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El siguiente trabajo el cual consiste en elegir un periodo y desarrollarlo, relacionando

con los otros. El periodo escogido, es el Peronismo, ya que considero importante las
modificaciones que se fueron efectuando, con respecto a la educación pública.

En los aspectos educativos, el Peronismo introdujo varios cambios, los cuales


mejoraron la calidad de la educación pública. Hubo una notable expansión de la
matrícula en todos los niveles, se mejoraron los salarios de los docentes, se
construyeron y equiparon numerosos edificios escolares.

En la modalidad de enseñanza técnica, se creó la Comisión Nacional de Aprendizaje


y Orientación Profesional, se organizaron escuelas- fábrica, escuelas de aprendizaje,
escuelas de capacitación obrera. Este primer nivel se continuaba con un segundo ciclo
técnico de cuatro años de duración y culminaba en la Universidad Obrera (creada por
ley 13229, en 1948).

El mejoramiento de las condiciones laborales y de los salarios de los docentes de


instituciones privadas fue acompañado del subsidio estatal a la enseñanza privada (ley
13047, en 1948), cuyo principal beneficiario fue la Iglesia Católica.

Durante el gobierno peronista, se desarrolló una intensa actividad de educación del


ciudadano, que consistía en crear un nuevo perfil del habitante, a través de acciones
escolarizadas como no- escolarizadas. Este nuevo perfil de ciudadano era
básicamente una demanda del nuevo régimen político, que exigía una diferente
cualificación y formación de los sujetos.

Para Perón la función del líder era tanto política como pedagógica ya que la
educación era condición para poder ejercer una conducción política moderna. Cuanto
más educado estaba un pueblo, este se podía conducir con más facilidad,
sobreentendiéndose en este caso que la mayoría se viera identificada con el líder y
sus intereses atendidos por el proyecto de éste.

Para poder construir un modelo político duradero había que educar (formar,
capacitar, instruir, adiestrar) a los sectores que iban a ser conducidos, por lo tanto, se
necesitaba un aumento general del nivel de cualificación de la sociedad.

Esta educación del ciudadano fue instrumentalizada a través de una trama compleja
y cruzada de operaciones en el aparato escolar estatal y de acciones educativas no-
escolarizadas, como las colonias de veraneo, torneos infantiles y juveniles,
movilizaciones, celebraciones políticas y por supuesto, a través de la palabra y de las
prácticas del propio Perón.

El Peronismo también intervino en el aparato escolar formal a través de cambios en


los contenidos curriculares, en la introducción de nuevos símbolos y ceremonias, en la
utilización de nuevos libros de texto y creando o reforzando nuevas modalidades
educativas (desarrollo de la enseñanza técnica, fundación de la Universidad Obrera,
escuelas sindicales), cuando las instituciones oficiales ofrecían resistencia a los
valores de la educación ciudadana peronista.

La expansión e importancia de la enseñanza técnica y ocupacional durante el


gobierno peronista se debió a que los factores económicos que la impulsaban
(crecimiento industrial) estaban acompañados por otros de índole social y política, que
la convirtieron en opción viable para una porción de la sociedad.

Había una atmósfera de nueva valoración social del trabajo manual y de los
trabajadores. La descalificación de las antiguas clases dirigentes, la llamada
oligarquía, conllevaba una descalificación de las imágenes y los valores asociados a
ella como las ideas de explotación, injusticia, despilfarro, ocio ostentoso. Desde el
gobierno se criticaban esos comportamientos y modelos sociales, se valorizaban
positivamente las conductas e imágenes del trabajo productivo y el esfuerzo personal.

Para los sectores populares y medios, la enseñanza técnica era ahora una elección
válida por la nueva consideración social del trabajo, por la efectiva promoción social de
los trabajadores manuales y de los egresados técnicos. Por otra parte, desde el punto
de vista del gobierno peronista, la formación de técnicos y mano de obra calificada era
necesaria para el crecimiento económico que se impulsaba.

