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TEMA 3  LA POSESIÓN.

1. INTRODUCCIÓN.
La posesión puede ser definida como el ejercicio de hecho de las facultades correspondientes a
un determinado derecho real, ejercicio del cual emana la apariencia de una autentica
titularidad. La ley presume que quien posee un derecho es el verdadero titular del mismo.

La posesión además contribuye a prevenir posibles conflictos relativos a la atribución de las


titularidades jurídico- reales, y en definitiva sirve para pacificar las relaciones sociales.

En primer lugar, la posesión genera una protección judicial sumaria a favor del poseedor. Este
efecto se deriva incluso de posesiones que no publican la titularidad de un derecho real, ya que
como lo dispuesto en el art. 446. CC, todo poseedor merece ser respetado en su posesión y
debe disponer de medios procesales para reaccionar frente a la perturbación o despojo
perpetrados por otro sujeto.

En segundo lugar, la posesión genera una legitimación, de la cual emanan efectos para quien la
ejerce, e incluso para terceros que confíen en la buena fe en que dicha posesión encierra una
autentica titularidad jurídico-real. Esta función legitimadora queda reservada solo para la
llamada “posesión en concepto de dueño”. Este tipo de poseedor esta legitimado para actuar
en el trafico y para que se le considere como titular, mientras no se demuestre lo contrario (art.
448 CC.).

En tercer lugar, la posesión continuada de un bien o derecho puede llegar a provocar que en el
tiempo el mero ejercicio del derecho devenga adquisición definitiva de la titularidad. Este
fenómeno es conocido como usucapión y la peculiaridad que tiene es que la adquisición
definitiva del derecho poseído acaba por determinarse mediante el mantenimiento en el
tiempo.

Por último, el fenómeno posesorio puede dar lugar a la ulterior atribución, es decir, una vez
finalizado el periodo de posesión, dé determinados frutos y compensaciones a favor de quien
fue poseedor.

2. SUJETO DE LA POSESIÓN.
Nuestro ordenamiento no establece ninguna capacidad respecto a la posibilidad de ser
poseedor, pues la posesión es una situación de hecho. La aptitud para ser poseedor se
encuentra conectada a la personalidad, de modo que cualquier persona, solo por ser persona,
tiene capacidad para poseer, tanto persona física como jurídica.

Es posible que la posesión de un bien o un derecho sea desempeñada por más de un sujeto 
coposesión: circunstancia en la que dos poseedores de la misma especie desempeñen
conjuntamente la posesión de un único bien. La coposesión se admite siempre que se entienda
que cada poseedor ostenta una cuota indivisa del bien o derecho, excluyendo que cada uno
pueda desarrollar simultáneamente una posesión plena sobre el conjunto.

En caso de disputa entre dos personas que se disputan la misma posesión:

 Si la posesión de uno ya ha desplazado a la del otro, a través de la acción de defensa


sumaria se favorecerá a quien ha sido despojado de su posesión.

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 Si en la actualidad la posesión viene ejerciéndose por dos poseedores que pretendan ser
y actúen ambos como titulares exclusivos del bien o derecho, será preferido aquel que
ostente una posesión más antigua.
En caso de similar antigüedad, será preferido el que presente título y si también fuesen
iguales, se constituirá la cosa en depósito o guarda judicial.

3. OBJETO DE LA POSESIÓN.
 POSESIÓN DE COSAS.
Tienen un doble sentido, material y jurídico, es decir, a de tratarse de cosas dotadas de
existencia actual y configuración corporal, por un lado, y de cosas que estén dentro del
comercio de los hombres por otro.

La posesión de bienes muebles por su naturaleza presenta mayor facilidad para el intercambio,
así como para su perdida y extravío. Por ello al poseedor de un bien mueble se le exige una
mayor diligencia de cara a la conservación del mismo, ya que en este campo son mayores las
limitaciones puestas a la acción reivindicatoria. Art. En los que se mencionan los bienes
muebles:

 461 CC  excluye la posibilidad de entender perdida la posesión de un mueble mientras


este se halle en poder del poseedor, por más que este ignore coyunturalmente su
paradero.
 464 CC  aparecen los poderosos efectos legitimadores que la posesión puede desatar
con relación a los terceros de buena fe.
 465 CC  posesión de animales. Los animales domesticados se equipararán a los
domésticos en cuanto conserven la costumbre de volver a casa de su poseedor
(consuetudo revertendi).

Bienes inmateriales.  parece que el carácter incorporal de estos bienes impide considerarlos
como eventual objeto de posesión. Las características propias de la posesión no son
trasladables a los bienes inmateriales, que sin embargo si son susceptibles de usurpación, pero
los remedios frente a este acto ilícito son ajenos a los mecanismos tradicionales (acción de
cesación…).

 POSESION DE DERECHOS.
Puede decirse que lo poseído son siempre derechos, y que cuando se habla de posesión de
cosas, en realidad a lo que se esta aludiendo es a la posesión del derecho de propiedad sobre
una cosa.

Normalmente cuando se usa la expresión “posesión de derechos”, se esta aludiendo a la


posesión de derechos reales distintos del de propiedad, o incluso a la posesión de derechos
personales. No todos los derechos reales diferentes del de propiedad son susceptibles de
posesión, solo los que impliquen alguna clase de relación de poder, incidencia o señorío del
hecho con respecto a una cosa.

