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Portafolio de Investigación y Práctica I © Gresia Arevalo

Informe 01-2019 Ver. 0.1

Catequización en los Andes


Gresia Arevalo Navarro
Universidad Nacional de Piura
Escuela Profesional de Educación Inicial - Facultad de Ciencias Sociales y Educación

Escrito10/ 09/19.
En este documento se analiza el proceso de catequización de la población peruana durante la
colonia

Keywords: evangelización, católica, religión, andes

Erradicación de “idolatrías” con facilidad. Así, una piedra sin ninguna forma extraña pa-
saba desapercibida para el doctrinero, sin embargo para los
La labor evangelizadora tuvo como fin convertir a los in- andinos esta insignificante roca poseía atribuciones divinas.
dígenas en practicantes de la fe católica. Para ello buscaron Otra forma de camuflar el culto andino fue a través de figuras
la forma de acabar con las prácticas idolátricas que los verna- religiosas como Jesús, la virgen María o santo Tomás. Esta
culares poseían, atacando a sus principales dioses y destru- fue la más ingeniosa forma de pervivencia del culto, pues los
yendo todo signo de culto (huacas, apachetas, mallquis, etc.). doctrineros no pudieron darse cuenta sino hasta muy entrado
Durante todo el siglo XVI los religiosos crearon una forma el siglo XVII.
única para que los evangelizadores y doctrineros realicen su La extirpación de idolatrías atenuó en forma dramática el
labor con efectividad. Sin embargo, los misioneros se daban culto vernacular pero no lo exterminó por completo. Este
cuenta que el culto a los dioses andinos como Pariacaca o pervivió por muchos años, inclusive hoy en día es posible
Illapa continuaban, pese al esfuerzo de las órdenes religiosas apreciar el culto a la pachamama o las ofrendas en honor a
por detenerlo. los apus tutelares, ejemplos de una larga tradición religiosa
Frente a ello los doctrineros tomaron una decisión: se rea- andina.
lizaría una caza de todos los ídolos y dioses andinos para la Cabe resaltar que estas campañas tuvieron otros móviles
total erradicación del culto "idolátrico" en los Andes. En el mas allá del evangelizador. La apropiación de laicos y reli-
siglo XVII se dieron tres campañas de extirpación de idola- giosos de los terrenos ocupados por las huacas o la búsqueda
trías y tuvieron los frutos esperados. de ídolos como forma de obtener oro o plata evidencian el
Entre las acciones tomadas por los doctrineros resaltan las usufructo que desearon obtener ciertos individuos de las vi-
penas impuestas a los hechiceros o líderes de los cultos, que sitas.
eran los encargados de oficiar los ritos paganos. Para buscar a Se suele dividir las campañas de extirpación del siglo
estos "hechiceros" y a los dioses andinos se realizaron visitas XVII en tres etapas: la llevada a cabo por Francisco de Ávila
especializadas que se dedicaron a buscar los dioses andinos, entre 1609 y 1619; la de Gonzalo de Ocampo entre 1625 y
estudiarlos detenidamente y finalmente destruirlos. Los visi- 1626; y la última realizada por el Arzobispo Pedro de Villa-
tadores debían conocer a fondo la lengua vernacular pues no gomez entre 1641 y 1671.
debían fallar en la interpretación de la fe al idioma materno
de los andinos. Catequización mediante los colegios
La pervivencia del culto andino puede interpretarse como
una forma de resistencia a las costumbres españolas y una Cuando los jesuitas fueron asociados por el virrey Toledo
forma de preservar las tradiciones de cada ayllu. Estas formas al proyecto de fundar colegios de caciques, habían ganado
de resistencia tuvieron diferentes matices, ya que el culto ya en Europa la reputación de excelentes pedagogos y de ser
no se restringía a las huacas (entendiendo esta palabra como por ello, a juicio de Montaigne, los mejores soldados de la
todo lo que designa lo sagrado), sino que su poder se extendió contrarreforma. La cuestión del tipo de enseñanza que reci-
a incluso solo trozos de los ídolos, los que se podían ocultar bieron los jóvenes, y de su contenido, ha sido poco tratada
en los estudios que se dedicaron a colegios de caciques. La
mayoría de los historiadores coinciden en que se trataba solo
de escuelas de primeras letras. 2Como entraban y salían en
Agradezco a mi docente, compañeras y alumnos que contribuye- cualquier momento del año, a pesar de las constituciones que
rón a la realización de este trabajo prohibían las salidas hasta el final de los estudios, se hace evi-

