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CAPÍTULO VEINTIUNO

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TRATANDO CON LOS PODERES DEMONÍACOS II

DETECTANDO LA PRESENCIA DEMONÍACA

Para derrotar a los poderes demoníacos es importante ser capaz de reconocer su presencia y tácticas. El Espíritu Santo ha provisto de un
don espiritual especial para este propósito. Este don es llamado “discernimiento de espíritus” (1 Corintios 12:10).

Discernir significa “descubrir, revisar, y hacer una distinción entre”. El don de discernimiento de espíritus capacita al creyente para
discernir los espíritus que están operando en otros. Le permite descubrir, reevaluar, e identificar espíritus malignos.

El don de discernimiento de espíritus es muy importante a la hora de tratar con poderes demoníacos. Te capacita inmediatamente para
discernir si una persona tiene un espíritu maligno operando a través o mediante ella. Evita el engaño en manos de espíritus mentirosos o
engañadores. Uno con este don puede reconocer las tácticas malignas y los motivos de los poderes demoníacos.

Por ejemplo, algunas sorderas y mudez (según el registro bíblico) pueden ser causadas por un espíritu. Otras, pueden ser el resultado de un
accidente o de la enfermedad. El discernimiento te permitirá determinar la causa detrás de la condición y permitirá el ejercicio de un
ministerio específico.

No todos los creyentes tienen este don espiritual especial de discernir espíritus. Si un creyente no tiene este don existen signos de
presencia demoníaca que pueden ser observados.

Cuando la mujer sirofenicia vino a Jesús con el pedido que Jesús expulsara un espíritu inmundo de su hija, ella dijo “ mi hija está
gravemente atormentada por un demonio” (Mateo 15:22). ¿ Cómo supo ella esto? Lo supo por los síntomas. La detección es simplemente
observar lo que los espíritus demoníacos hacen a una persona.

Aquí hay algunos síntomas de actividad demoníaca:

Obsesión demoníaca: es reconocida por una incontrolable e inusual preocupación por los demonios, Satanás o lo oculto. Tal persona
puede interesarse por las prácticas ocultas, constantemente atribuirle todo a Satanás o a los demonios, o estar preocupada con el estudio de
los demonios y Satanás.

Opresión demoníaca: puede ser reconocida por los siguientes signos:

1. Una atadura física: la”hija de Abraham” a quien Jesús alivió de un espíritu de enfermedad estaba atada físicamente. Ver Lucas
13:10-17. Enfermedad crónica puede ser opresión demoníaca. No toda enfermedad es causada por poderes demoníacos. Algunas
enfermedades son causadas por una violación de las leyes naturales, tales como no comer apropiadamente, o beber agua en malas
condiciones. Alguna enfermedad es también castigo. Un rey en la Biblia que no dio la gloria a Dios fue herido con gusanos intestinales y
murió!

2. Opresión mental: disturbios en la mente o en la vida del pensamiento tal como tormento mental, confusión, duda, pérdida de
memoria, etc. Falta de descanso, falta de habilidad para razonar o escuchar a otros, problemas del habla o timidez puede manifestarse. No
todos los problemas mentales son causados por Satanás. Desaliento, depresión, o desorientación pueden ser causadas por alergias a ciertas
comidas o a un balance químico inapropiado en el cerebro. Dios es capaz de sanar los problemas mentales y enfermedades no causadas
por los poderes demoníacos como traer libertad en casos causados por demonios. Pero se debe tener precaución de no clasificar a todos
los problemas o enfermedades mentales como siendo causadas por espíritus demoníacos. Algunas veces un simple cambio en la dieta o
estilo de vida eliminará el problema si es causado por causas físicas.

3. Problemas emocionales: disturbios en las emociones persistentes o recurrentes, incluyendo resentimiento, odio, enojo, temor,
rechazo, autocompasión, celos, depresión, preocupación, inseguridad, inferioridad, etc.

