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Dik, S. (1997). The Theory of Functional Grammar. Part 1: The Structure of Clause. 2a ed.

Berlín: Mouton de Gruyter. Capítulo 1, pp. 1-24. Versión: Dr. J. Guillén.

1. Preliminares metodológicos
1.0 Introducción
Cuando se adopta una aproximación funcional al estudio de las lenguas naturales, las
cuestiones en las que debemos estar interesados pueden formularse como sigue:
¿Cómo trabaja el usuario de una lengua natural (ULN)? ¿De qué forma los hablantes y
los destinatarios se comunican exitosamente por medio del uso de expresiones
lingüísticas? ¿Cómo es posible para ellos hacerse entender, influir en la información
del otro (incluyendo conocimiento, creencias, prejuicios, sentimientos) por medios
lingüísticos?
Una manera constructivista de formular esta pregunta es: ¿cómo podemos
construir un modelo del usuario de un lenguaje natural de tal forma que pueda hacer
el mismo tipo de cosas que un ULN puede? ¿Qué tipos de módulos habría que
construirse en este modelo, qué tipos de relaciones tendrían que establecerse entre
estos módulos y qué tipos de estrategias de procesamiento serían requeridas para
aproximarse a la competencia comunicativa de los ULN?
Tan pronto como se empieza a pensar acerca de este modelo, nos damos cuenta
que el ULN es mucho más que un «animal» lingüístico. Hay muchas funciones
humanas «superiores» involucradas en el uso comunicativo del lenguaje más que sólo
la función lingüística. Al menos las siguientes capacidades juegan un rol esencial en la
comunicación lingüística y deben ser incorporadas en la construcción de este modelo:
(i) una capacidad lingüística: el ULN es capaz de producir e interpretar correctamente
expresiones lingüísticas de gran complejidad y variedad estructural en un gran
número de diferentes situaciones comunicativas.
(ii) una capacidad epistémica: el ULN es capaz de construir, mantener y explotar una
base de conocimiento organizada; puede derivar conocimiento de las expresiones
lingüísticas, archivar ese conocimiento de manera apropiada, recuperarlo y
utilizarlo en la interpretación de futuras expresiones lingüísticas.
(iii) una capacidad lógica: provisto con ciertas piezas de conocimiento, el ULN es capaz
de derivar futuras piezas de conocimiento, por medio de reglas de razonamiento
monitoreado por principios de lógica deductiva y probabilística.

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(iv) una capacidad perceptual: un UNL es capaz de percibir su ambiente, derivar


conocimiento de sus percepciones, y usa este conocimiento perceptualmente
adquirido tanto para producir como para interpretar expresiones lingüísticas.
(v) una capacidad social: un UNL no sólo sabe qué decir, sino que también sabe cómo
decirlo a un interlocutor particular en una situación comunicativa particular, con
la finalidad de alcanzar metas comunicativas particulares.
Parece claro, entonces, que estas diferentes capacidades deben interactuar unas con
otras: cada una de ellas produce un output que puede ser esencial para las
operaciones de las otras.
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1.1 Gramática funcional
La GF es una teoría general interesada en la organización gramatical de las lenguas
naturales. Como con cualquier objeto completo de investigación, la manera en que se
conceptualiza un lenguaje natural, las cuestiones a responder y las respuestas a buscar
están fuertemente dependientes de las suposiciones que subyacen a dicha
aproximación. Estas suposiciones constituyen las bases filosóficas, el paradigma o la
tradición de la investigación en que dicha teoría va a operar. En la teoría lingüística la
distinción entre paradigmas se puede identificar claramente, una privilegia la
estructura, mientras que la otra, la función. Estos paradigmas pueden ser llamados el
paradigma formal y el paradigma funcional.
En el paradigma formal, el lenguaje es considerado con un objeto formal
abstracto (e.g. como una serie de oraciones), y la gramática se conceptualiza
principalmente como un intento de caracterizar este objeto formal en términos de
reglas de una sintaxis formal que puede aplicarse independientemente de los
significados y uso de las construcciones descritas. La sintaxis es, así, una prioridad
metodológica sobre la semántica y la pragmática.
En el paradigma funcional, por el otro lado, el lenguaje es, en primer lugar,
conceptualizado como un instrumento de interacción social entre seres humanos,
usado con la intención de establecer relaciones comunicativas. Dentro de este
paradigma se intenta revelar la instrumentalidad del lenguaje con respecto a lo que

