujeres Región Andina, 2016)
Grupo vulnerable
Grupo de personas que, por sus características económicas, étnicas, estado de salud, edad, gé-
nero o discapacidad se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad de sus derechos
fundamentales (Pérez, 2005).
Jurisdicción universal
Criterio de jurisdicción que atribuye la competencia a los tribunales nacionales de un Estado para
juzgar determinados delitos que, por su naturaleza, afectan a toda la comunidad internacional,
con independencia de la nacionalidad del autor y del lugar de comisión del delito (Cabezudo,
2002).
70
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Identidad de género
Igualdad de género
Niño soldado
Persona menor de 18 años que es reclutada en un ejército regular o en cualquier tipo de organiza-
ción armada irregular, y que participa directamente en las hostilidades (Detrick, 2000).
Protocolo facultativo
Documento adicional a un tratado internacional que tiene carácter vinculante solo para los Esta-
dos partes del tratado que decidan firmarlo y ratificarlo (Cassese, 2013).
Sexo
Conjunto de las características físicas y biológicas de los individuos de una especie que distinguen
a hombres y mujeres, y hacen posible una reproducción que se caracteriza por una diversificación
genética (ONU Mujeres, Centro de Capacitación).
Soft law
Es una fuente alternativa, caracterizada por su falta de coercitividad y desapego a la rigidez del
principio de legalidad, indeterminada en su contenido, alcanza a todos los actos e instrumentos
jurídicos sin carácter obligatorio en sentido formal. (Boretto, 2012)
71
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74
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
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1966). Acuerdo de las Naciones Unidas. Disponible en https://goo.gl/RzUI0T
Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. (15 de
diciembre de 1989). Acuerdo de las Naciones Unidas. Disponible en https://goo.gl/jQG6Ai
75
Autoevaluación n.o 2
1. Según el texto, marcar la alternativa correcta respecto a los procedimientos de control esta-
blecidos por la Convención sobre los Derechos del Niño.
4. Según el texto, marcar la alternativa que constituye uno de los protocolos facultativos a la
Convención sobre los Derechos del Niño.
5. Según el texto, marcar la alternativa que no se relaciona con las finalidades del delito de
tortura.
76
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
6. Según el texto, ¿cuáles son los procedimientos de control establecidos por la Convención
Internacional para la Prevención y la Sanción del Crimen de Genocidio?
a) Procedimiento de investigación
b) Procedimiento de comunicaciones individuales
c) Visitas in loco
d) No establece procedimiento de control alguno
e) Procedimiento de comunicaciones interestatales
a) Los tribunales nacionales y los tribunales de otros Estados, aunque ese delito haya sido
cometido por un no nacional y fuera del territorio bajo su jurisdicción, y la Corte Penal In-
ternacional
b) Exclusivamente los tribunales nacionales de los Estados partes de la Convención
c) La Corte Penal Internacional
d) Exclusivamente el Tribunal Militar de Núremberg instituido por el Acuerdo de Londres en
1945
e) Exclusivamente la Corte Interamericana de Derechos Humanos
8. Según el texto, ¿cuáles son los procedimientos de control establecidos por la Convención
contra la Tortura y su protocolo adicional?
10. Según el texto, ¿cuál de las siguientes obligaciones se desprende del Pacto Internacional de
los Derechos Económicos, Sociales y Culturales para los Estados partes?
a) Obligaciones individuales
b) Obligaciones inmediatas
c) Obligaciones progresivas
d) Obligaciones grupales
e) Obligaciones civiles
77
78
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
UNIDAD III
EL SISTEMA UNIVERSAL DE PROTECCIÓN DE
LOS DERECHOS HUMANOS Y LOS SISTEMAS
REGIONALES
DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD III
AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÍA
Autoevaluación n.° 3
79
El Sistema Universal de Protección de los Derechos Humanos
Tema n.° 1
Para el desarrollo del presente tema, debemos tener en cuenta que el conocimiento del Sistema
Universal de Protección de los Derechos Humanos y de los procedimientos de control del mismo es
esencial para poder alcanzar el amparo de los derechos humanos a nivel global. Asimismo, el conoci-
miento de este tema ayudará a los estudiantes a aplicar el marco teórico estudiado en las unidades
previas a su práctica jurídica. Empezaremos con un análisis del órgano principal del sistema: el Con-
sejo de Derechos Humanos, creado en el ámbito de las Naciones Unidas, y seguiremos con el estudio
de los principales procedimientos de control.
La Comisión de Derechos Humanos era una de las seis comisiones funcionales creadas por el Con-
sejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), establecida a través de Resolución
ECOSOC 5 (I) del 16 de febrero de 1946. La Comisión tenía dos funciones principales:
2. Control del respeto de los estándares de derechos humanos por parte de los Estados miem-
bros de las Naciones Unidas.
Cabe mencionar que es a través del trabajo de la Comisión de Derechos Humanos que se redac-
tó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La Comisión funcionó de 1946 a 2006. Una de las principales características de este órgano en
los años recientes fue el debilitamiento de sus capacidades para actuar en virtud del exceso de
politización, así como su incapacitad para enfrentar de manera efectiva las crisis de derechos hu-
manos que se presentaban a nivel global, lo que le quitaba credibilidad y legitimidad. Esto, sobre
todo, en referencia a la función de control del respeto de los estándares de derechos humanos
propia de la Comisión. De facto, los Estados acusados en “resoluciones país” lograban juntar votos
suficientes para que esta resolución no fuera adoptada. En estas resoluciones básicamente se ad-
mitía públicamente una situación de violación de los derechos humanos en un Estado específico.
Desde su creación en 1945, las Naciones Unidas han ejercido sus funciones como organización
intergubernamental para el desarrollo y la paz, pero se hizo necesaria una adaptación del sistema
de las Naciones Unidas a los cambios de la sociedad internacional actual. Una vez terminada la
Guerra Fría, el planeta se polarizó en dos áreas, el norte y el sur; luego vino la globalización que
hizo nacer nuevos actores en la esfera internacional y hoy tenemos muchos avances científicos
y técnicos. Todo esto requería cambios a nivel social y, en consecuencia, también en la Organi-
zación de las Naciones Unidas. Era necesaria una reforma del sistema, que empezó en 1992 y ha
continuado hasta los días de hoy. Se presentaron varias propuestas, entre estas, el fortalecimiento
del papel de la Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
la reforma de los procedimientos especiales y de los órganos creados en virtud de los tratados y la
creación de un Consejo de Derechos Humanos. Una de las pocas que se concretaron fue la crea-
80
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
ción del Consejo de Derechos Humanos, aprobada en 2006 con el objetivo de resolver problemas
relacionados al excesivo carácter político de las decisiones de la antigua Comisión de Derechos
Humanos. (Viégas-Silva, 2008, pp. 38-41)
La Resolución 60/251 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que instituye el Consejo de
Derechos Humanos, fue aprobada con 170 votos a favor, 3 abstenciones y 4 votos en contra; entre
estos últimos se encontraba el de Estados Unidos, que hubiera preferido un organismo menor y sin
poder de investigación. En contra votaron también Israel, las Islas Marshall y Palaos. Esta resolución
había estipulado que el Consejo asumiría los mandatos, mecanismos y responsabilidades que exis-
tían en la antigua Comisión, revisándolos en el periodo de un año a partir de la primera sesión del
Consejo. El Consejo tiene sede en Ginebra, Suiza, y es el órgano principal de las Naciones Unidas
encargado de promover y proteger los derechos humanos. Mientras la Comisión fue un órgano
subsidiario del ECOSOC, el Consejo es un órgano subsidiario de la Asamblea General, a la que
informará anualmente, formulándole recomendaciones respecto de la promoción y protección
de los derechos humanos. La elevación del Consejo de Derechos Humanos evidencia que los de-
rechos humanos son ahora uno de los tres pilares de las Naciones Unidas, junto con el desarrollo,
la paz y la seguridad. La institución del Consejo consolida también el compromiso de la Asamblea
General de fortalecer el sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas. Inicialmente, se
propuso que el Consejo de Derechos Humanos debía tener el mismo rango que el Consejo de
Seguridad de la organización, o sea debía ser un órgano principal y permanente de las Naciones
Unidas y con visibilidad política; pero al final, se optó por un órgano subsidiario de la Asamblea
General, rebajando así el nivel de importancia que se le quería dar desde un principio. De todas
formas, hubo un cambio fundamental que ya representaba un incremento de importancia del
órgano, pues pasó de ser la Comisión de Derechos Humanos, órgano subsidiario del ECOSOC,
a Consejo de Derechos Humanos, órgano subsidiario de la Asamblea General, que es el órgano
plenario de la Organización de las Naciones Unidas.
El Consejo está integrado por 47 Estados miembros, elegidos de forma directa e individual en
votación secreta por la mayoría de los miembros de la Asamblea General. Para la elección de
los miembros, se tendrá en consideración los antecedentes del Estado en materia de derechos
humanos, así como las promesas y los compromisos voluntarios. Los miembros del Consejo desem-
peñarán sus funciones por un periodo de tres años y no podrán optar a la reelección inmediata
tras dos periodos consecutivos. La antigua Comisión se reunía solo una vez al año por un periodo
de seis semanas en total, mientras que el Consejo se reúne en Ginebra por lo menos tres veces al
año por una duración total de mínimo 10 semanas. El principal periodo de sesiones del Consejo
que dura tres semanas suele celebrarse en marzo. Asimismo, el Consejo puede celebrar sesiones
extraordinarias a instancia de un Estado miembro. A las sesiones del Consejo pueden participar,
en calidad de observadores, representantes de otros Estados miembros, de organizaciones inter-
gubernamentales, de organizaciones no gubernamentales. (ACNUDH, 2008, pp. 79-80)
Las funciones específicas del Consejo, según la resolución que lo instituye, son:
b) Coordinar e incorporar los derechos humanos en la actividad general del sistema de las
Naciones Unidas.
d) Hacer recomendaciones a la Asamblea General de la ONU acerca del desarrollo del de-
recho internacional.
81
e) Velar por el respeto de las obligaciones asumidas en materia de derechos humanos por
parte de los Estados miembros.
f) Cooperar con los Estados miembros y organizaciones de la sociedad civil que trabajan
para la protección de los derechos humanos.
g) Hacer recomendaciones para la promoción y defensa de los derechos humanos a los Es-
tados y organizaciones internacionales.
La resolución innova al introducir tres correctivos que tratan de atajar los problemas de politiza-
ción excesiva en la composición de la antigua Comisión, pero que parecieran tener una dudosa
eficacia:
1. Al elegir a los miembros del Consejo de Derechos Humanos “los Estados Miembros deberán
tener en cuenta la contribución de los candidatos a la promoción y protección de los de-
rechos humanos y las promesas y compromisos voluntarios que hayan hecho al respecto”
(Asamblea General de las Naciones unidas, Resolución 60/251).
2. La Asamblea General podrá suspender por mayoría de dos tercios a todo miembro del
Consejo “que cometa violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos” (Asam-
blea General de las Naciones unidas, Resolución 60/251). Esta cláusula es de hecho inno-
vadora, pero en la práctica su eficacia es reducida, ya que la decisión de que un Estado
esté cometiendo violaciones sistemáticas de los derechos humanos se puede tomar solo
a través de la mayoría cualificada de la Asamblea General, o sea dos tercios de todos los
miembros, que es muy difícil de conseguir. Una verdadera innovación, probablemente
más eficaz para evitar el problema de la politización del órgano, hubiera sido que la de-
cisión de que un Estado esté cometiendo violaciones sistemáticas de derechos humanos
fuese tomada por un experto independiente, por ejemplo, un relator especial designado.
3. Los miembros del Consejo “deberán defender las más altas exigencias en la promoción
y protección de los derechos humanos, cooperar plenamente con el Consejo y ser exa-
minados con arreglo al mecanismo de examen periódico universal durante su período
como miembro” (Asamblea General de las Naciones unidas, Resolución 60/251). Según
Villán, esta cláusula es redundante, ya que impone a los Estados miembros del Consejo las
mismas obligaciones de comportamiento genéricas que ya tenían todos los Estados por el
hecho de ser miembros de la Organización de las Naciones Unidas. (Villán, 2005, p. 5)
82
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
- Los principios, los procedimientos y las modalidades que rigen el funcionamiento del nuevo
mecanismo del Examen Periódico Universal (EPU).
El EPU no es un mecanismo de control perfecto, también presenta algunos problemas. Según Vi-
llán (2005), entre ellos podemos identificar los siguientes:
I. En primer lugar, no sabemos cuál es el indicador del cumplimiento, por parte de los Estados
miembros, de los estándares internacionales en materia de protección de los derechos
humanos y de sus obligaciones internacionales. Por ejemplo, ¿tenemos que considerar las
obligaciones que nacen de la Declaración Universal de los Derechos Humanos? ¿Tenemos
que considerar las obligaciones que derivan de la Carta de las Naciones Unidas? ¿De am-
83
bos documentos? ¿Tenemos que considerar las obligaciones derivadas de los instrumentos
internacionales ratificados por cada Estado? Esto hubiera tenido que ser expresamente
establecido.
III. En tercer lugar, no sabemos cómo se hará el examen propiamente dicho, ¿se hará en
sesiones públicas o en sesiones privadas? Esto tenemos que verlo con la práctica del Con-
sejo. En realidad, si se optara por sesiones privadas, se limitaría la eficacia del trabajo de
este órgano, ya que no se permitirá participar a las ONG acreditadas. En la práctica, solo
las ONG acreditadas pueden participar en las sesiones del Consejo relacionadas con el
procedimiento de denuncia.
IV. En cuarto lugar, como se mencionó líneas arriba, el objetivo del EPU es brindar asesoría
técnica al Estado examinado respecto a los estándares internacionales de protección de
los derechos humanos e identificar los desafíos que ese Estado tiene a corto y largo plazo.
De esta manera, se estaría renunciando al carácter sancionador y fiscalizador que un exa-
men de este tipo podría tener para todos los Estados de la comunidad internacional. (p. 6)
El Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos es un órgano subsidiario del Consejo que susti-
tuye a la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos de la otrora Comisión
de Derechos Humanos; actúa como grupo de reflexión del Consejo, centrándose en un asesora-
miento basado en estudios e investigaciones según lo solicite este. El Comité Asesor puede formu-
lar sugerencias al Consejo para mejorar su eficiencia de procedimiento y fomentar propuestas de
nuevos estudios dentro del ámbito de trabajo establecido por el Consejo. Está integrado por 18
expertos conforme a una distribución geográfica proporcionada de los cinco grupos regionales.
