MITOS Y REALIDADES DE LA

VIOLENCIA DE GENERO

• Son creencias erróneas expresadas de forma absoluta y poco

flexibles, forman parte de un imaginario social y son una producción
histórica.
• Los mitos reproducen juicios y valores sobre lo que está permitido
sentir, pensar y hacer a los hombres y a las mujeres de cada
sociedad. Están presentes en discursos científicos, políticos,
religiosos, jurídicos, y en los medios de comunicación social. En
nuestra sociedad, las mujeres aparecen en un lugar devaluado, como
podemos observar en los mitos fundantes de la sociedad

A partir de estos mitos, las victimas se ven así mismas culpables y atemorizadas,
con dudas de si mismas, lo que dificulta que reconozcan que son violentadas y
pidan ayuda.
MITOS Y REALIDADES
MITO FALSO /REALIDAD
El “hogar” es el lugar más A pesar de que se cree que el hogar es un lugar seguro para las niñas, los niños y las
seguro para las mujeres, más mujeres corren más riesgo de vivir violencia por parte de algún familiar o persona
seguro que la calle”, “Hogar conocida. Se oculta que el hogar es uno de los principales ámbitos donde
dulce hogar se ejerce violencia hacia las mujeres.
Los “trapos sucios” se lavan en La violencia contra las mujeres en el ámbito familiar es un problema que afecta no
casa. solo a quien la padece directamente, sino a toda la sociedad. Hasta hace pocos años
no había sido un asunto de interés de los gobiernos porque se consideraba un
problema que ocurría sólo en casa, entre las parejas.
A las mujeres “les gusta” que Existen diversos motivos emocionales, sociales y económicos por los que una mujer
las maltraten. no abandona a su agresor. Un ejemplo de ellos son los sentimientos de culpa,
vergüenza y miedo que le impiden pedir ayuda; además tienen la esperanza de que
el agresor cambie y con frecuencia creen en sus promesas
La violencia es un problema de La violencia se da en todas las clases socioeconómicas y niveles educativos.
las mujeres pobres y con pocos
estudios .
Se nace violento, es Decir que es cuestión de mal carácter, disculpa la responsabilidad de una
cuestión de carácter y no conducta violenta al agresor; cada persona puede elegir ser o no ser
puede modificarse esa violenta sin importar su carácter.
conducta
Las mujeres que son o han sido Algunas conductas o descuidos de las mujeres pueden provocar enojo en sus parejas,
maltratadas “se lo han sin embargo, esto no justifica que las maltraten. Este mito se utiliza para culpar a la
buscado”. . víctima y no al agresor. La conducta violenta es responsabilidad absoluta de quien la
ejerce
MITO FALSO /REALIDAD
La violencia doméstica Aunque los estudios son poco concluyentes respecto a si la violencia tiende a empezar o
cesa, cuando la mujer incrementar durante el embarazo, las investigaciones han demostrado que la violencia no
queda embarazada. cesa obligatoriamente cuando una mujer queda embarazada. A nivel mundial, una de cada
cuatro mujeres es abusada física o sexualmente durante el embarazo, por lo general por su
pareja. De hecho, las investigaciones sugieren que ciertos tipos de violencia, como la
emocional, pueden ser más comunes durante el embarazo.
Ha ocurrido sólo una La violencia de género no es algo puntual. Normalmente forma parte de un patrón de
vez, por una bofetada relación, y ésta irá en aumento. La frecuencia e intensidad de las agresiones determina el
no pasa nada. nivel de riesgo que sufre la víctima.

Es normal que un El matrimonio o la vida en pareja no otorgan ningún derecho de propiedad sobre las
esposo maltrate a su mujeres, por lo que en ninguna circunstancia se debe abusar de ellas. Ningún ser humano
mujer. es propiedad de otro.

Las mujeres maltratadas Las patologías psíquicas no son la causa sino el efecto que produce la violencia en las
suelen tener problemas mujeres. La exposición a la violencia de género provoca en la mayoría de las mujeres una
psíquicos. serie de problemas que, las personas expertas han denominado Síndrome de la Mujer
Maltratada.

