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PRESENTADO POR:
Grado:
6-1
Ética y valores
Palmira-valle
2019
TABLA DE CONTENIDO
1. Introducción
2. Objetivo general
2.1 Objetivos específicos
3. Desarrollo de actividad
3.1 Violencia contra la mujer
3.2 Historia de la violencia contra la mujer
3.3 Manifestación de la ONU de la violencia contra la mujer
3.4 Leyes en Colombia para la protección de la mujer
3.5 Clases de violencia contra la mujer
3.6 Perfil de la mujer maltratada
1.INTRODUCCIÓN
En este trabajo se puede encontrar la definición de que es la violencia a la mujer, que leyes y que
organizaciones promueven la protección hacia el genero femenino y como podemos identificar una
mujer maltratada y como la podemos ayudar.
2.OBJETIVO GENERAL
Aprender sobre la violencia contra la mujer y aportar a la búsqueda que lleven a ponerle fin
a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo.
es la que se ejerce por su condición de mujer. Siendo ésta «consecuencia de la discriminación que
sufre tanto en leyes como en la práctica, y la persistencia de desigualdades por razones de
género».
En esta violencia se presentan numerosas facetas que van desde la discriminación y el
menosprecio hasta la agresión física, sexual, verbal o psicológica y el asesinato, manifestándose en
diversos ámbitos de la vida social, laboral y política, entre los que se encuentran la propia familia,
la escuela, las religiones, el estado, entre otras.
El fenómeno de la violencia contra las mujeres no es reciente. Su estudio y los esfuerzos para
hacerla visible han hecho que se enuncie como un problema de carácter social y se considere
como delito en algunos países del mundo. "Desde la década de los noventa, los esfuerzos
emprendidos por las organizaciones de mujeres, los y las expertas y algunos gobiernos
comprometidos con esta cuestión han supuesto una profunda transformación de la sensibilización
pública respecto al problema. Así pues, actualmente es una cuestión ampliamente reconocida que
dicha violencia constituye un grave problema de derechos humanos y salud pública que afecta a
todos los sectores de la sociedad" (OMS, 2005, p.2). De acuerdo con las diferentes Encuestas
Nacionales de Demografía y Salud, para el año 1990 el 18,8 % de las mujeres colombianas declaró
que su esposo o compañero había ejercido violencia física sobre ellas. Para el 2010 se percibe un
aumento de 18 puntos porcentuales, al llegar al 37 %. En cuanto a la violencia sexual, en 1990 el
porcentaje de mujeres víctimas era del 8,8 % y en 2010 del 9,7 %. Así pues, la violencia contra las
mujeres ha ido en aumento, a pesar de los avances normativos. Los primeros intentos por
conceptualizar la violencia tienen que ver con la forma en la que se nombra el fenómeno. Uno de
los primeros títulos que se le da es el de "violencia en el hogar", enunciado que circunscribe la
violencia a un espacio específico. En un segundo momento se le llamó "violencia intrafamiliar", el
cual hace referencia no solo al espacio en el que se produce sino a las personas que participan de
la misma. Actualmente, se habla de la violencia de género, un concepto que se fundamenta en la
relación entre sexo y orientación sexual, no delimita la ocurrencia de los hechos violentos a un
espacio en particular y hace evidente los diferentes tipos de violencia. La forma en la que se le ha
dado nombre al fenómeno de la violencia contra las mujeres está directamente ligada a los
diferentes modelos explicativos o marcos interpretativos que buscan dar cuenta de los factores
generadores o de riesgo, así como de los factores protectores frente a la violencia. De acuerdo con
Torres (2001) existen tres tipos de modelos. El primero es el modelo individual en el que se
destacan los aspectos personales de los sujetos involucrados, aspectos tales como la
psicopatología, el consumo de alcohol o de sustancias psi coactivas y los comportamientos
aprendidos en la infancia. El segundo modelo es el de la familia donde además de las
características individuales hay que analizar las relaciones que se producen en el núcleo de la
convivencia. Y, finalmente, los modelos socioculturales que buscan demostrar que la violencia es
un fenómeno estructural, funcional dentro del sistema y útil para mantener el orden establecido.