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dente que no existía para ellos la noción de año escolar con dictorias de sus sujetos desde América. Entonces, cuando se
el mismo principio y el mismo fin para todos. Ahora bien, la fundan por fin los colegios de caciques, no solo su necesidad
cuestión esencial en cuanto al contenido era el límite de tal sino también el contenido de la enseñanza que deben reci-
enseñanza: si se debía enseñar o no gramática y latinidad a bir ya han sido largamente debatidos. Seguirían debatiéndose
los indios, cuestión que se planteó, como lo hemos visto, en como lo muestra la carta del padre Vásquez al virrey conde
las experiencias pedagógicas que precedieron. Las cédulas de Chinchón cuando, en 1637, se contemplaba la posibilidad
reales vacilaban entre dos puntos de vista, según las infor- de suprimirlos. (Vargas Ugarte, 1963, II: 332; MP II: 876).
maciones que recibía el Consejo de Indias. En una que trata
de la institución de la Universidad de los Reyes en 1580, se Enseñanza de la doctrina cristiana
lee lo siguiente: «Donde se lean y enseñen todas facultades,
convendría que también gozasen de este beneficio los indios La doctrina, a cargo del rector, se enseñaba como materia
por haber entre ellos algunos de muy buenos entendimien- aparte con el manual del jesuita Jerónimo de Ripalda, pero
tos, que alumbrados con la inteligencia de las ciencias, se- como lo hemos visto estaba omnipresente en todas las mate-
rían mucha parte para industriar y mover a los más rudos». rias. En la lectura se deletreaban frases del catecismo, en la
(Konetzke, 1953-1962, I: 526) Esta cédula que reconoce la escritura se copiaban, todo era pretexto para repetirla con el
capacidad de las elites indígenas para entender las ciencias y maestro. Las lecciones consistían en «decorar» o sea recitar
la necesidad de enseñárselas, abriéndoles la enseñanza supe- de coro el catecismo dos veces al día, en romance y en su
rior, para bien de los indios del común, corresponde a la posi- lengua, y en contestar las preguntas del maestro al respec-
ción de eclesiásticos pro indígenas, como los obispos López to. Además, tenían pláticas y conferencias, acomodadas a la
de Solís Lartaun, o Mogrovejo. Sin embargo, en 1583 otra edad y capacidad de los alumnos (Arriaga, 1968: 260b). Es-
cédula pide información sobre el proyecto de los jesuitas de tas pláticas de doctrina y moral eran parte de la enseñanza.
dar instrucción superior a los indios y allí se lee lo siguiente: Sin embargo no siempre se hacían: en una carta de 1625, el
«entendiendo que por este medio serán mejor enseñados en general de la Compañía pide severamente que se reforme «lo
las cosas de nuestra santa fe católica, y que por ser los dichos que se dize del Cercado [...] [que] ni aun a los caciques se les
indios de complixión flemática, ingeniosos y deseosos de sa- haze una plática» (ARSI, Peru: 2).
ber de tal manera que en lo que aprehenden estudian hasta El Catecismo de la doctrina cristiana de Ripalda5 fue el
salir con ello y tener esta habilidad y diligencia inclinada a manual de referencia. Conoció múltiples ediciones. Consis-
mal y ser gente liviana y amiga de novedades, podría ser cau- tía en una exposición clara de las obligaciones del buen cris-
sa para que aprendiendo las dichas ciencias saliese de entre tiano: las témporas, las fiestas de guardar para los indios, las
ellos alguno que lo que nuestro Señor no permita, intentase velaciones*, los días en que tienen obligación de ayunar, la
algunas heregías y diese entendimiento falsos a la doctrina obligación de tener devoción a la cruz, santiguarse haciendo
llana que hasta ahora se les ha enseñado y predicado [...] y tres cruces, explicando por qué en la frente, en la boca, en
que así convernía que no se hiciesen los dichos colegios para el pecho, etc. Las cuatro oraciones, los diez mandamientos
los dichos indios y si estuviesen hechos algunos no sirviesen de la ley de Dios, los mandamientos de la Santa Madre Igle-
para mas de enseñarles en ellos la doctrina cristiana y leer y sia, los sacramentos, los artículos de la fe, etc. Y una parte de
escribir y cantar y tañer para cuando se celebran los divinos preguntas y respuestas que retomaban lo enseñado y a las que
oficios [...]». (Konetzke, 1953-1962, I: 550) 4También reco- los alumnos debían contestar recitando exactamente las res-
noce esta cédula la capacidad de los indios, y aún de manera puestas previstas, para averiguar si sabían la doctrina. Tam-
muy detallada, pero ahora surge un pretexto para reducir su bién se leía en este manual el modo de ayudar a misa según
instrucción: el miedo a la mala inclinación, algo que encon- el ritual romano en latín y en castellano. Por otra parte el nú-
tramos ya en la oposición implícita del visitador Plaza a pe- mero importante de cuadros y grabados mencionados en los
sar de su participación en la redacción de las constituciones: inventarios permite pensar que eran un apoyo a la enseñanza.
«[...] y siendo de diez a quince años, no tienen tanta capaci- En particular llaman la atención 148 estampas a humo y bu-
dad para salir muy fundados en la fe ni muy aprovechados en ril que se encuentran en el de Temporalidades y parecen ser
virtud, especialmente que no han de estar en el collegio mas fruto de una técnica de reproducción poco conocida (AGN,
que un año o dos porque en este tiempo aprenderán bastan- Temporalidades: leg. 155). 42En 1641, un jesuita criollo, Pa-
temente a leer y escrivir. Y si más se detienen han de estar blo de Prado, publicó un directorio espiritual que retomaba
ociosos». (MP II: 137) 5Además de la «mala inclinación», a Ripalda en la lengua española y quechua general del Pe-
el miedo a las herejías era un argumento que ganaba terreno, rú (Rivet, 1956, IV: 108aK). Este manual pudo ser utilizado
como se muestra en varios documentos y en particular en la ya que los alumnos tenían que recitar el catecismo en las dos
relación del cura Bartolomé Álvarez, algunos años después lenguas. Pero, desgraciadamente, ningún documento permite
(Alaperrine, 2002: 155-157). Por otra parte el general de la afirmarlo. 43En cuanto, a la utilización del teatro, no queda
Compañía, en Roma, también recibía informaciones contra- huella tampoco de que se hayan representado autos u otras
piezas edificantes en los colegios de caciques. Sin embargo,
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como sabemos que varios indios alumnos actuaron en el co- la reina María de Escocia (ARSI, Perú: 12I). Es de suponer
legio de San Pablo en 1570 —antes que existieran dichos que, por lo menos al principio, los jesuitas siguieran con esta
colegios (Martín, 2001: 55)— y también en la residencia del técnica pedagógica particularmente provechosa.
Cercado donde se dio en 1592 la tragedia de la muerte de

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