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Independencia de Cataluña desde la mirada de la teoría de Hart, Kelsen y Benjamin

El 1 de octubre se llevó a cabo en Cataluña un referéndum, de autodeterminación de Cataluña


considerado ilegal por la Justicia, el presidente de la región, Carles Puigdemont, declaró que
asumía el "mandato del pueblo" para que "Cataluña se convierta en un estado independiente
en forma de república". Pero Puigdemont suspendió los efectos de la declaración de
independencia para emprender un proceso de diálogo más sin embargo, según el gobierno
central, los independicistas impidieron el diálogo y continuaron con la represión; el 27 de
octubre el Parlamento de Cataluña aprobó iniciar el proceso de independencia de España para
constituir "una República catalana como Estado independiente, soberano, democrático y
social" (Minder, 2017). A partir de ello, se insta al gobierno autonómico a tomar todas las
medidas necesarias para la entrada en vigor de la llamada "Ley de Transitoriedad Jurídica y
Fundacional de la República", que tendría que dar lugar al inicio de un "proceso
constituyente". (Caparros, 2017).

Siguiendo a Hart, la independencia de Cataluña es válida porque resulta de obedecer y


atender las normativas morales que implican más que la positivación jurídica de una moral
positiva puesto que pretenden ser correctas también desde la perspectiva de una moral ética.
Para la sociedad catalana la independencia de España es lo que en ella se considera justo.

El Derecho es tal por el solo hecho de haber sido sancionado por el legislador y estar
respaldado por la fuerza pública. Pero, la moral juega un papel esencial en el concepto de
validez de las normas y el fundamento último del sistema jurídico está en la moral positiva
(Vazquez & Garzon, 1998).

Se ve claro, pues, que el Derecho está inserto en un orden más vasto, el moral, fuera del cual
carece de sentido. Desde el momento que una ley contradice el bien común o la justicia, deja
de ser Derecho en sentido propio; en otras palabras “esta concepción implica negar categoría
jurídica a las leyes injustas, lo que lleva implícito el derecho a negar obediencia a tales
normas. Se comprende así toda la gravedad que encierra esta cuestión y, por ende, la
importancia del siguiente interrogante: ¿cuál es el criterio que dentro de las complejísimas
cuestiones jurídicas, ha de permitirnos distinguir lo justo de lo injusto?” (Borda, 2010, p.7)

Para los catalanes la nueva estructura administrativa de España le otorgó a los catalanes una
importante autonomía política pero, según la actual dirigencia política de la comunidad, eso
no es suficiente. El estatuto fue alterado por la Corte Constitucional en 2010 lo que los
catalanes sienten como injusto por lo que no quieren obedecerlas y reclaman su
independencia y autonomía.

Por otro lado, para los que van en contra de la independencia de Cataluña, la Ley de
Transitoriedad contradice el bien común y la justicia. Según el gobierno español, Cataluña
ha incumplido la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce,
protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno; han vulnerado de manera
sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente. Para el gobierno, las acciones de los
catalanes se han situado al margen del derecho y de la democracia, han atentado la unidad de
España y la soberanía nacional. Siguiendo a Kelsen, el incumplimiento del derecho (conjunto
de normas con efecto coactivo) por parte de Cataluña al promulgar la Ley de Transitoriedad
Jurídica y Fundacional de la República trae consigo una sanción que es el efecto coactivo.
Las normas que forman al Derecho son norma positiva, que autoriza una conducta
determinada donde el individuo (Cataluña) debe dirigirse conforme a la norma. En derecho,
las acciones de los independicistas, del gobierno de Cataluña liderado por Puigdemont,
contradicen las normas por lo que hay una consecuencia jurídica, de ahí, según Kelsen, se
habla de imputación, una sanción (Kelsen, 2008).

Son estas las razones que respaldan la decisión del gobierno español de aplicar el artículo
155 de la Constitución promulgado para casos en los que alguna de las 17 comunidades
autónomas que forman España "no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras
leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España".
Entonces, obliga a la región a cumplir con las obligaciones constitucionales. Según el
gobierno español es una cláusula de salvaguarda del estado de derecho (BBC, 2017).
La moral y el derecho componen una parte sobresaliente del comportamiento humano.
Además comparten una serie de términos: deber, culpa, obligación, responsabilidad. El
contenido del derecho tiene una clara dependencia de la moral social vigente, de la misma
forma que toda moral social pretende contar con el refuerzo coactivo del derecho para así
lograr eficacia social. Las constituciones suelen apelar a conceptos como justicia, libertad,
dignidad humana o derechos fundamentales, que tienen un fuerte componente ético.

