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Actualizado el 26/03/2017
públicos”
En un año y tres meses a cargo de la Contraloría General de la República, el abogado Jorge Bermúdez ya
ha realizado varios cambios. Uno de ellos es la creación de dos contralorías metropolitanas que
agilizarán la gestión de la institución, permitiendo que se pase de 560 auditorías anuales a 714 en 2017.
“Fue lo que pudimos reorganizar con los recursos que teníamos”, enfatiza.
El interés de Bermúdez era crear cuatro de estas unidades, porque -según dice- “todo el Estado está acá,
en Santiago”, pero el presupuesto asignado al organismo lo obligó a modificar sus planes.
El reajuste reforzó uno de los objetivos que el abogado buscará consolidar durante su gestión: dar
autonomía presupuestaria a la Contraloría. A juicio del abogado, “no está bien que tengamos que discutir
el presupuesto como si la Contraloría fuera un servicio público cualquiera y que lo haga con sus
fiscalizados: el Ministerio de Hacienda y la Dirección de Presupuesto”.
En medio de las actividades de conmemoración de los 90 años del ente fiscalizador, que mañana tendrá
su ceremonia oficial, Bermúdez hace un balance de su gestión y revela los desafíos pendientes.
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¿Cuál es el sello que busca imprimir a su gestión? ¿Cuál es el parámetro por el que hay que
evaluarlo?
Al terminar mi período me gustaría honrar la definición constitucional que existe de la Contraloría como
un órgano autónomo. Y eso significa que ejerce sus facultades de manera independiente, sin someterse a
presiones y sin atender al color político del gobierno de turno. El rol de la Contraloría no es ser parte del
gobierno, tampoco es ser oposición, sino que es controlar que la actuación del Estado sea conforme a la
legalidad. Y esa autonomía también debe reflejarse en el presupuesto.
Este año el presupuesto casi se mantuvo sin variaciones. ¿Le parece inadecuado que sean el
gobierno y el Congreso quienes lo asignen?
Se producen paradojas como las de este año, en que nos dan recursos para construir la sede de Iquique,
pero no nos dan ni un peso más para poder contratar más fiscalizadores, en circunstancias de que el gasto
público aumentó en un 10%, que vamos a tener más parlamentarios y el año pasado solamente tuvimos
un 20% más de denuncias parlamentarias, respecto de las cuales nosotros tenemos la obligación legal de
dar una prioridad en su respuesta. Entonces tenemos cada vez más trabajo, pero los mismos recursos. Lo
más fácil que puedes hacer para ahogar el control es no darles los recursos. Pero mi reclamo no es solo
de plata, no es solo de recursos públicos, también es de facultades.
¿Cuál fue el criterio para el cruce de los datos que llevaron a la denuncia?
Hicimos una determinación de 320 servicios relevantes por las cantidades de los montos que mueven.
Estoy pensando en subsecretarías grandes, ministerios grandes, como Educación u Obras Públicas,
Fuerzas Armadas, algunos gobiernos regionales, municipalidades… Sacamos esta muestra y detectamos
que en 114 casos de los 320 detectamos un problema. Y en cinco hay carácter de un eventual delito, que
es lo que estamos hoy enviando a la fiscalía.
Usted dijo que en algunos casos la Contraloría podría querellarse…
Nosotros vamos a ejercer todas nuestras facultades. Y la Contraloría tiene la facultad también de ejercer
acciones judiciales. Entonces, en este caso, cuando avance la investigación y si detectamos que hubo
perjuicio fiscal, vamos a querellarnos. Y va a ser, probablemente, la primera vez que la Contraloría en 90
años ejercerá esa facultad.
Conflictos de interés
¿Cree en la exclusividad de funciones en el Estado?
Hoy día, la administración pública es el sector cuyas remuneraciones más crecieron en el último año,
entonces se debe exigir exclusividad. No puede ser, y lo digo con toda propiedad, que los abogados del
Consejo de Defensa del Estado puedan ejercer la profesión. Deben ser exclusivamente abogados del
CDE, porque cuando un abogado es contratado por un estudio en Isidora Goyenechea, ese estudio le
exige exclusividad, ni siquiera puede hacer clases. ¿Por qué el Estado no puede exigir lo mismo si son
intereses públicos los que están en juego?
¿Hay un ‘mea culpa’ de Contraloría por no haber detectado las irregularidades en Carabineros?
No me gusta esa palabra, porque aparece como que uno no se hiciese cargo, pero efectivamente el mea
culpa tiene que ir por el lado de que no detectamos ese fraude, pero a lo mejor si prevenimos otros, en
otros ámbitos, porque la Contraloría sí estaba ahí. Hubo cerca de 40 auditorías. Es frustrante, porque no
fuimos capaces de prever lo que estaba ocurriendo probablemente en el otro departamento al que
estábamos auditando.
