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Básicamente, y en general, a los asentamientos ilegales se les del "precipitado" desarrollo económico de los países del Tercer
ha conceptualizado como "problemas" o "cánceres urbanos", Mundo. E l resultado de este proceso es la proliferación de "en-
como "soluciones" surgidas de la acción popular, o como mani- claves rurales" en la periferia de las ciudades. Según algunos an-
festaciones patológicas del desarrollo capitalista dependiente. 4
tropólogos y sociólogos, estos "enclaves" los habitan "campe-
Sin embargo, esta categorización es un tanto simplista ya que, sinos urbanos", quienes no sólo siguen manteniendo algunas de
independientemente de la posición ideológica que estas catego- sus "actitudes de campesinos" -fatalismo, gran religiosidad o
rías representan, quienes consideran estos asentamientos como fanatismo, deferencia a figuras tradicionales de autoridad, e t c -
un "cáncer" o como manifestaciones estructurales del sistema sino que además se encuentran frustrados y desorientados por el
capitalista, con frecuencia incurren en la contradicción de adop- rompimiento cultural, resultado de su traslado del campo a la
tar posiciones claramente "positivas" hacia el fenómeno dada la 5
ciudad. Para los políticos, a su vez, estos pobladores son no
urgencia de darle solución. partícipes del sistema político, dada su poca o nula integración
De igual forma, aquellos que consideran dichos asentamien- a la vida urbana, o son unos revolucionarios en potencia.
tos como "soluciones", también abogan por la minimización de Esta última' conceptualización supone que los inmigrantes
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su crecimiento. Aunque cada perspectiva representa claramen- raramente ven satisfechas sus expectativas, lo que genera frustra-
te una posición ideológica y en consecuencia implica cierto tipo ción y descontento social y, eventualmente, radicalización y ex-
de acción, no existe una determinada correlación entre acción e 6
tremismo político o revolución. Una versión modificada de este
ideología. Por otra parte, la visión de los asentamientos margina- enfoque argumenta que los miembros de la segunda generación
les ha evolucionado desde su consideración como "cáncer urba- de inmigrantes son los radicales en potencia, ya que tienden a
no" a una visión constructiva que tiende a capitalizar la acción tener más educación y a ser políticamente más conscientes de
popular en el proceso de construcción de vivienda. De esta ma- las injusticias sociales que la vida de la ciudad les ha mostrado. 7
nera, las acciones urbana y de vivienda han evolucionado de Desde la perspectiva del economista, el fenómeno de los
políticas de erradicación a otras de regularización y rehabilita- asentamientos ilegales se ha conceptualizado en el marco general
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ción urbana, lo que incluye el suministro de lotes con servicios. de las sociedades "duales". Dentro de ellas, los "cordones de
Esto no significa sin embargo la exclusión de otras nersnectivas miseria" o "enclaves rurales" son representativos del sector "tra-
y otro tipo de acciones del Estado. dicional", aún no capitalista, que contrasta con el sector "mo-
derno". En este contexto, el sector "moderno capitalista" o
Asentamientos ilegales como "cáncer urbano", "industrial" es susceptible de cambios: está regulado por las
políticas de erradicación e integración y vivienda terminada fuerzas del mercado teniendo como claro objetivo la maximiza-
ción de utilidades. A su vez, el sector "tradicional" se encuentra
La visión de los asentamientos marginales como "cánceres urba- estancado o inmóvil: produce con fines de subsistencia y sus
nos" está claramente representada en The U r b a n Squatter Pro¬ miembros no siguen el clásico comportamiento económico ra-
b l e m o f t h e D e v e l o p i n g W o r l d , del planificador M . Juppenlantz cional. A este sector pertenece la mayoría de los desempleados
(1970). Este punto de vista, compartido por algunos latinoame- que habitan en los asentamientos ilegales.
ricanos, lo ha descrito Morse (1965), que compara a la ciudad Finalmente, complementando y sintetizando algunas de estas
con una "ciudadela de alta cultura" que es invadida, literal y
figurativamente, por una masa de campesinos. Compartiendo 4
Véase Hoselitz, 1955; Matos Mar, 1961; Inkeles, 1969 y Howton, 1967, entre
esta perspectiva general, Lerner (1967), ve en esta invasión cam- otros.
5
Véa se Lewis, 1959, 1961, 1966; Germani, 1961; Lenkersdorf, 1971;Trianay
po-ciudad, o rápido proceso de urbanización, la consecuencia Antorveza, 1974.
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Véa s e Schmitt y Burks 1963;Hauser, 1963;Ward, 1964;Soares, 1964; Fanó n,
1968.
2 Para una revisión de las políticas de vivienda véase, Lea y Murison (1979). 7
Véase Goldrich, 1970; Huntington, 1968; Ray, 1969; Nelson, 1969, 1970,
3
Véase Plan Nacional de Desarrollo Urbano y Vivienda, México, 1983-1988. 1979.