El ciclo secundario tradicional y la universidad eran focos desde donde resistía el


conjunto de la oposición política y las antiguas clases dirigentes, estas instituciones
fueron relativamente impermeables a las modalidades de penetración política
peronista. Por eso se dió la creación de las escuelas-fábrica, las misiones
pedagógicas de formación ocupacional, la expansión de la enseñanza técnica a nivel
medio y la creación de la Universidad Obrera (donde era requisito ser obrero para
ingresar) estas cumplieron una doble función política y económica para el gobierno.

La expansión que experimentó la matrícula escolar durante el período peronista, fue


plausible por el aumento de los salarios reales, el nivel de vida de los sectores
populares y por el importante nivel de inversión en educación que mantuvo el
gobierno. Muchos edificios escolares fueron construidos, y otros ya existentes fueron
refaccionados y equipados. También se proveyó de útiles escolares, libros de texto y
ropas a los alumnos más carenciados.

Se impulsó el proyecto de clubes escolares, o sea, la utilización de edificios y del


equipamiento escolar, por la comunidad, para actividades comunitarias o individuales
de promoción social y cultural, hasta para actividades familiares (lugar de festejo de
los cumpleaños de los niños). Se crearon hogares infantiles para el cuidado y
educación de los huérfanos, se promovió el deporte, la educación física, el cuidado del
cuerpo y de la salud.

En cuanto a la religión, el Peronismo consideró importante la enseñanza religiosa


obligatoria en los tres niveles de la educación pública. Se creía que la misma era
precisa para poder dar acceso a una determinada formación ética y moral del
ciudadano, la interiorización de ciertos valores, la formación de ciertos hábitos y
conductas.

A fines de 1954, las relaciones entre Perón y la Iglesia Católica habían entrado ya en
un terreno peligroso, cuando se dió a conocer una pastoral para ser leída en las
parroquias el 5 de diciembre, que incluía una advertencia significativa que consistía en
que ningún sacerdote puede ni debe formar parte en las luchas de los partidos
políticos sin comprometer su investidura y a la misma Iglesia; en el caso de defensa de
los principios fundamentales de la doctrina católica, no se trataría de oposición política,
sino de defensa del altar.

Es así que Perón al leer dicha pastoral concluyó que significaba una incitación a la
guerra y respondió con un golpe contundente a la supresión de la enseñanza religiosa
en los colegios estatales, provocando así un quiebre entre iglesia católica y el Estado.
Así la Iglesia se veía privada de su conquista más importante obtenida en 1943 y
legalizada a través del Parlamento en 1947.

El 11 de mayo de 1955 el Senado derogó la enseñanza religiosa y el día 13 del


mismo mes, la Cámara de Diputados convirtió en ley la supresión de la Ley 12978 de
Enseñanza Religiosa.

A esa medida siguieron otras más graves aún, pues la Cámara de Diputados
comenzó a tratar algunos proyectos presentados por el bloque peronista con el
propósito de fastidiar a la Iglesia, en cuanto a la equiparación de los hijos legítimos e
ilegítimos, el divorcio y la separación de la Iglesia del Estado.

En cuanto a la educación, en el periodo de la Generación del '80, se dio la expansión


de la educación pública gratuita, laica, obligatoria y de calidad y se construyeron varios
edificios escolares. Esto se puede ver en relación al Peronismo, ya que el mismo
impulsó la creación de edificios escolares y la expansión de la matricula escolar.
Haciendo hincapié en la escolarización, se pueden denotar diferencias muy
contundentes en cuanto a la educación popular difundida por Sarmiento, quien
consideraba que la educación no se dirigía a los sujetos sociales y políticos populares
sino que sólo apuntaba a la clase social alta quienes tenían real acceso al saber. En
relación al Peronismo, se observa que en contrapartida con Sarmiento, se interesaban
por capacitar a la clase obrera, para luego ser insertados en el campo laboral.

Asimismo, durante el Peronismo, se implementaron varios cambios fundamentales


en la educación pública, los cuales consistían en la mejora de los salarios docentes, el
capacitar a los alumnos para poder ser considerados personas cultas, con un
pensamiento crítico, el brindar útiles y ropa a los niños más carenciados. En relación a
la Generación del '80, se puede notar que ocurría todo lo contrario a lo anteriormente
mencionado, ya que se había implementado la teoría del palo de amasar en los
aborígenes y como una de las consecuencias de tal estrategia, se esperaba haber
obtenido una población tabula rasa, sobre la cual imprimir las letras de la civilización.

