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IDENTIDAD
y TEF~RITO RI O
en la Teotlalpan y la
Provincia de Jilotepec
GomERNO DEL EsTADO DE HIDALGO CoNSEJO NACIONAL
PARA LA CULTURA y LAS ARTES

Josli FILA.NCisco ÜLVERA Rmz RAFAEL TOVAR Y DE TERESA


Gobernador Constitucional Presidente
RoBERTO PEDRAZA MARTiNEZ AN'l'ONJO CHESTANI
Secretario de Turismo y Cultura Director General
ele Vinculación Cultural
J OSE V ERGARA V ERGAILA.
Director General del Consejo Estatal
para la Cultura y las Artes ele Hidalgo
LUDMILLA SANCHEZ ÜLGUÍN
Directora Técnica del Consejo Estatal
para la Cultura y las Artes ele Hidalgo
IDENTIDAD
y TERRITORIO
en la Teotlalpan y la
Provincia de Jilotepec

CoOHDINACIÓN DE PRODUCCIÓN
Ludmilla Sánchez Olguin
EDICIÓN
Pablo Ivlayans

ConnEccróN
Adriana Cataño

DISENO
Mina E dí torial
Fernando Lópcz AguiJar
DISENO DE PORTADA
Pablo Mayans Haydeé Lópcz Hcrnandcz
ELlitorcs
1&:1 Fernando López Aguilar, Haydeé López Hernández, editores

D. R. ~~l 2015, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo


Plaza Juárez s/n, Centro Histórico, C.P. 42000
Pachuca de Soto, Hidalgo, Iviéxico
www.cecultah.hidalgo.gob.mx

Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta obra,


por medios fotográfico, electrónico, informático o cualquier otra clase
de copiado, sin autorización escrita del titular.

ISBN: 978-607-7878-79-7
Impreso en México 1 Printed in 1\iexico
1

INDICE

INTRODUCCIÓN 13

¿ANTIGUOS, CIVILIZADOS
o MARGINADOS? 29
Las 111iradas en torno al oton1Í
en la primera mitad del siglo XX

HayJeé LOpcz HernánJez

EL HÑAHÑU en el ESPEJO de
sus VESTIGIOS ARQUEOLÓGICOS 81
Quinientos años de destrucción
y resignificación

Fernando Lópcz AguiJar

"LA MUERTE ... y su HORA INCIERTA ...


QUE NO ME ASALTE sin
la DISPOSICIÓN DEBIDA" 119
Reflexiones sobre la devoción
de las benditas animas

Fernando Gonzálcz Dárila

MEMORIA e IDENTIDAD: 161


La devoción al Señor de Jalpan
en lxmiquilpan, siglo XVIII

Annia González Torre~·


1

INDICE

y los SANTOS se
ORIENTARON con
las DEIDADES... 205

.Harisol Ruiz Maníncz


¡l/aricl Mera Cdzarcs
Alejandro García Kobch
Fernando Lópcz AguiJar

EL CÓDICE HUICHANN 235


Registro de una tradición
pictorica-histórica ñahñhu

Clementina Battcock
Ciml~ra Brionc,,

LOS GRUPOS XAJAY 273


al sur de la li·ontera
norte de Mesoan1Crica

Sobrina Farías Pch~vo

ASPECTOS
TECNOCOGNITIVOS
para la CARACTERIZACIÓN
de la CULTURA XAJAY
a PARTIR de su SISTEMA
CONSTRUCTIVO 295

Alejandra Castañeda Gómcz del Campo


f

INTRODUCCION
Fernando López Aguilar'
1-laydeé López 1-lernández'

Una instantánea del viaje que James Cli!Tord hizo a Palenque en la déca-
da de los años ochenta del siglo pasado:"[ ... ] un niño chamulo cubierto
con cinturunes-souvcnirs y productos tejidos juega en un videojuego
ele Bart Simposon".' La imagen no es excepcional. Si se camina por las
f'cstividadcs del Carnaval otomí en el poblado de la comunidad de El
Espiritu, lxmiquilpan, Hidalgo, también se puede observar con facili-
dad a los .üthás disfrazados de la Pantera Rosa y Mickey M o use e incluso
de Osama bin Laclen, por ejemplo, o bien, de algún monstruo dclope
salido de algún relato de ficción hullywoodense. ¿La identidad de estos
grupos ha sido trastocada?, ¿la modernidad ha destruido estas culturas?,
¿han sido colonizados?, ¿el influjo ele Occidente es una amenaza para la
integridad de estos grupos?
Este tipo de imágenes y de cuestionamientos, sin duda, permean
cada vez más las reflexiones de las últimas décadas y nos confrontan con
aquellos presupuestos de los primeros años del pensamiento antropoló-
gico sobre la cultura como sistema cerrado, fijo, localizado e inamovi-
ble. Y es que al menos desde el siglo XIX, los estudiosos mexicanos man-
tu,·ieron la preocupación por los pueblos indigenas, por las razas, por
ac1uelbs que decadas más tarde serian llamados culturas, bajo el influjo

ll
de las nuevas tendencias antropológicas. Los primeros estudios gue se en cada una de las llamadas tradiciones de los aborígenes, situación gue se
realizaron fueron lingüísticos y de tipo anticuario, porgue se pensaba do fayorecida por los intereses de la intelectualidad del país, la cual, lTas
gue la lengua def]nía a la raza y gue, con el tiempo, la diversidad lin- los movimientos armados de la Revolución mexicana, se volcó hacia la
güística se perdería irremediablemente ante el avance paulatino de la identificación y construcción de la identidad nacional en una reflexión
sociedad hacia el progreso. Esto hacía fundamental elaborar y preservar introspectiva cÍue usó lo "popular" y la historia prehispánica para funda-
un registro de los estadios primitivos de las culturas aborígenes+ mentar el estereotipo del "mexicano" y, con ello, incentivar la rellexión
Los vocabularios, junto con los museos y las colecciones etnográ- e im-cstigación de lo gue sólo décadas más tarde se llamaría la "otr·eclad".
lkas, vivieron entonces un periodo de plenitud gue fue coronado por Pareclera entonces gue estos pueblos se concibieron a partir ele sus
los nuevos bríos gue impuso la eh1ografía culturalista ele las primeras Jenauas v costumbres como grupos estáticos gue tr·anscurrían inmuta-
b ./
décadas del siguiente siglo. La lengua se volvió sinónimo ele cultura y su bles desde los tiempos remotos previos a la llegada de los españoles a
estudio era considerado crucial en la comprensión ele los pueblos y sm América. 7 Luego llegaron las voces de aguellos gue aseguraban gue este
historias propias (no la historia unil·cr.wl ). La preocupación sobre las len- conjunto de rasgos inmutables constituía la esencia ele la wltum indígena,
guas y su registro se vio conl1rmada, además, dado gue el crecimiento e¡ u e era su identidad, y algw10s más se pronunciaron a favor ele su defensa
de la urbanización y ele ciudadanización ponían en evidencia la rápida ['rente al colonialismo occidental y, de extender tal propuesta, al país
extinción de varias lenguas. La conservación versus el abandono se vol- entero al allrmar la existencia de un México indígena, de un México pro-
vió un tema capital para los proyectos educativos en México. jilllJo.' La inmutabilidad, la persistencia, la tr-adición, entonces, se conci-
Este escenario fue, de hecho, el gue enmarcó la investigación de -bieron ele forma positiva, sin reconocer gue, en el fondo, se mantenía la
Jacgues Soustelle en la región otomí en la década ele 1930. Con los vo- n1irada decilnonónica ansiosa por reconocer en el otro al primitiro.
cabularios ele Francisco Pimentel bajo el brazo, el investigador francés La mirada esencialista también permeó la investigación ele la época
se internó en varios ele los poblados otomíes del estado de México e prchispánica, al proponer etniciclades asociadas con la lengua, llegando,
Hidalgo con la intención ele aprender la lengua hñahiiü y ele realizar una muchas veces, a homogeneizar las diversidades dialectales y los aspectos
investigación sobre las costumbres ele los pobladores. Para entonces, culturales. Así, la cultura maya a lo largo y ancho del área cultural fue
los censos mexicanos registraban una caída considerable del número de observada como un grupo de hablantes de maya comunicándose por
hablantes de esta lengua. medio de escritura fonética, desde Honduras hasta el estado de Tabasco.
Pero además, las razas, luego culturas, también fueron foco de inte- A los otomíes se les concibió con una sola identidad desde gue colo-
rés para propios y extraños, porgue desde el siglo XIX, bajo el modelo caron el primer pie en el Valle de México hasta la conquista española
evolucionista, los aborígenes representaban los estadios primitiros de la y, a su contraparte, a los nahuas ~-·-gue dieron lugar a los aztecas, los
humanidad, y su estudio abría la posibilidad de conocer y explicar la evo- grandes civilizadores del Altiplano Central~ se les vio construyendo
lución del !-lomo sapiens sapiens. Por ello, antes ele gue estas poblaciones se Teotihuacan, Tula y Tenochtitlan." Las polémicas emergieron al tratar
insertaran en la vía del progreso y abandonaran sus estadios primitivos de deFinir lo olmeca como la cultura mach·e, y el inicio del disenso se
para convertirse en civilizados, era necesario conocerlas. 1 contraponía con el esencialismo ele la unidad cultural y su invariancia en
A la vuelta del siglo, el periodo de entreguen·as brindó la oportunidad ,
e l ttc1npo, l a ecumenc
' '
n1esoan1cncana. 10

ele revalorizar los aspectos cotidianos de las llamadas culturas primitiras Las anomalías emergían por doguier, no sólo en el nivel ele la cultura
6
como obras ele especial contenido artístico Pese a la jerga cultura lista, la material, sino en el de las interpretaciones gue se hacían sobre aguélla y
mirada evolucionista se mantenía y se empeñaba en observar primitivismo su correlación con la información etnohistórica. La gran multiplicidad

IS
de lenguas habladas en el territorio definido para el área maya, cerca de que el viaje ~y con éste, las transformaciones e intercambios---· es
treinta y uno, se contrastaba con la elección de una lengua li·anca, la Única parte esencial ele los grupos humanos.
que para los epigrafistas tuvo una escritura fonética y con la unidad iden-
titaria maya que siempre se encontró en conflictos permanentes entre [... ]¿qué pasaría [... ]si el viaje fuera visto sin trabas, como un espec-
sus "ciudades Estado". Incluso, la identificación ele lo olmeca, la cultura tro con1plejo y abarcador ele las experiencias humanas? Las prácticas
madre, con la lengua zaque del sur de Chiapas ha transitado por una de dcsplazan1iento podrian aparecer con1o constitutivas de significa-
iclenticlacl ele tipo lingüístico que no es consistente con el escenario ele la dos culturales, en lugar de ser su simple extensión o transferencia.
vida cotidiana ele Mesoamérica. 11 Los efectos culturales del expansionis1no europeo, por ejemplo, ya
Y es que este esencialismo ele la antropologia sólo se \·io trastocado no podrían celebrarse o deplorarse como una simple exportación (de
ele forma radical a finales ele b segunda mitad del siglo \\, sobre todo civilizaci6n, industria, ciencia o capital). Pues la regibn llamada "Eu-
con las controversias de la llamada "posmoclerniclad", cuando la cultura ropa" ha sido constantcn1cntc ref'ormulada y atravesada por inHucn-
y la identidad dejaron ele ser términos en singular. Las islas culturales, cias provenientes de n1cls allá de sus fronteras. ¿Y no es significativo
lingüísticas, invariantes en el tiempo y en el espacio, se confrontaron en diversos grados este proceso de interacción para cualquier proceso
con las nuevas lecturas de la realidad, en especial sobre la mesoamerica- local, nacional o regional? De hecho, hacia donde nliren1os, los pro~
na. Los conceptos, términos y categorías usados en los idiomas nativos cesas de n1ovimiento y encuentros humanos son complejos, y de lar~
antes de la conquista española no incluian la noción de identidad. Un ga data. Los centros culturales, las regiones y territorios dclin1itaclos,
hablante ele otomi podía tener más relación con un nahoa o un pame, si no son anteriores a 1os contactos, sino que se afianzan por su intermc~
ambos compartian el mismo dios tutelar o se asumían como parte del dio y, en ese proceso, se apropian de los movi1nientos incansables de
mismo linaje. Las estructuras de gobierno, observadas desde la etnohis- personas y cosas, y los disciplinan. [... ][porque la] acción cultural, la
toria y definidas como altépetl, mostraron que las alianzas con vecinos configuración y reconfiguración de identidades, se realiza en las zonas
cercanos o lejanos, pero cabezas ele linajes o gobernantes, hablantes de contacto, siguiendo las fronteras intcrculturales (a la vez contra~
ele diversas lenguas, podían establecer un gobierno común que hacía ladas y transgresoras) de naciones, pueblos, lugares. La permanencia
emerger una nueva identidad, la del grupo confederado, el altépetl. Los y la pureza se afinnan -creativa y violentamente- contra fuerzas
altepeme, 12
así constituidos, podrían formar nuevas alianzas para estable- históricas de movimiento y contan1Ínación. 14
cer una nueva entidad superior con un nuevo proceso iclentitario que
mantenía las estructuras anteriores, pero que hacía emerger una nueva Desde esta nueva plataforma ele observación, aquel chamula que juega
y así, sucesivamente, en un número finito ele repeticiones del proceso Yideojuegos ele Bart Simpson y los xithá disfrazados de Mickey Mouse
sobre sí n1is1no, a tnanera de círculo Yirtuoso, que se conoce técnica- en pleno carnaval otomí representan tan sólo algunas de las facetas ele
mente como recursividad, y que todo esto podía desmoronarse por un estas culturas viajeras, como cualquiera, como todas. La naturaleza de la
proceso de segregación, desintegración y pulverización de las confede- identidad no radica en la invariancia ni en la permanencia, ni en un {mico
raciones, y que ello modificaba y transformaba, nuevamente y a veces aspecto esencial, sino en el cambio, la mutación, la transformación, la
de manera radical, todos los aspectos identitarios previos. 13 multivalencia. De ahí su carácter complejo y borroso, en el sentido que
Desde esta plataforma, James Cli!Iorcl se interrogaba acerca de si de- se tiene de éste en la lógica juzzy.
bemos seguir observando la movilidad de los grupos como un elemento El presente volumen reúne reflexiones que, al fijar la mirada en las
que altera sus identidades, o bien, si debiéramos atrevernos a pensar identidades, clevelan algunas ele estas inquietudes y mucsh·an tanto el

16 17
cambio constante como la permanencia de las identidades en un territo- desde el siglo XIX y hasta la primera mitad del siglo xx, acerca de la ci-
rio: la Teotlalpan. Nos muestra como desde la mirada local ' en ellarcro ,·ilización y la cultura de los pueblos que ocuparon el México antiguo,
b
plazo, es difícil encontrar tm Ímico aspecto, invariante, permanente, que c¡uc con seguridad alcanzaron el nivel ele la civilizacion, contra la bar-
defina la naturaleza de las identiclaclcs ele los grupos que lo han ocupado. barie en decadencia que se observaba desde la incipiente etnografía. La
Identidades difusas, con fronteras permeables, identidades confusas don- húsc¡uecla del hombre original de México, ele un Mcxico transitado por
de el otro puede ser el yo mismo, donde los límites de los procesos una historia profunda que contradecía los paradigmas ele la civilizacion,
identitarios se establecen en rclacion con las interacciones que ocurrie- intcrnwaba sobre quienes eran esos otomíes, los primeros pobladores
b
ron entre los estamentos y grupos sociales, son la marca que se puede ycivilizadores o el pueblo decadente que veían.
observar en los análisis de un territorio tan particular como este, en . Exploraciones fueron y vinieron y el otomí reconfigurado en la mi-
una mirada diacronica, de largo plazo, con enfoques múltiples, desde la rada ele la antropología, ajeno, pero presente en esa mirada, se veía fun-
arqueología, la etnohistoria, la historia, la historiograHa hasta la historia claclor ele la civilizacilm del Pedregal, fundador ele la cultura del centro
ele la ciencia. de México o no. Identidades que se proyectan hacia el pasado remoto o
En la Tcotlalpan, la tierra ele los dioses, ele los ancestros ha trans- no. ¡Los otomíes que vemos hoy son los mismos ele los cuales decimos
currido un sinfín de historias de viaje que conectan a sus pobladores que-son los fundadores de la civilizacion? ¿Civilizados? ¿Bárbaros? El
con las más diversas experiencias provenientes de puntos geográficos texto ele J-Iaydeé Lopez Hernánclez nos lleva a esos vaivenes y nos mo-
tan cercanos como Tul a, tan lejanos como la traclicion cristiana, o tan tivo a la rdlexion.
globales como el mercado y el capital. No podemos hablar de identi- La antropología no solo doto a estos pobladores ele categorías iclenti-
dad, sino de identidades que no permanecen estáticas ni aisladas, sino en tarias, sino también ele un pasado que pretendio ser homogéneo, como
constante movimiento, retroalimentacion y aprendizaje, para anclar y la historia común constTuida para la nacion. Sin embargo, la relacion ele
sostener en el mismo territorio diversas tradiciones que identifican a las localiclacles con este pasado y sus vestigios estuvo determinada por los
sus pobladores. diversos significados que le otorgaron los pobladores, ocasionando en
Se muestran, así, escenas, fragmentos, ele estas identidades que no muchas ocasiones su clestruccion. En "El hiiahñu en el espejo de sus ves-
pretenden explicarlas ni agotarlas, sino tan solo mostrarlas en una ins- tigios arqucol6gicos. Quinientos años de destrucci6n y resignificacibn",
tantánea, narrar historias, Fernando Lopez Aguilar nos lleva a la rel1exion sobre la pertenencia del
pasado y sus vestigios, a partir ele la poco explorada historia ele destruc-
[... J porque si la brega es escribir el pasado de lo cultural, el problc- ción/ conservacion de los restos arqueologicos de la regilm y su relacion
nla escncia1 ya no debe ser ni tradición ni n1odernidad, ni civilización con los diversos signiflcados que le han otorgado las poblaciones desde el
ni barbarie, ni los sin historia-cultura frente a los an1os de la historia, siglo XVI. Pero el autor no solo nos presenta este recuento hasta el siglo
ni siquiera occidental frente a no occidental, sino simplemente pasa- xx, sino c¡ue, ele la mano, nos brinda un breve bosquejo de la compleja
do (ido, muerto, lejano, incomprensible) ti-ente a presente y posible historia de esta region, a través ele sus prácticas simbolicas y su recrea-
futuro.¡:; ción en el tiempo, y muestra que estos pueblos no han sido entidades ais-
ladas sino parte del sistema mundial desde la etapa novohispana, en una
Así, Haydeé Lopez Hernández, en"¿ Antiguos, civilizados o marginados? constante interaccion local y global, que ha incidido, lamentablemente,
Las miradas en torno al otomí en la primera mitad del siglo xx", inicia en la clestruccion del patrimonio y, sobre todo, en nuestra comprension
con WB disyuncion que preocupaba a las miradas ele la antropología del pasado.

19
!S
La insercion de tales poblaciones en el mundo es patente en la etapa razones por las que esta eventualidad ocurría en el transcurso del siglo
virreina!, cuando se viro hacia nuevas rutas ele viaje rumbo a la cris- X\"11, en el marco de la Ilustraci6n, las reformas borbonicas y la expul-
tiandad occidental. Los trabajos de Fernando González Dávila y Annia sión ele los jesuitas.
González Torres dan cuenta ele algunas ele las tradiciones que emana- Los hechos y circunstancias del Cristo de Jalpan que marcaron su
ron entonces. Fernando González Dávila nos presenta parte ele este memoria, su reverencia y su culto, son destacados por medio de dos
espectro novohispano en '"la muerte ... y su hora incierta ... que no ejemplos. El primero, reciente, cuando los custodios de la imagen, que
me asalte sin la clisposicion debida.' Reflexiones sobre la clevocion ele la protegían del ejército federal durante la Cristiada, hicieron, como
Benditas Ánimas", en el cual, a partir del análisis de los archivos parro- ocurrió en otros lugares del Mezquital, una procesión para ocultar la
quiales y del Archivo General ele la Nacion, realiza un recorrido por el imagen. Una entidad superior, la Bol<'yiii, la gran serpiente de agua, en
significado y funci6n de los cuadros de ánimas presentes en Huichapan y forma de huracán, resguardo a los peregrinos del ejército que los perse-
sus alrededores, así como ele la ll.mcion que ocupaba la creencia en el guía. El segundo, la historia de la devocion que le tuvo María Cayctana
Purgatorio para la identidad y fe de los pobladores. Con este análisis, Loria, una esclava mulata que buscaba protección ele su enamorado.
González Dávila no solo da a conocer el viraje que significo para las Relatos etnográficos, históricos c¡ue cobran sentido ante las identi-
antiguas cosmogonías la introclucci6n ele la fe cristiana y el valor que dades fluctuantes y m6viles que se dieron a lo largo ele la historia de Ix-
aclquirio esta última como directriz para la vida cotidiana -·lo que da miquilpan, donde los elementos que las simbolizan rebasan a los grupos
cuenta ele la presencia recurrente de estos cuadros~, sino también ele étnicos y culturales de los que emergieron.
la importancia economica que tuvo l-Iuichapan y la red de relaciones "Y los santos se jtmtaron con las deidades", de Marisol Ruiz Martí-
que mantuvo con las regiones aledañas, así como ele las estrategias ele ncz, Maricl Mera Cázares, Alejandro Garda Kobch y Fernando Lopez
las que se valieron sus pobladores para enfrentar las reformas economi- Aguilar, nos remite a la intencion ele colocar las iglesias novohispanas
cas que supuso el fin del siglo XVIII. en lugares específicos y con ciertas orientaciones para producir efectos
Por su parte, Annia González, en "Memoria e identidad: la devoci6n de luz e iluminación. Si intentamos responder a la pregunta sobre la
al señor ele Jalpan en Ixmiquilpan, siglo XVIII", nos muesh·a la importan- orientación específica y el orden arquitectónico de las primeras iglesias
cia ele la festividad del Señor de Jalpan en la actualidad, ya que incluso del siglo XVI, normalmente nos referimos a que se encontraban en el eje
supera a la ele san Miguel Arcángel, patrono de Ixmiquilpan, y rastrea, este-oeste, con el altar hacia el oriente y la fachada hacia el poniente,
a h·avés del registro de cofradías y ele documentos inquisitoriales, el siguiendo un ordenamiento derivado de una h·adición medieval y una
origen de esta h·adicion. orden papal. En este h·abajo, sus autores nos invitan a pensar que esa
La devocion al Señor ele Jalpan llego a lxmiquilpan en el siglo xvm. orientación también se enconh·aba en los templos prchispánicos, donde
Antes de su llegada, lxmiquilpan rendía culto y celebraba su fiesta más la salida del sol era un referente importante en la cosmovision.
importante el día de san Miguel Arcángel, pah·ono de la iglesia. Este Emerge, entonces, una mirada nueva sobre la evangelización, como
Cristo, proveniente ele la sierra Gorda ele Querétaro y con destino a la un taller experimental y una fusi6n ele prácticas y cosmovisiones c¡ue se
ciudad de México, cleciclio quedarse en este lugar del Valle del Mezqui- phmnaron en el amplio rango de las orientaciones que, en su construc-
tal. Con un enfoque antropol6gico e historico, a partir de entrevistas, ción, tuvieron las iglesias del siglo XVI temprano, independientemente
observación de campo y revision ele archivos, la autora no solo describe de que el constructor fuera del clero regular o del clero secular. El
la celebracion actual, también señala las divergencias y convergencias estudio, con procedimientos derivados del análisis locacional ele la geo-
que tienen los habitantes sobre el ongen ele este culto y las posibles graFía humana, muestra que las orientaciones específicas se realizaron

20 21
con la finalidad de aproximarlas a un evento solar y con una festividad de Mesoamerica. La autora nos propone que este espacio de frontera,
prehispánica asociada con ese trayecto solar. Los agrupamientos de las pese a las tensiones, les permitió a los xajay convivir con los chichime-
orientaciones pueden mostrar un patrón de ritualidad prehispánico que cas del norte y con los teotihuacanos del sur, sin perder su autonomía
sobrevivió a la evangelización. como clcsarrollo, ya que no eran una población cerrada, autosuficiente
Sin duda, la apreciación de estos poblados y los del resto que ocu- \"aislada, sino que, como grupo fi-onterizo, eran móviles y los contactos
paron la Teotlalpan, al momento del contacto con el mundo español, ~' interacciones con otros grupos formaban parte de su cotidianidad.
podría ampliarse con las fuentes escritas con las que contamos. En "El De esta forma propone que la relación con los grupos sedentarios
Códice Huichapan. Registro de una tradición pictórica-histórica ñahñhu", más norteños del área de Mesoamérica, del lado sur del río Moctezuma
Clementina Battcock •y Cinthya •
Briones nos narran la histmiocrrafía
b
del y San Juan y Lerma, no supuso una historia de continuos enli·entamien-
códice de san Mateo Huichapan, manuscrito pictográfico otomí realiza- ~os con los. chichimecas, sino que el sitio Pahñu fue desmantelado por
do luego de la conquista del centro de México, alrededor de los siglos sus propios habitantes para su posterior migración a Tu la, sin que esto
XVI y XVII, que constituye uno de los 1Jocos documentos de oriaen otomí
-· •. b
implicara un rompimiento de las relaciones con los gobernantes y la
conocidos, y que, en la actualidad, sólo está parcialmente traducido. De población que se quedó en los sitios xajay. Esto permitió la ampliación
tal suerte, las autoras detallan los estudios académicos realizados sobre del territorio y el reforzamiento local por medio ele alianzas que dieron
el códice desde que éste fuese recuperado por C. C. James en 1930 cabida a la mezcla de tradiciones con los teotihuacanos sin tierras.
(luego de su desaparición de la Biblioteca Nacional de Antropología Esta misma tradición es rastreada por Alejandra Castañeda en "As-
poco después de 1901) •y ¡Jresentado por Alfonso Caso en el Cmwreso b
pectos tecnocognitivos para la caracterización de la cultura Xajay a
Internacional de Americanistas en 1928, hasta los trabajos más recien- partir de su sistema constructivo", donde nos presenta el análisis del
tes de David Charles Wright Carr,Yolanda Lastra y Doris Bartholomew, sistema constructivo del grupo xajay a partir del reconocimiento ele sus
por ejemplo, y su exhibición en 2014 con la exposición Códices del Ins- prácticas y saberes. Al retomar la perspectiva tecnológica por cadenas
tituto Nacional de Antropología e Historia en el Museo Nacional ele operatorias e incluir los postulados del enfoque cognitivo externalista
Anh·opología en la ciudad de México. Battcock y Briones, además, nos y la antropología de la tecnología, Casteñeda presenta la serie ele pasos
brindan una detallada descripción de las características generales del tecnológicos escogidos por este grupo para la consh-ucción del con-
códice y sus secciones, así como la descripción puntual de cada uno de junto principal del centro ceremonial en Pahi1u, como una parte del
los folios que lo integran, y destacan la importancia de este documento cuerpo de conocimientos y, por tanto, de los procesos cognitivos que
para repensar la historia de la región. este gnl]JO mantuvo para la construcción ele sus edificios con un estilo
Desde la arqueología, finalmente, Sabrina Farías Pe layo y Alejandra tecnológico propio, y por tanto, identitario, en una h·aclición que fue
Gómez del Campo se cuestionan sobre las h-adiciones identitarias de conscnacla por, al menos, doscientos cincuenta años.
uno de los grupos arqueológicos más relevantes para la región. Farías Así, por medio ele las reflexiones aquí vertidas, este volumen pre-
observa la ocurrencia de una tradición de los grupos prehispánicos de senta un mosaico que intenta clevelar parte de las identidades cons-
las Mesas, como una forma de apropiación del territorio. En "Los gru- truidas, resignillcaclas y reinventaclas en la región. Una aproximación
pos xajay, al sur de la frontera norte de Mcsoamérica", y desde una a múltiples viajes y encuentros ocurridos desde la etapa prehispánica
perspectiva arqueológica, Pelayo se cuestiona el clima de tensión relata- y hasta el siglo pasado que, esperamos, pueda provocar el interés y la
do por las fuentes del siglo XVI en la fi·ontera entre chichimccas, jonaces reflexión del lector de estas páginas.
y pames nómadas con otomíes sedentarios, en el límite septentrional

23
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· D1recc10n de Estudws l·hstoncos, Instituto Nacional de Antropolo- wrs lectivas a traves del tien1po ', en https:/ ;,\,-\V\v.ac~denlta.
gía e Historia. ~·duJ +0731 061 Mesoam%C3%A9rica_debates_y_perspectivas_a_
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jan1_es Cli1Torcl, Itinerarios t~ansculturalcs, traducción de l\tlireya Reilly o l""' •'9s del ticm1Jo 1011
traY --o _J ,on · - - - -
[consultado el 15 de ma)'O de
, de Fayard, Barcelona, Ged1sa, 1999, p. 179. 10 15]. ' d b d1 1 . 1
·~ En este sentido, por ejen1plo, realizaron sus obras Manuel Orozco y \!cr Lllnhil:n Haydeé L6pez Her~;an ez, En. usca e ? ~a. nacw~~..
Ben·a (la gcogrqfl'a de las lenguas de 1liéxico )'carta etnogrd{Jca de ¡JJéxico, . •trtlcciOn de la "cultura madre en las estudws arquealag1co~ en ;l/exi-
1.a con.. l el F'l e•
co (1Só7-!942), tesis doctoral, México, Facultac e 1 os01ia y e-
L
precedido de un ensc~yo de clas!J1cación de las mismas)' de~ apuntes de las
inmigracionc.,· de las tribus); Francisco Pin1entel (Cuadro descriptivo com- ti.a.s-Linin·rsiclad Nacional Autónoma de México, 1
p'
2010.
S ' "L ·
11 John E. Clark, Richard D. Hansen y Tomas erez uarez,, a zona
parariro de las lengw1s indígenas de Jléxico) y Joaquín Garda Icazbalceta
(Vocabulario Jc mexicanismos). Véase al r~especto Bárbara Cifuentes, Inaya e i1 ··l . :. Pre•clásico"
, ' en Linda Manzamlla )' Leonardo Lopez Lu-
1
• . 1 • •

"Len.guas e historia en tres obras 1nexicanas del siglo XIX", en i\tlc- · ·(conrds.) Historia antigua de illexico, vol. 1: El JlJex1co anugua, sus
Jan . . , 1, . !Vl' . I . t
-'. -, tilt·t rale~ las orígene~)T el horizonte Prec as1co,
a1 cu.'> e - 1 ¡ ex1co,
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·• ·~ . . . . 1 • 1 '
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1
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México, El Colegio de México/Universidad Nacional Autónoma el~
México: p. 137-l52. Posturas similares tambicn pueden observar-
s~ en d1Yersos educadores mexicanos con1o Eduardo Corona, por
ejemplo. Por otro lado, poco o nada se discutió de la identidad de
otros grupos sociales., p~~s éstos s,'; enc?ntra!;an inn1crsos en el gran
conglomerado que significaba lo mexicano , y que fue construido
y Yuclto a construir ~ partü; de lo~ ideales ,hispanista~, indigenistas y
hasta latmoamcncamstas. Veasc Ricardo Percz Montfort, "Indiaenis-
nlo, hispanisn1o) panmnericanisn1o en la cultura popular meiicana
de 1920 a 1940 , en Roberto Blancarte (comp.), Cultura e identidad
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s d~ de Cultura Económica (Biblioteca M;xicana), 2007, pp. 516-577.
Vease por eJemplo Gmllermo Bonlil Batalla, México profimdo
México, Grijalbo, 1994. · '
' El esencialismo sobre los nahuas se ha plasmado en textos que los
consideran con1o los habttantes onginales del territorio actual
de México, no sólo como los cidlizadores del centro de 1\1éxico
sino de todo Ivlcsoan1érica. La postura radical, con un fuerte sabo1~
25
2+
, - -- TIUI LO MAUH!CIO, Culturas)' memoria: manu~l.Para ser ;is-,
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27
26
¿ANTIGUOS,
CIVILIZAD O S o
MARGINADOS?

Las miradas
en torno al otomí
en la primera mitad
del siglo xx

Haydeé López Hernández 1

¿LA CULTURA MADRE?

Fue debido a que algunos cronistas, como Motolinía y Mendieta, escri-


bieron que los chichimecas derivaban de los otomíes y que ello indicaba
la remota antigüedad de estos últimos, que buena parte de los estudio-
sos desde el siglo XIX consideraron que este pueblo era el primigenio de
los que habitaron el llamado México prehispánico.
Al menos así lo fue para Alfredo Chavero. En su "Historia antigua",
publicada en México a través de los siglos, aseguraba que la existencia del
hombre en el territorio americano databa de la misma época que en
Europa. Retóricamente se preguntaba:

29
l . e·c·1·,- 11 ómico ele ¡Jrimitivos cazadores )' recolectores ele frutos y
estaco
¿Pero cuál es ese hombre autóctono, habitador del Valle de México ' . ,..· ,se·
ratees _ ]1n-
"!1ían vuelto sedentarios, lJueblos viviendo princilJalmente
desde época tan remota? No dudamos en contestar que fue el oton1 í. • 1 " fi
de la agricu tura .
[... ] Hablando Motolinía de los otomíes, los presenta como genera- Bev~r consideraba posible que nuestros hombres del Pcdreaal hubiesen
ción bJ.rbara y de bajo 111ctal; dice expresamente que de ellos descien- dado 'cahirb a Teotihuacan, aunque no podía asegurar si se trataba de
den 1os chichin1ccas; y los coloca en gran parte del centro de nuestro
una s.11 ¡'0 1·"za
.L " o familia étnica. De cierta forma, con sus exploraciones,
territorio y en todo lo alto de las montañas c¡ue a México rodean. Beyer se sumaba a la secuencia propuesta por Franz Boas para la Cuenca
Estas pocas indicaciones nos suministran datos in1portantcs sobre esa ele .México (de
. los cerros-teot1macan-azteca
"1 ' ) .7
raza. Todas las tribus emigrantes que fundaron los últimos y grandes Poco antes de que se publicara el trabajo de Beyer, en agosto de
centros de civilizaci6n, con1o México, Texcuco y T1axcal1a, preten- 1917la Dirección ele Estudios Arqueológicos y Etnográficos' inició sus
dían descender de Jos chichimecas, y éstos proceden de los otomíes, exploraciones en la zona con el objetivo ele ahondar en la pertenencia
según Motolinía, que les da así el prin1er lugar en antigüedad. 2 cmnolÓ<>ica y cultural ele los restos, pues no se conocía plenamente la
b .
extensión del tipo arcaico ni tampoco su antigüedad absoluta, si bien
Chavero opinaba que la otomí era una de las tres razas autóctonas que se sabía que precedía a Teotihuacan. 9 Luego del reconocimiento general
dieron cabida a los grandes centros de civilización, jw1to con la maya de todas las canteras usadas para la explotación de materiales construc-
quiché en el sur y la que mig1·ó del norte: los nahoas. 1 tivos, el ingeniero José Reygadas Vértiz, el director de la dependencia
La antigüedad de este pueblo fue un tema central de discusión en Manuel Gamio Martínez y su hermano Gabriel realizaron la explora-
los albores del siglo xx, pues, finalmente, conocer la genealogía del ción ele cuatro túneles en la cantera ele Copilco. Encontraron diversos
pasado prehispánico fue uno de los dilemas capitales desde el siglo XIX. sepulcros ele adultos y niños, hiladas de piedra y diferentes objetos de
Era importante definir cuál era el oriaen de este pasado y, también, su barro y piedra.
temporalidad.
Los resultados fueron presentados cinco años después, en el marco
Estas inquietudes motivaron las interpretaciones del alemán Her- del XX Conareso de Americanistas celebrado en Río de Janeiro. En ton-
mann Beyer, en sus exploraciones en el Pedregal de San Ángel. En "'
ces, Gamio expuso las conclusiones del estudio: la cultura arcaica del
1918, en las Memorias de la Sociedad Científica '~4ntonio Alzate", relataba Peclrcua] es la más antiaua del Valle de México y quiza de la República.
b b
que en 1910 le mostraron algunas antigüedades provenientes de debajo Gamio ahondó en los resultados de estas exploraciones en otros tra-
del Pedregal de San Ángel.+ Eran fragmentos del "tipo relativamente bajos, siguiendo muy de cerca lo ya propuesto por Beyer. Enfatizaba
primitivo que del Paso y Troncoso denominó 'olmeco', la Escuela In- que, sin duda, se trataba de una cultura ciFilizada y que no sólo podía ser
ternacional de Arqueología y Etnología Americanas 'cultura ele monta- el antecedente de Teotihuacan, sino, incluso, la madre de todos los de-
ña' o 'de los cerros' y el Dr. Spinden 'Horizonte arcaico'".; La falta de sarrollos posteriores de la Cuenca de México. 10 Al igual que el alemán,
información al respecto lo motivó a emprender exploraciones en las Gamio basaba este supuesto en el evolucionismo, considerando que la
canteras de San Ángel, Coyoacán y Tizapán, encontrando restos de la producción de cerámica sólo tiene cabida en los pueblos agrícolas y
cultura arcaica, de gente "que vivió antes de la formación del Pedregal sedentarios y, por tanto, civilizados.
[que] ya había alcanzado cierta civilización material como lo prueban Pero en las conclusiones aportadas en el Congreso de Río de Janeh·o,
los vestigios que dejaron", es decir, del Neolítico, porque la abundancia Gamio daba un paso más en la interpretación ele las secuencias cerá-
de cerámica hallada "comprueba que estas tribus ya habían salido del micas del Valle de México. A diferencia de Beyer, quien no se atrevía a
30
ll
pronunciarse sobre si los restos del Pedregal pertenecían o no a una sola rcgion
• <.Js.·te 11 talJan un floreciente desarrollo intelectual )' material,
cultura, Gamio aseguraba que: scaun ~ • ¡-, ( rlc·
- 111 uestran co11iosas
· ·- tradiciones
-
1
) los n1ajestuosos vestigios
'-
·.!e e"t oc l·;
( bul'nero
·
que nos' han lcaado.
b -
La é¡Joca colonial significó
'-
deca-
La civilización arcaica es la más antigua del Valle y como de acuerdo dcncia para la población, que pcrdi6 su nacionalidad, pues las leyes,
con las fuentes hist6ricas, la civilización otomí es la n1ás antigua del d nohicrno, el arte, la industria, la religión, los hábitos y las costun1-
mismo Valle, puede deducirse que la civilización arcaica, identillcada " aborígenes se vieron destruidos u hostilizados sin cesar por 1a
brcs
por la arqueología, es la civilización oto mí a que se refiere la historia. 11 cultura de los invasores, que poco o nada supieron o quisieron darles
a cambio de lo que les arrancaban; apenas si se conservó la raza y 1a
Gamio clefenclio esta tesis en las siguientes décadas. En sus trabajos pos- propiedad agraria, aunque bastante n1ennada. l+
teriores, ele hecho, ahondo en esta propuesta. En las mismas fechas en
que comenzara los reconocimientos de las canteras del Peclreaal
b ,
inicio La propuesta, en términos generales, no era novedosa. Antes bien, la
las exploraciones en la zona arqueologica de Teotihuacan. El objetivo idea de la inmlucion de los pueblos indígenas era común desde el siglo
arqueologico ele los trabajos era el de corroborar la secuencia propues- XIX y, después de la Revolucion, se integro formalmente a la narrativa
ta por Boas dentro ele la zona, así como el ele delinear la historia de los histbrica oficial, sobre todo en el discurso educativo." Por otro lado,
pobladores del Valle desde sus más remotos orígenes. 12 Las exploracio- la idcntifkacion de los arcaicos y los otomíes, como señalé arriba, se
nes arrojaron la misma secuencia: arcaico-teotihuacano-azteca. Gamio sumaba --sin mencionarlo-- a lo antes dicho por Alf!·eclo Chavero, por
llegaba a la misma conclusion. Al hablar sobre la extrema religiosidad ejemplo.
de los habitantes ele San Juan Teotihuacan, consideraba c¡ue ésta podía De hecho, y pese a que Chave~·o seguía la descripcion de Sahagún
explicarse fácilmente: sobre las costumbres primitivas de los otomícs, aseguraba c¡ue:

[ ... ] recordando los antecedentes históricos correspondientes: los Los otomies mJ.s adelantados llegaron a formar ciudades, y aunque
prin1eros pobladores deTeotihuacán fueron oton1Íes, cuya civilización hay autores que opinan que no lo alcanzaron hasta el siglo XI' bajo el
o cultura está típicamente representada por los vestigios [arqueológi- de; minio de los señores de Texcoco, saben1os que antes del siglo VIl ha-
cos] del Pedregal de San Ángel, y [... ] podemos afirmar que poseían, bían fundado aMan-he-mi, que despues fue Tallan, y debemos creer
entre otras ideas anitnistas, el culto a los muertos, segUn lo den1 ues- que la primera ciudad anterior a la de los nonocalca, que después fue
tran las vasijas y otros objetos que, como ofrendas o votos, aparecen la Tcotihuacán de los tolteca, la fundaron también ellos.'"
junto a los esqueletos del Pedregal. n
Pese a estas concesiones, Chavero no creía c¡ue hubieran alcanzado al-
La decadencia de las poblaciones actuales, al parecer, no causaba pro- gún 2;raclo de cultura avanzado, es decir, de civilizacion, porque aunque
blemas en su propuesta. Finalmente, Gamio consideraba c¡ue, al igual ~leja;on inscripciones en rocas, la necesidad de perpetuar la memoria
17
que el resto de la poblacion indígena del país: se encontraba en todos los pueblos, incluso en los primitivos. De tal
suerte, la presencia ele los otomíes como primeros pobladores del Valle
La poblacion del Valle presenta en sus tres etapas de desarrollo, pre- de México se pierde en las primeras páginas de la obra de Chavcro, para
colonial, colonial y contemportmeo, una evolución inversa o des- dar paso a los otros dos grupos primigenios que serán el eje rector de
cendente. En efecto, durante el primer periodo los habitantes de la su trabajo: el maya y el nahoa.

32 33
Frente a estas consideraciones, la propuesta de Gamio sí resultaba . - ··lacion con el resto de los ubicados en otras regiones del
'sarro 11 o. en
ele., 1L ' . ¡ , · -.
innovadora. Pero, ante todo, resultaba atrevida porque contenía fuertes , N 1 l· ía eluda: los restos arcaicos eran os mas antiguos.
Jats. 0 lJ ) ' . . .
implicaciones para la escritura de la historia patria: identiflcar a los oto- l ·t tiili·c·aciÓn cronológica tenía arandes tmphcacwnes para
Pero es a ' b . , . .
míes con la cultura primigenia que dio cabida a la ciudad de los dioses, . ·1 ·l ·s·orrollo evolutivo de las sociedades prchispamcas. La m-
Jcnsai e. e c.'-
era también vincularlos con la gran civilización del Altiplano, aquella 1 . , ·l . lt cerámica no lxJClía vincularse a los pueblos cazadores-re-
ycncton el L ,

surgida gracias a la sabiduría de Quetzalcóatl: la Tallan. Era también . . .. l)nrc¡uc de acuerdo con las investigaciones éstos no la habtan
co 1ec.tOI es, - . .
hermanar el origen de todo el pueblo mexicano con aquella cultura, la 11 . ·lcJ Por el contrario era una invención del todo atnbmble a
d csarro Jt - · - - '
de los otomíes. Y es que, a partir del siglo XIX, el pasado prehispánico se los pueblos sedentarios y, por tanto, agricultores.
estaba perfilando como parte de una genealogía unilineal: desde el más
remoto origen, pasando por la cultura nahoa, el periodo novohispano, El hecho es perfectamente lógico; la alfareria no nació por un simple
el México independiente hasta los tiempos revolucionarios. En este tr·a- capricho 0 como resultado de un invento fortuito, sino con1o. co~se­
zo, la Tallan referida por el padre Sahagún en La historia de las cosas de fa cucncia de la necesidad de hacer con1estibles los cereales, pnnc!pal-
Nuem España era un Ícono fundamental para fw1damcntar la existencia mcnte por medio de la cocción, superando los primitivos sisten1as de

ele la civilización antes ele la llegada ele los españoles a las tierras ameri- asa
. cl t1 , J , ·1Joc·oa
1- " 1 - ' - -
u horno de tierra , tostación .y pulverización, usados

canas. De tal suerte, si los restos arcaicos eran de la cultura otomí, éste por los cazadores-recolectores en los estadios más atrasados de su
era el pueblo del cual se desprendía la más antigua civilización de toda desarrollo . .Jo
la historia nacional."
Por tanto, afirmar que los otomíes eran los autores de los restos m·cai-
cos era atribuir a este pueblo la invención de la alfarería. No obstante,
Los OTOMIES NO SON ARCAICOS era muy posible que el descubrimiento del maíz estuviese relacionado
con la invención de la cerámica, y conforme el Handbooil '!} theilmerican
Quizá por las implicaciones en la historia nacional no hubo otros estudio- Jndians, el maíz había derivado de la Euchlaena del sur de México y de la
sos que se sumaran a la propuesta de Gamio en aquellos años. Antes bien, Euchlocno lu.curians de Guatemala, y no de cultivos del Altiplano."
la caracterización del pueblo otomí por un lado y, por el otro, la identifi- Por otro lado, ele acuerdo con la descripción hecha por los Anales
cación del oriaen, se tornaron serios problemas en los siguientes lustros, de Cuauhtirlán, los grupos chichimecas que arribaron a la Cuenca no
tanto para la arqueología como para la anh·opología de la época. 19 tenían casas ni tierras, y se arropaban con pieles y heno, es decir, eran
Miguel Othón de Menclizábal, entonces profesor del Museo Nacio- grupos que correspondían "al cuadro etnológico de una horda caza-
nal, aseguraba que "los otomíes no fiJeron los primeros pobladores del ~lora-recolcctora". Sahagún, asimismo, señalaba que los oto míes eran
Valle de México", en un artículo en el que debatía la propuesta ele Ga- torpes, toscos e inhábiles.
mio haciendo un uso erudito ele las fuentes documentales. Finalmente, argumentaba Mendizábal, las fuentes describían puntual-
Para Mendizábal no estaba en duda la ubicación de los restos arcai- mente cuales fueron las corrientes migratorias hacia la Cuenca de Méxi-
cos como w1o de los primeros en la Cuenca de México. Ya los tr·abajos co. Según la tndición azteca, sólo era posible considerar que los otomícs
de Georgc Vaillant en la misma región habían incluso logrado encon- eran l7JS primeros pobladores únicamente en relación con los nahuatla-
trar diversos estadios evolutivos de este complejo cerámico, y el profe- cas, es decir, con los que llegaron al último. Para el profesor del Museo,
sor Eduardo Noguera había sintetizado claramente la posición de este la conclusión era clara:
35
H
Para aceptar a los ototnÍes, torpes por antonon1asia en el concepto de en la Huasteca'·' y con ello se insertaba en la polémica sobre cuáles eran
los mismos indígenas [las fuentes aztecas], como autores ele la más an- ]as condiciones ambientales más propicias para el origen de la agri-
tigua ccrJ.mica de lvlCxico, y por consecuencia inventores de ese arte cultura: las zonas scmiáriclas (que ejercían presión a los grupos) o las
inestin1able y de la agricultura del n1aÍz, la 1niÍxima conquista an1eri- . 25
temp 1a·el as.
cana en el orden n1aterial, necesitamos de argun1cntos n1<ls sólidos a Las investigaciones en torno a este tipo de reflexiones fueron prác-
los aducidos hasta la fecha." ticamente nulas entre los mexicanos, haciendo que la propuesta de Pa-
lacios cayera en el olvido. Sin eluda, existia en la comunidad el interés
Menclizábal tenía razón al mencionar que la ubicación de los creadores por indagar en el origen de la civilización y, a partir de éste, trazar la
de la cerámica y la agricultura era fundamental para entender la evolu- genealogía ele los pueblos prehispánicos. 16 Sin embargo, desentrañar el
ción de la historia de los pueblos prehispánicos. De hecho, la localización proceso que dio cabida a las sociedades sedentarias y a la alfarería a par-
geográf1ca del origen de la agricultura, la invención ele la cerámica y el tir ele la ilwención de la agricultura, no constituyó la vía ele reflexión.
origen de la civilizaciÓn fueron los grandes tópicos mundiales que guia- Quizá por ello, y si bien existía un consenso en considerar que los pri-
ron las investigaciones arqueológicas de la primera mitad del siglo xx. meros pobladores de la Cuenca eran los restos arcaicos (fuesen otomíes
En 1936, Vere Gorclon Childe publicó Los orígenes de la civilización 0 no), no se aceptó la propuesta de que éstos fueran el germen civiliza-
donde propuso que las grandes tTansformaciones de las sociedades res- torio (o la cultura madre, como lo propusiera Gamio).
pondían a los cambios en la economía o en el sistema social de produc- En cambio, las investigaciones en torno al desarrollo de los núcleos
ción. De tal suerte, el progreso de la historia ele los pueblos era igual al urbanos fueron abundantes. Cuál ciudad podía considerarse la referida
ele las especies biológicas, y sólo los más aptos tenían posibilidades ele "follan por el padre Sahagún en La historia de la cosas de la Nue!"a España,
reproducirse y perpetuar su especie. En las sociedades humanas, el cre- y cuál desarrollo podía considerarse el centro de civilización tanto para
cimiento demográfico demostraba el progreso, y un cambio ascendente el Altiplano como para la zona maya, parecieron ser las preguntas que
en la curva poblacional era indicativo ele que había ocurrido una revolu- guiaron la im·estigación en torno al origen de la civilización.
ción, es decir, un cambio en el sistema de producción y en la economía. Fue la Sociedad Mexicana de Antropología la institución que for-
Chile! e proponía, así, que la "revolución urbana" había sido la consecuen- malizó y dio cabida a tales debates. En 1941, reunidos en el Castillo de
cia de la adopción del sistema agrícola. 23 Chapultepec en la ciudad de México, los estudiosos concluyeron que
Asimismo, en estas fechas Arnold Toynbee comenzó a publicar su Tula, en Hidalgo, podía considerarse la Tallan referida por Sahagún, es
Estudio de la historia (1934-1961 ), obra en la que propone que el desa- decir, la ciudad donde hablan florecido las ciencias y las artes de la mano
rrollo de las civilizaciones responde a los desafíos a los que se enfrenta ele Quetzalcóatl. 27
la sociedad, y que el éxito ele la misma depende de sus respuestas a tales Al año siguiente, en 1942, esta vez reunidos en T!Lxtla Gutiérrez,
desafíos. Chiapas, los estudiosos definieron el origen del mundo prehispánico,
En México, tales propuestas fueron cliscuticlas sólo parcialmente. previo a la Tallan y común para el Altiplano y la zona maya, la cultura
Cercano a la propuesta de Mendizábal, Enrique Juan Palacios proponla madre, en la costa del Golfo mexicano, con los restos de la cultura, en-
que los arcaicos (que no otomíes) eran los inventores ele la agricultura tonces denominada ' La Venta .'"
en el continente, debido a que fueron quienes lograron la domestica- Esta nueva identificación del origen no cambió la consideración so-
ción del teocintle silvesb·e (Zea mays sp mexicano) y la invención de la ce- bre la notoria antigüedad de los restos arcaicos. Antes bien, se seguía
rámica. Palacios consideraba que este punto de invención se enconb·aba considerando que éstos eran la manifestación más antigua de la Cuenca

36 37
ele México, pero c1uc, en cierto momento ele su desarrollo, tuvieron una zona para realizar estudios antropometricos como parte de su trabajo
fuerte inlluencia ele la cultura ele La Venta, lo que permitió su floreci- sobre cli,·ersas etnias del país." Fue hasta la década de los años treinta
miento como centros urbanos, se entiende, civilizados. 29 Implícitamen- del siglo pasado cuando la regían cobro interés para los estudiosos de
te, con el origen en el Golfo se admitía la antigüedad ele los arcaicos, manc;·a sistemática, pero pocos serán los estudios que escapen ele la
pero se les quitaba cualc¡uier protagonismo en el devenir cirilizado ele la mirada de los educadores como Rafael Ramírez.
historia ele México, el cual se ligó de manera indisoluble al ele la urbe. 10 Estos primeros estudios etnográficos estaban insertos en uno ele los
temas capitales para la etnografía y la educación ele las primeras décadas
del siglo xx: la lengua. El hñahñu era, para aquellas fechas, la segunda
LA MEJOR ETNIA lcngu; en importat~cia ele acuerdo con el número de hablantes, después
delnihuatl. El censo de 1930 registraba un total de 94 693 hablantes
Rcsue.lto el1Jroblcma ele la anti¡rüeclacl
u
ele los arcaicos ~y del orirrcn
b
ele la de otomí, con mayor presencia en los estados ele Hidalgo, México y
' ll
civilización, el problema ele los otomícs se desplazó de forma paulatina Querctaro.-
del ámbito ele la arqueología hasta instalarse en las preocupaciones ele la Fue ésta la motivaci6n que, casi al mismo tiempo, llevó a Jacques
educación y la etnografla. Desde estos ultimos ámbitos, las apreciacio- Soustelle y al profesor del Museo, Andrés Molina Enríquez, a la regi6n
nes de los cronistas sobre la marginaliclad, el primitivismo y la cultura otomi. El primero, con una estancia ele casi dos años en varios poblados
rudimentaria ele los otomíes, nuevamente cobraron relevancia. otomíes, pero sobre todo en San José El Sitio, Estado ele México; y el
Cuando, en 1931, Jacques Soustelle visito Actopan, Hidalgo, se en- segundo, con dos breves temporadas en Jilotepec, Estado de México, y
trevistó con el maestro Rafael Ramírez, en la Escuela Normal Rural. sus alrededores.
El francés se había trasladado a México con la intenci6n ele realizar un Molina propuso al Museo Nacional, en enero ele 1931, realizar una
estudio sobre los otomíes, pero clesisti6 ele su idea ele comenzar sus in- expedición para reunir datos etnográficos, antropométricos, fotográfi-
vestigaciones en Actopan ante los comentarios del maestro rural: cos y filmicos de este pueblo. Pensaba hacer un estudio del pueblo oto-
mí en su "estado presente", tomar moldes de cara y otras partes del
Ran1lrcz se 111uestra pesin1ista. Ciertan1entc hay otmníes en Actopan, cuerpo, fotografiar sus chozas, utensilios, vestidos, costumbres; adquirir
y sobre todo alrededor de la aldea, dispersos que viven en cabañas de vestimentas y máscaras para elaborar maniquíes para la exhibici6n per-
hojas de maguey (agave); pero toda esta región es la tierra de elección manente y "procurar restos humanos ele indios precolombinos y de los
del alcoholismo, unido a la desnutrición y a la pobreza. No podría yo actuales ele raza pura", así como explorar algunos sitios presuntamente
tratar, dice Ran1lrez, sino con la fracción n1ás decaída de la raza, y será prehispinicos.H El profesor argumentaba que resultaba sumamente im-
difícil sacar algo ele ella. Por lo demás, me ciare cuenta más tarde de portante el estudio ele esta poblaci6n, considerando que, después del
que ha exagerado grandemente. 31 náhuatl, la lengua otomí era la ele mayor número ele hablantes del país y
c¡ue el Musco contaba con muy pocos ejemplares etnogd.!lcos y conoci-
En efecto, luego ele su entrevista con Ramírez, Soustclle emprenderá miento sobre este pueblo.
su investigación en San José del Sitio, en el Estado ele México, aunque De tal suerte, del 15 al 24 ele febrero, el profesor Molina, junto con
se forjará una idea muy diferente a la ele.! educador sobre los otomícs. Antonio Cortés (profesor ele Etnología Colonial), Eulogio R. Valclivie-
Estos eran los primeros trabajos sobre este grupo que se emprendían so (profesor ayudante ele Lingüística del Departamento ele Etnografía
en el siglo. Solo Frederick Starr, a !lnes del siglo XIX, había recorrido la Aborigen), Daniel Rubín de la Borbolla (profesor ele Antropología),

38 39
Javier Romero (ayudante) y el cinematógrafo de la Secretaría de Educa- Gamio (ayudante de Historia y alumno de Arqueología)"'" e Isa-
¡vt;Ju'uc•
ción Pública (SEP), Márquez, 35 recorrieron Jilotepec, Estado de México, bel Gamboa, Elfego Aclan y MaríaAtienzo (alumnos de Etnología)+'
y sus alrededores, teniendo ocasión de presenciar las festividades del Es notorio que, además de la recolecta de materiales para su exhi-
36
Carnaval. Escogieron este poblado debido a que lo consideraban el de biciÓn en el Museo y de los registros antropométricos, arqueológicos
mayor importancia para la región, el centro de la raza. e históricos, +l los profesores estaban profundamente interesados en las
Durante la expedición, se tomaron numerosas fotografías y moldes; festividades y, de hecho, planearon las expediciones para hacerlas coin-
se filmaron dos películas ele la festividad ele los xhitas; se hicieron las cidir con las fechas rituales.
mediciones antropométricas de once individuos; y se colectaron obje- En la primera ocasión, asistieron al Carnaval, lo que les permitió
tos etnográficos y arqueológicos. 37 Pero los elatos obtenidos no podían observa a los xhitas:
ser concluyentes. Por ejemplo, los estudios antropométricos, que fue-
ron realizados por Rubín de la Borbolla, corroboraban lo antes señalado Los Xhitas son individuos vestidos ele ayate, que llevan una larga mele-
por Starr y esperaban obtener la muestra ele ciento treinta individuos na alborotada y una mascara mas o menos grotesca: en1puñan un largo
para dar resultados concluyentes. 38 Asimismo, quedaban pendientes las chicote de lazos de ixtle, con una pajuela en la punta, que hacen tronar
exploraciones arqueológicas en los sitios aledaños y la observación de con la l"uerza del estallido de un cohete o la detonación ele un arma de
otras festividades.
f'ueuo. Andan errantes por los cerros, saltando las grandes piedras que
Por ello, el7 de abril de 1932, Malina solicitó la autorización corres- "
encuentran en su camino, y lanzando alaridos agudos y penetrantes;
pondiente a las autoridades del Museo Nacional para llevar a cabo una aluunos llevan anünalcs n1uertos o pieles (rc1niniscencia segura de su
segunda excursión. Era necesario regresar porque: m~ven cazador); otros tocan cuernos; casi siempre van acon1pañados
de ~na n1Úsica. Se les oye a largas distancias, n1J.s que todo por los es-
[ ... ] aunque la excursión pasada estuvimos en el pueblo ele Ti mil pan tallidos ele sus chicotes."11
CJUC es intcresantÍsÍlno porque los otOJnÍes alli conservan su pure-
za racial, las dificultades que tuvimos para llegar el clia que fuimos, En la segunda, presenciaron festividades menores en poblados cerca-
fueron tantas, que apenas si logratnos estar algunas horas, y nuestras nos a Las Peñas (ante el fracaso de no localizar las ruinas del lugar) y,
observaciones fueron completamente deficientes. 19 también en Chapa de Mota, en donde:

Además de Jilotepec, se proponían visitar San Francisco Soyaniquilpan, [... ] tuvimos la fortuna ele enconb·ar dos danzas otomíes que estaban
Las Peñas, Acambay y San AndrésTimilpan. Era fundamental, por ejem- en la iglesia y que para nosotros bailaron en el atrio, ante una cruz
plo, pasar por este último poblado porque en éste se encontraban los de dos atravesaños ¡.. .J La danza que vin1os bailar, es interesantíshna
1 u 1 d
otonnes mas puros e raza que se encuentran en el país". Salieron el porque conserva su cad.cter genuinan1ente indigena, en ella no hay
2 de mayo Malina, Porfirio Aguirre (jefe de Arqueología), Eulogio Val- caballos, ni apóstol Santiago, ni espadas, ni toros, ni trajes sacerdota-
divieso y Javier Romero (ayudantes de Etnografía y Antropología). En les. Es sencillan1ente una danza en que los danzantes se colocan en dos
esta ocasión, lamentablemente, no los pudo acompañar el cinematógra- lilas y llevando arcos de papel de china ele color que simulan arcos que
fo de la SEP, por lo que no pudieron hacer registros fílmicos. anti~uan1cnte deben haber sido de flores, hacen cruzar los arcos de un
Al parecer, a !mes del mismo año se realizó una expedición más. Esta lado a otro, con algunas figuras. Digna muy digna de ser notada en la
vez acompañaron a Malina, Agustín Agüeros (ayudante ele Ebwlogía), danza de que se trata, fueron las dos 1nÚsicas que las dirigia y que se
+O
·H
componían cada una, ele un violinista, un triángulo y un tan1bor alto,
estando las dos 111Úsicas así con1puestas, correlacionadas, de Inodo
qut' los tan1horcs sonaban alternativan1entc de uno a otro lugar, si-
ouicndo bs n1clodías con1hinadas de las dos n1Úsicas. La n1clodía de
"]a danza era de una sencillez, y ele un encanto singularisin1os. Cuando
acabaron de bailar, sacaron una cruz grande de n1adera que habían
lle,·ado a la iglesia, y se alejaron hacia su pueblo cruzando la llanura
¡1111 wdiata llena de luz y de sol, al son de sus originalisin1as 111Úsicas,
cuyos ecos se Fueron perdiendo en el silencio general del paisaje.+!-

En todas las excursiones, y en general, la mirada ele los expedicionarios


hacia los otomíes fue sumamente positiva. Molina aseguraba que:

Tratándose de los grupos indios de nuestro país, a pesar ele tenerlos


tan cerca, es tan poco lo que se sabe por la escasa atención que se les
ha concedido hasta ahora, c¡ue acerca ele ellos han podido j{,rmularse
las opiniones 1nás opuestas. Muchos tienen a los ot01nÍes por los más
antiguos pobladores del actual territorio de la República, a juzgar por
el hecho de que se les encuentra en todas partes, y atribuyen su atraso
cultural, a lo remoto ele su origen y a la imposibilidad en que los han
puesto los demos, para desenvolver sus propias capacidades. Otros
creen que han sufrido una degeneración posterior, y que se encuen-
tran en un estado regresivo que explica su pasividad. [ ... ] el aspecto,
triste, deprimido y miserable que de un modo general se atribuye a
los oton1Íes, sólo es verdadero en los que viven cerca de los poblados
blancos o mestizos y se debe al tratamiento que éstos les han dado
[ ... [[en cambio en las casas alejadas, los otomíes] han podido gozar
de alguna libertad y han tenido elementos econÓn1icos de que vivir,
el tipo n1ejora n1ucho [con1o ocurre con los indios de San Andrés,
donde el tipo es[ verdaderamente hcrmoso.+ 5

En la plaza pudieron observar que:


r~~og~aCía l. "Los Chiras"del Car~aral de S. Lorenzo,_jilotcpec, Estado de México,
e re1o de 1931. F_ototeca h1st1tuto Nacional_de Antro¡Jolo ía e[-¡· t · El tipo general de todas las indias ele Timilpan, es agradable y s1 no
. -r1EIX!t
Fonc1o F~e l1pc · ·1 ¡·
or, re erencia núm. 46097~
g IS ona
'
pudimos notar, todavía más, lo bello ele ese tipo fue, porque según
+2
+l
nos infonnaron con1o era día de fiesta, las indias distinguidas Yestían . 'll''ll bue)'eS ni anin1ales, sino m.is bien entre los incllgenas O en-
y no t te '-- . .
el traje de la gente de razón, lo cual les quitaba su carácter principal."' 'tre 1.·ns
.. I11 ,
cs·tc'zos, acomodados, que tienen bue)'es, un caballo, y algmlan
·, .. -· _., Ic-Js den1ás con1o aparTeros. Es c¡ue ha con1enzado ya la lu-
sus UC!l J_S el •

Esta mirada sin duda estaba en consonancia con la impresión general de · d' obre ' )'El sabe que la posesión de la lengua nacional, de
cha e1e1 m to p
'b . ' ,9,
Malina Enríquez sobre el pueblo otomí, del cual, aseguraba,l1abía "he- . . ele· la escritura es el1Jrin1er paso a e1ar ¡Jara su l 1 eracmn.
1;¡ 1ce
t Ul J.1 · ··
cho por la constitución de la nacionalidad mexicana, más que los otros
grupos indios de la República",+' porque: Su optimismo estaba basado, en bu~na medida, en ~a cercanía a:~~ti­
va que construyó durante la estancia el~ casi dos anos ~n el tenlto-
[ ... ]no obstante lo rudo y primitivo de los otomíes, ellos han repre- . nacHJ
no ,· nal er,
tu111bic'"' ' sin eluda ' generalizaba sus m1pres10nes desde
L • - la
0
sentado en la historia nacional [.. . ] un papel de primera importancia, · 11c1a
tnnc . de observación que constrU)'Ó en San José del Sitio. ' Este
porque han conservado en todos los tien1pos su índole asiática de raza · 11·51110
esencta ~
e'·tnico )' enamoramiento ele sus sujetos de estudio no
, le
pacífica [· .. ][además de que 1hicieron posible la dominaci6n española impidieron apreciar y reflexionar sobre los problemas qu~ .observo en
[ ... ],permitieron a los españoles la inmediata expansi6n de su con- la población, pero mantuvo siempre un 1mn'to ele VIsta positivo y proac-
quista que pudo luego avanzar hacia el occidente, sino que ayudaron tivo que proponía medidas para su resoluc10n concreta:
a los españoles a fundar los poblados necesarios para consolidar tal
expansi6n: San Juan del Rio y Querétaro, fueron fundadas por los Por lo general, se tiene la tendencia a exagerar, por tm lado, la subaliincn-
indios otomíes de Jilotepec.''" tacibn :le los otonlles y, por e1 otro, su alcoholismo, fenÓ1ncnos íntima-
mente ligados. Este pesimismo tan difundido se debe, al parecer, a que
Al ig~1al que. Malina, Soustelle, quien llegara al territorio nacional por esos observadores han eshtdiado sobre todo a los otmníes de las tncsetas
las mismas fechas en que Malina realizaba su tercera expedición (fines áridas de Hidalgo, donde las condiciones ele vida son particularmente
de 1932): ,tení~ w~a impresión positiva de los otomíes. Consideraba que pobres, y donde el indio lucha contn la subalii~entación ~rónic~ a 'la
la poblacwn, SI bien era sumamente antigua en el territorio nacional e¡ ue esta sometido bebiendo pulque sin mocleracion. Ademas, la alic1on
n'o tenía relación --como lo propuso Gamio- con la cultura arqueo~ al alcohol es casi característica ele los otomíes de la región, en particular
log1ca arca¡ ca; era una raza que no estaba degradada -como lo suairie- en los alrededores de Actopan (Hidalgo), aunque la "misión cultural" del
ra Hrdlicka-: una raza con alto potencial, y "de lo más puro que ¡~ueda
1
(rnhierno rnexicano ha combatido esta sihtación con cierto éxito. 5
b'
enco.ntrarse desde el punto de vista étnico". A diferencia de aquellas
opmwnes que le brindara Rafael Ramírez y que lo hicieran desistir de Por otro lado, para el francés, la marginaliclacl e ignorancia de estos
permanecer en Actopan, Soustelle pensaba que: pueblos eran totalmente explicables debido al aislamiento en el que
vivía la población rural del país, sobre todo el sector indígena. Pero si
Los ot01nÍes tienen en México la reputación de ser la gente más tonta bien reconocía que toda la población india estaba sumida en este ais-
de la República. Sin embargo, ese deseo de eleYarse en e] saber es fre- lamiento económico, consideraba que los otomíes eran los que tenían
cuente entre ellos, sólo que no se atreven a decirlo, y no son charlata- mayores posibilidades ele mejorar:
nes. Más tarde levanté una estadística completa en El Sitio, y obsené
una cosa: que el porcentaje más fuerte de iletrados no se encontraba En lo alto vería yo a la mayor parte de nuestros otomíes, a pesar de su
entre los indígenas pobres, los que tienen su choza y un pedazo de tierra prol'unda miseria, porgue no tienen amo que los alquile como ganado,

++
y porgue para ellos el horizonte a [sic] retrocedido, el mundo se ha LOS Mt\RGht\LES DE LA HISTORIA
ampliado. En Cin, aquellos indios que están ya en n1arcba, por el agra-
risnlo y por la difusión de la educaci6n, hacia otro destino que el de sus En 19 29, Carlos Basauri, señalaba e¡ u e si bien a la llegada de los espa-
padres, el de sus abuelos y el ele cien generaciones cuya brega incesante - 1es, a n''Illt~rica las culturas maS avanzadas eran la maya Y la azteca, y:
no w • w

ha permanecido oculta tras el brillante decorado del México colonial


republicano y porflrista. 'J} que parecían llorecientes y que causaron la admiración de los
J ... ]

conquistadores por la ric¡ueza y el esplendor de sus ciudades, haciendo


Al igual c¡ue varios intelectuales en México, Soustelle creía c¡ue el pro- un detenido estudio de su sistema de gobierno, su organización social,
yecto educativo ele mejoramiento para las poblaciones indígenas era la da su religión y den1ás caracterlsticas cu1turales, psiquicas y n1atcriales,
para su redención e inserción en el progreso de la nación y del mundo. puc\ -.n1 cn- podría decirse que estas culturas estaban ya en decadencia.
[ ... ] L 1 etapa del ciclo de su vida evolutiva se encontraba~ r_al rez
Ya he rendido hon1cnajc varias veces, en estos recuerdos, a los nlaes- en descenso, después de haber llegado a su máxin10 desarrollo. n
tros rurales. los tengo por el \cercladero fermento del México de hoy
a ellos, cuyo trabajo y cuya sangre a \"eces, hmdan poco a poco un la opinión de este personaje era de suma relevancia, pues durante la
pueblo nuevo de siete millones de campesinos de piel morena opri- presidencia de Lázaro Cárdenas él ocuparía la jefatura del Departamen-
midos y despreciadossJ to de Educación Indígena y, en buena medida, delinearía las políticas
y narrativas sobre lo indígena. El Departamento a su cargo seguía la
Pero a diferencia de los educadores mexicanos, Soustelle veía tm peligro propuesta de Moisés Saenz, basada en su experiencia en Cara pan, so-
latente en el proyecto educativo: el ele tnnsformar a los indios en mesti- bre crear programas especiales para la educación indígena con maes-
zos, haciéndolos abandonar su particularidad étnica, su nacionalidad y su tros y administradores expertos en las lenguas aborígenes, cambiando
lengua. Sus reflexiones tenían ftmdamento. Había visitado alm.mos inter- con ~!lo la política seguida antes ~por educadores como Rafael Ra-
b
naclos indígenas, y aunque se admiró de los logros alcanzados en la forma- mÍrez-· , basada en la enseñanza del español y en el desprecio por la
.; especia
eclucacton . 1. 56
ción ele los jóvenes indígenas para mejorar los métodos primitivos en la
agricultura y horticultura, así como para forjarlos como educadores de sus Basauri aseguraba c¡ue era necesario respetar la cultura del indio, sus
paisanos, le preocupaba que los maestros impulsaran la sustitución de los intereses económicos, personalidad, idioma y "autóctona sensibilidad
trajes indíg~nas por la mezclilla y la manta habituales del mestizo, y que artística". Por ello, el Departamento había aplicado estudios psicopcda-
algnnos md1genas se avergonzaran de su lengua nativa. Para el li·ancés, era gógicos y enseñanza bilingüe en las escuelas a las c¡ue asistían alumnos
7
daran1ente necesario sacar a los indígenas de su econon1Ía pri!nitiva para ;u: habÍaban un idioma indígena aclemas del español. '
insertarlos en el mundo, pero conservando su nacionalidad: "Que el indio De hecho, emprendió una ele las investigaciones más amplias sobre la
sea indio y al mismo tiempo mexicano, es perfectamente posible, segtm población indígena de esta época. La obra, publicada en 1940, bajo el tí-
me parece, e intlnitamente deseable, más que la supresión de lo que es tulo La población indígena de México, tenía como finalidad normar los tra-
esencial al primero para convertirlo en tma copia del segw1do". i+ bajos de los Centros de EducaciÓn Indígena (a través del conocimiento
Soustellc se sumaba a una de las preocupaciones más caras para el de los educandos) y, a la vez, ofrecer información a los estudiantes y
proyecto educativo indígena de la época, el cual, sin embargo, no com- especialistas sobre las "condiciones ele vida y la situación real" en la e¡ u e
partiría su enamoramiento y optimismo para con la población otomí. se enconlTaba la población indígena. iR
·17
+6
El estudio se inició en 1936 y fue publicado por la SEP en tres tomos. ,1 . \1 res1Jecto Gallegos considera que este trabajo era sólo una
escue as. j ' ..._ •

Los cuestionarios fueron llenados por los directores ele los Centros Jarte dd proyecto mayor de Gamio, quien planeaba establecer relacw-
y los maestros rurales "que estaban en contacto con los indios para l . lr·>s ])e¡Jartamentos de Psicopeclagoaía e Hibaienc, Bellas Artes,
nes con -· b
que hicieran una investigación ele carácter económico-etnográfico". La Enseñanza Industrial y Publicaciones, para perfilar:
síntesis de los elatos recabados fue realizada por expertos del Departa-
mento de Educación Indígena, quienes complementaron cada una de ¡... [ un proyecto y modelo ele acci6n para llevarse a cabo en todos
las monografías con investigaciones especializadas (se entiende, ele ca- los rincones del país, bajo la forma de los Centros de Incorporación
rácter bibliográflco). Cultural Indígena [entendidos como] una pequeña zona dentro de la
Desconozco el contenido ele los cuestionarios aplicados, pero es muy cual se reúnen todos aquellos elementos que puedan servir para ele-
posible que fuesen los mismos tópicos incluidos en cada monografía: va<· cultural mente al indígena hasta el grado en que se encuentra la
antecedentes históricos, distribución geográfica, censo, idioma (fami- población n1exicana de ciYilizaciÓn n1oderna, con objeto de que se
lia lingüística), características anh·opológicas, características culturales incorpore socialn1cnte a e11a identificándose con sus tendencias y as-
. . - 61
materiales, características culturales espirituales, economía, esh·uctura prracroncs.
social, oh·a clase ele informaciones y bibliografla.
El proyecto emprendido por Basauri no era el primero ele este tipo. No obstante tales aspiraciones, la información obtenida en los cuestio-
Aun cuando durante las décadas ele los años veinte y treinta las inves- narios no fue publicada, posiblemente por la cancelación de la Direc-
61
tigaciones ele carácter etnográfico que se realizaron en las poblaciones ción de Antropología a fines ele 1925.
indígenas fueron sumamente escasas -como la señalada arriba en Jilo- Este tipo ele proyectos, en buena medida, pudo responder al interés
tepec-, se emprendieron diversos trabajos vinculados a los programas de los estudiosos en antropología por generar un acercamiento con el
ele educación indígena. ámbito educativo considerando la utilidad práctica ele sus saberes, así
En 1925 Manuel Gamio colaboró con el profesor Enrique Corona, como a la necesidad ele que las acciones ele gobierno estuvieran dirigi-
uno ele los principales promotores ele la educación rural e inclíaena en das o, al menos, aconsejadas por el conocimiento antropológico. Así lo
b
el país durante las décadas ele los años veinte y h·einta/ 9 en la elabora- aseguraba Javier Romero, en su participación en el Segundo Congreso
ción ele un cuestionario que tenía por objetivo conocer las diferentes ele Historia celebrado en 19 3 5, al recordar la pertinencia ele lo sugerido
poblaciones indígenas. El cuestionario sería llenado por los profesores por Manuel Gamio años atrás, al referir que el gobierno debe conocer
rurales y abarcaba elatos similares a los incluidos en las monografías del lo que gobierna, es decir, debe escuchar lo que los antropólogos saben,
sobre t~do, en cuanto a las acciones ele la Educación Rural e Inclígena
61
estudio ele Basauri: distribución geoaráfica·
b '
lengua·
~ '
censo· caracterís-
l

ticas etnográficas por las que se les podía considerar indígenas aunque En la misma tónica, Alfonso Villa Rojas, en ocasión del XX Congre-
hubiesen perdido la lengua; características físicas, morales e intelectua- so Internacional ele Americanistas, recordaba la experiencia exitosa del
les; medios ele vida; salario; comercio; habitación; implementos y útiles gobierno inglés al usar la antropología como base ele conocimiento para
ele trabajo; deportes, juegos y diversiones; religión y supersticiones; y sus funcionarios. Y aseguraba:
explotación ele que sean objeto en sus h·abajos. 60
La información recabada serviría ele base a la Dirección para realizar Educar el indio es uno de los problemas principales que afronta en la
un rcgish·o geográfico ele cada una ele las etnias en el país, una "Carta actualidad con gran interes el Gobierno Mejicano. Su soluci6n habra
Etnográfica" que idealmente serviría para la enseñanza elemental en las de depender en gran parte, de la medida en que se conozca al indio,

+S
pues, es cosa bien sabida e¡ u e actuamos n1e_jor sobre ac¡uellas cosas c¡uc , ·c·s· • ·,) entonces ' no n1cnos¡Jreciar ningÚn lJueblo ni sus •cono-
Erantc ·-'-11 1 _, - C'

ya conocemos. A mi entender, la falta de este conocin1iento ha sido c 1. mten


· t<>S-·- ¡1orque
- "no ha)' con]·_unto humano alauno,
b
1Jor insignificante
causa de c¡ue se malogren en el pasado bellos intentos de mejorar el ue patl"'zc··
~ -'-1 ,
que no lJUeda envanecerse de tener algo
'--' mejor de lo que
q ' conJuntos
. 1lUinanos el e la t•¡erra" .,,,
nivel social ele nuestras clases campesinas. [ ... J Desde luego resultaría tienen los dct11as
altan1ente proYechoso para la enseñanza rural, el que los maestros No conoccmos a detalle el derrotero de estos cursos, ni de los alcan-
tuYiesen alguna instrucción o conocin1iento de estos prohle111as, pues ces de los vínculos entre ambos sectores. Pero es posible observar que
no pocas \'eces sucede que dichos maestros, creyendo cumplir con ',,.,,¡a de los·- años
para la'- (le .u · '
cuarenta ' de forma ¡Jaulatina,
.
los
• ,
estudiosos
su alta misión, traten de c¡uitar a los indios, sin previa labor de per- en antropología desplazaron a los educadores en la dJrecciOn de las po-
suasión, ideas y costun1bres c¡ue forman el eje de su existencia. El líticas educativas, y que en gran medida estos vínculos fueron los que
resultado ele esto es que el indio se aleja clescontlaclo y resentido de promodcron los estudios etnográficos de la época y la consolidación de
la escuela. 1H la disciplina antropológica como tal en el país.
Sin embargo, en las décadas de los años veinte y treinta, y pese a los
Este acercamiento entre el ambito antropológico y educativo también vínculos cstablecidos entre ambos sectores, tal pareciera que las princi-
se dio en la esfera de la capacitación. Las autoridades de la Secretaría pales nociones de los profesores del Museo Nacional no fueron comp~r­
de Educación Pública buscaron a los estudiosos para la formación de los tidas por todos los educadores, al grado de c¡ue paulatinamente se fue
profesores rurales en su trabajo con las poblaciones indígenas. Fue en generando w1 discurso sobre las poblaciones indígenas muy diferente al
este marco en el que el profesor Miguel Oth6n de Mendizábal impartió esgrimido por aquellos intelectuales, aun cuando la enseñanza bilingüe
un curso sobre "Etnografía aborigen" a los profesores de las Misiones comenzÓ a tener gran aceptacion a partir del sexenio de Cárdenas.
Culturales en 19 31. "' Un buen ejemplo al respecto es Carlos Basauri. Consideraba que la
Asimismo, el 25 de junio de 1933, el oficial mayor de la SEP, Luis categoría "indio" se había aplicado de manera arbitraria y sin fundamen-
Tijerina Almaguer, solicitaba al profesor Molina Enríquez la elabora- tos cicntíflcos desde la Colonia, al grado de que resultaba un término
ción de un curso de etnología para los directores e inspectores de Edu- ambiguo que se atribuía a la mayor parte de la población campesina.
cación Rural."" Una semana despues, Molina enviaba el proyecto del
curso. Era sumamente extenso: constaba de 50 lecciones y abarcaba En términos generales coincide la clasiFicación racial con la clasifica-
desde las clasificaciones de las ciencias en la Antigüedad con Aristóteles ción cultural, al grado de e¡ u e podrían1os hablar de una "cULTURA fl\-

hasta los inicios de la antropología en el siglo XIX y sus presupuestos, así DÍGE!\:\" a la que pertenecen grandes grupos ele nuestra población, los
67 cuales están compuestos por un fuerte porcentaje de individuos de
como las nociones entonces actuales de la antropolocría b
v etnocrrafía.
.1b
Para Molina Enríquez era de capital importancia comprender que: raza indígena pura y de una pequeña parte de mestizos incorporados
a esa n1isn1a cultura.
La evoluci6n no in1pone una trayectoria común de recorrimiento La cultura indlgena tiene dos aspectos fundamentales en la actua-
para todos los pueblos. No hay pueblos adelantados, ni atrasados. lidad: ciertos grupos se han conservado estáticos o presentan una
Cada grupo hun1ano sigue la trayectoria de su propia evolución, y no c\·olución incipiente y casi nula, otros por el contrario corresponden
hay pueblo alguno que no tenga algo por qué considerarse justamente a culturas retrógradas por involución, que alcanzaron un desarrollo
superior a todos los de111ás de la tierra. 6 1l f-loreciente antes de la Conquista y posteriormente causas biológicas,
sociales, económicas y políticas determinaron su decadencia.
51
50
Para los Centros de Educación [ndígena basta que una comunidad ·.1. ·c·a¡·~c cuando menos, no siguiera disn1il1U)'endo la población
es e1e < es
0 L ·- -,

un indiYiduo corresponda al tipo de cultura indígena para considerar- .l . st!l)sistieran estuvieran en condiciones n1ás favorables para
y os que . - "
' -¡
lo dentro de su radio de acción. 70 la lucha por la Yida.'

