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Física Moderna I BCU

La Inductancia es la propiedad de los circuitos eléctricos mediante la cual se produce una fuerza electromotriz, debido al
paso de la corriente eléctrica y a la variación del campo magnético asociado. Esta fuerza electromotriz puede generar dos
fenómenos bien diferenciados entre sí. El primero es una inductancia propia en la bobina, y el segundo corresponde a una
inductancia mutua, si se trata de dos o más bobinas acopladas entre sí. Este fenómeno se basa en la Ley de Faraday,
también conocida como ley de inducción electromagnética, que indica que es factible generar un campo eléctrico a partir
de un campo magnético variable.

El 1886 el físico, matemático, ingeniero electricista y radiotelegrafista inglés Oliver Heaviside dio los primeros indicios
sobre la autoinducción. Luego, el físico estadounidense Joseph Henry también realizó importantes aportes sobre la
inducción electromagnética; por ello la unidad de medición de la inductancia lleva su nombre. Así mismo, el físico alemán
Heinrich Lenz postuló la ley de Lenz, en la cual se enuncia la dirección de la fuerza electromotriz inducida. Según Lenz,
esta fuerza inducida por la diferencia de tensión aplicada sobre un conductor va en dirección opuesta a la dirección de la
corriente que circula a través de este. La inductancia forma parte de la impedancia del circuito; es decir, su existencia
implica cierta resistencia a la circulación de la corriente.

Fórmulas matemáticas
La inductancia suele ir representada con la letra “L”, en honor a las aportaciones del físico Heinrich Lenz sobre el tema. La
modelización matemática del fenómeno físico conlleva variables eléctricas como el flujo magnético, la diferencia de
potencial y la corriente eléctrica del circuito de estudio.

Fórmula por la intensidad de la corriente


Matemáticamente, la fórmula de la inductancia magnética se define como el cociente entre el flujo magnético en
elemento (circuito, bobina eléctrica, espira, etc.), y la corriente eléctrica que circula a través del elemento.

En esta fórmula:

L: inductancia [H].

Φ: flujo magnético [Wb].

I: intensidad de la corriente eléctrica [A].

N: número de bobinas del devanado [sin unidad].

El flujo magnético al cual se hace mención en esta fórmula es el flujo producido únicamente debido a la circulación de la
corriente eléctrica. Para que esta expresión sea válida, no deben considerarse otros flujos electromagnéticos generados
por factores externos como imanes, u ondas electromagnéticas ajenas al circuito de estudio.

El valor de la inductancia es inversamente proporcional a la intensidad de la corriente. Esto quiere decir que mientras
mayor sea la inductancia, menor será la circulación de corriente a través del circuito, y viceversa. Por su parte, la
magnitud de la inductancia es directamente proporcional al número de espiras (o vueltas) que conformen a la bobina.
Mientras más espirales tenga el inductor, mayor será el valor de su inductancia.

Esta propiedad también varía en función de las propiedades físicas del hilo conductor que conforma la bobina, así como
de la longitud de esta.

Fórmula por la tensión inducida


El flujo magnético relacionado a una bobina o un conductor es una variable difícil de medir. Sin embargo, sí es factible
obtener el diferencial de potencial eléctrico provocado por las variaciones de dicho flujo. Esta última variable no es más
que la tensión eléctrica, la cual sí es una variable medible a través de instrumentos convencionales como un voltímetro o
un multímetro. Así, la expresión matemática que define la tensión en los terminales del inductor es la siguiente:
En esta expresión:

VL: diferencia de potencial en el inductor [V].

L: inductancia [H].

∆I: diferencial de corriente [I].

∆t: diferencial de tiempo [s].

Si se trata de una única bobina, entonces el V L es la tensión autoinducida del inductor. La polaridad de esta tensión
dependerá de si la magnitud de la corriente aumenta (signo positivo) o disminuye (signo negativo) al circular de un polo a
otro. Finalmente, al despejar la inductancia de la expresión matemática anterior, se tiene lo siguiente:

La magnitud de la inductancia se puede obtener al dividir el valor de la tensión autoinducida entre el diferencial de la
corriente con respecto al tiempo.

