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EJERCICIOS ESPIRITUALES ACOMPAÑADOS

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MI PROYECTO DE VIDA

IHS

Cuando se va al médico, éste examina al paciente, hace un diagnóstico y le entrega un


tratamiento; pero el enfermo no sale curado del consultorio. Si éste no toma las medicinas ni
sigue el tratamiento, de nada le habrá servido la visita médica.

Tus Ejercicios Espirituales están por terminar. Se parecen a la visita del médico: Has
reconocido males, aciertos, errores, cualidades y defectos. Has experimentado de una
manera especial, quizás insospechada para ti, la presencia del Señor Jesús quien vino a
sanar a los enfermos. El encuentro con Él te ha llevado a ver de una manera nueva tu vida, a
comprometerte más en serio con Dios Padre y con tus hermanos. Tu sentimiento actual, si
has hecho bien este retiro, es de alegría, paz, amor... Tienes ahora gran entusiasmo y un
enorme deseo de realizar los proyectos y compromisos que has hecho. Experimentas la
presencia y acción del Espíritu Santo en ti.

Pero esto no basta. Es necesario concretizar la forma como deseas hacer tu proyecto de
vida. Te encontrarás con una primera dificultad: La realidad que te rodeaba antes de
comenzar a hacer estos Ejercicios Espirituales apenas ha cambiado. Quizás veas esa
realidad con unos nuevos ojos. Cuando comentes lo que has vivido y sentido no te
entenderán. Tú eres ahora una persona distinta. Sufrirás y... si no haces algo, en poco tiempo
entrarás al mismo camino anterior de la monotonía, superficialidad, entre otros.

Si deseas mantener el espíritu de estos días, debes hacer algo. Te presentamos algunas
sugerencias que han sido útiles para muchas personas que han realizado este proceso. La
parábola de la siembra, utilizada por el Maestro, te servirá de motivación.

LA SIEMBRA

Durante los Ejercicios Espirituales se reconoce o se descubre la semilla de la fe. Semilla que
no se siembra no germinará nunca; para que fructifique es necesario echarla a la tierra. Si la
semilla cae en el camino, las aves se la comerán, si cae entre piedras, donde no hay mucha
tierra, enseguida crecerá, pero el sol la quemará por falta de raíces; si cae entre espinas,
éstas la ahogarán; finalmente, si cae en buena tierra dará mucho fruto (Cfr. Mt 13,1-9).

El camino, las piedras, las espinas o la buena tierra significan el ambiente en el que
habitualmente se sitúa cada uno. Es importante, por consiguiente, que examines el ambiente
en el que te desenvuelves. Un medio superficial y anticristiano no te ofrecerá ningún futuro
para que los Ejercicios Espirituales tengan buen fruto.
Proyecto de vida proceso 2

EL CULTIVO

Pero no basta la buena tierra para que la semilla germine. Es necesario el cultivo que le dé
crecimiento. Agua, abono, fungicidas, limpieza, entre otros, son indispensables para que la
planta fructifique. El cultivo cristiano de la semilla de la fe se lleva a cabo a través de:

1. La Oración: Será fundamental en tu vida de cristiano. A través de ella, entras en relación


personal con Jesucristo y frecuentas su amistad. Sin ese encuentro íntimo y asiduo
carecerás de las fuerzas necesarias para enfrentar los embates de un mundo que piensa
de una manera diametralmente opuesta al plan de Dios.
Por ejemplo, al comenzar el día preséntate ante el Señor y ofrécete a Él para que te ayude
a servirle mejor. Ofrécele todo lo que vas a hacer durante el día. Puedes, además, buscar
cada día unos minutos para continuar tu encuentro íntimo y profundo con el Señor. El
tiempo lo puedes determinar según tus posibilidades.

2. La Biblia: Su lectura frecuente, particularmente del Nuevo Testamento, te permitirá


acercarte a ese "manual de instrucciones". Refrescarás los criterios, comportamientos y
valores de Jesús centro y alimento de la fe.

3. Los Sacramentos: Frecuéntalos, principalmente el rito de la confesión y la Eucaristía.


Descubrirás allí una fuente de fortaleza, entusiasmo y amor.

4. Un grupo: La fe cristiana no puede vivirse sino en la Iglesia, de quien el grupo es una


íntima expresión. “Una golondrina no hace verano" y un cristiano aislado no puede
desplegar totalmente su fe ni resistir a las dificultades del medio ambiente.

5. Una acción: La espiritualidad cristiana se caracteriza por el servicio a los demás,


principalmente al pobre y al más necesitado. De manera que una acción, es más
significativa si se realiza desde un grupo que la alimenta, planea y evalúa.

5. Un acompañante: Los grandes campeones han tenido un gran entrenador. Busca una
persona que pueda acompañarte espiritualmente, alguien a quien con confianza puedas
manifestarle tu proceso de vida. Alguien que te ayude a crecer siempre en el amor.

8. Un cuaderno: Lo puedes considerar como una pequeña Biblia en donde se ha


manifestado la Voluntad de Dios de una manera muy personal. Te puede ser muy útil
repasarlo con alguna frecuencia.

9. La Pausa Ignaciana: Es vital para nuestra espiritualidad pues prolonga, alimenta y


mantiene lo alcanzado durante estos días de Ejercicios Espirituales. Es, pues, un
encuentro cotidiano con Dios y conmigo mismo para ver cómo va mi respuesta al plan de
Dios.

10. Paciencia con el proceso histórico de nuestra iglesia.

11. Elaboración el Proyecto de Vida en un ambiente de oración.

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