Para llevar a cabo dicha tarea, se importaba al educador. Las maestras


norteamericanas que trajo Sarmiento, progresistas, protestantes y mucho más
democráticas que la mayoría de los educadores argentinos de la época, fueron
colocadas en el lugar sin regreso del conquistador de conciencias. La tarea que se les
encargó, fue la de usar la instrucción pública como palo de amasar capaz de arrollar
las culturas de los nativos e inmigrantes.

El sistema educativo propuesto por Sarmiento, requería para su realización la activa


participación de los sujetos que él mismo había contribuido eliminar siendo estos
sectores como los aborígenes y los criollos, y que al no incluirlos se produjo el
posterior fracaso de la educación popular. Sin embargo, en relación al Peronismo, la
educación pública era valorada por la clase obrera debido a que estos podían
capacitarse y así poder obtener de esta manera, un mejor nivel de vida.

En el periodo de Ataque a la Escuela Pública, se encuentra una discrepancia con


respecto al Peronismo, debido a que en la segunda posición político-pedagógica,
denominada modernización excluyente, se hace presente uno de sus elementos más
destacados, la crisis del SIPCE: el Estado Nacional fue redefiniendo su espacio en el
terreno educativo, dejando algunas de sus antiguas funciones en manos de otros
funcionarios y a su vez, desatendió paulatinamente el servicio educativo y la
administración de las escuelas, y además fueron tomando cada vez más peso otros
dos agentes siendo estos, los estados provinciales y el sector privado. Se produce una
controversia en relación al Peronismo, ya que el sostenimiento de la educación pública
siempre estuvo relegada en manos del Estado Nacional y no destinó ninguna de sus
funciones a otros agentes, ya que, en este periodo, la instrucción pública era
considerada precisa y valiosa.

La enseñanza privada fue creciendo durante el periodo de Ataque a la Escuela


Pública y así pudo obtener un espacio dentro del sistema educativo. Luego del
derrocamiento del Peronismo, la Iglesia Católica tomó cada vez más fuerza, es así que
un grupo de católicos liberales, impulsaron la ampliación de un sistema de educación
con fuerte autonomía respecto del Estado, pero con un sostenimiento económico,
parcial o total llamado subsidiarismo. En cuanto a la religión en relación al Peronismo,
nos encontramos con una diferencia ante lo inicialmente planteado, debido a que a
fines del año 1954, las relaciones entre Perón y la Iglesia Católica comenzaron a
desmoronarse y en 1955 el Senado convirtió en ley la supresión de la Ley 12978 de
Enseñanza Religiosa en las instituciones públicas.

La modernización excluyente lanzó una impresionante campaña de desperonización


de la sociedad argentina que abarcó prohibiciones y cesantías, quema de libros y
fusilamientos. La educación dejó de ser considerada un gasto social necesario
destinado a la formación de ciudadanos, para ser entendida como una inversión a
largo plazo a fin de lograr el desarrollo de las sociedades. En relación al Peronismo, se
puede ver que sucede algo similar ya que el objetivo alcanzado por la expansión de la
matrícula escolar fue plausible por el aumento de los salarios reales, el nivel de vida
de los sectores populares y por el importante nivel de inversión en educación que
mantuvo el gobierno. Muchos edificios escolares fueron construidos, otros ya
existentes refaccionados y equipados, también se proveyó de útiles escolares, libros
de texto y ropas a los alumnos más carenciados.

En la tercera posición político -pedagógica, denominada modernización incluyente,


del periodo de Ataque a la Escuela Pública, surge el reconocimiento por parte de los
docentes de su condición de trabajadores, lo que dio lugar a la sindicalización y la
lucha por conquistas sociales, en este caso, se presenta una similitud con el
Peronismo, ya que se retoma nuevamente la valorización del trabajo docente como
educador. El movimiento sindical tuvo una importante participación en la fuerte
oposición a la reforma educativa impulsada por la Dictadura iniciada en el año 1966.

