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Definición de Baloncesto

El baloncesto es uno de los deportes de equipo más populares del mundo en el cual dos equipos, compuestos por cinco jugadores cada uno, se enfrentan, ya sea en

una cancha cubierta o descubierta, haciendo circular un balón para finalmente introducirlo en una cesta, arco, o canasta, que está colocada a unos 3,05 m. del suelo.

Por tal cuestión es que el baloncesto es un deporte que está mayormente reservado a jugadores que disponen de gran altura. Cada vez que un jugador encesta el balón en

la canasta suma puntos para su equipo que pueden ser dobles o triples, dependiendo de la posición desde la cual el jugador arroja el balón.

Cabe destacarse que la denominación de baloncesto es más popular en países como España y Venezuela, mientras que en muchos países de Sudamérica y en México se

lo denomina como básquet o basquetbol.

Los partidos de básquet duran cuatro períodos de entre diez y doce minutos cada uno, en tanto, los jugadores se sitúan en diferentes posiciones para practicarlo, como

ser: base (este tipo de jugador es el encargado de crear el juego del equipo), escolta (se caracteriza por ser una posición que la ocupa un jugador más bien bajo pero muy

ágil y de buen tiro), alero (es el jugador ocupado del contraataque, por caso, se trata que el lugar lo ocupen los tiradores más efectivos), ala-pívot (tiene un despliegue en

el que lo físico predomina, asiste de un algún modo al pívot frenando el avance contrario) y pívot (esta posición la ocupan los jugadores más altos y los más fuertes porque

se mueve cerca del aro).

El origen del deporte se remonta a los finales del siglo XIX, más precisamente al año 1891, en el cual el profesor canadiense de educación física, James

Naismith, lo introdujo en la Asociación Cristiana de Jóvenes de Springfield, Estados Unidos. Naismith ideó la práctica con la intención de generar una actividad

física mientras durase el invierno y que se pudiese jugar bajo techo, ya que el invierno por aquellos lares era muy crudo.

Salud Mental ¿Qué Significa?

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Desde una perspectiva histórica, el concepto de Salud Mental nos remite al dualismo clásico de Descartes: una diferenciación fundamental entre mente (lo mental) y cuerpo (lo
corporal) como dos ámbitos ontológicos diferentes. A partir de este planteo irán apareciendo conceptualizaciones que intentarán establecer algún tipo de relación entre los dos
conceptos, o aceptarlos como distintos aspectos del mismo fenómeno.

Hay una realidad desde el punto de vista epidemiológico: las personas se enferman y es posible estudiar factores relacionados con la producción de morbilidad y mortalidad,
relacionados con el ambiente natural, social o con modos de vida diferentes culturalmente.

No es posible hablar de Salud absoluta; no existe psicológica, biológica o socialmente tal expresión, entraría en contradicción con la capacidad inherente a todo sistema de
desequilibrarse y cambiar. Por lo tanto, debemos hablar del proceso salud-enfermedad que nos llevará a la idea de acción ante el conflicto, de transformación ante la realidad.

Un ser humano que nunca experimenta ningún problema emocional sería todo, menos humano. La manera de protegerse contra la tensión interior es lo que sirve para probar si se trata
de una personalidad normal o de una enferma.

Todos tenemos conflictos emocionales dentro de nosotros; sobrellevamos un buen número desde los días de nuestra infancia, y otros derivan de experiencias posteriores. Algunos
pueden ser graves, pero en el caso de una persona sana por esta causa no se convertirá en un caso psiquiátrico: sus mecanismos defensivos tienen la capacidad de protegerlo de las
tensiones interiores.

La Salud Mental, subsistema del sistema global denominado Salud Pública, se nos presenta, así como una disciplina de intersección de las distintas ciencias del hombre, que se ha ido
constituyendo como un espacio de reflexión gracias a la contribución de distintas esferas de la actividad científica: Psicología, Sociología, Antropología, Psicoanálisis, Neurología,
Ecología.

La Salud Pública pasará a ser responsabilidad de los gobiernos a partir de la organización de los Estados modernos. En un principio, todo lo que perturbe el orden social será
controlado de alguna manera. No interesará tanto el “individuo psicológicamente distinto”, pues a aquellos cuya conducta era desorganizada y ofensiva al orden social se les
consideraba víctimas del castigo divino y/o poseídos por el demonio. Datos históricos nos revelan que las personas con trastornos psicológicos fueron torturadas, flageladas,
asesinadas.

El uso del término Salud Mental deriva de una línea de pensamiento que comienza con el estudio del “hombre poseído”, “endemoniado” o “embrujado” en busca de su paraíso perdido:
la Salud. Se va a estudiar la enfermedad, cómo se produce y se va a llamar Salud Mental a todo un accionar con relación a la modificación de lo asociado con lo patológico.

El concepto mismo de salud mental es un concepto discutible, es un concepto que está muy marcado por el relativismo cultural; lo que cada uno de nosotros entiende hoy por salud
mental no es lo mismo que lo que piensan en otras culturas, ni es lo mismo que entendíamos años atrás. Es decir, el primer punto es que no hay una manera unívoca de expresar la
condición de la salud mental, sino que el concepto en sí mismo está condicionado culturalmente tanto a lo largo del tiempo histórico como en cada situación cultural concreta.
Probablemente en otras culturas o en otros momentos de la historia se pensaba este tema de la salud mental de manera muy distinta a como lo pensamos nosotros hoy.

En otro aspecto, es necesario puntualizar un par de momentos que son los más importantes. El primero de ellos transcurre entre mediados y finales del siglo pasado. La evolución de
las ciencias hacia fines del siglo XIX adquiere una importancia significativa y en todos los campos del conocimiento se vive un proceso de clasificación, de ordenamiento. De golpe la
mirada del científico es una mirada clasificadora y ordenadora de la que surgen los grandes ordenamientos; Linneo por ejemplo ordena el mundo de las plantas, surgen las grandes
clasificaciones de las especies y géneros animales, etc. En el campo de la salud mental también empiezan a surgir una serie de clasificaciones, de cuadros nosográficos, que intentan
describir en una especie de mirada panorámica, todos los casos que el descriptor entendía que formaban parte de la patología. Por supuesto que no hubo consenso en hacer una única
clasificación sino que la mayoría de los autores importantes, construyó la suya, siendo tal vez la más importante la de Kraepelin.

A fines del siglo XIX, lo que predomina es fundamentalmente la mirada que ordena el mundo a partir de ciertas ideas que, específicamente en el tema de la salud mental, giraban en
torno al hecho de que la patología mental era siempre la consecuencia de una lesión cerebral. El modelo a partir del cual se organiza esta mirada es el modelo que algunos autores
llaman órgano-mecanicista. Se parte del hecho que, como venía constatándolo la medicina general en otros terrenos, siempre había una base lesional y que la enfermedad mental era la
resultante de alguno tipo de lesión. La enfermedad prototípica era la parálisis general progresiva que efectivamente es la resultante de lesiones concretas.