Los miembros ejercerán sus funciones en su capacidad individual, por un periodo de tres años y
podrán ser reelegidos una sola vez. Celebra dos periodos de sesiones anuales. Comparado con la
Subcomisión el Comité, tiene menos autonomía y menos miembros. (ACNUDH, 2008, p. 81)
El procedimiento de denuncia sirve para abordar los cuadros persistentes de violaciones manifies-
tas y probadas de los derechos humanos que se produzcan en cualquier parte del mundo y en
cualquier circunstancia. La base es el procedimiento 1503 de la Comisión de Derechos Humanos,
pero se hicieron algunas mejoras para asegurar un procedimiento de denuncia imparcial, objeti-
vo, eficiente y orientado a la víctima. Una importante diferencia respecto al sistema anterior con-
siste en la matización de los criterios de admisibilidad de las denuncias que solían incluir requisitos
que restringían excesivamente el acceso al procedimiento 1503. El procedimiento de denuncias
se basa en comunicaciones recibidas de individuos, grupos u organizaciones que reclaman ser
víctimas de violaciones de derechos humanos o que tienen conocimiento directo y fidedigno de
dichas violaciones. Este procedimiento se caracteriza por su confidencialidad. Se establecieron
dos grupos de trabajo distintos: el Grupo de Trabajo sobre Comunicaciones y el Grupo de Trabajo
sobre Situaciones; el primero es responsable de examinar las comunicaciones y pasarlas al Grupo
de Trabajo sobre Situaciones, y este último, de atraer la atención del Consejo sobre patrones con-
sistentes de violaciones graves y fehacientemente comprobadas de derechos humanos y liberta-
des fundamentales.
84
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Por procedimientos especiales se entiende los mecanismos que originariamente estableció la an-
tigua Comisión de Derechos Humanos y que asumió el Consejo, a fin de examinar, vigilar, asesorar
e informar públicamente acerca de las situaciones de violaciones de los derechos humanos en un
país determinado o territorio (mandato por país) o sobre un fenómeno importante relativo a las vio-
laciones de los derechos humanos en todo el mundo (mandatos temáticos). (ACNUDH, 2008, p. 82)
Además, cabe mencionar los grupos de trabajo, como el Grupo de Trabajo sobre el Derecho al
Desarrollo; el Foro Social, que se reúne cada año durante tres días para examinar de cerca deter-
minadas cuestiones temáticas, y el Foro sobre Cuestiones de las Minorías, que sirve de plataforma
para fomentar el diálogo y la cooperación sobre cuestiones relativas a las personas pertenecien-
tes a minorías nacionales, étnicas, religiosas o lingüísticas.
Villán, C. (2006). Luces y sombras del nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Revista
de Filosofía, 4. Disponible en http://revistadefilosofia.com/DH06.pdf
85
El Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos
Tema n.° 2
Para iniciar el presente tema, se debe tener en cuenta que, en el curso de los años, se crearon sóli-
dos sistemas de protección de los derechos humanos a nivel regional; es así que tenemos un Sistema
Interamericano, que se desarrolló en el ámbito de la Organización de los Estados Americanos (OEA);
un Sistema Europeo, que se desarrolló en el ámbito del Consejo de Europa, y un Sistema Africano, que
se desarrolló en el marco de la Unión Africana (UA). En este acápite estudiaremos las características
principales del sistema regional interamericano, sus órganos de control y los procedimientos utilizados.
Este tratado de naturaleza regional es obligatorio para aquellos Estados que lo han ratificado y
representa la culminación de un proceso que se inició a finales de la Segunda Guerra Mundial,
cuando las naciones de América, reunidas en una cumbre en México, decidieron que eran ne-
cesarias la redacción y adopción de una Declaración sobre Derechos Humanos en la región. Esta
Declaración tenía que ser un punto de salida para la adopción de un texto jurídicamente vincu-
lante, o sea una Convención en la materia. La Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre fue aprobada por los Estados miembros de la OEA en Bogotá en mayo de 1948. La
Declaración Americana ha adquirido con el tiempo una importancia siempre más grande en la
interpretación de la Carta de la OEA. Se considera la interpretación más auténtica de los dere-
chos establecidos en la Carta de la OEA y, por ende, la obligatoriedad deriva de las normas de
la Carta de la OEA, independientemente del hecho de que los Estados hayan o no ratificado la
Convención Americana de 1969.
86
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
La Convención incluye una amplia gama de derechos civiles y políticos, pero no garantiza de ma-
nera explícita los derechos económicos sociales y culturales. De todas formas, podemos decir que
contiene un artículo en el cual los Estados partes se comprometen a fomentar el cumplimiento
progresivo de estos derechos, o sea el artículo 26. En las últimas décadas, la Comisión Interameri-
cana se ha esforzado mucho para brindar mayor relevancia y fuerza a los derechos de segunda
generación en el Sistema Interamericano. Un paso importante fue la adopción en el marco de la
OEA del protocolo adicional a la Convención Interamericana de Derechos Humanos sobre Dere-
chos Económicos, Sociales y Culturales, también conocido como Protocolo de San Salvador, que
entró en vigor el 26 de noviembre de 1999. El Perú lo aprobó a través de Resolución Legislativa N.o
26448 del 28 de abril de 1995. (Medina y Nash, 2011, p. 15)
Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como
mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica, para
lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las
normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en la
Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de
Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios
apropiados.
Tradicionalmente, la tutela de estos derechos no ha figurado entre las prioridades del sistema,
puesto que la atención de los órganos de protección durante las décadas pasadas estuvo cen-
trada en las masivas y sistemáticas violaciones de derechos humanos ocurridas en el marco de
las dictaduras militares de los países latinoamericanos, que implica la violación de derechos civiles
y políticos. El artículo 26 citado no reconoce directamente los derechos económicos, sociales y
culturales, sino que hace remisión a la Carta de la OEA.
La doctrina en la materia tiene dos posiciones extremas diferentes. Según algunos, esta no es una
norma operativa, sino una simple expresión de objetivos programáticos que no genera obligacio-
nes vinculantes. El art. 26 solo fija pautas de conducta para los Estados en materia socioeconómi-
ca, pero no garantiza estos derechos, por lo tanto, la tutela directa de ellos en sede jurisdiccional
no sería posible. Según otros, esta norma incluye un catálogo completo de derechos sociales que
los Estados no tuvieron intención de incorporar a la Convención. Esa posición de la doctrina se
basa en una interpretación extensiva del principio pro homine. Como se establece en el art. 26
mismo, esta norma no protege de manera directa los derechos sociales, sino que se remite a los
derechos protegidos en la Carta de la OEA. Sin embargo, es claro que la norma denota la volun-
tad de los Estados de reconocer obligaciones vinculantes en relación a los derechos económicos,
sociales y culturales. Esta norma se refiere a la adopción de providencias para lograr progresiva-
mente la plena efectividad de estos derechos. El art. 26 no apunta a la protección de los principios
consagrados en la Carta de la OEA, sino a los derechos, como claramente se ha mencionado.
Estas incertidumbres han sido resueltas por el protocolo adicional sobre derechos económicos, so-
ciales y culturales, adoptado en 1988 en San Salvador y que entró en vigor en noviembre de 1999.
Este es el instrumento normativo interamericano que aborda más la cuestión y constituye el texto
jurídico más completo en cuanto a la regulación de los derechos de segunda generación en el
Sistema Interamericano. De todas formas, el protocolo mismo establece un sistema de protección
muy modesto que solo obliga a los Estados partes a presentar informes periódicos ante la Comisión
y restringe la presentación de comunicaciones individuales ante la Comisión a los casos en los que
se aleguen violaciones a los derechos a la educación y a la libertad sindical, como está estable-
cido en el art. 19. (Rossi y Abramovich, 2004, pp. 37-40)
87
El artículo 1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece dos importantes
obligaciones para los Estados partes: “Respetar los Derechos Humanos de todos los individuos
sujetos a su jurisdicción y garantizar su ejercicio y goce”. La obligación de respetar exige que el
Estado y sus agentes no violen los derechos humanos establecidos en la Convención. La obliga-
ción de garantizar exige al Estado emprender las acciones necesarias para asegurar que todas
las personas sujetas a su jurisdicción estén en condiciones de ejercerlos y gozarlos. El deber de los
Estados de respetar y garantizar los derechos humanos en ella consagrados se tiene respecto de
“toda persona que esté sujeta a su jurisdicción”. Por “persona” se entiende “todo ser humano”.
La Convención deja afuera a las personas jurídicas, aunque la Comisión haya aceptado casos
donde la víctima era una persona jurídica.
En su artículo 2, la Convención consagra la obligación del Estado de adoptar las medidas legisla-
tivas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivo los derechos reconocidos en
el documento, si el ejercicio de estos derechos no estuviese ya garantizado en el Estado por dis-
posiciones legislativas o de otro carácter. Hay otra obligación contenida en la Convención para
los Estados, que es la de cooperar con los órganos internacionales que los controlan, que deriva
de su calidad de partes del tratado respectivo y de la existencia del principio de derecho interna-
cional que obliga a los Estados a cumplir los tratados de buena fe. Además de estas garantías, la
Convención contiene varias disposiciones que autorizan, en determinadas circunstancias, restric-
ciones o limitaciones en su disfrute. (Medina y Nash, 2011, pp. 8-13)
La Convención contiene además una “cláusula federal” (artículo 28), según la cual, si un Estado
miembro es un Estado federal, el gobierno central debe aplicar la Convención dentro de los lími-
tes legislativos y jurídicos en los cuales ejerza su autoridad. Esta cláusula permite a los Estados con
un sistema federal no asumir obligaciones pactadas sobre materias en las cuales las autoridades
federales no ejercen competencia legislativa o judicial. Esta cláusula ha sido adicionada bajo
propuesta de los EE. UU., pero la Comisión Interamericana ha interpretado esta norma de manera
flexible, estableciendo que no excluye al gobierno central de la responsabilidad de ejercer las
normas de la Convención en los Estados federales.
En cuanto a la interpretación de este instrumento, se señala, entre otras cosas, que “ninguna
disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de excluir otros dere-
chos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma democrática re-
presentativa de Gobierno” (Convención Americana sobre Derechos Humanos, art. 29). Asimismo,
dispone:
88
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
acuerdo con otra Convención, en que sea parte uno de dichos Estados; c. excluir otros
derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de la forma
democrática representativa de gobierno; y d. excluir o limitar el efecto que puedan
producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos
internacionales de la misma naturaleza. (Convención Americana sobre Derechos Hu-
manos, art. 29).
Es obvio que esta norma podría tener consecuencias a largo plazo con respeto a la interpretación
de la Convención y a las estipulaciones legales de carácter nacional. Las letras a. y b. del artículo
contienen normas claras y de conocida aplicación en el derecho internacional de los derechos
humanos. Las dos últimas letras, por el contrario, parecen contener normas exclusivamente ame-
ricanas y plantean cuestiones que deberán ser resueltas en el futuro. (Medina y Nash, 2011, p. 24)
La Convención Americana sobre Derechos Humanos está complementada por dos protocolos
adicionales: el Protocolo sobre derechos económicos, sociales y culturales y el Protocolo relativo a
la abolición de la pena de Muerte. El Perú ratificó el primero el 6 de abril de 1995 y todavía no ha
ratificado el segundo, relativo a la abolición de la pena de muerte.
La CIDH tiene su sede en Washington D. C. y está integrada por 7 miembros, quienes han sido
elegidos a título personal. Ellos deberán ser “personas de alta autoridad moral y reconocida ver-
sación en materia de DD. HH.” y son elegidos por la Asamblea General de la OEA de una lista de
candidatos que cada Estado miembro propone. Cada Estado puede proponer tres candidatos,
que tienen que ser ciudadanos de los países miembros de la OEA, y por lo menos uno no tiene que
ser ciudadano del Estado que lo propone. No pueden ser miembros de la Comisión dos personas
que tienen la misma nacionalidad durante el mismo mandato. Tienen mandato de 4 años y pue-
den ser reelegidos una sola vez. Para asegurar la independencia e imparcialidad del órgano han
sido adoptadas varias normas: los miembros no pueden dedicarse a actividades incompatibles
con su posición o que puedan influir sobre su imparcialidad e independencia. Además, según lo
establecido por el art. 17, los miembros de la Comisión no pueden participar de la decisión de un
tema cuando son ciudadanos o residentes permanentes del Estado objeto de discusión, cuando
han actuado en calidad de representantes de ese Estado en una misión especial, cuando ya han
participado en una decisión relativa a los mismos hechos o han actuado como consultores o ase-
sores de una de las dos partes objeto de discusión. (Medina y Nash, 2011, p. 25)
89
La Comisión se reúne al menos dos periodos de sesiones al año por un máximo de 8 semanas y el
número de sesiones extraordinarias que se consideran necesarias. Las sesiones no son abiertas al
público, al menos que no se decida el contrario, y las decisiones se toman con la mayoría de los
miembros presentes.
• Estimular la conciencia de los derechos humanos en los pueblos de América (función pro-
mocional).
• Preparar los estudios o informes que considere convenientes en el desempeño de sus fun-
ciones en varios Estados de la OEA, mediante misiones especiales.
• Encarecer a los gobiernos de los Estados miembros que le proporcionen informaciones so-
bre las medidas que adopten en el orden de los derechos humanos.
• Conocer de las violaciones de derechos humanos en los Estados partes. (Zanghi, 2013, pp.
292–293 – Traducción libre)
I. Informes dedicados exclusivamente a un país; estos son usualmente precedidos por una
visita al Estado de interés, salvo que este no autorice a la CIDH la visita a su territorio.