Otro elemento importante de esta posición político- pedagógica se vincula a las


renovaciones didácticas que buscaban coordinar las prácticas educativas en formas
distintas de la escuela tradicional, esto se puede denotar claramente en el Peronismo
ya que se preocupaban por la formación de los sujetos, proponiendo nuevas
alternativas de enseñanza.

En la modernización incluyente, se destaca la irrupción de la psicología social y la


dinámica grupal como estrategias pedagógicas. En el interior de la comunidad judía,
se crea la pedagogía de la recreación que planteaba prácticas alternativas como una
educación física más relacionada con la expresión y no con la competencia y la
militarización, sino con juegos y canciones grupales, dramatizaciones, expresión
corporal, campamentos y salidas.

El planteo de dicha modernización realizado anteriormente, se puede relacionar


estrechamente con el Peronismo, debido a que la educación del ciudadano fue
instrumentalizada a través de una trama compleja y cruzada de operaciones en el
aparato escolar estatal y de acciones educativas no-escolarizadas, como las colonias
de veraneo, torneos infantiles y juveniles, también se impulsó el proyecto de clubes
escolares, o sea, la utilización de edificios y del equipamiento escolar, por la
comunidad, para actividades comunitarias o individuales de promoción social y
cultural. Se crearon hogares infantiles para el cuidado y educación de los huérfanos,
se promovió el deporte, la educación física, el cuidado del cuerpo y de la salud.

Durante el lapso del periodo denominado Terrorismo de Estado, se puede decir que
la Dictadura tenía como objetivo principal, el implementar un plan represivo para
reordenar el país. Esta función debía ser llevada a cabo por las fuerzas de seguridad,
quienes debían aniquilar cualquier foco subversivo de oposición y devolver al país la
paz y la tranquilidad pérdidas. El sistema educativo fue un lugar privilegiado para su
puesta en acción, si bien el autoritarismo es una de las marcas de origen de la escuela
argentina, el despliegue alcanzado en la última Dictadura superó todo diagnóstico.
Además se produjo un espionaje e investigación de los militares a funcionarios y
personas vinculadas con la cultura y la educación tales como docentes, investigadores
y estudiantes, a su vez inspeccionaron todo material escrito que ingresara a las
instituciones educativas, los mismos debían demostrar su inocencia y esto condujo a
la prohibición de una buena cantidad de libros destinados al público infantil, debido al
uso de conceptos impropios, peligrosos y amorales.

En las escuelas primarias no se han encontrado casos de prohibición de libros de


lectura, tal vez porque los contenidos que en ellos se encontraban no eran
considerados peligrosos por la Dictadura. En dichas instituciones llegaban listas de
libros aprobados, de donde se deducía, que los que allí no se encontraban, estaban
censurados de alguna manera. Para la Dictadura, era más importante vigilar y
controlar continua e ininterrumpidamente a todos los integrantes de la comunidad
escolar, que aislar a los alumnos de un exterior contaminado y peligroso.

De esta manera se puede decir que en relación al Peronismo esto no sucedía, ya


que predominaba un factor muy significativo que era el respeto, tanto por los
materiales utilizados por docentes como por su capacidad de enseñanza,
revalorizando su desempeño como educador sin interferir como ocurría en la
Dictadura.
En Junio de 1978, el Poder Ejecutivo Nacional aprobó sin consultas el Decreto Ley
N° 21809/78 que lo facultó a transferir a las jurisdicciones las instituciones de nivel
inicial, primario y de adultos. El Estado ya no se ocupaba de las cuestiones financieras
y del apoyo técnico. Aquellas jurisdicciones que contaban con recursos materiales y
humanos para hacerse cargo de sus sistemas educativos pudieron hacerlo,
sucediendo lo contrario en las provincias más pobres.

En las escuelas públicas, se verificó un fuerte estímulo por parte de la conducción


educativa al funcionamiento de las Cooperadoras como forma de garantizar la
autonomía institucional y privilegiar la participación de la familia y la comunidad. Frente
al corrimiento económico del Estado, buena parte del sostenimiento y mejoramiento de
la infraestructura de las instituciones empezó a quedar en sus manos.