Este proceso coincidió también con las primeras descripciones anatómicas, los primeros mapas del cerebro, por primera vez se empieza a estudiar el cerebro sistemáticamente y
comienza a desarrollarse una especie de geografía del cerebro que dice: “este lugar hace tal cosa”, “este lugar tiene que ver con tal otra”. De modo tal que este es un primer intento
serio de comprender la enfermedad mental a partir de la base física, de la base orgánica concreta de tipo lesional.

Hubo algunas descripciones muy importantes en esta época, muy minuciosas y detalladas; lo central de este período es la mirada sobre el problema de la enfermedad mental y el afán
clasificatorio. Siempre pensando la enfermedad mental como algo que le pasa al otro; es decir, entre el clasificador y el enfermo hay un abismo.

El otro es el enfermo. Yo soy el que está sano y desde mi salud, desde mi conocimiento, desde mi saber, lo clasifico, como otros expertos clasifican plantas, insectos o animales.

Este punto de vista empezó a declinar hacia fines de siglo. Entre otras cosas porque evidentemente, había muchas patologías en las que era muy complejo e posible encontrar la famosa
base lesional. Enfermos con cuadros muy espectaculares muertos en los hospicios, eran estudiados sus cerebros anatómicamente, con los métodos de exploración de la época y no
había ninguna alteración visible.

Posteriormente a este empeño de la psiquiatría por la descripción de enfermedades, desde los comienzos del siglo XX se ha venido asistiendo a una reacción y, progresivamente, se ha
tendido a considerar las enfermedades mentales como formas cuya tipicidad de estructura y evolución no puede ser asimilada a una especificidad absoluta de naturaleza, puesto que
estos síndromes o reacciones derivan o parecen derivarse de etiologías diversas.

Esta elasticidad del concepto de enfermedades mentales, este carácter más dinámico y, por así decir, más personal de sus manifestaciones, su complejidad y carácter intrincado, se ha
operado por la influencia de dos grandes movimientos, profundamente vinculados entre sí.

El aspecto orgánico y anatomopatológico, del proceso morboso fue lo primero que perdió su excesiva vigencia en beneficio de las concepciones psicogénicas o psicodinámicas. Es así
como los descubrimientos fundamentales de la estructura del inconsciente y de su papel patógeno por Sigmund Freud ha revolucionado la psiquiatría clásica o “kraepeliniana”. En
efecto, según esta perspectiva, la forma rígida de las entidades tiende a desaparecer para prestarse a una interpretación más dinámica del papel de la actividad psíquica en la formación
de los cuadros clínicos.

Este cambio de actitud que introduce Freud no sólo significa cambiar el ojo por la oreja, sino que también implica la producción de un acortamiento de las distancias entre el
supuestamente sano y el supuestamente enfermo. El enfermo ya no es el otro, como otro distante y lejano. Freud nos dice, que los mismos mecanismos que operan en la patología,
operan en cada uno de nosotros, los así llamados normales. Que las mismas estructuras, las mismas instancias, los mismos mecanismos de defensa, están operando tanto en la patología
como en la salud. Esto es, que, entre el enfermo y la persona llamada normal, simplemente hay una diferencia de grado, una diferencia de cantidad, no de cualidad. La diferencia no es
cualitativa, es simplemente cuantitativa. Entre la angustia que puedo sentir yo como supuestamente normal y la angustia psicótica, no hay una diferencia de calidad, hay diferencia en
la cantidad. La psicótica es una angustia que aniquila, es una angustia que desborda, que no tiene control porque hay un colapso defensivo.

De modo que, la lejanía del enfermo ya no es tal, sino que se reduce drásticamente. Se produce un gran cambio de perspectiva que de alguna manera va a marcar todo el siglo XX.
Nadie puede dudar de la importancia del pensamiento freudiano en el desarrollo de las ideas y de la vida a lo largo del siglo XX. Paul Ricoeur, en alguno de sus textos dice que los tres
pensadores que más han influido a lo largo del siglo XX, son: Nietszche, Marx y Freud. Esto puede ser un poco discutible, pero, no hay ninguna duda que, si no son los tres que más
han influido, están por lo menos entre los cinco o seis más importantes.

Lo fundamental, es que hasta fin del siglo XIX, domina un paradigma de conocimiento donde el eje pasa por la mirada, luego desde comienzos del siglo XX un paradigma donde el
interés pasa por la escucha, por el entender.

El otro aspecto es que, así como a fines del siglo XIX se pensaba la enfermedad mental y se trataba de comprenderla desde una causa muy concreta, muy determinada como la lesión
orgánica; la inclusión del pensamiento freudiano y la profundización del conocimiento de la intimidad de la enfermedad mental, empieza a poner en evidencia que la salud mental no
obedece solamente al funcionamiento de las estructuras cerebrales, que también el medio, las experiencias concretas, las interacciones con los otros y la historia de cada sujeto, cuentan
para entender el porqué de su mayor o menor equilibrio emocional. Este es uno de los grandes aportes de Freud en la medida que desmedicaliza la enfermedad mental, le quita esta
imagen de patología física que tiene que ver exclusivamente con el saber médico e introduce los factores psicológicos, los factores antropológicos, los factores sociales.
Esto termina derivando en un concepto que hoy se maneja habitualmente para comprender la patología mental y es el concepto de policausalidad. Es decir, ya no pensamos, salvo en
cuestiones muy puntuales, en patologías muy claramente definidas, ya no pensamos, que la pérdida de salud mental obedece a un único factor, sino más bien a una especie de
sumatoria, a una interacción acumulativa de diversos factores. En esto también hay que reconocer el aporte freudiano porque él ya había trabajado el concepto de “series
complementarias”, en el que planteaba que la patología se produce por una interacción entre aquellos factores que el sujeto trae genéticamente y la historia personal, los eventos, las
cosas que le fueron pasando y que le pasan. Entonces Freud decía: miren entre estos dos factores, lo que llamaríamos lo genético y este otro que llamaríamos la historia del sujeto, hay
una relación inversamente proporcional. Esto es que, cuanto mayor sea la carga genética del sujeto, menor importancia tendrán que tener los eventos de su vida para que ese sujeto se
descompense y viceversa. De modo que depende de una doble serie de factores que tienen que ver, por un lado con el cuerpo y por el otro con la historia del sujeto, con la historia en el
sentido más amplio del término, con la historia personal y con la historia en el sentido de coyuntura histórica, con el contexto de época en el que a cada uno le toca vivir. Estas dos
series de factores, interactuando, absolutamente imbricadas una con la otra, son las que permiten comprender más cabalmente porque una persona enferma.