II. Informes más breves que se incorporan en el Informe Anual de la Comisión, que pueden
o no ser precedidos por una visita. La elaboración de informes constituyó la única tarea
que la Comisión llevó a cabo en los primeros años de su funcionamiento; incluso cuando
adquirió competencia para conocer y resolver casos específicos, su labor central continuó
siendo la preparación de informes. Esta fue la situación hasta 1990. Una vez que el informe
haya sido aprobado por la Comisión, es enviado al gobierno del Estado interesado para
que prepare las observaciones que considere necesarias antes de la fecha límite estable-
cida por la Comisión. Una vez recibidas las observaciones, la Comisión debe examinarlas
y decidir si modifica el informe o no, así como la modalidad de publicación del mismo. Si
el Estado interesado no presenta las observaciones pertinentes antes de la fecha límite, la
Comisión publicará el informe de todas formas. Una vez aprobada la publicación del infor-
me, la Comisión lo transmite a los Estados miembros y a la Asamblea General de la OEA.
Además, entre las atribuciones principales de la Comisión están las visitas in loco. Estas han contri-
buido a dar visibilidad a la Comisión en los países americanos, así como a fortalecer el impacto de
su trabajo. Las visitas consisten en el traslado de una delegación, conformada por los miembros
de la Comisión y los abogados que la apoyan, a los diferentes países de la OEA para mantener
reuniones con autoridades y representantes de la sociedad civil. Además, recorren diversas áreas
del país para tomar conocimiento de la situación de los derechos humanos. Las visitas pueden te-
ner diferentes propósitos; pueden estar destinadas a estudiar la situación general de los derechos
90
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
humanos en el país o también es posible que se realicen para verificar la situación de un derecho
específico o una situación particular. Asimismo, la visita puede estar relacionada con la necesidad
de obtener información respecto de una o más denuncias pendientes ante la Comisión. Desde
la década de los 90, la Comisión ha venido desarrollando una serie de iniciativas de carácter te-
mático, es decir, referidas a algún derecho o derechos en particular o a determinados grupos vul-
nerables. Este trabajo se ha venido desarrollando a través de las relatorías temáticas y grupos de
trabajo que la Comisión ha creado en los últimos años. El Reglamento de 2009 regula de manera
más específica este mecanismo y establece la posibilidad de designar relatorías por cada uno de
los países miembros de la OEA, así como relatorías temáticas. Estas relatorías efectúan estudios,
realizan visitas a países, efectúan un acompañamiento de la tramitación de denuncias y de me-
didas cautelares y participan en la elaboración de algunos instrumentos internacionales. Además,
la CIDH realiza labores de promoción de derechos humanos a través de seminarios, publicacio-
nes, pasantías y otros medios orientados a promover los derechos humanos en general, el Sistema
Interamericano de Derechos Humanos y la educación acerca de la necesidad de incorporar los
derechos humanos en el orden jurídico interno.
La Comisión es competente para recibir y procesar denuncias sobre casos específicos en los cua-
les se alegan violaciones a los derechos humanos formuladas por cualquier persona, grupos de
personas u ONG reconocidas por cualquier Estado miembro de la OEA. También puede interpo-
ner denuncia un Estado contra otro, pero esto solo ha pasado en una ocasión, cuando en 2006
Nicaragua presentó una denuncia en contra de Costa Rica. La Comisión recibe comunicaciones
tanto de violaciones de derechos establecidos por la Convención Americana como de los inclui-
dos en la Declaración. (Zanghi, 2013, pp. 294-297 – Traducción libre)
La Corte es una institución judicial autónoma del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y
fue establecida en 1969 por la Convención Americana. Su objetivo es la aplicación y la interpre-
tación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, pero tiene competencia también
para implementar funciones en relación a la Carta de la OEA. La Corte está compuesta por 7
jueces y tiene sede en Costa Rica. Los jueces deben ser nacionales de los Estados miembros de
la OEA, pero no necesariamente de los Estados miembros de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. Los jueces son elegidos por los Estados partes de la Convención por mayoría
absoluta de una lista formada por estos mismos Estados y que contiene los nombres de juristas “de
la más alta autoridad moral, de reconocida competencia en materia de DD. HH., que reúnan las
condiciones requeridas para el ejercicio de las más elevadas funciones judiciales conforme a la
ley del país del cual sean nacionales o del Estado que los proponga como candidatos” (Estatuto
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, artículo 4). No pueden conformar la Corte
durante el mismo mandato dos jueces de la misma nacionalidad. Cada juez tiene mandato de 6
años que puede ser renovado una sola vez. En el Reglamento aprobado por la Corte en 2009 se
establece algunas normas para mantener la imparcialidad de los jueces de la Corte. Los jueces
no pueden participar en casos específicos sometidos a la Corte a través de petición individual así
sean nacionales del Estado que está siendo demandado. Además, no pueden participar en las
decisiones de casos en los que ellos o sus familiares tengan un interés directo. Asimismo, se esta-
blece la presencia de jueces ad hoc y jueces ad interim. Normalmente, la Corte celebra cuatro
periodos de sesiones al año, de dos semanas cada uno. Las sesiones extraordinarias son convo-
cadas por la Presidencia, ya sea por propia iniciativa o por solicitud de la mayoría de los jueces.
Las audiencias de la Corte son públicas, pero las deliberaciones se realizan en privado. El quórum
para las deliberaciones es de cinco jueces y se decide en mayoría. En caso de empate, decide
el voto del presidente.
91
Las funciones de la Corte son las siguientes:
- Resolver los casos contenciosos sobre una presunta violación a la Convención Americana
de Derechos Humanos por parte de un Estado parte. Se refiere básicamente a la resolu-
ción de conflictos (función contenciosa) y a la adopción de medidas previsionales.
La Corte ejerce su función contenciosa cuando resuelve casos en los que se alegue que un Estado
parte de la Convención Americana haya violado uno o más de los derechos garantizados en este
tratado regional. La Corte, según cuanto dispuesto por la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, puede conocer de casos que sean presentados por la CIDH o por un Estado parte. Por
ende, el individuo no tiene la facultad de llevar un caso a la Corte directamente, sino que debe
pasar por la Comisión. Este es un punto fundamental y una característica importante del sistema
regional interamericano. No obstante, cualquier persona o grupo de personas u organizaciones
no gubernamentales legalmente reconocidas en uno de los Estados miembros de la OEA pueden
presentar a la Comisión Interamericana peticiones que contengan denuncias o quejas de viola-
ción de la Convención por un Estado parte, no pueden llegar directamente a la Corte. La compe-
tencia contenciosa de la Corte es obligatoria para aquellos Estados que han hecho una declara-
ción en ese sentido, como el Perú. Si el Estado no ha aceptado la jurisdicción de la Corte, el caso
solo será presentado ante la CIDH. Los otros Estados partes pueden también aceptar la función
contenciosa de la Corte por un caso específico (ad hoc). Además, la Corte puede tomar medi-
das previsionales que considere pertinentes en casos de extrema gravedad y urgencia y cuando
se haga necesario evitar daños irreparables a las personas. Para que un caso llegue a la Corte es
necesario que se hayan completado todas las etapas del procedimiento ante la Comisión.
La función consultiva se cumple cuando la Corte interpreta alguna norma de la Convención Ame-
ricana de Derechos Humanos o de otros tratados en lo relativo a la protección de los derechos
humanos bajo requerimiento de uno de los Estados miembros u de los órganos de la OEA. Esta
competencia también faculta la Corte a emitir opiniones, a solicitud de un Estado, acerca de la
compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y la Convención u otros tratados sobre de-
rechos humanos. Los órganos de la OEA que pueden pedir la opinión de la Corte son la Comisión
y la Asamblea General. Esta competencia es muy amplia, porque no se limita al contenido de la
Convención, sino que se extiende a otros tratados relacionados a temas de derechos humanos
en los Estados americanos.
La Convención Americana también establece la posibilidad de que la Corte pueda decidir acer-
ca de la adopción de medidas previsionales necesarias en relación a un caso examinado de gran
gravedad y urgencia. Estas medidas pueden ser aprobadas por el presidente y solo en contra de
Estados miembros de la Convención que hayan aceptado la jurisdicción de la Corte. Esto permite
dar protección contra violaciones de derechos humanos antes de que se pronuncie una senten-
cia. (Zanghi, 2013, pp. 305-309 – Traducción libre)
92
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Para iniciar el siguiente tema, se debe tener presente que el Sistema Europeo de Protección de los
Derechos Humanos es considerado el sistema regional que más perfección ha alcanzado a través
del tiempo. En esta parte del manual estudiaremos las características principales del sistema regional
europeo, que s0e ha desarrollado en el ámbito del Consejo de Europa, sus órganos de control y los
procedimientos utilizados.
El Sistema Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, que se desarrolló en el ámbito
del Consejo de Europa, es el sistema regional más antiguo y el que ha alcanzado mayor grado de
evolución y de perfección en el curso de los años, debido a los fuertes estándares de derechos
humanos establecidos a nivel del continente y la homogeneidad política de los Estados europeos.
El sistema nace en 1950 con la aprobación del Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH),
y hoy se considera como el más importante sistema regional de protección de los derechos hu-
manos en el mundo. Pasamos ahora a analizar su instrumento normativo fundamental y su órgano
de control.
Pasamos ahora a analizar la estructura del tratado a través de un análisis de los principios
inspiradores del mismo y de los derechos humanos protegidos vinculados a la importancia
de los sistemas de protección:
¾¾ Los artículos del 1 al 18 hacen un listado de los derechos civiles y políticos garanti-
zados en el documento.
93
¾¾ Los artículos del 19 al 51 enumeran los mecanismos de trabajo del Tribunal y la Co-
misión Europea.
El preámbulo del CEDH indica que “el mantenimiento y la realización de los derechos hu-
manos y las libertades fundamentales”, “son la fundación de la justicia y la paz en el mundo
y que se mantienen de mejor forma por una democracia política efectiva y por una com-
prensión común y la observancia de los derechos humanos sobre los cuales dependen”.
Vamos a ver ahora la importancia de los derechos protegidos. El Convenio protege varios
derechos civiles y políticos:
- La libertad de expresión.
Asimismo, prohíbe:
- La pena de muerte.
2. La obligación de tomar las medidas necesarias para proteger la vida humana. Esto
conlleva a establecer leyes y sanciones penales con el fin de disuadir a las personas
de que causen perjuicio a otras, y de llevar a cabo investigaciones detalladas de
las muertes.
94
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Este derecho, en la práctica, incluye la protección de los reclusos, así como la protección
contra los peligros ambientales.
Según el artículo 15 del Convenio, este puede ser temporalmente suspendido en todo o
parte del territorio, en su totalidad o en relación a normas específicas. Esto solo en caso de
guerra u otro peligro público que amenace la vida del Estado. No se autoriza derogación
alguna a los artículos 2, 3 y 4 (párrafo 1) y 7, situaciones que están examinadas por la Co-
misión del Consejo de Europa. Resulta así que los derechos a no ser privado arbitrariamente
de la vida, a no ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes, a no
ser sometido a esclavitud o a servidumbre y a que la ley penal no tenga efectos retroacti-
vos, son los derechos absolutos, que no admiten derogación. (Carrillo, 2003, p. 103)
El texto original del Convenio incluía dos disposiciones de carácter facultativo cuya acep-
tación requería una declaración explícita del Estado parte: el artículo 25, relativo a la co-
municación individual, y el artículo 46, relativo a la competencia obligatoria del Tribunal.
En cuanto al artículo 25, los Estados han históricamente rechazado la idea de estar bajo
examen de una instancia internacional promovido por un individuo y no por otro sujeto de
derecho internacional. Respecto al artículo 46, podemos referirnos a las mismas razones. Es-
tas disposiciones eran de carácter facultativo porque hubieran complicado la ratificación
y entrada en vigor del Convenio. (Zanghi, 2013, p. 176)
El artículo 56 establece que cada Estado puede declarar si aplicará el Convenio en todos
o en algunos de los territorios de cuyas relaciones internacionales es responsable. El Conve-
nio se aplica en los Estados miembros del Consejo de Europa, en los territorios a los cuales
se extiende a través del artículo 56 y además para las actividades implementadas por ór-
ganos y agentes del Estado cualquiera sea el territorio en el que se realicen.
El artículo 58 establece que un Estado puede denunciar el Convenio después que hayan
pasado cinco años de su entrada en vigor y que tiene que avisar a los demás Estados
partes con 6 meses de adelanto. La denuncia puede tener varios efectos, pero de todas
formas no puede pasar que el Estado ya no esté sujeto a las obligaciones que derivan del
Convenio por violaciones anteriores a la fecha en que se presentó la denuncia.
El Convenio, ratificado por todos los Estados miembros de la Unión Europea, instauró dos
organismos de control situados en Estrasburgo:
95
no aceptarlo y seguir adelante con el examen del caso si consideraba que era de interés
para la defensa de los derechos humanos y requería un examen del fondo. En caso de no
conseguir dicho acuerdo, la Comisión emitía una decisión en la que se pronunciaba acer-
ca de la existencia o no de vulneración de una de las disposiciones del Convenio, que era
transmitida al Comité de Ministros. Este órgano siguió funcionando un año después de la
entrada en vigor del Protocolo n.o 11 y se extinguió el 31 de octubre de 1999.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos era, al que, en caso de solución judicial, acu-
dían la Comisión o los Estados miembros, después del informe de la Comisión. El individuo
no podía acudir directamente al Tribunal. Era el órgano encargado de pronunciarse por
medio de una sentencia definitiva y de carácter declarativo, sobre los casos que le fueran
elevados por la Comisión, por el Estado demandado o por el Estado del cual el deman-
dante fuera nacional. Para decidir el caso, contaba con la decisión de la Comisión, que
no le vinculaba, en la que quedaban establecidos los hechos y el parecer de la Comisión
acerca de la existencia o no de vulneraciones de los derechos invocados. El Tribunal se
extinguió al mismo tiempo que la Comisión. (Ruiloba, 2006)
Dos organismos han sido tomados de la estructura del Consejo de Europa: la Secretaría
General del Consejo de Europa y el Comité de Ministros del Consejo de Europa.
