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La música del Renacimiento o música renacentista es la música antigua europea escrita

durante el Renacimiento, entre los años 1400 y 1600, aproximadamente. Las


características estilísticas de la música renacentista son su textura polifónica, que
sigue las leyes del contrapunto, y está regida por el sistema modal heredado del canto
gregoriano. Entre sus formas musicales más difundidas se encuentran la misa y el motete en
el género religioso, el madrigal (El madrigal1 es una composición de tres a seis voces sobre
un texto secular, a menudo en italiano), el villancico (El villancico es una forma
musical y poética en castellano y portugués, tradicional de España, muy popular entre
los siglos XV y XVIII. Los villancicos eran originariamente canciones profanas con estribillo, de
origen popular y armonizadas a varias voces) y la chanson (Chanson es un término francés,
que en español se refiere a cualquier canción con letra en francés y, más específicamente, a
piezas vocales de tema amoroso, y también a las de crítica social y política, en particular las
pertenecientes al estilo de los cabarés)en el género profano, y las danzas, el ricercare y
la canzona en la música instrumental. Entre los compositores más destacados de este periodo
se hallan Josquin des Prés, Palestrina, Orlando di Lasso y Tomás Luis de Victoria.

La música renacentista se caracteriza por una suave sonoridad que deriva de la aceptación de
la tercera como intervalo armónico consonante (uniéndose en esta categoría a quintas y
octavas, ya admitidas en la Edad Media) y del progresivo aumento del número de voces, todas
de igual importancia y regidas por las reglas del contrapunto: independencia de las voces,
preparación y resolución de las disonancias, uso de terceras y sextas paralelas, exclusión de
las quintas y octavas paralelas, etc.

Géneros y formas[editar]
Música religiosa[editar]
«Missa alma redemptoris» de Tomás Luis de Victoria, en Misas, magníficat, motetes, salmos y otras
varias composiciones, Madrid, tipografía regia, 1600.

Durante este período la música religiosa tuvo una creciente difusión, debida a la exitosa
novedad de la impresión musical, que permitió la expansión de un estilo internacional común
en toda Europa (e incluso en las colonias españolas en América). Las formas religiosas más
importantes durante el Renacimiento fueron la misa y el motete.
La misa cubría el ciclo del ordinario (Kyrie, Gloria, Credo, Sanctus-Benedictus y Agnus Dei) y
se le solía dotar de unidad al basarse en material preexistente. Para ello se seguían dos
procedimientos de composición principales:

 Misa de cantus firmus

Teoría y notación[editar]

Orlando di Lasso.

Las composiciones del Renacimiento estaban escritas únicamente en partichelas; las


partituras generales eran muy raras, y las barras de compás no se usaban. Las figuras eran
generalmente más largas que las usadas en nuestros días; la unidad de pulso era
la semibreve, o redonda. Como ocurría desde el Ars Nova cada breve (cuadrada) podía
equivaler a dos o tres semibreves, que podría ser considerada como equivalente
al compás moderno, aunque era un valor de nota y no un compás. Se puede resumir de esta
forma: igual que en la actualidad, una negra puede equivaler a dos corcheas o tres que se
escribirían como un tresillo.
En la misma lógica se puede tener dos o tres valores más cortos de la siguiente figura, la
mínima (equivalente a la moderna blanca) de cada semibreve. Estas diferentes permutaciones
se denominan tempus perfecto/imperfecto según la relación de breve-semibreve
y prolación perfecta/imperfecta en el caso de la relación semibreve-mínima, existiendo todas
las combinaciones posibles entre uno y otro. La relación tres-uno se llamó perfecta y la dos-
uno imperfecta. Para las figuras aisladas existían reglas que reducían a la mitad o doblaban el
valor ("imperfeccionaban" o "alteraban" respectivamente) cuando estaban precedidas o
seguidas de determinadas figuras. Las figuras con la cabeza negra (como las negras) eran
menos habituales. Este desarrollo de la notación mensural blanca es el resultado de la
popularización del uso (sustituyendo al pergamino) del papel, más débil y que no permitía el
rasgado de la pluma para rellenar las notas. La notación de la época precedente, escrita en
pergamino, era negra. Otros colores, y más tarde, el relleno de las notas (ennegrecimiento)
fueron usados para indicar imperfecciones o alteraciones

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