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LA IGLESIA DE LAODICEA EN
SU TRASFONDO HISTÓRICO
APOCALIPSIS 3:15–18
El análisis histórico crítico tiene como propósito relacionar los textos bíblicos
con su trasfondo histórico. En otras palabras, se trata de recontextualizar el texto
en su trasfondo para así comprender el significado más antiguo del mismo. El
texto presupone un diálogo con contexto histórico, social y cultural. Por lo tanto,
el análisis histórico crítico intenta rescatar este primer nivel de significado en el
texto ante su contexto y audiencia original.1
Para ejemplificar este análisis consideraremos el mensaje enviado a la iglesia
de la Laodicea en Apocalipsis 3:15-18,2 contestando las siguientes preguntas
medulares propuestas por López:3
• ¿A quién se le escribió el texto?
• ¿Qué estaba pasando en el contexto social e histórico del texto?
• ¿Cómo se refleja el trasfondo histórico-social en el texto?
1
Ediberto López, Para que Comprendiesen las Escrituras: Introducción a los Métodos
Exegéticos (Puerto Rico: Seminario Evangélico de Puerto Rico y Fundación Puerto Rico
Evangélico, 2003), p. 87.
2
Todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Nueva Versión Internacional, a menos que se
indique lo contrario.
3
López, p. 93.
1
II. La Iglesia de Laodicea
4
William M. Ramsay, The Letters to the Seven Churches (United Kingdom: Kessinger
Publishing, 2004) p. 311.
5
Robert L. Thomas, Revelation 1-7 An Exegetical Commentary (Chicago: Moody Press,
1992), p. 296.
6
William R. Newell, The Book of Revelation (Chicago: Moody Press, 1935), p. 75.
7
Ramsay p. 311.
8
Ibid., p. 313.
2
las ciudades aceptaron inmediatamente la ayuda ofrecida, menos una. La ciudad
de Laodicea estimó que no necesitaba ayuda imperial,9 tenía suficientes
riquezas, muchas gracias.
Al estar en la intersección de dos caminos principales, la ciudad se había
convertido en el centro bancario de la zona,10 por tanto, no sólo no necesitaba
ayuda económica, sino que también contribuyó significativamente en ayudar a
reconstruir a las otras ciudades afectadas.11 Esto nos informa acerca de una de
las cosas más importantes que debemos de conocer de Laodicea. Pero hay más.
Una de las mejores escuelas de medicina estaba en Laodicea, la cual se
especializaba en oftalmología.12 Producían un ungüento para los ojos, a partir de
un mineral extraído de una piedra originaria de Frigia.13 A la vez, durante el primer
siglo, vivió un famoso oftalmólogo Demóstenes Filaletes, el cual tenía su práctica
médica en la escuela de medicina.14 Todavía hay más.
El producto principal de la ciudad era un tipo de lana muy particular, y aunque
Laodicea no era el único productor de lana, Colosas e Hierápolis también eran
grandes productores de lana, éstas no podían competir con Laodicea. Esto se
debe a que la lana que Laodicea producía era de una textura muy suave y de un
brillante color negro. Esta lana era tejida en prendas de diferentes tipos para uso
doméstico y para exportación. Una de estas túnicas llamada trimita era tan
famosa que la palabra Trimitaria era utilizada como sobrenombre para referirse
a la ciudad.15
Lo que la ciudad no tenía era una buena fuente de agua. Aunque la ciudad
estaba cerca del río Lico, este no era muy caudaloso y en el verano se secaba
por completo. No obstante, tenía acceso a otras dos fuentes de agua, una al
norte, y la otra al sureste por medio de acueductos. Al norte estaba la ciudad de
9
Thomas, p. 298.
10
Ramsay, p. 313.
11
Thomas, p. 298.
12
N.T. Wright, Revelation for Everyone (Louisville, Kentucky: Westminster John Knox Press,
2004), p. 37.
13
Ramsay, p. 315.
14
David Aune, Word Biblical Commentary Revelation 1-5, vol. 52 (Dallas, Texas: Word
Books Publisher, 1997) p. 260.
15
Ramsay, p. 313.