La Secretaría General, precedida por el secretario general, era el organismo que recibía
las demandas individuales e interestatales antes de que la Comisión los examinara. Esta
función ya no se implementa porque hoy las demandas se presentan directamente a la
Cancillería del Tribunal Europeo de DD. HH. Además, el Secretario General puede pedir a
los Estados partes del Convenio informaciones acerca de cómo el derecho interno asegu-
ra la implementación de las normas del Convenio Europeo de Derechos Humanos. (Zanghi,
2013, pp. 202–204)
El CEDH ha sido ampliado a través de una serie de protocolos que se clasifican en protoco-
los adicionales: n.o 1, 4, 7, 6 y 12, y protocolos procedimentales: n.o 10, 11 y 14. Los protoco-
los adicionales han añadido el reconocimiento de otros derechos y libertades al listado ini-
cial o han mejorado las garantías de control establecidas. Los protocolos procedimentales
modifican los procedimientos y los mecanismos de control del sistema regional europeo de
protección de los derechos humanos. Estos protocolos requieren la ratificación de todos
los Estados partes porque modifican las normas del Convenio, mientras que los protocolos
adicionales entran en vigor a través de un proceso de ratificación que debe alcanzar las
10 ratificaciones. El Convenio es un instrumento vivo capaz de adaptarse a los cambios de
la sociedad.
96
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
El Protocolo n.° 1, que entró en vigor en 1954, reconoce derechos adicionales como la
protección de la propiedad, el derecho a la instrucción y el derecho a elecciones libres. El
Protocolo n.° 2, aprobado el 6 de mayo de 1963 y que entró en vigor el 21 de septiembre
de 1970, es uno de los denominados protocolos de enmienda, pues tiene por fin modificar
el texto del Convenio en lo relativo a los procedimientos de control de cumplimiento del
mismo. Por tal motivo, tuvo que ser ratificado por todos los Estados signatarios de aquel
para que pudiera entrar en vigor. Tuvo por objeto posibilitar que el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos pudiese emitir opiniones consultivas acerca de cuestiones jurídicas re-
lativas a la interpretación del Convenio y sus protocolos, a requerimiento del Comité de Mi-
nistros del Consejo de Europa. El Protocolo n.° 2 ya no está vigente porque ha sido incluido
en el art. 47 del texto reformado del Convenio, el cual entró en vigor el 1 de enero de 1999.
Las disposiciones añadidas por el Protocolo n.o 2 fueron sustituidas por el Protocolo n.o 11,
que efectuó una reforma en profundidad del Convenio. El Protocolo n.° 3 y el n.° 5 modifi-
can unos artículos del CEDH. El protocolo n.° 3, que entró en vigencia en 1970, modifica los
artículos 29, 30 y 34 del Convenio que establecían una subcomisión que hoy ya no existe y
mantiene un carácter solo histórico. El Protocolo n.° 5, que entró en vigor en 1971, modifica
los artículos 22 y 40 del Convenio que se refieren a la renovación parcial de los miembros
de la Comisión y los jueces del Tribunal. Ya no está vigente porque ha sido incluido en el
nuevo texto del Convenio. El Protocolo n.° 4, que entró en vigor en 1968, reconoce ciertos
derechos y libertades adicionales, como la prohibición de prisión por deuda, la libertad
de circulación, la prohibición de la expulsión de los nacionales del territorio del Estado del
cual son ciudadanos y la prohibición de expulsión colectiva de extranjeros. El Protocolo n.°
6 se refiere a la abolición de la pena de muerte. La pena de muerte es legal solo en caso
de guerra o peligro fundado de guerra. El Protocolo n.° 7, que entró en vigencia en 1988,
establece garantías de procedimiento en el caso de expulsión de extranjeros, reconoce
el derecho a un doble grado de jurisdicción en materia penal, establece el derecho a in-
demnización en caso de error judicial, el derecho a no ser juzgado dos veces por el mismo
delito (principio del ne bis in idem) e instituye la igualdad entre cónyuges en la relación y
frente a los hijos. El Protocolo n.° 8, que entró en vigor en 1990, es relativo al mejoramiento
y agilidad de los procedimientos de la Comisión Europea de Derechos Humanos, a través
de la creación de un sistema de secciones; ya no está en vigor y conserva un carácter
histórico porque la Comisión ya no existe. El Protocolo n° 9 establece el derecho de los in-
dividuos, grupos de individuos y ONG a presentar casos ante el Tribunal; fue abrogado por
el Protocolo n.° 11. El Protocolo n.° 10, firmado en 1992, nunca entró en vigor y su contenido
fue superado por el Protocolo n.o 11. Este protocolo establecía la regla de la mayoría sim-
ple para las decisiones del Comité de los Ministros. El Protocolo n.° 11, que entró en vigen-
cia el 1 de noviembre 1998, revisó en profundidad el texto de la Convención con el fin de
modificar el procedimiento de protección de los derechos. Suprimió la Comisión Europea
de los Derechos Humanos y reformó el Tribunal, permitiendo que los individuos presentaran
demandas directamente ante él. Uno de los principales objetivos de este protocolo ha sido
el de eliminar las cláusulas facultativas, volviendo obligatoria la jurisdicción del Tribunal, así
como la aceptación de demandas individuales. El Protocolo n.° 12, vigente desde abril de
2005, establece la prohibición de la discriminación por motivo de orientación sexual, de ori-
gen, ascendencia. El objetivo de este protocolo es garantizar la aplicación generalizada
del principio de no discriminación. El Protocolo n.° 13 extiende la abolición de la pena de
muerte y la prohíbe en cualquier circunstancia, incluso en tiempos de guerra. El Protocolo
n.° 14, vigente desde junio de 2010, completa los mecanismos de control del Convenio. Asi-
mismo, hace más eficiente el Sistema Europeo de Derechos Humanos. Fue ampliado por el
Acuerdo de Madrid en mayo de 2009 e incluye modificaciones relativas a la composición
del Tribunal, el procedimiento de examen de las comunicaciones y un nuevo criterio de
admisibilidad de las demandas. (Carrillo, 2003, pp. 107-110)
97
La Comisión y el Tribunal tenían un problema de sobrecargo de casos y, por lo tanto, se
necesitaba una reforma urgente del sistema. La reforma se logró con el Protocolo n.o 11. El
1 de noviembre de 1998 se sustituyeron los dos órganos por un único órgano jurisdiccional
con sede en Estrasburgo: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. La simplificación de
las estructuras permitió acortar la duración de los procedimientos y reforzar el carácter
judicial del sistema. De este modo, el Sistema Europeo constituye actualmente el sistema
regional de protección de los derechos humanos más desarrollado que existe, aunque no
podemos decir que sea un sistema perfecto. El Protocolo n.o 11 aumentó enormemente la
eficiencia del Sistema Europeo, pero lamentablemente, debido al aumento exponencial
de casos, no fue suficiente como para poner término al retraso del Tribunal. El Consejo de
Europa logró consensuar una solución que daría mayor eficiencia al Tribunal: el Protocolo
n.o 14, cuyas reformas introducidas fueron diversas; entre estas, se modificó la duración
de los jueces en el cargo y se dieron más facultades al Comité de Ministros en materia de
supervisión de sentencias. El Protocolo n.o 14 le otorgó a jueces únicos la potestad de de-
clarar inadmisibles aquellas demandas que lo fueran claramente; en la actualidad, esto
requiere de tres jueces. Si este juez tenía dudas acerca de la admisibilidad de una de estas
demandas, debía enviarla a un comité. También se permitió que casos repetitivos fuesen
decididos por un comité en vez de por una sala. Los casos repetitivos son aquellos en los
que la jurisprudencia del Tribunal está ya bien asentada; por ejemplo, aquellos referidos
a reclamos por la demora en la tramitación de los procesos civiles, que constituyen más
de un cuarto de los analizados por el Tribunal. Por último, probablemente la modificación
más controversial fue la creación de una nueva causal de inadmisibilidad: el demandan-
te debe haber sufrido algún perjuicio importante. Esto implica que la demanda puede
ser desechada no obstante haber existido una violación de los derechos fundamentales.
Durante varios años, el Sistema Europeo de Derechos Humanos ha tenido una carga de
trabajo que le impide mantenerse al día, motivo por el que se requería de una reforma
urgente. Esta se materializó con el Protocolo n.o 14, recientemente en funcionamiento, que
si bien no resolverá todos los problemas del Tribunal, no deja de ser un avance. Probable-
mente en un futuro cercano será necesario implementar nuevas modificaciones al Sistema
Europeo –algunas de las cuales ya se están planeando–, puesto que el Protocolo n.o 14 no
introduce reformas enfocadas a atacar las causas más profundas del atraso del Tribunal,
sino que solo busca darle una mayor eficiencia. (Díaz, 2010, pp. 613–615)
- Los informes que todos los Estados partes de la CEDH deben presentar bajo solicitud
del secretario general del Consejo de Europa sobre cómo aseguran la implementa-
ción de las normas garantizadas en la CEDH en el territorio bajo su jurisdicción.
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Con el trascurso de los años, el Consejo de Europa ha elaborado otros textos basados en
los derechos humanos, por ejemplo, la Carta Social Europea de 1961 y su protocolo adicio-
nal de 1988, que garantizan una serie de derechos sociales, económicos y culturales, que
se refieren al empleo, a la protección contra la pobreza y la exclusión social, y el derecho a
una vivienda decente; todos derechos que no habían sido considerados en el proceso de
redacción del Convenio Europeo de Derechos Humanos. La Carta fue firmada en Turín el
18 de octubre de 1961 y entró en vigor el 26 febrero de 1965. La Carta ha sido modificada
en el curso de los años y adoptada de nuevo el 3 de mayo de 1996.
I. El preámbulo define los objetivos que este instrumento quiere alcanzar, como el
disfrute de los derechos sociales sin discriminación, la mejora del nivel de vida y la
promoción del bienestar de la población de los Estados contratantes.
III. Derechos y principios recogidos en la Carta, como el derecho al trabajo (art. 1), a
organizarse para la defensa de intereses económicos y sociales (art. 5), a la nego-
ciación colectiva (art. 6); los derechos de los niños y adolescentes a una protección
social, jurídica y económica (art. 7), el derecho a la protección de la salud (art. 11),
a la seguridad social (art. 12), a la asistencia social y médica (art. 13), a la protec-
ción social, jurídica y económica de la familia (art. 16), y a la protección y asisten-
cia por parte de los trabajadores migrantes y sus familias (art. 19).
IV. El principio de aceptación parcial de la Carta, por el cual cada una de las par-
tes contrayentes se considera obligada al menos por siete de los nueve artículos
que se refieren al derecho al trabajo, derecho sindical, derecho a la negociación
colectiva, derecho a la seguridad social, derecho a la asistencia social y médi-
ca, derecho de la familia a una protección social, jurídica y económica, derecho
de los trabajadores emigrantes y de sus familias a la protección y a la asistencia,
igualdad de trato sin discriminación de sexo. Por lo tanto, podemos decir que de la
Carta derivan obligaciones muy diferentes para cada Estado, que de todas formas
tienen que obligarse a un número mínimo de los 31 derechos establecidos en este
instrumento. El número total de las normas a las que el Estado debe estar vinculado
99
no puede ser inferior a 16 artículos o 63 párrafos. Los Estados en el tiempo pueden
siempre comprometerse a más artículos, pero la Carta no establece la posibilidad
de retirar la declaración de aceptación de los derechos.
VII. El anexo contiene la interpretación que hay que dar a ciertas disposiciones y ofrece
una definición del alcance de este instrumento con respecto a las personas prote-
gidas. (Bonet y Bondía, 2004, pp. 454–458)
La Carta Social Europea recoge los principales derechos de carácter económico y social
y, a diferencia de lo que ocurre en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, no esta-
blece un órgano jurisdiccional encargado de controlar la aplicación de este instrumento
jurídico por parte de los Estados partes. El sistema de control utiliza dos procedimientos:
la presentación de informes y el sistema de las demandas colectivas introducido por el
tercer protocolo a la Carta que entró en vigor en 1995. El sistema de los informes consiste
en la presentación de informes por parte de los Estados partes sobre cómo están imple-
mentando las disposiciones incluidas en la Carta Social Europea. En cuanto al mecanismo
de las demandas colectivas, a través de estas, algunos sujetos, como organizaciones in-
ternacionales no gubernamentales con estatuto consultivo ante el Consejo de Europa y
organizaciones nacionales que representan a los empleadores y empleados, pueden pre-
sentar demandas escritas al secretario general del Consejo de Europa que las transmitirá al
Comité de Expertos Independientes, el cual nomina un relator para examinar la demanda.
(Prodecon – Procuraduría de la Defensa del Contribuyente, 2014, pp. 8–9)
100
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Actividad n.° 3
Foro de discusión sobre la tutela de los derechos económicos, sociales y culturales.
Instrucciones
● Ingrese al foro y participe con comentarios críticos y analíticos sobre el tema: tutela de los
derechos económicos, sociales y culturales.
101
Glosario de la Unidad III
C
Consejo de Europa
Cooperación internacional
La Cooperación Internacional es entendida como la interacción creativa entre los Estados, la pro-
moción del dialogo y el acercamiento para resolver problemas comunes a partir del entendimien-
to y no del enfrentamiento. La realización de la cooperación internacional en la esfera política tie-
ne como resultado el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacional, así como el enfoque
coordinado de problemas que afronta la comunidad internacional. (Pérez y Sierra, 1998, p. 19)
Son derechos de tercera generación que defienden tres tipos de bienes: paz, desarrollo y medio
ambiente. Pertenecen a un grupo de personas que tiene un interés colectivo común y requieren
de prestaciones positivas y negativas de parte de los Estados para que se puedan garantizar. En-
tre ellos podemos mencionar el derecho al desarrollo y el derecho de autodeterminación de un
pueblo. (Aguilar, 1998, pp. 98–99)
Juez ad hoc
Figura característica del derecho internacional que se recoge en el artículo 31 del Estatuto de la
Corte Internacional de Justicia. El juez ad hoc es un juez designado por un Estado que en ese mo-
mento carece de juez titular de su nacionalidad, ante una determinada instancia internacional
como la Corte Internacional de Justicia. (Millan, 1990, pp. 215–216)
Son entidades de la sociedad civil internacional reconocidas como actores desde la perspectiva
de las relaciones internacionales, pero desde el derecho internacional, solo se le puede reconocer
una subjetividad menor. A pesar de esto, podemos decir que hoy en día tienen mucha relevancia
en el derecho internacional y son reconocidas como un sujeto del ordenamiento internacional.
