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La circulación de bienes

BLANCO, Andrés (2001)


El Impuesto al Valor Agregado. Montevideo: Fundación de Cultura Universitaria, pp. 30-77.
30 Andrés Blanco El Impuesto al Valor Agregado 31

concebida en estos últimos términos debe reservarse racionalmente para los ca­ adjetivo de "interna", el cual veremos que es relevante a los efectos de la delimi­
sos nítidos. En lo que respecta al IVAy los impuestos indirectos, por el contrario tación del aspecto espacial del hecho generador (20).
(y he aquí donde empiezan a operar los conceptos económicos y/o hacendísticos La segunda mención se incluye en el literal A) del artículo 2 º del Título 10
para la definición jurídica), es de notar que el rechazo absoluto del gasto como del T.0., cuando la ley define con precisión el concepto de circulación de bienes
índice de capacidad contributiva está lejos de ser una conclusión indubitable. en los siguientes términos: "Por circulación de bienes se entenderá toda opera-
Antes bien, los desarrollos teóricos del siglo XX parecen tender a una creciente ción a título oneroso que tenga por objeto la entrega de bienes con transferencia
admisión del gasto como índice dé capacidad contributiva, sea ello en solitario o
del derecho de propiedad o que dé a quien los recibe la. fac1Jltªd.Ji.e....diapQ.I1er
en combinación con otros elementos demostrativos de la misma. Por lo cual se econóD?;icament� �e--�Jlos. cpmQ ..sLÜ.i�:[a.�JLPIQPig�rio.". Esta fórmula, si bien,
está también lejos de una situación clara en la que poder afirmar la inconstitu­ 0'xíglla en su-texto,· requiere de un análisis desglosado en sus diferentes compo­
cionalidad del IVA en comparación c�n la capacidad contributiva como precepto nentes. En los puntos subsiguientes analizaremos las cuestiones propias de la
jurídico. circulación de bienes, dejando para luego lo relativo a la onerosidad, cual es una
Respecto del argumento relativo a la desconexión entre el deudor tributario nota común con las prestaciones de servicios.
y el titular de la capacidad contributiva gravada, la verdad es que ningún pre­
cepto constitucional -ni siquiera el propio de la capacidad contributiva M prescri­
be que el deudor de la obligación tributaria debe ser forzosamente el titular de la 2.2 Transferencia del derecho de propiedad
capacidad contributiva gravada, lo cual parece más que lógico si se tiene en cuenta o de la disponibilidad económica del bien
las propias dificultades de definición del concepto, la cual es -como se viera- más 2.2.1 Planteo general
bien general y tendencia!.
2.2.1.1 Una primera nota de la definición de circulación de bienes está dada por
Hay que reconocer sin embargo que es posible afirmar que un sistema tribu­ la mención legal a las "operaciones ... que tengan por objeto la entrega de bienes
tario que aspire a ser juzgado como racional no debería fundarse en forma exclu­ con transferencia del derecho de propiedad o que dé a quien los recibe la facultad
siva en la imposición al gasto. Pero en todo caso ello es una cuestión extrajuridica, de disponer económicamente de ellos como si fuera su propietario".
que hace a la legitimación del sistema en lugar de a la regularidad constitucional
de las leyes que lo estructuren (18). El primer comentario que amerita tal definición está dado por su deliberada y
notoria diferencia con varios conceptos propios del Derecho Privado, diferencia
que se advierte tanto respecto de las figuras contractuales que tradicionalmente
2. LA CIRCULACIÓN DE BIENES suponen la transferencia del dominio de bienes (como ser, a vía de 'ejemplo, la
compraventa y la permuta), como así también de los conceptos más generales de
2.1 Introducción "enajenación" o "transferencia del dominio" (21). En efecto, la ley del !VA se ocupa
La ley del impuesto contiene dos menciones genéricas a la circulación de de aclarar que una operación dada, aun cuando no implique la transferencia del
bienes como hipótesis del aspecto material del hecho generador. La primera es dominio (se supone que desde el punto de vista del Derecho Privado), puede de
meramente enunciativa y se contiene en el art. 1 º del Título 10 del Texto Orde­ todos modos constituir una circulación de bienes gravada por el impuesto en la
nado (T.0.) (19), cuando se proclama que el !VA grava -entre otras situaciones­ medida en que si gnifique la transferencia de la posibilidad de "disponer económi­
a la "circulación interna de bienes". De esta mención sólo merece destacarse el camente" del bien como si se fuera su dueño. Vale decir que la hipótesis gravada
por el IVA bajo la denominación "circulación de bienes" tiene un perfil propio, y ese
perfil no coincide exactamente con figuras propias del Derecho Privado como "com­
praventa", "permuta", "enajenación", "traslación de dominio", etc.: la circulación
(18) Expusimos nuestras ideas acerca de este punto en Blanco, Andrés: "Los Derechos Huma· de bienes es mucho más amplio que estas categorías.iusprivatistas, puesto que las
nos y los principios jurídicos fundamentales de los tributos: vínculos e implicancias", en Revista engloba a todas, y aun también a otras figuras, nominadas o innominadas por el
Tributaria N º 159, noviembre-diciembre de 2000, págs. 764 a 768. Derecho Privado, que impliquen esa transferencia de la disponibilidad económica
(19) De aquí en más citaremos las normas legales que regulan el impuesto por alusión al
de los bienes con o sin traspaso del dominio.
Texto Ordenado que las recoge. Cabe aclarar que tal modo de citar dichas normas obedece sólo a
razones de comodidad en el manejo de los textos, pues debe quedar en claro que el Texto Ordenado
es meramente un decreto del Poder Ejecutivo (en el caso del correspondiente a 1996, el decreto
338/996) que recopila -con suerte diversa- normas legales que regulan tributos nacionales. En
consecuencia, el verdadero sostén legal de las disposiciones que citaremos no es el Texto Ordena· (20) Véase infra, capítulo IV, punto 2.2.4.
do, sino las leyes en sí mismas recogidas por este último. (21) Shaw, José Luis: �Impuesto al Valor Agregado ..", cit., pág. 30.
32 Andrés Blanco El Impuesto al Valor Agregado 33

Esta solución, si bien tiene similares en el Derecho Comparado, no es uni­ no tiene que ceñirse a las formas jurídicas adoptadas por los particulares, sino
versal para la definición de la circulación de bienes. Por ejemplo, la ley italiana que debe apuntar a desentrañar dicha realidad sustantiva del negocio , prescin­
del IVA considera como "cesiones de bienes" a las operaciones que supongan la diendo y aun en contra de dichas formas jurídicas (25). Por tanto, la inclusión del
transferencia del d ominio u otro derecho real de goce sobre el bien, definición hecho generador del IVA en dicha categoría de hechos generadores "sustantivos"
0 "económicos" significa la plena aplicabilidad en el ámbito del impuesto de la
que -como es fácil observar- carece de la m aterialidad radical de la prevista en
la ley uruguaya (22). regla recién citada del art. 6° del Código Tributario en materia de calificación.

Tratándose la disposición recién vista de una autodefinición normativa, es


útil repasar algunos conceptos relativos a la labor interpretativa de la norma En segundo lugar, y en parte vinculado con lo anterior, este apartamiento
tributaria, especialmente lo previsto en el inciso 1 º d el art. 6 del Códi��ributa­ notorio, liminar: y taj ante de la ley del !VA respecto de las nociones del Derecho
_
rio. De esta última norma pueden deducirse tres situaciones posibles2),,concep- -1.:_ Privado en m ateria de intercambio de bienes, sumado al que luego veremos en la
� definidos por la ley tributaria por remisión expresa a otras ramas jurídicas; definición de prestación de servicios, implica una separación entre la ley del IVA
(bYConceptos autodefinidos por la ley tributaria con perfil propio, divergente del y el Derecho Privado que no se agota en tal definición, sino que se extiende a toda
'que p,�ed a existir en otras ramas jurídicas respecto de un concepto igual o simi­ la disciplina jurídica del impuesto. En efecto, esta disposición marca el punto de
lar; f,,s._Y conceptos incluidos en la ley tributaria sin autodefinición, en cuyo ca�o el partida de un régimen jurídico específicamente tributario, y más aun, específico
intérprete tributario tiene libertad de asignarle un significado acorde con los del"impuesto, que impone al aplicador de la ley del !VA la necesidad de interpre­
propósitos d e la ley fisc8.1 (23 ). Ahora bien, la definición legal de la "circulación de tar las normas y calificar las si tuaciones de hecho con criterios propios, acordes
bienes" en el IVA se ubica en la situación prevista en b), en tanto es una auto­ con esa disciplina normativa particular, adoptando conclusiones y soluciones que
definición normativ a expresa, propia de la ley fiscal y -como acabamos de ver­ frecuentemente serán radicalmente divergentes de aquellas que sean pertinen­
apartada de cualquier otra definición o alcances propios de otras ramas jurídicas tes en el campo del Derecho Privado. A vía de ej emplo, observaremos que la
extratributarias. noción de "entrega" que corresponde acoger en sede de !VA se aparta del concep­
Antes de ingresar al análisis en detalle de esta nota de la circulación de to civilista de "tradición", apartamiento que precisamente se funda en la defini­
bienes, creemos del caso expresar que tan importante es la definición recién men­ ción autonomista d e la circulación de bienes.
cionada, que se desprenden de él trascendentes consecuencias respecto de la
aplicación de la ley del IVA, y otras que aun se proyectan a todo el Derecho
Tributario. En tercer lugar, esta definición d e "circulación d e bienes" no sólo se extiende a
t��da la ley del �puesto sino que, además, se proyecta a todo el campo del Dere­
cho Tributario, o al menos a todos los tributos cuyo hecho generador sea de los
En primer lugar, dicha definición (unida con la definición de prestación d e denominados "sustantivos" o "económicos". Concretamente creemos que, salvo
servicios que veremos más adelante) permite afirmar sin hesitaciones que el disposición e n contrario, toda vez que estemos frente a un tributo con un hecho
hecho generador del IVA es de los denominados "sustantivos" o "económicos", y generador "sustantivo", y las normas de ese tributo aludan de alguna forma a la
no de los hechos generadores llamatlos "formales" (24), clasificación del hecho "circulación", "enaj enación", "transferencia", etc. , de bienes, tal concepto debe
generador del IVA que resulta m-Úy importante a la hora de llevar a cabo la tarea entenderse como equivalente a la definici ón de "circulación de bienes" prevista
de calificación de las operaciones para determinar su encuadre o no en el hecho en la ley del IVA. En efecto, la definición de "circulación de bienes" d e la ley del
gravado. En efecto, se recordará que el inciso 2 º del art. 6 del Código Tributario IVA es un concepto genérico por excelencia de lo que debe entenderse como una
establece que, siempre que el hecho generador se haya definido en la ley en aten­ transferencia de un bien en el plano sustantivo, lo cual implica que , salvo que
ción a la realidad y no a las formas (esto es, toda vez que el hecho generador sea una ley fiscal especial contenga otro concepto diverso, dicho concepto será tras­
de los llamados "sustantivos" o "económicos"), la labor de calificación tributaria ladable sin violencia y con provecho a todos los tributos que compartan con el
IVA su misma naturaleza s ustantiva. El ejemplo más evidente de lo dicho está
representado por el concepto de "enajenación" que corresponde acoger en el Im-
(22) Fantozzi, Augusto: "Diritto Tributario", UTET, Milán, 1991, pñg. 734. Dus, Angelo: "L'
imposta sul Valore Aggiunto", vol. I, UTET, Milán, 1981 , pág. 179 y 180.
(23) E n rigor, esta disposición de nuestro Código Tributario recoge opiniones ya propuestos a
mediados de siglo por Louis Trotabas; véase a este respecto al autor en "Science et technique (25) Jarach, Dino: "El hecho imponible\ Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1971, págs. 127 y ss.;
fiscales", Dalloz, París, 1960, págs. 247 y 248. Berliri, Antonio: "Principi di Diritto Tributario\ Volumen 11, Tomo I, Giuffre, Milán, 1957, págs.
(24) Shaw. José Luis: "Impuesto al Valor A;regndo . . . ", cit., pág. 3 0. 205 y SS.
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puesto Específico Interno (IMESI): si bien la ley del impuesto se limita a mencio­ ejercicio sea entera �ente libre. Decimos estOJJ_��s-��.���-i:i__fi@l�ª�'Lne.gociales
nar a la "'primera enajenación a cualquier título" como hipótesis del aspecto ma­ �!-
que sup�_..9._ue g_�_:��- ten_15_é3._ bj �_ _n _pu�1?.-�-�-cidir_é3.�erca de su des_ti_go pero
terial del hecho generador, el decreto reglamentario define a la "enajenación' en condiciones limitadas, sin que ello impliqlie ósfentar Ía disponibilidad
repitiendo la fórmula de la ley del IVA con la sola omisión del adjetivo de económica del mismo. Ejemplo de ello serían las consignaciones que verda­
onerosidad, lo cual es obvio teniendo en cuenta que el IMESI grava las operacio­ deramente respondan a las características de tal tipo contractual, ya que los
nes a cualquier título. Desde nuestro punto de vista, la reglamentación del IMESI poderes de disposición del consignatario son los de un mandatario y no los
ha procedido con acierto con tal definición, ya que ha partido de la base de que la de un sujeto que libremente dispone de una cosa como propia.
noción de "circulación de bienes" del IVA es susceptible de traslado hacia otros Cabe indicar que la identificación de este elemento como una señal de la
impuestos que compartan similares características, como lo es el IMESI (26). transferencia de la facultad de disponer económicamente de la cosa como si
se fuer� el dueño f�e e � su momento recogida por el TCA en una antigua
sentencia que considero el caso de las transferencias de envases que reali­
2.2.1.2 Avanzando en el análisis de la definición legal, ésta refiere en primer zan las empresas fabricantes de bebidas. Si bien esta sentencia no refirió
lugar a las operaciones que se traduzcan en la transferencia del derecho de pro­ expresamente al IVA, sí lo hizo al extinto Impuesto a las Ventas y Servicios
piedad. Esta porción del concepto de circulación de bienes, considerada aislada­ cuy.� ley contenía una definición de "venta" que -aunque no poseía la depu­
mente, evidentemente remite a nociones propias del Derecho Privado. No es del rac1on de la ley del IVA- era también sustancial, al igual que la de la circu­
caso efectuar aquí un estudio exhaustivo de estas nociones, pero digamos aquf lación de bienes (29).
que en nuestro Derecho la transferencia del dominio requiere de un título hábil
a tal efecto, sumado a un modo de adquirir el dominio de los regulados en el b. En segundo lugar, es un elemento fundamental para denotar la disponibili­
Código Civil en sus arts. 705 y siguientes. Por tanto podemos decir aquí que esta dad económica el soportar los riesgos que pueden derivarse del bien enten­
diendo por "riesgo" a cualquier efecto adverso originado o derivado del mis­
primera posibilidad prevista en la ley refiere a las operaciones que se instrumenten
mediante un título hábil para transferir el dominio, más un modo de adquirirlo, mo. Ello significa, por ejemplo: que en caso de destruirse o deteriorarse el
bien, se deba soportar la pérdida correspondiente; que en caso de ocasionarse
todo ello tal como se concibe en el Derecho Civil (27). Este concepto nos interesa­
con o por el bien un daño a un tercero, se deba resarcir dicho daño; etc.
rá a los efectos que veremos un poco más abajo en 2.2.3 de este capítulo.
Existiría un tercer elemento que podría postularse como evidencia de la dis-
Veamos ahora qué significa "dar a quien recibe el bien la posibilidad de dis­
poner económicamente de él como si fuera su dueño". El problema se resuelve en ponibilidad económica de un bien, cual sería el aprovechamiento para sí de los
rendimientos de cualquier orden que pueda proporcionar el mismo. Sin embar­
aclarar qué significa "disponer económicamente de un bien como dueño"; dada
go, y aunque normalmente dicho aprovechamiento se da en cabeza de quien tie­
una respuesta a esto, la transferencia de tal disponibilidad vendrá dada por aña­
didura. ne la disponibilidad económica del bien, ello no necesariamente es así en todos
los casos, puesto que la realidad negocia} (y el propio Derecho Privado) recono­
Desde el punto de vista económico, pensamos que la disponibilidad de un cen figuras mediante las cuales un sujeto se beneficia con l�.s.re11di:rp.ie,:qt,os de un
bien se resume en los siguientes aspectos (28): ��en �_p_qgg_tA���-4i_r. a�bitrariame1;ite su destincr �1.-soport�; __i;;t�gx'amente los

a. Primeramente, la posibilidad de asignar al bien cualquier tipo de destino, en nesg?s �nherentes a él, �asos en los que no sería posible deducir la disponibilidad
condiciones cualesquiera, todo ello al solo arbitrio de su titular. econom1ca plena a partir solamente de tal aprovechamiento.