De acuerdo con este enfoque, las causas de la violencia están inmersas en los esquemas de
socialización (Castro, R y Casique I,2008, p.14). Otro ejercicio de clasificación de los modelos
explicativos de la violencia sugiere cuatro abordajes (MDFG, 2010, pp.19-64). El primero podría
enunciarse como una mirada retrospectiva en la que se prioriza el análisis basado en la posición
social de los géneros. Según este enfoque, las agresiones contra las mujeres hacen parte de un
sistema de normas sociales de conducta dentro de las cuales es legítimo golpear, mutilar, encerrar
o expulsar a las mujeres, siempre que infrinjan el marco normativo (MDFG, 2010, p.25). En el
segundo abordaje se inscriben los enfoques biologicista, fisiologista y evolucionista. Giran en torno
a cuatro argumentos: "el primero es que la violencia contra las mujeres es el resultado de un
proceso individualizable, comprensible en un contexto específico y con causas dependientes del
caso particular. El segundo, es que se produce como consecuencia de un momento de exaltación y
pérdida de control temporal" (Jimeno, 2004). El tercero es que la violencia contra las mujeres está
asociada a historias personales de carencias, enfermedades o privaciones particulares de los
involucrados. Se refiere a la pobreza, a la falta de herramientas sociales o individuales para
tramitar el conflicto y a las disfunciones psíquicas, etc.
Los efectos psicológicos adversos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las
consecuencias negativas para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en toda etapa
de sus vidas. Por ejemplo, las desventajas tempranas en materia de educación no solo constituyen
el obstáculo principal para alcanzar la escolarización universal y hace cumplir el derecho a la
educación de las niñas, luego también le restringe el acceso a la educación superior a la mujer y
limita sus oportunidades de empleo.
En el 2008 fue promulgada la Ley 1257 que busca sensibilizar, prevenir y sancionar las acciones de
maltrato y discriminación de la mujer. En el objeto de esta ley hay un apartado que busca promover
la sensibilización ciudadana de protección a la mujer.
1. El tema de violencia contra las mujeres será incluido en la agenda de los Consejos para la
Política Social.
2. Los planes de desarrollo municipal y departamental incluirán un capítulo de prevención y
atención para las mujeres víctimas de la violencia.
Ley de protección a la mujer en Colombia
La mujer no ha tenido las mismas condiciones de vida que los hombres a lo largo de la historia del
ser humano. Sin embargo, en varios países latinoamericanos, especialmente en Colombia, se han
creado leyes de protección a la mujer. La ley 1257 de 2008 tiene como fin la sensibilización,
prevención y sanción contra todas las formas de violencia y discriminación hacia la mujer.
“La presente ley tiene por objeto la adopción de normas que permitan garantizar para todas las
mujeres una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado, el ejercicio de los
derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico interno e internacional, el acceso a los
procedimientos administrativos y judiciales para su protección y atención, y la adopción de las
políticas públicas necesarias para su realización.”
Hay que tener en cuenta que la violencia contra la mujer no es solo la agresión física por medio de
golpes, sino también la discriminación y las agresiones verbales, las
“Por violencia contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como
las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se
presente en el ámbito público o en el privado.”
En Colombia, los casos son abundantes. No solo se ven en el ámbito familiar. Sino también en el
laboral. Las estadísticas demuestran que todavía no hay integración laboral para las mujeres. Esto
es evidente cuando en los cargos administrativos, se contratan más hombres que mujeres mientras
que ellas están relegadas a los cargos de menor importancia.
Ahora que conoces los tipos de violencia contra las mujeres más comunes, no importa que seas
hombre o mujer, denuncia cualquier situación de violencia en la Línea 123 y ayuda a terminar con
la violencia de género en tu país. También puedes colaborar con Ayuda en Acción en sus
proyectos de defensa de los derechos de las mujeres en países en vías de desarrollo ante
problemas como la mutilación genital femenina, el tráfico y la trata o los matrimonios forzosos.