Esto se expresa en la definición de salud mental que propone la Organización Mundial de la Salud la cual surge por consenso de un grupo de expertos de distintos países del mundo y
que dice: “La salud mental se definió como aquel estado sujeto a fluctuaciones, provenientes de factores biológicos y sociales, donde el individuo se encuentra en condiciones
de conseguir una síntesis satisfactoria de sus tendencias instintivas, potencialmente antagónicas, así como para formar y mantener relaciones armoniosas con los demás y
para participar constructivamente en los cambios que puedan producirse en su medio ambiente físico y social”.

¿A qué se refiere el concepto de salud mental?

Ante la expresión Salud Mental generalmente se piensa en la enfermedad mental. No obstante debemos saber que Salud Mental no solamente es ausencia de enfermedad mental, sino
que implica mucho más que eso.

Se refiere al completo bienestar físico, psíquico y social. Estado en que el ser ejerce sus funciones normalmente. Nos habla fundamentalmente del derecho a vivir en un equilibrio
psico-emocional que, aun siendo inestable, porque vivir lo es, no acarree más sufrimiento que el esfuerzo necesario para mantener ese equilibrio o para lograr otro más adecuado a
nuevas circunstancias.

Consistiría en que al individuo se le posibilite ejercitar su capacidad para desarrollarse y de realizar cambios que conduzcan al crecimiento y evolución personal. La Salud Mental es un
estado de relativo equilibrio e integración de aquellos aspectos conflictivos que conforman al individuo, por lo tanto que la persona tenga buen estado de salud implica poder enfermar
y tener la capacidad de restablecerse.

Independientemente de la denominación con que hagamos referencia a ella, es un estado al que a todos nos gustaría acceder y del cual poder disfrutar.

Cuando hablamos de satisfacción, alegría, goce, placer, tranquilidad, paz, nos referimos a la Salud mental; muchas veces sin darnos cuenta que lo estamos haciendo.

Está estrechamente vinculada con nuestra vida de todos los días. Presente en el modo de relacionarnos con quienes compartimos los diversos momentos diarios: familiares, amigos,
compañeros de trabajo, pareja y los demás integrantes de la comunidad a la cual pertenecemos. Esto comprende la forma en que cada uno logra armonizar las demandas de la vida,
para poder afrontarlas; sus recursos, ideales, valores, habilidades, sentimientos, proyectos, conductas, etc.

La vida de toda persona sana supone animarse a tener conflictos, enfrentar dudas y frustraciones, sentir miedos, pero lo importante estará en la posibilidad de sentir siempre “que está
viviendo su propia vida” y no la de otro y en “asumir responsabilidad” por todo aquello que se hace o se deja de hacer.

Salud no significa ausencia de conflicto. Inevitablemente todo ser humano está sujeto a experimentar conflictos entre el amor, el odio, el temor, la necesidad de subsistir y la
impotencia infantil, por lo tanto es indispensable que se desarrolle algún sistema que proteja; mediante el cual estas fuerzas en conflicto puedan ser contenidas y orientadas
en forma constructiva hacia una meta común.

Salud significa contar con los recursos de resolución o equilibrio cuando un individuo tiene la capacidad para deprimirse a partir de sus frustraciones, la culpa, la
equivocación y puede tolerarlo, es un buen índice de salud que revela la integración personal alcanzada.

Por consiguiente la salud mental, concebida como interjuego, movilización y cambio, consistiría en la posibilidad de reorganizaciones y equilibraciones creativas y adaptativas. No
ausencia de patología, sino poder enfermarse y restablecerse, ser capaces de desarrollarnos y generar cambios que nos lleven a un crecimiento y evolución como personas. La
patología, la enfermedad psíquica sería la rigidez, la cristalización, una adaptación rígida, inamovible a ciertas pautas, normas, a los continuos cambios en el mundo, en nuestra
existencia. La dificultad para contemplar diversas alternativas ante las exigencias y necesidades internas y/o del mundo externo y no la presencia de conflictos, inherente a todo ser
humano, el cual siendo sano en grado suficiente los enfrentará, atravesará más allá del posible resultado. Afrontamiento necesario para el crecimiento, desarrollo y maduración
personal, constituyendo una experiencia psicológica enriquecedora y satisfactoria cognitiva y afectivamente.

Bohoslavsky analiza las conductas de una persona psíquicamente sana en términos de:

– Seguridad. Se logra en la medida en que puedan cumplirse los objetivos propuestos.

– Autonomía. Supone a una persona dueña de sus decisiones y de la elaboración de sus proyectos. Se vincula con el constante interjuego entre sus necesidades de seguridad, protección
y las de sentirse en cierta medida independiente de la voluntad y el poder de los otros. Bastante difícil actualmente debido a la influencia de estilos de comunicación social orientados a
unificar, masificar y fabricar individuos gradualmente menos reflexivos y con deficiente actitud crítica.

– Responsabilidad. El individuo se hace cargo de las consecuencias de sus decisiones.


– Adaptación. En relación con la satisfacción de necesidades. Implica poseer la capacidad de esperar y tolerar las frustraciones.

– Renuncia a la omnipotencia. La presencia continua de futuro, que es limitado y finito.

Nuestro ciclo vital está delineado por el proceso de crecimiento que supone cambios, transiciones y adaptación. Durante ese ciclo, la persona interviene en situaciones en las que se
encuentra con hechos imprevistos, azarosos y que le generan estrés (tensión emocional). Hoy sabemos que existe una estrecha relación entre el estrés y distintos tipos de trastornos
psicológicos y somáticos. Pensemos a modo de ejemplo en la precariedad e inestabilidad laboral, la inseguridad y la marginalidad social, la impotencia ante el alto nivel de corrupción
e impunidad que impera, etc.

Hartmann ha estudiado el papel de la adaptación, entendida como posibilidad de dominio de la realidad, en un desarrollo psicológico sano. En general, una persona bien
adaptada sería aquella en la cual su productividad, su capacidad para disfrutar de la vida y su equilibrio mental no están perturbados.

Los procesos de adaptación aluden a una interrelación constante entre variables internas: autoconcepto, identidad personal, autoconfianza, sentimiento de eficacia personal,
autoestima, etc. y variables externas: La estructura social, su lugar en la misma, las posibilidades de realización y gratificación en el ámbito personal y social, y las formas de trabajo
que codeterminan las reales posibilidades de adaptación que toda persona tiene.

