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PORCION CONYUGAL:
SE DICE QUE SI UNO DE LOS CONYUGE FALLECE Y AL MOMENTO DE LIQUIDAR LA SOCIEDAD HAY
BIENES PROPIOS Y NO SOCIABLES Y AL CONYUGE O COMPAÑERO PERMANENTE NO LE QUEDA
NADA, ESTE TIENE DERECHO A SOLICITAR LA PORCION CONYUGAL O PORCION MARITAL.
LA PORCION CONYUGAL ES UNA PARTE DE LOS BIENES DEL DIFUNTO QUE SE LE ASIGNA AL
CONYUGE SOBREVIVIENTE QUE ES POBRE, ENTIENDASE POR POBREZA COMO EL HECHO DE NO
TOCARLE NADA AL CONYUGE SOBREVIVIENTE AL MOMENTO DE HACER LA LIQUIDACION DE LA
SOCIEDAD CONYUGAL. ESTA FIGURA ESTA CONTEMPLADA EN EL ARTICULO 1230 DEL CODIGO
CIVIL
LA CORTE Suprema
de Justicia, Sala de Casación Civil, en sentencia de 21
de marzo de 1969:
"La porción conyugal es una prestación sui generis de carácter
alimentario o indemnizatorio, establecido por la ley en favor del viudo o
viuda que carece de lo necesario para atender a su congrua subsistencia
y que grava la sucesión del cónyuge. Es considerada como una
consecuencia del contrato matrimonial que impone el deber de auxilio
mutuo entre los cónyuges, el cual el legislador decidio extender este
auxilio hasta después de la muerte, teniendo en cuenta suerte material
de los cónyuges no sólo durante la vida de estos, sino cuando por la
muerte de uno de ellos, disuelta la sociedad conyugal, se hace más
precaria la condición del sobreviviente, pudiendo carecer de los medios
económicos suficientes para conservar la situación de que había venido
disfrutando.
Es importante tener claro que la porción conyugal no tiene la calidad de
ganancial, herencia, donación ni de legado, sino que corresponde a
ingresos o bienes pertenecientes al patrimonio del cónyuge muerto que
por ley deben ser transferidos al cónyuge sobreviviente para garantizar
su subsistencia.
A dicha porción también tiene derecho el compañero permanente que
sobreviva al otro, según lo establecido en la sentencia C-283 del 13 de
abril de 2011, en la cual se declaró la exequibilidad condicionada del
artículo 1230 del código civil.
De igual manera si una persona no reúne las condiciones para obtener la
porción conyugal al momento de la muerte del cónyuge o del compañero
permanente, es decir, que tenía condiciones económicas con las cuales
podía subsistir, por el hecho de caer en pobreza después no le da
derecho a la porción conyugal.
DIFERENCIA
Nos consultan nuestros lectores sobre las diferencias que puedan existir
entre los gananciales y la porción conyugal.
Estamos hablando de dos conceptos diferentes. Los gananciales hacen
referencia a los bienes que recibe cada cónyuge luego de liquidada la
sociedad conyugal. Es la parte que le toca después de haberse pagado
las deudas de la sociedad y las recompensas.
Cuando se liquida una sociedad conyugal queda un valor que se debe
repartir entre los dos cónyuges; la masa que cada quien recibe se
conoce como gananciales.
La porción conyugal es un valor adicional a los gananciales que recibe
uno de los cónyuges para garantizar su subsistencia, en vista a su
situación de pobreza, o de bajos recursos.
Es posible que al liquidar la sociedad conyugal a uno de los cónyuges no
le corresponda nada, o muy poco de gananciales, y al otro le
corresponda un gran valor, de modo que el segundo tendrá que cederle
al primero parte de su patrimonio para el sustento de quien nada obtuvo
u obtuvo poco.
Los gananciales son siempre obligatorios; la porción conyugal es
eventual y depende de las condiciones económicas de quien la recibe y
de quien la otorga.