4. Problemas espirituales: dificultades extremas en vencer al pecado, incluyendo hábitos pecaminosos. Rechazo de soluciones
espirituales a los problemas. Cualquier tipo de error doctrinal, incluyendo el yugo a objetos y a la literatura de cultos.

5. Circunstancias: los demonios pueden crear circunstancias difíciles que son opresoras. Tales circunstancias usualmente envuelven
confusión y pueden inmediatamente ser identificadas como demoníacas porque Dios no es el autor de confusión (1 Corintios 14:33;
Santiago 3:16).

Posesión demoníaca: puede ser reconocida por los siguientes signos:

1. Habitación de un espíritu inmundo: esto es demostrado por una moral básica de impureza. Puede incluir el deseo de andar sin
ropa. Para ejemplos ver Marcos 5:2 y Lucas 8:27.

2. Fuerza física inusual: una persona muestra fuerza más allá de las capacidades normales. Por ejemplos ver Marcos 5:3 y Lucas 8:29.

3. Arranques de ira: estos arranques pueden ir acompañados de espumarajos en la boca. Ver Marcos 9:14-29 y Lucas 8:26-39.

4. Resistencia a las cosas espirituales: en los registros de Marcos 6:7 y 1:21-28, los demonios conocieron a Jesús apenas lo vieron y
le pidieron que los dejara en paz. El temor del nombre de Jesús, la oración y la Palabra y la blasfemia de ella lo que es espiritual son todos
síntomas de la posesión demoníaca. Blasfemia excesiva puede ser notada o características físicas demudadas y abruptos cambios de
comportamientos cuando se menciona cosas espirituales.
5. Cambios en la personalidad o en la voz:una persona que es normalmente tímida puede volverse agresiva o violenta. Acciones, a
semejanza de la apariencia, pueden también verse afectadas. El carácter moral y la inteligencia pueden cambiar. La voz puede verse
alterada. Ver Marcos 5:9.
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6. Acompañamiento de aflicciones físicas: en casos de posesión demoníaca, estas parecen ser más comúnmente afecciones del
sistema mental o nervioso. (Ver Mateo 9:33; 12:22; Marcos 5:4-5). Pueden también incluir un languidecer físico (Ver Marcos 9:14-29).

7. Daño físico auto-inflingido: en Mateo 17:14-21 está la historia del hijo de un hombre que se arrojaba a sí mismo en el fuego. En
Lucas 8:26-39 este hombre poseído por un demonio se cortaba con piedras para provocarse daño físico.

8. Angustia terrible: Lucas 8:28 relata de un hombre que lloraba debido a los tormentos tremendos internos causados por la posesión.

9. Incapacidad para la vida normal: este hombre no podía vivir en la sociedad sino que vivía en las tumbas del cementerio. Ver
Lucas 8:27.

10. Mediante métodos no bíblicas, la habilidad de predecir el futuro o descubrir lo que es desconocido: la mujer en Hechos 16:16
que se decía que estaba “poseída” por una espíritu de adivinación.

Lo siguiente también puede indicar opresión demoníaca, posesión u obsesión:

1. Obsesiva inmoralidad como envolvimiento con pornografía, adulterio, fornicación, masturbación, homosexualidad, y otros pecados
sexuales. Fuerte compulsión hacia los desórdenes alimenticios, suicidio, autoflagelación, mutilación y asesinato.

2. Adicción a las drogas o al alcohol.

3. Trances, visiones, y meditación que no está centrada en o de parte del verdadero Dios.

4. Atadura a las emociones tales como el temor, ansiedad, depresión, odio, ira, celos, envidia, orgullo, amargura, negativismo, y
crítica.

CONTRA ESTRATEGIAS PARA LIDIAR CON LOS DEMONIOS


Aquí están algunas contra estrategias espirituales para tratar con los poderes demoníacos.

PREPARACIÓN PRELIMINAR PARA TI:


La fe viene por el oír de la Palabra de Dios, la palabra específica o “rema”. Comienza por edificar la fe en tu propio corazón al leer el
Nuevo Testamento con una nueva actitud:

Cualquier cosa que Jesús dijo a Sus seguidores que hicieran, comienza a hacerlo.