En cuanto a este elemento, debe remarcarse que la facultad de asignar al De todas formas, y aun teniendo en cuenta los elementos recién enunciados
bien un cierto destino, y determinar las condiciones en las que ello suceda, es claro que, si bien existirán casos de notoria configuración de la disponibilidacÍ
es una señal de disponibilidad económica del bien en la medida en que su econ¿mica, en otros la situación puede ser intermedia, estándose en presencia
parcial de los elementos que denotan la misma. En estas últimas situaciones la
�abor del calificador deberá apuntar a medir conceptualmente la intensidad e
importancia de los elementos de disponibilidad económica que están presentes
(26) Bordolli, José Carlos: "El hecho generador del Impuesto Específico Interno", cit., pá gs. 54 en el caso para determinar si ella existe o no.
y 55.
(27) Gamarra, Jorge: "Tratado de Derecho Civil Uruguayo\ Tomo VIII, FCU, Montevideo.
1987, págS. 61 y SS.
(28} Compárese con las consideraciones acerca de este elemento del hecho generador del IVA (29) Sentencia del TCA 287/75, publicada en Revista Tributaria N ª 10, enero-febrero de 1976
de Martin Queralt, Juan, Lozano Serrano, Cannelo, Casado Ollero, Gabriel y Tejerizo Lopez, José págs. 47, con nota de jurisprudencia a cargo de Washington Marroni. .
M.: "Curso de Derecho Financiero y Tributario", Tecnos, Madrid, 1995, págs. 589 y 590.
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rnos que es clara la intención legislativa de construir una hipótesis normativa


Por otra p arte, la transferencia de la disponibilidad e�onómic� sobre un bie n sustantiva para la circulación de bienes, con lo cu al ella tiene vocación de englo­
no necesita que exista un desplazamiento físico del mismo, m tampoco una bar a aquellas ope raciones que realmente signifique n transmitir la disponibili­
(fo:�afectación actual del destino o actividad previos. En efecto, Y au nque la facul­ dad económica del bien, dejando fuera a los negocios que no provoquen tal efecto,
t<.1d de disponer económicamente de un bien supone la �osibílidad de hacer am­ aun cuando formalmente sí impliquen la transferencia del dominio. Esta conclu­
bo.a; cosas, no es necesario que tal faculta d se ejercite, smo que -valga la re dun­ sión, por lo demás, e s también coherente con la clasificación del hecho generador
dancia- basta la mera posibilidad de así hacerlo.
del IVA entre los "sustantivos" o "económicos", tal como ve nimos de expresar.
La definición indicada requiere además que el bien exista Y efecti amente
v

puede hablarse .ª su Sin embargo, hay que notar que las diferentes respuestas a la pregunta an­
S(:<1 <: ntregado por un sujeto a otro, pues sólo d e ese modo terior pueden tene r incidencia en lo referido a los aspectos temporal o espacial
re:specto de propied ad y disponibilidad económ ica, así como de transferencia de del hecho gen erador, pero que sus efectos respecto del aspecto material son en
una u otra. verdad retóricos... E n .efecto, y si la operación se realiza a título on e roso, el hecho
Recapitulando, puede de cirse entonces que constituirá . un� circulació� de de que no constituya una circulación de bienes la ubicará indefectible mente den­
tiva Y
bí f.mes a efectos del IVA toda ope ración a título on eroso que sigmfiq ue, efe� tro del campo de las prestaciones de servicios como hipótesis del he cho gravado,
actualmente, entregar un bien dando a quien lo recibe las facultad es d e asignar ­ dada la definición de la misma que estudiaremos en el punto 3 de este capítulo.
le cu alquier destino y de aprovec h a r s u s rendim ientos, así como el deber de so­ En cambio, la cuestión puede ser trascendente desde el punto de vista temporal,
portar los riesgos derivados d el mismo, sin perjuici o de otras facultades Y d ebe­ puesto que su calificación como una circulación de bienes significa que el hecho
res ( como la recepción de los rendimientos que el bien produzca). generador se configure con la entre ga del bien, mientras que siendo una presta­
ción de servicios el h echo gravado se verificará bien al final del periodo, bie n
mensualmente si se trata de una prestación de tracto sucesivo (32). Algo pareci­
2.2.1.3 Una lectura atenta d e la ley pone de manifie sto que esta definici ón de la do puede ocurrir desde el punto de vista espacial: si e s una circulación de bienes,
ci rculación de bienes se efectúa mediante una fórmula disyuntiva: toda opera­ la configuración del hecho gravado dependerá del lugar de la entrega del bien,
c:ión que signifique la transmisión del der.echo de propie d_ad o de la f�culta d a mientras que si es una pre stación de servicios deberá analizarse más en profun­
q u i en recibe el bien de dispone r económicamente del mismo como si fuera . � u didad la naturaleza de las prestaciones involucradas (33).
du eño. Con esta de finición queda cl aro, como ya se ha dicho, que toda ope ra �10n
que implique el traspaso d e la disponibilidad económ ica del bien sin q ue exista
tra nsferencia del dominio en el plano iusprivatista encuadr a de todos modos en 2.2.2 Análisis de algunas operaciones a la luz del criterio sustantivo
la hip ótesís de circulación de bienes del hecho ge nerador del IVA. No obstante, de "transferencia de la disponibilidad económica del bien"
cabe preguntarse qué sucede cuando la situ ación es la in_vers.a; es�o es.' cuando 2.2.2.1 La casuística en est a materia puede tender al infinito, por lo que no es
opera una transferencia del dominio desde el punto de vista iuspnvatista p ero buena cosa pretender analizarla exhaustivamente. Sin embargo, s e pueden m en­
no existe en el plano sustancial el trasp aso d e la disponibilidad económ ica del cionar algunos ejemplos claros d e aplicación del criterio antedicho, a veces en
bien. coincidencia y otras veces difiriendo con las soluciones pertinentes desde el pun­
Si pretendiéramos interpre tar la norma atendiendo p uramente a su sintaxis , to de vista de l Derecho Privado.
la respuesta a la pregunta anterior sería que, como el texto ut·1· 1 iza un� f"orrn�la
, En primer lugar tenemos dos figuras d el Derecho Privado que l a ley mencio­
disyuntiv a ("x es y o z"), cualquiera de los dos compon e ntes �e la disyunc10n na expresamente como ejemplos de circulaciones de bienes: la compraventa y
cons tituirían indistintamente una hipóte sis de circulación de bienes, con 1 � cual la permuta. Es poco lo que merece agregarse a su respecto, ya que se trata de
ésta p odría d arse con una operació n formalmente transmisora de l a prop: edad los típicos contratos de cambio cuya consecuencia es la transfere ncia del domi­
pero sin que ocurra lo propio en el plano sustantivo (30). Sin embargo, tal rnter­ nio. Sólo basta mencionar que, dada la división de nuestro Derecho Civil entre
prctación purame nte sintáctica debe a nuestro juicio desecharse , Y en su lugar título y modo para operar la transferencia del dominio, estas operaciones encua­
debe interpretarse la norma en términos lógico-siste máticos (31). En efecto, cree- drarán en el hecho generador del impuesto siempre que efecti v amente vayan

(30) Sobre los problemas de interpretación jurídica vinculados a. la lógica del �enguaje, v�ase
a Schmill, Ulises: "Consideraciones semánticas sobre la lógica deónt1ca, con especial referencia a
la jurisprudencia", en �Lógica y Derecho", Fontamara, México, 1993, págs. 51 Y ss.; Ros,q, Alf: (32) Véase capítulo III.
�sobre el Derecho y la Justicia", Eudeba, Buenos Aires, 1997, particularmente págs . 181 Y ss. (33) Véase capítulo IV.
(3 1) Vanoni, Ezio, ob. cit., págs. 269 y ss.
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seguidas de la entrega del bien con transmisión de la propiedad o de su disponi· diado en el campo del Derecho Civil. Merecen estacarse en tal sentido las conclu­
bilidad económica. siones de Gamarra, para quien esa clase de contratos deben en definitiva repu­
En segundo lugar, la ley menciona como hipótesis de circulación de bienes a tarse como verdaderos contratos definitivos, extrayéndose su regulación del campo
las cesiones de bienes reguladas por los arts. 2359 y siguientes del Código de los contratos preliminares (35). La conclusión de Gamarra está perfectamen­
Civil. Esta mención es curiosa, dado el desuso en que ha caído esta figura, pero te ali neada con las conclusiones antes e xpresadas en el campo del IVA, y expli­
en cualquier caso ella es perfectamente correcta y coherente con la definición de can el ejemplo mencionado a texto expreso por la ley del impuesto, el cual parece
la circulación de bienes. En efecto, y si bien el art. 2364 del Código Civil previene tener el propósito de alejar cualquier duda al respecto.
que la cesión de bienes no supone la transferencia del dominio, ella indudable· Opuesta debe ser la conclusión en el caso de constitución sobre el bien
mente implica la transmisión de la plena disponibilidad económica de los bienes del derecho de usufructo propiamente dicho, así como también el otor•
involucrados, ya que habilita a los acreedores beneficiarios a otorgar a los mis­ gamiento del mero derecho de uso (36). En el caso del usufructo, los arts.
mos cualquier destino con el fin de satisfacer sus créditos. 493 y siguientes del Código Civil previenen que el usufructuario, si bien adquie­
También constituirían circulaciones de bienes las operaciones en las que re el derecho a recibir los frutos de la cosa objeto del mismo y, eventualmente, a
explotarla, carece sin embargo de un conjunto de derechos que son ínsitos a la
existe transferencia de la posesión de un bien, aun cuando esté ausente la
transmisión formal del derecho de propiedad. En efecto, de acuerdo con los arts. plena disponibilidad económica. Principalmente, el usufructuario no puede cam·
biar "el destino económico" del bien, ni tampoco puede alterar la sustancia de la
646 y siguientes del Código Civil puede decirse que la posesión es la cara externa
cosa, lo cual naturalmente implica que tampoco puede destruirla. Ambos ele­
y visible del dominio, en la medida en que implica ejercer respecto de un bien
mentos indican que el usufructuario no adquiere por virtud de la constitución de
todos los actos típicos de un propietario, aun cuando formalmente no se lo sea
(34). Por decirlo de algún modo, la posesión sería la propiedad de un bien mirada tal derecho real la posibilidad de dispOner económicamente del bien como si fue.
desde el punto de vista material. Esta breve descripción de la posesión nos indica ra su dueño, con lo cual se trata de una operación que no configura una circula·
ción de bienes a efectos del IVA, sino en todo caso una prestación de un servicio
que, quien la ejerce, será -en términos de la ley del IVA- quien tenga la disponi­
(37). Más fuertes aun son las razones para excluir de la circulación de bienes a
bilidad económica de la cosa, ya que se darán a su respecto los elementos que,
según lo visto un poco más arriba, denotan tal disponibilidad. Por lo mismo, los negocios que tengan por objeto la concesión del uso sobre un bien, ya que las
características de este tipo de derech_o subjetivo hacen imposible concebir su tras­
puede decirse que, normalme.nte, toda operación que signifique el traspaso de la
paso como una transferencia de la disponibilidad económica plena del bien (38).
posesión de un bien constituirá una circulación de bienes a efectos del !VA, aun
Todo lo anterior es pertinente para el caso en que verdaderamente el negocio de
cuando no se verifique la formal traslación del dominio.
que se trate se encuadre dentro de los respectivos regímenes del Derecho Civil,
El texto expreso de la ley del IVA corrobora la conclusión anterior, en tanto puesto que si bajo la denominación de "cesión del usufructo" o "del uso" en ver­
cita como uno de los ejemplos de circulaciones de bienes a las promesas de enaje­ dad se transfieren al supuesto usufructuario o usuario derechos que evidencian
nación de bienes con entrega de la posesión al promitente adquirente. Evidente­ la disponibilidad económica plena de la cosa, 1a: operación deberá de todas for­
mente, la circunstancia que permite a la ley declarar que tales promesas son mas calificarse como una circulación de bienes a efectos del IVA.
circulaciones de bienes es, justamente, la transferencia de la posesión, siendo
En el caso de la constitución del llamado "cuasi usufructo", en cambio,
por otro lado claro que ese tipo de operaciones es citado a título de ejemplo y que
1 conclusión es bien diferente. Esta figura (que el art. 493 de nuestro Código
la solución puede extenderse sin dificultad a otro tipo de negocio de característi­ 3:
cas similares. Civil reserva para los bienes fungibles) implica en rigor que el supuesto usufruc­
tuario se hace a todos los efectos propietario de los bienes objeto del negocio,
Hay que notar al pasar que el problema de las promesas de enajenaciones de asumiendo para sí todos los efectos de tal calidad, y con obligación de restituir al
bienes que, denominándose formalmente como tales, implican sin embargo to* supuesto nudo propietario bienes de igual género, calidad y valor que los recibí-
das las prestaciones típicas de un contrato definitivo, ha sido ampliamente estu*

(35) Gamarra, Jorge, ob. cit., Torno IX, págs. 48 y ss.


(36) Lo expresado aquí respecto del usufructo y del uso debe complementarse con lo que
(34) Guillot, Alvaro: "Comentarios al Código Civil. De la reivindicación y la posesión", Jeróni* expondremos infra en 2.3.2 acerca del alcance del término ªbienes" a los efectos de la ley del im­
mo Sureda Editor, Montevideo, 1926, págs. 48 y ss.; Ihering, Rudolf von: "Estudios Jurídicos", puesto.
Heliasta, Buenos Aires, 1974, págs. 163 y ss.; Blanco, Andrés: "El IVA en las actividades de la (37) Yglesias, Arturo; �Derechos reales limitados", FCU, Montevideo, 1988,· págs. 23 y ss.;
construcción e inmobiliaria", en Revista Tributaria Nº 153, noviembre-diciembre de 1999, pág. Blanco, Andrés: "El IVA en las actividades de la construcción ...n, cit., pág. 840.
839. (38) Yglesias, Arturo, ob. cit., págs. 79 y ss.
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dos, 0 aun meramente una suma en dinero equivalente a l? s mismos (39). Con determinado cuando se manifiestan respecto de bienes corporales, puesto que,
,
todo lo anterior se revela que una operación de esta especie efectuada a titulo por la propia naturaleza de los bienes a cuyo respecto se ejercen, ellas tienen
oneroso constituirá sin dudas una circulación de bienes a efectos del IVA. evid encia o sustento en eventos físicos vinculados con el bien. Pero distinta pue­
Otro caso que merece destacarse es el de ciertos contratos que, bajo la de ser la situación respecto de los bienes incorporales, ya que siendo éstos -en
denominación de "consignación" u otros similares, en v�rdad trasuntan rigor- entidades ideales, los actos que evidencien su disponibilida d económica
. serán menos asibles, o mejor dicho menos evidentes desde el punto de vista físi­
un desplazamiento definitivo de la disponibilidad del bien de un suJ eto
a otro. En efecto, frecuentemente se verifican acuerdos e ntre partes respe :to de co . En consecuenci a, los elementos que denotan la disponibilid ad económica de
ciertos bienes, acuerdos que formalmente no prevén un traspaso de la propiedad los bienes incorporales, y consiguientemente la configuración a su respecto del
del mismo pero que, sin embargo, implican la asunción por parte �e un? �� los hecho generador en la modalidad de circulación de bienes, deben ser adaptados
suj etos de los elementos que, según vimos más arriba, den�ta1: la d1spo�ibihdad al caso.
económica del bien. El caso típico presentado en nuestra J urisprudencia fue el En lo que hace a la disposición discrecional del bien (primer nota de la dispo­
tratado por la sentencia del Tribunal de lo Contencioso Ad�i�ist��tivo (TCf-) N º nibilidad económica), puede decirse que para los bienes incorporales ella se tra­
893/91 el cual refería a una empresa dedicada a la comerciahzac1on de veluculos duce en la facultad de hacer uso ilimitado del mismo. Esta idea, de por sí muy
autom�tores. En la ocasión, y si bien dicha empresa n ominalmente operab a como genérica, implica algunas cosas comunes para cualquier bien incorporal, como el
_
una mera consignataria de los vehículos en cuestión, el examen de las circuns­ aprovecharlo para sí en forma irrestricta, cederlo libremente a terceros bajo cual­
tancias de hecho y de los propios contratos reveló al Tribunal que se estaba en quier modalidad, etc., y también actos específicos dependiendo del tipo de bien
presencia de dos sucesivas circulaciones de bienes ya que esos element� s denota­ incorporal de que se trate. Por ejemplo, tratándose de marcas o patentes, es una
ban, precisamente, el traspaso ab initio de la disponibilidad econó1mca de los señal de disponibilidad económica plena la facultad de oponerse al registro o uso
bienes (40). Naturalmente que para estos casos, y tal como lo hemos expuesto de las mismas (o de marcas o patentes sustancialmente iguales) por parte de
.
más arriba, las conclusiones que pueden formularse no son absolutas, smo que la terceros.
calificación de la operación dependerá de las circunstancias concretas de cada
caso. En cuanto a la asunción de los riesgos inherentes al bien, si hablamos de un
bien corporal hay un grupo de eventos que claramente podremos tomar como
Un caso mencionado expresamente por la ley del impuesto es el de las ex­ "riesgos" relativos al mismo, como su destrucción total o parcial, su deterioro, el
propiaciones, entendidas como las enaj enaciones forzosas d� bien es impuestas eventual daño material causado a terceros, etc. Si, en cambio, nos encontramos
_
a los p articulares por imperio de la ley dictada por razones d� mteres gene: al : de frente a un bien incorporal, el concepto de "riesgo" no es el mismo, ya que tales
_ .
conformidad con lo previsto por el art. 32 de la Const1tuc10n de la R� pubhc� . bienes no se destruyen, deterioran ni provocan daños físicamente, por lo que
Nada resta agregar aquí respecto de esta fi gura jurídica, la cual volve: a a anali­ tendremos que determinar en cada caso el tipo de perjuicio que puede provocar
zarse en 4.7 de este capítulo al estudiarse los corolarios de la onerosidad como ese bien a su titular o a terceros. Por ejemplo, y tratándose de patentes, pueden
elemento central del hecho generador. concebirse como "riesgos" asociados a su condición de bien la lesión provocada
por la caducidad de su registro; la pérdida de su valor económico derivada de s u
clasificación como patente d e licencia obligatoriamente libre d e conformidad con
2.2.2.2 La circulación de bienes comprendería también a las enaj enaciones la ley; etc.
plenas de bienes incorporales. En el punto siguiente nos extenderemos en
cuanto a la noción de "bienes incorporales" que corresponde acogerse a efectos
del !VA, pero corresponden aquí algunas consideraciones ac: rc� de qué debe 2.2. 2.3 Respecto de las enaj enaciones de establecimiento comercial, Plazas
entenderse por "transferencia de la posibilidad de disponer econom1camente como Vega sostiene que en ella no existe "transferencia de bienes" ( tal es el término
si se fuera su dueño" respecto de los mismos. En tal sentido, las señales de la paralelo a nuestra ley que emplea la ley colombiana del !VA), sino "transmisión"
disponibilidad económica que hemos comentado más arriba tienen un alcance de una universalidad, que opera como una suerte de sustitución en la titularidad
de un patrimonio empresario, deduciendo de ello que no se cumple a su respecto
con este elemento del hecho generador (41}. En nuestro país Sujanou ha sosteni­
(39) Véase Yglesias, Arturo , oh. cit., págs. 35 y 36. . , do una postura que presenta semejanzas con la de Plazas Vega, ya que afirma
(40) Sentencia publicada en Revista Tributaria N º 107, marzo-abnl de 1992, pags. � 24 Y ss.,.
véanse los comentarios a su respecto de Bordolli, José Carlos: "El principio de la realidad Y la
jurisprudencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo", en Revista Tributaria Nº 118, ene­ (41) Plazas Vega, Mauricio: "El Impuesto al Valor Agregado. IVA", Temis, Bogotá, 1998, prigs.
ro-febrero de 1994, págs. 26 y ss. 32 1 y SS.
42 Andrés Blanco El Impuesto nl Valor 43
.
que en una ena,Jenacm . , n de establecimiento comercial no existe "circulación" de 2.2.2.5 Otras operaciones a considerar son Jos negocios que tienen por objeto
e� del mis . mutan en cuanto a la actividad a la cosas futuras. aun no exístentes al momento de perfeccionarse el acuerdo de
los bienes component ��
que están afectados, smo que s � �: :J:r�Fiia un cambio en la tltularidad de la
s
partes. Estas operaciones plantean cuestiones referidas al aspecto temporal del
empresa. No obstan te esto, orno luego veremos en e¡ pu nto 2· 3 · 7 de este capitu- hecho generador, las que serán analizadas en el capítulo 3 . De todos modos, con­
lo, implícitamente ]a pos tura " deriva en considerar a esa "titulari-
, te au'"or
e de es viene aclarar que ellas configurarán una circulación de bienes en la medida en
dad" como un bíen incorporal (42), que la cosa futura realmente llegue a existir y se transfiera de un sujeto a otro.
En el caso en que la cosa no llegue a existir, o haciéndolo no se transfiera, podrá
Para nosotros ' en cambio, · es m· d.iscut·ble que 1a enajenación del estableci-
no configurarse el hecho generador si la contraprestación tampoco existe o
n1ic nto com ercial su one u � ran f. · del domm10 y/o de Ia a1spom · 'b'1 l'd
, ad
l

