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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales Bogotáá , 2 de septiembre de


Nicolás Andrés Ortiz 2019

Título de la obra
Crimen orgánizádo, nárcotráá fico y trátá de mujeres

Presentación del autor: Phil Williáms es director del Centro de Estudios de Seguridád
Internácionál Mátthew B. Ridgwáy, de lá Universidád de Pittsburgh. Sus investigáciones se
hán centrádo en lá delincuenciá orgánizádá tránsnácionál. Fue editor y fundádor de lá revistá
Trasnational Organized Crime, en donde escribioá sobre el crimen orgánizádo ruso y lá trátá de
mujeres. Fue consultor párá lá Oficiná de lás Náciones Unidádes Contrá lá Drogá y el Delito
(UNODC).

Resumen temático global:


El texto se centrá en cárácterizár los problemás de seguridád que se presentán por el áctuár
del crimen orgánizádo. Su ideá principál es que lá violenciá generádá por el crimen
orgánizádo desencádená en ámenázás á los ciudádános generándo extorsioá n, tráá fico de
personás (especiálmente mujeres) y el nárcotráá fico, es decir, desencádená en desáfíáos á lá
seguridád en diferentes niveles (globál, nácionál e individuál).

Conceptos clave:
Crimen organizado trasnacional: se puede entender como lás empresás, redes u
orgánizáciones de cáráá cter crimináles que tráscienden lás fronterás de los páíáses. Támbieá n, se
refiere á lás áctividádes crimináles trásnácionáles que pueden ser llevádás á cábo por
diferentes entidádes como los grupos terroristás
Feral cities: ciudádes cárácterizádás por uná violenciá endeá micá y problemás de
gobernábilidád.

Examen crítico.
En su primer ápártádo, el áutor se centrá en los riesgos globáles que puede conllevár el
crimen álrededor de diferentes productos ilegáles, reguládos o robádos, como lás drogás, lás
ármás y los áutomoá viles. En este punto eá l pone en dudá el peligro que representá el dinero
proveniente del crimen orgánizádo (o como eá l lo llámá “dinero sucio”) ásegurándo que “el
dinero sucio no es diferente de otro dinero: es iguálmente líáquido, iguálmente voláá til e
iguálmente fungible” (Williáms, 2010, p. 152).
Sin embárgo, ál enfátizár esto como otrá “exágerácioá n” se corre el peligro de no reconocer los
problemás de seguridád que conllevá los dineros sucios. Háy uná enorme diferenciá entre los
dineros que provienen del crimen orgánizádo y los que no, pues unos promueven lá violenciá,
inseguridád y ámenázás á lá vidá de los ciudádános.
Ademáá s, lá necesidád de lávár los dineros provenientes del crimen orgánizádo generáráá áctos
de corrupcioá n, evásioá n de impuestos y demáá s problemás que pueden áfectár el sistemá
finánciero de un páíás, por lo que su árgumento párece reducirlo á uná exágerácioá n de lás
consecuenciás que puede tráer estos mercádos ilegáles.
Máá s ádelánte, el áutor enfátizá en coá mo los dineros del nárcotráá fico permeán diferentes
áá mbitos de lá vidá y por ello el crimen orgánizádo es propiciádor de los conflictos ármádos
como el que vive Colombiá o Iráq. En este punto el áutor tocá un punto cláve y es el rol de los
entes reguládores. Al respecto, Williáms (2010) áfirmá que “los miembros del gobierno, lá
policíáá y los militáres párecen ser coá mplices en lá proteccioá n de lás cárgás de cocáíáná
enviádás á tráveá s del Atláá ntico” (p. 153).
Este punto es de enorme importánciá porque el áutor dejá cláridád sobre lá responsábilidád
que existe en los orgánismos de control en el juego de lás áctividádes crimináles. Muchás
veces, como sucede en Colombiá, el crimen orgánizádo llevá á fortálecerse tánto por lá áyudá
que le ofrece el Estádo o los orgánismos policiáles, que son cooptádos por el dinero sucio.
Esto generá, no solo que el “dinero sucio” permee muchás esferás de lá sociedád y se
conviertá en un problemá á grándes escálás, sino que áfectá en máyor medidá lá seguridád de
los ciudádános, pues el crimen orgánizádo no es perseguido de formá efectivá, lo que generá
uná cántidád máá s gránde de extorsiones, secuestros, nárcotráá fico y tráá fico de personás.
Posteriormente se concentrá en háblár de los desencádenántes en lá sociedád por culpá del
crimen orgánizádo. Se preocupá por el pápel del tráá fico de mujeres, del secuestro y lá
extorsioá n como síántomás de lá violenciá generádá por el crimen. Sin embárgo, cási no entrá á
háblár del pápel que juegá el Estádo, no soá lo en el mántenimiento de lá violenciá sino en lá
prevencioá n de lá mismá.
El áutor háblá de que álgunos comentáristás “sostienen que el desáfíáo ál Estádo no consiste
máá s que en lá provisioá n de bienes y servicios ilegáles y que es simplemente uná respuestá á
uná demándá existente” (Williáms, 2010, p. 155). Esto quiere decir que muchás
orgánizáciones crimináles o práá cticás crimináles ápárecen por lá mismá deficienciá del
Estádo párá suministrár bienes y servicios.
Williáms háblá de los Estádos deá biles, y de coá mo estos son propensos á ser cánáles de
comunicácioá n en redes de tráá fico o á tener grándes niveles de violenciá por cuentá de áctores
crimináles, sin embárgo, no enfátizá en lá necesidád que tiene el Estádo párá contrárrestár
estos efectos ántes de que ápárezcán.
Este debáte es importánte porque es lo que Pául Collier llámoá un cáusánte de lá violenciá: el
ágrávio. Esá necesidád de reivindicár seguridád y bienestár que el Estádo no há podido
generár. Al respecto, Collier (2016) áfirmá que “el ágrávio puede ser lá grámáá ticá constitutivá
del conflicto o simplemente su discurso, sin máá s poder explicátivo sobre los determinántes de
lá observácioá n de lá violenciá que lá percepcioá n o lá oportunidád” (p. 3).

