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EL ROBO DE VEHÍCULOS

1.1. Introducción
El robo de vehículos es el delito que tiene mayor incidencia en el mundo, es una
actividad delictiva que tuvo sus orígenes a partir de la revolución industrial y la
fabricación de vehículos automotores a escala industrial. Debido a que en la
actualidad es un artículo necesario para el transporte particular y público, la
producción de estos vehículos se ha incrementado en el mundo entero, en nuestro
país en los últimos años también se ha incrementado la importación de vehículos,
pero este incremento también es de vehículos usados de procedencia europea
aumentando desmedidamente el parque automotor, incrementando también el
delito de robo de estos vehículos.

Diariamente, alrededor de 120 vehículos de distintos tipo son robados en Bolivia.


Puede afirmarse que no hay en Bolivia una persona que no haya sido víctima
directa o indirecta de este delito.

El robo de vehículos constituye un negocio millonario. Si se toma como valor


promedio cuatro mil dólares por automóvil, el robo de vehículos representa un
valor acumulado de millones de bolivianos diarios.

El robo de vehículos es un fenómeno complejo que requiere una acción integral y


coordinada de las autoridades. Es un delito múltiple en el cual, además de la
apropiación de un bien ajeno, se combinan muchos otros delitos: daño a la
propiedad privada, amenaza y/o atentado contra la vida y la integridad de la
persona, secuestro, lesiones, agresión, y en muchos casos violación y/u homicidio.

El Estado está obligado a perseguir, aprehender y castigar a los delincuentes que


se dedican al robo de vehículos, pero debe atacar también su vertiente económica
o comercial. Mientras el robo de vehículos represente una actividad que produce
jugosos beneficios económicos, seguirá habiendo ladrones de vehículos.

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Eliminando el lado lucrativo del "negocio" del robo de vehículos, la actividad
perderá su rentabilidad y dejará de tener interés para quienes se dedican a ella.
Para poder cumplir una acción efectiva contra el robo de vehículos es
indispensable asegurar una coordinación estrecha y efectiva de todas las
autoridades competentes: Policía Nacional, DIPROVE, Juntas Vecinales, Policía
Municipal.

Desde la década de los 90, la delincuencia urbana se fue incrementando en forma


notable. En Bolivia, y más precisamente en los centros urbanos con un número
mayor de habitantes, las tasas de criminalidad, y en particular la pequeña
delincuencia, creció en forma sostenida. A partir de esta época y en mérito a las
políticas económicas que imperaban, el Estado utilizo la represión en detrimento
de la prevención, para disminuir la tasa de criminalidad. Esta criminalidad se
convirtió en más violenta y la edad de ingreso en la actividad delictual ha
disminuido.

El incremento del delito y violencia, se debería a una multiplicidad de factores,


entre ellos se podrían nombrar a la exclusión, comercialización de Drogas, Robos
de Automóviles, incremento del índice de pobreza, consumo de drogas,
secuestros extorsivos. El Dr. Marcelo Saín1, en su libro Política, Policía y Delito
hace referencia a ello y dice:

“… Lo que por cierto, parece dar lugar a la conformación de situaciones de


violencia y, en su marco de delincuencia violenta es otra cosa. Se trata de la
desigualdad social extrema existente en determinados ámbito urbanos
aceleradamente desagregados y deteriorados y, en cuyo contexto durante las dos
últimas décadas se fue desarrollando un abarcativo proceso de rápida
marginación de gran parte de la población de estos lugares. En ellos, si se han
constatado elevados niveles de violencia delictiva pero que tienen a esa misma
población como la principal victima de la misma. Desde luego, la creciente

1
SAIN, MARCELO. “Política Policía y Delito” Edit. Albatros. Buenos Aires Argentina. 2005. p. 142.

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situación de marginalidad extrema de vastos sectores pobres, fundamentalmente
jóvenes desocupados, y la profunda y acelerada polarización social dada en
determinados ámbitos urbanos como los existentes en las ciudades del eje La
Paz, Cochabamba y Santa Cruz…”
Saín dice que estas podrían ser algunas las causales del aumento del delito, en el
conurbano citadino, pero también en el libro de referencia da cuenta de que las
causas mencionadas no son las principales causas del incremento de la violencia,
sino que la principal causa es un sistema Policial y Judicial deficiente.