Sólo cierto tipo de No existe un perfil concreto de hombre que ejerce violencia de género.
hombres maltratan a
sus parejas. Existe un
perfil concreto de
maltratador.
MITO
Las mujeres que sufren violencia
sexual o doméstica, provocan el
abuso, gracias a sus conductas
inapropiadas.
La conducta violenta es natural
en los hombres.
La violencia está de moda, ser
violento te da prestigio: Los
hombres que saben pelear, son
más hombres• .
A las mujeres les gusta la
violencia, si no, abandonarían las
relaciones donde hay abuso.
FALSO /REALIDAD
En muchas sociedades, existe la creencia generalizada de que las esposas merecen
ser golpeadas por sus esposos. En otros casos, las personas quieren creer que el
agresor tenía motivos justificados para usar la violencia y que la víctima es
culpable, para así negar que se ha cometido un delito. Este es el caso, cuando se
sugiere que una mujer que es violada se lo merece por su forma de vestir o actuar.
Existe la creencia de que los hombres violentos no se pueden controlar y ejercen
violencia porque simplemente “son así.” Los hombres no son violentos con todas
las personas ni en todas las situaciones. Por tanto, la violencia es una conducta que
se aprende como una manera de resolver conflictos.
El hombre que se desarrolla y crece en una cultura patriarcal como la nuestra,
construye su identidad a partir de los modelos de la masculinidad. Esto implica la
reproducción de conductas violentas para demostrar que son hombres.
Por lo general, las mujeres en situaciones de violencia, tratan, muchas veces, de
conseguir ayuda y de abandonar una relación violenta. Sin embargo, existen
numerosas barreras que pueden impedir a una mujer que se vaya (la dependencia
económica, la presión de la sociedad y de la familia para mantener la relación, la
falta de opciones respecto a dónde ir y el temor al castigo). Muchas mujeres
temen, con razón, que el abusador pueda herirlas o incluso matarlas si intentan
dejar la relación y muchas están prácticamente entrampadas psicológicamente, lo
que les impide mirar objetivamente sus opciones.
MITO
Por naturaleza, los hombres son más
violentos que las mujeres.
“Un hombre no maltrata porque sí,
ella habrá hecho algo para
provocarlo
Si me busca a cada momento, para
saber qué hago y dónde estoy, es
porque me quiere, me cuida.
“ Si no hay golpes, no hay violencia”
“El Tiempo lo soluciona todo.” Los
hombres violentos pueden cambiar.
“Si se tienen hijas e hijos, hay que
aguantar los maltratos por el bien de
las niñas y los niños”
FALSO /REALIDAD
Los roles sociales del sistema patriarcal, autorizan a los hombres a usar la
violencia, de controlar y someter a los más débiles, como parte de su identidad
masculina. Pero no son más violentos por naturaleza
Se está justificando la violencia hacia las mujeres, culpabilizando y
responsabilizando a las mismas por las situaciones de violencia de las que son
objeto, respecto a lo que hicieron o dejaron de hacer, cuestionando sus formas
de actuar, vestir o andar en determinados lugares y horarios. Esta adjudicación
a las mujeres como responsables de la violencia o inseguridad que viven trae
como consecuencia una actitud de reproche de su entorno social y hasta de
los/as funcionarios/as públicos/ as.
Las personas controladoras no necesariamente aman más que otras personas;
la necesidad de control puede ser una señal de alarma, pues se asocia con el
ejercicio de la violencia. De hecho, la violencia contra la pareja incluye entre sus
manifestaciones más características, los comportamientos controladores
Todos los tipos de violencia son dañinos. Con este mito, se ocultan distintas
formas de violencia que avasallan los derechos de las mujeres y que son tan o
más graves que la física, nos referimos no sólo a la violencia psicológica sino a la
económica, la sexual, la institucional.
Los hombres violentos no cambian; es más, con el paso del tiempo la violencia
se agrava y se torna más peligrosa.
El mito se sostiene en la definición de las mujeres como “ser para otros”, donde
las mismas se realizan a partir del rol tradicional de la maternidad asociada “al
aguante” y “la sumisión”, negando la autonomía de su vida y el desarrollo de
proyectos personales. Los derechos de las mujeres no pueden subordinarse ni
estar supeditados a los derechos de otras personas.