� � 1s enm: �c1 h echo gen erador en la modalida habiéndola queda sin efecto, o podrá configurarse una prestación de servicios si
. ,

económica que cump e con ic o e emen d la contraprestación se mantiene a pesar de todo (45).
de circulación de bienes. Lu?go veremo; en, 2 3 7 sí corresponde entender que
ello ocurre respecto de un bien, corpora o 1ncorp , , oral ' o sobre cada uno de los
bienes individuales que �o:11ponen el estab:ecirniento, er t:::e:�:; s 2 . 2.2.6 Finalmente, merece destacarse en este punto la situación de fos contra­
;¡ :� : t� ::::
ración satisface los reqms1tos qu e co1:1��taramos en tos de crédito de uso (leasfng) celebrados por ínstituciones financieras y re­
. t
nfi e 1 d r te sujeto dt'-tmto de su an enor p t't
l uI ar' la facultad de
gulados por la ley N' 16.072.:,Respecto de ellos es de notar que esta ley en sus
�::;��:: a i;� a�b�r[:� eefos b1enes (o del bien) de que se trate, y le transfiere los arts. 41 y 43 establece un régimen que supone que, en la medida en que el con�
riesgos respectivos (43). trato cumpla eon las condlcion,es previstas en el art. 39 de la mi�"Tila norma el
Refue.r-za esta conclus10n. . el hecho de que -como veremos en. 2.3. 7- la legisla- hecho generador del !VA se configura al momento de la entrega inicial del bien y
1

ció..i europea haya debido induir expresamente a es:as operac1 ?? e t 1 - no a la finalización del contrato, a pesar que desde el punto de vista del Derecho
_ �;;:o ::r:�
sujetas al impuesto, lo cual muestra que de no ex1st1r tal s luc10n 1. Privado la institución acreditante mantiene hasta este último momento el domi­
_ � . nio respecto del mismo. Como se observa, la solución del punto viene dada en el
en nuestro Derecho- un negocio de esta especie se encuen ra me1u1'do en el he-
cho generador del IVA caso por una previsión legal expresa (46). No obstante elJo el fundamento lógico
del texto legal es el mismo que venimos expresando e-n cuanto a evaluar la circu�
1

Res ecto de las fusiones y escísfones de sociedades comerclal�s, o�e�


lación de bienes en función de elementos sustanciales: en l a medida en que,
racione{con semej anzas pero también diforex:i cias �otables con la� e::J�:=��: sustancialmente, este tipo de contratos responde a la financiación de la adquisiw
nes de establecimientos comerciales, las part1cu] �n�a:l qu t ción de un bient el mantenimiento de la propiedad del mismo por parte de la
� ; :::�: capítulo.
terminan a tratarlas íntegramente dentro de\ pun ...o ·º el p e- ínstitudón financiera hasta la finalización del contrato comporta eri sustancia
una forma de garantía sui generis respecto del crédito, suponiéndose que ya des­
· de el inicio el tomador del b.ien Jo ha recibido en forma definitiva.
2.2.2.4 En relación con los prestamos de consumo de cosas fungibles las en-
. , . ·o sobre �llos ' de
. ¡·1can Jo,. tran(:feren
tregas imcíales de los b'ienes unp � . c1a. d el domm1 En lo relativo a las entregas de bienes efectuadas en virtud de -contratos de
acuerdo a lo que prevé el art. 2198 del Código Civil, así co_mo la p1ena d":spom'b'li
dad económica sobre los mismos por parte de quíen los re�be No obsta� ;·
veremos más adelante, ello no basta para confi ar h e e � :1 �t
l -
::t:.� leasing que no sean realizados por instituciones :financieras, y que por lo tanto se
encuentran excluidos de la disciplina de la Iey_N" 16.072 y sus complementos, el
art. 103 del decreto 220/998 establece que las mismas se considerarán desde el
�r ? �; ::
puesto con ocasión de dicha entrega, Y que para e O e ª1:ª 1518 b• ompletarse inicio (y no con el ejercicio de la opción de compra) como circulaciones de bienes
en función del tipo de bienes involucrados y la causa d;. rn �perac1�n, e l tos en la medida en que cumplan las mismas condiciones previstas en la ley N" 16,072
ambos que determinarán -como se expresará- la no ap11cac16n de; nnpues e�:�cs� para que merezcan tal calificación los contratos de leasing financieros. Sí bien no
_ .,
pecto de tales entregas iniciales, Estas �onsidcr�c1-0nes so:?- extensibles tamb1en a es jurídicamente adecuado que por vía de decreto se establezcan reglas de califi­
_
los aportes de capital realizados en dmcro o bienes s1müarcs (44), cación que no se encuentran e..xplicitadas en la ley, en el plano conceptual cree·
mos que el criterio de este art. 1 03 de la reglamentación dei IVA es acertado. En
efecto, las condiciones enunciadas por la ley N" 16.072 para considerar como
{42) Su.janov, Víctor: "Tratrumento • •
tnbutnno· ue
1 ¡,i'I v¡;,n�a
, de empresas", en Revista Tributaria
N• L38, mayo.junio de 1997, pág 284. (45) Gamarra, Jorge, ob, cit., Temo III, vol. 1, págs.
. . 225- y ss.
(43) A ígual conclusión llega la doc:trma argcntm_a fr�te ;; un Pano,..ama •.
norn:::w.tivo similar al {46) Solución expresa que,
uruguayo, según se J.ee en _Asorey, �ubén:� "Reorg�mzaoones ,entpr-es;;rn 1:5•• A;�ect.os jurídicos, por otro lado, ha sido también recogida por el Derech
Por ejemplo, tal es el caso de la ley española del o Comparado.
fiscales, antímonopóhcos e mtemae,om. les , Ln 1�.:, Buenos A.res, 19 , P g 2 IVA, según se lee en Albin.cma, César: "El Impues·
(1,p y;;,,..,,, infr:i . �1,.,-¡tn '2 ;{ A fÍ"l Tlr"�"Pl" r"nd nlf> to sob.e el Vnl or Añadido", Deusto , BHb<10, 1993, póg.
49.
44 Andrés Blanco El Impuesto al Valor Agregado 45

circulaciones de bienes a las entregas inicial�s de los leasing financiero constitu� rnás , omitiendo la aclaración contenida en sus antecedentes europeos que -precisa­
yen -como se dijera- indicios razonables de que ya en ese mome�to h � operado ment e- limitaba dicho concepto a los bienes corporale s . En segundo término,
_
una transferencia definitiva de la disponibilidad económica del bien obJ eto de la e stá la exoneración prevista en la ley (49) respecto de las cesiones de créditos, la
operación, por más que desde el punto del Derecho Privado la traslación de la cu al es ubicada dentro de las desgravaciones relativas a "enajenaciones" y no
propiedad tenga lugar con el ejercicio de la opción de compra. dentro de las concernientes a las prestaciones de servicios , lo que demuestra que
el legislador supuso que, de no obrar así, tal transferencia estaría gravada por
configurar una circulación de bienes ("enajenación") (50). En tercer lugar, está la
2.3 Bienes objeto de las operaciones mención a las cesiones de uso de marcas, patentes y otros bienes incorporales
2.3. 1 Generalidades como una de los ejemplos de prestaciones d e servicios: suponiendo (como lo hace
El siguiente punto que merece analizarse es el referido al tipo de bienes que Shaw) que dicha "cesión" referida en la l ey es la que es temporalmente limitada,
pu ede ser objeto de las operaciones de circulación de bienes , el cual iniciar�� os deberíamos concluir que la cesión definitiva de dichos bienes incorp oral es se en­
. cuentra abarcada en· el concepto de circulación de bienes. Todo lo anterior es no
con una breve descripción de los antecedentes de nuestro impuesto Y un rap1do
repaso de las soluciones europeas en 1� materia. obstante lo que indicaremos en el punto siguiente.
La Segunda Directriz de la C.E.E., antecedente inmediato del IVA urugua­ En cuanto a los bienes corporales, cabe señalar que no caben dudas de que la
yo, previó que los bienes comprendidos dentro del concepto de "entrega de bie­ ley uruguaya, si guiendo a sus antecedentes europeos y en general alineándose
nes" (paralelo de nuestra circulación de bienes) fuesen sólo los corporales (mue­ con el Derecho Comparado, incluye tanto a los muebles como a los inmuebles,
bl es e inmuebles), excluyéndose de esta hipótesis a las transferencias de bienes siendo señal suficient e de ello la exoneración expresamente consagrada en la ley
incorporales, solución que fue seguida por la enorme mayoría de las leyes del respecto de las enajenaciones de bienes inmuebles ( 5 1). Lo anterior es sin perjui­
IVA de los diferentes Estados europeos (47). Para evitar malentendidos, aclare­ cio de lo que expresaremos un poc o más abajo respecto de ciertos tipos de bienes
mos que esta limitación de la circ ulación de bienes a las operaciones que tuvie­ corporales muebles, especialmente el dinero.
ran por objeto bienes corporales no significaba que las cesiones de derechos Y En un plano crítico, creemos que la solución de la ley uruguaya de incluir e n
otros bienes incorporales se encontraran excluidas del hecho generador del IVA, el concepto de "bienes" tanto a lo s corporal e s como a los incorporale s constituye
sino que lo estaban p ero dentro d e la hipótesis de prestación de servicios. La un desacierto, resultando muchísimo más apropiada la s olución europea de in­
reluctancia de las normas europeas en materia de IVA para incluir a la s enaje­ cluir a las operaciones onerosas respecto de bienes incorporales no en la hipóte­
naciones de bienes incorporales dentro de la hipótesis de circulación d e bienes sis de circulación de bienes, sino en la de prestacíón de servicios.
ti e ne ecos qu e prosiguen hasta el día de hoy, tal como se observa por ejemplo en
materia de comercio electrónico, ámbito en el cual las resoluciones comunitarias Hay que recordar que desde el punto de vista económico el género "bienes"
apuntan a considerar como prestaciones de servicios a todas las operaci ones rea­ refiere a cualquier medio relativamente escaso de satisfacer necesidades. En un
lizadas por dicho medio, aun cuando consistan en la tran sferencia de bienes segundo m o mento, la teoría ec onómica distingue de ntro de ese género "bienes" a
intangibles (48). los bienes propiame nte dichos, que son sólo los corporales o tangibles, de los
servicios, siendo estos últimos todos los productos de una actividad que no s e
Para la ley uruguaya, en cambio, es menester co ncluir que los "bienes" q ue
traducen e n el surgimiento d e una cosa tangible (52). Como s e ob s e:fva, esta
pueden ser obj eto de las operaciones de circulación de bienes pueden ser tanto
distinción de la teoría económica es la base de la división legal del hech o genera­
los corporales como los incorporales (sin perjuicio de las puntualizaciones que
dor del IVA en circulaciones de bienes y prestaciones de servicios; más aun, e s a
efectuaremos en el punto siguiente). En efecto, y si bi en la ley no lo aclara expre­
distinción de la teoría económica es la base de las de nominaciones de los tipos de
samente, sino que se limita a consignar la expre sión "bienes", desde nuestro punto operaciones gravadas, ya que como veremos el concepto legal de "prestación de
de vista son de recibo los argumentos expuestos por Shaw para concluir que los servicios" es de matriz e videntemente económica, no coincidente con lo que la
bienes incorporales están comprendidos en dicha definición. Por un lado, es un
primer indicio de ello el que la ley w-uguaya se refiera genéricamente a "bienes", sin
(49) Lit. D) del num. 1) del art. 19 del Título 10 del T.O.
(50) Nótese que decimos que el legislador sólo "supuso n lo expuesto, ya que veremos infra
(47) Derouin, Philippe, ob. cit., págs. 16 a 19. Se destaca sin embargo la excepción de la ley (punto 2.3.6 de este capítulo) que aun de no existir tal exoneración existirían fundamentos para
ital iana del IVA, la cual -de similar modo que la ley uruguaya- incluyó dentro de la modalidad de sostener que las cesiones de créditos no resultarían por sí mismas incluidas en el hecho generador
�cesiones de bienes'" a las tran�ferencias plenas de bienes incorporales, cf. Dus, Angelo, ob. cit., del IVA.
págs. 180 y 181. (51) Lit. C) del num. 1) del art. 19 del Título 10 del T.0.
(48) Véase infra, capítu lo VI. (52) Derouin, Philippe, ob. cit., pág. 390.
46 Andrés Blanco El Impuesto al Valor Agregado 47

doctrina del Derecho Civil tradicionalmente denominó como contratos de servi­ del impuesto. Ahora bien, ¿hasta dónde alcanza esta amplitud? La solución del
cios. El problema es que, mientras las normas europeas tr� duj eron}�nto :,as problema es una �uestión que hace a la interpretación de la ley del impuesto. Ya
denominaciones como la sustancia de esos conceptos al exclmr de los bienes a en el punto anterior avanzamos algo en esa dirección, puesto que lle gamos a la
los incorporales, la ley uruguaya sólo refleja el nombre pero no el sentido prof�n­ conclusión de que, a diferencia de sus antecedentes europeos, el concepto de "bie­
do de tales nociones, ya que al incluir en las circulaciones de bienes a las enaJe­ nes" incluido en nuestra ley es susceptible de englobar aun a los bienes incor­
naciones de bienes incorporales se aparta notoriamente de los fundamentos de la porales. Pero los problemas no se agotan allí, puesto que resta aun determinar,
distinción de los dos tipos de operaciones gravadas. por ejemplo, qué reglas debemos acoger para determinar si estamos o no en pre�
Por lo demás, y como lo veremos en los capítulos respectivos, esta potenciaf senda de un bien, particularmente en los casos discutibles; debe resolverse tam­
inclusión de los bienes incorporales entre los objetos de la circulación de bienes bién si la inclusión de los bienes incorporales en la hipótesis de circulación de
origina graves dificultades en lo referido a los aspectos temporal y espacial �el bienes debe efectuarse con igual alcance que el previsto respecto de los mismos
hecho generador, problemas que -a nuestro juicio- contribuyen a la conclus1ón en el Derecho Civil; etc.
_
de que estas operaciones deberían ser incluidas por la ley dentro de la modalidad Cuando Sh'aw considera este punto, acude primeramente (cosa que comparti�
de prestaciones de servicios. mos) al inciso primero del art. 6 del Código Tributario, el cual -como se recordará­
Por último, merecen destacarse algunas notas de la ley uruguaya que signi­ expresa que los términos empleados por la ley en la descripción del hecho genera­
fican diferencias con ciertas soluciones del Derecho Comparado. Por una parte, dor que provengan de otras ramas j urídicas, deben tomarse en el sentido que más
algunas legislaciones -por ejemplo la colombiana- excluyen de los bi�nes que se adapte a la realidad considerada por el legislador al crear el tributo, siempre
_ que no exista apartamiento ni remisión expresa a las definiciones de esas otras
son objeto de las operaciones gravadas a aquellos que tengan como destmo mte­
grar el activo fijo del contribuyente (53). Entre nosotros tal soluci�n no es recogi­ ramas del Derecho. Acto seguido, declara Shaw que el apartamiento de nuestra
da por la ley, aunque existen disposiciones que acuerdan a tales bienes un trata­ ley del IVA respecto de sus antecedentes europeos en cuanto a la inclusión de los
miento preferente a efectos del impuesto (54). bienes incorporales dentro de la circulación de bienes es suficiente para acoger en
sede de IVA la definición general de los bienes, y sus ulteriores subdivisiones,
Por otra parte, las normas europeas incluyen a texto expreso dentro del con­ contenidas en el Código Civil y postuladas por la doctrina civilista (56).
cepto de "bienes" a la energía eléctrica, el calor, el frío y las "cosas similares" (55).
Nuestra ley no recoge tal asimilación, y en verdad considera a las operaciones En nuestra opinión, en cambio, la respuesta al problema debe ser distinta, y
no corresponde la traslación completa y sin salvedades el concepto de bienes del
que tengan tales obj etos alguna vez como circul aciones de bienes, Y otras como
Derecho Civil a la ley del !VA. En efecto, el argumento básico para la equivalen­
prestaciones de servicios. En efecto, el lit. K) del num. 1" del art. 19 del T.0.
menciona al "suministro de energía eléctrica" como una circulación de bienes cia plena entre el Derecho Civil y la ley del IVA en este punto es la constatación
que, bajo ciertas circunstancias, puede resultar exenta del impuesto, de lo cual de que esta última se ha apartado de sus antecedentes europeos en cuanto a no
puede concluirse que para nuestra ley del !VA la corriente eléctrica es un bien. excluir a los bienes incorporáles de la hipótesis de circulación de bienes. Vistas
Por el contrario el suministro de frío es mencionado por el lit. I) del num. 2" del las cosas en rigor, esa constatación no nos dice mucho más que lo expresado: esto
mismo a rtículo �orno un servicio exento del impuesto, lo cual supone que el frío es, que un biell in.corpora.I..p_u�.de s_e � . o�J�_to,,_cl.�:i�.�--�iEl?!!lª-�ión_�t�Jiüwes, pero de
no se asimila en nuestro !VA a un bien. allí a deduCir aee1Io' Una reñiisT6Il" COffipleta al concepto de bienes del Código
Civil hay un trecho muy grande que el texto expreso de la ley del IVA por cierto
no recorre, y que -para ser recorrido por el intérprete- debería contar con un
2. 3.2 Alcance de'!a expresión "bienes" apoyo adicional que, a decir verdad, no existe en la ley. Antes bien, la conclusión
a efectos de la circulación de bienes en el NA. Definición general en cuanto a la potencial inclusión de los bienes incorporales no sólo no remite
automáticamente al concepto de bienes del Derecho Civil, sino que deja aun abier­
2.3.2.1 En el punto anterior dijimos que los términos de nuestra ley hacen con­ tas muchas interrogantes para nuestro tema, por ejemplo: qué requisitos gene­
cluir en un alcance amplio del término "bienes" a los efectos del hecho generador rales exigir a algo para convertirlo en un bien a los efectos del hecho generador
del impuesto; qué solución otorgar a aquellos casos cuya n aturaleza de bienes
puede ser discutible� etc.
(53) Plazas Vega, Mauricio, ob. cit., págs 308 y 309.
(54) Así, el art. 8 de la ley Nº 16.906 (Ley de Inversiones) dispone la exoneración del IVA en la
importación de (entre otros) tales bienes cuando se destinen a actividades industriales o
agropecuarias, así como la devolución del IVA aplicable a su adquisición en plaza.
(55) Dcrouin , Phi\ippe, ob. cit., pág. 1 6. (56) Shaw, José Luis: "Impuesto al Valor Agregado ... ", cit., págs. 35 y ss.
Andrés Blanco El Impuesto al Valor Agregado 49
50

