Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Los motivos centrales de la obra fueron tomados de varias leyendas y, sin duda,
matizados por la lectura de muchas otras obras. Estos motivos centrales son cinco: a) la
visión del propio entierro, b) el mito de don Juan, c) el carácter de la mujer protagonista,
d) la danza macabra y e) la mujer transformada en esqueleto. La visión del entierro
propio aparece ya en la Leyenda de Lisardo, y es evidente a partir de la obra de Tirso. El
entierro propio simboliza el tránsito, la llave del mundo material al espiritual, de manera
que es lógica su recurrencia en el movimiento romántico.
En cuanto al mito de don Juan, la relación de don Félix con el Tenorio de Tirso es
expresa y sus retratos son coincidentes. Don Juan es el símbolo de lo socialmente
reprobable, del individuo rebelde. Pero, a diferencia del protagonista barroco, aquí la
muerte no se contempla como una reconducción del personaje negativo, sino, al
contrario, como un triunfo del anhelo de libertad e individualismo. Si Tenorio es un
condenado, Montemar es un héroe. No es difícil sostener que lo esencial de don Félix
no es el carácter seductor, sino precisamente su rebeldía extrema, pues en el ansia de
afirmación del yo reside la necesidad de traspasar los límites de lo que somos como
seres humanos.
Por lo que respecta al carácter de Elvira, la mujer protagonista, supone el arquetipo de
“mujer romántica”, con dos momentos bien claros: el inicial, en que es bella e inocente
(ser angelical) y uno posterior, en que al ser abandonada por el héroe se muestra infeliz
y melancólica.
GÉNERO DE LA OBRA
La obra se clasifica como un poema-lírico narrativo en el que se mezclan composiciones
en los que se analizan los sentimientos y la subjetividad de los protagonistas (Parte
segunda: Carta de Elvira), se narran acciones (Parte cuarta: descenso a los infiernos de
Félix) o se introduce el diálogo como recurso dramático (Parte tercera: escena de la
taberna). Por lo tanto la obra representa la perfección el espíritu romántico al mezclar
todos los géneros con el fin de conseguir hondura, dinamismo y tensión dramática.
2. RESUMEN Y TEMA
El tema del fragmento es la recreación de un ambiente tenebroso en el que un embozado
audaz y un fantasma van a encontrarse. La temeridad del personaje y el elemento
sobrenatural se funden en esta escena.
4. ANÁLISIS FORMAL
El texto presenta desajustes sintácticos, oraciones largas y complejas con un gran
hipérbaton. Con ello se pretende mostrar una escena dinámica e intensa. La primera
oración corresponde a los doce primeros versos. El sujeto de esta oración aparece en el
verso 9. El resultado de ordenar el hipérbaton sería: “El embozado atraviesa una calle
estrella y alta, la calle del Ataúd, cual si un lóbrego eterno capuz la vistiera de negro
crespón, siempre oscura y de noche sin más luz que la lámpara que alumbra la imagen
de Jesús, (el embozado lleva) la espada en la mano aún, que lanzó vivo reflejo al pasar
frente a la cruz.”
En cuanto al léxico utilizado, aparecen palabras que provocan fuertes imágenes con
gran poder evocador y dinamismo. Es especialmente significativa la adjetivación
antepuesta y prolija, como suele serlo siempre en Espronceda: “negro crespón, lóbrego
eterno capuz, siempre oscura, vivo reflejo, lóbrega luna, blanco vapor, mística y aérea
dudosa visión, densas tinieblas, dulce esperanza, vana ilusión…” Todos estos adjetivos
refuerzan la antítesis oscuridad/ luz que atraviesa todo el fragmento, además de
contribuir a generar un ambiente netamente romántico donde la noche y el misterio lo
envuelven todo. Cabe destacar también la adjetivación que caracteriza al protagonista:
“temerario, maldiciente, feroz, osado…” típicos del héroe romántico.
Los sustantivos del texto giran también en torno a un campo semántico de luz y
sombras: noche (“luna, nube, nieblas”), sombras (“tinieblas, fantasma”), luz (“lámpara,
reflejo”).
Por último, hay que señalar la utilización de figuras retóricas que presentan el ambiente
tenebroso y oscuro a través de comparaciones (“cual si de negro…” (v.3); “cual dulce
esperanza…” (v. 20) y antítesis (“oscura / luz; luz/ nieblas; aparece/ desaparece”).
CONCLUSIÓN
En conclusión, la escena tiene un colorido romántico efectista: la noche y el misterio
sobrenatural y fantasmagórico unidos en unos versos llenos de recursos retóricos y
cambios narrativos. Es un poema lleno de énfasis, versificación polimétrica y tópicos
románticos como: profusión de adjetivos, simetrías y yuxtaposiciones, un espíritu
rebelde y temerario que se desprende de la temática y continuos cambios de ritmo. El
texto es, sin duda, muestra representativa del gusto romántico.