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las personas hacen y logran con la interacción social. Un lenguaje natural, en otras
palabras, es visto como una parte integrada de la competencia comunicativa del UNL.
La interacción verbal, i.e. la interacción social por medio del lenguaje, es una
forma de actividad cooperativamente estructurada. Es una actividad estructurada
(más que aleatoria) en el sentido de que está gobernada por reglas, normas y
convenciones. Es una actividad cooperativa en el sentido obvio que necesita, al
menos, dos participantes para alcanzar sus metas. Dentro de la interacción verbal, los
participantes aprovechan los instrumentos que, en sentido general del término,
podemos llamar expresiones lingüísticas. Estas expresiones por sí mismas, de nuevo,
son entidades estructuradas, i.e. son gobernadas por reglas y principios que
determinan su construcción.
Desde el punto de vista funcional, entonces, la lingüística tiene que tratar con
dos tipos de sistemas de reglas, ambos ratificados por convención social:
(i) las reglas que gobiernas la constitución de expresiones lingüísticas (reglas
fonológicas, morfológicas, sintácticas y semánticas).
(ii) las reglas que gobiernan los patrones de la interacción verbal en la que esas
expresiones lingüísticas son usadas (reglas pragmáticas).
El primer sistema de reglas es visto como instrumental con respecto a las metas y
propuestas del segundo sistema: el requerimiento básico del paradigma funcional es
que las expresiones lingüísticas deben ser descritas y explicadas en términos del
marco general provisto por el sistema pragmático de la interacción verbal. Y, como ya
argumentamos, la interacción verbal por sí misma debe ser vista como integrada a las
funciones cognitivas superiores del ULN.
La GF está planteada para ser una teoría que satisface este requerimiento del
paradigma funcional. Esto significa, inter alia, que donde sea posible intentaremos
aplicar los siguientes dos principios de explicación funcional:
(i) una teoría del lenguaje no debería limitarse a mostrar las reglas y principios
subyacentes en la construcción de expresiones lingüísticas para su propio medio,
más bien debería intentar explicar estas reglas y principios en términos de su
funcionalidad con respecto a las formas en que estas expresiones se utilizan.

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(ii) aunque por sí misma una teoría de expresiones lingüísticas no es lo mismo que
una teoría de la interacción verbal, es natural que debe ser ideada en tal sentido
que pueda ser incorporada más fácil y realísticamente dentro de una teoría
pragmática de la interacción verbal. En última instancia, la teoría gramática debe
ser un subcomponente integrado de nuestra teoría del UNL.
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1.2 El paradigma funcional
Un paradigma, en el sentido en el que este término es utilizado aquí, es una estructura
compuesta de creencias y suposiciones que interactúan entre sí. Para dar una idea
más clara de lo que comprendemos por el paradigma funcional, presentamos las
concepciones básicas que lo componen.
(P1) ¿Qué es una lengua natural?
Es un instrumento de interacción social. Que sea un instrumento significa que no
existe como una estructura arbitraria de algún tipo, sino, más bien, que existe por
virtud de ser usado para ciertas propuestas. Estas propuestas conciernen con la
interacción social entre seres humanos.
(P2) ¿Cuál es la principal función de una lengua natural?
La principal función es el establecimiento de comunicación entre ULN’s. La
comunicación puede ser vista como un patrón interactivo dinámico de actividades,
por medio de los cuales los ULN’s provocan ciertos cambios en la información
pragmática de sus compañeros comunicativos. La información pragmática es el
cuerpo completo de conocimiento, creencias, preconcepciones, sentimientos, etcétera,
que constituyen el contenido de la mente de un individuo en un tiempo determinado.
La comunicación, así, no está restringida a la transmisión y recepción de información
factual.
Se sigue que el uso del lenguaje requiere, al menos, dos participantes, un
hablante (S) y un destinatario (A). Por su puesto, hay situaciones en las que algunos S
utilizan el lenguaje sin que esté otro participante presente en la situación. Este es el
caso del monólogo interno, pensar y escribir. Estas formas del uso del lenguaje, sin
embargo, pueden ser interpretadas como derivadas en relación con los usos
interactivos del lenguaje (Vygotsky 1962): en la escritura, un A, quien no está presente