Usted creó un departamento de FF.AA. y Orden y Seguridad. Parece extraño que con todos los
recursos que manejan esas ramas no haya existido antes una entidad de estas características…
La Contraloría cumple 90 años, entonces hay una cultura institucional y eso hace que a lo mejor los
focos vayan cambiando de acuerdo a los requerimientos de la sociedad. Probablemente, hace 20 años era
impensable que fiscalizáramos a las Fuerzas Armadas o a los carabineros, por la situación política del
país. Hoy son fiscalizados como cualquier otro servicio.
En este año y tres meses ha tenidos varios “hitos”, uno de ellos la contienda de competencia en el
Senado contra la Suprema. ¿Le ha traído problemas con los ministros?
Bueno, no lo sé. Espero que no. Piense que sólo en el tema de las pensiones de Gendarmería tenemos 14
recursos de protección que tienen que ser resueltos por los tribunales, entonces nada más lejos de mi
intención sería enemistarme con la Corte Suprema, porque ellos están permanentemente revisando lo
que hace la Contraloría. Entonces cuando preguntan ¿quién controla al contralor? El primero que los
controla son los tribunales, eso para que quede bien claro.
Fue importante este caso, pues incluso lo llevó a denunciar amenazas a usted y a su equipo…
Fue muy relevante, porque sabes qué, y esto te lo digo nuevamente con mucha responsabilidad, de nuevo
muestra una carencia en la forma en que se han hecho algunas cosas o lo que se ha tolerado. Creo que no
es bueno que un cuerpo armado tenga sindicatos. Eso está prohibido en la Constitución. No debería. En
realidad no debería haber sindicatos…, es muy malo.
¿Sobre todo ellos que en caso de una paralización se puede incidir en la libertad de presos?
En el caso de todos, porque cuando paraliza la DGAC, para seguir con los ejemplos, o el Registro Civil
es lo mismo. Son servicios que obviamente son monopólicos. Tú como ciudadano no puedes ir a otro
lado, entonces lo que hemos hecho es tratar de darles una vuelta a las cosas. Otro ejemplo son los
nombramientos. Ahora, estamos revisando los nombramientos de los abogados integrantes de todas las
cortes del país que nos llegaron el último día de febrero, un día antes de inaugurarse el año judicial.
Bueno, claro, históricamente ¿cómo se hacía? Llegaba el decreto y se cursaba. Bueno, no pues. El
Código Orgánico de Tribunales establece requisitos estrictos para ser abogados integrantes, imagínate
que esas personas van a administrar justicia, entonces tienen que cumplir con esos requisitos y se los
estamos pidiendo al Ministerio de Justicia. Por ende, no se ha tomado razón de esos nombramientos.
¿Y esos requisitos tienen que ver con que no tengan conflictos de interés?
Claro, y tienen que ver también con que si eres funcionario público jornada completa en un servicio
público no puedes ser abogado integrante, si el día tiene 24 horas y las horas hábiles son de 9 a 6 y la
corte sesiona de día. ¿Se entiende? De eso se trata, esa es la impronta que queremos darle. Eso significa
más pega, por supuesto, y significa convencer a los funcionarios que hay que hacerlo así, ir un poquito
más allá.
Sigue instando por funcionarios exclusivos del Estado…
A ver, yo tengo exclusividad y todos los funcionarios de la Contraloría. Pero en toda la administración
no se da. O sea, lo que ocurre acá, y no quiero ser latero con esto, pero es muy relevante, porque resulta
que el estatuto administrativo permite que los funcionarios ejerzan actividades privadas, actividades
económicas, empresariales, pero fuera de la jornada laboral. Históricamente esto se había entendido
como ‘bueno, dejemos que el abogado ejerza su profesión y cuando va a ver las causas de la
municipalidad al tribunal también pueda ver las de él, porque o si no se nos va a ir’. Pero esas reglas
están pensadas en un Chile donde había cinco escuelas de Derecho y se titulaban al año 30 abogados. Es
decir, ser abogado era casi un título nobiliario. Hoy se titulan al año mil abogados, por tanto, no existe
carencia de profesionales en el mercado, al revés, la administración con lo que paga puede exigir
exclusividad.
¿Del extranjero?
Siempre que estén bien capacitados.
¿Y quien controla a la Contraloría que usted señala debe ser más poderosa aún?
A ver, si el poder no tiene control, si el poder no tiene contrapesos, eso es muy malo. O sea, la frase
típica aquí del poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente es real. Entonces uno tiene
que tener mucho cuidado con no creerse, este es un cargo que tiene una fecha de término y que tiene
controles. Tiene los propios controles administrativos, pero también tiene el control de los tribunales, la
Contraloría cada vez es más recurrida, y hay un control muy fuerte y que históricamente se ha ejercido,
que es el político ante la Cámara de Diputados. Fíjese usted que cada vez que estoy citado a la Cámara,
en el fondo es un control a lo que está haciendo la Contraloría. En este año y tres meses he ido 30 veces
a exponer a alguna comisión, he ido dos veces a sala. O sea, yo creo qué más control. Bueno, siempre
puede haber más. No diría que no estoy sometido a control, pero eso es algo que usted tiene que valorar.
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