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INTRODUCCION
La Biblia nos explica cómo conocer a Dios: ”Y en esto sabemos que nosotros le
hemos conocido: si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le he conocido,
pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
pero el que guarda su palabra, en él el amor de Dios verdaderamente se ha
perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece
en él, debe andar como él anduvo”. (1 Juan 2:3–6)
El apóstol Santiago dijo: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los
demonios creen, y tiemblan. (Santiago 2:19).
¿Cómo y por qué aprendemos?, ¿qué vale la pena saber?, ¿quién y cómo puede
ayudarles?, ¿dónde y con quién aprendemos?, ¿cómo se construye el saber?...
Preguntas como estas son las que nos plantea cada día nuestro deseo de
acercarnos a Dios, muchos afirman con una pregunta ¿Nos basta lo que
sabemos?, la respuesta es NO.
La primera condición que debemos cumplir es la creencia, San Agustín decía “Nisi
credidentis non intelligetis. A menos que creas no entenderás”.
Thomas S. Monson, dijo “La vida no es sólo una temporada de prueba, sino
también una escuela para desarrollar la comprensión a través del estudio y la
experiencia. “Contemplad a Dios y vivid”, Liahona, julio de 1998, págs. 56–63;
También El islam enseña que El hombre no puede conocer a Dios más que
conociéndose a sí mismo, no puede conocer a Dios sin amarlo, y no puede amarlo
sin conocerlo. Por lo demás, todo ello no es posible sino porque Dios ha dado al
hombre la facultad de «conocerlo» y de «amarlo», pues Dios es la fuente de todo
conocimiento y de todo amor.
El Corán afirma sin equívoco que: “A aquellos que creen y hacen buenas obras, el
Todo-Misericordioso les otorgará Su Amor” (Corán XIX, 96)
Por los siglos, el hombre siempre le ha hecho preguntas a Dios. Muchas de ellas
están registradas en las escrituras.
Moisés estaba lleno de preguntas cuando Dios hablo con él desde el arbusto
(Éxodo. 3) David le hacía preguntas a Dios con frecuencia, muchas de esas
preguntas están registradas en el libro de los Salmos.
Ya en su momento Pascal nos legó su apuesta “Usted tiene dos cosas que
perder: la verdad y el bien, y dos cosas que comprometer: su razón y su voluntad,
su conocimiento y su bienaventuranza; y su naturaleza posee dos cosas de las
que debe huir: el error y la miseria. Su razón no resulta más perjudicada al elegir
la una o la otra, puesto que es necesario elegir. Ésta es una cuestión vacía. Pero
¿su bienaventuranza? Vamos a sopesar la ganancia y la pérdida al elegir cruz (de
cara o cruz) acerca del hecho de que Dios existe. Tomemos en consideración
estos dos casos: si gana, lo gana todo; si pierde, no pierde nada. Apueste a que
existe sin dudar.”
JCF