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en la situación, estará activo después, cuando el texto escrito sea leído; en el


monólogo interno, uno juega ambos roles, S y A, al mismo tiempo; y pensar puede ser
interpretado con una forma cubierta de hablar con uno mismo.
Es mucho más fácil comprender los usos individuales del lenguaje como
derivados de sus usos comunicativos que comprender los usos comunicativos sobre la
base de la mirada de que un lenguaje es, primero y antes que nada, un instrumento de
la auto-organización y la auto-expresión que puede ser utilizado para hablar con
otros. Desde esta perspectiva, la uniformidad del lenguaje entre individuos permanece
como un misterio.
(P3) ¿Cuál es el correlato psicológico de un lenguaje?
El correlato psicológico de un lenguaje natural es la competencia comunicativa del
ULN en el sentido de Hymes (1972): su habilidad para comunicar por medio del
lenguaje dentro de la interacción social. La interpretación de «competencia» como
«competencia comunicativa» no significa que no podamos distinguir entre
«competencia» (el conocimiento requerido para alguna actividad) y «actuación» (la
implementación real de ese conocimiento en la actividad). Ciertamente hay una
diferencia entre lo que podemos hacer y lo que en realidad hacemos en un caso dado.
Cuando usamos el término «competencia comunicativa» más que «competencia
gramatical» en el sentido de Chomsky (1965), queremos decir que la capacidad
lingüística del ULN comprende no sólo la habilidad para construir e interpretar
expresiones lingüística, sino más bien la habilidad para usar esas expresiones de
manera efectiva y apropiada de acuerdo con las convenciones de la interacción verbal
que prevalecen en una comunidad lingüística. De hecho, la competencia comunicativa
incluso comprende la habilidad para usar gramaticalmente expresiones mal formadas
con eficientes resultados comunicativos, un juego en el que la mayoría de los ULN’s
son bastante eficientes, como cualquier transcripción de una conversación natural
espontánea revela.
(P4) ¿Cuál es la relación entre el sistema de una lengua y su uso?
El sistema que subyace en la construcción de las expresiones lingüísticas es un
sistema funcional. Desde el principio, debe ser estudiado dentro del marco de las
reglas, principios y estrategias que gobiernan su uso comunicativo natural. En otras

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palabras, la cuestión de cómo un lenguaje está organizado no puede ser estudiado


abstraído de la cuestión de por qué está organizado de la manera en que lo está, dadas
las funciones que satisface.
Esto significa que las expresiones lingüísticas pueden ser comprendidas
apropiadamente sólo cuando se consideran como funcionales: las propiedades que
están codeterminadas por la información contextual y situacional disponible para el S
y el A. El lenguaje no funciona en aislado: es una parte integrada en una realidad
humana (psicológica y social).
(P5) ¿Cómo adquieren los niños un lenguaje natural?
El debate gira en torno a factores genéticos innatos y los factores ambientales sociales
que pueden considerarse como responsables de la habilidad del niño para adquirir un
lenguaje natural. Dentro del marco del paradigma formal, los chomskyanos han
tomado una postura innatista extrema. Esto es comprensible, cualquier forma de
aprendizaje del lenguaje viene con un misterio, que sólo puede ser comprendido
asumiendo que el lenguaje ha estado ahí todo el tiempo en la forma de una estructura
preprogramada genéticamente en la mente humana.
Desde un punto de vista funcional, es mucho más atractivo estudiar la
adquisición del lenguaje como un proceso que se desarrolla en la interacción
comunicativa entre el niño y su entorno, y atribuir a factores genéticos sólo aquellos
principios subyacentes que no pueden ser explicados como adquiridos en esta
interacción. Los estudiantes de adquisición del lenguaje, quienes se aproximan desde
esta perspectiva a la AL han mostrado que el proceso está fuertemente codeterminado
por un input altamente estructurado de datos lingüísticos, presentados al niño en
situaciones naturales, y adaptado a su nivel de desarrollo de la competencia
comunicativa.
Hay que notar que una perspectiva funcional del lenguaje no imposibilita la
existencia de factores genéticos que guían o facilitan la adquisición del lenguaje.
Después de todo, el lenguaje natural es un fenómeno específico de la especie humana.
Tales factores genéticos, sin embargo, serán considerados como el último factor,
después de que todos los otros intentos para explicar los hechos lingüísticos hayan
fallado.

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(P6) ¿Cómo pueden ser explicados los universales lingüísticos?


