Sunteți pe pagina 1din 12

La carretanagua

Tomado de "La Carretanagua," en Enrique Peña Hernández: Folklore de Nicaragua. Editorial


Unión. Masaya, 1968.

La gente se siente sobrecogida de terror cuando oye pasar la Carretanagua, que sale como a la
una de la mañana, en las noches oscuras y tenebrosas.

La Carretanagua al caminar hace un gran ruidaje; pareciera que rueda sobre un empedrado y
que va recibiendo golpes y sacudidas violentas a cada paso. También pareciera que las ruedas
tuvieran chateaduras. La verdad es que es grande el estruendo que hace al pasar par las calles
silenciosas a deshoras de la noche.

Los que han tenido suficiente valor de asomarse por alguna ventana y verla pasar, han dicho que
es una carreta desvencijada y floja, más grande que las corrientes, cubierta de una sábana blanca
a manera de tolda. Va conducida por una Muerte Quirina, envuelta en un sudario blanco, con
su guadaña sobre el hombro izquierdo.

Va tirada por dos bueyes encanijados y flacos, con las costillas casi de fuera; uno color negro y
el otro overo.

No da vueltas en las esquinas. Pues si al llegar a una tiene que doblar, desaparece; y luego se la
oye caminando sobre la otra calle.

No saben los indios de Monimbó a ciencia cierta qué objetivo tengan las andanzas de la
carretanagua. Creen algunos que pasa anunciando la próxima muerte de alguien, pues ya se ha
visto que al siguiente día de haber pasado, una persona enferma de pronto, se pone «mala» y
muere ésa dice la gente que se la llevó la Carretanagua —por el hecho de que habiendo estado
sana, enfermó y murió por el pase de la mortífera carreta.

No son pocos los indios que aseguran que la Carretanagua no va tirada por bueyes, ni por ningún
otro animal. Dicen que camina sola, es decir, por su propia virtud. Pero sea como fuere, la
verdad, es que su paso es temido por la gente del Barrio Monimbó; porque les crea un ambiente
de incertidumbre y desasosiego; y los hace interrogarse a sí mismos:

«¿Pasará hoy por mí?—¿Estaré yo en la raya?»

La cegua

Hace mas de doscientos años, en un pueblito de Cartago, vivía una


mujer muy hermosa, la más linda del pueblo. Bella como una rosa, de
curvas pronunciadas, hermosísimos bustos, piernas torneadas y una
cara sin igual; sin embargo era la muchacha muy orgullosa y no
guardaba la menor consideración por sus padres, a los que con
frecuencia humillaba y desobedecía, pues se decía ser muy infeliz de
ser pobre.

Cuenta la leyenda que, un día, esta bellísima joven recibió una


invitación de un acaudalado y buen mozo español para asistir a un
baile, a lo cual su madre se opuso, pues el joven era reconocido por
sus atributos de conquistador y poco formal con las muchachas.

Ante la negativa de su mamá, la joven estalló en ira y blasfemó contra


ella y llenó de improperios su humilde hogar; su madre la observaba y
lloraba en silencio, ante la actitud de su hija, pero a la joven no le bastó
con insultar, sino que en un momento dado levanto su mano para
abofetearla, pero no había levantado completamente aún su mano,
cuando de la nada salio una mano negra, con grandes uñas y sostuvo
la mano de la hija ingrata, entonces se escucho una voz estruendosa
que dijo:

"Te maldigo mala mujer, por ofender y pretender golpear a quien te


dio la vida, desde hoy y para el resto de los siglos los hombres a ti se
acercarán pero por tu espantoso rostro de ti correrán"

Así es como desde entonces la cegua se aparece de pronto en el camino


pidiendo que a algún jinete la lleve en su caballo, argumentando que
va al pueblo mas cercano; “no hay un hombre que se resista a tan
hermoso cuerpo y dulce ruego”, pero una vez que sube en ancas al
caballo su cara se transforma en la de una horrible bestia similar a la
de un caballo relinchando.

La cegua aparece también a aquellos hombres mujeriegos que andan


a altas horas de la noche en la calle, ella se les aparece y con su dulzura
le hace creer que es una nueva conquista pero en un momento dado
muestra su rostro de caballo.

Muchos dicen haber tenido encuentros con la cegua y aún hoy se


menciona que en cualquier carretera cuando vayas en tu auto y de
noche, has de tener cuidado de quien te haga una parada, pues ella se
subirá con todos sus encantos a tu auto, y cuando estés absorto con
su belleza se convertirá en lo que es, la cegua.