Ayúdanos a cambiar el mundo para todos y todas y a alcanzar una realidad donde la violencia
Saber reconocer las características de las mujeres maltratadas es muy importante para hacer
posible la prevención de ataques futuros. Estos signos de maltrato te ayudarán a detectar los
casos en los que puede ser necesario pedir ayuda. No se cumple cada uno de ellos en todos los
casos de maltrato, pero resultan útiles como criterios orientativos.
Las personas que han sufrido malos tratos de manera continuada acostumbran a sobresaltarse o a
adoptar una postura defensiva rápidamente cuando notan que alguien quiere tocarlas de manera
inesperada.
Así, mover el brazo para tocarles el hombro o quitarles una broza del pelo puede hacer que
muestren signos de miedo como el hecho de acercar los brazos al cuerpo, ocultar su cuello
bajando la barbilla o interponiendo un hombro entre ellas y la otra persona, todo esto en un
movimiento rápido y automático.
Muestran una sumisión explícita con frecuencia
Las mujeres maltratadas abrazan el hábito de mostrarse sumisas ante la persona que las ataca,
pero frecuentemente también adoptan este estilo de comportamiento con “figuras de autoridad”.
Esto suele significar que les replican pocas veces, y en algunos casos incluso evitan el contacto
visual manteniendo la mirada baja.
Las mujeres maltratadas han estado recibiendo ataques psicológicos dirigidos a menoscabar su
autoestima. Es por eso que muchas veces manifestarán creencias relacionadas a su
incapacidad para realizar tareas relativamente sencillas, y tenderán a desconfiar de su propio
punto de vista. Este último fenómeno, por cierto, es utilizado por maltratadores que utilizan un
método de abuso llamado Gaslighting.
Otra de las señales propias de las mujeres maltratadas es que en muchos casos sus niveles
de estrés se mantienen altos durante mucho tiempo. Esto se plasma en cansancio, problemas de
sueño, respiración acelerada y posturas corporales que denotan rigidez de los músculos.
Actitud desconfiada
Muchas mujeres maltratadas se ven forzadas a ocultar mucha información sobre sus vidas por
puro miedo, y eso hace que eviten situaciones en las que deben hablar sobre sí mismas. Esto
puede ocurrir incluso en sus relaciones con sus amistades y sus familiares.
Las mujeres maltratadas que han sufrido abusos físicos acostumbran a adoptar una apariencia
que les permite ocultar magulladuras. Por ejemplo, un abundante maquillaje, mangas largas y
ropa sin escote.
Cuando algo sale mal, Las mujeres maltratadas tienden a asumir que la responsabilidad ha sido
suya, incluso cuando falta información sobre lo que ha pasado y se genera una cierta ambigüedad.
Esto es uno de los indicios de su falta de autoestima, y es también un mecanismo de protección
para evitar agravar el problema, ya que en situaciones de abusos constantes el maltratador echa
las culpas a la mujer maltratada de manera sistemática y no quiere ser cuestionado.
Toman “el camino largo” para evitar llegar al lugar del maltrato
Uno de los indicadores que señalan la presencia de una mujer maltratada es que, si pueden,
intentan “matar el tiempo” con actividades aparentemente anodinas para retrasar su llegada a un
lugar en el que espera el maltratador. Esto implica alargar artificialmente conversaciones con
amigos, dar paseos sin disfrutarlos, etc.
Otra señal que indica posible maltrato es la evitación de preguntarle ciertas cosas al maltratador
ante la previsión de que monte en cólera. Esto hace que la comunicación entre ambos sea poco
fluida, llena de silencios y momentos en los que la mujer duda.
Dicho de otro modo, una de las señales características de las mujeres maltratadas es la falta de
asertividad.
La baja autoestima también tiende a hacer que sea más fácil avergonzarse con relativa facilidad.
Por ejemplo, algo tan simple como no haber oído bien una pregunta puede hacer que aparezcan
señales de sonrojo en la cara. Esto es así porque las víctimas de maltrato aprenden que las
personas muestran un nivel de exigencia muy alto, y que salirse de esos esquemas de perfección
“no es normal”.