Actualmente, un desafío sería brindar las condiciones que permitan conductas originales y creativas sin llegar a un individualismo que deje de lado el bien común, la solidaridad, el
nosotros.

La Salud Mental es una condición y un nivel de funcionamiento social que conlleva dos necesidades: La necesidad de adaptación social y la necesidad de lograr satisfacciones y
realizaciones personales; se relaciona con el bienestar psicológico.

La importancia del estudio del bienestar viene dada principalmente porque se considera un componente esencial de la salud. La salud en su concepción más amplia permite afirmar
que, evaluar niveles de bienestar es evaluar niveles de salud, por lo que, en el trabajo sanitario enfocado en el sentido positivo, la evaluación del bienestar cobra una especial
significación. Por tanto, se impone la necesidad de profundizar en el estudio del bienestar psicológico y proponer un modelo metodológico de tal forma que sea posible y técnicamente
acertado desarrollar estudios acerca de la influencia recíproca entre los factores psicológicos y la salud en general. Para proponer un modelo metodológico aplicable a la evaluación del
bienestar partimos del principio de que el bienestar psicológico expresa el sentir positivo y el pensar constructivo del ser humano acerca de sí mismo y que posee un carácter subjetivo-
vivencial. En relación con la categoría de “calidad de vida”, el bienestar constituye, la dimensión subjetiva de ésta. El bienestar se relaciona con aspectos particulares del
funcionamiento físico, psíquico y social, y es, en esencia, una experiencia humana vinculada al presente.

Aunque sea una experiencia “del aquí y ahora”, el bienestar posee una proyección al futuro, pues se produce justamente por el logro de bienes. Es en este sentido que el bienestar surge
del balance entre las expectativas (proyección de futuro) y los logros (valoración del presente) en las áreas de mayor interés para el ser humano, que son el trabajo, la familia, la salud,
las condiciones materiales de vida, las relaciones interpersonales y las relaciones sexuales y afectivas con la pareja. Esa satisfacción con la vida surge como punto de partida de una
transacción entre el individuo y su entorno micro y macrosocial, donde se incluyen las condiciones objetivas materiales y sociales, que brindan al hombre determinadas oportunidades
para la realización personal.

El bienestar se construye por el individuo en estrecha vinculación con su entorno macro y micro social y posee, un componente cognitivo-valorativo y otro componente afectivo-
emocional.

Por último, podemos afirmar lo siguiente, que el individuo sea “normal” no es sinónimo de estar sano, pues la enfermedad puede presentarse como una forma de normalidad.

Estar sano implica ser normal en determinada situación; pero además, en situaciones imprevistas, poder superar la norma, tolerar infracciones a la norma establecida e instaurar nuevas
normas.

Tener buena salud significa poder enfermarse y recuperarse. En realidad personas que parecen muy sanas, normales y muy adaptados pueden estar en peligro somática y
psíquicamente.

Por ejemplo, los enfermos psicosomáticos y sobreadaptados: individuos que sufren los típicos infartos masivos cuando tratan de alcanzar las metas promocionadas e impuestas por la
cultura postmoderna: dinero, posesiones materiales, éxito, fama, competitividad, eficacia, etc.

Autores:

Héctor Lamas Rojas


Ps. Alcira Murrugarra Abanto
Sociedad Peruana de Resiliencia

Oblitas, L.A. (2013). Psicología de la Salud y Enfermedades Crónicas Volumen 1. Bogotá: Biblomedia Editores

http://biblomedia.com/producto/psicologia-salud-enfermedades-cronicas-volumen-1/
Qué es el Basquetbol y sus Características
Basquetbol o baloncesto es una disciplina que se práctica en grupo de 5 jugadores para cada equipo son 2 equipos la finalidad de cada equipo es anotar o encestar la

mayor cantidad de veces el balón en un aro que lleva un malla este aro se encuentra en los extremos de cada cancha colocado a una altura de 3,5 metros.

Entonces, para saber qué es basquetbol se trata de una disciplina que tiene un período reglamentario de juego que son de 40 minutos divididos en 10 minutos cada cuarto,

esta disciplina se práctica en una cancha cubierta fue creado en 1891, en el período de juego cuando culmina el 2do cuarto de tiempo se realiza un descanso de 15 o 20

minutos según sea el reglamento del torneo. (ver artículo: Defensa en Zona de Baloncesto)

Características del Basquetbol


1.-Posiciones: la posición de los jugadores se conocen como:

Base: esta posición la ocupa el jugador más bajo del equipo, éste también se encarga de guiar a sus compañeros, una posición fundamental en la comprensión de qué es

basquetbol.

Escolta: su estatura es muy parecida al del jugador base, este jugador sirve de ayuda al jugador base para coordinar entre ambos las jugadas de ataque.

Aleros: se caracterizan por ser de estatura mediana su lugar en el equipo es representativo ya que gracias a su rapidez y altura consigue quebrantar la defensa de su rival.

Ala-Pivote son los jugadores que son un poco más fuertes que sus compañeros aleros y de menor estatura que los pivotes, su función es de contener el juego interno de su

rival.

Pivotes: estos jugadores se caracterizan por ser lo más altos del equipo y son los encargados de agarrar los rebotes, interceptando las entradas de su rival, son los que

definen las estrategias a aplicar debajo del aro.

2.- Tiempo del partido, en el reglamento de la FIBA está estipulado de una duración de 40 minutos cada juego con 4 intervalos de 10 minutos y un intermedio de

descanso de 15 o 20 minutos según sea el reglamento del torneo. (ver artículo: Tiempo de juego del baloncesto)

En caso de terminar el encuentro empatado hay una prórroga de 5 minutos hasta que alguno de los 2 equipos anote los puntos de ventaja.

3.-Equipos: cada equipo está constituido por 12 jugadores de los cuales 5 son los que conforman el equipo titular y el resto de los 7 son los suplentes.

4.-Anotaciones: cada vez que el balón entre en el aro se convierte en una anotación cada anotación tiene un valor dependiendo de donde sea ejecutado, si el lanzamiento

se ejecuta internamente de la zona de triple este lanzamiento se convierte en 2 puntos, si es realizado externamente de la zona de triple este lanzamiento es de 3 puntos.

También se conoce el punto por tiro libre este es realizado cuando algún jugador comete una falta y cada lanzamiento encestado vale 1 punto.
5.-Iniciación del partido: para comenzar el partido 1 jugador de cada equipo se coloca en el centro de la cancha el resto del equipo permanece lejos de esta zona

conocida como círculo central, el árbitro se coloca en el centro de este círculo lanza la pelota hacia arriba y ambos jugadores trataran de alcanzar la pelota y enviarla a

sus compañeros.