Fórmula por las características del inductor


Los materiales de fabricación y la geometría del inductor juegan un papel fundamental en el valor de la inductancia. Es
decir, además de la intensidad de la corriente, hay otros factores que inciden en ello. La fórmula que describe el valor de
la inductancia en función de las propiedades físicas del sistema es la siguiente:

En esta fórmula:

L: inductancia [H].

N: número de espiras de la bobina [sin unidad].

µ: permeabilidad magnética del material [Wb/A·m].

S: área de la sección transversal del núcleo [m2].

l: longitud de líneas de flujo [m].

La magnitud de la inductancia es directamente proporcional al cuadrado del número de espiras, al área de la sección
transversal de la bobina y a la permeabilidad magnética del material. Por su parte, la permeabilidad magnética es la
propiedad que tiene el material para atraer campos magnéticos y ser atravesado por estos. Cada material tiene una
permeabilidad magnética distinta.

A su vez, la inductancia es inversamente proporcional a la longitud de la bobina. Si el inductor es muy largo, el valor de la
inductancia será menor.
Unidad de medición
En el sistema internacional (SI) la unidad de la inductancia es el henry (henrio), en honor al físico estadounidense Joseph
Henry.

Según la fórmula para determinar la inductancia en función del flujo magnético y de la intensidad de la corriente, se tiene
que:

Por otra parte, si determinamos las unidades de medición que conforman el henrio con base en la fórmula de la
inductancia en función de la tensión inducida, tenemos:

Es importante mencionar que, en términos de unidad de medición, ambas expresiones son perfectamente equivalentes.
Las magnitudes más comunes de inductancias suelen expresarse en milihenrys (mH) y microhenrys (μH).

Autoinductancia
La autoinducción es un fenómeno que se suscita cuando una corriente eléctrica circula a través de una bobina y esto
induce una fuerza electromotriz intrínseca en el sistema. Esta fuerza electromotriz recibe el nombre de voltaje o tensión
inducida, y surge como resultado de la presencia de un flujo magnético variable.

La fuerza electromotriz es proporcional a la velocidad de variación de la corriente que circula a través de la bobina. A su
vez, este nuevo diferencial de tensión induce la circulación de una nueva corriente eléctrica que va en sentido contrario a
la corriente primaria del circuito.

La autoinductancia se produce como resultado de la influencia que el montaje ejerce sobre sí mismo, debido a la
presencia de campos magnéticos variables. La unidad de medición de la autoinductancia también es el henry [H], y suele
estar representada en la literatura con la letra L.

Aspectos relevantes
Es importante diferenciar dónde ocurre cada fenómeno: la variación temporal del flujo magnético sucede en una
superficie abierta; es decir, alrededor de la bobina de interés.

En cambio, la fuerza electromotriz inducida en el sistema es la diferencia de potencial existente en el bucle cerrado que
demarca la superficie abierta del circuito.

A su vez, el flujo magnético que atraviesa cada espira de una bobina es directamente proporcional a la intensidad de la
corriente que lo provoca.

Este factor de proporcionalidad entre el flujo magnético y la intensidad de la corriente, es lo que se conoce como
coeficiente de autoinducción, o lo que es lo mismo, la autoinductancia del circuito.

Dada la proporcionalidad entre ambos factores, si la intensidad de la corriente varía en función del tiempo, entonces el
flujo magnético tendrá un comportamiento similar.

Así, el circuito presenta un cambio en sus variaciones propias de corriente, y dicha variación será cada vez mayor en la
medida en que la intensidad de la corriente varíe de forma significativa.

La autoinductancia puede entenderse como una suerte de inercia electromagnética, y su valor dependerá de la geometría
del sistema, siempre que la proporcionalidad entre el flujo magnético y la intensidad de la corriente se cumpla.