Por lo que respecta a los derechos de crédito, aunque tengan como objeto la conducta de un
deudor, no cabe duda de que, como consecuencia de un derecho de esta índole, en particular
si es de tracto sucesivo, puede un sujeto desarrollar una relación fáctica de tenencia sobre una
cosa (ej: arrendamiento).

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4. CLASES DE POSESIÓN.
En la actualidad se tiende a agrupar la posesión en dos grandes categorías: aquella que permite
articular la tutela judicial sumaria en defensa del poseedor (posesión ad interdicta), y aquella
que además es apta para procurar la adquisición del derecho por vía de usucapión (posesión ad
usucapionem).

 POSESIÓN NATURAL Y POSESIÓN CIVIL.


La posesión natural consiste en la mera tenencia material de una cosa o derecho (corpus),
mientras que la civil consiste en esa tenencia o disfrute “unidos a la intención de haber la cosa
o derecho como suyos” (en ella el corpus se suma al animus posesorio).

 POSESIÓN EN CONCEPTO DE DUEÑO Y EN CONCEPTO DISTINTO DEL DE DUEÑO.


Poseedor en concepto de dueño es aquel cuyo comportamiento se ajusta a un estándar
dominical, en el sentido de que es apto para suscitar en los demás la convicción de que el
poseedor es realmente el dueño del objeto poseído. En caso contrario estaríamos ante un
poseedor en concepto distinto del de dueño, al que el Art. 432 CC define como aquel que
posee en concepto de “tenedor de la cosa o derecho para conservarlos o disfrutarlos,
perteneciendo el dominio a otra persona”.

Esta clasificación atiende a un criterio objetivo.

 POSESIÓN MEDIATA Y POSESIÓN INMEDIATA.


Quien recibe la cosa se convierte en su poseedor inmediato, y como tal se encontrará
protegido por la tutela judicial sumaria, si bien quien le puso en esa situación se dice que
conserva una posesión mediata. Sin embargo, pese a hallarse desprovisto del contacto físico
con la cosa, el poseedor mediato continua también siendo poseedor a todos los efectos, tanto
ad interdicta como ad usucapionem.

 POSESIÓN EN NOMBRE AJENO Y EN NOMBRE PROPIO.


EL POSEEDOR EN nombre ajeno es aquel que actúa en virtud de una relación jurídica de
mandato, apoderamiento o servicios respecto de otro y por consiguiente posee en calidad de
gestor, representante o instrumento de la posesión ajena. El poseedor en nombre propio es
quien posee por si y para sí, sin servirse de gestor, representante o dependiente. El
representante al ser mero instrumento al servicio de la posesión del dueño, no dispone de las
acciones de defensa judicial sumaria, las cuales siguen atribuidas a su principal.

 POSESIÓN DE BUENA Y MALA FE.


La buena o mala fe del poseedor es criterio decisivo para múltiples cuestiones:

 Establecer el régimen de adquisición de frutos de las cosas poseídas, junto con el abono
de los gastos.
 Aplicar un régimen abreviado o no de usucapión.
 Propiciar una adquisición a non domino del derecho poseído.

La buena fe del poseedor consiste en la convicción de haber adquirido sin irregularidades la


titularidad del derecho que esta ejerciendo.

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La buena fe a la que se refieren los artículos del CC hace aprecio al hecho de que debe
valorarse la diligencia puesta por el poseedor en la averiguación del dato que ignora (carece de
buena fe quien desconoce algo que hubiera podido saber desplegando una diligencia
estándar). El ordenamiento parte de una presunción iuris tantum de buena fe en el poseedor
de un bien o derecho (art. 434 CC). No es una simple suposición ingenua.

 POSESIÓN JUSTA Y POSESIÓN INJUSTA.


La razón de ser de esta clasificación estriba en la necesidad de averiguar en que medida puede
reputarse poseedor a quien, mediante actuaciones violentas o clandestinas, se apoderan de un
bien que venía siendo poseído por otro.

Conforme al art. 441 CC queda vedada la adquisición violenta de la posesión. Y el art. 444 CC
dice que no afectan a la posesión los actos violentos, los clandestinos y los meramente
tolerados. Por su parte en el art. 1941 CC se señala que la posesión ad usucapionem ha de ser
publica y pacífica. La posesión que va afectada por alguno de estos rasgos (violencia,
clandestinidad, mera tolerancia) merece el calificativo de injusta o viciosa. Por el contrario, la
posesión es justa cuando reúne el triple requisito de ser publica, pacifica y no estar basada en
la mera tolerancia del dueño.

Es publica la posesión cuando los actos de ejecución de la misma se efectúan abiertamente, a


ciencia y paciencia de terceros, dando lugar a que cualquiera pueda apercibirse de la existencia
de la misma.

El art. 460.4 CC nos dice que, pasado un año desde que alguien este ejerciendo una nueva
posesión, se pierde la posesión del antiguo poseedor, incluso aunque la nueva posesión se
haya adquirido contra su voluntad. Por lo tanto, se concluye que:

 La posesión violenta no es apta para usucapir.


 Durante el plazo de un año el despojo conserva la facultad de acudir a las acciones de
defensa sumaria de posesión.
 Transcurrido un año incluso quien entro en la posesión por medios violentos debe ser
considerado actual poseedor.