Cuando las lenguas son separadas de sus propuestas comunicativas, la pregunta
surge: por qué deberían tener propiedades en común. Después de todo, cualquier
sistema arbitrario sería tan bueno como cualquier otro. Una vez más, en la
aproximación funcional al lenguaje deberíamos ser capaces de comprender las
propiedades comunes más penetrantes de las lenguas en términos de los factores
externos que determinan su naturaleza. Cualquier lengua natural puede considerarse
como un solución particular para un problema extremadamente complejo. Como con
cualquier problema, el posible «espacio» para llegar a soluciones viables está
restringido por: (i) la naturaleza del problema mismo, (ii) la naturaleza de quien
resolverá el problema y (iii) las circunstancias en las cuales el problema debe ser
resuelto. En el caso de las lenguas naturales, estos tres factores pueden ser
especificados como: (i) el establecimiento de relaciones comunicativas de alto nivel
entre seres humanos, (ii) las propiedades biológicas y psicológicas de los usuarios de
las lenguas naturales y (iii) las configuraciones y circunstancias en las que las lenguas
son utilizadas para propuestas comunicativas.
(P7) ¿Cuál es la relación entre pragmática, semántica y sintaxis?
Será ahora evidente que en el paradigma funcional la relación entre los diferentes
componentes de la organización lingüística es considerada de tal forma que la
pragmática es vista como el marco teórico dentro del que la semántica y la sintaxis
deben ser estudiadas. La semántica es considerada como instrumental con respecto a
la pragmática y la sintaxis como instrumental con respecto a la semántica. Desde esta
perspectiva, no hay lugar para algo llamado sintaxis «autónoma». Por el contrario, en
la medida en la que establezcamos un división clara entre sintaxis y semántica, la
sintaxis está ahí para que las personas sean capaces de formar expresiones complejas
para comunicar significados complejos, y tales significados complejos están ahí para
que las personas sean capaces de comunicar de diferentes formas.
Las respuestas dadas a las 7 preguntas postuladas constituyen lo que yo
comprendo como el paradigma funcional. Este paradigma define la filosofía básica
que subyace en la GF. Cada uno de los puntos mencionados serán detallados más
adelante. Sin embargo, este trabajo es uno monográfico sobre la teoría gramatical,

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más que un tratado en filosofía lingüística. Nos restringiremos aquí a los puntos
destacados, asumiendo que son claves para comprender la filosofía que está detrás de
la GF.
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1.3 Algunos aspectos de la interacción verbal
13.1 Un modelo de la interacción verbal
Intentaremos clarificar algunos aspectos cruciales de lo que entendemos por
interacción verbal por medio de la Figura 1.
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En cualquier etapa de la interacción verbal tanto S (Hablante) como A (Destinatario)
poseen una gran cantidad de información pragmática, Ps y Pa, respectivamente. Para
decirle algo a A, la intención de S es afectar una modificación en Pa. Para lograrlo, S
debe construir una intención comunicativa, un plan mental concerniente a la
modificación particular que desea traer acerca de Pa. El problema de S es formular su
intención de tal forma que tenga una oportunidad real de guiar a A a la modificación
deseada de su información pragmática. En consecuencia, S intentará anticipar la
interpretación que A está intentando asignar a su expresión lingüística, dado el estado
actual de Pa. Esta anticipación por parte de S requiere que S tenga un cuadro
razonable de las partes relevantes de Pa. En otras palabras, un estimado de Pa es
parte de Ps, un punto al que regresaremos en 1.3.3.

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Por el otro lado, A interpreta la expresión lingüística de S bajo la luz de Pa y de su