(Salmón, 2014, p. 168)
102
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
La Organización de los Estados Americanos (OEA) es una organización americana de alcance re-
gional integrada por los Estados Unidos, Canadá y los países latinoamericanos, que suman un total
de 35 países. El único país que no forma parte de dicha organización es Cuba, al ser expulsada en
1962 porque se consideró que el comunismo es incompatible con el espíritu de la organización. La
sede principal de la OEA está en Washington D. C. Entre los objetivos de la OEA podemos mencio-
nar afianzar la paz y la seguridad en la región, promover y consolidar la democracia representati-
va, asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los Estados miembros, procurar
la solución de problemas políticos, jurídicos y económicos entre los Estados miembros, promover el
desarrollo económico, social y cultural, y erradicar la pobreza crítica. (Mejías, 2008)
Organización internacional
Sociedad voluntaria de Estados que tiene una base jurídica convencional, o sea un tratado. La or-
ganización cuenta con una estructura orgánica permanente e independiente y cuenta con una
personalidad jurídica distinta a la de sus miembros. (Salmón, 2014, pp. 129–130)
Procedimientos especiales
Esta expresión fue acuñada a la luz de la práctica de la Comisión de Derechos Humanos, del Con-
sejo Económico y Social (ECOSOC) y de la Asamblea General, para describir los distintos procedi-
mientos establecidos para promover los derechos humanos en relación con cuestiones o temas
concretos, o para examinar la situación en determinados países. Si bien los mandatos y métodos
de trabajo específicos de los distintos procedimientos especiales varían entre sí, la manera en que
desarrollan su labor tiene muchos aspectos en común. Los procedimientos especiales temáticos
se encargan de investigar la situación de los derechos humanos en todas las partes del mundo,
independientemente de si un determinado país es parte en uno de los tratados pertinentes de
derechos humanos. El mandato les exige tomar las medidas necesarias para vigilar y actuar rápi-
damente ante las denuncias de violaciones de los derechos humanos contra personas o grupos,
ya sea a escala mundial o en un país o territorio específico, e informar sobre sus actividades. En el
caso de los mandatos por país, los titulares deben examinar la totalidad de los derechos humanos
(civiles, culturales, económicos, políticos y sociales), salvo que se les instruya de otra manera. (Na-
ciones Unidas, CH/NONE/2006/158, junio 2006)
Protocolo procedimental
Instrumento jurídico que permite la modificación de un procedimiento, y por ello debe ser firmado
por todos los Estados partes del tratado al cual se adicionan. Solo de esta manera puede entrar
en vigor. (Carrillo, 2003)
103
Bibliografía de la Unidad III
Aguilar, M. (1998). Las tres generaciones de los derechos humanos. Derechos Humanos. Órgano
Informativo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, 6(30), 93-102. Dis-
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106
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Autoevaluación n.o 3
1. ¿En qué ciudad tiene sede la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?
a) New York
b) San José de Costa Rica
c) Washington D. C.
d) Santiago de Chile
e) Lima
a) Protocolo n.o 1
b) Protocolo n.o 14
c) Protocolo n.o 4
d) Protocolo n.o 12
e) Protocolo n.o 6
a) El Protocolo n.o 10
b) El Protocolo n.o 3
c) El Protocolo n.o 11
d) El Protocolo n.o 14
e) El protocolo n.o 4
5. Según el texto, ¿cuál de las siguientes no es una función de la Corte Interamericana de Dere-
chos Humanos?
107
6. Según el texto, ¿cuál de las siguientes alternativas no es un procedimiento de control del Con-
sejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas?
a) Procedimiento de denuncia
b) Examen Periódico Universal
c) Procedimientos especiales
d) Mecanismo Nacional de Prevención
e) Examen Periódico Universal
7. Según el texto, ¿qué tipo de derechos humanos están garantizados por la Convención Euro-
pea de Derechos Humanos?
8. Según el texto, ¿cuál es el órgano jurisdiccional del Sistema Europeo de Protección de los
Derechos Humanos?
9. Según el texto, ¿cuáles Estados miembros de la Naciones Unidas deben pasar por el Examen
Periódico Universal (EPU)?
10. Según el texto, ¿cuáles son los órganos de control del Sistema Interamericano de protección
de los Derechos Humanos?
108
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
UNIDAD IV
DERECHO COMUNITARIO: FUNDAMENTOS
NORMATIVOS Y ESTRUCTURALES
DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD IV
AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÍA
Autoevaluación n.° 4
109
Los fundamentos del derecho comunitario
Tema n.° 1
Para iniciar el presente tema, se debe tener en cuenta que los procesos de integración regional se
han desarrollado a nivel mundial y tienen características comunes. Asimismo, estos procesos de in-
tegración se inspiran en principios específicos que podemos encontrar e identificar en cada uno de
estos procesos: Unión Europea (UE), el Mercado Común del Sur (Mercosur), la Comunidad Andina, la
Comunidad del Caribe (CARICOM), el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), la Asociación
de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC),
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), entre otros. Nos enfocaremos, además,
en resumir las características fundamentales de algunos de estos sistemas de integración regional. Por
lo tanto, en esta sección del manual autoformativo, estaremos enfocándonos en los principios del
ordenamiento comunitario, la relación entre las normas comunitarias y las normas del ordenamiento
internacional, la relación entre las normas comunitarias y las normas nacionales, y daremos algunos
ejemplos de integración regional a nivel global con un enfoque particular en la Comunidad Andina.
En los últimos años, se han implementado en varias regiones del globo relaciones especiales entre
grupos de Estados que buscaban desarrollar procesos de integraciones regionales. Estas relacio-
nes siempre más estrechas, según buena parte de la doctrina, no serían reguladas por el derecho
internacional general, sino que requerirían de un ordenamiento jurídico especial, que muchos
llaman el ordenamiento jurídico comunitario. Generalmente, los Estados partes de un proyecto
de integración regional negocian un tratado internacional que constituye la base legal del pro-
yecto de integración y que delimita los términos del mismo. Piensen en los tratados constitutivos
de la Unión Europea, por ejemplo, donde se incluye un programa de acciones conjuntas para
los Estados miembros, se instituye una organización independiente que trabaje para lograr los
objetivos del proyecto de integración. En cuanto a las relaciones entre el derecho comunitario
o derecho de integración con el derecho internacional público o general, podemos decir que
este ordenamiento jurídico se nutre del ordenamiento jurídico internacional, ya que se origina de
este. Un proyecto de integración siempre se funda en un tratado internacional, que está sujeto
a las normas de derecho internacional; de todas formas, una vez que se implementa el proceso
de integración, el ordenamiento comunitario tiende a alejarse del internacional y a generar una
personalidad propia. Respecto a la relación entre el derecho comunitario y el derecho nacional
de cada Estado parte, podemos decir que el derecho comunitario se inserta en los ordenamien-
tos jurídicos nacionales de los Estados partes del proceso de integración, generando normas que
son superiores respecto a las normas nacionales que generalmente van a sustituir o desplazar. Es
muy común la práctica de los Estados de adecuar sus normas internas a las normas comunitarias,
como en el caso de los estándares europeos en materia de tutela del medioambiente que todas
las empresas que operan en el territorio bajo la jurisdicción de los Estados miembros deben seguir.
Obviamente, de esto deriva que los Estados deben adecuar sus normas internas a estándares
dictados por las directivas europeas. Podemos decir que el derecho comunitario es un derecho
supra-nacional, que va más allá del ordenamiento jurídico interno de cada Estado y que no se
mezcla totalmente con el ordenamiento internacional, sino que crea un ordenamiento con per-
sonalidad jurídica propia.
Pasamos ahora a ver cuáles son los principios que constituyen la base de este ordenamiento su-
pranacional, que han sido reconocidos por la doctrina y también por la jurisprudencia. Los princi-
pios sobre los que se funda un ordenamiento jurídico comunitario son:
- La aplicación directa del derecho: Una norma de derecho comunitario tiene aplicación
directa en los Estados miembros sin requerir de una norma interna que lo transforme en
derecho positivo a nivel interno.
110
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
En cuanto al primer principio en el derecho comunitario andino, tenemos una referencia legal en
el artículo 3 del Tratado que instituye el Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina. Esta norma
establece lo siguiente:
De este artículo entendemos que las decisiones de los órganos arriba mencionados serán efecti-
vas en los ordenamientos internos de los Estados miembros de manera directa, a menos que en
la norma no se mencione de forma expresa que se requiera que el Estado deba crear una norma
doméstica para hacer efectivas esas decisiones. Por lo tanto, podemos decir que las normas co-
munitarias crean obligaciones y derechos para los ciudadanos de los Estados partes del proceso
de integración comunitaria.
Los Países Miembros están obligados a adoptar las medidas que sean necesarias para
asegurar el cumplimiento de las normas que conforman el ordenamiento jurídico de
la Comunidad Andina. Se comprometen, asimismo, a no adoptar ni emplear medida
alguna que sea contraria a dichas normas o que de algún modo obstaculice su apli-
cación.
De esta norma nace una obligación de hacer (obligación positiva) y una obligación de no hacer
(obligación negativa) para los Estados partes del proyecto de integración andina: deben tomar
medidas necesarias para la implementación del derecho comunitario andino y, al mismo tiempo,
abstenerse de tomar las medidas que obstaculicen la correcta implementación de las normas
comunitarias. (Plata y Yepes, 2009, pp. 198–203).
111
Según el principio de atribución de competencias, los Estados estarían dispuestos a ceder algunas
competencias propias de su soberanía a una entidad comunitaria que han aceptado. En reali-
dad, este principio es el más problemático, ya que implica la creación de un nuevo modelo de
soberanía del Estado, que ya no sería una soberanía absoluta, sino una soberanía fragmentaria
y transferible. Obviamente, este es el punto más difícil de aceptar para los Estados, que histórica-
mente han sido celosos de su soberanía. Podemos decir que, aparte de ser uno de los pilares del
derecho comunitario, constituye también un límite a su correcta implementación, ya que esta
depende de manera estricta de qué tipo de competencias los Estados partes están dispuestos a
ceder al ordenamiento comunitario. En ese sentido, podríamos hablar de competencias compar-
tidas entre ordenamiento doméstico y ordenamiento comunitario, y competencias exclusivas del
ordenamiento comunitario.
Por otro lado, el principio de subsidiariedad es fundamental en los casos de competencias com-
partidas entre Estados partes y Comunidad. En estos casos, es necesario determinar quién debe
actuar y qué norma debe tomarse en consideración. El principio de subsidiariedad se introdujo en
el Tratado de Maastricht y regula las competencias no exclusivas en el ámbito de la Comunidad.
Básicamente, se excluye la intervención de la entidad comunitaria para aquellos casos en los que
los Estados partes están en condición de actuar de manera eficaz; y al mismo tiempo, da legitimi-
dad la acción de la entidad comunitaria en aquellas situaciones en las que los Estados no pueden
alcanzar solos los objetivos que se han establecido. En el derecho comunitario andino, no hay una
norma que haga referencia de manera explícita a este principio, pero de todas formas, debe ser
considerado parte de este ordenamiento también.
Pasamos ahora a hablar de algunos procesos de integración regional que se han desarrollado a
nivel global. Como ya hemos señalado, los procesos de integración regional nacen con el objeti-
vo de lograr beneficios económicos y socio-culturales conjuntos. Unos Estados deciden unirse en
una comunidad para lograr objetivos comunes en el campo económico, monetario, financiero,
legislativo y sociocultural a través de la implementación de normas y políticas específicas. Estos
Estados acuerdan cooperar y trabajar juntos para alcanzar la paz, estabilidad y bienestar. Nace
una organización internacional de integración con carácter supranacional a la cual los Estados
transfieren unas competencias en determinadas materias y que cuenta con órganos comunitarios
autónomos. En el curso de los años, se han implementado a nivel mundial diferentes procesos de
integraciones con características comunes y otras propias de cada proceso. El propósito de esta
sección del manual es presentar algunos de estos modelos de integración que de hecho constitu-
yen una referencia para el modelo adoptado por la Comunidad Andina.
Los primeros procesos de integración regional aparecieron en la segunda década del siglo XIX;
en 1828, el Prussian Customs Union; luego de algunos años, se creó el Württemberg en la región
bávara; en 1834, la Unión Aduanera de Alemania (Zollverein, en alemán), una coalición de Es-
tados que tenía el objetivo de gestionar las tarifas y las políticas económicas en estos territorios.
Después de varias décadas, la idea de la integración regional reapareció en Europa, con lo que
podemos considerar el proceso de integración regional más estructurado de la historia. Además,
en 1989 se logró otro importante acuerdo de integración regional: el NAFTA, de sus siglas en inglés
North American Free Trade Agreement (en español, TLCAN: Tratado de Libre Comercio de Améri-
ca del Norte), firmado entre Estados Unidos, Canadá y México. Asimismo, a principios de los años
90, otros acuerdos de integración regional se adoptaron en el subcontinente latinoamericano y
en América Central, como el Mercado Común Centroamericano, fundado por el Tratado Gene-
ral de Integración Económica Centroamericana en 1960 e integrado por Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras y Nicaragua; la Comunidad Andina, fundada en 1969 por el Acuerdo de
Cartagena e integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú; y la CARICOM (Comunidad del
Caribe), fundada en 1973 por el Tratado de Chaguaramas en Trinidad y Tobago, e integrada por
112
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Montserrat, San Cris-
tóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago. También en el con-
tinente asiático y en el africano podemos encontrar ejemplos de integración regional: la ASEAN,
la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, fundada el 8 de agosto de 1969 e integrada por
Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam; y la
OUA (Organización para la Unión Africana), fundada en 1963 e integrada por más de 50 Estados
miembros y reemplazada por la Unión Africana (UA) en 2002.
Pasamos ahora a delinear las principales características de cada uno de estos modelos.
El modelo de regionalismo estratégico tiene como objetivo crear una política económica estraté-
gica y se distingue por su enfoque comercial; su antecedente era la política comercial estratégica.
Este modelo se utilizó sobre todo en el periodo que va desde finales de los años 80 hasta los años
90, por ello, se considera como el nuevo regionalismo; es una respuesta a la Guerra Fría, después
de la cual se crearon bloques económicos muy bien definidos en el ordenamiento internacional.