“… De todos modos, este conjunto de factores no se ubica entre las principales


causas de la enorme expansión y diversificación de las actividades propiedad de
la criminalidad organizada que se ha observado en nuestro país. El negocio del
tráfico y comercialización de drogas ilegales, el de los secuestros, el de los robos
de mercancías en tránsito perpetrados por los denominados Piratas del Asfalto, el
de los asaltos a bancos o camiones de caudales y el del robo de vehículos para su
posterior, desguace en los desarmadores y la venta ilegal de autopartes
constituyen complejas empresas económicas que no crecieron como
consecuencia de la pobreza o la marginalidad sino, más bien, de la existencia de
un sistema policial y judicial deficiente… “ 2

La problemática de la Seguridad-Inseguridad, ha sido un tema de debate, donde el


Estado ha esperado hasta último momento para intervenir.

1.2. La Teoría del Delito


Esa idea, forma o modo se expresa en una fórmula, llamada definición. La
definición debe indicar lo que es el delito y debe sintetizar los criterios. El concepto
del delito ha sido formulado en abundantes definiciones, que pueden ser
agrupadas en: formales (o nominales), sustanciales (o materiales).

2
SAIN, MARCELO. “Política Policía y Delito” Edit. Albatros. Buenos Aires Argentina. 2005. p. 143.

3
La Teoría General del Derecho (=TGD) parte del presupuesto de que el Derecho
es una realidad razonable, que es una realidad coherente. Tal vez esta afirmación
no se hace explícitamente. Tal vez si se formula explícitamente, la primera
reacción de algunos, sobre todo de aquellos educados en el empirismo más
estricto, es de disgusto. Pero el hecho es que no hay ni puede haber una TGD si
no se admite que la realidad profunda del Derecho es la de ser un orden racional.
Si alguno se opone a la TGD es a lo arbitrario, a lo caótico, a lo carente de
racionalidad. En efecto, la misma palabra “teoría” quiere decir una explicación
coherente que es propuesta por alguien con el fin de entender algo. “Tener una
teoría sobre un fenómeno” significa poseer una interpretación racional de ese
fenómeno. La TGD tiene, por tanto, la pretensión de proponer un orden racional
apto para servir de instrumento para entender la multiplicidad de los fenómenos
jurídicos bajo un punto de vista que subraye la que tiene en común, la coherencia
que los relaciona, la subyacente estructura lógica que les sirve de enlace.

La divergencia en lo que se entiende por “Derecho” se debe a que se parte de


diversas concepciones del proceso científico o a ambas cosas pues están
estrechamente relacionadas. El resultado ha sido que en un largo trascurso de la
historia de las ideas no se ha dado una sola TGD sino varias.

La mayoría de ellas son teorías parciales, que solo toman en cuenta un aspecto
del Derecho pero no su realidad integral o que, partiendo de un concepto limitado
de la ciencia, lógicamente no puede llegar mas que ha conclusiones parciales (el
objetivo “parcial” lo tomamos aquí en el sentido de “aquello que solo se verifica en
parte”, no en el sentido de “aquello que favorece a una persona en detrimento de
otras”). Las teorías que parten o de filosofías limitadoras de lo que es el Derecho
o de conceptos limitados del proceso científico suelen ser validas en lo que
afirman pero incompletas en la medida en que ignoran otros aspectos de la
realidad jurídica.

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3Entonces la TGD elaborada a partir de ese presupuesto filosófico dará como
resultado una interpretación del sujeto jurídico, De la relación de propiedad, del
Estado, etc., en ningún modo falsa pero si limitada en su validez a las
circunstancias; en que el presupuesto filosófico este funcionando. En otras
circunstancias (por ejemplo, cuando se requiere utilizar al Derecho ya no como un
medio de sojuzgamiento sino de instrumento de control de los mas fuertes y de
liberación de los mas débiles) las interpretaciones antes propuestas dejaran de ser
validas y requerirán una nueva versión.