Pese a ello, para el jefe del Departamento no parecía existir ninaún Las apreciaciones de Basauri no eran exclusivas ni novedosas en el
problema para la identificación de las poblaciones, pues "indepencli~n­ ' l"t ·clc1cativo Antes~ bien las acciones indigenistas emlJrendtdas a
anl JI o l L • '

temente del valor etnológico de la expresión, [había] un significado cul- ' ·t·. le· c·st" é·1Joca las retomaron como fundamento. Ya antes, el cues-
pat u e - -- "' _ .
tural: indio es sinÓnimo de retrasado". tionario aplicado por el profesor Corona senalaba que, pese a que los
Su apreciación no era producto ele la inexperiencia. Basauri no era otomíes eran trabajadores, laboriosos, respetuosos y "muy aptos para
ningún improvisado en la materia. En 1925 se le comisionó para ha- los trabajos manuales", tenían como vicio el alcoholismo, eran "reac-
cer investigaciones etnográficas y antropológicas con los tarahumaras cionarios a la civilización" y poco aptos para los trabajos intelectuales,
de Cl~ihuahua, y se tenía planeado realizar un estudio similar con los adernis de que tenían procedinlicntos "n1uy ruditnentarios" en sus in-
71
ot01mes en Hidalgo. También formó parte ele lajohn Geddings Gray dustrias y n1e d.10s e1e . la. 7+
YIC

Memonal Expcdition con el objetivo hacer estudios etnográficos en la Así t:Íasauri únicamente daba continuidad a este tipo de apreciacio-
72 nes. E;1 Lc1 población indígena de México aseguraba que, entre los pueblos
zona n1aya.
No obstante, sus apreciaciones sobre los indígenas eran sumamente 111 ás Jcgcncrados, se encontraban los oton1Íes. Pensaba que:
negativas:
Debido probablemente a este medio precario !región con poca lluvia!,
Desde el punto de vista Hsico podemos decir gue, en general, la raza los otmníes han pcnnanecido, desde la conquista hasta la fecha, en un

indígena es la que presenta algunos estigmas de degeneración clara- lamentable estancamiento cultural, pues con excepción de 1a región
l11Cilte definidos, ocasionados principalmente por h·es causas: uniones ele Querétaro y algunas otras más, en grado sumo fértiles, la falta de
sexuales prematuras, alcoholismo y alimentación defectuosa. Pero agua ele riego y la escasez de lluvias hacen enorn1en1ente árida a la
estos estigmas son n1ás notables en algunas tribus que viven en con- zona, sin contar con que los habitantes, las rnás ele las veces, se ven en
dici,ones n1ás Iniscrablcs por ocupar regiones de raquítica prOducción la necesidad de acudir al pulque, como imica bebida. Y no sólo para
agncola o porgue ciertos factores sociales relativos al número de in- satisfacer la sed, lo que nada tendda de extra!lo, sino para llenar un
dividuos gue las componen o a que llevan una vida casi nómada y vicio. 75
troglocltta Jes restan eneraías; entre éstas podCI110S citar a Jos tarahunla-
ras de Chihuahua y tepehuanes de Durango, lacandones de Chiapas Considerando que la ración de su ingesta de alimentos era sumamente
y algunas familias del Estado de Oaxaca, pertenecientes a la tribu precaria en cantidad y calidad, debido a la ausencia de carne, leche y
Inixteco-zapoteca. huevos en su dieta,
Corrigiendo estas tres causas que hemos se!lalado sería posible la
reconstrucción de la raza indígena y se evitaría el descenso constante JeJste sistema pobre de alimentación, entre otros factores, obra pode-
de su población [.. . ]. Es natural que por medio de la educación mis- rosamente en el equilibrio cndócrino de los otomies, y sabida es la in-
ma al elevar el nivel moral de los indios haría que se robustecieran lluencia que las glandulas de secreción interna tienen sobre el caracter
físican1cntc y c¡uc si no alcanzaran un desarrollo tan floreciente conlo vla lJsicoloaía del individuo asi como sobre su desarrollo Hsico.
•' b '

53
52
Es posible que su corta estatura y su !alta de fuerza muscular y >.) que muestran el desarrollo de los pueblos del Valle de Mez-
' . j''. 1
111on1CI1 t e
otras caractcnsticas IsJcas, as1 como sus características psicológicas, . 1 1· , tiem1JOS 1wehis11ánicos v su relación con las altas culturas del
qwta : os -
sean resultado de su estado de cguilibrio enclócrino y, por consiguien- . 1
'\1ttp ano, .. 1'S transformaciones en la vida económica de la región en los
C<> ' - "-

te, su apatía, su pasividad, etc., obedezca a esta causa principalrnentc, r. . , vuhis Janos debido a la ex¡1lotación de la minería Y la introduc-
~~m 110 .1 - .
.
y ta111bién a hechos de orden social .
. . '
c1onct ·l ,1 cramdo·
....,~ l
un estudio
_,
económico detallado de cada w1a de las m-
. _ · s·, ~-. hs
77
En conclusión, podemos decir que los indios oton1Íes de esta re-
e ustna- aeneralidades sociales clel11oblado de Santa María Tepeji.
1 '· b
gión se encuentran en decadencia física. Mendiz.íbal, a diferencia de educadores como Ramírez o Corona o
No debemos olYidar CJUe ac¡ui nos rcferin1os Únican1ente a esta de- ·za' 1 al no re11ara en la miseria de los 11obladores. Sin embargo,
Menel1 -' -1 l ,

cadencia con relación a la alimentación; pero contribuye a producirla son 1as. 'aiJrcciaciones
- ' ·- necrativas
:::, ' -que bairan en torno a la pobreza de
tambien el alcoholismo.
ta1es p l¡ c.,l,l<·Js-- las que ¡1arecen haber eguiado las acciones posteriores
J • '

Las condiciones higiénicas en que viYen los otomíes de la re(Jión - ,aión


en 1a llb - , 11
ese a c¡ue dicho estudio es el ele ma)'Or envergadura
"-
hecho
b
estudiada, son deplorables. 76 hasta ese n1on1ento.
Al poco tiempo de que se realizara el estudio en Santa María Tepeji,
Es muy posible que este tipo de consideraciones sobre la pobreza de los se decidió llevar a cabo un Congreso Indígena c¡ue pudiera recabar, de
pobladores de Valle del Mezquital propiciara dos graneles proyectos en viva voz de los pueblos, sus principales necesidades y problemas.
la zona encan1inaclos a resolYer su situación econónlica: prin1ero la reali-
zación de un estudio antropológico en la zona a cargo de Miguel Othón El C. Presidente de la RepUblica en repetidas ocasiones reiteró, como
de Mendizábal y, luego, la celebración del Primer Congreso Indígena. uno ele los medios seguros de lograr la reintegración de los autócto-
Al parecer, con la creación del Departamento de Asuntos Indíge- nos a la Yida actiYa de tvléxico, la necesidad de celebrar Congresos de
nas en 1936, como el organismo que dirigiría las acciones en materia núcleos aborígenes, en donde éstos fueran a exponer libre1nente to-
indígena y coordinaría las labores de todas las dependencias federales das sus necesidades y 1as quejas nun1crosas guc se habbn alzado tanto
encargadas de estos temas, y estando ele gira el presidente Cárdenas tiempo cnn1o un clamor nunca oído, con lo que el Departamento ele
en Tasquillo, éste recibió a una comisión de Santa María Tepeji que le A.suntos. lndíuenas
b ., tendría un can1ino seuuro
b ¡Jara conocer en su más
presentó una serie ele peticiones de los poblados del municipio. Para cruda miseria la situación CJLIC prevalecía en las regiones aborígenes,
analizar con detalle tales solicitudes y los problemas que los motivaban, lo que le permitiría adoptar una poHtica consecuente con la realidad
Cárdenas designó a Menclizábal para que visitara la zona, recibiera las c1uc se trataba de modificar, ajustando toda su acci6n a n1edios prác-
solicitudes y estudiara la posibilidad ele solucionarlas. Menclizábal con- ticos y eficaces. n
jugó este interés con el e¡ u e por las mismas fechas había motivado al Ins-
tituto ele Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma Debido a la complejidad c¡ue implicaba reunir a todos los pueblos de
ele México a realizar un estudio sociocconómico, con el apoyo de Da- lenguas distintas, se decidió realizar un congreso en cada una de las
niel Rubín de la Borbolla, Francisco Rojas González y Fcrmín Espinosa regiones indígenas. La primera fue la otomí.
(estudiante ele Economía).
Realizaron así un estudio ele cinco días en las localidades del munici- [... [tomando en cuenta que [el Congreso] debía efectuarse en la re-
pio, mismo que sirvió de base a Mendizábal para presentar sus resultados: gibn de aborígenes n1ás necesitada y en la que las condiciones ele infe-
poco más ele 200 cuartillas (c¡ue al parecer no li.teron publicadas en su riorkbd social señaladas se encontraran ostensiblemente manifiestas,

5+ 55
se convino en que éste debía ser lxmiquilpan, Municipio de la región ni1as realizadas, entonces, se enfocaron en la dotación de
Las ca 111 l ~ .
en donde habitan los oto míes [.. . ] Entre los otomíes, acosados por un . .· an el cam¡1o (tractores)' arados metálicos) que pudtesen
n1aquma1 Ia 11 <- ' - •
n1edio geográflco inclcn1cntc, sujetos a vivir en la Inayor incuria por . . _los 11 roccdimientos "rudimentarios" en el campo; campanas hi-
meJOl a1 - ·- • 1 • 1 .
la falta de posibilidades económicas productivas y padeciendo mime- 1
. , .. , que incluían las visitas de medicas y atcncwn en puencu tma,
ateniCas · · 1
rosas enl-Crn1edades ya guc no pueden vivir una vida rclativan1 cntc hi- "r CüllStrtlLL
. ,1·,'-111 de casas-habitación modernas que pudiesen sust¡tmr as
''· ,
giénica, entre otras causas, debido a la Calta absoluta de auua de todos )cons tTUL·c··1,111 es locales", educación, e im11ulso y mejoramiento de las
b - -·
usos; entre los oton1Íes, repito, se n1ostraba agudamente Ja necesidad XI
industrias 1oca1e .S .
de esa labor que el Gobierno Revolucionario iniciaba. 7 '' En este marco tuvo cabida la reorga1úzación de los Centros de Edu-
.' a -a Indíaenas y la transformación de las Misiones Culturales en
caCion p 1' b • _ . .
El 25 y 26 de septiembre de 1936 se realizó el Primer Cmwreso Re- Brigadas de Penetración Cu~l~ral, "'' como d~pend1~ntes du-~ctas del De-
gional Indígena en el Teatro Hidalgo, Ixmiquilpan. Una vez in~ gurados 1 ·t 1 , 11 to dentro de la Ohcma de Eclucacwn Indígena. Pm te ele los ob-
pmanc:, . . . _ .. _
los trabajos por el presidente Cárdenas, los asistentes 50 realizaron sus · c·lc 'a ej· orar el eqm¡1am1ento de los Centi os, dotarlos de t1en as
¡etiYOS 111 11 ' 111
. ·
• . , •
solicitudes:
(para las labores agropecuarias) y agua potable y consti-mr ed~hci,OS acon-
·
el.tctona dcJs· v1' en alTOS casos ' reubicarlos en zonas netamente mdtgenas.
Es unas ocasiones eran relatos patéticos de atropellos ele muchos ai1os Uno de Íos primeros edificios construidos para estos Centi-os fue el
o recientes; en otras era la denuncia de injusticias CJUC los poderosos de Los Remedios, mientras que el Centro "San Bartolomé de las Casas",
con1eten en contra de ellos; en otras n1ás se n1anifestaba el anhelo en [xmic¡uilpan, fue uno de los primeros Centros Modelos creados para
insatisfecho del indio ele educarse, para poder alcanzar el mismo nivel estudiar de forma práctica los problemas relacionados con la admuns-
de las capas sociales que han ido a la escuela, por último, se quejaban tración y or<Janización de tales instituciones. 57 Asimismo, se impulsaron
~· b 1
de las condiciones n1isCrrin1as en que se desenvolvía su vida. 81 ]as Cooperativas de Consumo y Ventas en Común para hacer mas ase-
.
quibles los pro eluctos de pnmera neces1"c[ ad .SS .
Además de las solicitudes de los delegados (orales y escritas), el Con- Mediante el funcionamiento de las Cooperativas de! Valle del Mezqmtal:
greso incluyó la presentación de ponencias de los representantes ele las
dependencias federales, obras teatrales, piezas musicales y función de se ha logrado que los autóctonos de aquella zona conozcan la ven-
[ ... J

cine. A~ finalizar, se resolvió la creación de una Comisión de Estudio y


82
tajas que son propias ele tales sociedades y disli·uten ele los servicios
Planeacwn de los problemas de los municipios dcActopan, Ixmiquilpan, conexos: n1olino de nixtamal, peluquerías, baños, luz eléctrica y ser-
3
Santa María Tepeji y Tasquillo, " formada por las secretarías y departa- vicio médico; lográndose con ello que espontáneainente demanden
mentos del gobierno, para atender las necesidades expuestas y analizar esos servicios a los que antes se n1anifestaban reacios, lo 9ue pone
y resolver las "necesidades de esta raza".<+ De acuerdo con las Memorias de maniFiesto su n1ejoramiento cultural y econÓn1ico, aunque sea de
del evento, las peticiones mayoritarias de los 29 municipios asistentes forn1a incipiente. B9
giraron en torno a dos ejes: la educación y los problemas agrarios. Por
ello, en varias ocasiones durante el evento se prometió mejorar la edu- Los Centros tenían como prioridad "capacitar a la juventud indígena
cación por medio de campai'ias de educación física, higiene y cultura, para que constituya un factor de producción, creándole a la vez necesi-
y el fortalecimiento ele las escuelas e internados indígenas; así como dades para elevar su nivel de vida", proporcionar los conocimientos de
resolver sus problemas agrarios y mejorar sus pequei'ias industrias. al menos la educación primaria y:
56 57
En todo instante extended_n su acción bienhechora hacia las con1uni- Así, el mejoramiento de las condiciones de miseria se encontraba
dades indígenas, para n1e_jorar su agricultura, su ganadería y sus indus- inser t o t .11 ,.1. ¡"deal
e
del' mercado • Como antes lo había señalado Jacques
trias rudin1cntarias, y para crear tan1bién nuevas 11Jentes de riqueza ,
Sousc t ·11.e, las·
e,_
lJoblaciones·- indÍ<Tenas
b
saldrían de su aislamiento cuando
que les permitan salir del estado de miseria en que hoy se encuentran. , · •• ·ta ·at1 en relaciones comerciales con su entorno Y dejaran ele
se msc 1 ( 1 .
Así, tomando como centro la solución ele los problemas económicos, ser economías locales. El ideal también estaba basado en el1~1oddo del
c ·uc¡ae¡ 1111·¡ construido desde el si<Tio XIX a la luz de los ¡Jaramctros de
90
se irán atendiendo los de carácter social y cultural. 1 L - ~ b
la ciencia médica y la educación. Así, los otomíes saldrían de su atraso
En este punto, el estudio realizado por Mendizábal cobraba importan- cuanc1){ S·- l •· 1·nse·rtaran
L· en el mercado nacional, me¡· oraran sus habitas
cia. El profesor había estudiado con sumo detalle cuáles eran las condi- hioiénicos y su forn1a de vestir, industrializaran sus procesos econÓn1i-
ciones ele producción de cada una de las industrias realizadas en el Valle co: ... en ¡;ocas palabras, cuando abrazaran los ideales de la urbe y la
del Mezquital, seguramente con miras a planificar la introducción ele ciencia del siglo XX.

mejoras a las mismas. En este mismo sentido, también Rojas publicó sus
resultados sobre la identif!cación de aquellas industrias que podrían im-
pulsar el desarrollo económico ele las poblaciones, entre las que destaca EPíLOGO. LA NUBE ESTÉRIL
la elaboración ele sombreros ele tornillo o shamatis. ' 1
Al menos desde la década de los años veinte se habían desarrollado De entre todas las miradas en torno a los otomíes, la fraguada por los
proyectos partiendo ele la marginación de la vida indígena campesina."' educadores promotores de la educación indígena y, sobre todo, aquella
Se pretendía incentivar la producción, por medio de asesoría técnica imperante en el Departamento de Asuntos Indígenas, sobre la pobreza
especializada que mejorara los procesos, para sacar a estas industrias ele los otomíes, parece haber tenido un impacto considerable a me-
de su esfera de consumo local e insertarlas en el mercado ele turismo , cliaclos del siglo pasado. Tres ejemplos al respecto, provenientes de la
como un complemento de la principal actividad económica de las po- literatura, el periodismo y la fotografía etnográfica.
blaciones: el campo.'" De tal suerte, a partir ele la década de los años En !952, Antonio Rodríguez publicó La nube cstcril. Drama del Mez-
treinta, las políticas aplicadas a esta región impulsaron el desarrollo quital, novela que narra la historia de Pedro, un otomí edncado en un
de las industrias ele manufactura de ixtle, con la intención de tornar Internado Indígena que regresa a Taxhié, su pueblo natal, luego de con-
más eficientes los procesos ele manufactura, con una industrialización cluir sus estudios como maestro rural, para cncontTarse con María, el
incipiente. amor desde su infancia más temprana, y para reunirse con sus herma-
La transformación ele las formas de la vida oto mí, a partir de la intro- nos de raza.
ducción de estas industrias, es mostrada por la publicación que hiciera Es una historia sencilla, de prosa simple que, sin embargo, ha tenido
Carlos Basauri. Entre las páginas ele La población indígena de México se cierto éxito porque ha alcanzado al menos tres ediciones (en 1952,
muestran unos cuantos retratos ele cuerpo entero que muestran las con- 1976, y una más en los últimos años), y fue traducida al checo, al ale-
diciones de pobreza de estos habitantes, así como sus chozas ele pencas mán y al ruso entre las décadas de los años cincuenta y sesenta.
ele maguey y el hilado del ixtle. La mayor parte de las fotografías, sin Es. una obra que, desde el título y hasta la última página, está cargada
embargo, presentan los adelantos logrados gracias a la educación física, de un gran dramatismo. Porque Pedro y sus aventuras son tan sólo el
los hábitos de higiene, las nuevas construcciones de ladrillo y, sobre pretexto para clevelar, ele una forma desoladora, la deplorable situación
todo, por la introducción ele los talleres-"·! de un pueblo sometido a la carencia de agua, líquido fundamental para

59
)8
alcanzar una vida digna y civilizada. Dice el autor en una especie de abrazado por los internados indígenas, primero en el Fray Bartolomé
advertencia que se trata de "un pedazo de la vida arrancado con dolor (1e 1as. C'sas l' luego ' en el Mexe. Ahí conoció el agua)'
u,_~ ' - ' ~
su desperdicio
de un lugar de la tierra donde todo se conjuga para hacer desgraciado al en 1as. cl 11 chas( ,_, la leche)' la carne, la cama)' los za¡Jatos. También las le-
hombre. Nada o casi nada es inventado". Entonces, las palabras adquie- tras y Jos números, un oficio, el mundo que antes le era desconocido y,
ren n1ayor resonancia. . .'.L tc·-1clCJ- ' que "cada estudiante del internado debe convertirse en un
SO l11
;nisioncro para redimir al pueblo otomí".'"' Por ello, y a diferencia de
Sus pies, curtidos por la intemperie, y encallecidos por una marcha sus compañeros que se negaban a regresar a la miseria de sus pueblos
forzada que jan1ás alcanza la rncta definitiva, se mueven a un paso de origen, convencidos de que en la ciudad de México encontrarían
corto y rapido sobre el angosto sendero que el tiempo abrió entre los mejor~s condiciones de vida, Pedro regresó a Taxhié.
guijarms y las espinas del matorral. Insensibles o estoicos, pisan la fi- Regresó para darles a sus hermanos de raza las herramientas nece-
losa arista ele las piedras y las punzantes agujas ele los cardones, como sarias para salir de su miseria, para construir una escuela y un pozo.
si fueran ajenos al dolor [ ... ] Poco a poco, sobre las veredas laterales Porque la historia también es la ele los agravios cometidos en contra de
que deseinbocan en el sendero, surgen otros pies, también descalzos, los otomíes. Éstos, sin agua, vivían en condiciones deplorables siempre
callosos, ennegrecidos por la pátina del sol y la ausencia del agua. sometidos a los caprichos de la lluvia. Pero, y más grave aún, ignoran-
Ya son diez ... veinte ... cuarenta ... [ ... ] Son los pies ele las mujeres tes, sin educación, estaban condenados a la miseria y a los abusos de los
y ele los niños que diariamente se dirigen al pozo ele la cañada para poderosos.
acarrear el agua de que sus pueblos están exhaustos. Sin posibilidades de agricultura, más de la mitad de cada día es de-
Cántaros alargados y gruesos, como trozos de arbol centenario, dicada a la obtención del santhé y al tejido ele los ayates, como su Única
que sostienen con cuerdas y mecapales a1narrados a la cabeza, les cu- fuente económica. Será la mercancía que venderán en el mercado de
bren por completo la espalda. lxmiquilpan a precios irrisorios, para, sin saberlo, generarle ganancias
El peso ele la carga, la Fatiga ele la distancia y la repetición ele la sustanciosas a los acaparadores mestizos.
misma faena les ha arqueado el cuerpo, que se encorva hacia la tierra Para ellos trabaja el otomí toda la semana y todos los meses de todos
como los arboles azotados por el viento. los años. Para ellos vive el Mezquital entero. Y si el niño indígena no
Doblados bajo el peso ele su cruz, estos seres, de rostro apagado sabe lo que es la leche, ni va jamás a la escuela, es porque la ganancia
y ele rasgos impasibles, parecen trasuntos ele la ascensión al Calvario, del ayate --y de todos los productos de la industria otomí- se queda
sólo que el suyo un Calvario sin resurrecci6n, que se repite dos y tres en sus n1anos. 97
veces al día, durante años y años, hasta la n1ucrte. 95 Pedro, por ello, se propone la organización de una cooperativa que
les permita organizarse y vender sus productos directamente en la ciu-
Es una obra dedicada a Lázaro Cárdenas, porque ésta es la historia sobre dad ele Mexico. Pero ésta es, también, la historia de las tradiciones re-
la miseria ele un pueblo y, también y ante todo, sobre las políticas in- trógradas ele los pueblos, de sus supercherías y costumbres dañinas. Por
digenistas cardenistas, acerca ele las bondades, retos y dilemas que este eso Pedro tendrá que enfrentarse a la desconfianza del curandero del
proyecto significó para las poblaciones indígenas, como las del Valle del pueblo, quien no cejará en obstruir los planes del joven profesor.
Mezquital. La obra, sin embargo, está dedicada al "amigo de los indios" (Láza-
Porque Pedro, huérfano de madre, tuvo que acompañar a la cár- ro Cárdenas) y, por ello, la trágica historia mostrada por Rodríguez
cel a su padre viudo y alcohólico hasta que éste pereció. Entonces fue culmina con una luz ele esperanza: los otomíes, con Pedro a la cabeza,

60 61
marchan decididos hacia la ciudad de México para pedir a las autori- Su narración en todos estos temas es doliente, crítica y eruela, y se
dades la solución de sus problemas. Es ésta la historia de un pueblo en esn1e1. a t'l' destacar
., los· as¡Jectos
, más áridos en cada situación. Pareciera
transformación bajo los ideales del cardenismo. la ])aso ]Jor el desierto )' cada palabra escrita le causa dolor: las
que cae L . L. • • • • • ' • , , ~ "' ,

La imagen gue ofi·ece esta nm·cla no es fortuita. Antes bien, refleja la condiciones ele m1sena y margmac10n son mcluso compa1 ables a algu-
generación gue estuvo al f1·cnte ele la cruzada indigenista ele mediados itn,{wencs de África:
11 as' ;:.
de siglo. Retrata sus presupuestos e ideales y consolida la imacren del
. b
pueblo otomí. Es un sepulcro ele cal, rebosante de niños, que me recuerda por una
Resulta curioso gue, pese ague estos anhelos fueron duramente criti- cxtrai1a asociación a la Ciudad ele los Muertos en El Cairo. Y digo
cados a partir de la década de los aílos sesenta, la mirada gue constTuye- extraña, porgue desde luego, la iglesia blanca y su grosera barda al-
ron en torno a la pobreza de los otomíes se mantuyo en firme. os Al menos menada no es con1parable a los suntuosos sepulcros de los ca1il"as,
ésta es la imagen gue oli-ecen los relatos periodísticos ele Fernando Bení- ni las cabañas ruinosas a las casas donde reposan nlillares de piado-
99
tcz en Los indios Jc Mexico. Editados en 1972, la investigación y la publi- SCJS mahometanos, pero el desierto obsesivo tennina creando estas
cación de la obra contó con el apoyo de diversas instituciones académicas imáacnes nacidas tarnbién de la contcrnplación de otro desierto y de
b ' ' . 101
(Instituto Nacional Indigenista e Instituto Mexicano de Investigaciones otros niños harapientos que juegan en medio de un vac10 JunerarJO.
Económicas) e instancias del gobierno federal (incluida la presidencia de
Luis Echeverría), así como con la ayuda de un "etnólogo otomí gue cono- Pero este Libro Jc la irifamia no sólo retrata la crítica ele Benítez hacia
ce a fondo su lengua y las peculiaridades ele su tierra", de tal forma que las injusticias políticas y sociales. El autor también estuvo sumamente
convivió muy de cerca con el ámbito antropológico de la época. impresionado por las condiciones de vida en el desierto. Al visitar la
Cuenta Benítez, en el Reconocimiento del tTabajo, gue basó su inves- comunidad del Espíritu, en lxmiquilpan, asegura:
tigación en el Distrito de Riego 03 porgue era fundamental para com-
prender lo gue sucedía en el Valle del Mezquital por ser el modelo ele Así se llama este pueblo y así deberían llamarse todos porgue son
los distritos de riego ele la República. Visitó la montaíla, el valle y el meros espíritus, fantasmas que parecen f1otar entre los fantasn1as ve-
desierto ele la zona, y encontró: getales de la llanura lantasmal y reseca. El desierto tiene la virtud de
descarnarlo todo, de vaciarlo de su carne, de convertir en espectros a
[ ... J tal acumulación de injusticias, desigualdades y crímenes gue de- los hombres y a las plantas. 102
cidí bautizar mi ensayo con el título de El libro de la i~famia, título
nada exagerado ya que da una idea de cÓmo el cacicazgo onlnipresen- Esta narración desoladora encuentra su desenlace en el relato sobre la
te, el deterioro de los sistemas políticos y de la reforma agraria han matanza ele diez hombres de la comunidad de Pueblo Nuevo por un
originado un nuevo latifundio tan poderoso y degradante con1o el de problema ele tierras en abril de 1968. 103 La historia de un crimen gue,
la epoca ele Porfirio Díaz. 100 aparentemente, no recibió justicia. No es posible observar una salida:
"[e Jada encuentro aquí se siente como un latigazo. No hay nada que no
En el desierto, Benítez relata su paso por diversas comunidades alccla- . " . 1O+
sacuc1a, que no las t une
ílas a lxmiguilpan, en donde, sobre todo, recuperó testimonios sobre la Como la contraparte gráfica de estas historias de dolor emanadas de
precaria situación de la escuela, de la agricultura, ele la producción del la literatura y del periodismo, contamos con el acervo histórico foto-
ixtle y del mercado, y acerca de los caciques y sus abusos. grafico conservado por la Subdirección de Etnografía del Museo Na-
62 63
cional. El material, lamentablemente, no está fechado ni conocemos su
procedencia o autor. Pocas son las tomas que tienen regish·o del nom-
bre del poblado fotografiado. No es posible fecharlas por asociación del
contexto debido a que generalmente son tomas cerradas a los sujetos
indigenas sin elementos ajenos a su cultura. Es decir, los fotógrafos se es-
tneraron en no incluir elementos que no fueran otomíes, aunque no siernpre
alcanzaron este objetivo.
Pese a la ausencia ele datos, es posible, si se observa con detenimien-
to, seguir la narrativa creada por el autor de las tomas. No son foto-
grafias aisladas ni azarosas. Son tres grupos de fotografías claramente
definidos por los temas que abordan. El primero, impreso la mayor
parte en 5 x 5. 5 cm (y algunas en tamaño postal), 105 muestra el paisaje,
y en menor medida las construcciones de penca de maguey, una mujer
con telar de cintura, un mercado y algunos tipos incligenas que mues-
tran a adultos en tomas en plano americano, posiblemente, en el ella del
mercado (fotografia 2). No presenta ningún elemento que sirva para
fecharlo aunque la mayor parte ele las imágenes está identificada en el
acervo como la obra ele Fernando ligarte.
El segundo grupo, impresas en tamaño postal, vuelve sobre los mis-
mos tópicos del paisaje, la habitación, el mercado y la industria del Fotograrla l. Indumentaria Je mujer. Otomí. Santa i\ilaría Zacuala.
ixtle, y agrega algunos regish·os sobre consh·ucciones religiosas y al- Fon<~>: Accrm Etnografico-MNA, referencia núm. 3312(64) 14. 38c-27
gunas ele las obras seguramente emanadas de los proyectos impulsados
en la región. Aparece en algunas tomas Fernando Cámara Barbachano cultivos, y muy pocas a la obtención ele agua. Sólo se registr·aron dos festi-
acompañado, posiblemente, por sus estudiantes. vidades religiosas y poqulsimas construcciones. Las fotografias tienen un
El tercer grupo es más numeroso e interesante. Carece de autor y claro tema definido: las industrias otomíes y la miseria de los pobladores.
está impreso en formato de 20 x 21.3 cm. En las tomas es posible ob- Desde el raspado de las pencas ele maguey y lechugilla, el torcido ele la
servar autos y constr·ucciones de los años cincuenta, as! como un mural Hbra con los malacates hasta el hilado y tejido, decenas de fotos recrean
que asienta ese mismo año. Parte ele este material sirvió para ilustrar los procesos de manufactura de tapetes, sombreros y canastas. Porque,
la reeclición que hiciera el Instituto Nacional Indigenista ele La población dice Rodríguez:
indíaena de México en 1990, brindándole una nueva narrativa a la obra,
porque este nuevo acervo sustituye el discurso sobre la empresa reden- El inmenso ayate que cubre todo el Mezquital, se va multiplicando,
tora ele los proyectos indigenistas del carclenismo. ante sus ojos cada vez más alucinados, en miles y millones de lienzos
Todas están sumamente contr·astaclas: fueron tomadas bajo el fuerte que son a la vez: ropón y sudario; cuna y n1ortaja; vestido y adorno;
sol del desierto, quizá para enfatizar la crudeza del ambiente. Al igual que oFrenda religiosa e instr·un1ento ele tr·ueque; n1oneda de rescate y
en los grupos de fotografias anteriores, ninguna toma está cleclicacla a los cadena de esclavitud. 106

65
Fotografía 3. ;l/ujcr hilando ixtlc. Otomí. Hidalgo. Fotografía 4. Hombre con c~ratc. Otomí. Hidalgo.
Fondo: Aceno Etnográllco-"NA, referencia núm. 4085(61) 14. 38c-80 1 Fomlo: Acervo Etnográllco-MM, referencia núm. 3639(61) 14. 38c-355

Y tambien Benítez: ' otras etotogranas


Se encuentran entre este grupo, ac1en1as, e• n1as
' nuine-

rosas c¡uc, bajo el rubro de "indun1entarias" y "tipo indígena", contras-


Cortar, golpear y clestlbror seiscientas veinticinco hojas [de lechugui- tan visiblemente con las fotografías ele los otros grupos e incluso con
lla] significa un esfuerzo agotador. Sentado en el suelo con el tronco aquella que tomara Andrés Malina Enríqucz de los xhitas en Jilotcpcc,
erguido y las piernas abiertas y dobladas, no cesa ele sonreír. J ... ] porque éstas ilustran la marginación, la pobreza y el aislamiento del
Su padre, su abuelo, su tatarabuelo, rasparon lechuguilla. La seguirán pueblo otomí: una mujer con el torso descubierto y los jirones ele un
raspando sus hijos. Su fuerza, su habilidad, se gastarán en un viejo ayate como falda, concentra la mirada en su hilaclera y malacate, mien-
oficio rudin1entario c¡ue sólo da para mal comer. 107 tras al fondo, una puerta pareciera ser la reja de su celda (fotografía 3);
un hombre, con el desierto como fondo, sostiene un cántaro en la mano
Aun cuando algunas fotografías también muestran el modelado de cán- mientras se quita el sombrero con la otra, los restos ele un pantalón ele
taros y comales, éstas constituyen la minoría. En cambio, las escenas . a] ej escub'1crto sus piernas
n1anta el e¡an . )1ucsuc]as (f'o t ogra f''Ja 4.) . lOS
del mercado, el destino flnal de los productos, ocupan una buena parte Las escenas resultan aún más crudas porque prevalecen las tomas de
del acervo. mujeres y, sobre todo, de niños: dos pequeños sentados y uno de pie se

66 67
Fotografía 5. Niños. Otoml. Hidalgo. Fotografía 6. Indumentaria niños. Otomí. Hidalgo.
Fondo: Aceno Etnográllco-MNA, referencia num. 365 3(61) 14. 38c-369 Fomlo: Acervo Etnográllco-MNA, referencia num. 3792(61) 14. 38c-508

encuentran frente a su choza semiclesnudos con ayates y harapos enre-


dados en el cuerpo (fotografía 5). La desolación es brutal. 1 Dirección de Estudios Históricos-Instituto Nacional de Antropología
Talleres, escuelas, pozos, doctores y vacunas aparecen aisladamente e Historia.
1 Alfredo Chavcro, "Libro primero. Tiempos prehistóricos", en Jlléxico
entre el conjunto del acervo, demostrando que la cruzada educativa ha
a ITLIJ"és de los siglos. Historia general y completa del desem'olrimiento social,
transitado ya por estos poblados. Sin embargo, escapó a los autores de polltico, religioso, artístico y literario de ;liéxico desde la antigüedad mds
estas tomas un dejo ele pesimismo que no está presente en La nube esté- rcmow hasta la época actual, reedición de la original de 1884-1889,
ril, pero que es insistentemente relatado en El libro de la infamia: los ni- 1O tomos, Editorial Cumbre, 1981, t. 1, pp. 63-64.
1
/biJcm, p. 61.Además de estas, el autor consideraba la presencia, inclu-
ños, sentados alrededor de la hase de la bandera, muestran sus overoles so más antigua, de la raza negra. Sin embargo, pensaba que había sid,o
y ya no más sus trajes de manta o ayates, pero, al igual que sus mayores, desplazada por la maya desde bempos remotos, por lo qu,e no pocha
considerarse como origen del resto de los pueblos prcluspamcos.
bajo el fuerte sol del desierto, no pueden esconder su miseria en los ·l El Pedregal era explotado como zona de cantera para obtener ma-
jirones que los envuelven mientras miran con desconfianza y recelo la teriales efe construcción, lo que permitió conocer gran cantidad de
lente ele la cámara que los apunta (fotografía 6). restos arqueológicos.
69
68
Hermann Beyer, "Sobre antigüedades del Pedregal de S. Ángel", Ale-
monas)' Rcrisra Je la .\ocicJad Cientffica '~-intonio Alzatc", México, n1 ayo
+7 +.Childe Lo.'; ongcncs
n¡¡,¡dem,-~ P·--1m , ·' tra
. d uccion
· "' (e
j· El"
Vere (j ot ( t
de la cil'ilizGcwn, ~ I
1.l - ' , , _ ¡ e ' · F ¡
clel918,p.l. ·t ri [de la ¡ximera eclicion en ingles e e 1136[, Mex1co, ·onc o
6 de. G Ol a . _ . - '--,
lbidem,y¡'· 2-3. En las exploraciones se hizo acompaiiar del geólogo , Cultura Eeonmmca (Brenanos), 198 l.
E. vV!tlic 1. (1( ¡ . . 1
7 24. H0 axteca en e ongma .
fnicialn1cntc, Boas propuso esta secuencia. lvlás tarde Gamio pro- ;, Ennc¡ut' u I"alacios
- ': J'tl"ll
' ' ·' •
-'lrc¡ueoloqía
•l
Je ¡)féüco. Cultums arcaica r to!tc-
• _ - _ , _ _ , -:- ,
puso denominar al primer tipo '\-le montail.a'\ Bcvcr ;, otros "suh- ''l ·, .· ,.,
CO, ¡y LX 1 __ ,
Im¡1rcnta Mundial (Enctclo¡Jcdia Ilust1 acla Mexicana),
pedr~i?;alense", Y otros autores (Spinden, Nutta1l, Tozzér) "arcaico".
Esta uÍtin1a fue 1a denominación n1as con1Ún para tales restos, y será y, \~~~ido al nacionalisn1o imperante en la Cpoca, sólo se considera-
la gue utilizare en adelante. .-· 1·stcncia de una línea uenealóaica ¡Jara todos los desarrollos
¡'" ¡a e.,
s La depe1~dencia, adscrita a la Secretaría de Agricultura y Fomento, . p
"c¡ue jJU(tiera dcsen1bocar en e ¡ pue¡Jo
¡
y, pc~r t ~·"IliO , un solo oriuen
b
se ~lamana a }'artn· de 1919 Dirección ele Antropolooía. En 1925 mexicano. . . , .
9
sena traslada< a a la Secretaría de Educación Pública • "' ~
:1 Nlendizábal y Palacios, por cjcn1plo, _sostuneron 1a lupotcsis contra-
La publicación de los rc~ultados en lvlanuel Gan1io, "Las excavacio- ria, que la Tolhm corrcsponcha a Teotthuacan. " ,·" " _.
ne~ del Pedregal de San Angel y la cultura arcaica ele! Valle de Méxi- "Fue en el marco de la Segunda Mesa Redonda ck la SociedadMexi-
co , en Annaes ~io .\'".'. Cong.resso Internacional JeAmericanistas, vol. 11, pri- ca 11 u" ele·- r\'' ntro¡Jolo<TÍa
::, '
celebrada en Tuxtla Gutiérrez,
.
en 1942, que
mera parte, R10 de J_anciro, Imprenta Nacional, 1928 p¡J. 107 _1 17 . _, ddlnió la cultura de La Venta con1o el ongen del resto de las
~~anit'cstaciones culturales posteriores. Véase Sociedad l\llexicana de
10
Manuc 1 Gan11o, . "TI1e S . cc¡ucnce o f' Cu ¡tures in Mexico", ' American An-.
thropologists, nueva serie, vol. 26, núm. 3, julio-septiembre de 1924 Antropologla, .Hayas y olmecas. Segunda Reuni~n. de !l!esa Rcdon~~ sobre
pp. 307-322. ' problemas antropo/Ogicos de ¡jféxico )' Centroamenca, Tuxtla Gut1errez,
:~M. Gamiu, "Las excaYaciones del PedregaL .. ", p. 117. Chiapas, 1942. . ,
· -~·on1o_, ~s bi~r~, sa~ic!~_' ~~ proyecto in~h~ía estudio~. de antropología ''' Véanse por ejemplo los trabajos de Wigberto jm1enez M?reno:
ftstca, etnog1 aha e hu;tmJa contcmporanca, con la hnalidad de hacer "El enicnna de los ohnecas", Cuadernos Americanos, vol. v, nun1. 5,
un es~udio integral sobre toda la historia de la re"ión. El trabajo se septien~Jrc-octubre de 1942, pp. 113-145; y "Sintesis de la historia
realizo en el poblado de Sa~ Juan Teotihuacan y e1~la zona argueoló- pretolteca de Mesoan1Crica", en Esplendor del 1Hé.~ic~ Antiguo, ,2 _to-
gica del mtsn1o nonl,bt~e,_y tu_e escogido como ellu~ar representante mos, IVléxico, Centro de Investigaciones Antropologtcas de Mcx1co,
11
de los estados• de Mex1co, H1dal"o b
Puebla )'Tiaxcae a< •
1 • 1959, t. 11, Pj'· 1019-1108. . .
Manuel Gam10, /.a pob~aci,on Jel Jálle de Tcotihuacán. El medio en el que se 10 y también a arte, aunque éste es un tcn1a gue escapa a los objetivos

h~ desarrollado, su cro,Ju~wn ctnica y s~cial, iniciatiras para procurar su mejora- del presente escrito.
m_z,cnto, 3 tomos, .i\tl~xJco,_ Secretana de Agricultura y Fon1 ento/Direc- 31 jao.1ucs Soustelle, JJ1éxico, tierm india, prólo~o de Pau1 f{j~r~t, tr~d~c­
cton de Antropologia, 1922, ton1o l, ¡J. xu. ción de Rodollo Usigli, México, Secretana de EducaCion Pubhca
1·1 fb•J
I em, p. XIX. (SepSetcntas 10), 1971, p. 26. . .,
1
; 1\ro fue, común e¡ ue los,argueólogos ele la época se sumaran a la iclen- J: Starr llegó a México por vez primera en 1898, con~~ Intencim: de
hhca~IO~l ~e tipos c.e~·mnicos con grupos étnicos. De hecho, Franz hacer un estudio sobre los caracteres raciales de las dtlerentes tnbus
. Bo~s ms1St1a en las dificultades que implicaban estas identificaciones. e investigar las posibles coincidencias entre las familias lingüísticas
;~Alfredo Chavero, "Libro prin1ero. Tien1pos prehistóricos" ... , p. 66. y los diferentes tipos raciales indígenas (fenotipos raciales), usan~o
!bidem, p. 67. Con1o referencia la clasificación lingüística de León (Familias linaws-
IS L . propuesta por Cl1avero, en ca1nbio, difiere radicahnen-
a narrativa ticds de illCxico). Durante cuatro años en periodos de tres n1cses cada
19 te, pues éste propone como hilo conductor de la historia a los aztecas. vez, exan1inó veintitrCs etnias, ton1Ó medidas y fotografías y n1idió
Hablo ele _es_tos s~bet~~s co1no disciplinas independientes aun cuan- a un total de 2 84 7 personas. Sobre los estudios de Starr en México
do su profestonahzaciOn en estos años todada no es un hecho. No veasc Beatriz Scharrer Tomm, "Prólogo", en Fredcric,k _Starr, En el
obstante, an1bas con1ienzan a perfilarse cmno conocin1ientos autó- Jlexico Indio, b·aducción de Gloria Benuzillo ReYah, MexJco, Conse-
nmn~s en estas dé,cadas, con agendas propias y cada vez n1ás inde- jo Nacional para la Cultura y las Artes (Colecci,ón Mirada Viajera),
pendientes entre SI. 1995, pp. 9-25. Sus resultados sobre los otmmes aparecen en The
Ivli,guel Othón de Mendi,zá~)a1,,, "Los oton1Íes no fueron los priineros
10
Phrsical Chamcr.ers cif the lndians cj Southern ;llexJco, Chicago, The llm-
¡:JOhTadores del Valle de Ivlex¡co , en Obras completas, México, Coopera- ;,;"rsity or Chicago Press, 1902, pp. I 4-16.,
,1bva deTrabapdorcsde los Talleres Grálkos ele la Nación, t.li, p. 459. .ll En comparación con el dato de 1930, el numero de hablantes, c~nsa­
· Euchloena, en el ongmal. dos había disn1inuido considerablemente con respecto a las dos ultm1as

70 71
décadas. El censo de 191 O registro 209 640 hablantes de otomi, mien- , . ,c]icilm asistieron a la festividad ele Corpus, aunque las fechas de la
tras que el ele 1921 a 212 211. Véase Tercer Censo de población de los Esta- expe son confusas.
misrna .. · .. V'., .. \O.
case . \JL\lN¡·¡:·\, • l 8?---?766 , exp.
,. 9 , ¡·¡·. 1?3-1
_ -'7- 7 .
dos Unidos Mexicanos, 1910, consulta en linea en http:/ /www.inegi.org. "·\IIMN"\, vol. 79-2656, exp. 3, . 33-36.
nn:/ est/ contcmdos/ proyectos/ cc1w 1cpv 191 O1dclault. aspx; Censo ·11• ;\IL\11<\, vol. 82-2765, exp. 8, 11:. 117.
General de Halntantes, 1921, consulta en !mea en http:/ /www.megi.org. ·" AIIMf'A, wl. 79-2656, exp. 3, 11. 37-40.
mx/ est/ contemdos/proyectos/ ccpv 1cpv1921 1clelault.aspx; y Qyin- ·•H lbidcm, IT. 26-28 .
to Censo General Je Población, 1930, consulta en línea en http:/ /www. .¡<) J. Soustcllt> 3/éxico, tierra indi_a:; . , p. 4:. _ .
inegi. org. mx/ est/ contenidos/ proyectos/ ccpv 1c1w 19 301 default. aspx :;o Sin dudJ, Soustelle se permrtio dar ncnda suelta a sus reflexiones
H Archivo Historico del Musco Nacional deAntropologia, en adelante más intimas en ¡Jléxico, tierra india. Al ser un diario de viaje, su narra-
AHMNA, vol. 79-2655, exp. 2, fi'. 6-11. tiva está imprcanada de su aprecio por la poblacion. En cambio, en
su tral~ajo La jd~Jilia otomí-pam~, el ~utor ~e ~ujeta al rig~.r ci~ntíi~c~
11
Lamentablemente, el informe no especilka el nombre de pila de
este personaje. de su epoca, tratando de mantene1 la objetividad y ef 11gm en sus
1
·" Los informes de la expedicion en MIMNA, vol. 79-2656, exp. 3, IT. argumentaciones.
12-46. ;1 Ja~qucs Soustel1e, Laj'amilia otomí-pame del 1Héxico central, traducci6n
n El AJ-ItvtNA conserva los inforn1cs correspondientes a esta expedición, ele Nilda Mercado Baigorria, México, Centro de Estudios Mexica-
pero lamentablemente se desconoce el paradero de los reaistros lo- nos v Centroamericanos/Fondo ele Cultura Economica (Secci6n de
'"
tograncos y j''l .
1 n1Icos, .. el e e_l os ¡·otogra f'1as conservadas
a exccpcwn " en la Obt:as ele Historia), 1993, p. 50.
Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropologia e Historia. 5' J. Soustelle, México, cierra india ... , p. 168.

A partir ele estas, es posible inferir que al menos parte de las foto- 5l lbidcm, p. 169.
grafías fueron de tipo antropologico, es decir, retrataban al sujeto de ~· 1 lbidcm, p. 172.
frente y ele perHI para destacar los rasgos somáticos ele la cabeza y el 55 ATA, ton1o ccxxvi, exp. 1579.-5, Carlos Basauri, "El tipo nacional
rostro. mexicano del porvenir", septiembre ele 1929, JI. 3-4. Tachados en el
"f\IIMNA, vol. 79-2670, exp. 17, IT. 83-85. oriuinal las cursivas corres¡Jonden a correcciones en lá¡Jiz.
b
l<J .\JJ¡\JNA,\o.
' ' • l 8)-
__?765 ,exp.,
o 8 ¡·¡·. 103 -106.
• 51
1 .,

' Ernesto .Nleneses Morales, Tendencias educatiras f!.ficiales en ;Héxico,


+o La asistencia de Manuel Gan1io en esta expedición pacida ser un 5 vols., Mexico, Centro de Estudios Educativos/Universidad Ibe-
indicativo de que, luego de su destierro provocado por el altercado roamericana, vol. 111: 1934-1964, p. 70.
con el entonces presiclente Plutarco Ellas Calles a tlnes de 1925, a su 57
Vcase Secretaría ele Educacion Pública, 1Hemoria de la Secretaria de
regreso al país, volvió a usar el Museo para reinscrtarse en la acade- Educación Pública Je sepciembre de 1936 a agosto de 1937 presentada al
mia mexicana. H. Congreso de la Unión for el licenciado González Vázqucz Vda, Secretario
11
AHMNA, vol. 82-2766, exp. 9, tT. 123-127. Aun cuando en enero Jel Ramo, 2 ton1os, Mexico, Departamento Aut6non1o de Prensa y
de 1933 Malina planeaba realizar una expedicion mas, esta vez, a Publicidad, 1937, tomo 1, p. 15.
Actopan e lxmic¡uilpan, no conservamos los registros de c¡ue se haya No obstante, fue la Asamblea de Lingüistas la que marco un hito im-
llevado a cabo. Véase AHMI':A, vol. 87-2971, exp. 53, ff. 236-237. Por portante. La creciente iJnportancia de la antropologla a nivel inter-
otro lado, el Departamento ele Monumentos realizo estudios simi- nacional y la creacion clel1nstituto Indigenista Interamericano tam-
lares en la poblacion otomí, en Actopan, Hidalgo, que se esperaban bién abonaron en este sentido.
culminar en 1930. Véase "Trabajos de la Dirección de Monumentos 5
" lbidem, pp. 411-412.
Prehispánicos en el periodo de tiempo transcurrido del 1° de sep- Es posible que este estudio respondiera a los proyectos emprendidos
tiembre de 1929 al 30 de agosto de 1930. Datos para el informe por el Departamento de Asuntos Indigenas.
presidencial", ms., 8 pp., 15 ele julio de 1930, Archivo Técnico de '>'! Los datos bi~~d.ficos ?e ~or5ma en Benja1nÚ~ Fuentes, u El hon1bre
Arqueologia-1nstituto Nacional de Antropologia e Historia [en ade- y el educador , en Ben¡amm Fuentes (antolog1a preparada por), En-
lante, ATA], ex p. B023"30" 1 (02 )/ 1, snf. ;.ique Corona ;11o~fín y la educación rural, México, Secretaria de Educa-
·l·l La segunda expedición resultó un fracaso en materia histórica y ción Pública/ Ediciones El Caballito (Cultura), 1986, ¡Jp. 11-19.
arqueologica, debido a c1ue no localizaron las ruinas que buscaban y El cuestionario parda de un criterio lingüistico e 1ist6rico-geo-
que el acceso al camino ele la Cruz ele Denclho fue cerrado. Además, gráf'ico, pr~suponie~d~ la existen~ia ~le grupos étnicos en regiones
en Jilotepec encontraron los frescos del Templo de Nuestra Señora prccletermmadas. S1gmendo el entena de que la lengua no era dc-
de la Asuncion totalmente destruidos. tenninante de la etnia, se incluyeron tópicos de carácter cu1tural
+l AHMNA, vol. 79-2656, exp. 3, f. 39. que permitieran la inclusion ele indígenas hablantes de castellano.
.,., AHMNA, vol. 82-2765, exp. 8, 11'. 119-120. También en la tercera Se pensaba que tales características resultaban visiblemente obvias

73
ante la 1nirada del encuestador, el cual, posiblen1entc, se basó en las ¡·¡·-·rentes entre las razas de forma natural y que, antes bien, las ob-
ct e
serYacioncs realizadas tenel'1an a cons1'd erar que estas
' eran el e tipo
.
características fisicas ele los pobladores para asignarles la identidad
indígena o n1estiza. bicntal antes que naturales. ATi\, tomo ccxxxu, exp. 1601.-5,
60 ATi\, tmno ccxxv1, cxp. 1582.-S, Enrique Corona, "Etnología n1cxi- al11.·,,,.
· IZomcro
' "La antropo 1ou1a' mexicana
· .ante 1a YH
· 1a naCiona
· 1" ,
cana. Datos sobre la población indígena lnexicana", lllS.' sfr.
JSeuundo
J\ 1 - -' b "
Congreso de Historia, 1935, ms., 11. 6-7.
61
Véase José Roberto Gallegos Téllez Rojo, "Consideraciones sobre 70 Sc~n·tarÍa de Educaci6n Púb1ica, JJiemoria de la Secretaría de Educación

los Cuadros Etnográficos Indígenas de la Dirccci{1n de AntrnpoloGla Ptíhlicd de septiembre de 1936 ... , tomo 1, p. 40 l.
( 1925) y Cuadros Etnogdficos indígenas'\ lllCCanoescrito, s/ r, P· ~X. 71 y Case "Trabajos de la Direcci?n de !vlo¿llnnent~s Prehis/Jánicos en el
62
lvLls tarde, en 1939, se realizó otro proyecto sin1ilar, esta vez enca- periodo de tiempo transcurrrclo dd 1 ele septrembre ~,e 1929 al 30
bezado por el Departamento ele Asuntos Incligenas en coordinación de aunsto ele 19 30. Datos para elmforme pres1clcnctal , ms., 8 pp.,
con el Departamento de Antropología ele la Escuela Nacional ele 15,e: julio de 1930,ATA,exp. B023"30"/(02)/1, snf.
Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional. El cuestiona- 72 Sus resultados fueron pu~1licaclos e1~ Tojo_lab~!es.' tzetz~l~s / ~ay~_s. ~re~

rio, en esta ocasión, fue elaborado por Miuuel Othón ele Menclizabal res dpunrcs sobre an!r~pologw,_ ctno~rcifw y lm$mst!ca, edicJon facs1n11la1
baj~ el t~:ulo "Encuesta.exclusiva para !os"grup~s gu~, hablan lengua de la de 1931, Mextco, Llnrverstdacl ele Ctenctas y Artes del Estado
md1gcna . El n1atenal obtenido sernna, aden1as de recabar infor- de Chiapas (Colección ~acsímil), 1998. . " . . .. ·
mación actual y uniforme ele las condiciones de los grupos indíge- 71 AT:\, tomo ccxxv1, cxp. l:, 79.-5, Carlos Basaun, El t1po nacionalinexi-

nas", para elaborar las ponencias del Primer Congreso Indigenista cano del porvenir", 26 ele s~ptiembrc ~le 1929, ff'. ~-5. Se trata ele un
lnteran1ericano. Véase Jorge Vivó, "Cotejos etnográficos. Las Rela- borrador con agregados en laptz. He scnalado estos ulhn1os en cur,:tvas.
ciones Geogratlcas y una Encuesta del Departamento ele Asuntos Sobre la condición ele los tarahumaras, el autor pensaba que [ ... ]
Indígenas de México", en Anales del Instituto de Etnogrq_fia _Americana, esta tribu [se] ha aislado del movimiento evolutivo del resto de la
Mencloza, Universidad Nacional de Cuyo, 1942, tomo 111, pp. 23-40. poblacihn mexicana, conservándose en una etapa cultural o a_caso
" 1 R. on1~~-·o se re ¡··1ere ~qm' a 1a mtervenCion
. . ' el e Gan110
. en e1 Congreso iní'crior a la que ofrecía antes de la conquista". V Case JJ1onogr~fía de
Ctent!ltco Panamencano celebrado en Washinuton en 1915-1916 los torahumaras, México, Talleres Gritricos ele la Nación, 1929, p. 5.
cuando propone la creación ele un Departame~to de Antropologí~ 7·t ,\TA, ton1o ccxxv1, exp. 1582.-8, ''Datos relativos a los indios OTOMÍ
en cada país ele América. Véase ATA, tomo ccxxxn, exp. 1601.-5, Ja- (Otomite u Otonca)".
vier Romero, "La antropología mexicana ante la vida nacional", Se- 75 Carlos Basauri, La poblaciOn indígena de ¡lféxico, 3 ton1os, segunda

gundo Congreso ele Historia, 1935, ms., 12 ff. edición, Ivléxico, Dirección de Publicaciones del Consejo Nacional
,., ATA, tomo ccxxxrv, cxp. 1926.-2, Alfonso Villa Rojas, "Breves con- P"ra la Cultura y las Artes/Instituto Nacional Indigenista, 1990, t.
sideraciones sobre la Antropología en su relaci6n con la enseñanza 111, p. 241'
7" C. Basauri, La población indlgena de México ... , t. m, p. 258 y 260. Sin
rural" [ponencias presentadas en el Vigésimo Congreso Internacio-
nal ele Americanistas celebrado en la ciudad de Mé\ico en el año ele duda, las apreciaciones del educador estaban influidas por los nuevos
1939], 1939, ms., !T. 8-9. parán1etros higienistas ele la Cpoca, en Jos que se daba preponderan-
65
Ernesto Meneses Morales, Tendencias educativas cflciales ... , vol. 11: 191 1- cia a la ingesta de proteínas anin1ales. Estos son los pa~·án1etros, que,
1934, p. 579' por ejemplo, se incluyen en los conteos censales a parttrde la dec~cla
66
AHMX;\, vol. 86-2876, exp. 6, f. 26. ele los años treinta. De hecho, Basauri había expresado Ideas sunda-
67
Ibidem, ff. 28-44. El programa abarca desde el concepto ele la ciencia res \'arios años antes de esta publicación. Véase "Los indios otmníes y
occidental, pasando por la clasificación ele Aristóteles y de Bacon la Misión Cultural ele Acto pan", @etzalcóatl, año 11, torno 1, septiem-
para ubica,r a la antropología en el siglo XI): (destacando la teoría ele bre de 1930, pp. 13-15.
77 Miguel Othón ele Menclizábal, "Evolución del Valle del Mezguital",
la cvolucmn) y el momento actual a parttr de los postulados de la
Escuela ele París, Topinarcl y Broca. Malina proponía, con base en en Obras completas, México, Cooperativa ele Trabajadores cl_c los Ta-
Con1te, una nueva clasificación de las ciencias que incluía a la antro- lleres Gráficos ele la Nación, 1947, tomo Vl, pp. 7-256. En buena
pología como "ciencia del hombre colectivo". La mayor parte del medida, el autor sigue aquí las consideraciones de Malina Enrí9uez
pr~g1~an1a s~ ce~ti·a en los p_ostulados d~ esta ¡'nueva ciencia" y los sobre la historia, y en ello radica la importancia de integrar los tiem-
prmcrpales ambitos de estucho en las sociedades. _pos prehispánicos en el estudio.
711 Departan1cnto de Asuntos Indígenas, JlJemoria del Primer Congreso Re-
"AHMCOA, vol. 86-2876, exp. 6, lección 21.
69
_Jbidem, lección 48. ~na opini6n sin1ilar tenía Javier Ron1ero, pro- gional /ndigena celebrado en lxmiquilp?n, I-lgo., 25y 26 de septiembre de
fesor ele Antropolog1a del Musco, cuando aseguraba gue no podían 1936, Mcxico, Departamento Autonomo ele Prensa y Publlctclacl,
sacarse conclusiones absolutas sobre la existencia de capacidades 1938, p. 6.

75
7+
7
'' Ibidem, p. 6.
.. · <\zuela)' Guillermo Palacios [coords.], La mirada mira.da.
'" Eleaidos previamente dos por cada poblado de por lo menos 50 en Al. teJa ' ·
dwrLiliJaJ · · ' · · ·
e imagmanos del 1He.nco revolucwnano, 1 1 -/_ -t-~,
9 O 9 ,-
"autgctonos". 7iranset · 1 ll mvers1
· d e M'ex1co · "d ad N ac1ona
. 1 Au t'o noma e1'e
1
~ Departamento de Asuntos Indígenas, !liemoria del primer Conqrcso ... , p. 6. Mexico, El ColeviO
1 •• -.
o _ ¡ ·
México, p. 139), las nociones evoluci~ni~t~s que asumen que os m-
" P01~ eje~11plo, el Departamento Agrario hablo sobre las dotaciones y ' ,11 as se encuentTan en un estado pnmlt1vo y de retraso, en c1 que
restitucmnes de aguas, tJerras y bosques; el Departamento Forestal y eI¡ere0 ', · 1 • 1 . ·'
. , tenicndo sus 1Jract1cas ancestrales. Esta va 01 ac10n, como
de Caza y Pesca sobre los problemas agrícolas y forestales; el Depar- siqutn 111111 ' . 1
r~fkrc b_ autora, tan1h1cn sirve para hnndar un reconocimiento cu -
1 • • • • - •

tamento de Asuntos Indígenas sobre "(ljos problemas econ6micos de


los indígenas otOJnics y manera de resolverlos"; y el Departamento
.. 1¡
tma 1,,ron
ositivo ele tales lJrácticas, como es el caso ele los proyectos q.ue
· , , 1 • ¡· ·1 V'
·J111p 11 . u - su lJroduccion cmno artesanws, )' os aqu1 re" ene os. ca-
r
de, Educaci6n Fisica sobre "liJa cduca,ci6n Hsica, la organizaci6n y se Jor ejemplo el trabajo, de José Roberto, Galle~os (,La artesama,
1, delo social)' tecnolog1co para los mchgenas , Po!JtJca )'Cultura,
1

practica de los deportes entre los mcbgenas ot01mes como medio de 10


mejorar sus condiciones físicas". Ulll .
' 11 ¡ 7 Mexico Universiaad Aut6noma Metro¡Jo ' 1"Jtana- X oc 111m1
. "1 -
fU Estaría for~1ada po: los re~resentantes de las secretaria~ de Hacien- ~~~~:J999', pp. 223~241) sobre las industrias impu sacias en el Valle de
da, Educacmn Pubhca, Agncultura y Fomento (Comision Nacional TCotihuacan.
de Irrigación), Con1uni~aciones y Obras .PUblicas, Econmnía Nacio- '·1 Véase la cdici6n original del trabajo editada por la Secretana ele
1

nal y ele Guerra y Marma (Comandancia de la 18" Zona Militar); Educación Pública (OFicina Editora Popular) en 1940. , . .
departamentos Agrario, Trabajo, Salubridad Pública, Forestal y de ''S Antonio Rodríguez, La nube estéril. Drama del JJ1czquital, Mex1co, Ech-
Caza y Pesca, Asuntos Indígenas, Educación Fisica; del gobierno del cioncs El Caballito, 1976, p. 12.
estado y de la Universidad Nacional Ant6noma de México. 96 /bidem, p. 32.
H·l La Comisi6n fue restringida para estos poblados en vista de que 97
Ibídem, p. 24.
representaban "más agudamente el estado de inferioridad social y "'Véansc, por ejemplo, las críticas al proyecto indige':I.ista en De eso que
econÓn1ica de los aborígenes otmnícs". llaman antropología mexicana, Mexico, CEPAENAH, s/f; .
ss Es de llamar la atenci6n que, en general, el Departamento de Asun- "''Fernando Bcnítez, Los indios de 11Iéxico, ton1o IV, lvlex1co, Era, 1972.
tos ln~ígenas aplico esta misma poHtica en el resto de las regiones 100
/bidcm, p. 9.
del pa1s, las cuales, a decir de los funcionarios tenían los misn1os IOI Ibídem, p. 132.
problc1nas gue los oton1Íes, aunque no en las mis1nas dimensiones. 101
IbiJcm, p. 127. .
6
H Al parecer éstas fueron disueltas casi inmediatan1ente y reincorpo- 101
La extensi6n de este episodio sOlo es superable por las ~ntrens_tas
r~das a la Secretaría de Educaci6n Pública. realizadas al maestro rural Francisco Muñoz y al padre Lmo (qUien
"Este fue el primer Centro construido junto con el de Paracho Mi- impt~lsara divers~s indust~ias} proyectos de apoyo en diversas co-
choacán. '
mumdadcs aledanas a lximqmlpan).
ss En~re 1937 y 1938 se construyeron los ediflcios de las Cooperativas ""Ibídem, p. 136. . ., .
lnchgenas El Arbolado (Tasglllllo) y la de ~oxaxny (Actopan); y se 105
Lan1e11tablen1ente se desconoce la ubtcacion de los negativos co-
msta!a~on molmos, luz, !;anos y pcluquena en las cooperativas ele rrespondientes.
OnzabJta y El Alberto. Vease Depart~mento de Asuntos Indígenas, 1111
' A. Ro d nguez, ' · L a nu be esten' ·1 ... , p. 70
_ .
Memona del Departamento de Asuntos Indrgenas. Septiembre de 1937-agos- 107 1
F. Bem tez, Los indios . .. , p. 136.
to de 1938. Presentada al H. Congreso de la Unión por el jife del Departa- 108
Al igual que el resto de las fotografías de este ace1;vo, las t71:nas
mento, prifesor Graciano Sánchez, México, Departamento Aut6nomo muestran la inlluencia del pedodismo en la fotografJa etnogra!Jca,
de Prensa y Publicidad, 1938, pp. 5-1 O. pues las composiciones revelan cierto vigor y dinan;tismo. En este
59
Ibidem, p. 11. sentido, guardan semejanza con las realizadas por Raul Estrada DJs-
90
lbd
i em, p.7. cua para la exposici6n México ind(qena (194~) y las que hJcJera,Juho
91
Francisco Rojas González, "Las industrias otomics del Valle del Mez- de la Fuente a mediados del siglo, aunque estas no destacan solo el
quital", Rerista Alexicana de Socioloaía, vol. 1, nÚn1. 1, marzo-abril de !'oidor. Al respecto, véanse Mariana da Costa A. Petroni, "Fotog¡·a-
1939,/Jp. 88-96. llar al indio. Un breve estudio sobre la antropologia y la fotografia
92
Uno e e los primeros ensayos al respecto fue lleYado a cabo por Ma- mexicanas", Dimensión Antropológica,_ año 16, v?l. 46, n1ayo~ag~st~ ~e
nuel Gamio en el Valle de Teotihuacan. 2009, pp. 183-215; Deborah Dorotmsky, Landa en un archll'o. Me.uco
93
Prevalecen en estas décadas en la n1irada extranjera, como refie- ind¡[Tcna"y la jotogrcifía etnográfica de los años,,cuarenta en Jlié.~co, ~es1s
re ltzel Rodríg,u~z ("El etemo indíge~a. Actu~liclad y presencia del de doctorado, Mexico, Facultad de Filosoha y Lctras-llmversidad
pasado preh1spamco en la representac1on del Mexico revolucionario", Nacional Aut6noma de México, 2003.
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A Francisco Luna Ja¡·craf (.2015)

ARCHIVOS A H(~rdcé Lópcz HcrnánJcz, alicicmc de estas r~flcs.ione.\·

AE·MNA. Acervo Etnográfico de la Direcci6n de Etnografía del Museo


Nacional de Antropoiogía e Historia. Los OTO MÍES DEL VALLE DEL MEZQUITAL
AHMNA. Archivo Histórico del Musco Nacional de Antropología.
ATA. Archivo Técnico de Arqueología-Instituto Nacional ele Antropo-
logía e Historia.
Fototeca. Sistema Nacional de Fototecas-Instituto Nacional de Antro- Es difícil definir el estado de destrucción y conservación de vestigios ar-
pología e Historia. queológicos antes de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueoló-
gicas de 1972, considerando que el coleccionismo, el saqueo y el tráfico
de objetos y piezas de arte o históricas fueron las acciones que mayor
impacto han tenido en la destrucción de las evidencias de la historia
prehispánica. No se ha evaluado la conservaciÓn de los contextos arqueo-
logicos a lo largo del tiempo y en comparación con la situación actual,
ni mucho menos se ha reflexionado sobre la relaci6n pudieron haber
tenido los habitantes indlgenas, mestizos, criollos y españoles con las
ruinas y evidencias arqueológicas que se encontraban en sus territorios.

so
Una rápida revisi6n deja entrever una situaci6n insospechada: los terrenos, desde los fustes de las columnas de guerreros y otras escultu-
edificios, n1onun1entos y cYidcncias arqueológicas tenían un alto nivel ras c¡ue hicieron famosa a esta ciudad, cuna ele Quetzalcóatl, hasta piezas
de conservaci6n hasta finales del siglo XIX. Los dibujos, descripciones, cerán1 icJS y artefactos. 2 Las propias excavaciones de DésirL~ Charnay,
litograflas, fotografías, representaciones e incluso las excavaciones do- unos ai1os despuós de esta visita, muestran fotos del palacio tolteca en
cumentadas que hicieron los viajeros y los primeros arque6logos en las excelente estado de conservaci6n, con los restos de los muros de adobe
diferentes zonas ceremoniales prehispanicas muestran que los procesos que alcanzaban cerca ele los dos metros de altura, 1 algo inusitado en las
de formaci6n natural y las transformaciones culturales poco habían im- excavaciones ele Jorge Acosta setenta años después.
pactado en la conservación de los edificios y contextos. Los viajeros y los primeros arqueólogos que llegaron al Valle ele!
Tanto los sitios abanclonaclos durante la época prchispánica como Mezquital durante el siglo XIX y aun los estudiosos de la cultura otomí
aquellos que lo fueron después de la llegada ele los españoles ya habían de esa época no dejaron testimonio de la relación que existía entre los
adquirido un equilibrio con el ambiente y el entorno, y habían alcan- habitantes nati\·os, los restos arqueológicos más evidentes de los cen-
zado cierta estabilidad que permitía su conservación. Así, en los sitios tros ceremoniales y los lugares sagrados de la época prehispanica, como
mayas de la selva lacandona, fue a partir de la llegada de los viajeros y ]as pirámides ele Tula, las pinturas rupestres de las barrancas y los cc-
exploradores durante el siglo xlx que se inició una modificaci6n de esas 1-ros Coatepec yTezcatepec. Circunstancias muy lejanas a las que habían
condiciones de equilibrio debido a que la acción antrópica fue inexis- ocurrido con la Coatlicue, esa escultura rescatada en un costado del pa-
tente o carente de significado en siglos anteriores debido al vacío pobla- lacio virreina!, a la que los indios veían con curiosidad, le prendían velas
cional ocurrido después ele la caída del Clásico maya. y le colocaban unas o±!·cndas como las "que sus mayores acostumbraban
El retiro de vegetación, las excavaciones, la depredación de objetos ' 1o 1os"..¡
presentar a 1os te
y la quema del bosque fueron los factores introducidos por los viaje- En la época virreina! existían hechos de brujería reportados para al-
ros, y sus informes y publicaciones muestran la rápida pérdida de los gunas cuevas, pinturas rupestres o para las piedritas llamadas cangandhó,
vestigios. Cuando Désiré Charnay visitó Palenque alrededor ele 1880, los chalchihuites, las piedras sagradas de jade o turquesa que adquieren
observó que, desde la estancia ele Stephens y Catherwooclunos veinte poder curativo 1 y es muy probable que las prácticas y significados de los
años antes, se habían dado cambios notables como la desaparición del rituales prehispanicos realizados en las cimas de las montañas se traslada-
relieve ele! Templo del Sol, el colapso de los muros, el derrumbe de las ran hacia los poderes mágicos y curativos de los objetos de culto depo-
galerías y la pérdida de los dinteles de madera. 1 sitados ahí. Resaltan, en este caso, las vasijas tipo Tia! oc, de manul:1ctura
No fue así en la regi6n del Valle del Mezquital con ocupación hu- muy pobre, que ll.Ieron usadas en los rituales y colocadas en abundancia
mana continua desde los albores de la era cristiana. Aquí, la antigua en las cimas de los cerros como parte ele! culto a esta deidad, y que des-
ciudad ele Tu la era la zona mas conocida, la que atrajo la atención de puCs fueron conocidas con1o wcmá (los ancestros, los antepasados, los gi-
los investigadores desde la segunda mitad del siglo XIX y alrededor ele gantes), cuya búsqueda en las pirámides y centros ceremoniales dio lugar
la cual se generaron las polcmicas civilizatorias que darían lugar al con- a la destrucción de los edificios y contextos prehispánicos por los mismos
cepto Mesoamérica. Según las narraciones de Antonio García Cubas en curanderos y los pobladores otomíes y mestizos del Valle del Mezquital."
1873, uno de los primeros visitantes que dejó testimonio por escrito No obstante, para el siglo xlx no existe alguna referencia de culto a
de las ruinas que en aquel tiempo eran conocidas como el Tesoro, exis- los centros ceremoniales prehispanicos, muchos de ellos convertidos en
tía un muy buen estado de conservación, salvo por el derrumbe de ruinas y otros abandonados y en el olvido. Llama la atención el encubri-
los edificios, encontrándose múltiples evidencias en la superficie de los miento de los lugares sagrados con nombres no indígenas: Tul a era El

81 H3
Tesoro, el Coatepec era el Cerro del Astillero y el Tezcatepec, el Cerro . ele: Mcxico donde los santuarios católicos sustituyeron a las viejas
cen t 10
del Elefante. El hecho de que la plaza ceremonial de Tul a tiJera conocida . ·ac 1·,,- 1ws
ad voc, - .va
- los lucrares
b
más im1Jortantes de culto ~y ¡Jere,crrinación.
como El Tesoro pudo estar asociado con la idea de que algo valioso se Es muY conocido que en el santuario del cerro del Tcpeyac, donde se
encontraba en las entrañas de las pirámides, pero a trescientos años de
apa1. ec,·1·,·, 11 1•¡'¡·uen
L b
de Guadalupe ' se veneraba a Tonantzin, 1Jero también
la conquista y cnngelización es muy probable que se pensara en dinero 'en L··1 ._u
-;,cromonte de Amecameca y en la cueva de Chalma, los Cristos
- - ~·

o monedas de oro y no en objetos o reliquias de culto y reYerencia reli- neuros reemplazaron el Yiejo culto a Tezcatlipoca. 7
giosa que rememoraran la cosmovisión y las identidactcs prehispánicas. ~s innegable que el proceso de sustitución de los cultos locales
Así, las antiguas zonas sagradas, lejos de ser vistas por los pobladores existió entre los otomies del Valle del Mezquital; sin embargo, los san-
~tomíes como un legado de los ancestros, eran concebidas como "igle- tuarios \' los graneles atractores' de culto regional emergieron como
Sias viejas que se hundieron con su campana de oro" que sonaba en . ~ 1'
consecuencia ele procesos particulares, como el Santuario de Mapet 1e,
determinada fecha del año, casi siempre durante los días de la pasión de asociado con un Cristo negro, el Cristo de Villaseca, cuya veneración se
Cristo en la Semana Santa.
inició en un lugar donde no existía un centro cere1nonial prchispánico. '-J
El Coatepec (el Cerro de la Serpiente), el lugar fimclacional de la El mila<rro de la llamada "espantosa renovación del Cristo ele Mapethé"
cosmovisión azteca, que se encuentra a unos kilómetros al norte de se dio e~ un nuevo asentamiento establecido para funcionar como lava-
Tula, ya hab~a sido reinterpretaclo de una manera especial. En el siglo clero de metal (es el significado de la palabra otomí Mapethe) y procesar
xvm el benefactor de Huichapan construyó presas, lavaderos e iglesias la plata y el plomo extraídos ele las minas de la sierra ele Cardona! e
con un dinero que, se decía, era sustraído de una cueva repleta de te- . '1 pan. 10
IXmiqui
soros, la cual sólo se abría bajo el conjuro del capitán o en ciertos días El oh·ido o la simulación parecen encontrarse en el cuestionario ela-
cuya fecha y ubicación en el Cerro del Astillero sólo conocía Manuel borado por el rey ele España titulado Instrucción y memoria de las relaciones
González Ponce de León.
que se han de hacer para la descripción de las Indias, que con tenia cincuenta
En el olvido quedó el Coatepec, el lugar en que, de acuerdo con la preguntas y temas que buscaban el conocimiento de los diferentes as-
tradición otomí y azteca, era el lugar ele la abundancia y de los mante- pectos de los pueblos y los habitantes de la Nueva España, su entorno
nimientos por ser un acceso a los diferentes niveles cósmicos del inli·a- llsico, historia, gobernantes, población y recursos naturales. Los gober-
mw1Clo y del supramunclo y residencia de uno de los cuatro dioses fi.m- nadores o corregidores cleberian llenar la encuesta, buscando entre los
daclores, Huitzilopochtli. La noción ele abundancia y mantenimiento de pobladores a los indígenas con más conocimiento. Jtmto a las respues-
la concepción prehispánica se trasladó a la existen~ia ele barriles llenos ' anexarse una p1ntura
tas, e1e bcna . ele l terntono.
. . 11
de monedas ele oro al interior del cerro, lo cual explicaba la riqueza del El resultado ele esta convocatoria fue publicado como las Relaciones
capitán Manuel González. Tan sólo quedaban por ahí, como remem- Eleográj1ms del siEilo .\TI. En las correspondientes al centro de México es
br~nzas de su antiguo significado, el glifo del cerro de la serpiente en notorio que los informantes que habitaban en ciertos lugares sagrados
la fachada ele la iglesia de Amealco, los mitos ele las anidadas de víboras relacionados con el Coatepec no comunicaron nada sobre las antiguas
que se encontraban en las laderas del cerro y el de la cueva en cuyo ceremonias y rituales que se realizaban en las cimas ele los cerros Coa-
interior se encontraban grandes tesoros, así con1o algunos rituales que telJec .ivTezcatepec. Ambos ' son los lucrares sao-rados más relevantes del
b b
hacían alusión a batallas sagradas.
momento inmediato anterior a la conquista española, pues mientras
En la región del Mezquital los antiguos lugares sacros no ti.1eron re- en el primero nació Huitzilopochtli, el dios tutelar ele los aztecas, en
significados después de la conquista como ocurrió en otros sitios del el segundo se atrincheró Copil, su primo, para hacerle guerra y, al ser