Inductancia mutua
La inductancia mutua proviene de la inducción de una fuerza electromotriz en una bobina (bobina N° 2), a causa de la
circulación de una corriente eléctrica en una bobina cercana (bobina N° 1).
Por ende, la inductancia mutua se define como el factor de proporción entre la fuerza electromotriz generada en la bobina
N° 2 y la variación de corriente en la bobina N° 1.

La unidad de medición de la inductancia mutua es el henrio [H] y está representada en la literatura con la letra M. Así, la
inductancia mutua es aquella que se produce entre dos bobinas acopladas entre sí, ya que la circulación de corriente a
través de una bobina produce una tensión en los terminales de la otra.

El fenómeno de inducción de una fuerza electromotriz en la bobina acoplada tiene su fundamento en la ley de Faraday.

Según esta ley, la tensión inducida en un sistema es proporcional a la velocidad de variación del flujo magnético en el
tiempo. Por su parte, la polaridad de la fuerza electromotriz inducida viene dada por la ley de Lenz, según la cual esta
fuerza electromotriz se opondrá a la circulación de la corriente que la produce.

Inductancia mutua por FEM


La fuerza electromotriz inducida en la bobina N° 2 viene dada por la siguiente expresión matemática:

En esta expresión:

FEM: fuerza electromotriz [V].

M12: inductancia mutua entre la bobina N° 1 y la bobina N° 2 [H].

∆I1: variación de corriente en la bobina N° 1 [A].

∆t: variación temporal [s].

Así, al despejar la inductancia mutua de la expresión matemática previa resulta lo siguiente:

La aplicación más usual de la inductancia mutua es el transformador.

Inductancia mutua por flujo magnético


Por su parte, también es factible deducir la inductancia mutua al obtener el cociente entre el flujo magnético entre ambas
bobinas y la intensidad de la corriente que circula a través de la bobina primaria.

En dicha expresión:

M12: inductancia mutua entre la bobina N° 1 y la bobina N° 2 [H].

Φ12: flujo magnético entre las bobinas N° 1 y N° 2 [Wb].

I1: intensidad de la corriente eléctrica a través de la bobina N° 1[A].


Al evaluar los flujos magnéticos propios de cada bobina, se tiene que cada uno de estos es proporcional a la inductancia
mutua y a la corriente propia de esa bobina. Entonces, el flujo magnético asociado a la bobina N° 1 viene dado por la
siguiente ecuación:

Análogamente, el flujo magnético inherente a la segunda bobina se obtendrá a partir de la fórmula a continuación:

Igualdad de las inductancias mutuas


El valor de la inductancia mutua también dependerá de la geometría de las bobinas acopladas, debido a la relación
proporcional al campo magnético que atraviesa las secciones transversales de los elementos asociados.

Si la geometría del acoplamiento se mantiene constante, la inductancia mutua también permanecerá sin variaciones. En
consecuencia, la variación del flujo electromagnético solo dependerá de la intensidad de la corriente.

Según el principio de reciprocidad de los medios con propiedades físicas constantes, las inductancias mutuas son
idénticas entre sí, tal como se detalla en la siguiente ecuación:

Esto es, la inductancia de la bobina N° 1 con relación a la bobina N° 2 es igual a la inductancia de la bobina N° 2 con
relación a la bobina N° 1.

Aplicaciones
La inducción magnética es el principio básico de acción de los transformadores eléctricos, los cuales permiten subir y
bajar niveles de tensión a una potencia constante.

La circulación de corriente a través del devanado primario del transformador induce una fuerza electromotriz en el
devanado secundario que, a su vez, se traduce en la circulación de una corriente eléctrica.

La relación de transformación del dispositivo viene dada por el número de espiras de cada devanado, con lo cual es
factible determinar la tensión secundaria del transformador.

El producto de la tensión y la corriente eléctrica (es decir, la potencia) se mantiene constante, salvo algunas pérdidas
técnicas debido a la ineficiencia intrínseca del proceso.

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