Tomado de “ El cadejo”, En Enrique Peña Hernández: Folfkore de Nicaragua. Editorial


Unión, Masaya, 1968
En las noches, a altas horas, cuado generalmente los hombres van de regreso para
sus posadas, depuse de visitar a sus mujeres, un perro grande y fuerte, de color
blanco, sigue a aquellos a poca distancia, custodiándolos, hasta dejarlos en sus casas.

Este perrote es el Cadejo, el amigo del hombre trasnochador; quien se siente


garantizado cuando se da cuenta que es seguido por dicho animal. Todos los peligros
desaparecen: el perro blanco lucha y vence siempre defendiendo al hombre.

Hay otro perro que deambula por las noches. Es grande y negro, con un collar blanco
en la propia piel. Este es el Cadejo Malo. Es enemigo del trasnochador.

Apenas encuentra a este en su camino, se le abalanza, lo derriba, lo golpea, y lo deja


maltrecho y sin sentido; pero no lo muerde. El tunante así agredido queda como
insulso y dundo, tartamudo y se muere pronto. De este dicen que “lo jugó el Cadejo”.

También el Cadejo Bueno procede así con los tunantes si estos no quieren dejarse
acompañar por aquel y le gritan y lo corren y le tiran piedras. Si yendo el Cadejo
Blanco acompañando a un hombre, encuentra al Negro, se traba ente ambos cadejos
una sangrienta y encarnizada lucha, hasta que cae vencido el Negro.

Los ojos de los Cadejos brillan muchísimo. “Parecen candelas” según el decir de los
indios de Monimbó. El Cadejo no se cansa de caminar. Camina toda la noche hasta el
amanecer en que desaparece.
Tomado de La Llorona (fragmentos) en Milagros Palma: Senderos Míticos de Nicaragua।
Editorial Nueva América, Bogotá, 1987.

La Llorona es una figura popular de esas tenebrosas historias que aterran el sueño de las
comunidades campesinas. Sus lamentos aparecen en medio del coro nocturno de voces de
animales y del ritmo monótono de aguas de quebradas y ríos. Ese concierto lúgubre es el
mismo que ha interrumpido el sueño de generaciones enteras en los pueblos diseminados en
los misteriosos espacios vírgenes de nuestra América.

En Nicaragua se oyen los lamentos de la llorona transportados vertiginosamente por


los caprichosos vientos que proviene de las cuatro esquinas del mundo, Hasta donde
cuenta la gente, La Llorona se manifiesta a través de un quejido largo y lastimero,
seguido del llanto desgarrador de una mujer cuyo rostro nadie ha visto.

En el bario del Calvario de León, se sabía que cerca del río, allá detrás del Zanjón,
pasaba el llorido de la Llorona. Las lavanderas del río contaban que apenas sentían
caer el sereno de la noche, debían recoger la ropa aún húmeda y en un solo montón
se la llevaban. De lo contrario, La Llorona se las echaba al río. Según el comentario de
las lavanderas, La Llorona es el espíritu en pena de una mujer que había botado a su
chavalito en el río.

Sobre La Llorona se oyen muchas versiones, pero algunas explican que ese llanto
misterioso es el profundo dolor de una madre que perdió a un hijo ahogado en el pozo
mientras lavaba la ropa en el río. Pero ¿quién era esa mujer? ¿Quien podrá decirnos
más sobre la vida de esa misteriosa alma en pena?

Siempre en búsqueda de conocer más y más sobre este y otros personajes de la


tradición oral de nuestro pueblo nos embarcamos rumbo a la isla de Ometepe. (....)

...Doña Jesusita, se llamaba la anciana solitaria que viendo nuestro interés por
conocer las historias del pueblo empezó a contarnos sobre el origen del llanto de la
madre en pena.

“...En aquellos tiempos de antigua, había una mujer que tenía una hijita de unos 13
años, ya sazoncita estaba la mujercita. Ella ayudaba a lavar la ropita de sus nueve
hermanitos menores y acarreaba el agua para la casa.