Las Cooperadoras acercaron la idea de sujeto de la participación a la de usuario,


cliente o consumidor con derechos diferenciales en función de los aportes realizados.
La escuela no enseñaba a quienes más lo necesitaban, a la vez los responsabilizaba
de esta situación por su baja capacidad de aprendizaje, su falta de interés en
progresar y su tendencia a no esforzarse.

En cuanto al Peronismo se puede observar una distinción muy notoria con respecto a
la educación pública ya que la misma siempre estuvo relegada en manos del Estado
Nacional y no destinó ninguna de sus funciones a otros agentes, porque se
consideraba que la instrucción pública era precisa y valiosa. Sin embargo, en
contradicción con lo planteado por el Peronismo, lo que pretendía la Dictadura era una
educación financiada por medio de la cooperadora escolar debido a que el Estado dejo
de beneficiar económicamente a las instituciones públicas. En la misma sólo unos
pocos tenían el privilegio de asistir debido a la escases económica que existía en
ciertas provincias.

En el periodo Neoliberal, la consecuencia más importante que se llevó a cabo, fue la


exclusión social, debido a que se creó un mundo sólo para integrados, dejando de lado
al resto. Nuevamente se remarca la exclusión social como en los periodos anteriores,
sucediendo todo lo contrario en el Peronismo.

Según el texto "La agenda pedagógica Neoliberal", Adriana Puiggrós (1995) sostiene
que la actitud oficial frente a éste problema cultural tenía como finalidad el invertir en
los sectores más adaptados e integrados que se han salvado de la crisis y
abandonando el resto. Existen pruebas abrumadoras que se representan durante el
período menemista. Un ejemplo de ello es la de una directora de educación de la
provincia de Buenos Aires que intentó cerrar los servicios educativos para
discapacitados por considerarlos una inversión improductiva.

Con respecto a las "Prácticas escolares y exclusión social en las políticas educativas
neoconservadoras", Nélida Landreani (1997) plantea que se promueve la integración
de unos pocos y se da la pasiva conformidad de muchos, doblegando la voluntad de
los jóvenes y niños por la competencia desmedida y el individualismo.

Los procesos de exclusión educativa son más evidentes en las escuelas que reciben
una población socialmente heterogénea, ya que las diferencias sociales en el aula se
hacen notables quedando al descubierto las diferencias del capital cultural.
Se puede decir entonces que el menemismo lo que pretendía era la privatización de
las escuelas públicas, provocando de este modo la exclusión social de ciertos
sectores. En relación al Peronismo hay una distinción muy significativa, ya que lo que
este buscaba lograr era homogeneizar a la población a través de la cualificación y el
servicio de educación para que las personas puedan instruirse, dejando de lado las
competencias desmedidas y el individualismo.

Según Puiggrós (1995) resaltando aspectos que marca Landreani (1997) hace
mención al recorte de la inversión, donde gran parte de la comunidad política y
educativa argentina se asombró al notar que un gobierno decía que la educación era
un desastre y enumeraba en voz alta los problemas. Sin embargo, denunciar la falta
de calidad o la ineficiencia no necesariamente desembocaba en el retiro oficial del
financiamiento de la educación pública.

La política de ajuste define el problema educativo como un mal causado por el


excesivo monto e ineficiente reditó, es decir, que el Estado no obtiene beneficios
económicos por parte de las inversiones públicas. Propicia políticas de concentración
de fondos estatales y privados en sectores sociales que poseen un sustrato cultural
moderno. De este modo, la educación que se recibe está ligada directamente a la
capacidad adquisitiva y al tipo de cultura del grupo social.

La falta de voluntad política para solucionar el problema salarial, la recurrencia a


formas de achicamiento de la planta de educadores y la restricción del uso de fondos
externos para salarios, son piezas de la política de desestructuración del espacio de la
institución pública.

Puiggrós (1995) realiza una mención acerca de que los problemas de ineficiencia de
la escuela pública no se solucionan convirtiendo a sus directivos en empresarios,
castigando a los docentes o poniendo en riesgo la continuidad de su trabajo. Tales
procedimientos atacan los derechos de los trabajadores de la educación y no
garantizan un salario digno.