6.-Arbitros: por lo general en los juegos hay sólo 2 árbitros que son las personas autorizadas para controlar el juego, en competencias profesionales se pueden ver 3

árbitros.

7.-Mesa Técnica: en esta mesa se encuentran ubicados los anotadores oficiales, tanto el anotador como el ayudante del anotador, también se encuentra un cronometrador

y un operario de la regla 24 segundos, un delegado que se encarga de inspeccionar todas las acciones ejecutadas en el encuentro y así por medio de una certificación

dejarlo establecido.

8.-El Aro o canasta: se encuentra ubicado a 3,5 metros de altura y el aro esta cubierto por una malla.

9.- Canchas o terrenos de juego: podemos mencionar que las canchas tienen una medida de 28 metros de largo por 15 metros de ancho.

10.-Faltas o infracciones: entre ellas podemos mencionar; golpear el balón con el puño, suspender el balón más de 1 paso, poseer el balón en un tiempo de 3 segundos

estando dentro del área, tumbar, suspender o golpear a un jugador, son las faltas más conocidas.
Aprende a jugar baloncesto

¿Qué es Basquetbol y cómo se juega?


El Basquetbol es una de las disciplinas deportivas más practicada en el mundo, se le conoce como básquet o baloncesto, es una disciplina creada en 1891 y a través de su

historia se han implementado algunos cambios en toda su trayectoria, conociéndose grandes figuras profesionales del basquetbol, aumentando así sus admiradores o

fanáticos de este deporte.

Cómo se Juega basquetbol


El basquetbol se juega en una cancha techada, también se práctica al aire libre pero ésta última es como recreación, la superficie donde se juega debe ser

completamente plana, las medidas de la cancha deben ser de 15 metros de ancho por 28 metros de largo, esta cancha se delimita con líneas de fondo y otras conocidas

como líneas de banda.


La medida de estas líneas es de 5 metros de ancho, la línea conocida como medio campo es la que divide la cancha en 2 mitades y es donde está ubicado un círculo
central que su diámetro mide 3,6 metros, a partir de ese círculo central están ubicadas las medias canchas para cada equipo, al final de estas medias canchas se ubica el
aro o canasta.
En el aro o canasta que miden 3,5 metros de altura y es donde se llevan a cabo todas las anotaciones o puntuaciones de cada equipo y esto se produce al encestar o

pasar el balón mediante el aro, también se conoce línea donde se ejecuta la jugada llamada tiro libre y está trazada paralelamente a las líneas de fondo. (ver

artículo: NBA)

La distancia donde se ubican las líneas de tiro libre es una distancia de 5,8 metros de la línea fondo y a una distancia de 4,60 metros del aro, la banda conocida como

zona restringida abarca un área de 4,9 metros de ancho y está entre las líneas de tiro libre y de fondo, la línea conocida como línea de 3 puntos está ubicada a una

distancia de 6,75 metros del aro.

¿Cómo se juega? reglas básicas del baloncesto

Dentro de todas estas acotaciones con respecto al área de juego o cancha debemos mencionar el balón con el que se juega, éste es de forma esférica, el material del que

esta realizado suele variar pero normalmente son fabricados de caucho o cuero y en algunos casos de materiales sintéticos todo esto con la finalidad de prevenir que

resbale de las manos.

Los balones utilizados en esta disciplina tienen 3 tamaños y pesos diferentes dependiendo de la categoría, el de la categoría masculina conocido como el número 7A

que mide 73-25 con un peso de 610-567 g, para la categoría femenina 6A que mide73-72cm y pesa 567-510g, para la categoría junior 5A que mide 70-69 cm y pesa

510-470g.

Con respecto a la canasta o aro están ubicados en los extremos de cada media cancha, la canasta o aro está sujetada a un tablero que viene a ser un rectángulo que mide

1,05 de largo por 1,8 metros de ancho, que contiene un grosor de 30mm y está sujeto al piso por una base, el aro mide 3,5 metros de alto con un diámetro de 45 cm.
Dentro del tablero en la parte inferior hay un rectángulo pintado de 0,45 de alto por un ancho de 0,59 este tiene como finalidad hacer mejor cálculo para ejecutar el tiro,

el vestuario que debe tener el jugador debe ser completamente ligero para poder permitirle la cantidad de movimientos que debe hacer.

Los calzados que se utilizan deben ser cómodos y también le permitan protegerse contra lesiones, dentro de todo lo que implica como jugar el basquetbol también se

debe tener en cuenta sus fundamentos, que son el pase, el rebote, los diferentes desplazamientos defensivos y el tiro, todos estos pasan a figurar como partes

fundamentales en el basquetbol.

Qué significa Basquetbol


Como parte de qué es basquetbol su significado de la composición de 2 palabras, de la palabra básquet que en español es canasta y ball significa en español pelota,

también conocido como baloncesto o básquet que viene a ser una disciplina deportiva que se juega en 2 equipos, en un período de tiempo de 40 minutos.

Los equipos están conformados por 12 jugadores de los cuales 5 son los jugadores principales y 7 son los suplentes, los períodos de tiempo se dividen en 4 tercios de 10

minutos cada uno, la finalidad principal de esta disciplina es introducir el balón en la canasta o cesta y es la manera de obtener puntuación.
En cuanto a qué es basquetbol, la puntuación que se obtiene por introducir el balón es de 2 o 3 puntos dependiendo de la posición del jugador al ejecutar la encestada, la

canasta o aro está colgada a una altura de 3,5 metros de la superficie y se encuentra ubicada en los extremos de la cancha, la manera de jugar es sólo contacto de mano

con el balón y rebotes del balón con el piso.

Los jugadores también conocidos como basquetbolistas sólo pueden trasladar el balón realizando rebotes contra el piso o superficie de la cancha, el equipo que posea el

balón o equipo atacante debe tratar de llegar a la canasta para encestar y el otro equipo tiene que tratar de impedirlo ya sea robando el balón o ejecutando tapones.

Qué es el Minibasquetbol
El minibasquetbol también conocido como mini baloncesto se aplica como requerimiento educativo y su objetivo principal es la de desarrollar en los niños

habilidades así como enseñarles todo lo relacionado al basquetbol, esta práctica comprende las edades que son menores a 11 años, tiene como finalidad es la enseñanza

y pedagogia del baloncesto.

El tamaño de la cancha, la altura de la canasta, los tableros, el diámetro y peso del balón todas estas características van adaptadas a la edad, el tiempo a desarrollarse el

juego también varía a 2 tiempos de 20 minutos que consta de 10 minutos y un intermedio de descanso de 2 minutos, con la pausa intermedia de 10 minutos al finalizar

cada tiempo de 20 minutos.