85
derrotado, su corazón fue extraido y sembrado por los sacerdotes en bulto sagrado o tlac¡uimilolli), bien pudieron realizar esas acciones en los
un carrizal donde, posteriormente, se posada el águila fundacional para sitios ceremoniales como parte del proceso de cmwersión de los habi-
indicar que ahí debía ser erigida la ciudad de México Tenochtitlan. Pese . tes,_ ele la localidad .\' ele la consecuente eliminación de las ¡1rácticas de
tan
a ello, en las Relaciones gcogr4ficas no se n1cncionan el Coatepec ni el los sacriilcios humanos e idolatría, y trasladaron la montaña sagrada y su
Tezcatepec (Cen·o del Espejo). En la relación que corresponde a este a la icrlesia
Za ceremonial
p1J_,l - b
con su atrio. Sin embarbcro,
.
de estos hechos
último pueblo, sólo se dice que "está poblado a las faldas ele una serranía tampoco existe registro y en n1uchos casos se les ha nsto con1o un van-
grande y, en lo alto della, hay una montaña grande de encinos; tiene dalismo propio de un pueblo conquistador. Paulatinamente, la subida a
buenos pastos para ganados menores; [es] estéril de todas fl·utas y man- esos cerros sagrados se desplazó al 3 ele mayo, para la celebración de la
tenimientos" y recalcan que no tienen ídolos ni adoraban "cosa alguna: misa a la Santa Cruz y, en otros casos, los cerros se transformaron en los
sólo n1iraban al cielo". 12
calvarios de los pueblos y se les construyó una capilla.
No se han encontrado las relaciones de los pueblos que rodean al A la par, dos procesos pudieron acelerar la desaparición de la reli-
Coatepec (Nopala, Chapantongo, Alfajayucan y 1-luichapan) y todo pa- giosidad prchispánica y de los significados cosmogónicos profundos: en
rece indicar que nunca fueron elaboradas. De igual manera, la relación ~rimer lugar, la moclillcación y la paulatina tergiversación de los ritua-
de lxmiquilpan, un lugar de alta densidad simbólica porque ahí san Mi- les y las ceremonias como consecuencia ele la eliminación del peque-
guel Arcángel reemplazó a Tezcatlipoca-l-luitzilopochtli, y la de Tula, el ño grupo de sacerdotes especializados, depositarios del conocimiento
lugar de nacimiento de Quetzalcóatl (tutelar de los tol~ecas y gober- y del saber experto sobre la cosmovisión, los rituales, su significado,
nante), tampoco han sido localizadas. tanto el inmediato como el profundo y esotérico; en segundo lugar, la
Contrasta esta pobreza de información con la riqueza y detalle de necesidad de ocultar esas prácticas ele la mirada ele la Inquisición y de la
las regiones vecinas, Querétaro y Meztitlán, también poblados de oto- Iglesia, lo que limitaba la acción de los participantes y la socialización de
míes pero fuera de la coma1·ca conocida en la época prehispánica como las interpretaciones. Los saberes y las prácticas cosmovisionales fi.1eron
Teotlalpan (la Tierra de los Dioses). Algunos otomíes que se han dedica- tomados por personas menos expertas y, con ello, se perdieron los vie-
do al estudio de su historia y de la región del Valle del Mezquital, consi- jos significados profundos y los mecanismos de transmisión del conoci-
deran que este vado fue intencional y que tuvo como finalidad proteger miento hacia los aprendices. Así, descontcxtualizados, modificados los
los principales lugares sagrados ele la destrucción por parte de evange- tiempos y los días de las ceremonias por el nuevo calendario católico,
lizadores, sacerdotes e inquisidores. La sospecha es que los sacerdote~s y mestizados con la ritualidad y los saberes de la nueva religión y habien-
los conocedores de la religión, los rituales y la cosmovisión prehispáni- do desaparecido el sistema cosmovisional c1ue le daba sentido y cohe-
ca, optaron por el silencio para resguardar sus centros ceremoniales." rencia, el saber fi·agmentario de las prácticas rituales se expresó como
Cierto o no, el abandono ele los rituales y la suspensión ele los procesos ¡¡brujería" y superstición y se convirtieron en las '~tradiciones y leyen-
de mantenimiento de las instalaciones, junto con la introducción de los das" de las localidades.
pequeños actos de rapiña para la obtención de las mágicas vasijas wemá, Las ideas y las prácticas cosmovisionales desarticuladas del sistema
pudieron originar el derrumbe de las estructuras y la destrucción de prehispánico se fusionaron paulatinamente, generación tras generación:
las ofl·enclas y enterramientos, es decir, ele los contextos arqueológicos. a Huitzilopochtli se le vio como Cristo, Zidada (Nuestro Padre Dios)
Los propios sacerdotes evangelizadores, conocedores de los ri~uales o el venado. Los antepasados, los xithá, se fi.lSionaron con las prácti-
de desacralización prehispánica (incendio del templo, destrucción de las cas ganaderas y se enmascararon para burlarse de los vivos a fuerza de
representaciones de los dioses tutelares, extracción y destrucción del latigazos v~ baJ· o el sonido del son 'v de los bailes tí11icos de la sociedad
~

87
española del siglo XVI. El sacriJlcio de niños asociado con el culto a Tlá- ~ ·ma ele serpiente emplumada. La cueva, por su parte, representa la
01
loc, fue sustituido por matanza de pollos el 3 de mayo, día de la Santa d ¡ ·ccr¡1icnte que se abre ¡Jara dar acceso al espacio de los dioses,
boca e a s
Cruz, en una ceremonia llamada Cortagallos. El juego de pelota sac¡·ifi- . t. -· r de la montaña, el inframundo.
e l tn el 10 .
cial se transformó en un combate a naranjazos, como los que se llevaban ' 1 Ja -cr,
1
Ast a o '- ._, 1 ele tres
~
sialos
b ·
ele virreinato en el que el Mezqmtal se
a cabo en España durante el tiempo ele carnestolendas, pero con dos ·t; 11 c·l si;tcma del mundo capitalista, las zonas arqueológicas ll.!e-
inscr n e · · . .__
bandos, uno que representa el águila, el sol, y el otro el jaguar, lo noc- ron rcco1 ·cl .1
: clas
'- · ·sólo
- como luaares
b
donde había '-grandes tesoros, pueblos
turno, la noche. Las prácticas rituales se adecuaron a la Jlesta europea . · , "j1unclidos" cuya ialcsia enterrada tenia una carnpana de oro
VICJOS ·' ' b
y
del Carnaval, entre el 21 ele diciembre y la Semana Santa, l+ y mientras .. cc1s·tcJcliados ¡Jor el diablo el charro (metáfora del diablo), el
que et a11 · . ,. ' , . .
los brujos y curanderos realizaban ceremonias y curaciones prácticas ·¡ .. · ,., ¡- or
VI JOl O 11 - 1 -
un anCiano (metalora ele los ante¡Jasaclos), en un P' oceso
con alguna rcr11iniscencia prehispánica, la cosn1oYisión católica penetró que parece resultar análo~o.a los rituales vin'c~laclos con los altepeme, las
en la otomí, al agregar los bailes y los combates análogos a los que se ciudades Estados preh1spamcos de Mesoamenca.
realizaban en la España medieval, jJcro intearando
b
al baunas
'
ele las vieJ·as
' ~
Muchos irwestigaclores han llegado a la conclusión ele que en los pro-
prácticas prehispánicas. cesos 111 csoan1ericanos, la noci6n de altépetl tiene no sólo una connota-
En los lugares sagrados ele las barrancas y las cuevas se continuaron ción sobre el territorio (el espacio), sino también sobre el tiempo y la
algunos rituales que pudieron tener un carácter clandestino, pero a las ritualidad. Mis allá ele la manera en que se piensa la continuidad ele los
antiguas pinturas rupestres se les agregaron componentes de la nueva ' 1, 16 e1 al1an el ono y ¡·un el acwn
procesos sobre los elementos del altepet . ' el·e
religión: iglesias, cruces, personajes a caballo, el sol, la luna y hasta el nuevos centros ceremoniales tenían que ver con la desacralización del
divino rostro se integraron y, a veces, se superpusieron a los motivos !uaar de salida, el desplazamiento hacia el nuevo lugar sagrado (nor-
prehispánicos (juegos de pelota, pirámides, representaciones de vena- "
malmente conducidos por el sol en forma ele águila), la noción de lle-
dos y cazadores)." Las pinturas rupestres, e incluso la pintura mural gada y la sacralización del nuevo espacio. Actualmente se considera que
de la iglesia de lxmiquilpan, expresaron el complejo proceso de sincre- ese pudo haber sido el proceso en las políticas de construcción de las
tismo y mestizaje cultural que permitió la continuidad ele los rituales iglesias virreinales, ele forma tal que la desacralización y destrucción
fragmentados hasta cerca del siglo XVIII, época en la que, finalmente, no necesariamente fueron un proceso impuesto, sino reinterpretaclo
dejaron ele plasmarse esas pinturas en las rocas y las localidades dejaron por los evangelizadores para poder construir la iglesia con su atrio que
de fl·ecuentarse para caer en el olvido. reemplazaban el lugar del cerro sagrado, la pirámide )' la plaza, con sus
En el imaginario otomí, pero también entre los habitantes no inclíae- cuatro esquinas, y la cruz atrial, católica, era la remembranza del lugar
nas del Valle del Mezquital, los centros ceremoniales prehispánicos"ele ele unión del inframunclo con los mundos superiores.
la región del Mezquital y el mismo Coatepec fi1eron custocliaclos por ví- La montaña y la cueva sagrada 17 se transformaron en la iglesia vista
boras que impiden que cualquier persona tenga acceso al oro enterrado como el cerro en cuya portada se recuperó el arco de medio punto para
o a las riquezas que contiene. La serpiente puede aclc1uirir tres formas la entrada principal, como metáfora ele la boca ele la cueva. Se construyó
diferentes: la gran serpiente ele agua, la gran serpiente ele fuego (Miikii un conjunto eclesiástico totalmente mcsoamericano: la iglesia, con el
Bok'ya y Mahi Zibi) y su entrecruzamiento que forma el Afahii Kcnhc, la altar al oriente y la fachada al poniente, fue ubicada al oriente del gran
Gran Serpiente Celestial de Agua o huracán. El viborán, la enorme ví- atrio que sustituyó la antigua plaza ceremonial. El atrio, las capillas po-
bora emplumada que silva e hipnotiza a los visitantes y que custodia los zas en las esquinas y la cruz atrial en el centro fueron la representación
tesoros de las localiclacles, es la resonancia de Quetzalcóatl, la deidad en metafórica del espacio sagrado prehis1x\nico conocido como quincunce,

SS 89
la plaza ceremonial construida de manera repetitiva en los centros ce- La estructura paternalista creada por España para el gobierno de sus
remoniales. Fue el modo en que los evangelizadores retomaron los lu- súbditos y la protección de las poblaciones indígenas durante los siglos
gares y prácticas prehispánicas para darle sentido a una religión católica XVI y XVII alcanzÓ su límite con las Reformas Borbónicas de corte liberal,
mestizada con la religión prehispánica. Para proteger ese nuevo espacio e u; buscaban la modernización ilustrada de la monarquía española. La
sagrado de las brujas o naguales'" se construyeron cruces en cada uno rlustracilm no sólo reformaba el Estado, también incidió en las prácticas
de los puntos cardinales, en los límites de los pueblos y fueron llamadas y rituales ele los grupos indígenas y en las ceremonias religiosas, al bus-
cruces de cuatro Fientos. ~ar eliminar los usos y costumbres generados en las localidades,"' y le
En este proceso complejo y disímbolo de transformación de las prác- daba a la Inquisición el poder de actuar sobre los rituales que pudieran
ticas simbólicas en memoria y recuerdo, entre los siglos XVI y XIX, pare- ser sospechosos de paganismo. 21 Por primera vez, la Corona se hacía
ce no existir una gran intervención en los restos de los lugares sagrados propietaria de los recursos naturales y los vestigios que incluían los res-
por parte de los grupos oto míes o de los habitantes no indígenas de las tos arc¡ucológicos producto de las sociedades que fueron conquistadas."
localidades. Los rituales que se realizaban sobre los antiguos espacios
prehispánicos tenían lugar en la superficie del terreno, aunque en algu-
nos casos se efectuaban excavaciones para colocar una pequeña oli·enda. LA DESTRUCCIÓN DEL SIGLO XX
En vez de sustraer los objetos enterrados desde la época prehispánica,
se agregaba nueva inforn1ación al contexto arqueológico. N o parece La translórmación de prácticas y rituales en los lugares sagrados se
haber indicios de excavaciones en los contextos arqueológicos otomíes dio ele tal manera que los convirtió en objetos de mercado, con la
entre los siglos XVI y XVIII. consecuente comercialización y saqueo. La tradición que protegió los
En la práctica, a lo largo del tiempo, la fusión cosmovisional se dio lugares prchispánicos hasta el siglo xx se trocó en una marca para reali-
en diferentes grados para los diversos grupos sociales del Valle del Mez- zar las excavaciones clandestinas que se llevaron a cabo de manera sis-
quital: otomíes, caciques, ladinos, mestizos, criollos, negros, mulatos, temática en el centro de los montículos piramidales para la sustracción
inmigrantes y emigrantes, quienes como actores y agentes de la red y y comercialización de las antigüedades prehispánicas. La búsqueda era
del sistema coparticiparon de la construcción de la memoria y del olvi- tan sencilla como identificar los lugares donde la población nativa decía
do de forma diferenciada y en la nueva y emergente cosmovisión local. que se aparecían las víboras o sonaba la campana de oro. De esta mane-
Estos diversos y complejos procesos de olvido se dieron en un ra, se destruyó la mayor parte de los sitios monumentales del Valle del
marco en el que las relaciones enh·e las castas y los grupos étnicamen- Mezquital, en una acción que parece sincrónica con la desaparición de
te diversos durante el virreinato y hasta el siglo XIX fueron distintas a esculturas, códices y documentos indígenas que se encontraban en las
las que desarrollaron los grupos anglosajones en ese mismo periodo. presidencias municipales y en los archivos parroquiales.
Las artes, los oficios y los conocimientos no estaban acaparados por Durante las decadas de los ai1os veinte y treinta, el centro de México
la élite criolla o mestiza, por el contrario, existían amplios espectros enfl-entaba una revuelta de carácter religioso, la Crisliada, tma respuesta
de oportunidad para los indígenas en el acceso al conocimiento y a de la Iglesia católica a las acciones de intolerancia religiosa generada por los
los puestos. Las restricciones eran análogas a las impuestas desde el emergentes gobiernos posrevolucionarios. El exhuno radical, en Tabasco,
sistema familiar español, re!lejo del modelo de arreglos familiares eu- bajo el gobierno de Tomás Garrido Canabal con sus grupos paramilitares
19
ropeos vigentes entre los siglos XVI al XIX y no por las condiciones de conocidos como los camisas rojas, destruyó las iglesias, los archivos y el arte
casta, raza o etnia. sacro, tanto el que pertenecía al clero católico como a las con1lmidades. 21

90 91
Por su parte, en la zona del Bajío, en las proximidades del Valle de]
. . . .· (I>J ·\11) oraanizó una comisión !· .para la búsqueda
Mezquital, los cristeros organizados por la Iglesia y desde los pueblos l , e J-!Istmia • · . b
ft1>tro>pc ogia. . '- litieran explicar esos mura es. .
mestizos e indígenas, se resistían militarmente a la educación socialis- 1 cumentos c¡u_e pu n
eo ·. . los archrvos . . -· les. , parroc¡uiales Y el archivo,
mumclpa
ta.,_, La tradición señala que en el Cristo de lxmiquilpan, así como otros
._._._,Se microhlmai on . . b't Ie se encontraba, sorprendentemente,
Cristos milagrosos de la región como el del Santuario de Mapethé, y . 1 el de Onza I a qt . . . . . le
la comume a 1 . hacía referencia a unas pmtm as e
algunos documentos de las cajas de comunidad fueron escondidos p ;. b1·cn' consenac . 1 En c•ste, un egaJO '
o. , ., el al Juzaaclo de Indias emane e
. 1 . t' -1
0 ¡·
antigücdae , el u~tl\-o
los habitantes y salvaguardados por las serpientes de agua del ataque de . ¡ , lm·ron ent1 ega as b .
. de . 1 1.ec
, 1arno el,e la ])!'O]Jiedad ele unas tierras en, 1-
:.va
las fi.Ierzas federales. La Miiki:i BoJ, protegió a los peregrinos del Maye
XVIII con1 mo·blo ele mdws . . O··- !Izab'tI a )
'los, vecinos pueblos otmmes. 1 1
que custodiaban el Cristo en su camino hacia el cerro del Calvario, con
"'-'''"1'eim¡o entre e_ puc ' el 1 bl - l la fundación ele Ixmiquilpan, e e os
una gran lluvia que cayó sobre el ejército. El (l clcmas e la ai e e ' el 1 -
ocumcnto, a . del-os )' el e 1os. ¡·une!ador-es ele cada una e as
Fue en ese marco de guerra que el gobierno del estado de Hidalgo . 1 -s encomen ¡¡· .
litigios en ti e o. . . ,, l 1 los linderos )' con retos que
organizó el inventario de las construcciones religiosas en su territorio, d 1 ' . . . le lxmiqmlpan, esta> ece 'S lí·
c¡ endenCias. e ·_1 - t, los prm1eros . _ . anos
- . d-Ie virreinato.·· Un .ag-
tal vez con miras a su recuperación con carácter de bienes nacionales, tuvo Ixmic1udpan e m an e _ l . n la comcmidad de Las Pilas
así definidos por las leyes de Reforma del siglo xix. 25 En ese inventario .. 'el'- se encuen1:! a a 101 a e 'el 1
nento de ese e o Ice . .1 l la Caj· a de comum ae
de los monumentos que existían en el estado de Hidalgo se constata la I . . . , N'. lás Flores, resguaiC ae o en .
del mumcipio de rco - --' ,' omo un códice iclentitano Yde
existencia de documentos que hablaban de la organización y estructura 'ha sido Jcnsaclo, ele nlaner a err onea, e ' , 29
) l, ·. .· 1 entre civilizados y no macias.
de los pueblos en el siglo XVI. Entre ellos, destaca el que li.Ie enconb·a- delimitacion tcrntmia el. el l caja de comw1idacl en
do en Tepeji del Río y que fue transcrito en el Catálogo de construcciones 1, ¡ ¡ 10 or ¡1arte del custo IO e a
Más al a e e ce P . ha hereda el o generacion ·' b·as ' generación para
religiosas del estado de Hidalgo, pues habla de las dobles cabeceras que Las Pilas - cargo que se ' 'el ' -rió durante la Cristiada
conformaban los pueblos prehispánicos de la región y cómo la iglesia y , l . incluso con la VI a, como ocm 'el
dclender a cap, · ¡)·¡ . l onocen el contem o
el convento fi-anciscano se consb·uyeron en sus fronteras." ) .' l habitantes ele Las 1 as e ese
'la RcyoJuciOn-, os , . . . 'fcaclo Sin embargo, el
Una historia diferente es la del Códice Hui chapan, rescatado por Al- . , _. . . . _ ele ese cod1ce y su s1gnr 1 · -
de la ca¡a y la existencia . . ' de los documentos,
fonso Caso. El códice tal vez fue sustraído del convento de Huichapan , l l , ·el' nes ha J1Crmiticlo la consenacwn , 'l
alan e e os guai Ia · ' . . 1 a desaparecido y so o
en el siglo XIX, y a principios del siglo xx se encontraba en el Museo 1· · i 1al de lximqm1pan 1 ·
mientras que el are uvo mumc 1 ' el , ,¡acervo del Instituto N a-
Nacional de donde fue robado, luego vendido a un inglés y finalmente l .. - lllmes resguarc1a os en e '
se conservan os mio o 1 el 1 , archivos Yclocumcn-
devuelto al Museo por las gestiones del propio Caso, quien lo dio a 1 ' _ Historia La suerte e os
cional de Antropo ogra_ e · · l ·ci¡Jios )' en las iglesias
conocer en el XXIII Congreso Internacional de Americanistas de 1928, ¡ . mw1idacles en os mum .
tos conservados en as co , - . sa en la gran pérdida
celebrado en Nueva York. 27 el . . 1de azaroso que se expre
ha tenido un estmo ¡gua ' · .' . ¡ · ¡ s los códices.
Cuando en la década de los años sesenta se descubrieron las impre- . - 1 . ']1apcles ant¡auos, me me o. .
de expedientes, egaJOS) .' b , 1- los monumentos, ed!-
sionantes pinturas murales en la nave de la iglesia agustina de Ixmi- t l 1 destruccwn Y saqueo e e
Una buena par ·e e e a . . el los ¡meblos de indios,
quilpan, que mostraban una li.Isión de componentes europeos góticos, . t'1auos )' del patnmomo e •
llcios y documentos an b el' 1 1 creación de
católicos y medievales con una esb·uctura tipo códice prebispánico y " . . ' el . resauardarlos por me IO e e a
se hizo con la mtencwn e b '· . 1 el' eran ser expuestas al
con representaciones de las águilas fundacionales, de guerreros con ar- . . .' . 11··vado u ohc1a que pu 1 .
colecciones de cai actei P b', _ dio en razón del m-
madura de jaguar y coyote y de los cerros sagrados gue identillcaban Público en un al.,an nacwn . alista aunque tam Ien se
' . . · ] de las
a la doble cabecera de lxmiquilpan- Tlazintla, el Instituto Nacional de ., . -'f clandestino nacional e m ter nacwna ,
cipicnte comercio Y ba ICO . . 1 1, el . entos )'obras artísticas
, .
piezas arqueolog1cas P1_eJliSJ. Jánrcas· )r e e os ocu1n
91

93
vi1-reinales. Los principales actores de estos saqueos l1Icron diletantes, Las leyes de Reforma trasladaron la propiedad de los pueblos de
maestros rurales, promotores indígenas o misioneros culturales que ha- . ¡1acia
.· ]<1 s·- latifundistas ' aunque en el Valle del Mezqmtal se• sabe
. 1chos
bí~ recibido ~lguna educación cultural y que, después ele la expropia- u . de caciques decidió vender las tierras de comumdad a
~un~~c1
Clan de las l~aCienclas ,Y del reparto agrario, tuvieron acceso a los lugares
.. ,
q 11 ] JI·e·s transformándola en pro¡Jiedad inchndual de caractcr
donde existian monticulos piramidales o documentos de comunidad. los po J ac e ,_, ' k • • ' • ~ ~ 'r . '
. ]·. ¡·· 1 de evitar la expro¡JiaCion denvada ele la desamm tizacion
JrtYílC o, J. U ~ ' .
Las tierras donde se encontraban los edificios ceremoniales prehis- l l)!Cl1LS.
· , . '" •Se formaron los latifundios )' se transformo la propiedad
de .
pánicos, entre los siglos XVI y XIX, se convirtieron en propiedad privada ·1 • la tierra en propiedad ¡Jrivacla ¡Jara luego convertirse en
1
con1una e e ( '
de encomenderos y merceclarios de tierras, hacendados y rancheros · [acl el•··! Estado con jJOsesión e¡. ida!, buscando regenerar una nue-
~"
pero también de los caciques y gobernantes indígenas qu.e recibiera~ proptcc' '-- ' - . e_; r • "

va l..
-or n1 'a ele·- tierras
~ · de comumclad ' ¡Jara nuevamente come! tn se en
mercedes reales y ranchos en las mismas tierras de comunidad.
propiedad privada. . . . . .. . .
La independencia de México trasladó los patrimonios de la monar- ·t c·ambios va1venes e mcertidumbres sobre la t1e1r a y los bienes
ES (15,_ _, '
quía hacia la flamante nación, en un proceso por el cual los criollos in- que en ella se contienen, sean arqueológ~cos, minerales, de superficie
dependentistas se apropiaron del pasado indígena civilizado y glorioso,
0 del subsuelo, impidieron que los otmmes observaran los monumen-
como marco ideológico del emergente nacionalismo. Las p.ie;as y los tos prehispimicos como un factor de identidad ancestral: las evidencias
monumentos prehispánicos se convirtieron en patrimonio de la nación arqueológicas se convirtieron en una más de las riquezas naturales y
en el marco -~e las refon~as liberales que emergieron durante el siglo materias primas del territorio.
de la Ilustrac10n. Estas reformas permitieron que los criollos y mestizos La educación indígena de los primeros años de la Revolución, aplica-
nacidos en la Nueva España-México se consideraran los herederos na- da a través de los Internados indígenas y de las Misiones culturales enb·e
turales ele las antigüedades indígenas, apropiándose del espacio dejado 1920 y !940, hacían ver como supersticioso y anacrónico todo aque-
(por voluntad, por la fuerza o por olvido) por los descendientes de esos llo qu~ estuviera relacionado con ideas y prácticas rituales ancestrales,
grupos, que estaba confinado en las repúblicas o pueblos ele indios y aunque estas mismas prácticas permitieran la conservación de los mo-
era resguardado por los fueros y privilegios que la Corona española les numentos arqueológicos o de algunos elementos del paisaje. La novela
había otorgado.
indigenista La nl!be estéril, ubicada en la época del cardenismo, muestra
El Estado ilustrado --fuera el virreinato novohispano, el Imperio cómo los otomíes egresados de los internados, convertidos en maestros
mexicano o la República mexicana- tomó como parte de su orden "na- rurales y bajo la doctrina del cientificismo, veían a los conocimientos y
tural" la propiedad de los bienes y tesoros que se enconb·ahan en su terri- a las costumbres ancestrales como un obstáculo para el mejoramiento
torio y estableció sanciones para quienes realizaran excavaciones en esos ele la calidad de vida de los otomíes. 11
edificios y monumentos sin la autorización y conocimiento del gobierno.
Los caciques locales, los indígenas o campesinos y ejidatarios y los
Esta sanción del Estado sobre las intervenciones en los monun~cntos de neolatifundistas se convirtieron en los nuevos dueños de la tierra. Mu-
la antigüedad indígena incluyó aquellos que se encontraban en los terri- chos ele ellos eran miembros de la emergente clase política o se en-
torios de los pueblos de indios y, así, la emergente nación mexicana hizo contraban influidos por el ambiente nacionalista revolucionario con
suyo el pasado indígena tanto de manera ideológica como pab·imonial: sus proyectos culturales. Es seguro que en la mayor parte de las ac-
no sólo erigió su propia hagiografi'a con los personajes prehispánicos, ciones destructivas en los restos arqueológicos se haya contado con la
también inició la construcción de gabinetes y colecciones, en especial de colaboración de los pueblos de indios y de los habitantes locales, tanto
los pueblos civilizados de los que se consideraba heredera natural.
para la localización ele las esh·ucturas como para la realización de las

95
excavaciones, pues muchas manos gubernamentales estaban presentes
A pesai- el··. __ tener ·
vínculos· con la antro¡JOlo¡rÍa
,u
del Estado antes de la
en las asambleas ejidales o comunitarias. . • • • _

.,
creacton e e ·1··1 Instituto
. Nacional de Antro¡Jolog1a
.__ e 1-hstona, la ma)Ol pal-
El aumento en las excavaciones clandestinas estuvo relacionado con
. 1
te d e os m.. · telectuales fue coleccionista de ¡Jiezas prehispanicas y llnan-
otra circunstancia: la resignificación del indígena y la construcción de
. lXl ex
cta ...ca 1-aciones
._ ¡Jara buscar los objetos c1ue les interesaban, llegando .
la nuen imagen del indio. La migración a México de diversos intelec-
· .·- ¡·
a ac1e¡ un 11 •1 ·- ]silkaciones
~
y
· .~
re1Jroclucciones fabricadas en_
molde.
y
·~
cm-eje-
tuales estadounidenses como consecuencia del desempleo provocado
1 .
de as poi (,_
-1 'S 111.Jsmos lalsillcadores El¡Jah·ünonio ]Jrehis11ámco lue a pro-
. , . .. . . ' ' . . .
por la gran depresión de 1929 conlluyó con la llegada de otros pensa-
piado por ese grupo, el cual, a su vez, mchcaba cual tem~ maym val m
doncs europeos y norteamericanos como Antonin Arta u el, Paul Strand
· ·ta .- ·a cultural • Así ' resultaban de particular
e m1po 1 '- 11 '- 1<- - ••
mteres

y eran alta-
- •
y Sergei Eisenstein, que se relacionaron con un grupo emergente de
mente cotizadas las piezas mayas, las aztecas, las hgunllas de Occidente,
mexicanos como Diego Rivera, Frida Kahlo, Miguel Covarrubias, Anita
las del Preclásico ele Chupícuaro y las recién def1niclas como olmecas. El
Brenner, Rullno Tamayo y Carlos Chávez, muchos de ellos con fuertes
caso más evidente ele este culto al arte prehispánico y de su adquisición
vínculos con la antropología y con la arqueología de la época. En con-
por cualc¡uier medio, es la colección que se guar~a en el Museo Ai~alma­
junto, construyeron los valores del nacionalismo mexicano apoyados en
calli del pintor Diego Rivera, aunque el poeta Carlos Pelhcer h1c1cra lo
elementos del folclor y de la etnografía, y crearon una imagen que hoy
propio para crear el Museo de Villahermosa en el estado ele Tabasco.
se ha convertido en un lugar común en torno a la estética mexicana e
Aunque la plástica otomí del Valle del Mezquital no era valorada,
indígena (como la paleta ele colores, el mariachi, la flor más bella del
sobre todo por los prejuicios de la époc~ derivados ele consicler~r a ~~~
ejido, la fiesta del día ele muertos, las calaveras, los árboles de la vida
, oto míes como un grupo que poco aporto a la cultura mesoamencana,
el jarabe tapatío, el charro, la china poblana, la india bonita), incluida la
la sospecha, originada por las exploraciones realizadas en el siglo 'XIX
puesta en valor y en alta estima ele los objetos de las culturas prehispá-
por Charnay, de que en la región se cnconh·aba la Tula ele Quetzalcoatl
nicas, por medio de una fl.1erte campaila propagandística sobre su valor
estético universal. 3 ~ concebida como un nucleo civilizador de los nahoas, fue un un portante
motinJ para buscar ruinas y realizar excavaciones, independientemente
En la Exposición Universal de Nueva York de 1939 y 1940, cuyo
de la identificación cultural y cronológica de los sitios.
lema era "Mundo del Maiiana", México aportó lo que sería la madu-
Aunado a esto, se dio una enorme propaganda periodística en torno
ración ele la imagen construida durante las dos décadas anteriores por
a las excavaciones y hallazgos de la Tumba 7 de Monte Albán en Oa:aca,
el grupo de intelectuales de la Revolución, especialmente promovida
hechos a principios de los ailos treinta por el fundador del INAH, Alfonso
en las ferias de París y en las exposiciones w1iversales realizadas enh·e
1890 y 19 30. JJ Caso. Los diarios nacionales le dedicaron varios números a este descu-
brimiento debido a la visita que hizo el presidente Lázaro Cárdenas y a
Rebozos, jícaras, sarapes y sombreros no sólo se mostraron como
la representación que realizó su esposa al colocarse las joyas encontra-
evidencia de estereotipo nacional, sino que se introycctaron en la con-
das en la tumba.
ciencia de los mexicanos como una fusión de vanguardismo y moder-
La presencia de objetos de oro en la o!í·enda de la Tümba 7 parece
nismo, pero siempre local y tradicional, y una mezcla del buen indio,
haber inlluiclo en el imaginario ele la población y en la reinterpretación
salvaje pero civilizado, magnánimo y con un gran pasado histórico: la
de los antiguos topónimos y u·adiciones sobre los monumentos arqueo~
idea de México construyó su mercado, su oferta y su propia demanda. Hy
lógicos. Así, con la expropiación ele las grandes haciendas se construyo
en ese 111ercado, nacional e internacional se encontraron, tan1bién, Jos
la idea ele una antigua sociedad opulenta, que guardó su oro enh·e los
objetos, piezas y monumentos ele las culturas prehispánicas.
muros de los edif1cios y esto motivó a que se buscara al radiestesista (el

97
,-arero) o a adquirir detectores de metal para buscar dinero en cada uno
·l . pollicer e incluso museos internacionales en Estados Unidos)' en
de los edificios en ruinas, desde las casas coloniales, las haciendas y los Cal os e ' . ,. .' ] .
. ¡· ]mente un grupo mas el de los maneras sm esc1upu os,
caminos reales hasta las propias pirámides y zonas arqueológicas. " Europa;y, ma ' . '. - . '" .
. b l na los museos nacionales, rcgwnalcs y locales pa1 a \ende! las
Eln~crcado emergente de comercialización de piezas arqueológicas, que 1 o a )J. . . _ 37 "'

la p~bhc1dad sobre la existencia de oro al interior ele las pirámides que Jiezas en t,lc·xtran¡'ero
. ' -
o en las casas de subasta mternacwnales. . Lo. que
] 1a_ 5 sorprcnLc
-l. tle
- este
· traba]· o no ·sólo es la laraa
t:. lista de coleccwmstas,
,
conhrmaba las tradiciones y leyendas sobre los sitios, y la pulsión colec- 11

cionista ele los intelectuales de la época, hizo emerger a Lm nuevo actor,


.
en su tna_\"..,-11-¡ 1~orte intelectuales
, ' académicos)' políticos
, (Jorge Gonzalez
.
Catnarena, n ' Al l a Reecl )' Alvar Carrillo Gil ' ademas de los mencwnados
los maneras, una especie ele profesión que surgió como resultado de la
' l'cJ.S "'o¡·¡·¡'lla)
parra -' ' ~
sino también sus ¡)referencias (por ejemplo, Dolores
, .
creación del merca,do cultural por parte ele los intelectuales y que, ele
del Río coleccionaba sólo figuras zoomorfas, mientras que ot1~os umca-
hecho, los mvolucro como consumidores. Los maneras eran aquellos que
buscaban sobre pedido, por medio de excavaciones, las vasijas y las flgu- ._, '· femeninas o maternidades) y el que un arqueologo, del
men t e. ¡·1·auras
[nstituto 'Nacional ele Antropología e Historia, José Luis Franco, fuera
nlla~ ~nterradas,' bs monos. En muchos casos el manero había llegado a
¡1erito que realizara las. autentificaciones para el mercado
, t 1·".iado
el pl.es ~ e
los sitJos arqueolog1cos antes que los arqueólogos, por lo que los nativos
clandestino nacional e internacional. ss
consideraban a los investigadores como un manero más, y así los llamaban.
Los maneras excavaron algunos de los centros ceremoniales del Valle
Poco es lo que se sabe de ellos a pesar ele la gran destrucción de con-
del Mezcluital como supuestos expedicionarios de la Universidad de
textos arqueológicos que hicieron entre los años cuarenta y setenta del
Guadalajara, según nos comentaron algunos de los pobladores de las m-
siglo pasado para satisfacer la demanda de consumo de m:te prehispá-
mediaciones del Zethé, Pahñu y Cerrito. Las evidencias de los saqueos
mco de los mtelectualcs mexicanos, de coleccionistas extranjeros y de
111 uestran que se trató de una acción sisten1ática y, en n1uchas ocasiones,
los museos ele Estados Unidos y Europa. Convertidos en mito y denos-
una empresa de gran envergadura, por el volumen de material despla-
tados por las visiones oficiales de la historia del patrimonio mexicano
l ' . e ' zado y removido. . , .
a umca mente, que es una especie de historia novelada, proviene de un
El olvido del carácter sacro de los centros ceremoniales preh1spamcos
caricaturista veracruzano, Ramón Valdiosera Yerman, quien, aparente-
permitió c1ue los maneras, los saqueadores y los mis1,"os arqueólogos,
mente, estuvo involucrado en este tipo de actividades alrededor de los
pudieran realizar excavaciones en ellos. Fueron muy frecuentados Tu la,
añ,os ci~cuenta y hasta la~romulgación de la l'ey ele 1972, aunque tam-
elluaar de residencia de Quetzalcóatl, y las zonas ceremomales de sus
hien existe una pubhcacwn que nunca circulo, la de Justo Molachino, b l
alrededores, en especial las que se encuentran en la cima de os cerros;
Los dioses secuestrados,)' la de Karl Meyer, El saqlleo del pasado. Historia del
tráfico internacional ilegal de obras de arte. 16
mientras que al Tezcatepec y al Coatepec se les destruyeron los princi-
pales basamentos piramidales con la mirada permisiva y la propia auto-
Según Valdiosera, había una gran diversidad de actitudes entre los
rización ele los ejidatarios y comuneros.
moneros: los que se consideraban una especie de custodios del patrimo-
Paradójicamente, cuando la arqueología académica iniciaba el des-
nio )' fueron los primeros en descubrir algunas zonas arqueológicas,
cubrimiento que relacionaba las ruinas del Astillero-Hualtepec con el
excavarlas y conocer las piezas y edificios hasta llegar a convertirse en
Coatepec, con base en los testimonios de los grupos criollos de la región
especialist~s de las culturas, al nivel de los arqueólogos expertos; los que
y con información ele los pocos otomíes que identificaban ese lugar con
se espec1ahzaron en realizar copias falsas, para satisfacer la demanda de los
el cerro mítico, los cjidatarios optaron por cerrar el lugar, acusando a
intelectuales y del mercado internacional, que llegaron a ser de tan bue-
los arqueólogos ele querer despojarlos de las riquezas arqueológicas que
na calidad que tuvieron clientes como Raúl Kamfer, Kurt Stavenhagen,
se encontraban en sus propiedades ejidales.
98
aa
La responsabilidad 'de las autoridades de las comw1idades y del eji- . ~ ¡ ·ccxlJiotación y por el enorme incremento demográllco. En
JOf Sll SO Jl . - • . . ~ , O "' •
do sobre la. destr·u·ccion de los contextos y monumentos arqueológi- 1 Mexico tenía 48.2 m!llones de habitantes, ele los _cuales 7Yo e1an
1970
cos queda ejemphhcada con lo ocurrido en la comunidad de la M es1.·¡¡ a 's de ]enaua inclícrena; mientras que para el ano 2010 lapo-
ha bl an t eL '=' o . , ,
d~~de, años después de haberse permitido el saqueo de las principales . ' a¡e<
b]aciOn 'OilZÓ
-
los 112.3 millones con un 6.6% de mdigenas:
.
el pars
.
pn·am~des ~el centro ~eremonial, un presidente del ejido, de apellido l 'I''clamente incliuena de los sip:los XVI hasta la pnmcra mitad
t '-' ~ ~,
Banchi, alla por los anos setenta del sio-lo ¡Jasado'"reo-a!ó" , .. ¡
a lo<·.~.._.pca- 1Jreponc
¡ . ~ acluél cuya poblaciOn nattva se calculaba en la ter ce1 a par te ele la
. '-" . . , . . , "
b b
1 xx,~
ce . . 39
tarios las piedras careadas del recubrimiento de las piramides para que ,·Ic'Jn de¡· ó de existir en un abrir)' cerrar ele OJOS.
po11J ae - ' . . .. , ' . ,- .
construyeran sus casas, por lo que se introdujeron camiones de volteo y En el Valle del Mezqmtal, como en otras latitudes del pais, los \es-
se sustraJeron todos los acabados y terminados de las pirámides corres- tiaios prehispanicos que se podían observar a mediados del siglo XIX
pondientes a la última ocupación del sitio. ta~nbión desaparecieron. Hoy es imposible pensar en la conservación de
dinteles de madera en los sitios ele la selva lacandona, puesto que de la
misma sch~a ya sólo quedan relictos. Los muros ele adobe de cerca ele dos
LA MERCANCiA Nnv-AcE metros de altura que Désiré Charnay encontró en la Maisan Tolteque son
imposibles de imaginar en los pocos montículos y edificios que quedan
Después de más de cuarenta años de haberse promulgado la Ley Federal en una Tula destruida por el sistema de riego construido entre el pe-
ele Monumentos y Zonas Arqueológicas, el manero, el saqueador profe- riodo cardenista y los años ochenta para irrigar las tierras de los ejidos
sional, prácticamente desapareció, aunque la práctica ele la excavación otomíes del Valle del Mezquital y por el paso de la vía del ferrocarril
claJ~clestina ahora se encuentra asociada con el crimen organizado. La ley México-Qucrétaro: el sistema de riego no sólo destruyó cerca de 90%
no fue capaz de impedir que otras actividades destructivas emergieran de la antigua ciudad de Tula, también lo hizo con cada uno ele los pueblos
con la participación de los arqueólogos o con su mirada complaciente. y asentamientos prehispánicos que se enconlTaban en la planicie aluvial
Los habitantes de los poblados que se encuentran en las inmediaciones y, con los vestigios arqueológicos, se perdió para siempre la mayor parte
ele los yacimientos arqueológicos, al percibir el valor comercial de las de las comunidades vegetales del Valle, la distribución austral ele la pro-
0
piezas, han hurgado en los sitios de forma consuetudinaria y se ha hecho vincia del Desierto Chihuahuense dominado por el matorral crassicaule/
sistemática la excavación hormiga y poco profunda que busca pedacería así con1o una gran variedad de anünales e insectos.
y pequeñas vasijas -lejanas de las graneles piezas artísticas que busca- El río Tu!a, donde se vierten las aguas saturadas con los desechos in-
ban los maneras~- y produce una alta destrucción de los contextos. dustriales y domésticos del área metropolitana de la ciudad de México,
. Entre 1970 y la primera década del siglo XXI se dieron grandes cam- es uno de {os más contaminados del país y con la presa En ció y el sistema
bws en el pensamiento y la economía mundial. Las crisis económicas de rietro c¡uc se deriva de éste se contaminaron los suelos del Mezquital
b
afectaron a México y, a pesar de todo, se realizaron obras de inli·aes- y el manto acuífero del subsuelo del valle ele Tu!a:''
tructura de diversa magnitud c¡ue destruyeron gran parte de lo que el En los últimos cuarenta años, los lacandones, un grupo que llegó a
Estado-nación constr~yó como el símbolo nacional, el llamado patri- la selva chiapancca en el siglo XVII, se han declarado los herederos de
monio arqueológico. Este no fue un hecho aislado en el país. Junto con algunos de los sitios mayas, como Bonampak y Yaxchilán, bajo el argu-
~ -
esta destrucción masiva del patrimonio, también se dio la deforestación mento de que son los lugares ancestrales de sus ceremonias, pese a que
intensiva ele las selvas y bosques, la erosión ele los suelos, la contamina- fueron conslTtlidos mil años antes de su llegada a esta se! va, durante
ción de los ríos y del ambiente, el agotamiento de los recursos naturales el periodo Clásico. Otros, como los oclam, al noroeste de México,
IOO 101
inl1uidos por la política norteamericana ele repatriación de los bienes
- lr-
Los l111<1 1 1 u ' maruinados
b
culturalmente ele las civilizaciones mesoa-
culturales hacia las poblaciones nativas estadounidenses, han logrado
..
mencanas, . 6crcneraron un desal}cgo
. ._ a las ruinas y_, edificios del Valle del
que elJNAJI les remte[Jre un conj'unto de restos exca\·ados j}O -1 · ·•
~ , u · • ~ ~ . 1 a l1llsion · 1. ¡~'JS. 'aruumcntos crenerados l}Or los opresores nahuas-aztccas
francesa (CE M CA),.,, bajo el argumento de que se trata de sus antepasados. Mezqwta " b .
t . ¡aclos ¡}or los es¡)aJ1oles que los sei1alaban como un grupo aJe·
En general, lo que puede observarse es que las comunidades se con. y con IllL ~ " , . . ' .1-f, • • • ., " _" _,
·no a 1as. L., 1-uHles contnbuc10ncs a la cultura, hrc1e1 on que el Coa tepe e
sicle~·an propietarias y herederas de los objetos descubiertos por los ar- <

V I-1UI·t·Zl·"¡,JlJnchtli
- ' Tu la .l' Quetzalcóatl, fueran vistos como. productos
queologos y los edificios excavados que se encuentran en el territorio
'CU lt lli·alc·s·
< '
del. mundo)' cosmovisión náhuatl, la de los dommadorcs. ,
que ocupan, independientemente de la cronología y de la historia: son
Si bien los estudiosos decimonónicos consideraban que los otomres
parte de un legado que les corresponde, en razón ele que se encuentran
eran una población muy antigua, fi.1e hasta principios del siglo XX cuan-
en el territorio que actualmente ocupan, sin importar la fecha en la que
do Manuel Gamio propuso que los otomíes fueron los primeros pobla-
los pobladores actuales llegaron a ese territorio (como los lacandones),
dores del centro de México. Se apoyaba en lo que observó como una
o de que se pueda o no establecer una relación cultural 0 identitaria
semejanza entre los motivos cerámicos de la época arcaica con los que
e~1trc el grupo que habita hoy y los habitantes de hace trescientos, qui-
aparecían en los textiles otomíes de principios del siglo XX y, exten-
mentos,_ md o quince mil ai1os. Se trata de situaciones que recuerdan
diendo el argumento, identificó lo que en esa época se llamaba la wlwra
el estud10 de James Clifford sobre la identidad en Mashpee·'l y que se
arcaico con la cultura otomí, como una especie de cultura madre de la
relaciOnan con el conf1ictivo caso del Hombre de Kennewick +f 1 .
, en as que se derivaron las civilizaciones posteriores.''7
qu~ el'~entro del debate era el derecho a la tierra por los "pueblos origi- Los otomíes se familiarizaron con esas ideas, ya fuera por los maestros
nanos , )'que culmman con la destrucción de todas las huellas antiguas
rurales, los antropólogos o las Misiones culturales, y las inh·oyectaron
por parte de los habJtantcs nativos, quienes consideraron que ese tipo
en su discurso identitario independientemente del debate que de ella
de restos atentaba conh·a sus derechos ancestrales.
hiciera Miguel Othón ele MendizábaJ,+s de que por los procedimientos
En el Valle del Mezquital es factible destacar varias opiniones y pun-
arqueológlcos actuales esa tesis sea indemostrable; o de que Román
tos de VIsta de las comunidades indígenas-mestizas y ejiclos sobre las
Pií1a Chan hubiera asociado la cerámica rojo/ café de tipo coyotlatelco
eviden~ias arqueológicas, en algunos casos con gran influencia de los
característica de los aí1os 650 a 950 DM (Epiclásico) con los otomíes,
anh·opologos que han llegado a estas tierras desde la Revolución.
sei1alanclo que la dish·ibución de este tipo concuerda con la dish·ibución
L'os ot~míes se ,apropiaron de las zonas arqueológicas ele manera muy
lingüística del grupo y, con ello, validando la idea de Othón de Me~­
tard¡a y solo s1mbohca, y tal vez por efecto de las interpretaciones tergi-
dizábal de que a los otomíes sólo se les puede identificar hasta el an~
vers~das que provocó el repart~ agrario ejidal, ocurrido desde principlos 600 de nuestra era+" Cuando comenté esta circunstancia a un otom1
del siglo pasado, y que tuvo la Jorma ambivalente de restitución (es decir,
en el cmwrcso organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales
reponer las. tierras a la~ comunidades originales) y expropiación (reparto a
(IIS·LI"-:M,Iten 1988 en Actopan, El mezquital diez años después, respondió
los campesmos de las tierras y cascos de las haciendas). En todos los casos
que ellos lo sabían de cierto porque utilizaban "metodologías distintas".
los ejidos tenían la posesión ele la tierra, mienh·as que el Estado mexican;
Este debate se dio en paralelo con una política de desindianización
mantenía la propiedad. No obstante, los intereses de las diversas facciones
generada por el proyecto cardenista en los ai1os treinta, que buscaba
politicas ,qu: han irrumpido las asambleas ejidales han llevado a pensar que
la intecrración del indio al gran desarrollo nacional, en la cual las es-
la poses10n Implica la propiedad de todo lo que se encuentra en el ten·ito- "
cuelas rurales, los institutos de educación indígena y las Misiones Cul-
rio del ejido, tanto en el subsuelo como en la superficie o en la ati ósfera:"
11 turales construyeron un rechazo a las prácticas "supersticiosas" de las
102

103
e decisiones en torno al uso)' usufi·ucto de los monumen-
tradiciones otomíes, tal como se puede leer en la novela La nube cstérjJ La ton"a {l. ·
Los indígenas ingresaban a los internados donde recibían una educacion . c's un ¡Jroceso complejo en el c¡ue intervienen diversos inte-
wsaroia
1 . . .
t<Jlll al interior de las comumdades )'aun entre ellas mismas.
de corte cienti±lcista, socialista y occidental, para egresar como maes- reses enl)tb '
tros rurales e impartir clases y educar a sus comunidades de origen En la comunidad del Maye, en lxmic¡uilpan, por ejemplo, los comu-
desde la lengua nacional -el español-, logrando c¡ue los oto míes sin- 1íes buscaron aenerar un desarrollo en las tierras ele comu-
neros o t{JI1 · ·- b
tieran Yergücnza ele con1unicarse en su lengua. 'd ¡ ,,.,
nt ac e 11 - bJSc
L,
en la idea de un lJarc¡ue ecoturístico, como lo han hecho
El reciente proceso de rcivindicacion incluyo la reintcrpretacion de las comunidades vecinas. Por tratarse de parque temático y dado que en
su nombre otomí o hñahñu, 511 y la idea de c¡ue ellos habían sido los cons- la cima de uno de los cerros existía la evidencia de ruinas y petroglifos
tructores originales de los grandes centros ceremoniales del Altiplano (a los que denominan la Fortaleza Azteca), llamaron a los arc¡~Ieologos
porgue fiieron los primeros pobladores del centro de México y su de- del JN ..\H para c¡uc apoyaran el proyecto mediante la excavacwn de las
sarrollo cultural fue la base de las grandes civilizaciones conocidas hoy, ruinas y su apertura al público.
como la teotihuacana, la tolteca y la azteca. Afirman, con base en la rel~­ Cm; el apoyo de los comuneros y de los pobladores, los arqueologos
cion que Gamio hizo de la cultura arcaica (o de los Cerros) con los oto- optaron por la excavacion de las evidencias de ocupacion doméstica de
míes, haber construido Cuicuilco, Cholula y Teotihuacan, haber estado la época azteca que hadan suponer que debajo de la comunidad se en-
en el Mezc¡uital a la llegada de los tolteca-chichimecas, edificado Tula y contraba enterrada la cabecera otoml del Postclásico tardío, Tlazintla,
ser parte importante del desarrollo del imperio azteca, al grado de que la contraparte de la cabecera azteca de nombre Ixmiquilpan. Las ruinas
~-aseguran- a la caída de México-Tenochtitlan, los sacerdotes otomíes prehispanicas se encontraban en la propiedad privada de uno de los co-
de la cabecera de Tlatclolco recuperaron las imágenes de los dioses fun- muneros, por lo que se propuso la apertura al público de ese lugar y
dacionales (el bulto sagrado, el Tlaquimilolli) para enterrarlas en el lugar una compensacion de un terreno equivalente al dueño por parte de los
del origen, la montaña sagrada Tezcatepec (Luna Tavera, comunicacion comuneros. Las excavaciones se iniciaron con el apoyo de comuneros y
personal, 2007). de la mesa directiva, y rescataron ofrendas fimdacionales y evidencias de
En la práctica, cada ejido, cada barrio .y seamento de una comtmidad la transición cultural ocurrida enh·e los años 1500 y 1570, desde la fun-
b
-ajenos al saber erudito que se concenh·a en un grupo de otomíes de dación de las casas hasta la llegada de los españoles a la region y la con-
lxmiquilpan-- reclama para sí la propiedad de los objetos enterrados y areCJación de esta cabeccraj'tmto con la ie:lesia de lxmiquilpan, momento
b b '-"
sustraídos, así como las evidencias arqueologicas y los mismos cenh·os en que se presume fue abandonado. El acuerdo era c¡ue estas evidencias
ceremoniales, no por ser un legado de sus ancesh·os y antepasados (ésos formarían parte ele un musco comunitario que apoyaría la creacion del
se presentan en cada carnaval en forma de enmascarados llamados xithá), parque ecoturístico.
Íconos de su pasado o reivindicacion cultural e idcntitaria, sino para ob- Cuando se realizo el cambio de mesa directiva, los nuevos dirigentes
tener prebendas en negociaciones políticas, recuperar terrenos perdidos de los comuneros, militantes de un partido polltico ele izquierda, deci-
durante el reparto agrario, conseguir concesiones econón1icas y corpo- dieron c¡ue el parque ecoturístico no era importante y retiraron todo
rativas, así como empleos en la fedcracion, tal como ha ocurrido con los el apoyo a las excavaciones arc¡ueologicas, y llegaron, incluso, a ejercer
ejidos donde se encuenh·an las zonas arqueologicas más importantes de la presion sobre los investigadores para evitar que las piezas encontra-
region, el Pahiin y el Coatepec, e incluso de la misma antigua ciudad de das fueran exh·aldas de la comunidad y llevadas a la ciudad de México
Tula. Los monumentos de la antigüedad son vistos, en primera instancia, para su análisis. Con esto, el dueño de la propiedad donde se encontra-
como una fuente de ingresos y como un camino para salir de la pobreza. ban las evidencias quedo en el desamparo y se cancelo por completo el

lOS
JO+
proyecto del parque ecoturístico y del museo comunitario, así como la
i1westigación arqueológica de la zona; se continuaron las excavaciones
bajo la figura legal de un salvamento arqueológico que permitiría al . uista es1Jañola las comunidades indígenas novohispanas,
Desde 1a conq . ' ' . . . . ,
dueño la liberación del predio y hacer uso del suelo sin restricciones _. 1 1 . del centro de Mexico, no fueron ent1dades aisladas del
espccta as - . . .
Durante algunos años, las comunidades vecinas al Coatepec (Ameal- en nclo se insertaron en un conjunto de mteracclünes gue las
sistcnla m u -' - ..
co, Aliajayucan y Chapantongo) solían organizar una ceremonia de re- . ¡ . con ideas productos )' procesos que se gestaban en o ti as
vmcu ar on , . . .~ . , l"
miniscencia prehispánica, con la misa a la Santa Cruz el 3 de mayo en b ·l Jai1 eta a nivel mundial)' de ¡aual manera, eran crcadmas e e
Jartcs e pd L ' ' b .. . _.. _ . . ,
capilla construida ex profeso en la cima de ese cerro. En esa ceremonia 1ideas, piocc.. "s·<·Js, ¡\' productos que lleaaban a los conhnes de la tren a. ast
b . ' . ,
se representaba el espacio sagrado en forma de cuadro, con los colores liacate )' el rebozo de Filipinas fue adoptado por los mdrgcnas
conlO e1I)a e (_
L -
indicativos de los rumbos del universo y, en el centro, una canasta con 'b'l ] , A' frica se sembró en los alrededores de las casas, el chayote
Yla sa l a e e , '
colación, metáfora de la sangre sacrificial y del lugar de unión de los se introdujo como planta no deseada en los cultivos de jitomate y ma1z
diferentes planos del universo. Un otomí vestido de blanco portaba un del sur de Francia. Es por eso que cuando los antropólogos s~ acercaron
estandarte de águila y, otro, vestido de negro, uno de jaguar, ambos
a 1as. e_
,0 municlades des¡Jués de la Revolución mexicana, a pnnc1p10s del .
representaban el día y la noche, el conflicto permanente ~entre e] sol . ¡ ·x· se conli·ontaron con aru¡Jos gue no necesariamente eran aje-
slg o x. , , · "'
y la oscuridad. Se trataba, a su vez, de una resigniflcación del combate nos a sus propias ideas y concepciones: los indígenas influyeron.en los
que tuvo lugar en el Coatepcc entre Huitzilopochtli, el sol, contra los antropólogos y fueron inlluidos por ellos, construyendo y modrhcando
seres nocturnos, la Coyolxauhqui, la luna y los cuatrocientos surianos sus prácticas. , .
(la vía láctea), en la cual salió vencedor Huitzilopochtli. Con el tiempo, Este fuerte proceso de interacción local y global, tal vez caractenst1ca
la ceremonia se cambió de fecha hacia el 21 de diciembre, el solsticio y .mi gcncris de la Nueva Espa~a, ha generado m~a ~-ayectoria diferente,
de invierno, el día de renacimiento del sol. compleja y diversa en la relacion que los grupos mdrgcnas actuales con~­
Después de que el Cerro del Astillero fuera declarado reserva na- truyen con su pasado y con los restos materiales de las culturas prehlspa-
tural del estado de Hidalgo con la finalidad conservar el bosque de nic;s, as! como con el significado de las religuias prehispimicas.
pino-encino, los ejidatarios cerraron el acceso para cualquier tipo de Las interacciones entre antropólogos, organizaciones no guberna-
visita, limitaron la subida mediante permiso otorgado por el Comité mentales y otros agentes sociales, y las comunidades indlgenas y ejidos
de Vigilancia y cobraron la ascensión: el Panquetzaliztli, la antigua cere- han buscado una mejoría en su calidad de vida y, a la vez, han plasmado
monia otomí, dejó de realizarse. cierta mezcla de la perspectiva new age y del posmodernismo, en la que
En la zona arqueológica del Pahñu, el presidente del ejido ha buscado la profesionalización de las disciplinas es irrelevante cuando se confron-
apoyo en la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indíge- ta con los "saberes ancesh-ales" de los "pueblos originarios".
nas para respaldar la idea de que sea el ejido guien decida la contratación Nada parece indicar para el caso de México que en las "no~·mas tra-
de los trabajadores de campo en las exploraciones arqueológicas, argu- dicionales" de los grupos indígenas existieran elementos gue mchc~ran
mentando que éste es el dueño original de la zona arqueológica. Por aspectos de legalidad o de apropiación pah-imonialista sobre las rumas
medio de esta propuesta, el ejido controla para sí la fuente d; empleo prchispánicas, los ídolos o las ofrendas que ahí se encontraran antes de
gue significa la zona, excluyendo a los habitantes de la comunidad de la las últimas décadas del siglo pasado. Muchas de las normas que los gru-
Mesilla, i:1dígcnas o mestizos, gue no son ejidatarios y, por extensión, a pos indígenas que habitan el territorio mexicano reivindican co~o usos
los otom1es de las comunidades vecinas: Pañé y Bomanxothá. il )' coswmbres provienen en realidad de las Leyes de Indias y de los lucros y

!06 I07
.· 1 XVIII que comienzan a llamar la atención nuevamente,
privilegios gue les otorgó la Corona española entre los siglos XVI y XVII. itad e1e 1 stg o · .
1
11 . ¡ irada occidental como, eventualmente, para los grupos
Lo mismo puede decirse de su estructura ele gobierno, gue refleja la t nto pa• a a 111 ·' el 1 ·
a . C. sta vuelta ele la mirada Jos procesos de alteracJon e OS
conliguración misma del cabildo español de esos siglos. 52 tn'os. _on e. ' .
na _ . , . , han acelerado ·unto con las tensiones sobre su pertenencia.
Observadas con detenimiento, las actuales prácticas indígenas, ad- contex tus se ( '1 ' . "' . 4. , .~~ 1~
. • .

. . , , tonces una ¡1 revtmta de mtdt1plcs anstas. <a c¡mcn e


jetivadas como ancestrales, son una mezcla de las ideas académicas y 11
Emct g~.:.' t - ' b .
e, ,1 asado )' sus restos documentales? Karl Meycr ttene la
políticas de antropólogos, partidos políticos y organizaciones no gube 1:_ Jertenecc e 1 '·- 1 . . -~
1 ¡ , c"'l·sten tres posiciones encontradas: la del colecoomsta guc
namentales, prácticas y rituales católicos, acciones arraigadas en la lia- 1·deaceguc ·''
' · , · -01no salvador de antiaüedades· la de los curadores de
ma d a "costum b re", el ementos de la organización política y de la cultura ·e \'Ca SI J111S1110 C k'
~os grandes muscos que buscan sensibilizar a su pueblo y adc¡meren lo
L b 1 •

española del siglo XVI, prácticas incorporadas en los más ele cuah·ocien-
. 1- de quienes consideran gue los monumentos ant1guos son
tos años posteriores a la conguista, con una rara interpretación acerca que sea; \' a
arte de ~su patrimonio nacional.SJ Hoy se podría agregar una verttentc
k •

de artes marciales, danza y música prchispánicas gue proYiene de los


grupos urbanos ele la ciudad de México, y una nueva mirada derivada
~ue considera gue el pasado y su legado es propiedad de los llamados

del c~ntacto cultural con los nativos norteamericanos, transmitida por pueblos originL1rios. . . . , ~ . .,
. , ¡ , -ao en un contexto mtmdJal ele cnsts de los Estados nacion,
los tntgrantes a Estados Unidos. Smd11 1 u1b ' . . .
, 1 antro oloaía y de las ciencias sociales, donde su futuro es mcJer-
El efecto de la mercantilización del patTimonio cultural también llegó 1
cea( 11 b~ b'
to'·' y donde los fímclamentos de las identidades se han resgue raJa-
a estos grupos desde hace tiempo. La construcción intelectual ele la se-
do, ~~ legado argueológico debería valorarse por encima de intereses
gunda mitad del siglo XX sobre el alto valor artÍstico y mercantil ele los
individuales, académicos," nacionales, étnicos o grupales que se lo
objetos de la antigüedad prehispánica, los artefactos argueológicos, ha
puedan apropiar de forma privada, o de fundamentalismo~ qu~ P~~­
permeado en todos los niveles sociales, incluso en el imaginario ele lasco-
dan destruirlos inmisericordemente, como lo ha hecho la 01 gamzacton
mtmidacles indígenas. Son objetos-mercancía. Difícilmente se les concibe 6
terrorista llamada Estado IsL1mico de lrak y del Levante. ' Debería, de
como documentos para el conocimiento histórico ---como un conjunto
manera alternativa, considerarse un patrin1onio con1Ún a todos, a estas
de objetos asociados-- en contexto, en el cual no sólo es el objeto, sino
· a ]os· v·et1J.de-I·as como el legado de los ante¡1asados del
l~ información contextua!, las pegueñas trazas y evidencias, las gue con- generaciones y u, · • ,
'
genero humano y 1a 1me 11 a e1e sus , · acc10nes
· · )' ¡·es¡Juestas
, para' enfrentar
forman el legado gue permite el conocimiento de la historia y el pasado
--con éxito o sin él-- los retos ele la evolución. Son documentos gue
de los grupos humanos o, incluso, como objetos sagrados de los antepasa-
abren la posibilidad de recuperar los saberes, las prácticas y la creativi-
dos: las ofrendas y los rituales contienen evidencia más allá ele la evidente .
dad de nuestros antepasados, con independencia ele los mterescs pnva-
. Dos miradas se confrontan, una asociada con la idea ele gue las piezas
aiSladas son el centro del valor, vinculada con una imagen muy antigua y
dos y particulares que hoy buscan apropiarse de ellos.
patnmomahsta, heredera del cliletantismo y del coleccionismo del siglo
XV!ll y, por el otro, una mirada académica gue podría construir los elatos
para la elaboración ele los acontecimientos gue ocurrieron en el devenir
ele la historia del Valle del Mezguital.
El olvido y desinterés por las ruinas de la época prehispánica per-
mitieron su consen'ación como contextos argueológicos después de la
conguista y hasta los inicios de la Ilustración. Es a partir ele la segunda
109

108
H La fecha del viernes santo se calcula con base un calendario
'Po_sgrado en Ar9ueo!oma Escuela Nacioil'l d, A 1 ¡ ' solar-lunar, de tal forn1a que el domingo de resurrección correspon-
1 R ' 11 . "- ' u e n rolJO OITJa e I-li ·t . de con la prin1era luna llena posterior al equinoccio de prin1avera.
<_Jsa Ja I\heto •y Fernando López Aau·,¡a.
t-.
¡,r 1
I, f!_¡Drme (e a r
1 o. , s_ ona.
rada del Prorecto Palenc¡ue (/¡¡·,. 198') '·!' _. 1 . p Imcra tempo- l'i En una primera mirada sobre las pinturas rupestres puede suponer-
~ , .. , Lv exico nstitut N . 1d
) Antropología e Historia, l9S 3 . -, · ' · o actona e se una continuidad en el uso ele las localidades, en el conocimiento
- Antonio García Cubasl "Ruinas de la antiuua T0 ll " - . ~le los rituales y ele las técnicas pictóricas. Sin en1bargo, los íconos y
rcrsos Jc 1870 a 187-/. M~ .·, _ I ., < b . an ~, en Escrnos J¡_ motinJs, JSÍ con1o la técnica de pintura prehispánica, desaparecieron
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J D'. 'Cl tienen íconos y sín1bolos cristianos y occidentales fueron rea1izadas
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. ld C l " ocumento e e Arclum P por el ícono de un cerro en cuya cin1a se encuentra el glifo topóni-
qui~ e are anal (S. xvw)", en Estudios de cultura oro -, a,J~ro­
1

mo y, en la base, una cueva de cfonde sale un chorro de agua sagrada,


Instltuto
, de Invcstigacionec
' ·• AI1tr opo 1'ocTICas-Um
. . .·e·,·l
1
pame, MexJco,
1 ~~ . ¡
Autonoma de México )00? _ l 3 " · Isieae LHCiona agua adornada con turquesas o chalchihuites.
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JS De acuerdo con la tradición prehispánica, un nagual es lo profundo,
n1esoan1ericana entreÍos hiiahñu·· el· . " . d~. J;~ltlo ) c.osmonswn
1 lo oculto n lo interior que vincula a los individuos con lo sagrado y
. " e aiegJOn e LU a 1-!Jd 1 M'
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111
11 ~
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·ífi"
Recientem~nte se ha prop_uesto guc hiiahñu signil'ica "el c¡ue habla
del can1mo , puesto que hnu puede significar de iaual manera nariz Jcl siglo .m: México. México, Universidad Nacwnal Autonoma de
.
~ can11,no:.Se _1a
1 :/e
¡· 110, tam 1)Icn,
. ' gue· solo_
·"' 1os,,otomics
P ele fxmiguilpan. tvléxico, 19B6, pp. 146-154.
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c_apaccs de hablar de su historia, del can1ino recorrido. En esta ve ~_
SIon, todas las otras variantes dialectales no tienen ese si unificado
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Azcui" y /viA!\CERA, LUIS, lviANUHTUUSSAINT} JusTESO FEHN,\~Ill.Z, e~
.

Sób los otomies de lxmiguilpan p;•eden llamarse así, por fo gue ] ~ 0 tálogo de constr~1cciones rc~igiosas del e~·t~do de,J-h_J~lgo, .\~~1. .~~~ Ivlc-
habitantes CllTUn\-ecmos a Ixnll<:jUilpan o los asentados en la sierra ··1co Secretana de Hac1encla )' Cree!. tu Publico/ Dll ecc10n de
de Hidalgo,, no son "conocedores del can1ino" y, por eso, son ñoho,
X
Bienes ' '
Nacionales/Talleres Gráficos de la Nacion, '
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1
!'!"o
'
bplorations in Mexico and Central AmcncaJrom 18" 1-1 88_, Lon-
hsta se encontrara algmen gue asaltaba las casas de los habitantes dres, Chapman ancl Hall, 1BB7. .
de la Mesilla, hace•: ~or~·oso el criterio de inclusión gue tienen los CIIEIIIN, PILAR, Abundio Martínez. Musico y composUor, Conse¡o Esta-

miembros del com1te epdal sobre los gue tienen derecho a estar tal para la Cultura y las Artes de Hidalgo, sil http:/ /cee..':'lt~h.
no en la lista, y se.. ha llegado a sospechar el cobro de cuotas por el
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de-mexico-mauricio.html [consultado el 3 ele enero y 12 ele ' 1. , revisar la razón por la cual resulta li·ccuente en-
agosto de 201 0). Este capitulo P opone . ¡ los llamados cuadros de
¡ t'0 licos la presencia e e · '
THAnLILsE, EUAs, "Un cientílleo mexicano del siglo XVII: Fray Diego eontrar en los temp os ca l ¡ a una obra pía inclivi-
Rodríguez y su obra", Historia ilfexicana, vol. 24, núm. 1, El Co- , . . · aclos por o genera '
ánimos. Estos estuvieron asocl . l . t• . li.Ieron ¡Jrocurar desde
legio de Mexico,julio-septiembre de 197+, pp. 36-69. . . • . ·li iosa cuyos o Jje nos
VALDIOSEHA BEHMAN, R:\iv!ó;-.;·, Contrabando arqueoldgico. 1-Iistorias incref- dual o a una asocJacwnle g · . . l , l •ación de las almas
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esta tierra que se man UVJ l l amino a ]a atTa vida,
VÁZQUEZ, Lws, El Leriatán arqueológico. ¿Jntropología de una tradición . 1 hieran aclelantanc o en e e
científica en Jllé.üco, México, Centro de Investigaciones y Estudios ele aquellos que se m . . ¡ el redimir sus pecados
Supériores en Antropología Social, 1996. ·
. .·el el ele u e no hub1e1 an ogra o .
ante la cas1 segun a q . l ·l . ortar su estancia en
VHASCO, ALONSO DE, Historia de la milagrosa renomción de la soberana . . ' r ese rncdro ayuc at os a ac
antes ele su mue! te, ) po · l . . el, llegar al ciclo ante
imagen de Cristo Señor Nuestro Crucificado, que se renera en la iglesia . . , pudieran alcanzar a gi acia e '--'
del conrento de Sanra Teresa la Antigua, Mexico, Secretan'a del' Ar- el purgatono, pala que , l .. · . , t . Jáginas esta idea de
zobispado, 1951. ' . .. e
la presencia chnna. omo se
.vera en as slgmcn es 1 ~
l . ,. .
,
bien de ser huésped
VERA BOLAÑOS, MARTA y RODRIGO PiMJENTc\ LASTHA, Transición demo- l Il s eternas de m 1JeJno, o
llegar a caer en as ama t . ue implicaba estaba
gráfica y Jamilia, Toluca, El Colegio Mexiguense (Documentos ' . ' l frimientos permanen es q ,
ele investigación 18), 1998. en el purgatono ) os su l , d ¡ población )' dichos
W.-ULERSTEIN, hiMA!':UEl. ( coord. ), ilbrir las ciencias sociales. Comisión
, . . . el . la mente de comun e a
fuertemente a11 alga a en ] . .el ,. . ario· pese a las muy
Cubelkian para la reestructuración de las ciencias sociales, Mcxico,
Siglo XXI, 1996. cuadros se encarga an
.
b
d 111
e ~
el ilustrar e tcmJ o escen
.,
. t ·pretacwn que a 1espec
l . O>
,
'to existen, la escena
variadas vers1ones e CJ · . l . , "tentes sufl-iendo sin
que nunca 1,alt a es la de una o \'anas a mas pem
118

11':1
pausa ni descanso en un intensísimo fuego abrasador. Para ello se expli-
cará brevcz11cntc porgué su existencia constituyó una especie de nonna trr·¡Jtnan
· eJiversas . manifestaciones naturales y culturales, aspecto más .
a . ¡, t, en los 1meblos sedentarios y agrícolas. Así por ejemplo, el on-
en casi cada parroquia de nuestra actual aeoarafía nacional • ubica¡·' ¡ cvic en e - . ' - .
b b , 1 a a aen e1e,¡ 111.:.aíz., el suraimiento
b del¡JLdque ..y la !luna estan asoc1ados
. cada
presencia de esta doble manifestación plástica y de fe en el área objeto
de nuestra atención. Se expondrá previamente un contraste de ciertas
b
uno a una el e'idad·' ha)' relatos en que la rivalidad de. los dwses los lleva
prácticas religiosas 1·igentes entre los grupos natiYos americanos li·ente al en ¡·1..tn t',, 1111'cnto
· -, al triunfo de unos sobre otros, m. el uso a la muerte.
,

Se 11a1Jla~ el nacimiento~ de un dios ' Huitzilopochth, que.
habra de en-,
a las que acabaron por imponer los invasores, pues a ese marco de refe-
rencia hay que remitir la práctica indicada. ¡,ren t ai. ~a ,-1tra< entidad iaualmente
b divina, Co)•olxauhqLll ... Pero eso s1,
todos dioses, ningún clcrnonio. .
Entre las fuentes de que echaremos mano, aparecerá un significativo
Otras disimilitudes entre las tradiciones religiosas amencanas y europeas
expedi,ente que contiene un informe sobre el estado que guardaban
ele 1n1on1c.11to del contacto resultaron alta1nente sigm'flcativas. Consecuente
en el ult1mo cuarto del siglo XVIII las agrupaciones de laicos conoci-
con el politeísmo, fue la proliferación de imágenes qu~ r~presentab:n esas
das como cofradías que, so color de prácticas devocionales, se habían
ido conformando a lo largo de la colonia en la jurisdicción de Huicha- pet.son as· ,¡·1 ,~·1
J..j_· as que recibÍa11 culto especial. Esta ¡JractJca la cahhcaron
'- · • ,

como·. J(_
·¡ o lat1
' ·1'a' ' pretendiendo sentenciar con ello que los mciigenas ada-
pan, cabecera de la pro1•incia de Jilotepec. Esta especie de "auditoría"
raban dichas figuraciones de sus dioses y no lo que éstas representaban.
(diríamos hoy) fue encargada por orden del rey a sus autoridades civiles,
y en este marco de lo religioso, conocieron como costumbre en algunos
pese a que la materia objeto de investigación era jurisdicción específica
pueblos del N u evo Continente la realización de sacrif!,cios humanos, de
del clero, a través de los arzobispos y obispos. En el caso espccíf1co que
los que se derivaban algunos "usos" del cuerpo de la YJctun_a, cuyos ras-
nos. ocupa, la máxima autoridad civil regional era el alcalde mayor de
aos extremos eran sacar el corazón a{m palpitante para ofrecerlo a los
HUJchapan, con lo que quedará como muestra de la importancia que a
dioses, la antTopofagia ritual (consumo de algunas partes del cuerpo),
lo largo de la evolución colonial fue adquiriendo este pueblo como su
cabecera o capital provincial.' que el sacerdote se cubriera con la piel del desollado o d~~·le a sus huesos
forma de utensilios, que, se entiende, causaron la repulston de los euro-
peos. Es por ello que desde el principio les aplicaron los cali±!cativos de
bárbaros, paganos, infieles. ,
BAUTISMO, CONFESIÓN Y PURGATORIO: LA ASEPSIA DEL ALMA
Encontraron tambicn que era común la poligamia frente al mandato
evangclico sobre la elección de una sola pareja para la vida marital y
Cuando los invasores europeos irrumpen en tierras americanas, el cato-
li~ismo ll~vaba ya casi quince siglos de un complejo proceso de expan- debe:- de consagrar el enlace ante un sacerdote in Jacie ccclcsiae. Obscr-
Yaron otras formas en el n·atamiento del cuerpo post mortem, ya se diga
SJO~l, crec1m1ento paulatino, constante, aunque no exento de rupturas
la desmembración, colocación de costado o mantener sus restos dentro
y d1senswnes. En nuestro continente se encontraron con sociedades de
del espacio habitacional familiar, la incineración o la antropofagia ritual
carácter politeísta, aspecto fimdamental de la diferencia con la religión
señalada arriba, por citar algunas; en tanto que los invasores, ya conta-
que aquellos profesaban. El catolicismo, en tanto que es monoteísta, no
ban con una práctica unificadora al respecto, como que el cuerpo del
admite más que la concepción de un solo dios, del que predica ser eter-
difunto quede recostado sobre su dorso, el enterramiento en el ámbito
I~o y creador de todo lo viviente. En tanto que las naciones indígenas,
de la iglesia y no en los hogares y rechazar la incineración. Empero, la
SI b1en presentaban muy diversos grados de desarrollo material, tec-
tajante prohibición del desmembramiento en Europa no era tan radJ-
nológico y económico, admitían la creencia en 1·arios dioses a quienes
calmente antigua; durante sus años de gestión, el papa Bonifacio VIII
110