La porción conyugal no tiene la naturaleza de herencia, sino que es un
aporte patrimonial que hace el cónyuge que más tiene a favor de quien
menos tiene, a favor de quien no tienen lo mínimo necesario para
sobrevivir dignamente, o para sobrevivir como lo hacía cuando aún
estaba vigente la sociedad conyugal.
TRAMITE
La porción conyugal debe solicitarse en el mismo trámite
de la sucesión del fallecido. Sin embargo, antes de realizar
este proceso el cónyuge o compañero permanente interesado
debe adelantar la liquidación de la sociedad conyugal para
establecer qué le pertenece y qué ingresa en la sucesión.
Si luego de establecer el monto de lo que le corresponde a
título de gananciales (bienes que recibe cada cónyuge luego de
liquidada la sociedad conyugal) considera que no le queda
nada, o lo que queda no es suficiente para su subsistencia, en
el trámite de sucesión que se inicie (ante notaría si es de mutuo
acuerdo o ante juzgado si no lo hay) podrá decidir el cónyuge
sobreviviente entre: optar por porción conyugal (renuncia a
gananciales), optar por gananciales, optar por gananciales
más la porción conyugal complementaria (cuando el
cónyuge sobreviviente tenga bienes, pero no de tanto valor
como la porción conyugal). La decisión se debe expresar
claramente en el escrito donde se solicita la sucesión.
El proceso de sucesión lo puede iniciar el cónyuge
sobreviviente o los herederos (hijos, padres, hermanos, entre
otros, según los órdenes hereditarios). Todos los interesados
deben estar de acuerdo cuando se va a realizar ante notaría.
SENTENCIA C-075/07
La Corte mediante sentencia C-075 de 2007 reconoció la existencia de las
parejas del mismos sexo y resolvió la pregunta de si el régimen jurídico
reconocido por el legislador y la jurisprudencia constitucional a las uniones
maritales de hecho podía ser extendido a las parejas del mismo sexo,
señalando que negar a éstas el régimen de protección patrimonial que se le
otorga a las uniones maritales era contrario a la dignidad y al derecho al libre
desarrollo de la personalidad de éstas y generan una discriminación prohibida
expresamente por la Constitución. En esta sentencia la Corte precisó que: “El
régimen de la Ley 54 de 1990, tal como fue modificado por la Ley 979 de
2005, en la medida en que se aplica exclusivamente a las parejas
heterosexuales y excluye de su ámbito a las pareja homosexuales, resulta
discriminatorio, y decidió, en consecuencia, declarar la exequibilidad de la Ley
54 de 1990, tal como fue modificada por la Ley 979 de 2005, en el entendido
que el régimen de protección allí previsto también se aplica a las parejas
homosexuales. Quiere esto decir que la pareja homosexual que cumpla con
las condiciones previstas en la ley para las uniones maritales de hecho, esto
es la comunidad de vida permanente y singular, mantenida por un periodo de
al menos dos años, accede al régimen de protección allí dispuesto, de manera
que queda amparada por la presunción de sociedad patrimonial y sus
integrantes pueden, de manera individual o conjunta, acudir a los medios
previstos en la ley para establecerla cuando así lo consideren adecuado”.-
Reconoció asimismo la Corte que las parejas del mismo sexo que tenían una
cohabitación cuyo fin era la realización de un proyecto de vida común
fundada en la solidaridad y en el apoyo mutuo, no encontraban protección
jurídica ante la finalización de la relación o frente a la muerte de uno de los
compañeros, desprotección generada por un criterio sospechoso de
discriminación como lo es la orientación sexual, que está proscrito por la
jurisprudencia constitucional y las normas que conforman el bloque de
constitucionalidad y que en el caso de las parejas del mismo sexo resultaba
lesivo no sólo del derecho al libre desarrollo de la personalidad sino de su
dignidad y autonomía, razón por la que se requería un mínimo de protección,
mediante el reconocimiento jurídico de una situación que, en este caso, se
traducía en otorgarle a este grupo el mismo régimen patrimonial de la unión
marital de hecho, en la medida en que no existe una regulación que permita
afirmar su no discriminación.
SENTENCIA 577/2011
SENTENCIA SU 214/2016
Se acepto que el matrimonio se entendia como un contrato solemne