La tarea del educador requiere de una continuidad de la acumulación de


experiencias, conocimientos sobre el medio social de su escuela. Se debe valorar y
respetar el derecho del trabajo realizado por los docentes, como pasaba en el
Peronismo ya que a través de su labor educativa se lograba formar un nuevo perfil de
ciudadano que era básicamente una demanda del nuevo régimen político, que exigía
una diferente cualificación y formación de los sujetos.

Según Landreani (1997), la retracción de la responsabilidad del Estado en el


sostenimiento de la estructura escolar refleja en la progresiva disminución del
presupuesto educativo. En éste período, las escuelas funcionan con aportes de los
padres a través de las Cooperadoras escolares. El Estado se desintereso por la
educación pública, preocupándose solamente por la instrucción privada, ya que a
través de ella obtenían beneficios económicos. Asimismo, las Cooperadoras tienen la
responsabilidad de sostener y mantener en funcionamiento los edificios, también
poseen a su cargo la remodelación y equipamiento. Las escuelas de pobres, tienen
grandes dificultades para construir sus propias Cooperadoras. Éstas se denominan
también escuelas depósito porque suelen concentrar en su matrícula chicos que son
expulsados de otras escuelas, con sobre edad y repetidores.

Sin embargo el Peronismo se preocupaba por la educación pública y no buscaba


obtener un beneficio económico a través de la educación privada, lo que quería lograr
era educar y brindar una cultura a los ciudadanos.

En el sistema escolar, las escuelas llamadas urbano marginales, denominadas así


por el sentido común que asocia las escuelas con la población carenciada,
representan el mayor grado de concentración de desertores y fracasados. Es decir, la
distinción de las escuelas por la condición social de sus alumnos no sólo está
asociada a la infraestructura que posibilita mejores condiciones para la enseñanza,
sino que involucra contradicciones culturales que el sistema educativo no toma en
cuenta. El Estado priorizaba a las escuelas privadas, más que a las públicas, por lo
tanto, se producía un gran nivel de exclusión dentro de las escuelas, ya que asistían
alumnos carenciados, desertores, fracasados y los que eran expulsados de otras
escuelas.

El retiro del Estado como sujeto educador deja un hueco que ningún otro sujeto
social puede ocupar. Se rompe la relación entre Estado y ciudadanía, sistema escolar
y alumnos. Este abandono del enseñar, esta renuncia a la transmisión de la cultura, se
expresa en la destrucción de los espacios públicos educativos.

El menemismo al desligarse de la financiación de la educación pública, produce una


diferenciación entre escuelas debido a la condición social de los alumnos. Por el
contrario, en el Peronismo se denota que no se provoca el abandono del Estado en
cuanto al financiamiento de las mismas aunque existe la diferenciación de escuelas,
todas ellas son respaldadas por el gobierno.

Volviendo al menemismo, los educadores tenían intenciones de poder acabar con la


exclusión social que existía dentro de las escuelas públicas, buscaban que sus
alumnos convivieran de la mejor manera posible. Pero éste era un trabajo arduo que
era imposible de acabar, ya que siempre iba a existir la exclusión dentro de las
instituciones educativas, por diversas situaciones, las cuales iban acompañadas del
contexto social vigente.

Esta es una tarea que se debe realizar en conjunto con la sociedad y no considerar
como una responsabilidad que deben asumir los maestros, porque la exclusión no se
ve solamente en las escuelas, sino también en diversos lugares. También es
responsabilidad del Estado el poder terminar con dicha exclusión y así poder lograr lo
que sucedía durante el Peronismo, donde se vivenciaba la inclusión social y la
homogeneidad de los ciudadanos.

De esta manera, Puiggrós (1995) asegura que las negociaciones que se han
acordado entre el Banco Mundial y Argentina, se destacan por su ortodoxia en el
cumplimiento de las intenciones de los accionistas más conservadores de dicho
organismo con respecto a la distribución de los fondos prestados. Pero con el dinero
del Banco Mundial no se podían solucionar los problemas de los salarios docentes. A
mediados de la década del noventa, la escuela se ha convertido en comedores,
centros asistenciales y en una única institución que contenía a los niños, adolescentes
golpeados por la comunidad que estaban pasando por una ola de pobreza y
marginalidad.