También lo podemos considerar como una forma de regionalismo nacida para hacer frente de
manera estratégica a los desafíos de la globalización, para que los Estados juntos pudieran en-
frentar la competencia global de manera efectiva. Entre sus características podemos mencionar
la apertura de los Estados partes de este proceso de integración a la economía internacional y la
importancia que se da al libre comercio. En ese periodo entraron a la agenda internacional temas
como la protección del medioambiente, las inversiones extranjeras, las compras gubernamen-
tales, las normas laborales y, por ende, el regionalismo tenía que empezar a considerar también
estos sectores; básicamente, se tenía que concebir una integración profunda. Un ejemplo de este
tipo de regionalismo es el NAFTA.
113
Es importante mencionar que estos tres modelos de integración pueden presentarse de forma
pura o combinados entre ellos, generando modelos mixtos. (Briceño, 2013, pp. 18-22)
Pasamos ahora a ver en detalle algunos ejemplos de integración regional a nivel global en las
diferentes regiones político-económicas.
Antes de empezar este subtema, sería preciso aclarar que la extensión de este manual no nos
permite hacer un estudio del sistema comunitario europeo, pues se requeriría como mínimo otro
manual; sin embargo, este acápite sirve de apoyo al estudio de nuestro tema central: el derecho
comunitario andino.
Hasta el momento, a pesar de los recientes problemas y la crisis económica en la región, la Unión
Europea sigue siendo considerada como el modelo de integración regional más desarrollado y
estructurado a nivel mundial. La UE es un sistema de integración regional conformado por 28 Es-
tados que representan casi la totalidad del continente europeo. Esta organización suprarregional
independiente fue creada después de la Segunda Guerra Mundial para fortalecer la coopera-
ción económica entre los Estados partes, alcanzar una mejora en las condiciones económicas
de cada Estado y evitar otros conflictos. En un primer momento, fueron instituidas la Comunidad
Económica Europea (CEE), a través del Tratado de Roma de 1957; la Comunidad Europea del
Carbón y del Acero (CECA), mediante el Tratado de París de 1951, y la Comunidad Europea de la
Energía Atómica (EURATOM), a través del Tratado de Roma de 1957. La CEE fue sustituida por la UE,
cuando entró en vigor el Tratado de la Unión Europea el 1 de noviembre de 1993, que adquiere
personalidad jurídica con el Tratado de Lisboa de 2007.
Las instituciones principales de la UE son la Comisión Europea, que es el órgano ejecutivo que pre-
para nuevas propuestas de leyes y aplica las decisiones; el Parlamento Europeo, que es el órgano
legislativo de la UE y aprueba las normas y decide acerca de varios temas; el Consejo de la UE,
donde los ministros de los Estados miembros se reúnen para debatir temas específicos y coordinar
las políticas nacionales, y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que resuelve los litigios entre
los gobiernos e interpreta la normativa europea para garantizar que se aplique de manera co-
rrecta.
Hay algunas razones fundamentales por las cuales el regionalismo europeo sigue siendo conside-
rado un modelo a nivel mundial:
114
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
- El enfoque basado en el consenso de todos los Estados partes de este proyecto de inte-
gración. La idea no era aislar a ninguno de los Estados miembros que se encontraban en
algún tipo de problema, la idea era apoyar a estos Estados de manera económica para
un crecimiento general de la región. En la base de este proyecto había un fuerte ideal de
solidaridad entre los Estados.
- La creación de instituciones con una fuerte base legal, la mayoría instituida a través de
tratados internacionales, que tenían que supervisar el proceso de integración. (Cameron,
2010, Traducción libre)
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte entró en vigor desde el 1 de enero de 1994
entre Estados Unidos, Canadá y México, y fue una ampliación de un acuerdo previo, el tratado de
Libre Comercio de Estados Unidos y Canadá de 1988, en el cual no había participado México. El
TLCAN ha abierto los límites económicos de estos tres Estados con los siguientes objetivos:
- Mejorar la economía del Estado mexicano para llevarla a los niveles de los otros dos Esta-
dos miembros del acuerdo;
- Crear unos lineamientos para fortalecer la cooperación trilateral entre los Estados miem-
bros.
Este fue el primer acuerdo: incluir dos países desarrollados y un país en vía de desarrollo, por lo
que obtuvo muchas críticas en Estados Unidos, ya que se consideraba como riesgo potencial el
empeoramiento de la economía de EE. UU.
115
2.3 El Mercado Común del Sur (Mercosur)
En marzo de 1991, los gobiernos de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaron el Tratado de
Asunción, que instituye el Mercado Común del Sur (Mercosur), ampliando los objetivos de un
acuerdo adoptado previamente entre Argentina y Brasil y conocido como el Acta de Buenos
Aires. En el curso de los años, han adherido al Tratado de Asunción a otros Estados: Bolivia en 2015
y Venezuela en 2006. El Mercosur nació como consecuencia del proceso de democratización de
muchos países latinoamericanos. A través del Tratado de Asunción, los Estados partes acordaron
la creación de un mercado común para que la región pudiera competir en el sistema internacio-
nal. El Mercosur representa una forma de regionalismo abierto.
Según lo establecido en el Tratado de Asunción, los objetivos del Mercosur son los siguientes:
El Mercosur también tiene una estructura orgánica; está constituido por el Consejo del Mercado
Común, que es el órgano principal, Mercosur pues toma las decisiones para asegurar el cumpli-
miento de los objetivos mencionados arriba; el Grupo Mercado Común, que es el órgano ejecuti-
vo Mercosur, y la Comisión de Comercio, Mercosur que vela por la aplicación de los instrumentos
de política comercial común acordada por los Estados miembros para el funcionamiento de la
unión aduanera. (Bouzas y Fanelli, 2001)
El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) fue instituido en 1989 para consolidar el
crecimiento económico de los países de la cuenca del Pacífico después de finalizada la Guerra
Fría. La iniciativa fue promovida por el entonces primer ministro australiano, Bob Hawke, y el minis-
tro de Asuntos Exteriores de Japón, Ohira Masayoshi.
Los tres pilares de acción del APEC son la liberalización del comercio y de la inversión, la faci-
litación de las oportunidades de negocio y la cooperación económica y técnica en la región
Asia-Pacífico. La idea de base es generar un crecimiento económico y desarrollo a través de la
eliminación de las barreras comerciales y lograr una integración económica verdadera entre los
países de la cuenca del Pacífico. Es una forma de regionalismo abierto que tiene como objetivo
general la liberalización del comercio, de las inversiones y de los servicios.
A nivel institucional, los jefes de Estado y de gobierno de los Estados partes se reúnen anualmen-
te en cumbres que se celebran en el territorio del Estado que ha asumido la presidencia. De las
cumbres se adopta una declaración que podemos considerar como un plan de acción anual
del APEC. También se llevan a cabo regularmente reuniones de los ministros que tienen carácter
sectorial, y los Senior Officials Meeting (SOM), o sea las reuniones de altos funcionarios.
116
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
3. La Comunidad Andina
La CAN representa un espacio geográfico de 4.71 millones de kilómetros cuadros, o sea un cuarto
de la subregión americana con 7840 kilómetros de costa en el Océano Pacífico y alrededor de
3500 kilómetros de costa en el Mar Caribe. Este espacio presenta una gran cantidad de recursos
naturales como agua, minerales, recursos energéticos, bosques y productos de la tierra. (López,
2001, p. 150)
Todos estos objetivos solo podían ser alcanzados a través de acciones específicas implementadas
por todos los Estados miembros. El artículo 3 del Acuerdo de Cartagena establece las acciones
que se tenían que tomar después de la institución de la CAN:
117
- Profundización de la integración con los demás bloques económicos regionales;
- Integración física;
En una primera etapa, que va desde el año 1969 hasta 1988, la CAN se dedicó principalmente a
la creación de zonas de libre comercio, la firma de acuerdos bilaterales de liberalización comer-
cial siguiendo el modelo del regionalismo europeo. A partir de 1988 y hasta 1998, la CAN vive una
nueva etapa; en 1993, se crea la Zona de Libre Comercio, que llevó a la creación de la Unión
Aduanera en 1995, la cual permitió a los países miembros fijar un arancel externo común para
las importaciones de terceros países. Durante este periodo se implementaron una serie de refor-
mas institucionales que generaron importantes cambios que se manifestaron en la creación de
la Comunidad Andina de Naciones y el Sistema Andino de Integración (SAI). Estos cambios, que
eran necesarios debido al nuevo escenario económico mundial, permitieron relanzar y ampliar el
proceso de integración regional más allá de los sectores económicos y comerciales el 1 de agosto
de 1997. En realidad, es desde este momento que podríamos empezar a hablar de la Comunidad
Andina, anteriormente se le denominaba Pacto Andino. (López, 2001, p. 149)
Después de haber analizado los objetivos de la CAN, pasamos ahora a ver su estructura interna. La
Comunidad Andina está integrada por órganos e instituciones que conforman el SAI, el cual tiene
el mandato de mejorar la cooperación entre los varios órganos e instituciones de la CAN para
maximizar su acción. Podemos distinguir entre órganos intergubernamentales, órganos comunita-
rios e instancias de participación de la sociedad civil.
- El Consejo Presidencial Andino, que es el órgano máximo del SAI, conformado por los jefes
de Estado de los Estados miembros. Este órgano se reúne de manea anual en sesiones or-
dinarias y también se puede reunir en sesiones extraordinarias cada vez que sea necesario.
La presidencia del Consejo cambia anualmente y cada año la asume uno de los países
miembros. Este órgano define las políticas de integración, evalúa los resultados de la inte-
gración regional, organiza y coordina las acciones de los órganos del SAI.
118
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Derechos Humanos y Derecho Comunitario
- El Convenio Andino de Salud, o sea el Convenio Hipólito Unanue, con sede en Lima, que
coordina las acciones que implementan los Estados partes en temas de salud para mejorar
la situación de los pueblos de la CAN.
- La Universidad Andina Simón Bolívar, que es la institución educativa del SAI, dedicada a la
investigación, a la enseñanza sobre todo para conocimientos científicos y tecnológicos.
- Entre las instancias de participación de la sociedad civil, que son básicamente órganos
consultivos, podemos mencionar a las siguientes:
- El Consejo Consultivo Empresarial, que busca promover una mayor participación del sector
empresarial en el proceso de integración;
- El Consejo Consultivo Laboral, que emite opiniones ante el Consejo Andino de Ministros de
Relaciones Exteriores, la Comisión Andina y la Secretaría de la CAN;
- La Mesa Andina para la Defensa de los Derechos del Consumidor, para promover la parti-
cipación de instituciones públicas y privadas para la defensa de los derechos de los con-
sumidores en los Estados miembros;
119
- La Mesa del Pueblo Afrodescendiente de la CAN, que promueve la participación de las
organizaciones que trabajan los temas relacionados a los pueblos afrodescendientes en el
proceso de integración regional. (Aguirre, 2014, pp. 8-9)
120
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Para iniciar el presente tema, hemos de considerar que uno de los más recientes procesos de integra-
ción regional es el proceso de integración regional andina, que tiene como actores principales a los
siguientes países del subcontinente americano: Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú y Chile. Además de
la creación de un mercado regional común para poder incrementar y mejorar la situación económi-
ca de la subregión, se creó un sistema legal y un órgano jurídico especial: el Tribunal de Justicia de
la Comunidad Andina. Por lo tanto, en esta sección del manual autoformativo, estaremos enfocán-
donos en los fundamentos del ordenamiento jurídico andino, sus características, la naturaleza de las
normas comunitarias, su jerarquía y su interpretación.
Como hemos dicho líneas arriba, en el tema n.o 1 de la Unidad 4, el derecho comunitario se consti-
tuye como un ordenamiento separado del ordenamiento interno de un Estado y del ordenamien-
to internacional. Por ende, las normas del ordenamiento comunitario se insertan en el ordena-
miento estatal como normas de rango superior que desplazan o sustituyen las normas domésticas.
A la luz de esta premisa, podemos concluir que el derecho andino constituye un sistema jurídico
independiente, con características propias.
En primer lugar, debemos identificar la fuente madre de este ordenamiento que es el acuerdo
constitutivo, o sea el Acuerdo de Cartagena de 1969, y además, debemos mencionar el Tratado
de Creación del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina del 28 de mayo de 1979, que es el
órgano jurisdiccional de la CAN. En este último tratado encontramos una verdadera relación de
fuentes del derecho comunitario andino. El artículo 1 del Tratado de Creación del Tribunal de Jus-
ticia de la Comunidad Andina establece lo siguiente:
En el ámbito del Acuerdo de Cartagena y del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia de
la CAN, podemos distinguir una verdadera jerarquía de normas que se dividen en normas fun-
dacionales o primarias y normas derivadas o secundarias. Las normas fundacionales o primarias
son las que tienen un rango constitucional y se identifican como las constituciones comunitarias;
básicamente, tienen el mismo rango normativo que tiene una constitución en el derecho interno
de un Estado. Estas son el Acuerdo de Cartagena de 1969 y el Tratado de Creación del Tribunal
de Justicia de la Comunidad Andina del 28 de mayo de 1979, con sus respectivos protocolos. Estas
normas podemos ubicarlas en la parte más alta de la jerarquía de las normas comunitarias. Mien-
tras que las normas secundarias o derivadas se colocan en la parte inferior de la jerarquía de las
normas comunitarias. Los órganos encargados de producir estos tipos de normas de rango inferior
en el ordenamiento comunitario andino son la Comisión de la CAN, el Consejo Andino de Ministros
de Relaciones Exteriores y la Secretaría General, que emana sobre todo resoluciones comunitarias.
Además, en esta categoría tenemos a los convenios de complementación industrial. Por último,
tenemos a las fuentes auxiliares, entre las cuales podemos mencionar las normas de derecho in-
ternacional público, los principios generales de derecho reconocido por las naciones civilizadas,
la jurisprudencia, la doctrina y la costumbre. En esencia, estas últimas son las fuentes del derecho
internacional público, así como las listadas en el artículo 38 del Estatuto de la Corte Internacional
de Justicia.
