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ERUPCIONES VOLCÁNICAS

Un volcán es una formación geológica


en forma de cono con un agujero o
cráter en su cima. Se forma por el
movimiento de las grandes placas
que hay bajo la superficie de la tierra,
las placas tectónicas. Estas siempre
tienen movimiento, pero cuando este
es muy fuerte aparecen terremotos,
grietas y, cuando un par o más de
estas placas chocan, también surgen
montañas, islas y formaciones
volcánicas. Esto responde a cómo se
forman los volcanes, es decir, aparecen cuando las placas colisionan y provocan que la tierra se eleve,
dejando canales y chimeneas, por los cuales luego sale la lava que se forma a partir del magma del
interior de la Tierra.

Las erupciones volcánicas, son el resultado del aumento de temperatura y movimiento en el núcleo de
la Tierra. Al aumentar mucho la temperatura habitual del magma, este sube hacia la superficie a través
de canales y chimeneas que encuentra en los volcanes.

La violencia o la fuerza de la erupción volcánica viene dada por la temperatura y acidez de la lava, por
los gases emitidos, por el nivel de sílice de la lava, ya que cuanta más sílice contenga mayor será la
explosión, y por el estado de la chimenea, pues si está obstruida la explosión será más violenta.

TERREMOTO

Un terremoto es el movimiento brusco de la Tierra


(con mayúsculas, ya que nos referimos al planeta),
causado por la brusca liberación de energía
acumulada durante un largo tiempo. La corteza de
la Tierra está conformada por una docena de
placas de aproximadamente 70 km de grosor, cada
una con diferentes características físicas y
químicas. Estas placas ("tectónicas") se están
acomodando en un proceso que lleva millones de
años y han ido dando la forma que hoy conocemos
a la superficie de nuestro planeta, originando los
continentes y los relieves geográficos en un
proceso que está lejos de completarse.
Habitualmente estos movimientos son lentos e imperceptibles, pero en algunos casos estas placas
chocan entre sí como gigantescos témpanos de tierra sobre un océano de magma presente en las
profundidades de la Tierra, impidiendo su desplazamiento. Entonces una placa comienza a desplazarse
sobre o bajo la otra originando lentos cambios en la topografía. Pero si el desplazamiento es dificultado
comienza a acumularse una energía de tensión que en algún momento se liberará y una de las placas
se moverá bruscamente contra la otra rompiéndola y liberándose entonces una cantidad variable de
energía que origina el Terremoto.

Las zonas en que las placas ejercen esta fuerza entre ellas se denominan fallas y son, desde luego,
los puntos en que con más probabilidad se originen fenómenos sísmicos. Sólo el 10% de los terremotos
ocurren alejados de los límites de estas placas.

La actividad subterránea originada por un volcán en proceso de erupción puede originar un fenómeno
similar.

En general se asocia el término terremoto con los movimientos sísmicos de dimensión considerable,
aunque rigurosamente su etimología significa "movimiento de la Tierra".
TSUNAMI

Un tsunami es una ola o serie de olas que se


producen en una masa de agua al ser empujada
violentamente por una fuerza que la desplaza
verticalmente. Terremotos, volcanes, derrumbes
costeros o subterráneos e incluso explosiones de
gran magnitud pueden generar este fenómeno.

El brusco movimiento del agua desde la


profundidad genera un efecto de 'latigazo' hacia la
superficie que es capaz de lograr olas de magnitud
impensable. Teniendo en cuenta que la
profundidad habitual del Océano Pacífico es de unos 4.000 metros, se pueden provocar olas que se
mueven a 700 km/h. Y como las olas pierden su fuerza en relación inversa a su tamaño, al tener 4.000
metros puede viajar a miles de kilómetros de distancia sin perder mucha fuerza.

Sólo cuando llegan a la costa comienzan a perder velocidad, al disminuir la profundidad del océano. La
altura de las olas, sin embargo, puede incrementarse hasta superar los 30 metros (lo habitual es una
altura de seis o siete metros).

La causa más frecuente para la formación de olas gigantes son los terremotos ocurridos en el fondo
marino. Cuando éste se mueve violentamente en sentido vertical, el océano ve alterado su equilibrio
natural. Cuando la inmensa masa de agua trata de recuperar su equilibrio, se generan las olas
gigantescas.

Su tamaño dependerá de la magnitud del seísmo y de la deformación vertical del fondo marino. No
todos los terremotos generan tsunamis, sino sólo aquellos de magnitud considerable, que ocurren bajo
el lecho marino y que son capaces de deformarlo.

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