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REALIDAD PROBLEMÁTICA:

En la seguridad:
Bajo el riesgo de provocar una explosión que acabe con vidas, la iluminación en minas no se
puede permitir desperfectos

Una buena iluminación es necesaria, porque permite identificar posibles peligros como la
presencia de fracturas y rocas sueltas. En cambio, un mal alumbrado provoca una mayor fatiga
en el trabajador, disminuye su productividad y aumenta la probabilidad de accidentes. La
luminaria debe estar protegida contra el polvo, debe contar con una hermeticidad de al menos
un IP 65, y ser capaz de resistir sacudidas y golpes que puedan llegar a ocurrir en las minas.

Hoy en día existen las posibilidades de asegurar una protección adecuada al trabajo minero. Hay
detectores de gas, las vigas que sostienen los túneles son más seguras, la luz es más eficiente
y provee de una mejor iluminación. La tecnología ha permitido crear un alumbrado más eficiente
y que brinde mayor seguridad. El LED, por ejemplo, tiene una mayor vida útil, permite reducir los
costos de mantenimiento, reduce el consumo de energía, se incrementa la calidad de luz en
relación con las tecnologías de sodio del pasado, tiene una menor emisión de calor, puede
trabajar en temperaturas entre -40 ℃ y 50℃ y, también pueden contar con un sistema a prueba
de fallos.

En la producción:
Teniendo un buen sistema de iluminación, respalda cualquier trabajo y evita fallos en las labores,
que por consecuencia evita las pérdidas innecesarias de tiempo que se reduce en perdida de
dinero para la mina.

El sistema de iluminación contribuye con los sentidos y visión de los trabajadores, por ejemplo,
en notar rápidamente fallas en los equipos, errores en los sistemas con los que trabajan, etc.

Un claro ejemplo del uso de una buena iluminación en minería subterránea sería:

Actualmente, en Chile las necesidades en este ámbito muestran una creciente complejidad, ya
que la búsqueda de leyes superiores en los minerales requiere a yacimientos de superficie ir bajo
tierra, y en el caso de las subterráneas a mayor profundidad, lo que implica ambientes más
demandantes.

En este sentido, Martín Vega, director de Desarrollo de Negocios de la empresa especializada


VegaMinin, explica que este factor exige incorporar nuevos criterios de evaluación económica,
laboral y ambiental en la minería.

“El desafío es proveer iluminación apropiada y constante para la realización de las labores
correspondientes en minería subterránea, más allá de sólo contar con la luz personal, de
emergencia y de la maquinaria en uso”, sostiene el ejecutivo.

Junto con tener relación directa con la gestión de seguridad, la elaboración de proyectos de
iluminación a partir de condiciones ambientales muy adversas, demanda altos estándares de
eficiencia y rendimiento de la inversión.

Patrick González, director de Carreras Escuela de Ingeniería Duoc UC San Bernardo, agrega
que las respuestas ante este escenario consideran aplicaciones de alta tecnología en materias
de eficiencia energética, monitoreo y control a distancia y protección ambiental, aspectos claves
de la llamada “iluminación inteligente”.

“Este tipo de sistemas, basados principalmente en redes de iluminación LED, fortalecen la


seguridad en las faenas mineras, junto con generar un ahorro energético de hasta un 75%,
comparado con las propuestas convencionales”, resalta Vanessa Rochabrun, segment manager
de Schréder. Además, la ejecutiva menciona como ventaja la posibilidad de utilizar energías
limpias (solar y eólica, principalmente) para sostener su funcionamiento.

Martín Vega explica que el uso de energías renovables no convencionales (ERNC) en sistemas
de iluminación puede verse limitado por la exigencia de continuidad operacional. “Como estas
faenas funcionan las 24 horas del día, podemos asumir que por 10 o 12 horas tendremos la luz
solar alimentando el sistema lumínico. El problema es que se requieren otras 12 a 14 horas
donde el sistema dependería de la utilización de baterías que aún presentan una duración
limitada”, explica.

En este punto, los expertos comentan que las aplicaciones tecnológicas de gestión de
consumo resultan claves para obtener los beneficios esperados en cuanto a disminución de
costos.

De acuerdo a Vanessa Rochabrun, una respuesta en esta materia es la utilización de sensores


de movimiento que controlen la iluminación según las necesidades en cada zona de las faenas.
“Si no hay tráfico, la iluminación se reduce y, cuando el sensor detecta presencia de
trabajadores o vehículos, el nivel sube para lograr la iluminación adecuada”, describe.

Además de garantizar el nivel lumínico óptimo, estos avances tecnológicos permiten identificar
y localizar riesgos y fallas, disminuyendo costos asociados a mantenimiento y eventuales
detenciones de faenas.

Análisis y simulación

El desarrollo de soluciones de iluminación en proyectos mineros se inicia en la etapa ingeniería


de factibilidad, en la cual se define su diseño atendiendo a criterios técnicos y operacionales.

De acuerdo a estas condiciones, se analizan y simulan los perfiles lumínicos de los distintos
procesos que se ejecutarán

“Una vez que se han abordado satisfactoriamente estos requerimientos, es factible elaborar las
propuesta técnico-económica que mejor satisfaga las características de cada faena en particular”

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