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Democracia y corrupción

Salomón Lerner Febres

12 04 2018

Si se entiende por gobernabilidad la capacidad que el poder político tiene para conducir a la
sociedad en una cierta dirección, entonces el factor de la legitimidad resulta indispensable.

Se desarrolla en estos días en nuestra capital la VIII Cumbre de las Américas. A la vista de la
crisis por la que atraviesa nuestro país, podría sonar irónico que el tema de la cumbre sea la
relación entre gobernabilidad democrática y corrupción. Pero conviene recordar que la
experiencia traumática de la corrupción en estos años está lejos de ser privativa del Perú. La
red de corruptelas creada por Odebrecht se ha ramificado por varios países de la región, y, por
lo demás, las operaciones turbias de dicha empresa no constituyen el único factor de
corrupción en nuestros países.

Es, entonces, pertinente que los representantes de los países de América reflexionen y, más
que ello, elaboren propuestas concretas sobre cómo poner atajo a este mal que, además de las
enormes pérdidas económicas que genera, socava la legitimidad del orden democrático.

Desde ese punto de vista, el concepto de gobernabilidad resulta clave. El problema de la


corrupción y la gobernabilidad puede entenderse al menos en dos sentidos. Uno de ellos es el
que se acaba de mencionar. Si se entiende por gobernabilidad la capacidad que el poder
político tiene para conducir a la sociedad en una cierta dirección, entonces el factor de la
legitimidad resulta indispensable. Si hablamos de gobernabilidad democrática, y no de
imposición autoritaria, es evidente que solo el poder que es considerado válido por la población
puede gobernar efectivamente. Un poder sin credibilidad está incapacitado de
desarrollar políticas públicas, es decir, de proponer metas y cursos de acción a la población. Y,
por lo tanto, el espectáculo de la corrupción es un serio límite a la gobernabilidad, pues ella
resta credibilidad a los gobernantes. Un ejemplo típico es el de las políticas de recaudación
tributaria: ¿cómo incentivar a los ciudadanos a tributar cuando la experiencia dice que su
dinero va a servir para el enriquecimiento ilícito de los que gobiernan?

Desde otro punto de vista, la corrupción atenta contra la gobernabilidad al hacer que las
acciones del Estado resulten costosas e ineficaces. La corrupción es la causa de la
dilapidación de los recursos públicos. Ella disminuye las posibilidades de que se satisfaga
realmente alguna necesidad de la población. Y además interfiere con los programas de
gobierno razonables, si los hay, al desviarlos para priorizar acciones que den ocasión al lucro
ilegal. La proliferación de obras públicas innecesarias y sobrevaluadas en nuestro país
debería relevarnos de mayor explicación al respecto.

En suma, estamos hablando de una cuestión central para el futuro de nuestras democracias.
Es cierto que, como se suele recordar, una cumbre, una serie de discursos y un
pronunciamiento no resuelven los problemas prácticos. Pero otra forma de verlo es que esta es
ocasión para movilizar a la sociedad civil, para asumir desde ella una agenda de demandas y
de propuestas impostergables. Corrupción o democracia: hay un momento en que nuestras
sociedades tienen que optar por una o por otra.

Qué es Gobernabilidad:

Gobernabilidad se refiere a la coordinación, colaboración y entendimiento entre los


actores de las organizaciones políticas y la sociedad civil que en conjunto posibilitan las
acciones de un gobierno.

Por tanto, la condición de gobernabilidad depende del equilibro y la capacidad de respuesta


eficaz que tenga el sistema político sobre las demandas sociales.

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No obstante, la gobernabilidad también depende de varios factores como:

 Aceptación y legitimación del gobierno y sus representantes por parte de la sociedad.

 Situación económica del país estable.

 La postura y toma de acciones de las organizaciones privadas ante el gobierno y la sociedad.

 Contar con un sistema político responsable en la cual se tomen en cuenta las acciones que
toman los sectores opositores, entre otros.

En este sentido, cuando estos factores llegan a un acuerdo con la sociedad, por ejemplo,
representantes del sector público o privado, el gobierno puede elaborar y desarrollar planes de
acción junto con otros organismos. Es decir, se posibilita la gobernabilidad y se establece el
orden social.

De allí, que en muchos casos se entienda por gobernabilidad la cualidad que posee un
gobierno para procurar la colaboración y llevar una relación compleja entre el sistema político
en general y la sociedad.

Sin embargo, la gobernabilidad se refiere a la condición estable y equilibrada que posee un


gobierno y que permite realizar una implementación de políticas y de resolución de
problemas sociales, políticos, económicos y culturales de manera legítima y efectiva.