Qué es el Basquetbol y sus Fundamentos
El basquetbol o baloncesto es una disciplina deportiva que se desarrolla en una cancha cubierta pero también se puede practicar en una cancha descubierta, esta se

desarrolla entre 2 equipos conformados de 5 jugadores cada equipo y en el que el único objetivo es tratar de encestar el balón en la canasta.

Entre lo que corresponde a qué es basquetbol en esta disciplina deportiva encontramos como todas las diferentes disciplinas deportivas sus fundamentos básicos para

poder practicarla, en el baloncesto o basquetbol tenemos sólo 3 fundamentos que debemos tener en cuenta al practicarlo.

1.- El Bote que viene a ser la manera de controlar el balón al momento de que este choque contra el piso y regrese a las manos del jugador, de esta manera sirve para que

el jugador pueda desplazarse en toda la cancha, existen 3 maneras de ejecutar el bote que viene a ser el bote de protección, el bote de control y el bote de velocidad.
a.-Bote de protección es el que se realiza cuando el jugador es acosado por el rival, debe ser bajo de manera que no sobrepase la rodilla y la otra mano que está libre sirve

para protegerse del atacante.

b.-El Bote de control es el más utilizado ya que permite avanzar y desplazarse por toda la cancha, el bote no sobrepasa la cadera y se ejecuta hacia los lados y hacia

delante.

c.-El Bote de velocidad es empleado para poder recorrer una distancia en la brevedad posible, este se realiza rebotando el balón hacia delante y se pasa por sobre la

cadera esto ayudará al jugador a un mayor recorrido entre cada bote.

2.-El Pase que viene a ser la manera de entregar el balón al compañero de manera efectiva y con mucha precisión, el pase es utilizado para avanzar hacia la canasta con la

intervención de los demás compañeros, entre los pases que existen podemos mencionar:
 Pase de pecho que se realiza sacando el balón con las 2 manos desde la altura de el pecho hasta la altura del pecho de su compañero.

 Pase Picado que se ejecuta rebotando de un golpe el balón contra el piso para darle más fuerza y de esa manera impedir el corte del balón al rival.

 Pase de Beísbol que se realiza largo y en una mano.

 Pase por la espalda que se realiza por la parte trasera de la espalda y con la mano contraria proyectándose hacia donde está ubicado el jugador receptor.

 Pase por encima de la cabeza se realiza después del rebote por encima de la cabeza de manera fuerte y en 2 manos.
 Pase Alley-opp es el que se ejecuta un lanzamiento tratando de llegar lo más cerca posible de la canasta y dando la posibilidad de que un compañero pueda

atrapar el balón y encestar.

 Pase mano a mano es uno los pases más seguros y se realiza cuando el jugador recibe el balón de manos de un compañero sin ser lanzado el balón.

3.-El tiro es cuando el jugador intenta encestar, también podemos encontrar diferentes maneras de ejecutarlo:

 Tiro de suspensión viene a ser el lanzamiento hacia la canasta luego de tratar de impulsarse hacia la canasta.

 Tiro Libre este lanzamiento es ejecutado después que algún jugador recibe una falta desde la zona específicamente llamada zona de tiro libre.

 Tiro bandeja este tiro es ejecutado cuando el jugador en movimiento o carrera lanza el balón a la canasta y en ese trayecto da 2 pasos solamente.

 Tiro Mate es cuando el balón se introduce en la canasta de arriba hacia abajo con fuerza.

 Tiro Gancho es cuando el lanzamiento del balón con una mano es por encima de la cabeza y con el movimiento se dibuja un arco.

Salud mental: definición del concepto

El término de salud mental puede ser en apariencia sencillo, pero lo cierto es que en el fondo es un concepto altamente complejo para la cual no hay una única definición

global. Y es que depende de quien la haga y desde la disciplina y perspectiva biológica y cultural desde la que se parta lo que se entiende como salud mental puede ser muy

diferente.

De una manera general es posible definir la salud mental como el estado de bienestar subjetivo en el que la persona es capaz de hacer frente a las demandas psicosociales del

día a día, es consciente de sus capacidades y puede gracias a ellas adaptarse e integrarse de manera efectiva en el mundo que le rodea.

Estaríamos ante un estado de equilibrio entre la persona y el mundo tanto cognitivo como emocional y como conductual, en el cual la primera se siente y es capaz de

funcionar adecuadamente, y puede no solo satisfacer sus necesidades sino sentirse bien y realizado. Asimismo se debe tener en cuenta de que la salud no es considerada

como un objetivo per se, sino como algo que forma parte de nuestra vida diaria y que nos permite llevar a cabo nuestras aspiraciones. Dentro del concepto de salud mental se

incluye también la capacidad de realizar las conductas necesarias para mantener y promover la propia salud tanto física como mental.

Es importante tener en cuenta que salud mental y trastorno mental no son opuestos, ya que no es suficiente con no tener ningún tipo de patología para poder considerar

estar sano.

No se trata pues de no tener enfermedades o trastornos físicos o mentales, sino también de gozar de un equilibrio biopsicosocial que nos permita mantenernos en buenas

condiciones, ser capaces de adaptarnos al medio y disfrutar de nuestro día a día. Dicho de otra manera, es necesario tener un buen estado de bienestar psicológico para

poder considerar una buena salud mental.


El bienestar psicológico: ¿que implica?

Tal y como hemos visto la salud mental implica un estado de bienestar, no solo a nivel físico también psicológico. En este sentido, entendemos como bienestar psicológico al

conjunto de sensaciones positivas derivadas de un funcionamiento mental en el que prevalece la autorrealización y la capacidad para hacer frente o adaptarse a las

situaciones y demandas ambientales.

El bienestar subjetivo se configura principalmente, según el modelo de Carol Ryff, por la presencia de una elevada auto-aceptación o capacidad para validar tanto lo bueno

como lo malo de uno mismo de tal modo que se esté satisfecho con quien es uno mismo, la búsqueda y mantenimiento de relaciones positivas y profundas con el entorno, la

capacidad de influir en el entorno y la percepción de dicha capacidad, la existencia de capacidad para elegir de manera independiente y tomar las propias decisiones en

función de las propias creencias, la posibilidad de crecer y desarrollarse personalmente de tal modo que podamos optimizarnos al máximo posible y, por último y no menos

importante la existencia de propósitos vitales o metas a conseguir.

A todo ello puede añadirse la existencia en el día a día de una elevada proporción de afecto positivo y baja de negativo, satisfacción y sensación de coherencia, integración,

aceptación social. Además también influye la percepción de ser útil y generar algo a la comunidad.

Principales características

Son muchos los aspectos que hay que considerar a la hora de valorar la salud mental. En este sentido puede ser interesante señalar y subrayar diferentes características a

tener en cuenta en lo que respecta a lo que implica la existencia de salud mental. Entre ellas podemos encontrar las siguientes.