!21
( 1294-1303) se pronunció en contra de cierta costumbre que preva- .. · c·s··- •\'momentos ¡Jara recibir las aguas bautismales. Así,,, Orí-
concltU O 11 .__ • .
lecía entre la gente de alcurnia social: cortar el cadáver, cocerlo hasta . . . Ci¡Jriano (hacia los años 240-258) se pronunciaron enfatJca-
cnes. ) san .- _, . "
dcs¡xender la carne y luego limpiar los huesos, colocarlos en un cofi·e g . ., ¡·avor del bautismo temprano de nmos, pues por entonces los
mente en •
mientras las entraiias eran enterradas. 3 Pero ya para el 1500, entre e[ ' especialmente dedicados a esta ceremonia" eran las vigilias de Pas-
común de los espaiioles el desmembramiento era rechazado. dtas · - .
J .• tecostcs y Epifanía, tanto para niíios como adultos;' m1entras
cual l trl - - _. . .
Sobre las altas y bajas por las c¡ue atravesó el catolicismo, un acredita- .¡,,.,s aíios des¡Jués Basilio el Grande (330-379) opmaba que
que, n1UC -. ' . .'
do historiador fi·ancés ejemplifica respecto del oriente europeo: . . se· debía ser discí¡Julo de Cristo para poder estar en conc!Iclon
prt111CI 0L '' ' "

de reCl·¡Jll·. e·l ·sac


- 1·a111cnto·· "si es verdad que la fe lleaa
b
a su ¡Jerfección por
San Aclalberto, arzobispo de Praga a finales del siglo x, aprecia a los obra del bautismo, el bautismo, a su vez se funda en la fe ... Es verdad
checos vueltos al paganismo y entre otras cosas polígamos. y después ue rimero viene la pnifesión de fe que lleva a la salvación, pero justo
de la muerte ele Meseo li ( 1034) una violenta insurrección de las q p ricnc el bautismo que se ll a nuesh·a adilCSJOn
después . ' " .6 .
clases populares polacas va acompañada de una vuelta al paganismo. Hay estudios que señalan que testimonios consistentes de baut1zo a
En el l 060, el rey de Suecia Steinkel, aunc¡uc cristiano, se niega a des- redel; nacidos comenzaron en el transcurso del siglo 111, pero para el aíio
truir el viejo santuario pagano de Upsala y, a tlnales del siglo XI, el rey 400 seguía dominando el bautismo de adultos 7 San Agustín (354-430),
S\vcyn concede su apoyo a una breve vuelta a los sacrificios cruentos, Jor sucparte, decía: "Nadie está limpio de pecado en tu presencia, ni
lo c¡uc le vale el sobrenombre de Blotswcyn (el sanguinario). La Li- lsiguiera el niíio que no cuenta mas
' que un el'1a el e v1c"l a so
. b·1~ 1a f 1~11..a"·'
,
tuania, tras la muerte de Mindangas (1263), bautizado el1251, volvió aserciones como ésta, sin duda, conh·ibuyeron a que se fuera Impo-
al culto de los ic!olos:'
niendo la obligación del bautismo infantil de manera generalizada, por
lo cual los padres debían en adelante llevar al recién nacido a recibir las
Esto nos indica c¡ue, en ocasiones, la Iglesia para lograr asentarse en deter- aguas que limpian el pecado original, contra el parecer de Basilio que
minados territorios tuvo c¡ue transigir con ciertas prácticas aunc¡ue fueran exige una preparación previa consciente para acceder al bautizo. Ya en
contra sus propios preceptos. Y es que la Iglesia católica no nació con el el siglo XIII santo Tomás ele Aquino ( 1225-1274) podrá decir llanamente
cuerpo de sus doch·inas y sacramentos conformados w1Ívocamente y de que: "El niíio, cuando se bautiza, no cree por sí mismo, sino }ue cree .a
w1a sola pieza; a lo largo de su historia han evolucionado su definición, travcs de otros ... y los interrogados [padres, padrinos] conliesan la le
precisión, adecuación y consolidación. Veamos los siguientes ejemplos. ele la Iglesia en nombre del niíio, quien se incorpora a esta f"""C
e . on-
El bautismo, si bien es sacramento instituido desde los primeros secuentemente, "una vez extendido el bautismo a los niíios" se asegura
tiempos del cristianismo, era esencialmente un acto realizado por un su sah-ación, "de modo que aquellos que participan del pecado por oh·o
adulto de manera consciente y voluntaria para abrazar esa confesión. [Aclim], también participen de la gracia y la reconciliación por otros
De hecho, el propio bautizo que recibe Jesús de parte de su primo [Cristo-Iglesia]", ro fijándose el ritual como lo conocemos para la época
Juan puede tomarse como el modelo inicial. Esta acción representa la del papa Gregario IX (+1241). De ahí que venga en consecuencia la
condición básica sine qua non para poder ser admitido y considerado instauración de un nuevo sacramento, el de la confirmación, para el que
parte de la comunidad de fieles, y para estar en condiciones, una vez se establecería como edad conveniente los siete aíios, suponiendo ya la
fallecido, de alcanzar la presencia de dios en la vida eterna; si falta este conciencia racional del niíio y una preparación desde el hogar.
requisito, la salvación es imposible. Durante los primeros cuatro siglos La obliaación de la confesión auricular es también una práctica que
de crecimiento de esta religión prevalecieron ideas variadas en cuanto toma su ~arácter definitivo durante la Edad Media, siendo partir de
122
123
que el promedio de vida rondaba por los 35-4_0 años (y no es
1 215 que quedó instaurada, como una de las resoluciones·- del e.onc¡·¡·10
'" esW"" extenderlo hasta nueslTo stglo XVIII), la mot tahclad mfanttl
de Letrán IV, que implicaba hacerlo durante la Cuaresma para ce 111 ¡
11 • . , _ . . J Ll gar. . le con1ún que la aente n1uricra en sus casas, en n1cdio de
en Pascua. La apltcacwn y la efecttvtdad de este precepto también han alta, stcnc ) - ~ . . . , ' ~"-
·t1t1tes v con la inCJdencta de eptclennas que poc!Jan apat e
dado mucha materia de controversia al interior ele la ¡Jropia la!". b cs1a a ¡0 cons ' · J ¡ ·
12 . ¡ icr 1110111 cnto cobrando cuantioslsin1as YÍCtin1as. No o YJ-
largo
'::
del tiempo, que alcanzó hasta el si ba lo XVII · Esto·
ex¡Jiica
·
qtte ¡1ac1a. . r en cu,l e¡ u . . 1
ce la debacle clemográllca entre 134 7 y 135 3, conoctda como a
el fm de la Edad Media . apareciera cierto .género
._ literario ' los~ ll a111ac¡os
, . " c¡ue ¡JrO\'OCÓ la disminución ele la población europea en
manuales para confesar, de tal manera que se ajustaran a las realidades i"r,cSitC nvn a ' 1
. b · s (.se estima que en términos absolutos pasó ele SO 1.11il o-
que enfrentaban los sacerdotes.'' Por ello no es de extrañar que en 1544 dos tercto. · ·
de habitantes a sólo 30). Luego entonces "era inevitable\ ... j COI~-
fray Ju~n de Zun:árraga, primer obispo de Nueva España --y apenas
.. _ . ¡ Jlucrtc" )' si se tenía )'a la certeza ele su proxm1tdacl, habla
cmco anos despues de haberse instalado la primera imprenta en Améri- vJVll con J I - . el "
·at·se en de]· ar los asuntos ¡xrsonales v pendientes en or en y
ca-, mandara imprimir una doctrina redactada hacía más de un siglo en fo C~ ·- • .
uscar los caminos que en este mundo facilitan llegat.· ante la presenCia
por Juan Gcrson, cuyas reedicioncs europeas daban cuenta de su éxi~o
estando su contenido dirigido "más al penitente que al confesor". 1•1y e~
. . D . modo que había que hacer cuanto se puc!Jcra para ayudar al
ele d tos. e . . . el
- . - ol cielo" 16 La Iglesia fue la ¡Jrincipal admnustraclora e
que como acción posterior a la manifestación de las faltas, en este sacra- alma a a!can:zat e ·
ese temor ante la muerte, y la que ostentaba la última palabra en cuanto
mento destaca, efectivamente, la de realizar una penitencia. Ahora bien,
la orientación hacia una cada vez mayor frecuencia en la confesión cobró a lo que se debía o no hacer al respecto:
fuerza a partir del siglo XV y con más énfasis en el siguiente, merced a
, . . -· · ·l de intermediario de la divinidad y monopoliza-
las manifestaciones que la Iglesia católica consideraba como herejías rea 1umai a su pape
con mas ' razon ' cuan do vmo. e1gran rompimiento provocado por el sur-y rá los últimos instantes ele los htm1anos, facilitándoles la preparaci6n
para su encuentro con Dios mediante el ars moriendi. A la postre, wdo
gimiento del protestantismo a partir ele 1519, encabezado por Lutero.
·¡ ' , Lte la [olesia desde el control de la muerte extenchera
La respuesta de la cristiandad fue la celebración del Concilio de Trento con t n JL\líl u CJ - b - .
su in!lucncia al resto de 1a vida pron1oYiendo una continua nlenloria
(1545- 1563 ), que buscaba establecer su estrategia, defensa y recleflni-
ciones marcando "un hito esencial en la consideración dogmática de los de la n1uerte. 17
sacramentos al vincularlos a la salvación ele la persona, lo que hizo de la · '¡· . · el da el ¡Juraa-
Otro de los grandes ternas el e 1a 1g1es1a cato 1ca es, sin u , b
penitencia un instrumento indispensable en el contTol de la conciencia y
torio, materia ele reflexión del presente capítulo. Sobre esta materia,
el comportamiento ele la familia cristiana"." Este aspecto, como se 1ccra
se encuentran alusiones desde los primeros tiempos del cristianismo
adelante, es de sumo interés para nuestra discusión.
a la necesiclacl ele orar por los muertos habiendo pecados que vedan
Cabe seíialar aquí otro elemento que sirve para explicar el afianza-
· 1 f-, t a ott·os· que· no constitll)'C11 fal-
enteran1enle 1a en trae1a a1 c1e o, 1en e
miento de la necesidad de estar bien dispuesto para la hora incierta de la
tas graves a la fe (pecados veniales) y que pueden ser perdonados pa!:a
muerte, en lo que es clave la confesión recurrente. El siglo xv vio surgir - ¡· l1asta los concl-
también otra forma literaria conocida como Ars moriendi, una suerte ele poder alcanzar la vida eterna; pero l1U b o que espel a 'e
líos ecuménicos desarrollados en Lyon entre 1245 y 1274, para que se
manuales que guiaban alliel para morir bien. Y es que hay que tener en
diera su consagración definitiva. "Ya se ve, por lo dicho hasta aquí, que
cuenta que la muerte, a fin de cuentas, era una circunstancia vista con
1
sería difícil c ~contrar entre los pueblos del mundo alguno que haya
cierta cotidianidad y de la que se tenía una noción de cercanía mucho
prescindido de bautizar o dar nombre a sus individuos y ele prácticas ele
mayor, respecto de la que actualmente podemos tener. Por ejemplo,
12S
12-~
mortificación corporal o penitenciales,'" pero la noción de purgatorio . ·¡ l n unos a otros sobre cualquier desviación de la fe. Hay c¡ue
era entcratnente aJena a las culturas an1ericanas. se vtgl a 1a . . .' ' ". ' . ,
·ccorc lai . que.. las
~.
denuncias ante la lnc1mstclon ' ademas de ser anommas,
. '
Desde sus inicios, el cristianismo deJ'Ó sentado que los [1'eles h ¡ · 1
· · , a )ten- ]' . ¡rcrir desde ámbitos en los que la conllanza y la conversac1on en
do obrado justamente durante su vida )' con arreglo a las . ,- POC tan SL b ·t'a a los circunstantes estar b1en . . ,
m±ormados de los queha-
, ensenanzas orto pcrm1 1 11 · · ·
del Nuevo Testamento, serían admitidos en el cielo para disfrutar de la ecei.es
, ..\ l'ormas de 1Jcnsar de los compal'ieros.
- , .,
compañía ele Dios en la vida eterna. Mientras guc quienes se negaran a Lo~ llamados cuadros de ánimas cumplieron cabalmente esta ±uncton
reconocer la nueva verdad revelada, se mostraran refi·actarios al bautis- .,.,¡ ideolóuico. Revisemos su esquema compositivo general.
de con ti - b ,
m~ y no reconocieran el sacrificio hecho por Jesucristo para la reden- Dispuestos en tres niveles, sugieren una idea topográfica de relacion
Cion de los pecados de los hombres, se verían irremediablemente desti- entre alto-bueno/bajo-malo. El inferior corresponde a las escenas de
nados~ c.aer en los infiernos, condenados a la compal'iía del demonio y sufi·üniento y dolor necesarios para la purificación de pecados y ±laquc-
:1
sufrm11e~1to de las llamas eternas. Bajo el supuesto de que llegaría el ~as comctid~s en vida y suelen representarse todas las dignidades (a ve-
hn .de los tiempos con el momento del juicio final cuando Dios juzgaría ces aparecen reyes, obispos o autoridades civiles), personas de distinto
a vivos y muertos --que serían resucitados para definir su situación ¡¡_ . · -' 1 \' ele ar11bos· sexos, ' de tal manera que quede re¡Jresentado
ranao socia
nal-- fue ganando terreno la consideración acerca de si habría manera b
todo '
el espectro social, "codo a codo entre las llamas " , -'1 para 11acer 11,111-
.
de que acortaran su espera aquellos que no hubieran alcanzado la gloria capié en la idea de que cualguier individuo, sin importar su conc!tcwn,
Hlmedtatamente a su muerte. La definición del purgatorio resolvió una puede ser presa de su propia debilidad humana y, por tanto, devemr
complicación teológica dentro del cristianismo: si no cabe la condena- en pecador; su desnudez es una representación de lo vergonzoso. El
ción a las llamas eternas el~! infierno por pecados que no fueran de capi- nivel intermedio lo ocupa el o los santos gue actúan como intercesores,
tal gr.avedad, tam.poco es fa~tible que la mayoría de los fieles mantenga quienes Yigilantes del comportamiento y el arrepentimiento de los p~­
cottdtanat~lente sm desvtacton los preceptos que manda la religión para cadores y que hayan cumplido el tiempo de su penitencia, los ayudaran
ganar el c1clo. Se reqmere un sitio intermedio."'
a salir p;ra que -transportados por ángeles o por ellos mismos hacia el
cielo, al paraíso- sean ±lnalmente presentados en el registro superior
ante la divinidad.
ilNA ICONOGRAFÍA CONTUNDENTE
En la ilustración 1 tenemos un ejemplo que con su sencillez sirve per-
fectamente para entender la composición. Se encuentran en el purgato-
Esta n~ción del purgatorio nos ilustra sobre un mecanismo clave para rio, mezclados, hombres y mujeres de diversas calidades: un clérigo, un
condtcwnar y controlar la actitud ante la muerte misma: la Iulesia cató- fi·aile, un papa y un rey se ven rodeados por personas cuyo tono de piel y
lica asumió ,el monopolio de la interpretación de gué y cóm~ es lo guc rasgos !'acial es nos recuerdan la variedad racial novo hispana. Sobre ellos
s~gue despues cle.esta vtda y de los medios para alcanzar el paraíso celes- y a'la derecha de la base de la cruz, vemos a san Francisco, como prin-
ti~!, lo gue .se reforzaba por una cotidianidad donde vigilaba a la pobla- cipal intercesor, lanzando su lazo para sacar a un alma femenina; junto a
Cion a traves de la educación dirigida por aquélla, la obligatoriedad de él, san Rafael parece que acerca su bordón para hacer lo propio con otra
~cudir a n1isa, bautizarse, confinnarse, casarse y confesarse, así con10 penitente. Del otro lado observan la escena san Gabriel y san Lorenzo.
fomentar la creación de cofradías, espacios en los cuales se afianzaban La imagen de Jesucristo en la cruz estructura la composición al centro,
no ~olamente los lazos con la fe, sino gue, en cierto modo, generaban como ~!aro recordatorio de que el mismo debió padecer el gran sufri-
un ambJto en que los cofrades (sin guererlo hacer de manera consiente) miento de su pasión para redención del género humano, gue conecta la
126
127
intercesión de los mencionados con la llegada al cielo. Un putti recibe
en el cáliz la sangre; a la derecha del crucificado aparecen los apóstoles E1etc. lo, la ~¡¡loríu,
,
cf pL1fL7/SO.
siendo precedidos por san Pedro y san Pablo, c\·iclenciados con la pre- Gcncralmcncc
sentacihn de sus atributos característicos: las llaves y la espada, rcspec- presidido
ti,·amente. En tanto que al olTo lado, el conjunto de personajes alude por la Sonrísima
Trinhlad
a la santidad lograda por el martirio, lo que queda conceptuado por la
figura femenina que presenta una palma en su mano derecha (atributo
esencial ele los santos mártires). Sobre estos dos grupos de personajes
y a los extremos ele la cruz se presentan María y Jose en actitud orante
ante la Santa Trinidad, que es la parte culminante del cuadro.
Ahora demos una rápida ojeada al fragmento central del cuadro de
grandes dimensiones del templo ele San Antonio en la ciudad ele Que-
rétaro (ilustración 2). En principio, es mucho mayor el elenco de los
Sanros imcrccsores:
santos mediadores. Destaca nuevamente al centro san Francisco ahora este espacio se prc.1ta
con san Miguel; el primero sostiene en su mano izquierda un estandarte a mayor nJricJaJ, se
de la Inmaculada Concepción, y asisten a la salida de un personaje que adcclÍd segUn la iglesia
sea scwlar, Jc alguna
bajo ellos estira su mano para ayudarse del cordón que le extiende el
orden conrcncual o
santo, para seguir a la que ya ha salido: la tonsura es indicativo de ser un JcrociÓn particular del
fraile que ha acabado de purgar sus faltas. A la derecha de Miguel se en- patrocinador
cuentra san Joaquín, padre de María, y le sigue san Buenaventura, según
parece por el atuendo de cardenal (la muceta roja, el roquete blanco,
los zapatos rojos) y el libro que porta en la mano izquierda sobre la que
descansa una maqueta de la iglesia; el siguiente personaje parece ser
san Juan, y atmque el Santísimo Sacramento no sea uno de sus atributos
específicos, el hecho de mosh·arlo a la figura penitente, que bajo sus
pies lo observa con ansiedad, enfatiza que el sufrimiento no es sólo el
que se siente Físicamente, sino por padecer la ausencia de Dios, y bien Almas purgantes:
están representados
puede estar ilustrando lo que Morera nos recuerda sobre los "medios
todos los .1·cctorcs
de alivio" para los huéspedes del purgatorio: que para san Gregorio sociales
Magno el primer suli·agio importante es el sacrificio de la misa, "ya que
la ofrenda por excelencia para ayudar a los difuntos es la hostia consa-
grada, viéndose a veces ... 'las almas de los difuntos reclamándola"'."
Tras éste se alcanza a asomar san Antonio ele Paclua. Del lado izquierdo
de Francisco, se continúan: santa Ana, madre ele María, san Luis cleTou- Ilustración l. Cornelio Xaimcs, Cuadro de ánimas, 1800,
Antigua iglesia de El Hospital, Salamanca, Guanajuato.
louse, el joven obispo bajo cuya vestidura sagrada se descubre su hábito
129
128
· de elementos propios de la orden fundada por san Francis-
~l"mctantu"
' .. lt,da la doctrina sobre la virainiclacl ele María (¡Jor el estan-
Esta exa " ' ' · b
. mencionado), cuya defensa encabezó enfáticamente esta orden,
· . ,l intermedio domina el hábito franciscano (san Antonio, san
l
.enennc .
tma son Luis ele Toulousc san Bernarclmo, san Juan de Ca-
Buenavcn ' , ·- ._ . '
cl¡JrOlJio Francisco) 25 por lo cual, independientemente ele la
Jistrano, - '
I · · exacta de los personajes, con seguridad el encargo de esta
.. •uv•• .. pretendió ensalzar su calidad como eficiente intercesora. '
Puede señalarse un cuarto nivel: el observador ele estas obras recordara
permanentemente lo qu~ hay después de la muerte y que no ~ebe ~~s­
cuidar ]os medios (orac10n, peregrmactones, limosnas y obtencton de m-
dul rencias) que harán corta su estancia en el purgatorio. Esto hace que de
un:manera vivencia! se dé la conexión entTe la iglesia purgante y la iglesia
orante.
De hecho un cuadro de estas características está reflejado en las cláu-
sulas expositivas de la mayoria ele los testamentos, lo que da cuenta de la
introyección ele esa imagen en la conciencia. Por ejemplo, en el de don
Agustín Santos de Anaya, vecino ele Huichapan como lo fueron sus pa-
Ilustraci6n 2. Cuadro de benditas ánimas. dres, asentó en abril ele 1796:
Templo de San Antonio, Qucrétaro siglo xvm.
Foto: Ramiro Valencia
[ ... J sea manifiesto a todos los que el precente vieren como yo ...
23
monástico, seguido de Bernardino de Siena, santa Catalina y san Juan creyendo con1o creo en e1 Altisimo in1cmnprensible misterio de la

de Capistrano. 1+ Al centro en la parte superior, nuevamente corona esta Be~clitaTriniclad, Dios hijo y Espíritu Santo, tres personas realmente
pintura la Trinidad flanqueada por varones y mujeres santificados fun- distintas y entre sí positivamente unidas [registro superior del cua-
damentales. A sus pies, Maria y José, donde, en tanto que éste mantiene dro J... elijo por mis especiales Patronos y Abogados a la so vera na
la actitud orante, ella recibe en sus manos extendidas la sangre que bro- enperatis de ciclos y tierra María SantisiJna, nuestra madre y seño-
ta ele la herida de Jesús. Del lado de Maria se encuentran Pedro y Pablo, ra sin la mas leve mancha de la culpa original [el estandarte de la
antecediendo a personajes cuyo atuendo (hábito monástico) denota a Inmaculada Concepción J ... a su castísi1no esposo el Patriarca Señor
fundadores o cabezas ele órdenes religiosas, siendo los tres primeros san Josc, al ángel de mi custodio [con lo que se marca el punto de
más claros ele identificar (parecen ser Agustín ele Hipona, Bernardo ele acceso a la presencia de dios], al santo de mi nombre y clen1ás de mi
Claraval y Domingo de Guzmán). Por detrás ele José, un conjunto fe- dcvocilm [que son el nivel intermedio de los intercesores] y corte
menino en el que destacan santa Clara (con el símbolo ele la eucaristía celestial, para que intersedan por mi ante el Acatamiento de la Divina
que a ella sí le es caracteristico), Rosa ele Lima (hábito dominico y una Justicia a fin de que perdone mis pecados, y ponga mi alma en carrera
rosa), Cecilia (portando unos tubos de órgano, patrona de los músicos) de salvaci6n; con cuya finne esperanza y temiendon1e de la muerte
e Inés (que sostiene un pequeño cm·dero). Es notable en este cuadro la natural a toda viviente crcatura, y su ora insierta, para que no asalte

131
130
sin la Disposición de vida al descargo de mi conciencia ¡que lo coloca
en el nivel inferiorj ... encomiendo n1i aln1a a Dios nuestro Señor
Jesuchristo, que la crio y rcdin1ió con el infinito precio de su sacra-
tísin1a sangre, pacion y n1uerte [es la presencia ele la cruz y la sangre
c¡uc emana del costado la recibe en sus manos rvlaria o en un cáliz]. 2''

El cuadro de ánimas que conserva la parroquia de Huichapan si bien


es de dimensiones menores y sin tanta multitud ele personajes, no por
ello deja de tener su interés (ilustración 3). Resume perfectamente el
contenido iconográfico y toma fundamento en la mejor y más antigua
tradición sobre este tópico. La centralidad de cuadro nos ofrece a la
virgen María en su advocación de El Carmen, como puede verse por su
vestido talar color café y en su pecho pende un escapulario, objeto que
también destaca en el personaje del extremo inferior izquierdo.
Aparentemente se reducen los tres niveles que he explicado a sólo
dos: la escena del purgatorio en la parte inferior y sobre ésta, vemos a
María flanqueada por san José y santa Teresa de Á vi la, quienes sostie-
nen su manto abierto, lo que subraya la idea ele protección; por arriba
y atrás de ellos queda la profundidad ele un cielo infinito. De acuerdo
con la historia sagrada de la orden carmelitana, Simón Stock fue testigo
ele una aparición de la virgen: 27 María le enh·egó un escapulario (que
se convirtió en el distintivo de esta comunidad), que se supone serviría
como firme protección a los fieles con su uso constante, de la que se
derivó la tradición de que los que murieran en este convencimiento
Ilustración 3. Nuestra Señora del Carmen
saldrían con seguridad del purgatorio el sábado siguiente a su deceso, y como protectora de las ánimas del purgatorio.
que alcanzó ftmdamento con la llamada "bula sabatina", que fue atribui- Parroc¡uia de San Mateo, Huichapan.
Foto: Fernando Gonzálcz Dávila
da al papa Juan XXII, aunque hoy se tiene por apócrifa."
Por lo pronto sabemos que de las diez parroguias que estaban es-
en funciones en 1651. Por su parte en Tecozautla, el informe ele 1776
tablecidas en la jurisdicción de Huichapan en el último cuarto del si-
glo XV!ll, 29 en seis ele ellas existía una cofi·aclía dedicada a las Benditas señaló que estaba integrada por . . y que "
mdws no·consta
· f l "une'" 30
acwn ,"
En Guichapam, la cabecera ele la provincia, existió una cofrad~a de
Ánimas del Purgatorio: la ele Aculco agrupaba a indios y españoles y
españoles y otra ele indios. De la primera, se conservan algunos hbros
tiene un registro de fundación de julio de 1774; en Alfaxayucan estaba
ele cuentas, y la fecha más antigua que ahí aparece es ele noviembre de
erigida por indios caciques desde 1679; en Chapa de Mota establecida
1662," pero se conoce gue ya estaba en funciones desde antes, por un
también por cacigues, hay registro de que fue solicitada su fundación en
legado de 1O pesos gue en su favor hizo el capitán Lázaro Sánchez ele
1657, y la ele Chapan tongo (aparentemente sólo ele indígenas) ya estaba
133
132
Espinosa, vecino del lugar, en su extenso testamento que otorgó el año
1656. Respecto ele la ele indios, este mismo instrumento da cuenta de
su existencia, pues la favoreció con la misma cantidad; en ambos casos,
constan los recibos ele haber sido pagadas. 32 Por su parte, el alcaide
mayor ele Huichapan en su informe ele 1776 se limitó a decir que la
segunda estaba fundada sin la licencia correspondiente, y que, dado su
deplorable estado, en una visita reciente el arzobispo la "agregó" a la
ele aquéllos. 33 Parece que los doscientos pesos que también le legó en
Ilustración 4a. Ejem.plo de santo entierro con un cristo articulado, siglo
1750 el reconocido capitán Manuel González en su igualmente gene- XVIII. Este eje1nplar representa bien la imagincrla cristológica barroca: la
roso testamento (con cargo a sus haciendas) no contuvieron su declina- escultura está articulada en cuello, hombros, muñecas, cintura, rodillas y
tobillos, lo c¡ue le pern1ite ser crucif'icado y dar la impresi6n del cuerpo
ción. 3'1 Aquí llamo la atención sobre el sospechoso silencio que guardó exangüe de un muerto, para luego dcscenderlo a su urna. San Felipe del
el alcalde sobre las demás cofradías ele españoles adscritas a la iglesia Progreso, EsL:tdo de l'vlóxico, iglesia parroquial, siglo XVIII.
parroquial huichapense, que retoman', al final de este capítulo.
Ilustraciém 4b. Santo entierro. Parroquia de San Mateo Huichapan, siglo
XVIII.Presenta articulaciones solamente en cuello y hon1bros.
Fotos: Fernando González Dávila
EL DIFUNTO COMÚN FRENTE A LA MUERTE EJEMPLAR O VIRTUOSA

La Iglesia también procuró ofrecer el entendimiento ele un tipo ele vida


y w1a forma ele morir que se vieran como idealmente deseables. Gre-
gario Nacianceno ( + 390) ocupándose del bautismo, distinguió históri-
camente varios tipos y destaca "aquel que se obtiene por el martirio y la
sangre, con el cual ha sido bautizado también el mismo Cristo y ele un
modo tan superior a los demás que posteriormente no se ha contamina-
do por ninguna suciedad", 35 que remite a los crueles castigos corporales
y morales que padeció antes ele morir crucificado para redimir al género
humano. Es por ello que la cruz quedó como símbolo capital del catoli-
cismo. Sin embargo, la representación de Jesus con el cuerpo doliente,
torturado y plagado ele sangrantes heridas no fue precisamente la forma
como se le representó en los primeros siglos del catolicismo. Con el fin
de la Edad Media y transitando por el Renacimiento veremos pasar el
predominio ele una representación incruenta, vestida con galas y senta-
do en majestad hacia otra que fue asumiendo cada vez más dramatismo
hasta llegar a las que fueron casi la norma durante el muy barroco siglo
XVIII,ele tal manera que es difícil no encontrar en algun templo uno ele
estos ejemplares, ya que también proliferaron las esculturas o pinturas

13+ 135
Ilustración 5. Retablo de la Pasi6n de Cristo, siglo xvrn. Ilustracion 6. Retablo de Nuestra Señora de los Dolores, siglo XVIII.
Parroc¡uia de San Mateo Huichapan, Hidalgo. Parroquia de San I'v1ateo Huichapan, Hidalgo.
Foto: Fernando González Dávila I:oto: Fernando Gonzálcz Oávila

!36 137
en que se le mostraba no sólo clavado en el madero, sino en las diversas
fases del camino al Monte Clavario (ilustraciones 4a y 4b).
En este sentido, la contemplación de los retablos que se encuentran
en la iglesia parroquial de San Mateo 1-Iuichapan, antes del crucero, es
una perfecta ilustración de lo dicho. Sobre el muro del lado del evan-
gelio, tenemos un detallado relato desde el prendimiento y juicio de
Jesus hasta el descenso ele la cruz para llevarlo al sepulcro. En tanto que
el retablo que queda exactamente enfrente, dedicado a los Dolores de
María, culmina la exhaustiviclacl ele los momentos de la Pasión que no
incluye el anterior. Esto es, que se puede hacer una lectura continua
de ambos retablos para destacar el propio sufrimiento de la madre de
Dios; cabe adelantar aquí que, justamente, una de las cofradías colonia-
les de este templo era la de Nuestra Señora de Dolores. Ahora bien, si
el fiel vuelve a mirar el cuadro de ánimas, entenderá que si el mismo
hijo de Dios hecho hombre murió sufriendo, bajó a los infiernos y sólo
después de resucitar al tercer día se elevó para ir a los cielos, no podrá
menos que aceptar que le espera un duro trabajo en su vida para sortear
Ilustracion 7b.
las posibilidades ele caer en pecado, y que por pequeños que éstos sean, Girolamus Pes ce, Retrato deJ'ay Pablo Rebullido del colegio
lo obligarán a visitar las llamas purificadoras del purgatorio. Martirio Jc san _jenaro (ca. 305), 1727. Esta de la Santa Cruz de Qyerétaro, siglo XVIII.
imagen puedl' \'erse como arquetípica. La Museo Regional Querétaro-Instituto
Por eso hubo también espacio para la representación plástica ele la
crueldad de la escena y del gesto del ver- Nacional de Antropología e Historia.
muerte ejemplar, sea el caso, la ele los santos mártires, quienes por el dugo contrastan con la tranguilidad apre- La recreación e interpretación de su
hecho ele padecer heroicamente y en defensa de los principios ele la fe ciable en el rostro del sacrificado, quien 1nuerte se amolda perfectamente al
dirige su mirada al cielo, que se le abre martirologio que había establecido la
(como Jesucristo) de inmediato tenían asegurada su entrada al reino de
para ser recibido coronado y con la palma. Iglesia. Foto: Ramiro Valencia
los cielos. Ante su contemplación se presentaba el consuelo de, por lo
menos, saber que la posibilidad del pasaporte directo a la gloria era real. allrmar el carácter de barbarie y salvajismo ele los naturales. No obstan-
Recordemos brevemente que los primeros tiempos de existencia y di- te, hoy estamos en condiciones de reflexionar en qué medida también
fusión de la fe católica estuvo marcada por la persecución, represión y nos cuentan la historia de una respuesta ele los nativos sólo proporcional
asesinato de sus prosélitos, de donde surgió la figura del santo mártir. a la amenaza que se les presentó, al resistir la incursión y defendiendo
La realidad americana y el proceso de incorporar a sus habitantes a esa sus ancestrales ámbitos y modos ele vida (ilustración 5).
religión, volvieron a dar las condiciones propicias para exaltar la pér- De ahí también el constante estímulo a dedicarse a la vida sacerdo-
dida de la vida por extender el Evangelio, que podían equipararse con tal, cuestión que estaba en las miras de las familias que tuvieran algu-
las gestas de los primeros mártires del cristianismo, y ofrecían motivo nos recursos para poder sufragar la preparación y ordenación ele uno
para continuar este género de interpretaciones que se han usado para de sus integrantes o bien contar con la dote que requerían las muje-
ensalzar la valentía y el compromiso ele sus propagadores y de los sol- res para profesar en algun convento. Sobre esto ultimo contamos con
dados que expandieron el poderío español, al tiempo que pretenden los retratos ele monjas coronadas que nos informan ele momentos muy

138 139
significativos de sus vidas: los que recuerdan su ingreso al claustro ,
cuando cumplían aniversarios clave (veinticinco o cincuenta años de
profesión) o su deceso. Un elemento recurrente en estos cuadros es la
presencia de flores concentradas en una corona y en complejos ramos
sostenidos en una de sus manos. La corona lloreada alude al tránsito
gozoso a la vida eterna y simboliza la victoria sobre la muerte terrenal.
Se confeccionaban con f1ores naturales y artificiales (con cuentas de vi-
drio y telas) hasta con diminutas esculturas de cera. Algunas muestran
un cirio en una mano o portan tma pequeña imagen de su devoción y
otras presentan un amplio medallón pectoral. 36 A veces se acompañan
de una palma, enfatizando su castidad, un atributo que emplea la ico-
nografía católica también para señalar al que ha muerto como mártir 0
que ha sacrificado su vida en aras de la fe. El ingreso a la vida conventual
representaba de hecho m1 primer acto de renuncia al mundo material:
se moría para el mundo para hacer un desposorio simbólico con Jesús.
Cuando ocurría su deceso, tres horas después la monja era amortajada
con el hábito de su orden y preparada con estos elementos distintivos
para acompañarla en su último viaje. La mañana siguiente se hacía misa
de réquiem para depositar sus restos en la nave de la iglesia conventual.
Estos retratos pretendían testimoniar ejemplos de una forma de vida
virtuosa y muy digna de morir que toda mujer podría pretender emular
(ilustración 8).
Ilustra.ción 8. Retrato de mr joscpha María, religiosa del con-
En nuestra región de estudio destaca como lugar más próximo para rento de San José de Gracia, ciudad de Querétaro, siglo xvm,
dedicarse a esta vida el beaterio de San Juan del Río, fundado en 1685, Museo Reaional de QucrCtaro.
del que no se ha estudiado con cuidado su inllujo e importancia para Es común °encontrar este tipo ele retratos: el juvenil, al
momento ele profesar, y el que .se presenta en edad adul-
captar las vocaciones femeninas regionales, pero debió de estar en el ta o ancianidad una vez fallecida. En general debe tener-
horizonte cultural de manera significativa, como sugiere el hecho de que se en cuenta gue entre uno y otro momento, su contacto
con el mundo exterior quedaba limitado a través de la
el conocido capitán don Manuel González, quien en su testamento hizo
reja c01wentual que comunica al templo anexo o por la
legados importantes, las consideró para dejarles doscientos pesos. 37 visita ele su padre confesor.
Y a propósito de estos instrumentos, en los testamentos coloniales
fue frecuente que las personas dispusieran que, al llegar su muerte, sus recordados como grandes penitentes y cuyos hábitos de vida se carac-
albaceas y familiares amortajaran el cuerpo con hábito religioso, gene- terizaron por una prolimda humildad, desapego a los bienes materia-
ralmente de la orden franciscana, aspecto que ya contaba con una muy les y cuya austeridad amenazaba a cada momento su vida (recordemos
larga tradición, con lo que querían significar que se despojaban de galas rápidan~entc a eremitas célebres como san Antón o san Jerónimo). Al
para tomar el atuendo propio de esos personajes de la historia sagrada, respecto nos cuenta Le Goff:
1+1
1+0
]ecró veinte pesos. Su caudal alcanzó holgadamente a la ciudad
Pero no todos pueden hacerse ennitaños. Hay n1uchos que intentan nuierte.' blcli1cle se debieron decir doscientas misas en el altar del
MCxiCD e ., , .
lleYar a cabo, al menos de forma simbólica
- ' este
· ideal que· se- p1-esenta de catedral, mientras que en el convento mayor franciscano y
con1o una garantía de salvación. La costwnbre de vestir el hábito _ PeJ·uu".' el, terceros otras cien respectivamente. No dejó fuera ni el
1110 capi 11 a e ' . . . , . .
nástico in articulo mortis, frecuente entre los graneles, pone de n::Jicve ele los RemediOs 111 la ermita de Guaclalupe, con\ emte pesos
el deseo de in1itar ese cjen1plo ele la perfección n1on<lstica y, 1nás con- . al· • un poquito más lejos, hasta el señor de Chalma y a la "vir-
cac1a cu '.1
cretamente, la eremítica ¡ ... ¡las canciones de gesta e¡ ue reproducen del Rosario que está allí" llegaron otros cincuenta pesos. Para las al-
con li·ecuencia la escena de la toma del hábito monástico por parte . ")adres agüelos ermanos )'de más ele mis difuntos dos sien-
el e sus 1 ( ,' '
del caballero moribundo. La más célebre de estas tomas de hábito es misas Resadas en la parte y lugar que mis albaceas les pareciere", no
la de Guillcrn1o de Orangc. Los grandes con1crciantes siguen este ;¿; clei<mcto fuera a su primera mujer, Leonor Gutiérrez, para quien señaló
eje1nplo. El dux de Venecia, Sebastiano Ziani, imncnsamcnte rico gra- . celebraciones exclusivamente. El testamento también era ocasión
cias al con1ci-cio -·-se solía decir: "rico con1o Ziani"-, se retira en oportuna para dar muestras de caridad, por ello incluyó a "las almas de
1 178 al monasterio de San Giorgio Maggiore, lo mismo que hará en naturales negros y demás personas que en alguna manera les puedo
1229 su hijo Piero Ziani, c¡ue fue también dux. El gran banc¡uero sie- . ser encargo alguna cosa que no rne acuerdo'', asignó doscientas n1isas
nés Giovanni Tolomei funda en 1313 el monasterio de Monte Oliveto donde señalaren los albaceas, como también a "las pobres viudas y don-
Maggiore, donde se encierra para n1orir. 311 cellas de este pueblo quarenta pesos los quales se repartan entre ellas y
veinte pesos a los indios e indias siegas pobres ele este pueblo y de esta
Hombres que alcanzaron el éxito económico en el ámbito huichapense . no pidan mis albaceas carta ele pago".
representaron la continuidad de esta h·adición. En su ya citado testa- No podía quedar fuera tener consideraciones a una obra pía o cof~aclía.
mento ele 1656, el capitán Sánchez ele Espinosa asentó que había "sido Así: la capilla de San Felipe de Jesús, cincuenta pesos; las cofrad1as de
diezmero ele treinta y sinco años a esta parte, antes más que menos ansi españoles del santísimo señor sacramentado, ele Nuesh·a Señora del Ro-
de lanas como de semillas" y que sus padres también habían sido vecinos sario, de las ánimas del purgatorio, de san Antonio ele Paclua y a las de
ele ese pueblo; con el capital que dejó quedaron bien equipados sus he- indios del Rosario y la de ánimas, a todas ellas diez pesos. Para las for-
rederos pudiendo apartar recursos para blindar su suerte en el más allá zosas y acostumbradas, apartó los dos reales de rigor y especial otros
ele manera Yentajosa. Después de pedir que "aunque tengo entierro en veinticinco pesos para la "santa casa de jerusalem". Todos y cada uno de
la capilla ele nuestra señora del Rosario y soy patrón de la capilla ele San estos enunciados concluyen repetitivamente: "y se de la dicha limosna
Felipe de Jesús, es mi voluntad que me entierren a disposición de mis ele mis bienes". Hay una disposición por demás significativa, pues insiste
albaceas y amortajen mi cuerpo con el avito del S'" San Francisco y se en que sean beneficiarias de su fortuna las almas purgantes:
pague la limosna de todo", solicitando que el día que muriese se "diera
b
por n1i aln1a una n1isa cantada de cuerpo presente", y sucesivan1ente "se Yten mando que ele dos millobejas c¡ue me tiene a renta Da. Josela
diga por mi alma un novenario de misas cantadas", otras doscientas misas de lriuebergara viuda mugcr c¡ue fue de don Gaspar Xiron es mi
rezadas en el convento del Huichapan, luego "se digan las tres misas de voluntad c¡ue no se le c¡uiten, dando !lanzas abonadas, las c¡ualcs di-
la reina", como también que en los conYentos de Tecozaulta, Cadereyta chas dos millobejas dejo para que de la rrenta se digan de misas todos
y Alfaxayucan se le hicieran cien en cada una. Ya entonces estaba en f~m­ los días ele la vida a las animas del purgatorio pagándose a c¡uah·o reales
ciones un grupo de hermanos terciarios de san Francisco en Huichapan, cada misa las quales digan los clérigos c¡ue YiYieren en este pueblo y

1+2
los religiosos súbditos ele este convento y clcsto quiclen Felipe Santos "c·lc 11'- Edad Media, .iamas se ¡Joclra com¡JI'enclcr su mentalidad
. lJI e
110I11
mi hijo y el bachiller Diego ele Olvera presvitero, los quales cli"an ¡,. ,1•.1· uno atónito ante esa renuncia al esfuerzo de toda una vida
'- b uS }' qucc1u e . . . .

n1isas que pudieren y las demás las rrepartan como les pareciere y co- . -.· 11 ,., renuncia al¡Jodcr y a la nqueza que one-ma una cxtraor-
cocl!Cl- · "' -· '--'
bren ele ellas carta ele pago. . . ·, movilidad ele las fortunas )' ¡Jone ele manifiesto, aunque sólo
( lUlíll 1u
fuere in cxtrl·mis, hasta quC cxtn.:>JllOS los más ávidos de los bienes te-
A partir ele las siguientes cláusulas, vemos enumerar el estado de sus rrestres entre los hon1bres de 1a Edad Nlcdia tcnninan por despreciar
40
negocios con especial mención ele sus deudores y las especificaciones siempre e 1 m un el o.
que para cada caso existen, siendo notable el número de personas que
declara tener formada escritura de deuda en su favor. Las cantidades v:
.1a s
·e· ve de lo dicho hasta aquí que, si bien todos los hombres son efec-
señaladas revelan lo cuantiosos que eran sus intereses como prestamis- . ,a ente iamlcs en su condición de potenciales pecadores, no lo son
t l\ 111 b
ta, vendedor de maíz y poseedor de ganados mayor, bovino, caprino .. recisamente en sus posibilidades personales de costear materialmente
y mular. Aquí resulta una correlación interesante con los conventos p
las condiciones que ]es puec1an r
ravorecer · " e1e t1e1npo
una el'Islnmucion · en
regionales a los que encargó se le dijeran misas: tanto en Tecozaulta, el purgatorio. Esto podría dar la imagen de que este temido lugar estaría
Cadercyta, Alfaxayucan como Huichapan tuvo fincados negocios como poblado mayormente de pobres, pero no necesariamente debe verse así;
sugieren los vecinos de estos lugares de quienes se manifiesta acreedor. por ello es interesante el testamento comentado. Si en la primera parte
No obstante, hay que sumar deudores en San Juan del Río, Zimapán, están perfectamente establecidos los lugares religiosos donde han de ser
Querétaro y en el Nuevo Reino de León. Es notable encontrarlo finan- aplicados los recursos, en las siguientes disposiciones están mencionados
ciando la colonización pendiente: declaró que había contribuido "para se encuentran esos fondos, para que tanto los herederos sepan
la congregación que se auia ele hacer de los Yndios chichimecos de la dónde y cómo está lo que les corresponde, como también de dónde han
sierra gorda", comprometiéndose con doscientos pesos para lo cual ex- de proceder los medios para el cumplimiento de lo primeramente seña-
pidió un vale a un vecino de la villa de Cadereyta y le adelantó la mitad; lado. Me parece que, como en este caso queda claro, si un acto de cari-
pero como no se concretara ese proyecto dejó asentado que éste "me es dad podría ser la condonación de una deuda, también es cierto que, al no
deudor de ellos". 19 suceder esto, los deudores quedan compartiendo la responsabilidad de
Sobre el sentido de dejar bien precisados los bienes obtenidos en que el dinero llegue a los santos destinos señalados por su acreedor, dan-
vida ----para redistribuirlos más allá de sus herederos naturales, en el do así facultades para cobrarles a los capellanes y conventos encargados
fomento de actividades religiosas o litúrgicas, reconocer la situación de de realizar las misas, en el entendido de que si antes hubieran cubierto
deudor o acreedor del individuo, etcétera~ también es una práctica ya sus adeudos, el testador habría entregado el dinero directamente. Por
que maduró desde finales de la Edad Media. ejemplo, ahí donde destina dinero para que se rece por la salvación de
las almas de los pobres (viudas, huérfanas, indios) está financiando misas
[... [la Iglesia prevé otros medios de asegurar su salvación. Éstos con- que seguramente éstos no podrían lograr, con lo que cumple por otros,
sisten, sobre todo, en la pr8.ctica de la caridad, en obras de misericor- supuestamente en gratitud de que la fortuna lo haya favorecido (inde-
dia, en clonaciones y, para los usureros y todos aquellos cuya riqueza pendientemente de los medios por los cuales se enriqueció, que para eso
fue mal adquirida, la restitución post mortem. De este In oda el testamen- está la última oportunidad de rectificar).
to se conrierte en el pasaporte para el cielo. Si no se tienen bien presentes Un siglo después redactó su testamento en términos análogos el ca-
la obsesión por la salvación y el miedo del intlerno que animaban al pitán Manuel González, individuo al que se le ha dado el calificativo ele

1+4 1+5
los religiosos subditos de este convento y desto guidcn Felipe Santos ·c de la Edad Media, ¡·amás se ¡Joclra com¡Jrender su mentalidad
11()111 ll) <

mi hijo y el bachiller Diego de Olvera prcsvitero, los gualcs digan las .,¡, 1-;} uno atónito ante esa renuncia al esfuerzo de toda una vida
y que <' ' . • .
misas que pudieren y las demás las rrepartan como les pareciere y co- codiciosa, renuncia al poder y a la nc¡ucza que ongma una extraor-
bren de ellas carta de pago. dinaria movilidad de las f'ortunas y pone de manifiesto, aunque sólo
fuere in c.\/rcmis, hasta qué extremos los n1ás clviclos de los bienes te-
A partir de las siguientes cláusulas, vemos enumerar d estado de sus rrestres enlt-e los hombres de la Edad Media terminan por despreciar
-1(1
negocios con especial mención de sus deudores y las especificaciones siempre e 1 1111111 d o.
que para cada caso existen, siendo notable el número de personas que
declara tener formada escritura de deuda en su favor. Las cantidades y;1 se ve de lo dicho hasta aquí que, si bien todos los hombres son efec-
señaladas revelan lo cuantiosos que eran sus intereses como prestamis- tivamente iguales en su condición de potenciales pecadores, no lo son
ta, vendedor de maíz y poseedor de ganados mayor, bovino, caprino Jrecisamcnte en sus posibilidades personales de costear materialmente
1
y mular. Aquí resulta una correlación interesante con los conventos las condiciones que 1es pue el an ¡·avorecer una el'Jsmmucion
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. en
regionales a los que encargó se le dijeran misas: tanto en Tecozaulta, el purgatorio. Esto podría dar la imagen ele que este temido lugar estaría
Cadereyta, Alfaxayucan como Hui chapan tuvo fincados negocios como poblado mayormente ele pobres, pero no necesariamente debe verse así;
sugieren los vecinos de estos lugares de quienes se manifiesta acreedor. por ello es interesante el testamento comentado. Si en la primera parte
No obstante, hay que sumar deudores en San Juan del Río, Zimapán, están pcrlt:ctamente establecidos los lugares religiosos donde han de ser
Querétaro y en el Nuevo Reino de León. Es notable encontrarlo finan- aplicados los recursos, en las siguientes disposiciones están mencionados
ciando la colonización pendiente: declaró que había contribuido "para dónde se encuentran esos fondos, para que tanto los herederos sepan
la congregación que se auia de hacer de los Yndios chichimecos de la dónde y cómo está lo que les corresponde, como también de dónde han
sierra gorda", comprometiéndose con doscientos pesos para lo cual ex- de proceder los medios para el cumplimiento ele lo primeramente seña-
pidió w1 vale a un vecino de la villa de Cadereyta y le adelantó la mitad; lado. Me parece que, como en este caso queda claro, si un acto de cari-
pero como no se concretara ese proyecto dejó asentado que éste "me es dad podría ser la condonación ele una deuda, también es cierto que, al no
deudor de ellos". J'~ suceder esto, los deudores quedan compartiendo la responsabilidad ele
Sobre el sentido de dejar bien precisados los bienes obtenidos en que el dinero llegue a los santos destinos señalados por su acreedor, clan-
vida --para reclistTibuirlos más allá de sus herederos naturales, en el do así facultades para cobrarles a los capellanes y conventos encargados
fomento de actividades religiosas o litúrgicas, reconocer la situación de ele realizar las misas, en el entendido de que si antes hubieran cubierto
deudor o acreedor del individuo, etcétera~ también es una práctica ya sus adeudos, el testador habría entregado el dinero directamente. Por
que maduró desde llnales ele la Edad Media. ejemplo, ahí donde destina dinero para que se rece por la salvación de
las almas de los pobres (viuclas, huérfanas, indios) está financiando misas
[ ... ]la Iglesia prevé otros medios de asegurar su sah·ación. Éstos con- que seguramente éstos no podrían lograr, con lo que cumple por otros,
sisten, sobre todo, en la práctica de la caridad, en obras de n1iscricor- supuestamente en gratitud ele c¡ue la fortuna lo haya favorecido (inde-
dia, en donaciones y, para los usureros y todos aquellos cuya riqueza pendientemente ele los medios por los cuales se enriqueció, que para eso
fue mal adquirida, la rcstituci6n post mortem. De este n1oclo el testamen- está la última oportunidad de rectificar).
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to se conrierte en Un siglo después redactó su testamento en términos análogos el ca-
la obsesión por la salvación y el miedo del infierno que animaban al pitán Manuel González, individuo al c¡ue se le ha dado el calificativo ele

1+4
benefactor de Huichapan, por la derrama que le dejó en fondos para la 'Jilc"· o bien que: "¡1or amor de Diosa mis hermanos y parientes
la percle . ' . • ••

ejecución de obras importantes, sin perjuicio de las numerosas misas 'Il hacer por mi alma todo ac¡uel bien que 11or b1en tuneren para
111 ancle <
. l l " .¡ J
que dejó encargadas y los intereses de sus herederos. Solicitó la cons- que Dios depare a qmen 1aya otro tanto por as suyas . . .
. ' el e "el os piezas
truccwn . competentes " para ser usa el as como aulas para Eso sí no dejó de pedir a su albacea lo anwrta]ase de franciscano y,
niños, que se tomara el dinero para "labrar el crucero de la iglesia" , tr es. . 1, ¡ can "sin ninauna pompa porque conozco no dcxar bienes para
elese e 11 b --' b
retablos, una capilla ele indios, para los gastos ele la "obra del Calnrio" esos costos". Vemos en este caso que más que capacidad para ejercer la
una pila que recibiera agua por una cañería subterránea, entre otra~ caridad, clamaba porque la tuvieran con él. Como quiera, la preocupa-
cosas. Con todo y que pidió ser amortajado con el hábito del santo de don subyacente es la misma.
Asís, el funeral debía ser "con moderada pompa".'''

f... j desde el siglo XII la iglesia fue elaborando la teoría ele! juicio fina] CoFRADÍAS EN LA ALCALDÍA MAYOR DE HUI CHAPAN EN 1776
y en1pezb a distinguir entre los justos y los condenados, entre los c¡ue
alcanzaran el Paraíso y los que c1uedarán excluidos ele él. La creación Tanto las capellanías como las cofradías para poder ser sustentables se
de un lugar intermedio tal cual era el Purgatorio contribuyó a Fijar el fueron nutriendo de donaciones y legados que podían consistir en dine-
modelo. No resultó, por lo tanto, muy difícil la construcción de un ro efectivo o una cantidad puesta sobre algún tipo de inversión o sobre
discurso sobre los beneficios que reportaban al alma las donaciones una propiedad, beneficiándose de su producto y con lo cual se pagara el
~ayudaban a las almas que se encontraban el Purgatorio~ y que servicio litúrgico c¡ue implicaba gasto de cera, llores, incienso, los can-
tern1inó en cristalizar en un aun1cnto considerable de las propiedades tores (si así se disponía) y el arancel al religioso encargado de celebrar
de la iglesia durante la Edad Media ¡... ] el patrimonio ele la iglesia la misa. Lo cierto es que por los recursos que llegaron a concentrar,
crecía con la posibilidad de "con1prar, la gloria etcrna.· 12 muchas de ellas se convirtieron, de hecho, en instituciones de crédi-
to a las que se podía acudir para solicitar financiamiento para diversas
Y así como el testamento servía para hacer legados importantes y hacer actividades.+' Su función en la articulación general de la economía era
alarde ele recursos, otros solamente alcanzaron a poner en orden sus importante pues "toda la Nueva España vivía del crédito en sus años de
asuntos y apenas las mandas forzosas, que quedaron más como cons- mayor prosperidad" que alcanzó en la segunda mitad del siglo XVIII. +i
tancia de sus apuraciones y angustias, como le pasó a Joseph de Chávez Resulta que durante el último tercio del siglo XVIII, la Corona espa-
Nava, también originario de Guichapam: preparándose"[ ... ] y temiendo ñola encabezada por Carlos ll1 iba dando curso a toda una serie de dis-
la muerte y su hora y ncierta r... ] he determinado hacer est; mi memo- posiciones generales, conocidas como Reformas Borbónicas, que bus-
. " , en que manuesto
na . deu el as que a1parecer excedian
·c. ' vanas ' sus haberes, caban una mayor eficiencia en todos los ramos ele la administración )'
no siendo asunto menor que este platero debía todavía cantidades que le afianzar su autoridad en aquellos rubros en c¡ue se hubiera disminuido.
habían prestado para adquisición de herramientas, de que resultaba que Esta reorganización implicó, por ejemplo, en lo político, la instauración
contaba con pocos medios líquidos para encargar otras misas o dejar en del sistema de intendencias y la secularización de parroquias (desplazar
alguna obra pía o cofradía tma cantidad para apuntalar su salvación, por a los frailes de administrar directamente las más importantes de ellas
lo que se entiende que anotara que, de los quince pesos que debía a don para pasarlas a la jurisdicción del clero diocesano, esto es, a la que co-
Diego Rangcl, "se le pagaran si alcanzare de mis bienes y si no la parte rresponde al arzobispo y obispos); el tema nada menor ele expulsar a
que se pudiere y la que se le saliere rentando e¡ u e por amor de Dios me toda una comunidad religiosa, los jesuitas, de los dominios hispánicos,

1+7
146
en 1767; desde el punto de Yista económico, mayor apertura comer. _, , 1776
- - ----- --
i
cial y supresión del sistema de flotas para contrarrestar el gran control S:\i\TÍSL\10 1

!
1
que ejercía el Consulado ele Móxico y una mayor injerencia efectiva S.-\l'H.:\MEI\']0 ANlM:\S 1 PunisL\1:\ Ros . \!UO 1
:

Al/Jxay~~-~~~
1

1
en activiclacles clave, como fue la creación del estanco del tabaco 0 el ,_____ Acambay Acule o 1
Aculeo
incremento de las cargas llscales; en tanto que en lo educativo y cient'l- Aculen A]fLJ.xayucan ! Chapa de Mota Xilntepec
~ J • - -----
-- - - 1
1
Al/Jxavucan . _Chapa de Mota ' ~!Ccozautla
fico la Corona impulsó grandes expediciones científicas, fundación del i !

Jardín Botánico con arreglo al sistema ele Linneo y su catedra respectiva __Chapa de tvlota Chapan tongo Xilotcpcc
--~--··----- . >-~---

Chapa~1tungo* Guic~liapo:~n
o el Real Seminario ele Minas (ambos a la larga, simientes de ulteriores -

Guichiapam Tecozautla
especialidades profesionales en nueslTo país). Pero sin eluda, una ele las ------ ---
Tccozaut1a
medidas clave fue intervenir cada vez más en la revisión y flscalización
~--" Xilotepec
de la situación económica de todas las fundaciones piadosas; y en parti- ' 1 '\'La~enota~ 30y+l.
cular de las coll·adías, por las razones arriba expuestas.
-- -
Acciones concretas de inYestigación 1ninuciosa a estas corporacio- N l!E~TH.A SE:\:ORt\
nes, que culminarían con la sustracción de sus fondos pm· el rey en DoLORES 1
SAl'\ MHJllEL DE L-\ SoLEDAD s~m Francisco
1806, podemos verlas en la circular que en agosto ele 1776 envi;ba a Alraxayucan Acambay 1
Acambay Tecozautla
-
los alcaldes mayores para que procedieran a notificar a cada cura ele Tccozautla -1 1
1 1

sus jurisdicciones y les dieran "noticia individual de quantas Coii·aclías ·-


Xilotcpcc i ·----- 1

o Hermandades hubiere en las Iglesias, o Capillas de sus respectivos


territorios, y de sus fondos ¡... ] expresando las que se hallen fundadas también era compartida, pero la de los Dolores era de españoles, y las
con Real Licencia, la qua! le exhibirán y todo lo remitirá a mi Supe- del Rosario y la de Benditas Ánimas, de indios caciques. Chapa de Mota
6
rior Govierno"+ El acuse del alcalde mayor ele Huichapan fue el 13 reporté1 que todas eran de indios; en tanto que las dos de Chapantongo,
de septiembre. No es objeto de este trabajo analizar la marcha ele esas del Santísimo y Ánimas, de que tengo datos para 1651, al parecer eran
reformas y el declive de estas instituciones, por lo que en estos párrafos sólo ele naturales+7 Para el caso ele Tecozautla quedó registrado que dos
flnales daré una revista, grosso modo, del estado de las coil·adías cuando eran de españoles, Dolores y San Francisco; y lTes de indios, Santísimo
inicia ese proceso. El expediente si bien incompleto nos sirve como guía Sacramento, Purísima Concepción y la de Ánimas. En Xilotepec tam-
diagnóstica. De las diez parroquias que comprendía la alcaldía mayor de bien era compartida la del Señor Sacramentado, siendo privativa de es-
Huichapan no están los datos para Tasquillo y Chapantongo, en tanto pañoles la ele Dolores, y de indios las de la Concepción y del Rosario.
que de la Villa Nueva de Nuestra Señora de la Peña de Francia (hoy Villa Sobre el estado de sus capitales, eran ele variada categoría. Algunas
del Carbón), el cura responsable, Manuel Vallinas Villecla, inforn;Ó que tenían alguna propiedad dentro del pueblo, otras poseían tierras para
no había coll·adía ni hermandad por su reciente fundación. En el cuadro cultivo () estancias de ganado, unas contaban con los reditos que pro-
1 resumo las que según este informe existían en 1776. dudan cantidades impuestas sobre algunas propiedades (en este caso
En Acambay, todas las cofí-aclías estaban integradas por indios. En puede implicar que la cofl·adía hubiera dado un préstamo a 5% anual y
Actdco, la ele la Purísima Concepción estaba en igual estatuto, pero las la propicclacl hada las Yeces de garantía). Las más ricas que consigan el
del Divinísimo Señor Sacramentado y Purísima Concepción la compo- informe de 1774 eran las de Xilotepec y tomo los elatos de la cofradía
nían españoles e indios. En tanto e¡ u e en Alfaxayucan la del Divinísimo del Señor Sacramentado para ilustrar este punto en el cuadro 2.

1+8 1+9
en el mundo católico; nuestra región de estudio, que formó parte de ,'\hora bien, las otras coli·adías de españoles de Huichapan también
éste, no podía sustraerse a su inl1ujo. La preeminencia del culto al santí- agruparon a importantes personajes de su entorno que, al darles pres-
simo sacramento se entiende por ser el mas importante para la Iglesia, tigio con su presencia y sus donaciones, motivaban la inclusión de imli-
y que recibió particular impulso en el Concilio ele Trcnto ( 1546-1562), vi:luos menos favorecidos, c¡ue con su pequeña cuota conh·ibuían a sus
donde se allrmó que en él esta la presencia de Cristo, punto que ne<ra- arcas. Por eso vueh·o ahora al sospechoso silencio sobre sus condiciones
b
ron los protestantes. De ahí que la promoción de su culto debiera estar en 1776.
en cada parroquia de la cristiandad y la formación de coli·adías a este fin Ténemos indicativos de que la zona era próspera y debían circular im-
fuera una consecuencia casi natural, lo que explica que sean las que más portantes caudales. Los apellidos Figueroa, Chávez Macotela, Mejía de
frecuentemente se encuentran; de esta regla no escapó la provincia de ,'\nnenta, Sánchez de la Vaquera, Sánchez de Espinosa y Lubián y Vieira
Huichapan, Xilotepec, pues se encuentran en todas las parroquias para aparecen constantemente del siglo XVII al XVIII asociados a inversiones,
las que por ahora cuento con datos directos de cofradías. De hecho, el propiedades y asuntos públicos con fuertes relaciones con la ciudad de
más antiguo sobre la presencia de una cofradía por esto lares es precisa- México. Destaca en esta corta enumeración el último apellido. Un hijo
mente la del Santísimo de 1-luichapa en 1597. 50 Sin embargo, en orden de t'amilia acaudalada de Huichapan, Manuel Antonio Rojo de Lubián y
de importancia, podrían seguir las que están dedicadas a María en sus Vieyra ( 1708-1764), habiendo realizado exitosos estudios en la ciudad
distintas advocaciones o a Jase como padre putativo y humano de Jesús. ele [Vllcxico coronados por su paso por la Universidad, alcanzó del mo-
Tal vez podríamos esperar que, en tanto zona evangelizada por li·ancisca- narca español la confianza para ser designado arzobispo de Manila. Para
nos, estuvieran más presentes coli·adías dedicadas a santos de esta orden terminar, lo que dejo aquí abierto es w1 camino a próxima investigación
o al principio de la concepción sin mácula de María, tan tenazmente de- sobre esta hipótesis: es necesario estudiar más las élites radicadas en
fendido por aquélla. No obstante, en segundo lugar aparecen las agrupa- 1-Iuichapan durante la época colonial; la red de relaciones que sugiere
ciones dedicadas a procurar las almas purgantes, lo cual parece decir que que se ligan con las de la ciudad de México puede dar pie a retlexionar si
luego del principal misterio devocional, lo que realmente preocupaba a hubieran tenido información suficiente para empezar a temer la embes-
la población estaba asociado, más que a una cuestión de fe y convicción, tida que a partir de 1776 la Corona española lanzó sobre los intereses y
a una especie de temor por la suerte más allá de esta vida presente; creo recursos monetarios acumulados por las familias criollas durante varias
que no podría ser de otra manera si la escena que se podía contemplar generaciones, y esa intencionada omisión sobre ámbitos estratégicos de
a diario en el propio templo o en cualquiera que se visitara era estre- colocación de riqueza fue una manera de ganar tiempo antes ele que la
mecedora, complementada o reforzada por toda la multitud de santos y llscalización se intensificara en los años finales del siglo XVIII.

momentos dolorosos de la vida de Cristo en el interior del templo. Para


el caso de la cabecera de provincia, hay que añadir que los ciudadanos
más encumbrados de la zona estaban integrados a la cofradía de Ánimas
(y como botón de muestra ahí están los testamentos que he citado de los
capitanes Lázaro Sánchez de Espinosa, en 1656, y Manuel González, en
1750), si no es que habían fungido como sus mayordomos. Varias son
las constancias en el Archivo General de la Nación de que sus bienes
no eran nada despreciables como tambien lo sugieren los libros poco
estudiados del propio archivo local.

152 153
¡;Antonio Castillo, ¡¡Letras de penitencia. Denuncia y castigo pUblicas
en la España altomodcrna", fliaSpiriws, num. 15, 2008, p. 54.
1 16 Antonio Irigoyen Lópcz, Entre el cielo)' la cierra, entre laJCmJilia )'la
Profesor investigador del Centro INAII Queretaro.
2
A lo largo de estas 1íneas se encontrarán variantes en la forma de insriwción. El Cabildo de la catcJra/ de ;l/urcia en el siglo .\TIJ, Murcia,
escribir el nombre ele Huichapan. Esto se debe a que respetaré la Uni1-ersidad de Murcia, 2001, p. 107.
grafía 9ue presenta el docun1ento que a cada momento vaya citando, l7Jbidcm, p. 108.
con la intención de gue el lector conozca esas diferencias y dejarlas iH Matildc Battisini, Símbolos y alegorías, Barcelona, Electa, 2003, pp.
asentadas con1o referencias en el estudio de las razones ele fa n1odifi- J 16-219. Desde lucao que sigo el ya clásico estudio de Jacques Lec
- ' b L.- •

_ cación del non1brc y aporte a la con1prcnsión de su etilnología. Golf, El nacimiento del Pur_qatorio, donde desarrolla el proceso de dc-
J Jo han 1-Iuizinga, El otoño de la Edad Media, Madricl, Alianza Eaitorial, f1niciÓn ele este concepto durante la etapa final de la Edad Meelia, de
pp. 202-203. tal suerte que para cuando se da la penetración hispana en Américaya
" Jacques Le GofT, La cil·ilización del Occidente mediera!, Barcelona, Pai- está firmcn1ente establecida su creencia.
dós, 1999, p. 56. J'l Por ejen1p 1o, veasc' 1a resena- que so1Jre una suerte de "con ¡·9s1on.'
5 indígena'' y sus penitencias identificaron algunos cronistas, en Osear
Ern1anno Ancilli, Diccionario de espiritualidad, t. 1, Barcelona, Her-
der, 1982,p.216. Mar ti arena, Culpabilidad)' resistencia ... , pp. 86-104.
h ApuJ José Rico Pavés, Los sacramentos de la iniciación cristiana, Toledo, :u Algunas ideas aquí dcsarrol1adas sobre la percepción de la muer-
Instituto Teológico San Ildefonso, 2006, pp. 172-173 te 'formaron parte de la colaboración del autor para la, cxposiciOn
7
All'recl Kucn, lnrroducción a la cclesiología, Barcelona, Con1ité de tt;mpora1 Riwa/es de mucrrc. Prácticasfunemrias en ;Hé.Yico. Epoca prehis-
Literatura para las Iglesias Evangélicas, 2001, p. 237. El autor cita pónim-actualidad, Musco Regional de Qucrétaro, 28 de nm·iembrc
autoridades que señalan que no se ha probado un bautizo a recien ele 2012-3 de marzo de 2013, coordinada por Israel Lara Barajas y
nacidos antes de 200 el. C. Fiorella Fcnoglio. , .
s San Agustín, Corifesiones, VIl, 11. 21 Jaime rvlorera, Pinturas coloniales de ánimas del Purgatorio, rv~eXICO,
9
ilpud Dionisia Bombio, "Bautismo durante la Edad Media", Salman- Unil·ersidad Nacional Autónoma de México, 1999, p. 129. Esta es
ticensis, vol. 43, num. 1' 1996, p. 30. una monoarafía
b
cla\'e sobre este terna ¡Jara el caso de Nueva España.
111
Ibídem, p. 31. 22
Ibídem, p. 36.
2 -1 Según L. Reau, "[s]iempre se lo representa ta1 con1.o era en su ve-
"Jacques Le GofT, ¿Nació Europa en la Edad Media?, Barcelona, Critica,
2003,p. 77. jez~ gastado por las mortificaciones, con un rostro de asceta febril,
11
Aparte de1 clásico sobre este terna de Jean Delun1eau, La corifCsiÓn y dCinacrado y lleno de arrugas", pues alcanzó los 64 años de edad;
el perdón. Las dificultades de la confesión, siglos ,-'lll a .\Tlll, Madrid, Alian- también puédc considerarse a Pedro de Alcántara, dado que murió
za, 1992, pueden consultarse con ventaja Osear Martiarena, Culpa- casi de la mis1na edad y an1bos suelen ser representados en su vejez.
bilidad y resistencia. Ensayo sobre la corifesión de los indios de la Nuei'Q Es- El problema es que el pintor no le colocó en sus manos otro elemen-
paña, México, Universidad Iberoamericana, 1999, y Luis Rodríguez to que pueda dar n1ás orientaciones sobre su identificación. Louis
Toledo, "Los problemas de la confesión en Lima a fines del siglo XVII: Reau, lconogra{ia del arte cristiano, Barcelona, Ediciones del Serbal,
atricionistas y contricionistas", Hispanic American Historical Review, 2001, t. 2, voL 3,pp. 208-209 y t. 2, vol. 5, pp. 74-75.
15 de enero de 2014; versión digital en http:/ /hahr-onlinc.com/ "Inclina mi opinión en este sentido el hecho de que sobre el hábito de
los- probl emas-de-la-confcsion -eii -lima -a-fines-del-siglo-xvii-a tri- la orden lleva la annadura y sostenga en su n1ano izc¡uicrda un estan-
cionistas-y-contricionistas/ !consultado en febrero de 2015]. darte inscrito con el trio-rama ele Jesus (11-lS) rodeado de llamas y los
LJ Jean Delumeau, La co'!fesión ... , p. 46; Óscar Martiarena, Culpabili- tres clavos en su base, que b
recuerda su arenaa en 1a guerra que. tomo'
dad y resistencia ... , pp. 38-43. carácter de cruzada (por lo cual se le consfdcra "un cruzado") para
n res L.tra, "o·m1ension
1+ A d ' . ' JUnc
. ' ¡·tea d e 1a conctcncta.
. . Peca d ores y pe- repeler a los turcos cuando invadieron Belgrado en 1456, invocando
cados en tres confesionarios de la Nueva España, 1545-1732", Histo- el nombre de Jesús. Dicho símbolo lo adoptó y propagó su maestro
ria Mexicana, vol. LV, num. 4, abril-junio de 2006, p. 1141. El autor san Bcrnardino, quien fue el primero en darle impuiso. Cfr. Louis
se refiere al "Tripartito christianissimo y consolatorio del doctor Juan Ger- Reau, lconogr'!}Ia del arte ... , t. 2, vol. 4, pp. 179-180; Juan Ferranclo
son de doctrina Christiana a qualquiera muy prorechosa ... , traducido del Roig, lconogra{Ia de los santos, Barcelona, Ediciones Omega, 1950, p.
latín al castellano e impreso en casa de Juan Cromberger por manda- 176; Vera Schauber y Hanns Michael Schindlcr, Diccionario ilustra-
to y a costa del Obispode la mesma ciudad, fi·ay Juan de <;:umárraga, do de los santos, Barcelona, Grijalbo Mondaclori, 2001, pp. 441-442.
e igualn1ente revisto y cxatninado por su mandato". Son varios los ejemplos en templos novohispanos del Capistrano

15+ \55
llevando la armadura y el estandarte. Y aunc¡ue Reau afirma c¡uc el "Jacqm·s Le c,"rr, La cinhzación del Occident~ mediera!. .. , pp. 158-159.
"atributo n1ás constante" de Bernardino es dicho estandarte, en este 'j'! ~-.· nicncs ¡\-acwnalcs, \·01. 518, exp. 15, 1. 79.
caso, n1ientras éste eleva sus oraciones por la salvación de las almas "'J..·\L<,,·e¡ u es Le Golf, La cir.ilización del Occidente ... , p. .]59 .
el segundo se encarga de n1ostrar a los penitentes el nmnbrc d~Í ac · ' ¡.¡ 1- '1 78 79 · 70
+! Tcstt~mcnto del cap1tan 1 anuc Gonza cz, pp. _ ~-. ) - .
Salvador. 42 A tonio Iriuoycn, Entre el ciclo y la ricrra ... , p. l 09.
" Por las condiciones particulares del espacio para la toma fotográfi- 4J Tc~~tamentr;"clc Joscph Chávez de Nava, Guichapan, 23 de junio de

ca, no aparecen los personajes que cierran los extrcn1os de este nivel 176.3. :\111'1 1, Caja Testamentos, expediente sin ~1umerar.
entre los e¡ u e destacan san Felipe de Jesús y san Diego de Alcalá. -H La hihlioc;rafia al respecto es extensa. Ren1Ito a algunas obras a
"'Testamento de Agustín Santos de Anaya, Huichapan, 28 abril de 111 a
ncra d;:- e¡'cm¡Jlificación: Pilar Martínez (coorcl.), Iglesia, Esrado
1796. Archivo Hist6rico Parroc¡uial de H)Jichapan (AHPH), Caja de .
. cconom/a, rvlexico, Universidac1 Naciona l Autonoma ' . 1
d e Tvl'CXICO
tcstan1entos, expedientes sin numerar.27 El se unió a la orden luego ~nstituto ele lnvestigaci,ones Dr. J~sé María L~is Mora7 1995; Pilar
de c¡uc los primeros misioneros llegaran a Inglaterra en 1237 y para Ivlardncz cr al., Cojrad1as, capcllanws y obras pws en .rlmcnca Colonwl,
1245 había alcanzado el cargo de general de la misma, desplegando México, Universidad Nacional Aut6noma de Mexico, 1998; Dagmar
gran actividad que logró in1pulsar el establccin1iento ele n1ás casas en Bcchtlof'f, Las cofradías en Michoacán, Toluca, El Colegio de Mi2hoa-
París, Cambridge, Bolonia y Oxrórd hasta su muerte en 1265. Vera cán/EI Colegio Mexic¡uensc, 1996.
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"Vera Shaul1er y Hanns M. Shindler, Diccionario ilustrado ... , p. 681; ·1 6 Alii'\, Bienes [\lacionalcs, vol. 585, exp. 26, f. lv-2.
Omcr ,Englebert, La flor de los santos, Mcxico, Librería Parroc¡uial de ·17 AG\1, lmli{crcnte rirrcinal, caja 2162, ex p. 1, 2fT.
Clavena, 1985, p. 258. .¡.s Estas cif'ras son sólo ilustrativas, pues no viene indicado con pre-
'" Acambay, A culeo, Allaxayucan, Chapa de Mota, Chapan tongo, Gui- cisión el \·alor de los ingresos y los gastos. Para sacar un balance se
chapam, Tasc¡uillo, Tccozaulta, Villa Nueva ele Nuestra Señora de rec¡ucriría u? estudio n~uy específico cid ~xpediente. , . _
Francia (Villa del Carbón) y Xilotepec. 49 Las colrad1as de espanoles eran: SantJsm1o Sacratnento, Benchtas
30
Archivo General de la Nación (en adelante, AGI\), Bienes Nacionales, Ánimas, Nuestra Señora del Rosario, Señor San José, Guadalupe,
vol. 585, exp. 26, f. 4. Para Chapantongo, c¡ue no aparece en el in- Nuestra Señora ele los Dolores, San Felipe de Jesús y San Antonio.
forme ele 1776, ,-éase AGN, Indiferente rirreinal, caja 2162, exp. 1, 211'. ;o AGi", Mercedes, vol. 21, f 259.
31
Archivo Histórico de la Parroc¡uia de San Mateo Hui chapan (en ade-
lante, AIIPl-1), Libro de cuentas de la Cifradía de Benditas Animas de espa-
ñoles. En el forro dice a partir del ai1o 1662, aunc¡ue los primeros BIBLIOGRAFÍA
documentos presentan algo ele confusión por ser ele los años 1690 y
1682, en la f. 1; un índice allabético, 1'. 2. A partir ele la 1'. 2 3}Jropia-
Anr_:v,.\ fvL\RTÍN, ILDEFONSO, "CCm1o se preparaban para la n1uerte los
Incnte inicia el decurso de registros, cxpresan1ente se señala a fecha
españoles a finales del siglo XVI", Anuario de I-!istoria de la lalesia,
3 ele noviembre de 1662.
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36
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tropología e Historia, 2011, donde ademas ele tratarse aspectos de la
nial, -1oluca, El Colegio de Michoacán/El Colegio Mexic¡uense,
vida conventual se analiza la técnica de InanuiJ.ctura de las coronas y
_rm11os y su significación. 1996.
3 BnROBIO, DJONISIO, "Bautismo durante la Edad rvledia", Salmanticcn~
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grandcs_reportajcs 1 7 J. SO 1 peste_ncgra_ epidcnlia_mas_mor-
tiJcra.html¡.
MEMORIA
e IDENTIDAD:
ARCHIVOS

AGN. Archivo General de la Naci6n. La devoción al


AHPH. Archivo Histórico de la Parroquia de San Mateo Huichapan.
Señor de Jalpan
en Ixmiquilpan,
ILUSTRACIONES
siglo XVIII
l. Cornelio Xaimes, Cuadro de ánimas, 1800. Antigua Iglesia de El
Hospital, Salamanca, Guanajuato. Foto: Fernando González Dávila.
2. Firma mutilada, Cuadro de ánimas. 1728. Iglesia ele San Antonio Annia Gonz6.1ezTorres 1
Querétaro, Querétaro. Foto: Ramiro Valencia. ,
3. Autor no identificado, Nuestra Señora del Carmen protectora de las al-
mas del purgatorio, siglo X\'111. Parroquia de San Mateo Huichapan, No se pueden yencrar reliquias n~ya identi-
Hidalgo. Foto: Fernando González Dá,-ila. dad y autenticidad no esté reconocida por los
4a. Autor no identificado, Santo entierro, siglo XVlll. Parroc¡uia de San obispos, y es grande C!fénsa a Dios el usar de
Felipe del Progreso, Estado de Mexico. Foto: Fernando Gonzalez ranas y falsas supersticiones, creer o publicar
I)á,ila. ~ milagros que no csrán aprobados l· .. J y que
4b. Autor no identillcado, Santo entierro, siglo XVIII. Parroquia ele San para dar ctlfto a las imágenes no se use en las
Mateo Huichapan, Hidalgo. Foto: Fernando Gonzálcz Dávila. iglesias y cementerios Jc bailes, comedias, rc-
5. Retablo de la Pasión de Cristo, siglo XVIII. Parroquia de San Mateo prcscncacioncs u obras prqJGnas mmqu~ sea
Huichapan, Hidalgo. Foto: Fernando Gonzálcz Oa,-ila. en los Jias Jc Naridad, Corpw; )' otras.fie.'itas
6. Retablo de Nuestra Señora ele los Dolores, siglo XVIII. Parroquia de particulares de los pueblos, pues el moJo de l'C-
San Mateo Huichapan, Hidalgo. Foto: Fernando González Dávila. ncrar las imágene.'i o reliquias es darles c.l culto
7a. Girolamus Pesce, Martirio de San Jenaro, 1727. Tomada de http: 11 debido y no mezclarle con .fiestas prqjanas )'
it. wikipedia. org/ wiki/File: Januarius-_ Girolamo_Pesce. jpg ajenas de los templos. 2
7b. Autor no identifkaclo, Retrato del padre fmx Pablo Rebullida, siglo
XVIII. Museo Regional de Querctoro. Foto Ramiro Valencia.
8. Retrato de sor Josepha AJaría, rcli9iosa del comTnW de San JosC de Gracia, Las l1ores, velas, escamadas, arcos, topetes de aserrín y cohetes son par-
ciudad de Q¿lerctaro, siglo wm. Museo Regional de Querctoro.
te de las festi,-iclades que a lo largo de ocho semanas se llevan a cabo en
honor a la imaaen
b
del Señor de Jalpan en el municipio ele lxmiquilpan,
situado en el sector oeste del actual estado de Hidalgo. Las manifesta-
ciones religiosas com{mmente entrelazan la identidad a la expresión
de la devoción, siendo ricas en su particularidad dentro de las pobla-
ciones indígenas. Tal es el caso de la devoción al Señor de Jalpon, que

lfil
160
"

*
'

"

"-.·

~ 15U JOG WD J:J,1

-------- ~~~

Mapa 1. Municipio de Ixmiquilpan

constituye, en la actualidad, el más importante símbolo de la religiosi-


dad popular en Ixmiquilpan. 3 Tal ha sido su relevancia e¡ u e, anualmente,
el presidente municipal le coloca la banda presidencial:'
Para analizar esta devoción es necesario recurrir tanto al enfoque
diacrónico como al sincrónico, debido a c¡ue muchos de los elemen-
tos para comprender este culto, surgido en el periodo novohispano,
se hallan en la memoria colectiva que es referida y expresada en las
celebraciones actuales. Por ello se presentan tres apartados: el primero
se centra en la reflexión entre historia y cultura para el estudio ele las
manifestaciones religiosas. En el segundo, se abordará la lógica y diná-
mica de las festividades en honor a la imagen, con énfasis en la proce-
sión que se realiza el 7 de septiembre. De igual forma, se hará hincapie
en la tradición que se ha elaborado en torno a la imagen y sus eventos
Fotografía 1. El Señor ele Jalpan
milagrosos, a partir de la memoria histórica de los habitantes y ubicada
en la coyuntura histórica del reformismo borbónico, exaltando su im-
portancia como referente iclentitario de la población. Finalmente, en el

162 163
----~--------

~
tercero n1e en¡'-ucare' en un rastreo de 1as creencias
. '
y practicas en torno
al Señor de Jalpan en documentación de la segunda mitad del si bu lo xv 111 .
~
SANTAMA.RÍA

HISTORIA Y CUlTURA E'! EL ESTUDIO IJE LA DEVOCIÓN • !