También se llega a una TGD limitada cuando se parte un presupuesto que limita
de antemano el proceso científico y su correspondiente método. Kelsen nos ofrece
un buen ejemplo de ello. Por sus prejuicios positivistas y por su idea de lo que
debe ser el método de la TGD, excluye como objeto de su estudio no solo los
aspectos metafísicos del fenómeno jurídico (su justicia) sino también los aspectos
sociológicos, económicos y políticos. La conclusión es una excelente teoría de los
aspectos lógicos del Derecho pero una teoría de la cual no se puede (ni Kelsen
quiere) afirmar que abarca la integridad del Derecho.

1.3. El delito

1.3.1. Concepto
La palabra “delito” deriva del “supino delictum” del verbo “eliquere”, a su vez
compuesto de “linquere”, dejar, y el prefijo “de”, en la connotación peyorativa, se
toma como “linquere viam” o “rectam viam”; dejar o abandonar el buen camino 4

Edmundo Mezger en su Tratado de Derecho Penal, al estudiar el delito, comienza


con la siguiente frase: “Delito en sentido amplio es la acción punible entendida

3
Teoría General del Derecho. Miguel Villoro Toranzo. Editorial Porrúa. págs. 1,5-8
Teoría General del Derecho. Norberto Bobbio. Editorial TEMIS. Págs. 20-22
Teoría Pura del Derecho. Hans Kelsen. Editorial Porrúa. Pág. 15
Instrucción al Derecho. Mario Álvarez Ledesma. Editorial McGRAW-HILL. Págs.89-92
4
REYNOSO DÁVILA, ROBERTO, “Teoría General del Delito”, Ed.Porrua, Av. Republica de Argentina
num. 15, México DF. 2006, (6ta ed.) p.21.

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como el conjunto de los presupuestos de la pena. En tal sentido la palabra ha
logrado desde hace mucho tiempo carta de nacionalidad”.5

El delito es la comisión u omisión que hace una persona en desmedro de otra y


excepcionalmente en su propio perjuicio.

1.3.2. Elementos del delito


Siendo el delito el acto típico, antijurídico y culpable; algunos autores colocan
entre estos elementos un cuarto: la pena considerada una consecuencia, pues sin
pena el delito no tiene ningún justificativo.

Autores como Jiménez de Asúa, Mezger y otros plantean considerar los elementos
del delito como una unidad globalmente. La ausencia de uno de estos caracteres
da lugar a nuevas figuras jurídico penales. Guillermo Sauer, da el siguiente
cuadro, poniendo la alternativa de la presencia o ausencia de uno de estos
elementos:

Aspecto positivo aspecto negativo


a) Actividad a) Falta de acción
b) Tipicidad b) Ausencia de tipo
c) Antijuricidad c) Causas de justificación
d) Imputabilidad d) Causas de inimputabilidad
e) Culpabilidad e) Causas de inculpabilidad
f) Condiciones objetivas f) Falta de condiciones objetivas
g) Punibilidad g) Excusas absolutorias

Distinguimos elementos genéricos, específicos y circunstanciales, los elementos


genéricos del delito son comunes a todos los delitos y sin uno de ellos no hay
delito y son: conducta, tipicidad, antijuricidad, culpabilidad y para algunos, más la

5
Ob. Cit. p. 23.

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pena, por ello se denominan también esenciales.

Los elementos específicos son los que distinguen y diferencian de otros actos, se
oponen al orden jurídico, son propios de cada delito en particular son aquellos que
sumados a los genéricos, hacen que el delito sea lo típico, antijurídico y culpable
en concreto.

Los elementos circunstanciales son los que resultan del acto antijurídico, es decir
la pena que no modifica la naturaleza del delito pero influye en su punibilidad,
hacen que la pena sea calificada en un más o un menos.

1.3.3. El delito de robo de vehículos


En el caso de los delitos de robo de vehículos, estamos ante una formula
abstracta, ante un concepto en el sentido lógico, ante una definición creada
porque cierta sociedad, o los intereses predominantes en ella, consideran inmoral,
perjudicial, jurídicamente sancionables, algún tipo de conducta.

