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1.

Motivación según Abraham Maslow

Para Maslow, psicólogo norteamericano, la motivación es el impulso que


tiene el ser humano de satisfacer sus necesidades. Maslow clasifica estas
necesidades en 5 y las clasifica en una pirámide como la de la imagen.
Como se puede observar, en la base están las necesidades básicas, que son
necesidades referentes a la supervivencia; en el segundo escalón están las
necesidades de seguridad y protección; en el tercero están las relacionadas
con nuestro carácter social, llamadas necesidades de afiliación; en el cuarto
escalón se encuentran aquéllas relacionadas con la estima hacia uno
mismo, llamadas necesidades de reconocimiento, y en último término, en
la cúspide, están las necesidades de autorrealización.
La idea principal es que sólo se satisfacen las necesidades superiores
cuando se han satisfecho las de más abajo, es decir, no puedes pasar a la
siguiente hasta que no hayas satisfecho las anteriores.
2. Motivación según Piaget
Este psicólogo conocido por sus aportaciones al estudio de la infancia y del
desarrollo cognitivo, define a la motivación como la voluntad de aprender,
entendido como un interés del niño por absorber y aprender todo lo
relacionado con su entorno.
3. Motivación según Chiavenato
Chiavenato define a la motivación como el resultado de la interacción entre
el individuo y la situación que lo rodea. Dependiendo de la situación que
viva el individuo en ese momento y de cómo la viva, habrá una interacción
entre él y la situación que motivará o no al individuo.
4. Motivación según Herzberg
Frederick Herzberg, psicólogo orientado al trabajo y la gestión de
empresas, define la motivación como el resultado influenciado por dos
factores: factores de motivación y factores de higiene.
Los factores de motivación (logros, reconocimiento, responsabilidad,
incentivos) son los que ayudan principalmente a la satisfacción del
trabajador, mientras que si los factores de higiene (sueldo, ambiente físico,
relaciones personales, status, ambiente de trabajo…) fallan o son
inadecuados, causan insatisfacción en el trabajador.
5. Motivación según McClelland
Este psicólogo afirma que la motivación de un individuo se debe a la
búsqueda de satisfacción de tres necesidades:
La necesidad de logro: relacionada con aquellas tareas que suponen un
desafío, la lucha por el éxito, la superación personal, etc.
La necesidad de poder: referida al deseo de influir en los demás, de
controlarlos; de tener impacto en el resto de personas
La necesidad de afiliación: se refiere al deseo de establecer relaciones, de
formar parte de un grupo; todo aquello relacionado con relacionarse con
los demás.
6. Motivación según Freud
Para Sigmund Freud el ser humano cuenta con motivaciones inconscientes
que condicionan y determinan sus actos y decisiones. A estas motivaciones
inconscientes se les llaman pulsiones.
Freud afirma que la pulsión que hace mover básicamente al hombre es el
lívido. Según sus palabras, el lívido es una pulsión, una energía pulsional
relacionada con todo aquello susceptible de ser comprendido bajo el
nombre de amor, o sea, amor sexual, amor del individuo a sí mismo, amor
materno y amor filial, amor a la humanidad en general, a objetos y a ideas
abstractas.
(https://www.euroresidentes.com/empresa/motivacion/motivacion-segun-
autores)
7) La motivación es el conjunto concatenado de procesos psíquicos (que
implican la actividad nerviosa superior y reflejan la realidad objetiva a
través de las condiciones internas de la personalidad) que al contener el
papel activo y relativamente autónomo y creador de la personalidad, y en
su constante transformación y determinación recíprocas con la actividad
externa, sus objetos y estímulos, van dirigidos a satisfacer las necesidades
del ser humano y, como consecuencia, regulan la dirección (el objeto-meta)
y la intensidad o activación del comportamiento, y se manifiestan como
actividad motivada. (González, p.52)
(https://www.gestiopolis.com/motivacion-concepto-y-teorias-principales/)
No se encontró alegría, me dirige felicidad
FELICIDAD
Se suele pensar que la ética kantiana desdeña la aspiración a la felicidad.
Kant insiste en que la moralidad y la felicidad son bienes heterogéneos,
que el primero tiene prioridad absoluta sobre el segundo y que en casos de
conflicto la aspiración a la felicidad debe dejarse de lado en aras del deber
moral. Esta exigencia es difícil de cumplir por la aspiración natural a
satisfacer los propios deseos y a vivir de manera agradable. No obstante, en
varios pasajes Kant se refiere a la moral como “la dignidad de ser feliz”;
esto significa que quien actúa moralmente merece la felicidad. Aquí se deja
ver la pretensión de que el interés en la felicidad pueda satisfacerse en la
ética de la autonomía. Esto no debe resultar sorprendente, pues, según
Kant, se trata de un interés irrenunciable que constituye el mayor desafío a
la práctica de la autonomía. Sin embargo, la relación de merecimiento da
pie a la sospecha de que el carácter categórico de la moral dependa, en
parte, de su congruencia con el interés en la felicidad. Si esto es así, la
justificación de la moral no puede estar completa a menos que se muestre
cómo se pueden satisfacer al mismo tiempo ambos intereses, el moral y el
que tenemos en nuestra propia felicidad. Si esto resulta imposible, se abre
la posibilidad de rechazar los mandatos del deber moral en aras de la
felicidad. Aunque el propósito central de este libro es examinar la relación
entre la moral y la felicidad en la ética de Kant y contribuir a los estudios
especializados sobre el tema, está organizado para servir, al mismo tiempo,
de comentario crítico a la filosofía moral kantiana y para guiar al lector no
especializado en ella. Se trata del primer estudio comprehensivo de la
filosofía moral de Kant en lengua española.
(http://www.filosoficas.unam.mx/catalogo/?publicaciones=virtud-
felicidad-y-religion-en-la-filosofia-moral-de-kant)