La mamá no se cansaba de repetir a la hija cada vez que la veía silenciosa moler el
maíz o palmar la masa cuando el chisporreteo de la leña tronaba debajo del comal de
barro:
-Hija, nunca se mezcla la sangre de los esclavos con la sangre de los verdugos. Ella le
decía verdugos a los blancos porque la mujer era india. La hija, en la tarde salía a
lavar al río y un día de tantos arrimó un blanco que se detuvo a beber en un pocito y le
dijo adiós al pasar. Los blancos nunca le hablaban a los indios, solo para mandarlos a
trabajar. Pero la cosa es que ella se encantó del blanco y los blancos se aprovechaban
siempre de las mujeres.

Entonces bajo un gran palencón de ceibo que sirve para lavar ropa, ahí por el río, se
veían todos los días y ella se metió con él.

- Mañana, blanco, nos vemos a esta misma hora, -le decía siempre.
Claro, el blanco llegaba y la indita salió pipona, pero la familia no sabía que se había
entregado al blanco. Dicen que ella se iba a ver bajo el guanacaste, para que las
lavanderas no la vieran y no fueran a acusar con la mamá.

Allá al tiempo, ya ella estaba por dar a luz, entonces entró un barco a la isla, aquí en
Moyogalpa. Ya se iba el blanco, se iba para su tierra y entonces como ella estaba por
criar, ella le lloraba para que se la llevara. Pero ¡dónde se la iba a llevar! La indita
lloraba y lloraba, inconsolable, a moco tendido. Él se embarcó y a ella le dio un ataque,
cayó privada.

Cuando ella se despertó al día siguiente, estaba un niño a su lado y en lugar de querer
aquel muchachito, lo agarró y con rabia y le dice:
-Mi madre me dijo que la sangre de los verdugos no debe mezclarse con la de los
esclavos.

Entonces se fue al río y voló al muchachito y ¡pan! Se cayo cuando cayó al agua. Al
instante se oyó una voz que decía:
¡Ay! madre... ¡ay madre!... ¡ay madre!...
La muchacha al oír esa voz se arrepintió de lo que había hecho y se metió al agua
queriendo agarrar al muchachito pero entre más se metía siguiéndolo, más lo
arrastraba la corriente y se lo llevaba lejos oyéndose siempre el mismo llanto: ¡Ay
madre!... ¡ay madre!... ¡ay madre!

Cuando ya no pudo más se salió del río. El río se había llevado al chavalito pero el
llanto del niño que a veces se oía lejos otras veces aparecía cerquita: ¡Ay madre!... ¡ay
madre!... ¡ay madre!...
La muchacha afligida y trastornada con la voz, enloqueció. Así anduvo dando gritos,
por eso le encajaron La Llorona.

Ahora las madres para contentar a los muchachitos que lloran por pura malacrianza,
les dicen:
-Ahí viene la llorona...
La mujer enloquecida se murió y su espíritu quedó errante, por eso se le oyen los
alaridos por las noches... “Por ahí se anda La Llorona, hasta la vez se le oye por todo
el río.”

Los Duendes Robaniños


Mucho se oye hablar de los duendes por todas partes, ellos se llevan a los niños sin
bautizar en un abrir y cerrar de ojos. Según dice la gente en los pueblos y comarcas,
que los duendes son malos espíritus, son unos enanos que tienen la planta del pie al
revés, andan vestidos de rojo y caminan en fila india [uno tras otro], siempre en grupos
de cinco. Viven en los montes.

La hora de salida es entre las ocho y nueve de la mañana cualquier día. Se dice que
los duendes son invisibles para los ojos de los adultos, sólo los niños pequeños y los
mudos los ven y del miedo se ponen a llorar.

Por eso dicen que nunca hay que dejar a un niño solo porque los duendes se lo roban
y se lo llevan a la montaña y lo convierten en duende si no ha sido bautizado, aunque
también se dice que los duendes se llevan a los niños ya bautizados para perderlos en
las montañas.

Los duendes son como niños de cinco años pero con cara de viejos. Son morenos
aindiados, de pelo corto, liso.

A ellos también les gustan las muchachas jóvenes sin casarse. Las invitan a que se
queden a vivir con ellos.
Nicaragua mia

Con un pedazo de cielo


Mi Nicaragua se formó
Por eso es lindo este suelo
El suelo donde nací yo
Sus lagos son serenatas
Maravilloso talismán
Son dos leyendas de plata
El Cocibolca y Xolotlán
¡Qué linda, linda es Nicaragua
Bendita de mi corazón
Si hay una tierra en todo el continente
Hermosa y valiente
Esa es mi nación!
Soy puro pinolero
Nicaragüense por gracia de dios
Soy puro pinolero
Nicaragüense por gracia de dios
La raza nicaragüense
Sabe de luchas y de honor
Y luce altiva en su frente
Los esplendores de su sol
Sólo en Dario se explica
La inmensidad de su creación
Tenía que ser un nica
Del mundo entero admiración
¡Qué linda, linda es Nicaragua
Bendita de mi corazón
Si hay una tierra en todo el continente
Hermosa y valiente
Esa es mi nación!