Las normas morales solamente obligan aquellos que aceptan y reconocen su fuerza
vinculante y las normas jurídicas obligan con independencia total de la aceptación de los
destinatarios. Las normas morales tienen un carácter autónomo y las jurídicas son de carácter
heterónomo. El pueblo de Cataluña se guía por las normas morales mientras que el gobierno
siempre se guiara por la normas jurídicas atendiendo a las consecuencias que las acciones de
las personas van a tener para la vida del grupo.

En Cataluña simplemente no hubo más cohesión social porque no se contaba con una
estructura jurídica que la sociedad considerara justa. En Cataluña el derecho ya no es
respaldado por la fuerza pública porque se considera injusto. La moral juega un papel esencial
en el concepto de validez de las normas y el fundamento último del sistema jurídico está en
la moral positiva.

“No hay derecho sin fuerza” como lo afirma Benjamín, el pueblo de Cataluña, como se ha
mencionado, siente como injusto lo promulgado por la Corte Constitucional en 2010, por lo
que buscaron justicia mediante la fuerza o violencia, una violencia revolucionaria. El pueblo
de Cataluña recurrió a la violencia como algo legítimo, como fuerza justificada porque era
un reclamo a la injusticia, la violencia es un medio para fines justos.

El fin natural del pueblo de Cataluña colisiono con fines de derecho, pero esto tenía que ser
así porque la satisfacción de los fines del pueblo requería la utilización, en mayor o menor
medida, de la violencia.

El gobierno español se opuso a los fines naturales del pueblo de Cataluña (independencia de
España) puesto que para satisfacerlos tenían que hacer uso de la violencia. Esto significa que
en todos los ámbitos en los que fines personales tengan que satisfacerse mediante la violencia,
el orden legal se opondrá estableciendo fines de derecho que únicamente lograran ser
ejecutados por el poder jurídico utilizando la violencia legal. El derecho considera la
violencia en manos de la persona aislada como un peligro o una amenaza de perturbación
para el ordenamiento jurídico, la independencia de Cataluña de España frustra los fines y las
ejecuciones del derecho (Mejía, 2002).

El gobierno español respondió diciendo que tomaría medidas de emergencia para detener el
independentismo catalán. Según el artículo 155 de la Constitución de España, Rajoy podría
disolver el Parlamento catalán, así como remplazar la dirección de la policía regional y la de
los medios de comunicación catalanes.

La violencia del gobierno español responde a que el intento de independencia de Cataluña se


opone a los fines de derecho, el gobierno está defendiendo sus propios fines de derecho, el
gobierno central entonces justifica el uso de la violencia en que gracias a ella se mantienen
el orden y la paz, la justicia. Los independicistas amenazan las instancias de derecho, existen
fuera del derecho, por lo que el gobierno central considera que debe recurrir a la violencia
para defenderse.

Según Walter Benjamin, el derecho actual parece temer a la violencia individual, «ilegítima».
Cuando el derecho se formula y establece, como ya se mencionó, el derecho individual al
uso de la violencia queda suprimido, lo cual, imposibilita la organización alternativa de
individuos en contra del poder conformado de manera legal. El Estado y sus representantes
normalmente no están dispuestos a perder el poder soberano otorgado por la generalidad, y
más aún cuando han obtenido semejante poder a través de la conquista5. Se tiene el miedo
constante a que los propios súbditos se rebelen y busquen liberarse de las cadenas invisibles
de las leyes, y con lo cual el soberano dejaría de ser soberano y perdería el poder que tenía
sobre los demás.