Estabilidad de la gobernabilidad

Como ya se mencionó, la gobernabilidad depende de varios factores que determinan su


estabilidad. Sin embargo, el factor más importante es la actividad económica que, junto con la
productividad y las estrategias políticas que fomenten el desarrollo tecnológico y económico de
las instituciones del sector público y privado.

Por ello, es de suma importancia que las acciones que tome el gobierno, en torno al sector
económico y productivo, sean las más acertadas, ya que, de esta manera también se
satisfacen las necesidades de la sociedad y se ejecuta una gobernabilidad equilibrada que
alcance el desarrollo continuo del país y sus ciudadanos.

Sin embargo, hay casos en que la gobernabilidad se ve afectada de manera negativa, por
ejemplo, cuando un gobierno no acierta a la solución de un gran problema económico y toma
medidas desacertadas que afecta al sector productivo y desestabiliza la economía en general,
en consecuencia los ciudadanos se descontentan e inician un proceso de quejas.

En estos casos la gobernabilidad se dificulta porque, tanto la sociedad como las diversas
instituciones públicas o privadas y, el sistema político en general, no llegan a un acuerdo o
negociación.

Por ende, los niveles de crisis aumentan así como el descontento hacia el gobierno. A lo largo
de la historia existen diversos ejemplos de cómo una situación económica desestabiliza y
quebranta la gobernabilidad de una nación.

Por tanto, la estabilidad del sistema político, de las instituciones y de la economía son los que
van a regular y permitir un buen desempeño de gobernabilidad.

Gobernabilidad y gobernanza

Gobernabilidad y gobernanza son dos términos diferentes. Como ya se mencionó, la


gobernabilidad se refiere a la capacidad de implementar políticas y técnicas equilibradas para
gobernar.

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Por su parte, gobernanza se refiere a la respuesta que da el gobierno a las diversas
necesidades sociales, políticas y económicas de un país. Es decir, la gobernanza es la manera
en que se gobierna y que afecta a la gobernabilidad.

Qué es Gobierno:

El concepto principal de gobierno es la autoridad gobernante de una unidad política, que tiene
por objeto tanto dirigir, controlar y administrar las instituciones del Estado, como regular
una sociedad política y ejercer autoridad. El tamaño del gobierno variará de acuerdo con el
tamaño del Estado, y puede ser local, regional y nacional.
Para que un gobierno pueda subsistir, deben desarrollarse algunos poderes o funciones: el
poder ejecutivo, coordina y aprueba las leyes, el poder legislativo, crea las leyes, y el poder
judicial, se encarga que las leyes se cumplan.
El gobierno es el más alto nivel de dirección y de administración ejecutiva, generalmente
reconocido como el liderazgo de un Estado o de una nación, y el gobierno está compuesto por
los directores ejecutivos del Estado, como el presidente o el primer ministro, y por los ministros.

La creación de un sistema de auto-protección social que sea autofinanciable, seguro a largo


plazo, sin corrupción y de muy buena calidad para y con todas las personas que viven en el
Estado, es la misión y el objetivo del gobierno de una nación. Existen diferentes áreas
importantes en la sociedad que el gobierno debe asegurar, como la salud, el trabajo, la
educación, el sustento y la vivienda.
El gobierno se encarga de recaudar un dinero obligatorio (impuestos) a todos los miembros del
Estado, que sirve para crear, desarrollar y mantener empresas de servicios públicos y construir
infraestructuras.

Existen dos formas de gobierno, república o monarquía, y dentro de uno de estos, el sistema
de gobierno puede ser el Parlamentarismo, el Presidencialismo, el Constitucionalismo o el
Absolutismo.
Vea también República.

La forma de gobierno es la manera de cómo se reparte la institución del poder en la sociedad y


cómo es la relación entre gobernantes y gobernados. Existen muchos tipos de gobierno, tales
como:

 el anarquismo, que es cuando existe la ausencia o la falta de gobierno;


 la democracia, que es cuando gobierna el pueblo;
 la dictadura, que es cuando un dictador gobierna con poder absoluto;
 la monarquía, que es cuando un monarca o un rey gobierna;
 la oligarquía, que es cuando unos pocos gobiernan;
 la tiranía, que es cuando un tirano, amo y señor, gobierna con poder absoluto;
 la aristocracia, que es cuando muchos gobiernan pero con exclusión de algunos grupos; y
otros.
Diferencia entre forma de gobierno y sistema de gobierno
El sistema de gobierno no debe confundirse con la forma de gobierno, porque la forma de
gobierno es el modo como se relacionan los poderes, y el sistema de gobierno es la
forma en que se divide y se ejerce el poder político en el ámbito de un Estado.

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