estimado de Ps, y así intenta llegar a una reconstrucción de la intención comunicativa
presumible de S. La interpretación a la que se llega puede guiar a A a traer esa
modificación en Pa que corresponde a la intención comunicativa de S.
Si A no llega a una interpretación que tenga una correspondencia razonable con
la intención comunicativa de S, habría una mal interpretación entre S y A. Muchas
malas interpretaciones pasan inadvertidas en la vida diaria. Pero cuando una mala
interpretación concierne a un punto que es crucial para el desarrollo de la interacción,
podrá ser detectada y resuelta a través de una discusión metacomunicativa entre A y S
acerca de la naturaleza de las intenciones comunicativas de S. Obviamente, los roles
de S y A se intercambian en cada toma de turno.
Es importante puntualizar que la relación entre la Intención- S y la
Interpretación-A es mediada, pero no establecida, por la expresión lingüística. Desde
el punto de vista de A esto significa que la interpretación sólo estará basada
parcialmente sobre la información que está contenida en la expresión lingüística
como tal. Igualmente importante es la información que A ya tiene, y en términos en
los que interpreta la información lingüística. Desde el punto de vista de S, esto
significa que la expresión lingüística no necesita ser una verbalización completa de su
intención. Dada la información que S tiene acerca de la información que A tiene en el
momento de hablar, una verbalización parcial normalmente será suficiente.
Usualmente una verbalización parcial puede ser más efectiva que una expresión
directa de la intención.
Así, la expresión lingüística es una función de la intención de S, su información
pragmática y su anticipación de la interpretación de A, mientras que la interpretación
de A es una función de la expresión lingüística. La información pragmática de A, y sus
conjeturas acerca de lo que puede haber sido la intención comunicativa de S, puede
estar mediada también por la expresión lingüística.
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1.3.2 La estructura de la información pragmática
Por información pragmática entendemos el cuerpo completo de conocimiento,
creencias, suposiciones, opiniones y sentimientos disponibles para un individuo en

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cualquier punto de la interacción. Debemos puntualizar que el término «información»


no es entendido para estar restringido al conocimiento cognitivo sino, más bien,
incluye cualquier ítem posible que está presente en el mundo mental de los
individuos, incluyendo sus preconcepciones y prejuicios. La información pragmática
puede ser dividida en tres componentes:
(i) información general: información de largo plazo concerniente al mundo, sus
rasgos naturales y culturales y otros mundos posibles o imaginarios;
(ii) información situacional: información derivada de lo que los participantes
perciben o, si no, experimentan en la situación en la que la interacción toma lugar;
(iii) información contextual: información derivada de las expresiones lingüísticas que
son intercambiadas antes o después en cualquier punto dado de la interacción
verbal.
La información pragmática de S y A normalmente tendrán mucho en común (la
información compartida o común), pero también habrá información que está sólo
disponible para S o sólo para A. El punto actual de la interacción verbal típicamente
está en esta información no compartida; sin embargo, este punto puede ser
identificado sólo contrastando el background de la información compartida.
Podemos decir que la función primaria de la interacción verbal es que S efectúe
cambios en la información pragmática de A. Estos cambios pueden ser adiciones,
como cuando S provee a A con alguna pieza de información que no tenía antes;
sustituciones, como cuando S informa a A que cierta pieza de información debe ser
reemplazada por alguna otra pieza; o recordatorios, cuando S entera a A de alguna
pieza de información que poseía antes, pero que no consideraba en un momento
determinado. S puede también intentar efectuar un cambio en la información
emocional de A, como cuando intenta cambiar los sentimientos presumidos de A
acerca de algo.
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1.3.3 Conocimiento mutuo
La información pragmática de S incluirá una teoría acerca de la información
pragmática de A, y conversacionalmente: cada participante usualmente tiene una idea
detallada y estructurada acerca de las propiedades del otro, y esta teoría del otro juega

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un papel esencial en la interacción verbal. Como hemos visto en 1.3.1, permite que S
anticipe las interpretaciones posibles de sus expresiones por A, y A reconstruye la
intención comunicativa de S. Esta relación mutua entre S y A puede simbolizarse como
en la Figura 2. Es claro que la relación mutua diagramada en la Figura 2 define una
estructura de cajas dentro de cajas dentro de… cajas: hay una recursividad
teóricamente infinita como en (1):
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Algunos de los pasos previos en esta recursividad son de real importancia para la
interacción verbal. Por ejemplo, lo que pienso de lo que piensas acerca de lo que sé
puede ser muy importante si quiero que divulgues algo de información que preferirías
mantener en secreto. Pero después de unos cuantos pasos en esta recursividad, los
siguientes sólo tienen importancia teórica.
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Desde que los participantes tienen una teoría de la información pragmática del otro,
pueden también estimar lo que es compartido y lo que no entre su propia información
y la de los otros. Este estimado de información compartida y no compartida es de gran
importancia para el éxito de la interacción verbal. Una estrategia más común es que S
inicie de un punto estimado de información compartida y proceder desde ahí para
estimar la información no compartida para tener estas piezas que suman o sustituyen

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la información pragmática de A. Esta estrategia, que ha sido definida como el


