Sunteți pe pagina 1din 2

El peligro de la envidia

“Y como ellos lo vieron de lejos, antes que cerca de ellos llegara, proyectaron contra él
para matarle” (((Gén 37:18)))

¿Le ha hecho sentir la envidia deseos de matar a alguien? Antes de que usted diga, "Claro que
no", observe lo que sucedió en esta historia. Diez hombres estuvieron dispuestos a matar a su
hermano por causa de una túnica de colores y algunos sueños.
Su envidia se convirtió en una ira terrible, cegándolos totalmente. La envidia puede ser difícil
de reconocer porque podemos buscarle justificación.
La envidia, fuera de control, puede crecer rápidamente y llevarnos a pecados más serios.
Mientras más tiempo cultive su envidia, más difícil le será desarraigarla.
El momento de tratar con la envidia es cuando uno nota que está llevando un registro de lo
que poseen los demás.

I. Origen de la envida
A) Por la carnalidad que impera en nuestra vida, 1 Corintios 3:3
B) Empieza con malos pensamientos, Sal_37:12,

II. Justos que sufrieron la envidia:


A) José, hijo de Jacob por su hermanos, Génesis 37:18, Hechos 7:9
B) Por envidia Saúl quiso matar a David, 1Sa_19:1;
C) David identificó la conspiración contra su persona, Sal_31:13,
D) Jesús fue matado por envida de los líderes de Israel; Mat_21:38, Mat_27:1; Mar_12:7,
Mar_14:1; Luc_20:14, Luc_20:15; Jua_11:53;
E) Los Judíos por su envida procuraron matar a Pablo, Hch_23:12

III. Qué hacer ante la envidia del que se puede sufrir o del que se puede llegar a tener
A) Orar, Sal_109:4;
B) Evitar todo pensamiento malo que nos puede llevar a la envidia, Romanos 13:13
C) Reconocer que la envidia es ser carnal todavía, 1 Corintios 3:3
D) Cuidarnos en no ser hallados practicando la envidia, II Corintios 12:20
E) La envidia niega la verdad en nosotros, Santiago 3:14
F) Porque donde hay envidia hay perversidad, 3:16
G) Practicar el amor verdadero unos para con otros en todas las circunstancias, I Corintios 13:4

CONCLUSIÓN
La gente que consigue lo que quiere mediante el fraude y la violencia puede disfrutar por un
tiempo de prosperidad, seguridad y buena salud. Es posible que los inicuos incluso tengan una
muerte pacífica, no angustiosa. Cuando un siervo de Dios observa que sus circunstancias son menos
favorables que las de los inicuos, puede ser que permita que la envidia erosione su aprecio por el
valor de hacer la voluntad divina, como le sucedió al salmista Asaf. (Sl 73:2-14.).
Por ello, en repetidas ocasiones las Escrituras ofrecen razones sólidas por las que no se debe
envidiar a los malhechores ni adoptar sus caminos: los que practican la injusticia son tan transitorios
como la hierba que se seca en seguida bajo el calor del sol. (Sl 37:1, 2.) Aunque los que consiguen sus
objetivos mediante la violencia disfruten de prosperidad, son detestables a Jehová y están bajo su
maldición (Pr 3:31-33), su vida no tiene futuro. (Pr 23:17, 18; 24:1, 19, 20.)

S-ar putea să vă placă și