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¿Partimos desde el concepto de ética para fundamentar el comportamiento del hombre en sus

diferentes relaciones laborales?

Arias Vásquez Yohàn Estiven

Politécnico Grancolombiano

Programa de Ingeniería de Software

Ética Empresarial
¿Partimos desde el concepto de ética para fundamentar el comportamiento del hombre en sus

diferentes relaciones laborales?

La Ética es la rama de la Filosofía que tiene como objeto la moral, uno de los aspectos

del comportamiento humano. La ética se configura como la ciencia de la conducta de los

hombres en la sociedad, dentro de esta sociedad podemos ver que en el mundo moderno hay

diferentes formas en las que se da esta relación, siendo una de ellas el trabajo en equipo en el que

se trabaja en pro a un objetivo; estos objetivos pueden ser grupales. Como lo vemos actualmente

es un reto de las empresas adoptar conductas éticas sin importar el tamaño de la misma, en la

medida en que el trabajo que se da es entre humanos, le compete a esta rama el comportamiento

y las bases de convivencia dentro de la misma. Etimológicamente, la palabra ética viene del

griego éthos y significa, análogamente, modo de ser o carácter, como modo de vida también

adquirido o conquistado por el hombre. El hombre aparece en el centro de la política, de la

ciencia, del arte y de la moral. Arruda (2001, p. 44), corrobora diciendo que la principal fuente

de la ética “es la realidad humana, en la cual la razón encuentra y conoce los principios morales,

universales y ciertos.” La expresión ética viene del griego ethike, que en su sentido propio

significa costumbre, hábito e índole.

Es cierto que la ética es una característica inherente a toda acción humana y, por lo tanto,

es un elemento vital en la producción de la realidad social pues todo ser humano posee un

sentido ético, una especie de "conciencia moral" y está constantemente evaluando y juzgando sus

acciones para saber si son buenas o malas, correctas o incorrectas, justas o injustas. Ahora bien,
esto en un entorno laboral permeado de la buena utilización de los conceptos ética-moral podría

garantizar el buen ambiente acompasado al rendimiento y la buena consecución entre todos del

cumplimiento de los derechos humanos

El debate sobre la ética podríamos decir que empezó en la antigüedad, cuando en la

Grecia antigua el hombre, por inquietudes de filósofos antiguos empezó a describir el concepto

de ser social, o más precisamente, cuando comenzó a vivir en sociedad, dando origen a lo que es

un proceso de civilización. Con el trascurrir del tiempo, la palabra ética pasó a designar la actitud

del hombre en frente de la sociedad, con el significado de carácter, modo de reaccionar o

sentimientos individuales de una persona en la vida en comunidad. La ética es adhesión

voluntaria, es una conducta que se adopta no sólo porque es correcta, sino porque se reconoce

que el otro tiene el derecho. La literatura demuestra que desde los principios de la humanidad la

ética ha sido defendida como parte de la rama de la filosofía o como ciencia de la conducta

humana.

En Kant (1995) podemos ver que la ética debería ser concebida como la ciencia del deber, que a

su vez, consistía en la ley que proviene de la razón y que se impone a todo ser racional. Él

buscaba una ética de validez universal, que tenía su base en el principio de que el deber obliga

moralmente la consciencia. Esa máxima universal debía conducir la razón hacia el bien común,

sin irnos muy lejos es un parafraseo de lo que propone Jesùs de Nazaret en su famosa premisa

“ama al prójimo como a ti mismo” (Mt, 22: 39 Reina Valera). Tambièn en la moral predicada

por Jesús el amor es el mandato más importante que se extiende incluso a los enemigos: “Amad
a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por

los que os injurian” (Lucas 6: 27-28; Cf. Mateo 5: 38-48 Reina Valera)

Podemos preguntarnos y a qué viene esto en un entorno laboral dentro de una empresa

pues bien, se hace menester explicar el contexto de la problemática y esto nos viene inquietando

desde tiempos primeros, así que conociendo el desenlace histórico se puede llegar más fácil a

conclusiones distintas y evitar cometer los mismos errores porque como dice el cliché anónimo

el que no conoce la historia está condenado a repetirla.