Por lo que respecta a los actos meramente tolerados, igualmente señala el art. 444 CC que no
afectan a la posesión. Se trata de actos de tenencia cuya realización es perfectamente conocida
y consentida por el dueño o poseedor legítimo. Otros preceptos hablan de actos ejecutados en
virtud de licencia  ad usucapionem (art. 1942 CC).

Como caso especial dentro de los actos posesorios ejercitados en virtud de licencia o
meramente tolerados, estaría el precario. Presenta el rasgo común de que el precarista disfruta
de la tenencia de un bien ajeno en merced a la liberalidad o aquiesencia del dueño.

El dueño es libre deponer fin al precario, pero para obtener la recuperación del corpus
posesorio de manos del precarista ha de seguir el conducto procesal adecuado, que no es otro
que la acción de desahucio (art. 250.1 LEC).

5. DINÁMICA DE LA POSESIÓN.
Dinámica de la posesión: el conjunto de reglas, hechos, actos y negocios que pueden dar
origen o que son relativos a la adquisición de la posesión, a su conservación, a su perdida y a su
recuperación.

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 ADQUISICION DE LA POSESION.
Podemos dividir los supuestos de adquisición en dos grandes grupos: en los que la adquisición
opera por medios que comportan actuaciones materiales (ocupación material) y los realizados
por vías o actos jurídicos o formalidades legales.

La ocupación material del bien constituye un medio de adquisición unilateral, que puede
revestir naturaleza licita o ilícita, dando lugar a una posesión viciosa en este ultimo caso (art.
460.4 CC). Otro modelo de adquisición basado en la aprehensión física es el traslado de la cosa
de manos del anterior poseedor al nuevo (carácter derivativo). Entre los modelos de
adquisición mediante actuaciones materiales, pero sin aprehensión física tenemos:

 El caso de la posesión de los bienes muebles que se hallen ubicados dentro de un


inmueble.
 Los supuestos de tradición simbólica, en que la puesta en posesión se entiende operada
por la entrega de un objeto que simboliza otro.
 El desplazamiento de ciertos tipos de animales tenidos en criaderos.

Los modos de adquisición que se derivan a partir de meras formalidades o de reglas legales
encontramos res casos:

 La adquisición llamada “posesión civilísima”, que es la que ope legis recibe el heredero
sobre los bienes hereditarios como consecuencia del acto de aceptación de la herencia
de su causante (art. 440 CC).
 E también están los casos traditio ficta en que se prescinde de la puesta en posesión,
incluso simbólica. Así sucede con la tradición instrumental, la consensual y la tradición
por entrega de títulos.
 Por ultimo restan las adquisiciones judiciales de la posesión, es decir, las producidas en
virtud de un mandato judicial.

 CONSERVACIÓN DE LA POSESIÓN.
La ley presume que una vez adquirida la posesión, esta continua existiendo a favor de quien la
adquirió. A partir del presupuesto de haber quedado acreditada una etapa anterior y otra
actual de posesión, se viene a asumir que el poseedor actual ha estado poseyendo sin
interrupción por todo el tiempo intermedio.

En segundo lugar, existe una presunción relativa de continuidad en cuanto al tipo o concepto
posesorio: se presume que la posesión se sigue ostentando en el mismo concepto en el que se
adquirió. Dicho concepto puede cambiar en virtud de actos o negocios que producen la
llamada inversión.

Pueden pasar dos cosas distintas: que quien poseía como no dueño adquiera por título
bastante la posesión como dueño, o que quien posee como dueño se desprenda de la
titularidad correspondiente, pero permanezca poseyendo como no dueño. El primer caso es
conocido como traditio brevi manu, se ilustra con el arrendatario que pasa a adquirir por
compraventa el bien que hasta entonces había tenido en arriendo. El segundo caso se llama
constitutum possesorium, y se da por ejemplo cuando el propietario de un bien lo enajena,
pero concierta simultáneamente sobre el un arrendamiento, pasando a poseerlo en calidad de
arrendatario.

 PÉRDIDA DE LA POSESIÓN.

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En principio podría pensarse que la posesión solo se pierde cuando desaparecen tanto el
corpus como el animus posesorio. Sin embargo, la ley contempla supuestos de perdida de la
posesión tanto voluntarios, en donde se pierden ambos elementos, como involuntarios, en los
que se pierde el corpus, pero no el animus.

Son dos los modos voluntarios de perdida de la posesión:

 El abandono de la cosa (art. 460.1 CC). La desposesión del bien va unida a la voluntad de
abandono.
 La cesión a otro sea gratuita u onerosa (art. 460.2 CC). El poseedor se desprende de la
cosa, pero no para abandonarla, sino para trasladar a otro su posesión.

Son también dos los modos involuntarios de perdida de la posesión:

 La destrucción o salida del comercio de la cosa poseída (art. 460.3 CC). El extravío no
equivale a perdida de la cosa, aunque puede comportar la perdida de la posesión si acaso
el bien extraviado es hallado por otra persona.
 Consiste en el ejercicio de la posesión por parte de otro durante mas de 1 año, aun contra
la voluntad del anterior poseedor (art. 460.4 CC).