L1;.a vez más, pensamos que la solución al problema viene dada por la apli­ anterior a la categoría "propiedad", no pudiendo pues definirse con relación a
w.Có::i. al concepto de "bienes" previsto en la ley del impuesto de los criterios e st a última. Aun cuando un poco más adelante veamos que tal aparente error es,
:::.:e:pretativos generales del Derecho Tributario. Así, el inciso primero del art. 6 en verdad, una solución correcta (aunque en cierta medida paradójica) de la ley,
.:.1=1 Cóc.igo Tributario aconseja al intérprete la recurrencia a la realidad conside­ pasemos por un momento al otro elemento postulado por la norma citada: la
:-aciz por el legislador tributario, lo cual es en definitiva un complemento de la "medida de valor".
:::.Oer::zd de métodos interpretativos a emplearse prevista en el art. 4 del mismo Al respecto, esa "medida de valor" que proclama el Código Civil como ele­
:.:er;:o. A.mbas normas implican el acogimiento en el Derecho Tributario de la mento central de un bien es una característica unánimemente señalada por la
:=.re:-;:,retación de las normas tanto en función de su ratio legis (esto es, su propó­ doctrina como fundamental para que algo pueda catalogarse como tal. Así,
S.:o y lógica) (57), como también en función de su elemento sistemático {esto es, Messineo indica que los bienes se caracterizan, en primer lugar, por tener un
2::c.:::.C.:e::ido a su necesidad de coherencia con el resto de las normas jurídicas) valor económico, con lo cual no pueden revestir tal carácter los objetos que carez­
53i. e!ementos ambos que Jiménez de Aréchaga agrupara bajo la denominación can de tal valor (59). Aceptando la validez de esta. afirmación, ella debe ser pre­
C::e "'::::::.á:odo lógico-sistemático". Pues bien, y comenzando con el elemento lógico, cisada en cuanto al origen de tal valor económico. En efecto, no puede pensarse
=.es �a:-ece claro que la realidad considerada por el legislador del impuesto y los en virtud de ella que la dotación de un valor sea una cualidad inmanente de
:;:-vp-5.S:os consiguientes que se traslucen en la definición legal del hecho genera­ cierto tipo de cosas, sino que -como fenómeno social que es la economía- ello es el
::,.:-r-a 1o cual hicimos referencia en el punto 1- no son necesariamente coinciden­ producto de una convención, convicción o uso, explícitos o implícitos, para un
:;;s cG::1 las soluciones del Derecho Civil al describir a los bienes: muchas cosas grupo humano o aun para unas pocas personas dentro de ese grupo humano. Los
�-=e según el Código Civil son tales, pueden no ser admisibles como tal en sede de ejemplos de cosas que no son bienes que propone el propio Messineo es ilustrati­
7,-_-\... c-o::no veremos más abajo. Desde el punto de vista de la interpretación siste­ vo a este respecto: dice el autor que no son bienes las "cosas comunes a todos los
::.i�ca ¿e 1a ley del IVA, por supuesto que las definiciones de "bienes" del Código hombres", como el agua del mar o el aire; sin embargo, si un sujeto cualquiera
C:-�-=J Ce-ben tenerse en cuenta, pero no sólo ellas, ya que aun en el campo del toma un poco de agua de mar y la entrega a otro sujeto a cambio de una suma de
:=:e-:-e.:�0 Privado muchas otras normas tendrán que servir de necesario auxilio dinero, mediando un acuerdo genuino en cuanto a que -por algún motivo- esa
:;:2"2. resol\"er el punto. Pero antes que otra cosa, la interpretación del término poca agua tiene ese valor, a no dudarlo esa poca agua de mar tendrá un valor
-::-::e.::.e:s "" de la ley del IVA deberá ser armónica con el resto del Derecho Tributa­ económico al menos respecto de esa operación en particular y será por ende un
::o. guardando coherencia con el resto de la ley del impuesto, y con otras leyes bien. Nos parece importante resaltar esta precisión en sede del IVA, puesto que
-:Out.2.rias de similar inspiración que la del IVA. En resumen, será a partir de ella significa que el tener una "medida de valor" o "valor económico" por parte de
:.:cio ese conglomerado de elementos que deberemos indagar en el concepto de una cosa para convertirse en un "bien" a los efectos del impuesto no puede pos­
:::e:ios propio de la ley del IVA. tularse como un fundamento constitutivo previo del objeto de la operación gra­
vada, sino que será en definitiva una cualidad dada al bien por la propia opera­
ción. Como ya habrá advertido el lector, esta característica del "valor económico"
:2.3.2.2 Para comenzar, comencemos analizando los conceptos propios del Dere­ de la cosa está estrechamente vinculada con la noción de "onerosidad" que es el
,:;:_,) Ci-..il. Si acudimos al art. 460 de nuestro Código Civil, nos encontramos con elemento central de la definición del hecho generador, y que analizaremos en
e::c-::a definición: "bajo la denominación de bienes o cosas se comprende todo lo detalle más abajo en este capítulo.
�-.:..e tiene una medida de valor y puede ser objeto de propiedad". Comenzando
:;:c:r el final de esta disposición, advertimos que ella genera aparentemente un En segundo lugar, la doctrina civilista ha afirmado que los bienes deben
.::..---ruJ.o en la definición: nos dice la norma que es requisito para que algo sea un tener la nota de "aislabilidad", entendida como su consideración como una uni­
:-:-2n. el que pueda ser objeto del derecho de propiedad. Si nos atuviéramos estric­ dad dotada de una cierta autonomía, particularmente por su "separabilidad" de
�e.:1ze a estos términos deberíamos decir que el Código Civil ha incurrido en otros objetos. Y, aquí sí, entramos en el terreno de las definiciones trascenden­
:::::. er-or, puesto que el derecho de propiedad presupone la existencia de un bien tes, pues esta "aislabilidad", esta autonomía y unidad, son los elementos que
0"-iamente identificado como tal, con lo cual la categoría "bienes" debería ser radicalmente nos van a dar las pautas para saber qué es un bien.
Esa autonomía puede tener una base física, la cual estará dada por todos los
casos en que objetos del mundo material estén dotados en este plano de una
· 5: · i·:;:noni, Ezio, ob. cit., págs. 269 y ss. Véanse particulannente las apreciaciones de Vanoni individualidad tal que permita concebírselos como individuos, separados de otros
.h."=-=-:::i 2-e :.3. interpretación lógica del hecho generador del antiguo impuesto a las ventas alemán
:-";":..;:;:;:::::.;:-,;:ur), por las semejanzas del problema con su similar del IVA.
=� �--��"r:i. F,7.io. oh. rit. Tl!Íí!S. 282 v SS (59) Messineo, Francesco: "Manual ... �, cit., Tomo II, pág. 259.
50 Andrés Blanco El Impueesto al Valor Agregado 51

de igual o distinta naturaleza, y distintos también de los eJementos que lo com­ Ahora bien, existen muchos casos en los que l a práctica d e los agentes econó­
ponen y que, en otras circunstancias, podrían ser considerados como bienes en sí mic os considera como "cosas'' aisladas y separables ciertas ideas a cuyo respecto
mismos, Como ejemplo de lo último: un vehículo debe ser considerado como un las norm as jurídicas etáticas guardan sflencio en cuanto a su consideración como
bion en tanto unidad autónoma) sin perjuicio de que sus componentes (motor, un bien . o al menos no ofrecen soluciones indubitables en tal sentido, Este fenó­
ruedas, etc. ) podrían ser considerados como bienes en caso de no estar integra­ meno es visíble especialmente en relación con muchos derechos que son objeto de
dos a ese conjunto. En todos estos casos, hay pues una unidad material que da operaciones entre particulares en términos símilarcs a los bienes incorporales
pie para que la norma jurídica siga un mismo camino y también las considere en formalmente reconocidos como tales por el Derecho Positivo de origen estatal,
forma unitaría y autónoma, erigiéndolas en .<bienes.., en sentido jurídico. Ahora aun cuando carecen de regulación específica en este último ámbito. En nuestra
bien, existen muchos casos en que las normas jurídicas constituyen con cosas del opinión, y dada la naturaleza sustantiva del hecho generador del lVA que seña�
mundo material unidades autónomas, a las que dichas normas consideran como lábamos más arriba, cabe afirmar q_ue cabe .calificar como "bienes" a estos-objetos
un "bien" a los efectos jurídicos., pero en las cuales la norma aparece actuando ideales siempre que la práctica económica se comporte a su respecto co mo si
con una dosi s mayor de discrecionali<lad en tal calificación. Por ejemplo, véase lo fueran tales.
que sucede con los "bosques" al tenor de la ley N º 15.939 (Ley Forestal), o con las Si hecho este repaso volvernos al principio y comparamos los casos examina�
"cosechas" de acuerdo con la ley W 5.649 (Ley de Prenda Agraria): la ley prevé, dos con la definición del art. 460 del Código Civil, el aparente razonamiento cir­
por ejemplo, que ellos pueden ser objeto de un derecho real de garantía como la cular de esta norma desaparece y se revela su corrección en cuanto a proclamar
prenda, considerándolos como unidades al margen de ]os componentes indiví� que es bien aquello que pueda ser objeto del derecho de propiedad, dado que -en
duales que los integran, Con ello parece daro que la ley eleva al "bosque" o la el fondo- esa proclama alude al hecho que hemos constatado: que las normas
11
coseeha"' como tales al grado de bienes autónomos, aunque tal autonomía no se jurídicas son las que, en su discredona1idad1 asignan a algo -cosas físicas o aun
desprenda inequívocamente para un observador que apreciara las cosas desde el ideas- el carácter de unidad autónoma susceptible de ser objeto de ciertas situa­
punto estrictamente físico. ciones jurídicas, de la cual la más típica es la propiedad,
Por lo visto hasta aquí, entonces. habremos podido apreciar que son bienes
determinadas "porciones del mundo real", como les llama Messineo, que son con�
sideradas por las normas como objetos autónomos e individualizados, autonomía 2.3,2.3 Pasando ahora al terreno de la -interpretación sistemática del concepto de
que en algunos casos tiene un presupuesto ñsico y en otros no necesariamente. "bienes" con el resto del Derecho Tributario, la primera referencia que tenemos
viniendo la autonomía a estar otorgada por la propia norma jurídica. Vale decir es la propia ley del IVA, en tanto el1a contiene disposiciones que pueden arrojar
que esta "aislabilidad" o "separabHidad" como nota constitutiva de un bien se luz sobre el punto. A1gunas ya las mencionamos, y volveremos sobre ellas más
perfila como una cualidad de creación jurídica, por más que frecuentemente exis� adelante: son las vinculadas al concepto de "bienes incorporales". También vere­
tan fundamentos prejurídicos (ffs:icos) de mayor o menor intensidad que la sos w mos en los puntos siguientes varias disposiciones que nos ayudarán a conclu-ir ·en
tengan. la exclusión de ciertos bienes corporales, como el dinero.

Pero esa nota de la «aislabilidad" del bien como fenómeno jurídico se acen� Por otra parte, también son ineludibles las referencias a otras leyes re­
túa si vamos a los llamados "bienes incorporales", puesto que -corno su propi o guladoras de impuestos que, compartiendo con el IVA Ia misma caracterización
nombre lo indica- su unidad y autonomía no· respondcn en verdad a nin guna de sus hechos generadores como sustantivos o económicos, se ocupan asimismo
realidad fisica, Tomemos por ejemplo ]as marcas: ellas no son otra cosa que un de los bienes: tales son, principalmente, las leyes del IRIC y del Impuesto al
conjunto de signos (letras, números, dibujos. etc.), ordenados de una cierta ma� Patrimonio (IP} (61). Ambas leyes nos darán indicios, que analizaremos en su
nera, Y la ley considera a ese conjunto como un bier1 1 no con referencia a los oportunidad, para resolver ciertos problemas de definición de los bienes incor�
medios físicos que los contienen (el titular de una marca no es necesariamente porales, así como el vinculado con el establecimiento comercial. Sin embargo,
propietario de, por ejemplo, todos los papeles en los que ella consta), sino como vayan aquí algunas apreciaciones generales en cuanto al empleo de estas nor­
conjunto ordenado de signos en sí mísmo. Es fácil _percibir pues que en este caso mas en la interpretación del concepto de "bi enes" en sede de IVA.
se ha elevado a la categoría de bien ni más ni menos que a una idea, dotándola
de todos los adjetivos jurídicos que revisten los bienes que son cosas físicas indi­
viduales o, al menos, tienen un sostén físico (60). (61) Si bien presenta similitudes .importantes con el !VA al ser un impuesto indirecto, no
cree1tos del caso acudir para esta tarea a la ley d-el Impue-sto Específico Interno OMESI), e:; tanto
su h�ho generador no tien� vocadón de generalidad sino que, al contra.río, sólo abarca una lista
(00) Hern.clnde.z iUarin, Rafael: "Introducción a la Teoría de la Norma Juridiea" ' Marcial
• Pons ' taxativa de b'ienes corporales,
Madrid, 1998, pá!!- 4.2.
El Impuesto al Valor Agregado 53
52 Andrés Blanco

guiente, deben reputarse como circulaciones de bienes las transferencias de to­


Tanto la ley del IRIC como la del IP mencionan en varios puntos a los "bie·
nes". Pero para evitar confusiones, hay que decir que el concepto de "bien" no do s los que, según dichas n ormas del Derecho Privado, constituyen "bienes" de
puede tomarse como equivalente a otro que es manej ado por las normas de estos esa especie.
dos últimos impuestos: nos referimos a la noción de "activo''. En efecto, y aunque El art. 471 del Código Civil proclama que los bienes incorporales son "dere­
el activo de un sujeto incluye a todos los bienes de los cuales es titular, el mismo chos reales o personales". Ya esta definición mueve a sorpresa, puesto que la ley
comprende también otros rubros que no son bienes corporales ni incorporales, denomina como "bienes" a los derechos, cuando la doctrina (y aun el sentido
sino que apuntan a reflejar económicamente una situación particular de ese su­ común) considera a ambos como nociones distintas y, en todo caso, considera que
jeto. Por ejemplo: cuando un sujeto adelanta a otro el pago del precio de un bien los bienes son objeto de los derechos, lo cual hace inviable la identificación entre
o un servicio a recibirse en el futuro, dicha suma se expresa en el IRIC y el IP (en unos y otros que hace dicho art. 471 del Código Civil. Pero la confusión se profun­
solución extraída de la disciplina contable) como un activo , pero sin que ello su­ diza si se avanza en la lectura del articulado. Así, cuando el art. 472 se encarga
ponga reconocer un bien corporal o incorporal en el patrimonio de ese sujeto {62). de especificar el alcance de los diversos tipos de derechos (y por ende, de los
Por tanto, no todo lo que constituye un activo desde el punto de vista del IRIC y bienes incorporales\ nos dice que los derechos reales son los que resultan del
del IP (y contable) debe ser necesariam ente un "bien" en los términos de la ley dominio o de su desmembramiento. Este concepto se ve complementado por lo
del !VA, previsto en el art. 4 7 4, cuando se expresa que los derechos se reputan bienes
(incorporales) inmuebles o muebles según la naturaleza de su objeto.
Seguidas al pie de la letra las definiciones antes vistas se llega a conclusio­
2.3.2.4 Recapitulando, podemos decir que a los efectos del IVA es un "bien" todo nes verdaderamente irracionales. Por ejemplo, veamos lo que ocurre con el dere­
aquello a lo que las normas jurídicas o aun la práctica de los agentes
cho de propiedad respecto de un bien corporal . Tendríamos, en primer lugar, la
económicos reconozcan como una unidad autónoma y separada, sus­
propia cosa material en sí misma, la cual sería obviamente un bien. De acuerdo a
ceptible como tal de ser objeto de la propiedad o de otros derechos rea­
las definiciones antes vistas, el propio derecho de propiedad sobre esa cosa sería
les. Dentro de ese concepto amplio llamaremos "corporales" a l as unidades pro­
otro bien, en este caso incorporal. De modo que, desde el inicio, queda Iá duda de
vistas de tales características que, aun creadas por las normas, tengan sin em­
qué es lo qué se transfiere cuando se enajena un bien corporal: ¿el propio bien
bargo un sustrato fisico, e "incorporales" a aquellas unidades de las característi­
corporal?; ¿el derecho de propiedad sobre el mismo considerado como bien incor­
cas nombradas que carezcan de un s ustrato fisico para su autonomización. Esta poral?; ¿ambos bienes? Pero el problema no termina allí, puesto que, según vi­
acepción y división general de los bienes es, a nuestro entender, aplicable al !VA mos más arriba, el art. 460 d el propio Código Civil declara que los bienes, tanto
a los efectos de la modalidad del hecho gravado constituida por la circulación de
bienes. corporales como incorporales, tienen como cualidad el ser objeto del derecho de
propiedad. Por tanto, en este caso no sólo habría que sostener que estamos en
presencia de dos bienes: el corporal en sí y el derecho de propiedad sobre el mis­
mo considerado como incorporal, sino que el propio derecho de propiedad, en
2.3.3 Definición de "bienes incorporales" a ser adoptada en el /VA
tanto incorporal, seria objeto de un derecho de propiedad; este derecho de pro­
2.3.3 . 1 Entramos al problema de más difícil y discutida solución: la definición de piedad sobre el derecho de propiedad sería, a su vez, un bien incorporal (el tercer
"bienes incorporales" a ser adoptada en sede de circulación de bienes en el IVA. bien de la secuencia) de acuerdo a la definición del art. 4 71, que podría por su
lado ser objeto de un derecho de propiedad; y así hasta el :infinito. Naturalmente
En 2.3. 1 decíamos que, potencialmente, la hipótesis de circulación de bienes
del !VA incluía la transferencia definitiva de bienes incorporales, a diferencia d e que este ejemplo, elaborado respecto del d erecho de propiedad, se repite respecto
del resto de los derechos reales (llamados "menores") y de las combinaciones
las soluciones más autorizadas del Derecho Comparado , aunque dejábamos en
entre ellos.
suspenso el alcance que debía darse a esta inclusión. El problema es, entonces:
¿qué deberemos entender por "bien incorporal" a los efectos de incluir su trans­ ¿Son trasladables estos conceptos (y sus problemas) a la ley del !VA? Shaw
misión en la circulación de bienes en el !VA? (63) acude en tal sentido a la postura expuesta por del Campo (64) en la teoría
del Derecho Civil, para quien todos los bienes son "derechos", y por tanto