121
Las normas primarias se colocan al nivel más alto de la jerarquía de las normas comunitarias y a
partir de estas se generan las demás normas del ordenamiento jurídico andino. El Acuerdo de
Cartagena está constituido por una parte programática y una parte orgánica; en la primera en-
contramos normas que se relacionan al propósito y los objetivos de la organización, mientras que
en la segunda hallamos normas que se refieren a la estructura orgánica de la Comunidad Andina,
es decir, los órganos y las competencias de cada uno de ellos. El Tratado de Creación del Tribunal
de Justicia de la Comunidad Andina tiene como objetivo regular el funcionamiento y las compe-
tencias del tribunal mismo. (Zúñiga, 2014, pp. 8-9). Cabe resaltar que las normas primarias se carac-
terizan por ser generalmente incompletas, ya que especifican quiénes son los destinarios de estas
normas, pero no cuáles son las conductas específicas que ellos deben implementar para cumplir
con estas normas. En ese sentido, debemos mencionar el artículo 5 del Acuerdo de Cartagena,
el cual establece lo siguiente:
Los países miembros están obligados a adoptar las medidas que sean necesarias para
asegurar el cumplimiento de las normas que conforman el ordenamiento jurídico del
Acuerdo de Cartagena. Se comprometen, asimismo, a no adoptar ni emplear medi-
da alguna que sea contraria a dichas normas o que de algún modo obstaculicen su
aplicación.
De este artículo podemos deducir que se deja a los Estados libertad para decidir cuáles medidas
implementar para cumplir con las normas de derecho comunitario andino. En otras palabras, los
Estados conservan una competencia legislativa que debe ser desarrollada conforme a las normas
del ordenamiento comunitario. (Plata y Yepes, 2009, p. 209-210)
En cuanto a las normas secundarias o derivadas, estas son dictadas por los órganos de la CAN y
son obligatorias para los Estados de la región. Estas normas regulan materias que anteriormente
eran reguladas por la competencia exclusiva de los Estados. Las normas secundarias deben estar
en línea con el cuadro normativo del sistema regional, o sea conforme al acuerdo constituyente
de la Comunidad Andina de Naciones. En realidad, su validez justamente depende de la confor-
midad formal y sustancial con el Acuerdo de Cartagena. Es importante remarcar una vez más que
las normas derivadas no provienen del derecho de los Estados partes del sistema de integración
regional comunitario, sino de los órganos de la CAN y, por lo tanto, no podemos decir que cons-
tituyen derecho doméstico. Tampoco podemos decir que constituyen derecho internacional, ya
que no son propiamente tratados internacionales y no son negociadas por los Estados, sino por los
órganos que tiene personalidad jurídica propia, diferente respecto a la de los Estados parte del
proceso de integración. (Plata y Yepes, 2009, pp. 204-205).
Pasamos ahora a hacer un ejemplo práctico de normas secundarias. Son parte de estos grupos de
normas las decisiones del Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores que se enfocan en
cuestiones institucionales, como la elección del secretario general de la CAN; cuestiones jurídicas,
como las modificaciones al Acuerdo de Cartagena, y en general, la política exterior común de
los Estados miembros. Estas decisiones son adoptadas a través de consenso. Además, podemos
mencionar las decisiones de la Comisión de la CAN, que se relacionan mayormente al ámbito del
comercio y las inversiones. Estas decisiones son adoptadas con el voto favorable de la mayoría
absoluta de los países miembros. Finalmente, podemos incluir en este grupo de normas las resolu-
ciones de la Secretaría General, que son actos administrativos que pueden ejecutar tanto normas
primarias como normas secundarias, como las decisiones de la Comisión de la CAN.
En cuanto a los convenios de complementación industrial, podemos decir que son acuerdos firma-
dos entre dos o más Estados miembros de la Comunidad Andina de Naciones para promover la
especialización industrial, respetando el artículo 62 del Acuerdo de Cartagena, el cual establece:
“Los Convenios de Complementación Industrial tendrán por objeto promover la especialización
industrial entre los Países Miembros y podrán ser celebrados y ejecutados por dos o más de ellos”.
Un ejemplo de este tipo de convenios es el Convenio de Complementación Industrial en el Sec-
122
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
tor Automotor suscrito por Colombia, Ecuador y Venezuela el 13 de setiembre de 1993. También
entran en esta clase de normas otros convenios que “los Países Miembros adopten entre sí y en el
marco del proceso de la integración subregional andina”, tal como se establece en el artículo 1
del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina.
Finalmente, tenemos a las fuentes auxiliares que no están explícitamente mencionadas en el artí-
culo 1 del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina, que no aportan
mucho al contenido de las normas comunitarias, pero que se deben considerar para precisar este
contenido y el alcance de las normas y facilitar su aplicación. Estas son la jurisprudencia, la cos-
tumbre, los principios generales de derecho y el derecho internacional público, o sea las normas
que regulan las relaciones entre Estados y los otros sujetos de derecho internacional, como las
organizaciones internacionales y los individuos. Cuando hablamos de jurisprudencia como fuente
del derecho comunitario andino, nos referimos a las sentencias del Tribunal de Justicia de la Co-
munidad Andina, que deben ser consideradas como instrumento efectivo para el desarrollo del
derecho comunitario andino. Respecto a la costumbre, nos referimos a las prácticas comúnmente
aceptadas por los Estados de la comunidad internacional como normas y, en este caso, son útiles
para suplir las lagunas legales en el derecho comunitario andino. Los principios generales de de-
recho son otra fuente auxiliar del derecho andino, ya que este puede servirse de estos principios
para interpretar sus normas. Por último, tenemos al derecho internacional público como fuente
auxiliar; en este caso, nos referimos a los tratados internacionales suscritos por los países miembros
con Estados terceros, y los tratados internacionales suscritos por la Comunidad Andina de Nacio-
nes con otros sujetos de derecho internacional. Estas fuentes no se encuentran relacionadas jerár-
quicamente con las otras fuentes, sino que deben ser concebidas más como un instrumento que
el derecho comunitario andino puede utilizar para una correcta aplicación del mismo. (Zúñiga,
2014, pp. 13-19)
Como hemos visto, las fuentes del derecho comunitario andino se encuentran organizadas en una
sólida jerarquía, en la cual tienen un orden específico. Por lo tanto, cada norma tiene una posición
específica en esta jerarquía y debe estar en armonía con las normas de rango superior, de lo con-
trario llegaríamos a romper la legalidad del sistema jurídico. Las normas de derecho comunitario
andino no deben confundirse con las normas de derecho interno, aunque podemos decir que el
derecho comunitario andino y el derecho doméstico de los Estados partes de la CAN coexisten en
un mismo territorio. Ellos tienen unos puntos de contacto que no podemos negar, pero en realidad
nacen de ordenamientos jurídicos diferentes y autónomos el uno del otro. De acá deriva que las
normas de estos dos ordenamientos no pueden derogarse las unas a las otras, y en caso de con-
tradicción entre las normas, en virtud del principio de primacía del derecho comunitario andino,
es la norma comunitaria la que debe primar.
El artículo 1 del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina no crea un
listado cerrado de fuentes del derecho comunitario Andino, lo que sucede un tanto con el artículo
38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia respecto a las fuentes del derecho interna-
cional público. Sabemos que los ordenamientos jurídicos tienen carácter histórico y procesal y la
tendencia a desarrollarse en el tiempo, por lo tanto, es necesario dejar abierto este listado para
futuros desarrollos jurídicos del sistema andino.
Para cerrar este acápite, nos enfocaremos en el tema del control de constitucionalidad de las
normas de derecho comunitario andino. Como cada norma, también las normas de derecho
comunitario deben pasar por un control constitucional. Ya que el ordenamiento comunitario está
separado del ordenamiento nacional de cada Estado, este control no puede ser implementado
por el Estado mismo, pues para las autoridades nacionales, la validez de la norma comunitaria es
indiscutible porque pertenece a un ordenamiento diferente. Se considera el derecho comunita-
rio andino como un derecho de excepción, puesto que no pasa por los controles de juridicidad
por los cuales pasan las leyes nacionales. En el ordenamiento jurídico comunitario hay un órgano
específico que se ocupa de monitorear la aplicación de las normas comunitarias: el Tribunal de
Justicia de la Comunidad Andina.
123
1.1 La interpretación de las normas comunitarias andinas
El artículo 32 del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia de la CAN establece: “Corresponde-
rá al Tribunal interpretar por vía prejudicial las normas que conforman el ordenamiento jurídico de
la Comunidad Andina, con el fin de asegurar su aplicación uniforme en el territorio de los Países
Miembros”. Por lo tanto, podemos decir que el Tribunal de Justicia Andina es la instancia judicial
de la CAN encargada de la interpretación de las normas comunitarias y debe cooperar con el
juez estatal en la administración de justicia, desarrollando lo que podemos llamar un proceso de
interpretación prejudicial. El artículo 33 del mismo Tratado individúa las facultades del juez nacio-
nal respecto a las normas de derecho comunitario andino, señalando:
Básicamente, estamos frente a una atribución diferente para los jueces estatales respecto a la
que se les da en el ordenamiento interno; el juez nacional puede aplicar la norma comunitaria
andina con base en la interpretación brindada por el Tribunal de Justicia de la CAN. Se crea un
sistema de jurisdicción complementario, ya que el Tribunal Andino interpreta la norma comunitaria
y finalmente es el juez nacional el que aplica la ley al caso concreto. No existe una subordinación
del juez nacional al juez comunitario o viceversa. El juez comunitario nunca interpreta una norma
del ordenamiento jurídico nacional, pues esta interpretación es competencia exclusiva de los
jueces nacionales. De esta manera, los jueces nacionales mantendrían su potestad decisional. La
doctrina ha debatito mucho sobre el tema de la relación entre el juez nacional y el juez comuni-
tario, y hay una parte de los teóricos que critican fuertemente el procedimiento de interpretación
prejudicial porque consideran que limitan las competencias del juez nacional y que subordinan su
facultad a la de un órgano judicial comunitario que ejercería un poder decisional. Otra parte de
la doctrina tiene una opinión diferente y se basa en el hecho de que lo que se está interpretando
no es una norma doméstica, sino una norma internacional y es cierto que los jueces nacionales
no tienen competencia para interpretar normas internacionales y, por ende, no estamos ante una
situación de disminución de competencias de los jueces nacionales.
- Competencia aplicativa: la del juez nacional que aplica la norma, así como interpretada
por el Tribunal de Justicia de la CAN.
124
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
2. La emisión de la sentencia por parte del Tribunal de Justicia de la CAN, que es obligatoria
por el juez nacional.
Pasamos ahora a analizar cada una de estos elementos en detalle. La voluntad de los Estados se
demuestra a través de un tratado marco que instituye la organización comunitaria, que en este
caso es el Pacto de Cartagena de Indias. A través de este Pacto, que es un verdadero tratado in-
ternacional, los Estados partes han decidido ceder parte de su soberanía a la Comunidad Andina
de Naciones, mejor dicho, han decidido ceder unas competencias soberanas a la Comunidad
Andina; de ninguna manera los Estados están cediendo su soberanía absoluta. En cuanto al otro
elemento, podemos decir que la CAN presenta un verdadero sistema orgánico bien articulado,
con órganos comunitarios que tienen competencias y facultades específicas, así como hemos
visto líneas arriba. Las decisiones de estos órganos están reconocidas y aceptadas por los Estados
partes de la CAN, los cuales las aplican directamente en sus ordenamientos internos. A través
de la adopción del Pacto de Cartagena, los Estados se han vinculado a aplicar las normas de
derecho comunitario y, por ende, están obligados a implementar los que las decisiones de los
órganos comunitarios establezcan. Por lo tanto, es muy importante que las normas andinas estén
en armonía con las normas internas de los Estados partes para no generar conflictos normativos ni
contradicciones, que pueden incurrir en incumplimiento de la norma comunitaria de parte de un
Estado miembro de la CAN y también en una vulneración de las normas constitucionales de un
Estado parte. De aquí se derivan otras tres características fundamentales del sistema de integra-
ción andina: la aplicación directa de las normas de derecho comunitario, el efecto directo y la
preeminencia del derecho comunitario andino.
125
La aplicación directa del derecho comunitario andino es otra característica de este ordenamien-
to jurídico, que está estrictamente relacionada a la característica de la supranacionalidad. La
aplicación directa está establecida en el artículo 2 del Tratado de Creación del Tribunal de la
CAN, que establece: “Las Decisiones obligan a los Países Miembros desde la fecha en que sean
aprobadas por el Consejo Andino de Ministro de Relaciones Exteriores o por la Comisión de la
Comunidad Andina”. De esto deducimos que la norma comunitaria produce efectos jurídicos
directos en los Estados partes del proceso de integración tan pronto como nace, sin requerir de
una norma interna para que se ejecute, o sea no se necesita un complemento normativo interno
de parte del derecho doméstico, que puede ser la recepción de la norma, la transformación de
la norma o su homologación. De todas formas, cabe mencionar el caso de las normas llamadas
en idioma inglés non self-executing, las cuales requieren de una norma interna para que puedan
ejecutarse. Esta situación está contemplada en el artículo 3 del Tratado de Creación del Tribunal
de la CAN: “[…] Cuando su texto así lo disponga, las Decisiones requerirán de incorporación al
derecho interno, mediante acto expreso en el cual se indicará la fecha de su entrada en vigor en
cada País Miembro”. (Plata y Yepes, 2009, pp. 202-203)
Otra característica es el efecto directo. A diferencia de la aplicación directa, el efecto directo del
derecho comunitario se refiere a los efectos que la norma comunitaria produce en los sujetos de
derechos y deberes, que son los órganos comunitarios, los órganos estatales y sus nacionales. Esto
ha sido señalado por el Tribunal de Justicia de la CAN en la Sentencia 3-AI-96 del 24 de marzo de
1997, en la acción de incumplimiento presentada contra la República de Venezuela (caso café
tostado). En esta sentencia, el Tribunal estableció lo siguiente: “(Los efectos de las normas comu-
nitarias) generan derechos y obligaciones para los particulares al igual de lo que ocurre en las
normas de los ordenamientos estatales, permitiendo la posibilidad de que aquellos puedan exigir
directamente su observancia ante sus respectivos tribunales”. El efecto directo se presenta de dos
maneras: un efecto directo horizontal, que se manifiesta en la facultad de un particular de requerir
a otro particular el cumplimiento de una norma comunitaria, y un efecto directo vertical, que se
manifiesta en la facultad de un particular de acudir a las autoridades estatales para requerirle el
cumplimiento de una norma comunitaria.