 RECUPERACIÓN DE LA POSESIÓN.
Dice el art. 466 CC que quien recupera la posesión conforme a derecho, se entiende que ha
disfrutado la posesión sin interrupción para los efectos que pudieran serle beneficiosos
(usucapión).

II. DA PARTE (Ahora profundizaremos en el análisis de los distintos efectos que la


posesión puede generar.)

6. LA LIQUIDACIÓN DE ESTADOS POSESORIOS.


Criterio clave en toda esta materia es la de la buena o la mala fe del poseedor cesante. Los art.
451 a 458 CC contienen lo que podríamos considerar el régimen aplicable a los supuestos en
los que se produce la cesación de un sujeto en una situación posesoria a favor de otro, en el
entendimiento de que no estén sometidos a otras normas especiales, o para todo lo que no
este regulado por ellas.

 ATRIBUCIÓN DE FRUTOS.
El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos. Mientras que los frutos naturales e
industriales se entienden percibidos cuando se hallen alzados o separados, los frutos civiles se
perciben por días, hasta aquel en que se ponga fin a la posesión. En cuanto a los frutos que se
hallen pendientes en el momento de ponerse fin a la posesión, el art. 452 CC señala que quien
venza en la posesión tiene la facultad de elegir entre abonar al poseedor saliente los gastos
invertidos en la producción o permitirle que concluya el cultivo y la recolección como
indemnización.

El poseedor de mala fe no hace suyos los frutos, pues lo contrario significaría consagrar un
enriquecimiento sin causa a su favor. El art. 455 CC le obliga a restituir los frutos percibidos mas
los que hubiera podido percibir.

 RÉGIMEN DE GASTOS Y MEJORAS.

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Una mejora es el aumento de valor experimentado por la cosa poseída a resultas de una
inversión o actividad efectuada por aquel cuyo estado posesorio ha tocado a su fin. No siempre
que se hace un gasto ello determina una mejora, pues puede haberse destinado a colmar una
necesidad. Son los llamados gastos útiles, los que redundan en la obtención de mejoras,
aunque también se diga que los gastos de puro lujo dan lugar a mejoras con este carácter.
Aparte están las mejoras naturales.

El CC clasifica los gastos en 3 categorías y señala cual es el régimen aplicable a cada una de
ellas, diferenciando entre el poseedor de buena y mala fe.

 Gastos necesarios: son los que se consideran indispensables para la conservación de la


cosa poseída. Se abonan a todo poseedor, sea de buena o mala fe, ya que constituyen
desembolso que igualmente habría tenido que hacer el poseedor entrante.
 Gastos útiles: los que revierten en mejoras introducidas en la cosa por el poseedor. Se
trata de nuevas inversiones de capital, tales como plantaciones, obras de riesgo,
ampliación de edificios… Se abonan solo al poseedor de buena fe, puesto que para el de
mala fe esas inversiones constituyen por definición un riesgo conscientemente asumido.
 Gastos suntuarios o de puro lujo: sin contribuir a incrementar la capacidad de
rendimiento del bien, sirven para lograr su embellecimiento o para perfeccionar su
configuración externa. No se abonan a ningún poseedor ni de buena ni de mala fe, dado
que no son gastos precisos ni tampoco redundan en una utilidad del bien.

 RESPONSABILIDAD POR PÉRDIDA O DETERIORO DE LA COSA.


El poseedor vencido en la posesión puede ser hecho responsable por los daños, y en su caso
por la destrucción que el bien poseído haya sufrido durante el periodo en el que se hallaba
bajo su poder. Si el poseedor lo ha sido de mala fe, se le hace responder por los daños debidos
tanto a dolo como negligencia, e incluso de los provenientes de fuerza mayor si acaso hubiera
retrasado la entrega de la cosa maliciosamente. Al poseedor de buena fe solo se responsabiliza
de los daños causados con dolo, esto es, deliberadamente.

7. LA TUTELA JUDICIAL SUMARIA DE LA POSESIÓN.


El ordenamiento dispone una protección judicial sumaria a favor del poseedor. Este efecto se
deriva incluso de posesiones que no sean en concepto de dueño, pues el art. 446 CC no
distingue cuando afirma que todo poseedor merece ser respetado en su posesión y debe
disponer, por el mero hecho de ostentar la posesión, de medios procesales para reaccionar
frente a la perturbación o despojo perpetrados por otro sujeto.

El fundamento de estas acciones judiciales de tutela sumaria de la posesión se halla en el


intento de proscribir la autodefensa, esto es, que el poseedor atacado trate de defender su
posesión acudiendo a vías de hecho. Quien sufre un despojo ha de reclamar la pertinente
tutela judicial.

La tutela judicial sumaria puede servir para canalizar dos distintas pretensiones: por un lado,
para retener la posesión, o bien para recobrar la posesión cuando el poseedor ya haya sido
despojado contra su voluntad de la tenencia de la cosa.

La protección judicial sumaria de la posesión se condiciona a que el poseedor acredite el


siempre hecho de que venía previamente poseyendo el bien de que se trate. Lo que dirime en

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estas acciones no es por consiguiente el derecho a poseer (ius possidendi) sino el mero
derecho a seguir poseyendo, o derecho a ser mantenido en la posesión (ius possessionis). Las
acciones de tutela judicial sumaria tienen marcado un plazo de prescripción de un año. Dicho
plazo, es coherente con la norma que indica que transcurrido un año desde que el poseedor
haya sido privado de ella aun contra su voluntad, la posesión se pierde para el anterior
poseedor.

