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Ensayo filosofía de las ciencias

La anomalía como impulso en la ciencia normal, y su llamado a la revolución científica

Por: Steven Castro Londoño

Dirigido a: Óscar Eduardo Ocampo Ortíz

Universidad Tecnológica de Pereira

2018-2
Resumen:

Veremos que la ciencia, regularmente trata de suprimir las novedades, su curso


está siempre determinado por una línea de bien definida con antelación, aproximando
fantasmalmente los objetivos y logros que estén a su alcance según su proyección de un
desarrollo progresivo. Mas, tarde o temprano podrían darse complicaciones en su
proyección hacia el futuro, descubriendo así que lo planeado no es en realidad tan
exacto y ‘verdadero’ como aparentaba, en vista de un, o una sucesión de fenómenos
anómalos. Es pues, esta manifestación fuera de toda predicción, la encargada de
modificar el curso del desarrollo paradigmático, manteniéndolo en constante
movimiento, renovando su vitalidad, obligándolo a empujarse a sí mismo hacia
contenidos que antes no tenía, promoviendo la virtud de su realización práctica y
teórica.

Abstract:

We will see that science, is regularly deleted news, its course is always
determined by a well defined line in advance, approaching ghostly to the objectives and
achievements that are at its scope according to its projection of a progressive
development. But, sooner or later may give complications in its projection towards the
future, discovering that you had planned it is no actually so accurate and ‘true’ as it
appeared, in the light of a, or a succession of anomalous phenomenon. It is therefore
this demonstration outside of all prediction responsible of modifying the course of
paradigmatic development, keeping it in constant motion, renewing their vitality,
forcing him to push himself towards contents that before did not have, promoting the
virtue of his practical and theoretical realization.
La anomalía, es vista como un problema o percance dentro de un paradigma
predeterminado, a través del cual la ciencia normal surca sus caminos, y estipula sus
linderos; pero ¿qué sucede cuando tal paradigma no da, con precisión, total cuenta de
los fenómenos naturales que se logran apreciar? Es pues, de esta manera, como surge el
enigma en la ciencia normal, cuya comunidad tratará ardua y exhaustivamente de
implementar las debidas investigaciones y someter a experimentación. El desarrollo de
la resolución del enigma que se presenta de forma insospechada, se dará en principio
dentro del paradigma, a causa de una prudencia científica, que resulta similar a una
desconfianza básica.

El paradigma instituido, es la razón a través de la que operan los fenómenos


científicos, de manera que actúa como una especie de filtro, mediante el cual pretende
apercibirse los sucesos del mundo físico-químico en una noción de totalidad. Dicho de
otro modo, condiciona la imagen que se aprecia del mundo de la vida, tratando de
atrapar y racionalizar la m realidad natural, que en el mayor de los casos, sucumbe
ingenuamente ante la canonización paradigma. Por sí solo, no tiende hacia novedades;
para ello es impulsado por la fortuita anomalía.

Cabe resaltar que el científico que no se subordine al filtro paradigmático (que


no debe ser cuestionado), viola las expectativas arraigadas, es visto por la comunidad
como un osado, un hereje. Esta última palabra, del vocablo griego hairetikós (derivado

de hairesis), quiere decir “decisión libre, o libre de elegir”. Así pues, 《el saber científico

es de carácter no-pensativo, contraponiéndose a los principios de la filosofía》

(Heidegger, 2005; 38-39), y es cierto que recolectar y asimilar datos no implica


deliberar ni cuestionar. Lo alarmante es el riesgo de que la ciencia, en virtud de alcanzar
su esencia buscadora y recolección, no permita hacer presente el pensar en la praxis
vital. Tal vez por ello la anomalía puede llegar a ser un dolor de cabeza, debido a la falta
de costumbre en la reflexión por parte del científico. Considero que la anomalía es
incita al ejercicio del pensamiento científico, pues se sale de los parámetros previstos, e
invita a considerar y cuestionar nuevos sucesos o fenómenos insospechados con cierta
puerilidad, derrocando (no fácilmente) así el prejuicio y el dogma que alberga la
comunidad científica a causa del paradigma.
La anomalía afecta la estructura interna del paradigma, y puede darse la
posibilidad que su efecto cause una re-edificación o revolución científica, en un caso
extremo; no hay nada más desilusionante que ver cómo decaen los frutos de arduos años
de esfuerzo, investigación y experimentación, tal vez sea por ello que por sí solo, no
tiende hacia novedades fácticas o teóricas si no es absolutamente necesario. Mas cuando
es sustituido, no está derrocado por completo, pues no se puede objetivas que un
paradigma sea más verdadero que otro.

