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CARRERA:

CIENCIAS DE LA EDUCACION
TERCER CUATRIMESTRE

MATERIA:
HABILIDADES DE PENSAMIENTO

MAESTRA:
EDNA MYRIAM OCHOA LÓPEZ

TAREA:
PENSAMIENTO CRITICO

ALUMNA:
NANCY GUADALUPE NAVARRO OCHOA

HUATABAMPO, SONORA A 11 DE MAYO DE 2019


¿CÓMO DESARROLLAR UN PENSAMIENTO CRÍTICO EN EL AULA?
La misión de la escuela no es tanto enseñar al alumno una multitud de conocimientos que
pertenecen a campos muy especializados, sino ante todo, aprender a aprender, procurar que el
alumno llegue a adquirir una autonomía intelectual. Esto se puede lograr atendiendo el desarrollo de
destrezas de orden superior como las del pensamiento crítico. Su progreso va más allá del
entrenamiento de habilidades cognitivas; se distingue además, por las disposiciones que cada persona
aporta a una tarea de pensamiento, rasgos como la apertura mental, el intento de estar bien y la
sensibilidad hacia las creencias, los sentimientos y el conocimiento ajeno y la manera en que se
enfrenta a los retos de la vida.
Se pretende estimular el pensamiento de orden superior en el aula, entendiendo por éste, “un
pensamiento rico conceptualmente, coherentemente organizado y persistentemente exploratorio. El
pensamiento crítico es una actividad reflexiva; porque analiza lo bien fundado de los resultados de su
propia reflexión como los de la reflexión ajena. Siempre hace su aparición en un contexto de resolución
de problemas y en la interacción con otras personas, más en función de comprender la naturaleza de
los problemas que en proponer soluciones. Además, la evaluación de la información y conocimientos
previos fundamenta la toma de decisiones en distintos ámbitos del quehacer humano, teniendo en
cuenta que nuestras conductas y acciones se basan en lo que creemos y en lo que decidimos hacer
(Beltrán y Pérez, 1996). Ennis (1985, 2011) ha destacado como nadie que el pensamiento crítico está
compuesto por habilidades (vertiente cognitiva) y disposiciones (vertiente afectiva).
La enseñanza del pensamiento crítico varía básicamente entre quienes defienden que puede ser
enseñado como área individual, independiente de las asignaturas propias del currículo escolar como
el profesor Edward De Bono, y el profesor Reuven Feuerstein (Maclure y Davies, 2003), y quienes
defienden que las habilidades de pensamiento se enseñen a través de las áreas disciplinares. Se trata
de diseñar estrategias que transformen radicalmente la enseñanza de las asignaturas de cualquier
currículo escolar (Maclure y Davies, 2003), centrándose no en los contenidos como habitualmente lo
hacen, sino más bien tomarlo como caballo de batalla sobre el cual se enseñe a pensar y se fortalezcan
en general las facultades intelectuales de los estudiantes. (Aznar, I., & Laiton, I. (2017))
Esta controversia es debida a que el pensamiento crítico es una capacidad manifiesta que poseen los
seres humanos y que otorga la habilidad de analizar y evaluar la información sobre una cuestión o
tema concreto, con el fin de que podamos discernir la veracidad de dicha información, así como
identificar los posibles sesgos que pueda contener.
No existe una única forma de trabajar esta habilidad con el alumnado, cada docente debe decidir
cómo desarrollarla dentro de su aula. Se puede desarrollar el pensamiento crítico de forma transversal
realizando un proyecto o actividad en la que sea necesario practicarla, un ejemplo de actividad podría
ser comparar noticias en clase, con el objetivo de poder analizar como una misma información al ser
contada desde distintos puntos de vista puede variar su contenido.