«Contrato Dado-Nuevo» en la psicolingüística (Clark 1977), también tiene su impacto
sobre lo pragmáticamente relevante que estructura a las expresiones lingüísticas.
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1.3.4 Intención, significado e interpretación
En términos del modelo de interacción verbal presentada en la Figura 1, reservaremos
el término significado (o contenido semántico) para la información que están en
algún sentido u otro codificado en la expresión lingüística como tal. Así, el contenido
semántico es un rasgo determinado por el sistema de la lengua, para ser explicado por
la gramática de una lengua. El contenido semántico, sin embargo, no es idéntico al de
la intención comunicativa inicial de S (que es sólo mediado por la expresión
lingüística), ni al de la interpretación final a la que llega A (desde que A usa mucha
más información de la que está codificada en la expresión como tal). Podemos hablar
de una «escala de explicitez» de expresión, en este sentido una intención
comunicativa está codificada de manera relativamente explícita cuando hay poca
diferencia entre esa intención y el contenido semántico de la expresión, y de una
manera relativamente implícitamente cuando hay una gran diferencia entre la
intención y el contenido semántico. En términos de esta escala de explicitez, debemos
decir que mucho de lo que hay en la interacción verbal cotidiana es relativamente
implícita, y eso queda como actividad interpretativa de A para llegar a una
reconstrucción de la intención comunicativa de S. Desde esta perspectiva, el contenido
semántico de una expresión lingüística puede ser definida como esa información que
es necesaria y suficiente para entender esa expresión y explicar cómo puede ser
utilizada sistemáticamente para relacionar intenciones dadas con tipos de
interpretaciones, dentro del marco definido por la información pragmática disponible
para S y A.
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1.4 Estándares de adecuación
La meta de la GF es proveer los medios y principios por los cuales las gramáticas
funcionales de lenguas particulares pueden ser desarrolladas. Y la meta más alta de
un GF de una lengua particular es dar una cuenta adecuada y completa de la

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organización gramatical del discurso conectado en esa lengua. Tal gramática debe ser
capaz de especificar todas las expresiones lingüísticas por medio de un sistema de
reglas y principios en los que la mayoría de las generalizaciones acerca del lenguaje
son incorporados. Así, una GF debería conformarse con los estándares de adecuación
(en particular, adecuación descriptiva) tal como han sido formuladas por la GT de
Chomsky (1965).
Dado el diferente paradigma desde que la GF es concebida, podemos esperar
diferencias con respecto a lo que ha sido llamado «adecuación explicativa», esto es,
con respecto al criterio que nos permitirá determinar cuál de los dos o más debería ser
preferido de acuerdo con las gramáticas descriptivamente más adecuadas.
Bajo esta luz, los siguientes estándares de adecuación son de particular
importancia para la teoría de GF.
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1.4.1 Adecuación pragmática
Hemos visto que una GF debe ser conceptualizada como una incrustada dentro de una
teoría pragmática más amplia de la interacción verbal. Al final, tendría que ser capaz
de poder ser integrada a un modelo de ULN. Debemos decir que el grado de
adecuación pragmática de una GF es más alta para extenderse y acomodarse más
fácilmente con una teoría más amplia, la teoría pragmática. En particular, queremos
que una GF revele esas propiedades de las expresiones lingüísticas que son relevantes
para el modo en el que son usados, y hacerlo de tal forma que estas propiedades
puedan ser relacionadas con las reglas y principios que gobiernan la interacción
verbal. Estos medios, que no debemos pensar como expresiones lingüísticas aisladas,
sino como instrumentos que son utilizados por un S para evocar alguna interpretación
intentada en el A, dentro de un contexto definido por las expresiones precedentes, y
dentro de una configuración definida por los parámetros esenciales de la situación de
habla.
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1.4.2 Adecuación psicológica
Una gramática que se esfuerza para lograr un adecuación pragmática, en el sentido
antes descrito, es una gramática que es relevante para S’s y A’s, no un objeto formal