Cualquier cosa que dijo que haría, espera que la haga.

Si Él dijo que podrías liberar a aquellos afligidos por Satanás, espera entonces verlos liberados.

Si Él dijo expulsar demonios, entonces hazlo en Su nombre y espera que te obedezcan.

Deja de lado todas las enseñanzas de los hombres y las experiencias personales que has tenido. Acepta que el Nuevo Testamento significa
exactamente lo que dice. Acéptalo como verdadero y actúa en consecuencia. Eres un embajador de Cristo (2 Corintios 5:20). Un
embajador nunca duda que el país que representa guardará su palabra.

Ayuna y ora antes que ministres liberación. Desde que el poder y la autoridad para la liberación viene de Dios, es bueno estar en
contacto! Algunos demonios saldrán sólo por el ayuno y la oración. Isaías 58 enseña que Dios honra el ayuno que se centra en el ministrar
a las necesidades de los otros.

PREPARACIÓN PRELIMINAR PARA OTROS:


Cuando sea posible, un equipo de creyentes se debe utilizar al atar o expulsar demonios. Jesús envió Sus discípulos en pares para este
ministerio:

“Después llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, y les dio autoridad sobre los espíritus impuros” (Marcos 6:7).

Esto no significa que no puedes ministrar solo a un afectado demoníacamente cuando te encuentras con uno, pero hay fortaleza en la
unidad de oración con otro creyente. Puesto que la fortaleza viene de la unidad, aquellos que se te unan en el ministerio de liberación
deben estar similarmente preparados con ayuno y oración.

En casos de opresión y obsesión (tales como depresión, enfermedades causadas por demonios, etc.) prepara a la persona que está por
recibir el ministerio. Ellos necesitan tener su fe edificada sobre la palabra “rema” de Dios acerca de la liberación (esto puede no ser
posible en los casos de posesión).
Si alientas al afectado demoníacamente a ser orado sin la preparación adecuada, es como animar a los no creyentes a aceptar a Jesús como
Salvador sin saber quién es Él, reconocer su pecado y necesidad de salvación. Al compartir el Evangelio un ganador de almas sabio no
presiona por una decisión rápidamente. Existe un ministerio previo a ser realizado. Instrucción adecuada debe ser dada.
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Lo mismo es cierto de la liberación. Algunas veces, Dios libera sin tales instrucciones. Pero al ministrar liberación quieres usar cada canal
prescripto por la Palabra de Dios para ver la obra hecha. La fe es uno de los canales para el poder liberador de Dios y viene por escuchar
la Palabra de Dios, de tal manera que la instrucción es importante. Jesús combinó predicación y enseñanza con sanidad y liberación e
instruyó a Sus seguidores a hacer lo mismo.

EL LUGAR PARA MINISTRAR:


La ministración de liberación a aquellos afectados por poderes demoníacos puede ser hecha durante una parte regular del servicio de
iglesia. Tal ministerio no necesita estar confinado sólo a sesiones privadas. Es un ministerio válido de la iglesia.

Jesús ministró el poseído demoníacamente como parte del servicio regular (Marcos 1:21-25). Sin embargo, no es necesario esperar hasta
un servicio regular para tratar con los poderes demoníacos. Jesús trajo liberación cuandoquiera que encontraba los demonios.

EL TIEMPO PARA MINISTRAR:


Cuando estás listo para ministrar liberación...

1. Comienza con adoración y alabanza: entramos en SU presencia (donde hay liberación y sanidad) mediante la adoración y la
alabanza. Liberación puede venir mediante la alabanza y la adoración, incluso sin ministrar mediante la oración porque Dios habita en las
alabanzas de Su pueblo. Cuando alabamos, Él está presente para sanar y libertar.