Por último, haciendo referencia a la regla de reconocimiento, Hart afirmaba que un


determinado sistema jurídico existe en determinada sociedad cuando es aceptado por todos
los ciudadanos. Y llamó regla de reconocimiento a aquella pauta que establece qué
características deben reunir el resto de reglas para ser miembros del sistema jurídico vigente.
Para que dicha regla exista, según Hart, los officials del sistema (los jueces principalmente)
deben revelar una actitud de aceptación hacia dicha regla de reconocimiento. Una actitud que
se muestra en el modo en que identifican las reglas vigentes que están dispuestos a aplicar
para resolver las controversias.

En Cataluña, después de la declaración de independencia en el Parlament el 27 de octubre,


se puede hablar de dos legalidades, puesto que habría dos reglas de reconocimiento en
conflicto. Una, el Derecho existente en Cataluña integrado por la Constitución de 1978 y las
normas creadas (o adoptadas) conforme a ella, y la otra el Derecho existente en Cataluña
integrado por la Ley de Transitoriedad del 8 de septiembre de 2017 y las normas creadas (o
adoptadas) conforme a ella.

La aceptación de ciertas reglas se ancla en un conjunto de creencias y actitudes compartidas


por todos los ciudadanos. Son nuestras creencias y actitudes las que anclan en nuestras
comunidades las reglas constitutivas. Si se parte de este supuesto la legislación aceptada por
los catalanes seria la Ley de Transitoriedad del 8 de septiembre de 2017 y las normas creadas
(o adoptadas) conforme a ella.

De acuerdo con la concepción de Hart dicha posición está equivocada puesto que las cuatro
asociaciones de jueces y las tres de fiscales que hay en España (y en Cataluña) han declarado
conjuntamente que “no hay dos legalidades hoy en Cataluña” y que la única que existe “es la
que emana de la Constitución España y demás leyes vigentes aprobadas con las garantías
democráticas de nuestro Estado de Derecho”. Han añadido que ellos son los garantes de la
aplicación de las normas jurídicas conforme a esta pauta. Por lo tanto, el único sistema
jurídico vigente en Cataluña a día de hoy es aquel que es identificado a partir de la
Constitución de 1978 (Moreso, 2017).

En conclusión, tras Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República sienta las


bases legales para la ruptura entre Cataluña y España. La respuesta del gobierno de España
se debe a que consideran que esta ley intenta dejar sin efecto las disposiciones
constitucionales y legales en vigor, a que va en contra de cualquier ordenamiento jurídico
democráticamente establecido. Por tal motivo, el Senado español aprobó un paquete de
medidas que le otorgan al gobierno español la potestad de disolver el parlamento catalán y
realizar elecciones en la región para el 21 de diciembre. Las medidas están amparadas en el
artículo 155 de la Constitución española, aplicable cuando una de las regiones del país no
está cumpliendo con la legalidad vigente, con el objetivo restaurar la democracia en la
comunidad autónoma. El gobierno español ha actuado de esta manera bajo la justificación de
que un Estado democrático ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda
defender sus ideas dentro del respeto a la ley, si esto se hace fuera de la ley se está
amenazando la convivencia democrática, y por ende la paz y libertad; lo que justifica
sanciones, uso de la fuerza, etc.

Bibliografía
Caparrós, M. (2017). Cataluña: la independencia sigue pendiente. The New York Times.
Disponible en https://www.nytimes.com/es/2017/10/10/cataluna-la-independencia-sigue-
pendiente/

BBC. (29 de octubre 2017). ¿Qué dice el artículo 155 con el que el gobierno español podría
intervenir en Cataluña para "obligarla" a cumplir con la Constitución? Disponible
http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-41498333

Borda, G. A. (2010). Moral y derecho. Buenos Aires: Abeledo-Perrot editorial.

Kelsen, H. (2008). La doctrina del derecho natural y del positivismo jurídico. Revista sobre
enseñanza del derecho. Año, número 12, pág 183-198.

Mejía, J. (2002). Walter Benjamín: una crítica a la violencia del derecho. Disponible en
https://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/red/article/viewFile/14141/12501

Minder, R. (2017). ¿Qué está en juego en la independencia de Cataluña? The New York
Times. Disponible en https://www.nytimes.com/es/2017/09/27/el-referendum-por-la-
independencia-de-cataluna-que-esta-en-juego/

Vasquez, R & Garzón, E. (1998). Derecho y moral: ensayos sobre un debate contemporáneo.
Madrid, España: Gedisa Editorial.

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