Soy puro pinolero


Nicaragüense por gracia de dios
Soy puro pinolero
Nicaragüense por gracia de dios
Bella y valiente de veras
Es la mujer que aquí nació
Igual a Rafaela Herrera
Que a los piratas derrotó
Con un mantón de acuarelas
Con los paisajes de un tapiz
Con noches de lentejuelas
Así se viste mi país
¡Qué linda, linda es Nicaragua
Bendita de mi corazón
Si hay una tierra en todo el continente
Hermosa y valiente
Esa es mi nación!
Soy puro pinolero
Nicaragüense por gracia de dios
Soy puro pinolero
Nicaragüense por gracia de dios

Nicaragua Nicaragüita
Luis Enrique Mejía Godoy

Ay Nicaragua, Nicaraguita,
la flor mas linda de mi querer,
abonada con la bendita,
Nicaraguita, sangre de Diriangén.
Ay Nicaragua sos mas dulcita,
que la mielita de Tamagas,
pero ahora que ya sos libre,
Nicaraguita, yo te quiero mucho mas.
pero ahora que ya sos libre,
Nicaraguita, yo te quiero mucho mas.

-Cuando la canción sube un tono, simplemente hay que


subir un tono los acordes:

Ay Nicaragua, Nicaraguita,
la flor mas linda de mi querer,
abonada con la bendita,
Nicaraguita, sangre de Diriangén

Yo soy la flor, la flor de sacuanjoche


naci en Nicaragua al pie de los cerros ahi yo naci
con agua dulcita del lago me bañan y riegan mis tallos
y abono de cenizas de el Cerro Negro y del Momontobó.

En mi patria abundan madroños y cedros caobas quebrachos


desde la frontera puedes ver malinches su amarilla flor
pero de entre todas a mi me escogieron por hermosa y fuerte
pues eso es muy cierto que asi es mi pueblo y que asi soy yo.

Yo soy la Flor ...

Soy Flor orgullosa pues yo soy de un pueblo que duro se faja


que lucha y trabaja y se siente orgulloso tambien de su Flor
su Guardabarranco, su Himno y Bandera, su Escudo y su Patria
yo lo represento y orgullosa digo que esta es mi Nación.

Yo soy la Flor ...

Hablado: Yo soy la Flor de Sacuanjoche, y orgullosamente represento


a esta hermosa tierra de lagos y volcanes
de hombres y mujeres valientes y trabajadores: Mi linda Nicaragua

Yo soy la Flor ...

Quincho barrilete
De la marimba de chavalos de la Tirsa
este tal Quincho se las gana a los demás
con sus diez años no cumplidos todavía
es hombre serio, como pocos en su edad.

Mientras su mama se penquea en la rebusca


Quincho se faja como todo un tayacán
mañana y tarde vende bolis en los buses
para que puedan sus hermanos estudiar.

Que viva Quincho, Quincho Barrilete,


héroe infantil de mi ciudad,
que vivan todos los chavalos de mi tierra,
ejemplo vivo de pobreza y dignidad.

Que viva Quincho, Quincho Barrilete


su nombre, no se olvidará,
porque en las calles, plazas, parques y barriadas
el pueblo lo repetirá.

Joaquín Carmelo viene a ser solo un membrete


que le pusieron en la pila bautismal,
pero su nombre de combate es Barrilete
le cae al pelo, con su personalidad.

Allá en el Open, vive desde el terremoto,


a hacer lechuzas este Quincho es un campeón,
por un chelín, te hace un cometa prodigioso
para ponerle un telegrama al colochón.

El tiempo sigue, incontenible, su camino


y el chavalito que vivió en el Open tres
no volvera a ponerse más pantalon chingo
ni la gorrita con la visera al revés.

Un dia va a enrrollar la cuerda del cometa


y muy feliz mirando al sol se marchará
enfrentará las realidades de su pueblo
y con los pobres de su patria luchará.