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separado de sus usuarios. Se sigue que tal gramática también debe buscar una
adecuación psicológica, en el sentido que debe relacionarse tan cerca como sea
posible a los modelos psicológicos de competencia lingüística y conducta lingüística.
Los modelos lingüísticos naturalmente se dividen en modelos de producción y
modelos de comprensión. Los primeros definen cómo S’s van construyendo y
formulando expresiones lingüísticas; los segundos especifican cómo los A’s van
procesando e interpretando las expresiones lingüísticas. Una GF que desee alcanzar un
adecuación pragmática y psicológica debe, en algún sentido, reflejar esta dicotomía
producción / comprensión. Esto puede ser alcanzado al conceptualizar una gramática
como un constructo tripartita, formado de (i) un modelo de producción (un generador
en términos computacionales), (ii) un modelo de interpretación (un analizador
sintáctico) y (iii) un almacén de elementos y principios usados en (i) y (ii). Una
gramática que tome esta forma sería más fácil de integrar en modelos de simulación
de la conducta lingüística de los ULN y más fácil para evaluar a través de pruebas
psicológicas o de modelos computacionales.
Desde esta perspectiva, la GF está más cercana a una aproximación de modelo de
producción más que a una de interpretación.
!
1.4.3 Adecuación tipológica
Un tercer requisito para un GF (de hecho, para cualquier teoría del lenguaje) es el de
una adecuación tipológica, esto es, que debería ser capaz de proveer las gramáticas
para las lenguas de cualquier tipo, mientras, al mismo tiempo, da cuenta, de forma
sistemática, de las similitudes y las diferencias entre esas lenguas.
El requisito de adecuación tipológica obviamente incorpora que la teoría debe
ser desarrollada sobre la base de hechos provenientes de una amplia variedad de
lenguas y que sus hipótesis sean probadas a partir de más lenguas.
Lamentablemente para la historia de la lingüística, algunos teóricos del lenguaje
usualmente han pretendido que pueden restringir su atención a una o a unas cuantas
lenguas, mientras que los tipólogos del lenguaje usualmente comienzan sus
investigaciones de modo cuasi-inductivo, a partir de una teoría neutral. Desde el
punto de vista del requerimiento tipológico, este estado de cosas es más bien

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contraproductivo. Excepto en la etapa heurística de la «historia natural», el trabajo


tipológico es de interés si está guiado por la investigación generada y basada en
teorías. Por el otro lado, para la teoría lingüística es del interés sólo para ampliar lo
que revela acerca de reglas y principios que tiene una aplicabilidad potencialmente
translingüística.
!
1.4.4 Las relaciones entre los estándares
A primera vista, el estándar de la adecuación tipológica tiene poca conexión con los
otros dos estándares: a la adecuación pragmática y a la adecuación psicológica le
interesa el grado en el cual la teoría se aproxima al componente M de un ULN; la
adecuación tipológica trata con la aplicabilidad de la teoría a las lenguas de diversos
tipos. Sin embargo, podemos salvar este aparente hueco si consideramos que una
teoría tipológicamente adecuada revela las propiedades fundamentales más
recurrentes de las lenguas naturales, propiedades que se han sedimentado dentro de
sistemas de lenguas a través de siglos de uso intensivo en la interacción verbal. Es una
hipótesis de trabajo razonable, entonces, que esos principios, que son los más
característicos de las lenguas naturales, son, al mismo tiempo, los principios que
tienen la significación psicológica y pragmática más fundamental. A través de la teoría
lingüística, entonces, la investigación tipológica puede ser de relevancia última, tanto
como la investigación psicológica puede ser relevante para la correcta interpretación y
explicación de los hechos tipológicos.
!
1.5 Abstracción, concreción y aplicabilidad
La GF intenta ser una teoría general y tipológicamente adecuada de la organización
gramatical de las lenguas naturales. Si esta intención se quiere cumplir, sus reglas y
principios deben ser formulados en un nivel suficiente de abstracción para ser
aplicable a cualquier lengua, sin importar su estatus tipológico. Si en cualquier caso,
algún hecho lingüístico no puede ser naturalmente manejado por medio de los
principios de la GF, es la teoría, no la lengua en cuestión, la que debe ser adaptada.
La teoría debe tener un cierto grado de abstracción. Pero para ser prácticamente
aplicable en la descripción de las lenguas, la teoría deber ser tan concreta como sea

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Dik, S. (1997). The Theory of Functional Grammar. Part 1: The Structure of Clause. 2a ed.
Berlín: Mouton de Gruyter. Capítulo 1, pp. 1-24. Versión: Dr. J. Guillén.

