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Un grueso tabique que separa las zonas derecha e izquierda impide que la sangre pase directamente
de un lado al otro. Para arribar al lugar del que partió, el flujo sanguíneo debe recorrer el circuito
general y el circuito pulmonar. En el general, la sangre, rica en oxígeno, es enviada desde el
ventrículo izquierdo hacia la arteria aorta y desde allí es transportada a todo el cuerpo por otras
arterias y capilares. Vuelve por las venas cavas con abundancia de desechos hasta la auricula
derecha. En cambio, en el circuito pulmonar, la sangre, cargada de impurezas y dióxido de carbono,
es conducida desde el ventrículo izquierdo a las arterias pulmonares por las que llega a los
pulmones, es oxigenada por esos órganos y emprende su retorno hasta la aurícula izquierda.
Al impulsar la corriente sanguínea se contrae, y cuando la recibe, se dilata. Estos movimientos son
la sístole y la diástole y su conjunto es denominado ciclo cardíaco o latido. En él corazón, los
movimientos de las válvulas cardiacas deben ser indispensables para permitir o impedir el paso de
la sangre. En condiciones normales, la frecuencia cardíaca de los seres humanos varía entre sesenta
y siete y setenta y cuatro latidos por minuto. Los latidos pueden percibirse al colocar la mano en la
zona izquierda del pecho, o al presionar levemente otros sectores como la yema de los dedos o la
sien.
En él corazón, los movimientos de las válvulas cardiacas deben ser indispensables para permitir o
impedir el paso de la sangre.
Todos los movimientos de las válvulas cardiacas son indispensables para permitir el paso de la
sangre
Carlino, Paula.
Uni-Pluri/Versidad, vol. 3, núm. 2, 2003, pp. 17-23.
Dirección estable:
https://www.aacademica.org/paula.carlino/102
Una parte de los sistemas educativos, como el norteamericano, se ha constatado que "... los libros de
texto ejercen un dominio abrumador en la experiencia de aprendizaje de la ciencia" (Harms 81, p. 115).
En un 92% de las clases de ciencias de los niveles equivalentes al bachillerato se utilizaban a finales de los
años 70 uno (48%) o más libros (44%) de texto; los porcentajes de uso eran también del 90%, o superiores,
en la enseñanza básica, a partir del 4"urso (Weiss 78, p. 89). En el sistema de enseñanza de las ciencias en
España los porcentajes de uso son también probablemente altos. De acuerdo con datos referidos
solamente a centros públicos y privados de bachillerato de Madrid capital, un 91% de los profesores de
Física y Química de 2" de BUP y un 87% de los de 3", declaran en el curso 1980- 81 que se utilizaban libros
de texto en sus clases (Velarde y Otero 84).
Desde hace años se investiga en las características de los libros de texto de ciencias. Estos estudios se
fundamentan, en ocasiones, en alguna teoría sobre la forma en que los alumnos aprenden. Prosser 79), y
Aguirre de Cárcer 83), por ejemplo, estudian la "demanda cognitiva" de los textos científicos basando su
análisis en la teoría de Piaget. Otros investigadores, como Doran y Sheard 74), Fernández Uría 78), o
Bullejos de la Higuera 83), simplemente examinan características de los textos, como la legibilidad, los
contenidos, o las actividades, que se suponen con influencia en la calidad del texto como instrumento de
enseñanza y aprendizaje, aunque esta suposición no esté fundamentada en teoría
Una parte de los sistemas educativos, como el norteamericano, se ha constatado que "... los libros de
texto ejercen un dominio abrumador en la experiencia de aprendizaje de la ciencia"
Algunos de los sistemas educativos, como el norteamericano, han sido constatados que "... los libros de
texto ejercen un dominio abrumador en la experiencia de aprendizaje de la ciencia"
Algunos ciudadanos quiteños no serán participantes del derecho al voto en estas elecciones.