La utilización de fuentes de resistencia naturales alcanzados por los cruces entre

especies alejadas reviste gran importancia, sobre todo si se tienen en cuenta las
pérdidas provocadas por el ataque de plagas y enfermedades, al igual que sería de
gran valor obtener variedades tolerantes a la sequía y a la salinidad. La aborción del
embrión es un serio problema para la obtención de esta meta por lo que se
recomienda la técnica del cultivo de embriones para romper las barreras de
postfertilización que ocurren en estos cruces alejados.

Esta técnica puede utilizarse para eliminar la dormancia de la semilla, la cual ha sido
éxitosa en Iris sp donde este proceso dura años y en rosas (Devreux, 1973). Otra
aplicación práctica es para evitar el deterioro o pérdida de la viabilidad de la semilla,
que resulta en la pérdida de la variedad asociada también con el daño al genoma
(IRRI, 1996).
Otras aplicaciones prácticas de esta técnica son: la obtención de híbridos raros,
producción de haploides, acortamiento del ciclo de mejoramiento, prueba rápida de
viabilidad de la semilla y la obtención de híbridos interespecíficos e intergenéricos.