1. No solo es ausencia de trastorno

Tal y como hemos ido viendo, cuando hablamos de salud mental no estamos hablando de la mera ausencia de trastornos o problemas mentales sino de un estado de

bienestar general que permite un buen funcionamiento y participación en el mundo y una correcta relación para con uno mismo.

Quizás te interese: "Los 16 trastornos mentales Salud mental: definición del


concepto
El término de salud mental puede ser en apariencia sencillo, pero lo cierto es
que en el fondo es un concepto altamente complejo para la cual no hay una
única definición global. Y es que depende de quien la haga y desde la
disciplina y perspectiva biológica y cultural desde la que se parta lo que se
entiende como salud mental puede ser muy diferente.

De una manera general es posible definir la salud mental como el estado de


bienestar subjetivo en el que la persona es capaz de hacer frente a las
demandas psicosociales del día a día, es consciente de sus capacidades y
puede gracias a ellas adaptarse e integrarse de manera efectiva en el mundo
que le rodea.

Estaríamos ante un estado de equilibrio entre la persona y el mundo tanto


cognitivo como emocional y como conductual, en el cual la primera se siente
y es capaz de funcionar adecuadamente, y puede no solo satisfacer sus
necesidades sino sentirse bien y realizado. Asimismo se debe tener en
cuenta de que la salud no es considerada como un objetivo per se, sino como
algo que forma parte de nuestra vida diaria y que nos permite llevar a cabo
nuestras aspiraciones. Dentro del concepto de salud mental se incluye
también la capacidad de realizar las conductas necesarias para mantener y
promover la propia salud tanto física como mental.

Es importante tener en cuenta que salud mental y trastorno mental no son


opuestos, ya que no es suficiente con no tener ningún tipo de patología para
poder considerar estar sano.

No se trata pues de no tener enfermedades o trastornos físicos o mentales,


sino también de gozar de un equilibrio biopsicosocial que nos permita
mantenernos en buenas condiciones, ser capaces de adaptarnos al medio y
disfrutar de nuestro día a día. Dicho de otra manera, es necesario tener un
buen estado de bienestar psicológico para poder considerar una buena salud
mental.
El bienestar psicológico: ¿que implica?
Tal y como hemos visto la salud mental implica un estado de bienestar, no
solo a nivel físico también psicológico. En este sentido, entendemos como
bienestar psicológico al conjunto de sensaciones positivas derivadas de un
funcionamiento mental en el que prevalece la autorrealización y la capacidad
para hacer frente o adaptarse a las situaciones y demandas ambientales.

El bienestar subjetivo se configura principalmente, según el modelo de Carol


Ryff, por la presencia de una elevada auto-aceptación o capacidad para
validar tanto lo bueno como lo malo de uno mismo de tal modo que se esté
satisfecho con quien es uno mismo, la búsqueda y mantenimiento de
relaciones positivas y profundas con el entorno, la capacidad de influir en el
entorno y la percepción de dicha capacidad, la existencia de capacidad para
elegir de manera independiente y tomar las propias decisiones en función de
las propias creencias, la posibilidad de crecer y desarrollarse personalmente
de tal modo que podamos optimizarnos al máximo posible y, por último y no
menos importante la existencia de propósitos vitales o metas a conseguir.

A todo ello puede añadirse la existencia en el día a día de una elevada


proporción de afecto positivo y baja de negativo, satisfacción y sensación de
coherencia, integración, aceptación social. Además también influye la
percepción de ser útil y generar algo a la comunidad.

Principales características
Son muchos los aspectos que hay que considerar a la hora de valorar la salud
mental. En este sentido puede ser interesante señalar y subrayar diferentes
características a tener en cuenta en lo que respecta a lo que implica la
existencia de salud mental. Entre ellas podemos encontrar las siguientes.
1. No solo es ausencia de trastorno
Tal y como hemos ido viendo, cuando hablamos de salud mental no estamos
hablando de la mera ausencia de trastornos o problemas mentales sino de
un estado de bienestar general que permite un buen funcionamiento y
participación en el mundo y una correcta relación para con uno mismo.

 Quizás te interese: "Los 16 trastornos mentales más comunes"

2. Incluye cognición, emoción y conducta


A menudo cuando hablamos de salud mental solemos imaginar a alguien con
algún tipo de problemática vinculada a la existencia de problemas
cognitivos. Sin embargo, dentro de la salud mental también encontramos
elementos emocionales y motivacionales e incluso conductuales: la salud
mental no solo implica tener una forma de pensar concreta, sino también de
sentir y hacer.

3. Se va desarrollando a lo largo de la vida


El estado de salud mental de cada uno no aparece de la nada, sino que es
producto de un largo proceso de desarrollo en el cual factores biológicos,
ambientales y biográficos (las experiencias y aprendizajes que hacemos a lo
largo de la vida) van a influir en gran medida.

La vivencia de un estado de bienestar o de la falta de este puede variar en


gran medida de una persona a otra, y dos personas diferentes o incluso una
misma en dos momentos vitales distintos puede llegar a tener una
consideración diferente respecto a su estado de salud mental.
4. Influencia cultural
Tal y como ya hemos visto anteriormente, el concepto de salud mental
puede ser complejo de definir de manera universal debido a que diferentes
culturas tienen diferentes concepciones de lo que es o no es sano. Del mismo
modo, se utiliza por lo general la comparación con el grupo de referencia
para valorar el propio estado de salud mental: algo es considerado sano si se
ajusta a lo que la sociedad considera como tal. Así, un mismo sujeto puede
considerarse mentalmente sano en un contexto y no en otro.

Por poner un ejemplo, en un país individualista se hará más énfasis en la


autonomía y la autodeterminación mientras que en uno colectivista será
considerado como más sano aquel que sea capaz de pensar más en el grupo
o la comunidad. Otro ejemplo lo encontramos en el manejo y consideración de
las emociones: algunas culturas o países tienden a buscar esconder o
suprimir las negativas, mientras que otras buscan una mayor aceptación y
validación de éstas.

5. Salud mental como algo dinámico y trabajable


Al igual que ocurre con la salud física, el estado de salud mental puede variar
a lo largo de la vida en base a los diferentes patógenos y vivencias que
tengamos a lo largo de nuestra vida. En este sentido es posible trabajar por
mejorar la salud mental: los problemas de salud mental puede tratarse y la
situación de cada individuo puede llegar a mejorar en gran medida.
Asimismo, podemos establecer estrategias y medidas que contribuyen a
mejorar nuestro estado de salud mental y prevenir posibles problemas.