3
Hierápolis, la cual, hasta el día de hoy, posee varios manantiales termales. El
agua brota del suelo, caliente y cargada de minerales. En el primer siglo,
construyeron acueductos para transportar esta agua hasta Laodicea. Pero, una
vez que llegaba a la ciudad, nueve kilómetros después, el agua ya no estaba
caliente, sino tibia. Además, el agua no podía tomarse debido a los minerales que
contenía.16
Al sureste estaba la ciudad de Colosas. Esta tenía una excelente fuente de
agua fresca, la cual fluye desde lo alto del Monte Cadmo cubierto de nieve. Sin
embargo, después que el agua recorría dieciséis kilómetros en el calor de Asia
Menor, llegaba a Laodicea tibia.17
16
Henry Barclay Swete, The Apocalypse of St. John (London: Pickering and Inglis, 1947), p.
59.
17
Colin J. Hemer, The Letters to the Seven Churches of Asia in Their Local Setting (Grand
Rapids, Michigan: William B. Eerdmans, 2001), p. 187.
18
Hermann Cremer, Biblico-Theological Lexicon of New Testament Greek (Edinburgh: T. &
T. Clark, 1895), p. 381.
4
caliente! Por eso, porque eres tibio, voy a vomitarte de mi boca.” La palabra
griega que se traduce “vomitar” es ἐμέσαι (emésai), la cual significa literalmente
rechazar con máximo disgusto.19 En otras palabras, de la misma manera que es
imposible beber el agua tibia que llega a Laodicea del norte y del sureste por el
extremo disgusto que causa y lo único que se puede hacer con ella es escupirla,
así también, Jesús escupirá los cristianos de Laodicea por su indiferencia y
apatía.20
“Dices: ‘Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada’; pero no te das
cuenta de cuán infeliz y miserable, pobre, ciego y desnudo eres tú” (Ap. 3:17).
Aparentemente la comunidad cristiana había adquirido la arrogante actitud de la
ciudad. ¿Cómo es posible que la comunidad que no solo rechazó asistencia
imperial para su reconstrucción, sino que incluso aportó significativamente para
otras ciudades, sea evaluada por Jesús como infeliz y miserable, pobre, ciego y
desnudo? La respuesta está en la conclusión a la que habían llegado sus
feligreses que, debido a su capacidad económica y comodidades materiales, ya
no tenían necesidad de nada más. Jesús ve a través de sus riquezas y conoce
que esta declaración incluye su espiritualidad. Su condición espiritual es tan
deplorable que es necesario una descripción múltiple: infeliz, miserable, pobre,
ciego y desnudo.
A causa de tan gran necesidad Jesús revela su oferta de ayuda, “por eso te
aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico;
ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para
que te lo pongas en los ojos y recobres la vista” (Ap. 3:18). He aquí una iglesia
que no necesita nada, pero necesita del consejo de Jesús para sobrevivir. La
esencia del consejo se basa en comprar, porque este es el tipo de lenguaje que
personas materialistas pueden entender. No obstante, lo hace con sarcasmo. El
Señor exhorta a los que viven en una ciudad rica y próspera a comprar aquello
que no pueden costear materialmente.21
19
Online Parallel Bible Project (2019), Strong’s Greek, BibleHub: Search, Read, Study the
Bible in Many Languagres, obtenido 12 de noviembre de https://biblehub.com/greek/1692.htm.
20
Thomas, p. 309.
21
Ibid., p. 313.
5
El consejo dado consiste en comprar tres productos. El primero, comprar “oro
refinado por el fuego, para que te hagas rico.” Pensar que este es una alusión a
oro literal, es ignorar la intención teológica del escritor. La imagen de obtener
pureza a través del proceso de refinamiento es frecuente en las Escrituras (cf.
Sal. 66:10; Zac. 13:9; 1 P. 1:7). Considerando el contexto, el propósito del autor
es presentar el oro de muy alta calidad como una representación de una fe sólida
y superior, capaz de afrontar las pruebas más duras y producir obras dignas.
Asociado con esta fe el Señor ofrece un nuevo corazón. En otras palabras, el
consejo de Cristo es aceptar una fe que produce una espiritualidad que no da
náuseas ni repugnancia. Comprar de este oro, dice Jesús, los hará realmente
ricos y es la solución a su pobreza espiritual.