TIXQUl
Considerando la importancia de la devoción a esta imagen, cabe pregun- •
tarnos: ¿que es lo que se sabe ele su historia? Lamentablemente muy poco,
Z1MAPÁN SANTO CRISTO
por lo cual esbozar tma perspectiva histórica de la devoción y tender los 0 DEMAPETHE

lazos entre pasado y presente será el objetivo ele este texto. Esta imagen TLAZINTLA 111
oSAN MIGUEL
TLAZINTLA

comenzó a ser venerada en esta localidad durante la segunda mitad del si- •
CONCEPCIÓN CARDONAL
MltZTITLÁN


SABANA
glo en medio del cambio ele los paradigmas que supuso la llush·ación.
XVIII,

SANTA CRUZ
Como parte ele los cambios implementados en las diferentes institu- NEQUETEJE

ciones españolas, se vivi6 en los virreinatos una serie de refonnas orien-


tadas a lograr la centralización del poder en el monarca, siguiendo las * IXMIQUILPAN
pautas del pensamiento ilustrado y la economía hsiocrática. Estas mo- O SAN JUAN BAUTISTA

dificaciones, que impactaron en diversos aspectos de la vida cotidiana SANTA CRUZ


ALBERTO
novohispana, recibieron el nombre de reformas borbónicas. Una de las • ~----1

principales características ele estas políticas fue la centralización del po-

l_
SI!I!DOLOGJ/1.
der político en la Corona y la recuperación del que, durante los siglos e Pueble• onjeta~
'UTUAnGO
anteriores, había ido delegando en individuos y corporaciones. Estas ;#- Suj~tc a la d<>ctrlna da l:uui'l<illpan

reformas fueron encaminadas, principalmente, a mejorar la situación - - - - - - - ' - - - - * - C • _ b : n > . admlnbtn.lln y de d~~"trlnal
económica de la metrópoli y a "fortalecer al imperio como entidad uni- Ma¡1a .2. Pueblos de la jurisdicción de Ixmiquilpan, 1800. 8
taria y mejorar la posición internacional de España". 5 Fuente: Dorothy Tanck, Arias ilustrado Jc los pueblos de indios. Nuera España,
1800, !VIé·xico, El Colegio de !VIexico, 2008, pp. 105~106.
De esta manera, el regalismo (subordinación de la autoridad ecle-
siástica) fue una de las principales características ele las transformacio-
nes emprendidas por el gobierno borbónico. Las medidas impuestas a Como parte de las ideas ilustradas que se difundieron en los distintos
la autoridad eclesiástica para restringir su poder fueron diversas, tales ámbitos civiles y eclesiásticos, a partir del reformismo borbónico de la
como reducir los aranceles de los sacerdotes, traspasar sus funciones ju- segunda mitad del siglo XVIII se enconh~ó la restricción para las mues-
diciales a los funcionarios ele gobierno y extender la supervisión de los tras exuberantes ele devoción que caracterizaban las festividades de las
asuntos parroquiales. La nueva lorma ele percibir al Estado y a la socie- ciudades y pueblos del virreinato ele Nueva España. En este tiempo se
dad derivó en una crítica de las expresiones religiosas de los pueblos de planteó la necesidad de limitar las expresiones piadosas colectivas de los
indios, sobre todo al gasto que cubrían por las festividades y, derivado fieles hacia tma religión más individual e interior. En este tiempo se pre-
ele esto, "se declaró la guerra a las tradiciones y costumbres populares, tendía erradicar la superstición y los milagros supuestos" del imaginario
visualizándolas como caóticas y desordenadas"." de la población. De forma paradójica, en este contexto que impulsaba

16+ 165
una cultura ele laicidad y racionalismo tuvo lugar Y au¡re la devoción n ' FESTIVIDADES AL SEÑOR DE jALPAN: LA DEVOCIÓN ACTUAL
- ..__ • Q las
importante del pueblo hasta la actualidad: el Señor ele Jalpan.
Para referirme a la historia de la devoción es necesario partir ele que Cualquier elemento relacionado con el imaginario se articula dentro de
la cultura y sus tnanifestacioncs se encuentran en constante can1 bio la cosmovisión que le brinda al hombre una explicación coherente de la
,
reescribiéndose -·Y re in ter1Jrctándose J. unto con los actores social"s
-- ...... , qlte .ea1·te<lacl , ele su existencia -y ele la relación que mantiene con el entorno
1
son los encargados ele construir su pertenencia al territorio, al grupo (social y natural). Todo mecli.ante una compleja serie. de redes de recipro-
.. ' '' La ICen
a 1a cosn1onston. . l tic·1 ae1 se rea ¡··-¡rnla y se transiorn1a
,. en ~colecti-y cidad que se cntTetejen de forma honzontal y vertical almtenor de las
vo, expresándose en la participación de los rituales y la colaboración en oblaciones, que ligan al individuo con la comunidad, con los ancestros,
la organización de las procesiones y fiestas que, dentro de la cosmovi- ~on el medio natural y con la divinidad." Comprender las intrincadas
sión de los pueblos, aseguran la continuidad ele la cultura y la reproduc- redes que articulan el plano de las creencias y prácticas religiosas es ele
ción del grupo social. En el caso ele la devoción al Señor de Jalpan, se suma importancia para comprender el desarrollo del ciclo festivo en la
expresa en festividades, procesiones y rituales en los que se sintetizan población.
las creencias religiosas, la memoria histórica y la identidad de la pobla- Las festividades en honor al Señor ele Jalpan comienzan el 31 de julio,
ción de lxmiquilpan. cuando se coloca la imagen en el altar principal, y concluyen el 20 ele
Antes ele continuar, definiré lo que entiendo por identidad, ya que es septiembre. Entre las múltiples festividades y oficios que se realizan para
ele vital importancia para articular un trabajo en torno al territorio, la la imagen se encuentran la misa para presentar oll·endas, la "Ceremonia
población y la religión. Parto de la idea ele que: ele la Luminaria", la feria y la procesión del 7 de septiembre. 12 En esta
última se recorren varias calles aledañas al convento, extendiéndose ha-
La identidad es el conjunto de repertorios cu1turalcs interiorizados cia los barrios vecinos, como es el caso ele Santa Cruz, Progreso, Maye,
(representaciones, Yalorcs, súnbolos), a tran~s de los cuales los ac- entTe otros. 13 Los preparativos que se hacen para la celebración ele la
tores sociales (individuales o colectivos) demarcan sus Fronteras y se procesión del Señor ele Jalpan superan por mucho a la festividad ele san
distinguen de lo.s dernás actores en una situación determinada , todo
~ Miguel Arcángel, que es el santo patrono del pueblo: tapetes de aserrín,
ello dentro de un espacio históricamente especifico y socialmente es- llores, arcos, cohetes.
tructurado. 10 Uno ele los preparativos más importantes para la procesión es la ela-
boración de arcos que simbolizan los diversos poblados que conforman la
De esta forma, los referentes culturales que sirven para del1nir los ele- región de Ixmiquilpan, de tal manera que el paso ele la imagen por los ar-
mentos identitarios ele una población provienen tanto ele la historia cos es como visitar los lugares reales ele asentamiento ele las poblaciones y,
compartida como de la realidad empírica que experimentan, por lo por lo tanto, la tierra y la población quedan bendecidas. A este respecto,
que el marco coyuntural del siglo XVIII y el reformismo borbónico es un cabe resaltar el manejo simbólico que le atTibuyen al espacio y la manera
periodo de estudio que ofrece ricos elementos de análisis en torno a la en que solucionaron el recorrido que la imagen debería hacer para visitar
configuración de identidad dentro del proceso ele la vida nomhispana todas las localidades, puesto que: "las manifestaciones religiosas populares
en hmiquilpan. forman parte de un complejo sistema de influencias y relaciones regiona-
les, capaces de articular dentro de la expresión ritual, a grupos sociales,
instituciones > organizaciones, comunidades enteras, hacia un centro ele
L

convergencia, un espacio ele interacción mágico-religioso".'+

166 167
Fotograf'ía 2. Participaci6n del pueblo en la elaboración de los tapetes de aserrín Fotooralh 3. Arcos realizados para la proccsi6n
b

El centro de interacción mágico-religioso no es el espacio físico de la les legaron". 1.; Por esto la autora afirma la existencia de "religiones te-
iglesia, sino las calles del pueblo sacralizadas por el paso de la ima<Ten rritmiales" profundamente imbricadas con el medio ambiente que, a su
b '
en constante comunión con los habitantes que se relacionan, ele esta vez, se articula a diferentes niveles con la cultura local. Por ello llama
forma, con la divinidad. Los preparativos de la fiesta engloban: el cierre la atención hacia el hecho de que para los pueblos indígenas la natura-
de calles a la circulación desde las primeras horas de la tarde, la coloca- leza es el sitio donde mora lo sagrado, "la sacralidad puede irrumpir
ción ele los tapetes de aserrín, la fabricación de las escamadas (adornos en cualquier parte del territorio en sus diferentes manifestaciones ¡... ]
de cera en forma ele l1ores y cuelgas), la elaboración ele los arcos en Los lugares y territorios sagrados pueden ser entendidos como procesos
las comunidades y su traslado al centro del pueblo, el transporte ele simbólicos dinámicos, entretejidos con las deidades o fuerzas potentes
las imágenes que "acompañan" al Señor ele Jalpan desde sus respectivas . l es que a11'1 se rea1'Izan " . 16
que se n1an1·¡··1estan en e 11 os y con 1os ntua
iglesias por las mayordomías, además de la organización ele los cohetes Para Félix Báez, el territorio añade otro matiz en la relación del hom-
que conmemoran el recorrido de la imagen. bre con los dioses, puesto que el deterioro del medio natural en el que
Es notorio que la devoción se encuentra Íntimamente liuada al te- se ha desarrollado una cultura está directamente relacionado con las ma-
rritorio que se sujeta a su protección. Alicia Barabas resalta "que en las nifestaciones de lo divino:
comunidades indígenas existe una concepción del territorio sagrado y
simbólico que se constituye como "soporte central de la identidad y la La diaJéctica sagrado-prolilno es tm proceso en evolución constante, que
cultura porque integra concepciones, creencias y prácticas que vinculan acompaña el ritmo de los progresos técnicos-científicos, con frecuencia
a los actores sociales con los antepasados y con el territorio que éstos en reacción, pero en otros casos en sinergia con éstos. Se refuerza la

168 169
sacralización a medida que se deteriora el espacio habitable y se des-
con1pone el tejido social: cuando n1ern1a la esperanza razonable de nle-
jora, o crece e1 n1iedo a catástrol'cs colectiYas, se incrementa la demanda
de milagro. 17

Lo sagrado constituye, entonces, un plano ele perfección que da res-


puestas a las contingencias del devenir cotidiano, brinda esperanza en
la preservación del grupo humano y la consenación ele su cultura. El
milagro puede ser caracterizado dentro ele la religiosidad popular como
"todo aquello que ocurre en contra de la inercia natural o social". 15 Su
presencia dentro del imaginario novohispano fue sumamente frecuente.
El potencial del milagro se basa en la carga emotiva que lo acompaña,
puesto que se mueve a partir ele fervorosas solicitudes del pueblo peni-
tente, a fin ele conceder ya sea un protector para la comunidad, prospe-
ridad económica o favores encaminados a necesidades específicas. Por
lo tanto, el milagro tiene una gran capacidad funcional adaptativa a cada
población, además ele ser el medio que lo sagrado elige para manifes-
tarse al pueblo y relacionarse de forma activa con la dinámica ele su
vida. Es por ello que durante las festividades que se realizan en torno
a la imagen del Señor ele Jalpan, se agradecen los milagros otorgados y
se solicita su continua protección para los días futuros. De esta forma,
se articula un tiempo que w1e los sucesos milagrosos ocurridos en el
pasado ~que forman parte ele la memoria colectiva~ con la celebra-
ción que tiene lugar en el presente y en el futuro ele la población que se
encomienda la imagen.
La importancia ele esta celebración reside en su capacidad de unificar
la identidad ele los pobladores en torno a un símbolo clevocional espe-
cífico, que sintetice la expresión y concepción religiosa ele un pueblo
alrededor de una misma forma de ver la vida y entender la realidad.
Considero con ello que la imagen se transforma en un símbolo de iden-
tidad colectiva que reafirma los lazos de pertenencia de la comunidad,
siendo además fundamental para la memoria colectiva de los habitan-
tes, en tanto que "la historia del patTocinio ele las fiestas es clave para
Fotografía 4. Cuelgas de cera que se ofrecen a la imagen
tomar conciencia del pasado". 19 La festividad del Señor de Jalpan se
encuentra dentro del ciclo de cosechas, al igual que las celebraciones

170 171
en torno a los muertos. La cosmovisión observada dentro de esta festi- celebra el día en que la imagen se volvió pesada e impidió que se con-
vidad es compleja, integra concepciones y prácticas religiosas populares tinuara el viaje; en tanto c¡ue, con la segunda, ese día se festeja que el
que no compaginan con el culto y la liturgia católica ortodoxa, que, si arzobispo concediera c¡ue la imagen se quedara en Ixmiquilpan. En esta
bien es parte fundamental de la celebración, ha sido enriquecida con versión es de suma importancia destacar que la función del Señor ele
particularidades locales provenientes de la creatividad de la población. Jalpan sería la de sustitución de otro cristo, el ele Ixmic¡uilpan, que fue
De acuerdo con la memoria colectiva, 20 la imagen del Señor de ]al- trasladado a la ciudad de México en el siglo XVII.
pan llegó a Ixmiquilpan durante la segunda mitad del siglo XVIII. Las El cristo de lxmic¡uilpan era venerado en la iglesia del Plomo Pobre en
fechas varían algunos años de una versión a otra, pero la n1ayoría lo sitúa Real de Minas del Cardona!, jurisdicción ele Ixmic¡uilpan (actualmente
entre 1760 y 1770. De igual forma, existen divergencias acerca de su Mapethé). La crónica que narra lo acontecido con esta imagen es la del
lugar de procedencia; de entre estas versiones destacan dos: la primera cura Alfonso Alberto de Vclasco y data de 1698. 22 El cristo ele Ixmic¡uil-
narra que la imagen provenía de los bienes de una hacienda jesuita, por pan era una imagen considerada milagrosa y conocida por su "renova-
lo que tras la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, Francisco ción", que, ele acuerdo con la crónica, aconteció el 19 de mayo de 1621:
Mm·avia y Celis realizó un inventario de las posesiones incautadas. Al
ver la imagen decidió que fuera trasladada a la ciudad ele México. Du- El miércoles diecinueve de mayo del misn1o año de n1il seiscientos
rante el trayecto hicieron un alto para pasar la noche en Ixmiquilpan y y veintiuno, víspera de la Ascensión de Cristo Señor Nuestro, entre
los vecinos del pueblo, al presenciar la llegada de la comitiva, se acerca- tres y cuatro de la tarde, poco n1ás o menos, estando el vicario en un
ron a admirar la imagen y propusieron que se instalara en la iglesia hasta altillo [... ] rezando un rosario [... ] oyó primero dentro tan grandes
el momento ele su partida. Sin embargo, al día siguiente la imagen se golpes y gemidos que parecía se hundía la Iglesia con los golpes, y que
tornó pesada y las mulas apenas podían avanzar, los habitantes al escu- a él se le arrancaba el alma de solo oír los gemidos [... ] y entendiendo
char del portento acudieron a presenciarlo y recomendaron a los hom- eran ladrones, que querían robar la Iglesia, avisó para el socorro con la
bres que trasladaban la imagen que volvieran a colocarla en la iglesia y campana, [... ] concurriendo muchos hombres y mujeres españoles y
dieran aviso al párroco. Ante la imposibilidad de trasladarla, se decidió mestizos que vivian en el Real y habiendo entrado todos en la iglesia,
que permaneciera en el pueblo el 7 de septiembre ele 1767. registrándola y no hallaron en ella persona alguna, [entonces la campa-
La segunda versión cuenta que la imagen fue elaborada en Jalpan, na repicó sola y co1nenzaron a buscar quién la había tocado, cuando] el
Querétaro, y otorgada a la comunidad en "sustitución" del cristo ele vicario, por la parte donde estaba la santa imagen colgada con alcayatas
lxmiquilpan ~que se trasladó en 1621 del pueblo de Mapethé, juris- había asomado la cabeza detrás de él y al sacarla sin descubrir lo que
dicción ele Ixmiquilpan, a la ciudad de Mexico~, como concesión del buscaba, le cayo ele lo alto una gota de agua en la oreja derecha [un
arzobispo Antonio ele Lorenzana, en 1770. Sin embargo, a su paso por hombre que estaba con él]levanto la vela y elijo señor vicario el cristo
la cabecera, cuando iba de camino hacia Mapethé, se tornó pesada, por que está aquí llueve agua, y acercando más la vela, de calidad que lo
23
lo que no logró completar el recorrido y se decidió que permaneciera pudieran ver todos, dijeron a una voz: el cristo suda y se ha renovado.
en la iglesia parroquial, en donde se le construyó una capilla en la que
permanece hasta el momento. 21 Después ele la renovación de la imagen, ésta continuó mostrando hechos
Entre las versiones existentes hay divergencias en torno a las fechas milagrosos a los pobladores, ya que el Cristo sudó agua y sangre conti-
en las que se conmemora la llegada y permanencia de la imagen en la nuamente, lo cual exacerbó el fervor ele la población. Cuando la noticia
comunidad. De acuerdo con la primera versión, el 7 ele septiembre se se difundió, el arzobispo envió una comisión para investigar el suceso.

172 173
Alfonso de Velasco narra que llegaron primero a lxmiquilpan y realizó Por lo c¡ue no es extraño que sea un común denominador entre ambas
consultas enh·e la población (Únicamente españoles), que confirmaron ¡·111 áocnes.
b
todo lo que se había dicho en torno a la imagen milagrosa que se cncon- En lo que respecta al Señor de Jalpan, en el ciclo festivo actual ambas
h·aba en la iglesia de Plomo Pobre en el Cardona!. Después acompañados versiones se fusionaron y desde 1946 se fijó el 7 ele septiembre como
de algunos religiosos del comento de lxmiquilpan acudieron al Cardona] el día de la festividad a esta imagen. Este acontecimiento es conmemo-
para realizar la investigación,'"' y al pretender trasladar la imagen a la ciu- rado por la población con la procesión más grande que se lleva a cabo
dad de México el 14 de julio de 1621 fueron interceptados por indígenas en Ixmiquilpan. La importancia de la celebración debe visualizarse te-
y algunos españoles armados que impidieron la diligencia: niendo en cuenta que: "la vida ritual es un medio clave para expresar la
costnovisión a la vez que transtnite la n1en1oria histórica''. 2H
Mcls instados del an1m· y devoción algunas personas, así españoles como Como parte ele la memoria histórica ele la comunidad, la mayoría
indios, procuraron impedir la continuaci6n del viaje] ... ] saliendo tres remonta la celebración ele la "Ceremonia de la Luminaria", la fiesta y la
leguas del real y no ele dicho pueblo de lxmic¡uilpan, con armas y cla- procesión hacia la época colonial, aunque las autoridades del municipio
rín a quitarlo y no habiendo lo conseguido en esa ocasi6n [ ... ] salieron la sitúan en el siglo Este hecho es relevante, puesto que clemuesh·a
XX.

segunda vez mas ele dos mil indios (f"uera ele los españoles) con arcos)' que los pobladores atlanzan su identidad y su comunicación con esa
Hechas, que con grandes voces y polvareda [... ] la quitaron y llevaron imagen que consideran milagrosa, a través de situar su culto en épocas
al convento de San Agustín de dicho pueblo de lxmiquilpan." muy remotas. Por lo tanto, la historia propia" se concibe como continua,
cambia y se transforma respondiendo a las necesidades del presente y
La imagen permaneci6 en el convento ele lxmiquilpan alrededor de once a los intereses ele la comunidad. Es probable que esta devoción se haya
días, durante los cuales se repitieron las sudoraciones en h·es ocasiones exaltado en el periodo posrevolucionario por la necesidad ele recupera-
más, como puede verse en el cuadro antecedente. Durante los días que ción ele lazos enh·c la comunidad, el territorio y la aclminish·ación del
la imagen estuvo resguardada en el convento, la devoción hacia ella se nuevo Estado mexicano.
extendió convirtiéndose en un culto de gran proporción dentro de la re- De igual forma, la h·aclición local enaltece el papel ele la imagen du-
gión, ya que "todos los vecinos de dicho pueblo de lxmiquilpan, así hom- rante la Guerra Cristera, cuando la imagen obró diversos milagros para
bres como mujeres despoblaban sus casas por irse a la Iglesia a adorar proteger a sus seguidores:
la santísima imagen" 26 Al siguiente intento de h·asladar la imagen, ésta
se tornó pesada y no pudo ser movida hasta que se le prometió que la Durante el n1ovin1icnto arn1ado, el ejército emprendió una campaña
regresarían si no se hallaba "cómoda" en el sitio que le habían destinado. para destruir las imágenes; un grupo de cat6licos de lxmiquilpan huyo
La imagen fue finalmente h·asladada a la ciudad ele México el 25 de ju- con el Cristo, quienes Fueron perseguidos por los soldados. Durante la
lio ele 1621, donde fue entregada al arzobispo don Juan Pérez ele la Serna, fuga, los guardianes de la imagen religiosa atravesaron el Río Tula, fue en
quien dispuso que se instalara en el Convento de San José de Carmelitas este acto, presumiblemente ocurrido en los lín1ites con 1a comunidad
Descalzas, que también recibe el nombre ele Convento de Santa Teresa la de El Maye, donde se present6 uno de los milagros. Para evitar que
Antigua. Ésta es la razón por la que el Cristo es conocido como el Señor lí.icran clcteniclos, ele manera milagrosa subi6 el nivel del agua del Río
de Santa Teresa. Es necesario resaltar que la creencia de que una imagen se Tula, que impidió el paso ele los perseguidores, asimismo al intentarles
torna pesada al ser transportada de un sitio que le agrada era algo bastante disparar, los soldados fueron atacados por una plaga de piojos. 10
extendido en el imaginario novohispano con antecedentes medievales. '7

17+ 175
Como reconocimiento de los portentos obrados por la imagen del Señor ha sido [acil, sobre todo debido a que los documentos (que son de clife-
de Jalpan, durante este periodo los lleles le colocaron la banda presiden- rcnte naturaleza, tanto eclesiásticos como civiles) en los que se hace re-
cial y le otorgaron el rango de General de la Iglesia. 11 Otras versiones en ferencia a ella se encuentran contenidos en diversos archivos y fondos.
torno al origen de la banda presidencial que ostenta la imagen, la atTi- A pesar ele estas clillcultades, a través de las fuentes históricas locali-
buycn a que sanó milagrosamente a un general que le habla prometido zadas es posible situar tanto la imagen del Señor de Jalpan en el pueblo
nombrarlo el "Generalisimo Señor de Jalpan", si lograba curarlo de su como hablar de un culto activo para 1776. Aunque no se puede precisar
enfermedad. Después de su promesa, se recuperó por completo." el momento en c¡ue se inició, debido a que la primera noticia se relacio-
Esta imagen, al ser uno de los principales elementos de cohesión so- na con una serie ele milagros acontecidos a una mujer y referidos por su
cial de la población, es venerada cada año en la forma descrita anterior- confesor en un libro de milagros y apariciones llevados ante el Tribunal
mente, con el propósito de recordar su llegada al pueblo y su elección de del Santo Oficio, H en este proceso queda claro que la devoción a la ima-
permanecer en él, así como los numerosos milagros obrados para con gen ya se hallaba instaurada en el pueblo en estas fechas, lo que coincide
su población. Por lo que, según las comunidades que la reverencian, con la memoria colectiva en torno a la antigüedad del culto.
ejerce una labor ele protección y vela constante por su bienestar. Esta El proceso inquisitorial contra María Cayetana Loria, Js mulata, y el
vigilancia se extiende en el ámbito de la salud, la prosperidad y la armo- bachiller Angel Vázqucz, 36 por ilusos, contiene una gran cantidad ele in-
nía. Sin embargo, para garantizar su protección se organizan las cele- formación referente a la vida religiosa de lxmiquilpan, los imaginarios
braciones, c¡ue son ele vital importancia para la identidad ele los otomíes colectivos y el culto y devoción al Señor de Jalpan. 37 Resalta por ser el
de lxmiquilpan, ya c¡ue "por medio ele las fiestas los pueblos producen único caso de una mujer mulata juzgada por ilusa y c¡ue no sucedió en
su propia existencia histórica, cuya continuidad se expresa a través del un entorno urbano. El escrito que originó el proceso posee un carác-
• • " 33
t1empo en acciOnes . ter biográfico, basado principalmente en los años de 1776-1778; sin
En este sentido es importante señalar la relevancia ele las relaciones embargo, se narran ele forma resumida algunos aspectos ele la vida ele
dialécticas que se establecen entre pasado y presente dentro de las co- Cayetana antes de llegar al pueblo, y se exalta la devoción c¡ue mostró
munidades, puesto que muchos elementos del pasado se hallan vigentes desde niña, aclarando que siempre se vio atralcla por la mortificación
ele acuerdo con las necesidades del grupo social. Al mismo tiempo, en y el deseo de servir a Dios. 3" A lo largo de la temporalidad se narran
el estudio del rescate que los otomíes hacen ele su pasado vemos las rea- cinco sucesos milagrosos (sin la visión de ningún ser celestial), y 41
lidades y preocupaciones actuales. Es por esto que resulta significativo apariciones de Cristo, la Virgen, San José y los ángeles, en la siguiente
hacer uso tanto ele los planteamientos históricos como antropológicos proporción:
para sensibilizarnos ante estas pautas culturales.

CuADIUl l. Al':\RICIOJ\TS ,\ M·\fÜ,\ C,\YETAi'\A LcmtA

LA DEVOCIÓN AL SEÑOR DE jALI'AN EN EL SIGLO XVIII


A TRAVES DE LOS DOCUMENTOS INQLIISITORIALES
p~ocñm;~c Jalpan Vinren del Carmen
"---
4 (en dos de ellas aparece
San Jase
1
Ángeles
3
1 ""-
con el Niño Jesús) 1

A pesar ele la importancia que la imagen del Señor ele Jalpan tiene en la Fuente: ,\G'l, ln(¡rlisición, vol. 1173, cxp. 5, !T. 2-52v.
actualidad, poco se sabe del periodo temprano ele su devoción. Realizar
la reconstrucción ele esta devoción en la seauncla
b
mitad del sialo
b
XVIII no

176 177
De todas las apariciones que enumera el libro, sólo una se manifest' ín<mciaru de su padre espiritual. El libro se extiende en la narración ele
' 'o
al confesor Angel Vázqucz, siendo que en las otras 40 se presentaban a . d reverente en "perpetua cast1"d ad conyuga l" y
vivió con una act1tl1
María Cayetana Loria y le enviaban mensajes, a su padre espiritual, a tra- .r'm'" los maltratos de su esposo, quien incluso le prohibió ir a confe-
vés suyo. De acuerdo con el texto, el Señor de Jalpan se aparecía aMada a San Fernando. En el tiempo que duró su matrimonio tuvo dos
Cayetana en forma de sacerdote, cada vez que ella le hada una petición ... uno murió, v el otro vivió con ella durante el tiempo que abarca
1J!jOS, ·
a la imagen venerada en la iglesia parroquial. La aparición en forma de escrito. Después de la muerte ele su esposo, se mudó con unas tías
sacerdote obedecía al hecho de que, en el escrito, se establece que Ca- tenía cerca ele Guadalupe y, al poco tiempo, aceptó un trabajo de
yetana ignoraba la verdadera identidad del sacerdote y lo consideraba cocinera en un mesón ubicado en la plaza ele la colegiata ele Guaclalupe,
sólo un hombre virtuoso y sabio que la salnba de peligros espirituales y en donde laboró durante dos años. Sin embargo, en ese tiempo recibió
físicos, puesto que la sanó en varias ocasiones. el acoso de un pretendiente, a pesar de que le había manifestado que no
A pesar ele que la parte principal de los sucesos extraordinarios que pensaba voh'er a casarse. Él la buscó constantemente a lo largo de un
le sucedieron a MarÍa se produjo en esos dos años narrados y tuvieron año, por lo que Cayetana decidió abandonar su empleo en 1776 y partir
lugar en el pueblo ele lxmiquilpan, se argumentó que era propensa a hacia [xmiquilpan, en donde vivían dos hermanos suyos.
recibir las gracias divinas desde su juventud (cuando vivía en la ciudad Llegó a [xmiquilpan aún perseguida por su pretendiente, que con-
ele Mcxico), puesto que en ella le aconteció su primer milagro: tinuaba con sus solicitudes ele matrimonio. En un viaje que realizó con
sus hermanos al Real de Zimapán, le pidió ayuda a un cristo llamado ele
[cuando era una niña], nunca pudo aprender ni las primeras letras ele la Vera Cruz, que se veneraba en esa iglesia, sin embargo, el acoso con-
la cartilla, y deseándolo en esta ocasión, sólo por leer un libro espiri- tinuó. Al volver a lxmiquilpan comenzó a ir diariamente a la iglesia para
tual que le dejó su director, y tambicn para ver en el calendario en c1ue pedirle a la imagen del Señor de Jalpan que la liberara de su enamorado,
iglesia se hallaba el Jubileo Circular porque sus caseros se lo negaban, prometiéndole que si le hacía el milagro se quedaría en el pueblo a ve-
porque por ir al dicho Jubileo se quedaba sin comer [en] muchas oca- nerar la imagen. "Luego que le hizo la promesa, estando el pretendiente
siones y muy fatigada por las distancias que andaba, le prometió a mi en lo mas fogoso de sus pretensiones, improvisadamente determinó
Señora que si le concedla saber leer, no leerla en toda su vida ninglln casarse con una viuda de dicho pueblo, lo que se efectuó tan pronto
libro que no fuera demto y espiritual y a poco rato en ese mismo día que parece incre1ble, pues no sólo se casó, sino que luego se mudó con
de lo promesa, se paró y fue a ver el calendario y lo entendió, y leyó su mujer al pueblo de Guadalupe, donde es nativo, y quedó ya nuestra
con1o si hubiera desde sus prin1eros años dedicádosc a este ejercicio. [CayetanaJlibre de tan soberbio enemigo."+o
Siguió asi leyendo su libro espiritual con gran perfección y habiendo De esta manera, María Cayetana se volvió devota del Señor de Jalpan
en su casa otros libros, un día cogió el libro de Don Quijote de la y de la imagen de Nuestra Señora del Carmen que se veneraba en ese
Mancha y poniéndose a leerlo no pudo, y cogiendo el libro espiritual pueblo en la capilla que le estaba dedicada, imagen que después, según
que tenía de su director, lo lcyo, de que pidió a Dios mil perdones el escrito, se le presentaría en apariciones. El 1O de agosto de 1776,
por ver con este prodigio quebrantada la promesa de que la renovó y llegó al pueblo un hombre mayor, del que no se dan más detalles, que
hasta el dia presente no ha leído libro que no sea devoto y espiritual. .1'' comenzó a solicitarla en matrimonio, pero cuando ella se negó la siguió
por todo el pueblo y llegó a amenazarla de muerte. Una noche la fiJe a
Al morir sus padres, su confesor, que era un religioso del colegio de buscar a su casa; cuando ella se percató de que se encontraba alli, apagó
San Fernando, arregló su matrimonio, el cual Cayctana aceptó por ser la vela y se Fue al rincón más oscuro y pidió ayuda al Señor de Jalpan y a

17H 179
la Virgen del Carmen, quienes, a su parecer, intervinieron, puesto la octaYa dsita la aconsejó sobre la necesidad de que practicara la
el anciano entTÓ y buscó por todos los rincones sin poder encont.1 r:n·l a ·••· ·;¡,,.odé>ll mental, c¡ue ella había rechazado en un principio; en el cuader-
,
Este fue el quinto milagro que se enuncia en el libro ' ¡Jrevio al j¡11· CIO
.• d'
sc narra una larga conversación en torno a las virtudes ele este tipo
e
las apariciones que en el se describen. oración y consejos para realizarla. Es a partir de este hecho que fue-
Cabe destacar que a pesar ele que se insiste en la idea ele que Caye- ron catalogados como ilusos o alumbrados, lo que se podía considerar
tana no tenía idea de la identidad de las personas que continuamente como cierto dentro de la caracterización que la Inquisición hizo ele este
se le aparecían, en diversos pasajes del texto el sacerdote "le permite" delito, ya c¡ue los alumbrados "muestran raptos, comunicación divina,
entrever su identidad. Por ejemplo, en un suceso narrado en el libro visiones, rcYelaciones y posesión de objetos sagrados".+3 Complemen-
Cayetana se hallaba al borde ele la muerte por los golpes que le propi: tando lo anterior, tenemos que, "la doctrina almnbradista consistió en
nó un pretendiente enfurecido por su rechazo. El sacerdote llegó a su la práctica de la oración mental, el libre albedrío de interpretar el dog-
casa después de que ella solicitara ayuda a la Virgen del Carmen, en esa ma cristiano, rechazo a la intern1ediaciÓn de la jerarquía eclesiJ.stica y
ocasión él le suministró unos polvos que la sanaron al instante. Después la impccabilidacl". ++ Con base en estas categorías tenemos que para el
de lo cual Cayetana le pidió que le dijera su nombre, por si no volvía caso que se analiza y que posee como punto ele partida el cuaderno de
a verlo y le ofl·eció encomendarlo al Señor de Jalpan en sus oraciones, milagros, en él se menciona la importancia de la oración mental, pero
a lo que le contestó: "yo, hija, me llamo Manuel", y ella le volvió a no se le atribuye un papel preponderante en el intento de "agradar a
preguntar: "¿en dónde vivía?", y le respondió: "yo, hija, viYO en Jalpan Dios"; por otro lado, sí está presente la libre interpretación ele la doc-
[ ... ]".+' Como se hace patente en este pasaje del libro de milagros, e] trina cristiana, que muestra algunos ele los elementos más importantes
sacerdote permite percibir, aunque no ele forma directa, que se trata de la religiosidad popular en lxmiquilpan, y, finalmente, no cuenta con
del Señor de Jalpan, pues en varias partes de la narración hace alusión a el rechazo a la jerarquía eclesiástica, sino por el conh·ario, a través de
su poder y facultades. A pesar de ello, se mantiene la idea ele que Cayc- ella se accede al estado de gracia.'15
tana no sabía que quien la "visitaba" era Cristo; sin embargo, durante su El 12 de diciembre, estando Cayetana en la iglesia parroquial espe-
interrogatorio, Ángel V ázquez admite estar consciente ele la identidad rando al confesor, se apareció el sacerdote (decimosegunda visita) y
del personaje, aunque afirma que nunca lo vio. le comunicó que su confesor no oficiaría misa y la invitó a que fuera a
Las apariciones se hicieron ll·ecuentes, incluso el "padre Manuel" saludar a su madre que había venido al pueblo y se hallaba en la iglesia
asistía a las misas que of!ciaba el bachiller Ángel Vázquez; de acuerdo del Carmen, por lo tanto, Cayetana fue a la capilla y cuando entró:
con el libro de milagros, su presencia en los divinos oficios se hizo re-
currente a partir del 1 de noviembre de 1776, cuando Cayetana lo vio: [... ] 1·io a una Señora de mucha majestad y grandeza, acompañada de dos
hermosísimas niñas que eran las que la estaban sirviendo, y hallándose
[... ] con una majestad y hermosura, \-cstido de clerigo que le robó ella dentro ele dicha capilla, temerosa y vergonzosa de la grandeza que
la atención, en con1pañía de dos niños en l'igura de pajecitos que le representaba la Señora, no se atrevió a hablarle, sino que desde lejos la
acompañaban y sentándose en una silla que estaba al lacio del altar estuvo Yiendo, y determinada ya a salir de la dicha capilla, la llamó la se-
asistió a la Inisa, y en cuanto acabO se vino tras ele su confesor hasta ñora y le dijo: "¿por qué no llegas hija?", a lo que le responclió: "el padre
la sacristía. Al tiempo de alzar, en la 1nisa, el confesor la hostia, vio la me dijo que viniera aquí a ver una Señora, yo no sé si vuestra merced
hostia alrededor como dorada y que resplandecía en todo el contor- es"l "yo soy", le respondió. El padre, mi hijo, me ha dado noticia de las

no, maravillada ella de estos pasajes.'" cosas que te han pasado a ti, y a la hija ele tu padre que te conf'iesa. ·lb

181
ISO
En este pasaje se incide que la madre del sacerdote es la Virgen del Car- le comunicÓ que temía por su confesor, puesto que los indios se hallaban
men, quien visito a Cayetana en virtud de la clevoci6n que le muestra a "recelosos" ele pagarle, pero Él la tranquilizo cliciénclolc que todo iría
su hijo. Algún tiempo después, cuando Cayetana se dirigía a la capilla de] muY bien, porque el confesor era su amigo y, en efecto, pronto le cobra-
Carmen para rezarle a la Virgen ocurri6 la decimoctava aparici6n, en la ron- cariño y respeto los indios ele ese pueblo.
que entrando, vio: "sentada en una alfombra ele riquísima tela, ella con Durante su estancia en Cerro Gordo comenz6 a sufi·ir posesiones
una grandeza admirable, acompañada con tres hermosísimas doncellas demoniacas; el libro ele milagros y apariciones detalla un total de once.
que la servían, ele las cuales, la una estaba delante de aquella Señora Entre éstas destaca una ocasi6n en que el Demonio dejó a Cayetana sin
con tma sumisi6n y humildad tanta que admiraba la dicha ele ver aquella movimiento, percli6 el habla y experimentó horribles visiones, además
hermosura tan renclicla, callada y humilde, quedo pasmada" n En esta como tenía en el cuarto unos cigarros que había comprado para el pa-
ocasi6n, la Señora llevaba en brazos a un Niño, que afirmo era hijo suyo dre, el Diablo los tomo:
y hermano del padre Manuel. En este pasaje se vuelve a insistir, aunque
no ele forma literal, sobre la identidad ele la Señora y su hijo, por lo que ¡... ¡ y cigarro por cigarro estuvo quemándolos y tirándose los en la
cuando Cayctana le canto a su confesor sobre esta visita, y alabo al Niño cara, y allln1ismo tcnla la dicha una 1nano de tigre que 1c había pedido
ele la Señora, cliciénclole además que le había preguntado su nombre y a su conl'csor para regalársela al padre e¡ ue la visitaba, cogiendo el di-
que la Señora le confi6 que "se llamaba María y que vivía muy lejos".·'" cho maligno, la estuvo an1enazando con ella lo n1ás de la noche, hasta
A medida que annza la narraci6n y las visitas se hacen más frecuentes que como aquello de la una o dos de la mañana la sacó de su cuarto y
y prolongadas, se da a entender que Cayetana era reconocida en el pue- la fue a tirar a un n1ontc espeso, y n1uy distante de donde asistla, en
blo por su devoci6n al Señor ele Jalpan, y por su piadosa forma de vida, donde allí sola y sin ningún auxilio, llamando a la imagen del Señor de
por lo que terceras personas acudían a ella para que rogara a la imagen Jalpan, llegó el dicho padre vestido de cli:rigo !trigésima quinta visita]
por su salvaci6n. Tal es el caso ele la vigésima aparici6n, en la cual, por con dos pa_jccitos, con1o sietnpre venía, y cogiénclo1a de la n1ano en
intercesi6n ele ella, se clot6 al padre Ángel Vázquez ele la capacidad de un instante la puso dentro de su 1nisn1o cuarto. 50
ayudar a bien morir a una mujer del pueblo, logrando que se arrepin-
tiera ele sus actos y pidiera percl6n a los afectados. En este caso, una El padre Manuel le insistía en que perseverara en su lucha contra el
pariente ele la mujer que agonizaba se encontraba en la iglesia pidiendo Demonio, le pidi6 el rosario y los cigarros y los bendijo, en cuanto a la
a Dios "para que le aliviara, si convenía, ele aquellas fatigas, y que le mano de tigre, le elijo que la guardara y que cuando regresara a Ixmi-
quitara la vida, y estando en esto en la iglesia, encontr6 con la dicha Ca- quilpan se la diera "al Niño, mi hermanito, que después que Él la coja
yetana, la que habiéndola saludado le elijo: que por el amor ele Dios, le te serdra de medicamento". 11 En este pasaje podemos observar otros
pidiera al Señor ele Jalpan el que le quitara la vida, o le aliviara sus ansias elementos propios de la religiosidad popular que imperaba en el ima-
a la dicha su parienta".+" Como puede verse en el pueblo se extencli6la ginario de los pobladores, por un lado, el que el Demonio se vale de
fama ele Cayetana como mujer virtuosa devota del Señor ele Jalpan, y imposibilitar el movimiento para torturar a sus víctimas; además, el que
obviamente ele la capacidad milagrosa ele la imagen. Cristo bendiga elementos comunes y corrientes no relacionados con el
Después ele algunos meses, el padre Ángel Vázquez fue enviado a en- culto católico como los cigarros, también las continuas referencias al
cargarse ele la visita de Cerro Gordo; Cayetana viajo con él, y en ese hermano de Cristo, es decir, a la existencia de por lo menos dos hijos de
pueblo siguieron suscitándose las apariciones. El padre Manuel continuó la Virgen María y a las cualidades curativas otorgadas a objetos comunes
asistiendo a las misas que oficiaba el bachiller; en una ocasi6n Cayetana )'corrientes como la mano ele tigre, polvos y aguardiente.

182 183
En los días siguientes y hasta el 2 ele febrero se hicieron frecuentes CLl:\DRO -·
'J TF<;TJGCJS EN LA JN\'EST!GACIÓ:-.1 UEL CO.\HSAIUO
- ----
las posesiones (sin embargo, no se menciona su cantidad). En esta úl- Noi\nmr ÜCUPt\CI(r'.J EDAD CALIDAD

tima fecha la poseyó, y cuando el padre comenzó el exorcismo le elijo: ---------~
Don Juscph Nlaestro pintor 52 años Español, vecino del
"anda chico, que cuando vuelvas ele dónde vas te he ele dar mucha gue- !vlanucl Pércz pueblo, casado con doila
lvlaría Rendón.
rra y te he ele vencer, !yo] voy a Ixmiquilpan y la he de poner yo a mil -~
-"--"
Don Vicente Dorador 46 anos Español, vecino del
vergüenzas y allá In e la ha ele pagar y no haciéndole caso el exorcizan-
11
,
RcrHkm pueblo y viudo.
-----
te, siguió con el exorcismo y estando para salir dijo: "ya me voy, pero Don Nicolás Pintor 35 años Español, vecino del
en Ixmiquilpan nos veremos, que allá gobierno yo el curato".'' Con Garda pueblo y viudo.
esto da a entender que el pleito con el cura se suscitó por intervención Don Fr.:mcisco 44 anos Español, vecino del
demoniaca, y debido a que al cura ele la parroquia le faltaba fe. Al tér- Rendón y Angula pueblo y viudo.
mino del exorcismo sufrió Cayctana, segím el escrito, muchos dolores Don Antonio 58 aiios Español, vecino del
Ramírcz pueblo y viudo.
hasta el S de febrero, cuando el padre la visitó (cuadragésima aparición) ------- -
encargándole que se apresuraran a ver al arzobispo y le encargaran "que ~:ubo Pérez Sacristán de la iglesia 54 años Castizo, casado con
parroquial Paula de Ah•arado,
a ese pueblo ele lxmiquilpan me lo provea de ministros celosos de las vecino del pueblo.
honras, porque en él tengo puestos mis ojos, que se informe y vera ---·---
Don Francisco de Hacendado, dueño de la 48 años Espanol, vecino del
,
lo que hace muchos días hice en él". 53 Con lo cual el confesor decidió Aragún "l'vlcclia Luna pueblo, casado con doña
María lgnaeia del Río.
partir rumbo a la ciudad de México para ver al arzobispo, a partir de - --·- --
1----"
lo que comenzó la investigación inquisitorial contra Ángel Vázquez y Don Antonio de Teniente General de la Español, vecino del
Andonegui Jurisdicción pueblo.
María Cayetana Loria por ilusos. i·> ""-

El arzobispo determinó que los puntos que se tocaban tanto en el Br. Joac¡uin Cura y juez eclesiástico Vecino del pueblo.
Jo.seph N l'í!rclc del pueblo
libro de milagros como en la declaración del padre Ángel Vázquez era ¡----- '
Doila Antonia de Española, vecina del
ele competencia del Tribunal del Santo Oficio, por lo que transfirió el Chftn:?z pueblo, casada con Juan
caso a esta instancia, agregando que el bachiller estaba viviendo en la Villalobos.
casa ele don Luis ele Nieve y que María Cayetana se encontraba deposita- 1 Br. Jacinto de CltTigo, presbítero Vecino del pueblo. 1

~tu
1
1
da en la ele don Joseph ele Bárcena, notario del Juzgado ele Testamentos. 1

Para la investigación se remitió este interrogatorio y el libro ele mila- athías Clérigo, presbítero, Espanol, vecino del
1
1
Hoser vicario de la parroquia pueblo.
gros acontecidos a María Cayetana Loria. 1
------ 1

~~)on ¡\'lanuel
~-··-

Con1ercio 46 anos Español, vecino del


Al recibir el caso, el inquisidor fiscal consideró que el clérigo había Beltrán pueblo, casaclo con
dado crédito a la narración de su hija ele confesión, misma que contenía Tomasa de Rosas. 1

1---- 1

muchos errores tocantes a la fe. Por lo cual expresó que todo lo narrado Don Antonio Recaudador de los Español, vecino del 1

en el libro ele milagros era: "pura ficción y falsedad digna de especial Sánclwz diezmos de la iglesia pueblo, casado con doña
María Ana
atención para corregir y castigar a estos embusteros tan perjudiciales a Andrade y Moctczuma.
sus propias ánimas como a las de los demás fieles". i5 Debido a esto, se J--:::---
Don Francisco 44 años Español, vecino del
remite a la censura de los cali±!cadores del Santo Oficio el 16 de junio del Castillo pueblo, casado con doña
de 1778, encargando esta tarea a fray Antonio ele León de la Orden de Rita Cortés.
-"-~~--

18+ IH5
CUADRO 2. TESTIGOS El\ LA lNVESTIGACIÓ:-i DEL CCHv\ISAJUO feligresía; incluso un testigo afirmó haber presenciado que rechazaba
Noi\nllu:: ÜCUI'AC!ÓI\' EDAD CALIDAD u ·er c¡uc se "1 e o f'recta
'" cuan e1o vtstto
· · •a¡1ba·esta
¡·d e o ·¡
nza Ja¡
e uran-
a un a 111 1
59
Don Fernando Administrador de 48 años E.spañol 1 vecino del te los festejos de la Semana Santa. La mayoría de los testigos resaltó
Paulin reales correos de esta pueblo 1 casado con doña ue tanto españoles como indios lo tenían en gran estima (uno declaró
Manuela.
que tenía muy buena relación con la población indígena), por lo que
Don Grcgorio Alcalde mayor de la Casado con Uoña Rita q ' n1a1 con1entano
nadie tuYo ningun . so1xe su con1portarntento.
.
Fernando de jurisdi¿ción Perez Je Lara.
o Mientras tenían lugar las investigaciones enh·e la población local, los
Don Sebastián Español, casado con caliHcaclores revisaron y analizaron la exposición de los argumentos en
Paulin doña, ~~tonia ele Lugo
torno a las cloch·inas y sucesos expresados en el libro de apariciones.
y Zumga 1 vecino del
. .
Llegaron a 1as s1gmentes conc uswnes:
1 . iill
pueblo.
Doña Josefa Española.
Al dama CUADHO 3. 0_ li\CLLISIO:\"ES DE LAS CENSURAS AL Lll.lRO !JI: MILAGROS

C:\LIFJCAIJ( )]\ Col\'CLtJSJÓN


Fuente: AG~, Inquisición, vol. 1173, exp. 3, ff. 106-139.

Carmelitas Este cuaderno contiene \·isionc.s, apariciones y locuciones falsas 1


Predicadores, a ll·ay Mateo ele la Santísima Trinidad y fray Juan ele Santa milagros supuestos, expresiones o proposiciones contrarias e in-
María ele la Orden ele Carmelitas Descalzos y a fray Antonio Blanco consecuentes respectivamente heréticas, err6neas, impías, perni-
ciosas, capciosas, blasfcmas 1 contrarias al uso 1práctica y mandato
Valdcz ele la Orden de Frailes Menores. "
ele la Iglesia Universal.
En tanto, se recibió la notif!cación de que los acusados María Caye-
Todo cuanto contiene ese libro y cartas es una sarta de f'icciones y
tana Loria y el bachiller Ángel Vázquez se hallaban en la ciudad ele Pue- embustes, y si las dichas apariciones efectivamente han sucedido
bla, tras haber huido del lugar que les había asignado el arzobispo. El que todo esto ha sido ilusión diabólica, si no procurada expresa-
provisor ele esta ciudad informó el 22 ele agosto de 1778 que el padre se mentc1 a lo menos tácitamente consentida y aprobada. A esto se
agrega una vehemente presunci6n de incontinencia y solicitaci6n.
hallaba en la caree! episcopal y Cayetana depositada en el recogimiento
Franciscano El libro está lleno de falacias, estratagemas y embustes de una
de Santa María Egipciaca, por lo que el Tribunal ordenó el depósito de
mujer ilusa 1 sacrílega 1 idOlatra, maleficiada y un confesor idOlatra,
Cayetana y la libertad del confesor. Durante el tiempo que se esperó la hereje 1 in1pío, hechicero con pacto demoniaco que conspiraron
censura de los calificadores, la Inquisición libró la comisión para que se en el texto que contiene prodigios, Yisiones y apariciones dolosas,
siendo una doctrina heretical, blasfen1a, escandalosa temeraria.
investigaran en Ixmiquilpan los hechos narrados en el libro ele milagros
el 17 ele noviembre de 1778. 57 Para ello fueron interrogados 19 testigos Fuente: AGN, Inquisición, vol. 1173 1 exp. 1 1 ff. 44v, 90v y 150v.

que declararon en ocho sesiones. 55


Como puede observarse, todos los testigos que fueron citados por el Como puede verse, las censuras de los calificadores coincidieron en
comisario eran españoles, con lo cual el juicio carece ele la percepción calificar de heréticas las doch·inas contenidas en el libro ele milagros y
de los naturales del pueblo. Los juicios que los testigos tenían sobre Ca- apariciones, que se adjudican a Jesús y a la Virgen María, en su repre-
yetana fueron muy ambivalentes, puesto que no todos la conocían, sin sentación del Señor de Jalpan y la Virgen del Carmen. Sin embargo,
embargo, la mayoría comentó que la veían frecuentar los sacramentos. en cuanto a la natnraleza del origen de estas visiones que inspiraron la
En cambio, al bachiller Ángel Vázquez todos lo tenían en buen concep· narración discrepan, puesto que los frailes carmelitas consideran que se
to, por tener una vida decorosa y mostrarse dedicado a la asistencia ele trata de invenciones, en tanto que el dominico y el franciscano aluden a

!86 187
la intervención del Demonio en estos hechos, y el último de los
·
.
· ca11
. t ,. de desacreditar al sci1or arzobispo, al cura y eclesiclsticos
• Oc ti a a . .
dores le dio la categoria de mago y hechicero al confesor. De lo antr•,.;, de Jxmiquilpan.
cabe resaltar que el pensamiento ilustrado que califica estas • De 11a l1 -
.,. confesado
- -·
)' oficiado n1isa sin licencias.
'
como supersticiosas se halla presente en la postura de los carnlelit:i• • De escribir la vida ele Cayetana haciendola pasar como mujer de
quienes incluso califican los hechos extraordinarios, narrados , es¡wua.· ¡ ,.·, 1-tud , llena de favores del cielo .y ele extraordinarios ca·
milagros supuestos. rninos .
Además es de vital importancia resaltar una de las censuras • De creer las mentiras ele ella y tratar de persuadir con ellas a su
das por clll·aile fi·anciscano en la que se da un papel preponderante a prelado. pasándolas por mandato ele Cristo.
imagen, más allá de lo que se atribuye a lo que representa. Esta ""'""''h, • Que todos los hechos que escribió en el libro son falsos .
ción es propia de la religiosidad popular en lxmiquilpan, al igual que • De haber huido hacia Puebla desobedeciendo el mandato del arzo·
creencia en la existencia de hermanos de Cristo (o más · . · . bispn .
de la categoría de hermanos aplicada a las imágenes de Jesús Yeneradas • Haber creído con mentiras ser amigo de Cristo y la Virgen Maria.
en los pueblos aledaños). • Por reproducir la mentira de que Cayctana no estaba enterada ele la
Con la revisión de las pruebas que existían en contra del bachiller· identidad de sus Yisitantcs y ele la "hija encomendada".
Ángel V ázquez, considerado responsable de creer doctrinas hereticas, • Por escribir y creer que Jesucristo tenia un hermano.
dictó orden de prisión en su contra y el secuestro de sus bienes, lo que se • Por escribir y creer que el Demonio tiene más facultades que las que
efech1Ó e! S de enero de 1790. Por lo que se anexa una descripción de su Dios le transn1ite.
persona y sus bienes, siendo un hombre "de estatura menor de dos varas, • Por creer en n1ilagros y supersticiones.
color trigueño, pelo negro, barba cerrada, ojos pardos y tma cicalTiz bajo • Por haber n1entido sobre su encuentro con el sacerdote en los claus-
la quijada". Se le recluyó en las cárceles secretas con una ración de 311, tros ele lxmiquilpan.
reales diarios, con lo que comenzaron sus tres audiencias de oficio que • Por aprobar la devoción de su hija a la imagen del Señor de ]al pan
tuvieron lugar entre el 18 y 23 de enero de 1790. c¡ue raya en la idolatria.
La audiencia de acusación se efectuó el 6 de mayo de 1790 y constó • De asentar en el libro la doctrina heretica sobre el culto ele los Do·
de 60 capítulos, en los cuales se agruparon las faltas en las que habia lores de María.
incurrido y que se resumen a continuación: • Por las narraciones de posesiones clcn1oniacas y del abuso que hizo
del cxorcisn1o sin seguir las reglas del ritual.
• Se le acusó de creer, hacer, enseñar y con1eter herejías en contra de • Por difamar al cura de Ixmiquilpan aludiendo que el Demonio go·
lo que predica la Iglesia. bernaba el curato.
• De pertenecer al gremio de los herejes alumbrados. • Haber escrito el libro "con ánin1o hip6crita, fingiendo n1ilagros y
• De haber aprobado doctrinas llenas de errores, mentiras y falsedades. , bl
ca 11 anclo peca d os .
• De dedicarse al manejo y direcci6n ele una mujer fanática, embuste-
ra, ridícula y claramente hipócrita. Una \TZ hecha la lectura de los cargos, el padre negó tener más culpa
• De aprobar sus delirios, necedades y extravagancias. en estos hechos que la que ya había reconocido sobre creer en la narra-
• De no haberse abstenido de actos que dieron a entender la existen- ción de su hija de confesión y asentarla como cierta. Por ello, los in-
cia ele an1or carnal entre ellos. quisidores solicitaron se le aplicara tormento, tantas veces como fuera

188 !89
necesario, hasta que confesara la verdad. Sin embargo, no se especiflca ordenada cumpliendo sus penitencias. Por ello, el redactor del informe
cuantas veces fue sometido a la tortura, pero las audiencias se espacia- suaiere que se le permita al bachiller oficiar misas, ya que favorecería su
b
ron hasta el S ele mayo ele 1790, cuando hizo su respuesta a la acusación situación económica que era bastante precaria. Sin embargo, no se halla
hecha en su conh-a. 6 ' respuesta a esta petición, porque con ella termina la documentación del
En la audiencia con los calificadores celebrada el l 7 ele enero de caso, una vez pasados tTes años y medio ele la sentencia.
1792, lo calificaron ele hereje formal, que había impulsado a una "em- En toda la documentación que integra el proceso contra María Ca-
bustera, hipócrita, fingidora de falsas revelaciones, milagros ya apari- yctana Loria y el bachiller Ángel Vazquez es patente que la imagen del
ciones". 61 De esta forma, los votos en definitiva se leyeron al final del Señor ele Jalpan tenía gran importancia en la vida religiosa y clevocional
mes de enero de ese año en la sala del Tribunal, en los que se determinó de los habitantes de lxmiquilpan. Se recurría a ella para casos que otras
que debía abjurar ele 1·ehementi, ser privado definitivamente ele confesar imágenes no podían resolver, se festejaba y oficiaban misas y procesio-
y recluso por seis años en el Colegio Apostólico ele San Fernando ele la nes en su honor. De tal forma, que a partir ele este documento inqui-
ciudad ele México; aclemas, durante los primeros cuarenta días ele su re- sitorial tenemos noticias ele la manera en que se articulaba la devoción
clusión debía hacer ejercicios espirituales, ayunar los martes y viernes, regional en torno a la imagen del Señor ele Jalpan en la década ele 1770.
rezar de rodillas los salmos penitenciales y los sabados el rosario y que
al término ele este tiempo quedaba desterrado ele la ciudad ele México y
del pueblo ele lxmiquilpan por diez años y en una distancia ele 20 leguas EL CULTO AL SEÑOR DE jALPAN A TRAVÉS DE LAS COFRADÍAS,
al contorno de estos sitios. DE FINALES DEL SIGLO XVIII A LOS ALBORES DEL XIX
Mientras aguardaba su tTaslaclo al Colegio ele San Fernando, se infor-
mó al Tribunal de la muerte ele María Cayetana Loria el 3 ele febrero ele Uno de los elementos indisolubles del culto popular y la extensión ele
1792; el bachiller fue enviado al colegio a finales de ese mismo mes. Sin una clcmción fue, sin lugar a duelas, la cofradía. Para la revisión ele las
embargo, durante los primeros días ele su reclusión se hicieron infor- cof1·aclías existentes en la cabecera de lxmiquilpan durante el siglo XVIII,
mes que aseguraban que había perdido el juicio y era presa de arranques me basé en los conteos que ordenó la Corona ele estas asociaciones,
dementes: que para el caso ele lxmiquilpan se conservan de h·es momentos: 1705,
1744 y 1777. 65 Esta documentación brinda información en torno a la
[... ] a los dos días de haber llegado, se salió de su celda para los claus- cantidad ele cofradías, sus bienes y gastos. De estos registros sólo el de
tros del todo desnudo y voceando la sentencia que ordenaba que fuera 1777, contcmporaneo a las apariciones expuestas en el proceso inquisi-
en cuerpo y aln1a a los infiernos. A sus gritos acudieron Yarios religio- torial señalado, podía dar información sobre la devoción; sin embargo,
sos que lo llevaron de vuelta a su celda, en donde continuó delirando en el no se menciona ninguna col1·aclía o hermandad bajo la advocación
y al dla siguiente, an1ancció con la boca ensangrentada y con los seis del Se1'ior ele Jalpan. 66
dientes (que aún le quedaban) en el suelo y afirmó que los diablos se De acuerdo con este censo, en el pueblo cabecera existían nueve
los habían arrancado.~>+ cof1·aclías: cuah·o de españoles, una ele indios y cuatro sin mención ele
la calidad. Cabe resaltar la desaparición de la cofl·adía ele San Miguel
Debido a estas acciones fue llevado al Hospital de NuestTo Padre San Arcángel, fundada en la cabecera de doctrina, después ele 1744, puesto
Pech-o, en donde permaneció hasta 179 5, fecha del último informe, en que se trata del santo patrono del pueblo; sin embargo, su culto li.1e
el cual se notificó que había recuperado la cordura y que llevaba una vida clecrecienclo hasta ser practicamcnte sustituido por el Señor de Jalpan.

190 191
CuADRO 4. CoFRADÍAS DE lx!.,.HOUILI'AK,
'
1777
-
A pesar de que los censos no hadan referencia a la existencia de una co-
ADVC)CAC!ÓN

Santísimo
M!EivlfiROS

Españoles
FoNoos

---
GAsTos
Celebra dos misas
l fl·adia bajo esta advocación, en el libro de fábrica de la iglesia parroquial
se menciona que contaba con una cofradia para 1794. Empero, se igno-
Sacramento al ai'ío por el alllla
(archicofi-aclia)
ra la calidad de sus miembros; no obstante, es de suponer que contaba
del sagrario.
Benditas Ánimas Españoles Ochocientos pesos con um considerable cantidad de bienes puesto que el mayordomo le
del Purgatorio y un 5~{~ sobre
--- solicita al arzobispo que esta coli·aclia contribuya para el mantenimiento
fincas. " l esra.
de l a rg " 71
'j Ntra. Sra. la Virgen Españoles Nlil trescientos
í del Rosario en fincas propias
--- Por lo tanto, para finales del siglo XVIII ya existia una cofraclia dedi-
v trescientos en cada al Señor de Jalpan, con bienes considerables, con lo cual vemos
' réditos. un claro aumento en la difusión del culto entre las décadas de 1770 y
Ntra. Sra. la Virgen Cien pesos en !790. Aun pasado el periodo de la guerra de Independencia y estable-
Maria
---
réditos y ochenta
---
cidos los ayuntamientos, encontramos la presencia de la cofradía que
cabras.
hada próstamos al ayuntamiento de lxmiquilpan. En 1824 se refiere un
Ntra. Sra. de los Españoles A réditos 600 Celebra misa el
Dolores pesos y en el viernes de Dolores pago hecho a la coli·aclía que consta en los recibos del ayuntamiento por
momento de su y sermón. l'Vlisa la cantidad ele 82 pesos, de 300 que habían sido proporcionados en ese
fundación contaba por los hermanos
año 7 ' De igual forma, en 1827 se alude a un préstamo de 500 pesos
con noYecientas el primer Yierncs
cabras. 67 de cada mes, hecho en !816, ele los cuales restaban por saldar 15 8 pesos-"
además la pro~ La devoción continuó presente en este periodo, pues en 1827 se
cesión del viernes
santo a las 8 o 9 de
realizó la Fiesta de la imagen y el Aytmtamiento contribuyó con velas
la noche. ¡,H y pagó el sueldo de un mozo que cuidara que no se apagaran, para lo
Santísimo Coraz6n --- Trescientas cabras. - cual invirtió 2 pesos y 4 reales, 7+ a lo que seguramente debe sumarse
de Jesús la cantidad que la coli·adia invirtió en ella. Con lo cual queda de mani-
Concepción de Indios Doscientas cabras Dos misas cantadas
fiesto la importancia y permanencia de la devoción del Señor ele Jalpan
Nuestra Señora la de ganado menor cada mes. 70
Vinren
b
Maria y dos pedazos de en Ixmiquilpan en el periodo que comprende de la segunda mitad del
tierras, cuyo siglo XVIII a los primeros años del XIX, momentos en los que se gestó,
arrendamiento
procluda anual-
promoYiÓ y difundió la devoción que al presente es la más importante
n1ente 28 pesos. 69 para los habitantes de este municipio.
Santo Entierro --- Ciento cinco --- Finalmente, la imagen del Señor de Jalpan se integró a la cosmovi-
(hermandad) cabras. sión ele la población local y funcionó como un catalizador de las tensio-
Divinísimo Pocos fondos.
-·- nes en este pueblo ele indios novohispano; a través de ella se construyó
AGN, Bienes Nacionales, vol. 585, exp. 6, ff. 1-llY. la memoria histórica y se configuró la identidad colectiva del pueblo,
en donde confluyeron la concepción y la práctica de la religiosidad po-
pular. De esta manera, es posible observar que una de las principales
caracteristicas de esta forma ele expresión religiosa radica en su lógica
integradora de lo funcional. Por lo que, tanto los símbolos religiosos

192 !93
como la vida ritual, se transforman y adaptan a las condiciones concre- 'Brian R. Hamnett, "Absolutismo ilustrado y crisis multiclimensional
tas de cada población para dar respuesta a las interrogantes que rodean en el periodo colonial tardío, 1760-1808", en Josefina Zoraida Váz-
qucz (coord),_lncerprew;iones dd siglo Yl'/1/ mexicano. El impacto de las
su mundo y su existencia. rcformos borbomcas, Maclncl, Agmlar, 1979, p. 68.
La devoción al Señor de Jalpan surgió en la coyuntura histórica que "Alberto del Castillo, "Locura e inquisición. El caso ele Josefa de Ape-
lo ( 1768-1785)", en Noemí Quezacla, Martha Roclriguez y Maree-
representaron las reformas borbónicas y el cambio de pensamiento la Su.lrcz (eds. ), Inquisición norahispana, voL 11, México, Instituto de
que señalaba a la tradición y superstición como parte ele la ignorancia In\TStigaciones Antropológicas-Universidad Nacional Autónon1a de
de los pueblos y que, en este sentido, se debía erradicar para fortalecer México/llniversiclacl Autónoma Metropolitana, 2000, p. 350.
'Es la catcaoría utilizada por Benito Jerónimo Feijoo para referirse
el gobierno ilustrado. Fue justamente en este periodo, como se ha de- a los milagros fingidos por considerar que son parte de la imagina-
mostrado, que su culto se extendió y se afianzó la devoción. A pesar de cibn de los poblacfores que, por ignorancia o inspiración den1oniaca,
surgir en un clima hostil a lo milagroso, al fervor popular y al derroche Hnucn los milagros en perjuicio de la fe y ele la Iglesia. Por lo tanto,
cm~'>idera que h:1os milagros verdaderos son la más fuerte cmnpro-
en las festividades religiosas se afianzó y consolidó hasta la actualidad, bación de la verdad ele nuestra santa fe; pero los milagros fin$idos
por lo que es una clara muestra de la fuerza ele la tradición y parte fun- sirven de pretexto a los infieles para no creer en los verdaderos' . Be-
nito jerÓnin1o Feijoo, Teatro Critico Unirersal o Discursos rarios en todo
damental del ciclo festivo, la identidad y la memoria histórica de los qéncro de materias para el desen8año de errores comunes, tmno 111, discurso
habitantes de Ixmiquilpan. 6: "Milagros supuestos", Madrid, Imprenta de Francisco del Hierro,
1777, p. 1O1. Al respecto ve ase Alberto Ortiz, Fcijoo y la tradición
Jiscursira contra las supersticiones, México, Universidad Autónmna de
Zacatecas, 2006.
1
H En este mapa se retoman los pueblos presentados por Dorothy
Dirección de Estudios Históricos-Instituto Nacional de Antropolo- Tan e k, Atlas ilustrado de los pueblos de indios. Nueva España, 1800, Me-
gia e Historia. xico, El Colegio de México, 2008, pp. 105-106. Sin embargo, se
2
Libro 111, titulo XXI, "De las reliquias y veneración de los santos y aarenron las localidades de la Sabana, Santa Cruz Nequeteje )' Po-
b b
templos, Concilio IV Mexicano celebrado en el año de 1771 ",en El zuelos que no estaban contempladas. Se mantuvo el pueblo de San
Cardenal Lorenzana y el IV Concilio Prorincial Mexicano, recopilación de Lorenzo Tlacotlapilco, a pesar de que perteneda al partido de Tete-
Luisa Zahino Peñafort, Mexico, Porrúa, 1999, p. 242. pango, debido a que estaba sujeto a su doctrina de Ixmiquilpan.
3
Entiendo por simbolo lo planteado desde la antropologia cultura- 'J Para esta definición retoman~ a Johanna Broda, quien considera que
lista, tal como lo expresó Clifford Geertz: "En toda religión existen es "la visi6n estructurada en la cual los n1iembros de una con1unidad
simbolos sagrados que tienen la función de sintetizar el ethos de un combinan de manera coherente sus nociones sobre e1Inedio an1bien-
pueblo ~cf tono, el carácter y la calidad de su vida, su estilo moral tc en que viven, y sobre el cosmos en que sitúan la vida del hombre".
y estetico~ y su cosmovisión, el cuadro que ese pueblo se forja de Johanna Broda "Introducci6n", en Cosmovisión, ritual e identidad de los
cómo son las cosas en la realidad, sus ideas más abarcativas acerca pueblos indígenas de México, México, Consejo Nacional para la Cultu-
del orden. En la creencia y en la práctica religiosa, el ethos ele un ra y las Artes/Fondo de Cultura Económica (Biblioteca Mexicana),
arupo se convierte en algo intele~tuahne~te ~·azonablc al mostrársc- 2001, p. 16. Esta autora considera que "el estudio de la cosmovisión
fo como representante ele un est1lo de \"Ida Idealmente adaptado al plantea explorar las multiples dimensiones de la percepción cultural
estado de cosas descrito por la cosn1ovisión, en tanto que ésta se hace de la naturaleza. Se refiere a una parte del ámbito de la religión, liga-
en1ocionalmente convincente al presend.rsela con1o una imagen de do a las creencias, las explicaciones del mundo y al lugar del hombre
un estado de cosas peculiarn1ente bien dispuestos para acomodarse en relación con el universo". Véase Johanna Broda, "L'-a etnografía de
a tal estilo de vida". Clifford Geertz, La interpretación de las culturas, la llcsta de la Santa Cruz", en ibídem, p. 166.
traducción ele Alberto L. Bixio, Barcelona, Gedisa, 1992, p. 89. 10
Gilberto Gin1énez, ¡¡Materiales para una teoría de las identidades
+ Este hecho rememora el que se eonccclicra la banda a la imagen sociales", en José Manuel Valenzuela (com·d.), Decadencia y auge de
en 1947. En el año 2013 fue colocada por el edil Cipriano c'há- las identidades. Cultura nacional, identidad cultural)' modernización, Mé-
rrez Pedraza, consultese http:/ /www.inlormador.eom.mx/ xico, El Colegio ele la Frontera Norte/Plaza yValdés, 2000, p. 48.
mexico/ 201314 79926/6/ eclil-en-hiclalgo-coloca-banda-presiden- 11
En torno a 1a festividad, véase Annia GonzálezTorres, "El Señor de
cial- a-imagen -de -cristo.h tm Jalpan: un simbolo de identidad colectiva en Ixmiquilpan, Hidalgo",

19+ [95
en Navegando por las Ciencias, la Política y la Cultura. Rostros de la Reli- :·~ Los Crailcs que se encontraban en el convento de San Miauel Arcán-
gión: ;IDw, rcncración, riolcncia ... , aiio 2, núm. 3, junio de 2009 pp. gel en Ixmic¡uilpan para el año de 1621 eran: Diego Cari'asco, Jeró-
24-31. ' }1imo Gallo, Gaspar Ramlrez, Baltasar de Contreras, Juan Montes de
12
La etnografía de la fiesta que aquí se expone fue realizada durante Oca, Mathías de Ra, Bartolomc Mcjía, Melchor de Vívcro y Antonio
los años de 2007 a 2011 . Martínez. Archivo Parroc¡uial de la Iglesia de San Miguel Arcongel
13
El recorrido cambia anualn1ente, se basa en la traza del pueblo con el (en adelante, .'\IIPSMA), lxmicluilpan, ]ilJro 2, f'f. 66-74v.
objeth·o de formar siempre una cruz entre los sitios visitados y la iule- "A. Alberto de Vclasco, E.mitcJción ... pp. 34-35.
sia con1o centro. Algunas de las personas entrc\'istadas n1ani'fcsta~nn 21' lbidcm, p. 37.

gue esta m~dida era rcla~ivamente ~-c~i~n~c, alrcd~~dor de diez años, y 27Véasc Antonio Rubial, "Cuerpos milagrosos, creación y culto ele las
c¡ue se realizaba de esta lorma por 1111Cialiva del parroco de la ialcsia. reliquias novohispanas", Estudios de Hisroria Norohispana, núm. 18,
l·l Alicia Galicia Gordillo, "Fiestas y manejo del espacio cultu~·al en
!vléxico, Instituto de Investigaciones Históricas-Universidad Nacio-
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cional de Antropología e Historia/Consejo Nacional para la Cultura losofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,
y las Artes/ Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de 2007, p. 14.
Investigaciones Históricas, 2004, pp. 375-376. ''' Entendemos como historias propias lo clel'inido por Catharine
15
Alicia Barabas, Dones, Jueños y santos. Ensayo sobre religiones en Oaxaca, G(_lnd: "Las formas particulares ele entender la historia y transn1itirla
Consejo Nacional para la Cultur~ y las Artes/Instituto Nacional de dentro de un grupo pueden llamarse historias propias r... ]la histo-
Antropología e Historia/Miguel Angel Porrúa, México, 2006, p. 140. ria propia es también un campo de defensa ele las culturas locales y
16
lbidem, p- 141. 111
la diversidad", ibídem, p. 12.
17
Félix Baez Jorge, Debates en torno a lo sagrado. Religión popular y hege- http: 11 www.cronicahidalgo.com/ 2014/ OS 1c¡uien-es-cl-senor-de-
monía clerical en el México indígena, Xalapa, Universidad Veracruzana, jal pan- y- por -c¡ue-gen era-po le micas.
_¡r IlJidcm.
2011,p.10.
18
José Luis González Martínez, Fuerza y sentido. El catolicismo popular al "- ".JUSana
· ''l unoz
1v - Ennquez
' y Beatnz . Moreno Al cantara,
' "E spacws
. y
comienzo del siglo XXI, México, Ediciones Dabar, 2002, p. 97. tiempos rituales en el Valle del Mezc¡uital", en Alicia M. Barabas
"Joannc Rappaport, Cumbe Renaciente, Bogotá, llni\·ersidad de Cau- (coord. ), Diálogos con el territorio. Procesiones, santuarios y peregrinacio-
ca,2003,p. 82. " nes, vol. IV, MCxico, Instituto Nacional de Antropología e Historia,
'"Entrevista con el sacristán de la ialcsia de San MiouelArcángel reali- 201J4, p. 156.
b b 11
zacla por la autora, octubre de 2007. A la entrevista con el sacristán, /bidcm,p.19.
14
originario de Ixmiquilpan, le siguieron comunicaciones con los po- Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Inquisición, voL
blaaorcs, que mostraron la existencia de divergencias en cuanto a la 1 17 3, cxp. 1, ff_ 8-209. Causa seguida en este Santo 0/'icio en el
historia de la imagen. " pucb\o de lxmic¡uilpan contra María Cayetana Loria y el bachiller
11
Con1unicación p~rsonal recabada en can1po durante la festividad al 3
_don Angel Vázc¡ucz por ilusos, 1778.
Señor de Jalpan, 2009. ~ Ivlaria Cayetana Loria, n1ulata, era hija de un hmnbre natural de la
"Alonso de Velasen naci6 en México en el año de 165 3 recibió el ara- ciudad de México y una mujer originaria del pueblo de lxmic¡uilpan,
' b
do ele Doctor en Cánones, se hizo sacerdote; desempeñó también m sus calidades ni sus non1bres son n1encionados en el texto; vivió
los empleos de abogado, consultor ele la Inquisición y de capellán ele su niñez en la capital novohispana.
11
' Sus padres fueron don Diego Vázc1ucz Aguilar, natural de Ixiniquil-
las carmelitas descalzas de Santa Teresa. Murió el (O ele diciembre
de 1704. José Mariano Beristain ele Souza Biblioteca Hispanoamericana pan y notario eclesiástico, y doña María Gertrudis Hernández de
Septentrional, México, Universidad Nacional Autónoma de Nléxico, Le/,;, natural del mismo lJLÍeblo. Sus abuelos paternos h1cron: don
1980, pp. 280-281. Al~11So Vázc¡uez Aguilar, español, escribano y vecino del pueblo, y
21
Alfonso Alberto ele Ve lasco, Exaltación de la Dirina Misericordia en la dona María de Salas, india cacica natural del pueblo; y sus abuelos
milagrosa renomción de la soberana imagen de Christo Sr. Nro. Cmc~ficado, maternos: don José Hernanclez ele León, natural ele Puebla y vecino
que se J'enera en la Iglesia del Com-ento de Sr.Joseph de Religiosas Carmcli- de lxmic¡uilpan, español, administrador de la hacienda de Pozuelos
ras Descalzas de la Antigua FundaciÓn de esta CiudaJ de ¡JICxico, Reimpresa de esa jurisdicción, y Maria Lugarda Moreno, natural del pueblo.
en Mcxico, en la Imprenta del Lic. D. joscph de Jáuregui, Calle Je San Ber- Declar6 haber sido bautizado pc'lr fray José de Lara, religioso de la
nardo, segunda edición, 1776, pp. 13-17. orden ele San Agustín, prior del com-ento de Ixmic¡uilpan y conFir-

197
196
mado ,Por el arzobispo ~ubio y Salinas, dur~nte la visita pastoral que 111 {stico y los clérigos ~laicos, n1onjas y beatas con fan1a de santi-
reahzo al pueblo, ademas ele haber aprendtdo a leer y escribir con dad. Para el vulgo un alumbrado fue un hipocrita, un maleante con
don Felipe Al dama, maestro ele primeras letras. AGN, Inquisición, vol. capa de santidad." Adriana Rodríguez Delgado, "Alumbrados novo-
1173, exp. 6. El señor Bscal ele este Santo Oficio contra el bachi- hispanos en el siglo XVII", en Noemí Quezada, Martha Rodriguez y
ller don An~d Vazq.LH;z, presbite~·o, natural del pueblo de lxmiquil- Jvlarcela Suárez (eds.), lnquisiciOn nomhispana, voL JI, México, Insti-
pan, catedrattco de tdwma otom1 en el Real Colegw ele Tepotzotl:ln, tuto de llwestigaciones Antropologicas-Universidad Nacional Auto-
1790, ff. 8-8v. noma de México/Universidad Autonoma Metropolitana, 2000, p.
37
En torno a este proceso y desde el analisis del contenido literario 277.
véase N arma Guarneros Rico, "El discurso perseguido o la palabra ·'"N;!\, Inquisición, vol. 1173, exp. 5, 1778. El señor inquisidor fiscal
encarcelada: causas contra herejes y beatas del siglo XVIII novohis- de este Santo Oficio, contra el bachiller don Ángel Vázquez, presbí-
pano", en Noemí Quezada, Martha Eugenia Rodríguez y Marcela tero y confesor por iluso. Cuaderno primero, ff'. 24-25v.
Suárez (eds.), lnquisiciOn norohispana, vol. u, México, Universidad H lbid;m,f.28.
" lbidcm, f'. 29.
4
Nacional Autonoma de Mexico-Liniversidad Autonoma Metropoli-
4 " lbidem, f. 35. Este hecho es narrado por varios testigos que
tana, 2000, pp. 293-304. Véase tambiénAnnia GonzálezTorres, "De
calificadores y transgresiones: el discurso eclesiástico en dos proce- declararon, ante e1 comisario, en el inicio de la investigación.
sos inquisitoriales cid siglo XVIII. Entre la tradicion y la modernidad", 50 lbiJem, fT. 41-41v.

en Luis Rcné Guerrero Galván (con1p.), Inquisición y derecho. Nueras 51


Jbidcm, f. 41 v.
51
risiones de las rram.'9rcsiones inquisitoriales en el l\tucvo Jliundo, del Antiguo lbú/cm, 1'. 52.
~é1imen a los albores de laillodcrnid~d, Instituto ~ehwesti~aciones Ju- 51
lbíJcm, f'. 52v.
14
ndicas-UniYersidad Nacional Autonon1a de Mex1co, Mexico, 20 l4, pespucs de lo narrado en el libro de milagros, es claro que el padre
pp. 129-143. Angel Vázquez y su hija de confesi6n María Cayetana, acudieron al
3
s Con1o era conTlin en escritos de esta naturaleza, ya que pretendían arzobis¡Jo para revelarle los acontecin1ientos que en él se expresan.
ser un ejen1plo de conducta para los conten1foráneos. Sin em )argo, su visita no tuvo el efecto buscado, puesto que el ar-
3
'' AGN, Inquisición\ voL 1173, exp. 5, 1778. E ~eñor inquisidor fiscal zobispo encontró fuertes desviaciones a los do~1as religiosos en el
de este Sa1~to O licio, contra el bachiller don Angel Vazquez, presbi- texto y por ello ordeno al vicario del arzobispado a que mandara a
tero y confesor por iluso. Cuaderno primero, ff. 3v-4. comparecer al bachiller. Esto se efectuo en ocho sesiones de inte-
40
Ibídem, ff. 7v-8. rrogatorio que tm·ieron lugar entre el 4, y el 20 de mayo de 1778,
41
AGN, Inquisición, voL 1173, exp. 5, 1778. El ~eñor inquisidor fiscal durante las cuales se cuestiono al padre Angel Vazquez sobre los di-
de este Santo Oficio, contra el bachiller don Angel Vázquez, presbí- versos acontecin1ientos narrados en el cuaderno de milagros que él
tero y confesor por iluso. Cuaderno primero, f. 23. misn1o presentó al arzobisp?,; fue1~on un total_ de 97 prcgunta_s _en
42
Ibídem, ff. 20-20v. torno a la naturaleza de las ahrn1ac1ones, los n11lagros y las apanclo-
43
Isabel Lagarriga Attias, "Heterodoxia y estados alterados de con- nes Inencionadas.
5
ciencia en la Nueva España: los ilun1inados, alun1brados o ilusos", en s lhídcm, f. 76v.
Noemí Quezada, Martha Rodríguez y Marcela Suárez (eds.), Inqui- 'iú Los_ calificadores so~ "hombre~ versados en T?olo,~la en~argados d,e
sición norohispana, vol. 11, México, Instituto de Investigaciones Antro- cluudar hechos o dichos considerados heretrcos . Adnana Rodn-
pologicas-Liniversiclad Nacional Autonoma ele México/Universidad guez Delgado, "El estudio del procedimiento inquisitorial...",
Autonoma Metropolitana, 2000, p. 275. __ p. 113.
44
Adriana Rodríguez Delgado, "El estudio del procedimiento in"\uisi- ~~ En cun1plimiento de esta disposición se nombró comisario del San-
torial a través de los documentos del Santo Oficio novohispano ',en to Oficio al bachiller Joseph Velazquez y Espinola, presbítero de Ce-
Doris Bieñko y Berenise Bravo (coords.), De sendas, brechas)' awjos. laya, c1uien se traslado al pueblo de lxmiquilpan para llevar a cabo las
Contexto y crítica de las fuentes eclesiásticas, siglos .\TI-.\T/11, México, Ins- nwcstiuaciones.
tituto Nacional de Antropología e Historia-Escuela Nacional de An- " AGI\, /~quisición, vol. 1173, exp. 3, !T. 106-139. La investigacion se
tropología e Historia/Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, hasó en una guía remitida por los inquisidores, conformada por 12
2008,p. 117. cuestiones: 1) Acerca del pretendiente de edad avanzaba que ataca-
+s Los alun1brados fueron un n1ovh11iento religioso en la Es\Jaña del ba a María, sobre el pasaje ocurrido en el camino hacia la hacienda
Siglo de Oro. "El término alumbrados fue utilizado por e pueblo de la Media Luna. 2) Sobre los golpes que afirmó haber recibido de
castellano desde 151 O para referirse a dos tipos de personajes: el este pretendiente en los claustros de la iglesia. 3) Con respecto a la

198 199
denuncia hecha ante la justicia ci;ci] del pueblo. 4) Acerca del ataque y authnomas que estorbarian las politicas rc?alistas". Clara García
contra Cayetana el 2 ele septiembre de 1776. 5) Sobre la negativa Ayluarclo, "Re-formar la Iglesia novohispana', en Clara García Ay-
de los sacerdotes a confesarla el 5 de septiembre. 6) Con respecto !LÍardo ( coord. ), Las rdormas borbOnicas, 1750-1808, México, Fondo
a la comunilm que le dio el padre Manuel a Cayetana el 2i d,c oc- de Cultura Económica, 20i0, p. 267.
tubre de ese año. 7) Acerca de los "desprecios" que el padre Anue] " 6 Como no lo hacen tampoco ninguno de los conteos antecedentes.