Capacidades del pensamiento crítico


1. Centrarse en la pregunta
2. Analizar los argumentos
3. Formular las preguntas de clarificación y responderlas
4. Juzgar la credibilidad de una fuente
5. Observar y juzgar los informes derivados de la observación
6. Deducir y juzgar las deducciones
7. Inducir y juzgar las inducciones
8. Emitir juicios de valor
9. Definir los términos y juzgar las definiciones
10. Identificar los supuestos
11. Decidir una acción a seguir e Interactuar con los demás
12. Integración de disposiciones y otras habilidades para realizar y defender una decisión. (habilidades
auxiliares, 13 a 15)
13. Proceder de manera ordenada de acuerdo con cada situación
14. Ser sensible a los sentimientos, nivel de conocimiento y grado de sofisticación de los otros.
15. Emplear estrategias retóricas apropiadas en la discusión y presentación (oral y escrita).

8 consejos para desarrollar el pensamiento crítico con los más jóvenes, en el


aula o fuera de ella:

1. Reserva tiempo y espacio. En nuestro día a día, ocupados con varias tareas a la vez durante
la mayoría del tiempo, es difícil encontrar un rato en el que la mente se focalice solo en una
cosa: pensar. Establecer un momento del día para pensar de forma reflexiva, siendo
consciente de lo que está pasando por la mente, es importante para crear un hábito y adquirir
práctica.

2. Promueve el conocimiento y la curiosidad. Anima a los más jóvenes a realizar nuevos


descubrimientos, en su entorno más cercano o sobre ideas abstractas. Puedes proponer
actividades que inciten a la curiosidad y al conocimiento, siempre adecuadas a su edad. De
esta forma establecerás una puerta de entrada a nuevos aprendizajes y pensamientos.
3. Enseña a dudar. Sin intención de generar desconfianza a los más jóvenes, es importante que
les plantees la fiabilidad de las fuentes que consultan y la veracidad de la información que
reciben, para que sean ellos mismos quienes aprendan a diferenciar entre lo que está
fundamentado y lo que no, entre conocimientos completos e incompletos, y puedan así emitir
juicios elaborados.
4. Pregunta. Es fundamental para fomentar el pensamiento crítico: ¿qué opinas? ¿cómo lo
sabes? ¿por qué? Es conveniente, además, que compartas con ellos tu forma de pensar, tus
dudas y tu punto de vista sobre los aspectos que creas convenientes. No hay mejor enseñanza
que dar ejemplo.
5. Justifica, argumenta, analiza. Busca razones, explica argumentos, compara ideas de forma
ordenada con tus hijos o alumnos y pídeles que hagan lo mismo. Expresando pensamientos
van a tomar consciencia de la madurez y grado de elaboración de los mismos. Una actividad
interesante consiste en proponer que cada uno defienda una posición opuesta a la suya y con
la que no se sienten identificados. Para ello puedes analizar textos, libros, charlas, anuncios
publicitarios, noticias, declaraciones, etc.
6. Fomenta la autonomía. Respeta su espacio y propón lecturas, conversaciones, entornos y
actividades que fomenten el desarrollo del pensamiento crítico de forma autónoma. De este
modo tus alumnos aprenderán a pensar y a opinar a título personal con responsabilidad. Para
compartir sus pensamientos, es importante respetar la forma de expresión en la que se sienten
más cómodos: algunos prefieren explicarse de forma grupal y oral, mientras otros prefieren
hacerlo en un formato más íntimo, por escrito o en pequeños grupos.

7. Amplía miradas. Plantea a tus alumnos otras perspectivas y otros ángulos desde los que se
puede enfocar la realidad. Somos parte de un entorno social, político y cultural normalmente
bien definido y nuestro punto de vista está siempre condicionado por ello. Por eso, intentar
ponerse en el lugar de otros para comprender su punto de vista es una actividad formativa y
creativa muy recomendable.
8. Profundiza. En el ejercicio de promover el pensamiento crítico, es importante llegar al fondo
de algunos temas que se estén trabajando. Antes que pedir reflexiones rápidas sobre varios
asuntos, es interesante escoger pocos para analizar en un grado de profundidad más elevado.

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