Estamos tratando con fenómenos naturales, efectos de determinadas causas, que


se sitúan en una cadena de acontecimientos causalmente ligados entre sí.

Pero si calificamos de delictivo, a un hecho concreto no es porque éste, en sí


mismo, entre sus caracteres naturales tenga el de ser delito como por ejemplo el
haber sido cometido en tal momento y lugar, por un varón o una mujer, un normal
o anormal, con un puñal o una pistola, a raíz de esta o aquella influencia social. La
palabra delito no se aplica a los caracteres naturales de una conducta sino la
relación que ella guarda con un tipo jurídico. Así, si una conducta es calificada
como robo, eso no depende de que el autor no conseguía trabajo, de que había
crisis económica, de que se presento una necesidad apremiante, etc. Sino de que
tal conducta es definida como robo por el ordenamiento jurídico vigente.

Por eso, para saber cual persona es delincuente y cual conducta es delictiva hay

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que establecer previamente lo que dice el derecho penal. Es obvio que el derecho
tampoco puede prescindir de los conocimientos naturalísticos, pues si así obrare,
se movería en un terreno de abstracciones alejadas de la realidad.

El robo de vehículos es nuestra legislación es considerado dentro los delitos


contra la propiedad, se considera otro de los defectos de nuestro Código Penal y
otros americanos, en su atrasada técnica; es el defecto en que se incurre en el
empleo de términos inadecuados e impropios.

La moderna técnica emplea un lenguaje simple, concreto y científico, que tenga


plena exactitud con la valoración de los actos y que esos términos se ajusten a la
significación de los hechos que son protegidos.

El término propiedad importa el derecho de usar, gozar y disponer de una cosa en


forma absoluta, con las prerrogativas establecidas por ley.

En cambio el término patrimonio, se refiere al conjunto de bienes correspondientes


a una persona, la universalidad de los mismos, y luego, comprende los bienes
objeto de valor, como los incorporales, y las cosas materiales o corporales, Los
bienes atacados o violados por los delitos tipificados como delitos contra la
propiedad, son los bienes patrimoniales y no el derecho propietario, que muchas
veces subsiste no obstante el ataque.

Los nuevos códigos, siguiendo las nuevas corrientes, emplean la rúbrica de delitos
contra el patrimonio y no contra la propiedad.

La mayoría de los delitos patrimoniales se construyen sobre la idea del


enriquecimiento injusto del sujeto activo en perjuicio del patrimonio del sujeto
pasivo. Este concepto constituye la base de material de estos delitos. Como se
tiene expresado, el ánimo de lucro se exige expresamente en algunos delitos,
como el hurto y el robo; en otros se da por supuesto y no se menciona

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expresamente. La relevancia dogmática de este elemento constituye el subjetivo
de lo injusto, pero otras veces va más allá de las exigencias legales. En todo caso,
el enriquecimiento se entenderá en su sentido amplio, como el beneficio
patrimonial a favor del autor del delito o de un tercero y su consecuencia del
perjuicio que ocasiona en el patrimonio por la acción delictiva.

En los delitos de apoderamiento como es el delito de robo de vehículos, existe un


desplazamiento físico de las cosas del sujeto pasivo a favor del sujeto activo, Por
ello se exige una acción material de tomar o apoderarse

1.3.4. Los elementos del delito de robo de vehículos


Una acción de apoderamiento de un vehículo significa que la gente tome posesión
material de la misma, la ponga bajo su control personal. En el robo la cosa no se
entrega personalmente al autor; éste va hacia ella, la toma y la arranca de la
tenencia del propietario o del detentador legítimo. Habrá aprehensión directa,
cuando el autor, empleando físicamente su energía muscular, utilizando sus
propios órganos tangiblemente, se adueña de la cosa. El apoderamiento es
indirecto cuando la gente por medios desviados logra adquirir, sin derecho ni
consentimiento la tenencia material de la cosa.