Cuando se llega a una acumulación de enigmas, que atentan directamente contra


la ‘cómoda’ estabilidad del paradigma, consecuentemente, éste entra en crisis, lo que da
lugar a posibles modificaciones, o hasta un cambio de paradigma. Pero… ¿Qué se tiene
en cuenta una vez llegado el extremo de considerar un nuevo paradigma?
Consensualmente, que dé mejor y más precisa explicación de los fenómenos, ésta se
somete a consideración teórica, teniendo en cuenta que sea más simple, servible y
estético (según su manera de exponer la visión del mundo). No se busca un
perfeccionamiento, puesto que un paradigma nunca es mejor que otro; sólo se da un
cambio en su estructura, proporcionando así atribuciones y cualidades que antes no
tenía. Su curso es su vía de desarrollo, empujándose a sí misma hacia contenidos que
antes no tenía.

En los tiempos en los que aún se buscaban elementos para completar la tabla
periódica, descubrir algún elemento correspondía a una teleología ordinaria dentro de la

ciencia normal; era motivo de felicitación más que de sorpresa. 《La frase “el oxígeno

fue descubierto” induce a error, debido a que sugiere que el descubrir algo es un acto

único y simple》(Kuhn, 1971; 97). Un descubrimiento ha de ser fortuito, que sale al

encuentro en un momento indeterminablemente justo, place desinteresadamente; y


mientras más inesperado sea, más valor le será atribuido. La sorpresa o novedad, surge a
partir de la investigación y experimentación de los sucesos naturales anómalos (o
patológicos), de los cuales, fruto de estudio, surgen teorías radicalmente nuevas. Ahora
bien, una anomalía no es detectada de la noche a la mañana, debe existir un proceso de
digestión del fenómeno paulatina, que inicia desde el inconsciente, donde pasa
desapercibida en primera instancia, y gracias a la constante asimilación indirecta, es
posible llegar a ser consciente de ella, a notar su presencia, la cual es preludio al

descubrimiento. 《El descubrimiento de los rayos X efectuado por Roetgen, se inició con
el reconocimiento de que su pantalla brillaba cuando no debía hacerlo》(Kuhn, 1971;

100), esto no quiere decir que otros investigadores no hayan podido presenciar el mismo
resplandor antes; sólo que ellos no lograron descubrir algo a lo que Roetgen llegó por
‘accidente’.

Al parecer, el descubrimiento ha de llegar en relación a un kairós (del griego


antiguo, refiere a “momento adecuado u oportuno”), donde se dan las conexiones
causales o asociaciones de contigüidad necesarias para llegar a un fin o lapso
indeterminado en el que algo importante sucede; lapso que es, y que no puede ser otro.
Justo como en Zaratustra, profeta llegado de la montaña quien intentar proveer
nociones de verdad y virtud en todas las formas racionales posibles a la desvirtuada
muchedumbre; la cual, carente de razón, dejan que sus palabras pasen por alto,
prefiriendo la vida de engaños ya que no es tan dolorosa, difícil y sorprendente como la
verdad. En vista de no ser tomado con seriedad, Zaratustra, adelantado para su
época, opta por abandonarlos a su suerte, y recluirse en la montaña.

Tanto en la ciencia, como en el experimento de las cartas (Kuhn, 1971; 107-

110), la apercepción anómala surge dificultosamente. 《Fenómeno como manifestación

“de algo” justamente no quiere decir, por consiguiente mostrarse a sí mismo, sino el

anunciarse de algo que no se muestra por medio de algo que se muestra》(Heidegger, Ser

y tiempo; el concepto de fenómeno; 39). En primera instancia, sólo lo que es habitual y


está previsto se experimenta, ya que la anomalía puede esconderse a simple vista; sin
embargo, un campo más amplio de perspectiva da como resultado la apreciación de ese
“algo raro”, que está transgrediendo lo usual.

Se ha dicho que la ciencia normal tiende a suprimir la novedad; no obstante,

también puede ser tan efectiva como para hacer que surja. 《Cuanto más preciso sea un

paradigma y mayor sea su alcance, tanto más sensible será como indicador de anomalía

y, por consiguiente, de una ocasión para el cambio de paradigma》 (Kuhn, 1971; 111).

El paradigma, aunque en oposición a su finalidad, ayuda en la función de detectar


anomalías, ya que conociendo con precisión lo que puede esperarse, está en plena
condición de identificar ciertos sucesos anómalos que hayan tenido manifestación,
puesto que irrumpe con la armonía o comodidad instituida consensualmente por la
comunidad científica.

En conclusión, la anomalía es vista como una gran ventaja y oportunidad de


avance, de progreso, ya que es motor de innovación, de descubrimiento, propone una
renovación de lo estipulado, una revolución de lo instituido. Es esperanzadora, pues a su
vez incentiva el desarrollo del pensamiento, la reflexión y la deliberación del científico,
que se vislumbra en el tiempo a causa de su emancipación de la filosofía; aunque una
vez desprendida de este pecado original, existe constantemente en su relación.

Bibliografía:

 Thomas Kuhn: La estructura de las revoluciones científicas (2005)


Fondo de Cultura Económica de España.
 Heidegger: ¿Qué significa pensar? (2005) Trotta editorial.
 Heidegger: Ser y tiempo (1997) trad. Jorge Eduardo Rivera Cruchaga.

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