8. LA FUNCIÓN LEGITIMADORA DE LA POSESIÓN. (ART. 448 CC).


La posesión es un fenómeno no solo susceptible de engendrar unas posibilidades de defensa
provisional, sino también generador de una apariencia legitimadora.

Un primer efecto positivo de esta función legitimadora de la posesión es que evita que el
tráfico de bienes sea demasiado difícil, al librar a los poseedores (en concepto de dueño) de las
pruebas relativas a los títulos necesarios para ostentar los derechos. Otra consecuencia es que
en ocasiones el ordenamiento, ante la falta de correspondencia entre apariencia y realidad, se
decanta no obstante por la protección de apariencia, y en definitiva de la confianza
razonablemente depositada en ella. Esto último puede suceder mediante la usucapión, la cual
con base en una situación posesoria continuada en el tiempo permite subsanar el ineficaz
título de adquisición del poseedor.

En el art. 448 CC, conforme al cual el poseedor en concepto de dueño tiene a su favor la
presunción legal de que posee junto con justo titulo y no se le puede obligar a exhibirlo.

La palabra TITULO admite en el contexto de este artículo diversos significados posibles. Titulo
puede ser interpretado en sentido formal, para significar el documento en que se haya
plasmado el negocio jurídico adquisitivo. En segundo lugar cabe acogerse a una acepción
material de titulo, conforme a la cual el art. 448 CC estaría aludiendo al negocio jurídico
situado en la base de la adquisición, que se presumirá justo, valido y verdadero. aun así,
probablemente sea mejor la tercera opción, en virtud de la cual lo que presume el art. 448 es
la titularidad actual del derecho que se esta poseyendo, lo cual implica dar por buena la
eficacia del negocio jurídico situado en base de adquisición, aspecto éste relacionado con la
titularidad y poder de disposición del transmitente.

El art. 448 contiene una regla de asignación de la carga de la prueba en sede de acción
reivindicatoria, según la cual el poseedor demandado en este tipo de acción nada tiene que
probar mientras el demandante por su parte nada haya probado.

9. EFECTOS ESPECIALES DE LA POSESIÓN DE BIENES MUEBLES. (464 CC)


La regla del art. 464 CC  la posesión de los bienes muebles adquirida de buena fe, equivale al
título.

Para la concreta comprensión de la problemática de este artículo es necesario tener presente


el funcionamiento de la usucapión, pues la adquisición a non domino que se puede propiciar
con base en el art. 464 CC, comparte con la usucapión presupuestos de partida y resultados.

Requisitos de aplicación del art. 464:

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 Que el poseedor de referencia este desempeñando una posesión de buena fe.
 Que esa posesión se proyecte sobre algún bien de naturaleza mobiliaria.
 Que ha de tratarse de una posesión en concepto de dueño (art. 447 CC).

El artículo habla de una equivalencia a título, es decir, se trata de una presunción iuris et de
iure, lo que quiere decir que frente al poseedor de una cosa mueble adquirida de buena fe, el
reivindicante deberá probar que el demandado no es poseedor en concepto de dueño, o que
no es de buena fe, o que la cosa no tiene naturaleza mueble.

La regla del art. 464.1 CC no es muy clara y las principales dudas que se tienen al interpretarla
tiene que ver con el sentido que se le de al concepto de “título” y a la expresión de “privación
ilegal”. Para esto se desarrollan tres tesis.

 TESIS ROMANISTA.
Defendida por autores y jurisprudencia no muy recientes, recibe esta denominación porque en
derecho Romano solo por usucapión se podía adquirir a partir de un no dueño. Conforme a
esta tesis el título al que hace referencia el artículo es el título hábil para usucapir. El poseedor
no consolida su derecho hasta tanto no haya transcurrido el tiempo necesario para la
usucapión, que con carácter ordinario son 3 años (art. 1955 CC). La equivalencia del art. 464
estaría hecha en la suposición de que ha transcurrido el tiempo fijado para la usucapión
ordinaria de muebles. En consonancia con ello mantienen un concepto lato de privación legal,
no limitado a los casos de robo o hurto.

 TESIS GERMANISTA.
Se apoyan en ella la jurisprudencia mayoritaria y mas reciente y esta inspirada en ciertas
instituciones de tradición germánica. En el sistema germánico, la posesión en concepto de
dueño que haya suscitado una confianza razonable en los terceros puede ser suficiente para
consagrar una adquisición instantánea. Quien adquiere en las condiciones adscritas por el art.
464 CC deviene inmediatamente dueño de la cosa poseída. Es decir, para ellos título es tanto
como titularidad, y por consiguiente sí creen que pueda consumarse una adquisición a non
domino en tales circunstancias.

La acción reivindicatoria frente al poseedor solo podrá prosperar en los casos de privación
ilegal, expresión que estos autores y jurisprudencia interpretan stricto sensu, como equivalente
a hurto o robo.

 TESIS INTERMEDIA O DE REIVINDICACIÓN MOBILIARIA.