2.3.3.2 La primera cuestión a resolver es si la definición de bienes incorporales


de los arts. 471 y siguientes de dicho Código es extensible al IVA y si, por consi- (63) Shaw, José Luis: "Impuesto al Valor Agregado ... ", cit. , págs. 36 a 38.
(64) Del Ca mpo, Francisco: "Derecho Civil - Primer Curso", Tomo II, vol. 1, Medina, Montevi­
deo, 1967, págs. 21 y ss.
(62) Consulta 3 1 42, publicada en Boletín Infonnativo de DGI N" 22 1, pág. 2.
Andrés Blanco El Impuesto al Valor Agregado 55
54

incorporales. Para esta posición, la distinción entre bienes corporales e incor­ .Ahora bien, esta identificación total entre "derechos" y "bienes" es implícitamen­
porales está dada por l a materialidad o inmaterialidad del objeto del derecho te reprobada por toda la doctrina y el Derecho Positivo (a nuestro juicio coinci­
(rectamente, por la materialidad o inmaterialidad de la cosa que es objeto del dentes con el sentido común) que refieren a los bienes como obj etos de derechos
bien incorporal). La procesión en infinito de la que hablamos en el párrafo ante­ v no como derechos e n sí mismos. Para citar sólo algunos ejemplos, Carnelutti
rior, por último, es salvada quitando al derecho de propiedad el carácter absoluto ;firmaba que los bienes eran objeto de las situaciones jurídicas, entre las cuales
del cual, expresa del Campo, derivaría ese error lógico del Código Civil. Las con­ se encuentran los derechos, y definía a aquellos en la forma directa y usual que
secuencias de esta tesis respecto del hecho generador del IVA son, como lo señala atiende a su naturaleza propia (69). El propio klessineo se afilia explícitamente a
Shaw, la admisión de que constituyen circulacione s de bienes todas las operacio­ esta postura al clasificar a los bienes como objeto de la relación jurídica y de los
nes que tengan por objeto la transferencia de un derecho personal (corilo los derechos subjetivos, lo cual obviamente descarta que los bienes sean también y
créditos), y también la transferencia o constitución de derechos reales sobre los en todos los casos "derechos" (70). Por otro lado, esta identificación plena entre
bienes, dentro de los cual es se ubicarían -por ejemplo· el usufructo, el uso y la "bienes" y "derechos" es contraria al propio Código Civil en la misma definición
habitación. de "bien" proporcionada por el art. 460 . Como vimos, este último texto nos dice
que una cualidad esencial de los bienes es la posibilidad de ser objeto de un
La Administración, por su lado, ha sostenido acerca del tema posturas div!:!r­ derecho (la propiedad); por consiguiente, razonablemente no puede sostenerse
sas. Así, en la Consulta N º 91365 afirmó que l a cesión del derecho de uso de un que un bien es algo del mismo tipo que aquello de lo que es objeto. Por lo demás,
bien incorpor al no constituía una circulación de bienes a efectos del IVA. Pero en esa no identificación entre los derechos subjetivos y su objeto es un extremo que,
la Consulta N,, 2932 la DGI expresó que la cesión de un derecho subjetivo pura­ a decir verdad, se encuentra explícitamente recogido (o subyace en forma inequí­
mente personal constituía una circulación de bienes desde el punto de vista d el voca) en todo el resto del Código Civil y, en general, en el Derecho Privado. Con
impuesto, acogiendo explícitamente la definición de "bienes incorporales" funda­ esto se observa que la posición de del Campo implica salvar los defectos lógicos
da en los arts. 471 y siguientes del Código Civil (66). Contrariamente al pronun­ de la definición de bienes incorporales en contradicción (o inconsistentemente)
ciamiento anterior, y para un caso igual, en la Consulta 3923 la DGI entendió con la definición general de bien del propio Código y con las restantes disposicio·
que la cesión de un derecho personal a recibir un servicio constituía una "reventa nes del Derecho Privado que tratan a los bienes como objeto de derechos, y no
de servicios", vale decir una prestación de servicios y no una circulación de bie­ como derechos en sí. Desde nuestro punto de vista, por el contrario, resulta más
nes (67). Respecto d e la constitución y transmisión de derechos reales menores lógico que el intérprete ajuste el sentido del texto aislado que es lógicamente in­
se manifestó la DGI en la Consulta Nº 3595, en la cual expresó que la cesión del consistente antes que pretender que todos los restantes textos normativos digan
usufructo constituye una "enajenación" en tanto tal derecho real es un bien, aun­ lo que no dicen en aras de salvar una definición literal notoriamente deficiente
que debe aclararse que el pronunciamiento citado no refiere concretamente al como lo es la del art. 471 del Código Civil.
!VA sino al Impuesto a las Rentas Agropecuarias (IRA) (68).
Pero además , respecto del IVA confluyen para desechar esta interpretación
tanto el texto de la ley del impuesto, así como el propósito que él trasluce. Véase
2.3.3.3 No comp artimos la tesis vista según la cual todos los derechos personales así que la definición de la "circulación de bienes" tiene como una de sus notas
y reales (a excepción de la pI'opiedad) d eben entenderse invariablemente como centrales la ya comentada de que la operacióÍl suponga el traspaso de ia propie�
bienes incorporales a efectos de la circulación de bienes en el IVA. En primer dad o la posibilidad de disponer económicamente del bien como si se fuera su
lugar, la opinión de del Campo en la cual s e apoya busca evitar los resultados dueño. Esta noción de la ley del IVA no puede soslayarse si se pretende determi­
irracionales que derivan de una aplicación al pie de la letra del artículo 471 del nar, a los efectos del hecho generador del impuesto, si las transferencias
Código Civil por el siguiente camino: se mantiene el núcleo conceptual de dicho de derechos reales menores son o no una circulación de bienes, ya que tal defini�
artículo, cual es que "los derechos son bienes", pero extendiéndolo a todo el uni­ ción denota algo importante: la intención de que la circulación de bienes com­
verso de las cosas, con lo cual todas ellas devendrían en "bienes incorporales". prenda los casos en se transfiera la plena titularidad de un bien en el plano
sustancial, circunstancia que no se verifica cuando se transfiere un derecho real
menor. El único derecho real distinto de la propiedad cuya transferencia, según

(65) Publicada en Boletín Informativo de DGI N 57, pág. 57.


º

(66) Publicada en Boletín Informativo de DGI W 249, pág. 2.


(67) Publicada en Boletín Informativo de DGI N º 325, pág. 8. El criterio de la Administración (69) Camelutti, Francesco: "Teoría General del Derecho", Editorial Revista de Derecho Priva•
en esta consulta es idéntico al de otros pronunciamientos en los cuales se trata la así llamada do, 1fadrid. 194 1 . págs. 150 y ss.
"reventa de servicios". (70) Messini>o, Francesco: "Manual ...", cit, Tomo 11, pág. 257.
{68) Publicada en Boletín Informativo de DGI N º 274, pág. 7.
56 Andrés Blanco El Impuesto al Valor Agregado 57

el texto expreso de la ley del IVA, comporta una circulación de bienes, es una corno lo dijimos en 2.3. En cuanto a la ley del Impuesto a las Transmisiones
excepción que confirma la regla: como lo dijimos, tal es el caso del derecho de patrimoniales, y aunque pueda inferirse que la ley trata a estos derechos reales
posesión, ya que el mismo significa la posibilidad de ejercer todos los actos exter­ menores como bienes en cuanto habla de su enajenación, debe tenerse presente
nos que caracterizan al propietario. Esta disposición se opone a la tesis que criti­ que el hecho generador de dicho impuesto es de los denominado� "formales" en
camos, puesto que queda claro que la transferencia de la posesión se incluye en tan to está construido por referencia a categorías del Derecho Pnvado tal como
la circulación de bienes con referencia al objeto de la posesión, y no como enaje­ son definidas en éste, todo ello con notoria diferencia con el hecho generador del
nación de un bien incorporal. Adicionalmente, es sintomático que, fuera del caso !VA.
antedicho, la ley no haya mencionado como operaciones asimiladas a la circula­ Por otro lado, la postura que criticamos incluye dentro de los bienes incor­
ción de bienes a la constitución o transferencia de otros derechos reales menores por ales no sólo a los derechos reales menores, sino también a todos los derechos
(corno el usufructo, el uso y la habitación), silencio que a nuestro juicio no es subjetivos personales. Sin embargo, éstos tienen características tales que impi­
casual teniendo en cuenta la referida mención expresa a la posesión. den entender que sean objeto del derecho de propiedad. Ello ha sido sostenido
Por otra parte, veamos que la ley del impuesto incluye entre los ejemplos de incluso en el ámbito del Derecho Privado a pesar de la definición del art. 471 del
prestaciones de servicios a los arrendamientos de cosas. Desde el punto de vista Código Civil (73), lo cual demuestra que aun fuera del !VA y del Derecho Tribu­
del Derecho Privado, el arrendamiento presenta diferencias con la constitución tario no es correcta esta asimilación plena entre derechos y bienes incorporales.
de derechos reales menores como el usufructo, el uso y la habitación, básicamen­ Ya en el ámbito del IVA, es de advertir que la tesis desarrollada por la propia
te porque el mismo supone solamente el nacimiento de un derecho personal con­ Administración en cuanto a la "reventa de servicios" (esto es, la cesión a un ter­
tra el arrendador (71). Sin embargo, desde el punto de vista sustantivo, que es el cero del derecho a recibir un servicio de parte de otro sujeto) reposa en la califi­
que interesa a los efectos del IVA, las semejanzas entre ambas figuras pueden cación como prestación de servicios, y no como circulación de bienes, de la cesión
ser notables. Por ejemplo, tomemos un arrendamiento de cosa y un usufructo de de un derecho subjetivo, lo cual reafirma la imposibilidad de sostener que todos
la misma cosa con plazo determinado y a cambio de un precio periódico: en am­ los derechos son bienes incorporales en el ámbito del IVA. Además, esta imposi­
bos casos, el arrendatario y el usufructuario pueden usar y gozar de la cosa en su bilidad se ve apoyada por el tratamiento fiscal y contable que reciben varios de
propio provecho; tales uso y goce serán por un cierto tiempo y no a perpetuidad; estos derechos personales. En efecto, habíamos visto más arriba que si bien no
deberán conservar la cosa durante el plazo, y al cabo de éste deberán restituirla todas las cosas que componen el "activo" son bienes desde el punto de vista del
en i gual estado que el que la recibieron; periódicamente ambos deberán abonar IRIC, del IP y en el plano contable, todos los bienes sí son activos. Ahora bien,
al arrendador o nudo propietario un precio como contraprestación por la utiliza­ existen derechos subjetivos que no dan lugar al cómputo de ningún activo en
ción del bien; etc. Otro tanto puede decirse si comparamos un arrendamiento con cabeza de su titular: por ejemplo, un contrato para recibir un servicio en el futu­
la constitución de un derecho real de uso a título oneroso. ro sin adelanto de precio. En la medida en que estos derechos no implican, ni
siquiera por reflejo, el registro de un activo para quien es su acreedor, mal puede
Visto lo anterior, y teniendo en cuenta la naturaleza sustantiva del hecho decirse que sean bienes en un sentido sustantivo.
generador del IVA, ¿qué es más lógico: desconocer las semejanzas económicas, y
suponer que una operación es una prestación de servicios y las restantes circula­ Con todo lo dicho no queremos expresar que necesariamente todos los dere­
ciones de bienes, o por el contrario atender a la sustancia de los negocios y afir­ chos queden excluidos de la categoría de los bienes incorporales, ya que -según
mar que todas ellas son prestaciones de servicios? Para nosotros es claro que la veremos en el punto si guiente- muchos lo serán. Lo que no compartimos es la
decisión debe ser en favor de la segunda respuesta, a fin de ser acordes con la adopción sin más a efectos del IVA de la definición de bienes incorporales del art.
ratio de la ley. 471 del Código Civil y la afirmación de que siempre que se constituye o cede un
derecho se está frente a una circulación de bienes.
No creemos que sea suficiente para destruir esa conclusión el hecho de que
otras leyes tributarias llamen al usufructo, el uso y la habitación como "bienes".
En cuanto a la ley del Impuesto al Patrimonio, entendemos que aunque en algún 2.3.3.4 Como consecuencia de lo dicho, a nuestro juicio se estará en presencia de
punto la ley se refiera a tales derechos como "bienes" (72), el concepto central de un bien incorporal susceptible de una circulación de bienes en el IVA siempre
dicho impuesto es el de «activo", el cual no incluye solamente a los bienes, tal que estemos frente a:

(73) Así Gamarra, Jorge, ob. cit., Tomo IV, pág. 192, en lo referido a la cesión de derechos de
(71) Gamarra, Jorge, ob. cit., Tomo I, págs. 302 a 304; Yglcsias, Arturo, ob. cit., pág. 34. crédito.
(72) Art. 9 del Título 14 del T.O.
El Impuesto al Valor Agregado 59
58 Andrés Blanco
ción como un bien incorporal atendiendo a la naturaleza sustantiva del hecho
una entidad ideal; generador del IVA.
Existe en primer término un grupo de objetos cuya calidad de bienes in­
que esté dotada de unidad y autonomía;
corporales está fuera de discusión, cuales son los comprendidos en el género que
susceptible, según el Derecho o la práctica económica, de ser objeto de pro­ -simplificando las cosas-podemos denominar de la "propiedad industrial", aun­
piedad o disponibilidad económica en los mismos términos que lo son los que no necesariamente se vinculen a actividades fabriles: marcas, patentes y
bienes corporales. similares. No creemos necesario abundar respecto de la concepción de los mis­
En verdad, los dos elementos indicados en último término son convergentes: mos como bienes incorpoi"ales, dado que ello resulta con nitidez tanto de las nor­
la unidad y autonomía del ente ideal estarán dadas por su posibilidad de ser mas de Derecho Privado y Administrativo que los regulan (74), como así también
objeto de propiedad y disponibilidad económica como un bien corporal, y esto de la propia ley del IVA que, como ya señalamos, menciona a su "uso" como una
último sólo es posible presuponiendo una unidad autónoma y separable del mun­ hipótesis de prestación de servicios, reconociendo implícitamente que su transfe­
do fáctico y de otras entidades ideales. rencia plena supone una circulación de bienes (75).
Con semejanzas y también diferencias respecto de las marcas encontramos
a los nombres comerciales, enseñas y otras figuras semejantes, acerca de
2.3.3.5 Con todo lo expuesto en los párrafos anteriores se revela con toda su los cuales existen polémicas en la doctrina del Derecho Comparado acerca de su
fuerza y gravedad el error padecido por nuestra ley al pretender que la circula­ naturaleza de bienes incorporales. En nuestro Derecho, sin embargo, parece cla­
ción de bienes comprenda también a los bienes incorporales. En efecto, véase que ro que todas estas figuras constituyen efectivamente bienes incorporales dado
esa pretensión, seguida al pie de la letra, lleva a consecuencias completamente que su estatuto jurídico iusprivatista les otorga las características 'e.S'enciales de
irracionales que, amén de repetir el error (también grave) que comete nuestro dicha cualidad (76). Por lo demás, esta conclusión se ve plenamente ratificada
Código Civil en materia de bienes incorporales, irían en total oposición a los por el Derecho Tributario, en tanto el art. 6 de la ley N" 16.906 (Ley de Inversio­
propósitos del tributo. De esas consecuencias irracionales sólo puede escaparse a nes) cita a los nombres comerciales como uno de los bienes intangibles a cuyo
partir de una labor interpretativa compleja y de una indagación en muchos casos respecto pueden operar los beneficios fiscales automáticos previstos en dicha
difícil respecto de la naturaleza de los bienes incorporales, lo cual refuerza la norma.
convicción de la equivocación de nuestra ley.
En un terreno próximo al anterior se encuentra una figura emergente de las
En fin, este es -como muchos otros- uno de los aspectos de la ley del IVA que redes informáticas (particularmente de Internet), y trascendente en el campo
requerirían de modificación, la cual debería -a nuestro juicio- consistir en la del ucomercio electrónico", cual es el denominado "nombre de dominio" (tra­
limitación de la circulación de bienes a las operaciones que tengan por objeto a ducción del inglés domain name). El mismo se define como una "serie alfanumérica
los bienes corporales, reservándose las operaciones con bienes incorporales al que corresponde a una dirección numérica en Internet", y se trata del elemento
capítulo de las prestaciones de servicios. central que indica una localización dentro de la red. Si bien la regulación jurídica
extratributaria de estos nombres es aun precaria en nuestro país, estamos frente
a uno de los casos en los que la práctica de los agentes económicos considera a
---.� 2.3.4 Bienes__inc9.rp_9_!!!:]!is: análisis de algunos casos de especial interés una figura como un bien incorporal, dado que ellos son objeto de operaciones
2.3.4.1 En cuanto a la determinación de los bienes incorporales cuya transferen­ como si de tales se tratase (77). Por consiguiente, nos inclinamos a afirmar que
cia plena quede incluida en la hipótesis de "circulación de bienes", las conclusio­ ellos pueden ser considerados como bienes a los efectos del hecho generador del
nes expresadas en el punto anterior conducen a que tal labor consista en el aná­ IVA, con lo cual su transferencia plena ingresará al mismo bajo la modalidad de
lisis de si los objetos ideales a incluirse tienen características tales que los pue­ circulación de bienes.
dan hacer objeto del derecho de propiedad como unidades aisladas. Este análisis
debería efectuarse a partir de las normas jurídicas que disciplinan cada figura, y
(74) Véase Rippe, Siegbert, Bugallo, Beatriz, Longone, María Rosa y·Miller, John: "Institucio­
también a partir de los términos en que esos posibles "objetos" del derecho de nes de Derecho Comercial Uruguayo", FCU, Montevideo, 1999, págs. 144 y ss.
propiedad son-en la práctica- objeto de negocios equivalentes a los que se reali­ (75) Véase ut supra, punto 2.3.1 de este capítulo.
zan con bienes incorporales. Decimos esto último porque no es infrecuente que (76) Superuielle, Bernardo: "El establecimiento comercial", Impresora Uruguaya, Montevi­
existan objetos ideales que se reputen económicamente como bienes incorporales, deo, 1953, págs. 52 y ss.
(77) Bugallo, Beatriz: "Internet, comercio electrónico y propiedad intelectual", U1;1iversidad
y se traten como tal en la práctica comercial, aun careciendo de una disciplina de Montevideo, 2000, págs. 19 y ss.
jurídica específica, circunstancia esta última que no puede obstar a su considera·
''
El Impuesto al Valor Agregado 61

