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de derecho
La carrera de Derecho es maravillosa, interesante pero muy exigente. Son largas las
jornadas de estudio tanto dentro como fuera de las aulas y es necesaria la vasta
lectura de diversos tipos de texto de mediana y gran complejidad. Ello puede parecer
muy difícil y pesado para los estudiantes que recién comienzan sus estudios, pero
con un correcto manejo de tiempos y buenos hábitos puede resultar sencillo y
gratificante.
Un buen hábito de estudiante es armar un calendario que incluya todas las tareas,
evaluaciones y exámenes que se programarán en el transcurso del ciclo de acuerdo
al syllabus de cada curso. De este modo, será más fácil recordar fechas y temas
importantes para incorporarlos a nuestra agenda personal y poder dedicar cierta
cantidad de horas a su estudio.
La lectura para un estudiante de derecho es como el pan de cada día, por lo que
tendrás que dedicar mucho tiempo a leer si quieres estar al día en tus clases y
preparado a tiempo para las evaluaciones, las que muchas veces son de carácter
sorpresivo. Por ello es conveniente hacer de la lectura una costumbre progresiva y
dedicarle al menos unas horas al día, así formarás hábitos de estudio importantes y
ninguna evaluación te tomará por sorpresa.
Asimismo, en clase surgen todo tipo de comentarios y debates, ya sea a cargo del
profesor o de los propios alumnos, que suelen ser muy útiles para comprender los
temas de estudio con más facilidad, siendo inclusive evaluados por el profesor en
algunos casos. Así que recuerda, de una u otra manera, si te ausentas definitivamente
te perjudicarás y estarás en desventaja respecto a tus compañeros.
Hoy en día que la tecnología nos invade, estamos todo el tiempo pendientes de
nuestros aparatos electrónicos y las redes sociales; no obstante, de nada sirve asistir
a clase si no somos capaces de prestar atención al curso. Lo recomendable es dejar
de lado todo ello, salvo se ofrezca alguna emergencia, pues las distracciones pueden
ser perjudiciales para nosotros mismos.
En primer lugar, no tomamos nota de lo conversado y debatido, con lo cuál nos será
más difícil recordar y asimilar dicha información, más aún si nuestra atención está
enfocada en algo distinto al tema. Por otro lado, damos una mala impresión al
profesor a cargo, por lo cual en algunas ocasiones pueden llamar nuestra atención y
nosotros ser sujetos de una situación incómoda en clase frente a nuestros
compañeros. Finalmente, si no prestamos la debida atención no tendremos nota de
concepto por intervenir en clase y no podremos plantear las preguntas necesarias
para resolver nuestras dudas respecto a los temas tratados.