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perspectivas, los "marginalistas" del grupo DESAL de Chile carac- y no por deterioro social. Además, de acuerdo con Turner, los
terizaron estos asentamientos y sus pobladores, a finales de los asentamientos "no controlados" forman parte de un complejo
sesenta y principios de los setenta, como ajenos o "marginales" sistema de vivienda urbana y de ninguna manera son marginales.
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a la vida urbana y a los beneficios de la sociedad en general. Turner, un arquitecto británico de ideas anarquistas, se con-
Así pues, dada la definición metafórica de estos asentamien- venció finalmente a través de su experiencia en Lima, Perú, de
tos como "canceres urbanos" dañinos a la vida de la ciudad sa- que los esfuerzos del Estado para proporcionar vivienda resulta-
na la solución lóeica sieuiendo la metáfora sería erradicarlos o ban más caros y menos adecuados que la construida por los pro-
extirparlos. Dicha práctica, usada con frecuencia en la década de pios usuarios. Más aún, la imposición de estándares mí nimos a la
los sesenta v aue aún no se abandona del todo se complementa- vivienda popular en economías en transición resultaba un atro-
ba con la construcción de conjuntos habita'cionales de estilo pello contra las funciones tradicionales de la vivienda como fuente
europeo de la posguerra. Aunque dichos conjuntos no satisfacen de seguridad económica y movilidad social, así que la interven-
la demanda de los inmigrantes -pues alojan a las clases medias-, ción del Estado en materia de vivienda debía ser redefinida.És-
su construcción legitimiza al Estado y promueve la industria de tas y otras ideas las difundió en un sinnúmero de artículos y
la construcción (Aldrete-Hass, 1981). Por otra parte, la defini- libros, haciéndolo quizás el autor más mencionado en este
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ción de "marginalidad" dada a los asentamientos implicaría po- ca mpo .
líticas que intentan integrar a los pobladores tanto física (nueva Turner también desempeña un importante papel al vincular
vivienda) como económica, política y socialmente. el debate en torno a esta visión positiva de los asentamientos
como agentes de cambio social y las políticas de vivienda del
Asentamientos ilegales como resultado de la acción popular Estado con el trabajo de científicos sociales, particularmente a
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y políticas de autoconstrucción, regularización urbana través de su asociación con el antropólogo Man gin , quien
y programas de lotes con servicios comparte con él las experiencias de las grandes invasiones de
tierra en Lima, a principios de los sesenta, y usa su experiencia
La perspectiva que define los asentamientos marginales como re- para sostener el argumento de que se debe apoyar a dichos
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sultado de la acción popular y vehículos del cambio social, pare- asentamientos y no reprimirlos. Además, Mangin integra los
ce haberla originado Stokes (1962). E n su artículo, diferencia trabajos socio-antropológicos más relevantes dentro de esta
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entre los barrios de esperanza -slums itálicos o f h o p e - y aque- perspectiva en su revisión de la literatura y en su libr o . En
llos sin ella -slums itálicos o f d e s p a i r - dependiendo de cómo éste, editado por él - c o n el título Peasants i n Ciñes: R e a d i n g
los vean sus habitantes: como vivienda de transición en su pro- i n t h e A n t h r o p o l o g y o f U r b a n i z a t i o n - y en algunos de sus ar-
ceso de cambio social o como refugio de su frustración social. tículos, presenta la visión contraria a los marginalistas y destaca
Aunque esta posición ha sido desarrollada por numerosos cien- la habilidad general con que los pobladores de los asentamientos
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tíficos sociales, sin duda la figura más importante en la genera- no controlados se ajustan a la vida urbana a través de organiza-
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lización y establecimiento de esta perspectiva fue Turner. Para ciones comunales, relaciones interfamiliares, e tc . Más aún:
él los asentamientos "no controlados" eran vehículos de cambio algunos autores, como Peattie ( 1 9 6 8 ) en su estudio de una co-
social a los que se debería describir como "suburbios" en proce- lonia en ciudad Guayana, Venezuela y Anthony y Elizabeth
so de mejoramiento y no como "tugurios". Sus estudios mostra- Leeds en su trabajo en Brasil, hacen hincapié en el carácter
ron cómo los asentamientos espontáneos los crean los antiguos
habitantes de tugurios o vecindades en un esfuerzo de superación
io Véase, Turner, 1963, 1967a, 1967b, 1968a, 1968b, 1970a, 1970b, 1976,
1978; Turner y Goetze, 1967; Turner y Fisher, 1972.
8 D E SA L , 1966, 1967, 1969; Vekemans y Giusti, 1969; Vekemans, Fuenzalida n Turner y Mangin, 1968; Mangin, 1967a; Mangin y Turner, 1969.