126
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Finalmente, podemos mencionar otra característica del ordenamiento comunitario andino que es
la autonomía que tienen los órganos del SAI en la implementación de sus funciones. Estos órganos
tienen una gran autonomía respecto a los Estados miembros, ya que pueden actuar y tomar de-
cisiones sin depender de las normas internas de los Estados miembros.
Generalmente, un proceso de integración regional genera más ventajas que desventajas para los
países partes. De todas formas, es necesario remarcar que no siempre la integración económica
regional entre los Estados genera un crecimiento económico absoluto; piensen, por ejemplo, en la
situación de crisis financiera en la que se encuentra actualmente la Unión Europea. Pero podemos
decir que hay algunos elementos que los procesos de integración regional entre Estados buscan
lograr y que generan ventajas efectivas para los Estados partes del proceso.
Pasamos a ver qué posibilidades y beneficios puede generar para el Estado peruano el proceso
de integración regional de la CAN:
- El proceso de integración generaría una mayor confianza entre los países de la región y un
mutuo reconocimiento. Además, esto produciría un incremento de iniciativas de coope-
ración regional en varios sectores. Estamos hablando de cooperación horizontal entre los
Estados que se encuentran supuestamente todos en una misma posición en el proyecto
de integración regional.
Una cosa que cabe mencionar es que su pertenencia a la CAN muy probablemente ha contribui-
do a posicionar al Perú en la esfera política internacional y ha dado relevancia al Estado a nivel
regional e internacional. Básicamente, la participación del Estado peruano en la CAN ha conlle-
vado a que los demás Estados de la comunidad internacional puedan reconocer al Estado perua-
no como actor clave en América Latina. Además, participando en la CAN el Perú ha demostrado
estar abierto a entablar relaciones de amistad con los Estados fronterizos y, por ende, implementar
proyectos y políticas comunes en varios sectores.
Los Estados partes de la CAN todavía no han hecho fuertes esfuerzos para poder alcanzar el ob-
jetivo último de la CAN, o sea la creación de un mercado interno andino. Hoy en día, el proceso
de integración andina se encuentra frente a algunos obstáculos específicos, como las tensiones
políticas existentes entre los Estados, obstáculos geográficos como las barreras naturales, la salida
de Estados miembros como Venezuela y la atracción de otros proyectos de integración regional
en el subcontinente, como el Mercosur. (Aguirre, 2014)
Uno de los retos principales que el Estado peruano debe superar es lograr una más equitativa dis-
tribución de la riqueza a nivel social y a nivel geográfico. A nivel social se debe lograr una mayor
cohesión social y tratar de obviar las fuertes diferencias entre clases sociales que todavía existen
en el país. Además, el Perú no es solo Lima y, por lo tanto, debe crearse infraestructura a nivel de
provincia para sumar al crecimiento económico que generaría la integración regional, para que
los beneficios se distribuyan de manera balanceada en el territorio.
127
Entre los retos no debemos olvidarnos de los retos políticos. En primer lugar, la politización del co-
mercio, ya que los intereses políticos priman sobre las ganancias de los países. Este es uno de los
factores que ha generado la crisis de la CAN. Otro reto es superar las asimetrías estructurales entre
los Estados miembros del proceso de integración y enfocarse en la cooperación para el desarrollo
productivo y social. Por último, es necesario concebir el proceso de integración como un proceso
cultural y social. En relación a este tema es fundamental hacer todo un trabajo de generación de
identidad de estos Estados y de mutuo reconocimiento, y es importante para lograr esto la partici-
pación de la sociedad civil. De esta manera, los mismos ciudadanos se sentirán parte del proceso
de integración regional. (Rios, 2007)
Además, un reto que la CAN debe tratar de superar es reactivar sus mecanismos internos que ac-
tualmente atraviesan un momento de incertidumbre desde el punto de vista operativo. De esta
manera, podemos empezar a visualizar los beneficios de un proceso de integración regional y de
la implementación del derecho comunitario andino.
Zúñiga, H. (2014). Jerarquía e interacción de fuentes en el marco del derecho comunitario andi-
no. Revista de Economía y Derecho, 11(41), 7-27. Disponible en https://goo.gl/23c2Mo
Actividad n.° 4
Informe acerca de las fuentes del derecho comunitario andino.
Instrucciones
- Lea y analice las fuentes del derecho comunitario andino, de acuerdo al artículo 1 del Trata-
do de Creación del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina.
- El informe no debe superar las dos páginas más carátula (opcional), el tipo y tamaño de letra
que debe ser utilizado es Calibri 11, márgenes: 3.00 (superior), 3.00 (inferior), 2.5 (derecho) y
2.5 (izquierdo).
128
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Glosario de la Unidad IV
A
Aranceles
Los aranceles, denominados también “derechos de aduana”, son las medidas comerciales más
visibles y más frecuentemente utilizadas que determinan el acceso de las mercancías a los mer-
cados. En el contexto del comercio internacional, un arancel es una carga financiera en forma
de impuesto que se aplica en frontera a las mercancías transportadas de un territorio aduanero
a otro. Generalmente son los funcionarios de aduanas del país importador quienes recaudan los
aranceles aplicados a las importaciones cuando se despachan en aduana las mercancías para
consumo interno. Aunque también se pueden imponer aranceles a las exportaciones, el tipo de
arancel más común es el de importación, que ha constituido el principal centro de atención de
los negociadores del GATT/OMC. (Organización Mundial del Comercio, s. f., p. 4)
Cooperación
Relación que se establece entre dos o más países, organismos u organizaciones de la sociedad
civil, con el objetivo de alcanzar metas de desarrollo consensuadas. También se refiere a todas las
acciones y actividades que se realizan entre naciones u organizaciones de la sociedad civil ten-
dientes a contribuir con el proceso de desarrollo de las sociedades de países en vías de desarrollo.
De esta manera, la cooperación puede darse en diferentes niveles, direcciones y formas, dando
origen a la Cooperación Sur-Sur, la Cooperación Triangular, y la Cooperación para el Desarrollo
Nacional. (Cooperación Chilena para el Desarrollo, s. f.)
Globalización
Integración regional
Mecanismo económico más que político, mediante el cual los Estados se integran porque persi-
guen objetivos comunes e intentan alcanzar la competitividad internacional de sus empresas a
través de la creación de Áreas de Libre Comercio, Uniones Aduaneras o Acuerdos Sectoriales de
ámbito regional, para incrementar su nivel de desempeño comercial. (Sánchez, 2009)
129
M
Multilateralismo
La conducta de las actividades internacionales por tres o más Estados de acuerdo a los principios
generales compartidos, a menudo implementada a través de instituciones internacionales o mul-
tilaterales. (Mings y Karns, 2000, p. 256)
Regionalismo
Regionalización
Es un acuerdo comercial vinculante que suscriben dos o más países para acordar la concesión
de preferencias arancelarias mutuas y la reducción de barreras no arancelarias al comercio de
bienes y servicios. A fin de profundizar la integración económica de los países firmantes, un TLC
incorpora además de los temas de acceso a nuevos mercados, otros aspectos normativos rela-
cionados al comercio, tales como propiedad intelectual, inversiones, políticas de competencia,
servicios financieros, telecomunicaciones, comercio electrónico, asuntos laborales, disposiciones
medioambientales y mecanismos de defensa comercial y de solución de controversias. Los TLC
tienen un plazo indefinido, es decir, permanecen vigentes a lo largo del tiempo por lo que tienen
carácter de perpetuidad. (Acuerdos Comerciales del Perú, s. f.)
130
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Bibliografía de la Unidad IV
Acuerdos Comerciales del Perú. (s. f.). ¿Qué es un tratado de libre comercio? Disponible en
https://goo.gl/C4hixd
Villareal, M. A. y Fergusson, I. F. (2017). The North American Free Trade Agreement (NAFTA). Digital
Commons, 5(24). Disponible en https://goo.gl/gwGtRb
Caldentey, P. y Santos, F. (s. f.). Las implicaciones para América Latina de la renovación de para-
digmas sobre regionalismo e integración. Disponible en https://goo.gl/2uKYFs
Cameron F. (2010). The European Union as a Model of Regional Integration. The Council on Fo-
reign Relations. Disponible en: https://goo.gl/R5kZPo
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Comunidad Andina. Agenda Internacional, 7(16), 83-95. Disponible en https://goo.gl/fq4jgp
Crespo, C. (1993). Preeminencia y aplicación directa del derecho comunitario (exposición reali-
zada en la Cámara de Comercio de Guayaquil, el 9 de noviembre de 1993). Disponible en
https://goo.gl/Q6QBhA
Mings, K. A. y Karns, M. P. (2000). The United Nations in the Post Cold War Era (2.a edición). Colora-
do, Estados Unidos: Westview Press.
Organización Mundial del Comercio. (s. f.). Módulo 3: Aranceles y negociaciones arancelarias
(curso online). Disponible en https://goo.gl/ek2mjA
Ortiz, L. (2002). Derecho comunitario y derecho internacional. Jurídica. Anuario del De-
partamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana, 32, 11-23. Disponible en
http://historico.juridicas.unam.mx/publica/rev/indice.htm?r=jurid&n=32
131
Plata, L. C. y Yepes, D. (2009). Naturaleza jurídica de las normas comunitarias andinas. Revista de
Derecho, 31, 196-223. Disponible en https://goo.gl/X6EgDb
Rios, N. (2007). ¿Qué rumbo para la integración latinoamericana? Recuperado del sitio en Inter-
net del Instituto de Investigación y Debate sobre la Gobernanza: https://goo.gl/PP6m4I
Zúñiga, H. (2014). Jerarquía e interacción de fuentes en el marco del derecho comunitario andi-
no. Revista de Economía y Derecho, 11(41), 7-27. Disponible en https://goo.gl/23c2Mo
Instrumentos jurídicos
Tratado de Creación del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina. (10 de marzo de 1996).
Tratado de la Comunidad Andina. Disponible en https://goo.gl/jAFpK2
Mercosur, Tratado de Asunción. (26 de marzo de 1991). Acuerdo de creación del Mercado Co-
mún del Sur (Mercosur). Disponible en https://goo.gl/aCP7sc
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). (1 de enero de 1994). Acuerdo comer-
cial entre los países de Norteamérica. Disponible en https://goo.gl/PzCRpE
Tratado de Niza. (26 de febrero de 2001). Tratado que modifica otros suscritos por la Unión Eu-
ropea. Disponible en http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX:12001C/TXT
Tratado de Lisboa. (13 de diciembre de 2007). Tratado que modifica otros suscritos por la Unión
Europea. Disponible en https://goo.gl/WQh8SE
132
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
Autoevaluación n.o 4
1. ¿Cuál de los siguientes no es un proceso de integración regional latinoamericano?
a) Mercosur
b) CAN
c) ASEAN
d) CELAC
e) UNASUR
a) Unión aduanera
b) Zona de libre comercio
c) Proceso de cooperación y colaboración
d) Proceso de integración regional
e) Proceso de regionalismo
a) La Secretaría General
b) El Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores
c) El Banco de Desarrollo de la CAN
d) El Parlamento Andino
e) La Comisión Andina
4. Según el Tratado de Creación del Tribunal de Justicia de la CAN, ¿cuál es el orden correcto
de la jerarquía de las fuentes del derecho comunitario andino?
133
5. Según el texto, ¿cuál de las siguientes no es una fuente derivada del derecho comunitario
andino?
a) Jurisprudencia
b) Decisiones de la Comisión de la CAN
c) Decisiones del Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores
d) Resoluciones de la Secretaría General
e) Los convenios de complementación industrial
6. Según el texto, ¿cuál de las siguientes es una fuente primaria del derecho comunitario andi-
no?
7. Según el texto, ¿cuál de los siguientes es el órgano que se ocupa de la interpretación de las
normas de derecho comunitario andino?
a) La Comisión de la CAN
b) El Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores
c) El Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina
d) El Parlamento Andino
e) El Consejo Andino de Derechos Humanos
8. Según el texto, ¿cuál de las siguientes no es una característica del sistema de integración
regional andino?
a) Supranacionalidad
b) Autonomía
c) Aplicación directa
d) Dependencia
e) Independencia política
134
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
10. Según el texto, ¿qué se entiende por preeminencia del derecho comunitario andino?
a) Efectos que la norma comunitaria produce en los sujetos de derechos y deberes, que son
los órganos comunitarios, los órganos estatales y sus nacionales.
b) Facultad que tiene el derecho comunitario andino de primar frente a una norma interna
que se le oponga.
c) La norma comunitaria produce efectos jurídicos directos en los Estados partes del proce-
so de integración tan pronto como nace, sin requerir de una norma interna para que se
ejecute.
d) La voluntad de los Estados de transferir parte de sus competencias a una organización
internacional autónoma y supranacional.
e) Las normas comunitarias tienen primacía frente a las normas internacionales.
135
Anexos
UNIDAD I
Número Respuestas
1 b
2 c
3 d
4 b
5 a
6 d
7 b
8 b
9 a
10 c
UNIDAD II
Número Respuestas
1 a
2 b
3 c
4 e
5 a
6 d
7 a
8 d
9 d
10 c
136
MANUAL AUTOFORMATIVO INTERACTIVO
Derechos Humanos y Derecho Comunitario
UNIDAD III
Número Respuestas
1 c
2 b
3 d
4 c
5 a
6 d
7 a
8 c
9 b
10 d
UNIDAD IV
Número Respuestas
1 c
2 d
3 b
4 c
5 a
6 b
7 c
8 d
9 a
10 b
137
Huancayo
Av. San Carlos 1980 - Huancayo
Teléfono: 064 - 481430
Lima
Jr. Junín 355 - Miraflores
Teléfono: 01 - 2132760
Cusco
Av. Collasuyo S/N Urb. Manuel Prado - Cusco
Teléfono: 084 - 480070
Arequipa
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Oficina administrativa: Calle San José 308 2° piso - Cercado
Teléfono: 054 - 412030