Por dos razones el apoderamiento es el elemento principal del delito de robo:


El apoderamiento es ilícito y no consentido por el ofendido, es la constitutiva típica
del robo, que permite diferenciarlo de los otros delitos de enriquecimiento
indebido.

La acción de apoderamiento es la consumativa del delito de robo.

Las cosas muebles, son los únicos objetos materiales en que puede recaer la
acción delictiva del robo, entre estas están los vehículos automotores.

La cosa sea ajena es un elemento del delito de robo indispensable de demostrar

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en los procesos aún cuando sea por pruebas indiciaria o confesional, por que el
robo, constituye en su esencia jurídica un ataque dañoso a los derechos
patrimoniales de cualquier persona.

Que el apoderamiento se realice sin derecho es innecesario y, en cierto sentido,


tautológica, puesto que la antijuricidad es una integrante general de todo delito,
cualquiera que sea su especie.

El apoderamiento sin consentimiento de la persona que puede disponer de la cosa


conforme a la ley. Se puede manifestar de tres formas:

Contra la voluntad libre o expresa de la victima de la infracción, lográndose el


apoderamiento por medio de la violencia física o moral contra el sujeto pasivo.
Contra la voluntad indudable del paciente de la infracción, pero sin el empleo de
violencias personales.

En ausencia de la voluntad del ofendido, sin conocimiento ni intervención de éste,


cuando el robo se comete de forma furtiva.

El robo es el apoderamiento ilegítimo de una cosa mueble, en nuestro caso un


vehículo automotor total o parcialmente ajena, con fuerza en las cosas o
violencia. El robo puede ser simple (cuando no tiene las características previstas
por la ley como circunstancias calificativas) o calificados.
Los supuestos de robo calificado para los que se prevén penas agravadas con
relación al robo simple, son: que con motivo de robo resulte un homicidio, o
lesiones graves o gravísimas; que se cometieran con escalamiento, etc.

El robo de vehículos, así como cualquier delito, tiene el elemento "antijuricidad",


por lo tanto no se debería exigir esta como elemento de integración, ya que se
encuentra junto al delito en general.
El robo de vehículos puede ser también violento, dentro de esta violencia se dan

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dos formas, la física y la moral, en la física, se aplica la fuerza en una persona
para llegar al resultado (golpes, cortaduras, etc.), y en la moral se hace a base de
insultos o amenazas.

CONCLUSIÓN
La teoría del delito ha evolucionado con el transcurrir del tiempo acompasándolos
cambios en la concepción de derechos humanos. Con los normales reveces en las
teorías que plantean un endurecimiento en conceptos y penas causados por las
realidades sociales que se viven en ese momento dado; y las necesidades
políticas que algunos tratan de llenar por medio del derecho penal.
Pedagógicamente la estratificación de la teoría del delito en el A.T.A.C. (acción,
típica, antijurídica, culpable) es sumamente clara y necesaria para un correcto
acercamiento al tema.

Es así como en esta monografía proporcionaremos la mejor información que se


refiere a la teoría del derecho, información selecta, eficiente y útil para los
interesados en abordar y conocer afondo sobre la teoría del derecho. Es por ello
que tenemos el orgullo de citar las diferentes opiniones e ideologías de grandes
personajes de la materia, gente distinguida, engalanada a nivel nacional e
internacional; como lo es Hans Kelsen, el antes mencionado e igual famoso,
Eduardo García Máynez; Leonel Pérez Nieto Castro, Manuel Rodríguez Lapuente,
Karl Olivecrona, entre otros muchos más autores que se han esforzado por dar
excelentes aportaciones especializadas debido al estudio diario en esta ciencia.

En la mayoría de las corrientes doctrinarias se ven los mismos elementos


componentes del delito, cada uno de los autores le da diferente contenido a estos
elementos o distinta importancia a cada uno de ellos. Según sea su concepción
del derecho penal y de la pena. La teoría del delito es una parte de la teoría
general del Derecho Penal, este se define por el concepto que tenga de pena.

Así d cada teoría de la pena surge una teoría del delito. A su vez esta teoría del

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derecho penal responde a características o necesidades del control social
(vinculado a la estructura económico-social) de una sociedad en un momento
histórico determinado.