1 2
y Giusti, 1969; Vekemans, 1969; Bennholdt-Thomsen, 1981; Segal, 1981; Rodríguez, Mangin, 1968a, 1968b, 1970a.
1 3
1981; Oliven, 1981. Mangin, 1967b, 1970b.
1 4
9 Hutchinson, 1963; Peattie, 1969; Dietz, 1969; Casasco, 1969; Portes, 1972. Vé a s e, entre otros, a Mangin, 1973 y Lomnit, 1974, 1975, 1977, 1981.
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Asentamientos ilegales como manifestación del desarrollo do la fuerza de trabajo es cautiva de sus medios de producción
dependiente de América Latina y la necesidad y la producción no genera acumulación, como es el caso del ar-
de cambio de la estructura económica tesano, y la segunda, cuando la fuerza de trabajo está libre, pero
no es capaz de establecer una relación estable con el mercado de
La perspectiva de los asentamientos ilegales como resultado del trabajo, como en el caso de los trabajadores eventuales.
proceso de desarrollo capitalista dependiente, representa la visión La última corriente analiza aquellas actividades económicas
marxista del fenómeno. Esta perspectiva se refiere básicamente que podrían denominarse marginales: esto es, las que no corres-
a la manera fragmentada e inestable en que los pobladores de los ponden al sector dominante de la estructura económica. En
asentamientos ilegales (o marginales) se relacionan con la socie- esta corriente, desarrollada principalmente por Quijano (1972a,
dad dado el modo capitalista de producción, y cómo ello genera 1972b, 1974), se definen como actividades marginales aquellas
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su marginalización. Más aún, esta perspectiva establece que que emplean recursos residuales de la producción formal, cuya
dicho proceso de marginalización se acentúa y adquiere particu- estructura es inestable y que generan un ingreso bajo. Se argu-
lar relevancia en las economías dependientes. menta que en estas circunstancias no se puede generar excedente.
Dentro de esta visión general se distinguen tres corrientes Las tres corrientes descritas señalan que los asentamientos
importantes: la que se refiere a la población marginal y a la re- ilegales son el resultado de la carencia de capital de sus poblado-
definición del concepto del ejército industrial de reserva; la que res ya que ello les impide el acceso a la vivienda de estándares
enfatiza las múltiples maneras en que la población marginal mí nimos. Esta carencia de capital es, a su vez, el resultado del
se relaciona con el proceso de producción capitalista, y la que se capitalismo dependiente que marginaliza a ciertos grupos de la
refiere a aquellas actividades que pueden denominarse como sociedad al impedirles el acceso a empleos estables y racional-
marginales. mente bien remunerados. Desde esta perspectiva marxista las
L a primera fue desarrollada por Nun (1967, 1972). Su punto mencionadas políticas del Estado se definen como simples palia-
de partida es la redefinición del concepto del ejército industrial de tivos al problema de los asentamientos ilegales y al de la vivienda
reserva. N un argumenta que, dado que el desarrollo económico en general, ya que la dificultad radica en la estructura del capita-
en la actualidad es altamente dependiente de la tecnología, la lismo dependiente. Por ello, sólo un cambio de la misma lo so-
posibilidad de que un gran sector de la población se integre al lucionaría.
sector económico hegemónico es reducida aún en los periodos
de expansión. Por lo anterior, un gran segmento de la fuerza de Asentamientos ilegales, nuevas perspectivas de investigación
reserva mantiene una relación no funcional con el sector hege- y el Estado
mónico.
De tal forma, este grupo no funcional carece de poder para En esta evolución dialéctica de ideas y perspectivas, así como de
negociar el nivel de salarios o para constituirse en un factor en el las políticas relacionadas con los asentamientos ilegales, aparece
mercado de oferta de trabajo en los periodos de expansión eco- con claridad la interrelación de la investigación científica y las
nómica. Así pues, concluye Nun, es diferente de la fuerza de re- políticas urbanas y de vivienda del Estado. Precisamente en esta
serva: es marginal. interrelación, la visión de dichos asentamientos como "cánceres
La segunda corriente se refiere a las maneras en que el capi- urbanos" ha sido casi totalmente remplazada por la de asenta-
talismo dependiente genera y mantiene varias formas neocapita- mientos populares en vías de consolidación y, consecuentemen-
listas de explotación y margi nació n. " Se señalan dos maneras te, las políticas de erradicación han dado lugar a acciones más
principales en que sucede dicha marginalización: la primera, cuan- acordes con la realidad político-económica del problema, tratan-
do, por lo tanto, de maximizar el potencial de la participación
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Urdaneta, 1978. del usuario en el proceso de vivienda. Tal es el caso de los pro-
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Murmis, 1969. gramas de autoconstrucción y lotes con servicios.
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