La ética moderna ya no formula las mismas preguntas que la ética de la Antigüedad sino más

bien ésta: ¿qué debo hacer para actuar correctamente? (A. MacIntyre). Finalmente, la ética

contemporánea se ha dedicado de preferencia, aunque no exclusivamente, a analizar el

significado emotivo o conceptual de los términos que componen el lenguaje moral –términos

como “bueno”, “malo”, “correcto”, “incorrecto”, etc. Definiciones ya tenemos muchas, ahora lo

perentorio es la buena aplicabilidad del concepto en las acciones de los sujetos porque:

La ética aplicada no es, por lo tanto, una nueva clase de ética sino la proyección de la ética teórica
a la consideración de casos prácticos, recabando previamente –si fuera necesario– la información
científica imprescindible del caso. Aunque a veces la ética aplicada ha sido muy descuidada en
muchos períodos de la historia, es de fundamental importancia porque, de otra manera, la
reflexión ética no tendría ninguna aplicación y además porque, de otro modo, los casos éticos que
se plantean en la vida cotidiana sólo recibirían una orientación de la ética cotidiana o de la
religiosa que no pueden realizar una fundamentación teóricamente satisfactoria. Desde mediados
del siglo XX la ética aplicada ha vuelto a merecer una gran atención debido a una serie de
factores. Entre otros: el desarrollo de nuevas tecnologías médicas que afectan el final de la vida y
su reproducción, las controversias políticas generadas por guerras como las de Vietnam y la de la
antigua Yugoslavia, las discusiones generadas por los sufrimientos que se inflige a los animales a
raíz del libro mencionado de Peter Singer y los escándalos suscitados en la vida económica
pública y privada. (Almond 1995 p 5)

Ahora, podemos sostener que, la ética de los negocios es la ética de la empresa, y ésta a su vez la

aplicación insegura de principios éticos generales a las situaciones éticas específicas que se

plantean en la empresa en todas las instancias, o sea, desde la acción de accionistas, jefes y

empleados. Debemos partir entonces hacia una transición del ser al hacer para entrar en

concordancia con los objetivos a desarrollar ya que la misma aplicada desde la reflexión se

proyecta a situaciones concretas. A ellas aplica las normas que antes fundamentó la ética teórica

y, si fuera necesario, recaba la información imprescindible. La relación de la ética aplicada con la

normatividad puede representarse en que la reflexión propia de la ética normativa y los aportes

provenientes de la información científica converjan en una reflexión moral lo que nos da un

primer paso de lo que queremos. En segundo paso, desde la praxis podemos avanzar hacia

nuevos modelos ya que desde el ejemplo vemos lo siguiente:

Por ejemplo, en la Odisea se le dice a Odiseo que debe regresar pronto a Ítaca si no quiere que le
pase lo mismo que le ocurrió a Agamenón al volver a Troya; y entre los antiguos peruanos se
manifiesta que existían las máximas “no robes, no mientas y no seas ocioso” . (Marzal, 1983 p
433)

Antes de que surgiera la filosofía en Grecia, la ética era en casi todas las culturas parte de la
religión, siendo fundamentada, por lo tanto, por el dogma religioso. Podemos, en este sentido,
encontrar una ética judía, islámica, hinduista, china (en el confucionismo, en el taoísmo, etc.) y en
otras religiones –empleando la palabra religión en sentido amplio, de modo de incluir todas estas
distintas variedades de creencia. En el budismo, Buda recomienda, por ejemplo: “Abstente de
causar daño a un ser vivo”, en aplicación de la ley del karma, o sea del principio de que todas las
acciones ocurren conforme a leyes causales y que, puesto que toda la realidad es una sola, aquello
que yo haga a cualquier aspecto de la realidad me lo hago a mí mismo. (Bush 1998 p 481)
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

- ARRUDA, M. (2001) Fundamentos de ética empresarial Y Económica. Sao Paulo: Atlas.

- Almond, B. (1995) Introducing Applied Ethics. Londres: Blackwell.

- KANT, I. (1995) Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Lisboa 70-

- Dupre, W. (1984) Ethik in nichtchristlichen Kulturen. Stuttgart: Kohlhammer.

- Bush Mitchell, V.E. (1998) Raíces de la sabiduría. México: International Thompson, II.

- Gómez Cafarena, J (1989) “El cristianismo y la filosofía cristiana”, en Camps, V.


Historia de la ética. Barcelona: Crítica, I.

- Marzal, M. (1983) La transformación religiosa peruana. Lima: PUC.

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