Respecto a los nuevos paradigmas, cabe mencionar que para las partes
(Ministerio Público y la defensa), al momento de elaborar la teoría del caso, resulta
recomendable dedicar la mayor parte del tiempo a preparar proposiciones fácticas
(hechos relevantes) y ocuparse de su acreditación, dejando para un segundo
plano discusiones profundas sobre dogmática penal.

Ello tiene su fundamento en que quien decidirá respecto a la responsabilidad o


irresponsabilidad penal es un Juez y no un jurado, personaje con formación
jurídica que no requiere que se le explique en detalle en qué consiste el derecho
penal general o especial.

Basta que al preparar la teoría del caso se realice una correcta subsunción de los
hechos en las normas sustantivas correspondientes.

Se debe tener claro que si el fiscal formula acusación, debe previamente analizar
con especial cuidado que los hechos que imputa constituyen una conducta típica,
antijurídica y que no presenta causales de inculpabilidad, para lo cual debe
conocer y aplicar la teoría del delito.

Lo propio ocurre con la defensa, pues si no opta por salidas alternativas y decide
continuar con el proceso y utilizar su derecho al juicio, alegará o que el hecho
imputado por el Ministerio Público no está suficientemente acreditado, o que
estando acreditado es atípico, también puede basarse en alguna causa de
justificación que elimine la antijuricidad (lo que es bastante frecuente); finalmente,
puede alegar alguna causal de inculpabilidad. En consecuencia, también para la
defensa, será indispensable manejar la teoría del delito.

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En tal sentido, en el presente trabajo se pretende cubrir ambos aspectos. En la
primera parte se trata sobre la teoría del delito que, como señalamos líneas arriba,
es una institución de la dogmática penal que no sólo se mantiene vigente en el
sistema acusatorio, sino que alcanza especial importancia. En la segunda parte se
desarrolla un aspecto de la litigación oral-teoría del caso.

La Teoría Del Delito es un sistema categorial clasificatorio y secuencial, en el que,


peldaño a peldaño, se va elaborando a partir del concepto básico de la acción, los
diferentes elementos esenciales comunes a todas las formas de aparición del
delito.

Este tema se fundamenta en aspectos teóricos que le permiten desarrollarse


plenamente en el campo práctico, al determinar con precisión si existen o no
elementos constitutivos del tipo penal en los comportamientos humanos gestados
en la sociedad.

La teoría del delito atiende al cumplimiento de un cometido esencialmente


practico, consistente en la facilitación de la averiguación de la presencia o
ausencia del delito en cada caso concreto”.

Por ello, “la teoría del delito es la parte medular del Derecho penal. Conocerla,
adentrarse en ella, constituye el mecanismo más adecuado para familiarizarse con
el ilícito, renglón fundamental del universo jurídico.

Introduce una limitación importante al poder punitivo al afirmar que existe una
incapacidad de acción de las personas jurídicas.

Cuando desarrolla el concepto tipicidad, observamos que define al tipo como la


fórmula usada por la ley para señalar los pragmas conflictivos cuyas acciones son
amenazadas con pena. Como vemos, utiliza el concepto de pragma conflictivo, el
cual, existe cuando una acción reconfigura el mundo de cierta manera conflictiva.

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Este concepto refuerza la necesidad de que la acción sea trascendente, al incluir
la acción y su obra en el mundo.

La interpretación debe ser valorativa y tener como fin la de reducir el ámbito de lo


prohibido. Esto permite cumplir con el principio de legalidad estricta. En caso de
que la interpretación no neutralice la violación a este principio, el tipo legal debe
ser declarado inconstitucional.

Finalmente, queremos precisar que no es nuestra intención al realizar este trabajo,


es presentar un trabajo científico, sino poner a disposición de los lectores un
resumen de ambas instituciones: teoría del delito y teoría del caso, utilizando
ejemplos, gráficos, mapas conceptuales y en general herramientas que faciliten su
estudio.

4. BIBLIOGRAFIA
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BASSIOUNI M., Ch., Derecho Penal Internacional, Madrid, España: Tecnos, 1984
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