Sostenida por autores como Picazo así como por algunos fallos jurisprudenciales, se denomina
así porque lo que vienen a decir unos y otros es que el art. 464 no trata de resolver un
problema de atribución de la propiedad, sino de prueba del dominio en sede de acción
reivindicatoria. Que no se trata de averiguar si un propietario puede reivindicar, sino antes que
nada saber quien es el propietario, si el reivindicante o el poseedor demandado. Y para ello lo
que hace el art. 464 CC es facilitar la prueba del título al poseedor, presumiendo que cuenta
con el solo con que venga desarrollando una posesión de buena fe.

10. REIVINDICACIÓN DE COSAS ADQUIRIDAS EN SUBASTA PÚBLICA,


EMPEÑDAS EN MONTES DE PIEDAD Y COMPRADAS EN BOLSA, FERIAS,
TIENDAS O MERCADOS.

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El art. 446 contempla otros supuestos de adquisición de bienes muebles por tercero de buena
fe, cuya especialidad radica en los procedimientos o establecimientos donde ese tercero
efectúa su adquisición.

Dicho artículo se refiere al caso en que una adquisición de una cosa mueble perdida o sustraída
se haya practicado en subasta pública. Lo que añade la regla del art. 464.2 CC es que el
adquiriente que vea prosperar contra él la acción reivindicatoria del verdadero propietario,
tendrá frente a este un derecho de reembolso del precio que pago por el bien en la subasta.

El art. 464.5 relativo a las adquisiciones de bienes muebles de buena fe efectuadas en bolsa,
ferias, tiendas o mercados, se remite a lo dispuesto en el art. 85 del Código de comercio. La
protección a la confianza depositada en la apariencia es total, pues el precepto impide la
reivindicación por mucho que el verus dominus hubiera sido víctima de una privación ilegal. Se
consagra así una adquisición a non domino a favor de quien adquiere en esas circunstancias.

11. LA USUCAPIÓN.
 CONSIDERACIÓNES GENERALES.
El termino usucapión es empleado a nivel doctrinal y jurisprudencial, mientras el CC se decanta
por el equivalente de prescripción. La prescripción puede ser extintiva de los derechos o
acciones, tanto reales como personales, o bien adquisitivas de dominio y demás derechos
reales. El tipo de prescripción que nos interesa ahora es el que puede dar lugar a consumar o
consolidar la adquisición de la propiedad y demás derechos reales.

La prescripción adquisitiva o usucapión consiste en la adquisición del dominio u otro derecho


real susceptible de posesión, merced al mantenimiento de una situación posesoria en
concepto de dueño durante un determinado plazo de tiempo, y de acuerdo con el resto de
condiciones fijadas por la ley. El usucapiente es un poseedor que viene comportándose como
propietario o titular de algún derecho real limitado. Así pues, la prolongación en el tiempo de
una situación de hecho, puede acabar convirtiéndose, si no lo era, en una situación de
derecho.

La usucapión es un modo originario de adquisición de la propiedad y demás derechos reales,


ya que si estos se adquieren por usucapión es precisamente porque no se habían adquirido
derivativamente, mediante tradición, sino a partir de un non domino, quien lógicamente no
podía transferir a otro el derecho del que no era titular.

El fundamento de la usucapión hay que hallarlo en un intento de protección de la seguridad del


tráfico.

las acciones reales a diferencia de las personales exigen para su extinción que un determinado
sujeto despliegue una conducta que entre en contradicción con el derecho del dueño o titular
del derecho real que sea. Unido a la falta de reacción por parte del titular, puede acarrear no
solo la prescripción extintiva, sino paralelamente la prescripción adquisitiva de ese derecho a
favor del usucapiente. En las acciones personales, esta estructuralmente acotado el espectro
de sujetos (acreedor y deudor) cuyo comportamiento, es decir la falta de ejercicio del derecho,
no reconocimiento del mismo, resultan relevantes.

La usucapión, al menos con carácter ordinario, sirve para purgar un defecto de titularidad en e
transmitente del que se trae causa, no para subsanar otra clase de vicios o problemas de
ineficacia del título.

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 CLASES DE USUCAPIÓN.
La clasificación mas importante es la que distingue entre usucapión ordinaria y extraordinaria.

Usucapión ordinaria Usucapión extraordinaria


Se valora la confianza puesta por el Se pone el énfasis en la propia apariencia
usucapiente en una situación posesoria legitimadora emanada de la posesión
anterior. desarrollada por el uscapiente.
Exige que la posesión se desempeñe con Solo requiere el desempeño de esa clase de
buena fe y se apoye en un justo titulo de posesión, sin necesidad de buena fe ni justo
adquisición. título.
En el caso de los plazos son más cortos.
Ambas se fundamentan en una posesión en concepto de dueño, que además ha de ser
publica, pacifica y no interrumpida.

Una segunda clasificación es la que distingue usucapión mobiliaria e inmobiliaria (la sts 18.10,
considera usucapión inmobiliaria la de las acciones de una sociedad cuyo único patrimonio
consistía en un bien inmueble) según la naturaleza del objeto sobre el que se proyecta el
derecho poseído. La consecuencia mas importante estriba en la diversidad de plazos, menores
en la usucapión de muebles que de inmuebles.

La última clasificación es la que diferencia entre usucapión de derecho de propiedad y


usucapión de otros derechos reales.