La tula cuecho

Gertrudis Traña, así se llama,


pero en el barrio del Coyolar
todos la nombran la “Tula Cuecho',
por el derecho de calumniar;
a flor de labio maneja el chisme,
nadie se puede de ella capear,
si está inspirada, de una sentada
destruye la honra del más “high life',
si está inspirada, de una sentada
destruye la honra del más “high life'.

Tan larga es la lengua de la “Tula Cuecho'


que cuando la saca y la desempaca
le llega hasta el pecho,
y según me cuenta Silverio, el quemón,
en la cartera lleva de perenne
su alta tarjeta de portación.

Desde las playas de Poneloya,


hasta los rieles de la estación,
no hay una lengua más piperina
que se le cuadre en comparación,
todos le tiemblan a la tal Tula,
por Cristo, no es exageración,
hasta el caballo de Arrechavala
dicen que un día se le corrió,
hasta el caballo de Arrechavala
dicen que un día se le corrió.
Tan larga es la lengua de la “Tula Cuecho'
que cuando la saca y la desempaca
le llega hasta el pecho,
y según me cuenta Silverio, el quemón,
en la cartera lleva de perenne
su alta tarjeta de portación.
Cuando a la esquina del “Camiprío'
llega la Tula a tomar pozol,
todos le dicen “Doña Gertrudis'
con especial consideración,
ella se siente muy bien pagada
de las sonrisas de todo León,
pues con su lengua desenvainada
no tiene miedo ni al batallón,
pues con su lengua desenvainada
no tiene miedo ni al batallón.

Tan larga es la lengua de la “Tula Cuecho'


que cuando la saca y la desempaca
le llega hasta el pecho,
y según me cuenta Silverio, el quemón,
en la cartera lleva de perenne
su alta tarjeta de portación.

No es porque me importe meterme en tu vida,


pero me di cuenta que ya la barriga
te viene creciendo desde que Rosendo
te jugó maraña, que tenés la maña
de hacerle caritas a cualquier bayunco,
y que hasta el cusuco de la sastrería
te hizo ya el mandado hace varios días,
que sos la más zángana de Zaragoza,
que me parta un rayo si es falsa la cosa,
pues me han confirmado que sos pizpireta,
que tenés dos niños de Chico Chancleta,
que a don Seferino le robaste un radio,
que fuiste mujer de Lorenzo y Heladio,
y mejor no sigo mencionando jaños,
pues la agitación sólo produce daño
y con esto basta para todo el año. (x2)
Tan larga es la lengua de la “Tula Cuecho'
que cuando la saca y la desempaca
le llega hasta el pecho,
y según me cuenta Silverio, el quemón,
en la cartera lleva de perenne
su alta tarjeta de portación

El que no llora no mama.


El de amarillo se viste a su hermosura se atiene.
El que de ajeno se viste en la calle lo desnudan.
El que pone el baile que ponga la marimba.
El que quiera camarones tiene que mojarse el fundillo.

Lado, ledo, lido, lodo, ludo,


decirlo al revés lo dudo.
Ludo, lodo, lido, ledo, lado,
¡Qué trabajo me ha costado!

La sucesión sucesiva de sucesos


sucede sucesivamente con la sucesión del tiempo.

Si el caracol tuviera cara como tiene el caracol,


fuera cara, fuera col, fuera caracol con cara.

A Cuesta le cuesta subir la cuesta,


y en medio de la cuesta, ¡¡va y se acuesta!!

Compré pocas copas, pocas copas compré,


como compré pocas copas, pocas copas pagaré.

Cinco hermanos muy unidos que no se pueden mirar, cuando riñen aunque quieras no los
puedes separar.
Ver soluciónVer pista
Solución: Los dedos
Soy animal en el campo, soy pintura en la ciudad y mi nombre como dice Braulio en esta
calle esta.
Ver soluciónVer pista
Solución: El paso de cebra

Si me nombras desaparezco, ¿quien soy?


Ver soluciónVer pista
Solución: El silencio

Iba una vaca de lado, luego resultó pescado.


Ver soluciónVer pista
Solución: El bacalao

Desde el lunes hasta el viernes, soy la última en llegar, el sábado soy la primera y el
domingo a descansar

Desde el lunes hasta el viernes, soy la última en llegar, el sábado soy la primera y el
domingo a descansar
Ver soluciónVer pista
Solución: La letra S

Tengo nombre de mujer, crezco en el fondo del mar, en la arena de la playa tú me podrás
encontrar.
Ver soluciónVer pista
Solución: La concha

S-ar putea să vă placă și