Vázquez le hada a Maria Cayetana. S) Lo referente al término ~le 67:\Gi\, Bienes Nacionales, VOL. 648, !:::XI'. 7. r=. 2. Constituciones de la co-
las licencias del con!csor. 9) Sobre los hechos relacionados con los fradía de Nuestra Sra. de los Dolores erigida en la iglesia parroc¡uial
sucesos del 17 de n1ayo de 1777, cuando el cu,ra se negó a recibir de lxmi9uilpan. 1717, r-. 2.
al confesor. lO) Acerca del dia que el bachiller Angel Vázquez ofició "' !dcm. 11. 3v-5v.
n1isa sin autoriza~ión ni licencias. 11) Con respecto a la, carta que 1 •'~ .-\CI\, Bienes Nacionales, VOL. 585, EX!'. 23. Circular del Arzobispo de

dirigió el padre Angel solicitando a un sacerdote la conlcsión para México a los curas párrocos de Ixmic¡uilpan, i777, f. 17.
Cayetana dur~nte su ausencia. 12) Sobre el scrn1Ón de tres caídas 70 lbidcm.
que predicó Angel Vázquez el Yicrncs santo de 1777. AGN, Inquisi- 71
Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Archivo HistOrien
ción, vol. 1i73, exp. i, Causa seguida en este Santo Oficio en el, pue- en l'vticrollhn (en adelante BT\AH, AI-L'v1), Colección "Antonio Pompa y
blo ele ixmiquilpan contra María Cayctana Loria y el br. Don An"el Pompa", serie Hidalgo, rollo 4. Libro ele fábrica perteneciente a esta
Vázquez por ilusos, i778, ff. 1OS-112v. "' parroquia ele ixmiquilpan i79i-1852, f. iOv.
7
''' Jbidem, fl. 114v-ii5. ~ Al;>J, .'lvunramienws, vol. 176, si c.
71
bO Para una visit1n porn1cnorizada de las censuras realizadas por los ca- - .v;i\, :Írumamientos, vol. 119, f. 188.
lificadores n!asc Annia GonzálezTorres, "De calil'icadores y transgre- 74 :\Cí\, /G'unramientos, vol. 176, sic, s/C.

siones: el discurso edcsiJ.stico en dos procesos inguisitorialcs del si-


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61 de México, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Ar-
AGN, Inquisición, ;col. 1173, exp. 6. El señor fiscal ele este Santo OH-
cio contra el bachiller don Ángel Vázquez, presbítero, natural del tes/ Fondo de Cultura Económica (Biblioteca Mexicana), 200 i.
meblo de lxmiqu~lpan, catecl,rático ele idioma oto mí en el Real Co- C . \STILI.O, ALBERTO DEL, ''Locura e inquisición. El caso de Josefa de

62
l
egio ele Tcpotzotlan. 1790, lf. i Ov-20. Apelo ( i768-1785)", en Noemí Quezacla, Martha Rodriguez y
!vlarcela Suárez (eds.), Inquisición nomhispana, vol. !1, México,
En esta audiencia conlcsó todos los pecados que habia cometido a lo
largo ele su Yida, argumentó haberse llevado por el error al escribir instituto de Investigaciones Antropoló~icas-Universidad Nacio-
las doctrinas heréticas por las que lo acusaron. Sin eu1bargo, aceptó nal Autónoma de México/Universidacl Autónoma Metropolita-
que desde que tenia i5 años de edad había tenido relaciones carna- na,2000,pp. 349-357.
les con n1ás de 30 n1ujeres, reconoció tener una hija y haber vivido FE!JOO, BE:\'ITO ]EHÓ:\'IMO, 1Catro Critico UniFersal o Discursos mrios en
mnancebado por espacio de dos años, haber tenido pensamientos toJo género de materias para el desengaño de errores comunes, tomo 111,
"deshonestos' y "toca1nientos pecan1inosos'' con sus con1pañeros del discurso 6: "Milagros supuestos", Madrid, ln1prenta de Francis-
Seminario, pero aseguró que no había vivido en incontinencia con co del Hierro, 1777,pp.i0i-i32.
María Cayctana y que había creído sus narraciones como n1ilagrosas. G-ILICIA GoiUJILLO, Ai':GÉLICA, "Fiestas y manejo del espacio cultural
cJ Jbidem, f. 89. en algunas comunidades oton1Ícs de Ixn1iquilpan, Hidalgo", en
6+ Jbidcm, ff. 122-124. Johanna Brocla y Catharine Goocl (coords.), Historia)' 1·ida cere-
65
Estas fechas obedecen a la docun1cntaci6n localizada que contiene monial en las comunidades mesoamericanas: los ritos agrícolas, Méxi-
esta información. La primera responde a un edicto emitido por el co, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Consejo Na-
arzobispo Juan de Ortega y Montúiés "para que las cofradías en- cional para la Cultura y las Artes/Instituto ele Investigaciones
tregaran un reporte detallado del nÚn1cro de n1isas, aniversarios y Históricas-Universidad Nacional Autónoma ele México, 2004,
capellanías que tenían, sus inurcsos, propiedades rurales y urbanas, pp. 373-386.
as1 con1o sus depósitos irregulares (préstan1os). Sería la prin1era vez G:\i<.CÍAAYLUARDO, CLARA, "Re-formar la Iglesia novohispana", en Cla-
que se generara informaci6n sisten1atizacla sobre estos cuerpos per- ra García Ayluardo ( coorel. ), Las rgormas borbónicas, 1750-1 SOS,
cibidos como lo que en realidad eran: centros de lealtades locales México, Fondo de Cultura Económica, 2010, pp. 225-287.

200 201
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Nacional de Antropología e Historia-Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, México, 2008, pp. 107-123.

202 203
y_ los SANTOS se
ORIENTARON con
las DEIDADES ...
lvlarisol Ruiz Martínez*
Jvlariell\tlera Cázarcs *
Alejandro García Kobeh'
Fernando Lópcz Aguilar'"*

Plus ra changc, plus c'cst la mémc chosc.

AQUÍ O ALLÁ: HAY QUE ORIENTARSE

Desde la Edad Media, en las iglesias cristianas la oración se practicaba


con la mirada hacia el oriente. Esta práctica, que pudiera tener algunos
antecedentes en los cultos solares romanos, o tal vez una influencia ju·
día, se adaptó en la liturgia cristiana con la visión apocalíptica ele que
la Resurrección vendrá de Oriente, y de que, en términos generales,
ése era el rumbo de Jerusalén para el mundo cristiano occidental. Es la
razón por la cual, desde fechas muy tempranas, el eje ele las naves de las
iglesias se orientó con el altar hacia el este. Con el tiempo, se aprovechó
esta orientación y el tTánsito solar para producir a través ele los vitrales
un juego ele luces que contribuía a la visión mística que debía imperar al
interior de las iglesias. 1 Esta práctica, con un fuerte anclaje medieval, se
importó al Nuevo Mundo y fue la guía para la construcción ele las prime·
ras iglesias, pero sin los vitrales. A pesar ele que la orientación este·oeste
de las naves se formalizó en un decreto del virrey Antonio ele Mencloza, 2

205
se dejó ele observar estrictamente a partir ele las iglesias construidas en
el siglo XVII. No obstante, esta orientación subsistió en la arquitectura
misional franciscana en California hasta principios del siglo XIX. 1
La política derivada ele la idea de comprender antes de actuar, apo-
yada por el carácter ele las órdenes mendicantes que llegaron a la Nueva
España, generó un profundo sincretismo entre el espacio ritual indí-
gena y el espacio sagrado católico europeo, incluida la advocación del
santo cristiano que suplantada a la deidad antigua. El efecto incluyó
también las modificaciones locales de las orientaciones de las iglesias en
función ele los pasos cenitales y las advocaciones locales, pero respetan-
do la orientación con el altar colocado en el rumbo ele Tierra Santa.·'
En este tTabajo se hace una revisión de la orientación ele las iglesias
construidas en el siglo XVI en el Valle del Mezquital y se correlaciona
con su advocación, su ubicación, algunos eventos astTonÓn1icos solares
relevantes y el calendario solar prehispánico. Se presentan los avances
obtenidos hasta la fecha, y se proponen algunas hipótesis que deben ser
consideradas para investigaciones futuras.

LAS DEIDADES TIENEN SU MORADA EN EL VALLE DEL MEZQUITAL


5 '
99'0'0

Mapa l. Ubicación de las iglesias construidas en el siglo XVI en el Valle del Mezquital

En el Catálogo de construcciones religiosas del estado de Hidalgo' se iden-


tifican 56 iglesias construidas en el siglo XVI en el Valle del Mezquital. APARECEN LOS SANTOS, PERO NO CUALQUIERA
Algunas ele ellas corresponden a localidades en las que probablemente
se ubicaban los altepeme en la época de la conquista. La región abarca El taller experimental ele evangelización que se desarrolló en la N ue-
desde Zimapán al norte, Chapa de Mota al sur, Tilcuautla al oriente y va España, contrario al efecto negativo que había tenido el privilegiar
Tlaxcalilla al poniente. la politica sobre la religión en las islas del Caribe, y la consecuente
A partir ele los topónimos, en la versión libre ele Googlc Earth, se pu- desaparición ele la población nativa, llevó a que las diferentes prácticas
dieron ubicar 53 de las 56 localidades. Además, se registraron las coor- religiosas católicas tomaran en cuenta las tradiciones ' rituales )' cos-
e
denadas geográficas del centro ele la fachada ele 48 de las iglesias. tumbres locales de la población indígena. De esta manera, las advoca-
La distancia media observada entre las iglesias es ele un poco más de ciones de las iglesias se realizaban considerando la similitud y la simetría
7.1 kilómelTos, y el índice de vecinos próximos 7 es ele 1.0318, lo cual ele la ackocación prehispánica con algún personaje del santoral cristia-
indica una clistTibución homogénea, casi aleatoria, en el territorio. Es no, la integración de ambos calendarios sagrados y rituales en uno con
probable que este patrón ele localización respondiera a la distribución fiestas y acontecimientos religiosos en los que las procesiones, el teatro,
ele la población indígena, y de sus templos, en el siglo XVI. la música y la danza se convertían en instrumentos de evangelización. s
206
107
En esta práctica evangelizadora plasmada en el Valle del Mezquital
donde en un primer momento con±luyeron, además, los lJaradirrnp' b uS
de las órdenes 1ncndicantes franciscana ·'Y abPLlstina, así con1o las- iules,·a.
b · ,5
seculares del arzobispado, un primer aspecto c1ue llama la atcncion es la
repeticion ele los santos a los gue están ach·ocaclas las iglesias. La mitad
de las 53 iglesias tienen advocaci6n a solo cuatro santos (Santiago, san
Juan, san Miguel y san Francisco).

Tt\R!.r\ 1. ÜCUIUU:J\CIA DE AIJ\'OCAC!ONE'i Ei\" LAS IGLESIAS


DEL SIGI O XVI EN El \1-\1 1 E DEL l\tlEZfllllT'\1
e
.
ADVOC:\CIÓ:-.1 Nú!'I·IFRO DE OCUH.RE:"--C'IAS

Santiago Apóstol ~

San Juan Bautista S


San Miguel Arcángel 6
San Francisco 4 1

1 San Jose 3
1
1
San i\llateo 2 Figura 1. Distribuci6n ele las fiestas de las advocaciones a lo largo del año
1
San Bartolomó 2
Santa Ivlaría Magdalena 1
Santo Niño 1
San Lorenzo 2
Resto 14
Total 53

~
1
La repeticion en los nombres de los santos se corresponde con una
concentracion en el segundo semestre del año de las fechas en las gue
se festeja a las advocaciones.
Una observacion más cletallacla muestra que la mayoda de las festivi-
dades (39 ele 53) se pueden agrupar en dos conjuntos definidos por la
ocurrencia de eventos solares significativos: a) las ele los meses de mar-
zo, junio, septiembre y diciembre, y b) las de mayo y julio. El primer
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conjunto es el de los meses en que ocurren los equinoccios y solsticios U•: F<¡uinoccin de PrimJ.\'Cra (21 ,k marzo) I'Cll: Segundo l'a~o Cenital ( 19-2+ de julio)
f'U: Primer !'aso Ct.:nital (19-2+ de mayo) En: Equinoccio dL" Otui"in (21 de sl'ptictnhre)
~y tambien los llamados cuartos del año~, en tanto que en los meses ~\":Solsticio Jc Verano (21 de junio) SI: Solsticio de lmicrnn (21 de dicil'mhre)

del segtmclo conjunto acontecen los pasos cenitales del sol en las loca-
lidades del Valle del Mezquital. El primer paso cenital del año (el guc FigurJ. 2. Advocaciones y eventos solares

208 209
sucede en el transito solar del Ecuador ~equinoccio de primavera- al marzo, dos días antes del equinoccio de primavera; a san Juan el 24 ele
Tropico de Cáncer ~solsticio de verano) tiene lugar entre el 19 y e] . · tres días des¡més del solsticio ele verano, e incluso la Navidad,
JUI110, ·- ' . . . . . '
24 de mayo. 9 La primera fecha corresponde al paso cenital en Chapa de cuatro días dcs¡mes del solst1c1o ele mv1erno. El que la mayona de las
Mota, en el extremo sur del Valle, y la segunda al paso cenital en Zima- advocaciones se celebren en fecha próxin1a a un evento solar sugiere que
pán, en el extremo norte. El segundo paso cenital del año (que ocurre esta práctica se utilizo extensivamente, por lo menos en esta parte del
cuando el sol va ele regreso hacia el Ecuador --equinoccio ele otoño) 's ,ara facilitar la cvanaelizacion al conservar las fechas rituales, pero
pa1., 1._ . b .,
tiene lugar en el Valle del Mezquital entre el 19 ele julio en Zimapán Y ·ustituyendo el objeto de la adoracwn.
S "
el 24 de julio en Chapa de Mota. Por otra parte, cabe preguntarse si no existen otros eventos solares
Al reagrupar las fiestas por su proximidad con un evento solar se ve que pudieran estar relacionados con algún aspecto ele las iglesias y que
más clara su asociacion. La llgura 2 muestra en barras solidas las flestas pudieron ser utilizados ele la misma forma para facilitar la conversion
que están en un intervalo de diez días antes o después de un evento solar, ele ]os indígenas. Los eventos que saltan a la mente son la salida o puesta
y en barras achuradas aquellas que caen fuera de este rango. del sol en alg{m punto del horizonte que esté alineado con el eje de la
En la figura se observa una concentracion de las fiestas de las ad- nave de las iglesias.
vocaciones en torno al segundo paso cenital, el solsticio de verano y Aquí cabe recordar la hipotesis ya planteada de que las iglesias del si-
el equinoccio de otoño. Las fiestas que no están proximas a un even- glo XVI se construyeron tal vez encima de un templo prehispánico pero,
to solar están agrupadas entre el segundo paso cenital y el equinoccio sobre todo, conservando su orientacion. En apoyo a esta hipotesis, pue-
ele otoño y entre éste y el solsticio de invierno. Este patron parecería de mencionarse que los templos en el Posclásico tardío también estaban
responder a las preferencias por ciertas advocaciones de parte de los orientados con la escalinata principal hacia el poniente. Si bien para la
agustinos y franciscanos que fueron las ordenes que construyeron las zona no se ha documentado la construccion de iglesias encima de los
primeras iglesias en el Valle del Mezquital. Así, por ejemplo, se tiene en templos prehispánicos, se tiene la evidencia de la orientacion de estruc-
este grupo a san Agustín que se festeja el 28 de agosto; san Francisco, turas en dos sitios arqueologicos en el Valle del Mezquital. Ninguno de
el 4 de octubre; y otras advocaciones como Asuncion y san Lorenzo los dos estuvo ocupado en el momento de la llegada de los españoles,
Mártir (10 de agosto) y san Bartolomé (24 de agosto), asociadas con pero la similitud de su orientacion con la de iglesias cercanas es suge-
los franciscanos, y san NicolásTolentino (10 de septiembre) relacionada rente. Por un lado, la Pirámide C ele Tul a tiene un azimut 10 de 284 °,
con los agustinos. cercano al de 277.51° de la parroquia de San Jose construida en el siglo
A partir de lo anterior, se puede sostener con relativa certeza que las XVI. El otro ejemplo es el de Pahiiu, centro ceremonial de la cultura
advocaciones de las iglesias del siglo XVI en el Valle del Mezquital fueron Xajay, ubicado en el municipio de Tecozautla. Pahñu fue abandonado
seleccionadas conforme a dos criterios principales: a) santos cuya festi-
vidad estuviera proxima a un evento solar, b) alguna preferencia por par- TAHL\ l. AZIJ\ll!T DE LA Sr\LID.A. Y PUESTA DEL SOL
EN LOS FXTltFMOS DEL VALLE DEL MEZQU!Tr\L
te de las ordenes mendicantes que construyeron las iglesias. El primer ~~~-.~~~~~--~~,

AZh\ll!T DE LA I'LJESTA AZitHlT DE LA SALIDA


caso pudiera estar respondiendo a la necesidad ele sustituir una fiesta DE SOL SOLSTICIO DE SOL SOLSTICIO

prehispánica relacionada con el culto solar por una festividad católica. Invierno Verano Invierno Verano
Al parecer, ésta era una práctica común desde los orígenes del cristianis-
mo, mediante la cual se establecieron días de culto cristianos próximos Chapa de Mota (sur) 244.95 295.18 11+.95 65.15
a festividades paganas. Así, por ejomplo, se festeja a san José el 19 ele Zimapfm (norte) 2+5.00 295.23 11+.73 6+.+1
.~--'-----~-----'
- - - - · - - - · - - ·----------

210 211
aproximadamente al final del Epiclásico. 11 El azimut del Tecpan de su construcción se siguió la direcb·iz general ele orientar la fachada al
sitio es de 261 °, parecido al ele 265.34 ° ele la ¡Jarroquia de Sa t" ·... poniente, la diferencia entre una y otra puede guardar relación con al-
· n lago·
Apóstol en la cabecera municipal. aún evento so lar.
En el resto del trabajo se ex1Jlora la relación entre los días en l " Para empezar, sólo b·es ele las iglesias tienen una orientación que no
· que e
sol sale o se pone en el horizonte alineado con la orientación de la. · ¡ está dentro del intervalo de variación del b·ánsito solar en el horizonte
. ' - . . . ' <S Ig e-
S laS, el ciJa ele la fest1nclad de su aclvocac10n )'la corresponclenc1 , e¡
·a( con determinado para el Valle del Mezquital. Las naves de estas tres iglesias
calendario solar prehispánico. (Alfajayucan, Tunititlán y Tepetitlán) tienen un azimut mayor al del sol
sobre el horizonte poniente durante el solsticio ele verano en el extremo
norte del Valle. Como se mencionó, esto quiere decir que el sol nunca
EL SOL SALE IGUAL PARA TODOS ... CASI se pondrá alineado con la nave de las iglesias. Para estos tres casos, está
claro que su orientación no está relacionada con un evento solar.
Como un paso previo a la exploración que se quiere realizar, conviene Para las restantes 45 iglesias, el sol sale y se pone alineado con la
determinar las condiciones para que el sol salga o se ponga alineado con orientación de las naves en dos ocasiones durante el año, con la excep-
la orientación de las iglesias. Para ello, se calcula el azimut del sol sobre ción ele la ele Santiago ele Anaya, cuyo azimut de 245.80° coincide con
el horizonte al alba y al ocaso para los solsticios ele invierno y verano en el del sol al atardecer en el solsticio de invierno, por lo que es el único
las localidades extremas del Valle del Mezquital: Chapa ele Mota al sur día del año en que se da la alineación de la iglesia con el sol. Cabe se-
y Zimapán al norte. Estos puntos representan los exb·emos del tránsito ñalar que la advocación de esta iglesia es a Santiago Apóstol, por lo que
solar a lo largo del año en la región. Los resultados son los siguientes: su fiesta, el 25 ele julio, es muy próxima al segundo paso cenital (21 ele
Los elatos muestran que en el Valle del Mezquital, al atardecer, el azi- julio). En este caso, no sólo la advocación, sino la orientación ele la nave
mut del sol en el horizonte oscilará a lo largo del año enb·e 244.95° y de la iglesia están relacionadas con eventos solares.
295.23°. Al amanecer, el intervalo ele variación del azimut del sol en el
horizonte está entre 64.41° y 114.95°. Si las orientaciones ele las igle- Los SANTOS NO ESTÁN SOLOS
sias no están en estos rangos, querrá decir que el sol nunca se pondrá o
saldrá alineado con ellas. En el mapa siguiente se representa la orientación ele las iglesias medida
Para las 48 iglesias del siglo XV! cuyas coordenadas pudieron ser de- con el azimut ele sus naves. A primera vista se observa la orientación
terminadas, se calculó el azimut del eje de su nave, medido desde el general hacia el poniente y la dispersión ele los azimuts.
ábside hasta el centro ele la fachada. A partir ele las prácticas del siglo Una revisión más detallada permite ver que algunas iglesias se pue-
en que se consb·uyeron, se observa que las fachadas ele todas ellas están den agrupar por compartir un azimut aproximado con vecinos cerca-
orientadas hacia el oeste, siendo el azimut menor el correspondiente a nos." Así, se distinguen los siguientes agrupamientos:
Santiago ele Anaya (245.80°) y el mayor a Alfajayucan (303.24°). Un
poco más de la mitad, 27, están orientadas al noroeste (azimut mayor a) Cardona! y San Juanico
a 270°) y las 21 restantes al sureste (azimut menor a 270°). El azimut b) Jilotepec, Nopala y Zimapantongo
promedio es de 272.76° con una desviación estándar ele 13.28, lo cual e) Huichapan, Atlim, Tecozautla y Caltepantla
indica una dispersión considerable, por lo que es relevante la pregunta d) Atotonilco, Atitalaquia, Tezontlale y Tlahuelilpan
de qué determina la orientación ele las naves ele las iglesias. Si bien en 1") Taxguillo y Danghú

1!1 1[3
TABLA 3. i-\ZUviUT I'HUiviEDIO DE LAS .-\GRUPAC!U:--JES DE IGLESIAS
DEL SiGLO :\\'! EN EL VALLE DEL MEZQUITAL

DESVIACIÓN
/\Li!Hli':\!'1'\IE:'\TO PROiv\ED!O DEL EST:\NDAR DEL
DE l(jLFSIAS NúiviERO DE IGLESIAS AZ!i\IUT DE L:\ N:\VE AZJivlUT DE LA !\'AVE

A\f'Jjayucan 3 299.59 3.17


Atntonilco 4 265.50 3.21
Canlunal 2 253.68 3.01
Cha]Jantongo 2 281.96 0.03
Huichapan 4 264.41 3.98
lxmilluilpan 3 283.91 0.82
Jilotepec 3 256.88 2.43
Tasc1uillo 2 271.63 2.30
Tornacuxtla 5 285.69 4.95
Tul a 11 273.47 2.65
Zimapim 2 284.12 2.10
N o agrupadas 7 261.80 15.13

Total 48 272.76 13.28


.Mapa 2. Orientación de las naves de las iglesias del siglo XVI Nota: el nombre del agrupamiento corresponde al de la localidad principal.

g) TuJa, Chapa de Mota, Michimaloya, San Ilclefonso, Tepeji del Río,Tlautla, Estos agrupamientos por similitud de azimut ele las naves de las iglesias
Tezontepec, Chilcuautla, Mixquiahuala, Actopan y La Magdalena. y por proximidad geográfica pudieran ser indicativos de la existencia
h) Chapan tongo yTezoquipan ele ala{m culto solar en la vecindad de esas localidades. Así, dentro de
b
i) lxmiquilpan, Xuchitlán y Yolotepec esta lógica, pueden plantearse algunas hipótesis que se desarrollan a
j) Zimapán y Santuario de Mapethc continuación.
k) Tornacuxtla, lxcuincuitlapilco, San Juan So lis, Tlapanaloya yTlaxiaca
1) Alfajayucan, Tepetithin yTunititlán
Los SANTOS Y EL SOL
Pudiera parecer que los grupos !armados son bastante subjetivos y hasta
arbih·arios; sin embargo, en la tabla siguiente se muestra cómo la acrru-
L b Llama la atención que las tres iglesias que están orientadas tan al norte
pación sí logró disminuir significativamente la desviación estándar del que el sol nunca se pone alineado con ellas tienen un azimut parecido
conjunto de azimuts ele las naves ele las iglesias al interior de los grupos. y estan relativamente cerca geográficamente y, por lo tanto, integran
21+ 215
en otoJllÍ. Más allá ele estas coincidencias, dada la similitud ele las orien-
taciones de las naves de sus iglesias, podría pensarse que en la vecindad
de estas tres localidades hubiera tenido lugar un ritual específico re-
lacionado con el norte. La orientación de estos sitios definitivamente
no es sobr, pero pudiera tener que ver con el ocaso de alguna estrella
boreal en una fecha significativa. Explorar esta hipótesis excede con
mucho los objetivos de este trabajo; basta con señalar que su azimut es
parecido y están geográficamente cercanos.
Otro caso que llama la atención es el ya mencionado de la iglesia
de Santiago de Anaya, cuya nave está orientada de tal forma que en el
solsticio de invierno el sol se pone exactamente frente a la fachada. Por
otra parte, la aciYocación de la iglesia se festeja en una fecha muy próxi-
ma al segundo paso cenital. Con estos dos elementos, no hay duda ele la
relación del culto en este sitio con los eventos solares. Ahora bien, en
la vecindad de esta localidad no hay otra iglesia del siglo XVI con un azi-
mut parecido, por lo que la iglesia ele Santiago de Anaya quedó entre las
iglesias no agrupadas. Esto reforzaría la excepcionalidad ele la relación
con los eventos solares de este sitio, y apuntaría a que el culto llevado a
cabo tainbién hubiera tenido características Únicas.
O Affajayucan G Jl!ot:epec
La agrupación de Huichapan, Tecozautla, Atlán y Caltepantla tiene
0 Atotonilco L-::::1 Tasqul!lo una orientación general al suroeste. Las cuatro iglesias tienen una advo-
o Iglesias del siglo xv1
~, , Orientación de la nave
c-::.J Cardenal Cl Tezontepec
Agrupamientos de iglesias
!iilifiB Chapantongo f~..J Tomacuxtla cación cuya fiesta está relacionada con algún evento solar. San José, en
823 Hulchapan [~] Tula
r-=::1 Ixmiqulfpan E1§J Z!mapán Atlán, se festeja el 19 ele marzo, días antes del equinoccio ele primavera.
Mapa 3. Agrupamiento de iglesias por similitud de azimut y proximidad El día de Santiago Apóstol, en Tecozautla, se celebra el 25 de julio, días
después del segundo paso cenital. San Mateo y san Miguel Arcángel se
un agrupamiento (Alfajayucan, Tepetitlán yTunititlán). No se encontró conmemoran respectivamente en Huichapan y Caltepantla el 24 y 29
relación alguna entre la fecha en que se celebra la advocación de estas de septiembre, apenas pasado el equinoccio de otoño. Además, las dos
iglesias y algún evento solar. 13 No obstante, en los tres casos, dichas fe- iglesias localizadas en el norte del área que cubre esta agrupación · -
chas coinciden con el fin de una veintena del calendario prehispánico. l·l· Tccozautla y Caltepantla~ tienen una orientación tal que el sol sale
En Alfajayucan se celebra a san Martín Obispo el 11 de noviembre, alineado con la iglesia pocos días antes del equinoccio de primavera y
cuando termina la decimotercera veintena --Tepeíhuitl~; en Tepetitlán pocos días después del equinoccio de otoño. Por otra parte, tanto en
la fiesta de san Bartolomé es el 24 de agosto, coincidiendo con el fln Huichapan como en Tecozautla, la orientación de las naves de sus igle-
de la novena veintena ~Tlaxochimaco, Anttzyngotü en otomí~; y en sias hace que el sol salga alineado con ellas en una fecha cercana al fin de
Tunititlán la fiesta de san Salvador el 6 ele agosto ocurre unos días des- la onceava veintena del calendario solar prehispánico ·-·-Ochpaniztli~,
pués del fin ele la octava veintena ~Huey tecuílhuitl, Anüingohmucn que es la veintena en la que ocurre el equinoccio de otoño. Todo lo

216 217
anterior refuerza la idea de que el culto en esta parte del Valle del Mez- de primavera. Además, la iglesia de Tasquillo está orientada al poniente
quital estaría relacionado con los equinoccios y el segundo paso cenital. fi·anco, por lo que las salidas y puestas de sol en los equinoccios ocurren
Por otra parte, las similitudes entre las orientaciones de las iglesias de alineadas con el eje de la nave. Por su parte, la orientación ele la iglesia
estas cuatro localidades, junto con el hecho de que el altépetl en esta de l)anghú hace que el sol salga alineado con su nave unos días antes de
parte de Mesoamérica se organizaba conforme a un modelo de doble la llcsta de san José.
cabecera, permiten sugerir la hipótesis ele que así como Atlán parece La agrupación ele iglesias con azimuts parecidos y en la vecindad de
ser la cabecera dual de Huichapan, Caltepantla podría ser la cabecera Tula es la que tiene la mayor extensión de todas. Cubre un corredor que
dual de Tecozautla. 15 ocupa casi toda la parte central de! Valle del Mezquital-desde la esqui-
En la agrupación ele Atotonilco, Tezontlale, Atitalaquia yTlahuelilpan, na suroeste hasta el extremo oriental-, por lo que pudiera suponerse
las iglesias ele las primeras tres localidades tienen una advocación rela- que el culto asociado con esta agrupación debió de haber estado muy
cionada con un evento solar. Atotonilco y Tezontlale festejan al Apóstol extendido. Del total de once iglesias que forman este grupo, la fiesta
Santiago unos días después del segundo paso cenital, en tanto que la ele la ach-ocación de seis de ellas tiene relación con un evento solar: san
iglesia de Atitalaquia tiene la advocación ele san Miguel Arcángel que se José, enTula, con el equinoccio ele primavera; san Juan Bautista, en Mi-
festeja el 29 ele septiembre, después del equinoccio ele otoño. La iglesia chimaloya ylezontepec, con el solsticio de verano; Santiago Apóstol, en
ele Atitalaquia está orientada al poniente franco, por lo que tanto las sa- Tlautla y Santa María Magdalena en La Magdalena, con el segundo paso
lidas como las puestas ele sol ocurren alineadas con el eje ele la na1·e en cenital; y san Miguel Arcángel, en Chapa ele Mota, con el equinoccio ele
los equinoccios. En lo que toca a la iglesia ele Tlahuelilpan, construida otoño. De las iglesias anteriores, las ele Tlautla, La Magdalena, 1ezonte-
por franciscanos, la advocación es a san Francisco. Si bien la fiesta ele pec y Chapa ele Mota tienen una orientación tal que las salidas y puestas
este santo ya no se realiza en una fecha próxima al equinoccio ele otoño, de sol en los equinoccios ocurren alineadas con el eje de sus naves. Esto
coincide con el fin ele la onceava veintena del calendario solar prehis- también sucede con la iglesia ele Tepeji del Río, advocacla a san Francis-
pánico -Ochpaniztli-, en el que ocurría dicho equinoccio. Además, co, cuya tiesta, cotno ya se n1encionó, no es suficiente1nente cercana al
la iglesia de Tlahuelilpan está orientada de tal forma que el sol se pone equinoccio de otoño, pero coincide con el fin de la onceava veintena
alineado con ella tres días después de la fiesta de san Francisco, aso- del calendario solar prehispánico en la que tiene lugar dicho equinoc-
ciado con el fenómeno climático llamado cordonazo de san Francisco, un cio. Las advocaciones del resto de las iglesias de este grupo (Actopan,
evento ele fuertes lluvias que marcan el fin ele la canícula. Esta última Chilcuautla, San Ildefonso y Mixquiahuala) no guardan ninguna rela-
característica la comparte con la iglesia ele Tezontlale, la cual, además ción con los equinoccios, solsticios o pasos cenitales; sin embargo, la
ele tener una advocación relacionada con el segundo paso cenital, está orientación ele las naves de todas ellas hacen que el sol salga alineado en
orientada para coincidir con el sol al atardecer del último día de la on- fechas muy próximas al fin de la onceava veintena. Así, todas las iglesias
ceava veintena. En esta agrupación también se observa una recurrcncia ele este grupo tienen algún tipo ele relación con un evento solar, ya sea
en la relación de las advocaciones de las iglesias con eventos solares por la lestividad ele su advocación o por su orientación.
significativos. Las iglesias ele Chapan tongo y Tezoquipan están próximas y tienen un
Las iglesias de Tasquillo y Danghú festejan a sus advocaciones en fe- azimut parecido. La advocación de la iglesia de Chapan tongo es Santiago
chas relacionadas con eventos solares. San Bernardino, santo patrón ele Apóstol y su fiesta es cercana al segundo paso cenital, en tanto que la ele
Tasquillo, se celebra el 20 de mayo, próximo al primer paso cenital, y la Tezoquipan es san Antonio y ocurre menos ele diez días antes del sols-
advocación de Danghú es san José, cuya fiesta es días antes del equinoccio ticio de verano. Además ele las relaciones con estos eventos solares, la

218 219
orientación de ambas naves hace que la puesta de sol esté alineada el día La ele Zimapán tiene la advocación ele san Juan Bautista, asociado con
del fin de la novena veintena, Tlaxochimaco (Anttzyngotü, en otoml). el solsticio ele verano, y la fiesta del Señor de Mapethé se celebra el 19
En la agrupación formada por las iglesias de lxmiquilpan, Yolotcpec ele mayo, unos días antes del primer paso cenital. Aclemas, en el caso
y Xuchitlán, las primeras dos tienen una advocación cuya fiesta es cer- ele Zimapán, la orientación ele la nave coincide con la puesta de sol del
cana a un evento solar. San Miguel Arcángel se celebra en lxmiquilpan final de la novena veintena -Tlaxochimaco- y con la salida del sol
el 29 de septiembre, pasado el equinoccio de otoño, y la fiesta de san del último día de la doceava veintena -Teotleco (Anttzynboxygui, en
Juan Bautista en Yolotepec es el 24 de junio, a los pocos ellas del sols- otomí). La orientación del Santuario ele Mapethé, más al!a ele tener
ticio de verano. La advocación de la iglesia de Xuchitlán es san Sebas- un rumbo general poniente, no parece estar vinculado con algún otro
tián, cuya fiesta es el 20 de enero, al parecer sin relación alguna con un evento solar, lo que cabría esperar ele una iglesia que fue consh·uida en
evento solar. Sin embargo, la orientación de las naves de las iglesias de una zona prácticamente clespoblacla, y que no era necesario sustituir el
Xuchitlán e lxmiquilpan son tan parecidas y están tan cercanas que, en culto local por el catolicismo.
ambos casos, el sol sale alineado con ellas al comenzar la treceava vein- Del conjunto de las cinco iglesias ele TornacuJctla, lxcuincuitlapilco,
tena--Tepeíhuitl- del calendario solar prehispánico. Tlapanaloya, San Juan Solís y Tlaxiaca, las primeras cuatro tienen advo-
Las iglesias de Cardona! y San Juanico son vecinas y tienen una caciones que se festejan en fechas próximas a eventos solares. En Tor-
orientación parecida, pero mientras que para San Juanico la fecha ele nacuxtla se celebra a san Miguel Arcángel el 29 ele septiembre y en lx-
la advocación, 24 de junio, está relacionada con el solsticio de verano y cuincuitlapilco a san Mateo el 24 del mismo mes. Ambas fiestas ocurren
el sol se pone alineado con la nave el último día de la treceava veintena días después del equinoccio ele otoño. La fiesta ele san Juan Solis es el 24
--Tepeíhuitl-, en el caso de Cardona! no se encuentra relación algu- de junio, próxima al solsticio ele verano, y la ele Santiago Apóstol en Tla-
na de la fiesta de su advocación, ni de la orientación de su iglesia con panaloya es el 25 ele julio, recién transcurrido el segundo paso cenital.
un evento solar o con el calendario prehispánico. Ésta es una anomalía Además, la orientación ele la nave de la iglesia de Tornacuxtla coincide
que llama la atención y requiere una explicación mas detallada que no con el azimut de la salida del sol del último día ele la decimoséptima
se puede dar por el momento. Se sabe que la advocación original de la veintena -Títitl-; las de las iglesias ele Ixuincuitlapilco y San Juan Salís
iglesia de Cardona! es a la Inmaculada Concepción que se festeja el 8 con la salida del sol de principios ele la treceava veintena ---Tepeíhuitl-;
de diciembre, por lo que la explicación de la anomalía debe buscarse la de San Juan Salís con la salida del sol del primer ella de la decimosépti-
en la historia local, en aspectos ligados a la fundación del pueblo y a la ma veintena -Títitl- y con la puesta de sol del último día de la séptima
construcción de la iglesia. veintena -Tecuilhuitontli (Anttzyngohmu, en otomí). De este grupo,
La iglesia de Zimapan y el Santuario ele Mapetl1é se ubican en el ex- sólo la iglesia ele Tla.xiaca parece no tener relación con eventos solares
tremo norte del Valle del Mezquital. A pesar de la distancia entre una ni con el calendario solar prehispánico. Su advocación es a san Agustln,
y otro, pueden considerarse próximos entre sí. Además, los azimuts ele fundador de la orden de religiosos que realizó su consh·ucción.
sus naves son parecidos, por lo que forman una agrupación. ÜtTo as- De la agrupación de las iglesias de Jilotepec, Nopala y Zimapanton-
pecto que pudiera ser específico ele estas dos iglesias es que se constru- go, la primera no parece tener alguna relación con eventos solares. Su
yeron en poblaciones de nueva fundación. Antes de que los españoles construcción fue realizada por los franciscanos y su advocación a san
establecieran reales de minas, la población indígena debió de ser muy Francisco parecería desprenderse ele este hecho. La advocación de las
escasa. No obstante, tanto en un caso como en el otro, las festividades otras dos iglesias está vinculada con los pasos cenitales. La fiesta de san
de las advocaciones de las iglesias están relacionadas con eventos solares. Isidro en Zimapantongo es el 15 de mayo, unos días antes del primer

no 221
paso cenital, y la de María Magdalena en N opa la es el 22 ele julio, el día TAilL:\ +. JGLFS!:\S DEL SIGLO XVI CUYA r\DVOCr\C!Ó:\ ll ORIE:\TACIÓN ,

------
¡:;s-rAN p,U.AL'lO!\t\Dt\S CON EVENTOS SOLARES O CON EL CALENDMUO PREIHSI't\NJCO
del segundo paso cenital. Además, las orientaciones ele las naves de estas
dos iglesias coinciden con la salida del sol del primer día ele la cuarta ÜRJE!\TAC!Ó:\ DE LA NAVE RELACIO?\'ADA CO\'
veintena ~Huey tozoztli. ADVOCACIÓN

Por último, de las siete iglesias que no se pudieron agrupar porque Acrt!.!l':\i\I!E~TO RFLAC!O\'ADA CO:>.i EVF:\TOS C:\LE:\'D:\R!O CALt::NDARIO
UL [<_;!_!,SIAS EVE:\"TOS SOL:\ HES SOLARES l'REI IJSPANICO I'HEI-I!Sl':\N!C'r)
en su vecindad no había otra con una orientación parecida, sólo la de
AifJjayucan 3
Tlacotlapilco no muestra relación con algún evento solar, ni por su ad-
Atot:OJlilco 3 2
vocación ni por el azimut de su nave. La iglesia de Caltimac;in, consa-
Can lona!
grada a san Juan Bautista, tiene su fiesta próxima al solsticio de verano,
Chapan tongo 2 l
pero, además, está orientada para que el sol salga alineado con el fin de 4 4
Hui chapan
la cuarta veintena y se ponga el 24 ele junio, día de san Juan y fin de la lxmic¡uilpan 2 2
sexta veintena. La fiesta ele san Bartola, el 24 ele agosto, coincide con e] jilote JCC l l 2
fin ele la novena veintena y el sol sale alineado con su iglesia para el fin Tasc¡uillo 2
ele la décima veintena. La advocación ele la iglesia de Sayula no está aso- Tornacuxtla 4
ciada con eventos solares ni con el calendario prehispánico, sin embar- Tu la 6 3 2 6
go, su nave está orientada de tal forma que el sol se pone alineado a ella Zimapán 2 2
tanto el día del primer paso cenital como del segundo. En Tilcuautla se No agrupadas 4 3 3 5
celebra a san Juan Bautista, cuya fiesta, ya se mencionó, está relacionada Total.~cneral
L.___=:_=c_::_:_::.:...._j 32- -
--· 19
_.L _ _:_::__..t___ 7 _
_:_ 26
_ j _ ____::_c:______J

con el solsticio de verano y, además, la nave de la iglesia está orientada


para que el sol se ponga alineado a ella el último día ele la decimoctava Del total de 48 iglesias del siglo XVI en el Valle del Mezquital sólo en tres
veintena, el último día del año solar prehispánico, antes ele los cinco ele ellas no se pudo encontrar una relación enh·e su advocación o su orien-
días vanos. La iglesia ele Vinclhó, aclvocacla a san Miguel Arcángel, festeja tación ni alm'm
b--- evento solar' una fecha ele inicio o el tln de w1a veintena
a su patrono cerca del equinoccio de otoño, pero también su nave está del calendario solar prehispánico. Estas h·es iglesias son la de la Inmacu-
orientada para que esté alineada con la puesta del sol del final de la do- lada Concepción en Cardona!, la ele San Agustín en Tlaxiaca y la de San
ceava veintena. Para terminar con el conjunto de iglesias no agrupadas, Lorenzo en Tlacotlapilco. Sería conveniente ver si se h-ata de anomalías
ya se mencionó el caso ele Santiago ele Anaya, en el que tanto la advoca- inexplicables o si algún factor no considerado en este trabajo puede dar
ción de la iglesia con1o su orientación están asociadas con eventos sola- cuenta ele ellas.
res y con fechas de inicio o tln de veintenas del calendario prehispánico.
La relación de las advocaciones de las iglesias y sus orientaciones
con eventos solares y con el calendario prehispánico se sintetiza en d ... Y PARA TERMINAR, SANTOS Y DEIDADES SE FESTEJAN POR IGUAL
siguiente cuadro:
La buran ma)'OrÍa de las ialesias
b
del sialo
b
XVI en el Valle del Mezquital
presentan una o varias relaciones entre su advocación u orientación y un
evento solar o del calendario prehispánico. Este h-abajo se limita a mos-
trar la existencia ele dichas relaciones y a sugerir que podrían responder

212 223
a una estrategia de evangelización que adaptó, justamente en las advo. Así, la siguiente escala del circuito pudo haber sido el espacio ritual ele
caciones de las iglesias y en su orientación, elementos de la cosmrwoní
b · a
Alfajayucan o Chapantongo cerca del solsticio de verano. En seguida,
y culto prehispánicos. Es muy posible que para facilitar la conversión de conforme el sol se desplazara al sur, la escala pudo haber sido el espacio
los indígenas, los primeros misioneros hayan "orientado los santos con ele Huichapan para el equinoccio de otoño y por último el espacio de
las deidades ... " al construir las nuevas iglesias con la orientación de los Jilotepcc en la parte final del año. El circuito voh·cría a comenzar al
templos que marcaban festividades en el calendario de cada localidad de año siguiente en el espacio de Tula cuando el sol poniente se cn1pezara a
1a región. desplazar hacia el norte sobre el horizonte. De haberse dado un circuito
De esta manera, las iglesias - y muy probablemente los templos parecido a éste, habría tenido un significado muy importante, pues jus-
prehispánicos antes que ellas- pudieron haber funcionado como "re- to en su centro de rotación se encuentra el Coatepcc, montaña sagrada
lojes de sol", midiendo el tiempo a lo largo del año. En esta línea, se y ubicación ele mitos fundamentales de la cosmogonía prehispánica.
pueden proponer varias hipótesis para guiar el trabajo futuro. Los resultados ele este trabajo deben considerarse preliminares; sin
Los agrupamientos enconh·ados por similitud de azimuts de las naves embargo, son suficientemente sugerentes como para profundizar en
de las iglesias y su proximidad geográfica pueden ser indicativos de la ellos. El análisis más detallado de las relaciones presentadas aquí podrá
existencia de espacios rituales que quizá sobrevivieron al proceso de ayudar a entender, tal vez, qué papel desempeñaban los templos en el
evangelización. Dichos espacios se caracterizarían por tener cultos y ;rdenamiento ele la vida social y religiosa en la época prehispánica y las
ritos compartidos, asociados con su orientación solar común. Por otra iglesias durante los primeros años de la conquista. Esto, sin duda, tiene
parte, la diversidad entre las localidades de un mismo espacio ritual un valor en sí n1isn1o.
daría lugar a un conjunto ele interacciones que podrían tomar la forma
de festividades itinerantes que contribuirían a dar cohesión al espacio.
La evidencia etnográfica de este tipo de festividades puede observarse
en la actualidad en el desplazamiento a lo largo del año de la imagen 1
* Licenciatura en Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e
del Señor del Calvario de Huichapan. Llevado a la época prehispánica Historia.
o colonial temprana, es posible imaginar, por ejemplo, que en el espa- ** Posgrado en Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e
Historia.
cio ritual ele Huichapan, las festividades itinerantes en el año podrían Robert A. Benlcr, "Luces y arquitectura en las iglesias coloniales de
comenzar con el equinoccio de primavera en Atlán (san José), trasla- la Nueva España y del Perú", El Futuro Jel Pasado, núm. 4, 2013, pp.
421-458.
darse a Tccozautla para el seg¡.mdo paso cenital (Santiago) y terminar ' Rubén G. Mendoza, "Sacrament of the Sun: Eschatological Arehi-
en el equinoccio de otoño en Hui chapan (san Mateo) o en Caltcpantla tecture and Solar Geometry in a California Mission", The journal qf
(san Miguel). De la misma manera, y considerando que la concepción che California ;liission Studics Association, vol. 22, núm. 1, 2005, pp.
87-11 O. La orientación con la que deberían construirse los templos
prehispánica del territorio no se consh·uyó a partir ele fronteras imper- en el Nuevo Mundo también fue cspecillcada en alguna de las bulas
meables, la diferencia entre las orientaciones ele los espacios rituales papales que se emitieron entre 1493 y 1522 para regular el proceso
vecinos pudo haber dado lugar a festividades itinerantes con una natu- de evangelizaci6n ante la ausencia de una autoridad eclesiástica en
los territorios recién descubiertos.
raleza más regional. Es posible imaginarse un circuito regional que co- 1
R. G. .Nlcndoza, "Sacran1ent of' thc Sun ...".
menzara cerca del equinoccio ele primavera en el espacio ritual de Tu la .; G. Espinosa Splnola, "Las órdenes religiosas en la evangelización del
Nueyo .Nlundo", en España ¡J1edieral y elleaado de Occidente, México,
y que se desplazara conforme avanzara el año buscando los templos o Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior/Instituto Nacional
iglesias que estuvieran alineadas con la puesta de sol en el horizonte. de Antropología e Historia, 2005, pp. 249-257.

22+
El Valle del Mezquital ~~ un concept~ relativamente moderno, que
1
es la advocación actual de la iglesia. Es posible que a fines del siglo
se define por la cxtcnswn de un con¡ unto de cuencas hiclrolóuica. XIX haya ca1nbiado la advocacibn y con esto la conexión con un rito
de afluentes ?el río Moctczum_a., Como tal, el Valle del Mezq~lit;l solar ~'n el n1omcnto de la construcción de la iglesia. Los can1bios
no se conccb1a en d s1glo XVI. El arca que hoy o~upa es lo que en el de advocación son algo que pudo haber sucedido en otros casos, por
mmnento de la llegada de los c.spañolcs se c~noCia con1o la Provincia lo que es necesario realizar un trabajo de archivo para confirmar la
de Jilotepec y la Teotlalpan. Cf. Fernando Lopcz Aguilar, Simbo/os Jcl ackocación original de las iglesias en el siglo XVI.
tiempo, Pachuca, Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidal- H A pesar de numerosos estudios, aún no hay acuerdo sobre el d{a
go, 2005, pp. 67-S3. En este trabajo se incluyen algunas localidades con el que comenzaba el año prehispánico, ni su correlación con el
que no están dentro de las ~uencas hidroló&icas que forman el Valle calendario gregoriano. Por ejen1plo, entre las fechas que Inenciona
del Mczqmtal como Zmupan, Jdotepec y Chapa de Mota, pero que Salwrún y las que propone Caso para el inicio de la veintena Izcalli
en el siglo XVI Formaban parte del J.rca de interacciones con las loca- hay 2+
b '
chas. Por otra parte, Sal1agun; registra esta veintena como 1a
lidades "que hoy conForman el Valle. última del año, en tanto que para Caso es la primera. Cf. Bernardi-
6
Luis Azcue y Mancera, Ivlanucl Toussaint y Justino Fernández, Catá- no de Sahagún, Historia general de las cosas de Nuera España, México,
logo de construcciones religiosas del esrado de Hidal9o, lvléxico, Secretaría Porrúa, 2006; Alf~ms~ Caso, .Los, ~alendar~os p~ehispánic~s, Méxic?,
de Hacienda y Crédito Público/Dirección de Bienes Nacionales/ Instituto de Invesllgac10nes 1-l!stoncas-llmversldad Nacwnal Auto-
Talleres Grátlcos de la Nación, 1942. noma de .México, 1967. De n1anera arbitraria, en este trabajo se uti-
7 El índice de Yecinus prüxin1os es un cstadistico conlÚntncntc utiliza- liza la propuesta de Rafael Tena, El calendario mexica y la cronogn!Jla,
do Cl1 anitlisis geograficos rara Incdir el grado de dispersiÓn O COn-
centraciÓn de puntos en e espacio. Un valor de cero en este índice
México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (Colección
Cientíl!ca 161), 1987, la cual tiene un desTase de doce días respecto
indica una concentraci6n total, un valor unitario rellcja una pobla- de lo documentado por Sahagún y coincide en la veintena inicial del
ci6n distribuida aleatorian1ente en el territorio y un valor mJ.ximo año. Es probable que los resultados que aquí se presentan varien si
de 2. 15 es el caso de una distribución perfectam~nte regular. se utiliza una pro¡Jucsta distinta. Sin embargo, por ahora no se tie-
8 G E . Spmo
' ·l a, "L as or
' d enes re l'1g1osas
. "
. ~spinosa, .... nen elementos su ·'icicntcs para optar por alguna ele ellas, por lo que
9
Las !'echas de los pasos cenitales, asi como las del resto de los even- en algún momento habrá que validar los resultados con las distintas
tos solares que se n1encionan en este trabajo fueron calculadas con alternativas. Los nombres en otomí de las veintenas del calendario
la hoja de cálculo T\OAA Solar Calculations, disponible en linea en prchispánico se ton1aron de Pedro Carrasco, Los otomíes. Culwra e his-
www. csrl. noaa. gov 1gmd/ ... 1solcalc 1 N OAA_Solar_ Calculations_ toria prehispánica de los pueblos mesoamericanos de habla otomiana, !\!léxi-
da y. xls. En el caso de1as fechas de salida y puesta del sol, no se hizo co, Biblioteca Enciclopédica del Estado de México, 1979.
15
ajuste alguno para compensar la altura del horizonte, por lo que Fernando LópezAguilar, Simbo/os Jel tiempo ... , pp. 83-92.
hay un rango de error que es aceptable para los propósitos de este
trabajo.
10
El azilnut se refiere a la desviaci6n al oriente, n1edida en grados,
respecto del norte verdadero de una orientaci6n determinada.
11
Sabrina Farlas Pelayo, Jdem!ficación de la cultura de las mesas o Xaj'!_,V,
tesis de maestria, México, Escuela Nacional de Antropologia e His-
toria-Instituto Nacional de Antropología e Historia, 201 O.
12
Para los propósitos de este trabajo se presentan los agrupamientos
de iglesias bajo los criterios de proximidad geográfica y similitud
de azimut. Sin embargo, tambien debe explorarse la posibilidad de
encontrar acrrupa1nientos utilizando otros criterios, por ejemplo, las
fechas de ad'vocación, la proximidad de las fechas de salida o \'uesta
ele sol alineados con la nave a un evento solar o veintena del ca enda-
rio prehispánico, entre otros.
11
No obstante, una !'u ente en Hnea -que debe ser confirn1ada-hace
ref-Crcncia a una inscripci6n del siglo XV!Il en la iglesia de Tunititlán
que n1enciona a Santiago Ap6stol, que se festeja próxin1o al segundo
paso cenital. Otra inscripción de 1883 se rcllcre a san Salvador, que

226 127
}:\. UB!C:\C]( l:'-l, URJLNT:\C'IÓN Y i"FC!-!:\S HELEVr\i\TES
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1987.
'rdlerc a bs coordenadas de un punto localizado en el centro de la fachada.
U\i>i:un,,mii,·nl npor similitud de azimut de la nave ele la iglesia y proxiinidacl geográllca. El agrupamiento
la localidad l.

229
128
ANEXO lA (CONT.). lfmcACJÓ\', OJUE:\TACH_'JN Y H::Ct-L-\S RELEVANTES ¡¡¡, LllliL.:\L!fJN, OH.lE:'-:TACIÓ:'>I Y ¡:¡_:cJ!t\S RELEVANTES
DE LAS IGLESIAS CONSTRUIDAS EN EL StliLO XVI EN EL VAJ.U: DEL lvlEZQLlrL\L ! · CC ll\'.'iTRUIDAS EN EL SIGLO X\'1 ¡::..¡ EL VALLE DI:L JvlEZQUITAL

CouHDEr\AU:\S UTM

Pru:>rFHA SH;!l~D:\ SEGLI~DA


Zo~ . \ t+Q AZIMUT AGRLil'A.\IIE:\TO
LOCALIDAD Ul"Ufl.HF:\CI,-\ UCl!ltHFI\l:IA ()('Uitll.E:"Cl:\ t lCLIHH.E:\U;\
'\,\\T ( 2)

177.)1 Tula
Santuario
Je +85835 1tl5.60
+60191
para l.:1 s.:1licla como para la puesta Je sol, la primer,:¡ ocurrencia se refiere al día del año en c¡uc el sol
pone, alineado con el eje de la nave de la iglesia antes del solsticio de verano. La segunda ocurrencia es
el fenómeno se obsen·a después del solsticio Je Yerano.
ocurrencia Jel paso cenital corresponde a la fecha del año en que el sol pasa por el cenit de la
del solsticio de verano. La ocurrcnciJ. se da · de dicho solsticio.

( 1) Se refiere a las coordenadas de un punto localizado en el centro de la fachada.


(1) Agrupamiento por similitud de azimul de la nave de la iglesia y proximidad geográ!'ica. El agrupamiento
el nombre de la localidad

BO 231
Axr:xo 11.

1
CoRRELACióN ENTRE EL CALE:--:nARro PRFJ-I!srANico

TDL\
1
y EL GREGOHJANO sEGÚ:\TENA, SAJ-IAGL!N y CAso
--
S:\!-1.\CÚ:--J! ---r C\vr1

1
1

VEil>TE:-.::1 NO,\\BIU·. {)"1"()1\li+ Nu,\IHHE :..rr:xrcA flTJ L\ l:"ll'L\L FECJ-It\ F\:\",.\1


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-~-

26 17 1
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1
Ambuoendaxi Atu!cahual!o de febrero de murzn de febrero de febrero 2 Atalcahuallo febrero de marzo
------ 1
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2
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Anttzayoh Tlacaxipehualiztli de marzo de abril de febrero de marzo 1


3 Tl_::_:=~!ptllua[ izt.li de marzo de marzo
1 7 26 1+ 2 26 1+
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TUzoztontli de abril de abril i de marzo de abril 1 + Tnznztnntli
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Antiitzhoni 1-lucy tozoztli de abril ele mayo de abril de ahril 1-luey tozozt!i de abril
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Atzibiphi Túxcatl de mayo
05
de junio de abril
12
de mayo 6 Tt1xcat!
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1 1
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1 1

~-r 26 15 2 21 1 1+ 3
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Anttzyngohmu Tecuilhuitontli de junio 1 Je julio de junio de junio S Tecuilhuitontli de junio de julio
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Antangutu Xócud huetzi 1
de· agusto de agosto 1 de ago;:;to 1 JI 1 \:r'worl huetzi 1 d\· ,J<TO!itO
o sepliem/Jrq

-- ---- ····~ -
1 1+ 3 21 1 1
1 11 1
q 1 1 2 \ 21 \
1 Ucllpaniztli dv ;¡gosto ··~~~~-~hpat liztl i

1~
Ambaxi de septicmhn· de octubrl' 1de septiembre 1 1' 1 \dv svptiemhrl' ,de seplil"mhn·¡
' -~-- ... ••-- .. ----
• 22 t \ -~-"'"'~"""""il
+ 2.) JO 29 1
1

Anttzynboxygui Tentlecn de octubre de octubre de septiembre de septieml~~~ _ 13 lCotkco de sepliembre de octubre


30 19 12 31
13 2+ 1 12
Antiiboxugi Tepeíhuitl cle octubre de nm·iembre de septie1~1?re de octubre 1+ TepcJllllitl de oclUbre de octubre

13 1 2 20 S 1 20
1+ 1
Antzhoni Quccholli de noviembre 1 de diciembre de octuhre de noriembre 15 Quecholli de nodcmbre de nodemhre
-¡ 1

3 22 9 28 21 10
15
1
Anthaxhme Panquetz;¡\iztli de diciembre de diciembre de noYiembre de noviembre 16 Panc¡uctzaliztli de mwiembre de diciembre
23 JI 29 18 11 JO
16
Ancandehe Atemoztli ele diciembre de enero de noviembre de diciembre 17 Atemoztli de· diciembre de diciembre
- --··-·~··-~--

12 31 19 J1 19
17 7 de enero
Ambuoe Títit! de enero ele enero ele diciembre 18 Titili de diciembre ele enero
-·~~-

1 20 8 27 20 2+
18
1
Anthudoeni lzcalli de febrero de febrero de enero de eneru Nemontemi de enero de enero

_j__
21 25 28 1 25 13
Dupa Nemontcmi de febrero de febrero de enero de febrero 1 lzcJlli de enero de febrero
~-~·

1
Rafae!Ti:na, El calendario mcxica _r la cronogrc!fla, México, Instituto Nacional de Antropología l' Historia (Colección Científica 161 ), 19~7.
2
Bcrnardinn de Sahagún, Historia general de las costJs de Nw.·ru Espuña, México, Porrúa, 2006.
1
Alfonso Caso, Los calendarios prchispánícm, Jvléxico, Instituto de lnwstigaciones HistOricas-Unh·ersidad Nacional Autónoma de i'vkxico, 1967. 1

+ Los nombres en otomí fueron tom<Jdos de Pedro Carra.sco, Los owmies. Cultura e historia prchispánica de los pueblos mcsoamcricanos Jc hahh1 otomúma, México, Biblioteca 1
Enciclopédica del Estado de México, 1979. 1
.. ' ~----
f

EL CODICE
HUI CHAPAN

Registro de
1.ma tradición
pictórica-histórica
ñahñhu

Clementina Battcock 1
Cinthya Briones 2

3
pALABRAS PRELI/viiNi\RES

Los documentos que conocemos como códices mexicanos son manus-


critos pintados, muy antiguos, ele gran valor histórico y artístico y que
poseen una variedad formal y ele contenido pero que tratan de resolver
problemas similares y comparten características generales. La denomi-
nación original ele estos documentos varía seg{m la lengua de la cultura
que los produjo: hu un o analte en maya, tlacuilolli o anaxtli para los mexi-
cas, y naandeye o tonindeye en mixteco. Lamentablemente, sólo ele estas
tres culturas se conservan códices anteriores a la conquista española.
En el periodo novohispano estos manuscritos operaron en un con-
texto político y cultural muy diferente al prehispánico, ya que tras las
nuevas formas ele dominación española tuvieron que dirigirse a nue-
vos públicos como, por ejemplo, funcionarios políticos y religiosos
españoles a quienes tenían que transmitir sus contenidos y mensajes.
Para alcanzar este cometido, los autores indígenas adoptaron diversos

235
aspectos de la tradici6n occidental, desde las formas de escritura hasta Nacional de Antropología. Tan solo sabemos que John Glass reporto que
la concepci6n del tiempo y el espacio y del papel ele la providencia el manuscrito pictográllco fue removido del acervo citado algún tiempo
divina en la historia humana. Sin embargo, vale aclarar que estas nue- despues de 1901, y que fue recuperado por C. C. James en 1930.
vas adaptaciones no significaron que las obras/textos indígenas aban-
donaran la matriz de su traclici6n original, sino que establecieron un
"doble dialogo cultural", es decir, continuaron dirigiéndose a los pú- EL Cónru Hr!ICHAI~lN Y sus ESTUDIOS
blicos indígenas tradicionales, esperaban fidelidad a las convenciones
establecidas por sus propias costumbres y, a la vez, se enfocaban en Este c6dice fue dado a conocer por Alfonso Caso en 1928 durante el
los públicos españoles, pues pretendían la mayor cercanía posible a las marco del XXIII Congreso Internacional ele Amcricanistas, realizado
convenciones europeas, así como una adhesión absoluta a los dogrnas en Nueva York, y publicado en 1930 en las actas de dicho congreso. 5
de la fe cristiana+ Como lo ha indicado Yolanda Lastra, investigadora del Instituto ele ln-
La denominaci6n ele "c6clice" se hizo común a finales del siglo XIX, ya vestiaaciones Antro1}ol6aicas ele la Universidad Nacional Aut6noma de
b b
que antes se les conocía como antigi.icclacles, colecciones o calendarios. México y una ele las especialistas del tema, Alfonso Caso presto una
Se tiene informaci6n clasificada de un número cercano a 500 c6clices especial atenci6n al calendario otomí que contiene este c6dice y poste-
mexicanos, pero seguramente existen muchos mas, dispersos en ar- riormente en 1967 se volvi6 a referir a él en un libro sobre los calen-
chivos municipales y parroquias, en bibliotecas privadas y en manos ele darios prehispánicos. 6
coleccionistas. De casi 500 c6clices conocidos, 17 son anteriores a la Dos años después de la presentaci6n del trabajo ele Alfonso Caso,
conquista y el resto mayoritariamente de la segunda mitad del siglo XVI, Lawrence Ecker realizo una traclucci6n del c6dice, sin embargo fue
aun cuando la costumbre ele pintarlos perduro hasta el siglo XVIII. conocida hasta 2001. Lo que publico con anterioridad (1966) fue un
El Códice de San ¡]Jateo Huichapan es un manuscrito pictográfico oto- artículo sobre los nombres del calendario y los t!atoquc mexicas en el
mí realizado después de la conquista del centro de México, presumible- Códice Huichapan. 7 Así, en este breve texto, el autor pretencli6 dar cuen-
mente entre los siglos XVI y XVII en la regi6n de 1-Iuichapan, en el actual ta de la complejidad que representa la traducci6n del idioma otomí al
estado de Hidalgo. Aún esta en debate la fecha de realizaci6n, pero en castellano, así como su relaci6n con el náhuatl. Para lograrlo analizo
general se acepta como válida su elaboraci6n en el periodo compren- las traducciones de los nombres del calendario y los de los tlatoque que
dido en la primera mitad del siglo XVII. Otro ele los debates pendientes aparecen en el c6clice y -posteriormente~ distinguía la autenticidad
hoy en día sobre este manuscrito es la posibilidad de que tanto el Códice ele cada lengua y su relaci6n con otras.
Huichapan como el denominado Jilotepcc hayan copiado uno o varios También otros estudiosos se acercaron a trabajar este documento,
prototipos pictográficos más antiguos. especíllcamente la secci6n del calendario, enh·e quienes podemos citar
Este c6dice es uno ele los pocos documentos ele origen otomí que se ajacques Soustclle en 1937 5 y a Pedro Carrasco en 1950. 9 De igual for-
conocen. A diferencia del Códice de Huamantla, también de origen otomí ma, Alfredo Chavero (1901), George Kublcr y Charles Gibson (1951)
y proveniente del actual estado de Tlaxcala, el ele 1-luichapan posee una y José Alcina Franch (1955), lo mencionan brevemente.
glosa en otomí antiguo que no ha sido del todo traducida. Se trata, por En 1964 John B. Glass describi6 sucintamente el c6dice y lo publico
tanto, no solo de un importante documento historiográfico, sino ele de manera parcial. Fue hasta 1975 cuando se reuni6 con Donald Robert-
un testimonio de la evoluci6n de la lengua otomí. Lamentablemente, son 111 para presentar algunos aspectos generales del C6clice Hui chapan
no tenemos referencias ele como llego a la Colccci6n de la Biblioteca como su adc¡uisici6n, su estructura y los periodos que abarca, así como

136 237
un recuento de los autores que lo trabajaron, estudiaron y describieron El mismo Óscar Reyes Retana publicó en la revista Dimensión Antro-
hasta ese momento. pológica en 1997 un interesante análisis comparativo de las semejanzas y
11
Un año después, Manuel Alvarado Guinchard realizó otra tra- diferencias enh·e los códices de Huichapan y Jilotepec. 13 El autor inicia
ducción parcial e incluyó algunos análisis lingüísticos. No obstante, el el artículo explicando la importancia de los códices, específicamente la
aporte histórico general del códice y los acontecimientos referidos " de los códices de Huichapan y Jilotepec que pertenecen al grupo oto-
los periodos anteriores y posteriores a la conquista española rebcio- mi, y sostiene que son los documentos más antiguos ele esta cultura por
nados con Jilotepec no li.1eron abordados en su análisis. En este texto, ¡, confección fechada hacia 1590 aproximadamente. Razón suficiente
Al varado dio a conocer su trabajo sobre las formas ele la lengu• oto mí para analizarlos de manera comparativa.
prehispánica que permiten conocer la estructura morfológica y con- La primera contradicción que plantea es que el Códice Huichapan po-
tenido del Códice [-fui chapan. En ese tiempo este manuscrito carecí, ele dría ser copia del Códice jilotepec, al ser un intento ele poner en español
traducción y las formas de su texto no tenían correspondencia explícita ]os anales de los reyes otomíes. Es de interés notar que ambos repiten
con los diccionarios y trabajos disponibles en aquel entonces ( 1976), errores que no se encuentran en oh·os documentos. Las principales
por lo que puede considerarse como la primera traducción realizada referencias que toma el autor son los escritos de Alfonso Caso ele 1928
del códice. y de Manuel Al varado Guincharcl, poniendo atención en la traducción
Para 1992 Óscar Reyes Retana 12 publicó una reproducción facsimilar del segundo autor. Los análisis que compara son, en primer lugar, un
de este documento, precedido por un prólogo ele Ignacio Berna! y un" texto donde una palabra es interpretada ele diferente manera en cada
introducción donde se refiere al hallazgo de Alfonso Caso, sus tTabajos códice debido al traductor de cada uno de ellos. En segunda instancia,
sobre el calendario y las peripecias ele este códice. Además, contiene expone que los dos autores que analiza confunden a Hernán Cortés con
las siguientes secciones: los códices mexicanos, los códices otomíes, la su hijo Martin.
historia ele los códices otomíes y la del Códice J-Juichapan. De este último El análisis de los dibujos es la segunda parte del artículo, lo realiza de
menciona una descripción detallada del formato integrado a su vez por Forma detallada centrándose en las láminas 34 y 35, así como en el folio
h·es secciones y 34 pliegos de papel europeo. En la primera sección se 35. Utiliza ele apoyo las imágenes en el artículo, ya que va relacionan-
encuentra la descripción del calendario mesoamericano y las relaciones do los folios y explicando sus semejanzas y diferencias. La conclusión
con el sistema calendárico europeo, con nombres en otomí de los dife- que proporciona se inclina a que los códices, tanto de Huichapan como
rentes periodos. La segunda narra la historia antigua del pueblo otomÍ de Jilotepec, están emparentados por un códice común, quizás muy
de la provincia ele Jilotepec, y la tercera refiere sobre los anales del similar al que se conoce hoy como Huichapan; sin embargo, exhorta
convento ele Huichapan. a profundizar en la investigación documental, en especial en archivos
Después de la introducción del texto ele Reyes Retana, se localizan fi·anciscanos, notariales y judiciales.
en secciones separadas cada uno ele los comentarios de Alfonso Caso, También en 1997, David Charles Wright Carr 1+ se centró en el tema
los ele 1928 (un solo título: un códice otomí y sin dividir); los comen- en cuestión. Su texto inicia con una inh·oclucción en donde explica que
tarios de 1955 (sin titular ni dividir); y los comentarios ele 1967 (for- para entender el papel ele los otomíes en los procesos culturales ele los
mado por las partes ele adiciones al códice otomí, el mes por el que diferentes periodos de la época prehispánica y del siglo XVI es necesa-
principiaban los otomíes, seguida de oh·os elatos del calendario otomi). rio analizar las fuentes ehwhistóricas elaboradas por los miembros ele
Asimismo, esta edición cuenta con el facsímil a color del códice, aun- ese grupo durante la llegada de los conquistadores españoles y hasta
que no trae paleografia ni traducción, está en gran formato y es legible. el siglo XVII. Posteriormente explica el problema que existe sobre el

23.S 239
significado del término otomi, y la manera en que los nahuas, los es- A la investigación anterior, se suma el artículo de Yolanda Lastra so-
pañoles y los académicos modernos lo utilizaron. La segunda parte de] bre este códice en la obra Códices del eswdo de Hidalgo del año 2001, 17 el
artículo la conforman breves descripciones de los manuscritos otomícs cual resulta un trabajo ele suma relevancia sobre este documento picto-
del virreinato. Para ordenar los documentos elaboró una clasillcación grafíco. Contiene datos generales sobre la historia del códice y cuatro
ele los documentos de acuerdo con el tipo de expresión utilizada (pic- Ja<'inas de información somera sobre la ubicación , autor e historia de
l b
tográfica, alfabética o mixta) y por el idioma empleado (otomí, náhuatl su descubrimiento y adquisición. Menciona que el trabajo de Reyes Re-
o español). Cada descripción contiene su propio título, autor, fecha y el tana (El códice Hui chapan comentado por Alfonso Caso), que tambien está
lugar donde actualmente se encuentra. ' entre estos resúmenes, es una publicación del facsimilar. Sugiere, asi-
Paralelamente al Códice de Huamantla, describe otros documentos mismo, que la estructura del códice se divida en folios del 1 al S anales
pictográficos: Códice de Tributos de Mizquihuala, documentos cartogra- para el ele 1-luichapan y Jilotepec ( 15 39-1632 ); folios 9 y 1O para los
ficos, pinturas murales y gniffiti. Al Códice de Huiclwpan lo coloca en doce glifos de toponimias; folios 11 al13 para el calendario otomi (folio
documentos mixtos, pictográficos y alfabéticos y menciona a Felipe de 12 en blanco) y los folios 14 al 68 para elatos sobre la historia prehispá-
Santiago como su autor en 1632. Para elaborar la descripción del códi- nica y colonial de 1403 a 1528.
ce utiliza el facsímil ele Reyes Retana. Al final proporciona referencias Es importante mencionar que se trata ele un libro a doble columna,
sobre los estudios que han realizado diversos autores sobre el códice. la izquierda en español y la derecha en inglés, y que el artículo de Lastra
De igual forma, es pertinente nombrar el trabajo iconográfico ele los incluye algunas imágenes a color ele algunos folios del códice.
toponímicos de Wrigtl1 Carr. 1; En éste se analiza la relación de cultura, Ya en 2002, David Charles Wright Carr" vuelve a poner la mirada en
lengua y comunicación gráfica en el Altiplano Central de Mesoamériea el Códice I-luichapan y presenta una ponencia, derivada de tm proyecto
durante las épocas prehispánica y novohispana temprana y se compara sobre las relaciones entre la cultura, el lenguaje pictórico y las lenguas
con doce signos pictográficos en los lados recto y verso de la quinta foja verbales en los manuscritos pertenecientes al centro ele México de tra-
del Códice de Huichapan. Ellos tienen glosas en caracteres latinos, ex- dición indigena. Trata de profundizar en el uso que hadan los otomíes
presando sus significados en lengua otomi. De esta manera, su estudio de este sistema de comunicación gráfica durante la primera parte de la
resolvería la polémica entre los investigadores que ven en los documen- época novohispana. Propone que la mayor parte ele los signos gráficos
tos ¡Jictográficos un sistema ele escritura básicamente fonoo-ráfico y 1Jor transmitieron ideas ele manera independiente de los lenguajes verbales.
b ·'
otro, un siste1na logográfico. Wright también se preocupa por cuestionar la ya conocida hipótesis
No podemos dejar de mencionar el aporte realizado al inicio del si- del carácter semasiográflco (transmisión de ideas sin vincularse con una
glo XXI por Yolanda Lastra y Doris Bartholomew 16 en el que se presenta lengua especifica) de la escritura mesoamericana. Es por ello que el autor
por primera vez una traducción completa de los textos de Ecker, inclu- selecciona elementos pictográficos del Códice Huiclwpan que hacen refe-
ye la historia del códice, traducción y un glosario, asi como una cuidada rencia a nombres, topónimos o de fechas calencláricas.
paleografía de la que se ocuparon Yolanda Lastra y Alicia Reyes. Incluye A través del análisis de dicho códice, Wright demuestra cómo la es-
algunas imágenes en color ele folios del códice o detalles de ellos. Abar- critura mesoamericana ¡Juede ser ubicada como ideo<'ráfica es decir
b ' '
ca aspectos ele la historia otomí y náhuatl. La transcripción es modifica- transmite ideas y conceptos sin importar la lengua ele quien escriba ni
da o literal pero mantiene la fidelidad del texto en estilo y ortografía. ele quien la lea.
Además, incorpora datos ele la biografía académica ele Lawrcnce Ecker, Como un esfuerzo ele divulgación,Yolancla Lastra'" publica de mane-
pero lamentablemente no es una edición facsimilar. ra resumida la historia y los estudios del Códice de Huichapan, reiterando

2+0 2+1
que se encuentra escrito en otomi; su actual ubicaci6n en la Biblioteca Este texto continúa formando parte del proyecto sobre la relaci6n
Nacional de Antropologia e Historia; los primeros acercamientos ele Al- entre cultura, lengua y comunicación gráfica en el Altiplano Central de
fonso Caso y la h·aclucci6n en la década de los años lTeinta ele Lawrence Mesoamérica, durante las épocas prehispánica y novohispana temprana.
Ecker. Además, señala las diversas vertientes que se han utilizado para Para iniciar el proyecto analiz6 los signos pictograllcos en el recto y
adenh·arse en el estudio ele este documento a través de la historia, la verso ele la quinta foja del Códice Huiclwpan. Dichos conjuntos ele signos
lingüistica y los estudios iconográficos. son interesantes debido a las glosas alfabéticas, que contienen tanto le-
Yolanda Lastra no quit6 el dedo del regl6n y continu6 aportando in- tras alfabéticas como letras latinas, y que proporcionan sus significados
teresantes elementos para entender las partes constitutivas del c6clice. en el idioma otomí. Para dicho estudio Wright abarcó únicamente el
Asi, en 2006 saca un facsimil en un disco compacto"1 que un año después primer signo, el que aparece en la parte superior del lado recto ele la
será impreso. 21 El disco compacto es parte de la colecci6n de C6dices ele quinta foja, y que probablemente sea el signo toponímico de Jilotepec.
México de la Biblioteca Nacional de Anh·opología e Historia y el librillo Como complemento del estudio analiza otros dos signos del Códice Hui-
que h·ae anexo menciona el contenido del disco en varios apartados: los chapan, así como las palabras alfabéticas que aparecen en el manuscrito
glifos toponímicos, el calendario, los anales prehispánicos (1403-1528) y que se relacionan con los pictogramas.
y los anales de Huichapan y Jilotepec ( 1539-1632). De igual modo, pre- Wright se cenh·a al !lnal del artículo en el análisis ele la transcripci6n
senta una breve descripci6n del calendario y una tabla ele top6nimos. paleográfica de las glosas y textos alfabéticos en otomí; para ello realiza
En 2007 Xavier Noguez" realiz6 un balance ele los estudios sobre cuadros analíticos ele todas las variantes ele los lTazos que se encuentran
el c6clice desde Alfonso Caso, con el que acuerda que la pictografía es en el códice, además de una tabla comparativa de los signos alfabéticos
uno ele los pocos ejemplos ele origen otomí que ha sobrevivido hasta usados a través ele los siglos, aunque explica que esos cuadros se darán
nuestros días y en que la primera secci6n está compuesta de siete hojas a conocer de forma más amplia en un trabajo posterior.
que corresponden a un texto largo sobre el convento ele Huichapan y En efecto, en 201 O David Charles Wright Carr'"' publica un análi-
sus actividades entre 1539-1618 y 1618-1632. sis exhaustivo ~iniciado en 2002---- ele todos los signos pintados del
Sobre las aportaciones ele Yolanda Lastra, Noguez señala que se ha- Mapa de Huamantla, los seis Recibos de Mixquiahuala y el Códice Huichapan;
cen importantes referencias a Jilotepec. En la clescripci6n del Códice revela también la existencia de una cantidad relativamente pequeña de
Huichapan menciona dos hojas con glifos toponímicos, colocados ver- posibles signos glotográficos, es decir, signos vinculados necesariamente
ticalmente como el Códice Mendaz a. Dos hojas más que se refieren a con alguna esh·uctura de tma len¡,rtta específica. Agrega también que la
comparaciones calendáricas mensuales y ele dias entre los sistemas oto- gran mayoria ele signos pintados que se encuentran en los manuscritos
mí-náhuatl y europeo. El resto del c6clice lo componen unos anales, con mencionados (enh·e 9 3 y 98%) es claramente scmasiográ!lca y que pue-
pictografías y glosas generalmente breves que refieren a informaci6n de ser leída en cualquiera de las lenguas habladas en el centro de México.
hist6rica ele los señorios ele Jilotepec, Tenochtitlan y Cuauhtitlan. La- En 2011, nuevamente se realiza una síntesis ele los estudios sobre el
25
mentablemente falta un periodo ele 18 años. Códice de Huichapan, esta vez a cargo ele 1-Iermann Manuel A. Lejarazu.
Poco tiempo después, David Charles Wright Carr 23 retoma los estu- Dicho investigador indica que el c6clice se compone de diferentes sec-
dios que años antes comenz6 a escribir, con la finalidad de explicar el ciones en las que se incluyen glifos y elementos pictóricos y que también
contexto documental ele los signos toponímicos como el origen del do- contiene texto escrito en otomi con caracteres latinos. Aunque el cami-
cumento, su ubicaci6n y contenido. Asimismo, describe los tres signos no ele la investigaci6n no ha sido fácil, Lejarazu reconoce que se debe a
pictográficos que probablemente representan el pueblo ele Jilotcpcc. Alfonso Caso el rescate ele este importante documento, depositado en

2·1-2 2+3
una colección privada y que le fue mostrado por un individuo inglés de A lo largo del mismo 2011 , Charles David Wright Carr 27 presentó una
nombre C. C. James. En consecuencia Caso ofrece en 1955 un texto versión elecn·ónica del Códice de Hllichapan, dividida en dos documentos
inédito, que hoy está resguardado en la Biblioteca Nacional ele Ant1. 0 _ ele \A/orcl. La primera parte contiene la descripción del códice, el origen y
pología e Historia. En este trabajo el autor trae a colación los avances el autor. Explica las normas seguidas en la versión paleográfica. Todas las
que Óscar Reyes realizó y los comentarios sobre esta publicación que et; letr,ls del alfabeto castellano se n·anscribieron tal cual, usando como apo-
1976 Manuel Alvaraclo Guinchar dio a conocer, aunado a los primeros yo un cuadro analítico ele n·azos paleográficos, desarrollado inicialmente
resultados ele su n·aducción. También se señalan en este texto las apor- a partir ele los textos y nombres propios en castellano de este manuscrito.
taciones en la traducción que Lawrance Ecker realizó, pero Lejarazu se- La segunda parte del texto es la paleogralla del códice e incluye la tabla
ñala que la conclusión de la n·aclucción llegó hasta que Yolanda Lastra y que realizó de los trazos.
Doris Bartholomew lo publicaron. Ya en 2012 y como parte ele una edición especial ele La colección de có-
También en 2011, Geraldine Damixi Patrick-Encina 26 publicó un dices ele la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Charles David
artículo, parte ele la investigación que realizaba en ese momento sobre Wricrht
b
Carr publicó tm artículo sobre el códice." El manuscrito tiene
la conceptuación de orden tiempo-espacio ele dos culturas ele filiación cuatro secciones. La primera, ele siete páginas, consta ele los Anales de
lingüística otomangue: la otomí y la maya. El objetivo principal del Huichapan, ele 1539 a 1618 y ele 1629 a 1632, escritos alfabéticamente,
texto es dar a conocer una interpretación del calendario hñahñu, des- en otomí. La segunda, ele dos páginas, es una nÓmina ele los pueblos ele
de el punto ele vista estructural y en la etimología de los nombres. La la provincia ele Xilotepec, con doce signos pictóricos acompañados por
interpretación se realizó a través de la lectura cuidadosa de las veinte- glosas en otomí. La tercera, también de dos páginas, expone los calenda-
nas del Códice Hui chapan, ayudado por la imagen digital del documento rios europeo y mesoamericano, con textos alfabéticos en otomí, náhuatl,
de Lastra y Bartholomew (2001 ). Además recurre al diccionario ela- castellano y latín. La cuarta es ele 55 páginas; narra la historia del señorío
borado por De Neve y Malina ( 1767) y a hablantes ele hñahñu. Asi- de Xilotepec, del año 2 caña ( 1403) hasta 1O pedernal (1528), con signos
mismo, resalta que la interpretación del significado de las veintenas pictóricos acompañados por glosas amplias en otomí y algunas glosas cor-
tiene como premisa que el registro de sonidos por parte del escribano tas en náhuatl. La mayoría ele los signos pictóricos puede leerse en otomí,
del Códice Hllichapan no siempre fue exacto. Por esta razón, la manera náhuatl o cualquier on·a lengua del centro de México. La historia se en-
en que finalmente quedaron anotados los nombres ele las veintenas a foca en los gobernantes ele Tenochtitlan, Xilotepec y otros señoríos: sus
veces no es idéntica al registro ele las respectivas palabras en el Códice ascensiones, muertes, guerras, etcétera. Al final, se registra la conquista
de Hui chapan. Este texto proporciona una explicación del calendario ele Tenochtitlan y la construcción de w1a iglesia cristiana en Xilotepec. De
hñahñu, basada en observaciones etnohistóricas y etnográficas e in- esta manera la historia ele este señorío se inserta en un contexto regional.
cluye el diagrama del calendario lunar hñatho registrado en el siglo Dentro ele las múltiples aportaciones de Charles DaviclWright Carr 29
XVI. Al mismo tiempo, presenta un análisis de las veintenas de forma también se encuentra el artículo titulado "Los signos glotográficos en
etimológica y etnográfica. el Códice ele Huichapan". Se n·ata de un extracto sintético ele los capí-
Patrick-Encina reconoce en el códice el empleo ele los trece días con tulos 3 y 4 ele su tesis doctoral. En éste menciona que el códice es un
sus numerales, así como la asignación de un nombre a cada año. Los manuscrito histórico del periodo novohispano temprano, que emplea
nombres corresponden al día 19 Anthayo, es decir, el 22 de marzo ele el sistema ele escritura pictórica del cenn·o ele México, junto con textos
cada año. Finalmente, anexa un cuadro del ciclo de 52 años realizado alfabéticos en otomí y algunas glosas en náhuatl, lo que permite poner
por la autora. a prueba la hipótesis ele que la mayor parte ele los grafemas pictóricos

24-+ 2+5
centromexicanos podían ser leídos en vanas lenguas por su carácter El propio Wright se percata de que faltan cuatro folios y con ellos los
sen1asiográflco, Inientras algunos signos eran glotograinas que expresan registros para 1445-1448, 1489-1496 y 1509-1512. A su vez, subraya
estructuras lingüísticas en un idioma determinado. Complementaria- que el folio con los años 1521-1524 es un fragmento y que existen
mente, el autor analiza los signos gráficos pintados en el códice, que fue errores en el registro de buena parte de los años.
elaborado en 1632. La parte alfabética, por lo menos, fue escrita por Los trabajos más recientes corresponden también a la autoría de
Juan de San Francisco, otomí noble del pueblo de Huichapan, y habla de Charles David Wright Carr, 30 quien continúa por la línea de investi-
la historia del pueblo oto mí desde 1539 hasta 1632. La parte pictórica, gación pictográfica y verbal del Códice Hui chapan. En un artículo del
además de presentar un listado de los pueblos del señorío de Xilotepec, año 2014 explica las características ele la escritura pictórica en el Mé-
narra la historia del señorío desde el 2 caña ( 1403) hasta el 1O pedernal xico central. Sostiene su teoría de que la escritura es semasiográfica
(1528). Dice que probablemente sea una copia de un manuscrito del ya c1ue transmiten ideas sin vincularse con una lengua específica, por
siglo XVI, hoy perdido. lo tanto se puede leer en otomí o en náhuatl. Realiza una descripción
Uno de los propósitos de Wright fue determinar la relación entre general del códice, así como del "Reino de Jilotepec". El tema cenh·al
los signos pintados de tradición prehispánica y las glosas alfabéticas, del artículo es la descripción del folio 17 verso del Códice Huichapan,
expresadas en una versión ampliada del alfabeto latino, creada por los centrándose en los elementos pictóricos del folio. De esta manera, rea-
frailes misioneros hacia mediados del siglo XVI. Para ello, se emplean liza la descripción individual de cada elemento y concluye que dichos
signos muy similares a los de los manuscritos pictóricos nahuas, mixte- elementos están dentro de la comunicación gráfica.
cos, tlapanecos y otros grupos del centro de México; al mismo tiempo,
hay glosas con una lectura ele los signos pintados en lengua otomí, así
. . (ijDJCE J-JUJCll-!1'·1~'
TA!ll<\ 1 EDICIONES DEL
como glosas más cortas en nahuatl y castellano. Establece que el empleo
1. Primera edición facsimilar )' traducci6n del Códice Huichapan por lvlanuel Al-
simultaneo de varios lenguajes (uno visual y otros verbales) hace posi-
Yaraclo Guinchard, cditaclo por el Dcparta1nento de Lingüística y el Instituto Na-
ble el análisis comparativo de los signos pictóricos con los lingüísticos cional de Antropología e Historia, MCxico, 1976.
y dice que los resultados pueden ayudar a entender cómo los otomíes 2. Segunda eclición facsiinilar por Óscar Reyes Retana, incluye los comentarios
empleaban el sistema de escritura desarrollado en el seno de la cultura de Alfonso Caso y las 68 laminas a color, México, 1992.
~-··

plurilingüe del centro de México y también nos permiten entender la 3. Traducción y paleografia del Códice Huichapan por Lawrence Ecker. Revisión
1de la paleografia por Yolanda Lastra y Alicia Reyes en MCxico, editado por el
naturaleza de este sistema en general. 1
Instituto de Investigaciones Antropol6gicas-Univcrsidacl Nacional Aut6noma de
Asimismo, Charles David Wright Carr aclara que ya desde 2001 México, Mcxico, 200 t.
salió a la luz la h·anscripción y traducción de Lawrence Ecker de los
4. Edición facsimilar digital en disco compacto de Yolanda Lastra, editado por el
textos otomíes del códice y que Artemisa Echegoyen fue la que des- ~:stituto Nacional de Antropología e Historia, México, 2006.
cubrió una oración en la que se identifica al autor. Desde entonces se 5. Palcografla del C6dic; Huichapan por Charles David Wright Carr, publicado en
conoció a Juan de San Francisco como el autor de la primera sección formato digital en Les Editions sur Supports Infonnatiques, 2011.

de este manuscrito. El descubrimiento ele Echegoyen se hizo público en


una presentación de la traducción de Ecker (2001) en lxmiquilpan, a
mediados de julio de 2001. La novedad sobre la autoría del códice lile
divulgada por Yolanda Lastra, "Códice de Huichapan", en Códices del estado
de Hidalgo! State oJ Hidalgo Codices.
246 2+7
También en 2014, en el marco de la celebración de los 75 años del T'\BLA 3. EDICIONES !JEL CÓDICE Y SUS DESCIUI'CIUNES

Instituto Nacional de Antropología e Historia y los SO del Museo Nacio- EDICIONES DEL Cón!CE H/JICI-I.,IPIN DESCRIPCIÓ!\
-
nal ele AntTopología, se realizó la exposición ele diversos códices que res- 1 . Primera edición facsin1ilar y traduc- Contiene el facsímil del códice y la pri-
ciún del Códice Huichapan por Manuel mera traducci6n. El libro es en blanco y
guarda el Museo Nacional de Antropología, y en ella se exhibió el Códice
Alnrado Guinchanl, editado por el negro y consta de facsímil, paleografía,
J-Juichapan. Como complemento a la muestra se realizó un micrositio en Departamento de Lingüística y el Insti- fonémica y traducción.
internet (http: 11 coclices.inah.gob.mx/pc/inclcx.php) con las imágenes tu lo Nacional de Antropología e Histo-
ria, Mt':xico, 1976.
digitalizadas ele los códices originales, que se pueden consultar y descar-
2. Segunda edición f'acsimilar a color El prólogo es de Ignacio Berna! Reyes.
gar ele forma gratuita. 31 por Osear Reyes Retana, incluye los Incluye los con1entarios de Alfonso
comentarios de Alfonso Caso y las 68 Caso de 1928, 1955 y 1967; y luego el
TABI..r\ 2. EDICIO?\'ES DEL CÓDICE Y REFERENCIAS liuninas a color, 1\tléxico, 1992. facsímil a color del c6dice. No tiene pa-
EDICIONES DEL CdD!CE. f!UJCJ-/.1/~lX 1 REFEHENCIA
leograf'ía ni traducci6n.
3. Traducción y paleograf'ia del Códice No es edición facsimilar, la transcrip-
l. Primera edición facsimilar y traduc- Manuel Al varado Guinchard, El Códice f-Juiclwpan por La"Tence Ecker. Revi- ción es Inodificada o literal, pero man-
ción del CóJicc 1-ltúclwpan pot. . Manuel Jc J-luiclwpan, l. Relato owmí del !l1éxico sihn de la paleografía por Yolanda Lastra tiene la f'ideliclacl del texto en estilo y
Alvarado Guinchanl, editado por el prchispánico )' colonial, MCxico, Depar- 1 y Alicia Reyes, México, Instituto de In- ortografia.
Departamento de Lingüística y el Insti- tamento de Lingüística-Instituto Nacio- vestigaciones Antropológicas- Univcr-
tuto Nacional de Antropologla e Histo- nal ele Antropología e Historia, 1976, sidad Nacional Autónoma de Ivléxico,
1-'-·i_a._,_iV_le_x_ic_o_:,_1_9_7_6_.~~~~~~~~¡_1_4 3 pp. ¡2_00 1.
2. Segunda edici6n f'acsimilar a color Óscar Reyes Retana, El Códice Jc Hui- 4. Edición facsimilar digital en disco El disco con1pacto es parte de la e o-
por Ó'--'scar Reyes Retana, incluye los co- chapan co:ncntl1do por A!fonso Caso, Mt':- compacto de Yolanda Las h-a, editado lección de Códices de México de la
mentarios ele Alfonso Caso y las 68 lá- xico, Telecomunicaciones de MCxico, por el Instituto Nacional de Antropolo- Biblioteca Nacional de Antropología e
minas a color, México, 1992. 1992, 55 pp. [facslnül, 68 láminas a gía e Historia, MCxico, 2006. Historia.
color].
5. Paleografia del Códice Huichapan por Contiene un estudio y la paleografía
3. Traducci6n y paleograt1a del Códice Yolanda Lastra y Doris Bartholomew Charles David Wright Carr, versión di- del Códice Huichapan, no está impreso,
Huiclwpan por La,,Tence Ecker. Revi- (eds.), El Códice Huichapan, paleogral'ia gital en Les Éditio~1s Sur Supports In- se le encuentra s6lo en la página elec-
si6n de la paleogralla por Yolanda Lastra y traducción de Lawrence Ecker, Mt':xi~ formatic¡ues, 2011. tr6nica: http:/ /www.sup-infOr.con1/ 1
v Alicia Reyes, _MCxico, Instituto de In- co, Instituto de hwestigacioncs Antro- navigation.htm
~'estigacion~s Antropológicas-Univer- po16gicas-Universidad Nacional Autó-
1

sidad N aciana! Aut6noma de MCxico, noma de Mexico, 2001, 110 pp.