 SUJETOS DE LA USUCAPIÓN.
Desde el punto de vista del sujeto usucapiente y su capacidad, atendiendo al art. 1931 CC, es
dudoso si el precepto se esta refiriendo a la capacidad jurídica para ser titular del derecho
usucapido o a la capacidad de obrar necesaria para realizar el acto de adquisición.

La incapacidad para realizar por si mismo el acto o negocio de la adquisición no debe hacer
inviable la usucapión del derecho por el menor o incapacitado (cosa distinta es que para hacer
valer la usucapión el menor o incapacitado necesite de la asistencia de sus representantes
legales). Si nos fijamos el vicio de la anulabilidad solo puede ser invocado en esos casos por el
propio incapaz cuando haya dejado de serlo, o por su representante mientras dure la
incapacidad. Si la acción de anulabilidad esta configurada como un beneficio para el incapaz no
tiene sentido perjudicarle impidiendo que alegue usucapión a causa de que su incapacidad
hubiera viciado el negocio de base. Nada de esto se plantea en la usucapión extraordinaria, la
cual ni siquiera es preciso que se fundamente en un título.

Desde el punto de vista del verus dominus a quien la usucapión perjudica, el art. 1932 CC dice
que la usucapión se produce cualquiera que sea la índole o estado civil de dicho sujeto. Por
tanto, la prescripción adquisitiva se consuma frente a quienes tengan limitada su capacidad de
obrar o quienes por cualquier causa estuviesen impedidos de actuar, tanto si tienen
representantes legales como si no, sean personas físicas o jurídicas.

En caso de que la titularidad del derecho se halle compartida por una pluralidad de sujetos, la
prescripción ganada por un copropietario aprovecha a los demás. Basta con que uno de los
cotitulares haya desarrollado la posesión ad usucapionem para que la cosa se entienda
usucapida en beneficio de todos y cualquiera de ellos pueda alegar la usucapión frente al
verdadero dueño.

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 OBJETO DE LA USUCAPIÓN.
El CC se refiere en varios artículos (609, 1930, 1940, 1949, 1951, 1952) a la prescripción
adquisitiva como un mecanismo que puede operar tanto respecto de la propiedad como de los
demás derechos reales. En ocasiones la ley admite explícitamente la susceptibilidad de
derechos reales limitados de ser admitidos por usucapión. Es el caso del usufructo (su
usucapión esta contemplada en el art. 468 CC) y la servidumbre (art. 537 y 538 CC). La
posibilidad de ganar por usucapión los derechos de uso y habitación estaría admitida
implícitamente en el art. 528 CC.

Mención aparte merece el derecho de hipoteca, cuya publicidad descansa en la constancia del
mismo en el registro de la Propiedad. La falta de titularidad del hipotecante podrá ser
subsanada a lo sumo mediante el instrumental que facilita la Ley Hipotecaria, pero no hay
actos posesorios que el acreedor hipotecario pueda hacer sobre la finca hipotecada. Lo que si
prescribe, pero con carácter extintivo, es la acción hipotecaria, lo que redundara en una
usucapio libertatis a favor del dueño de la finca.

La usucapión de derechos personales tampoco es viable, pues fallaría un requisito básico de la


usucapión, puesto que la posesión ha de ser desarrollada en concepto de dueño. La disposición
de un derecho de esta índole por quien carece de poder bastante para transmitirlo, coloca al
adquiriente en disposición de reclamar la correspondiente responsabilidad frente a su
contraparte contractual.

Por último, hay que hablar de la llamada usucapio libertatis, o usucapión liberatoria: es aquella
que permite liberar una finca propia de gravámenes o cargas de titularidad ajena, poseyendo la
finca durante el tiempo preciso de tal forma que se genere la apariencia de que está exenta de
gravámenes y cargas.

 REQUISITOS COMUNES A TODA USUCAPIÓN.


De los art. 1941 y 1959 CC se deduce que existen ciertos presupuestos generales, que son
aplicables a toda clase de usucapión, mientras que otros solo se exigen para la ordinaria. Esos
requisitos generales son:

 La posesión, que tiene que ser una posesión hábil para usucapir.
 También el transcurso de un plazo de tiempo que la ley fija.

Centrándonos en el análisis de esa posesión, cuyo ejercicio es requisito ineludible para que un
sujeto pueda consumar cualquier tipo de usucapión. Tiene que tratarse de la posesión de un
derecho susceptible de usucapión y que reúna los requisitos exigidos por el art. 1941 CC:

o El concepto de dueño (art. 447 CC): ha de atenderse en primer lugar a si el titulo


determinante de esa posesión era o no bastante para haber procurado en abstracto la
transmisión del derecho de que se trate (solo sirve para la usucapión ordinaria).
En segundo lugar, debe prestarse atención al modo de ejercicio de la posesión y a si se
ejecutan o no las facultades propias del derecho que se pretende usucapir. Ha de haber
actos inequívocos de ejercicio del derecho, no siendo suficiente el mero animus
domini. De nada sirve la posesión de un derecho no susceptible de usucapión, así
como los actos ejecutados por mera tolerancia.