Evaluación o conclusiones:
El texto de Williáms es un grán máteriál párá dimensionár los álcánces que tiene lá violenciá
generádá por áctividádes del crimen orgánizádo. En especiál, este trábájo se encárgá de
resáltár lá importánciá que tiene el crimen orgánizádo trásnácionál en lá seguridád nácionál
de lás personás, pues, como eá l mismo lo áfirmoá “los esceá pticos árgumentán que lá ámenázá
del crimen orgánizádo nácionál es exágerádá (…) en el mejor de los cásos, solo juegá un pápel
márginál como uná preocupácioá n de seguridád nácionál” (Williáms, 2010, p. 149).
Por este motivo, es un texto que generá uná concepcioá n mucho máá s ámpliá y detálládá de lo
problemáá tico que llegá á ser el crimen orgánizádo y lás fálenciás del Estádo á lá horá de
combátirlo.
Algo fundámentál del texto es que dejá cláro lá relácioá n existente entre los grupos estátáles y
el crimen orgánizádo, como se dijo ánteriormente. Esto es de enorme importánciá porque
áyudá á comprender lás dináá micás de estos negocios y los álcánces que estáá tomándo el
crimen orgánizádo. Yá no se háblá de un temá de pándillás o de rebeldes que fináncián su
áctuár militár con “dineros sucios” sino de coá mo el estádo y áltos cárgos de lá policíáá hán sido
cooptádos por orgánizáciones crimináles.
Otro áspecto importánte son los efectos que generá lá violenciá dentro del crimen orgánizádo.
Williáms háblá de tres consecuenciás en lá sociedád que lográn perturbár lá seguridád y el
bienestár de los hábitántes por rázoá n de lás áctividádes que efectuá án orgánizáciones del
crimen trásnácionál: extorsioá n, secuestro y tráá fico de mujeres.
Williáms (2010) áfirmá que “el negocio de lá trátá de mujeres no seríáá tán gránde,
generálizádo o lucrátivo sin el pápel centrál de lá violenciá y lá ámenázá de violenciá” (p.
156). Aterrizár lás implicáciones de lá violenciá del crimen orgánizádo en estás áfectáciones
es importánte porque es uná relácioá n que se dá muy pocás veces. Muchos pensáríáán que el
tráá fico de mujeres se dá por mercádos trásnácionáles ilegáles, pero lá relácioá n que existe en
torno á lá violenciá y el crimen orgánizádo explicán por queá el Estádo no combáte este tipo de
problemás efectivámente, o por queá muchás mujeres áceptán irse del páíás con promesás de
un futuro mejor sin considerár el lugár de destino ni quienes lás lleván áhíá.
Por uá ltimo, me párece que lá conclusioá n que eá l dá es de vitál importánciá. Williáms (2010)
concluye que “lás consecuenciás á lárgo plázo de lá delincuenciá orgánizádá nácionál, áunque
sutiles e insidiosás en lugár de drámáá ticás y mánifiestás, continuáráá n desáfiándo lá seguridád
en todos los niveles, desde el globál hástá el individuál” (p. 157).
Esto dejá ver que le texto pretende pásár á otro debáte importánte y es lá cápácidád del
Estádo de ádáptárse á los distintos niveles de ámenázás que provienen del crimen orgánizádo
trásnácionál. No es lo mismo combátirlo á nivel globál que individuál, áunque su ejerce
delictivo globál tengá repercusiones á nivel personál.
Los Estádos necesitán preocupárse por lá seguridád globál y trásnácionál si quieren
sálváguárdár lá seguridád nácionál. No son temás sepárádos uno del otro. Y esá es lá máyor
conclusioá n del texto: el crimen orgánizádo trásnácionál áfectá de mánerá directá lá seguridád
nácionál de los ciudádános, ocásiones áctos como los secuestros, lás extorsiones y el tráá fico de
mujeres que se convierten en esclávás sexuáles.

Preguntas:
¿Queá se entiende por crimen orgánizádo?
El áutor no especificá queá cárácteríásticás conformán á este tipo de orgánizáciones. Si existe un
nuá mero determinádo de personás, de ácciones o de áctos delictivos párá que puedá llegár á
ser considerádo de esá formá.
¿Coá mo se debe combátir el crimen orgánizádo trásnácionál?
Williáms enfátizá en los desáfíáos que presentá este tipo de violenciás generádás por el crimen
orgánizádo, pero su ánáá lisis no dejá entrever posibles álternátivás párá solucionárlo.
¿Queá pápel juegán los ninñ os en el crimen orgánizádo?
En muchos páíáses el pápel del reclutámiento infántil es un enorme problemá en el incremento
de lá violenciá y lá fáltá de oportunidádes párá el desárrollo de los máá s vulnerábles, el áutor
dejá de ládo este temá
¿Coá mo se conceptuálizá lá seguridád globál, nácionál e individuál?
El áutor háblá de lá importánciá de estos niveles, pero nuncá llegá á conceptuálizár álguno de
los tres.

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