2001.
4. Edición facsimilar digital en disco Yolanda Lastra de Suárez, El Códice Hui- LAS CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL CÓDICE
conlpacto de Yolanda Lastra, editado chapan, un cÓd!cc otomí, disco compacto,
por el Instituto Nacional de Antropolo- 1\tléxico, Consejo Nacional para la Cul-
gía e Historia, ivléxico, 2006. ] tura y las Artes/Coordinación Nacio- Las pictograflas del Códice Huichapan que acompañan a las glosas en len-
! 1 nal de Difusión-Instituto Nacional de
gua otomí muesh·an tma sencillez que no demerita la precisión ele las for-
1 1 Antropología e Historia/Dircccii-m de

1 1 Divulgación,2006.
mas. Los colores son variados y aún mantienen su nitidez original. Como
5. Paleografía del COdice J-luiclwpan por ! Charles David Wright Carr, C:~dice (!e podemos observar, se tuvo particular cuidado en el regish·o de los glifos
1 Charles Davic! \Vright Carr, versi6n di- J-luichapan, estudit; y paleograha, ech- que representan los años que aparecen en cartuchos en una secuencia
1 gital en Les Editions sur Supports In- ci6n digital en Les Editions Sur Supports
formatiques, 2011. Informatiq.ue,s, consultac~o ~n http: 11 incompleta. Particularmente, los glifos caña y pedernal se registraron
1
www. sup- mfor. com/ nangJtton. ht.m con un mayor número de componentes que merecen ser estudiados con
detenimiento. El códice fue escrito por un otomí castellanizado en el

2+8 2+9
convento de 1--luichapan entre los siglos XVI-XVII. La paleografía del ca- trata de glifos toponímicos que hoy día forman parte de los nombres de
lendario mesoamericano consta de la estructura y funcionamiento, así municipios del estado de Hidalgo.
como del texto histórico y sobresalen mandatarios tenochcas, como es La tercera sección posee una comparación calendárica entre los sis-
el caso de Tlacaélel. temas calendáricos mexica (nahuatl), europeo y otomí. Corresponde a
Así, este códice es un manuscrito empastado en pergamino integra- los Fólios 11 y 13 (ya que el 12 se encuentra en blanco) y en estas fojas
do por varios documentos encuadernados que forman un libro; consta u hojas esta el calendario que dio a conocer Alfonso Caso y que muchos
de 68 folios (o 34 fojas) de 29 centímetros de largo por 21 centímetros historiadores han referido como las fojas mas importantes del códice,
de ancho, los cuales se encuentran juntos pero sin orden cronológico. ya que no existe algún otro documento parecido que contenga un ca-
Está escrito en papel europeo del siglo XVII, con filigrana o marca de lendario en otomí. El folio 11 hace referencia a los días del calendario
agua. Y aunque carece de portada, en general está bastante bien conser- otomí; la lista comienza con el día Antoqhua)'; Ecker lo traduce como
vado; no obstante, hay tres fojas reducidas a fi·agmentos y otras bastante pedernal y Alfonso Caso como cocodrilo, que entre los mexicanos co-
maltratadas especialmente en los bordes. Su estructura se encuentra rresponde a cipactli, primer día del Tonalamatl. El cronista o escribano
compuesta por varias secciones. La primera de ellas está dedicada a la del códice hace coincidir el día Antoqhua)', que corresponde al cipactli,
historia del convento de San Francisco de Huichapan, que va desde el con el primer día del mes ele enero.
siglo XVI al siglo XVII. De los folios del 1 al S, los cuales son llamados Algunas otTas traducciones al español de los nombres de los dias del
Anales de Hui chapan y Jilotepec, que van de 15 39 a 1618, fueron escritos calendario otomí al español son: amádahi, aire en español y ehécatl en
en otomí sin ninguna imagen y relatan sucesos variados. También pro- náhuatl o mexicano; anegú, casa en español o cal/i en náhuátl; anbotága
porciona nombres de los guardianes del convento, los fiscales, goberna- o lagartija; anequéya o culebra; anphanisatochoe o venado, mázatl náhuatl;
dores indígenas y alcaldes mayores; igualmente describen y van hilando anqhua o conejo; andehe o agua; anyoh o perro; amatzepá o mono; ancház-
acontecimientos históricos como nacimientos, muertes y el estallido de tt'f!)' o hierba o zacate; anxithi o carrizo; anhmatzhdni o fiera; angas.emi,
una calentura (epidemia). en náhuatl cuauhtli y en español, águila; anthecha o dios; an)'ch o lluvia y
El autor de este manuscrito, o por lo menos de los primeros ocho andoeni o 11or.
folios, lo conocemos a partir de la traducción realizada por Ecker, quien En el folio 13 del códice aparecen en forma ele lista los nombres de
indica que fue Juan de San Francisco, casado con Magdalena María en los meses de los calendarios otomí, denominado en mexicano como
1587 y que su padre fue el fiscal Lucas de San Francisco. Xiuhpohualli, compuesto de 18 meses de 20 días, ademas del calendario
La segunda parte corresponde a los folios 9 y 10, en los cuales se cristiano, y los signos del zodiaco en otomí y español. De izquierda a
encuentran dibujados 12 glifos toponímicos o nombres de lugares. Se derecha tenemos en la primera columna, traducidos al otomí los nom-
trata de un pictograma con su glosa en lengua otomí Únicamente, a la bres de los signos del zodiaco, seguidos por los nombres de los meses
manera de la Matrícula de los tributos, manuscrito realizado en el siglo XVI en español, los signos zodiacales, los meses en náhuatl, otomí, y en la
en el centro de México. Los nombres de los pueblos que se encuentran última columna una lista de números romanos (figura 1).
en la parte superior de las fojas han desaparecido. El primer jeroglífico Y aunque los nombres de los meses en otomí también corresponden
del folio 9 es el de Xilotepec; su glifo está representado con dos jilotes al calendario mexica (nalma), al escribano del códice le faltó mencionar
o mazorcas tiernas de maíz sobre un cerro. Algunas otras h·aducciones los cinco días sobrantes o nemotemi (dupá en otomí). Como lo señala-
del otomí al español de los nombres de lugares del folio 9 son: Ameal- mos anteriormente, algtmos de los nombres de los meses en otomí y
co, Chicabasco yTasquillo, y del folio 1O, Chapan tongo yTulancingo. Se náhuatl del folio 13 fueron traducidos al español por Jacques Soustelle,

250 231
Alfonso Caso y Pedro Carrasco. Así tenemos: ambue en otomí, en ná-
huatl titil (Tititl-lzcalli) que significan en español encogido o arrugado;
onthudoeni en otomí y Xochilhuitl (lzcalli) o fiesta de las flores, que Pe-
dro Carrasco traduce como siembra de flores; Ambuoentaxi en otomí y
Xilomaniztli en náhuatlu ofrenda de jilotes que Pedro Carrasco tradujo
como crecimiento de jilotes.
En cuanto los signo zodiacales en otomí se indica que ancándehe co-
rresponde a Acuario (dehe o agua); amahúa a Piscis (húá o pescado);
amatánphani o antara a Tauro (phani o venado); anhmú a Virgo; anphan-
chayáy a Sagitario.
La última sección, que cronológicamente es la primera, se refiere a
los anales prehispánicos, folios del14 a168. Cuenta la historia de Jilote-
pec y sus vecinos otomíes, así como la de México-Tenochtitlan y el seño-
río de Cuautitlán desde el año 2 ácatl (caña) 1403 y al10 técpatl (1528).
Estos anales poseen importante información sobre los sucesos ocu-
rridos antes y después de la llegada ele los españoles a la región. Descri-
ben distintos acontecimientos combinando signos pictóricos con textos
alfabéticos en otomí, con breves inserciones en castellano y náhuatl. Es
interesante observar cómo se entrecruzan los acontecimientos ocurri-
dos tanto en la ciudad de México-Tenochtitlan como en la provincia ele
Jilotepec. Así sucesivamente, van amalgamándose los procesos políticos
por los que fueron pasando dichas ciudades y los conflictos étnicos que
durante un largo periodo los abatieron con otras poblaciones circun-
dantes a sus provincias.
La parte que se refiere a la historia prehispánica interesa por los
detalles que brinda sobre los otomíes, como los nombres ele sus gober-
nantes y su relación con oh·os grupos como los mazahuas, purépechas y
mcxicas. N o obstante, la sección ele historia novohispana tampoco care-
ce ele interés ya que trata de la organización social y religiosa impuesta
por los españoles en la región.
En cada folio se relatan distintos acontecimientos de la historia del
Figura l. C6dice Huichapan, !'olio 13 pueblo otomí y mexica con leh·a y pictogramas (o dibujos). Hay casos
en que coincide la información escrita con las imágenes; a su vez, hay
folios que proporcionan sólo información complementaria o el texto
en otomí sin interpretación o brinda información sobre las imágenes.

252 253
En la parte inferior ele cada folio aparece la cuenta de los años dibujada
en dos cartuchos con los glifos o los símbolos prehispánicos de conejo,
casa, cafia y pedernal junto a la numerología romana y decimal.

DESCRIPCIÓN DE LOS FOLIOS

En el folio 14 se describe la llegada al trono en 1403 del primer Tlacatc-


whtli deTenochtitlan,Acamapichtli, llamado en otomí Edámmitti ánxithi.
El tlawilo representó el pictograma o dibujo con Acamapichtli sentado
en su écpatl o trono y un glifo sobre de él que representa un manojo de
cañas sostenido por una mano y frente a él una bandera sin color.
En los folios 15 (1405-1406), 16 (1407-1408), 17 (1409-1410), 18
(1411-1412), 19 (1413-1414) y 20 (1415-1416) no aparecen imágenes ni
escritura en otomí, sólo los glifos anuales en la parte inferior ele las fojas.
El folio 21 corresponde a los años 1417 y 1418. El pictograma del
folio muestra dos écpatl, uno de ellos tiene el glifo de Acamapichtli en
su bulto mortuorio y el otro de su sucesor Chimalpopoca.
En los folios 22 (1419-1420), 23 (1421-1422), 24 (1423-1424) no
aparecen imágenes ni escritura en otomí, únicamente los glifos anuales
en la parte inferior ele las fojas.
En el folio 25 (1425-1426) se anuncia la muerte ele Chimalpopoca
con un pictograma con su bulto mortuorio, y su glifo de escudo hu-
meante y un nopal con tunas o flores.
El folio 26 ( 1427-14 28) combina escritura con dibujos. En este folio
se aprecia al tlatoani ltzcóatl con su glifo de serpiente ele obsidiana sen-
tado en su écpatl; frente a él se observa una mujer ataviada con un huipil
y arriba de ella el nombre de Quauhxilotl, junto a unos dibujos en for-
ma de peces, sapo, pájaros, flor y cabeza ele águila. Del lado derecho del
folio hay un hombre sentado en un templo, representado con llamas y
dos Hechas aptmtando hacia él. Del lado superior a este templo hay tres
mandatarios sentados en su écpatl con glifos de serpientes (figura 2). Figura 2. Códice Huichapan, folio 26

En el folio 27 (1429-1430) están dibujados dos mandatarios. El del


lado izquierdo parece ser Chimalpopoca, ya que porta su penacho y un
escudo humeante sentado en el aire, levitando; sólo se le ve una parte

2 S5
ele su maxt!at! y una Hecha pasa detrás de él. En el extremo derecho se
observa la f!gura de un dignatario con cabeza ele águila atado a su tro-
no por el cuello. Detrás ele él, a la izquierda, hay una casa y una flecha
apuntando hacia ésta.
En el folio 28 ( 1431-1432) está dibujada una figura humana sin cabeza
(quizás narra una clecapitaci6n). A su costado aparece tma cabeza con una
atadura en el cuello (figura 3).
En el folio 29 ( 143 3-14 34) está ilustrada una casa o templo en llamas
con una cabeza ele águila y una Hecha.
En el folio 30 ( 1435-14 36) se aprecia una casa o templo en llamas
con dos Hechas apuntando hacia ésta en la parte superior, y la represen-
tación ele una flor. A su lado se encuentra un hombre ataviado con su
escudo (quizás un guerrero).
En el folio 31 (1437-1438) están dibujados dos glifos toponímicos
con una flecha apuntando hacia ellos, uno ele ellos es el de Tultitlán.
En el folio 32 ( 1439-1440) hay diversos pictogramas, entre ellos tm
bulto mortuorio sentado en su écpatl con el glifo de serpiente, un árbol
y una escalera.
En el folio 3 3 ( 1441-144 2) se aprecia el dibujo ele un mandatario
sentado en su écpatl con su glifo ele f1echaclor del cielo; arriba de él hay
una glosa que dice Ilhuicamina Motecuhzoma.
El folio 34 ( 1443-1444) contiene una glosa en otomí. El texto de la
parte superior izquierda se refiere a la llegada de un caudillo de nom-
bre Serpiente de Nubes, junto con un grupo ele seguidores y ayudantes
a la provincia ele Jilotcpec. En otras fuentes etnohistóricas coloniales
aparece este importante personaje como el hijo ele ltzcóatl, de Tenoch-
titlan. Además, se le registra como el iniciador de un linaje que gobcrn6
Jilotepec. Se le registra tambi<',n con el nombre ele Serpiente de Nubes
Blanca. De manera interesante, fray Juan cleTorquemada describe en su
magnífica obra Monarqllfa indiana ( 1615) a una deidad con ese mismo
nombre, lztac Mixcuatl, padre ele Otómitl (Otontecuhtli), el principal
Figura 3. Códice Huichapan, !'olio 28 patrono de los otomíes (figura 4). 32
En el glifo toponímico ele Jilotepec (Lugar del Cerro ele los Jilotes) se
registró información adicional: en el cerro está dibujado un gobernante
ataviado con una tilma roja adornada con rombos y con un tocado de

156 257
guerrero; el gobernante se encuentra sentado en un tTono o écpatl, al pa-
recer ele piel ele jaguar. Además, está pintada tma serpiente sobre el cerro.
Con algunas variantes, un conjunto similar aparece en la primera
lamina del Códice de }ilotepec, asociado al año 1403. Aquí no se hace
alusión a Serpiente de Nubes; se menciona en el texto en español a Aca-
mapichtli y Chimalpopoca como primeros e importantes gobernantes
ele los ((tnexicanos", ascendientes del señor "lvlonthesutna".
En la parte superior del folio 35 (1449-1450) se aprecia una glosa en
otomi; debajo a la derecha hay dos bultos mortuorios y, a la izquierda,
se observa la figura ele un mandatario sentado en su écpatl con su glifo
(parece que se trata ele Motecuhzoma Ilhuicamina). Debajo ele éste hay
un hombre con su maxtlatl o taparrabos y una glosa que dice Macanaque,
y una mujer ataviada con un huipil ele colores.
En el folio 36 (1451-1452) aparece el dibujo ele un hombre atado
por el cuello a una casa; arriba de e! está un glifo en forma ele cabeza
ele águila.
En el folio 37 (1453-1454) hay una glosa en otomi, la flgura ele un
cráneo y un hombre al que le está siendo devorada la pierna por una
llera, tal vez un coyote o un perro.
En el folio 38 ( 1455-1456) hay una glosa otomi; debajo, a la izquier-
da, el año tres caña pintado con fondo negro y arriba ele éste aparece
castellano y náhuatl: "Eclipse del Sol. Eclipsado Sol", "Nicá oqualoc .Y to-
natium otlayona". Además, está dibujada una bandera y del lado derecho
de la lámina, dos hombres vestidos, uno ele ellos está sentado junto a un
cerro, el otro porta huaraches (figura 5).
En el folio 39 (1457-1458) hay una glosa que dice en otomí "Ne-
zahualcóyotl tomó el poder en Tetzcoco". Asi se representa a Nezahual-
cóyotl con su glifo de coyote con el hocico abierto, sentado en su écpatl.
No hay ningún dibujo que indiqueTetzcoco (figura 6).
En el folio 40 ( 1459-1460) se aprecia tma glosa en oto mí y Ll\1 dibujo
de dos hombres: uno ele ellos con su escudo y huaraches dirigiéndose a un
Figura 4. Códice Huichapan folio 34
1 cerro y sobre él un glifo en forma ele pierna con una cabeza en el muslo.
En el folio 41 ( 1461-1462) se ve un hombre ataviado con un escudo
y portando una n1acana en su mano, dirigiéndose hacia una casa o tetn-
plo que está en llamas y con dos flechas apuntando hacia ésta.

158 159
Fiaura
b
5. Códice Huichapan, folio 38 Figura 6. Códice J-luichapan, folio 39

260 261
En el folio 42 (1463-1464) se observa una glosa en otomí y el dibujo En el folio 50 (1470-1480) la glosa en otomí dice: "Aqtú murió el
ele tres mandatarios sentados en su écpatl o tronos con sus glifos; uno de Aoxrmy:lxi -rapado ele la tierra tarasca-, Señor del gran enemigo. En
ellos tiene un nombre escrito: J!icoctim. A la derecha hay dos hombres este año hubo necesidad, cocieron reatas". Se observan dos hombres que
-con sus glifos-; uno ele ellos camina con un maxt!atl, huaraches y luchan arriba de un templo que esta jw1to a otro diferente. Uno ele los
carga un mecapa!, y el otro se encuentra sentado. individuos esta vestido con pieles y descalzado, porta una especie de tra-
Ademas de tener una pequeña glosa en otomí, el folio 43 (1455- pito amarrado en la cabeza. El otro tiene un maxtlatl, huaraches y un pe-
1466) muestra dibujos ele un cesto con mecapa!, un mandatario sentado nacho. Ambos individuos se encuentran parados en w1a especie ele tabla
en su écpatl con una flecha a su derecha y la representación ele un cerro sobrepuesta en el templo de la izquierda. A la derecha del sujeto ele las
de agua con una avispa o abeja. pieles, hay una bandera que cae. Del lado derecho hay dos bultos mor-
El folio 44 (1467-1468) presenta una glosa en otomí con la repre- tuorios en su écpatl.
sentación ele dos casas o templos en llamas y sobre ellos dos flechas En el folio 51 (1481-1482) hay una glosa en otomí con diversos pic-
apuntándoles. En uno ele los templos se observa que dos hombres estan togramas, entre ellos dos bultos mortuorios en su écpatl, dos mandata-
combatiendo; uno ele ellos esta ele pie, vestido y ataviado con sombrero, rios vestidos con tilma sentados en su écpatl, uno de ellos con el nombre
huaraches, escudo y una macana; el otro, se encuentra sentado, vestido ele Ymexayac, representado con glifo en forma ele pierna con una cabeza
con maxtlatl, escudo y macana. En el otro templo hay un hombre sen- en el muslo.
tado con su mm:t!at! y un penacho; detrás ele él hay un bulto mortuorio En el folio 52 (1483-1484) se observa un templo; detrás de él hay un
con su glifo. En el folio 45 ( 1469-1470) sólo hay dos líneas ele glosa cerro y encima la figura ele un arbol, tma cuerda, tm escudo y una flecha.
escrita en otomí. El Único pictograma que aparece es el de un manda- A la derecha, hay una figura de un señor vestido con su tilma y un glifo.
tario sentado en su écpat! con su glifo; arriba ele él aparece el nombre En el folio 53 (1485-1486) la glosa en otomí relata: "Aquí murióTi-
ele Axayacatzin. zoc, caudillo ele los Chichimeca, y subió a la sei1oría Ahuizotl. Se acer-
En el folio 46 (1471-1472) se aprecian seis mandatarios sentados en caron los tarascos a falda ele la loma pero no hubo batalla".
su écpatl con sus glifos, dos ele ellos con su bulto mortuorio. Aparece el bulto mortuorio ele Tizoc, a su derecha está Ahuizotl en
El folio 47 (1473-1474) presenta una glosa en otomí y la representa- su écpat! con su glifo. Abajo se observa el glifo toponímico ele Jilotepec
ción ele un templo con un hombre sentado aliado ele éste. al que se acerca un tarasco vestido con pieles y huaraches.
En el folio 48 (1475-1476) se observa un templo, un árbol y aliado En el folio 54 (1487-1488) se aprecian figuras diversas, entre ellas
dos mandatarios sentados en su écpat!, uno ele ellos en su bulto mortuo- dos templos. Uno ele éstos se muestra en llamas arriba de un cerro con
rio. Arriba, un hombre con un maxtlatl y una bandera en mano se dirige una estrella dibujada -quizas se trata del Cerro de la Estrella-; hay
a una casa o templo en llamas. Del lado derecho aparece un hombre dos hombres vestidos con maxtlatl y escudos, ele los cuales uno porta
sentado con su maxtlatl. una bandera en su mano y el otro una macana.
En el folio 49 ( 1477-14 78) hay diversos pictogramas, entre ellos Faltan los folios del año 1489 al 1496.
tres mandatarios vestidos con su tilma y sentados en su écpatl. Uno La foja -hoja- del folio 55 (1497-1498) se encuenb·a mutilada y
ele ellos tiene escrita la palabra Ylamatzin. Además, hay siete figuras de no contiene glosa en otomí más que algunas palabras. Aparece la repre-
cabezas, dos cerros, dos cabezas ele aguila, dos templos representados sentación ele un cerro con una flor al centro y, sobre éste, una flecha con
con llamas, y dos hombres que al parecer están combatiendo fuera de un círculo en medio; a su lado hay una figura de un cerro pintado ele
un templo con sus escudos. color amarillo y representado en forma ele cara con la lengua ele fuera,

261 263
debajo dice tequantepec; arriba de éste está dibujada una cabeza y los El documento del folio 62 (1515-1516) esta mutilado y el texto es
nombres de Amaxtlac y Amaxichondchc. ilegible. Hay diversos pictogramas; de izquierda a derecha se ve una casa
La foja del folio 56 ( 1499-1500) está mutilada y sin ninguna glosa 0 estilo occidental con techo de dos aguas, una puerta y una ventana pe-
dibujo más que los glifos anuales. queña. En la parte inferior, hay una imagen en forma de w1 tapiz, que en
El texto del folio 57 (1501-1502) es ilegible; se aprecia un bulto cada rombo tiene un coyote o un águila.
mortuorio con su glifo sin pintar y con un trazo muy tenue. Debajo El documento del folio 63 ( 1517-1518) está mutilado. La traducción
hay dos glifos, un dignatario sentado en su écpatl y otros dos sentados de otomí al español de la glosa dice: "Aquí por primera vez llegaron a
enfl·ente de éste vestidos con sus tilmas. Arriba ele estos dos personajes la orilla del agua los españoles, empezaron a pelear con Motecuzoma.
está escrito 1Hoteczuma. Los encargados esperaban el gran asalto que iban a dar los parientes del
El folio 58 ( 1503-1504) contiene glosa en otomí. De arriba abajo se collar, aliado de España. Vieron a Motecuzoma y a los españoles y se
observa una mujer vestida con un huipil y enaguas parecidas a la de los pusieron sus bien lavadas mantas y vieron al rey que se puso de acuerdo
folios 28 y 35; tl·ente a ella aparece un hombre sentado con su maxtlatl con 1os espano- 1es ".
portando un escudo, una macana y un trapo amarrado a la cabeza. Aba- Se aprecian varios dibujos, entre ellos un cuadro gris que en su parte
jo de ellos hay un écparl-coloreaclo como si fuese de pieles, quizás de inferior tiene dibujado un hombre con un glifo en forma ele pierna, con
jaguar-, con su bulto mortuorio y enfrente un cerro. A la derecha, un una cabeza en el muslo; el individuo se dirige a un cerro que en la pun-
hombre vestido con huaraches se dirige a otro cerro con una bandera. ta tiene una bandera y, a su lado, w1 bulto mortuorio. También hay un
Debajo ele la glosa en otomí del folio 59 (1555-1506) se observa un tapiz parecido al del folio 62 y, arriba de éste hay un árbol y, a su lado,
cerro con Lma bandera y una cabeza dibujada al centro. Se aprecia el un hombre descalzo con un escudo y una maca11a. En la parte superior
nombre ele Copantepec y un bulto mortuorio en su écpatl. derecha aparecen cinco mandatarios sentados con sus tilmas y sus res-
La glosa del folio 60 ( 1507 -1508) es ilegible, sin embargo, el tlawlio pectivos ghfos.
-pintor- dibujó un acontecimiento importante: el año cíclico 2 El documento del folio 64 ( 1519-1520) está mutilado y el texto es
ácatl, 1507, último en el que celebraron los mexicanos la ceremonia del ilegible. En esta representación aparecen dos bultos mortuorios, cada
fuego nuevo. Dicho acontecimiento se indica en el códice con un fondo uno en su écpatl. Uno ele los señores porta un glifo ele una serpiente, al
negro al cuadrante del año 2 ácatl y acompañándolo con una serpiente, parecer se trata de Bandera de Serpiente; el otro es el de lmexayac.
una bandera y una flor. Abajo se ve a caballo a un don Martín Cortés y un español a pie
Faltan los folios de los años 1509 a 1512. con una glosa que dice "Don Martín Cardes Marqués". Hay confusión
En el folio 61 ( 1513-1514) la glosa en oto mi es ilegible y la foja está en cuanto a las fechas y personajes, ya que se trataría de la llegada de
mutilada en la parte superior. Aparece una bandera con 14 bolitas, a Hernán Cortés al Nuevo Mundo y no de su hijo Martín. Enrl·ente a don
un lado de ésta se advierte un glifo del personaje Catorce Atabales, ves- Martín está dibujado un mandatario sentado en su écpatl con su penacho
tido ele pieles y descalzo, y porta una bandera. A su izquierda, hay un y un ceno frente a él con una bandera.
rectángulo con dos plumas que podría simbolizar un atabal y un bulto Sólo se conserva el centTD del folio 65 sin representación de la cuen-
mortuorio ele Emottzephonnegua, que significa "tiene fuerza en boca", ta de los años. Se observan dos casas de las cuales parece que sale humo
cuyo glilo es un caracol que se emplean para soplar. A su lado, se dirige o fuego; al interior ele una de ellas, hay dos personas. Debajo de es-
hacia un cerro un hombre descalzo con una macana y un escudo. Hay tas dos casas estan ilustrados algunos rostTos de personas, así como Lm
dibujados tambü"n otro cerro y tres bustos con sus respectivos glifos. hombre junto a unos cañones.

26·~ 265
Sólo se conserva el centro del folio 66 sin representación de la cuen- la sociedad mexica, ya que a través de su lectura uno se percata que los
ta de los años. Se observan dos indígenas y dos españoles, uno ele ellos anales precolombinos estuvieron destinados a describir la morfología
es un fraile, y quizás el otro sea un religioso. política de las estructuras del poder genealógico, así como la dinámi-
En el folio 67 (1525-1526) hay una glosa en otomí. Se aprecia un ca de las relaciones sociales en las que se configuraban los sistemas de
dibujo ele una mujer vestida con un huipil, y un hombre sentados sos- aobierno. Asimismo, este magnífico
b ~
códice refiere datos sianificativos
b-
teniendo objetos. Ambos tienen el mismo glifo -un atabal. Al lado para comprender la formación de la sociedad novohispana y la compleja
derecho, hay una bola de color amarillo. instalación de los asentamientos religiosos en las provincias otomíes.
En el folio 68 (1527-1528) se aprecia un texto en otomí; del lado Por último, debemos hacer hincapié en el valor de este documento
izquierdo está un poco mutilada la foja. Éste es el último folio, termina tanto para los estudios mesoamericanos como novohispanos, ya que a
con el año 10 técpatl (1528), en el que se señala la muerte ele un caci- través de sus relatos se permite conocer y aproximarnos a comprender
que llamado Eyogna, representado con un jeroglífico ele la cabeza de un las historias y la forma de narrar de nuestros pueblos originarios.
cuadrúpedo, quizá un perro o coyote. Se ve dibujada la iglesia ele Santa
Ana ele Jilotepec. Además, se narra la llegada ele los españoles.

1
Direcci6n de Estudios Hist6ricos-Instituto Nacional de Antropolo-
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES gía e Historia.
' Center of Photography, Nueva York.
J Queremos agracfecer el apoyo y auxilio de Maribel Aguilar, Ernesto
El Códice Huichapan es una fuente primaria de información, su conte- Bravo Núñez, Paulina Salvador, Yasury Olivier y Marco Mata López.
nido nos lleva a revalorizar a la población otomí en el ámbito histórico +Federico Navarrete Linares, "Chimalpain y Alva Ixtlilx6chitl, dos
del desarrollo ele las culturas mesoamericanas, nos informa acerca de estrategias de traducción cultural", en Danna Levin y Federico Na-
varrete, indios, mestizos y cspañolcs.lntcrculturalidad e historiogrciffa en la
quiénes eran y qué lugar ocupaban los otomíes antes ele la llegada ele los Nuem España, Mexico, Universidad Aut6noma Metropolitana-Azca-
peninsulares a estas tierras, ya que lo que sabemos de ellos es a través potzalco (Serie Estudios, Biblioteca de Ciencias Sociales y Humani-
dades), 2007, pp. 98-99.
de los cronistas y conquistadores españoles, los cuales tomaron como
' Alfonso Caso, Un códice otoml de San Jllateo Huichapan, Hidplgo, Mé-
referentes a informantes ele la cultura náhuatl. xico, Musco Nacional de México, 1928. En la eclici6n de Osear Re-
Los otomíes no fueron, como lo ha descrito la historia, un pueblo yes Retana, El Códice de Huichapan comentado por Alfonso Caso (1992),
incluye los comentarios gue realizo sobre el documento en 1928. El
marginado, empero que fue una múdad cultural sojuzgada por el "impe- texto original se tiene identificado en la Biblioteca el el Museo Nacio-
rio mexica", al igual que muchos pueblos que circundaban la capital teno- nal de Antropología.
1
chca. No obstante, a lo largo del tiempo la cultura ñahñhu u otomí, como ' Alfonso Caso, Los calendarios prehispánicos, México, Instituto de Inves-
tigaciones Históricas-Universidad Nacional Aut6non1a de México,
se le ha denominado en castellano, ha sido presa de un olvido y un me- 1967, pp. 211-225.
7
noscabo cultural e lústórico. La función social que este pueblo desempe- Lawrence Ecker, "Algunas observaciones sobre el calendario oto-
mí y los nombres otomíes de los monarcas nalmas en el C6clice de
ñó en la época prehispánica es sustancial para comprender el desarrollo
Huichapan", en Summa anthropologica. Homenaje a Robert J. Hléitlaner,
sociopolítico y económico ele la mítica ciudad de México-Tenochtitlan. México, Antonio Pompa y Pompa, editor/Instituto Nacional de An-
Pensamos que la importancia del Códice Hui chapan radica en su cons- tropología e Historia, 1966, pp. 605-612.
¡; Jacques Soustelle, La familia otomí pame del ;liéxico central, fVléxico,
tante énfasis por contextualizar los hechos lústóricos y, más concreta- Fondo ele Cultura Económica, 1993[1937], pp. 213-214,521-528.
mente, políticos de los otomíes de la provincia de Jilotepec con los de ') Pedro Carrasco Pizana, Los otomíes: cultura e historia prehispánicas de los

166 267
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de Huichapan", en IV Coloquio Nacional sobre Otapamcs, edición en XXXIII, núm. 132, México, pp. 33-73. A esta publicación se suman
disco compacto, México, Centro de Jnyestigaciones en Ciencias So- dos más: "Signos toponÍn1icos en el Códice de I-luichapan'', en Estudios
ciales-Universidad ele Guanajuato, 2002. Esta ponencia se volvió a de Cultura Otopame, núm. 2, Instituto ele Investigaciones Antropo-
presentar en 2003 corregida y aumentada en el Seminario de Inves- lóaicas-Universidad Nacional Autónoma ele Mexico, 2000, pp. 45-
tigación Histórica de la Facultad de Filosofia y Letras de la Univer- 72~ y "Con1unicación gráfica en el Códice de J-/uichapan", en ;l!emo~ia
sidad de Guanajuato. Posteriormente el texto se volvió a actualizar del IV Coloquio Nacional sobre Otopames, Departamento de Histo.na,
en 2005 bajo el nombre ele Los signos gráficos en el C6dice de Hui- División ele Ciencias Sociales y I-lumamdades, Campus Guanajua-
chapan, ponencia presentada en el VII Coloquio Internacional sobre to-Universidad ele Guanajuato/ComitéAcadémico de los Coloquios
Otopames, Mexico, El Cole~io ,Mexiquense, noviembre de 2005. Internacionales sobre Otopames, 201 O, pp. 61-75.
Finalmente, en 201 O se cmpnmco como parte de la memona del IV 111
David Charles Wright Ca1:r, "Cioud Serpcnt, Kin,g of the Place of thc
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168 269
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.__,
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270 171
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2000, pp. 45-72.
4
- - - ,Con1unicación gráfica en el códice Huichapan", en Ale-
'

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des Campus Guanajuato/Comité Académico de los Coloquios
Internacionales sobre Otopames, 2002, pp. 61-75.
----,"La con1unicaci6n grcl.fica en c1 Códice de Huichapan,, en
/f' Coloquio Nacional sobre Otopames, disco con1pacto, México,
Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales-Universidad de
Guanajuato, 2002. PRESENTACIÓN
----,Los signos gráficos en el Códice de Huichapan, ponencia presen-
tada en el VII Coloquio Internacional sobre Otopames, México,
El Colegio Mexiquense, noviembre ele 2005. Para situarnos temporal y espacialmente, este escrito trata sobre el nor-
----, "ET signo toponímico de Jilotepec en el Códice de Huicha- ponientc del Valle del Mezquital, límite septentrional ele Mcsoamérica
pan", en Affonso Serrano Serna (comp.), 1II Coloquio Internacio-
y frontera entre chichimecas, jonaces y pames nómadas con los oto míes
nal sobre Grupos Otopames. Homenaje a Román Piña Chan, vol. 2,
México, Comitc Organizador ele los Coloquios Internacionales sedentarios. El clima de tensión que durante siglos se viYiÓ en esta zona
sobre Otopamcs, 2009, pp. 651-660. c1uedó registrado en documentos del siglo XVI, donde se indica que la
- - - - , C~dice de Huichapan, estudio y paleografía, edición digital
en Les Editions sur Supports !nformaciques, consultado en http: 11 parte norte de Mesoamérica estaba ocupada por grupos bárbaros.
\VVV\V.su:p-infor.con1/ navigation.htm, 2011. Hacia los inicios del primer milenio ele nuesLTa era, los grupos xajay
- - - - , "Codice de Huichapan", Arqueología ¡Jiexicana, edición es- ocuparon el sur de la frontera norte mcsoamericana y construyeron
pecial: La colección de códices de la Biblioteca Nacional de Ancropolo-
gia e Historia, núm. 4 2, 2012, pp. 54-57. sus centros ceremoniales en los bordes de las mesas que conforman el
---"--", "Los signos glotográllcos en el Códice de Huichapan", paisaje ele los actuales municipios de Tecozautla y Huichapan; coexistie-
Relaciones. Estudios de Historia)' Sociedad, vol. XXXIIJ, nÚn1. 132,
ron tanto con los "chichimecas" del norte como con los tcotihuacanos
2012, pp. 33-73.
- - - - , "Cloucl Serpcnt, King of the Place oF the Flowering Ten- al sur, por lo menos entre los años 300 y 500 el. C. La llliación otomí
der Ears of Corn: An lnterpretation of the Pictorial and Verbal ele los xajay les permitió tener contacto con ambas socieclacles, sin que
Signs in an Otomí Coclex", en M. Martha Lengeling e lrasema
Mora Pablo (ecls.), E~foques de la im-estigación cualitatira, México, ello los eximiera ele guerras eYentuales. Con la información arqueol6-
Departamento ele Lenguas, División de Ciencias Sociales y Hu- gica obtenida en los ultimas años por el Proyecto Especial Pahñu, se
manidades, Campus Guanajuato-llniversiclacl de Guanajuato, propone que los xajay fueron uno de los grupos oto míes del Valle del
2014, pp. 381-392.
Mezquital relacionado con la conformación de Tul a.

273
272
GRUPOS XAJAY

La palabra .mjay significa "tierra húmeda" en otomí (Xa, húmeda, hume-


decer; y jay, tierra), 2 y comenzó a utilizarse como denominación ele un
tipo cerámico localizado por Enrique N al da en las laderas del Cerro Xajay,
cerca ele Tequisquiapan, Querétaro. 3 A partir ele dicha identificación,
en 1986 el Proyecto Valle del Mezquital ubicó en Hidalgo varios sitios
emplazados al sur del río Moctezuma, sin poder asignarles una filiación
cultural clara. Desde su descubrimiento, los sitios se plantearon como
un probable desarrollo regional cuyo núcleo se encontraba en San Juan
del Río y con una extensión que se denominó Provincia Oriental Xa-
jay. En esta última se encontraban los sitios de Pahñu, Zethé, Zicladá,
Taxangú y Cerrito.·' Años más tarde se planteó que tanto los sitios an-
teriores como el del Cerro de la Cruz en San Juan del Río formaban
parte ele la Cultura ele las Mesas o Xajay y que probablemente estarían
relacionados con los sitios Santa Rita, Muralla Vieja y San Sebastián ele
las Barrancas en el estado de Querétaro, 3 y Los Toritos y Tixhiñú en el
Estado de México. 6 !O 20 JO 40 S!ll<m --Frontera Meso~merlcana
., Sltios Xa]ay
Una de las características de los sitios era que manufacturaban y uti-
Map.:t 1. Localización ele los sitios Xajay
lizaban los cajetes Rojo Inciso Poscocción-Xajay (RIP); aun cuando su
presencia como elemento distintivo no se descarta por completo, se re-
conoce que se ha sobrevalorado. Si bien en todos los sitios del Valle del Enrique Nalda quien comenzó a reportar problemas para lograr la fi-
Mezquital se tiene reportado al RIP-Xajay, también es cierto que su den- liación cultural de la cerámica HII' y su asociación con tipos conocidos,
sidad con respecto a otras cerámicas identif!caclas hasta este momento dificultad que terminó en modificaciones a la cronología en repetidas
es baja. La causa probable de la sobreestimación del Rir-Xajay es que, tal ocasiones. A pesar ele estas vicisitudes, tras treinta años de investigacio-
como sucede con otros tipos cerámicos, como el anaranjado delgado de nes se tiene un mayor conocimiento acerca de la historia.
Teotihuacan, sus características físicas hacen que su reconocimiento sea La cultura Xajay se desarrolló entre los años 300 y 1000 el C., en el
relativamente sencillo y que por lo tanto sea muy visible. norponiente del Valle del Mezquital, en la ribera derecha de los ríos
Investigadores ele la región ele Querétaro y San Juan del Río han San Juan y Moctezuma hasta el parteaguas con la cuenca del Lerma. El
propuesto que los cajetes RIP del Cerro de la Cruz fueron elaborados patrón ele asentamiento disperso, con pocas áreas dedicadas al cultivo
por grupos foráneos que no construyeron los edificios del sitio, sino detectadas hasta la fecha en el territorio xajay, podría indicar que se tra-
únicamente los reocuparon. Sugieren también que se trató ele personas taba ele un desarrollo regional sedentario, con una mayor dependencia
que estuvieron de paso y, al reconocer el carácter ritual del Cerro ele la hacia el sustento por medio de la caza-recolección que en otras socie-
Cruz, dejaron ofrendas, entre las que, por supuesto, se encontraban va- dades sedentarias, y muy probablemente a las redes ele intercambio que
rios ejemplares de la cerámica mencionada. 7 Ahora bien, fue el mismo debieron acontecer en el ámbito de li·ontera.

27+ 275
A pesar de ser contemp01·aneos al auueb
teotihuacano
(
)'ele su
. re El reconocimiento de un grupo dentro ele un territorio implica la
cercanía geográfica con este centro, es notoria la ausencia el-· 1 . .· identiFicación ele características sobre la manera en la que se apropia del
. , . e o Jjetos ,
estilos caractenstlcos ele Teotihuacan. Lo anterior ha pennit'el1 0
) espacio y lo dota de significado. Los elatos arqueológicos recuperados
. const-
clerar a la cultura Xapy como un desarrollo autónomo." pueden interpretarse como la objetivación ele una serie ele prácticas
La autonomía xajay se vio alcctaela tras la fi·a<Jmentación el ,l .·. que conforman el modo particular del grupo xajay, que van cleselc la
• . w. .' .' b e sistema
teot1huacano. La eliSimnucion en la poblacton de la Ciudad ele 1 . 1)'
, - os toses
manera en la cual construyeron sus edificios, la explotación de materias
para la fase Metepec (600-700 d. C.),' se re!lej'ó en el territor¡'c} .. primas locales (obsidiana gris, basalto y riolita), de las fuentes de agua
. X~~
medtante un aumento en el número de sitios. En este moment .
o se en-
. cercanas, el uso ele pisos ele caliche (calcretas) y barro, los pasos en la
gieron Cerrito y Taxangú, ambos de orden ceremonial. También se dio elaboración ele los artefactos líticos (lascas generadas por flexión y por
un reordenamiento ele los espacios mediante la construcción el·, eel·r·
L
·
1 lCIOS
'---
torsiÓn) hasta la manufactura ele la ceramica. Todo lo anterior es parte
nuevos, que si bien conservaron la misma orientación ele 346° e on res- del modo en el cual los habitantes ele las Mesas se constituyen como la
pecto al norte, aumentaron el tamaño de las estructuras y utilizaron el cultura Xajay, y conservan características propias, a pesar de estar in-
estilo arquitectónico de talud-tablero y cuerpos escalonados. mersos en el territorio de la frontera norte de Mesoamérica.
Para el periodo Clásico, Millon calcula la población de Teotihuacan Aclemas de la enumeración de elementos constitutivos, 13 la perte-
entr·e 150 000 y 200 000 habitantes'", y para alrededor del año 750 el. c., nencia a un grupo estaría dada por la comprensión y aceptación ele cier-
el mismo autor supone una disminución considerable, a tan sólo 30 000 tas representaciones sociales. En palabras de Lemonnier:
o 40 000 habitantes. Se ha propuesto que los grupos que quedaron sin
cohesión tr·as el colapso teotihuacano migraron hacia diferentes puntos El conocüniento espedfico, es decir el "saber-hacer" o las habi1ida-
como el Valle ele Querétaro, Tunal Grande, Valle ele Toluca y el noroeste des manuales son el resultado del conocimiento de las posibilidades
del Valle del Mezquital. Esta hipótesis tiene sentido en la región ele las percibidas y las elecciones que dan forma a las acciones tecnológicas.
Mesas en la que se juntan las dos tradiciones: la xajay y la teotihuacana. Estas posibilidades y elecciones son coneeptualizadas como "Represen-
En síntesis, la cultura Xajay pasó por dos momentos en su historia. taciones sociales". 14
Primero uno de autonomía relativa respecto ele Teotilmacan y después
otro de interacciones con los grupos que migraron a la región tras el En este sentido el conocimiento específico de los xajay lo hemos estudia-
colapso teotihuacano. Esta periodización está corroborada con los fe- do en el caso particular del más grande de sus sitios, Pahñu. En éste, por
chamientos de carbono 14 que se tienen para los eventos constructivos medio de excavaciones estr·atigraficas --es decir, tomando en cuenta
de la Estructura Principal de Pahñu. Los fechamientos sitúan la prime- cada unidad estratigráfica como w1 evento que debe ser removido en el
ra clesacralización del edificio (Templo de la Subestructura quemado) orden inverso a su deposición~, se logró conocer el sistema construc-
para el año 512 el. C., el proceso de construcción del segundo edificio tivo completo para el periodo Epiclásico en la Estructura Principal del
(Estructura Principal) para el 574 el. C., y los cuartos adosados en el sitio, sistema que mantiene un m·clen en la secuencia de acciones itera-
936 d. C.'' tivas para la construcción de cada uno de los cuerpos ele la estructura. 15
Las características ele los cinco sitios ceremoniales xajay ele Tecozautla Otra parte importante ele los estudios tecnológicos realizados hasta el
y Huichapan se han descrito con anterioridad. 11 Por ello, ahora se pro- momento se basa en la lítica del mismo sitio.'" A partir de estos análisis,
pone analizar la frontera ele este grupo para contr-ibuir a 1)['ecisar con se plantea una continuidad tecnológica desde el material proveniente de
otros elementos la comprensión ele lo xajay. los estratos que corresponderían alllnal del primer evento constructivo

276 177
lados, Clara Luz negro esgrafiado, RIP-xajay, platos de base de pedestal
Moy, Guadal u pe rojo sobre café esgrafiado, 27 cajetes similares al ne-
cratlvo
~
la Cruz' 8 )'al cañada al negativo;'"
~
tecomatcs con decoración al
~egativo; pipas y numerosas aplicaciones de braseros. 30
Si bien falta analizar los materiales de los eventos más tempranos del
sitio y hacer su posterior inserción dentro de la estratigralla general,
se co;1sidera que entre la cerámica de Palnl.u se encuentran tiestos de
las !~1ses Prado (700-800 d. C.), Corral (800-900 d. C.) y en menor
f!·ecuencia de Tollán (950-1150 d. C.) de la cronología de Tula; 31 de las
a. b. c. fases Atlán (550-600 d. C.), Sinana (600-800 d. C.) y Xitl1i (800-900
d. C.) para la región del Valle del Mezquital; 32 además de materiales
que corresponden al Complejo de San Juan del Río. ll Estos resultados
o 2cm
concuerdan con los fechamientos por carbono 14 mencionados ante-
rion11ente.

Fragmentos de puntas manufacturadas sobre naYajillas prismáticas

Los XAJAY OTOMÍES


(300-550 d. C.), y de manera continua por los siguientes esh·atos hasta
las últimas consh·ucciones (550-900 d. C.). Entre las técnicas identifi- Las interrogantes sobre el territorio otomí y sns antecedentes prehis-
cadas destacan la percusión directa, el uso de yunque para el basalto y pánicos han sido constantes, desde que Pedro Carrasco en 1950 llamó
la riolita dentro del marco de la talla en rebanadas y de la envolvente, la atención sobre el tema:
así como llexión y torsión para quebrar las navajillas prismáticas que
llegaban a Pahñu. Hasta ahora los arqueólogos no han llamado otomí a ninguna cera-
De las 1 580 piezas de obsidiana analizadas se identificaron tres colo- n1ica pero esto no quiere decir que los otmníes no la usaran. Por el
res'7 de este material: 1 562 corresponden a obsidiana gris (917 de las contrario en los principales centros antiguos de los otomíes hay restos
cuales son navajillas) y tan sólo diez son de color café y ocho verdes." ceramicos y los datos de la cultura otomí nos indican que se usaban
Con la finalidad de comparar con ot1·as áreas, tamÍJién se realizó el vasijas ele barro. Sin embargo, no hemos de esperar que haya una ce-
análisis cerámico del material proveniente de supedlcic (Unidad Estra- rán1ica exclusivmnentc oton1l; los lí1nites de las cercln1icas rara vez
tigráfica O) de Pahñu, con el propósito de obtener un panorama general coinciden con los de los idiomas, la llamada matlazinca por ejemplo
de los tiestos que se están analizando por cadenas operatorias.'" En lo es la característica del Valle de Toluca y por lo tanto tan matlazinca
que respecta a las formas, se identificaron ollas locales y ollas caño- como otomi o n1azahua. H
nes rojo sobre café; sahu1nadores; 20 incensarios n1iccaotli tardío 111ate
21
fino, y los reportados para el cerro de la Cruz;" brasems mate burdo A partir del siglo XVI se menciona a los otomíes en distintos lugares de
de Teotihuacan" y café burdo,'+ cajetes rojo sobre bayo el Mogote," los actuales Estados de México e Hidalgo: Jiloptepec, Chapualuacan,
Ana Maria rojo sobre café,"' coyotlatelco rojo sobre cale, negros acana- Hui chapan Tecozautla y Chapantongo, siempre en luchas y sin territorio
278
279
propio. Por ejemplo, Grijalva menciona que en las inmediaciones de!
convento de Chapulhuacan hay "lenguas mezcladas porque hay oto míes
y chichimecas y son indios que no están domados". 1i Sahagún también
hace mención de los otomíes, en particular de su estructura social: "En-
tre ellos había sei'ím·es y mandones que mandaban a sus súbditos. Había
principales, personas conocidas, como los que llaman calpixques, que
regían a los demás; había otros c1ue les llamaban otontlamacazque; había
un supremo y grande sacerdote que se decía tccuhtlato". 16 Si bien los
otomíes mantm·ieron sociedades sedentarias, un buen porcentaje de su
manutención era obtenido por la caza-recolección. De todo lo anterior
se propone que se trataba de guerreros y de gente organizada jerárqui-
camente que no defendía especítlcamente un sitio, sino que conserva-
ba cierto nomadismo, y que por alguna razón podía desplazarse por
diferentes territorios. "[ ... ]las Relaciones geográficas del siglo .\TI de los
pueblos otomíes de la zona de lxmiquilpan mencionan que los otomíes
nunca hicieron la guerra por sí solos, sino obligados por otros grupos
37
hegemónicos." Tal es el caso de la Guerra Chichimeca que desde 1550
y hasta 1600 se libró al norte de la antigua frontera de Mesoamérica
- - Frontera Mesoamencana
como parte de la avanzada católica sobre los nómadas chichimecas bajo Área; Culturales
El Area Otnmi·Pame
la consigna ele ser una guerra a "fuego y sangre". Js tlliill Gmr1 Clllchlmeca
~ SiUos xajay
En el siglo XVI la Gran Chichimeca colindaba al sur-poniente con la
región tarasca, y al surorientc con los otomíes. Según Vergara, 39 la parte J\.~Iapa 2. Área otomí~pame y la l'rontera mcsoamericana del siglo XVI
mejor documentada sobre la fi·ontera es la que corresponde a Ixmiquil-
pan, Alfajayucan, Huichapan, Tlahuelilpan, Tepetitlán, Chapantongo, que en grupos sedentarios. Esto no quiere decir que la conversión de
Atitalaquia, Chilcuautla, Pachuca, Actopan, Meztitlán, Zimapán, Tula y los otomíes hava sido fácil: "[ ... ]la e\'angelización otomí enli·entó mu-
Tepeji del Río, en el estado de Hidalgo; Jilotepec, Apaxco, Zumpango chos obstácul;s, entre los que destacan la agreste geografía, el patrón
yTepoztlán en el Estado de México; Querétaro, San Juan del Río y Ca- de asentamiento disperso y ciertas prácticas culturales como la persis-
dereyta en Querétaro; y era conocida como el área otomí-pame. tencia de los indígenas en los ritos de la religión antigua, por supuesto,
Las referencias hacia una "frontera" en la parte norte de Mesoan1é- a escondidas de los frailes" +O
rica comienzan, de manera previsible, a partir de la conquista española Los otomíes, por su colindancia con los territorios nómadas,
y de la entrada de grupos religiosos al territorio como parte de las fueron el principal grupo sedentario del que los españoles reclutaron
campañas de evangelización que se llevaron a cabo a partir del siglo :\VI. gente para la Guerra Chichimeca+ 1
En aquellos momentos la li·ontera estaba entendida Únicamente a partir Lo más probable es que quinientos años antes de la llegada de
de la presencia de nómadas o sedentarios, pues se consideraba que la los españoles el área otomí-pame estuviera poblada, entre otros, por
evangelización era más difícil en los "bárbaros chichimecas del norte" otomíes, y en su parte más septentrional, por xajay-otomíes. Sobre este
280 281
tema, López Aguilar+' había llamado la atención al plantear la cuestión
de si durante el periodo Epiclasico en el Valle del Mezquital pudieron
haber existido uno o dos sistemas otomianos, refiriéndose a las clinami-
cas enh·e xajay y teotihuacanos, y en dado caso cual ele éstos podría ser
el otomí.
Ahora se considera que las clinamicas relacionadas con movimientos
poblacionales en varias direcciones ocurridas durante el Epiclásico cul-
minaron con la adopción y mezcla de ciertos ah·ibutos en arquitectura
y cerámica, que permitieron la prevalencia del sistema xajay. A dicha
mezcla le hemos ah·ibuido el significado de Coyotlatelco y tiene que ver
Únicamente con el momento de dispersión ele los grupos que dejaron
ele pertenecer a Teotihuacan y con las nuevas redes que se tejieron h·as
el colapso ele la gran urbe.
Considerando el río Moctezuma como frontera norte ele Mesoamé-
rica, la distancia en línea recta desde el río hasta los principales sitios
xajay es ele 8 kilómetros para Pahñu, 10.5 kilómeh·os para Ziclaclá y
A N

17.5 kilómetros para Zethé, que es el sitio más meridional. Con estos
datos, es claro imaginar que los sitios xajay serían los más norteños ele - - Frontera Mesoamerlcana
" Sitios Xajay
Mesoamérica, lo c¡ue sin lugar a dudas los hubiera puesto en contacto
con los llamados, ele manera general, chichimecas en la "franja ele in- l\ilapa 3. Distancia de los sitios xajay al río San Juan
teracción fronteriza" ,+ 3 donde se verían en la necesidad ele mantener
relaciones, fueran ele carácter comercial o de enfrentamientos, lo cual momento ele abandono del sitio Pahñu (900-1 000 el. C.) es que fueron
terminaría por producir una mezcla ele elementos y modos ele subsis- los mismos habitantes quienes realizaron acciones de desmantelamiento
tencia enh·e ambos grupos. del centro ceremonial.
Lo anterior no pretende afirmar que ninguno ele los dos grupos cru-
zara los ríos, pues se tiene información de que en las cercanías de Peña
ele Berna! existe también un sitio relacionado con lo xajay;++ además, el ARRIBO DE CHICHIMECAS-OTOMÍES A TULA
estudio de N alela abarcó los dos lados de la frontera recolectando infor-
mación ele ambos desarrollos (sedentarios y nómaclas)! 1 En el regish·o arqueológico no tenemos evidencia de un proceso bélico
La cercanía ele los sitios xajay a los cauces ele los ríos Moctczuma, San que terminara con Pahñu, sino que proponemos gue sus pobladores
Juan y Lerma no podía ser casual, ni tampoco era posible que los cinco migraron hacia el nuevo polo ele atracción, Tula.
sitios, del lado ele Hidalgo, tuvieran la capacidad ele repeler los ataques Una vez planteado que los xajay son una rama ele los otomíes del
chichimecas y funcionar como barrera de protección de los sedenta- Valle del Mezquital, se abre la posibilidad de que fueron uno de los
rios, pues una historia así ele bélica se hubiera identificado en el regis- pueblos que tuvieron que ver en la conformación de la ciudad tolteca.
h·o arqueológico. Lo que se propone, a partir de la csh·atigrafla, para el El proceso migratorio desde la región de las Mesas pudo haber iniciado

182 2BJ
a la par, o poco tiempo después, de los eventos de desacralización-sa- del control teotihuacano en zonas perifericas del imperio [ ... ], lo cual
cralización y cambios que se observaron en el registro arqueológico provocó que las poblaciones autóctonas de la región de Tu la dejaran de
de Palu1u (año 512 d. C.), cuando quizás inició la migración ele alcrún participar en el sistema económico y politico ele la Ciudad ele los Dio-
b
grupo ele linaje en dirección sur hacia la urbe que se estaba gestando. ses y se iniciaran una serie de transforn1aciones estructurales, base ~e
·
la conformaci6n ele nucyas uni el ac1es sonopo l'1t1cas · 1'as··¡e o . ' 0
· en e 1 E~ptc
Lo anterior no implicaría el rompimiento de las relaciones con gober-
nantes y población que se quedaron en los sitios xajay, sino, por el con-
tJ·ario, pudo haber permitido la ampliación ele su territorio y el refor- Entre los cambios observados en este periodo mencionados por Fournier
zamiento local mediante alianzas ~con los teotihuacanos sin tierr's y Martínez, destaca la ocupación de sitios ubicados en los bordes de las
u.,
para así "mezclar" tradiciones como parte del fenómeno Coyotlatelco. N! esas (Xithi, El Águila, La Mesa, Batha, Magoni, Atitalaquia) que se dis-
Como buenos grupos fronterizos, los xajay estaban acostumbrados a tinauen claramente ele aquellos emplazados en lomas ele pendiente suave
b -¡
la movilidad, al contacto y a las interacciones. En el entendido de que 0 valles (Chapantongo, Los Mogotes, San Gabriel, Tula Chico).'
no todas las migraciones son iguales, ni producen el mismo efecto, Por otra parte, a finales del Clásico hubo cambios en el suministro
consideramos que el desplazamiento ele una parte ele los grupos xajay ele obsicliana y es probable que proviniera de Ucareo, en Michoacan.
con destino a Tula debió darse de manera paulatina y hacia un territorio A reserva de hacer análisis de procedencia, éste es el yacimiento que
conocido_." pudo haber sido una, y tal vez la principal, fuente de abastecimiento ele
Varios autores han trabajado sobre la filiación de los pobladores ele obsidiana de los xajay.
Tula. Por ejemplo, Odena menciona que los otomíes han ocupado his- Para reforzar el argumento ele la presencia otomí en Tu la, Fournier
tóricamente la zona del Mezquital y, puesto que Tula estaría compren- y Vargas 52 presentan un estudio de ADN comparando las muestras de
dida dentro de la Teotlalpan, es posible que "parte de esa población chi- ~tomíes contemporáneos del norte de Tula, en el que "todo parece
chimeca fuera de origen otomiano" ! 7 indicar que hay una relación genética entre las poblaciones de Chapan-
Los trabajos más precisos sobre la filiación de los grupos otomíes tongo y cleTula ele la época [Epiclásico], y que en Chapantongo se asent~
que tuvieron que ver con la población de Tula son los de Fournier y una misma población biológica, es decir que ahí habitaron otomíes".''
Martínez.+" El caso de estudio se refiere a los otomíes de Chapantongo, Las mismas autoras apuntan la participación otomí en la conformación
en cuyo sitio se ha encontrado cerámica característica de las regiones de de Tula, con base en una analogía etnolingüística, aplicada para la in-
San Juan, en Querétaro, y de Huichapan, en el norte del actual estado terpretación de un altar y de sus connotaciones rituales y simbólicas, y
de Hidalgo. Estos materiales, que también son comunes en Tula, se han concluyen que "podría considerarse como altamente factible que entre
interpretado como de intercambio debido a que las zonas de origen son las poblaciones epiclásicas de la región dcTula los otomíes constituyeron
cercanas entre sí:~ 9 uno de los componentes bilingüísticos, o tal vez el Único".'·'
Al respecto, la postura de Fournier y Martínez es muy sugerente: Por último, también hay elementos de la cosmovisión otomí que se
han encontrado en el registro arqueológico de la región ele Tula. En
Desde nuestra perspectiva, existen indicadores arqueológicos de que particular, Carrasco menciona que, además ele la pareja primigenia,
hubo tendencias a la regionalización hacia Fines del periodo Clásico, la luna y Tláloc eran deidades muy importantes entre los oto míes. i5
con la consecuente fundaci6n de nuevos ascntan1ientos o el fortaleci- Fournier y Martínez, en el sitio Loma Taxhuada, encontraron un infan-
miento ele algunos preexistentes por parte de la población local. He- te con un pendiente ele excéntrico trilobulado de obsidiana verde en
mos interpretado estos procesos cuino un resultado de la retracción el cuello. "Según las interpretaciones del simbolismo de estos objetos
285
18+
o 2cm

Excéntrico trilobular elaborado sobre navajilla de sección triangular Vasija con la representación de Tlaloc

considerados ceremoniales, representa sangre o agua, de manera que También ha quedado claro que los xajay no deben verse como si fue-
podría asociarse con Tláloc."'i6 ran una población cerrada, autosullciente y aislada. En realidad lo que
En Pahñu están presentes los cultos a Tláloc y a la luna. Los excéntri- permite la persistencia de un grupo dentro del mundo es el tipo de re-
cos trilobulados trabajados en obsidiana (mayoritariamente gris) recu- laciones que establece, así como el lugar que ocupa dentro del todo y su
perados en ofrendas son numerosos, y su representación como sanare función, es decir, qué es lo que hace ahí y cómo lo hace. Maíz, obsidiana,
./ b
rocas y barro hay prácticamente en todos lados. Qué se hace con ellos Y
o agua aparece tam b1en en la arquitectura.
En cuanto a la cerámica, las características de la deidad están pre- cómo se hace es lo que, por supuesto, va a constituir los elementos dis-
sentes en los braseros tipo Tláloc, y en una vasija completa depositada tintivos del grupo. Esta es también la fuente de su existencia autónoma,
como ofrenda al suroeste de una estructura del periodo Epiclásico. distinta a la de otros grupos sociales pero relacionada con ellos.
La búsqueda sobre el origen y relevancia de los grupos xajay continúa. La investigación continúa su curso y con los resultados tendremos un
Hasta el día de hoy se tienen avances en la identificación de los elemen- mejor entendimiento de las características tecnológicas y de la manera
tos distintivos tanto en el patrón de asentamiento, en los pasos que si- de apropiarse del espacio de los xajay, quienes perduraron gracias a
guieron para la construcción de los edilicios, como en la Jormatización su capacidad de adaptación al contexto fronterizo. Este entendimiento
de su cerámica y en las tradiciones tecnológicas líticas. A partir de ello, arrojará luz sobre el papel que tuvo este grupo de otomíes prehispáni-
consideramos que la franja de asentamientos localizados al sur de la cos en la fundación de la ciudad cosmopolita de Tula.
frontera norte de Mesoamérica pudo ser el territorio de una de las ra-
mas de los otomíes prehispánicos.
287
286
pp. 21 -40; S. Fari~s Pela);o, !dcnr!f1c~ción de }a cultura ... ; Y. S:. Fa~~as
Pelay.o y A. Castane~!a Gomcz del Campo, La cultura Xa¡a). desa-
'Pro1ecto Especial Pahñu. Coordi~ación Nacional de Argueologia, rrollo y tcrntono ... .
Instituto Nac10nal de Antropologta e Htstona. 13 Las esÍ:ructuras están distribuidas en torno a una plaza, c¡uedando la
2
Comunicación personal con don Isidro Hern<lndez, hablante de oto- de mayor tan1ail.o al norte. Los centros cereJ11onialcs se encuentran
mí, en la comunidad ele La Mesilla, Tecozautla, Hidalgo, noviembre rodeados. de pctrograha dos con el is~nos - de e~p11;a,
. 1es y "e sea1e:as_;"
de2011. asociada a ellos se encuentra cerámica del Ep1clasico como caJetes
3
Enrigue Na! da, UA San Juan del Río; 1i·abajos arqueológicos preliminares, tripodes al ncgatiYo, cajetes negro pulido, platos Ivloy con base de
test;s de hcenctatura en Argueolo,gta, Escuela Nacional ele Antropo- pedestal, 1\li'-Xajay, pipas, etcétera. .
logi~ e H1stot~ra, y tesls,de macstna ~n. Cicnc~as_Antropológicas, Uni- 14
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segunda epoca, lnstttuto Nactonal de Antropologta e Historia, 1998,

2H9
16
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"Cerámica del Epiclásico ... ", pp. 262-266. ' en un contexto funerario n1aterial RIP. Fernando González Zozaya,
27
Robert Cobean, La cerámica de Tula ... , p. 76. ;lluertc y ritualidad_funeraria en entierros y C!frendas. El caso del Barrio de
16
C. Saint-Charlcs et al., "Ceramica del Epiclasico ... ", pp. 260-261. la Cruz, San Juan del Rio Qyerétaro, tesis de licenciatura en Arqueo-
''' Patricia Fournier García, Los hñiihñü del Valle del Mezquital. Maguey, logía, Mexico, Escuela Nacional de Antropología e Historia, 2003,
pulque y alfareria, México, Instituto Nacional ele Antropología e His- p.#.
toria/Escuela Nacional ele Antropología e Historia, 2007, p. 104. +5 Enrique N al da, UA San Juan Jel Río ...
30
P ' l le e super¡···
or tratarse d e n1a tcna "ICIC no se presentan porcentajes, +6 Joan-Euaeni Sánchez (Ceoqrafia política. Espacios y sociedades, Madrid,
lo cual se hara hasta concluir la relaci6n de la cerámica con la estra- Síntesis,'¡ 992) señala: "M~s alla del componente indígena del grupo
tigrafía y eventos del sitio Pahñu. social, destaca el hecho que las migraciones a las que se aboca este
31
Robert Cohean, La cerdmica de Tul a ... , op. cit. capítulo se producen a nivel del interior de una li·acci6n del estado
32
Patricia Fournier García y Maira Martínez Lernus, nEl n1odo de vida nacional y que el desplazamiento no es de un día para otro, sino
precolombino de los otomies ele la regi6n de Tula", en Natalia Mora- que se presenta como una dinámica que duró cierto tiempo y he
gas Segura y Manuel Alberto Morales Damián ( coonls. ), Arqueo logia aquí otro rasgo fundamental, no presento una parcial regularidad.
y patrimonio en el estado de Hidalgo, Pachuca, Universidad Autónoma Finalmente y he aquí otro rasgo fundamental, no se trata de una
del Estado de Hidalgo, 2010, p. !84. n1igraci6n de un espacio conocido a un sitio desconocido, pues los
BJ. C. Saint-Charles Zetina y R. Enríquez Farias, "Ceramica del Epi- luga1·es a los que se desplazaron los Odhams eran parte del territo-
e ¡as1co
' . ... " ; y A . Bon¡··¡
1 , "L a ceran11ca
' · rOJO
· ... " . rio tradicional del grupo étnico".
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del Estado de 1l1exico, Mexico, Biblioteca Enciclopeclica del Estado de cuestión chichimeca", en Federica Sodi Miranda (coord.), Mesoamé-
Mexico, 1979, p. 17. rica y norte de Mexico, siglos IX-XII. Seminario de arqueoloqia Wigberto }ime-
33
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¿EvangelizaciÓn, reirindicación indigena o propaganda de guerra?, Pachu- 1990,p.453.
ca, UniversidadAut6noma del Estado de Hidalgo, 2010, p. 66. 48
P. Fournier Garda y M. Martínez Len1us, nEl modo de vida ... ",
36
Ibidem, p. 37. p. 194.
37
Ibidem, p. 17. +9 Ibídem.
38 50
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La cultura Xajay se desarrollo alrededor del año 300 d. C. en el área
norponiente del estado de Hidalgo en la subcuenca delimitada por el
río San Juan y Moctezuma, que actualmente abarca los municipios de
Huichapan yTecozaulta, y donde se localizan sus principales centros ce-
remoniales: Pahñu, Zethé, Zidada, Cerrito y T<L'<angú. Durante el siglo
VI e inicios del VIl -periodo conocido como Epiclásico-, los asenta-
mientos Xajay se expandieron hacia la zona ele mesas y barrancas ubi-
cadas al sur del estado de Querétaro y al norte del Estado de México,
ocupación que tuvo su fin hacia el año 1000 el. C.'
La cultura Xajay ha sido definida a partir de una serie de elementos
que le dan autonomía frente a sus contemporáneos. La disposici6n de las
estructuras al interior de los centros ceremoniales, la elección de mesas
orientadas al norte y la elaboración de petrograbados en los límites ele
las mesas son algunos de los elementos constitutivos de este grupo. 3
29+
295
En este artículo se propone integrar el sistema constructivo+ como entender la cognici6n como un proceso con1plejo ineludib1enlente
otro elemento constitutivo del g¡·upo Xajay, a partir del reconocimien- social y heterogCneo, en tanto las representaciones tienen que ver con
to ele los saberes y prácticas necesarios para la construcción de sus edi- la diversidad de n1aneras en las que el razonanüento tiene 1ugar en
ficaciones. A este cuerpo de conocimientos transmitidos de una aene- 111edios diferentes. Esto a su vez sugiere que las norn1as epistémicas
b
ración a otra se le denomina tradición,' y es a partir de la identi!lcación c¡ue nos pern1iten explicar la con('iabilidacl cle1 conocimiento pueden
de la secuencia de pasos implicados en el proceso de construcción de entenderse con1o impliciras en prácticas. 11
los edillcios que podemos dilucidar la particularidad en la manera en
que un grupo o unidad social objetiviza sus conocimientos, los cuales Es así que "liJa cognición [ ... ] debe entenderse como un proceso a
forman parte del conjunto de elementos que constituyen su iclentidacl. través del cual llegamos a adquirir conocimiento [y] tiene lugar en un
En este sentido, el estudio del sistema constn1ctivo se llevará a cabo a medio material y ~o sólo a nivel de representaciones internas [ ... ]". 9
partir de una perspectiva tecnológica por cadenas operatorias, y la inter- Este supuesto resulta de suma importancia para lograr una prime-
pretación de los datos implicará la inclusión de los postulados del enfoque ra vinculación entre la coanición humana v la materialidad: en tanto
b '
cognitivo externalista y la antropologia de la tecnologia, que tienen por ob- d conocimiento confiable está implícito en prácticas, algunas ele éstas
jetivo generar un marco explicativo para la definición de unidades sociales. . 1" , e 1 proceso el e o l"
o l1jetiviza el as en "cu1tura tnatcna . . ., (por
JjettvtzaCion
ejemplo, procesos de manufactura, procesos de construcción) puede
.ser considerado una representación de "conocimiento confiable" que
EL ENFOQUE COGNITIVO, LOS ESTUDIOS TECNOLÓGICOS podemos proponer como equivalente a la noción del "saber-hacer", es
Y LAS CADENAS OPERATORIAS decir, lm conjunto de conocimientos y prácticas válidas en un tiem-
po-espacio determinado. Por otro lado, la heterogeneidad de las repre-
Se reconoce que uno de los principales ejes de discusión en las ciencias sentaciones en la cognición humana fundamenta la posibilidad de hacer
cognitivas ha sido el concerniente a la internalidad/ externalidad de la distinciones entre unidades sociales y, en este sentido, caracterizar a un
mente. De acuerdo con Malafouris y Renfrew," el internalismo aboga grupo social a partir de sus prácticas tecnocognitivas.
por aceptar que hay límites entre la mente y el exterior. En este sentido Se reconoce que los estudios de cultura material son generalmente
el contenido de la mente está determinado únicamente por el sujeto, y separados en lo concerniente a los objetos como productos terminados
los factores extrasomáticos o externos no tienen influencia alguna so- y su consumo, y al proceso de manufactura de los objetos. 111
bre los procesos cognitivos. Por otro lado, el c.ttcrnalismo reconoce que En el primer caso la unidad de análisis es el artefacto terminado, por lo
el contenido mental se debe a elementos externos, es decir, al entorno. tanto el estudio parte del artefacto per se. Esta visión ha tenido como re-
7
Sergio Martínez plantea una línea para relacionar los enfoques cog- sultado una aproximación a partir de clasificaciones t~xonómicas, es decir,
nitivos externalistas con los estudios de cultura material a través de la morfoestilísticas (que dan prioridad a atributos como forma, función
postura interaccionista que reconoce que: y decoración), que tienen por objetivo definir, por ejemplo, "sistemas
culturales" 11 para la arqueología procesual, o incluso están directamen-
[L]a cognici6n hun1ana debe verse con1o estructurada a partir de re- te relacionadas con "culturas", con1o es el caso de la teoría conocida
presentaciones (externas) que se refieren a tipos de u acciones situa- . . cu 1tura1 en arqueo log1a.
cotno 111stona ' p-
das". Estas representaciones están enraizadas en maneras Je relacionarse Los estudios enfocados en los procesos de manufactura pueden dar-
activamente con el mundo. De este reconocimiento surgen formas de nos respuesta a problemáticas concernientes a la cognición humana. En
296
el estudio del proceso ele manufactura podemos observar cada paso en trabajo se deriva ele los estudios sobre tecnología desarrollados por Le-
la secuencia ele operaciones para llegar al objeto terminado, y esta serie roi-Gourhan, Marcell Mauss, Anch·é Georges Hauclricourt y Bertrancl
representa el conocimiento ele un grupo sobre la manera correcta ele Gille, 19 a partir ele los cuales propone esta nueva vertiente con el fin
hacer las cosas que se objetiviza a través ele una práctica corporizada en de conb·aponerse a la manera habitual en que la tecnología habla sido
gestos precisos que pueden ser estudiados a partir ele la herramienta colocada, es decir, vista únicamente a b·avés ele las consecuencias ele su
analltica denon1inada "cadenas operatorias". 13 aplicación, o como estudios aislados ele materiales producto o resultado
El cambio en la conceptualización ele las unidades analíticas pasa del de la tecnología y su uso. En este sentido, propone ver a la tecnología
artefacto al proceso ele manufactura, y con ello ele un análisis tipológico como un fenómeno social conformado por cinco elementos relaciona-
a un análisis tecnológico. Es precisamente en este punto donde la rela- dos ele manera sistémica entre ellos y que en su conjunto conforman un
ción entre cognición y tecnologia resulta adecuada para adentrarnos en " srsterna
. te en o l'og1co
. " :-'0
el estudio de los procesos cognitivos desde la cultura material.
21
Los estudios tecnológicos, de acuerdo con uno de los grandes antro- 1) Materia: el material y el sujeto sobre los cuales actúa la técnica.
pólogos de la tecnologia, Bryan Pfaffenberger, han sido concebidos ma- 2) Energía: fuerzas que mueven los objetos y b·ansforman la materia.
yoritariamente desde una "visión estándar" que conceptualiza a la tec- 3) Objetos: artefactos, herramientas o medios de trabajo utiliza-
nología como un medio social ele adaptación al medio, es decir, como dos para transformar la materia.
una herramienta externa al hombre, ele carácter funcional, que tiene 4) Gestos: la secuencia de operaciones involucradas en una acción
como objetivo servir como medio de supervivencia. Esta concepción tecnológica.
resulta lineal en un sentido evolucionista, o sea, la tecnologia se trans- 5) Conocimiento especifico: puede ser consciente o inconsciente.
forma a tTavés de un proceso acumulativo: los cambios tecnológicos Está formado por el "saber-hacer" o las habilidades manuales, y
van de lo simple a lo complejo.'+ es el resultado del conocimiento de las posibilidades percibidas
En arqueologia, esta posición está representada por Binford, quien y las elecciones que clan forma a las acciones tecnológicas. Estas
conceptualiza a la cultura como un "medio extrasomático ele adapta- posibilidades y elecciones son conceptual izadas como "represen-
ción", 15 la cultura material y la tecnología resultan medios a través ele taciones sociales".
los cuales los individuos se insertan y sobreviven en su entorno. Esta
postura considera a la tecnologia como una dimensión ele análisis que Del conocimiento específico deriva uno ele los puntos ele mayor importan-
se contrapone al estilo, y es a partir de las variaciones morfológicas y cia en los estudios tecnológicos: la noción de elección. Ésta se enmarca
estilisticas que podemos diferenciar contextos socioculturales. 16 en la idea ele que existen diversas posibilidades para llegar a un mismo
Con base en lo anterior, se propone visualizar los estudios tecnoló- fin, y es la secuencia ele estas elecciones particulares lo que constituye el
gicos como un fenómeno social, intrínseco al desarrollo cultural, y no cuerpo ele conocimientos y prácticas que permiten agrupar a una serie
como un proceso mecánico de carácter externo y meramente utilitario ele individuos en una unidad social. En este sentido, el conocimiento es
al hombre. 17 Esta visión se desarrolla con la antropología ele la tecnolo- compartido y además heredado de una generación a otra. Para Leroi
gía, principalmente con los b·abajos de Pien·e Lemonnier." Gourhan, "[E]! cuerpo ele conocimientos del grupo es el elemento fun-
Se considera a este autor el pionero del desarrollo ele la anb·opologia damental de su unidad y de su personaliclacl, y la transmisión de este ca-
ele la tecnologia. Es importante aclarar que Lemonnier hace explícito pital intelectual es la condición necesaria para la supervivencia material
en el prefacio ele su obra Elementsfor an Anthropology cifTechnoloBJ' que su y social". 22 A este cuerpo de conocimientos se le denomina tradición."