60 Andrés Blanco una operación distinta. Dentro de ellas se ubica a los derechos creditorios puros,
en la medida en que su cesión nunca tiene un propósito en sí mis ma, sino que es
En cuanto a los derechos de autor, puede afirmarse que su estatuto jurídi­ parte de un negocio de compraventa, de financiación, etc. Cabe señalar que esta
co (sumado a la práctica de los agentes económicos) les confiere la calidad de naturaleza no independiente de la cesión de créditos es incluso indicada por la
bienes incorporales (78), resultando su transmisión plena a título oneroso inclui­ doctrina del Derecho Civil, la que -además-juzga como un desacierto del Código
da en el hecho generador del impuesto en la hipótesis de circulación de bienes. A Civil el disciplinar dicha operación como una figura contractual autónoma (82).
mayor abundamiento, esta afirmación ha sido compartida por la Administración
(79). Es de destacar que dentro del gran concepto de "derechos de la propiedad
intelectual" se encuentran los programas de computación. A su respecto, nos 2. 3 .4.3 En el caso de derechos subjetivos que no se traduzcan en la entre­
parecen compartibles las afirmaciones de Pérez Pérez en cuanto a que tales pro­ ga de dinero nos inclinamos a pensar que los mismos no pueden ser considera­
gramas constituyen bienes i ncorporales a los efectos del !VA, con lo cual su ena­ dos genéricamente y sin excepción como "bienes" a los efectos del hecho genera­
jenación plena a título oneroso ciertamente resulta incluida en la hipótesis de dor del impuesto� sino que, en todo caso, ello deberá ser el resultado de analizar
circulación de bienes del hecho generador del IVA (80). respecto de cada caso si se verifican las condiciones vistas más arriba para la
calificación como bien incorporal. En el caso en que tales condiciones no se cum­
plan, la transferencia de tales derechos subjetivos ingresará al hecho gravado
2.3.4.2 En lo que hace a los créditos, los mismos deben definirse en puridad del IVA bajo la m odalidad de prestación de servicios y no como una circulación
como un derecho subjetivo de tipo personal a la percepción de una suma de dine­ de bienes. En efecto, y si bien la definición de "bienes incorporales" de los arts.
ro. Como apuntamos en 2.3.3, ello bastaría para considerarlos como bienes incor­ 471 y siguientes del Código Civil comprende entre ellos a todos los derechos sub­
porales desde el punto de vista del art. 471 d el Código Civil, a lo que podría jetivos, ya vimos en el punto anterior que resulta lícito no atender estrictamente
agregarse que los arts: 1757 y siguientes del Código Civil tratan a la cesión de los a tal definición en sede de IVA y, en cambio, propender a una definición caso a
mismos como un contrato de cambio en cierta forma autónomo. Shaw, por su caso del problema a partir de los elementos que allí indicamos. De este modo,
lado, también los considera como bienes incorporales a los efectos del hecho ge­ respecto de los derechos subjetivos no dinerarios se advierte que el Derecho Pri­
nerador del impuesto, apoyándose en que la ley del !VA incl uye a las cesiones de vado carece de una disciplina a su respecto que permita concluir en forma gene­
crédito como una de las circulaciones de bienes exoneradas del tributo (8 1). ral que ellos puedan ser objeto de contratos de cambio en los mismos términos
que los bienes corporales.
En n uestra opinión, y a pesar de que la mención de la ley a la cesión de
créditos como una circulación de bienes exenta del IVA podría hacer pensar que Como ejemplo de lo expresado, interesa recordar que un caso que involucra
tales derechos quedan en principio incluidos en la nómina de bienes incorporales, uno de estos derechos subjetivos no creditorios fue el considerado por la senten­
existen fundamentos para sostener que ellos resultan excluidos de tal nómina y cia del TCA N º 222/95, la cual volveremos a examinar en sede de aspecto tempo­
su transferencia no configuraría el hecho generador del impuesto, aun en ausen­ ral del hecho generador (83). En lo que atañe a lo que aquí n os interesa, cabe
cia de tal exoneración. comentar que el TCA sostuvo una postura acorde con la que nosotros patrocina­
mos, en tanto entendió que la constitución en favor de los comerciantes instala­
Los fundamentos p ara tal afirmación serán examinados en 2.3 . 6 de este ca­
dos en centros comerciales (shopping centers) del derecho a operar en los m.i§JU.PS
pítulo, pero vayan desde ya algunas puntualizacior es al respecto. Digamos así
que los propósitos y la lógica del impuesto conducrn a excluir del concepto de
y recibir 10s beneficiQ�QJ;�rixa.®.s..�110 (operación diver·s·a aer
simPf;-;;:;renda­
miento del local) constituye una prestación de un servicio a los efectos del hecho
"bienes" cuya entrega configura el hecho generador, a todas aquellas cosas cuya
generador del IVA. A nivel de la Administración, en cambio, y tal como expresa­
función económica se limi¡e a oficiar como m edio d e p ago o cuya transferencia
mos en 2.3.3, no puede hablarse de una posición sistemática al respecto, exis­
carezca de una causa prop tf, siendo en su lugar sólo un medio para instrumentar tiendo pronunciamientos en los cuales se afirma que todos los derechos, sea cual¡
�fuere su objeto, deben considerarse como bienes incorporales a los efectos del\,
IVA (84), mientras que en otras ocasiones tales cesiones se reputaron como pres- )
(78) Rippc, Siegbert, Bugallo, Beatriz, Longone, lVIaria Rosa y Millcr, John, ob. cit. , págs. 177 taciones de servicios. ____../
y ss.
(79) Consulta N º 33GO, publicada en Boletín Informativo de DGI Nº 242, pág. 6.
(80) Pérez Pérez, Juan Antonio: "Tratamiento fiscal del soporte lógico del ordenador (soft­ (82) Gamarra, Jorge, oh. cit., Tomo IV, págs. 187 y 188.
ware)", en Revi sta Tributaria Nº 84, mayo-junio de 1988, pág. 182; Delpiazzo, Carlos : "Teoría y
(83) Publicada en Revista Tributaria Nº 125, marzo-abril de 1995, págs. 255 y ss.
práctica en la lucha contra la piratería de software", y Ordoqui Castilla, Gustavo: "Responsabili­
(84) Consulta 2932, publicada en Boletín Informativo de DGI Nº 249, pág. 2.
dad civi l en el derecho informático", ambos en "Protección jurídica del software", FCU, Montevi­
deo, 1 992, págs. 1 1 a 15 y 83 y ss., respectivamente.
(8 1 ) 8!tm1 · . ,Jo,:P L11i�: "Jmrn.H•.� tn n] V n !nr Arrn ·�nrl n .. �. rit .. n/1g_ c1B.
El Impuesto al Valor Agregado 63

62 Andrés Blanco
Desde el punto de vista del Derecho Tributario, sin embargo, creemos que
existen fundamentos legales para concluir que el "valor llave" debe considerarse
A pesar de lo dicho, pueden existir casos de derechos subjetivos no creditorios como un bien incorporal, con lo cual debe afirmarse paralelamente que el mismo
que reciban por las normas jurídicas (tributarias y/o de Derecho Privado) un puede ser objeto de una operación de circulación de bienes a efectos del IVA. Así,
tratamiento que signifique su consideración como un bien incorporal, en cuyo
la ley del IRIC (en disposición recogida por el art. 15 del Título 4 del T.O.) prevé
caso su transmisión plena deberá incluirse en el hecho generador del IVA bajo la
que no se admitirá la deducción de gastos correspondientes a la amortización de
hipótesis de circulación de bienes. Para citar sólo un ejemplo de derechos subje.
llaves, denotando que para la ley el "valor llave" es un activo. Cabe señalar que
tivos no creditorios elevados al grado de bienes, téngase presente que el art. 7 de esta solución de la ley del IRIC en cuanto a considerar a la llave como un activo
la ley N º 16.906 (Ley de Inversiones) incluye entre los bienes intangibles a cuyo se remonta a sus antecesores en materia de imposición a las rentas, cuales fue­
respecto se verifican los beneficios fiscales automáticos en ella previstos, a los ron el Impuesto a las Ganancias Elevadas y el Impuesto a las Rentas de las
derechos emergentes de las concesiones otorgadas para la prospección, cultivos, Personas Físicas (IRPF). Esta afirmación es sólo un indicio, no concluyente, acerca
extracción o explotación de recursos naturales de la naturaleza del "valor llave" a efectos tributarios, puesto que según vimos
más arriba no todos los activos son bienes. Pero lo que sí constituye un fuerte
elemento para sostener que el "valor llave" es un bien incorporal para nuestro
2.3.5 El 'valor llave" Derecho Tributario es el art. 7 de la ley N º 16.906, que específicamente menciona
2.3.5.1 Pasando a otro caso, entendemos apropiado considerar por separado la a las "llaves" como uno de los bienes intangibles que pueden ser objeto de los
situación del "valor llave", ya que, si bien en la totalidad de los casos (este es un beneficios fiscales automáticos en ella previstos. De modo que, compartiéndose o
aspecto que analizaremos más abajo) su presencia se verifica en el marco de una no el criterio adoptado por la ley en el terreno conceptual, creemos que no puede
operación más amplia (la enajenación del establecimiento comercial u otras ope­ negarse el temperamento de nuestro legislador tributario en cuanto a entender
raciones similares), merece analizarse su eventual naturaleza de "bien" -obvia­ al "valor llave" como un bien, lo cual -en nuestra opinión- zanja la discusión
mente incorporal- dado que ello es un punto debatido en la doctrina, especial­ desde el punto de vista jurídico. No obstante, esta conclusión no está exenta de
mente del Derecho ComerciaL En efecto, el "valor llave" ha sido (y es aún) objeto problemas que tocan directamente al hecho generador del IVA.
de una encendida polémica doctrinal y jurisprudencia} en el ámbito del Derecho
Comercial, existiendo opiniones discordantes, primeramente, en cuanto a su con­
tenido: hay quienes lo identifican con la "organización" del establecimiento o 2.3.5.2 En primer lugar, y en lo que hace a la definición de este "valor llave", nos
empresa, hay quienes lo identifican con la clientela, y hay quienes le otorgan parece adecuado concebir al mismo en el terreno tributario en los términos eco­
características más abstractas en tanto lo conciben como la cualidad de un esta­ nómicos que lo haceRossetto recogiendo la opinión de Bertora: "Llave del negocio
blecimiento comercial de generar un rendimiento potencial. Paralelamente, se es el valor actual de las superutilidades futuras más probables" (87). Esta noción
desarrolla en la doctrina y jurisprudencia del Derecho Comercial la discusión """nos conduce a una primera conclusión que, por obvia, no está de más resaltar: el
acerca de la naturaleza de bien incorporal de este "valor llave", existiendo posi­ valor llave es inconcebible si no es como parte de un "negocio", esto es de una
ciones favorables y adversas a este entendido (85). actividad económica organizada y sistemática. Por lo anterior, es también incon­
cebible que la transferencia del "valor llave" se verifique sin la concurrencia de la
A nivel de la teoría contable, la postura tradicional ha.consistido en enten­ transferencia del "negocio", o al menos de las partes sustanciales de éste que
der al "valor llave" como un activo intangible (esto es, como un bien incorporal) permitan que el adquirente goce de las "superutilidades futuras" que la llave
que no debe ser reconocido como generado automáticamente por el simple curso representa. Dicho en otros términos, no es posible que a efectos del IVA exista
de los negocios de una empresa, sino que· sólo se "-produce'? con ocasión de la -una circulación de bienes aislada y autónoma cuyo objeto único sea un "valor
tr�Jl_�ferenci.a_ .de esta ú1t�I?.� como una diferencia entre el precio de venta y el llave", sino que tal tipo de operación irá necesariamente vinculada a otra u otras
valor del patrimonio empresario expresado en valores de mercado. Sin embargo, circulaciones de bienes corporales o incorporales.
existen en el campo contable otras posturas posteriores que niegan al uvalor lla­
ve" el carácter de activo intangible en función de la falta de objetividad de su ¿Quiere decir lo anterior que la enajenación de una llave es un efecto exclu­
medición (86). sivo de una enajenación de establecimiento comercial? Más adelante considera­
remos la particular situación de esta última figura frente al flecho generador del

(87) Rossetto, Jorge: "El Impuesto a las Rentas de la Industria y Comercio", Parte II, Rosgal,
(85) Superuielle, Bernardo, ob. cit., págs. 102 y ss.; Schwartz, Julio: "El establecimiento Montevideo, 1976, pág. 245.
comercial"' , FCU, Montevideo, 1993, págs. 23 y ss.
{8G) Sujanov, Víctor, ob. cit., págs. 281 y 282.
El Impuesto al Valor Agregado
64 Andrés Blanco 65
explicitación contractual de un precio por tal concepto, como
im pu esto , y no es de� caso ab u d un componente má
n �\:qu: :�1�: �:�bl��: d la calificación de las del precio global de la operación s
,
operaciones que no incluyen la m gr d e e nt �s de una casa de co� .

�:;: � =
Por su lado Sha w , si bien no analiza específicame
mercio. No obstante, digamos que e l concepto d e "valor . llave" que hemos adopta� nte la valuación del valor
llave, critica el criterio general de la Administración en
do en el párrafo anterior implica qu e n o sea necesana una en aJ. en a �: . , n plena del rela ción a la base de
. . . 1' que · cluva a todos sus elementos, p a que p ueda cálculo del IVA en las enajenaciones de establecimi
establecimiento comercia e ntos com erciales,
. implícitame nte significaría tamb ién el rech azo a la opin lo cual
en te n derse qu� h� operado l a transm
m . ;. s , de dicho bien incorporal. En efecto, ión de la DGI respe cto
���r del tema que ahora nos ocup a (90).
ansfieran l os elementos sufici entes
0� !�i��:n�;��::�::i:: :i e pase a ser titular de la expectativa de los Desd e nues tro punto de vista , y si bien la
5

postura de la Administra ción


beneficios futuros del negocio del enaJenante. sus ceptible de obj eciones en uno de sus elementos (asp es
e cto que vere mos de
. ., diato), ella parte de supu estos que se nos revelan inm e­
Vistas las cosas desde_otro punto de vista, • G• es :D 50 que toda enaJenac10n com o racion ales . Para apreciar
ello partamos de la· base de que la presencia de este
de establecimient o comercial, o de los e�em entos e se.�:�:les de un negocio, impli- bien inco rpor al en una o pe­
ración de transferencia de un negocio puede ser
que la transferencia de un "valor lla_ve . Es e : n o concluir en una respuest a formalizar su acuerdo, pero pued e tam bién ocur
explicitada por l a s p artes al
� � ;� de "superutilidade s" futu­
negativa, �i �o _e�iste Pª:, u n negoc� l ª
d
al resp ecto en el cont rato que celeb
rir que las p artes nada expr esen
ª . � re n al respec to, c as o este últim o que no
ras ' no ex1stira circulac10n de nmgu '�v!I:r r1:v�" en l a transferencia int egral obstar a considerar que tal bie n incorporal de t pued e
del mismo o de sus e le�entos_e�encia · .1 s Este extremo ha. s1"do compartido implí- o dos mod os es obje to
. rencia si se dan los supu esto s para ello, de confo de transfe­
citamente por la propia Admm�st:ac10� _en t to ésta ha admitido la existencia ción del incis o 2 º del art. 6 del Código Tributar
rmid ad con la regla de califica­
t{ io y la naturale za sust antiva del
de un valo r llave nul o , y aun (s1 bi e n e . erm�.:� n o e s conceptualmente correcto) hecho generador de l IVA. Vale decir que un prim
d e un "valor llave negativo", e n las enaJenac10nes d e establecimi e ntos comercia­ er proble ma a re solver es iden­
tificar, sobre una base material y objetiva,
en qué casos efect ivam ente una ena
les (88). jenación de esta blecimiento comercial (u otra ­
operación similar) incluye la trans­
ferencia de un "valor llave". Por otro lado
, tomemos en consider ación que a los
efectos de la aplicación del IVA interesa cono
2 . 3 .5.3 A pesar de que se trata de un tema ue ·mera vista es ajeno al hecho
op e ración con creta celeb rada entre do s part
cer el precio d e l "valor llave" en una
¡ :
generador del impuesto , ya que form�:m n e a �:1a su base de cálculo, no pue- valuación del mismo propuestos por la t
es, más allá de los sistemas de
� e oría cont able en e l pla'n
de dej ar de mencionarse en esta o�as1�� os pro��mas que plantea la valuación puesto que ese prec io será el monto imponible o conceptual,
del "valor llave" a efectos de la aph cac1011 del IVA. La 1DGI ha sosteni do invaria­ ma que se plantea es la m an era de "aisl
del tributo. Así, e l segundo proble­
blemente que tal valor equivale a 1.a diferencia entre 7� . loba! de la opera­ ar" el precio específic o de ese bien incor­
::; �: !or el adquirente ) poral al seno de un precio total acordado
ción ( sumado a los pasivos del enaJ enante qu e sean a por una operación de venta de una
· empresa.
Y el valor fisca1 (d et ermma d O d e acuerdo a las normas d e v alu ación d el IRIC) d e
. · Y bien , la s olución de ambos problemas conv
los restantes bienes corpor ale s e mearporale s que sean ob"Jeto de transmi sión e rge en un mi s mo p unto :
, . 1 pur amente reglamen- la definición de si la operación comporta tanto
(89). Este crite rio s e encuentra ad em as c.onsagra do a mve la transferencia de un "valor llave",
r . como también la determin ación d el preci
ta io en : e d � d e IRI C, s egún resulta d el _11:c so 2º d l t 66 del decreto 840/988. o de la misma, racion alme nte pueden
� �;
De tal entena se desprende pues que, � m 10 d e l a :1Íni stración , l a valuació n emerger de l a c omparación del prec io to
tal acordado por la ope ración, con el
� � precio que resultaría de la venta de los resta
de la llave a los efect os �e la .b a�e de c u del IVA debe determinarse en fun­ ntes bienes (corporale s e incorporales)
ció n de un m étodo lo ma s obJ etivo posi\�e , � e cartándose de plano que puedan en form a aisla da. En efecto , el conc epto de
"valor llave" dado por Rossetto supone
;
tomars e a tal fin los acu erdo s de part es que - recuen temente s e tra ducen e n l a que el mism o es una suer te de "potencia
lidad" que se asocia al negocio más allá
de la sum a nominal de los bien es corporale
s e incorp o rales que lo com ponen. Por
lo tant o, es razo nabl e pens ar que, cuando
se enaj ena ese negocio y el precio total
de la operación supe ra la sum a de los
precios que pro babl eme nte s e habrían
. .
(88) Implícitamente ello se desp rende del cnte nO eneral de la Administración respecto del acordado en caso de enaje narse aisladam
bl ente los bienes que lo integran, ese "plus "
tratamiento por el ]VA de las cnaJ·enacwne ·
.g . to co n,e,·cial, p uesto de manifiesto en
s de esta ec1m1en es tanto un indicador de la transferencia
la Consulta N 1626, ublica p · d °
a en B le t'm Informativo. d e DGI Nº 9o • p á g· 24·' en cuanto a 1a
de ese bien incorporal que es el "valor
.
º