Lo que se cuestiona es el hecho de que con la misma cantidad de dinero que se


usaba para pagar la capacitación de altos funcionarios en el exterior, los honorarios
especiales para técnicos ministeriales, podría haberse utilizado para financiar por
ejemplo, el gremio docente y la comunidad educativa, encargados de discutir las
condiciones y apoyar la formación de consejos de escuela. A diferencia de esto, el
Peronismo invertía económicamente en la educación pública porque era considerada
importante para poder capacitar e instruir a la clase obrera.

Pero lo que no tiene un justificativo alguno es que el gobierno no haya puesto como
condición la utilización de fondos para cubrir las necesidades de los sectores más
desprotegidos en materia educativa. Como en el caso del Peronismo, en donde se
beneficiaba a los sectores carenciados para que pudieran continuar con sus estudios.

Durante la presidencia de Nestor Kirchner (2003-2007) en el año 2006 fue aprobada


la Ley de Educación Nacional 26.206. En este periodo, se contempla el garantizar el
derecho a una educación de buena calidad para todos, el libre acceso y la
permanencia al sistema educativo, el derecho a ser reconocido y respetado en su
lengua, en su cultura; garantizar el derecho de las familias a participar en la educación
de sus hijos, asegurar condiciones dignas de trabajo para el docente, de formación y
de carrera, garantizar el derecho de los alumnos/as a tener escuelas en condiciones
materiales dignas, garantizar el derecho de todos a conocer y dominar las nuevas
tecnologías de la información.

En este caso, se puede establecer una relación con el Peronismo, ya que se volvió a
dar importancia a la escuela pública, la inclusión social, el respetar los Derechos
Humanos, los derechos del trabajo docente, el respeto hacia los alumnos, el brindar
educación a toda la sociedad sin exclusión alguna, el incrementar la homogeneidad e
igualdad entre las personas, brindar una educación gratuita, el incorporar en las
actividades educativas a los familiares de los niños.

La educación sigue siendo responsabilidad efectiva y directa de los estados


provinciales, mientras que el Estado Nacional define las políticas educativas, controla
su implementación y evalúa sus resultados. La Ley de Financiamiento, sobre la que se
asienta la Ley de Educación Nacional, estableció los lineamientos centrales de ajustes
a la transferencia para generar mecanismos de ayuda financiera para las provincias
más pobres y al mismo tiempo de mayor control sobre los estados provinciales.

Relacionando el periodo de la ley 26.206 junto con el Peronismo, se puede decir que
ambos se preocupaban por el financiamiento de las escuelas públicas y más aun por
aquellos sectores marginados que mas necesitaban de su respaldo, haciendo valer los
derechos de los sujetos en cuanto al acceso a la instrucción educativa.

Los aportes que destaco de la Ley Nacional de Educación es el artículo 2°, porque
hace mención sobre la educación y el conocimiento, los cuales son un bien público,
brindado por el Estado y que toda persona tiene derecho de recibir de manera gratuita
para su formación.
El artículo 7° y 8° consideran al Estado como principal responsable de que todos
puedan acceder a la información y conocimiento para su desarrollo social, fortalecer la
formación integral de cada persona durante toda su vida a partir de los diversos
valores como libertad, paz e igualdad, entre otros.

Considero importante el artículo 11° porque hace referencia a los diversos fines y
objetivos que persigue la política educativa, como brindar educación con igualdad de
oportunidades, que se garantice la inclusión educativa a través de diversas estrategias
empleadas y respetar el derecho de los niños, promoviendo en todas las modalidades
la eliminación de todas las formas de discriminación.

Uno de los tantos objetivos que persigue la educación, es el poder brindar la


inclusión social, a pesar de la heterogeneidad que exista, ya que todos tenemos
derecho de ser respetados y valorados por el otro. Por lo tanto, el cuerpo docente
debe incentivar a sus educandos para que no ocurra lo contrario.

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