29H
299
Bajo este marco se propone que una unidad social está definida( ceJn1o un ESTUDIO TECNOCOGNITIVO DEL SISTEMA CONSTRUCTIVO
grupo que comparte conocimientos)' prácticas específicas en un espa- ,.
cio/ tiempo determinado. ])e acuerdo con estos postulados tecnocognitivos, se abordará el estudio
El análisis por cadenas operatorias fiJe desarrollado por Marcell Mauss'·' del sistema constructivo como un conjunto de conocimientos y prácticas
y Leroi Gourhan," bajo un marco ele estudios tecnolóuicos b
c¡ue b 11 sea-
•• transn1itidos a lo largo del tietnpo, que conforn1an una tradición caracte-
han dotar ele un carácter social a la tecnoloaía e insertarla c·cJJn o un rizada por una serie~de cadenas operatorias que conHuycn en el proceso
b ' ' ~
elemento fundamental en la evolución del ser humano. particular ele la cadena operatoria de la albañilería de las estructuras, Y
Las cadenas operatorias estudian el proceso ele manufactura de cual- que puede integrarse como un elemento identitario del grupo Xa)ay.
quier elemento de la cultura material, desde la obtención ele las materias El sistema constrnctivo está conformado por la secuencia de pasos
primas hasta el producto terminado. Su constitución depende ele la expe- implicados en el proceso de construcción de las edificaciones, desde el
riencia, de su aconclicionainicnto n1cdiante "ensayo y error", y de su trans- proceso de extracción y transporte de las materias primas, la manera en
misión por medio ele la educación. Dicha transmisión, llevada a cabo de c ue éstas fueron trabajadas, hasta la definición ele los elementos arqm-
1
n1anera rutinaria o repetitiYa, conl1eva la generación de una tradición.~(; tectónicos que conforman las estructuras. El estudio de estos elcm.en;os
El análisis de este proceso permite la identificación ele ciertos atri- permitirá conocer parte del cuerpo ele conocimientos que const1tman
butos que pueden correlacionarse con cada una de las etapas de elabo- el "saber-hacer" del grupo Xajay, es decir, la forma en que las normas de
ración de un artefacto, y es a partir de la identificación ele huellas ob- construcción eran concebidas y materializadas.
servables en los materiales que nos remitan a alguna etapa del proceso Los datos en los cuales se basa esta investigación derivan de las exca-
productivo que podemos dilucidar las elecciones que en su conjunto vaciones realizadas durante las temporadas 2011, 2012 (en el marco de
29
comprenden el estilo tecnológico 27 ele un grupo. su apertura al público) y 2015 del Proyecto Especial Pahñu llevadas a
El concepto ele estilo tecnológico desarrollado por Letchman se en- cabo en el conjunto principal del sitio Pahñu, en la Estructura Prmci-
tiende como el conjunto ele opciones elegidas que son transmitidas ele pal, Estructura Sur, Tecpan y P1aza ( I.1 ustracwn
·' 1') . Jll . ,
generación en generación, donde las opciones están determinadas por Durante las excavaciones se identificó la secuencia constructl\'a, as1
el contexto temporal y espacial en el cual se desarrolla un grupo, y son como una serie de elementos arquitectónicos de las estructuras del Epi-
transmitidas cultural mente." Asimismo, tales elecciones conllevan una clasico y las subestructuras. De estas últimas se cuenta con menos in-
serie ele actitudes que reflejan la relación entre un grupo y la natura- formación debido a que se han realizado pocas intervenciones.
leza, así como los valores subyacentes a la conformación tecnolóuica
b .
La manera en que se abordará el tema será a partir de la compara-
Es así como las cadenas operatorias nos permiten adentrarnos en ción ele algunos de los elementos que conforman el sistema constructivo
las tradiciones tecnológicas, entendidas como los procesos de enseñan- de las estructuras, utilizando primordialmente como estudio de caso la
za-aprendizaje transiniticlos de generación en generaci6n, necesarios en Plaza del Clásico y la Estructura Principal del Epi clásico. El análisis com-
la producción de cualquier elemento ele la cultura material. Estos pro- parativo se basará en los elementos arquitectónicos, los materiales y la
cesos también pueden entenderse como una serie de conocimientos y secuencia consh·uctiva.
prácticas que rigen la manera ele hacer las cosas en un espacio y tiempo Los datos presentados pueden ser considerados como una parte de
determinado y en este sentido los procesos de producción no son "li- la totalidad del sistema constructivo que implica el reconocimiento de
ln·es", sino que están regidos por una serie ele normas que constituyen una serie de elementos mucho mas amplia que, retomando los postula-
el "saber-hacer" de un grupo. dos de Pien·e Lemonnier mencionados anteriormente, consisten en el

300 JOI
reconocimiento de: la manera en que la materia prima es transformada,
la parafernalia (herramientas y medios de tTabajo) utilizada para modifi-
car la materia, la identificación de cada uno de los gestos o la secuencia de
operaciones llsicas involucradas en el proceso constructivo, y el cuerpo
-" / de conocimientos cspec(ficos o el''saber-hacer" de un grupo que, en su conjtm-
to, conlcn-man el estilo tecnológicoll constructivo del grupo Xajay.
Asimismo, los postulados y conceptos tecnocognitivos mencionados
con anterioridad serán retomados de manera parcial, en tanto los datos
presentados forman parte de una investigación que aún está en proceso
de desarrollo.
A manera de contexto, se presenta de manera general la historia
constructiva del sitio para la posterior particularización de cada uno ele
los ejes planteados.
El centro ceremonial Pahñu es considerado como el de mayor im-
portancia para la cultura Xajay y se reconocen dos momentos construc-
tivos: el primero del 300 el. C. al 550 el. C. (Clásico) y el segundo del
550 el. C. al 950 d. C. (Epiclásico). 32 Durante el Clásico, el conjunto
principal estuvo conformado por tres estructuras: la Estructura Prin-
cipal, el Tecpan y la Plaza. Los edificios se distribuyeron colocando la
Estructura en el límite norte ele la mesa, el Tecpan al este y la Plaza al
centro, enmarcada por los dos edilicios, y teniendo como límite sur una
estructura que conforma el acceso a la misma.
Entre los años 512 33 y 550 d. C. el sitio fue renovado. Esto implicó
la clesbTlCCÍÓn y el incendio parcial de las estructuras ~proceso rea-
lizado por sus mismos habitantes~, así como la deposición ele ofren-
ESCUELA, tiP.CIOHAL De ANffiOPO!OG!A E HlSiOrll<\
ffiOYECTO ARQUEOLOGICO PAHf:LJ
das. 3+ Posteriormente se dio inicio a la construcción ele los edificios del
cnOQU:S D: !A ZONA CEnEMOH!AL
Epiclásico. De manera general, la ampliación del sitio consistió en el
lbilillmU Conjunto principal aumento ele dimensión de todas las estTucturas (Esb·uctura Principal,
Tecpan y Plaza, y la construcción ele la Estructura Sur). 35
Proyecto Especial Pahñu
Croquis modificado
En algún momento ele la ocupación del sitio durante el Epiclásico, la
Alejandra Castañeda Gómez del Campo
Gabriela Pérez Cola
EstTuctura Sur y la Plaza del conjunto sur fueron modificadas. 36 Las es-
calinatas revestidas ele lodo, ubicadas en el lado sur, fueron cubiertas por
un nuevo acceso con elementos arquitectónicos en talud-tablero. La pla-
Ilustraci6n l. Croquis general de Pahilu za del conjunto sur fue renivelacla, lo que implicó w1 aumento en su al-
tura y la construcción de un elemento circular que ha sido interpretado

303
oro
como el lugar en el que se llevaba a cabo la celebración de la ceremonia "
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del Tlacaxipchualiztli o Rayamiento. 37 o
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MATERII\LES CONSTRUCTIVOS Y LA SECUENCIA CONSTRUCTIVA
DEL CONJUNTO PRINCIPAL DE PI\HNU
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El estudio del medio en el que un grupo se estableció resulta fundamen- •
·¡¡; u
•m
tal en los análisis cognitivos y tecnológicos a través de cadenas operato- " ~•
• ~

rias, en tanto que los recursos naturales integran el universo a partir del •
"'
cual una sociedad elegirá una serie de materias primas que serán cons-
titutivas de su cultura material y que conformarán parte de su sistema y
estilo tecnológico. 38 Es así que el primer paso para la construcción ele la
cadena operatoria del sistema constructivo implica la identificación ele
los posibles bancos de material donde se obtuvieron los recursos para la
elaboración de sus edificaciones, es decir, el estudio de la materia.
La materia prima utilizada para la constTucción de las edif1caciones
del conjunto principal de Pahñu proviene ele al menos dos tipos de for-
Inacioncs geológicas, 19 la prin1cra de origen sedii11entario (forn1ación "El
Doctor) y la segunda de formación volcánica (conocida como formación
"Toba Don Guinyó") (ilustración 2). La primera está ubicada a 13 km al
oeste de Pahi'iu. Se conforma por lutitas-areniscas y calizas, mientras que
la segunda integra la meseta sobre la cual están construidos los centros
ceremoniales Xajay y es de toba riolítica ignimbrita. La planicie locali-
zada al norte de las mesas donde se ubican la mayoría ele las unidades
habitacionales, tiene una formación de origen volcánico ele toba riolítica.
Üh·a de las materias primas utilizadas en el conjunto principal de
Palnl.u es un mortero conformado por lodo de compactación media-al-
ta y ele textura limo-arcillosa con inclusiones de arenas y gravilla, en el
cual aún se observan las huellas o improntas de materia orgánica. Fue
usado para revestir algunos elementos de los edificios en ambos mo-
tncntos constructivos.
Esta mezcla probablemente también fue utilizada como argamasa
para adherir los bloques ele diversos elementos arquitectónicos, como
fachadas y cajones constructivos, así como para las tapas de lodo que

30+
localizadas al suroeste de Pahñu;'' aproximadamente a 1 km (ilustración
3 ). La elección de estos materiales para la construcción del conjunto
principal del Clásico y Epiclásico, como se mencionó con anterioridad,
conforma el primer paso de la cadena operatoria de construcción del
aru¡Jo Xajay,
b -
\" en este sentido forma parte del conjunto de elementos
J .1

que constituyen su cstUo tccnolóaico, con1o se verá a continuación.


re:;¡
G'J Area de extracción de .
~] Vert1no¡
) Are a de extraccl.
.•. onda !UVfso¡
Tipo de !>Uelo
E'Bfeowm CLASICO: MATERIALES Y SECUENCIA CONSTRUCTIVA
CJ Utowt
!11 Rl:nd.!ina
liii l.\:ni<;Ol
Las meas de origen sedimentario ident1!1cadas en la región son calizas y
areniscas. Éstas fueron utilizadas pa1·a la construcción de algunos de los
;~~~:N~.rdal Pahnu sillares ele las fachadas y de las escalinatas de la Estructura Principal. En el
Alajandm CnsJanWn Góm •
Tecpan se usaron para colocar los taludes de las banquetas, y en la Plaza
~::~~~~~:=.========~'"~
Ubicación de recursos edafolágicos
........~''~ Sabrma Farlas Pelayo
AlejruJáro Gnrcla
Glbriakl Pém: Cola
e_ del C~m¡m

Principal la arenisca fue utilizada como Única materia prima para la elabo-
Ilustración 3. Mapa edaí01ógico ración de las alfardas y de su escalinata, como se muestra en la siguiente
tabla:

TABLA l. ELE/viENTOS ARQUITECTÓN!C'()S COI\"FUR:'\·IADOS

se intercalaron en los rellenos , l , . b . . l'OH llOC:\S DF 0\UGEN SED!lv\ENTAR\0 (CL\S!CO)


, l os 1 ccu rnmento
antes de los pisos de estuco ,., . b"' ¡·
l
s que se co ocaron ~·RL\CTURA P!Hi'-!Cli-'AL 1 TECI'A-1':~-'--~~~~~P~l~.A~ZA PRll\Cll'r\L
· · 'am 1en u e ele¡Josit 1
rellenos ele toba volcánica ele l . . . · ac a como parte ele los 1 Sillares o lajas que Sillares o lajas que ~---
. . ' el .
El1 1a 1eown e estucJ· . , ¡ as est¡ ucturas Y subestructuras conforman la fachada Talud ele banquetas conforman la fJ.chada
b . lO se 1an lC . Ientihcado
, ¡.05, . --T-------------------~
Sillares o lajas que Sillares o lajas c¡ue
pueden ser utilizados como 111 t .· . e tipos de suelo que conforman las alfardas Rellenos coniOrman las alfardas
a e¡ la pnma para la el 1 . ·' el c.c..::_::__::______
en la manufactura de obj.et .. , ·' . a Jo¡ acwn e barro Bloques de la escalinata l~lo.3.ues de la escalinata
os ceran1tcos en tant0 ·' .· . 1

rales arcillosos que los el 0 t el l l : . que contienen mme- Pis~ de estuco j Piso de estuco
, an e a p ast1cidacl nec, .· .. 4
En este . t"d , esa¡¡a para este lm 0
, sen 1 o se propone que estos mismos . ·1 , . . Rclleno.s Rellenos
conformado parte de la mate.· .· suc 05 pud1eron haber
el b . . Ila ¡)]una para la elaboración el,¡ .
e a¡¡~ para los rcYcstimiento.s de los edificios. e mm tero De igual fmma, fueron utilizadas como parte del material colocado en
El pnmer tipo de suelo es un !miso! local· . . los rellenos de los cajones constructiYos, alfardas, escalinatas y fachadas
l . 5 km al sur de Palu1u +1 1,. .. ll ,1 , ' '_zado aproxnnadamente a de las estructuras, aunque {micamente constituyen aproximadamente
, e esall o ae o sobre el t. . l ' .
mesa; el otro es un ve¡·t·. 1 . . el sus 1ato vo camco de la de 5 a 10% de la composición total de éstos, ya que el resto está con-
Iso que se esarroll' . ¡
to geolóaico de ori(Jen , 1 , ' . , ,' o, tgua tnentc, en un sustra-
b b \O camco Y que se local· , ' formado por toba volcánica.
especialmente al este y oest el, 1 'Iza en una mayor arca, Los pisos de estuco son otro demento derivado del uso de las rocas
. , e e a llleseta, ast conlo solJl'e la.
" 's 111esas sedimentarias y están conformados por una "mezcla hecha con polvo y
306

307
grava de cal, con una ligera adición ele arena",-' 3 y están generalmente sitaron rellenos que fueron cubiertos por una tapa de lodo 52 uniforme,
asociados a las superficies de uso y accesos de los edificios. sobre la cual se constTuyó on·o cajón constTuctivo paralelo que también
El calicheH aparece como una ele las rocas de origen sedimentario fi.1e rellenado.
presente en baja frecuencia en los rellenos y cajones constructivos. Esta Después colocaron los rellenos y la fachada de los muros de mam-
materia prima, en tanto que se forma sobre la toba volcánica, se obtu- postería, a la que se adosó el cuerpo que conforma el espacio del acceso
vo probablemente a partir ele los trabajos ele nivelación del terreno en a la Plaza que fue delimitado por medio de dos alfardas y de la posterior
ambos momentos constructivos. construcción de la escalinata.
Pese al uso extensivo ele las rocas sedimentarias, la mayoría de los Se colocaron las tapas o firme de tobas volcánicas que delimitaron
elementos arquitectónicos de los edificios están conformados por toba la altura máxima ele la estructura y, finalmente, se depositó el piso de
volcánica, como se presenta en la siguiente tabla: estuco sobre el espacio de acceso, un revestimiento de lodo, al menos,
sobre los límites este y oeste de la estructura, así como un piso de lodo
TABLA 2. ELE/'v!ENTOS AH.QUITECTÓ011COS CONFORl'v\ADOS en las 1nisn1as zonas.
POR ROCA.S DE ORIGF!\' VOLCÁNICO (CJ ASICO)
Para la Estructura Principal y el Tecpan la secuencia constructiva co-
"""

ESTRUCTURA PRll\'CIPr\L TECPAN 1 PLAZA PH.li':Cli'AL


1
nocida hasta el momento se centra en la disposición de los elementos
Sillares de fachada 1 Talud de banc¡uetas ] Cajones constructivos paralelos
arquitectónicos exteriores, que coincide con la expuesta para la Plaza
Sillares de escalinata 1. l\tluro perimctral 1 Finne
Mampostería ele soporte
de alfardas
¡ Rellenos
'
1

1 Fachada de muros
Principal, pero que es distinta respecto al tipo de elementos arquitec-
tónicos utilizados para cada edificio.
""

Rellenos 1 Rcllen;s En el caso del Tecpan, una vez adecuado el terreno, construyeron 1111
1

cuerpo de nivelación sobre el cual desplanta el muro perimen·al que de-


Las tobas volcánicas fueron utilizadas para la construcción de los sillares limita su lado este. Una vez depositados los rellenos, se colocaron firmes
ele fachadas ele la Estructura Principal, las banquetas+ 5 del Tecpan y para y encima ele éstos las banquetas que finalmente fi.1eron revestidas de lodo.
la mampostería que conforma las fachadas que delimitan el acceso de la En la Esn·uctma Principal se colocó 1111 muro perimen·al que fue relle-
Plaza Principal. También se utilizó para construir los cajones constructi- nado, las 1:1chaclas y sus rellenos, las alfardas y las escalinatas norte y sur.
vos paralelos+6 de la plaza y el firme que delimita su altura máxima, así Posteriormente se puso el firme recubierto por una tapa de lodo, y sobre
como aproximadamente 80% ele los rellenos"" de las estructuras. éste se consn·uyó el "Templo de los Adobes", que fue recubierto por mam-
Ahora bien, las primeras intervenciones del grupo Xajay+s sobre la postería. Finalmente, se depositó un piso de estuco en el área del vesnbulo,
mesa que constit1.lirÍa el espacio de su centro ceremonial consistieron en así como tmo de lodo al interior del templo, mienn·as que las escalinatas
nivelar la roca mach·e, +>J colocando rellenos de nivelación conformados li.1eron revestidas con lodo (ilustTación 4).
por grandes bloques de toba volcánica en el límite norte de la mesa con
la misma materia prima que fue retirada para aplanar el terreno, así como
rellenos de arena en el límite sur y este del espacio, mismo que confor- EPICLÁSICO: MATERIALES Y SECUENCIA CONSTRUCTIVA

maría el acceso a la Plaza Principal. 50


Se constTuyó el muro perhnen·al 51 que delimita la forma de la subes- Con respecto a las constJ·ucciones del Epiclásico, aunque la mayoría de
tTuct:ura de la Plaza en su límite sur y se colocó un cajón constructivo los sillares de las fachadas está conformada por lajas de toba volcánica
paralelo al perimen·al. DentJ·o del espacio delimitado por ambos se depo- al igual c¡ue en el primer momento consn·uctivo, también se usaron

309
lOS
en las alfardas v escalinatas de la
las calizas )' areniscas en las fachadas y
' '
Estructura Principal, la Estructura Sur y el Tecpan (tabla 3).
Destaca la construcción ele los muros perimetrales de cada uno de
los cuerpos de la Estructura Principal, así como ele los cajones cons-
tructivos paralelos que están elaborados Únicamente con calizas y la
continuidad en el uso de pisos de estuco.

T.AilLA 3. E! E1>.lE:.ITOS CCJNfOHi\lt\DCJS l'Olt ROCAS UE OH.!GEN Sl::JJ!i\-IFNT:\HHJ (EPJCLASICO)


--·-
EST!~~~·~·ug,\
""

1 PRt:"JC!PAL TECI\\K 1
PLAZA PHE\'CII'AL EsTt\UCTURA SuR
L. . - 1
' 1
Sillares de
llvluros perimctrales Muro per.imetral 1 Rellenos fachada
1
1 Cajones constructivos Sillares de Blogues de la
1
paralelos . ______ fachada 1 L~scalinata
! '
1 1 !' Piso de estuco
¡ Sillares de i Sillares de ¡ sobre d primer
1 fachada 1 alf'ardas
' cuerpo
1
1 Piso ele estuc~- . --~---·· . -·--~---
1
a) Esquina este de la Plaza Principal del Clásico 1
1 Sillares de alfardas
-··-·-:~
¡ sobre banqueta Rellenos
1 Piso de estuco de
1 bangueta y pasillos de Piso de estuco
! los cuerpos superiores sobre vestíbulo
1 Rellenos j Rellenos 1 ..

Las tobas volcánicas (tabla 4) se usaron de manera extensiva en la fa-


bricación ele sillares para las fachadas de todos los edificios, los muros
perimetrales y los cajones constructivos de la Estructura Sur y Tecpan.
También conforman los cajones perpendiculares" de la Estructura
Principal y el ±Irme de la Plaza, y, al igual que en el Clásico, los rellenos
estuvieron constituidos en su mayoría por toba volcánica (80% aproxi-
madamente), aunque con una menor presencia de caliche.
Como se mencionó con anterioridad, el proceso de renovación del
sitio implicó el desmantelamiento y la destrucción parcial de las estruc-
turas, así como la colocación de una serie de ofrendas depositadas en las
esquinas, que probablemente tuvieron la función de sacralizar los edi-
b) Límite oeste del acceso a la Plaza Principal del Clásico licios que constituirían el inicio de un nuevo ciclo para el grupo Xajay.
El primer paso para la construcción de las nuevas edificaciones con-
sistió, en el caso de la Estructura Principal,;.¡ en la colocación del muro
Ilustración + perimeüal que delimita la extensión del primer cuerpo del cdil1cio, así

310 311
Para la Plaza Principal, la Estructura Sur y Tecpan la secuencia co-
como de la de un cajón constructivo paralelo entre ac¡ue' 1 )' la( su1)estruc-
1nenzó con los trabajos de nivelación, ya que, co1110 se n1endonó ante-
tura. Se rellenó el espacio entre ambos elementos .\'se recubr 1·o' con una
riormente, la roca madre tiene un desnivel natural en los límites sur,
tapa de lodo, colocando cajones constructivos ¡Jerpendic11 !a' 1•es \' otra
este y oeste del conjunto principal, lo cual implicó la construcción de
serie de rellenos c¡ue fueron recubiertos de manera intercalacl~ · ta-
a con 56
cuerpos de nivclacibn.
¡Jas de lodo. Por medio de otra serie de rellenos ' se const¡·
·- 11,. _.· 0•- eoj ll1llro
En el caso de la Estructura Sur se construyeron dos cuerpos de ni-
!Jerimetral para delimitar el segundo cuerpo de la estructura . Es·ta ope- velación al oeste, donde la pendiente natural de la roca madre es más
ración se repitió en la construcción de los dos cuerpos superiores de la
pronunciada. Después se colocó el muro perimetral del primer cuerpo
EstTuctura Principal.
de la estructura, imicamente en el límite sur, mientras c¡ue en su lado
T -\BL•\ 4 El [~lENTOS CONH)R¡\\ \DOS f'OH ROC\S DF CJHI('[?\
J :: \ 'OLL1
-,\ NJCO (E l'ICL:\SICO) oeste desplanta sobre el cuerpo de nivelación y, en el este, directamen-
ESTRUCTURA PH.INCIP:\L TEC!'AN PLAZA PRE,:C!P.·\L EsTRUCTL!JtA SuH
te sobre la roca madre.
Sillares Muros
Una vez construido el muro c¡ue funcionó también como conten-
Sillares de fachada de rachada Firme perimetrales
ción, se depositó una serie ele rellenos de nivelación para la construc-
Sillares Cuerpos
Sillares de alfarda de alfarda Empedrado.s de nivelación ción de la Plaza y para generar una superficie de desplante para el muro
MampostcriJ Bloques perimetral de los brazos y el muro norte de la Estructura Sur. Una vez
¡\!lampostería ele allJ.rda de alfarda Rellenos de escalinata alcanzada la altura necesaria, se edillcó el resto del muro perimetral del
Sillares
primer cuerpo de la Estructura Sur sobre el cual se superpuso su cuer;
Bangucta perimetral Banqueta de fachada
po superior. Sobre el primer y segundo cuerpo del lado sur se adoso
Cajones constructivos
1 perpcndicul ares Rellenos Rellenos la escalinata 17 c¡ue da acceso a la Plaza Principal y se recubrió con un
Bloques enlucido de lodo. En el norte se colocaron los rellenos de las alfardas
Rellenos de escalinata y el muro perimetral del primer cuerpo fue cubierto por una fachada
Bloques de escalinata fvluro pcrimetral de lajas c¡ue alcanza las alfardas. A continuación se recubrió con lodo el
58
firme del primer cuerpo y luego con un p1so . e1e es t·uco.
Posteriormente, se adosaron los muros de mampostería de soporte c¡ue
Posteriormente se colocó elllrme o tapa c¡ue delimita la altura máxi-
dieron forma a las alfardas, y se construyó la escalinata adosada a los
ma de la Plaza Principal en las áreas oeste y este, mientras c¡ue al centro
muros perimetrales de los tres cuerpos de la estructura, colocando la
se colocaron dos tipos de empedrados. Finalmente se colocó un re\'CS-
banc¡ueta perimetral" c¡ue rodea a la Estructura. Al interior de ésta se
timiento de lodo 19 c¡ue constituiría la superficie de uso al este y oeste,
depositó una serie de ofrendas c¡ue fueron revestidas por una serie de
en conjunto con los empedrados del área central de la Plaza.
rellenos, y se colocaron las fachadas de taludes y tableros, así como los
La secuencia constructiva del Tecpan comenzó a partir de la colo-
sillares e¡ u e recubren las alfardas. Finalmente se cubrieron la banc¡ueta y
cación del muro pcrimctral c¡ue delimita la extensión del edificio Y el
los pasillos de los cuerpos superiores, con tapas de lodo recubiertas por
adosamiento de otro de contención en el límite este, sobre el de nive-
un piso de estuco (ilustración 4).
Al igual c¡ue en el periodo anterior, la secuencia constructiva se re- lación de la subestructura.
Se colocaron rellenos entre los muros de la subestructura y el peri-
pitió en el resto de las edificaciones, especialmente en la colocación
metral del nuevo edificio, c¡ue fueron recubiertos por una tapa de lodo.
de los elementos exteriores, aun cuando existen diferencias en los ele-
Posteriormente se depositó otra serie de rellenos sobre los cajones Y
mentos arquitectónicos en cada edificio.
3!3

3!2
directamente sobre la subestructura hasta alcanzar la altura máxima del
edificio, y fueron cubiertos por una tapa de lodo.
Al exterior del Tecpan se construyo la mampostería de soporte de
la alfarda y se adosaron las escalinatas. Posteriormente se coloco una
banqueta conformada por un muro perimetral y rellenos. Despucs se
colocaron los firmes sobre la banqueta y en la parte superior del edili-
cio, así como los rellenos y sillares que conformarían la fachada de ta-
lud-tablero, y los sillares de las alfardas. Los firmes fueron recubiertos
por una tapa de lodo, salvo el vestíbulo y la banqueta, en donde se puso
un piso ele estuco y, al interior del Tecpan, uno ele lodo.

CONCLUSIONES PRELIMINARES:
EL SISTEMA CONSTRUCTIVO COMO ELEMENTO IDENTITARIO
a) Elementos arquitectónicos de la Estructura Principal del Clásico Y Epiclásico

La secuencia deposicional presentada para ambos momentos refleja la


serie de pasos elegidos por el grupo Xajay, es decir, conforma una parte
de su cadena operatoria y constituye el cuerpo ele conocimientos ade-
cuado para la construccion de sus edificaciones. Cada uno de estos pa-
sos forma parte de los conocimientos específicos, y con ello de los procesos
cognitivos, que regían la manera correcta de construir para este grupo.
La mayoría de estos pasos coincide en ambos momentos. Esto se
fundamenta en la continuidad en el uso de las materias primas y los
elementos constructivos, así como en la secuencia deposicional que se
repite en la mayoría de los casos, en la preservacion de la misma m·ien-
tacion60 y en la disposicion de las edificaciones (ilustracion 5).
El análisis ele los procesos constructivos de ambas etapas nos permite
considerar'" que existen coincidencias en los usos de las materias pri-
mas y sus áreas de extraccion. El uso de la toba volcánica fue mayorita-
rio con respecto al de rocas de origen sedimentario en ambos momen- b) Elementos arquitectónicos de la Estructura Principal del Epiclásico
tos constructivos, probablemente debido a que la toba se encontraba
mucho más cerca que los bancos sedimentarios (localizados a 13 km)
y a que su baja dureza permite que sea trabajada con mayor facilidad a
comparacion, por ejemplo, del basalto y la riolita también presentes en
la region. Asimismo, es posible que los yacimientos de toba volcánica Ilustración 5

31 ~
JI+
con los que se elaboraron la mayoría de los rellenos, muros perimetra- Principal y la mayoría de las rocas de los caj oncs paralelos. Es probable
les, cajones constructivos perpendiculares y paralelos, mampostería de que el uso de la caliza en los cajones, en lugar de la toba volcánica, se
soporte de las alfardas, firmes, banquetas, bloques de escalinatas y em- deba a que aquéllas ofrecen mayor resistencia de carga. Es por ello que
pedrados, provengan de la misma mesa donde se localiza el Pahñu o de los muros perimctrales desplantan sobre éstas.
sus alrededores próximos, tanto en el Clásico como en el Epich\sico. 6' Por otro lado, el uso de calizas para producir la cal que conforma el
Por otro lado, los sillares ele toba que conforman la fachada de la estucado de los pisos tambien fue una práctica preservada durante toda
Estructura Principal del Clásico y sus escalinatas, así como las facha- la ocupación del sitio. La presencia de lodo, asimismo, es un elemento
das ele los muros que delimitan el acceso a la subestructura de la Plaza recurrente en ambas temporalidades, al conformar las tapas que cubren
Principal, presentan distintas coloraciones. Al respecto, Luis Morett63 los rellenos, los revestimientos, la argamasa, así como parte del relleno
propone que: ele las estt·ucturas.
Con respecto a la secuencia constructiva"+ podemos encontt·ar una
j fueron fabricadjojs a partir de distintas canteras, lo que se hace
J ...
concordancia entre la secuencia deposicional de los elementos arqui-
evidente al observar la notable variedad de col01·es de las tobas vol- tectónicos interiores que conforman la estructura de las edificaciones.
cánicas con que fueron hechas. Este dato es relevante si se tiene en Tanto en las estructuras del Epiclásico como en la subestructura de la
cuenta que la producci6n de los sillares clebi6 ser un evento más o Plaza Principal se colocaron directamente sobre la roca madre o sobre
n1cnos simult<lneo, cotno suelen ser los procesos constructivos, y que los rellenos de nivelación los muros que delimitarán las estt·ucturas; se
el empleo de distintas canteras pcnnite a su vez suponer la existencia construyeron cajones constt·uctivos paralelos que fueron rellenados y
de diversas cuadrillas ele trabajadores que estarían operando al mismo '
1uego cubiertos con tapas ele loclo, y sobre estas se co1oco' o t ro cajon
.,
tien1po y en distintas canteras. constructivo paralelo, así como rellenos.
Esta secuencia es particularmente clara cuando comparamos la subes-
Este caso se repite en el lh·me de la tapa que delimita la altura m;b<ima tt·uctura de la Plaza y la constt·ucción de los cuerpos de la Estructura
de la Plaza Principal de Clásico y el del Epiclásico. Si bien ambos están Principal del Epiclásico. Si bien la Plaza Principal6i tiene una altura de
conformados por bloques de toba volcánica, el primero presenta tobas aproximadamente 1.3 m, la extensión de la misma, al igual que la di-
rosáceas, a diferencia del segundo que contiene tobas (igualmente rosá- mensión de la Estt·uctura Principal, requirió la construcción de una
ceas) con una pátina que les da w1a coloración azulada. Probablemente mayor cantidad de cajones para distribuir el peso de los rellenos.
esto se deba a un cambio en la ubicación de las canteras de toba, porque Para los elementos arquitectónicos exteriores también se repitió la se-
si bien ambas son rosas, lo cual implicaría una misma área de extt·acción, cuencia en ambos momentos: una vez que se colocaron los rellenos que
las tobas con pátina probablemente se localizaban en una cantera distinta. delimitan la altma máxima de las estructuras, se hicieron los muros de
Por su parte, el caliche fue utilizado como parte de los rellenos en mampostería de las alfardas y se adosaron las escalinatas y, luego, se pusie-
ambos momentos constructivos, y también permanece el uso de las ron las fachadas y los rellenos que recubren los mmos perimett·ales, llnali-
rocas de origen sedimentario (calizas y areniscas) en los muros perime- zando con la fachada de las alfardas. Posteriormente, elllrme que sostiene
tralcs, rellenos, fachadas y escalinatas. las fachadas se cubrió con una tapa ele lodo y, luego, con los pisos de estuco.
Las alfardas y escalones de la Plaza del Clásico fueron elaborados En la parte superior de las estructuras, sobre los rellenos, se coloca-
Únicamente con areniscas. En el Epiclásico las calizas conforman la to- ron firmes cubiertos con una tapa de lodo, sobre la que se hicieron los
talidad de los muros pcrimetrales ele los tres cuerpos ele la Estructura pisos ele estuco en los vestJbulos y de lodo al interior de las estructuras.
316
3!7
En el caso de la subestructura de la Plaza Principal, la secuencia de-
T·\BLA. 5 Euc:.~·lENTos ARQUJTECIUNJcus
,.. ' -·- . DE• L•\
. ESTRUCTURA PRI!\"CJPAL
.
posicional de las alfardas difiere de la del resto de las estructuras, ya que . .. . EPICLr\SICO
primem se hicieron las fachadas de los muros, luego se adosó el cuerpo l. CIAsJco ¡· ·l -sillares de tobas. Fachadas: conformadas ' pm·
que delimita el acceso y posteriormente se colocaron las alfardas. El res- 1 Fachadas: con on_11Jl as pm
di
. . , . , sillares de tobas \'o1canicas
yolcamcas l ~ s m as
' . l, coloracwnes y de t ocaH
·¡de distintas coloraci~Jnes Y
1 ·t· t .
·
to de los pasos son iguales a los prescn tados para las otras estructuras. r¡¡,
1 sedimentarias , de rocas scclimentanas
La Plaza Principal merece especial atención, ya que la secuencia
1 Rellenos Rellenos
constructiva de la subestructura en relación con su acceso es igual tanto
1Revestimientos de lodo: .sobre tableros, alfardas
en la Plaza Principal como en la Estructura Sur, que conformó el acceso
~y escalinatas
durante el Epiclásico. Una vez depositados todos los rellenos, se hicie- 1 Pisos ele estuco sobre ,-estibulo Pisos de estuco sobre
ron las fachadas de los accesos y, posteriormente, los firmes a manera . banqueta y pasillos de los
67
de tapas, que finalmente fi.1emn recubiertos por un piso de lodo. ] cuerpos

Los elementos arquitectónicos de ambos momentos constructivos


LAlfardas: conformac1as por mampo.steriade
1 . - . Alfardas: conformadas por
[ soporte
- con re 11,.enos. ele toba •Y rocas sedtmentanas mampostería de soporte
coinciden casi en su totalidad. Se utilizaron muros perimetrales, cajo- j con lodo, rcYe.'itida5 por lodo con rellenos de toba Y
nes constructivos paralelos, rellenos, tapas de lodo, fachadas y ¡·e llenos rocas sedimentarias con
lodo 1
de fachadas, alfardas y escalinatas, revestimientos de lodo, pisos de lodo 1

, ¡a por 1aps
· . de toba "v rocas
y de estuco, f'•n·mes o "t apas , y cuerpos el e m.ve1acwn.
.• Esca1inata: conformac
~· . ¡as con ai.gam aS<·a y con un
Escalinata: conformada por
sedimentarias, aclhenc bloques de toba Y rocas
Los elementos arquitectónicos en que difieren ambas épocas fueron revestimiento de lodo sedimentarias, adhendas
la utilización de adobes para la construcción del templo superior de la con argamasa 1

Estructura Principal del Clásico, y los cajones constructivos perpendi- Temp l0 supenor:
. con formado
- por adobes
culares, banquetas y empedrados en el Epi clásico. Relleno de fachadas Relleno de fachadas
Si bien los elementos arquitectÓnicos mencionados están presentes :Nluro pcrin1etral: conrormaclo por bloclucs ele Muro perimetral:
de manera general en ambos momentos, no todos se localizan enlato- rocas sedimentarias y tobas conformado por bloques
de calizas
talidad de las estructuras, ni todos están elaborados exactamente con la
Tapa ele lodo: colocada bajo el piso de estuco Tapas de lodo: colocadas
misma materia prima, como se observa en las siguicn tes tablas compa- bajo el piso de estuco Y ele
rativas"" (tablas 5 a 8), que se presentan a maneJ·a de recapitulación de la manera intercalada entre
los rellenos
información presentada en el análisis comparativo de materias primas y
elementos arquitectónicos del sitio: . d e lo d o.. a l m
Ptso . terior del templo de los adobes

Cajones constructi-vos
paralelos: conf'or~ados
1 por bloc¡ues de calizas
'
Cajones constructivos
perpendiculares
BaJ~_g_ueta perimetral
T~as de lodo sobre relleno

318

319
TABLA 6. ELE1\IENTOs ARQLIITEcTó:..ncus DEL Ti.:'Cl'AN
Ct.AsJCC> ----'--¡¡-;E::,-.,L-~.L-.:-\s_IC_:r_J________~ TABLA 7. ELb\\1:::\"TOS ARQU!ll::CT(H\ICOS [)l: Lr\ PLAZA Plt!r\Cll'r\1
LASICO - - - -.~---T[fl(__E_I'_Il--.~~-..\-S-!l_:t_l_ _ _~

~
"_ -

j f~achadas: co;ll{xn~adas por ach. adas: confo. rmadas por s.·illarcs de tobas ¡'
.sillarcs de tobas volcánicas olcánicas v de rocas sedimentarias
de distin~as coloraciones y de . R~---·' r~~s
r---- ____________________¡l rocus _:~edimentarias
)-;:;R_e_ll_e_n~o~-'-:------;----;----;---,-,--c---------~ Rellenos --- Piso de estuco: sobre acceso
Revestimiento de lodo: sobre banquetas Alfardas: conilwmadas por blogues de arenisca 1

-Escalinat~: conlon~or bloques de arc;~~---


Pi.c;o de. ·.· estuco: sobre 1rstlbulo
1 - - - ----------------·~)l_'l>b"'.l'anqueta
1
Rclleno de Cachadas J_____.
tol~a+¡___________~. . · · ·-~',
- -con
'\lfar d as: ¡ : ormac
- - 1 as por
man1postcría de soporte con Muro perimelral: cunf'ormado por I_Jloques de
. Tapas ele lodo: colocadas bajo el piso de estuco, 1
rellenos de toba y rocas
ele manera intc1·calada entre los rellenos y entre
scditnentariJs con lodo
~ p-;- ~_1_uro pcrim~tral y ~'achacla ·------+-----~

1
1
Esealin;ta: conformada
Re\'estimientos de Indo: sobre rachadas 1
bloques de toba y rocas
-------~-1
sedimentarias ·
Piso de lodo: en los limites este y oeste 1 Piso de lodo: sobre !'irme
Relleno de fachadas
1 Muroperimetral: conformado por bloques Firme de tobas volcánicas que delimita la altura , Firme de tobas volcánicas que
de rocas sedimentatias y tobas
Muro perimctral:
conformado por bloc¡ucs de
rocas sedimentarias y tobas
de la Plaza ____
[811pedra:los .
1 delimita la altura ele la Plaza
.
Bangueta
Tapas de lodo: colocadas bajo
el piso de estuco y de manera
intercalada entre .los rellenos
Cajones constructivos paralelos: conformados --~--- --~-~-~--
por bloc¡ucs de tobas . 1
TABLA 8. Eu:!\-íENTCJS ARQU!TEcTr_'v--ncos DE LA EsTnucnnt-\ SuR
--'--------
Banqueta perimctral [ Ei'JCLASlCO
Piso de lodo: colocado al interior del edificio Pisos de lodo: al interior del ~hadas: co~formadas por sillares ele tobas mlcánica," y el· rocas - ,dimentarias
Cuereo de nivelación
edif'icio
~~--~
lenos _____ e ' se . ~
Cuerpo- de nivelación
-- Piso de estuco: sobre el primer cuerpo ·

Alfardas: conlcwm~~~~~ 1

Escalinata: conl'ormada por bloques de tobas y rocas sedimentarias_____ 1

-~
Relleno de rachadas
~-
l .

Muro pcrimetral: conrormado por bloc¡u~s de toba ~

[ Tapas de lodo: colocadas b. ajo el pi.c.;o de estuco, de manera intercalada entre los ¡
~-ellcnos y entre el muro perimetral y fachada" .¡
Revestimientos de lodo: sobre escalinata .

Piso de lodo: en el acceso sur


i Cuerpos de nivelaciOn ----~
3..?0
32 1
Los cajones constructivos perpendiculares Únicamente se han localiza- Bajo el marco planteado, la construcción del centro ceremonial Pah-
do en la Estructura Principal del Epiclásico, y es probable que se deba ñu y su posterior remodelación se llevó a cabo por la misma unidad
a las dimensiones de este edificio (tres cuerpos superpuestos con una social, denominada "la cultura Xajay", en tanto existe un cuerpo de sa-
altura total aproximada ele 7 metros), y a la cantidad ele carga que debía beres y prácticas consh·uctivas que permanecieron y se repitieron en
repartirse entre más cajones para evitar su colapso. La ausencia de un ambos momentos y que, en este sentido conformaban una tradiciÓn que
revestimiento ele lodo sobre la Estructura Principal y el Tecpan proba- fue conservada y heredada alrededor de, al menos, 250 años.
blemente se deba al estado de conservación de los mismos, ya que este El reconocimiento de algunos de los elementos que conforman el
elemento ha sido detectado Únicamente en las zonas de las estructuras sistema constructivo Xajay ~la elección de ciertas materias primas,
cubiertas por otros rellenos. elementos arquitectónicos y una secuencia deposicional particular----
El cambio entre las cstTucturas del Clásico con respecto al Epiclásico nos permite proponer la existencia de un estilo tecnológico propio (y en
se refleja en el estilo arquitectónico. Si bien las edificaciones de ambos este sentido, identitario), caracterizado por la ejecución ele una cadena
momentos tienen ciertos elementos colocados a manera de talud, du- operatoria que refleja una serie ele normas que regían la manera en que
rante el Epiclásico el estilo arquitectónico es de talud-tablero. El ejemplo el grupo Xajay concebía la forma correcta de construir.
más claro en el conjunto principal es el cambio de estilo en la EslTuctura
Principal. La subestructura está conformada por un tablero con doble
arremetimiento (semejante al tipo escapulario) con talud y por dos escali- 1Proyecto Especial Pahñu. Coordinación Nacional ele Arqueología.
natas: la del norte enmarcada por tres alEu-das, y la del sur, por dos, ambas Instituto Nacional ele Antropología e Historia.
' Fernando López A"uilar, Gustavo Sancloval García y Sabrina Farías
revestidas de lodo. Por oh·o lado, la estructura del Epiclásico tiene un es- Pclayo, PrC!yecto Es;ecial Pahñu. Guía para el riajero. Zona arqueológi-
tilo de talud-tablero con una escalinata al sur enmarcada por dos alfardas. ca del Pahñu, Hidalgo, Mexico, Instituto Nacional de Antropología e
El hecho de que el cambio en las edificaciones esté dado únicamente Historia, 2012; SalJrina Fa rías Pe! ayo y Alejandra Castañeda Gómez
del Campo, "La cultura Xajay: desarrollo y territorio", en Fernan-
por el estilo arquitectónico corrobora uno de los planteamientos más do Lópcz Aguilar y Haydeé López Hernánclez (cds. ), Huichapan, tres
importantes de los estudios tecnológicos que tiene que ver con las varia- momentos de su historia, Mexico, Consejo Estatal para la Cultura y las
Artes ele Hidalgo, 2014, pp. 23-38.
bles que cambian con mayor rapidez o se conservan a lo largo del tiem- 3 Jaime Cedcño Nico1ás, Espacio y tiempo en las sociedades prehispánicas.
po. De acuerdo con diversos estudios etnoarqucológicos, 6 ' las variables El caso de la Cultura de las Mesas, tesis de licenciatura en Arqueologia,
que pueden considerarse como conservadoras o resistentes al cambio Escuela Nacional de Antropologia e Historia-Instituto Nacional de
Antropologia e Historia, México,. 1997; Fernando L~)'ez AguiJar,
son aquellas relacionadas con la tecnología, es decir, con la secuencia de Laura Solar Valverde y Rodngo V1lanova de Allende, El Valle del
pasos seguidos para materializar cualquier elemento de la cultura mate- Mezquital. Encrucijadas en la'historia ele los asentamientos huma-
rial y con e luso de ciertas materias primas que los constituyen, mientras nos", Arqueologfa, vol. 20, 1998, pp. 21-40; Gustavo Sandoval Gar-
cía, Un espacio autosimilar. El altcpcrl, el centro ceremonial)' la qfrenda,
que las variables que suelen cambiar con mayor rapidez son las mor- tesis ele licenciatura en Arqueologia, Escuela Nacional ele Antropolo-
foestilísticas. Por tanto, se considera que las variables conservadoras son gia e Historia-Instituto Nacional ele Antropologia e Historia, Méxi-
co, 2009; Sabrina Farias Pelayo, Jdenriftcacion de la cultura de las mesas
mayormente constitutivas de la identidad de un grupo, frente a las mor- o Xajay, tesis de Inaestr-ía en Arqueologla, México, Escuela Nacio-
foestilísticas, las cuales están relacionadas con procesos de innovación, nal ele Antropología e Historia-Instituto Nacional de Antropolog~a
copia o moda y, en este sentido, pueden ser consideradas como variables e Historia, 201 O; Fernando López Aguilar, Gustavo Sancloval Garc1a
y Sabrina Farias Pelayo, Proyecto Especial Pahñu, S. Farias Pelayo y A.
que no representan del todo la identidad ele un grupo, porque pueden Castañeda Gómez del Campo, "La cultura Xajay: desarrollo y terri-
enh·emezclarse con los estilos de otras unidades sociales. t o11o ? 3- 38 .
-· ... " , pp. _

3B
322
+ El conte~ido .~el arti~ulo puede considerarse únicamente cmno l'l Pi erre Len1onniet, Elemenrs (or an Anthropoloa.r ~ITcchnology...
una apro:xm1ac1on parcial al conocin1iento del "sisten1a con 5tru -·t'- 0
" " 1 · "_l L 1 ' Jbidem, pp. 5-11. . .
YO y cae e na opcratona u el conjunto principal de Pahiiu, en tanto
Lemonnier puntualiza la in1portancia de ~o mar el cstud.Io de~ n.1~cho
21
los datos J?;escntados son sólo algunos pasos dentro del proceso de
construcCJon del n1isn1o. ambiente con el fin de obtener datos referentes a la dispontl)ihdad,
de recursos. V Case Pierrc Lemonnicr, Elemems._for an Anthropology ?f
s André ~croi~Gom·!1an, El qesto . Y la palabra, Caracas, Publicacione1:1
"ele b llnmci'stdad Centi;al rlc Vcn?zucla, 197!, p. 25+. Tcchnology... p. 26.
22
Lambros Malalouns _.y, Col m Rcnlre\\·, "The- Ccwnit¡'yc 1- ¡¡;o'-- 0 f'TJ II· gs:- A. Lcroi-Gourhan, El gesro)' la palahm ... , p.254.
-6 2
Are 1aco ogy, ~~Iat~nal En~agemcJ:t and thc Extended Jvlincl", en
l 1 1 1 :1 !biJcm.

,., M. Mauss, "lechniques ofthe Body ... ", p. 70-88.


Lambos Malalouns y Colm Rerürew (ccls.), The Cognitire Lijé o[ 5
' A. Leroi-Gourhan, El gesto y la palabra ...
Th1~H"- Rccastma thc BounJaries qj thc .ilfinJ, Cambridge, lvlcDc.mald '" /b'd J74 ---
)76 .
_lnstttute Monographs, 201 O, pp. 1- 11. 1 cm, pp. -- _ ,
Se_rgio Martinc~.' "La.,cognición corporizada en prácticas: in1pli-
1
"Hcather Lcchtman, "Style inTechnology. Some EarlyThoughts, en
caciOnes para }a fdosolJa ele la ciencia", en Sergio Tvlartínez, Xiana Hcathcr Lechtman y R. Merrill ( ecls.), Material Culture: Styles, Orgam-
~Iuang y Gocll-rey Guillamnin (eds.), 1-/istoria, p~·áclicas v esrilos en 1~ zation and D_ynamics "?JTechnoloay, Nueva York, An1erican Ethnologtca1
jilo~r!f/a ~e la ciencia, hacia una episrcmologÍG plural, lvléxi~o, Universi- Socicty, 1977, pp. 3~20. .
28
sdad Autonoma Metropolitana/Porrúa, 2011, pp. 217-2 34. E1 concepto de estilo wcnolóaico de Letchman puede ser cquq:arado
' lbidcm, p. 224. con el concepto d? representacio~es sociales ~le Pierre Lemc~nmer, e,n
'' lbidcm. tanto an1bos se refieren a la sen e de elecciOnes que un g1 upo hace
10
L. Malafouris y C. Renli-cw, "The Coanitivc Lile oi'Thinas " IJ 9 dentro de un universo ele posibi1idades y que estas elecciones son
"L -¡.1, 1 "' , ... , . . las que constituyen el cuerpo de conocin1icntos yyrActicas que lo.s
a \m1c au n1mitna e.e análisis para la "arc1ueologia proccsuar' es el
artefacto contextualizado espacialn1ente. VCase Fernando Lópcz particularizan. Véase Picrre Lcn1onnier, Elemcntsjor an Anthropolo9y
AguiJar,, "Ar'\;Ieología ): complcjiclacl. Sobre la naturaleza del dato oJTcchnology ... ,pp.6-7._ , . . _ .
l'l Dirigido por el doctor Fernando LopczAgmlar y la n1aestia Sabrma
arc¡ueologico , en Mayan Cervantes (coorcl. ), 17 temas de la antro-
pologiG mexicanG, México, Acaden1ia Mexicana de las Ciencias An- Farías Pclayo.
:lO Gustavo S~ndoval García, lf!_(orme de la Estrucwra Sur. Proyecto E;pccial
tropológicas, 2012, pp. 237~264. Es así duela unidad social cm- -cs-
po~dc ~ u~ "si~~ten1.~ cultu.ral" conlór~11a o por tres subsistemas: el Pa/111u, Temporada 2012, Mcxico, 20 12; Gustavo S~ndoval Garc~, In~
1 .

socio;tecmc? (l~ncron social del artefacto), el ideo-técnico (función forme de la Estructura Principal. Proyecto EspecwlPalmu, ycmporada _O JI,
r
IdeoJog¡ca~S·li~bo]¡c~ de] artdacto) el tcc,~Ómico (aspecto fÍ.mcio-
nal dcl~,artdacto). Veasc Lems R. Bm~ord, Archacology as Anthro-
e México, 201 ¡ ; Femando Lo\Jcz AguiJar, Sahnna Fa nas Pelayo y Ale-
jandra Castaiicda Gón1ez de Can~po, Pro_yecro ~~pecit11 Pahñu. ,ff!_fon~c
12polog} .' Amencan Anttquny, Yo l. 28, num. 3, 1962, pp. 217~225. de la temporada de campo 2012. Informe ,al Co~se1o dulrqueo!ogta, Me-
En_ lalllStona ~:~ltu:~lla umdad mínima de análisis era el artefacto y
xico, Instituto Nacional de Antropolog1a e 1-hstona, 1011; Fet nando
la cultura n1_atei1al estaba dn ectan1ente relacionada con un urtip 0 () LOpez Aguilar y Sabrina Faría~ Pdayo, Pro__y~cto Especial Pa~u1u. l~[o_r:nc
cu 1tura. V case F. Lopez Aauilar, "Arqueología y com¡Jie¡'idadc " JIJ preliminar. 1Cmporada 1011, Iryjormc al Consc¡o Jc Arqueologw, Mex1co,
I ¡ - ..._,

242-245. b • .. . 'l . Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2~11; Canek Huerta,


:lA; Lcroi-G~urhan, El gesto.[ la palabra... ; Marcdl Mauss, "Tcchniques
1
Informe de la Plaza Principal. Proyecto Especial Pahnu, Temporada 2011,
_,ol thc Body_,. Ecanomy ~~d ~ocie~v. vol. 2, núm. 1 1973, pp. 70-88. México, 1011; Alejandra Castañeda Gómez del Camp~, lnjonne de
1
Br) an Plallenbe¡·ger, Social Anthropology o! 2Tcchnology", Annual la Estrucwra Principal)' Estructura Sur. Pro¿recto Esfecial Pahnu, Temporada
Rcriew ~~ Anth~opol~{JJ·. vol. 2 1, 199 2, pp. +CJI _5 16. e.
201 1, Mcxico, 101 1; Alejandra Castancda Gomez del Campo, ~n­
15
Le\\'ls R. Bmlord, Archacolrwical Svstcmatics ancl the ~Stud - ol' C l 1. fOrme Jc la Estructura Sur y Estructura Principal. Pr~recro .Especial Pahmi,
Proccss , , .immcan Ant"l'"'I. b -'
\O l. 31 núm. 2 1965 jJjJ ·, 17
1 1 ·Temporada 201 J, Mexico; 2012; Alba Téllez Nieto, !'!forme del Tecpan.
1 turc
" lb 1 Jcm, pp. 2 o5-206. ~ ' ' . - . Provecto Especial Pohñu, Temporada 2011, México, 2011.
H~ Lechtn1an, "Style in Tec~1nology. .. ".
17 11
B 1)1' ¡·¡· 1 · "S · 1 " _ .
'" ·. a en Jerger: ocia Anthropology ... ", pp. 513-514.
" S. Farías Pelayo y A. Castancda Gomez del Campo, La cultura Xa~
~rcr~e Len10I:~r,c.J:,. ~len~ent:\· J~r an Anthropo(ogy q{ JéchnololtLV, Ann
~rb01, ~he Un~'elstt) oi Michigan, l992; P1e1Te Lemonnier, "The jav: desarrollo y territorio ... ".
Study ol Maten al Culture l<Jday: Towarcl an Anthtropolrwv ol'
11
Las dos muestras !iteran tomadas del piso quemado de la subes~
Tcchnical Systems", )ournal oj' Anthropofogiml .lrclweol~8_v vol 5 tructura del edificio principal, y datadas por paleomagnc~ismo por
1986,pp. 147-186. . ~· . ' el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autonom~ de
México. Los resultados fueron 51 2. 5 a 600 d. C. y 5 12.5 el. C. Ve ase
3.2+
325
5
Ana Maria Soler Arechalde, "Reporte de fechamiento arqueomagné- + Las banquetas son los asientos colocados al interior de la subestruc-
tico", en Luis Morett Alatorre, Desarrolla Regional Xa_jay. Poniente del tura r~el Tecpan; están confonnados por blogues recubiertos por un
Valle del iiiezc¡uital, vol. IV: Arqueomagnetismo, Informe al Consejo ele enlucido ele lodo sobre los cuales se colocan sillares de toba Yolcáni-
Arqueología, México, Escuela Nacional de Antmpologia e Historia/ ca y sedimentarias a n1anera de talud.
Instituto Nacional ele Antropología e Historia, 2002. +ó Los cajones constructivos paralelos, como lo indica su non1bre, se
H Luis Morett, "Informe TécnicoTen1plo Principal. Sitio Pahñu", en colocan de manera paralela a los n1uros perimetrales, y sirven con1o
Luis Morett Alatorre, Desarrollo Heqional .\"cyay. Poniente del Té1llc del soporte para superponer e1 siguiente cuerpo de la estructura. Están
Jliezquital, vol. 3, núm. 2, Infónne al Consejo dcArqueologia, NlCxi- conformados en su 111ayoría .
por: a) rocas sedin1entarias burises •y al-
co, Escuela Nacional de Antropología e Historia/Instituto Nacional gunas tobas volcanicas de tamaño grande (40-60 cm) adheridas con
de Antropología e Historia, 1995, Pj1. 8-14; S. Farias Pelayo y A. argamasa; y b) bloques de toba vol~imica.
Castañeda Gómez del Campo, "La cu tura Xajay: desarrollo y terri- ·l-7 LOs rellenos difieren en su con1posición y cantidad de acuerdo con
torio ... ".; F. López Aguilar, G. Sancloval Garna y S. Farias Pelayo, su localización, esto se debe probablemente a que los puntos en el
Proyecto Especial Pahñu ... ter!"eno gue se deseaba nivelar no se localizaban a la n1isma a1tura, lo
35
S. Farías Pclayo y A. Castañeda Gómez del Campo, "La cultura Xa- cual implicó la colocación de n1ás o n1enos rellenos según el relieve
jay: desarrollo y territorio ... "; G. Sandoval Garda, Informe de la Es- ele la roca madre. Por otro lado, los rellenos directamente asociados
trucwra Sur. .. ; A. Castaii.cda Gómez del Campo, Informe de la Estruc- con los cajones constructivos de las estructuras tan1bién son hete-
tura Sur... - rogéneos; esto probablemente respondía a la capacidad ele carga de
:ló G. Sando\'al García, lr!}Drmc de la Estructura Sur. .. ; A. Castañeda Gó- cada elemento arquitectónico. De n1anera general se han detectado
nl.ez del Can1po, If!.fOrmc de la Estructura Sur. .. Este articulo estará tres tipos de rellenos: a) conformados por bloques de diversos tama-
enfocado en el estudio del sistema constructivo del conjunto prin- ños, en su mayoría de toba volc:lnica, y algunos bloques de caliche y
cipal del Clasico y Epiclasico sin tomar en cuenta las modificaciones rocas sedimentarias n1ezcladas con arena y un aglon1erante de lodo
realizadas durante el Epiclásico en la Estructura Sur y la Plaza del colocado de manera dispersa; b) conformados por bloques de diver-
conjunto sur. sos tamaños, en su mayoría ele toba Yolcánica, y algunos bloques de
37
F. López AguiJar, G. Sancloval Garda y S. Farías Pclayo, Proyecto Es- caliche y rocas seclin1entarias con arena; y
pecial Pahñu ... , p. 5. e) formados por arena y gravas.
_:¡s P. Lemonnier, Elementsjor an Anthropology C?_{Technology ... +s G. Sandoval Carda, Irj~rmc de la Estructura Sur ... ; G. Sandoval García,
3
'1 Los procesos geológicos que originaron las condiciones fisiogra!lcas Informe de la Estructura Principal ... ; F. L6pez AguiJar, S. Farias Pe layo y
actuales del área de estudio ocurrieron en dos periodos: el Cretácico A. Castañeda Gómez del Campo, Proyecto Esp~cial Pahñu. Informe de la
(136 a 56 millones ele años) cuando se generaron las formaciones de temporada de campo 20/2 ... ; F. LópczAguilar y S. Fa rías Pclayo, Proyecto
origen sedimentario, y el Terciario (65 a 3 millones de años), corres- Especial Pahñr1. Informe preliminar. Temporada 2011 ... ; C. Huerta, Informe
pondient; a las fon:1aci~nes de ~rigen volcánico que constit_t:yen de la Plaza Principal ... ; A. Castañeda G6mcz del Campo, informe de
la mayona del espacio. Vcase Zoltan ele Cserna, Pedro A. Mosmo y la Estructura Principal ... ; Castañeda G6mcz del Campo, Informe de la
Osc_ar Benass~ni, El escenario geogr9f1co. !~trod_ucción ecológi:a, México, Estructura Sur ... ; A. Téllez Nieto, !!"!forme del Tccpan ...
Instituto NaciOnal de Antropolog1a e Histona, 1974; Ale¡andra Cor- +'J Tal vez la peña original ya era un espacio sacralizado que tendría
tés Silva, Alejandro Lozano Guzman, Joaquín Pércz Valcra, Juan Pé- ciertas Inodificaciones realizadas por los grupos precedentes, como
rez Quezadas y Francisco Martínez Cruz, "Estudio exploratorio de labrados en las rocas y petroglifos, así como adecuaciones para el ac-
las condiciones isotópicas e hidrogeoquímicas de aÜoran1icntos en ceso. Preyio a la construcción, el grupo Xajay probab1emente poseía
la comunidad de El Arbolito, Municipio de Caclcreyta, Qro.", Centro un conocin1iento del ca1endario solar n1arcado en e1 horizonte (a
Qyeretano de Rewrsos Naturales, vol. 10, 2006. través ele los cerros), que sería rep1icado en el trazo y orientación de
;o Serafin Sánchez y Sergey Sedov, comunicación personal, 2014. sus estructuras (con1tmicación personal con Fernando López Agui-
41
Este suelo no aparece régistrado en las cartas eclafo1ógicas del INEGI. lar, 2015).
42 50
En estas áreas el suelo no aparece registrado en las cartas edafológi- Es probable que durante la construcción de las estructuras se hayan
cas del INEGI. depositado oli·cndas fundacionales en cada uno ele éstos, mismas que
" Luis Morett, "Informe Técnico Templo Principal. .. ", p. 31. ruemn retiradas por los mismos habitantes durante el proceso de
H Se trata de rocas blancas, formalmente llamadas calcretas, confor- renovación del sitio. Véase F. L6pez AguiJar, G. Sandoval Garda y S.
madas por carbonatos de calcio secundarios originados por ptocesos Farías Pe layo, Proyecto Especial Pahñu ...
de intemperisn1o sobre las tobas volcánicas.

326 327
51 11
Los muros pcrin1ctralcs delünitan las di1nensiones de cada uno de '' La orientación de los eclif"icios del Clásico y Epiclásico es de 355° en
los cuerpos de la Estructura y están conformados por bloques ele: su eje norte-sur, y 255° en el eje este-oeste.
a) calizas; b) calizas y tobas; e) tobas. Los blogues son adheridos con bl Si bien los estudios de procedencia norn1aln1cnte requieren del uso

argamasa y n1iden entre 40 y 60 cm aproximadamente. Funcionan de técnicas arqucométricas para la caracterización quín1ica y mine-
como cajones constructiYos ya que contienen rellenos al interior de ralógica de los materiales, se propone una serie de hipótesis basa-
las estructuras y, al exterior, sostienen las fachadas y sus rellenos. das en observaciones con1parativas n1acroscópicas entre las materias
S} Podemos dif't.T~nciar tres tapas de lodo: a) unii(Jrni'e, que cubre por primas localizadas durante las excavaciones y los datos obtenidos a
completo los cajones constructiYos con un relleno que Yaría entre partir de las cartas geológicas delil\EGI. En el caso de los elementos
los 2 y los 6 cm de grosor sobre el que se colocan algunos de los ca- conformados por lodo únican1cnte se tienen caracterizados, a partir
jones constructiYos; b) tapas ele n1cnor extensión, c¡ue se intercalan de un análisis petrográfico, algunos suelos n1uestreados en la región
cubriendo sólo las subdiYisiones forn1adas por los cajones perpendi- (vcrtisoles y luvisoles), pero aún no se han analizado muestras de
culares y paralelos, así con1o el espacio entre los muros perin1etrales argan1asa o ele los revestin1ientos y tapas de lodo del sitio.
y sus fa~hadas. Éstas son mas delgadas guc las tapas 62
L~ coloración de las tobas varia de un clrea a otra en la misma mese-
éle mayor extensión; y e) tapas d~lgadas (1-2 cm aproximadamente) ta, es por ello que es posible clelin1itar zonas de extracción
que se colocan como base para depositar los pisos de estuco. de este material.
5 63
:¡ Los cajones constructivos perpendiculares se colocan de n1anera Luis Morett, "Infonne Técnico Ten1plo Principal ... ", p. 32.
6
perpendicular entre la fachada de la subestructura y el muro peri- + La secuencia constructiva, con excepción de la Plaza Principal como
metral. Eston elaborados con blogucs grandes (30-GO cm) de toba se n1encionó con anterioridad, se conoce parcialn1ente, ya que no se
" volcánica y adheridos con argan1asa. han realizado excavaciones al interior de la Estructura Principal y
,., Sabrina Farías Pelayo, Alejandra Castañeda Gómez del Campo y dcllCcpan. En este sentido, la n1ayoría de las equiparaciones con-
Fernando LÓlJez Aguilar, "Sisten1as constructivos en el sitio arqueo- cernientes a los clen1e11tos arquitectónicos ubicados al interior de
lógico Pahñu' (en prensa), 2014. las estructuras se realizaron sobre la Plaza Principal.
11 65
La bangueta perimetral es un cuerpo que f'ue adosado a la Estructu- La Plaza Principal, durante el prüner n1on1ento constructivo, estu-
ra Principal y Tecpan del Epiclásico, enmarca sus accesos y está cons- vo conformada por una estructura de aproxin1aclan1ente 50 metros
tituida por un muro de bloques de toba volcánica que es rellenado y en su eje este-oeste y 1. 30 metros de altura. El ancho probablemen-
recubierto por una tapa de lodo, sobre la cual se deposita un piso de te haya sido de aproximadan1ente 36 n1etros.
66
estuco. Hay otra serie de secuencias dcposicionales más detalladas que se
'" Los cuerpos d e m.ve lac1on . ' estan' con ¡·ormacl os por ll1 oques granel es repÍten entre an1bos momentos, por ejemplo, la deposición de re-
careados (40-80 cm) de toba Yolcánica, adheridos con argamasa y, llenos que son recubiertos por tapas de lodo entre los n1uros peri-
como lo dice su non1bre, tienen la !'unción de nivelar partes del te- metrales y las fachadas; la secuencia deposicional guc intercala relle-
rreno don~e la roca n1adre tiene mayor declive, para la posterior nos y tapas de lodo para la construcción de las escalinatas; así con1o
57
construccion de las estructuras. e
la secuencia de algunos ele los distintos tipos ele rellenos. V ase F.
La construcción de la escalinata in1plicó el adosan1iento de un cuer- López Aguilar, S. Farías Pelayo y A. Castañeda Gómez del Campo,
¡ Jo colocado entre el prin1er y tercer cuerpo de nivelación, que pro-
Jablemente tiene por objetivo generar n1ayor estabilidad estructural
Proyecto Especial Pahñu. Informe de la remporada de campo 2012 ... ; F.
López Aguilar y S. Farías Pe layo, PrOJ'ecro Especial Pahñu. Informe preli-
del acceso en su lado oeste. minar. Temporada 2011 ... ; C. Huerta, Informe de la Plaza Principal ... ;
:;s El piso es colocado Únicamente en las zonas este y oeste ele la es- A. Castañeda Gómez del Campo, Informe de la Estrucwra Principal ... ;
tructura. El límite del piso coincide con la construcción ele las al- Castañeda Gómez del Campo, Informe de la Estrucwra Sur ...
17
fardas, es decir, cnn1arca el exterior del acceso a la Plaza en su lado ' A este tipo de firn1es tan1bien se les ha denon1inado tapas, en tanto

norte. gue los bloques de toba volcánica gue los conforman están traba-
59
Es probable c1ue gran parte de la superficie horizontal, es decir, la jados en su cara CXJJuesta, lo que genera ,una superficie plana que
superficie sobre las tapas de la subestructura, haya estado recubierta posteriormente sera cubierta por la superficie de uso.
¡
8
Jor lodo. Esta hipótesis se justifica a partir de guc el revestimiento fue b Las tablas 5-S se presentan por estructura, con1parando ambas ten1-

ocalizado en la unica zona donde la superf-icie de la subestructura es- poralidacles. En el caso de la Estructura Sur, su eguiYalente corres-
taba completan1ente cubierta por la Estructura Sur y, en este sentido, pondería a la Plaza Principal del Clásico, ya gue ambas constituyen
pern1itió su conservación a diferencia del 6.rea expuesta en la Plaza. el cuerpo de acceso a la Plaza.

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CLEi'viE7'JTINA BATTCOCK es doctora en Historia por la U:'-IAI'vl, realizO su estancia FERI\ANDO Goi\ZtÚ.EZ DAVILA es maestro en Historia por la Universidad Na-
posdoctoral en el CJALC-UNAJ\L Actuahnente, es investigadora de la Dirección cional Autónoma de México. Profesor investigador del Instituto Nacional de
de Estudios Hist6ricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia y es Antropología e Historia, adscrito al Centro J\/A!-1 Querétaro. En la Escuela
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Se ha especializado en la Nacional de Conservación y Restauración in1partió diversos cursos y Sen1i-
historiografía de tradición indígena andina y novohispana; cuenta con diver- narios de Restauración. En el Colegio de Historia de la Facultad ele Filosofía y
sas pub1icacioncs especia1izaclas (Alemania, Argentina, Brasil, España, Ecua- Letras, UNAM dirigió el Seminario sobre ''Patrin1onio cultural: Conservación
dor, El Salvador, Estados Unidos, Italia, México, Perú, Jap6n). y protección". Sus líneas de estudio abordan la colonización centro norte,
geografía histórica y aspectos de la historia de la ciencia.
ALEJAKDRA CASTAÑEDA GóMEZ DEL CAMPO estudió la licenciatura y maestría
en Arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, donde ha ANI\IA GONZALLZ ToRRES es Licenciada en Etnohistoria, maestra y doctora en
laborado como docente del 2011 a la fecha. Ha colaborado en el Proyecto Historia y Etnohistoria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Especial Pahñu y Proyecto Valle del Mezquital del 2011 al 2015. Se ha es- Es profesora- investigadora de tiempo completo en la Dirección de Estu-
pecializado en estudios tecnológicos por cadenas operatorias aplicados en dios Históricos, INAI-1. Ha sido ponente en diversos congresos nacionales e
n1aterial ceránüco. internacionales y es autora de varios artículos especializados sobre la cultura
religiosa en los pueblos de indios novohispanos durante los siglos XVI-XVIII.
SABRINA FARÍAS PELAYO es doctora en arqueología. Sus intereses académicos Mari el ele Lounles Mera Cázares. Actualmente cursa el último semestre de
se enfocan en las dinámicas que durante el periodo Epiclásico ocurrieron en la carrera de arqueología en la ENAH. !-la tenido interés en el estudio de la
la frontera norte de Mesoan1érica, principaln1ente en la región de la cultura cerámica y el problema de la identidad.
Xajay. Actualmente, está desarrollando investigaciones para la detección de
patrones en sociedades prehispánicas mediante el uso de fractales, y se de- NALLELY MARISOL Ruíz MAitrÍI\EZ es tesista de la licenciatura en Historia de
sempeña como codirectora del Proyecto Especial Pahñu. la Facultad de Filosofía y Letras de la UI\AM; estudia el 9° semestre ele la li-
cenciatura en Arqueología de la ENAII y trabaja desde el 2013 en el Proyecto
ALEJANDRO GARCÍA KoBEH. Formado como econon1ista, en fechas recientes se Especial Pahñu.
ha dedicado a adquirir el ollcio de arqueólogo. Actualmente está cursando
el último setnestre de la licenciatura enArgueología en la EN:\1-1. Tiene interés Cil'TIIYA SANTOS BRIONES estudió Etnohistoria y Antropología. !-la trabajado
en la comprensión de los patrones espaciales, incluyendo su relación con la como investigadora y fot6grafa en distintas Instituciones en México y Nueva
arqueoastronon1Ía. York, tales como el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Comi-
sión Nacional para los Pueblos Indígenas y HBO, con temas relacionados a
n1ioraci6n
b
indlacna
b
trasnacional )r textiles indi~enas.
'-"
/dL'Ilfitll!tl_r 1~·rri¡,,r¡,, L'll iLI h·otf,¡ff',_In_r },¡ f'r,n·iJ¡óc~ ,/l• Ji!t'IL'f't't",
\l'rmin/¡ rk· imprimir,-t: ,_·n el nw~ d~..· ot.·tulH·,. dl' 201)
1..'11 lus talkTt.'S dv ( )¡.¡-..,¡ T ]\¡-¡¡¡ 1'>·\~., S.A. Ul: C. V,
u[,kat[(J~l·n.-\n·nid,1Aul~__·t1Lilltl 115,
C()lunia [ lui¡Jilc()TL1l¡).111, C.P. 1-1-)70, !\-Il·xic(l, D.F.
En su cu1npnsici/m tipngt<d-ic,1 se utiliúJ la bmiliJ. Pcrpdud.
U til'<lje cumt,1 de mil ejemplares,
impn·_'>u<. 1..'11 p.1pl'l CouchL· mak de 1 30 g.
Furrus 1..'11 Du111L1r dv 21 (1 g.
Cuidado dt• l,¡ ~__·diciún: Adri,111,1 C.1!,111n \" Pahlu ¡\.-\.1\',111-'>.

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