Por otro lado, también es posible que ante determinadas situaciones una
persona con un buen nivel de salud mental llegue a padecer algún tipo de
problema o patología.
6. Interrelación cuerpo-mente
Otra idea que es necesario tener en cuenta cuando hablamos de salud
mental es el hecho de que no es posible entender por completo el
funcionamiento de la mente sin el cuerpo o del cuerpo sin la mente.

La presencia de enfermedades y alteraciones médicas supone un factor a


tener en cuenta a la hora de explicar el estado de salud mental, y viceversa.
Resulta fácilmente visible si pensamos en los efectos que pueden generar en
nuestra psique enfermedades graves, crónicas o muy peligrosas: el estrés,
miedo y sufrimiento que pueden conllevar problemas tan importantes como
un cáncer, un infarto, una diabetes o una infección por VIH.

En este sentido hay que tener en cuenta tanto la posible afectación de la


enfermedad en el estado de salud mental (por ejemplo una intoxicación
puede generar alteraciones mentales) como la que genera la percepción de
enfermedad. Esto no quiere decir que no se pueda preservar la salud mental
pese a tener una enfermedad, pero sí que puede suponer un hándicap o una
dificultad para mantener un estado de bienestar mental.

Asimismo la práctica de deporte y el mantenimiento de hábitos de vida


saludables favorece la salud mental, el equilibrio y el bienestar. Del mismo
modo, la salud mental tiene un efecto sobre la salud física: una buena salud
mental favorece que el cuerpo se mantenga sano, mientras que si existe
algún problema es más fácil que se sucedan cansancio, malestar, dolor físico,
bajada del sistema inmune, somatizaciones… y ello puede llevar a padecer
enfermedades.

Referencias bibliográficas:

 Clariana, S.M. y De los Ríos, P. (2012). Psicología de la salud. Manual CEDE


de Preparación PIR, 04. CEDE: Madrid.
 Organización Mundial de la Salud (2013). Salud mental: un estado de
bienestar. [Online]. Disponible en:
https://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/
 Ryff, C. (1989). Happiness is everything, or is it? Explorations on the
meaning of psychological well-being. Journal of Personality and Social
Psychology, 57, 1069-1081.

 más comunes"

2. Incluye cognición, emoción y conducta

A menudo cuando hablamos de salud mental solemos imaginar a alguien con algún tipo de problemática vinculada a la existencia de problemas cognitivos. Sin embargo,

dentro de la salud mental también encontramos elementos emocionales y motivacionales e incluso conductuales: la salud mental no solo implica tener una forma de pensar

concreta, sino también de sentir y hacer.

3. Se va desarrollando a lo largo de la vida

El estado de salud mental de cada uno no aparece de la nada, sino que es producto de un largo proceso de desarrollo en el cual factores biológicos, ambientales y

biográficos (las experiencias y aprendizajes que hacemos a lo largo de la vida) van a influir en gran medida.

La vivencia de un estado de bienestar o de la falta de este puede variar en gran medida de una persona a otra, y dos personas diferentes o incluso una misma en dos

momentos vitales distintos puede llegar a tener una consideración diferente respecto a su estado de salud mental.

4. Influencia cultural

Tal y como ya hemos visto anteriormente, el concepto de salud mental puede ser complejo de definir de manera universal debido a que diferentes culturas tienen diferentes

concepciones de lo que es o no es sano. Del mismo modo, se utiliza por lo general la comparación con el grupo de referencia para valorar el propio estado de salud mental:

algo es considerado sano si se ajusta a lo que la sociedad considera como tal. Así, un mismo sujeto puede considerarse mentalmente sano en un contexto y no en otro.
Por poner un ejemplo, en un país individualista se hará más énfasis en la autonomía y la autodeterminación mientras que en uno colectivista será considerado como más

sano aquel que sea capaz de pensar más en el grupo o la comunidad. Otro ejemplo lo encontramos en el manejo y consideración de las emociones: algunas culturas o países

tienden a buscar esconder o suprimir las negativas, mientras que otras buscan una mayor aceptación y validación de éstas.

5. Salud mental como algo dinámico y trabajable

Al igual que ocurre con la salud física, el estado de salud mental puede variar a lo largo de la vida en base a los diferentes patógenos y vivencias que tengamos a lo largo de

nuestra vida. En este sentido es posible trabajar por mejorar la salud mental: los problemas de salud mental puede tratarse y la situación de cada individuo puede llegar a

mejorar en gran medida. Asimismo, podemos establecer estrategias y medidas que contribuyen a mejorar nuestro estado de salud mental y prevenir posibles problemas.

Por otro lado, también es posible que ante determinadas situaciones una persona con un buen nivel de salud mental llegue a padecer algún tipo de problema o patología.

6. Interrelación cuerpo-mente

Otra idea que es necesario tener en cuenta cuando hablamos de salud mental es el hecho de que no es posible entender por completo el funcionamiento de la mente sin el

cuerpo o del cuerpo sin la mente.

La presencia de enfermedades y alteraciones médicas supone un factor a tener en cuenta a la hora de explicar el estado de salud mental, y viceversa. Resulta fácilmente

visible si pensamos en los efectos que pueden generar en nuestra psique enfermedades graves, crónicas o muy peligrosas: el estrés, miedo y sufrimiento que pueden

conllevar problemas tan importantes como un cáncer, un infarto, una diabetes o una infección por VIH.

En este sentido hay que tener en cuenta tanto la posible afectación de la enfermedad en el estado de salud mental (por ejemplo una intoxicación puede generar alteraciones

mentales) como la que genera la percepción de enfermedad. Esto no quiere decir que no se pueda preservar la salud mental pese a tener una enfermedad, pero sí que puede

suponer un hándicap o una dificultad para mantener un estado de bienestar mental.

Asimismo la práctica de deporte y el mantenimiento de hábitos de vida saludables favorece la salud mental, el equilibrio y el bienestar. Del mismo modo, la salud mental

tiene un efecto sobre la salud física: una buena salud mental favorece que el cuerpo se mantenga sano, mientras que si existe algún problema es más fácil que se sucedan

cansancio, malestar, dolor físico, bajada del sistema inmune, somatizaciones… y ello puede llevar a padecer enfermedades.

Referencias bibliográficas:

 Clariana, S.M. y De los Ríos, P. (2012). Psicología de la salud. Manual CEDE de Preparación PIR, 04. CEDE: Madrid.

 Organización Mundial de la Salud (2013). Salud mental: un estado de bienestar. [Online]. Disponible en: https://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/
 Ryff, C. (1989). Happiness is everything, or is it? Explorations on the meaning of psychological well-being. Journal of Personality and Social Psychology, 57, 1069-1081.

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