Según la Real Academia Española de la lengua, la felicidad es un “estado


de grata satisfacción espiritual y física”. Esta definición encajaría bastante
con la versión de Platón, ya que para el filósofo griego, alumno de
Sócrates, radica en el crecimiento personal y es fruto de la satisfacción
conseguida a través de pequeños logros. (párrafo 8)
Ser feliz significa autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser
humano. Aristóteles, discípulo de Platón, sostenía que todos los hombres
perseguían la felicidad. Unos son felices ganando dinero; otros, recibiendo
honores, y otros viajando. Cada cual posee el secreto de su propia
felicidad. Pero para eso hay que conocerse bien a uno mismo, claro está, y
saber qué se quiere (párrafo 10)
“Felicidad es la vida dedicada a ocupaciones para las cuales cada hombre
tiene singular vocación”. José Ortega y Gasset (1883 - 1955) (párrafo 27)
Ortega y Gasset mantenía que la felicidad que sentimos es directamente
proporcional a la cantidad de tiempo que pasamos ocupados en actividades
que absorben completamente nuestra atención y nos agradan. (Párrafo 28)
DISFRUTE
Se ha planteado que en relación con la atención es posible lograr un estado
de consciencia en que la persona se encuentre absorta frente al disfrute y
placer que la realización de una experiencia le implica, careciendo de
noción del tiempo y donde las acciones, pensamientos y movimientos se
viven con una continuidad. Esto ha sido definido por el psicólogo Mihaly
Csikszentmihalyi (1998, cit. por Vera 2008) bajo el concepto de “flow”
con referencia al movimiento sin esfuerzo, a un estado de “fluir” con
absoluto control de la energía psíquica de modo que puede emplearse
libremente la atención en superar los retos a los que se enfrenta.
Csikszentmihalyi (cit. por Vera, 2008) distingue dos tipos de experiencia
que inciden sobre el estado de consciencia: la entropía psicológica y la
experiencia óptima. Una persona podrá experimentar la experiencia óptima
del “fluir” cuando sus capacidades estén plenamente involucradas en
superar un desafío y logre mantener ese equilibrio durante el avance de la
actividad. El autor concibe que es posible potenciar los estados de “flow”
mediante entrenamiento, si logramos comprender que lo importante del
disfrute no está en la actividad que se realiza sino en cómo se realiza, ya
sean actividades físicas (deporte, caminar, nadar), de los sentidos
(contemplar obras de arte, escuchar música, tocar un instrumento) o
intelectuales (leer, resolver crucigramas, conversar, escribir).
La propuesta de este autor es particularmente interesante desde el punto de
vista de la enseñanza-aprendizaje de las matemáticas pues se puede
procurar un tipo de desafío (por ejemplo un tipo de problemas) que
guarden equilibrio con las capacidades desarrolladas por los estudiantes,
además la experiencia de disfrute del proceso puede resultar muy
renovadora para los y las docentes.(pg 126)
https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/133226/maar1de1.pdf?sequen
ce=1&isAllowed=

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