posibilidad de un "va1or llave nega,·ivo"• que en rea1 1.d ad no es un "valor llave� en el plano concep -
tual, el punto fue tratado en la Consulta Nº 3753, pubr1cad a en Boletín Informativo de DGI N • 293 ,
pág. 7. . . {90) Shaw, José Luis: �Impuesto al Valor g g
(89) Este criterio fue explícitamente manifestado en la Consulta Nº 1626 recién citada, A re ado . . . ", cit., págs. 59 y 60.
reiterrindo�i:> hl('g'O en ,ma p lurnlida.d de prommcia.mientos ultenorcs.
El Impuesto al Valor Agregado 67
66 Andrés Blanco
cambio la aplicación a estos efectos de soluciones derivadas de la lógica y pro­
llave", como así también del precio que las partes han otorgado -explícita o im­ pósitos del mismo IVA. Todo lo anter!or es si� perj�icio de que la� s.oluciones
plícitamente- a dicho bien incorporal. Este desarrollo conceptual, que puede vis­ previstas en la �ey del IRIC en matena de :naJenac1on de establ:cm:uentos co­
lumbrarse detrás del criterio de la Administración, es -como lo dijimos- com­ rnerciales nos sirvan de apoyo para determmar la naturaleza umtana o plural
partible. de este último a efectos del IVA, tal como se expresará en el punto 2.3.7 de este
Lo que puede ciertamente objetarse del criterio administrativo es el tomar a capítulo.
la suma de los valores fiscales de los bienes transferidos como base de compara­
ción con el precio, ya que el razonamiento visto, seguido coherentemente, condu­ Bienes fungibles. El caso del dinero,
ciría a tomar a tal fin los precios probables de venta a terceros de dichos bienes 2.3.6
otros medios de pago y los derechos de crédito
en caso de ventas aisladas de los mismos. Si bien ello no resulta explícitamente
manifestado en los pronunciamientos administrativos al respecto, nos atreve­ 2.3.6.1 Según el art. 470 del Código Civil, son bienes fungibles aquellos cuyo uso,
mos a decir que ese entendido de la DGI se funda en el art. 20 del Título 4 del según su naturaleza, comporta que ellos se consuman, esto es que desaparezcan
T.O., el cual establece que, a efectos del IRIC, el adquirente de un establecimien­ como tales. El concepto de bienes que corresponde acoger a los efectos del hecho
to comercial debe mantener a todos los efectos el valor fiscal previo a la opera­ generador del IVA comprende en principio a estos bienes fungibles, no existien­
ción de los bienes que integran el mismo. Sobre esa base, la conclusión a efectos do ninguna excepción general en la ley a su respecto. Por tanto, en principio la
del IRIC sería que el valor fiscal de la llave (elemento importante, dado que la transferencia de los mismos a título oneroso implica la configuración del hecho
ley de dicho impuesto veda su amortización) sólo puede resultar de la diferencia gravado del impuesto en la modalidad de circulación de bienes. Naturalmente,
entre el precio total y la suma de los referidos valores fiscales previos de los decimos que ello es así "en principio", puesto que si los bienes fungibles son en­
bienes que componen el establecimiento. Entonces -parecería ser que razona la tregados a título de préstamo la operación gravada por el impuesto no estará
Administración- ese valor fiscal del "valor llave" para el IRIC es trasladable al constituida por la entrega inicial de los bienes sino por la utilización de bienes
!VA a título de monto imponible por la transferencia de dicho bien incorporal, a económicamente ajenos por parte del prestatario a cambio de una contrapres­
fin de guardar armonía entre las soluciones aplicables a ambos impuestos. tación, correspondiendo la aplicación del impuesto sólo sobre esta última.
Este razonamiento -corno vimos, implícito- de la DGI, si bien no carece de Ahora bien, el citado artículo del Código Civil incluye entre los bienes fun­
lógica, puede de todas formas ser controvertido. En efecto, el mismo tiene como gibles a las "especies monetarias en cuanto perecen para el que las emplea como
supuesto que el valor fiscal que se debe atribuir a los bienes a efectos del IRIC al tales". Esta inclusión del dinero entre los bienes fungibles nos da apoyo para
momento de su ingreso al patrimonio del contribuyente, debe coincidir necesa­ preguntarnos si tal tipo de bien puede ser, considerado en si mismo, objeto de
riamente con el monto imponible del !VA en la adquisición de los mismos. Ahora una operación de circulación de bienes a efectos del impuesto. La respuesta a
bien, tal supuesto no es necesariamente cierto en todos los casos, ya que es posi­ esta interrogante es en verdad parte de un problema más vasto que refiere a los
ble que las normas del IRIC establezcan, por diversos motivos, reglas especiales conceptos de onerosidad y causa en las operaciones gravadas por el impuesto,
de valuación que si gnifiquen atribuir a los bienes que ingresan al patrimonio un aspectos que serán estudiados más adelante en el presente capítulo. De todos
valor distinto del que sirve de monto imponible del IVA, casos especiales entre modos, se impone desde ya alguna Consideración al respecto.
los cuales -precisamente- correspondería ubicar a la citada norma legal en ma­
teria de valuación de bienes en caso de enajenaciones de establecimiento comer­
cial (91). De manera que, siendo esta última una solución especial de la ley del 2.3.6.2 Comencemos la discusión expresando que la ley uruguaya del IVA prevé
IRIC, no es forzoso que la misma deba trasladarse al ámbito del IVA a fin de la exoneración de las enajenaciones de moneda extranjera, metales preciosos
determinar el monto imponible de este último impuesto, pudiéndose sostener en amonedados o en lingotes, títulos y cédulas, públicos y privados, y valores mobi­
liarios de análoga naturaleza, así como de las cesiones de créditos (92). Como se
observa, la ley no prevé una exoneración o no sujeción plena de las entregas de
dinero, lo cual nos introduce de lleno al problema: ¿configuran las entregas de
(91) No corresponde en esta ocasión extenderse excesivamente sobre estos problemas, que dinero, consideradas en sí mismas, circulaciones de bienes a efectos del IVA?
hacen a la base de cálculo del impuesto antes que a su hecho generador. Sin embargo, corresponde
constatar que esta suposición de la Administración de una necesaria "coherencia" entre valor fiscal
a efectos _del IRIC y monto imponible del IVA está presente en muchos casos, frecuentemente con
consagración expresa a nivel reglamentario, y en rigor sin sostén legal. Por ejemplo, véase el art.
113 del decreto 220/998 (reglamentario del IVA), el cual establece reglas de valuación de bien es
recibidos en pago que en sustancia repiten las normas reglamentarias del IRIC en materia de (92) Lits. B) y D) del num. 1 º del art. 19 del Título 10 del T.O.
valuación de activos, todo ello careciendo -en nuestra opinión- de apoyo en la ley del impuesto.
El Impuesto al Valor Agregado 69
68 Andrés Blanco
Ahora bien, en esta dinámica es claro que un grupo de cosas (que son bienes
A diferencia de la ley uruguaya, el punto tiene solución expresa en el Dere­ de sde el punto de vista del Derecho Privado) tienen una función económica ex­
cho Comparado; por ejemplo, la ley española del impuesto expresamente excluye clusiva o primordial de servir sólo como contraprestación por la adquisición d e
del hecho generador a las entregas de dinero efectuadas a título de contra­ otros bienes o prestaci ones; empleando términos económicos, se trata d e cosas
prestación o pago, solución que, sin embargo, fue de adopción unilateral por di­ que sólo sirven como medios de pago. El ejemplo típico de tal tipo de cosas es el
cho Estado en la medida en que no está prevista en las Directrices de la C. E .E. dinero, y j unto a él se pueden ubicar otros instrumentos de función similar en
relativas al impuesto (93). Las posiciones de la doctrina española acerca de esta tanto sean representativos del derecho a percibir una suma de dinero y se em­
disposición de su ley del IVA nos dan un buen punto de inicio para la considera­ pleen a tales fines cancelatorios: títulos de crédito, cheques, créditos no docu­
ción del tema en nuestro país. mentados en títulos, etc. Este papel puramente anulatorio o cancelatorio de l a
c ontraprestación que cumplen estos bienes impide considerar que su entrega con
Así, Tejerizo sostiene que tal exclusión es necesaria puesto que, de no exis­ tale s fines pueda constituir en sí misma una circulación de bienes a efectos del
tir, toda entrega de bienes o circulación de servidos daría lugar en rigor a dos IVA. Más correétamente: los medios de pago (incluyendo el dinero, pero no limi­
operaciones gravadas simultáneas en sentidos contrapuestos: por un lado la e n­ tados solamente a él) n o pueden incluirse como tales dentro de la categoría de
trega del bien o la prestación del servicio en sí mismas, y por otro lado la e ntrega "bienes" cuya entrega resulta alcanzada por el IVA en la modalidad de circula­
del dinero considerada como una entrega de un bien fungible (94). E sta última ción de bienes.
consecuencia sería, pues, la que se produciría -siguiendo la posición de este au­
tor- en legislaciones que, como la uruguaya, no contienen una hipótesis de exclu­ En los casos en que 1 entrega de tales bienes no cumple un papel cancelatorio
e

sión del }techo generador comprensiva de las entregas de dinero a título de contra­ de una contraprestación , de todos modos ella no tiene un propósito autónomo,
prestación. sino un fin instrumental de una operación diversa. Por ejemplo, véase lo que
ocurre cuando se efectúa un descuento de un título valor: en sustancia, no se está
E n nuestra opinión tal temperamento no es de recibo, y sí lo es la postura
entregando el título con el mismo fin y en iguales términos que cuando se enaje­
opuesta sostenida por otros autores españoles entre los que se cuentan Ferreiro na un bien de otro tipo, sino que tal entrega es el soporte de una operación finan­
Lapatza (95), Falcón y Tella , Gayón y de la Hucha (96), así corn o por Derouin al ciera, cuya concreción es el verdadero fin que persiguen las partes.
analizar en general el IVA europeo (97), cuyas conclusiones nos parecen plena­
mente trasladables a nuestra ley. Así, y como ya lo adelantamos (98), las defini­ Es por lo dicho que Gamarra, al estudiar la cesión de créditos desde el punto
ciones de las operaciones gravadas por el IVA (excepto en el caso de la importa­ de vista civil, afirma que se trata de una figura carente de una causa propia, en
ción) giran en torno al concepto de onerosidad, el que (como lo desarrollaremos tanto ella siempre es una parte accesoria y complementaria de un negocio prin­
más adelante en este capítulo) lleva ínsita la noción de causa d el negocio y se cipal que puede ser una compraventa, un contrato de servicios, una operación
centra en la existencia de una "contraprestación". Esta contraprestación se con­ financiera, etc., por lo que constituye un error de nuestro Código Civil el regular­
vierte en una parte del negocio que, precisamente, es el determinante principal la como un tipo contractual autónomo (99).
del adjetivo de onerosidad, y que, por otra parte, es elevado por la ley del impues­ Si traemos tales conceptos al hecho generador del IVA, debemos concluir
to en el elemento central de la base de cálculo del impuesto en tanto monto sobre que tanto las entregas de dinero, así también como las entregas de otros bienes
el cual se aplicará la alícuota. que hemos mencionado en párrafos anteriores (cheques, créditos, títulos valores,
etc. ) carecen de la aptitud para configurar por sí solas una circulación de bienes.
Al contrario, lo que verificará el hecho generador del impuesto será la operación
sustancial de la cual esa entrega de dinero, títulos de crédito u otros bienes aná­
logos cumple un papel instrumental o complementario. Por ejemplo, en una en­
(93) Checa González, Clemente: "IVA: supuestos de no suj eción y exenciones en operaciones trega de dinero a título de contraprestación de la entrega de un bien, será sólo
interiores" , Aranzadi , Pamplona, 1998 , pi g. 73. esta última la que constituya una circulación de bienes a título oneroso; en un
(94) Tejerizo Lopez, José M.: "El Impuesto al Valor Añadido n, en "Curso de Derecho Tributa­
rio" , Marcial Pons , Madrid , 1996 , pá g. 586. descuento de un cheque o un título valor, será la operación financiera subyacen­
(95) Ferreiro Lapatza, José Juan: "Los supueStos de no sujeción: especial referencia a las te la que constituirá una prestación de un servicios a título oneroso y no la entre­
entregas de bienes y servicios realizadas por un Ente público \ en "El IVA en el sistema tributario ga del documento que la formaliza; etc.
español" , Ministerio de Economía y Hacienda , Madrid, 1986, p ág. 85.
(96 ) Falcón y Tclla, R. , Gayón Galiardo , A. y de la Hucha Celador, F: "Armonización fiscal en
la Comunidad Económica Europea y sistema tributario es pañol: incidencia y convergencian, lnsti·
tuto de Estudios Fiscales , Madrid , 1990 , pá g. 90. (99) Gamarra, Jorge, ob. cit. , Tomo IV, pág. 187.
(97) Derouin, Philippe , ob. cit. , págs. 391 y ss.
(98 ) Véase ut supra , punto 1.2 de este capítulo.
El Impuesto al Valor Agregado 71
70 Andrés Blanco
·on es no sujetas al impuesto a las transmsiones de "universalidades" patrimo­
Como la falta de aptitud de dichas entregas para constituir circulaciones de c\ales de las que sean titulares los sujetos pasivos del mismo (103). Según Derouin,
bienes autónomas es en definitiva una consecuencia del tipo de cosas entrega­ nl fundamento de esta exclusión del hecho generador radicaría en que estas ena­
das, la conclusión es que tales cosas (el dinero, los títulos valores, los créditos, �enaciones no comportan ni la producción (en sentido amplio) ni el consumo de
etc.) deben considerarse excluidas del elenco de "bienes" cuya transferencia pue­ �ienes, razón por la cual no generan valor agregado en sentido económico y, por
da constituir una circulación de bienes para el IVA. tanto, carece de sentido su gravamen (104). En nuestro Derecho, sin embargo,
Desde ese punto de vista, las exoneraciones del IVA previstas en la ley res­ tal disp osición no existe, por lo cual la enajenación del establecimiento comercial
pecto de las enajenaciones de moneda extranjera, títulos, cesiones de créditos y 00 est á co mo regla excluida del hecho generador del IVA. No obstante, se plan­
otros casos similares pueden entenderse como ratificaciones de la no gravabilidad tean a tal respecto importantes cuestiones que hacen directamente al alcance
de las entregas de cosas que, pese a ser "bienes" desde el punto de vista ius­ del término "bienes" previsto en la ley.
privatista, no pueden considerarse incluidos en la categoria de tales a efectos del Para plante_ar el_problema directamente, la discusión en torno a la situación
hecho generador del impuesto (100). Por lo mismo, la ausencia en la ley de una fren al IVA de la enajenación de establecimiento comercial se centra en la
te
exclusión general del dinero como bien cuya entrega pueda configurar el hecho determinación de si éste constituye un bien en sí mismo, o si, por el contrario, tal
generador, puede entenderse como una presuposición de que tal exclusión es establecimiento no merece considerarse como un bien único y, en consecuencia,
evidente aunque nada se diga al respecto. la enajenación del mismo debe subdividirse en tantas operaciones de circulación
Como se dijera, las conclusiones anteriores comprenden los casos en los que de bienes como bienes en concreto lo compongan. El problema no es meramente
el dinero, títulos de crédito u otros bienes similares se entregan a título de retórico, sino que tiene importantísimas consecuencias reales. En efecto, y para
contraprestación, pero también a otros casos en los que-al menos aparentemen­ mencionar los efectos más visibles de una y otra tesis, si concluimos en la natu­
te· su entrega cumple otro papel. Por ejemplo en el caso de los préstamos y la raleza de bien único del establecimiento comercial, su enajenación resultará al­
entrega inicial de dinero por parte del prestamista, Shaw excluye esta última de canzada por el impuesto a·la tasa básica (actualmente 23%} aplicada sobre-la
la circulación de bienes en el entendido de que la operación gravada no es tal totalidad del precio de la operación. Si, en cambio, concluimos que el estableci·
entrega sino la financiación concedida al prestatario (101). Ello es absolutamen· miento comercial no es un bien único, su enajenación comportará una circula­
te cierto, pero debe agregársele que en cualquier caso la entrega inicial de dinero ción de bienes distinta por cada bien que lo integre, recibiendo cada una de ellas
en un préstamo debería excluirse puesto que, como se ha dicho, las entregas de un tratamiento diverso según el tipo de bien concreto de que se trate, con lo cual
tal tipo de bienes no tienen nunca un papel autónomo sino que son siempre el una operación de esta clase debería descomponerse en algunas circulaciones de
soporte o complemento de una operación distinta; en este caso, precisamente, de bienes gravadas a la tasa básica, otras gravadas a la tasa mínima (actualmente
una financiación. 14%) y otras exoneradas o no sujetas al impuesto.

Lo mismo puede decirse respecto de otros casos, como los aportes de capital En el ámbito del Derecho Comercial se han planteado respecto al tema las
en efectivo y las transferencias de dinero en efectivo incluidas en una operación más diversas teorías, estando quienes niegan toda significación jurídica al es­
de enajenación de establecimiento comercial, casos que no corresponde conside� tablecimiento comercial, quienes sostienen que es un sujeto de derecho, quie·
rar como circulaciones de bienes ya que las cosas involucradas les quitan la apti­ nes -en postura menos radical que los anteriores- afirman su naturaleza de
tud de ser consideradas como tales (102). centro de imputación de normas, quienes lo consideran un "objeto de derechos",
y-finalmente- quienes lisa y llanamente lo consideran un bien único (105). Esta
última postura parece ser la que al día de hoy es mayoritaria en la doctrina
2.3. 7 El establecimiento comercial comercialista uruguaya, quien se funda para ello en varias disposiciones de nues·
tro Derecho Positivo. Principalmente es invocado para afirmar tal naturaleza el
2.3. 7 .1 La enajenación del establecimiento comercial ha sido objeto de considera· art. 1 del decreto-ley Nº 14.433 (norma que regula con mayor minuciosidad que
ción especial en el IVA europeo, destacándose que la Sexta Directriz de la CEE la vieja ley N º 2.904 el procedimiento de enajenación de la casa de comercio), el
aconsejó a los Estados miembros (y éstos así lo hicieron) considerar como opera- cual proclama que la promesa de enajenación de establecimiento comercial

(100) Cf. Derouin, Philippe, ob. cit., pág. 392.