posible: debe permanecer tan cerca como sea posible a los hechos lingüísticos
presentes en cualquier lengua. Esta aparente paradoja puede también formularse
como sigue: la GF debe esforzarse para alcanzar el nivel más bajo de abstracción y que
aún con eso siga siendo compatible con la meta de adecuación tipológica. Por
«abstracción» queremos decir la distancia (como medida en términos de reglas y
operaciones para ser aplicadas) entre la expresión lingüística real de una lengua, por
un lado, y las estructuras subyacentes en términos de cómo deben ser analizadas esas
expresiones, por el otro. La abstracción y la adecuación tipológica se interrelacionan
de la siguiente forma: cuando la teoría es demasiado concreta en la descripción de
lenguas particulares, las nociones utilizadas no pueden ser transferidas a la
descripción de otras lenguas y, así, tienen un reducido alcance en su adecuación
tipológica. Pero cuando la teoría es demasiada abstracta (más abstracta de lo que se
requiere para la adecuación tipológica), va más allá en su meta de definir las
generalizaciones más significantes de las lenguas y, así, pierde su importancia
empírica: no nos dice mucho acerca de las lenguas.
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1.6 Tomar a las lenguas seriamente
Hubo una gran tendencia en la lógica formal, al principio de este siglo, para
considerar a la lenguas naturales como que ocultan más que revelan sus verdaderas
significancias semánticas o lógicas. La «forma lógica» de las expresiones lingüísticas
era, en muchos casos, juzgada para ser bastante distinta de su forma gramatical, y por
esta razón las lenguas naturales fueron consideradas como inapropiadas para las
propuestas del razonamiento lógico. La tarea de los lógicos fue definir las lenguas
formales abstractas, libres de cualquier «oscuridad» o «ambigüedad» de las lenguas
naturales, en las que la estructura del razonamiento lógico puede ser reconstruido
más adecuadamente.
Desafortunadamente, esta tradición de la lógica formal influyó a la GTG,
especialmente en su etapa inicial, cuando la tesis central era que la estructura
profunda de las expresiones lingüísticas era, en casos cruciales, bastante diferente de
su estructura superficial. A inicios de los ’70, muchos estudios aparecieron con
argumentos como «X es realmente Y», intentando demostrar que, a primera vista, lo

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Dik, S. (1997). The Theory of Functional Grammar. Part 1: The Structure of Clause. 2a ed.
Berlín: Mouton de Gruyter. Capítulo 1, pp. 1-24. Versión: Dr. J. Guillén.

que parece X (donde X puede ser una categoría o una construcción) era, de hecho, sólo
la manifestación externa de alguna categoría o construcción Y «más profunda». Así,
existieron argumentos acerca de que los «pronombres eran realmente Frases
Nominales», «los artículos era realmente pronombres», «los cuantificadores eran
realmente predicados», etcétera.
Esta idea, de que las lenguas usualmente no son lo que parecen ser, guía
fácilmente a una actitud no empírica hacia el análisis lingüístico. Una vez que se
asume que las lenguas encubren más que revelar su verdadera organización
subyacente, no tendríamos que tomar la estructuras superficiales muy seriamente.
Una vez más, los análisis propuestos desde esta perspectiva se volvieron insostenibles.
En muchos caso en los que alguna construcción X era considerada como derivable de
alguna construcción subyacente Y, donde una inspección más cercana mostraba que X,
después de todo, difería de Y en aspectos cruciales.
Creemos que una lección simple puede ser derivada de esta situación: debemos
tomar seriamente a las lenguas. En cualquier lugar donde exista alguna diferencia
abierta entre dos construcciones X y Y, se debe comenzar sobre la suposición que tal
diferencia tiene algún tipo de funcionalidad en el sistema lingüístico. Más que
presionar a X dentro de un molde Y preconcebido, intentando descubrir por qué X y Y
son diferentes, sobre la suposición de que tal diferencia no debería estar en la lengua a
menos que desempeñe algún tipo de tarea.
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1.7 Restricciones del poder de la GF
Una teoría de la gramática puede fallar en dos diferentes sentidos: puede ser
demasiado débil (demasiado concreta), de tal forma que no es útil para alcanzar un
adecuación descriptiva de las gramáticas de lenguas particulares, o puede ser
demasiado fuerte (demasiado abstracta), en que define una clase de gramáticas que
excedan ampliamente la clase real de lenguas humanas. En el primer caso, no alcanza
una adecuación tipológica; en el último, no define la noción de «posible lengua
humana» en ningún sentido. Así, para evitar este último peligro, el poder de los
dispositivos descriptivos permitidos por la teoría deberían estar limitados tanto como
sea posible.

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