2. Crea un ambiente de fe: comenzaste haciendo esto ya cuando ministraste la palabra sobre liberación, pero también puedes necesitar
tomar unos pasos adicionales para crear un ambiente de fe. La incredulidad impidió incluso el ministerio de Jesús en Nazaret. Algunas
veces Jesús apartó a los incrédulos cuando ministraba (Marcos 5:35-40). Algunas veces guió a las personas fuera de sus villas (un
ambiente de incredulidad) en vistas a ministrarles (Marcos 8:23). En ocasiones, según Dios guía, puede que necesites pedirles a aquellos
con incredulidad, temor, etc., que partan.

3. Ora primero: pide por discernimiento y sabiduría antes que comiences a ministrar liberación. Durante la oración, Dios puede
revelarte:

Una palabra de conocimiento: hechos específicos e información sobre una persona o condición de manera que sabrás como orar. Una
“palabra de conocimiento” puede incluir una profunda sensación de conocimiento o una impresión en tu espíritu, pensamientos, palabras o
sentimientos. La palabra de conocimiento puede revelar lo que la enfermedad es o por qué la persona tiene la condición.

Un Versículo de la Escritura: la palabra rema para esa situación, condición, persona o grupo.

Una visión: imágenes en el ojo de la mente relacionadas con quien estás ministrando.

Palabras de fe: palabras especiales de aliento y fe específicamente para el individuo.

Una unción especial: una infusión repentina de poder, quizás sentida como un calor, o una confianza sobrenatural.

4. Conduce una entrevista breve: esto no es requerido. Es opcional y debe ser hecho conforme a la guía del Señor. Dios puede darte
palabras específicas de sabiduría en cuanto a la condición de la persona y no necesitarás entrevistarla. Pero si Dios no te revela
sobrenaturalmente algo a ti, no dudes en usar la entrevista. Jesús usó tanto los métodos naturales como los sobrenaturales. En ocasiones
discernió la condición de las personas por el Espíritu Santo. En otras ocasiones les preguntó qué querían y cuánto tiempo habían estado
afectados. Una entrevista te ayuda a ganar información de tal manera que puedes orar más específicamente. También te ayuda a
determinar si la persona necesita instrucción adicional antes de que ores. Jesús con frecuencia hizo esto. Preguntó a las personas con
relación a su fe y luego trató con las fuerzas negativas de la incredulidad antes de ministrarles. Estudia los siguientes ejemplos:

Marcos 5:1-20: Jesús pregunta al hombre demonizado.

Marcos 8:22-26: preguntando al hombre ciego.

Marcos 9:14-27: un niño con un espíritu maligno.

Marcos 10:46-52: preguntando al ciego Bartimeo.

Pregunta a la persona “¿cuál es el problema?”. Preguntar el motivo de oración es importante. Jesús liberó a muchos que vinieron a Él
haciendo conocida su necesidad. El pedido es en sí mismo un acto de fe que puede poner en movimiento el proceso de sanidad (Santiago
5:14-15). Pide una declaración específica. Sólo necesitas actos breves. No necesitas la historia completa o una historia de vida.

No trates de sicoanalizar la información que se te da. Tu función es ministrar liberación. Solamente algunos casos únicos pueden requerir
privacidad y mayor cantidad de tiempo para consejería con un consejero entrenado. Ten consejeros disponibles para este propósito.

Pregúntale a la persona por la cual se va a orar “¿piensas que Jesús puede liberarte?”. Si responden positivamente, luego pregunta, “¿
crees que Jesús lo hará ahora?”. Si la respuesta es “no” a alguna de estas preguntas, se necesita mayor instrucción de la Palabra de Dios.
Cuando estás ministrando a una multitud, es mejor entrenar a otros para ministrar junto contigo en lugar de hacer toda la ministración tú
solo. La comisión de Jesús fue que estas señales LES seguirían a los que creyeran. La obra del ministerio había de ser mediante el cuerpo,
y no tan sólo mediante uno o dos creyentes o evangelistas.
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5. Determina el problema específico: usa la información de la entrevista y/o la sabiduría que Dios te ha dado para determinar si el
problema está en:

El reino espiritual: problemas relacionados con el pecado. Esto requiere un ministerio de sanidad espiritual (salvación, arrepentimiento y
perdón de pecados).