(101) Shaw, José Luis: "Impuesto al Valor Agregado...", cit., págs. 32 y 33. (103) Checa González, Clemente, ob. cit., págs. 15 y ss.
(102) Con respecto a las transferencias de dinero en caja como parte de enajenaciones de (104) Derouin, Philippe, ob. cit., pág. 307; en igual sentido Albir1ana, César, ob. cit., pág. 43.
establecimiento comercial, la DGI ha sostenido una postura conforme a la nuestra en la Consulta (105) Véase Superuielle, Bernardo, ob. cit., págs. págs. 431 y ss.
1748, publicada en Boletín Informativo de DGI N� 103, pág. 27.
El Impuesto al Valor Agregado 73
72 Andrés Blanco
a cada uno de los bienes comprendidos en la operación el tratamiento que res­
ponda a su naturaleza individual (gravados a la tasa básica, gravados a la tasa
inscripta da al promitente adquirente el derecho a solicitar la entrega forzada mínima, exentos, etc.) En cuanto a la base de cálculo del impuesto, la Adminis­
"del bien" (en singular). Asimismo, y a partir de la sanción del Código General tración entiende que si el precio de tales operaciones (dentro del cual se com­
del Proceso, se suele invocar a favor de esta posición lo dispuesto por el art. 380 prenden los pasivos eventualmente asumidos por el adquirente) es superior al
del mismo en tanto admite la posibilidad de que el establecimiento comercial sea valor fiscal total (determinado según las normas del IRIC) de los bienes invo­
objeto de un embargo como una unidad (106). lucrados, el monto imponible del IVA para cada uno de dichos bienes estará dado
Shaw soluciona el problema en el ámbito del IVA afirmando la naturaleza por su valor fis.cal individual, siendo la diferencia entre el precio y el valor fiscal
de bien en sí mismo del establecimiento comercial en virtud de los argumentos totales la contraprestación del "valor llave", aplicándose sobre ella la tasa básica
vertidos por la doctrina comercialista mayoritaria en n uestro país, y sosteniendo del impuesto. En el caso en que el precio (incluyendo los pasivos asumidos por el
consecuentemente que la enaj enación del establecimiento comercial debe consi· adquirente) sea inferior al valor fiscal total de los bienes objeto del negocio, dicho
U.erarse como una sola circulación de un único bien, alcanzada por el impuesto a precio se distribuirá entre los diferentes bienes a prorrata de sus respectivos
la tasa básica (107). valores fiscales, tomándose como monto imponible del impuesto el resultado de
dicho prorrateo ( 1 09).
Sujanov, por su lado, critica la posición d e la doctrina comercialista (com­
partida por Shaw respecto del IVA) que entiende al establecimiento comercial 2.3. 7.2 A nuestro juicio, y reconociendo lo discutible del tema, resulta ade­
como un bien único, afirmando que e11o es insostenible en el plano económico cuado sostener que a los efectos del IVA el establecimiento comercial no debe
dado que en este último ámbito no pueden concebirse bienes que contengan otros considerarse como un bien único, y que por tanto su enajenación debe descompo­
bienes, consecuencia a la que conduciría la tesis por él criticada. Sin embargo, nerse en tantas circulaciones de bienes como bienes lo integren, recibiendo cada
este autor sostiene que la enajenación del establecimiento comercial tampoco una el tratamiento individual que corresponda.
supone la transferencia de los bienes individuales que lo componen. En efecto, En cuanto a los argumentos provenientes de la doctrina del Derecho Comer­
afirma Sujanov que el titular de un establecimiento comercial ostenta el "con­ cial que se emplean p ara sostener que el establecimiento comercial debe ser tra­
trol" del mismo, sosteniendo que cuando el establecimiento es enajenado lo q ue tado a efectos del IVA como un bien único, y si bien se trata de una m ateria ajena
es objeto de transferencia es dicho control, o -como alternativamente también lo a nuestra especialidad y de por sí opinable, nos parece que los mismos no son de
dice el autor- la "titularidad" del conjunto, y no los bienes individuales que lo una contundencia absoluta. En primer lugar, ninguna norma de nuestro Dere­
componen, ya que para Sujanov éstos no circulan en la medida en que permane­ cho Positivo delimita los elementos integrantes del establecimiento comercial,
cen afectados al mismo giro antes y después de la operación. Si bien no lo expre­ punto que, además d e generar debates en la doctrina tanto nacional como ex­
sa en forma explícita, las referencias del autor al hecho de que nuestra ley inclu­
tranjera, hace borrosos los contornos de este "bien" de contenido complejo (110).
ya en la circulación de bienes a las transferencias de bienes incorporales, así Esta grisura en la delimitación del establecimiento comercial se revela en toda
�orno su admisión -también implícita- de que las enaj enaciones de estableci­ su dimensión en los casos de enajenación parcial del mismo: admitida la perti­
mientos comerciales configurarían el aspecto material del hecho generador del nencia de esta figura, se vuelve dificil d eterminar en qué casos una operación
impuesto, parecerían indicar que para Sujanov la enajenación del establecimiento que no comprende a la totalidad de los elementos de una casa de comercio equi­
comercial comporta una circulación de un bien incorporal constituido, precisa­ vale de todos modos a una enajenació n de establecimiento comercial, así como
mente, por ese "control" o "titularidad" aludidas (108). determinar cuál es el elemento unificante de todo ese conj unto en un bien que
La DGI, a su vez, descarta que el establecimiento come�cial pueda constituir sobrepasa la mera suma de sus componentes ( 1 1 1). Por otro lado, el art. 380 del
un bien único, opinión que se trasluce sin duda alguna de sus pronunciamientos Código General del Proceso, norma invocada por la tesis que comentamos, efecti­
relativos al tratamiento por el IVA de las enaj enaciones de los mismos. En efec­ vamente hace susceptible de un embargo a la "universalidad conocida como esta­
to, y tal como ya lo adelantamos más arriba, la DGI considera que se debe aplicar blecimiento comercial", pero agrega seguidamente que los componentes del mis­
mo deberán ser objeto de embargos específicos, disposición que resta intensidad
a la unicidad del establecimiento comercial.
(106) Schwartz , Julio , ob. cit. , págs. 8 y ss.; Rodríguez Olivera, Nuri: «El establecimiento
comercial. Su régimen jurídico \ FCU, Montevideo , 1976 , págs. 8 y 9; Fernández Arbenoiz, Juan
Carlos: �Régimen jurídico del establecimiento comercial\ Acali, Montevideo, 1977, págs. 123 y ss .
(1 07) Shaw, José Luis: "Impuesto al Valor Agregado ... ", cit. , págs. 57 y ss. (109) Consulta N" 1626, ya citada ut supra, punto 2.3 . 5 del presente capítulo.
(108) Sujanov, Víctor, ob. cit. , págs. 283 y ss. Es importante señalar que las consideraciones (110) Véase Superuielle, Bernardo, ob. cit. , p ágs. 32 y ss.
( 111) Superuielle, Bernardo, ob. cit. , págs. 267 y 268.
del autor sobre la enaj enación de establecimiento comercial tienen un capítulo esencial referido a
la configuración o no respecto de estas operaciones del aspecto subjetivo del hecho generador del
I\'A, aspecto al que haremos referencia en el capítulo V.
El Impuesto al Valor Agyegado 75
74 Andrés Blanco
IRIC que prescribe la conservación por el adquirente de los valores fiscales de los
En cuanto a }a postura de Sujanov , en verdad ella está construida con el bienes objeto de una enajenación de establecimiento comercial, norma que debe
obj eto de excluir a las operacion es de enaj enación de establecimiento comercial entenderse aplicable preponderantemente a los bienes corporales e incorporales
del hecho generador del impuesto. El fundamento d e ello radica en que este tipo distintos del valor llave (ya que éste no se autogenera sino que es el resultado de
de operaciones no generan económicamente valor agregado, lo cual compartimos la propia enajenación) ( 1 13), y que también fuerza a considerar a cada uno de los
en el plano conceptual y nos parece una razón para recomendar, como propuesta componentes del establecimiento comercial como activos separados a efectos del
de modifi cación de la ley, la exclusi ón del impuesto de estos negocios. Sin embar­ IRIC, única forma mediante la cual puede cumplirse el mandato legal. Visto este
go; creemos que a la luz de nuestro Derecho Positivo no hay más solución que conjunto de normas, la concl usión clara es que para la ley del IRIC quien adquie­
admitir que las enajenaciones de establecimiento comercial efectivamente están re un establecimiento comercial no está incorporando a su patrimonio un bien
alcanzad as por el impuesto; no repararemos aquí en las consideraciones del au­ único, sino una serie de bienes corporales e incorporales separados entre sí más
tor respecto del aspecto subjetivo del h echo generador del IVA, por ser ajenas a allá de la unidad teleológica que entre ellos exista. Adicionalmente, esta conclu­
este p unto, y nos concentraremos en el análisis de su propuesta en cuanto al tipo sión es enteramente- aplicable respecto del Impuesto al Patrimonio (IP), dado
de bien involucrado en un negocio de esta especie. Como vimos más arriba, Sujanov que a efectos de la valuación del activo el art. 15 del Título 15 del T.0. se remite
sostiene que la transferencia de la casa de comercio no supone la enajenación ni a las normas del IRIC respecto de las personas jurídicas y del patrimonio afecta­
de u n bien de contenido complejo, ni de una s erie de bienes separados, sino del do a la obtención de rentas gravadas por este último impuesto, así como al Im­
"control" d el mismo, o su "titularidad", como también la llama. Si se trata de puesto a las Rentas Agropecuarias {IRA), en vista de la remisión genérica a las
traducir ese concepto a términos jurídicos, este puede identificarse con el dere­ normas del IRIC prevista en el art. 34 del Título 8 del T.0.
cho real de propiedad sobre el establecimiento, con lo que en definitiva esta tesis Lo anterior revela que para el Derecho Tributario positivo referente a im­
devi en e en la afirmación de que el derecho de propiedad es un bien incorporal puestos n acionales el establecimiento comercial no es concebido como un bien
susceptible de ser considerado y transferido en sí mismo con independencia de único, sino que cada uno de sus componentes es considerado en forma separada.
las cosas sobre l�s cuales recae. En otras palabras, esta tesis vuelve a la misma Por consiguiente, en nuestra opinión tal solución debería también ser aplicable
solución y el mismo proqlema que, según veíamos en 2.3.2.3, resulta de aplicar al IVA por vía de interpretación sistemática de la ley del impuesto y, en conse­
literalme nte la definición de bienes incorporales del Código Civil: si el derecho cuencia, concluirse que una enajenación de establecimiento comercial no com­
de propiedad es un bien incorporal, entonces él mismo puede ser objeto de un porta una sola circulación de bienes sino tantas como bienes corporales e
derecho de propiedad, y como este último también es un bien incorporal también incorporales (además del eventual "valor llave") sean objeto de la operación.
debe admitirse que sea objeto de otro derecho de propiedad, y así h asta el infini­
to. E ste defecto lógico de la tesis la hace inadmisible ya en el propio ámbito del
Derecho Civil, y más imposible de aceptar aun en el terreno del IVA. 2.4 El arrendamiento de obra con entrega de materiales
La resolución del problema en sede de IVA viene dada, a nuestro juicio, a La ley del impuesto menciona a los arrendamientos de obra con entrega de
través d e la interpretación sistemática de la l ey del impuesto con el resto del materiales como un ejemplo de circulación de bienes a efectos del IVA, mención
Derecho Tributario uruguayo. En tal sentido, creernos del caso acudir al trata­ que puede mover a sorpresa inicial dado que frecuentemente se incluye a esta
miento que ha otorgado al establecimiento comercial nuestra l ey del IRIC, en la figura como uno de los "contratos de servicios" en el campo del Derecho Civil.
cual se encuentran las únicas disposiciones que pueden servirnos de auxilio a Esto motiva la necesidad de una indagación especial en las causas de esta inclu­
estos efectos, y que trasluce para nosotros una innegable desconsideración de la sión, indagación que demuestra el acierto de la ley del IVA al proceder a tal
casa de comercio como un bien único. En primer término, tenemos la ya citada asimilación.
previsión de la ley del IRIC en cuanto a prohibir la amortización del activo cons­
tituido por e} "valor llave" ( 1 12): esta disposición, además de servir de asiento a Sustancialmente, el arrendamiento de obra con e ntrega de materiales aúna
la consideración del "valor llave" como un bien susceptible de una circulación de elementos propios de un típico contrato de servicios , con otros típicos de una
bienes a efectos del IVA, requiere que dicho bien incorporal sea deslindado d el compraventa. En efecto, el constructor asume por un lado una obligación de acti­
resto d e los bienes obj eto de la operación de enajenación, pues de otra forma no vidad, en tanto se compromete a realizar una serie d e tareas respecto de ciertos
podría asignárse1e un valor numérico y cumplir con la prohibición legal de amor­
tización. En segundo lugar, tenemos la también citada previsión de la ' ley del
( 1 13) Dejamos de lado, por exceder los propósitos de este trabajo, el caso del establecimiento
comercial que, siendo enajenado, ya tenga incorporado un valor llave por haber sido objeto de otra
enajenación anterior.
(112) Véase ut supra, punto 2.3.5 del presente capítulo.
El Impuesto al Valor A gregado 77
76 Andrés Blanco
equiparación que -por su lado- es real si el constructor aporta los materiales
bienes, tareas en las que es esencial el esfuerzo fisico y sus habilidades aplicadas pero no cuando éste se limita a brindar su trabajo sobre materiales que previa­
respecto de las cosas. Pero por otro lado, es claro que esa actividad debe estar mente y en todo momento permanecen en propiedad del comitente. Cumplidos
l por definición) dirigida a la obtención de un fin específico, cual es la entrega al estos supuestos, la discusión planteada en la doctrina civilista no es pertinente
comitente d e una obra terminada. Si, a su vez, esta obra es en definitiva un bien
en sede de IVA, y la operación será indefectiblemente una circulación de bienes
inexistente antes de las tareas del constructor, se advierte que el resultado final por expreso mandato legal.
del negocio es la entrega de un bien a cambio de un precio. Y si, por último, ese
bien entregado ha sido conformado con materiales que previamente eran de pro� Naturalmente que la asimilación prevista en nuestra ley opera en la medida
piedad del constructor, es indudable que el negocio se asemeja notablemente a en que también se cumpla el presupuesto fáctico que condujo al legislador a obrar
una·compraventa lisa y llana del bien en cuestión. de tal modo. En efecto, y como veíamos algunos párrafos más arriba, la conside­
ración de estos arrendamientos de obra como una circulación de bienes in totum
A partir de esa realidad, la doctrina civilista ha debatido largamente acerca reposa en la identidad económica entre tal operación y una enajenación, identi­
de la naturaleza jurídica de esta modalidad de arrendamiento de obra, d ebate dad que se produce cuando el resultado de la obra es un bien independiente y
que fundamentalmente ha girado en torno a su caracterización como arrenda­ nuevo, inexistente antes del trabajo. Por tanto, entendemos que la asimilación
miento, como compraventa o como contrato mixto (114). legal es procedente cuando se cumple el extrenio antedicho: vale decir, cuando el
A nivel del !VA, las d iscusiones antedichas implican la alternativa teórica arrendamiento de obra, además de realizarse con materiales aportados por el
de incluir estos negocios en el hecho generador d entro de la categoría de circula­ constructor, tiene por fin la entrega de un bien terminado.
ción de bienes (si se acoge su asimilación a una compraventa), o de hacerlo den­ Cuando el arrendamiento de obra, a pesar de pactarse con entrega de mate­
tro de la categoría de prestación de servicios (si se acoge su naturaleza de contra­ riales por parte del constructor, no tiene por fin la entrega de un nuevo bien (por
to de servicios). ejemplo, cuando tiene por objeto la reparación de un bien preexistente), entende­
Observando los antecedentes del IVA uruguayo, debe anotarse que la Se­ mos que la asimilación no tiene lugar. En tales casos, y dependiendo de las carac­
gunda Directriz de la Comunidad Eco n ómica Europea (CEE) en materia de !VA terísticas d el negocio, la operación deberá desdoblarse en una circulación de bie­
proponía una asimilación plena de los arrendamientos d e obra a l as operaciones nes y una prestación de servicios, o tratarse integralmente como una u otra a
de entrega de bienes, la cual se extendía aun a los casos en los que el comitente partir de la existencia o �o de una causa unifican te del negocio en los términos
suministraba los materiales, asimilación que fue recogida en forma dispar por que expresaremos infra en el punto 4.4 del presente capítulo.
las legislaciones de los diferentes Estados europeos (1 15). Sí bien no corresponde extendernos en esta ocasión acerca del punto, note­
i\uestra ley del IVA, por su lado, se enfrentó a idéntica alternativa y, por mos finalmente que la asimilación bajo análisis implica para Shaw y para noso­
ende, a la necesidad de otorgar a estos negocios una categorización específica tros que los arrendamientos de obra con entrega de materiales que tengan por
dentro de las modalidades del aspecto material del hecho generador del impues­ objeto la construcción de inmuebles deben entenderse incluidas en la exonera­
to. Pero, a diferencia de sus antecedentes europeos, nuestro IVA incluye entre ción del IVA prevista para la enajenación de este último tipo de bienes, tempera­
las circulaciones de bienes sólo a los contratos de obra en los cuales el construc­ mento que no es compartido por la Administración (1 16).
tor suministra los materiales, m en cionando expresamente entre las prestacio­
nes de servicios a los contratos del mismo tipo en los cuales los materiales son
aportados por el comitente. Desde el punto de vista de los efectos económico­ 3. LAS PRESTACIONES DE SERVICIOS
sustantivos del negocio, nos parece claro que la solución de la ley uruguaya es 3.1 El concepto de prestación de servicios
preferible a la de la Segunda Directriz europea, puesto que, como lo señala Shaw,
la c�acterización de un contrato de obra como una enajenación se apoya en la En el punto 1.2 del presente capítulo mencionábamos que la solución con­
eqwparación de sus efectos con el caso en que se entrega un bien terminado, ceptualmente más aconsejable para definir a efectos del impuesto l as operacio­
nes gravadas distintas de las circulaciones o entregas de bienes consistía en su
delimitación mediante una fórmula de tipo residual negativo, solución cuyos be­
neficios determinan su adopción ampliamente mayoritaria por las leyes que re­
0 14) Véase al respecto, entre otros: Sánchez Fontáns, José; "El contrato de construcción" , gulan el impuesto en el mundo.
;o:no I, Fa:ultad de De:echo y Ciencias Sociales , Montevideo, 1953 , págs. 160 y ss. ; Gamarra,
o:-ge. ob. cit.,. Tomo 1 , pags. 266 y ss.; Aubry, C. y Rau, C. : ucours de Droit Civil Frani;ais", Tomo ( 116) Shaw, José Luis: "Impuesto al Valor Agregado ... ", cit. , págs. 48 a 50; Blanco, Andrés:
4. )[a_rchal. Billard et Cie. , París, 1871 , pág. 525.
"El IVA en las actividades de la construcción . . . ", cit., págs. 83 1 a 833.
\ 1 1 5) Derouin, Philippe , ob. cit. , págs. 29 y 30.

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