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o La publicidad: resulta preciso que la posesión del usucapiente pueda llegar a ser
conocida por aquel a quien puede perjudicar. Debe ser publico tanto el hecho
posesorio en si como el concepto en el que se posee.
o Posesión pacifica: una posesión violentamente adquirida solo vale para usucapir a
partir del instante en que deja de presentar ese carácter. El transcurso de un año del
que habla el art. 460.4 CC nada importa a efectos de usucapión.
o Continuidad: interesa tener en consideración las dos reglas tendentes a facilitar esa
continuidad posesoria del art. 1960 CC. La continuidad se ve truncada cuando por
algún motivo la posesión sufre una interrupción. En principio hay dos vías para la
interrupción de la usucapión, la natural y la civil (art. 1943 CC).
 Interrupción natural. Se produce cuando por cualquier causa se cesa en ella
durante mas de un año (art. 1944 CC).
 Interrupción civil. La interrupción tiene lugar mediante la citación judicial hecha al
poseedor (art. 1945 CC). No es suficiente con un acto de parte (reclamación
extrajudicial o presentación de la demanda), sino que es preciso un acto del juez.

* Debe añadirse que en rigor hay una tercera forma de producirse la interrupción de
la posesión: que se produzca algún acto de reconocimiento (expreso o tácito) del
derecho del dueño por parte del poseedor (art. 1948 CC). Lo que sucede es que en tal
caso el poseedor en cuestión habrá dejado de ser un poseedor en concepto de
dueño.

 REQUISITOS ESPECIFICOS PARA LA USUCAPIÓN ORDINARIA.


La usucapión ordinaria esta sometida consecuentemente a algunos requisitos adicionales (art.
1955.2 y 1959 CC). Esos requisitos adicionales son el justo titulo y la buena fe, explicados
ambos en el art. 1957 CC para la usucapión de inmuebles, y mencionando solo el segundo de
ellos en el art. 1955 CC para los muebles.

La usucapión ordinaria, por tanto, debe estar basada en un título o negocio de adquisición. El
título del usucapiente puede ser originario: si el acto de adquisición ha sido la mera ocupación,
esta puede ser título para provocar una usucapión ordinaria si acaso el ocupante considero de
buena fe que la cosa ocupada era abandonada y carecía de dueño.

El titulo hábil para la usucapión ordinaria debe reunir 3 características:

o Título justo: se entiende aquel que habrá bastado en hipótesis para transferir el
dominio o derecho de que se trate (art.1952 CC). Ejemplos: compraventa, la donación…
no pueden ser el depósito, el comodato o el arrendamiento. Dice el art. 1954 CC que a
efectos de la usucapión el justo título debe probarse y no se presume.
o Título verdadero (art. 1953 CC): es el que esta dotado de existencia objetiva, y no es
simulado. Igualmente es inhábil para usucapir el titulo que se apoya en una creencia
errónea de que existe. Y es que la buena fe del poseedor no va referida a la existencia o
no del titulo en si, sino a la aptitud del mismo para transmitir la propiedad a causa de
tener el transmitente suficiente titularidad y poder de disposición sobre el bien o
derecho.
o Válido (art. 1953 CC): implica que debe estar exento de vicios o defectos en sus
elementos esenciales el título (consentimiento, objeto, causa y en su caso forma).

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* La usucapión no subsana el defecto de anulabilidad o la causa de rescisión sino solo el
de la falta de titularidad del transmitente.

Junto con el requisito de título (elemento objetivo) es necesario para la usucapión ordinaria
que el usucapiente sea de buena fe (elemento subjetivo). La buena fe consiste en la creencia
por parte del usucapiente de que la persona de la quien recibió el derecho era el titular del
mismo y podía transmitirlo (art. 1950 CC).

* Recuérdese que la buena fe se presume, de modo que tendrá que ser el perjudicado por la
usucapión quien pruebe que el usucapiente carece de ella.

 PLAZOS DE LA USUCAPIÓN.
Los plazos para la usucapión de muebles quedan fijados en tres años para la ordinaria y seis
para la extraordinaria (art. 1955 CC).

Para los bienes inmuebles, los plazos están cifrados en 10 o 20 años para la usucapión ordinaria
y 30 años para la extraordinaria. La oscilación del plazo en la ordinaria depende de si la
posesión ad usucapionem se ha desarrollado entre presentes o entre ausentes (se considera
ausente al que reside en el extranjero o en ultramar). Si se produjo entre presentes el plazo
será de 10 años y el de 20 años si tuvo lugar entre personas ausentes.

* Si el sujeto estuvo parte del tiempo presente y parte ausente, cada 2 años de ausencia
equivalen a 1 año de presencia. La ausencia inferior a un año continuo se contará como
presencia.

A los efectos de la usucapión extraordinaria no se distingue entre presentes y ausentes.

 EFECTOS DE LA USUCAPIÓN.
Al igual que la prescripción extintiva, la prescripción adquisitiva, para que produzca efectos en
el orden jurídico, tiene que ser invocada por aquel a quien favorece. Los efectos de la
usucapión quedan a disposición del beneficiado con ella. Por consiguiente, el juez no puede
apreciar la usucapión de oficio. Por regla general, es evidente que la usucapión opera por vía
de excepción, a modo de defensa del demandado frente a la acción reivindicatoria del
demandante.

Los efectos de la usucapión son retroactivos, lo que significa que una vez consumada se
entiende que el favorecido con ella adquirió la cosa o derecho en cuestión desde el momento
en que comenzó la posesión ad usucapionesm.

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