El reino físico: enfermedad corporal provocada por espíritus demoníacos de enfermedad.

El reino emocional: problemas relacionados con la ansiedad, temor, enojo, amargura, resentimiento, culpa, duda, fracaso, celos, orgullo,
confusión, frustración, perfeccionismo en la energía de la carne, falta de perdón, situaciones pasadas.

Esto se llama “sanidad interior” pero el término ha sido abusado. No es necesario retroceder en un ensayo de los hechos y liberar estas
emociones. No es necesario pasar semanas, meses, años para recobrarse de tales traumas. Si haces esto, estás tratando de sanar la vieja
persona en lugar de ayudarles a convertirse en una nueva creación en Cristo.

Problemas en el reino emocional están con frecuencia relacionados al reino social de la vida de la persona, por ejemplo, afectan las
relaciones familiares y sociales. Liberación viene mediante el identificar, pedir perdón, y perdonar las otras partes involucradas.

La mayor barrera a la sanidad emocional es usualmente el perdón, de tal manera que la sanidad emocional incluye la sanidad de relaciones
sociales.

Somos llamados a ser ministros de reconciliación (2 Corintios 5:18-21). Reconciliación tanto con Dios como con el hombre, y aquí es
donde sanidad emocional, mental, o interior entra en escena (todos los títulos similares en esencia hablan de lo mismo).

Puedes necesitar instruir a la persona en el perdón. No es:

Justificar los errores que alguien más ha cometido (“estuvieron bajo mucha presión”).

Negar que fuimos heridos en primer lugar.

Aceptar con resignación lo que te fue hecho.

Esperar por “tiempo” para sanar la herida.

El verdadero perdón viene por:

Reconocer que lo que nos fue hecho estuvo mal, el resultado de hombres pecaminosos en un mundo pecaminoso.

Confesar la herida a Dios y pedirle a Él que sane las emociones heridas (por ejemplo, odio, amargura, etc.). Puedes que nunca olvides el
hecho del incidente... lo que necesitas es la sanidad de las emociones erróneas relacionadas con él.

Pedirle a Dios que te ayude a perdonar a otros involucrados, luego perdonar como Cristo te perdona. Reconocer que Dios extiende el
perdón a ti en la medida que perdonas a otros: “perdona nuestras ofensas COMO nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Las
personas pueden también necesitar perdonarse a sí mismas (culpa por sus propias acciones erróneas) y necesitarán definitivamente orar
por sanidad emocional:

 Reconocer el pecado que causa culpa y/o emociones pecaminosas, confesarlas a Dios, arrepentirse. Pedirle que perdone tu pecado y
sane tus emociones.
 Reconocer cuando Dios perdona, Él olvida (arroja nuestros pecados tan lejos como el este del oeste).

Clamar 1 Juan 1:8-9 y Romanos 8:1.

Por un acto de tu propia voluntad, libérate a ti mismo de la condenación. Controla los patrones futuros de pensamiento despojándote de
“vanas imaginaciones” y “olvidando aquellas cosas del pasado”.

Reino mental: problemas relacionados con el pensamiento negativo, ataques de Satanás en la mente, retardo mental. Recuerda: puesto que
el hombre es un ser triuno, los problemas en un reino afectan a toda la persona. En la medida que ministras, trata con toda la persona, no
solamente con un área. El hombre es cuerpo, alma, espíritu. La totalidad implica tratar con todo esto.

6. Determinar si es tiempo de orar: determinar si es o no tiempo de orar la oración de sanidad. En la mayoría de los casos, orarás, pero
en algunos, no te sorprendas si el Señor te dirige a no orar o a retrasar la oración.

Jesús retrasó la sanidad en el caso de la hija de la mujer sirofenicia y Lázaro. No hizo muchas obras en Nazaret a causa de la incredulidad.
El Señor puede también dirigirte a retrasarla hasta que instrucción adicional sea dada, por ejemplo, pueden necesitar tratar con un
problema de pecado, necesitar más instrucción sobre liberación, etc.

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