El segundo producto ofrecido son las ropas blancas, la cual se contrasta con
las prendas de lana que son exclusivas, únicas y de alta calidad que la ciudad
produce. Evidentemente, los laodicenses no tenían necesidad de prendas para
vestir, mucho menos blancas, ya que tenían las tan codiciadas prendas negras.
No obstante, las alusiones que el escritor está haciendo no son nada sutiles. Las
“ropas blancas” es un eco a la nueva vestimenta que debemos portar, la cual ha
sido creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad” (Ef. 4:24; cf. Col.
3:10). Al considerar que Dios es descrito como aquel que “su ropa era blanca”
(Dn. 7:9) y a Jesús que en su transfiguración “su ropa se volvió blanca como la
luz” (Mt. 17:2; cf. Mr. 9:3; Lc. 9:29), el Señor está presentando la oportunidad a
que no sólo los laodicenses, sino todos, puedan transformar su condición
espiritual. De esta manera, aquellos que acepten estas nuevas vestimentas
podrán ser fieles portadores de su imagen, siendo capacitados por medio del
Espíritu Santo para vivir como Jesús vivió. Esta es la gloria de la cual hemos sido
destituidos (quedando vergonzosamente desnudos), pero a través de Jesús
somos capaces de vestir las ropas blancas de santidad, justicia y amor.
La última recomendación a comprar está relacionada con la restauración de
la vista y así poder ver. El Señor ofrece el colirio (en griego κολλούριον (kollurion),
ungüento para los ojos)22 en contraste a la pomada Frigia, producto de la famosa
22
Thomas, p. 315.
6
escuela de medicina, para restaurar la vista. La palabra “pongas” es traducida del
griego ἐγχρίσαι (enjrísai), que significa “ungir.”23 Jesús está ofreciendo la
posibilidad de ver más allá de lo material, de ver espiritualmente. Este “ungüento”
figura la unción del Espíritu Santo,24 retirando el engaño visual y habilitando la
visión espiritual (contrastando la ceguera en el v. 17). Así que Jesús está
ofreciendo la cura a la ceguera espiritual, la cual tiene como propósito hacer
posible la vista. En el texto griego, la frase traducida “recobres la vista” se traduce
de la frase ἵνα βλέπης (ina blepes, para que veas). La definición de βλέπης tiene
la implicación de revelar lo que se ha visto en el mundo no-físico (espiritual) y
presentarlo a otros para que actúen de acuerdo a lo que ha sido revelado.25
También es necesario mencionar que el verbo βλεπής está en tiempo
presente, a diferencia de πλουτήσης (ploutéses) y περιβάλη (peribále) que están
en aoristo. Esta comparación de acciones sugiere que los dos verbos aoristos
(hacerse rico y ser vestido) tienen lugar al momento de la conversión a Cristo; es
decir, la fe en Jesús viene al mismo momento en que se imparte la nueva
inclinación por vivir como Él vivió. Mientras que el verbo en presente implica que
la acción de ver continúa a través de la vida cristiana, discerniendo
espiritualmente desde el momento de conversión.26
23
Online Parallel Bible Project (2019), Strong’s Greek, BibleHub: Search, Read, Study the
Bible in Many Languagres, obtenido 12 de noviembre de https://biblehub.com/interlinear/
revelation/3-18.htm.
24
Newell, p. 78.
25
Online Parallel Bible Project (2019), Strong’s Greek, BibleHub: Search, Read, Study the
Bible in Many Languagres, obtenido 12 de noviembre de https://biblehub.com/greek/991.htm.
26
Thomas, p. 316.
7
III. Conclusión
8
IV. Bibliografía
Aune, David. Word Biblical Commentary Revelation 1-5, vol. 52. Dallas, Texas:
Word Books Publisher, 1997.
Hemer, Colin J. The Letters to the Seven Churches of Asia in Their Local
Setting. Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdmans, 2001.
Online Parallel Bible Project (2019), Strong’s Greek, BibleHub: Search, Read,
Study the Bible in Many Languagres, obtenido 12 de noviembre de
https://biblehub.com/greek/1692.htm.
Swete, Henry Barclay. The Apocalypse of St. John. London: Pickering and
Inglis, 1947.